LA PESCA EN UN CONTEXTO DE SOSTENIBILIDAD Carlos Giménez - FUNDATUN (14 de marzo 2005) El sector pesquero mundial está sometido a grandes retos, quizás el más importante es seguir manteniendo una participación de 20 kilogramos promedio como oferta para la población mundial. Desde luego, hay un desafío constante; pero ese desafío se hace mayor cuando se comparte con la necesidad de un marco normativo mundial que obliga el establecimiento de responsabilidades muy concretas en la gestión pesquera a nivel de las naciones. No deja de ser un desafío tener que apoyarse en nuevas técnicas, más cónsonas con la sostenibilidad de los recursos; por cuanto los mejoramientos tecnológicos implican costos e inversiones muy significativas, que los administrados estarían en disposición de realizar sí se despejan muchas interrogantes sobre calificaciones muy severas que, a través de políticas recientes, se han venido haciendo sobre la actividad. Constituye también un desafío, el tener que luchar con un enemigo común como es la contaminación de los mares, ríos y lagunas. Los grandes flujos de residuos tóxicos, muchos de ellos de larga duración y su acumulación en consecuencia, representan una seria amenaza para los recursos pesqueros y para la actividad de pesca y acuicultura. No por casualidad el Código Internacional de Conducta para la Pesca Responsable contiene en uno de sus acápites, ese tema como de primer orden. Efectivamente, el Código en su artículo 8 (Operaciones Pesqueras) señala, en sus numerales 8.7 y 8.8, la protección del medio ambiente acuático y la protección atmosférica respectivamente; para garantizar los procedimientos exigidos por el Convenio Internacional de la Contaminación- acuerdo MARPOL. Pero además, el Código en sus principios generales, en el nuemral 6.8 del artículo 6, señala el especial empeño que debe ejercerse para controlar la destrucción, degradación, contaminación y otros efectos negativos producto de la actividad humana. La necesidad de manejar los recursos con criterios de sostenibilidad se ha visto estimulada desde 1984, luego de la Conferencia Mundial de la FAO sobre Ordenación y Desarrollo Pesqueros; además de las propias realidades observadas por la propia explotación. Ya para 1993, se aprueba el Código 4
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Tantas han sido las acciones por parte de los países y las organizaciones vinculadas que me voy a permitir hacer referencia a un boletín publicado por la FAO intitulado “Banca y Medio Ambiente” y cuyos autores son W. M. Gudger y B. C. Barker; en el que señalan algo que reviste mucho interés, por cuanto resume mucho: “Cuando la sociedad consume su capital natural, daña su capacidad de sostener ingresos y tal vez incluso a sí misma, a más largo plazo”. El documento interpreta que existen nuevos esquemas de valoración de proyectos de inversión y describe varios ejemplos muy estrechamente relacionados con el desmonte y la intensificación agrícola. Sin embargo, el informe debe ser objeto de una discusión abierta por parte de los países tropicales; particularmente por sus aspectos relativos a la explotación en zonas tropicales, como los bosques húmedos y los bosques áridos tropicales, aunados a los elementos de biodiversidad que ello implica, más cuando sabemos que nuestra biodiversidad es significativamente mayor que la de países temperados. En consecuencia, mantener esa biodiversidad implica multiplicidad de sacrificios no existentes en los países de clima templado. Volviendo a la pesca y su influencia en la disponibilidad de los recursos, no deberíamos fomentar dudas que, cuando nos referimos a recursos pesqueros, estamos señalando aquellos seres vivos que sirven de alimento, recreación o de otras actividades de interés para el hombre. Desde luego, estamos ante un enfoque antropocéntrico de la explotación de los recursos. Reciente estudio norteamericano sobre el impacto de la pesca de fondo (arrastre y dragados), señala que persisten muchos vacíos de información sobre el real impacto de ese tipo de pesca a nivel de los fondos marinos en la plataforma norteamericana. Tal estudio es bastante completo; sin embargo, sigue siendo preliminar. El mismo fue coordinado por un Comité de Expertos del Consejo Nacional de Investigaciones (NRC). Artículo reeditado del que apareciera en el Boletín COFA convivencia pesquera correspondiente a Marzo de 2005.
