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Brigadas comunitarias Lectores de Paz-es
¿Qué es una emergencia lectora? nos preguntó un día un zorro lector en su madriguera llena de historias ilustradas que ha venido cazando durante años. Hubo un momento silente como suelen ser los libros que protagonizan nuestras Brigadas; nos miramos queriendo encontrar una respuesta en las infinitas memorias de lo que hasta ese momento había representado para nosotras conectar corazones y tejer historias entrelazadas y en encuentro en el libro álbum quien es el protagonista.
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Hemos ido de a poco, pensando en cada travesía y dándole forma a través de los saberes a una respuesta de lo que significan nuestras Brigadas Comunitarias lectores de paz-es. Intentamos verbalizar la experiencia de permitirnos hacer una lectura de lo que somos, tanto en lo individual como en lo colectivo, cuando caminamos y habitamos cada recoveco de los territorios que hemos visitado. En cada uno de estos espacios descubrimos con imperecedera ternura
“la dicha de la palabra dicha” y una necesidad profunda de leernos con la suavidad que representa el palabreo, pero también el silencio expectante.
Más allá de un parche convocado en torno a la lectura en voz alta, mediado por el libro álbum y reunido alrededor de procesos sociales que se han gestado y juntado en las distintas localidades de Bogotá, nos damos el gusto de saborear con otros(as) la paz, o mejor dicho las paz–es en sus distintas manifestaciones. Estas expresiones están ilustradas en nuestras propias láminas de un Kamishibai (googlear por favor) que nos otorga el derecho de ser quienes somos.
La paz entonces no tiene una forma definida, nos las saboreamos en un almuercito hecho por las manos de mujeres rurales de Usme , también en el aleteo potente de los versos y el calorcito de un fogón que convocó la memoria para que el olvido no crezca en Kennedy , incluso en el asombro de la biodiversidad del andar por Monserrate. La paz esta en el nombre de los protagonistas de Guillermo Jorge Manuel José porque son los rostros de quienes están en nuestros espacios cercanos lo que nos llevó a la cotidianidad de los Montes de María, de Tito y Pepita que siempre consiguieron miles de sonrisas, de Camino a casa que nos recuerda preguntarnos todos los días ¿Dónde están nuestros desaparecidos? La paz es la amplificación sonora de las voces de quienes habitan cerca al Fuerte del viejo topo en Suba , también es el Corazón y la botella ya que leer la paz ha sembrado en cada una de nosotras un jun- co que nos permite decir con fuerza: somos lectores de paz – es. Reflexionamos que no hay una única paz, hay paz-es y son imperfectas. Hoy nos convoca una Necesidad Nacional , una emergencia lectora. De eso se trata, de reconocer que la lectura , del y sobre el otro, nos invita al cuidado propio y mutuo de los corazones tejedores de acciones colectivas, de seguir a-brigadas(os) con efervescencias a cada uno de nuestros procesos sociales y comunitarios por unas paz-es hechas al tamaño del libro que somos.