La Hoja de Fuentestrún Revista de la Asociación El Portigao. Número 9. 2012
EDITORIAL Bienvenidos a una edición más de la Hoja de Fuentestrún, órgano oficial, mientras no se diga lo contrario, de la Asociación ‘El Portigao’. En primer lugar pedir disculpas por la tardanza en la aparición de este nuevo número, que ya es el décimo que consigue ver la luz. Podría echar las culpas a la crisis, pero mejor decir que a veces también el cansancio, la soledad y el panorama, no acompaña precisamente para animarnos de nuevo a tomar la pluma e intentar poner, negro sobre blanco, algunas de las pequeñas historias que tienen como protagonista este humilde villorrio. Agradecer de nuevo a dos clásicos de esta revista, Ana Carmen Gil Largo y Julián Ruiz Jiménez, que ajenos al desaliento vuelven a colaborar con dos temas interesantes. Julián nos habla de las carracas y matracas que se usaban en Semana Santa para llamar a los oficios y Ana Carmen aprovecha estas páginas para hablarnos de dos hijas del pueblo que optaron por la vida religiosa y celebrar el 75 aniversario de la ordenación de una de ellas, Irene Gil Gómez. Debuta en estas lides Isidro Domínguez, que aunque tarde, se ha trabajado todo un estudio sobre la llegada de los primeros tractores y máquinas segadoras al pueblo. En lugar de publicarlo por partes hemos decidido que vaya todo en este número. Confiamos en que vayamos contando con más estudios interesantes sobre temas como este, tanto por parte del autor, como por todos aquellos que quieran dedicar su tiempo a aportar su trabajo para llenar estas páginas de buenos contenidos. Por temas que no falten: cuando llegó la luz al pueblo, el agua corriente, el teléfono e inclusive la televisión. La peregrinación a Santiago de Jubera, que hicimos una decena de animados fuentestrunos en el año 2010, también tiene su espacio gracias al relato de Maricarmen Vázquez y su hija Carmen Oliver, complementado por otro par de caminantes más, Pedro Vicente y un servidor. Ana Pilar Rubio nos detalla las actividades llevadas a cabo por la asociación a lo largo de todo el año pasado e ilustradas con fotografías alusivas a los diversos eventos. Vuelven a colaborar en el apartado de opinión Epifanio Gil Orte y Alberto Gil Pardo, quien nos cuenta sus sensaciones en el JMJ. Me he permitido la licencia de hacer un recordatorio a Angelito, a quien se le echa en falta después de tantos años detrás de la barra. Y por último destacar como ejemplo tres pueblos vecinos que han editado libros sobre su historia y costumbres, algo que intentamos hacer nosotros a través de esta humilde revista. Buen provecho. Luis Miguel Largo Ruiz (Director - Editor de La Hoja de Fuentestrún)
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CARTA DEL PRESIDENTE Pedro Vicente Vázquez
Mis queridos asociados. Mayores, jóvenes, chicas, chicos….amigos todos de ‘El Portigao’. Como siempre me dirijo a vosotros con el mismo afán de servicio, y de disponibilidad hacia todos. Espero que este nuevo número de la revista os traiga esas historias, cuentos, leyendas… que estabais esperando. Presidente de la asociación ‘El Portigao’ de Fuentestrún
La juventud nos sigue dando alegrías con nuevas incorporaciones como socios, espero que pronto también nos deis la enorme satisfacción de incorporaros a la Junta Directiva, cuyas puertas sabéis que tenéis abiertas. Tanto los nuevos como los que ya estabais. El futuro es vuestro. Y es que acabo de cumplir los 40, “Madre Mía”, cómo pasa el tiempo. Fuentestrún ha sido testigo de ellos, y la verdad que no lo hemos pasado mal, me siento afortunado de estos orígenes, y de estos valores que nos han transmitido y que nos siguen transmitiendo. Este pueblo que nos da tanto y que si queremos lo seguirá haciendo:”…las puestas de sol en Las Talayas, los paseos por el monte con los perros, las setas, esos escasos boletus que empiezan a aparecer, esos ciervos espectaculares (este invierno me quiso regalar uno de esos animales preciosos que todavía quedan), y qué decir de mis amigos y mi familia, gracias….qué gozada poder cambiar el traje y la corbata por las botas y el color verde. Bueno, no nos pongamos nostálgicos. Lo que os quería decir es que todos vamos creciendo, madurando, desarrollándonos. Y si queremos sobrevivir el éxito estará en saber evolucionar y adaptarse. Os acompaño, sólo a modo de recordatorio, algunas definiciones de la RAE de “evolucionar”, por si a alguien le puede ayudar: - Desarrollo de las cosas o de los organismos, por medio del cual pasan gradualmente de un estado a otro. - Dicho de una persona: Acomodarse, avenirse a diversas circunstancias, condiciones. - Dicho de un ser vivo: Acomodarse a las condiciones de su entorno. - Vencer obstáculos o dificultades. Que nada es perfecto, pues no. Que nunca llueve a gusto de todos, pues no. Que siempre llevamos la razón, pues no. El futuro sigue estando en nuestras manos, trabajemos por él. ‘El Portigao’ de Fuentestrún es esa Asociación Cultural que creamos en el año 2000, y que hemos madurado entre todos. Su objeto social sigue siendo el mismo, trabajar por y para Fuentestrún, siempre sumando y aunando esfuerzos. Conocéis perfectamente una de mis frases, filosofía de vida: “…siempre positivo, nunca negativo…”. Para despedirme, esperando no haber sido muy pesado. Mi deseo de que esta crisis económica que nos está haciendo sufrir a todos en mayor o menor medida, y afecta a tantas personas, nos ayude a recuperar los valores de solidaridad, de compartir, de ayudar. Confiando que la “Fortaleza” nos acompañe para seguir luchando entre todos contra la tan mencionada y muy, muy pesada “….” ánimo, mucho ánimo. Con trabajo, ilusión y unión tendremos el pueblo que todos queremos, sé que cuento con todos vosotros.
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SEMANA SANTA
LOS TOQUES DE CAMPANAS, DE CARRACAS Y DE MATRACAS Julián Ruiz Jiménez A lo largo de la historia diferentes han sido los métodos empleados por el hombre para comunicarse, desde el uso de la voz a sonidos como silbidos, el empleo de gestos con las manos, la utilización de diferentes instrumentos como cuernos y trompas, en otras culturas es sabido el empleo de humo o de la luz solar para hacer señales a distancia. En nuestra cultura es conocido el empleo de las campanas como medio de comunicación. En los monasterios había diversos toques de campana, a lo largo de la jornada, de la semana y del año, para llamar a los monjes a los diferentes trabajos y al rezo de las horas desde maitines a completas.
