3 minute read

4 .1 Leyenda

Como ya dijimos, la leyenda es el relato maravilloso y fantástico de una comunidad que explica la naturaleza del hombre, su integración como pueblo y, de manera sobrenatural, los hechos y circunstancias acaecidos. En literatura, la leyenda se define como:

Narración ficticia, casi siempre de origen oral, que hace apelación a lo maravilloso.

Advertisement

La leyenda, a diferencia del cuento, está siempre ligada a un elemento preciso (lugar, objeto, personaje histórico, etc.) y se centra menos en ella y más en la integración de este elemento en el mundo cotidiano o en la historia de la comunidad a la que pertenece. Contrariamente al cuento, que se sitúa dentro de un Figura 4.2 tiempo (“érase una vez...”) y Ehécatl. un lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás y no volverás) convenidos e imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente en un lugar real y preciso; comparte con el mito la tarea de fundamentar explicación a una determinada cultura, y presenta a menudo criaturas cuya existencia no ha podido ser probada; por ejemplo, la leyenda de las sirenas. Según opiniones actuales, las leyendas son tradiciones populares que circulan entre personas aún no integradas a la civilización; narraciones que constituyen, en muchos casos, la historia no escrita, y son partes aisladas de la mitología de razas primitivas.

Figura 4.3 Ulises y las sirenas. Pintura de Herbert Draper, 1909. Para tu reflexión

El Dios

El Dios tiene varias etapas, primero como deidad olmeca y tolteca, en la maya como Kukulkán y más tarde en el grupo de los dioses aztecas. Es claro cómo la cultura tolteca tomó la figura de este dios de la tradición religiosa de Teotihuacan, en donde se encuentra una pirámide dedicada a la serpiente emplumada datada en el siglo ii de nuestra era. Este dios, sin embargo, tiene una raíz histórica más antigua. Estudios recientes demuestran que este personaje se relaciona con la mitología olmeca y con su visión de la serpiente emplumada. El arte y la iconografía de los olmecas demuestran claramente la importancia de la Deidad de la Serpiente Emplumada en las cronologías de Mesoamérica, así como en el arte olmeca. En las grutas de Juxtlahuaca hay una representación de una serpiente emplumada de estilo olmeca. Incluso, en lugares lejanos como la Laguna de Asososca, en Managua, Nicaragua, se encuentran pinturas rupestres de la serpiente emplumada. El nombre de Quetzalcóatl se compone de dos palabras de origen náhuatl: (1) quetzal, ave de hermoso plumaje que habita la selva centroamericana, y (2) cóatl, que significa “serpiente”. Existe otra versión científica según la cual es posible que este dios tenga raíces chichimecas. La influencia cultural abarcó gran parte de Mesoamérica, incluyendo a las culturas maya y mixteca. Los mayas retomaron a Quetzalcóatl como Kukulkán o Gucumatz, aunque como se ha dicho antes es más conocida la versión de la cultura tolteca. Los aztecas incorporaron esta deidad a su llegada al valle de México. Los aztecas relacionaban a Quetzalcóatl con Venus, que se puede observar durante ocho meses al año como si fuera una estrella al lado del volcán Popocatépetl, y desaparece otros cuatro meses; cuando Quetzalcóatl viene a la Tierra trae fertilidad y cosecha. Una de las representaciones de esta deidad es la de un hombre barbado y blanco, por lo que durante la conquista de la Nueva España (Mesoamérica), los pueblos indígenas creyeron en un principio que Hernán Cortés era Quetzalcóatl. A fin de propiciar la conversión de los nativos, los españoles crearon mitos entorno a Quetzalcóatl considerado el apóstol cristiano Santo Tomás. En tiempos recientes, las religiones de origen neotolteca hablan en sus tradiciones y leyendas urbanas del renacimiento de este personaje.

This article is from: