Cine Toma #43

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ÍNDICE

EL GLAMOROSO ARREBATO DIVAS Y FAMAS EN EL CINE MEXICANO

EL MISTERIO MISMO DEL ARTE DEL CINE María Félix, una doña de ceja levantada, devoradora, altiva y andrógina David Ramón

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DESDE LA FILMOTECA DE LA UNAM UN PRODUCTO INDEPENDIENTE, HONESTO La restauración de Reed, México insurgente Francisco Gaytán Fernández

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NO CUENTO TODO, PERO ME ACUERDO Queta Lavat, siete décadas en los escenarios Salvador Perches

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SER BELLA O SER INTELIGENTE Mimí Derba, productora y directora pionera María Silanés

PRODUCIDO EN EL CCC DISFRUTO MUCHO TIRAR CON MUY POCA LUZ Odei Zavaleta, fotógrafo de Un monstruo de mil cabezas Axel Muñoz

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CURSO DE ACTUACIÓN PARA CINE ¿A QUIÉN LLAMAMOS ESTRELLA? Carisma, vulnerabilidad y fuerza José Sefami

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ENTRECRUCES SU DISFRAZ COTIDIANO La Manuela en su reino de Garibaldi Alejandro Toledo

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FESTIVALES UNA PLATAFORMA PARA QUE LOS VECINOS COLABOREN iv Festival Internacional de Cine de Los Cabos Alonso Aguilar-Castillo

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TODOS ESTAMOS CONECTADOS viii Festival de Cine en el Campo Fernanda Rivero

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HACIA LA FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACIÓN ii Foro Latinoamericano de Producción Audiovisual, flicc Sofía Llorente

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PARTE FUNDAMENTAL DEL MAPA CINEMATOGRÁFICO REGIONAL xix Festival de Cine de Lima Gonzalo Hurtado

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25 EN PORTADA: Elpidia Carrillo y Rafael Inclán, como el matrimonio narco reunido tras años de ausencia en Familia Gang (México, 2013). Productora: Hakuhn. Distribuidora: Cinenauta.

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SOY UNA MUJER QUE, DE VERDAD, TIENE UNA ACTITUD DIFERENTE Leticia Perdigón, una lolita de los setenta Fabián de la Cruz Polanco CUANDO CRUCÉ, EL MUNDO, EL UNIVERSO SE ME ABRIÓ Elpidia Carrillo, una terracalentana en Hollywood Sergio Raúl López YO SOY LA ANTIDIVA Dolores Heredia y su permanente lanzarse al vacío como actriz Octavio Maya Rocha DISTANTE Y SUBYUGANTE Andrea Palma, la diva durangueña de vestido entallado y mirada lánguid Perla Schwartz LA FASCINACIÓN DE UNA MUJER El orígen, esplendor, crepúsculo y desaparición de las divas en México Irving Torres Yllán

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INDUSTRIA UN LUGAR CÓMODO, SEGURO Y CON HISTORIA Los 70 años de los Estudios Churubusco, según Carlos García Agraz Luis Carrasco García

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ACADÉMICAS LA ASIGNACIÓN DE RESPONSABILIDADES ES IMPOSIBLE El tráfico de armas fronterizo a lo largo de 600 millas, de Gabriel Ripstein Gonzalo Hurtado


DIRECTORIO EDITORIAL Director general: José Sefami Subdirector general: Jaime Chabaud Subdirector editorial: Sergio Raúl López Consejo Editorial: Armando Casas, Ángeles Castro Gurría, Fernando Eimbcke, Roberto Fiesco, Leonardo García Tsao, Everardo González, Flavio González Mello, Alfredo Joskowiez(✡), Mónica Lozano, Lorenza Manrique, José Ramón Mikelajáuregui, Elisa Miller, Beatriz Novaro, Ignacio Ortiz y Víctor Ugalde.

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ESTRENOS UN MUNDO TERRIBLE PERO APASIONANTE Familia Gang, de Armando Casas Salvador Perches

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TRABAJAR CON NIÑOS ES HABLAR DEL FUTURO Fantasías y matrimonios funcionales en La fórmula secreta del doctor Funes, de José Buil José Juan Reyes

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LA ENFERMERÍA PARA RESCATARSE A SÍ MISMO La siniestra cercanía emocional en Chronic, de Michel Franco Gonzalo Hurtado

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ENTREVISTA TUVIMOS LA PACIENCIA PARA NO FORZAR LA PELÍCULA Martha Orozco, productora mexicana de Allende, mi abuelo Allende Sergio Raúl López

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ARTISTAS CINÉFILOS LO CINEMATOGRÁFICO ES DESLUMBRANTE Jaramar, cine para los oídos Andrés Cisneros de la Cruz

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Diseño visual y arte: Irasema Chávez Santander Corrección de estilo: Abril Terreros Asistencia editorial: Fernanda Sarabia Publicidad: Hugo Wirth Jefe de distribución: Adriana Nájera Distribución: Sergio Sánchez, Daniel Castanedo y Javier Baltazar Asistencia general: María de la Paz Zamora y Verónica Cruz Correos electrónicos: Redacción: cinetoma@gmail.com Diseño: disenopasodegato@gmail.com Ventas: publicidad@pasodegato.com Suscripciones: adriana.pasodegato@gmail.com CINE-TOMA Año 8, Núm. 43, noviembre-diciembre de 2015. Es una publicación bimestral Editada por José Sefami Eleuterio Méndez 11, Col. Churubusco-Coyoacán, C. P. 04120, México, D. F. Teléfonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756. Editor responsable: Jaime Chabaud Magnus No. de certificado de reserva al título: 04 - 2008 - 080418121600 - 102. ISSN: 2007-3305 No. de certificado de licitud de título: 14265. No. de certificado de contenido: 11838. Ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Distribución: PasodeGato Sepomex, pp09.1673 Distribuido por dimsa en locales cerrados. Impresa por: Preprensa Digital S. A de C. V. Caravaggio No. 30, Col. Mixcoac, C. P. 03910, México, Distrito Federal. Este número se terminó de imprimir en octubre de 2015 con un tiraje de 10,000 (diez mil) ejemplares. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial sin previa autorización.

AGRADECIMIENTOS: Centro de Capacitación Cinmatográfica, Editorial Planeta, Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, Consecuencias Publicitarias; Filmoteca de la UNAM, TV UNAM, Ediciones sin Nombre e Instituto Mexicano de Cinematografía.

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United Artists La arrebatadora belleza y sensualidad que la potosina Lupe Velez imprimía a sus personajes le ganó ser apodada como el personaje del serial producido para ella: The Mexican Spitfire, en los años cuarenta. Aquí, la vemos con otro icono hollywoodense, Douglas Fairbanks, en El Gaucho (Estados Unidos, 1927), de F. Richard Jones.

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EL GLAMOROSO ARREBATO DIVAS Y FAMAS EN EL CINE MEXICANO

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mán de los frustrados anhelos que combinan la negación de la propia estima mexicana con el banal retrato de la aparente abundancia y plenitud estadounidense, el sistema de estrellas hollywoodense atrae al público nacional de una manera ineludible, casi tan inevitablemente como ocurre con sus pares televisivos, las figuras teñidas de rubio con rasgos clonados por cirujanos, que pueblan la industria de la telenovela nacional. Así, los amoríos y romances entre celebridades son publicitados, los rompimientos gritados a los cuatro vientos, sus progenies y adopciones, sus vestimentas y joyerías —por lo regular en calidad de préstamo— y muchos más detalles fugados de la intimidad imposible de guardar por los habitantes de este Olimpo artificial son la información más valiosa para la mercadotecnia y los medios masivos y electrónicos. Sus vidas, costumbres y obsesiones resultan materia común de los corrillos y cotilleos del público masivo, tan ligado a los modos de vida consumista como dependientes de las hazañas o desgracias ajenas, tan carentes de individualidad como sea posible. Pero frecuentemente olvidamos que la gran época del glamour, de la riqueza vuelta vestidos lujosos, autos deportivos, anillos de diamantes y fastuosos banquetes en los que se reunían las estrellas de una incipiente industria de cine que había logrado conjuntar el talento con la fama —y no sólo la meta vacua de ser famoso— en una variopinta y bastante liberal caterva de actores, bailarines, cómicos, escritores, directores, fotógrafos y productores, ocurrió entre las décadas de los años veinte y cuarenta, justo en el periodo entre guerras. Y una buena cantidad de mexicanos lograron insertarse en dicha industria, incluyendo a las más bellas y glamorosas actrices que se formaban parte de este club de estrellas fílmicas, dueñas de juventud, riqueza y belleza. ¡Vaya combinación! Un nutrido grupo de mexicanos, faltaba menos, lograron no sólo llegar a las californianas tierras prometidas para trabajar como actores del entonces cine silente, sino, además, instalarse entre los favoritos del público, un hecho que pareciera que hemos olvidado, para dar rienda suelta a nuestra admiración por otros nombres, por otras procedencias. Imaginemos la escena, en la alberca de la lujosa mansión californiana del neoyorquino con origen irlandés, Cedric Gibbons, una mujer de pavorosa hermosura, de piel morena y larga cabellera, ataviada con un traje de baño inmaculadamente blanco y de dos piezas —que impuso como moda—, sintió apenas el ligero roce de un meñique por encima de su vientre, mientras la dueña del dedo repetía, fascinada: “¡Qué magnífico ombligo!”. Se trataba, nada menos, que de la gran “Ninotchka”, la estrella sueca Greta Garbo, una de las invitadas al ágape, admirando la perfección

corporal de la durangueña María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez del Río, en ese entonces una de las mayores atracciones tanto de la taquilla como de la propia comunidad de figurines célebres. Dolores del Río era admirada lo mismo por Marion Davies que por Marlene Dietrich, por Charles Chaplin que por Douglas Fairbanks y se encontraba casada con uno de los más poderosos productores de la industria, el director artístico de la Metro Goldwyn Mayer y creador de los premios Oscar. O qué decir de la “Mexican Spitfire”, la sensual Lupe Vélez, quien lo mismo tuvo tórridos romances con Gary Cooper, Johnny Weissmuller o Arturo de Córdova y, a su suicidio, tuvo multitudinarias pompas fúnebres. Y a la lista han de sumarse Lupita Tovar, Andrea Palma, Ramón Novarro, Katy Jurado, Ricardo Montalbán, Tito Guízar y Anthony Queen, entre otros. En México, mientras tanto, una industria nacional de características muy propias y con gran penetración de mercado, sobre todo en los países hispanohablantes, comenzó a gestarse, generando un amplio y muy abundante sistema de figuras que lograban paralizar las calles de La Habana, como Jorge Negrete; cancelar sin mayor problema giras artísticas por Colombia, como María Félix; encantar al público que acudía a las caravanas de talentos, como Pedro Infante, y que, hasta bien entrados los años setenta, mantuvo una importante presencia en distintos países lo mismo que en el territorio nacional, con salas retacadas de miles de espectadores. Pero todo eso ya no existe. Cierto, tenemos a un grupo de figuras internacionales que mantienen una carrera internacional en activo como Salma Hayek, Gael García Bernal o Diego Luna, con algunos candidatos al Oscar como Adriana Barraza, Demián Bichir o la propia veracruzana Hayek. Pero quienes más brillan en el panorama actual son los directores y fotógrafos, que logran quedarse con los ambicionados premios dorados de Hollywood —Alejandro G. Iñárritu, Alfonso Cuarón, Emmanuel Lubezki, Guillermo Navarro— o son recompensados con destacados premios en festivales internacionales como el de Cannes —Carlos Reygadas, Amat Escalante, Michel Franco, Michael Rowe—, pues nuestro sistema cinematográfico da mayor importancia a la producción, que a la exhibición y a la recaudación en taquilla. Este número se dedica a analizar las características que hacen que una persona dedicada a la actuación cinematográfica logre tener preeminencia en su sociedad, sea una referencia o logre conseguir la ensoñación cada vez más extendida en la sociedad actual de ser admirado, deseado y envidiado como única forma de completarse como ser humano y de acceder a la felicidad. Sirvan estas páginas para examinar ejemplos de esos sueños, pero también esperamos que sean útiles para despertarnos de ellos. CINE TOMA 43

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Filmex

EL GLAMOROSO ARREBATO

Como la madura y deshinibida Diana en Amor y sexo, de Luis Alcoriza.

EL MISTERIO MISMO DEL ARTE DEL CINE MARÍA FÉLIX, UNA DOÑA DE CEJA LEVANTADA, DEVORADORA, ALTIVA Y ANDRÓGINA David Ramón

Figura inconmensurable del panteón de estrellas de la Época de Oro del cine mexicano, María Félix no sólo representa la figura total de la gran industria nacional, hipnotizadora de masas e imán de taquilla, sino algo más, una grafía indeleble del lenguaje cinematográfico y un mito iridiscente que ha trascendido el tiempo.

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EL GLAMOROSO ARREBATO A Mauricio Peña

A

María de los Ángeles —¡qué nombre!— Félix Güereña tocó, en la lotería de la vida, la milagrosa tarea de crear y encarnar algo excepcional: el signo, el mito María Félix; ese ser que, como escribiera premonitoriamente Rómulo Gallegos en su novela Doña Bárbara (1929), vino “de más allá de más nunca”. El gran literato intuye, como artista, a ese ser único que era María Félix; que vino de más allá —en este caso ella misma— y de más nunca, porque después de ella, nadie como ella. Signo y mito De ella misma vino —y aquí es necesario acuñar un adjetivo digno de tal creación— la arcangelical criatura, para encarnar y ser ¡María Félix!, que también, y por ello mismo, es: “María bonita”, “María del alma”, “María de México”, y es, ante todo y sobre todo, “María del cine”… El nitrato de plata es la espuma de donde surge María Félix. Su nacimiento ocurre en el cine y éste, desde el principio, la inviste como signo y luego —muy pronto— como mito. Signo y mito, paradigmas lingüísticos; es decir, estamos hablando de lenguaje. Como todos sabemos, signo es, en general, “ algo que actúa como un estímulo, pues ya sea por su naturaleza o convencionalmente, nos hace pensar en otro algo”. El signo puede ser visual, auditivo o ambas cosas; en este último caso está la palabra base del lenguaje escrito y hablado y, por esto mismo, es denominada “signo lingüístico”, pero así como la palabra no es el único tipo de signo, así tampoco el, digamos, lenguaje literario es el único sistema de lenguaje. Podemos hablar de varios lenguajes, entre ellos, el cinematográfico o fílmico, al que pertenece el signo —icónico, sí, pero, como veremos más adelante, también auditivo— y el mito María Félix. En el lenguaje escrito, los signos lingüísticos —o palabras— se unen formando frases y oraciones, y éstas, al combinarse, forman el discurso, que es una escritura; en el lenguaje cinematográfico —cinematográfico significa, en griego, “escribir con imágenes”— el discurso se forma con la asociación de imágenes o signos visuales. Dentro de la escritura fílmica, María Félix se inicia como signo, como signo icónico o imagen, pero pronto el signo se convierte en mito, en la acepción que da a éste último concepto el semiólogo y filósofo francés Roland Barthes: “el mito es ya un habla, es decir, una forma de expresión dentro del lenguaje”. Pero nos estamos adelantando, en el lenguaje de la estructura cinematográfica estamos haciendo un flashforward, es decir, un salto hacia el futuro, y aquí lo que conviene es un flashback, es decir, un salto hacia el pasado. La belleza de un rostro En el principio era el signo: María Félix se fotografía por primera vez para el cine mexicano en los años cuarenta. El 9 de septiembre de 1942 se inicia la filmación de El peñón de las ánimas (México, 1942, de Miguel Zacarías) —su primera película, ya al lado de Jorge Negrete—; desde entonces, el signo denota y connota la belleza total para el espectador, que queda inmediatamente perturbado, pero, además, esa perturbación es permanente; esta permanencia, digamos, como el fenómeno en el que se basa el cine mismo —la persistencia retiniana— es muy importante por-

que crea una insaciabilidad. Quien lo ha visto en una película, en esta primera película, quiere verlo una vez más y en otra y en otra; quiere verlo siempre, permanentemente. Después de haber sido herido por la imagen —signo— María Félix, el espectador desea que esta herida luminosa permanezca siempre abierta; el signo se le clava, se le clavará cada vez más profundamente en el fondo de su sensibilidad y de su memoria visual. Por el tiempo en que se inicia y por la diacronía en que evoluciona de signo a mito, el rostro de María Félix —base y sustento de todo ello— es un rostro que ya no pertenece al clásico temprano del cine, en el cual se confunde con la máscara, a la vez fuerte y frágil, atacado y esculpido por la luz artificial; rostro en alguna forma artificioso o, mejor dicho, artificio puro, rostro/icono/ máscara, que produce, en quien lo mira, una fascinación que raya en el hipnotismo. Habría que agregar, sin embargo, que el rostro de María Félix está en otra etapa histórica del cine, posterior al clásico temprano, pero, asimismo, ejerce el poder hipnótico del rostro cinematográfico del primer clásico; también, ante éste, la voluntad del espectador es totalmente abolida, totalmente sumergida en el deseo de perderse en este absoluto de lo hermoso, y hay en él terrenos paralelos a los de los dominios de los rostros fílmicos de la época clásica; hay un deslinde en la diferencia fundamental de que éstos son rostros que vemos pero que nunca nos ven, aunque estén mirando a la cámara; mejor dicho, aunque la cámara los esté mirando para que los miremos. En cambio, desde lo inconmensurable de la belleza del rostro de María Félix, dentro de un óvalo perfecto de marfil —tal vez de seda— esos ojos —una de las partes más impresionantes de ese rostro—, cuya liquidez es un abismal océano en que nos perdemos, esos ojos nos ven, nos retan y nos dicen muchas cosas profundas, insondables, inquietantes, terribles. La mirada que vemos y, sobre todo, que nos ve, es quizá lo más característico de este signo icónico, perturbador, “fatalmente sugestivo” en el sentido en el que habla Baudelaire con respecto a la mujer. Voz que estremece Pero hay además otro elemento distintivo de este signo. Como la palabra, es también bifásico, a la vez visual y auditivo. A diferencia de los signos icónicos de la época fílmica clásica —como el discurso en que se insertan, mudas, las divas de un cine silente de quien el espectador ignora siempre su voz (lo que, por otro lado, afianza el mito)—, en el cine hablado el signo visual tiene voz; el rostro tiene una voz y, en el caso de María Félix, se trata de un tono oral, una imagen acústica milagrosamente congruente con la visual. Ese rostro sólo una voz podría tener, esa voz, como la de nadie más, modulada con el inquietante, perturbador, extraordinario registro del bajo y de la que, parafraseando al diamantino poeta, pudiera decirse que se alza a la mitad del foro (cinematográfico) a la manera del tenor que imita la gutural modulación del bajo para arrancar a la epopeya un gajo. Así es la voz que ha estremecido a todos sus oyentes desde que esa imagen fónica y visual vino al cine, “del más allá del más nunca”, en 1942. Sólo así, con la voz de María Félix, podía hablar la protagonista de La mujer sin alma (México, 1943, de Fernando de Fuentes), La devoradora (México, 1946, de Fernando de Fuentes) y, sobre todo, Doña Bárbara (México, 1943, de Fernando de FuenCINE TOMA 43

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EL GLAMOROSO ARREBATO

Desde lo inconmensurable de la belleza del rostro de María Félix, dentro de un óvalo perfecto de marfil —tal vez de seda— esos ojos —una de las partes más impresionantes de ese rostro—, cuya liquidez es un abismal océano en que nos perdemos, esos ojos nos ven, nos retan y nos dicen muchas cosas profundas, insondables, inquietantes, terribles. muy rápidamente en mito. Si ya en su primera película el signo María Félix era la denotación y connotación de la belleza total, pronto se le irán añadiendo nuevas lecturas de otras facetas del signo, cuya iridiscencia característica brillará particularmente en cada nueva película de una filmografía que a la larga resultará muy extensa y, reitero, un signo que por su fuerza y singularidad, desde muy temprano, está destinado a convertirse en mito. Una altiva andrógina que se rehúsa Fernando de Fuentes, quizá el más grande autor cinematográfico mexicano, dirige una trilogía esencial para el signo María Félix: Doña Bárbara, La mujer sin alma y La devoradora. En la primera, el signo deviene en la Doña, artículo y sustantivo se convierten en

Filmex

tes y Miguel M. Delgado); la voz de María Félix en Doña Bárbara es igual que su rostro o su mirada, “un alarde que a toda América inflama” (Pita Amor, dixit). Y a tal grado, especialmente aquí, el signo toma una arista particularmente brillante que hiere al imaginario colectivo y se queda grabado en él y éste le concede un nombre permanente, sinónimo totalizador de María Félix: “la Doña”. María Félix es la Doña y la Doña es María Félix. El diccionario da dos acepciones para el término doña: “joya o alhaja y, particularmente, dádiva”, y “distintivo con que se nombra a la mujer de calidad, precediendo a su nombre propio”. Ambas definiciones se corresponden cabalmente con el signo María Félix, sólo que en el imaginario colectivo se matiza y el artículo definido “la” es ahora el que le precede casi siempre. Y a veces es sólo Doña que sustituye a María o a María Félix, y queda en el aire como un halo sutil el nombre propio que precedía: ese Bárbara perdido que no deja de evocarse, sin embargo, porque esa Doña o la Doña es una mujer muy fuerte, muy bravía. En ese sentido, tampoco la referencia joya, alhaja o dádiva se pierde del todo, puesto que el signo fílmico María Félix es la dádiva de una joya; una diosa fílmica que se ofrece generosamente a la mirada de los espectadores. La Doña se convierte en una de las posibles lecturas permanentes que se le hace al signo que comienza a manifestarse, que se manifestó por primera vez en El peñón de las ánimas y que, aun desde entonces, es evidente, tenderá a convertirse

La solitaria y esquiva Lena Kovach, rechaza insistentemente al viudo Esteban Velasco en Que dios me perdone, de Tito Davidson.

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Panamerican Films

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Como la modelo artística Raquel Serrano, María Félix seduce a Antonio Ituarte (Arturo de Córdova), en La diosa arrodillada, de Roberto Gavaldón.

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Producciones Grovas.

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Como Diana de Arellano, una mujer fatal en La devoradora, de Fernando de Fuentes.

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EL GLAMOROSO ARREBATO nombre y apellido del mito, leído como mujer de carácter indomable; en la fiereza y altivez connaturales de tan singular belleza. En La mujer sin alma, hay otra parte esencial del mito: en la fisonomía del signo, una ceja se levanta y se levanta —y se levantará para siempre— a una altura imposible; es la altivez pura, incluso en términos físicos. Y en La devoradora, el signo enfatiza a la devoradora de hombres que se destruyen a sí mismos porque se abocan a lo imposible: obtener lo inasequible. María Félix, contradictoriamente, o por ello mismo, por su “pasional frialdad”, se le rehúsa a los hombres, devorados en la película por su vano intento de obtener ese signo: “que del arte [cinematográfico] ostentando los primores, […] es cauteloso engaño del sentido” (Este que ves, engaño colorido, Sor Juana Inés de la Cruz. Ya antes, en La monja alférez (México, 1944, de Emilio Gómez Muriel), destacaba otro aspecto inquietante del signo: la androginia, el ser que lleva dentro y en su apariencia a su contrario, o a su aparente contrario, perfectamente agemelado. Aquí hay una afrodita/amazona; un ser más atractivo e igualmente deseable para los dos sexos, pues esa belleza pertubadora y en calzas transgrede todos los límites de la femineidad convencional. El signo femenino se amplía en significado con la vestimenta masculina, y se hace más sugestivo de encantos extraordinarios; en un referente masculino es un mensaje de ambigüedad en el que la belleza se amplía a un registro de mayores posibilidades. Divinidad y terrenalidad En el signo, en el mito, hay diversas esencias: suprema belleza, pasión, altivez, androginia. Pronto el signo accede a la divinidad —esencialmente cinematográfica, claro—, divina belleza o belleza divina, María Félix personifica a la Virgen María; una divinidad esencialmente fílmica que está subrayando un estado supremo de belleza que sólo el cine puede fotografiar, crear y recrear; la idea de una belleza literalmente divina, espiritual, materna —de la mater amabilis—; reina de las reinas del cielo que el cine fotografía y evidencia. Al mismo tiempo y en la misma película, está el anverso del mismo signo, el otro personaje encarnado por María Félix: Gálata Orsina, una casi insoportable belleza terrenal, salvaje, pasional, de rasgos acentuados por un punto supremo: su cabellera, melena de leona, característica esencial del icono, destacada corona natural, tan magnífica como la de piedras preciosas que remata el rostro de la Virgen María fílmica. Julio Bracho es director de El monje blanco (México, 1945) y de La Virgen que forjó una patria (México, 1942); aunque en esta última no aparece María Félix, sí hay una asociación con el signo María Félix, puesto que, después de que representó a la Virgen María, encarnó a la patria mexicana misma, a la mexicanidad toda. Es un signo visual de la idea que de la patria mexicana tiene el filósofo José Vasconcelos. En la escritura cinematográfica de Emilio “Indio” Fernández, será belleza nacional, “la india bonita”. Surgen ahora los primas de la ternura fuerte, de la madre protectora, la educadora, la maestra rural de Río escondido (México, 1947, de Emilio Fernández), en un juego de espejos e imágenes entre Gabriel Figueroa —camarógrafo de la película— y Diego Rivera —genial pintor mexicano y perpetuo enamorado de María Félix que, durante la filmación de la película, la capta en un solo

El rostro tiene una voz y, en el caso de María Félix, se trata de un tono oral, una imagen acústica milagrosamente congruente con la visual. Ese rostro sólo una voz podría tener, esa voz, como la de nadie más, modulada con el inquietante, perturbador, extraordinario registro del bajo y de la que, parafraseando al diamantino poeta, pudiera decirse que se alza a la mitad del foro (cinematográfico) a la manera del tenor que imita la gutural modulación del bajo, para arrancar a la epopeya un gajo.

trazo en carbón como a una Madonna mexicana que ampara en sus brazos, protege y cubre, con un rebozo, a un niño mexicano—; una realidad simbólica, metafórica y fónica, como lo grita la propia María Félix en la película: “Ese niño es México”. Es María Félix en la filmografía de su primera etapa con el “Indio” Fernández, una suave patria fílmica con sus trenzas, con su rebozo; imagen que vuelve a florecer en Enamorada (México, 1946) y en Maclovia (México, 1948). Estrella de cine Finalmente, todo pareciera sintetizarse en un término lingüístico, estrictamente fílmico, “estrella de cine”, signo de un ser excepcional; signo que convierte al espectador en feligrés, que concita el culto, el fanatismo, la idolatría; signo-cimiento en muchos filmes, no de autor sino de estrella. La estrella, ese ser magnífico que se representará a sí mismo de manera cada vez más perfectamente igual y distinta; milagro de continuidad y fidelidad que llena e ilumina una pantalla con luz propia. En toda la filmografía subsecuente de María Félix se jugará con el abanico de todas las connotaciones, denotaciones, iridiscencias y esplendores del ya perfecto mito, es decir, de un habla dentro de la escritura cinematográfica de varios autores. Así, en las películas de Roberto Gavaldón, jugado con maestría en su impecable lenguaje cinematográfico, es usado como el mito que es, como un mensaje en un sistema de comunicación, ya que, como reitero, el mito es un habla —en este caso dicho rostro es tanto conceptual (idea) como sustancial (acontecimiento)—, un signo que quien lo maneja en su caligrafía fílmica lo ofrece y lo despliega con cierta significación. Tal es el mito de María Félix en la filmografía de Roberto Gavaldón, compuesta por La diosa arrodillada (México, 1947), Camelia (México, 1953), La escondida (México, 1955), Canasta de cuentos mexicanos (México, 1955), Flor de mayo (México, 1957) y Miércoles de ceniza (México, 1958). Ya establecido el signo, incluso de manera temprana, éste no CINE TOMA 43

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Aquí hay una afrodita/amazona, un ser más atractivo e igualmente deseable para los dos sexos, pues esa belleza pertubadora y en calzas transgrede todos los límites de la femineidad convencional. El signo femenino se amplía en significado con la vestimenta masculina, y se hace más sugestivo de encantos extraordinarios; en un referente masculino es un mensaje de ambigüedad en el que la belleza se amplía a un registro de mayores posibilidades.