En las poblaciones también los toques de campanas servían para comunicar diferentes sucesos o llamar a diferentes reuniones, variaban según las distintas circunstancias. Había diferentes clases: repiques, toques de muerto, el Ángelus (a las doce del mediodía), toque a misa y toques de fiesta basados exclusivamente en el volteo (aquí decimos bandeo) de las campanas mayores. No faltaban otros toques como los de tormentas, el aviso de fuego. Recientemente con la remodelación de la ermita y la automatización de las campanas, toca el campanillo de la ermita de San Pedro a las doce del mediodía todos los días del año, recordando que ya es mediodía y en su caso el rezo del Ángelus. Es curioso
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que en la civilización del ruido de los coches, de música a todo volumen, aviones… a algunos les molesten los toques de las campanas. No obstante los toques de las campanas, a lo largo de los siglos, fueron adaptándose a las necesidades. Había un a época de año en la que no se oían las campanas en los pueblos y ciudades de cultura cristiana, era el tiempo que va desde el Jueves Santo a la vigilia del domingo de resurrección, como signo de respeto , de luto y de dolor. En el transcurso de la Vigilia Pascual, al entonar el gloria, comenzaban a bandear las campanas en señal de alegría y regocijo por la resurrección de Cristo. Durante estos tres días se solían incluso, atar los badajos de las campanas para que no sonasen ni siquiera por descuido. Esta antiquísima tradición, en la Iglesia Católica, es universal y exclusiva de la misma. El significado de esta tradición era el guardar luto por la muerte del Señor. También estaban tapadas las estatuas de las iglesias y el retablo de la iglesia se cubría con una cortina Además existían otros signos como el cerrar las murallas a los carruajes durante esos días, y que incluso las casas dejaban media puerta cerrada en señal de luto. Los mismos militares, durante sus guardias en los cuarteles, mantenían el arma colgada hacia abajo, como muestra visible de dolor. ¿Cómo se hacía entonces para avisar a los habitantes que comenzaban los oficios religiosos de Jueves Santo y Viernes Santo? En el caso de Fuentestrún los chicos del pueblo se dedicaban a dar tres rondas (al igual que se avisaba con tres toques de campana – que aquí decimos “las señales”- para llamar a la misa fuera del tiempo de la Semana Santa) tocando con mucho ímpetu la carracas y los mandatos por las calles del pueblo. Cada cierto tiempo se paraban en las esquinas y gritaban cantando: “A los oficios, la primera “. “A los oficios, la segunda”. “A los oficios la tercera”. También se tocaban en lugar de las campanillas durante la elevación en la consagración. Esta tradición poco a poco se fue perdiendo, como otras, con la renovación de la liturgia que se realizó a partir del Concilio Vaticano II y terminó por eliminarse.
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Los mandatos (matracas) son unos instrumentos formados por un tablero de madera con un mango para sujetarlo en una cara y unos mazos engarzados en un eje en la cara contraria que se pueden mover, y al sacudirlos rítmicamente producen un sonido grave característico y acompasado de percusión en la madera. Hay algunos que estaban colocados en las mismas torres de las iglesias y sustituían a las campanas para llamar a los fieles a los oficios de durante el triduo pascual, son de dimensiones considerables ya que se tenían que oír por toda la población. Por nuestras tierras las matracas son más pequeñas y se podían hacer sonar con las manos por los niños. Todavía se guardan algunos en las casas del pueblo, los que reproduzco en este artículo son de la casa de los hijos de Silvia y Constancio, que tienen una buena colección de objetos, antiguos. La carracas o carraclas son instrumentos que constan de una rueda dentada incrustada en un eje, que al girar sobre una lámina de madera fina la hace vibrar y produce un ruido estridente, más o menos grave según el grosor y la longitud de la misma. Este tipo de instrumento tal vez sea más conocido ya que se suele utilizar en eventos deportivos
para animar a los equipos o en fiestas... Las hay con una sola lámina, dobles, triples o de más láminas, con lo que en estos últimos casos el ruido producido por las mismas es atronador. Las que son de más de tres lámina suelen estar montadas sobre un armazón de madera y funcionan con una manivela a la que hay enganchadas varias ruedas dentadas. Los recuerdos de estas semanas santas en mi mente son bastante claros y fueron varias de ellas en las que salía son los mandatos y carracas a llamar a los vecinos a los oficios de Semana Santa. Incluso hacíamos un apaño con la cancioncilla y decíamos, “A los oficios, que se come la sopa la tía Josefina (u otro nombre) y el chorizo se lo deja para el tío Vicente”. Como no tenía ni carraca ni mandato mi padre me hizo un instrumento parecido, que consistía en una lámina de madera con un mango y en los dos lados se enganchaban dos láminas, de tal manera que al agitar las láminas laterales golpeaban con la central produciendo un ruido similar al de la matraca. En la actualidad he visto algo parecido con unas manos de plástico que al agitarlas dan la sensación de aplaudir.
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75º ANIVERSARIO
ESCLAVAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Ana Carmen Gil Largo Como todos recordaremos, en el verano del 2001, se consiguió tener un encuentro de todos los religiosos de nuestro pueblo; en vista de lo cual podría decirse que Fuentestrún ha sido:” semillero de vocaciones” sacerdotales y religiosas. De entre todos ellos la Hermana Irene Gil Gómez, que por la distancia no pudo estar presente en tan grata ocasión, y que el pasado doce de septiembre del 2010, teniendo a su pueblo en el recuerdo, cumplió 75 años de entrada en la congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Nacida en Fuentestrún, hija de Primitivo y Emilia, la segunda de siete hermanos, entre ellos Constancio. Ingresó en la congregación comenzando su noviciado en Azpeitia, que fue interrumpido para huir a Francia por motivos de la guerra. Cuando ya fue posible volver a España, de nuevo a Azpeitia donde realizó la Profesión temporal, de allí fue destinada a Salamanca, y tras cinco años hizo la profesión perpétua. Pasó diez años en la portería del colegio.
En 1948 fue destinada a Inglaterra-Londres, donde estuvo más de veinte años, con alguna interrupción para trabajar en la casa de ejercicios en Irlanda. Los últimos veinte años ha trabajado en la parroquia que tienen los Jesuitas en el sur de Inglaterra, Bourvemouth, Boscombe. Durante todo este tiempo ha estado en contacto con muchas familias sudamericanas y españolas cuyos hijos van al colegio de la parroquia.
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Sin haber cumplido los dieciséis años salió de casa para seguir el camino de su vocación. Pasaron más de treinta años, hasta la reforma del Concilio Vaticano II, para que las religiosas visitaran a las familias. Fue entonces cuando por primera vez, Irene vino a visitar a su padre, ya anciano. El único medio de comunicación hasta entonces había sido por carta, todo estaba muy cambiado. A partir de entonces
75º ANIVERSARIO
sus viajes para visitar a la familia fueron siendo más frecuentes. Al principio cada tres años, viajes que compartía con toda la familia y gentes del pueblo, con quienes recordaba su infancia,corta, pero rica en recuerdos. También otras hijas de Fuentestrún pertenecen a la misma congregación, a las que recuerda con afecto; Perpétua Pérez, Trinidad Ruiz, Sofía García, Perpétua Largo, Caridad García y Susana García, de todas ellas sólo viven tres. Su último viaje a España lo realizó en 2004. Hoy a sus más de noventa años, continúa su labor en su residencia de Boscombe, donde vive con otras dos hermanas, también españolas, la Hª Francisca Lotina, natural de Meñaca (Vizcaya), y la Hª Sofía García, también de Fuentestrún.
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ESTUDIO
la mecanización del campo en fuentestrún periodo de menos de 50 años. Incluso a finales de los noventa ya existía maquinaria dotada de capacidad potencial para trabajar de forma autónoma gracias a los sistemas de posicionamiento global (GPS). El camino que hubo que recorrer para dar este salto siguió una curva exponencial que en España comenzó a elevarse de forma muy tímida en los años cuarenta, se extendió suavemente en los cincuenta y terminaría acelerándose progresivamente a partir de los años sesenta.
Isidro Domínguez Aunque el siglo XX pasará a la historia por los grandes avances en tecnología, medicina y ciencia en general, es de justicia señalar que la aplicación y perfeccionamiento de muchos inventos procedentes del siglo previo contribuyeron de forma notable a la extensión de la tecnología en muchos de los sectores productivos. En este sentido, la evolución de la agricultura fue uno de los ejemplos más representativos. La mecanización del campo fue un proceso espectacular y dramático a la vez. Espectacular por la magnitud de los cambios y dramático porque fue una de las causas que propiciaron el éxodo masivo de la población rural a las grandes ciudades entre los años cincuenta a setenta.
Fuentestrún no fue ajeno a este proceso y tampoco se quedó atrás en la carrera de la mecanización española. En este sentido fueron decisivas las dos cooperativas de agricultores que se formaron para adquirir los primeros tractores, trilladoras y posteriormente cosechadora. El primer tractor que llegó a Fuentestrún era un “Fordson” que venía equipado con ruedas metálicas y su motor era de “petróleo” (keroseno), se arrancaba con la gasolina de un depósito auxiliar y era necesario accionar una manivela situada en la parte delantera.
Si el siglo comenzó con unas técnicas y herramientas de cultivo muy similares a las de la época de los romanos, en muchos lugares se pasó de la hoz a la cosechadora en un
Este modelo dejó de fabricarse en 1928, sin embargo, a Fuentestrún no llegó hasta los tempranos cincuenta y aunque su rendimiento no era todavía el adecuado (sería sustituido en poco tiempo por otro Fordson con cubiertas de goma), no cabe duda que sembró la primera semilla del cambió entre nuestros agricultores de la época. La mención de honor es por tanto para su promotor, Matías Jiménez, y para su hijo Anselmo que sería el primer “tractorista” del pueblo.
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ESTUDIO La demanda de horas de trabajo enseguida superó la capacidad que podía desarrollar el tractor y se formó una segunda cooperativa que adquirió (hacia 1960/61) un tractor de la marca “ZETOR” (SO-403). Esta sociedad, más reducida, la formaban los hermanos Raimundo y Martín Ruiz, José Córdova Largo, Gregorio Largo, Isidoro Largo y Miguel García. A la vez que este tractor, Teodoro Tutor traería su “Volvo” (SO-404) de tres cilindros para su uso exclusivo.
Otro de los “visionarios” que merecen una mención destacada fue Aurelio García que, hacia los años 1953/54, adquirió para su hijo Ángel un tractor de la marca “Massey Ferguson”, también de keroseno. Este tractor sería sustituido por otro de la marca “Barreiros” y, al igual que el Massey, la nueva adquisición también era de pequeña cilindrada. El siguiente hito de gran relevancia en este camino se dio a finales de los 50 con la formación de la primera de las dos cooperativas, ya mencionadas, que agrupaba a la mayor parte de los agricultores del pueblo.
Después de los “pioneros” y de las cooperativas que demostrarían de forma incontestable la superior capacidad de las nuevas herramientas en los trabajos de labranza y siembra, se produciría la expansión del fenómeno. Esto sucedería ya en la década de los sesenta: Entre 1962 y 1963 llegaron el “Super EBRO“ (SO-927) de Antón Pardo y el “David Brown 990” (SO-1017) de Alejandro Domínguez y Mario García. Este segundo tractor, fabricado en Manchester (Gran Bretaña), contaba con palanca de 4 velocidades, palanca reductora y bomba de inyección rotativa.
Esta “sociedad” adquirió un tractor de la marca “MAN” (matrícula SO-227) y se contrató a un conductor fijo (Domingo Rodrigo – “Garrín”) que labraba las tierras de los socios por turnos resultantes de un sorteo previo. Este tractor, de una mecánica robusta y configuración avanzada que incluía la tracción a las cuatro ruedas, estaría en uso durante muchos años. Alguna nota curiosa: El promotor de esta sociedad fue Julio Jiménez Jiménez (‘Julín’), maestro, agricultor, abogado y alcalde del pueblo en aqella época. El tractor llegó a Fuentestrún desde la frontera de IRÚN rodando por carretera y fueron a buscarlo Marín Córdova (conductor) y Alejandro Pardo (nuestro último herrero). Las gestiones para su adquisición se hicieron a través del padre Justo Gil, sacerdote nacido en nuestro pueblo y autor del famoso himno a “San Pedro Apóstol”. Y es que en aquella época, con una economía muy precaria e intervenida, no resultaba sencillo conseguir la adjudicación de un tractor de estas características y era necesario recurrir a los mejores “contactos”.
La tecnología, hace tiempo que estaba completamente madura: desde la invención del primer tractor de vapor en la segunda mitad del siglo XIX, ya había aparecido el primero de gasolina (1892) y se había introducido el diesel (entre 1930 y1937). En España por tanto, la mecanización se estaba extendiendo con al menos dos décadas de retraso respecto a los países más avanzados de Europa o Norteamérica. Después de los tractores ya señalados, llegarían un EBRO 44 para Ángel García y su hijo Félix; un “Renault” para los hermanos Constancio e Isidoro Gil; otro “ZETOR” para Vic-
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ESTUDIO toriano Sebastián y Gregorio Largo; otro “David Brown 880” para los hermanos Marín e Isidro Córdova y un Barreiros procedente de una de las sociedades de Trévago para José Córdova Largo. Finalmente los famosos “EBRO 55” y “EBRO 160” (fabricados en España por “Motor Ibérica” con licencia Ford) y los americanos “John Deere” serían los más vendidos, alguno de ellos renovando ya los primeros.
McCormick en Norteamérica en el año 1834. La segadora “atadora” es también del siglo XIX (1890). Aunque no disponemos de testimonios fiables de la introducción de las segadoras en Fuentestrún, es probable que la primera segadora llegara antes de la guerra civil, de la mano de los hermanos Félix y Francisco García. Serían, sin embargo, los años 40 y 50 los que extenderían su uso hasta relegar las milenarias hoces y las guadañas únicamente a la apertura de las “calles” alrededor de las fincas, para facilitar el paso de las nuevas máquinas sin que se dañara la mies. El durísimo y penoso trabajo que llevaban implícito estas ancestrales herramientas se había visto aliviado de forma notable. La trilla Aunque el trillo de discos metálicos ya supuso un avance respeto al de piedras de silex incrustadas en una tabla de madera, la evolución de los trabajos de la era vendría de la mano de las trilladoras.
A finales de los 60 se había completado el siguiente paso en la carrera de la mecanización: un tractor para uno o dos agricultores. La tracción animal había cedido definitivamente el protagonismo. La siega Si el tractor hizo más llevaderas las tareas del otoño e invierno, el verano comenzó a cambiar de forma sensible con la llegada de las segadoras primero y las trilladoras después. La primera segadora con la configuración básica que se extendería en el campo (cuchilla con dientes de movimiento alternativo y molinete para empujar la mies), la patentó
La primera de estas máquinas que llegó a Fuentestrún la adquirió Nemesio Largo y la explotaría su hijo Gregorio en los tempranos cincuenta. Durante algunos años, esta sería la única máquina del pueblo hasta que llegó la de los hermanos Ángel y Manolo García. Ambas máquinas eran arrastradas por un motor fijo externo de gasolina. La máquina que adquirió poco después Matías Jiménez fue la primera que utilizaba un tractor (el Fordson) como fuente motriz. Con la llegada de los tractores que siguieron al Fordson, aparecerían trilladoras de mayor porte con destino a las sociedades del “Man” (una AJURIA) y del “Zetor” (una
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ESTUDIO Al igual que el primer tractor, esta máquina tampoco proporcionó los resultados esperados pero abrió la puerta a la entrada de un tipo de máquina que aportó la mejora más sensible en la calidad de vida de los hombres del campo. Después de esta primera máquina, llegaría otra de la marca ”LELY” para Ángel García (hijo de Aurelio García) y otro de nuestros destacados protagonistas en la carrera de la mecanización.
FLOXAN) . Además, Antón Pardo junto con los hermanos Isidoro y Constancio Gil compartirían otra AJURIA. Alejandro y Mario adquirieron a su vez una AJURIA-110 para su “David Brown”.
Las siguientes máquinas que llegarían al pueblo fueron una “DANIA” de los hermanos Raimundo y Martín Ruiz y una “Massey Ferguson” de los hermanos Pardo (Fernando y Antonio). Estas dos máquinas llegaron sobre 1968 y un
Todas estas trilladoras se movían con una larga polea que se acoplaba al tractor, demostrando una vez más la versatilidad de este último en todas las tareas del campo. El trillo tirado por mulos, las “parvas” de mies y las tareas asociadas (tornear, recoger, aventar, cribar, etc.) también habían quedado atrás. La cosechadora Combinando la segadora y la trilladora en una única máquina, apareció el siguiente avance: la cosechadora. Aunque las primeras cosechadoras datan también del siglo XIX y eran arrastradas por recuas de animales de hasta 40 caballos, no comenzaron a dar resultados satisfactorios hasta que se las dotó de un motor de gasolina para el movimiento de sus mecanismos de siega y trilla, utilizándose el tractor para su arrastre. La cosechadora “autopropulsada”, tal como la conocemos hoy, se introdujo comercialmente en Estados Unidos hacia 1938. La evolución del parque de cosechadoras en España siguió la siguiente senda: 200 máquinas en 1955, 2000 en 1960, 11.500 en 1965 y 26.000 en 1970. Esta progresión da idea de cómo se extendió la “reina del verano” de los trabajos del campo. La primera cosechadora que llegó a Fuentestrún (a mediados de los 60) fue una “CASE”, también en régimen de sociedad, básicamente para los socios que quedaban en la del MAN. En este caso nuestro primer “maquinista” fue Marín Córdova que a su vez era ayudado por Anselmo Jiménez.
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ESTUDIO año después Alejandro y Mario traerían una ”FHAR” equipada con motor Deutz. Estas cosechadoras eran todas ellas de pequeño corte (hasta 2,5 mts), no disponían de tolva y requerían dos personas para su manejo: un conductor y un encargado del llenado de los sacos de grano. Posteriormente, los hermanos Raimundo y Martín Ruiz adquirirían una “John Deere” de 3,30 metros que ya venía equipada con tolva y por tanto sólo era necesario el conductor. Las primera cosechadora de gran corte la traería Amancio Sebastián (sobre el año 1972/74). Se trataba de una Clayson - NEW HOLLAND de 4,80 mts que explotaría en las campañas de Andalucía junto con una John Deere de algo más de 5 mts que adquiriría al año siguiente. Sobre 1975, Alejandro y Mario también cambiarían su vieja FHAR por otra NEW HOLLAND de 4,80 mts que amortizarían con campañas en La Carlota (Córdoba), en Candasnos y en Fraga (Huesca). Poco después, los hermanos Ruiz cambiarían su máquina de 3,30 mts por otra John Deere de 4,80 mts que también amortizarían en tierras de Huesca y Lérida.
Y nuevamente, un avance llamó al siguiente: las cosechadoras con tolva se complementaron con los sinfines y la adaptación de los graneros. Los remolques existentes se cambiaron por otros basculantes o se modificaron para que lo fueran. Y como consecuencia de esta combinación de mejoras, el envase del grano en los pesados sacos de entre 70 y 80 Kg que se cargaban sobre la espalda quedó reducido a la mínima expresión: únicamente se envasaban los que se necesitaban como simiente y años después ni siquiera estos. ...Pocos años antes nadie hubiera creído que el verano se podría pasar “a la sombra”. Las consecuencias Por desgracia, toda cara tiene su cruz: si ya el tractor y la trilladora habían evidenciado el exceso de mano de obra, con cuatro o cinco cosechadoras se segaban todos los campos de Fuentestrún. Esta evolución no resultaba sostenible demográficamente y las nuevas generaciones ya no tenían cabida.
La cosechadora había marcado un verdadero antes y después dejando definitivamente atrás los trabajos más duros del verano.
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En la actualidad, gracias a las modernas maquinarias y aperos, con únicamente siete agricultores se está explotando el término municipal completo y todavía complementan el trabajo con tierras ubicadas en otros municipios de la comarca.
EL PORTIGAO
ACTIVIDADES DE LA ASOCIACIÓN DURANTE 2011 Ana Pilar Rubio Todos los años la asociación ‘El Portigao’ realiza una serie de actividades que con el paso del tiempo se han ido consolidando, como ocurre con la más veterana, las Jornadas de la Matanza que este año han cumplido su décimo aniversario, reconvirtiéndose en una jornadas gastronómicas en honor al cerdo. Jornadas lúdico-festivas para juntarnos todos en torno a una buena mesa y a ser posible un buen vino. Otras de las actividades clásicas es el Día del Árbol, aunque en esta ocasión el origen viene dado para hacer un trabajo comunal y conseguir, como así ha sido, que nuestras eras sean un vergel ideal para disfrutar en las calurosas jornadas del verano. Cada año las eras están más bonitas, tienen más color y hay más vida en sus ramas. Por eso no olvidamos juntarnos allá por el mes de marzo para seguir plantando árboles o adecuando rincones floridos. Debido a que muchos de los árboles ya han cogido un porte alto, algunos años también nos juntamos, como así lo hicimos el año pasado, para llevar a cabo el Día de la Poda. La fecha suele ser más tirando hacia el mes de enero o febrero. También es muy importante la colaboración que lleva a cabo la Asociación en potenciar jornadas festivas tradicionales como las propias fiestas patronales o el día de la Trinidad, donde la asociación ofrece el vino español para todos los asistentes. Con el paso del tiempo se han sumado otras iniciativas, como las jornadas micológicas, la excursión veraniega, este año fallida, la ruta senderista por los alrededores o la cata de vino. Y es que nos estamos volviendo sibaritas en este pueblo perdido. De todas las maneras, las actividades más divertidas suelen ser aquellas que no se preparan, como la realizada para acudir a ver la berrea u otras ideas perentorias similares, que por oscuras razones suelen triunfar entre los integrantes de esta asociación. Así que no dudéis en proponer nuevas actividades, sobretodo si estáis dispuestos a organizarlas…
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EL PORTIGAO
Día de la Poda Como este año tocaba podar todos los árboles de nuestras queridas Eras, creímos conveniente realizar una doble jornada, el Día de la Poda y el día del Árbol. Durante el día de la poda hubo trabajo para todos, unos en el tractor, otros con la motosierra, y otros con las tijeras, podamos los arboles y rosales de las Eras y como siempre después del duro trabajo comimos todos juntos en las Escuelas. Día del Árbol El día 12 de marzo celebramos el Día del Árbol, como ya venimos haciendo desde los inicios de nuestra asociación. Durante el trascurso de la jornada terminamos de acondicionar las eras, y con ayuda de los mas pequeños del pueblo acondicionamos también el recinto de las Escuelas. Con un Taller de Jardinería, plantamos diferentes flores para que luego, durante las temporadas de primavera y verano, luzca el recinto bonito, bonito. Después realizamos otra actividad dirigida para los más pequeños. Con materiales fáciles de conseguir y un poco de imaginación realizamos un Cabeza de hierba, que a quien más o a quien menos le quedó de lo mas gracioso. A todos nos gustó mucho. Más tarde, a la hora de comer, degustamos una rica comida todos juntos en las Escuelas. Ruta de Senderismo Este año, el 28 de mayo realizamos la ruta de senderismo. Nos queríamos acercar a la zona del Moncayo y así lo hicimos. Nos dirigimos al Hayedo de Ágreda, bonito lugar y precioso día que nos salió. La dificultad era baja y la duración fue de aproximadamente dos horas. Pedimos al Ayuntamiento de Ágreda el refugio que hay al principio de la ruta, y como el recorrido de ésta era circular,
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cuando terminamos la caminata nos tomamos el vermut y comimos allí. Lo pasamos muy bien. Trinidad El 19 de junio, un año más, celebramos en nuestro pueblo La Trinidad. Antes de la misa trajimos todos en procesión a San Pedro, desde la ermita a la iglesia. Después celebramos la misa en honor a la Santísima Trinidad con el tradicional reparto y degustación del pan bendito. Después la Asociación ‘El Portigao’ ofreció para todo el pueblo el vermut en las Escuelas. Cata de Vino Un año más realizamos una Jornada de Cata de Vino. Nuestro ‘profe’ nos enseñó gran variedad de vinos acompañando a suculentos platos. Comimos bien, aprendimos sobre vinos, unos más que otros, y sobre todo lo pasamos de maravilla. Fiestas de San Pedro En agosto celebramos las fiestas grandes de nuestro pueblo en honor a San Pedro, y como los años anteriores cola-
EL PORTIGAO boramos con el Ayuntamiento en la preparación de estas. Empezamos las fiestas el viernes con el pregón y la chorizada. También hubo hinchables para los niños. Durante los descansos de las diferentes sesiones de baile hicimos el tradicional bingo. La comida popular la hicimos en las eras, pues hacía un día estupendo para estar bajo la sombra de los hermosos árboles que plantamos hace ya unos años. La Berrea A finales de septiembre, espontáneamente, se organizó una salida al monte para escuchar la berrea de los ciervos. Salieron al monte a las seis de la mañana y, por lo que dijeron, los participantes escucharon a los ciervos y los vieron de cerca. Actividad que surgió de una desorganización espontánea y que espero que se vuelva a repetir.
X Jornadas Gastronómicas de la Matanza El 9, 10 y 11 de diciembre celebramos las jornadas gastronómicas de la matanza, un año mas con gran éxito. Hicimos chorizos, lo que creo gran expectación entre los más pequeños y algunos mayores que no habían visto nunca como se hacían. Después hubo gaiteros y teatro para todos, lo pasamos todos muy bien. ¡Y que decir de los ricos menús con los que degustamos los platos mas típicos de la matanza!.
Jornadas Micológcas El 29 de octubre nos dirigimos a Muriel Viejo a realizar estas Jornadas. Como ya es conocido este año fue un año bastante malo para setas y hongos en la provincia de Soria y como no podía ser de otra manera, la expedición de Fuentestrún, dirigida por Carlos, no tuvo más suerte de la esperada, aunque alguno se pensaba que en Pinares había hongos en todos los pinos. En fin, no hubo suerte en el aspecto micológico, pero pasamos un día estupendo, visitamos La Fuentona, que según dicen está más bonita en primavera, y comimos todos juntos en un refugio de Muriel Viejo.
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PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE JUBERA
dos visiones de una misma realidad a la tienda de deportes clásica, donde creo fuimos buena parte de los que caminamos juntos, si la memoria no me falla con un falso recuerdo de los complementos que llevaban. Así llegamos equipados el domingo al pueblo para salir el lunes temprano, con nuestro GPS para grabar la ruta. Aún no había amanecido cuando nos juntamos todos en la plaza de Fuentestrún, para iniciar la marcha, no sin antes recibir la bendición de D. Alfonso, que suscitó una simpática polémica que nos permitió iniciar una conversación animosa.
Mari Carmen Vázquez La madre. Fue una experiencia inolvidable. La primera vez que me comentaron la posibilidad de ir caminando desde el pueblo a Santiago de Jubera pensé que podría ser una buena oportunidad de hacer algo de ejercicio durante las vacaciones de verano, aunque ello supusiera acortar ligeramente nuestro descanso en la playa. No era consciente de que habría muchas más experiencias de las que iba a disfrutar durante esos días. Los preparativos de la peregrinación son lo primero que recuerdo, iban a ser cuatro días caminando y quería asegurarme de que llevaba al menos lo imprescindible para no sucumbir en el intento. Para asegurarme llamé a un experto, y aparte de lo clásico, me recomendó que llevara vaselina para los pies. Pensé que las botas de montaña que había llevado en otras ocasiones para subir al monte serían adecuadas, ese fue uno de mis fallos, no es lo mismo caminar un día que caminar cuatro de forma continua. Y para el resto,
Cruzar las piezas camino de Valdelagua en una leve subida, con paisajes castellanos, campos de tierras rojizas salpicados de amarillos laminados, fue un comienzo suave. Adentrarse en el monte y pasar por caminos angostos y laderas escarpadas a las que se acercaban diariamente las mujeres en otro tiempo, cuando no había agua corriente, fue uno de mis primeros descubrimientos. Qué moral y qué amor deberían sentir las que no eran del lugar para desplazarse allí desde otros pueblos donde el acceso al agua era mucho más fácil. Quizás en algún caso, alguna sufrió alguna caída mortal como en la hermosa película ‘La fuente de las mujeres’. Bueno, por fin avistamos Magaña, ¡qué belleza! Hasta ese momento no había sido consciente de esos parajes tan hermosos y tan cercanos, completamente desconocidos. Eso sí, no se puede decir que llegamos allí por la gran competencia de nuestro guía, que supuestamente había realizado ese camino previamente, pues si fue el caso, la memoria le jugó alguna que otra mala pasada. En su favor, cabe decir que su simpatía hacía que se le perdonaran otras pequeñas carencias. Ya empezábamos a notar el paso de las horas, pero era el primer día y tras beber algo en la fuente, comer un plátano y disfrutar de un café en casa de un simpático vecino de Fuentestrún, ahora ahijado de Magaña, seguimos nuestro camino. Parajes, calor intenso a medida que avanzaba la mañana y en lo alto de Fuentes de Magaña, Los Pingotes, dos postes que en su día sirvieron para ajusticiar a los malhechores a la vergüenza pública y que nos permitieron una parada con vistas amplias de Tierras Altas. Pasos, tierra, sudor.. Matasejún a lo lejos y una carretera de asfalto como entrada a San Pedro Manrique. Cuando llevas cerca de 30 Km caminando parece que no puedes parar por miedo a no iniciar la marcha de nuevo. Por fin, habíamos llegado a nuestra
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PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE JUBERA repelente de mosquitos y resulta que es el aroma predilecto de estos insectos voraces. Aunque hace calor, conservamos la manga larga para evitar males mayores. Pasamos por pueblos abandonados y oímos historias de cómo fueron y quienes los habitaron…El Puente de Santamaría, sobre el río Cidacos, nos abre las puertas de nuestra próxima parada. Un albergue y un pueblo animado, Yangüas, con calles históricas de piedra, recuerdo de una época señorial ahora perdida. La comida nos ayudó a recuperar fuerzas y la sobremesa posterior a conocer flaquezas e historias dispares. Y antes de dormir, unas cuantas fotos a un cerdo vietnamita, seguro que los niños disfrutarían viéndolo. primera parada, la marcha más larga, bien calculado pues aunque se supone que cuando entras en calor tus piernas pueden dar más de sí, la realidad confirma que es mejor explotar la ilusión y el ánimo del primer día. Una vez allí, un cura amable, con una mirada sabia, conocedora de muchos peregrinos e historias, nos acogió amablemente en su casa parroquial. La tarde nos permitió charlar amigablemente, conocernos un poco más y ayudarnos a soportar los dolores que empezaban a aflorar, básicamente en unos pies agradecidos que empezaban a mostrar síntomas de cansancio. Mi gran compañero estaba allí para darme ánimos y para compartir esta experiencia, había sido una buena elección. Segundo día. Recuerdo tener una radio puesta cuando nadie llevaba ninguna, era un sonido agradable y continuo, acompañado en ocasiones de bromas animosas. Se escuchaban todo tipo de programas, desde leyendas pasadas a chistes sobre diferentes pasajes del viaje. Teníamos un nuevo guía que era algo más intrépido y atravesamos monte a través, entre ramajes y algunas subidas escarpadas, desde La Cuesta hasta Aldealcardo. Precisamente en La Cuesta, observando un helicóptero amarillo, empecé a notar de forma incipiente una rozadura en el talón de Aquiles de mi pie derecho, parecía tratarse de una ampolla incipiente y decidí para mi sufrimiento posterior, ponerme un apósito de Compeed. Ramas, subida, rocas, adelante, y por fin en lo alto, unos minutos de asueto, casi todos intentábamos comprobar si teníamos cobertura para informar al pueblo de que todo se estaba desarrollando sin incidentes reseñables. Y ahora, una bajada estupenda, pero cuidado, si te resbalas ahora es peor y haces presión con el talón para evitar la caída, y te roza y vas notando que algo no marcha del todo bien. Y una vez abajo, cardos y vacas, no las ves pero tienen que estar cerca porque hay una colonia de tábanos surcando con sus zumbidos el ambiente. Otra inocentada, te echas perfume o
Al día siguiente salimos de madrugada, subiendo por escarpadas laderas de piedra, dejando atrás una torre singular. La pendiente era suficiente como para evitar muchas conversaciones. Y de forma inesperada una pequeña capilla y otra aldea con algún visitante nostálgico, verde y agua. Estábamos a los pies de un monte, el coche escoba, que no he mencionado, pero que nos esperaba todos los días a nuestra llegada, e incluso al menos en un punto intermedio de cada trayecto, estaba esperando para tentar a algún caminante cansado que decidiera acabar el tramo sobre ruedas. Se respiraba un ambiente de orgullo general, no parecía probable que nadie fuera a subir a la furgoneta. Y subimos por un camino zigzagueante, de parcelaria, charlamos y descubrí historias de descendientes de Fuentestrun en Francia y otros países. A estas alturas la ampolla se había reventado, el apósito se estaba despegando arrastrando la piel y más tras de sí, de forma que necesitaba concentrarme para no sentir el dolor intenso que provocaba cada roce tenue con el calcetín o la bota. La bajada fue suave, y ahora ya en tierras riojanas. Comimos en un antiguo café, cuya decoración decadente rememoraba otros tiempos, en los que posiblemente fue un centro neurálgico importante.
