2 minute read
Del destierro y otros dolores
Aquella tarde en el avión, observando por última vez la majestuosa cordillera de los Andes le dije adiós a la blanca estrella que me vió nacer, adiós a la ciudad de colibríes y tijiquís. ¡Hasta pronto, mi amada Scorpio City! Brillarán de nuevo mis ojos cuando te vuelva a ver, cuando pise tu suelo y mire yo al sol nacer en medio de tus montañas.
Despedirme de mi ciudad, mi familia y amigos, significa también despedirme del fútbol -la única medicina más potente que el sexo con amor. Adiós Atlético Nacional, lo nuestro será siempre un amor a distancia, pero ahora es el océano, el inmenso mar, quién me separa de verte físicamente al menos, en el tiempo por venir.
Advertisement
Cuando cierro mis ojos y pienso en mis tardes de estadio, de ese credo bendito que mi padre me ense-
Quiero reconocer al Pueblo WurundjericomolosCustodios
TradicionalesdeestaTierraque pisanmispies.Tambiénme gustaríarendirhomenajealos otras calificativos indeseables: soy migrante, tercermundista, y con un acento raro… algunos dicen: exótico. Confieso que he llorado el mar que me separa de ti Verde querido, anhelando volver a verte. He querido salir corriendo a tu encuentro pero recuerdo que el exilio es mi realidad, esta disciplina auto impuesta que los migrantes saliendo de nuestros países nos echamos como apuesta, apelando a la suerte: como en los dados, para buscar un futuro, aunque muchos de nosotrxs no sabemos ni cómo luce. ne y que quizás, cuando vuelva yo a verte, nuevas copas reposarán en tus aposentos: en el palacio del Rey. A pesar de esto, mi amor que ahora se anida en la tristeza, se mantendrá intacto, como lo ha hecho en el pasado, cuando otrxs han querido que me aleje de tí, cuando el monopolio me prohibió verte jugar, y mi amor por ti Nacional sigue ahí, indeleble, no se mancha ni a la intemperie. ñó, mi corazón estalla en el pecho y vuelvo a ser esa niña, entrando por primera vez al tablón, una y otra vez.
Ancianosdelpasado,presentey emergentesdelaNaciónKulin yextendermirespetoatodos losindígenasaustralianos. Siemprehasido,esyserátierra aborigen.
Abro mis ojos en la realidad que tengo frente a mí, aquí, el fútbol es footy -una rara versión de rugby, y se asemeja a la pasión de nosotrxs lxs sudacas: seria, certera, a big deal.
Pero no es fútbol, no es el juego hermoso, no es la figura de geometría sagrada la que rueda en la cancha… siento simpatía, pero no el mismo amor, la camaradería de mi Nación , el humo del extintor, el temblor de la tribuna, el palpitar después del gol… Éstas yacen en los recuerdos, en las llamadas telefónicas y en los videos que mis compañerxs me envían para que sienta el calor de mi tribu.
Además de las desventajas impuestas por la sociedad al haber nacido mujer, aquí también sumo
La melancolía y el pesimismo son mi motor, los recuerdos que no dejo que se pierdan, el anhelo de una vuelta más. Así, la desesperanza como arma para transformar mi realidad y así, vivo un poco… en la distancia te veo jugar, entrego mi fuerza sabiendo que el tiempo no se detie-
Hoy, invoco a las almas de los amigxs que han partido, porque estas lágrimas también son suyas, como suyas son las copas, los campeonatos, el honor y la gloria, por ustedes,
¡Ni un minuto de silencio, toda una vida de aguante!
Cristian Sánchez