Producciones Rodríguez.

del vientre de una odalisca digna de las mil y una noches. La Revolución viva Pero el signo retorna al origen, al cine mexicano, y aún reserva sorpresas, Pandora a la inversa pues de su caja abierta van saliendo maravillas en vez de desgracias. Ahora María Félix va a encarnar a la mexicanidad en otra forma; una novedad fílmica de la patria será la epopeya de la Revolución mexicana, condensada en su signo: se vuelve la Revolución mexicana misma. Tal es la función del mito en La En La Cucaracha, de Ismael Rodríguez, una bragadísima Félix alternó con una muy femenina Dolores del Río. cucaracha (México, 1958, de Ismael Rodríguez), Juana Gallo (México, 1960, de puede quedar en un nivel local; una vez inserto en el cine —un Miguel Zacarías) y La bandida (México, 1962, de Roberto Rodrímedio masivo de comunicación a nivel mundial—, es exigido guez), culminando con el grado máximo como titular del mismo por otras cinematografías, por diversos autores, pero siempre, en La generala (México, 1970, de Juan Ibáñez), la última película, por supuesto, con todos los atributos que el signo y el mito la número 47 en su filmografía. implican desde siempre. La pasión desnuda (Argentina, 1952, Pero nos estamos adelantando, esto no ha terminado, tenede Luis César Amadori) exalta el elemento pasional; Hechizo mos que volver al origen —al planteamiento del signo y del mito— trágico (Incantesimo trágico, Italia, 1951, de Mario Sequi), la después de ver que su desarrollo arriba a unas conclusiones. El fascinación; La corona negra (España, 1951, de Luis Saslavsky), signo, el mito María Félix, siendo un habla es, como toda forma el misterio de un ser… en el filme, María Félix, que encarna de lenguaje, la posibilidad de aprehender a través del universo el signo, según palabras del autor del guión, el poeta francés entero y, como el aleph, todo universo lingüístico y semántico, Jean Cocteau: “es una loca que se cree María Félix”; Los héroes denotativo y connotativo. Por medio del arte en que se inscriben están fatigados (Les héros sont fatigués, Francia, 1955, de Yves el signo y el mito, éste habla situado en el cine que es el doble Ciampi) y French can-can (Francia-Italia, 1954, de Jean Renoir) juego de la mirada del espectador sobre un signo —en este caso explotan ese finísimo erotismo del signo, la primera en un ma- María Félix—, y de la mirada de éste sobre el espectador que lo ravilloso semidesnudo y la segunda en una excepcional danza está viendo, se nos entrega —o parece entregársenos— la posibi12

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lidad aterradora de la compresión total. Por la vista, de la visión del mito y el signo María Félix, éste se apodera del espectador que se convierte en “Mariano Cinesco”, aboliéndose para él todo lo demás, incluyendo cualquier otro culto fílmico. Pero a pesar de tantos milagros, el espectador que ve el mito queda inconforme porque intuye que “no lo ve en su totalidad”. También quiere ver al creador —creadora, en este caso— del mito que, necesariamente por su magnitud, tiene que ser —quizá en este caso, ¡audacia de audacias!— tan bello como inteligente… Y hay momentos, hay ráfagas, destellos mortales, momentos de visión ciega en que, efectivamente, lo logra, y en esta visión se confunden la criatura y el creador. Misericordiosamente, son instantes —porque la visión total del mito podría cegarnos— y el misterio —último elemento, sine qua non—, del mito continúa. Pero el misterio del rostro, del signo, del mito María Félix, es el que nos da la posibilidad de ver y no ver; de verlo totalmente y a veces no verlo; de ver todo sin ver nada o viceversa; de ver el interior por el exterior, o el reverso por el anverso; la posibilidad de entender y poseer el mundo por medio de la mirada. Es el misterio pleno de fascinación y belleza de la imagen en movimiento detenida en un eterno momento efímero. Es la gloria del gran acercamiento —del primer plano o del close up— desbordando la enorme pantalla, “más grande que la vida misma”. Es, en otras palabras, el misterio mismo del arte del cine.

David Ramón. Escritor, investigador, historiador cinematográfico, catedrático universitario, licenciado en lingüística y literatura hispánica por la unam, donde fue maestro fundador del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades (cch) y fue reconocido con la Medalla de Plata unam, por una vida dedicada a la docencia, la investigación y la difusión de la cultura. Miembro fundador del Frente de Liberación Homosexual de México, en 1972. Ha publicado los libros 80 años de cine en México (unam, 1981); Sensualidad: las películas de Ninón Sevilla (unam, 1989); La santa de Orson Welles (unam, 1991) y Dolores del Río, historia de un rostro (unam, 1993). Desde 1967 ha publicado ensayos sobre cine y otras artes en los principales suplementos y revistas culturales de México y el extranjero. Ha sido invitado como jurado y conferencista a los festivales de cine de Mannheim, Berlín, San Francisco, Telluride; Guadalajara, Ajijic, Valparaiso, Morelia, San Luis Potosí y el Cervantino. Es fundador y director del Festival Internacional de Cine (fic) Gay de la unam.

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Cinematográfica Grovas

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En Acá las tortas, de Juan Bustillo Oro, Queta Lavat hace el papel de Lupe., la presumida hija recién llegada de los Estados Unidos.

NO CUENTO TODO, PERO ME ACUERDO QUETA LAVAT, SIETE DÉCADAS EN LOS ESCENARIOS Salvador Perches

La sencillez y la bonhomía de carácter que posee doña Enriqueta “Queta” Lavat, la han definido como una de las actrices de mayor consistencia y constancia en su trayectoria, que se extiende por siete décadas en activo en el medio mexicano, caracterizada por una gran lucidez y una claridad apabullante para conducirse. En un medio en el que abundan la egolatría y la displicencia, se mantiene como una estrella alejada de todo glamour y de cualquier desplante de diva.

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EL GLAMOROSO ARREBATO Actriz emblemática de la televisión mexicana, Enriqueta “Queta” Lavat, mantuvo una prolífica trayectoria como una jovial, fresca y bella protagonista de la Época de Oro, ya que aparece en un centenar y medio de títulos al lado de las grandes estrellas mexicanas. Nacida en la colonia Roma de la Ciudad de México, en 1929, desde muy joven recibió educación tanto de danza como teatral, por lo que debutó como figurante todavía menor de edad, a los 17 años, en una producción protagonizada por el charro cantor por antonomasia, Jorge Negrete. Y si bien nunca tuvo las intenciones de convertirse en una diva o una estrella inalcanzable, en una era repleta de figuras casi míticas, su absoluta humildad y disposición para el trabajo la han vuelto una de las grandes figuras en pleno apogeo de la industria nacional. ¿Cómo fue que empezó a trabajar hace 70 años? Estaba yo muy chiquilla, chiquilla e inocente, porque era otra época, y no es que hable mal de ésta, me gusta que las chicas sean tan abiertas, tan bonitas, pero antes éramos muy penosas. Yo había bailado desde muy chiquita, y la Academia Shirley solía organizar matinés en el Cine Alameda, también bailábamos en el Tap Room del hotel Reforma, que era lo más elegante en esa época, ahí íbamos todas las chiquillas. Desde entonces, ya tenía cierto gusto por el espectáculo, el show y el aplauso. Mi prima y compañera de baile, María Elena Márqués, fue a concursar a los aficionados —aquéllos en que se les tocaba la campana al que era descalificado— y el premio era participar en una película con Jorge Negrete, la primera en color que se iba a hacer en México (¡Así se quiere en Jalisco!, México, 1942, de Fernando de Fuentes). Y lo ganó porque cantaba muy bonito, así que se fue de la academia, dejó el baile y todo. Bueno, cuando me la volví a encontrar, al poco tiempo, ya muy estrella, había hecho varias películas, como La trepadora (México, 1944, de Fernando de Fuentes) o Doña Bárbara (México, 1943, de Fernando de Fuentes) y me dijo: “¡Ahora sí no te me vas escapar!”, “¿Por qué?”, “Porque te voy a meter al cine”. “¡No, no, no, qué miedo!”, “No, sí te voy a meter, voy a hacer una película muy bella, Las colegialas (México, 1946, de Miguel M. Delgado) y estás ideal para eso, te van a hacer tu uniforme, el galán es guapísimo, un galanazo: Gustavo Rojo”; en fin había muchos atractivos aunque también tenía mucho, mucho miedo, pero fui. Ya estando en la filmación, yo era de las muchachas de conjunto, claro, y me daba mucha risa porque me le escondía a María Elena, ya que la cámara me daba miedo, en cuanto sentía su mano me jalaba junto a ella en plena escena. Bueno, así fue mi principio, ya después hice con ella Carita de cielo (México, 1947, de José Díaz Morales) y La perla (México, 1947, de Emilio “Indio” Fernández), con la que nos fuimos a grabar dos meses en Acapulco. Ahí corría las escenas una vez en inglés y una en español, porque eran dos versiones, además bailé “La Bamba”. En fin, estaba muy a gusto en el grupo, aunque Emilio “el Indio” Fernández no me quería porque era güera. “¡Yo no quiero güeras en mi película!”, refunfuñaba. Y María Elena le respondía: “¡Pues si quitas a mi prima, yo también me voy!”. Y él ya reculaba: “¡No, no, no, no, no!”, entonces me aguantaba ahí. Después hice Yo quiero ser mala (México, 1950, de Miguel M. González), ¡ay, unas películas lindísimas! Fue entonces que María Elena me advirtió: “Bueno, te puse en la puerta, ahora tú

No me faltó un solo actor con quien trabajar de la Época de Oro. Todos, todas. Tampoco me faltó ningún director o productor. Tuve muchas y muy buenas amistades, muchísimas, y siempre me mantuve trabajando, una película me recomendaba a otra y a otra y a otra. Afortunadamente así fue siempre, tengo la satisfacción de que mi trabajo me ha recomendado, nada más.

sabes si entras o ya no, bueno ya no te voy a recomendar, a ver ahora qué haces”. Afortunadamente seguí, trabajé y trabajé y trabajé, y tengo una cantidad de películas que cuando las veo, me pregunto: “¿Cuándo hice esto?”, porque no me acuerdo. Oigo mi vocecita como melolenga, como sonsa y me digo: “¡Ahí estoy, así era!”. Ya le digo, esos fueron mis principios. Pues hizo muchísimas películas, doña Queta… Muchas, muchas, muchas: 160 películas. Estuvo dirigida por lo más granado, le tocó a usted la Época de Oro del cine mexicano. No me faltó un solo actor con quien trabajar de la Época de Oro. Todos, todas. Tampoco me faltó ningún director o productor. Tuve muchas y muy buenas amistades, muchísimas, y siempre me mantuve trabajando, una película me recomendaba a otra y a otra y a otra. Afortunadamente así fue siempre, tengo la satisfacción de que mi trabajo me ha recomendado, nada más. ¿Qué recuerda más de esos grandes directores, por ejemplo, Emilio Fernández, que no la quería? El “Indio” no me quería y no se me olvida. Yo era muy jovencita y el viejo sí me asustaba, rodeado de todas sus musas, y yo pues ni caso le hacía, porque tuve la suerte de conocer ahí a mi esposo, que era un muñeco: rubio, de ojo azul, chapeado, chino, no, no, no, para qué le platico. María Elena fue la que me dijo: “Te voy a presentar un muchacho guapísimo, soltero, no es borracho y es trabajador”. Me va presentando al “muñeco” Carrillo, que así le decían los de la Unidad México, que era la más famosa, y sí era un muñeco. Entonces, ya se imaginará, yo que iba a hacer ahí a contemplar al “Indio” Fernández, que era tan feo, teniendo ese muñeco junto a mí, verdad, y ahí está la prueba con los hijos tan preciosos que tuve, cuatro. Y él era técnico… Si, cuando yo lo conocí trabajaba en sonido, se subía a su micrófono, a la plataforma alta y de ahí lo dirigía. Éramos muy inocentes, era una bonita época, yo la vivía como estaba acostumbrada y educada, entonces duré ocho años de novia y ese tiempo me dio para hacer muchas películas, también empecé CINE TOMA 43

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EL GLAMOROSO ARREBATO Los nombres que ha mencionado pertenecen a las personas que sentaron las bases del espectáculo en México en cine, teatro y televisión, como Silvia Pinal. Sigue vigente, es una figura muy grande, además es muy linda amiga, muy preciosa. Y como ella, trabajé con el señor Joaquín Pardavé, a quien admiraba muchísimo porque dirigía, componía canciones, “Varita de nardo”y “Negra consentida” son de él. Era un talento, y cómo trabajaba, cómo bailaba, cómo cantaba, hablaba como árabe, lo que fuera lo hacía maravilloso, fue un grandísimo cómico. Trabajé mucho con él, igual que con todos los hermanos Soler (Andrés, Fernando y Julián), con Arturo de

Cinematográfica Atlántida

Entonces veía a María Félix y me escondía, porque me iba a regañar porque había engordado. Era divina la señora, divina. A donde entrara, todo mundo se quedaba en silencio y la volteaba a ver, hasta el último día de su vida, o sea, nunca se agotó esa admiración grande que le tenían las personas. Era lindísima, imponente la señora, creo que entre las mujeres ha sido la más grande estrella.

Otro clásico en el que Queta Lavat participó fue Dos tipos de cuidado, en el papel de Genoveva, hija del general (José Elías Moreno), al lado de Jorge Negrete y Pedro Infante.

en la televisión con Manolo Fábregas, que primero trabajé con él en teatro. Grabábamos en el teatro de la Lotería Nacional porque no había estudios, después nos pasamos a Bucareli 4, que era un estudio grande, como de coches o de algo, y ahí grabábamos don Pedro Ferriz Santacruz, Silvia Pinal, Rafael Banquells, Lucy Gallardo, Enrique Rambal, los dos hermanos Rojo, en fin éramos un grupo muy bonito y hacíamos telenovelas. Cada semana se transmitía la Telecomedia del domingo. De ahí hice mucho teatro con Manolo Fábregas, también hice temporadas muy grandes con Enrique Rambal, en el Teatro del Músico, las obras duraban ocho o nueve meses siempre con el teatro lleno. Enrique solía decir: “Cuando una obra gusta, no importa la tormenta, no importa que haya toros, gusta”. 16

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Cordova, Pedro Armendáriz, Pedro Infante, Jorge Negrete, el que usted me pregunte, con todos tuve el gusto de trabajar. Y me acuerdo de todo, eso es lo bonito, que me acuerdo de todo, no lo cuento todo, pero me acuerdo. ¿Qué es lo que más destaca de su convivencia con todas estas grandes estrellas y magníficos actores? Fíjese que casi todos los actores de cine venían del teatro. Por ejemplo, los hermanos Soler tenían una cantidad de giras y obras de teatro. Todos venían de ahí, también las hermanas Blanch. Tuve el gusto de trabajar con doña Mimí Derba, era una persona preciosa y una actrizasa; Fanny Schiller, Consuelo Guerrero de Luna, la que usted me pregunte, estuve con todas,


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Quizá he sido demasiado modesta, pero como le digo nunca me he sentido estrella, nunca me he sentido la dama que todo México esperaba, entonces pues hago mis papeles con mucho cariño, con mucho amor, si les gusta qué bueno y si se quedan callados, pues no les gustó… no importa, no me enojo ni me afecta.

Cinematográfica Filmex

con doña Prudencia Grifell, muy querida, ella y sus hijas son figurones del espectáculo. Estuve en los inicios de la televisión, le contaba, y hacíamos mucho teatro, teleteatros, ya después empezaron las telenovelas, no sé cuántas llevo, pero son una barbaridad, porque tengo la suerte de ser actriz de reparto, de cuadro, nunca he pretendido ni he sido estrella reluciente de una película y cuando mis compañeritas hacían una o dos y no las volvíamos a ver, yo me decía: “Quiero llegar a ser como esas señoras bonitas que trabajan y quisiera ser así cuando sea viejita”, y míreme, aquí sigo, gracias a dios.

En Lluvia roja, de René Cardona, Queta Lavat aparece como hermana de Elisa (Elsa Aguirre), protagonista de la misma, al lado de Jorge Negrete.

¿Nunca le tocó hacer estelares, ser la protagonista? Si, hice una película que se llamó Vivillos desde chiquillos (México, 1951, de Emilio Gómez Muriel), con Manolín y Shilinski, ahí sí tuve el papel central, pero nunca me he sentido estrella, ni glamourosa ni nada. Soy una persona normal y prefiero una vida muy sencilla, creo que también por eso me he conservado, porque nunca fui de parrandas, no he fumado un cigarro en mi vida, a mi marido no le gustaba que me pintara el pelo ni que me pusiera pestañas postizas, en fin. Un día una amiguita me dijo: “Te vine a ver y pensé que iba a encontrarte en una piel de tigre con tu boquilla larga, así, muy importante y vengo y te encuentro con tu mugre tejidito, haciendo una labor”. Pues sí, esa ha sido mi vida siempre, muy sencilla, muy en paz, muy de familia. Si me preguntan qué se hizo aquella muchacha tan bonita, pues pasó de moda, hizo una o dos películas y adiós, y yo ahí he seguido, ya ve.

¿Con todo este cúmulo de experiencia, para usted, qué es ser actriz, qué es actuar? Pues para mí es algo bonito porque la personalidad de uno se desdobla para hacer otra. En una ocasión don Ernesto Alonso me habló y me dijo: “Queta, tengo un papel muy bonito para usted”. “Sí, don Ernesto, como no”. “Pero es una prostituta”. “Hay, que lindo”, le dije, me encanta hacer todo lo que no soy en mi vida diaria y si tengo éxito qué bueno, soy una actriz dúctil, verdad. Entonces, hice una novela preciosa que se llamo Yo compro esa mujer, era de época, con unos vestidos lindos, sombreros y yo era la dueña de la casa mala, que era una preciosidad, y lo disfrutaba todo. Un día que llegué al banco un señor me preguntó si le podía apartar una para hoy. “¿Una qué?”, le respondí. “Una muchacha de las de la casa porque están preciosas”, le respondí: “Va a ver, qué bromas son esas”. Pero fue una cosa muy bonita esa novela y ya le digo que me encanta tener la personalidad que no tengo CINE TOMA 43

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EL GLAMOROSO ARREBATO diariamente y que es con lo que vivo, entonces es muy satisfactorio, muy bonito que le crean a uno lo que está interpretando.

¿Le tocó trabajar con María Félix? Trabajé en una película que se llamó Reportaje (México, 1953, de Emilio “Indio” Fernández), en la que trabajamos todos, cuando estaba casada con don Jorge, pero la traté. Por ahí tengo una foto, pero me escondía porque ella me regañaba: “¿dónde está esa cintura?”, me decía. “Ay, señora, es que ya le di servicio a la patria con cuatro…” “No, no, no, no, ése no es pretexto, quiero ver esa cintura”. Entonces la veía y me escondía, porque me iba a regañar porque había engordado. Era divina la señora, divina. A donde entrara, todo mundo se quedaba en silencio y la volteaba a ver, hasta el último día de su vida, o sea, nunca se agotó esa admiración grande que le tenían las personas. Era lindísima,

CIPPSA

¿Qué recuerdos tiene, por ejemplo, de Jorge Negrete o de Pedro Infante, que son grandes ídolos? Es verdad que los grandes ídolos no mueren. Un cantante muy famoso en la actualidad, me dijo: “¡Ay, Queta, tengo un compromiso terrible con Jorge, con Pedro”. “No”, le dije, “mira, ellos son aparte y nadie les va a llegar, nadie”. Porque esa simpatía, esa espontaneidad de Pedro no la tiene ninguno; y toda aquella elegancia y prestancia que tenía don Jorge —porque todos le decíamos así, don Jorge, inclusive Pedro— lo hacían una persona impresionante, tenía una personalidad muy fuerte, estaba muy colocado, pues era nuestro secretario de la Asociación Nacional de Actores (anda), cuando era una delicia pertenecer a ella. A veces decían que don Jorge estaba enfermo del hígado porque tomaba, pero el señor no tomaba una copa, a media tarde nos invitaba pan de dulce, pastelitos para el café y departía con todos; era encantador, pero tenía un genio de cuidado, ya ve que en la anda tuvo problemas muy serios, inclusive con una actriz que dio de baja (Leticia Palma), con lo que acabó con su carrera. A él se le respetaba o se le respetaba, pero era un figurón. Hice cinco películas con él, un papel más bonito que el otro, y cómo los disfrute. Hay una llamada Un

gallo en corral ajeno (México, 1951, de Julián Soler), en la que me roba un beso y bueno no, no, no, yo fascinada con don Jorge; hice otra muy linda que se llama Lluvia roja (México, 1949, de René Cardona), con Elsa Aguirre, en la que interpreta una canción bellísima, “Flor de azalea”, que es el tema de la película, preciosa, cómo la disfrute, hacía de prima de Elsa. Con él también hice Dos tipos de cuidado (México, 1952, de Ismael Rodríguez), Tal para cual (México, 1953, de Rogelio A. González) y también trabajé con Luis Aguilar, otra figura lindísima de ese tiempo. Disfrute mucho tratarlos, quererlos porque llega uno a querer a los compañeros —y así me pasa ahora—, son queridos y admirados.

En Un gallo en corral ajeno, Queta Lavat tiene el papel de Petra, la sirvienta de la excéntrica escultora Laura Montellano (Gloria Marín).

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Aguila Films/RKO

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En La perla, de Emilio “Indio” Fernández, Queta Lavat baila el son jarocho “La Bamba”, interpretada por el extraordinario arpista Andrés Huesca.

imponente la señora, creo que entre las mujeres ha sido la más grande estrella, porque trabajó en Italia, en Francia, en España, en Argentina y en México, yo creo que ha sido la estrella más grande y más bella; a mi esposo le tocó fotografiarla, la admiraba mucho, era su amiguito, decía: “Es que es una mujer increíble, llega a las seis de la mañana y tienen luz por dentro en el cutis, es una maravilla”. Y sí, era hermosísima, hermosísima, muy linda, y cuando se casó con Jorge Negrete fue una experiencia primorosa, él me invitó. Ella vestida de Adelita, de blanco, y él de charro. ¡Ay, ¡qué pareja, de cuento! Se casaron aquí Catipuato, atrás de la exhacienda de Tlalpan. Tuve mucha amistad con don Jorge, era lindísimo. Me hizo favor de ir a mi coronación como Reina de la primera Carrera Panamericana, tuve la suerte porque vendí votos como loca e inclusive le gané a Betty Iturbide —otra chica preciosa que hubo en el cine— y me coronaron en el Capri, que era un lugar muy elegante que se cayó con el temblor, en el hotel Regis. Aunque doña Gloria se quedó en el coche, no subió, no me quería, ¡por qué don Jorge iba tener amiguitas! Él me quería como no se imagina, yo siempre estaba con mi tejidito y por eso me puso el apodo de “la arañita Lavat”. Me decía: “Teje mi abuela, mis tías, mi mamá pero no una niña como usted”. “Pues me gusta don Jorge, me gusta”, y yo ahí teje y teje, fue un señor lindísimo. Los señores Soler son todos maravillosos; con Fernando trabajé mucho, con Domingo, con Andrés, con Julián como director, era muy buen cómico y muy buen director. Al “Papi” (Alberto) Cortés lo recuerdo con mucho cariño, era un director muy lindo, muy afable, muy simpático. Don Gilberto Martínez Solares, que

dirigió todas las películas de Germán Valdés “Tin Tan”, era otro director delicioso. ¿Cómo no perder piso después de todas sus experiencias, todas sus vivencias y los personajes con los que alternó? Siempre he sido muy consciente de eso. Nunca he perdido piso, ni con un éxito grande, yo no puedo ser así. Quizá he sido demasiado modesta pero, como le digo, nunca me he sentido estrella, nunca me he sentido la dama que todo México esperaba, entonces pues hago mis papeles con mucho cariño, con mucho amor, si les gusta, qué bueno, y si se quedan callados, pues no les gustó… no importa, no me enojo ni me afecta, tampoco me afecta el éxito, me gusta. Mi hijo me vacila diciéndome que me creo mucho porque soy “la estrella del canal de las estrellas”, pero le digo que no me creo nada, me da gusto pero no estoy en pose nunca, jamás he sido así. Yo creo que es la personalidad y el carácter, verdad.

Salvador Perches Galván. Periodista por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Ha sido productor y guionista en Canal Once y Canal 22. Es reportero, investigador, guionista y realizador de programas especiales para tv unam. Colabora en el portal de Internet Vive la cultura. CINE TOMA 43

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Fragmento de una tarjeta postal de época con Mimí Derba ataviada con zarape y sombrero de charro.

SER BELLA O SER INTELIGENTE MIMÍ DERBA, PRODUCTORA Y DIRECTORA PIONERA María Silanés

Pionera del cine mexicano no sólo como primera actriz trasvasada del teatro a la pantalla sino que, además, Mimí Derba fue la primera directora de cine en México mediante su productora, Azteca Films. En esta entrevista ficticia, ubicada justamente durante la filmación de Santa, el primer filme sonoro nacional, la diva rememora sus épocas de mayor fama y reflexiona sobre la llegada de la madurez y los papeles de madre y matrona que le fueron llegando, junto con las canas.

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EL GLAMOROSO ARREBATO 1931 ¿Quiere que le cuente a qué me dedico ahora? Sólo cierre los ojos e imagine este escenario. Es cerca de la medianoche, la hora más agitada en nuestra casa. Estamos, alrededor de la mesa, la muchacha con labios de botón de rosa y yo, con sonrisas falsas y cara de mustias, mientras un pobre ciego nos ronda y un borracho, mucho menos pobre, ronca desparramado en una silla de palo. Hay un claro desequilibrio entre los dos, pero los contrastes son importantes en este nido de fatalidad. El ciego es un ser romántico y resignado que sobrevive lo mejor que puede componiendo canciones, y el señor de la silla, un ricachón que se entusiasmó de más con la champaña y el vicio de la lujuria. Además, qué se le va a hacer si el hombre pagó una fortuna por el gusto de platicar con la muchacha. Sólo platicar, de momento, qué más puede pretender ese catrín con semejante borrachera encima, eso sin contar su avanzada edad. Yo sé de estas cosas, pero Santa no da una por más que la corrijo. Me pregunto cómo logra conquistar a los hombres con esos ojos de borrego a medio morir y el gesto de beatitud; lo único que le faltó fue dejarse las trenzas y el rebozo con los que llegó aquí desde el idílico Chimalistac. Debo tener en cuenta que ella es nueva en estas artes y que la mayoría de las chicas aprenden rápido, se acostumbran. “Sóbale un poco la calva, criatura, apapáchalo, que no se te paga por ser tímida. Ah, y ríete más, habrá que fingir que la estamos pasando de maravilla, te lo digo por experiencia”, por algo soy doña Elvira, la regenta de este tenebroso burdel con mobiliario de cuarta y paredes oscuras que parece sacado de un cuento de Edgar Allan Poe.

Otra tarjeta postal de la década de los veinte, de Mimí como diva.

Aunque aún no llega a los cuarenta, Mimí empieza a resentir el correr de los años. A ratos se pregunta si hizo lo correcto, si habrán valido la pena tantos sacrificios. Y es que el mundo cinematográfico lleva su propio ritmo, ofrece la posibilidad de una vida alterna que se nutre de lo real y de lo ficticio. La actriz se repite ante el espejo que nunca será madre. Sin embargo, se imagina dentro de unos quince o veinte años adoptando la figura de la clásica abuelita del cine mexicano, junto con sus amigas de siempre, Prudencia Griffel y Sara García. Necesito respirar hondo. Calma, Mimí, calma. Este ambiente tan miserable no me convence. En teoría, las casas de mala nota deben ser lugares estruendosos y hasta barrocos, con mullidos sillones, alfombras y cortinajes, plumas de pavorreal y cuadros de mujeres desnudas, vaporosos tules, manteles y cojines de terciopelo. Bueno, yo nunca he estado en uno, pero eso me han dicho. Además, la atmósfera de un burdel se asemeja a la del teatro de revista, todo pretende ser colorido y gozoso, pero si uno se atreve a mirar detrás del escenario… Hay tantas historias ocultas tras los bastidores. Y yo me las sé casi todas. ¡Bravo!, adivinó usted. Acabo de describirle la segunda versión cinematográfica de Santa (México, 1931, de Antonio Moreno), una Santa con sonido, claro está —la primera, de 1918, fue dirigida por Luis G. Peredo—. Póngase en mi lugar, ¿quiere? El mundo ha cambiado desde la última vez que platicamos. ¿Cuándo fue eso, en 1917? Me inicié muy joven como actriz, comprenda que mi trayectoria ha sufrido algunos cambios desde entonces, reveses del destino. Usted es hombre, y en su profesión no influye tanto el paso de los años. Es desconcertante el ritmo vertiginoso con el que se desenvuelven las cosas, sin que nosotros podamos intervenir en ellas. Figúrese que ahora las películas son sonoras. Y ésa, señor reportero, es una enorme diferencia. Nunca me contradiga Pero vayamos despacio. Hay mucho que contar, así que trataré de resumir las cosas. Haga las preguntas que quiera, pero nunca, ¿me oye?, nunca se le ocurra contradecirme porque le advierto que soy muy temperamental. En fin, usted me conoce de sobra, en el fondo sigo siendo una diva, alguien que, por definición, lleva el drama en las venas. Pero déjeme explicarle: las cosas funcionan de manera muy peculiar en un set de filmación. Hay personas encargadas de decidir todo tipo de detalles, pero a veces se confunden y surgen los malentendidos. Es inevitable. Yo soy sólo una actriz secundaria en esta historia, la cruel doña Elvira que explota a las jóvenes que extravían el rumbo y acaban dedicadas a la prostitución. En fin, ese rol me tocó interpretar, así que me conviene ser discreta y demostrar profesionalismo y, si acaso me lo permiten, ayudar CINE TOMA 43

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EL GLAMOROSO ARREBATO en lo que pueda. Un consejo por acá, un ligero retoque, un despabílate, niña, luces tan apática… A veces me sulfuro, ya le he hablado de mi temperamento. Aunque no lo crea, de jovencita era yo muy tímida, todavía me sorprende que me haya atrevido a subir a los escenarios en aquellas felices épocas cuando aún me ruborizaba. La Mimí Derba del presente es mucho más directa, por no decir temeraria. Disculpe si me desvío del tema, ando un poco dispersa, pero casi siempre hay alguien que se encarga de ponerme los pies en la tierra. Imagine esto. Hace rato que terminó la escena que le acabo de relatar y los actores se han levantado de la mesa, pero yo continúo en la misma pose, con mi cara de mustia. “Mimí, andas pensativa. ¿Te pasa algo?”, la voz de la señora Capilla me planta de nuevo en la realidad. Con infinita paciencia, la maquillista me aplica una capa de rubor y sombras color ocre; es sumamente hábil pero sus trucos no pueden devolverme la juventud perdida. Basta de compararme con mi rebaño de chicas. Me siento como una gallina en medio de tanta sílfide. Pensar que hasta hace poco yo lucía igual de primorosa. Ése es uno de los inconvenientes de ser actriz; pasada cierta edad ya no te contratan como diva y empiezas a interpretar roles secundarios, más acordes con la imagen de una mujer madura: la madre de la protagonista, la tía soltera, la maestra, la matrona de un burdel.

En esta postal, la pionera directora y productora aparece con un traje arabesco.

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Le voy a dar un consejo: a una diva jamás se le incomoda, uno simplemente la deja hablar y hablar hasta que nos sorprende con alguna revelación secreta. Hay que ser pacientes y metódicos con ella, querer conquistarla a cada momento. La auténtica belleza no se percibe a simple vista, hay que saber desvelarla poco a poco. Rebaso los treinta, no es ningún misterio, aunque no voy a revelarle mi edad, faltaba más. Adiós cinturita de avispa, pero aún conservo mis ojos de vampiresa. ¿Recuerda usted esa tiara de perlas que engalanaba mi pelo largo, oscuro y sedoso, esa con la que aparezco en la fotografía que luego se transformó en tarjeta postal? No, pero qué cosas digo, los hombres casi nunca se fijan en los adornos, su vista se dirige al cuerpo, y en ocasiones, a los ojos. Le confieso que es difícil renunciar a la vanidad, aunque conservo algunos admiradores. No son jóvenes, pero sí muy interesantes. Esas tonterías rondan por mi mente, pero no me detengo demasiado en ellas. Me preocupan otros asuntos. Regresemos al burdel de doña Elvira. Como comprenderá, Santa no es una película común y corriente. Es la primera vez que se utiliza el sonido directo en el cine mexicano, la gente va a hablar de ella en el futuro. Entonces, ¿por qué no optaron por un escenario más alegre para dar vida a nuestro prostíbulo? ¡Al diablo con el mentado naturalismo que estuvo tan de moda a principios de siglo! Estamos en los treinta y aún nos solazamos con recuerdos nostálgicos de la época de las candilejas. Nos pasó una revolución encima y no aprendimos la lección. Pero aguarde un poco, señor reportero, no corramos innecesariamente. Sé que mencioné un asunto espinoso, el de la Revolución mexicana, pero aún no termino de responder a su primera pregunta, y usted, que no es nada tonto, se lanza de lleno a restregarme a la cara ciertos asuntos del pasado, entre ellos, el de la Banda del Automóvil Gris. Calma, todo vendrá a su debido momento. Le voy a dar un consejo: a una diva jamás se le incomoda, uno simplemente la deja hablar y hablar hasta que nos sorprende con alguna revelación secreta. Hay que ser pacientes y metódicos con ella, querer conquistarla a cada momento. La auténtica belleza no se percibe a simple vista, hay que saber desvelarla poco a poco. Aunque debo ser realista, supongo que usted valora mi experiencia más que mis atributos físicos, por algo se entrevistó conmigo y no con Lupita Tovar. Hablábamos sobre Santa. Han surgido algunos percances durante la filmación. Entenderá que Antonio Moreno, aunque es un encanto, no tiene experiencia como director y, además, nuestra protagonista luce tiesa y, por momentos, asustada, como si actuara en un filme de terror. Pero elimine eso de sus notas, ¿me oyó? Es off the record. Escriba mejor que Moreno se esmera mucho y que Lupita Tovar, la divina Lupita, es la perfecta heroína trágica. Por algo la llaman “la novia de México”, pero no hay que caer en el error de envi-


EL GLAMOROSO ARREBATO diarla. Las bonitas son como las estatuas griegas, están fijas en un pedestal, inmóviles y perfectas, no tienen libertad y se les impide pensar. Si lo sabré yo que llevo más de veinte años en la farándula. Pero borre eso también, ¿entendió?, es demasiado tiempo. No quiero que su público piense que yo… Mimí entrecierra los ojos y se evade por unos instantes. Se siente vulnerable, expuesta. ¿Será que ya perdió el temple, la habilidad para manejar palabras y situaciones complejas, llevándolas hacia derroteros más amables? ¡Y ella que se creía tan segura! “Usted sigue siendo bella, Mimí”, eso es lo que debió haberle dicho ese reportero. “Sí, señora, tengo ante mí a una verdadera estrella.” ¡Qué cosas se le ocurren! Sería vergonzoso confesarle a su interlocutor que ella sólo necesita que la mimen un poco. ¿Es mucho pedirle eso a un hombre que se dedica a conversar con las luminarias del espectáculo? Directora pionera Tampoco se anima a decirle que Santa, aunque es un proyecto interesante, tiende a sacarla de quicio. Nadie está conforme en el set. Lupita se queja siempre de dolor de cabeza, y a Carlos Orellana no lo convence su interpretación de Hipólito, el músico de la casa. A su antiguo compañero de zarzuela a veces se le olvida dejar de entornar los ojos y se comporta como un ciego de verdad. El otro día se tropezó con una mesa y le tiró la azucarera encima. Ese tipo de descuidos alteran los nervios de Mimí. “Control, control…” ¡Necesitaría morderse la lengua para evitar decir todo lo que piensa! ¿Cómo detener ese maldito vicio de analizar cada detalle de la película, como si ella fuera la directora, en lugar de actriz de reparto? Es verdad que su faceta como cineasta concluyó hace tiempo, pero nadie le quita el mérito de haber sido la primera mujer en México en dirigir una película. Eso sucedió en 1917. Ser la flamante dueña de los estudios Azteca Films fue un lindo sueño del cual tardaría poco en despertar. Pero los sueños no pagan las cuentas y hela aquí, actuando como doña Elvira en pleno 1931. No es fácil describir su vocación, ese afán por estar presente en cada paso del cine nacional, en cada triunfo y tropiezo. En eso ella se pinta sola, aunque le aterra pensar que en un futuro empezará también a pintar canas. Aunque aún no llega a los cuarenta, Mimí empieza a resentir el correr de los años. A ratos se pregunta si hizo lo correcto, si habrán valido la pena tantos sacrificios. Y es que el mundo cinematográfico lleva su propio ritmo, ofrece la posibilidad de una vida alterna que se nutre de lo real y de lo ficticio. La actriz se repite ante el espejo que nunca será madre. Sin embargo, se imagina dentro de unos quince o veinte años adoptando la figura de la clásica abuelita del cine mexicano, junto con sus amigas de siempre, Prudencia Griffel y Sara García. Tic-tac, tic-tac. El maldito tiempo. ¿Por qué la obsesionará tanto? La vanidad no le da tregua, ese afán de querer ser tomada en cuenta. Ese curioso este ir y venir entre su personalidad de diva y productora de cine, escritora, dramaturga, cantante, cómica, bailarina. “¿Me decía, señorita Derba?” La voz del periodista la saca de

sus cavilaciones. El afilado lápiz hiere el papel con frases que intentan delimitarla y armar una imagen acorde con prejuicios e ideales varoniles. ¡Hombres! Mimí ha debido ser muy versátil para sobrevivir y ser tomada en cuenta en un mundo que se inclina todavía en favor de ellos. Necesita recuperar el control, no delatar esos sentimientos negativos. La primera regla de una actriz es sonreír; la segunda, no mostrar inseguridades y dudas, y la tercera, continuar firme en su papel. Mimí suelta un suspiro. Es inútil tratar de olvidar la afrenta de hace años, cuando su entrevistador escribió en su columna que el argumento de La Tigresa (México, 1919, de Mimi Derba), la película que ella dirigió en Azteca Films, le parecía inverosímil y plagado de ridiculeces. ¡Cómo nos lastiman ciertas frases, cómo nos castigan! El poder de las palabras, señor reportero, he ahí un tema interesante. Me callo ciertos asuntos por bien de los involucrados, procuro sonreír y mostrarme servicial. Hago el esfuerzo, créame, porque dócil nunca he sido. En alguna ocasión le comenté a Antonio Moreno que era redundante agregar letreros explicativos de la trama; ésas son reminiscencias del cine mudo. Él me miró muy sonriente, con su cara de guapo, y me dijo: “Mimí, hermosa, ya sabes lo mucho que aprecio tu opinión pero…”. Yo me derrito al verlo, no lo niego, se parece a Valentino. Pobrecillo, hace lo que puede junto con el camarógrafo. Alex Phillips, ¿lo conoce? Es muy simpático. El lenguaje de las imágenes es universal y él las maneja de maravilla, tomando en consideración lo escueto del set y la falta de recursos. En los estudios de la Nacional Productora no existe nada similar a la Paramount o la Warner Brothers. Aquí improvisamos bastante. ¿Sabía que se utilizaron colchonetas para bloquear el sol? Apunte eso en su columna de chismes. Añada también que la acústica es terrible, retumban los ecos. Y hablando de chismes, al que hace falta ver es a Federico Gamboa, quien ha insistido en venir a los estudios a supervisar que su obra literaria no sea mancillada. Al viejo le encanta darse importancia. Le complace que su novela retorne a las pantallas. Su preocupación es que con el cine sonoro “las palabras que brotan, como aves trémulas, de los labios de los actores”, sean fieles a la intención del autor: dar un mensaje moralizante al pueblo, tan perdido en vicios y malas maneras. Se imagina la risa que nos dio cuando gritó que detuviéramos de inmediato esa farsa, que el ciego Hipólito era un ser mucho más malicioso y ruin en la novela. Fíjese ahora quién entra al set, un músico flaco y con una notoria cicatriz en el rostro; no es guapo, pero sí talentoso y galante. ¿Sabe de quién le hablo? Ese flaquito tiene futuro en la industria, se lo aseguro. Se le escucha a menudo en la nueva emisora de radio, la xew. Agustín Lara es un fenómeno digno de verse. Cuando se instala delante del piano nos deja boquiabiertos con su canto. Uno no creería, a simple vista, que esa voz rasposa y seductora pudiera brotar de ese tórax enclenque. La letra de la canción “Santa” empieza a fluir como magia de sus labios. Así que cierro los ojos e imagino que estoy a solas con el hombre de mis sueños, cuya identidad no le revelaré, faltaba más. Cierre los ojos usted también y sienta la música conmigo. CINE TOMA 43

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Pero vayamos despacio. Hay mucho que contar, así que trataré de resumir las cosas. Haga las preguntas que quiera, pero nunca, ¿me oye?, nunca se le ocurra contradecirme porque le advierto que soy muy temperamental. En fin, usted me conoce de sobra, en el fondo sigo siendo una diva, alguien que, por definición, lleva el drama en las venas. “En la eterna noche de mi desconsuelo tú has sido la estrella que alumbró mi cielo. y yo he adivinado tu rara hermosura y has iluminado toda mi negrura. Santa, Santa mía…” Voz de ruiseñor Se muerde la lengua. Recuerda bien cuando era ella la que cantaba en los escenarios. Su voz de ruiseñor abarrotaba los teatros. En cambio, en Santa, sólo interviene en algunos diálogos. Pero hay que ver el lado positivo de las cosas. Por ejemplo, Antonio Moreno. La sonrisa del director le provoca cierto mareo. ¿Será que extraña la presencia de un hombre en su vida, alguien que la haga vibrar? En su opinión, el santo debería ser él y no la Tovar, quien, según le han dicho, no fue la primera opción del director como actriz principal ni tampoco la de Gamboa. Al viejo le pareció indigno que Dolores del Río estuviera acaparada por los productores de Hollywood. “Por qué los estadounidenses, que han comprado casi todo, tenían que llevarse también las rosas de nuestro jardín.” Recuerda el diálogo que tuvo lugar hace un par de días en el set. Don Federico se dirigió a ella en tono nostálgico. −Y usted, ¿qué opina del cine, señorita Derba? A mí me parece un invento muy incierto y no sé a dónde se dirige. Es difícil seguir el trajín de la modernidad. Todo se mueve con demasiada rapidez y con qué fin. ¿Qué pasará en un futuro cuando lo ilusorio se empiece a confundir con lo real? −¿Cómo puedo saber eso, señor? No soy la pitonisa de Delfos. −Ah, pero algo debe de saber al respecto, siendo “tres partes de Afrodita y una de Minerva”. ¿No es así como la describió aquel poeta? Es inútil negarlo. Ese sencillo verso que le recordó Gamboa aún tiene el poder de sacudirla. Entraña un dilema que la ha perseguido por años: inclinarse por ser bella o ser inteligente. Siendo una joven actriz, y además autora de ingenuos versos y dramas, el público fue quien decidió a final de cuentas. En esos momentos la belleza le llevaba la delantera; eso era lo que veía la gente. Más tarde, cuando se dedicó a ser directora y productora de cine, probó el triunfo y también el fracaso. Ahora las cosas son distintas. ¿O no? La belleza es un atributo que se ha ido replegando a la sombra. Sólo en ocasiones necesita 24

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volver a sentirse hermosa, recuperar sueños que se quedaron en el camino. ¿Quiere que le diga cómo me siento ahora? Ésa es una pregunta compleja. Volvamos un minuto a Santa, amigo mío. Visualice esta escena y descríbala en su columna: Gamboa discute sin parar mientras intentamos hacerlo entrar en razón. Detrás de nosotros se oye un coro de risas. Las chicas que actúan de prostitutas, como están aburridas, aprovechan para ensayar pasos de baile. Me dan envidia. ¡Son tan alegres! Agustín Lara continúa al piano, poseído por su música, mientras Orellana intenta seguirlo con el canto. Al lado de ellos, Joselito y Roberto Rodríguez hacen pruebas con el curioso aparato de sonido que adaptaron del original de Hollywood. Imagine usted el desorden en el set. Parecemos locos, cada uno necio con su tema, hasta que la voz del director irrumpe en la escena: “Se repite la toma…”. Silencio. Actores y miembros del staff  retornamos, obedientes, a nuestro sitio. Hasta don Federico hace caso y se repliega detrás de las cámaras. ¿Será que al fin entendió que esta Santa de celuloide no podrá ser la misma que él describió con tal profusión en su novela? Yo regreso a mi silla de palo, a mis diálogos repetidos decenas de veces, e imagino el rostro de un público invisible que se ríe con nosotros, sufre con nosotros, nos premia y nos castiga. Ésa es mi recompensa. Vivo del público, señor reportero. Los actores somos seres mucho más expuestos que los demás. Tal vez el día de mañana, tras el estreno de Santa, una señora me insulte en la calle por atreverme a corromper jovencitas. Ante sus ojos, yo seré la regenta de un burdel. ¿Cómo culparla por creer semejante cosa? A veces se borra la línea que separa la realidad de la ficción, se confunden los límites y los personajes empiezan a posesionarse de nosotros. Visto de ese modo, a mí me ha tocado vivir decenas de realidades distintas. ¿En verdad quiere saber por qué suspiro cuando hablo, por qué me afano en ocultar mis heridas? No cometa el error de tacharme de sentimental por atreverme a derramar unas cuantas lágrimas, eso le pasa a cualquiera, así que no me juzgue. No estoy acostumbrada a que me miren de cerca, sólo de lejos, en las pantallas y en los escenarios. ¿Quiere hacer un reportaje a fondo sobre mí? ¡Vaya descaro! No insista, ya le dije que no pienso ahondar en ciertos detalles del pasado. ¿Que cómo puede persuadirme? Hágame sentir especial, ésa es la clave. ¿Lo ve? Es muy sencillo. Un toque de buen humor ayuda también. Nota bene: El presente texto es un fragmento del libro Divas, de María E. Silanés, publicado por Editorial Planeta Mexicana, en 2015, mismo que se reproduce con autorización de sus editores.

María Silanés. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y ha sido asesora de comunicación corporativa, responsabilidad social e imagen pública, además de colaboradora en diversas revistas especializadas y estudiosa de la psicología jungiana. Es autora de las novelas Los senderos imposibles (Martínez Roca, 2011) y El rumor de los espejos (Martínez Roca, 2013), del libro de cuentos Voces entramadas y coautora de Cuentos de tierra, agua y algunos muertos. Su relato Pasos en la escalera fue premiado en el Concurso Pegasso Casa Lamm.


Esaú Ponce

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Leticia Perdigón en sesión fotográfica del 26 de enero de 2012.

SOY UNA MUJER QUE, DE VERDAD, TIENE UNA ACTITUD DIFERENTE LETICIA PERDIGÓN, UNA LOLITA DE LOS AÑOS SETENTA Fabián de la Cruz Polanco

Un verdadero icono en el cine mexicano, tanto por su belleza como por el cambio de identidad que significó para los modelos femeninos exitosos en pantalla, es Leticia Perdigón: una jovencita que, en la transición de la Época de Oro a la taquillera década de los setenta, actuó lo mismo en películas serias que en las más comerciales y populares, cómicas, de lucha libre o de ficheras.

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Conacine

l haber iniciado su carrera siendo todavía muy joven y Debutó con la producción Eva y Darío (México, 1973, de Sertras haber participado en películas de temática polémi- gio Véjar), ¿cierto? ca, Leticia Perdigón fue considerada una de las lolitas del Sí, pero a un nivel más profesional fue con La otra virginidad cine mexicano a mediados de la década de los setenta. Y actual- (México, 1975, de Juan Manuel Torres). En Eva… yo era la mejor mente es una de las pocas estrellas del espectáculo mexicano amiga de la protagonista, que interpretaba Vania Véjar. que permanece vigente y cuenta con el reconocimiento del público y la crítica, gracias a esa vitalidad con la que avanzó en el ¿Qué satisfacciones dejó en usted trabajar bajo la dirección medio al interpretar a mujeres nobles, con deseos de superación, de Luis Alcoriza en Presagio (México, 1975)? y a otras con fuerza e impacto para lograr sus cometidos costara A don Luis le gustaba mucho que yo fuera natural, que no me lo que costara. pintara la boca ni me delineara la ceja. Además, me decía que Aunque su figura emergió en el medio cinematográfico era muy buena actriz, y yo llevaba muy buena relación con él, en 1975, cuando protagonizó los filmes La otra virginidad (Méxi- aunque después de esta película ya no trabajamos juntos jamás. co, 1975), de Juan Manuel Torres; Bellas de noche (México, 1975), Fue una película muy importante y en ella estuvieron muchos de Miguel M. Delgado; La montaña del diablo (México, 1975), de actores haciendo papeles especiales. Estaban, según yo, los Juan Andrés Bueno y Javier Durán, y Las fuerzas vivas (México, mejores en ese momento: Jorge Reynoso, Lucha Villa, Pancho 1975), de Luis Alcoriza, desde muy pequeña, Leticia Perdigón Córdoba, Carmen Montejo, Enrique Lucero, José Gálvez y Gloría supo que su destino sería formar parte del luminario del espec- Marín, entre otros. Entre los chavos estaban Gabriel Retes, Erick táculo nacional. del Castillo y Octavio Galindo. “Pero mi papá no quería que fuera artista. Al mismo tiempo, tenía confianza, porque mi familia, por parte de mi mamá, Esta película la coescribió Gabriel García Márquez junto con pertenecía a la sección de técnicos y manuales de la industria el propio Luis Alcoriza. cinematográfica y, pues, me cuidaban. Estando con ellas veía Claro. De hecho, él acudió a ver el rodaje y gracias a eso lo coen los camerinos a las artistas y también los guiones que les nocí. También conocí a Luis Buñuel en una película que hice con llegaban a mi madre y a mi abuelita, pues se los daban para Sergio Olhovich que se llamó Coronación (México, 1976). que prepararan, con maquillaje, los efectos especiales que se usaban en las películas. “Entonces, digamos que crecí en el cine desde que estaba en el vientre de mi mamá. Todo mi mundo se desarrolló gracias a mi familia y al apoyo de mi madre por sobre todas las cosas”, recuerda. Fue en los estudios de cine, donde transcurrió la niñez y la adolescencia de Leticia: “Yo jugaba ahí, era como mi casa. Mi madre trabajó mucho y mi abuela también. Los Estudios Churubusco se convirtieron en una estancia infantil para mí y también para mis hermanos, como decía Dolores del Río. Uno de ellos, el mayor, hizo a los nueve años de edad la película El Gato (México, 1961, de Miguel M. Delgado), con Joaquín Cordero y Lucha Moreno; en ella tuvo un papel estelar, pero decidió estudiar Ciencias Políticas y no continuar en el medio. Se llama José Luis Perdigón. “Ya nadie de mi familia trabaja dentro del cine. La única que queda y que lleva el nombre, el orgullo y el amor por el cine soy yo”, se lamenta. Pero además de trabajar en ese tipo de proyectos cinematográficos, Leticia Perdigón también participó en el cine popular mexicano, por ejemplo, en cintas humorísticas, al lado de cómicos como Gaspar Henaine “Capulina”, con el que compartió set en Capulina contra las momias (México, 1973, de Alfredo Zacarías), cinta en la que también actuaron Jacqueline Voltaire y Freddy Fernández “el Pichi”. También realizó cine de aventuras al lado de Rodolfo Guzmán Huerta “Santo”, y participó en emblemáticas sexicomedias —conocidas regularmente como cine de ficheras—, la Una efectiva campaña de publicidad para la película de Juan Manuel Torres, La otra virginidad, fue primera de ellas fue la taquillera Bellas de noche. la ceñida camiseta portada nada menos que por la joven protagonista, Leticia Perdigón.

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Televicine

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En las tres entregas de la popular serie Lagunilla, mi barrio, Leticia Perdigón interpreta a Rita, la novia y luego joven esposa del Tirantes (Héctor Suárez).

La época más padre fue con Luis Echeverría, porque apoyó mucho al cine mexicano; luego tuvimos que hacer cooperativas para que todo prosperara y funcionara con nuevos proyectos. Gracias a ese apoyo estatal se pudieron hacer muchas cosas. Sin embargo, ahora siento que ya no hay apoyo y se han olvidado del cine. Ahora hay que luchar por eso, el gobierno actual no ha hecho nada. Luego de hacer estas películas dramáticas y muy actorales, también apareció en comedias ligeras con Gaspar Henaine “Capulina”. Con Capulina me divertí muchísimo, además de que lo admiraba. Era como cuando trabajé con Enrique Alonso “Cachirulo”; yo lo veía de niña con mi chocolatote, como él decía. Lo veía con mi hermanito Enrique y después me iba a dormir feliz de la vida. El día que me habló para trabajar con él, no lo podía creer. Ese día trabajamos desde las once de la mañana hasta las cinco de la mañana del día siguiente. Pero a mí eso me valía con tal de ser la “dama de sus sueños” de su cuento fantástico. Me sentí como una mujer más realizada; y lo mismo me pasó cuando compartí con Xavier López “Chabelo”. De niña me invitó a concursar a su programa y ya mayor lloré cuando nos tomaron una foto juntos. ¿Y con Rodolfo Guzmán “Santo”, cómo fue la experiencia? Muy padre, muy especial, porque se casó con una amiga mía que fue productora; un señor muy lindo. Mi mamá lo maquillaba.

Un proyecto muy impactante en su filmografía es Yo fui violada (México-Panamá, 1976, de Rafael Portillo). Es una película algo fuerte; en su argumento se habla del franquismo y destapaba toda esa cuestión. La hice con Ricardo Cortés y Armando Silvestre y nos fue muy bien. La historia es polémica, pues interpreté a una joven que es producto de una violación y, tiempo después, sin ambos saberlo, termina siendo violada por su propio padre. ¿Cuál es su opinión sobre la entrada de Margarita López Portillo a la dirección de Radio Televisión y Cinematografía de la Secretaría de Gobernación? Margarita entró, se metió en el cine y fue un relajo. La época más padre fue con Luis Echeverría, porque apoyó mucho al cine mexicano; luego tuvimos que hacer cooperativas para que todo prosperara y funcionara con nuevos proyectos. Gracias a ese apoyo estatal se pudieron hacer muchas cosas. Sin embargo, ahora siento que ya no hay apoyo y se han olvidado del cine. Ahora hay que luchar por eso, el gobierno actual no ha hecho nada. ¿Qué heredó el cine de la década de los setenta al de hoy? Es diferente. Creo que todas las épocas son importantes, pero en los setenta se luchó para que tuviéramos mejores salas para exhibir. Las películas iban a muchos festivales de cine internacionales, eran reconocidas. Por ejemplo, en España, Canoa (México, 1976; de Felipe Cazals) revolucionó, y mis películas igual. La distribución era mejor, como todo; se le daba la oportunidad a la gente joven; se les abrieron las puertas a los cineastas también. Se rompió con un mito, no querían quedarse con todo. Hoy en día esos directores, afortunadamente, siguen trabajando y se siguen manteniendo jóvenes. Gabriel Retes estuvo en Puerto Rico o en algún lugar dando clases; Sergio Olhovich tiene su escuela, sigue luchando por el cine y entiende a los jóvenes. Luis Estrada, gracias a su padre y a Felipe Cazals, es lo que es; y aunque todavía no me ha tocado la oportunidad, no me puedo ir CINE TOMA 43

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EL GLAMOROSO ARREBATO sin trabajar con él. Todos pusimos nuestro granito de arena. El cine para mí fue mi escuela y ha sido mi vida. Ahora, afortunadamente, estoy haciendo telenovelas importantes y trato de que me toquen buenos directores. Aprovecho lo que se presenta; además de que no pierdo la esperanza y pienso cumplir mi ilusión más grande, que es trabajar en Europa. Ha habido acercamientos, pero por trabajar en telenovelas no he podido, porque la verdad me he clavado mucho. Pero ya es tiempo de que me vaya; más adelantito quiero irme a vivir a España.

Mi familia, por parte de mi mamá, pertenecía a la sección de técnicos y manuales de la industria cinematográfica y, pues me cuidaban. Estando con ellas veía en los camerinos a las artistas y también los guiones que les llegaban a mi madre y a mi abuelita, pues se los daban para que prepararan, con maquillaje, los efectos especiales que se usaban en las películas.

Nota bene: La entrevista aquí reproducida fue realizada el 28 de julio de 2011 y la sesión fotográfica de Esaú Ponce, el 26 de enero de 2012; ambas forman parte del libro Cine mexicano del 70: la década prodigiosa (SamSara Editores), de Fabián de la Cruz Polanco, edición independiente que presenta entrevistas y testimonios de Alfredo Joskowicz, Ana Ofelia Murguía, Carmen Salinas, Diana Bracho, Ernesto Gómez Cruz, Felipe Cazals, Fernando Allende, Gabriel Retes, Gonzalo Vega, Héctor Bonilla, Ignacio López Tarso, Leticia Perdigón, María Rojo, Mario Almada, Pilar Pellicer, Rafael Inclán y Sergio. Asesorado por el ya fallecido periodista Mauricio Peña y con la colaboración especial del investigador, crítico y periodista Luis Terán, con un ensayo y una filmografía exhaustiva; del primer actor Luis Couturier, como caricaturista, e imágenes del archivo de la Filmoteca de la unam, dirigida por Guadalupe Ferrer. El diseño editorial es de Miguel Gómez Cruces y la corrección de estilo estuvo a cargo de Fernando Díaz Juárez. Los ejemplares pueden adquirirse de manera directa, vía correo electrónico, a la cuenta <decadaprodigiosa1970@gmail.com> o en la página de Facebook: CineMexicano70DecadaProdigiosa. 28

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Clasa Films Mundiales

¿Con qué director español le gustaría trabajar? Yo soy una chica Almodóvar. ¿Sabes por qué?, porque soy talentosa, vieja y fea; entonces soy la mujer ideal para Pedro Almodóvar. Soy perfecta para que me contrate; aparte de que soy una mujer que, de verdad, tiene una actitud diferente, más que nada. Por medio de esta entrevista —que te agradezco—, va mi gratitud a todos los cineastas, todo mi amor a los que se fueron, a los que quedan y a los que aún me faltan por conocer.

La llegada de la prima Azucena (Perdigón) alterará aún más las hormonas del adolescente Toto (Martín Altomaro), en Anoche soñé contigo, de Maryse Sistach.

Fabián de la Cruz Polanco. Periodista con más de 19 años de experiencia. Ha colaborado en medios escritos como El Heraldo de México y Playboy México, además de los programas radiofónicos Hoy por hoy (Televisa Radio) y En tu camino (Radio Fórmula). Es autor del libro Magia pura y total: historia del teatro musical en la Ciudad de México 1952-2011 (Samsara Editorial). Participó con un texto en el libro colectivo Partículas de Luz: el cine se encuentra en Guanajuato (Fundación Expresión en Corto A. C.). Dirige y edita la revista electrónica Filmeweb (filmeweb.net).


Parsons & Whittemore Lyddon Ltd.

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Elpidia Carrillo es Clara, la amante del doctor Eduardo Kerr (Richard Gere), un estadounidense que rehace su vida en un país latinoamericano, en Cónsul honorario.

CUANDO CRUCÉ, EL MUNDO, EL UNIVERSO SE ME ABRIÓ ELPIDIA CARRILLO, UNA TERRACALENTANA EN HOLLYWOOD Sergio Raúl López

Originaria de la ranchería de Santa Elena, en la Tierra Caliente michoacana, Elpidia Carrillo era una adolescente hermosa en una tierra donde los asesinatos ocurrían con frecuencia. Y al salir huyendo a Uruapan, su carrera no se detuvo, sino que hasta logró ganarse un lugar en Hollywood, donde ha rechazado muchos papeles que no cumplen con la dignidad y el respeto que busca para su persona y para la región que representa.

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American Zoetrope

na imagen icónica del fotógrafo español exiliado en México Pedro Meyer es la famosa placa “La virgen arrinconada”, de 1975, en la que una adolescente desnuda, de belleza casi infantil, sentada en cuclillas y prácticamente atrapada por dos paredes de tablones y un piso de madera, ofrece sus pezones oscuros y su vello público negro, ante la lente casi con tranquilidad, con una sonrisa más interior que dibujada en el rostro. La inquietante imagen, que circuló profusamente en postales del artista en los años setenta, provocó que la airada modelo viajara hasta la Ciudad de México para exigirle el pago del uso de su imagen. El carácter fuerte y decidido, pese a sus pocos años, ya era notorio en Elpidia Carrillo. Nacida en la ranchería de Santa Helena, en la Tierra Caliente michoacana, en agosto de 1961, tenía apenas seis años cuando su padre, José Carrillo, fue asesinado en las tierras del abuelo, en Los Bancos. Su hermano Ramiro Carrillo, convertido en cabeza de familia, las hizo mudar a Parácuaro, para mantenerlas más seguras en una localidad con más habitantes, pero seis años más tarde él también sería asesinado, por lo que la familia hubo de huir de la violencia hasta Uruapan, donde Elpidia comenzó a trabajar muy joven en un restaurante de comida china en el que, tras sufrir quemaduras de tercer grado, dejó la cocina para convertirse en mesera. Ahí, su esplendente belleza autóctona sería utilizada por Meyer, quien presentaría a la recia y exigente modelo con distintos productores cinematográficos de la Ciudad de México, como el veracruzano Rafael Corkidi, con quien debutaría en su controversial fábula ente mística, erótica e histórica Pafnucio Santo (México, 1976), a las que seguirían, en México, Nuevo Mundo (México, 1978), de Gabriel Retes; Pedro Páramo (México, 1978), de José Bolaños, y Chicoasén (México, 1980), de Rafael Baledón.

En el fresco sobre tres generaciones de inmigrantes, en Mi familia, de Gregory Nava.

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A partir de entonces, Elpidia construirá una abundante trayectoria fílmica en los Estados Unidos, que supera las seis decenas de títulos y le ha hecho compartir créditos lo mismo con Jack Nicholson y Harvey Keitel —La frontera (The Border, Estados Unidos, 1982, de Tony Richardson)—; Michael Cane y Richard Gere —El cónsul honorario (The Honorary Consul, Reino Unido-México, de John Mackenzie)—; James Wood —Salvador (Reino Unido-Estados Unidos, 1986), de Oliver Stone—; Arnold Schwarzenegger —Depredador (Predator, Estados Unidos, 1987), de John MacTiernan—; Jimmy Smits —Mi familia (My Family, Estados Unidos, 1995), de Gregory Nava; Adrien Brody —Pan y rosas (Bread and Roses, Reino Unido-Francia-Alemania-España-Italia-Suiza, 2000), de Ken Loach— o junto a un tándem de actrices que van de Kathy Bathes a Glenn Close —Nueve vidas (Nine Lives, Estados Unidos, 2005), de Rodrigo García— y Naomi Watts y Annette Bening —Madres e hijas (Mother and Child, Estados Unidos-España, 2009), también de Rodrigo García. Esa trayectoria internacional, empero, no le impidió volver a México ni a sus raíces. Casi a fines del 2009, el 14 de noviembre, el municipio de Parácuaro le rindió un gran homenaje por sus más de 30 años de trayectoria artística, en la que incluso un automóvil descapotable la esperaba para pasearla por las calles repletas de baches. Ella prefirió caminar bajo el sol intenso y saludar de mano, acompañada de bandas de viento, donde en la plaza central, escuchó el corrido compuesto a su persona por su coetáneo Luis Magallón, dio y recibió discursos, y tuvo como paparazzi a cientos de niños armados con teléfonos celulares. La emoción del momento le hizo comprometerse, en público, a compartir su conocimiento y experiencia. Al día siguiente, al inaugurar la Escuela de Actuación “Elpidia Carrillo”, la actriz se añadió a la lista de profesores y, desde entonces, ha impartido clases de actuación, fotografía, pintura y guión, además de iniciar el rodaje de un documental sobre la violencia de la región. “No tuve el corazón de decir que no, aunque me habían lastimado inmensamente. Cuando fui, me di cuenta de que muchos estaban arrepentidos y valía la pena escucharlos. Ellos estaban envenenados con lo que me hicieron y yo estaba envenenada con el resentimiento. Teníamos que llegar a cerrar ese ciclo”, explica. Y hace un par de años, protagonizó su primer largometraje mexicano, en la fábula sobre el narcotráfico y los afectos inextinguibles entre padres e hijos de Familia Gang (México, 2013), de Armando Casas, al lado de Rafael Inclán. Y justo el paso de esta película por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg), permitió recopilar su testimonio. *** Fui muy afortunada de tener una familia y, sobre todo, una madre que era demasiado honesta. Una mujer trabajadora que se dedicó a cuidar a sus hijos y a sembrar la tierra, porque se quedó


Amercent Films/20th. Century Fox

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Como Anna, en el clásico de ciencia ficción Depredador, Elpidia Carrillo fue la única mujer en toda la locación, entre cientos de hombres, lo que le forzó a defenderse.

viuda muy joven y con 11 hijos. Nosotros teníamos que proveernos nuestros propios alimentos y ella hizo de mamá y de papá en el campo, que es totalmente diferente a la ciudad. Eso fue muy importante para mí, la respeté y la admiré siempre, y entendí que en la vida, tengas o no las posibilidades económicas, los amigos poderosos o formas de viajar —todas esas cosas que pueden ser un poquito superficiales, pero que también son esenciales en la vida—, lo más importante es vivir tu vida con honestidad y humildad, el respeto de la sociedad hacia ti y viceversa. En eso me baso para poder representar a mi gente como quiero que a mí me vean. De repente me encontré representando a los salvadoreños, a los guatemaltecos, a Cuba, a Puerto Rico, a República Dominicana, a Centroamérica y a Latinoamérica, a todos esos lados, con mis personajes. Al principio, mi propia honestidad me hacía cuestionarme: qué pensaría una mujer guatemalteca cuando me vea representándolas, cuando prácticamente me metía en sus vidas, en sus casas y afirmaba ser una persona igual que ellas. Hubo mucha confusión entre el público pero, sin darme muchas ínfulas, puedo decir que era porque se conectaban conmigo y yo me conectaba con ellos. Creo que tengo mucha dignidad y mucho carácter, pero también que soy una buena persona. En Mi Familia, hago el papel de una salvadoreña que tiene familia mexicana-chicana-salvadoreña, es decir latina. Y soy la madre que se muere para que el tipo se dé cuenta de que la perdió. Y aunque el padre es importante, la madre era el centro de todo. Creo que eso es muy mexicano, que siempre nos reunimos el fin de semana. Los hombres, el fin de semana, lo dedican a ir a comer con la mamá. O con la suegra de uno o del otro en pareja.

O la sacas a comer para que no cocine. Es algo bien bonito, pero cuando esa mamá muere, se desintegra la familia. De eso tenemos que hablar en el cine mexicano, no importa si todo lo demás alrededor de la historia habla de otra cosa, como la homosexualidad, el crimen, la violencia doméstica o la sociedad en sí. No importa cuál sea el tema, pero siempre tenemos que hablar de la importancia de la mujer, que es la tierra. *** Cuando vienes de una necesidad tan grande y cuando tienes en tu mente que quieres ser más, que quieres ir más allá, lo que te dicen los periódicos, la televisión o la gente no es suficiente, uno siempre tiene que tener ese sueño, esa necesidad de conocer más, más y más allá. Desde muy pequeñita siempre tuve idea de que quería algo más. Donde yo vivía había una barranca muy grande que dividía la Tierra Caliente con la Tierra Fría, en el rancho de donde soy. De un lado estaba el rancho, que se llama Santa Elena, donde ahora ya no vive nadie, desapareció y se mataron todos. Y al otro lado de la barranca estaba Uruapan pero yo no lo sabía, sólo veía de lejos las luces de los automóviles. Nos subíamos a los árboles —porque si nos subíamos al techo de la casa yo creo que se caía—, y me quedaba siempre ahí. Solía decir que había alguien allá que me decía que quería mostrarme algo. Un día vi a alguien, no creo que haya sido mi imaginación. Vi una casita al otro lado y vi un cuate con sombrero caminando y alguien específico diciéndome que fuera allá, que había vida al otro lado. Eso me dio fuerza para irme, aparte de la necesidad de sobrevivir, porque corría peligro, al igual que la vida de toda mi familia y la mayoría de las gentes CINE TOMA 43

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Hemdale Film/MGM

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Junto con James Wood en una escena de Salvador, de Oliver Stone, en torno a la relación de un fotógrafo de guerra con la guerrilla salvadoreña.

del rancho. Eso me dio la fuerza para irme, no sabía a dónde pero tenía que cruzar. Y cuando crucé, el mundo, el universo entero, se me abrió. Con muchas más dificultades, con muchas más penas, con mucha más gente sufriendo, pero también con mucho más gente pudiendo cambiar las situaciones de la vida. Siempre me he agarrado de la gente de la que puedo aprender. Y por eso creo que esa niña, de ese ranchito tan pequeño, tuvo la oportunidad de encontrarse con gente que le enseñó. *** Empecé directo en el cine, no pasé por el teatro ni tuve ninguna preparación, obviamente. Pero tuve fue la confianza que me dieron los directores cuando me vieron y yo respondía, instintivamente, a lo que me pedían. Fue muy difícil el entenderlo, pero mi necesidad me dio esa facilidad, por así decirlo. Hollywood tiene poder debido a que es la cuna del cine. Se le ve como lo más grande, como el lugar al que todo mundo quiere llegar y, si lo logras, ya la hiciste. Para mí nunca fue eso. Yo creo que los buenos directores, los buenos actores y las buenas historias te las encuentras en cualquier parte del mundo. Nunca sentí que ya la hice porque llegué a Hollywood. Claro, de repente tienes tus créditos con la 20th Century Fox o la Universal Pictures, es mucho más grande y se ve mucho más producción. Pero para mí, lo más importante en el cine ha sido el tipo de historia, la dignidad, la seriedad y la honestidad con la que cuentas una historia. Eso es más grande que entrar a Hollywood. Honestamente, no me deslumbró, sí se me hizo más grande, pero se me hizo natural, pues era un país con más gente, más dinero y más oportunidades de expresarse. Lo que sí me deslumbró fue el respeto a la persona, al actor, al individuo. El 32

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respeto que tienes en el grupo de producción. Los técnicos toman su responsabilidad, igual que los actores, cada equipo toma su responsabilidad y se respetan uno al otro. Que eso no lo vi en México; en mis primeras películas, al final de la producción, a las nueve o diez de la noche, yo tenía dos o tres gentes de producción ya borrachos, tocándome la puerta a ver si me iba de fiesta con ellos, sin ningún respeto. Había gente que, de repente, trataban de forzar mi puerta en el camerino o del hotel donde me quedaba. Eso no lo vi en Hollywood, donde encontré respeto como mujer, ser humano y como alguien que sabe decir que no. Eso fue mi deslumbramiento, me di cuenta de que había organizaciones de derechos humanos que sí hacían respetar las leyes y que yo podía parar un policía para decirle que me estaban molestando y que tenía miedo, ante lo que levantaban un reporte y me protegían. Hasta ahora tengo ese poder de deslumbramiento porque veo la diferencia. *** Cuando me propusieron trabajar en Depredador les dije que no quería participar porque no me gusta su trabajo. No fue ni siquiera un casting, sino una reunión a la que iba a dar mi punto de vista. Frecuentemente, los agentes tienen que tratar de ver cómo subes como actriz y por eso me mandaron. Aunque me negué, me ofrecieron una cantidad tan grande que William Morris me obligó a hacerla, lo mismo que mi agente en México. Me decían que debía darme la oportunidad de hacer algo así en mi vida, como si fuera ir a una fiesta. Pero cuando llegué al set no fue una fiesta, sino un entrenamiento brutal, teníamos militares entrenándonos que venían directo de Estados Unidos y habían ido a la guerra en Vietnam. Yo era la única mujer, no había ninguna otra, ni en maquillaje, ni en vestuario ni en nada, en todo el


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Hollywood tiene poder debido a que es la cuna del cine. Se le ve como lo más grande, como el lugar al que todo mundo quiere llegar y, si lo logras, ya la hiciste. Para mí nunca fue eso. Yo creo que los buenos directores, los buenos actores y las buenas historias te las encuentras en cualquier parte del mundo. Nunca sentí que ya la hice porque llegué a Hollywood.

*** Familia Gang no trata sobre el narcotráfico. No podemos no hablar del narcotráfico o de ese tipo de cosas cuando están sucediendo en México, pero en realidad habla sobre la integridad de la familia. No importa a qué te dediques, aunque seamos criminales, hay que hacerlo con dignidad, tenemos que buscar los núcleos familiares, los puntos importantes. Cuando todavía no se legalizaba el alcohol, todo el que tomaba estaba haciendo algo ilegal, pero luego resulta que ya no es crimen, sino toda una industria. Algo tan orgánico y natural como la mariguana, una yerba que se ha utilizado por tantas generaciones en nuestros países latinoamericanos como medicina. En mi casa teníamos las matas y mi mamá hacía jabón, la maceraba en alcohol con árnica para el reumatismo, champú y pasta de dien-

Sergio Raúl López

crew. Pasamos ocho meses encerrados en la selva. Tan sólo entre la gente ocupada en cortar los árboles y mover las hojas, eran como 500. Imagínate a todo el crew que venía desde Estados Unidos, ocupábamos todo Puerto Vallarta. Y fue difícil. Aprendí mucho, tuve que ser muy fuerte, pues terminé agarrándome a golpes con el productor y con varios de los actores. Así de rudo fue. En esa producción me di cuenta de que me había defendido toda la vida y que iba a tener que seguir defendiéndome como mujer y como ser humano. Además de que ninguno de mis compatriotas iba a dar la cara por mí, entre los técnicos del crew, porque ninguno me defendió. Los que querían hacerlo no podían porque tenían hambre, tenían que cuidar su trabajo, aunque hay momentos en que hay que amarrarse los pantalones y no dejarse faltar al respeto. El único que me defendió en esa producción fue un actor, Jean-Claude van Damme y lo corrieron después, por defenderme. En el sindicato mexicano, la Asociación Nacional de Actores (anda), me dijeron que podían parar la película, pero que toda esa gente no iban a tener con qué alimentar a sus hijos.

Eso que hice en Depredador, jamás me imaginé verlo o experimentarlo. Pero ahora que regresé a mi pueblo, las mujeres me dicen que cuando llegan los federales, agarran sus rebozos y esconden a sus maridos y a sus hijos. A las mujeres, normalmente, no pasa de que las violen, así de crudo lo dicen. Fue que entendí por fin que lo que hice en la filmación lo sigue haciendo todo el pueblo. En cualquier cultura donde los países han sido reprimidos tan fuertemente, llega un momento en que la parte más vulnerable, que son las mujeres y los niños, tienen que parar el crimen. Por eso yo les digo que sigan hablando y no paren de hacerlo. No pueden decir que no pasa de que las violen, nadie tiene derecho de tocar a otra persona si no le es permitido. Punto. Y no es que sea feminista, simple y sencillamente soy una mujer que ha tenido que luchar, que tuvo una madre luchadora y que sé que las mujeres somos fuertes y somos las que parimos, por ese simple y sencillo hecho, tenemos esa responsabilidad.

Elpidia Carrillo durante el vigesimonoveno Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

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Aprendí mucho (en Depredador), tuve que ser muy fuerte, pues terminé agarrándome a golpes con el productor y con varios de los actores. Así de rudo fue. En esa producción me di cuenta de que me había defendido toda la vida y que iba a tener que seguir defendiéndome como mujer y como ser humano. Además de que ninguno de mis compatriotas iba a dar la cara por mí.

American Zoetrope

tes, todo con plantas. Yo nunca fui al doctor, hasta los veintitantos años, y todo era con plantas, con hierbas. Ha habido un manejo muy extraño sobre eso y Familia Gang refleja un poco lo que está pasando en México, pero de una forma ligera, con comicidad y como algo muy típico del mexicano para aligerar tanta tragedia, tomarla un poco con sarcasmo. El mexicano tiene mucho sentimiento y es muy cariñoso, pero también es muy ligero, muy divertido, muy chistoso, siempre estamos buscando una broma sobre nosotros mismos. Y eso no es malo, nos aligera. Es algo muy bonito, no tomarlo todo con tanta seriedad y tenemos que usarlo más.

Otra escena de la sangrienta (en pantalla) y violenta (fuera de ella), Depredador.

*** No puedo decir mucho sobre la industria mexicana porque acabo de regresar. El equipo con el que trabajamos fue maravilloso, el director, los actores, todo el equipo nos unimos, nos divertimos inmensamente. Pero hay más talento y se le da más oportunidad a los jóvenes. Cuando empecé, sólo si tu papá estaba en el cine te daban la oportunidad de aprender, te entrenaban tus mismos familiares para que después siguieras esa herencia. Y era muy difícil entrar. Además, había mucho control y podías hacer solamente lo que te permitía la censura. Ahora existen más producciones independientes, eso ayuda mucho y la juventud está dando pasos ya con otra fuerza para que se abra más el ambiente cinematográfico y artístico en México. A los chicanos que nacieron en Estados Unidos les fue mucho más difícil que a los mexicanos que entraron directo a Hollywood, porque venían de una clase privilegiada acá en México, tanto Emmanuel Lubezki, Alfonso Cuarón o Rodrigo Prieto, esa gente tiene con qué pagar la renta, si te dan trabajo bien y si no, posiblemente puedes conseguir tus propias producciones. Es muy diferente. Aunque de alguna manera llegué también de 34

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forma privilegiada porque me llamaron, yo no venía de una élite ni de una clase privilegiada o de una escuela así, sin embargo alguien creyó en mí y por eso llegué. Pero la forma en que llegué fue muy rica porque de un ranchito chiquito llegué acá. El peso que Hollywood te da como actor es muy grande, como intérprete y como realizador es muy grande.

Sergio Raúl López. Periodista especializado en cultura y cine. Fue director editorial y fundador de 24xsegundo Magazine. Ha colaborado en medios como Reforma, National Geographic en Español, Caras, Canal 22, Metapolítica, Mira y la Revista Mexicana de Cultura de El Nacional. Mantiene colaboraciones con Chilango; Fuera de hora, Ruleta china y Ultracine, en Argentina; Plus TV Magazine, de Perú; Periódico Performance, de Jalapa, Letras de Cambio, de Michoacán; Tijuaneo, de Tijuana, y Cultura a la carte, de Guanajuato. Es uno de los autores de los libros Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo (Cineteca Nacional, 2012) y de Ruleta china (Ediciones Doble Z, Buenos Aires, 2012).


Videocine

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Dolores Heredia como Ana María Escobar, la nana y posteriormente amante y madre de los hijos del liberal Melchor Ocampo, en Huérfanos, de Guita Schyfter.

YO SOY LA ANTIDIVA DOLORES HEREDIA Y SU PERMANENTE LANZARSE AL VACÍO COMO ACTRIZ Octavio Maya Rocha

Originaria de La Paz, Baja California Sur, Dolores Heredia se descubrió profundamente atraída por el contacto con el público desde las primeras puestas teatrales en las que participó. Pero una vez que se vio frente a una cámara de cine, se descubrió muy cómoda y confiada, dueña de sí misma y del set. Y si bien se siente lejana de todo glamour y oropel, su abundante carrera fílmica comprende medio centenar de títulos. Además, ha sido electa como la nueva presidenta de la amacc.

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Una de las cosas que uno va ganando en la vida es la posibilidad de decir lo que piensas. Cuando vas sintiendo que lo vas obteniendo es de una sabrosura total. Es como si de pronto te crecieran los pies y tienes más estabilidad, más fuerza y vas más sereno por la vida. Es lo que he ido construyendo, siempre a la par como persona y como actriz

Arte Mecánica Producciones

uando en la charla aparece el término diva, Dolores Heredia luce contrariada, sin reparar en la definición estricta del término, ni considerar su amplia trayectoria artística en cine, teatro y televisión; es que simplemente no se visualiza como tal. Y así ha sido desde el inicio de su carrera, en la que siempre ha buscado salirse de su zona de confort e incluso del protagonismo. Quizás se debe a que, desde La Paz, en Baja California Sur, el lugar que la vió nacer, salió persiguiendo un sueño: convertirse en una verdadera artista. Tal vez Dolores no sea una diva por gusto, pero para un amplio público lo es, por su carácter de artista y por ser una belleza mexicana excepcional que evoca a aquellas grandes actrices

En Días de gracia, de Everardo Gout, Dolores Heredia interpreta el papel de Susana, una mujer de clase acomodada que sufre el secuestro de su marido.

de la Época de Oro del cine mexicano. Pero más allá del reconocimiento del público, y de un amplio sector de la industria cinematográfica, una combinación de elementos hacen únicas sus interpretaciones: con momentos llenos de verdad que sólo las grandes actrices pueden lograr y logran permanecer en la memoria, con numerosos trabajos que desbordan los clichés, la típica imagen de la heroína clásica, de la mujer sufrida o típicamente mexicana, pues su estilo impregna la pantalla, la salpica con tonalidades que son y serán dignas de recuerdo. Dolores Heredia ha sabido elegir sus papeles y al terminarlos se desprende con facilidad para comenzar nuevamente de cero. Sus decisiones parecen estar permanentemente en un constante bullicio crítico de quien gusta intercambiar puntos de vista con sus compañeros actores y directores, pues le gusta adentrarse no sólo en su personaje, sino conocer a la gente que la va a dirigir; más allá de una lectura de guión, es indispensable, incluso, una buena plática. Para ella, los personajes implican un 36

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riesgo necesario en el que es indispensable arrojarse al abismo, que es la única forma que su personaje sobreviva en el tiempo, que sea memorable. “Tengo toda una postura frente al concepto de diva. Yo soy la antidiva, porque lo primero que te imaginas es a una mujer o a alguien capaz de ser caprichoso, de estar envuelto en oropeles o sedas, en joyas, que va por la vida con un cierto glamour. A mí el glamour un poco me estorba, no me ocupa ni me preocupa construir esa imagen externa, no me desvela, más bien me inquieta cuando tengo que entrar en ese juego. Porque hay ocasiones en las que uno tiene que entrar, yo me quedo en el goce de poderme vestir en ciertas ocasiones como, por ejemplo, el premio Ariel, nuestra fiesta máxima.” Entre otros títulos, Dolores ha participado en filmes como Pueblo de madera (México, 1989), de Juan Antonio de la Riva; El Patrullero (Estados Unidos-México-Japón, 1991), de Alex Cox; Desiertos mares (México, 1992), de José Luis García Agraz; Dos


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Arte Mecánica Producciones

de mejor me siento y, aunque para muchos puede significar un estado de confort, no es así, es donde siento que puedo expandirme más, donde más se me antoja lanzarme al vacío, donde más quiero explorar; cuando sueño, sueño en cine. Aunque reconoce que su vida como actriz es su carrera central, paralelamente ha ido desarrollando otros oficios, no para buscarse el sustento ni para solventar su vida económica, sino que son pasiones que ha ido descubriendo en el camino: la producción, la promotoría: “Me gusta muchísimo generar encuentros. Si conozco a dos creadores me encanta propiciar algo, que surja algo, quizás no en lo inmediato pero que al final se generan cosas. Me gusta muchísimo y se me da con naturalidad. Fundé una compañía productora que, a la par, es una compañía promotora. En este caminar por la vida aprendí mucho más que las pocas escuelas por las que pasé. Tengo más una formación de vida, de talacha, de hacer, que de formación académica. “Aunque las clases que cursé fueron bases muy potentes, especialmente los cuatro años en que me entrené con Armando García en El Fauno, probablemente nadie conoce a este grupo de bailarines y actores, pero pasó gente muy hermosa. Armando García fue egresado del Centro Universitario de Teatro (cut) y había trabajado con Luis de Tavira. Yo no soy egresada de ahí, sólo estuve un año, me corrieron. En la unam había problemas, huelgas, y yo ni siquiera traía una formación política sólida. Era una paceña que cada que podía me salía del cut el viernes en la noche, agarraba un camión y me iba a Veracruz porque necesitaba el mar. Nunca pude entrar en la estructura que se quería mantener en el cut, en El Fauno creamos una serie de clases y estructuras académicas con una libertad enorme, basada fundamentalmente en el trabajo físico, en la voz, en la preparación musical, en lecturas. Vendíamos cosas, hacíamos ventas de garaje para poder pagar a nuestros maestros. Curiosamente, mi carrera surgió paralelamente a la generación de Arcelia Ramírez, Lisa Owen, Carmen Beato o Víctor Hugo Martín del Campo, teníamos prácticamente la misma formación. “Ese periodo de formación concluyó con el montaje de Antígona, con una adaptación del mismo Armando García, en el teatro Julio Castillo. Yo veía muchísimo teatro y danza. Quien más me inspiraba entonces era Eugenio Barba, una referencia total.” Un buen día, la actriz protagonista de Luis de Tavira dejó su compañía 15 días antes del estreno, por lo que gente cercana acudió a El Fauno a decirle a Dolores que buscaban a la protagonista. Pese a que hizo una audición pésima, porque estaba muy nerviosa, de Tavira le dijo: “La hiciste fatal, pero quiero que te quedes, te ganaste el personaje”. Así, tuvo escasas dos semanas para entrar a una compañía con nueve meses de ensayos. “Llegué absolutamente feliz, fue una obra increíble, me encantaba mi personaje, y justo en ese periodo me invitaron a hacer un cortometraje.”

De nuevo Dolores Heredia en el papel de Susana, en Días de gracia.

crímenes (México, 1993), de Roberto Sneider, Santitos (México, 1998), de Alejandro Springall; De la calle (México, 2001), de Gerardo Tort; Ciudades oscuras (México, 2001), de Fernando Sariñana; Cobrador: In God We Trust (México-España-Argentina-Brasil-Reino Unido, 2006), de Paul Leduc; Rudo y Cursi (México, 2008), de Carlos Cuarón; Desierto adentro (México, 2009), de Rodrigo Plá; Conozca la cabeza de Juan Pérez (México, 2008), de Emilio Portes y Huérfanos (México, 2014), de Guita Schyfter. Ha sido nominada en dos ocasiones al premio Ariel, que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (amacc), organismo en el que fue electa en Asamblea General como su próxima presidenta, en octubre de 2015. Inicios paceños Nacida el 6 de Octubre de 1966, en La Paz, Dolores es hija de madre sinaloense y padre guanajuatense, quienes conformaron una familia de diez hijos. La playa era un sitio donde llenaba su tiempo, sin librerías y con cine únicamente los fines de semana. Fue en la preparatoria donde decidió crear, junto con un grupo de amigos, un grupo de teatro. Las presentaciones en rancherías y pueblos aledaños a La Paz le hicieron descubrir el imán que representa el contacto con el público. En una visita de la compañía teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, Dolores conoció a Mónica Serna, quien al ver sus capacidades como intérprete le recomendó irse a la Ciudad de México para estudiar teatro. “He ido construyendo como cualquier persona: eligiendo, eligiendo desde el corazón, pensando siempre cómo quiero verme dentro de unos años, a dónde quiero llegar. Desde niña siempre tuve objetivos muy claros. Uno de mis objetivos era estudiar teatro en la Ciudad de México y luego regresarme a La Paz para crear una compañía de teatro, profesionalizar este oficio en mi tierra, pero la situación cambió, porque el cine me encontró muy rápido, yo no lo busqué, no me imaginaba, en lo más mínimo, como actriz de cine, pero me he consolidado más como tal. Muy pronto, en mis primeros trabajos de cine, descubrí un profundo placer, un bienestar en el set cinematográfico. Es don-

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Pedro González Castillo

Encuentro con la cámara Una casualidad le hizo saltar al cine. Se dice que en la vida hay que tener talento pero también suerte: la imposibilidad de Arcelia Ramírez por tomar un papel debido a otro compromiso cinematográfico se convirtió en una invitación a Dolores para actuar en el cortometraje La otra orilla (México, 1990), de Antonio Diego Hernández, con guión de Ignacio Ortiz, del Centro de Capacitación Cinematográfica (ccc). Dolores descubrió un sentido que nunca más la dejará: la profunda sensación de la presencia de la cámara de cine y una pesadez que no olvidará jamás. Es tal el impacto, que la misma noche de su primera filmación tuvo un sueño que determinará su relación con el cine y su futuro como artista. “El cortometraje empezó a tener gran suerte. Juan Antonio de la Riva lo vio y me llamó porque me vio en la peliculita. Así el cine vino a mi encuentro. No tenía ni idea, ni siquiera había visitado un set cinematográfico. A mí, si algo me causa curiosidad, me da mucha fuerza, me dejo ir, y así fue, estaba totalmente fascinada. El primer o segundo día de rodaje tuve un sueño: que estaba dormida en el hotel, al pie de la cama estaba la cámara y todo el crew adentro del cuarto, yo dormida con mi pijama. “Mi encuentro con la cámara de cine lo marcó ese cortometraje, empecé a reconocer que tengo una muy buena relación con la cámara, me gusta estar enfrente de la cámara de cine

Dolores Heredia, Henner Hoffman y Nicolás Celis, en la entrega 54 del Ariel.

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porque la fotografía fija es muy distinta, en general me siento incómoda frente a la cámara fotográfica. La mayoría de las actrices aman las fotos, los vestidos, las alfombras rojas, las entrevistas. Como seguí haciendo cine, me puse a ver mucho cine, me volví una lectora voraz, siempre he tenido esta capacidad voraz para imaginar, todo el tiempo estoy creando cosas. “Curiosamente, la fotografía fue lo primero que estudié. Amo mucho la imagen, me encanta su construcción, la potencia, así que estas tres cosas se ligaron perfectamente a este nuevo descubrimiento que fue el cine, que es el medio donde más he podido explorar, más grandes amigos he encontrado y he descubierto maestros extraordinarios que me han tocado.” El hilo dorado Para la actriz, los personajes implican un riesgo necesario con los que hay que arrojarse al abismo para poder lograr actuaciones memorables y encontrar lo que ella llama “el hilo dorado” de la actuación: convencer a sus espectadores, logrando un encanto colectivo, para alcanzar la verdad que tanto anhela. “Si quiero seguir siendo actriz, necesito caminar en la cuerda floja, si dejo de ser la equilibrista, esto ya no me interesa. No me interesa si no hay ese peligro, si no hay una creación. Por otro lado, sí estoy pensando en que se nos reconozca como artistas, como creadores. La gente no sabe cómo se construye una película. Los productores siempre afirman que llegamos cuando el proyecto ya esta hecho, lo he escuchado muchísimo, que la tenemos facilita y luego queremos cobrar mucho, que llegamos al set, nos ponemos el vestuario y ya está… es muy fuerte. Por otro lado, hay actores que sí sienten que son otras personas, pero esto es una creación, no te vuelves otro, es interesante. Me podría volver una actriz cómoda, pero entonces ¿dónde ejerces la pasión?… por fuerza se paga. Si tienes las condiciones ideales es muy bueno, incluso se puede trabajar sin un guión, si el director así lo decide, pero hay que conversarlo, ambos tienen que crear ese mundo y a veces eso no sucede. El director tiene que crear condiciones ideales de confianza. Si las indicaciones son que no vas a mover las manos en toda la película o que no quiere que muevas un solo músculo de la cara, para lograr eso yo necesito una enorme confianza. La confianza no la vas a crear en una semana, hay que hacer un viaje juntos y yo elijo con quién viajo, porque viajar con alguien es llegar a lo más profundo, creo que es lo más extremo en la vida. Haz un viaje largo con alguien que te cae mal, es lo mismo al hacer una película. No es que tenga que haber un guión, tienes que ver los ojos del director, sentir quién es, odiarlo o amarlo, pero tener un vinculo profundo con él que me permita dar este salto. Eso también es trabajo. Para mí un ensayo es tomar un café, una caminata con el director, tomar unos mezcales mientras hablamos de nuestras vidas, son muchas las maneras, pero generalmente no se da. Una década de aprendizaje Cuando Dolores Heredia conoció al director e intérprete suizo Daniele Finzi Pasca, decidió emprender un viaje por 10 años, recorrió el mundo con la Compagnia Finzi Pasca, donde absorbió una particular forma de abordar la actuación, en un aprendizaje


EL GLAMOROSO ARREBATO único, al exponerse a diversos mercados que le abrieron los ojos a un mundo que creía conocer. Como todo exilio voluntario, o involuntario, la distancia le reveló un México que más tarde la invocará en un momento histórico del país. “Tuve la fortuna de encontrarme a Daniele Finzi, creo que es uno de los grandes creadores de teatro en este momento en el mundo. Me casé con él y durante 10 años trabajé codo a codo en su compañía de teatro. Cada año hacíamos una creación en la que trabajaba lo mismo como asistente de dirección que como técnico. Ésa es la maravilla, tienes que hacer de todo, desde embalar, diseñar, pensar en la iluminación, saber la técnica; todo lo que debía aprender del teatro lo aprendí con él. “Era una confrontación enorme porque él trabajaba un mundo que me gustaba ver en el escenario, pero cuando me pedía que lo hiciera, me era muy difícil. Cuando descubrí su poética, simplemente no he podido abandonarla. La tragicomedia que es el mundo te descubre que no es necesario ponerte una nariz roja para poder hablar de estas profundidades. Es curioso decirlo, pero él es uno de mis maestros de esas figuras clásicas de la comedia del arte, uno de mis grandes amores de la vida y también del arte. “Pude ver el teatro de otra manera, descubrir lo que es la creación. Hasta ese momento había participado en obras donde haces lo que te dice el director y el campo de acción como actriz es muy reducido. El campo de un actor es crear en un rinconcito, esa experiencia con Daniele me hizo reconocer y descubrir el proceso de creación en un actor. En la compañía era algo natural. Pero eso era en el plano profesional, lo que más aprendí fue de México, siempre tuve los ojos puestos aquí. Cuando estaba en Europa, ocurrió el levantamiento de Chiapas, se crearon fuertes movimientos de artistas por la paz, llegó un momento en el que sentí que las cosas importantes estaban ocurriendo en mi país. Fue la primer cosa que le dije a Daniele para regresar. Siempre estuvimos regresando, nunca dejé mi departamento acá. En Europa me leía todos los periódicos y empecé a darme cuenta de qué percepción se tenía de México, cómo ven fuera a México, qué se filtra en la prensa. Fueron 10 años de un profundo aprendizaje. “Nuestra base era Lugano, Suiza, creábamos y montábamos los espectáculos en tres meses e inmediatamente nos íbamos de gira por el mundo. Viajamos mucho por Europa, Sudamérica, Norteamérica, por todos lados, por África y la India, eso sí te da una visión muy grande. Con el movimiento de México empezamos a hacer más base aquí, a crear espectáculos acá. Creo que fue donde tomé el verdadero sentido a mi participación en la vida pública, en la vida social, en la política. Yo no me veo como política, no me interesa participar en esas cosas, pero ahora, como presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (amacc), quién sabe que va a suceder. Aunque no lo veo como política, sino como una participación al interior de la vida cultural, más como promotora.” Las divas mexicanas “Yo creo que el cine mexicano ha ido abandonando cada día más las figuras de las divas. Todavía tenemos a Blanca Guerra, que al estar dos segundos con ella no necesita ni abrir la boca. La

Desde niña siempre tuve objetivos muy claros. Uno de mis objetivos era estudiar teatro en la Ciudad de México y luego regresarme a la Paz para crear una compañía de teatro, profesionalizar este oficio en mi tierra, pero la situación cambió, porque el cine me encontró muy rápido, yo no lo busqué. No me imaginaba, en lo más mínimo, como actriz de cine. Pero me he consolidado más como tal. ves y sabes que es de una belleza, de una fortaleza, decidida, plena, dueña de sí misma. Yo también te puedo decir que me siento dueña de mí misma, pero en un mundo paralelo. Seguramente lo que yo diga no coincide con la percepción que tienen de mí, no me siento encasillada, aunque por fuerza tengo que estar en un rango, porque me condiciona mi aspecto físico y otra serie de elementos. Pero creo que he explorado una variedad de personajes tan ricos como ‘Lucero’ de Dos crímenes (México, 1995), de Roberto Sneider, hasta esta mamá preciosa de Desiertos mares (México, 1995), o esta nana tan trágica y hermosa de Huérfanos (México, 2014), de Guita Schyfter y la medio loca de Santitos (México, 1999), de Alejandro Springall. Siento que he podido explorar un montón de personajes, de temperamentos y visones de la vida de estas mujeres en distintas situaciones. Muchos fueron por elección. Me aferré a hacer Santitos, todavía vivía en Europa, me mandó el guión a través de la Asociación Nacional de Actores (anda), finalmente logré contactar a Springall, el guión me pareció estupendo, pero la compañía con la que trabajaba allá tuvo un gran celo. Dos Crímenes también fue así, Roberto Schneider quería que yo hiciera a la ‘chamuca’, le gustó mucho mi casting, pero le dije que quería hacer casting para el personaje de “Lucero”, insistí tanto que al final me dijo que estaba hecho un lío. He hecho muchas menos películas de cuantas hubiera podido hacer, dije que no a muchas más que a las que he dicho que sí. Llevo más de 45 películas, quizás hubiera podido hacer el doble, pero éstas son las que he querido hacer. CINE TOMA 43

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Ernesto Reynoso

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Dolores Heredia entrega el Ariel a Mejor Guión Original a Diego Quemada Díez, Lucía Carreras y Gibrán Portela, por La jaula de oro.

“He hecho muy pocas películas comerciales, por ejemplo, una película con Chris Hool llamada Guía de Turistas (México, 2014); me cayó súper bien y empezó a decirme que lo tomara como si fuera un respiro, unas vacaciones, usó todos sus recursos para convencerme. Era un momento en el que, en México, empezaba toda esta densidad en el ambiente, una noticia superaba a la otra en horror, violencia y pérdidas, entonces decidí que quería poder reírme un poco y lanzar otro discurso. La película muestra un estado maravilloso como Yucatán, en locaciones extraordinarias; pude estar todo el tiempo con mi hija, me lo pasé tan bien, me gocé tanto ese rodaje y también se vale, nunca pienso si me va a pagar muy bien o me voy a dar a conocer, eso nunca entra en mi saco de decisiones. Las razones me surgen naturalmente. Una vez me invitaron a hacer una película con Adam Sandler mientras filmaba, en Colombia, una película de dos pesos, pero que quería hacer. Me estuvieron buscando tres meses pero no me convencieron de hacer el casting ni de hacer de sirvienta en una película gringa. “Una de las cosas que uno va ganando en la vida es la posibilidad de decir lo que piensas. Cuando vas sintiendo que lo vas obteniendo es una sabrosura total; es como si de pronto te crecieran los pies y tienes más estabilidad, más fuerza y vas más sereno por la vida. Es lo que he ido construyendo, siempre a la par como persona y como actriz.”

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Nueva presidenta de la amacc La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (amacc) hizo público que el martes 6 de octubre de 2015 realizó elecciones, en las que la nueva presidenta electa fue la actriz Dolores Heredia; aunque tanto su presentación formal como la de su Comité Coordinador se realizó hasta finales de octubre.

Octavio Maya Rocha. Guionista, productor y director, con 23 años en la industria del cine; ha trabajado para películas tanto nacionales como internacionales. También ha colaborado en publicaciones nacionales y estadounidenses. Instagram: @octaviomaya. Facebook: Octavio Maya Rocha.


Films Mundiales

EL GLAMOROSO ARREBATO

Junto con Pedro Armendáriz, Andrea Palma protagonizó un clásico del cine negro mexicano, Distinto amanecer, de Julio Bracho, su hermano.

DISTANTE Y SUBYUGANTE ANDREA PALMA, LA DIVA DURANGUEÑA DE VESTIDO ENTALLADO Y MIRADA LÁNGUIDA Perla Schwartz

Originaria de Durango, de una notable familia de prosapia artística, hermana del director Julio Bracho y prima de Dolores del Río y de Ramón Novarro, la actriz Andrea Palma se convirtió en un símbolo de la mujer melancólica y de mirada lejana, sobreviviente a un destino trágico y regularmente atrapada entre la disyuntiva del deber y el amor. Su prolífica carrera, que abarca 60 filmes, la convirtió en una de las grandes divas del cine nacional.

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na silueta lánguida, poseedora de un gran dolor existencial y un trágico destino, mismo que se reflejan en su mirada en lontananza, un tanto melancólica, preside a Andrea Palma (Durango, 1903-Ciudad de México, 1987), en su inolvidable interpretación protagónica de La mujer del puerto (México, 1933), dirigida por Arcady Boytler. Fue gracias a este filme que su persona quedaría marcada en la historia como una de las grandes divas del cine mexicano. En su sufrido personaje de Rosario, la actriz se muestra distante y subyugante. Muestra carácter y temperamento pese a ser una joven campesina veinteañera que se dedica al oficio de la prostitución porque necesita mantener económicamente a su padre enfermo, así como apoyar a su hermano menor para que pueda ir a la escuela y, además, porque sufrió el engaño de un novio que le arrebató su virtud. La cinta selló su destino como una figura por antonomasia del cine nacional. Gracias a su personaje se le llegó a comparar con la diva alemana Marlene Dietrich, de quien, curiosamente, había llegado a ser consultora de moda y maquillaje en Hollywood, donde acudió a invitación de sus primos, Ramón Novarro y Dolores del Río. Su clásica imagen, con vestido negro entallado, párpados entornados y fumando un largo cigarrillo, mirando a la distancia melancólicamente, se quedó en la memoria de los espectadores de la época. Así como otro de los momentos climáticos del filme: cuando queda sugerido el incesto entre hermanos, mismo que, aunque no se muestra, tal parece que sí se consumó. Tanto el director de origen ruso, Boytler, como su fotógrafo, el canadiense Alex Phillips, fueron capaces de capturar para la pantalla grande el misterio que emanaba de la personalidad de Palma, esa mujer que “vende placer a los hombres que vienen del mar”, un momento de la cinta en el que queda de manifiesto una vida infeliz y trunca, frustrada y conducida por los trágicos acontecimientos. Fue así como la actriz durangueña, cuyo nombre original era Guadalupe, lograría imponerse tanto en el gusto del público como en la mirada de los productores de la industria cinematográfica mexicana, pues con La mujer del puerto iniciará una gran carrera que la llevó a participar en poco más de 60 filmes, trabajando con los mejores directores, entre los que se cuentan Luis Buñuel, Fernando de Fuentes, Juan Bustillo Oro, Juan J. Delgado, y su propio hermano Julio Bracho, entre otros. De vestuarista a actriz Nacida en la capital de Durango, el 16 de abril de 1903, como Guadalupe Bracho Pérez Gavilán, muy joven fue llevada por su familia a la Ciudad de México, a donde se mudaron debido al estallido de la Revolución mexicana. Ya establecidos, en compañía de sus hermanas asistió a una escuela de monjas españolas y, posteriormente, ingresó a un instituto inglés: la Academia de la Visitación. Debido al conflicto armado, la familia siguió teniendo dificultades económicas, razón por la cual su madre inició un pequeño negocio de repostería y Guadalupe/Andrea comenzó diseñar y confeccionar sombreros para vender. Ya que su padre 42

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Tanto el director de origen ruso, Boytler, como su fotógrafo, el canadiense Alex Phillips, fueron capaces de capturar para la pantalla grande el misterio que emanaba de la personalidad de Palma, esa mujer que “vende placer a los hombres que vienen del mar”, un momento de la cinta en el que queda de manifiesto una vida infeliz y trunca, frustrada y conducida por los trágicos acontecimientos. fue dueño de una fábrica de textiles —misma que perdió con la Revolución—, la futura actriz mostró, desde niña, aptitudes en el diseño de vestuario para los montajes escolares. Su primo Ramón Novarro, ya afincado como prestigiado actor en Hollywood, la invitó a pasar una temporada con él. La actriz tuvo una estancia de alrededor de seis meses en Estados Unidos. A su regreso comenzó a trabajar en el departamento de sombreros de la tienda La Ciudad de Londres y, al paso del tiempo, logró abrir su propio establecimiento: Casa Andrea. En una entrevista que se le realizó para la publicación monotemática Cuadernos de la Cineteca Nacional, comentó que eligió su nombre artístico, ya que tuvo en casa una cocinera que se llamaba Andrea, misma a la que había rendido homenaje con la sombrerería. Andrea Palma se inició en el teatro a finales de la década de los 20 con la obra Maya, escrita por Simón Giantillán, realizando una suplencia a la reconocida estrella Isabela Corona. Ahí, tra-


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Una de sus actuaciones más memorables fue en Distinto amanecer, dirigida por Julio Bracho, diríamos que es el “Casablanca mexicano”. Ahí interpretó a Julieta, una mujer casada y con familia que encuentra al hosco Octavio (Pedro Armendáriz), un sindicalista que investiga el asesinado de un líder de los trabajadores, ordenado por el corrupto gobernador Vidal (Enrique Utoff), que se enamoró de ella durante la universidad.

Sol Lesser Productions

Su última aparición fue en el filme En busca de un muro (México, 1974), la biografía de José Clemente Orozco, dirigida por su hermano Julio Bracho. Luego se concentraría en el teatro y la televisión, donde fue presentadora de la popular teleserie La novela semanal y antes de retirarse, apareció en la serie Ángel Guerra, al lado de su sobrina Diana Bracho en 1979, para luego retirarse debido a probleJunto con Linda Christian, Andrea Palma actúa en Tarzán y las sirenas (Estados Unidos, 1948), de mas de salud. Robert Florey, con Johnny Weissmuller Una de sus actuaciones más memorables fue en bajó al lado de Miguel Ángel Ferriz; entonces, su destino quedó Distinto amanecer, dirigida por Julio Bracho, diríamos que es marcado y decidió ser actriz. el “Casablanca mexicano”. Ahí interpretó a Julieta, una mujer Contaba con la experiencia de haber observado y convivido casada y con familia que encuentra al hosco Octavio (Pedro Arcon la gran diva alemana Marlene Dietrich, a quien le había mendáriz), un sindicalista que investiga el asesinado de un líder diseñado una serie de sombreros para la película La Venus ru- de los trabajadores, ordenado por el corrupto gobernador Vidal bia (Blonde Venus, Estados Unidos, 1934), dirigida por Josef von (Enrique Utoff), que se enamoró de ella durante la universidad. Sternberg. Ahí tuvo oportunidad de acumular datos en torno Su personalidad natural y sumamente expresiva, al tiempo que a los vestuarios, las entradas, los movimientos en escena y los fría y sofisticada, fue captada e inmortalizada por la lente de entretelones de la actuación. Gabriel Figueroa, en una historia que muestra el entrecruce del amor y la solidaridad. Prolífica e inolvidable Andrea Palma murió el 11 de noviembre de 1987, a los 84 Poseedora de una recia personalidad, su carrera cinematográfi- años de edad. La última temporada de su vida la pasó recluida ca fue prolífica, entre algunos de los abundantes filmes en los en la Casa del Actor, amparada entre sus recuerdos y las fotoque participó están: Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1935), grafías de sus glorias pasadas. de Ramón Peón; Ave sin rumbo (México, 1936), de Alejandro Sin duda, pasó a la historia del cine nacional como una de Galindo; Amapola del camino (México, 1937), de Juan Bustillo sus mayores divas. Oro; Inmaculada (México, 1938), de Louis J. Gasnier; El señor alcalde (México, 1938), de Gilberto Martínez Solares; Distinto amanecer (México, 1943), de Julio Bracho; La casa de la zorra Perla Schwartz Skoorman. Poeta, ensayística y crítica. Periodista por (México, 1945), de Juan José Ortega; Bel Ami (Estados Unidos, la Escuela Carlos Septién García, donde impartió cátedra, y maestra 1947), de Albert Lewin; Tarzán y las sirenas (Tarzan and the en Estudios de la Mujer por la Universidad Autónoma Metropolitana, Mermaids, Estados Unidos, 1948), de Robert Florey; Sensualidad para la que realizó la investigación Hacedoras de imágenes. Directoras (México, 1950), de Alberto Gout; Aventurera (México, 1950), de cine en México. Ha colaborado en El Búho, Plural, Casa del Tiempo, de Alberto Gout; Mujeres sin mañana (México, 1951), de Tito Revista de la Universidad de México, El Heraldo Cultural, El Universal, Davidson; Eugenia Grandet (México, 1952 ), de Emilio Gómez Novedades, La Jornada semanal y El Sol en la cultura. Mantiene la biMuriel; Ensayo de un crimen (México, 1955) de Luis Buñuel; Te- tácora electrónica Líneas en fuga (lineasenfuga-azul.blogspot.com). Su resa (México, 1961), de Alfredo B. Crevenna, y México de mis reciente libro de poesía se llama Confesiones de una divoviuda (Amarillo Editores). recuerdos (México, 1963), de Juan Bustillo Oro. CINE TOMA 43

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Clasa Films Mundiales

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María Félix encarnó a la mujer de carácter fuerte y altamente dominante en Doña Bárbara, de Fernando de Fuentes y Miguel M. Delgado.

LA FASCINACIÓN DE UNA MUJER EL ORIGEN, ESPLENDOR, CREPÚSCULO Y DESAPARICIÓN DE LAS DIVAS EN MÉXICO Irving Torres Yllán

En el principio fue la ópera. Y sus grandes estrellas eran semejantes a diosas. Por eso se les llamó divas. Más tarde, así fueron nombradas las figuras teatrales consagradas. Pero llegando el siglo xx, la maquinaria cinematográfica habría de elevar el concepto a alturas nunca imaginadas. En México, el cine silente nos entregó a las pioneras, la Época de Oro nos inundó con figuras terriblemente desdeñosas y lejanas, admirablemente bellas. Finalmente, la televisión inició con la caída y la desaparición de las divas, para dejarnos con celebridades que, en realidad, son nadie.