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PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE JUBERA Hablas con unos y otros, buscas algún sitio abierto donde poder comprar algo para preparar la cena, te aseguras de que habrá un alojamiento donde descansar y en mi caso, evalúas la posibilidad de que alguien vea el desastre que se ha estado formado estos días en tu talón, pero al final prefieres mirar para otro lado. Eso sí, nos animamos, unos más que otros, a darnos un chapuzón en una poza situada en la parte trasera de la casita donde nos alojamos. Por supuesto, los valientes se metieron primero, el agua estaba helada, pero por supuesto nadie insinuó nada al respecto.
Era agradable, vino mi amiga como acompañante del último día y creo que lo disfrutamos. Ya no éramos sólo los diez que empezamos el viaje, sino los que nos acompañaron ese último día y los que estaban esperando. El trayecto tenía paisajes menos espectaculares, pero estábamos llegando a la meta propuesta y eso siempre produce una gran satisfacción ¿Cómo sería la capilla de Santiago de Jubera que en otros tiempos fue destino de tantos peregrinos que no podían permitirse llegar hasta Santiago de Compostela? ¿Y el pueblo en sí? Allí nos irían a buscar...
Carmen Oliver La hija.
Todos nos despertamos ansiosos por ver a los valientes que habían emprendido el viaje a Jubera. La gran mayoría del pueblo estaba allí, en la parada del bus. Algunos no habían desayunado, menos mal que alguien trajo una caja de bombones para desayunar. La ansiedad de llegar hacía que el ambiente pareciese que se podía cortar con un cuchillo. Cuando llegó el autobús todos nos subimos rápido, excepto los mayores. Ellos iban despacio, pero sin pausa. Las dos horas de viaje se nos hicieron un poco pesadas sobre todo para los más pequeños, pero la espera valió la pena pues todos nos sentíamos felices de ver a nuestros familiares y amigos sanos y salvos. Nos abrazamos y saludamos a todos con mucha alegría, me alegraba mucho ver a mis padres de vuelta. Jubera era muy bonito, tenía unas vistas espectaculares con un precioso valle al fondo y un bonito castillo en lo alto de una montaña. El restaurante donde comimos era bastante bueno y con un gran patio para que pudiéramos correr y jugar al pilla pilla y al escondite. Después de comer hablamos un buen rato, luego nos despedimos de la gente del pueblo y nos fuimos. Algunos se durmieron en el autobús, pero otros no. Cuando llegamos todos estábamos agotados y caímos rendidos. Al día siguiente todo era normal. ¿Irá más allá el hermanamiento de ambos pueblos? ¿Habrá más peregrinaciones? Aunque desconozco las respuestas, lo cierto es que valió la pena.
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PEREGRINACIÓN A SANTIAGO DE JUBERA
peregrinando por soria en año santo Pedro Vicente Vázquez García Pero antes de todo esto hubo muchos planes, y muchos planos. La paliza de Nuria con los planos, era la única que se enteraba un poco de todo esto. Y la preparación. Sólo sabíamos que salíamos de Fuentestrún y que queríamos llegar a Jubera, un pueblo de La Rioja, que no sabíamos muy bien si se llamaba Jubera o Santiago de Jubera. Resulta que nuestro destino era la ermita de Santiago en/de Jubera. Me acuerdo aquel día que Lourdes, Óscar, Jesús y yo, cogimos el todoterreno con la intención de llegar por caminos hasta Jubera, ilusos. Ni siquiera llegamos a Magaña, nos tuvimos que salir a la carretera, y llegamos hasta San Pedro Manrique, allí miramos el plano del GR que hay en la plaza, y continuamos por carretera hasta Yanguas. En la entrada del pueblo volvimos a desplegar los planos que con tanto cariño nos había preparado Nuria. Nos costaba identificar por donde podríamos seguir hacia Jubera hasta por carretera. Total, que para variar acabamos en el bar, y tomando unas cervecitas conocimos a… ‘Sendas Vivas’ …y nuestros problemas con los planos desaparecieron, ya conocéis el resto. Empezamos a caminar una mañana fresca de agosto como son en Soria a partir del 15, después de la bendición de Don Alfonso ya estábamos listos para lo que hiciera falta. Fueron cuatro días de caminata, fantásticos, muy buen recuerdo, pese a las apuestas que se hicieron sobre quien se “rajaría” primero, nadie lo negó, todos llegamos. La acogida y recogida en Jubera fue el final del viaje, como acto central, la Santa Misa en acción de gracias, donde casi todos nos emocionamos, la imagen de Santiago Apóstol presidiendo, bien, muy bien. Un Peregrino del Camino de Santiago
volver al camino Luis Miguel Largo Ruiz Yo propongo volver al camino; a levantarte antes de que amanezca y andar hacia el horizonte sin prisa, sin pausa; dejándote llevar por tus propios pies, que han olvidado para qué sirven. Sienta bien volverte caminante, aunque sólo sea por cuatro días, en este mundo enloquecido por llegar antes y más rápido que los demás, a no sabemos dónde ni porqué. Rememoramos una peregrinación pobre, de nuestros antepasados pobres y temerosos de Dios, que en su miseria buscaban un sucedáneo del camino de Santiago y lo encontraron en tierras riojanas. Cuatro días de ida y cuatro de vuelta hasta Santiago de Jubera (la casa que fue de Santiago) y se había cumplido con una peregrinación en toda regla. Benditos nuestros antepasados que vivían las mismas tribulaciones que nosotros sin saberlo ellos, ni conocerlo nosotros. Yo propongo volver al camino, a cualquier camino que nos acoja y nos brinde su polvo para mancharnos y sus piedras para que nos tropecemos. Podemos volver a Jubera, donde tan bien fuimos tratados, pero podemos ir a cualquier sitio que diste entre treinta y cuarenta kilómetros del pueblo y nos ofrezca mesa y cama. Y empalmarlo con otro lugar que diste la misma distancia y vuelva a ofrecer cobijo; y así repetido por cuatro, cinco, seis e incluso siete días. Camino de Jubera, el tercer día, me sorprendió que mi vista no abarcara desde un alto el origen de nuestra marcha; y es que andando se sigue llegando a cualquier sitio, aunque el camino siempre sea interior.
