M A N U A L
D E
T R A T A M I E N T O
P E R I O D I S T I C O
Introducción "Ojos bien cerrados" es el título en español de la última película del director inglés Stanley Kubrick que relata las fantasías, los vacíos y miedos sexuales de una joven pareja de esposos. Hemos tomado prestado el título del largometraje porque de "Ojos bien cerrados" se podría considerar la actitud de la sociedad costarricense ante lo que personas expertas a escala internacional catalogan como una nueva forma de esclavitud, tan grave en sus dimensiones económicas ilegales como las redes mafiosas del narcotráfico: la explotación sexual de personas menores de edad. La sociedad costarricense debe tomar conciencia y reaccionar con vehemencia ante esta moderna forma de esclavitud. Cotidianamente vemos en las calles de San José y otras ciudades del interior del país cómo decenas de adolescentes de ambos sexos, lucran con su cuerpo e hinchan de dinero sucio a toda una red de dueñas y dueños de bares, hoteles, taxis y toda la cadena de personas involucradas en esta explotación de seres humanos inocentes, desamparados y estigmatizados. Esta es una realidad compleja que requiere el aporte de todos los ámbitos de la sociedad para ser erradicada, por lo que los medios de comunicación colectiva no escapan de su responsabilidad en la denuncia y la búsqueda de soluciones.
Una encuesta de la oficina del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en conjunto con la Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo (CID) de 1998, reveló que la sociedad costarricense empieza a reconocer el problema de la explotación sexual. Antes de esta inicial toma de conciencia, la actitud nacional era de negar la existencia del problema, minimizarlo o verlo como un hecho aislado, lo consideraban propio de clases marginales o se tomaba distancia del problema. La encuesta determinó que las personas adultas más jóvenes tienden a explicarlo como resultado de factores sociales a escala macroeconómica –como la pobreza–, así como por los "malos ejemplos" y la agresión intrafamiliar. Sin embargo, las personas encuestadas no atribuyeron ninguna responsabilidad a los clientes (el 18,4 por ciento de una encuesta hecha a 1.215 personas), pero nueve de cada 10 consideraron que la explotación sexual es una forma de vida dura, no es "ni fácil ni alegre" y tiene implicaciones graves para las personas menores de edad. Esta nueva percepción es un avance importante para solucionar el problema, aunque –según la encuesta–, el 52 por ciento de las y los costarricenses no ha tomado conciencia que deben reaccionar ante este flagelo social. Ante éste panorama, ¿cuál es el papel de los medios de comunicación masiva? Es importante sensibilizar y expo-