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¿Qué permitió el nacimiento de las divas en México? Sin duda lo causó el impacto de ver las imágenes en movimiento, el tono de sus voces, el hecho de ser etéreas, de ser inalcanzables para la mayoría de los espectadores y también por el estatus económico y social. Para la bola que se metía a una sala popular de cine, la altivez de una María Félix era imposible de soportar en la realidad, pero en la pantalla resultaba cautivante y llena de fuerza, una hembra bragada capaz de someter la hombría de cualquiera. O qué decir de la sexualidad que emanaba en pantalla Silvia Pinal, misma que se contraponía con la inocencia que su rostro podía retratar. Todas llenaban un vacío en el espectador que se permitía admirarles sin freno. Cierto, no todas sobresalían por su capacidad histriónica, la mayoría lo hacía por el amor que las cámaras les profesaban, por la fuerza que su presencia tenía en pantalla, por lo bien que retrataban. Dolores del Río, por ejemplo, imponía por su belleza pero también era capaz de brindar actuaciones entrañables que impresionaban al espectador, basta recordar las cintas

RKO Radio Pictures

ablar de las divas es volver a la época en que las grandes luminarias impresionaban a todos con sus actitudes y desplantes; en la que se les permitía comportarse de forma arrogante y displicente con los demás y aún así se les mimaba y se les aplaudía para que siguieran adelante. La palabra diva proviene del latín y significa divina, diosa; en su sentido moderno, viene de Italia, donde así se les designaba a las grandes cantantes de ópera, término que con el tiempo se traspasó a las actrices de teatro y del cine. Y permaneció en el cine, que muy pronto se desarrolló como un ámbito propicio para la creación de estrellas, de personas que el público admira, ama, odia pero que no deja de observar como dioses lejanos, en muchos casos, y en otros, como si fueran los amigos de toda la vida, con los que podría sentarse y charlar por horas. Pero, indudablemente, son los primeros a los que se observan como dioses, los que más capturan la atención del público general. Cuando esa fascinación la crea una mujer, pronto se le comienza a llamar diva.

Como la bella y exótica mexicana que era para Hollywood, Dolores del Río protagonizó títulos como Ave del paraíso (Estados Unidos, 2932), de King Vidor en el papel de Luana.

México no se apartó de este fenómeno. Y de sus primeras diosas cinematográficas fue la actriz Mimí Derba, quien ya tenía gran éxito en el teatro y que, al incursionar en el cine, en alianza con Enrique Rosas fundó la productora Azteca Film, en 1917, compañía donde dirigió La Tigresa (México, 1917), lo que a convirtió en la primera directora del cine mexicano. Pero no fue sino hasta el boom del cine mexicano, durante la llamada Época de Oro, cuando surgieron las grandes divas nacionales: María Félix, Dolores del Río, Silvia Pinal, Andrea Palma y otras. Una época que quedó atrás, en el pasado, y que parece no podrá recuperarse en ningún aspecto; no sólo en la cantidad de cintas filmadas, sino en el contacto entre público y actrices.

que hizo con Emilio “Indio” Fernández, como María Candelaria (México, 1943) o Las abandonadas (México, 1944), para comprobarlo. O qué decir de Andrea Palma en La mujer del puerto (México, 1934), de Arcady Boytler lo mismo que en Aventurera (México, 1949), de Alberto Gout. María Félix era incapaz de actuar y repetía, hasta el cansancio, sus mismos gestos y ademanes, eso sí, con una energía que hacía palidecer todo a su alrededor. Al término de la Época de Oro del cine mexicano comenzó el declive de las divas. Esto no se debió a que escasearan las figuras importantes en la pantalla, sino que las actrices de las nuevas generaciones fueron incapaces de imponerse en CINE TOMA 43

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Argel Films

¿Qué permitió el nacimiento de las divas en México? Sin duda lo causó el impacto de ver las imágenes en movimiento, el tono de sus voces, el hecho de ser etéreas, de ser inalcanzables para la mayoría de los espectadores y también por el estatus económico y social.

Andrea Palma como cabeza de familia en Padre nuestro, de Emilio Gómez Muriel.

el imaginario del público como lo habían hecho las consagradas, y también porque en lugar de querer ganar ese estatus, se volcaban a tener una imagen más amigable, más cercana a la gente, rompiendo así con la distancia que una diva impone con su presencia. Durante la década de los sesenta ocurrió un duro golpe para las divas cinematográficas: la televisión comenzó a ganar fuerza y fue en estos años, cuando surgieron las primeras telenovelas, que la gente comenzó a cambiar su percepción de las actrices; ya no debían ir a las grandes salas de cine para admirarles, ahora entraban directo al hogar por medio del receptor casero, por lo que se volvían parte de la familia y dejaban de ser inaccesibles. Si bien todavía en los años setenta había divas de antaño que seguían haciendo cine, en realidad ya era sólo su fama lo que las tenía en ese lugar, ya no eran taquilleras y no mantenían la atención del público más que como extrañas figuras del ayer, antigüedades que llamaban pero ya nadie consumía. Fue justo en esa década cuando surgieron actrices que cautivaron ya no por su fuerza en pantalla, sino por su descarado erotismo, por la forma tan natural de mostrar sus atributos físicos, entonces el público no las veía ya como diosas sino como mujeres a las que podía desear y si bien eran inaccesibles, sí eran mortales con las que podía fantasear. Entre ellas tenemos a Meche Barba, quien hizo desnudos en innumerables cintas y se volviera el sueño erótico de los adolescentes mexicanos; también tenemos a Tina Romero, quien gracias a su papel en Alucarda (México, 1977), de Eduardo López Moctezuma, ha quedado consagrada en uno de los premios da el Festival Internacional de Cine Fantástico, Terror y Ciencia Ficción “Feratum”, que reproduce su rostro. 46

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Ya para la década de los ochenta, la figura de la diva ya no existía entre las nuevas actrices que entraban al cine mexicano, perdidas en una mayoría de cintas intrascendentes, pertenecientes a una etapa oscura en la que el cine comercial y el de arte se separaban cada vez más, donde las personalidades que salían en pantalla tenían que dividirse entre hacer cine que el público consumiera y el que se consideraba debería hacerse. Muchas de ellas provenían de la televisión y a su paso por el cine resultan olvidables. También es la época donde la sexy comedia hace su gran negocio y ¿quién necesita divas cuando tenemos piel a la menor provocación? A partir de los años noventa, el cine mexicano comenzó una restructuración que continúa hasta la fecha, a finales del 2015, en la que no sólo cambió la forma de producir, sino que se renovó la planilla actoral de forma casi total; surgieron nuevos ídolos cinematográficos y se cambió la interacción con el espectador. Si antes había una identificación y un acercamiento del cine nacional con su público natural, ahora no se busca sólo ello, se busca mimetizarse con él, ser uno mismo, romper la barrera que mantenía la distancia y ser ya uno, para, así, pasar de ser una estrella de la pantalla a un espectador más, y que quien ve la película sea alguien en ella, sin preparación pero siendo espontáneo, lo que para algunos directores es mejor en su concepto de hacer arte que las viejas formas. Y así llegamos a la época moderna del cine mexicano, donde si bien tenemos figuras cinematográficas, carecemos de estrellas. ¿Y divas? Ni de lejos. Hasta las divas de antaño se han bajado de su pedestal con tal de seguir apareciendo en algunas películas, con papeles olvidables en las que se burlan de ellas mismas, olvidan su grandeza por segundos con tal de que el público recuerde que siguen vivas. De las jóvenes actrices, pues ninguna tiene el porte para ser diva. Todas están tan preocupadas por la manera como lucen en la pantalla o creando una imagen de “amiga de todos” para agradar al espectador, que ni siquiera les pasa por la mente el ser divas. Muertas las divas, ahora nos quedan las celebridades que, en realidad, son nadie. Además, la producción fílmica nacional tampoco busca crear nuevas, ya que es tan complicada la continuidad de la producción, que simplemente no les resulta redituable intentar posicionar a alguien en ese nivel, desconociendo incluso la posibilidad de que se estrene la cinta filmada este año o dentro de cinco.


Aunque era una resplandeciente figura de la cinematografía mexicana, Silvia Pinal alcanzó uno de los puntos más altos de su prolífica carrera al protagonizar Viridiana, de Luis Buñuel, al lado de Francisco Rabal.

Y sí, ahora tenemos un cine mexicano sin divas, sin estrellas, con producciones empecinadas en poner en pantalla a las actrices de telenovela barata mexicana, creyendo que así se logra llevar al público al cine, cuando en realidad lo que hacen es alejar a la gente que sí le interesa ver películas nacionales, con directores que buscan a aficionados y no a actores profesionales para sus películas, intentando demostrar que son capaces de hacer algo con gente sin experiencia y que no les intente cuestionar sus planos eternos en los que una hormiga cruza la avenida; con actrices que no quieren ser estrellas para que no les digan nada pero, eso sí, que el público las ame. Un cine mexicano sin figuras para el mañana. Irving Torres Yllán. Estudió Ciencias de la Comunicación en la unam. Fue redactor e investigador para el Diccionario de Directores del Cine Mexicano (Cineteca Nacional), de Perla Ciuk y para la Enciclopedia de Cine Iberoamericano (Universidad Complutense). Actualmente es Director General de cineNT.com.

UNINCI/Gustavo Alatriste

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Durante la década de los sesenta ocurrió un duro golpe para las divas cinematográficas: la televisión comenzó a ganar fuerza y fue en estos años, cuando surgieron las primeras telenovelas, que la gente comenzó a cambiar su percepción de las actrices, ya no debían ir a las grandes salas de cine para admirarles, ahora entraban directo al hogar por medio del receptor casero.

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INDUSTRIA

UN LUGAR CÓMODO, SEGURO Y CON HISTORIA LOS 70 AÑOS DE LOS ESTUDIOS CHURUBUSCO, SEGÚN CARLOS GARCÍA AGRAZ Luis Carrasco García

Sergio Raúl López

Creados en plena Época de Oro del cine mexicano, entre la bonanza y el éxito industrial, en los Estudios Churubusco Azteca llegaron a filmarse un centenar de títulos al año, sólo en sus instalaciones. Ahora, alcanzan siete décadas de existencia como el único y el mayor estudio cinematográfico actual, con su edificio principal inconcluso, pero una ocupación completa de sus foros, oficinas, salas de posproducción y otras facilidades, lo que los mantiene como los más importantes de América Latina.

Uno de los ocho foros que se encuentran en los Estudios Churubusco, visto desde la entrada de autos de sus intalaciones.

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INDUSTRIA

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Los foros de los Estudios Churubusco trabajan permanentemente; tenemos un nivel de ocupación del 98% al año; ya sea por series de televisión, publicidad o comerciales, nuestros estudios siguen siendo los más solicitados en esta ciudad. su actual director, Carlos García Agraz —designado el 29 de agosto de 2013—, realizador egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (cuec) de la unam, autor de cintas como Mi querido Tom Mix (México, 1991), Amorosos fantasmas (México, 1993) y Días de combate (México 1994), además de cortometrajes, documentales y series de televisión, en entrevista, aborda las actualidades, historia y tradición de los Estudios Churubusco. A 70 años de vida, ¿cuál es el estado de salud de los Estudios Churubusco? Saludable, con mucha memoria, con mucha historia; en un proceso de reingeniería para ponerlo al día, dadas las necesidades tecnológicas que se requieren para enfrentar el cine del siglo xxi, para que siga dando lata y siga sirviendo a la industria cinematográfica nacional y extranjera por al menos otros 70 años. ¿Cómo encontraste los Estudios Churubusco a tu llegada? Bien, en términos generales, pero con un edificio inconcluso, lo cual sigue siendo una piedra en el zapato; en el resto de la operación es una empresa noble, pero que, desafortunadamente, muchas de sus fortalezas se han visto disminuidas, como el laboratorio fotoquímico que, después de 60 años de haber sido parte fundamental como empresa y como servicio, al venir las nuevas tecnologías digitales, ha caído en capacidad de trabajo. Entonces, los Estudios se encuentran en una etapa de reimaginar para convertirlos, de nuevo, en esa fortaleza que eran antes, para compactarlos y darles esa vocación de conservación y preservación del cine mexicano, para que el laboratorio fotoquímico pueda seguir preservando y conservando las películas realizadas en los últimos 60 años. Sergio Raúl López

n 1945, con la filmación de la película La morena de mi copla (México, 1945), de Fernando Rivero, en el vasto terreno que comprendía cinco hectáreas en la colonia Country Club, al sur de la Ciudad de México, entraron en funcionamiento los Estudios Churubusco, y muy pronto se convirtieron en unos de los más importantes de la entonces poderosa industria mexicana. Desarrollado como proyecto, en 1943, por Emilio Azcárraga Vidaurreta, la productora estadounidense rko Radio Pictures y Harry Wright, presidente del Country Club y dueño de los terrenos, entre otros inversionistas, los Estudios tuvieron como su primer director al estadounidense Charles Wooran, de la rko y, posteriormente, a Richard K. Tomkins, quien los encabezó hasta 1953 en plena Época de Oro, realizando hasta 90 películas por año. En aquel entonces, por Churubusco pasaron lo mismo Pedro Infante que María Félix, Emilio “Indio” Fernández o Mario Moreno “Cantinflas”. Desde ahí se estableció, en 1949, la Ley Cinematográfica. En 1950 los Churubusco absorbieron los Estudios y Laboratorios Cinematográficos Azteca, S. A., con lo cual quedaron fusionados los Estudios Churubusco y Azteca, por lo que su nombre como empresa cambió de Productores Asociados Mexicanos, S. A., por Estudios Churubusco Azteca, S. A., y más tarde su propiedad pasaría al Estado mexicano. Al crearse por decreto el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), los Estudios Churubusco pasaron a formar parte del sector cinematográfico, con lo que pasaron por un programa de modernización y remodelación de sus ocho foros y equipo para las áreas de Sonido, Laboratorio Fotoquímico y Laboratorio Digital. Sus salas thx se encuentran entre las más modernas de América Latina, y sus dos salas digitales de regrabación y mezcla cuentan con una sala de proyección en formatos 35mm, 16mm, y digital 2K.

Algunas antiguas oficinas de los Estudios Churubusco siguen continuando.

Actualmente, al contar con 10 foros, dos salas de regrabación y mezcla, un laboratorio fotoquímico, una sala de doblaje y un centro de posproducción digital, los Estudios Churubusco son el complejo de producción y posproducción más grande de Latinoamérica. Al conmemorarse su septuagésimo aniversario,

¿Qué tanto se han ido renovando y actualizando los Estudios Churubusco en los últimos años, con base en los cambios que antes señalabas? Creo que es un proceso permanente. Si seguimos en operaciones es porque, día a día, se va adaptando permanentemente. La Sala de Sonido thx, por ejemplo, sigue siendo la sala más solicitada de todo el país para hacer la terminación de las películas; es por ello que siempre se renueva, así como su personal que constantemente se está capacitando, lo que nos hace estar a la vanguardia. CINE TOMA 43

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INDUSTRIA Nuestra apuesta con la parte digital, que tiene que ver con la imagen, con la corrección de color, es salir a vender y seguir demostrando, tanto a los directores como a los productores de cine, que los Estudios están haciendo las cosas y las están haciendo muy bien, toda vez que los privados son mucho más chicos que nosotros y, aunque pueden ir más rápido, no quiere decir que éste no sea uno de los mejores lugares donde se puede posproducir una película en todos los rubros.

extranjeras sobre la seguridad. Pero poco a poco tienden a regresar, y el ejemplo más reciente es la vigésimo cuarta entrega de la serie de James Bond, 007 Spectre (Spectre, Reino Unido-Estados Unidos, 2015, de Sam Mendez), que estuvieron en Churubusco utilizando oficinas, cinco foros como bodegas, maquillaje o reclutamiento de extras, lo que constituye una buena señal de que más producciones extranjeras puedan venir a filmar aquí y en México.

¿Cómo se puede competir con esas empresas? Con un paquete y un abanico completo. Tenemos que dar un mejor servicio, con mejor calidad, con mejor personal y con mejores precios. Hay mucho prejuicio contra los Estudios Churubusco que hay ir rompiendo poco a poco, y la mejor demostración es que muchas películas se hacen aquí en todos sus procesos y tienen una gran calidad, que sus productores y directores están muy satisfechos. Películas completas se han hecho aquí, como La dictadura perfecta (México, 2014), de Luis Estrada o La delgada línea amarilla (México, 2015), de Celso R. García, por hablar de las últimas que se han hecho completas en los Churubusco. Esto es una demostración de que el cine mexicano puede seguir contando con los Estudios en todos sus procesos.

Algo que comentan mucho las empresas son los llamados incentivos fiscales que ofrecen otros países, algo que en México no se ha destrabado por completo. Aunque los Estudios no tienen injerencia directa en lo que corresponde a los incentivos fiscales, sí pueden negociar y ofrecer mejores precios, descuentos, paquetes completos de servicios, con lo cual los productores extranjeros se verían beneficiados y, poco a poco, empiezan a regresar.

Sergio Raúl López

¿Qué hay de las producciones extranjeras que antes filmaban con mucho más frecuencia y ahora se tiene que competir con otros países que ofrecen más facilidades o alternativas, como los incentivos fiscales? Ése no es un problema de los Churubusco, sino de la cinematografía nacional. Hasta la década de los ochenta del siglo pasado, muchas películas venían a filmarse a México y utilizaban todas las instalaciones, sobre todo en los foros, y muchos de los servicios que se proporcionaban en aquella época. La idea es que eso regrese, pero no sólo depende de nosotros, sino de una percepción que se tiene del país por parte de las industrias

Vista desde la calzada de Tlalpan de los Estudios Churubusco.

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¿Qué tanto mermó la posibilidad de filmar en los Churubusco cuando se construyó en su Back Lot el Centro Nacional de las Artes (Cenart)? No creo que haya mermado; era una parte que tenía que ver más con la historia. Antes, para filmar, se construía mucho, pero ahora las producciones dejaron de filmar en espacios controlados; como resultado de que la tecnología hizo que las cámaras fueran más pequeñas, que el equipo de iluminación fuera más móvil, muchos productores empezaron a filmar en locaciones reales y el estudio se empezó a utilizar para construcciones más complicadas. Por ejemplo, a Luis Estrada le gusta mucho filmar en foro, o el caso de la película 7:19, de Jorge Michel Grau, que en octubre se empezó a rodar también dentro de un foro. Los foros de los Estudios Churubusco trabajan permanentemente; tenemos un nivel de ocupación del 98% al año; ya sea por series de televisión, publicidad o comerciales, nuestros estudios siguen siendo los más solicitados en esta ciudad.


INDUSTRIA En los Estudios es donde han filmado los más importantes fotógrafos del cine mexicano, desde Gabriel Figueroa, Jorge Stahl, Eduardo Martínez Solares, hasta Emmanuel “el Chivo” Lubezki, Carlos Marcovich y todos los fotógrafos de todos los tiempos. Ésa es una de sus fortalezas, la historia que tienen los Churubusco para el cine mexicano. ¿Cuál es el porcentaje de ocupación de los Estudios de quienes aquí filman y qué tanto cambian los requerimientos para cada uno de ellos? En general, 25% para películas; 50% de publicidad y el restante 25% para televisión. Para todos, en general, los requerimientos son los mismos, quizás, si vienen por más tiempo, puede conseguirse un mejor paquete. Los foros, oficinas y bodegas siguen siendo un espacio requerido de manera permanente por las producciones nacionales. ¿Cómo se está preparando a los Churubusco ahora que las filmaciones recurren mucho a lo virtual y lo digital, donde se construyen, incluso, foros y escenarios virtuales? Estamos preparados. A fin de cuentas, lo poco que se necesite para dar sustento a esa parte virtual, se tendrá que filmar dentro de un estudio e, incluso, hasta más películas se van a realizar aquí, por lo menos para poner el ciclorama, el green screen, etc. En resumidas cuentas, Churubusco está bien preparado para este avance tecnológico. Siendo un realizador y gente de cine, ¿no crees que los estudios fílmicos, en general, no tienen los años contados y se pasará a otra forma de filmar y posproducir? No, yo creo que seguirán existiendo. Así como muchos pensaron en la muerte del cine cuando llegaron los videos, cosa que no sucedió, pienso que así pasará con los estudios; la gente seguirá requiriendo de sus servicios, a lo mejor no en la cantidad de antes, cuando todo estaba lleno. En el tiempo que llevo como director de los Estudios, cinco o seis películas se han querido filmar en negativo, en material fotoquímico. En Hollywood está pasando lo mismo: hay directores que siguen haciendo sus películas en laboratorios fotoquímicos. Ahora, una película puede terminarse en una laptop, de eso no me queda la menor duda, aunque nunca sonará igual que si se trabaja en una consola con sonido thx, de ahí que aún haya mucha gente que prefiere sentarse en una gran consola y que la película se escuche como debe escucharse. Hay de todo: cine minimalista, gente que le gusta hacer películas chiquitas en un cuarto, con dos actores, con una cámara casi amateur, editarla y terminarla en una laptop que, incluso, se exhibirá en cines sin ningún problema, y el éxito o no de la misma no dependerá de ello. Pero otros cineastas piensan en grandes espacios para filmar, en muchas pistas para regrabar, con mucha luz. Uno ve lo que están haciendo personas como Alejandro González Iñárritu o Emmanuel “el Chivo” Lubezki, cuando el cine tiende a hacerse más chico, hay muchos que lo quieren hacer inmenso. En México sucede lo mismo con directores como Felipe Cazals o Luis Estrada.

En pocos años ya no se va a filmar en cinta de 35mm, ¿Churubusco está preparado para cuando llegue ese momento? Por supuesto. Por ejemplo, el laboratorio fotoquímico pasó de procesar 25 millones de pies de película, en 2010, a 200 mil, en 2015. La parte digital está más que cubierta. En los dos años que llevo al frente de los Estudios, sólo una película se ha hecho en material cinematográfico, y todas las demás, cerca de 40, se han hecho en digital. Estamos preparados para el cambio tecnológico que desde hace 15 años se empezó a gestar, eso sí, es una carrera permanente que va muy rápido, pero vamos a la par, estamos a la vanguardia y preparados para ofrecer el servicio que necesite la industria fílmica nacional. ¿Qué ventajas ofrecen los Estudios Churubusco respecto a países como Brasil o Argentina, que producen más películas que México? ¿Qué los hace los estudios más importantes en América Latina? Cuando afirmo que son los más importantes es porque aquí se tiene toda la línea de producción, todo el proceso para hacer al cien por ciento una película, que va desde contar con una oficina para escribir un guión, preparar la película, filmarla en los foros, editarla en las islas de edición, posproducirla en las salas digitales, terminarla en un paquete digital dcp y tenerla lista para exhibirse en los cines. ¿El edificio inconcluso no ha mermado el funcionamiento de los Estudios? No, porque el edificio nuevo vendrá a ser un plus para los Estudios. El funcionamiento no se vio detenido por su construcción y siguieron operando al cien por ciento. El edificio está pensado para mejorar ciertas cosas: contar con mayor comodidad, más acorde a una empresa prestadora de servicios, donde también se cuente con restaurantes, una cafetería, terrazas, lugares de usos múltiples para organizar premieres o cocteles, espacios públicos para poder socializar, así como nuevas oficinas donde puedan desplazarse los productores y que permitan generar un gran movimiento, tal y como sucedía en las décadas de los cuarenta y cincuenta, cuando existía una gran vida. Es lo que se pretende recuperar con el nuevo edificio. ¿Cómo se protegerá Churubusco ante el inevitable recorte de presupuesto, para el subsector cultura, del próximo año? ¿Se está negociando para que no les afecte tanto? De que el recorte nos afectará sustantivamente eso es inevitable. Lo que se tiene que hacer es un ejercicio de imaginación para que los servicios de Churubusco sean capaces de mantenerse con recursos propios y no depender de los recursos fiscales, de convencer a los productores y directores que vengan a hacer sus películas con nosotros. ¿Del costo de operación que tienen los Churubusco, qué tanto corresponde al subsidio gubernamental y qué tanto lo generan con recursos propios? Aproximadamente un 20% proviene de recursos fiscales y el resto son de recursos propios. Lo ideal sería que llegáramos al 100%. Lo importante es que los Estudios no dejen de trabajar, CINE TOMA 43

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Sergio Raúl López

INDUSTRIA

En medio de los Estudios Churubusco está la escultura original del Ariel, obra de Ignacio Asúnolo, cuyas reproducciones en miniatura entrega la Academia Mexicana.

que siempre estén en activo y a mayor trabajo, mayor capacitación a los trabajadores y mayor calidad tecnológica. ¿Cuáles son las líneas generales de trabajo en los Estudios para el 2016? Fundamentalmente es la renovación tecnológica, tanto en lo digital como de sonido, así como los foros para que den el mejor servicio posible, de buena calidad, con un buen precio y, por otro lado, un plan de ventas más agresivo para que más empresas vengan a hacer sus películas en los Estudios Churubusco, que además son un lugar cómodo, seguro y con historia. Por todo lo anterior, el 2016 será un buen año. 52

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Los cambios en la tecnología cinematográfica avanzan muy rápido, ¿cómo hacen para estar, en la medida de lo posible, al día de todas las innovaciones? Tenemos un departamento muy capacitado que está, de manera permanente, viendo cuáles son los avances tecnológicos, también de adquirir y hacer las adecuaciones a nuestro equipo para que se encuentre tecnológicamente a la vanguardia; no nos podemos dar el lujo de quedarnos atrás, porque si no, nos comen.


Sergio Raúl López

INDUSTRIA

El nuevo edificio de oficinas aún inconcluso, parte de la remodelación emprendida el sexenio anterior.

Parte de los festejos por los 70 años consistió en reeditar y actualizar al 2015 el libro La fábrica de sueños. ¿Cómo fue dicho proceso? A casi tres décadas de haberse publicado, nos pareció que la conmemoración de los 70 años de los Churubusco era una buena oportunidad para hacer una edición corregida y aumentada que abarcara el original del 1945-1985, con el mismo texto de Tomás Pérez Turrent, junto con sus respectivas filmografías, y actualizarlo a partir de esa fecha y hasta el 2015. Para realizar esta labor, se le pidió al historiador Eduardo de la Vega Alfaro que escribiera el texto correspondiente a 1986-2015 y, junto con Rosario Vidal, incorporara la filmografía de los últimos 30 años. La nueva edición será en tres tomos: el primero abarcará de 1945 a 1968, el segundo de 1969 a 1997 y el último hasta el 2015; tendrán un texto introductorio que hable de la historia de los Estudios Churubusco en diferentes etapas; todas las filmografías que se han realizado en los Estudios, al menos en parte de su proceso, lo que se traduce en 3 mil fichas, la mayoría de ellas acompañadas de fotos. Hay que aclarar que no es un libro

sobre la historia del cine mexicano; una parte de la edición se pondrá a la venta en la Cineteca Nacional o las librerías Educal. ¿En estos años que has sido director de los Estudios Churubusco, qué tanto has extrañado hacer cine o has tenido tiempo de pensar proyectos? Siempre estoy pensando en algo, sigo escribiendo y revisando proyectos; también disfruto mucho estar en contacto con la comunidad cinematográfica. Es un gran privilegio poder servirles como director, ver una comunidad que está muy viva y entusiasta; cómo se hacen los proyectos, y ser testigo de que hay muchísima gente con muchas ganas de hacer cine de calidad. ¿Qué reflexiones te ha dejado estar dentro de la burocracia cinematográfica? Me di cuenta de que tiene que haber una retroalimentación entre la gente de cine y las instancias gubernamentales, que este Estudio necesita del apoyo de la comunidad para sobrevivir. Estando un poco afuera, uno piensa que la obligación del estudio CINE TOMA 43

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Pedro González Castillo

INDUSTRIA

Carlos García Agraz, director general de los Estudios Churubusco, en el festejo de las siete décadas de la institución.

es servir a la comunidad sin haber nada a cambio, y es necesario explicarlo a la gente. Por eso, a veces, el Estudio entra como posibilitador de películas, es decir, como coproductor, por lo que nos corresponde una parte o porcentaje de las ganancias. Es otra forma de negocio, es una forma de inversión en una película que uno piensa que puede ser exitosa y tener un futuro económico; además, estamos dando premios en festivales como Guadalajara, Morelia y Guanajuato. En resumidas cuentas, para quien esté metido en el mundo del cine, Estudios Churubusco es parte ya de la historia del cine universal; la gente oye en cualquier parte del mundo Estudios Churubusco y sabe dónde están y quiénes somos y eso nos llena de mucho orgullo y nos compromete a mantener los Estudios Churubusco dentro del imaginario de la gente que hace cine en el mundo entero.