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BIBLIOTECA Luis Miguel Largo Traemos a estas páginas tres libros que tratan de recoger la historia, las características y las costumbres de tres pueblos cercanos al nuestro y que son un ejemplo de la dedicación que sus autores han tenido para con la localidad que les vio nacer. Estos tres libros, junto con otros que siguen apareciendo año tras año dedicados a cualquiera de los más de 500 núcleos de población que tiene la provincia sin incluir despoblados, tienen en común la buena voluntad de sus respectivos autores que vivieron una infancia feliz en el pueblo y tras su marcha a estudiar fuera, retoman el contacto con sus orígenes una vez que se jubilan. Ya se sabe que la infancia es el paraíso del hombre y a donde se quiere volver en el declive de la edad madura por eso es de alabar el trabajo y la dedicación de sus autores, no exenta de ciertos tintes de añoranza, de unos tiempos que pasaron y a todas luces imposibles de recuperar, tanto para el autor como para la propia localidad.
TRÉBAGO UN PUEBLO SORIANO, de Santiago Lázaro Carrascosa
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suellacabras, Eliseo Lafuente Vellosillo
Contribuir a conocer los orígenes del asentamiento humano, añadir datos históricos y aportar el condimento cultural son la base de estas tres publicaciones, que sin lugar a dudas habrán merecido el aplauso de todos sus convecinos por el esfuerzo realizado. El último en ver la luz es el volumen editado por la imprenta de la Diputación Provincial este mismo año, dentro de la colección: Paisajes, lugares y gentes, titulado de forma sencilla ‘Trébago un pueblo soriano’ de Santiago Lázaro Carrascosa. Su autor, maestro y veterinario ya jubilado, aborda de forma pormenorizada todos los aspectos de la localidad de una forma muy amplia y global que van desde el origen, la ubicación, los recursos, la organización y la población; sin olvidarse del folclore, con cuentos, leyendas y romances, así como los juegos y todas las tradiciones festivas. Casi una auténtica enciclopedia de nuestro pueblo vecino que nos puede servir para vislumbrar también nuestro pasado, que por fuerza de cercanía, compartimos muchos de los juegos y tradiciones reflejados. Siguen siendo una delicia las fotografías de Manuel Carrascosa con las que están ilustradas estas páginas. Otro libro interesante es el publicado en el año 2005 por el propio autor Eliseo Lafuente Vellosillo con el título de su pueblo: ‘Suellacabras’. Recopilación de datos históricos, con aportación de documentos sobre el pasado de la población así como leyendas y tradiciones, modo de apuntes para un trabajo más amplio, que no deja de ser una buena recopilación de historia, útil no sólo para conocer esta localidad, sino muchas de las que compartimos casi el mismo espacio físico.
BIBLIOTECA
Y por último recomendamos también el libro ‘Magaña 1950’ que cuenta con el subtítulo de ‘Vivencias y recuerdos de un niño-Búsqueda y reflexiones de un jubilado’ de José N. Pascual Herrero. Publicado en 2006 por el propio autor también nos introduce en la geografía, patrimonio e historia de esta hermosa localidad para posteriormente dedicarse a contarnos sus vivencias y recuerdos centrados en torno al año 1950. Añade también interesantes descripciones de las costumbres de la localidad, sin olvidarse incluso de los cotilleos o de recopilar palabras del habla local. Atrevido el hombre acaba el volumen con reflexiones sobre el futuro posible. Confiemos en que no se trate sólo de meras elegías, cantos a la muerte de muchos de nuestros pueblos sin futuro, y que el conocimiento del pasado sirva de soporte sólido a un incierto futuro. magaña 1950, N. Pascual Herrero
de José
RECORDATORIO
Ángel martínez L. M. L. Mis primeros recuerdos de Angelito están ligados al estanco. Allí nos acercábamos de críos, en aquellos largos veranos de la infancia, a intentar comprar una cajetilla de tabaco: - Dame un paquete de Jean para mi padre. - Pero si tu padre sólo fuma farias. - No, es que es para el padre de este. - Pero si su padre no fuma. - Bueno es que… es que es para mi tío. - Pues entonces tendrá que ser Celtas sin boquilla… O te dedicabas a fumar hierbas del campo o te sometías al férreo control del Angelito, que siempre, después de la insistencia, acababa vendiéndote un paquete, aunque fuera de caldo para liar. La verdad es que se le echa en falta después de haber compartido tantas horas con él en la barra del bar, cada uno en su sitio, él dentro y tú fuera, pero siempre en ani-
mada conversación sobre cualquier cosa que sonara en la radio, que hubiera leído en los periódicos, o que tuviera que ver con el negocio de uno o con el devenir del pueblo y sus gentes. Sólo por la cantidad de veces que nos ha aguantado hasta altas horas de la madrugada y en estado altamente etílico, nosotros que no él que no bebía, se merece que le recordemos con cariño.
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REFLEXIONES
INVOCACIÓN POR LA VIDa Epifanio Gil Orte Coronis, hija del lapita Flegias y hermana de Ixión, fue amada por Apolo, de quien tuvo Esculapio. Durante el embarazo, engañó a Apolo y, al ser informado el dios por un cuervo de esta infidelidad, se sintió burlado y le castigó tirándole una flecha mortal. Apolo extrajo del cadáver de Coronis el hijo no nacido de ésta y lo llevó a la caverna del centauro Quirón. Allí se crió Asklepios, que convertido en un hombre, conoció el arte de curar. Pero Asklepios se tornó orgulloso y, desafiando las leyes de la naturaleza, devolvió a los muertos a la vida, lo que molestó a Plutón, pues los infiernos se le quedaban vacíos. A ello respondió Zeus fulminando a Asklepios con un rayo. Posible es imaginar que desde entonces el ser humano, embriagado de fantasía o de vanidad, haya pensado en perpetuarse como inmortal. Más de una vez su deseo ha podido no ser otro. Sin embargo, tanto mito y delirio o aspiración y anhelo pronto se desvanecen, y el hombre vuelve a la vida, despertando de su sueño y apercibiéndose de que la muerte un día vendrá. Con el título “VIDA” pretendemos comprender cuanto podemos reconocer como totalidad en cada ser vivo, particularmente en el ser humano. Ser vida es fundamental para ser hombre, que solamente lo es siendo una vida. Nuestra tarea a este propósito consiste en proponer las determinaciones de la vida y cómo puede explicarse cognoscitivamente, y por consiguiente valorarse en el obrar humano. La vida y lo vital resuenan siempre con gritos de entusiasmo en todos los escritos de los filósofos. Es el punto de partida para una valoración nueva. El motivo de interés para todo esfuerzo. La realidad más honda en que cobra sentido lo humano. En el vivir mismo y en el amor a la vida, Zarathustra pone su más alta esperanza y así lo recomienda a quienes le escuchaban porque había encontrado en la vida su eje de existencia y quiere hacerlo criterio de valoración positiva, sin cercenar en nada su pujante estímulo arrollador: “ Que vuestro amor a la vida, sea el amor a vuestra más alta esperanza, y que vuestra más alta esperanza sea el más alto pensamiento de la vida”. San Agustin, al hablar de la vida, inquieta el alma cuando dice:”Si nos cortan el hilo de la vida, acabarán también nuestros cuidados” Ante ese querer vivir y saber, se decía a sí mismo : “Mañana encontraré la verdad; ya se descubrirá lo cierto y yo lo asirá fuertemente”.
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El hombre es el único conocedor de su fatal destino y, por tanto, ha de continuar consumando su andadura terrena. Somos de tiempo y somos tiempo. Tiempo que pretende rescatar mediante palabras, letras, sonidos, colores e imágenes la vida. Así lo que se fue no se destruye totalmente. Y lo que se dejó se salva en el recuerdo. La urdimbre vital, con su intensidad y angustia, es recogida en la lucha continua y constante contra el sentido evanescente de todo lo que nos rodea y somos. Al proyectar la realidad de la vida hacia el futuro, sellada en existencialismo, realismo, misticismo y compromiso humano, la dignidad y la honestidad abarca el espíritu de la humanidad, adoptando una conducta, de formas que, esa armonía de intereses no peligre, toda vez que la suma de todas las obras, tiempos, razas y latitudes puede explicar la existencia concreta de un solo hombre, de su verdad y de su vida. Asomarnos a las entrañas del conocimiento, a su profunda conciencia, es envolvernos en centellas de luz para alejar las tinieblas. Escribía en un número anterior y lo repito hoy, “la dignidad, el honor y la virtud no quieren ser islas detenidas en el tiempo sin torrentes que las arrastren y escenarios que las representen”. Dulcificar la razón, ablandar la ira y transformar la moral en un estilo de vida, son unas de las grandes metas de la vida. Educando a los pueblos, hasta el punto de desterrar viejos temores, infundadas supersticiones, propiciando climas que permitan potenciar y fortalecer la generosidad de las gentes, conjugando el interés común con el respeto que se merece la persona (como escribía M..R.Jouvencel), “en la idea de que ésta última, libre y espontáneamente jubilosa y alegre, obsequie a los demás entregándose en la vida, ofreciéndose ante la muerte”.
EL PAPA EN ESPAÑA
VIVENCIAS: JMJ 2011 Alberto Gil Pardo Con el ánimo aún sobrecogido tras mi reciente encuentro con el Papa Benedicto XVI en la Fundación San José, quiero plasmar aquí lo que, para mí, ha significado vivir esta Jornada Mundial de la Juventud 2011. Sin casi haberme dado cuenta, ha pasado ya el tiempo. Era lunes 15 de agosto por la tarde cuando corría al encuentro de Almudena y Mariví, su hermana, misionera en Brasil, para ir juntos en busca de la acreditación de peregrino. Habíamos quedado también con mi amiga Elena con la que nos encontraríamos en la puerta del Colegio Reina Victoria. En éste se alojarían ciegos venidos de distintos lugares del mundo. Estaba expectante ante lo que me disponía a vivir, con algunas dudas sobre la forma en la que podría participar en los actos y venía corriendo, sin haberme dado tiempo a comer al haber ido a comprar los billetes de autobús para ir a pasar mis días de vacaciones con mis padres, en mi pueblo soriano. De camino al centro, al decirme ellas de parar a tomar algo en algún sitio, dije lo que luego repetiría en alguna otra ocasión, palabras que me salieron del corazón y que resultarían proféticas: “Dios proveerá. Calma, calma.” Y lo digo porque al llegar al colegio, me dieron de comer, y lo digo porque otros días que no sabíamos si podríamos pasar o no a los actos, pudimos hacerlo en lugares reservados y cómodos, pese a no ir con el grupo por problemas de horario al trabajar, todo un privilegio entre la muchedumbre. Ya en el colegio, los cuatro aclaramos dudas y nos dirigimos a la iglesia de la Virgen Peregrina, donde monseñor Carlos Amigo, presidió una misa para los ciegos y acompañantes que allí estábamos. Su homilía fue cercana, próxima y llena de calidez. No dejó de repetirnos un mensaje ante la pregunta de “¿cómo sabes tal cosa si no la ves? O ¿para qué vais, si no veis?”: “Porque los ciegos veis de otra manera, veis con el corazón”, nos dijo. ¡Qué gran verdad! De vuelta al colegio, recogimos nuestra acreditación y nuestra mochila de peregrinos. ¿En su interior? Una camiseta, un sombrero (con su barbuquejo y todo), un abanico, un rosario y una cruz, además de información variada y una cerveza sin alcohol. Los actos a los que asistí esos días fueron, además del citado, la misa inaugural de la Jornada oficiada por el cardenal Antonio Mª Rouco, el acto de bienvenida de Su Santidad, el Vía Crucis y la audiencia de Benedicto XVI con los enfermos y 120 representantes de las cuatro discapacidades (sordos, ciegos, discapacitados intelectuales y físicos). Los sentimientos que me generó esta Jornada fueron: orgullo de participar, una vez más he estado allí; emoción ante lo que estaba viviendo, junto a tanta gente que te decía “sois
admirables, siempre lleváis la sonrisa puesta a pesar de no ver”; aliento para seguir adelante y superar las barreras de mi día a día, sabedor de que Jesús está conmigo; gratitud a tanta gente que me ha ayudado con tanto cariño y naturalidad (especialmente a Almudena y Mariví); y recuerdo continuo a todas las personas que tanto me dan (familia y amigos/as), además de a quienes partieron al lugar de los sueños, todos ellos estaban a mi lado y por todos ellos recé, pedí a Dios para que tengan (tengáis) paz y bien. Procuré vivir la Jornada con intensidad pese a estar trabajando. Fue muy emocionante estar allí, en medio del silencio y la devoción de tantos y tantos jóvenes. Los sonidos de la Jornada, las imágenes verbales que a mí me han quedado son las cálidas palabras del Papa (suenan diferentes de oírle en la tele a hacerlo en vivo), los continuos ofrecimientos de ayuda, de paraguas para protegernos del sol, de querer describirnos lo que se estaba viendo, y agua de los voluntarios/as, la música, en sus diversas manifestaciones (más solemnes o marchosas); el recogimiento en silencio cuando hablaba el Papa o se leían las estaciones del Vía Crucis; los vítores de lemas como “ésta es la juventud del Papa”, “éstos son los ciegos del Papa”, “Viva el Papa” o “cómo mola este Papa, cómo mola, hagámosle la ola”. Cierto es que no vi físicamente a Su santidad, pero escuché sus palabras, me describieron cómo iba vestido, cómo era su expresión, cómo eran los escenarios donde se encontraba. Es cierto que no le vi, pero le sentí emocionado, especialmente en nuestro encuentro en San José. Aquí, yo estuve en la cuarta fila, justo enfrente de él), pudimos escuchar las palabras de un chico sordo, estudiante de Arquitectura. Lo que éste dijo me conmovió especialmente porque estaba expresando mi propia vivencia de Dios y cómo Éste nos sostiene ante esos momentos de soledad que uno siente por verse excluido, cómo nuestras familias y amigos son esenciales y cómo, uno quiere superarse, ser uno más. Me resultó emocionante también eso de llevar la acreditación colgada, visible, cuando iba, o volvía, por la tarde, de los actos, poder decir que “yo también soy peregrino”, la parafernalia de ir a ser recibido en audiencia (con todo el protocolo y seguridad que ello conlleva), el que fuéramos buscando sitio y una voluntaria dijese: “dejadlos pasar, que éstos son de los míos”, o que esta tarde, cuando volvía para casa, al llegar a mi estación de Metro, una chica me dijese: “anda, si yo estuve ayer con vosotros ayudándoos en San José, que te vi todo emocionado” (resulta que vive enfrente de mi casa). En fin, éstas fueron mis vivencias, unas vivencias inolvidables, otras más que atesorar y compartir, y la ratificación, nuevamente, de que debemos tratar de que este mundo sea un hogar más cálido, ayudándonos en la medida que cada uno pueda y regalando una sonrisa a quien se cruce en nuestro caminar porque cuando sonriamos y le alegremos a alguien su día, estaremos sonriendo a Jesús. ¡Siempre adelante!
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EL CIERRE
Las fotografías son también fundamentales en esta revista aunque en ocasiones nos olvidemos de mencionar a sus autores. La fotografía de portada y contraportada son en este número de Iñaki Breda. También contamos habitualmente con la colaboración de Enrique Lahoz que en esta ocasión aporta muchas de las instantáneas de la peregrinación a Santiago de Jubera. Ambos son buenos fotógrafos y tienen un amplio archivo de fotografías del pueblo. Ana Pilar Rubio también aprovecha para captar con su cámara todas las actividades que vamos haciendo en la asociación y que vienen muy bien para ilustrar estas páginas. También la asociación sigue recogiendo instantáneas para recopilarlas en un único soporte y ofrecerlas montadas a todos los socios; estáis a tiempo para colaborar.
LA EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SORIA
Con los pueblos de la provincia