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¿Puedes compartir alguna anécdota en torno a tu estancia en los Estudios Churubusco como cineasta o directivo? La primera vez que entré a los Estudios Churubusco fue un sueño realizado. Desde el momento en que decidí que quería hacer cine, a los 15 o 16 años, veía películas y descubría que se habían hecho en los Estudios Churubusco, por lo que intenté entrar un par de veces y no me dejaron. De pronto se dio una coyuntura en la que, por un lado, estaba haciendo mi examen para entrar al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y, por otro lado, el fotógrafo Armando Carrillo —cuyo padre Domingo Carrillo había sido operador de Cámara de Gabriel Figueroa—, me invitó a participar en la filmación de Pepito y Chabelo contra los monstruos (México, 1973), dirigida por José “Pepe” Estrada, fue así que puede ya entrar al lugar, del que me enamoré desde el primer instante.


Pedro González Castillo

INDUSTRIA

Al conmemorarse los 70 años de los Estudios Churubusco, la institución recibió un reconocimiento especial por parte del Gobierno Federal.

A partir de ese momento, me convertí en asistente de Pepe Estrada por cinco años, con quien hice cuatro o cinco películas; fue así que mi vida estuvo ligada permanentemente a los Estudios Churubusco. De las nueve películas que tengo, todas, en algún proceso, pasaron por estos Estudios que son mi casa; es el lugar donde me formé y me desarrollé como cineasta y donde espero acabar mis días filmando.

Luis Carrasco García. Maestro en Comunicación y Cultura por el Instituto de Investigación en Comunicación y Cultura (Iconos). Es profesor de asignatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam; profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm) y productor del programa de radio Cinergis. Ha sido productor y conductor de los programas de Charlas sin café. Magacine, Cinematógrafo 04, Cinesecuencias radio. Se ha desempeñado como reportero de El Diario de México, Radio Educación y el imer, así como colaborador de las revistas Mira, Cablevisión, Cine y video, 24xsegundo Magazine y Cine Premiere. Se desempeñó como coordinador editorial del órgano informativo Canacine en acción. Fue jurado, durante dos años, del comité de selección de proyectos del Programa de Fomento a Productos y Coinversiones Culturales, en la categoría de Medios Audiovisuales, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Actualmente, se desempeña como Consejero Ciudadano de la estación Radio Ciudadana del imer. CINE TOMA 43

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ACADÉMICAS

LA ASIGNACIÓN DE RESPONSABILIDADES ES IMPOSIBLE EL TRÁFICO DE ARMAS FRONTERIZO A LO LARGO DE 600 MILLAS, DE GABRIEL RIPSTEIN Gonzalo Hurtado

Lucía Films

Mientras la mayor parte de las películas que transcurren en la frontera entre México y Estados Unidos muestran facetas inocultables de la violencia, la migración y el narcotráfico, el realizador mexicano Gabriel Ripstein optó por acercarse a un asunto poco tratado audiovisualmente: el tráfico de armas. El resultado es 600 millas, una trepidante cinta que ha sido galardonada en Berlín, Guadalajara y Lima, y que ha sido elegida para representar a México en los premios Oscar.

Harrison Thomas y Kristyan Ferrrer son dos jóvenes, estadounidense uno y mexicano el otro, involucrados en el tráfico de armas, casi como un juego.

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ACADÉMICAS largometraje elegido por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar al país en la octogésima octava entrega de los premios Oscar de la Academia estadounidense. Producida por Lucía Films y distribuida por Videocine, el filme estrenará en la cartelera mexicana el 18 de diciembre. A continuación, una conversación sostenida con Gabriel Ripstein durante el decimonoveno Festival de Cine de Lima. ¿Cómo concebiste esta historia? Viéndolo a la distancia, ya me es muy difícil entender como fue el proceso. A grandes rasgos, había muchos temas que a mí me interesaba explorar, que me daban vueltas en la cabeza. Soy mexicano, pero vivía en Estados Unidos y sé que la relación entre ambos países es muy compleja, muy enmarañada, y por ahí empiezan muchas excusas para explorar esa relación. Veía

Lucía Films

C

ierto, el crimen se encuentra a la orden del día en la frontera México-Estados Unidos y el hecho no resulta novedoso. Pero ante la inacción de las autoridades, el exponencial crecimiento de los hechos delictuosos y la violencia generalizada, el cine mexicano ha encontrado una gran veta de historias que, con registros diversos, documentan el duro acontecer de esa convulsionada región. El debut en la dirección de Gabriel Ripstein no ha sido ajeno a ello, con una propuesta de autor que llama la atención por el cuidado de su puesta en escena y la búsqueda de un registro real, lejos de los artificios a los que nos tiene acostumbrado el cine industrial. En 600 millas (México-Estados Unidos, 2015), somos testigos del diario devenir de dos jóvenes: el mexicano Arnulfo Rubio (Kristyan Ferrer) y el estadounidense Carson (Harrison Thomas), quienes hacen de baratos operadores de los traficantes de armas. Sin embargo, el destino de los muchachos ha de cruzarse con el del agente especial Hank Harris (Tim Roth), un frío sujeto que se toma su trabajo tan a pecho como si se tratara de un mandato ético. El violento encuentro devendrá en el secuestro del experimentado Hank quien, en un largo recorrido, será transportado clandestinamente al corazón de la mafia mexicana, sacando a relucir toda su sangre fría para buscar una posible salida a su maltrecha condición. A lo largo del camino, la relación con Arnulfo será clave para tratar de darle giro a su suerte, aunque con escasas esperanzas. Drama de gran impacto, la percepción de 600 millas no puede sino resultar desoladora en un contexto en el que ni el triunfo de la ley deja una sensación gloriosa en medio de una vorágine criminal alimentada por el absurdo. En dicho contexto, la vista del desierto no hace sino reforzar el sentimiento de desesperanza y desazón que invade a la historia y que de ninguna manera se regodea con la violencia explícita a la que recurre en momentos puntuales. Nacido en la Ciudad de México, en 1972, Gabriel Ripstein es nieto del productor Alfredo Ripstein, fundador de la empresa Alameda Films e hijo del reconocido y admirado director Arturo Ripstein —recientemente galardonado con el Ariel de Oro, la Medalla de Bellas Artes y en el Festival Internacional de Cine de Venecia por sus 50 años de trayectoria—; es licenciado en Economía y mba en Medios y Entretenimiento por la Columbia Business School. Durante los últimos cinco años ha escrito y producido varios largometrajes para el mercado, tanto estadounidense como mexicano. Su primera película como director, 600 millas, cuenta con un guión suyo coescrito con Issa López, fotografía de Alain Marcoen (sbc), sonido de Alejandro de Icaza, dirección de arte de Carlos Jacques, edición suya junto con Santiago Pérez Rocha, así como producción también suya junto con Michel Franco y Moisés Zonana, y las actuaciones de Tim Roth, Kristyan Ferrer, Harrison Thomas, Noé Hernández, Mónica del Carmen y Armando Hernández. Luego de tener su estreno mundial en el sexagésimo quinto Festival Internacional de Cine de Berlín, donde ganó el premio a la Mejor Primera Película 2015, 600 millas fue reconocida con el Premio Mezcal a Mejor Película Mexicana en Guadalajara y con el Premio del Jurado y el de Mejor Actor en Lima, y fue el

Tim Roth es el agente Hank Harris, quien es capturado por Arnulfo Rubio (Ferrer).

que muchas de las historias entre ambos países tienen que ver con el narcotráfico o con la inmigración y no había visto nada acerca del tercer componente de esta compleja dinámica, que es la gran circulación de armas y que, de alguna manera, es la otra cara de la moneda del narcotráfico. Las drogas van de México a Estados Unidos, pero las armas van de Estados Unidos a México. Es una relación bastante perversa que yo no había visto reflejada en el cine. Entonces, ahí sumé el hecho de un operativo ejecutado hace unos dos años por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (atf, por sus siglas en inglés), que regula la tenencia de armas y que se llamó “Rápidos y furiosos” (Fast and Furious) y fue desastroso. Yo me robé un poco este contexto para contar una historia sobre dos personajes: un veterano agente federal estadounidense (Tim Roth) y un jovencito mexicano (Kristyan Ferrer) que incursiona en el tráfico de armas. Me dio mucha curiosidad saber qué pasaba si CINE TOMA 43

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ACADÉMICAS los obligaba a interactuar y ver qué tipo de relación podía darse en un lugar peligroso en el que tipos tan distintos tenían que vincularse y utilizarse para sobrevivir. Son todas estas variables las que resultan en esta historia.

La participación de Tim Roth le da otro aire a la película. ¿Él fue siempre tu opción o habías pensado en otros actores? De hecho tenía otro actor. Tim entró a reemplazarlo generosamente. Fue una suerte, una gran fortuna que él se sintiera intrigado por el material. Es un actor muy inteligente al que le gusta ser provocado y, de alguna manera, retado a hacer cosas distintas. Yo creo que él encuentra en este proyecto y en una película que produje inmediatamente después —Chronic (México-Estados Unidos, 2015), de Michel Franco— y en la que también actúa, proyectos muy distintos a lo que habitualmente le ofrecen en Estados Unidos. Él trajo algo muy importante al papel: el entendimiento clarísimo del tono de la película y eso resultó fundamental. Lo entendió muy bien y trajo a la mesa lo que no tenía que ser la película. No tenía que ser una glamorización ni una estilización o un cliché. Eso lo tuvo claro desde el principio y eso le permitió meterse muy bien en la historia.

Lucía Films

Hay una tendencia en el cine mexicano a retratar historias de frontera desde el narcotráfico, la trata de personas o como en este caso, la venta ilegal de armas. ¿Te sientes parte de una ola o es más un impulso personal? Creo que la existencia de todas estas historias se debe a que están presentes en la realidad mexicana. No es que se busque hablar, en específico, de la frontera porque sea necesariamente glamorosa o todo lo contrario. Nada más se trata de una realidad muy contundente de México. Somos vecinos de un país enorme y poderosísimo. México, a su vez, es una nación con una serie de problemas estructurales. Hay una realidad violenta en muchos lugares del país y es imposible que los cineastas no se vean afectados por eso y no encuentren ahí historias interesantes para contar. Entonces, no sé si el cine fronterizo sea un género en sí mismo. Si así lo fuera, pues sí, mi película entraría ahí. Heli (México-Países Bajos-Alemania-Francia, 2013), de Amat Escalante, es más contenida dentro de la realidad mexicana del narcotráfico; Norteado (México, 2008), de Rigoberto Perezcano, está más de lleno en la inmigración al igual que La jaula de oro (México, 2013), de Diego Quemada Díez. Es inevitable encontrar historias interesantes para contar cuando se trata de esta relación amor-odio y necesidad-resentimiento con respecto a los Estados Unidos. Reza el dicho: “Pobre México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de dios”, y es inevitable que los cineastas se vean provocados por eso.

Es la ventaja de trabajar con actores inteligentes y con ese talento (como Tim Roth), además la coincidencia que existió fue que todos estábamos muy claros en lo que no queríamos que fuera la película. No queríamos arquetipos ni un agente policial heroico. Si los mexicanos son buenos y malos, los estadounidenses también. Ésa era una intención clarísima desde el principio de la historia.

Arnulfo Rubio (Ferrer) y su callado e introspectivo tío Martín (Noé Hernández) son miembros de un cártel mexicano en la cinta.

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ACADÉMICAS Un personaje como el de un agente federal te lleva a caminar por una línea muy delgada. Sin embargo, Roth le aportó mucha naturalidad al papel. Se nota un registro más real. Exacto. Es la ventaja de trabajar con actores inteligentes y con ese talento, además la coincidencia que existió fue que todos estábamos muy claros en lo que no queríamos que fuera la película. No queríamos arquetipos ni un agente policial heroico. Si los mexicanos son buenos y malos, los estadounidenses también. Ésa era una intención clarísima desde el principio de la historia. Cuando se aborda un tema tan complejo como el tráfico de armas, en el que la asignación de responsabilidades es imposible y es más bien una corresponsabilidad absoluta entre los dos países, todo tiene que ser acorde a eso y tener una sintonía absoluta. Es ahí donde tuve la suerte de tener actores que lo entendían claramente. El personaje que Roth interpreta, Hank, es curioso, porque parece vivir permanentemente en la adrenalina. Nunca sientes, a lo largo de estas 600 millas, que esté desesperado, sino en su estado natural, lo que no ocurre cuando está en su hogar. Esa lectura es muy interesante, porque es un poco así. Si estuviéramos en el cliché hollywoodense, éste sería un hombre de acción que repartiría 400 balazos y desmayaría al jovencito de un golpe de karate, se sacaría las esposas con los dientes y una serie de estupideces más. Lo interesante para mí era explorar a un tipo bastante gris. Todo el tiempo lo vemos trabajando, incluso cuando está con una mujer en un cuarto de hotel, sigue pensando en el trabajo. Por su experiencia, jamás entra en pánico y más bien te das cuenta de que conoce todos los nombres del crimen organizado mexicano. Eso es muy real, porque ahí las relaciones entre los policías y los villanos son reales. La Administración para el Control de Drogas (dea) y el Departamento de alcohol, tabaco, armas de fuego y explosivos (atf) saben perfectamente cómo funciona el crimen en México. Las relaciones son mucho más complejas y profundas de lo que uno se imagina. Este personaje vive en un mundo con ciertos peligros, un poco a la merced de este jovencito cuyo mayor pecado es su juventud e ingenuidad y que vive rebasado por lo que no se da cuenta que está haciendo, y comete error tras error. Hank es un tipo mucho más vivido, es un manipulador, un tiburón. Se da cuenta de que la única manera de salir vivo es manipulando. En ese sentido, es un tipo bastante astuto y que, fuera de eso, tiene una vida muy aburrida. La contraparte del mexicano que rapta a Hank es Carson (Harrison Thomas), un chico estadounidense sumamente básico en su comportamiento. Lo que más interesaba era mostrar a dos jovencitos, tanto el estadounidense como el mexicano, como unos adolescentes que se aproximan al tráfico ilegal de armas casi como un juego y que no entienden las consecuencias de lo que están haciendo. Uno, siendo estadounidense y teniendo una licencia de conducir, puede comprar armas para luego traficarlas. Mi intención era ésa: retratar esa actividad desde la perspectiva de este par de imberbes que no tienen ni idea de lo que están haciendo ni de dónde terminan esas armas. Carson es el típico white trash (basura blanca), un tipo bastante básico que no ve más allá. Va de

una tienda a otra consiguiendo armamento de tipo militar que está al alcance de cualquier ciudadano, para luego traficarlo, por unos pocos dólares, al otro lado de la frontera. La actriz Nailea Norvind tiene una breve aparición en la película como la esposa de Hank… Bueno, ella es la mujer que aburre a Hank. Esa parte de la historia te dice que la vida es aburrida y que no es como en las películas. Es la cotidianeidad de un desayuno y una relación probablemente bastante jodida. Nailea es amiga y aceptó generosamente el breve papel que le ofrecí. Es curioso, porque en la siguiente película que produje, Chronic, dirigida por Michel Franco, también actúan Tim y Nailea, y ambos son exesposos. Fue como un pequeño guiño, una broma interna poner a estos actores juntos en ambas películas. En cuanto al estilo visual, hay momentos que se resuelven en un plano fijo con movimiento interno, lo que le da más verismo y sentido de realidad a la historia. Por supuesto, la búsqueda del lenguaje cinematográfico en esta película está plagada de esa necesidad de realismo. Esa sensación de cuasi-documental es lo que determina casi todas las decisiones. El fotógrafo con el que trabajé es un belga (Alain Marcoen) que ha estado en casi todas las películas de los hermanos (Jean-Pierre y Luc) Dardenne. Yo admiro mucho su trabajo, pues, a su vez, vienen del género documental y su cine tiene esa visión. Yo quería exactamente ese tratamiento para 600 millas. Tuve la audacia y la suerte de buscar a ese fotógrafo mediante la aplicación de Google, Link Team, y me contestó. Yo le dije: “Usted no me conoce, pero yo soy un admirador de su trabajo y tengo un guión para una película” y él contestó: ”Bueno, vamos a hacerla”. Es por eso que la película está hecha con planos secuencias y evito los cortes lo más posible, evito la estilización. Esto requiere mucho diseño y mucha cautela, pero el reto es que eso no se sienta en la pantalla. ¿Te dio tu padre, Arturo Ripstein, su opinión sobre la película? Le pedí su opinión y su consejo en un par de ocasiones y fue siempre muy generoso en dármelo. Es un tipo que, más allá de ser mi padre, tiene más de 50 años dirigiendo películas y sabe muy bien de lo que habla. A nivel narrativo, cuando yo estaba en el proceso de corte, había un par de dudas que tenía y fue muy útil escucharlo siendo muy respetuoso del proceso. No es que la película sea una decisión consciente, pero es distinta al mundo que mi padre retrata en su cine, pero eso no es una voluntad de alejamiento sino la manera que yo que encontré de contar esta película. Es una suerte tener cerca a un gran cineasta como él para preguntarle estas cosas. Estar en este festival (de Cine de Lima), donde tengo una película compitiendo y él es homenajeado junto a mi madrastra Paz Alicia Garciadiego, es un deleite. Es un gran placer y no puedo pedir más. ¿Cuándo será el estreno comercial de 600 millas? La película continuará este año su circuito de festivales para tener su estreno comercial en diciembre. Es una fortuna haber tenido tantas invitaciones a festivales y no me deja de sorprenCINE TOMA 43

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Pdro González Castillo

ACADÉMICAS

Gabriel Ripstein, director de 600 millas, Mejor Ópera Prima de la Berlinale y cinta elegidapor la AMACC para representar a México en los premios Oscar.

Pedro González Castillo

Al Oscar y al Goya en 2016

Mesa de la AMACC en la que se anunciaron las cintas seleccionadas para representar a México en los Oscar y en los Goya, 600 millas y La tirisia.

der que esta historia que concebí genere tantas reacciones en públicos tan diversos. Hace unas semanas la presenté en Jerusalén y las preguntas eran muy diferentes a las que me hacían en lugares distantes como Cartagena. Tener acceso a esas opiniones siempre resulta muy interesante.

Gonzalo Hurtado. Periodista y comunicador social en medios audiovisuales egresado de la Universidad de Lima. Ha sido cortometrajista, editor de prensa y crítico de cine en las publicaciones El Cinéfilo, Visto y Bueno y Soho Perú. Fue supervisor editorial de Plus tv Magazine y editor periodístico en el canal cmd; ahora es editor de contenidos de la empresa multimedial Media Networks de Lima, Perú.

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El jueves 17 de septiembre se dio a conocer que, tras el proceso de selección, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (amacc) eligió la película 600 millas (México-Estados Unidos, 2015), de Gabriel Ripstein, para representar a México en la octogésima octava entrega de los premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (ampas, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, en la categoría de Mejor Película en Lengua no Inglesa, a realizarse el 28 de febrero de 2016. Además, será La tirisia (México, 2014), de Jorge Pérez Solano, el filme mexicano que representará al país en la trigésima gala de los premios Goya, realizada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que se efectuará en febrero de 2016.

600 Millas (México-Estados Unidos, 2015), de Gabriel Ripstein. Con Tim Roth, Kristyan Ferrer, Harrison Thomas, Noé Hernández, Mónica del Carmen y Armando Hernández. Guión: Gabriel Ripstein e Issa López. Fotógrafo: Alain Marcoen, S. B. C. Edición: Gabriel Ripstein y Santiago Pérez Rocha. Dirección de Producción: Carlos Jacques. Diseño de vestuario: Claudia Sandoval. Sonido: Alejandro de Icaza. Producción: Michel Franco, Gabriel Ripstein y Moisés Zonana. Compañía: Lucía Films. Duración: 85 min. La tirisia (México, 2014), de Jorge Pérez Solano. Con Gustavo Sánchez Parra, Adriana Paz, Noé Hernández, Gabriela Cartol, Mercedes Hernández, Alfredo Herrera. Fotografía: César Gutiérrez Miranda. Edición: Francisco X. Rivera. Sonido: Galileo Galaz. Productores: César Gutiérrez Miranda y Jorge Pérez Solano. Compañía: Tirisia Cine. Duración: 111 min.


DESDE LA FILMOTECA DE LA UNAM

Azteca Films/Filmoteca de la UNAM

Realizada con apoyo de infinidad de artistas e intelectuales, Reed, México insurgente ofrece una mirada más crítica y puntillosa a la Revolución Mexicana.

UN PRODUCTO INDEPENDIENTE, HONESTO LA RESTAURACIÓN DE REED, MÉXICO INSURGENTE Francisco Gaytán Fernández

Pese a la abundancia de los testimonios fílmicos sobre la Revolución Mexicana, tanto documentales, por parte de los cineastas pioneros, como de un largo periodo de recreaciones de ficción fundamentalmente impulsadas por el gobierno de la revolución institucionalizada, no abundan las miradas críticas, mucho más limpias y directas, sobre la conflagración. Ahí radica la importancia de un filme independiente como Reed, México Insurgente, dirigido hace 45 años por Paul Leduc y que ha sido restaurado por completo en la Filmoteca Real de Bélgica, para que las nuevas generaciones puedan conocer este filme emblemático del cine mexicano.

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DESDE LA FILMOTECA DE LA UNAM

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Azteca Films/Filmoteca de la UNAM

a vida de una nación está conformada por acciones relevantes que impactan y cambian el devenir de un pueblo entero; estas acciones naturalmente se registran para el conocimiento de las generaciones futuras, y estos registros son tan importantes que hay personas o sectores de la sociedad que intervienen en la historia para dejar su impronta con el ánimo de hacer trascendente sus ideas en el futuro de un pueblo, de una nación. A grandes rasgos podemos mencionar, en el caso de México, grandes momentos como la fundación de la Gran Tenochtitlan en el valle de México, el empoderamiento del pueblo mexica y su hegemonía en Mesoamérica; la llegada de los españoles a tierras mexicanas y la conquista de la nación mexica; la guerra de Independencia que en el siglo xix derrotó a los españoles; la pérdida de la mitad de nuestro territorio por una agresión de los Estados Unidos; la entronización de un emperador europeo en México y su posterior derrota y muerte por la justicia mexi-

Enrique Alatorre aparece como Venustiano Carranza.

cana; la separación de la iglesia y el Estado que, mancomunadamente, usufructuaba las riquezas del país; y ya en el siglo xx, la Revolución que, en 1910, depuso al presidente Porfirio Díaz, que había permanecido en el poder por más de 30 años. Este último acontecimiento, de proporciones descomunales, estalló apenas 15 años después de la aparición del cinematógrafo y el cine, que fue el más importante medio de diversión y aculturación del siglo. El cinematógrafo, este aparato 62

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En este clima viciado resultó natural que cineastas como Paul Leduc no quisieran hacer lo mismo y generaran un producto independiente, honesto, con una mirada diferente y limpia de la Revolución y que, aun contando con menos recursos técnicos por falta de financiamiento, nos dieran una película más creíble y con mejores valores dramáticos de los personajes: Reed, México Insurgente. que podía captar la realidad y dejarla impresa en una cinta de material flexible y a un precio relativamente barato, fue inmediatamente valorado y utilizado por los hombres del poder para tomar “vistas” de los acontecimientos políticos y bélicos, y mostrarlos a las audiencias de todo el país que, sin riesgo alguno, se enteraban y palpitaban con el devenir de la conflagración en la que el poder era disputado por personas de carne y hueso, y que se quedaron para siempre en la memoria visual del espectador: Villa, Carranza, Zapata, Díaz, Obregón, Calles y muchos otros más. Si fue importante la producción de vistas testimoniales de la Revolución mexicana, que tuvieron sitio en el mercado de entretenimiento e informativo del pueblo mexicano, lo fue más el género de cine de ficción de la Revolución, que tuvo su nacimiento conjuntamente con el desarrollo del cine parlante, a partir los años treinta, cuando los sonidos se pudieron inscribir fotográficamente en la misma cinta donde se impresionaban las imágenes. Así, naturalmente se desarrolló el género de la Revolución mexicana por cineastas que, como Miguel Contreras Torres, habían intervenido en acciones militares auténticas y podían recrear dramáticamente las escenas para las películas; y otros cineastas que, por su edad, como Fernando de Fuentes, se habían formado cinematográficamente con los trabajos de los pioneros tan conocidos como los hermanos Alva, Salvador Toscano y Jesús H. Abitia.


Azteca Films/Filmoteca de la UNAM

DESDE LA FILMOTECA DE LA UNAM

Eduardo López Rojas con su abigarrado e inaudito ejército revolucionario, interpreta al general Urbina.

Este género nació, creció, tuvo su momento de gloria y después se adocenó. El gobierno heredero del poder y emanado de esa Revolución lo protegió y cobijó hasta la saciedad; se hizo musical, a todo color y en pantalla ancha, en la que las grandes estrellas también se fueron haciendo viejas, y hasta grandes plumas como Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez intervinieron sin mucho éxito. En este clima viciado resultó natural que cineastas como Paul Leduc no quisieran hacer lo mismo y generaran un producto independiente, honesto, con una mirada diferente y limpia de la Revolución y que, aun contando con menos recursos técnicos por falta de financiamiento, nos dieran una película más creíble y con mejores valores dramáticos de los personajes. Reed, México Insurgente (México, 1970), rodada en película de 16 mm, blanco y negro, con sonido directo, donde el esfuerzo técnico y monetario fue aportado por un grupo de amigos cinéfilos y técnicos del cine que contribuyeron con su experiencia para sacar adelante una obra que, producida de otra manera, hubiera costado varias veces más que el presupuesto que se reunió para este filme. Desde la terminación de Reed, México Insurgente, se supo de la importancia de este filme mexicano, que había sido concebido como película independiente, es decir, aquella que es producto de la voluntad y enjundia de cineastas que no someten su discurso cinematográfico al gusto de un productor privado o a la

mirada restringida del Estado, que siempre tiene organizaciones para intentar captar a los artistas que quieren expresarse libremente. Reed fue producto de un grupo de cineastas y gente de la cultura que aportaron su mano de obra y dinero, para realizar este filme que es una mirada diferente y más realista de la Revolución mexicana que, ya para los años sesenta, tenía decenas de filmes basados en los mismos acontecimientos. Recurrir al formato de 16 mm, al blanco y negro, y al sonido directo, se debió a que es un material obviamente más barato, pero para proyectarla en las salas comerciales había que contar con copias de 35 mm. Así, a la terminación del filme, del negativo de 16 mm se hizo un duplicado positivo en 35 mm —fine grain o master en la jerga del cine— y, de éste, un duplicado negativo en 35 mm del que se obtuvieron las copias —positivo de exhibición— en 35 mm, que se hicieron en película virgen de color y a los que se les dio un muy suave tono sepia. Al término de su corrida normal en las salas comerciales y en la televisión, la película ya sólo podía verse en los cine-clubes. Era, pues, imperioso contar con copias profesionales para que las nuevas generaciones de cinéfilos conocieran este filme emblemático del cine mexicano. Desde la celebración del Centenario de la Revolución, en el año 2010, se investigó la posibilidad de su restauración y no fue sino hasta 2012 que el negativo original de 16 mm, los duplicados de 35 mm y las pistas de sonido fueron donados a la Filmoteca de la unam por la señora Bertha CINE TOMA 43

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DESDE LA FILMOTECA DE LA UNAM Navarro, poseedora de los derechos del filme, y se logró un acuerdo con Nicola Mazzanti, director de la Filmoteca Real de Bélgica, para restaurar digitalmente el filme en el laboratorio de ese archivo, miembro al igual que el archivo universitario mexicano de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (fiaf). Se enviaron a Bruselas tanto el negativo original como una copia, también original, de 16 mm, y con estos elementos se hizo un escaneo a alta resolución —2K— y se ajustó a una versión un poco más corta, decidida por el propio director del filme, Paul Leduc. Desde luego, también se ha respetado el formato —aspect ratio— del filme, así como el sonido y el tono sepia. Toda esta información digital está contenida en un soporte electrónico, digital, que podremos pasar otra vez a película de 35 mm, cuando tengamos los recursos económicos, y que deberemos preservar como la “niña de nuestros ojos”, para que la dejemos como herencia a nuestras generaciones futuras.

Hasta hoy en día existen diferentes versiones de la película Reed México Insurgente que, en gran medida, no representan la voluntad de su director Paul Leduc. Después de haber escaneado el negativo original a 2K e imprimir una copia de referencia, fue posible reconstruir digitalmente y por primera vez el corte del director de acuerdo a sus indicaciones. Debido a las malas condiciones de los materiales originales en 16mm y a la complejidad de la reconstrucción, el proyecto requirió de muchos meses de trabajo para lograr restaurar completamente la imagen y el sonido de la película. Quizá esto último fue lo que mayor dificultad representó toda vez que, desde la filmación, se enfrentaron enormes limitaciones técnicas para el registro del sonido directo. El proyecto de restauración fue una colaboración entre la Filmoteca de la unam y la Filmoteca Real de Bélgica. El archivo belga realizó el trabajo técnico en su laboratorio en Bruselas. He aquí algunos de los miembros de los equipos que participaron en el Proyecto: Nicola Mazzanti, director de la Cinemateca Real de Bélgica; Giacomo Di Trapani, restauración; Marianne Marfoutine, supervision y clasificación; Christophe Tondeur, escaneo; Géraldine Cierzniewski, estructuración; Didier Bredael, restauración y masterización; Studio 5/5-Jean-Jacques Quinet, restauración de sonido; licenciada Guadalupe Ferrer, directora de la Filmoteca de la unam; cineasta Albino Álvarez G., subdirector de Rescate y Restauración de la Filmoteca de la unam; maestro Francisco Gaytán, curaduría.

Filmoteca de la UNAM

Francisco Gaytán Fernández. Fue, durante casi 44 años —desde 1970 y hasta 2014—, curador de la Filmoteca de la unam. Actualmente se encuentra jubilado.

Un proyecto de restauración en Bélgica

Aunque la película se filmó en formato 16mm y en blanco y negro, se transfirió a película color de 35mm, lo que le dio tonos sepia.

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Buenaventura Cine

PRODUCIDO EN EL CCC

Jana Raluy interpreta a Sonia Bonet, una mujer que es llevada al límite por la burocracia y lentitud de las compañias de seguros médicos.

Odei Zavaleta, fotógrafo de Un monstruo de mil cabezas

DISFRUTO MUCHO TIRAR CON MUY POCA LUZ Axel Muñoz

La cuarta película de largometraje del realizador Rodrigo Plá, Un monstruo de mil cabezas, que critica los enredos y burocracias del sistema de salud pública, contó con el trabajo del sonidista hidrocálido Axel Muñoz y del cinefotógrafo debutante Odei Zavaleta, quienes entablan una conversación en torno al trabajo visual y fotográfico de la cinta.

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PRODUCIDO EN EL CCC

P

or segundo año consecutivo, la sección Horizontes se inauguró el mismo día que el Festival de Cine de Venecia (la Mostra), en su septuagésima segunda edición, y la película inaugural fue, nada menos que una producción mexicana: Un monstruo de mil cabezas (México, 2015), el cuarto filme del cineasta Rodrigo Plá (La zona, 2007; Desierto adentro, 2008, y La demora, 2012). La película, con guión de Laura Santullo —quien adaptó su propia novela—, aborda la historia de Sonia Bonet (Jana Raluy), una mujer desesperada por extender la vida de su marido, se enfrenta a la indiferencia y desidia de las corporaciones, así como a la manipulación y corrupción del sistema sanitario, como reza su sinopsis. Producida por Buenaventura Cine, Un monstruo de mil cabezas cuenta con fotografía de Odei Zavaleta, nacido en Beasain, en el País Vasco, quien tras estudiar filosofía en la Universidad de Barcelona y una maestría en la Universidad del País Vasco, ingresó al Centro de Capacitación Cinematográfica (ccc), de México, en 2007. Tras fotografiar los cortometrajes: Cenizas (México, 2011), La madre (México, 2012), Las razones del mundo (México, 2015), de Ernesto Martínez Bucio y La habitación (México, 2012), de Sebastián Quintanilla. Fuera de la escuela ha colaborado con Alonso Ruizpalacios y Dariela Ludlow. Como operador de steadycam, lo cual lo ha llevado a trabajar con Diego García y María Secco. Un monstruo de mil cabezas es su ópera prima como fotógrafo. La cinta cuenta con edición de Miguel Schverdfinger, sonido de Alejandro de Icaza y Axel Muñoz; música de Leo Heiblum y Jacobo Lieberman; dirección de arte de Bárbara Enríquez y Alejandro García, y un elenco conformado por Sebastián Aguirre, Hugo Albores, Fernando Álvarez Rebell, Francisco Barreiro, José Carriedo, Ilya Cazés, Marisol Centeno y Emilio Echevarría. La siguiente es una conversación entre el sonidista Axel Muñoz y el fotógrafo Odei Zavaleta. Ésta es tu ópera prima como fotógrafo, ¿cómo abordas una primer película con un director tan experimentado como Rodrigo Plá? Intenté no pensar mucho en todos los aspectos que podían añadir presión a la tarea que tenía por delante y procuré disfrutar de la misma manera que he disfrutado los proyectos hechos durante los años de estudios en el ccc. Entré al proyecto en circunstancias un tanto singulares, ya con la preproducción bastante avanzada. A diferencia de los proyectos escolares, en los que conoces las historias desde sus inicios, esto era como treparse a un tren en marcha; lo cual ayudaba, en parte, porque no había tiempo que perder en dudas personales. Además, recibí muchísimo apoyo por parte de Rodrigo y el resto del crew. Rodrigo fue muy exigente y minucioso con mi trabajo, pero no porque yo estuviera frente a mi primera película, sino porque así es como trabaja y como ha logrado hacer tan buenas películas: comenzando por dar todo por su parte e involucrando al máximo a todos. ¿Cómo desglosas un guión siendo fotógrafo, cómo lo trabajas? En mi caso, hay unas primeras lecturas, hechas muy intuitivamente, que me van dando imágenes en un sentido general, 66

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Entré al proyecto en circunstancias un tanto singulares, ya con la preproducción bastante avanzada. A diferencia de los proyectos escolares, en los cuáles conoces las historias desde sus inicios, esto era como treparse a un tren en marcha. Lo cual ayudaba, en parte, porque no había tiempo que perder en dudas personales. Además, recibí muchísimo apoyo por parte de Rodrigo y el resto del crew. desde la energía que siento que se desprende de la historia hasta la luz. Pero este acercamiento suele ser muy abstracto. Más tarde, ya muchas veces junto con el director, intento entender la lógica interna de cada secuencia y su vinculación con el resto del guión. También, por supuesto, pienso en los personajes, en cuál es su mundo más allá de la película. De todo este trabajo no necesariamente se desprenden las reglas de estilo o las claves de la fotografía de la película, pero hay una serie de decisiones muy intuitivas a las que nos vamos enfrentando durante la película, que yo no sabría tomar bien sin hacer todo esto antes. La película tiene una propuesta arriesgada, principalmente al presentar un punto de vista cambiante, tanto narrativa como cinematográficamente. ¿Cómo te preparaste y trabajaste para aterrizar esto? La cuestión de los puntos de vista tiene su origen en el libro del cual surge la película; operó siempre como una interrogante a la hora de preparar la película y, en algún sentido, sigue haciéndolo ahora que ya está terminada, porque no está resuelta como se suele utilizar, como una dosificación de la información que das al espectador, al estilo de Jackie Brown (Estados unidos, 1997, de Quentin Tarantino), sino para ampliar los juicios posibles de muchos personajes ante los mismos hechos. ¿Cómo se ejecuta esto? Creo que fue la mayor dificultad de la película. Usamos varios recursos narrativos e intentamos reforzarlo con los encuadres y el uso de los lentes. Personajes que son aparentemente secundarios, empezaron a tomar mucho carácter y protagonismo. Se hicieron singulares. ¿Cómo se decidieron las atmósferas, cómo trabajaste las locaciones para usarlas a tu favor? Cuando estás preproduciendo, la elección de las locaciones condiciona tanto la película en general y la fotografía en particular, que creo que todo el tiempo que podamos otorgarle a este trabajo no es suficiente. El espacio habla completamente de los personajes, da vida a la historia o, por el contrario, puede arruinarlo todo. Igualmente, en cuanto a la fotografía, puede hacer que todo fluya, que las decisiones de luz sean muy naturales, que se desprendan del espacio y del momento de la historia que estamos contando, o puede convertirse en una pesadilla, cuando todo apesta a falso.


PRODUCIDO EN EL CCC Supongo que podría verse como una limitación de la manera en que fotografío, pero trabajo las atmósferas partiendo desde lo que ya dan las locaciones e intentando invertir el máximo de tiempo en esa búsqueda. Por suerte, Rodrigo Plá es también extremadamente selectivo en este aspecto. Durante tus estudios en la escuela te tocó la transición del negativo al digital, ¿en qué te sirvió la formación en filme fotoquímico? Supongo que, por una parte, me hizo más riguroso a la hora de trabajar. Pero no estoy seguro, porque siento que mi formación con el negativo se vio interrumpida de forma muy abrupta después del trabajo de Ficción 2, con el furor que causó la llegada de la cámara digital Alexa y la casi desaparición del uso de la película, que en su momento se esperaba que fuera más gradual. Desde luego, el cine en negativo sigue siendo el referente para mí. Estéticamente, todo sigue consistiendo para mí en conseguir la naturalidad y lo orgánico que tenía el negativo —por eso adoptamos la Alexa, por su parecido—. Pero no niego grandes aportaciones de los nuevos formatos. Permite tomar riesgos que no estoy seguro que tomaríamos con el negativo —y con los procesos de posproducción tan inciertos en México—. Y, sobre todo, ¡hace que puedas dormir mucho más tranquilo después de cada día de rodaje!

¿Cómo se decidió el uso de los lentes anamórficos? ¿Tuviste mucha preparación en las pruebas de cámara? El principal motivo por el que decidimos usar estos lentes fue porque las aberraciones y deformaciones que generaban nos funcionaban para reforzar la apuesta por los puntos de vista. La distorsión era algo que podíamos usar a nuestro favor. Y además, un fuera de foco tan extremo en los costados del cuadro es como si nos permitiera, en algunos momentos, tener un formato 4:3 dentro del panorámico. En cuanto a las pruebas, aunque intenté conocer los lentes lo mejor posible, por desgracia nunca son suficientes. Los lentes, sobre todo cuando son tan imperfectos como los Lomo, tienen reacciones muy imprevisibles ante diferentes situaciones y vas descubriendo muchas cosas sobre la marcha según te enfrentas a ellas. No hay pruebas que puedan abarcar todo. Por suerte, estas sorpresas no siempre son negativas y hay hallazgos nuevos que son muy lindos. ¿Qué tanto te apoyaste en el técnico de imagen digital (dit, por sus siglas en inglés) durante los llamados? El dit es una de las grandes herramientas que nos aporta trabajar en digital. Es como empezar a hacer la posproducción ya

Buenaventura Cine

¿Trabajas el shooting y de allí lo trasladas a plantillas de iluminación, o te gusta ser más intuitivo a la hora de iluminar? Depende un poco de cada proyecto y de cada director. Pero en términos generales, diría que la cuestión de la luz suele estar más vinculada, en mi caso, al espacio donde rodamos que a un shoo-

ting cerrado y preciso. Me gusta intentar iluminar el espacio, no necesariamente el shot, aunque luego siempre hay que ajustar cosas. Esto permite cierta agilidad a la hora de ir descubriendo cosas no planeadas para la narrativa de la historia. Y suele ayudar también a tener un espacio de trabajo para los actores que sea más agradable, no lleno de cables, marcas y tripiés, para que puedan vincularse con el espacio de una forma más natural.

Emilio Echevarría y Sebastián Aguirre también aparecen en esta trepidante cinta en el que la súplica y el ruego se transforman en demanda armada.

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PRODUCIDO EN EL CCC

en el set. Permite, además, analizar tu trabajo y, si es necesario, rectificar. Yo recurrí constantemente a él, también porque tuve la enorme suerte de que Rubén (Castillo Pescina, dit de Un monstruo de mil cabezas) era alguien muy involucrado con la concepción estética de la película y un apasionado de su trabajo. ¡Nadie lograba tranquilizarme como él en el set! Por otra parte, no hay que subestimar la importancia de ir aproximándose, desde los dailies, a la estética de la película. Rubén nos ayudaba enormemente con eso, porque hacía una corrección de color que se usaba para edición. Esto permite que el crew, que después de rodar va a trabajar meses con ese material, no acostumbre el ojo a una corrección estándar, como el 709, que luego puede condicionar la corrección final. ¿Te gusta arriesgarte en la latitud? ¿Cómo trabajaste el contraste y la exposición? ¡Sí, creo que demasiado! Disfruto mucho de este aspecto de las cámaras digitales: poder tirar con muy poca luz, por ejemplo, o en situaciones de mucho contraste. Personalmente, me gusta que las noches sean oscuras, aún a riesgo de que luego en proyección sólo se escuche la película y no se vea nada. En cuanto al contraste, debo reconocer que hay partes de la película donde tuve que controlarlo más, reducirlo. Por una parte, hay secuencias que caen en cierta estilización fotográfica que creo que no refuerza el tono que queríamos manejar. Y, por otra, los lentes no reaccionaron muy bien a algunas situaciones muy forzadas de contraste. Acostumbrado a usar lentes perfectos como los Ultra Prime, éste fue un problema con el que no supe lidiar del todo bien. Normalmente la fotografía trabaja de cerca con otros departamentos, como arte o vestuario, pero ¿cómo trabajas con los actores, cómo los apoyas, cómo los aprovechas? No me suelo obsesionar con estudiar la fisonomía del actor, como creo que muy acertadamente hacen algunos, principalmente porque el tipo de atmósfera que me gusta generar no es tan preciosista con el rostro. O no de una manera clásica, heredera del cine de actores y actrices bellos. Eso no quiere decir que no tome en cuenta a quién fotografío, claro. Como comentaba antes, en la medida en que puedo, me gusta contribuir a generar el mejor espacio de trabajo para los actores, por puro respeto a su actividad, pero también porque soy muy consciente de que, tal vez, lo más necesario para que una película sea buena es que los actores estén bien. Rodrigo ensaya mucho con los actores, como tiene que ser, y permite al fotógrafo estar en estos ensayos, lo cual es un lujo. Con la tranquilidad de poder ver la escena, cómo la construyen y la cambian, creo que se pueden descubrir cosas en el set que, de otra manera, es difícil encontrar.

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La cuestión de la luz suele estar más vinculada, en mi caso, al espacio donde rodamos que a un shooting cerrado y preciso. Me gusta intentar iluminar el espacio, no necesariamente el shot, aunque luego siempre hay que ajustar cosas. Esto permite cierta agilidad a la hora de ir descubriendo cosas no planeadas para la narrativa de la historia. Y suele ayudar también a tener un espacio de trabajo para los actores que sea más agradable, no lleno de cables, marcas y tripiés.

¿Qué aconsejas a los estudiantes de foto de nuestra escuela, el ccc? No estoy seguro, pues, al fin y al cabo, sigo siendo estudiante del ccc. Pero si tuviera que decir algo, les aconsejaría que no pierdan energía en batallas absurdas. La escuela es un espacio que a veces tiende a provocar cierta competitividad que angustia mucho. No merece la pena entrar en eso. Cada uno irá encontrando su espacio, en todos los sentidos. Y no hay nada más constructivo y lindo que tener compañeros en quienes confiar y a los que puedes ayudar.

Axel Muñoz. Director, editor y sonidista. Como editor, ha colaborado en los cortometrajes Estío (México, 2009), de Mariana Musalem; Miel (México, 2010), de Lucero Sánchez Novaro, y Penumbra (México, 2012), de Arlo Catana. Como sonidista ha trabajado, entre otras, en las producciones Somos lo que hay (México, 2010), de Jorge Michel Grau; Mi universo en minúsculas (México, 2011), de Hatuey Viveros, Hasta el sol tiene manchas (México-Guatemala, 2012), de Julio Hernández Cordón; Güeros (México, 2013), de Alonso Ruizpalacios; 400 maletas (México, 2014), de Fernanda Valadez; González: Falsos profetas (México, 2014), de Christian Díaz Pardo; Eddie Reynolds y los Ángeles de Acero (México, 2014), de Gustavo Moheno; Te prometo anarquía (México, 2015), de Julio Hernández Cordón, Un monstruo de mil cabezas (México, 2015), de Rodrigo Plá y Los herederos (México, 2015), de Jorge Hernández Aldana. Dirigió y escribió el cortometraje Un río (México, 2011).


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Sony Pictures Television

CURSO DE ACTUACIÓN PARA CINE

El elenco de Señorita Pólvora: Camila Sodi, José María de Tavira, Iván Sánchez, Hugo Stiglitz y José Sefami.

Carisma, vulnerabilidad y fuerza

¿A QUIÉN LLAMAMOS ESTRELLA? José Sefami

Aunque la existencia de las estrellas de cine es un invento de los productores para mercantilizar su industria y obtener mayores réditos del publico, ofreciéndoles un estilo de vida inexistente pero atractivo, en realidad, muchos actores consistentes y de gran profesionalismo han logrado mantener una carrera importante y, al mismo tiempo, no perder su estatus de figuras del medio cinematográfico.

N

o es necesario el estrellato en el cine. La creación del modelo de estrella de cine fue, en realidad, una idea que surgió en la industria estadounidense meramente mercantil: crear una imagen de la actriz o del actor más allá de su trabajo actoral, llevando su vida privada a la pública, para que, de esa forma, su imagen se venda junto con todo un estilo de vida.

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¿A quién llamamos estrella? Primero hay que decir que a un buen actor que se mantiene como tal a lo largo de su carrera. Y entonces una pregunta viene al caso: ¿cuáles son las cualidades de un buen actor? Hay diversas opiniones al respecto, pero enumeraré algunas que creo que son importantes. Un buen actor es, primero, un intérprete que es capaz de comunicar

al público el tema de la historia; segundo, un profesional que puede interesar al público lo bastante como para conseguir que quiera quedarse a ver su actuación, y tercero, y quizás lo más importante, alguien capaz de conmover al público. Al final de cuentas no tiene importancia que una frase esté mal dicha o que una emoción parezca frustrada. Lo que importa, en el fondo, es que el público se haya metido en la historia, que haya creído lo que estaba viendo, se haya identificado con ello y que se haya conmovido. No cabe duda de que tenemos actores que consiguen estos objetivos. ¿Por qué algunos actores se convierten en estrellas y se mantienen como tales? El primer factor, y uno muy importante, es el carisma. Se sabe que algunos líderes lo tienen, pero en realidad no sabría decir de dónde procede, por lo que resulta interesante analizar qué otras cualidades tienen en común estos buenos actores. La estrella interpreta a un héroe al que nunca le aterroriza el peligro; es consciente de su existencia y está decidido a sobrevivir, pero en lugar de dejarse dominar por el temor, interpreta una intención muy dinámica: resolver el problema y sobrevivir, encontrar una manera de solucionar la situación. La última frase es la más importante. En lugar de sentirse abrumado por el problema, el actor hace lo que haga falta hacer para solucionar el problema. Otra característica importante es saberse vulnerables en sus personajes. Los actores interpretan a personas, y las personas son vulnerables. Si quieren tener una empatía con el público y conseguir que se identifiquen con ellos, también tienen que mostrarse vulnerables. La vulnerabilidad es la grieta en la armadura que hace saber al público que eres humano, que pueden herirte, que eres susceptible al fracaso, que tienes un talón de Aquiles. Ahí reside la verdadera fuerza del personaje. Lo que más conmueve al público es la decisión de seguir avanzando, aunque preferirías no hacerlo: hacer frente a los obstáculos y superarlos a pesar de no estar hecho de acero impenetrable. Otra cualidad que encontramos es la autoridad. Es importante que todo lo que se haga en la actuación sea hecho con seguridad, con decisión y claridad, y con economía de movimientos. Son esas


La Palma de Oro Films/Imcine

CURSO DE ACTUACIÓN PARA CINE

Cuando se apuestan 10 millones a una sola mano y uno de los juguadores muere, la sospecha inunda a Los reyes del juego, (México, 2014), de Fernando Urdapilleta.

cualidades las que producen una impresión de autoridad y es el actor que trabaja con autoridad el que captará la atención del público. Con esto hablo de llevar, en la actuación, las emociones e ideas hasta sus últimas consecuencias. Al actuar, se diga lo que se diga, debe hacerse —o decirse— como si fuera la única cosa correcta, posible e inevitable que puede decir o hacer su personaje, y debe creer en ello. La consecuencia es, por supuesto, creerse un actor bueno y eficaz, que sabe lo que hace y cuyo lugar está en la escena o delante de la cámara, pues tiene derecho de estar ahí.

¿Por qué algunos actores se convierten en estrellas y se mantienen como tales? El primer factor, y uno muy importante, es el carisma. Se sabe que algunos líderes lo tienen, pero en realidad no sabría decir de dónde procede, por lo que resulta interesante analizar qué otras cualidades tienen en común estos buenos actores.

José Sefami Misraje. Actor de cine y teatro. Ha trabajado en más de 60 largometrajes y 35 cortometrajes, entre los que se encuentran Amores perros (2000), Arráncame la vida (2008), Conozca la cabeza de Juan Pérez (2009) —por la que ganó el Ariel en Coactuación Masculina—, El infierno (2010), Pastorela (2011), Días de gracia (2011), La vida precoz y breve de Sabina Rivas (2012), Potosí (2013), Paraíso (2013), Cantinflas (2014) y Eddie Reynolds y Los Ángeles de Acero (2014). En televisión ha participado en las series Lucho en familia (2011), A corazón abierto (2011), XY (2012), Alguien más (2013), Crónica de castas (2014), Cantinflas (2014), Los reyes del juego (2014), Una última y nos vamos (2015) y Señorita pólvora (2015).

CCC

Nota bene: Las ideas y ejemplos de esta entrega fueron retomados del libro Actuando para la cámara: manual de actores para cine y tv, de Tony Barr, editado en 2002 por Plot Ediciones, de Madrid, versión en castellano de Acting for the camera, publicado en 1986 por Harpercollins, en Nueva York.

La reunión en el cabaret de las abundantes Estrellas solitarias (México, 2014), también de Fernando Urdapilleta.

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Conacite II

ENTRECRUCES

Luego de su inolvidable interpretación del Jaibo en Los Olvidados, de Buñuel, Roberto Cobo logró una icónica representación con La Manuela, en El lugar sin límites.

SU DISFRAZ COTIDIANO LA MANUELA EN SU REINO DE GARIBALDI Alejandro Toledo

En el gran vórtice del mariachi y de la música mexicana de sones regionales que es Garibaldi, deambula un hombre travestido como una bailaora de flamenco. Es un viudo que deambula las calles, sin hogar y abjurado por su familia, cuyo único asidero a este mundo de excesos nocturnos es su gran parecido con la Manuela, ese icono cinematográfico encarnado por Roberto Cobo en El lugar sin límites, de Arturo Ripstein.

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ENTRECRUCES

E

ntre la Plaza Garibaldi y la avenida Madero ronda el espíritu de la Manuela. Este personaje que nació, literariamente, en El lugar sin límites (1967), la novela del chileno José Donoso y que más tarde fue adaptada al cine por Arturo Ripstein en los años setenta, en la película homónima. Ahí, en El lugar sin límites (México, 1977, Premio Especial del Jurado en San Sebastián), la Manuela es un travesti de prostíbulo, interpretado por el actor Roberto Cobo (Ciudad de México, 1930-2002). En estos días actuales, alguien como él, de complexión similar y hablar muy parecido, deambula en el Centro Histórico de la Ciudad de México, con un vestido español de bailaora de flamenco. No tiene casa, duerme en las calles y vive de ser, en plazas y andadores, la Manuela de Garibaldi. Se llama Salvador Sergio Sánchez Aguilar y nació el 30 de marzo de 1950. Fue el único hijo de Salvador Sánchez Anaya y María Eugenia Aguilar Salcedo. “Mi abuelo era muy rico, mi mamá heredó algo pero cuando llegó a su panza ya sólo tenía 30 mil, que se los chuparon mi papá y una amiga que él tuvo, y todo valió gorro. Mi mamá regenteó un cabaret que se llamaba Trianón, enfrente del Salón México; ella no era prostituta, era la dueña.” Salvador se casó a los 17 años de edad con Alicia Olmos Morales, con quien tuvo tres hijos: dos niños y una niña. Luego de pasar por varios trabajos llegó a una imprenta como encargado

La Manuela Dos agradece tanto la invitación a conversar como el trago ofrecido. En su parloteo alegre es difícil seguir un hilo, pero la historia avanza: la muerte de la esposa, su tremendo dolor y el encuentro con su parte femenina; luego, el desprecio y abandono de los hijos, y la calle como refugio.

de la limpieza. Dice que aspiraba a ser gerente pero le dieron la escoba. Aprendió el oficio de impresor y fue maestro en offset, linotipo, caja y revelado. Llevó una vida que podríamos calificar como normal. Una mañana, rondando los cuarenta años, salió de su casa para ir a trabajar y se despidió amorosamente de su esposa, quien horas más tarde sufriría un derrame cerebral; falleció al día siguiente. Fue algo completamente inesperado. “Ella muere a las cinco de la tarde y para las diez de la noche los gritos de un servidor se oían en toditito Cuautitlán”, rememora Salvador. En las semanas de duelo revisó las pertenencias de su esposa; cuando llegó a los vestidos, se le ocurrió ponerse el traje de novia y sintió como si ella, la Alicia ausente, empezara a habitarlo. Quizá antes, en la infancia, lo habían atraído los chicos, pero desde el momento en que se vistió de novia descubrió, y ya no abandonó, su lado femenino. Probar de todo Son las ocho de la noche de un sábado y el salón Tropicana acaba de abrir sus puertas. Las luces están encendidas pero ni hay música ni han llegado los habituales. El hombre parecido a Roberto Cobo, pero más a la Manuela, viene farfullando, pues en el baño el encargado lo insultó por amanerado. Pidió permiso para aliviar sus necesidades fisiológicas, pues conoce a Bongo, el encargado del salón —que a veces le invita los “hot-dogs”—. No se acostumbra a que lo traten mal, lo que ocurre todo el tiempo. La Plaza Garibaldi y alrededores son su territorio. Trae encima, puesta, toda su ropa, pues no le gusta andar cargando valija y así se protege del frío; usa un sostén con rellenos. Lleva, también, unas grandes tijeras atoradas en el cinturón, con las que se defiende de las agresiones físicas o verbales que sufre día a día. Se le comenta, al paso, su parecido físico con la Manuela cinematográfica. Desde luego lo sabe, es su disfraz cotidiano. Ante la propuesta de una charla, pone la única condición de que se le invite una cerveza. La conversación no es lineal, suele dispersarse. Va de una cosa a la otra. Dice, por ejemplo: “Soy vidente, es algo que heredé de mi santa madre; leo la baraja y a quien le aviento la mala vibra se lo carga el carajo” o “Me encanta Cuevas, Siqueiros; me encanta Jodorowsky… Todo lo que es hermoso me encanta, a la gente corriente no la soporto”. Y también: “Soy Aries, soy caliente, sé amar y sé madrear, me sé defender”.

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ENTRECRUCES

El refugio de la calle La Manuela de Garibaldi agradece tanto la invitación a conversar como el trago ofrecido. En su parloteo alegre —eufórico por ser tomado en cuenta— es difícil seguir un hilo, pero la historia avanza: la muerte de la esposa, su tremendo dolor y el encuentro con su parte femenina; luego, el desprecio y abandono de los hijos, y la calle como refugio. No disfruta su vagabundeo, lo padece. La dureza de sus manos es la marca del frío nocturno. Llora cuando dice: “Hay que comerse las lágrimas para no padecer hambre y hay que aguantarse del baño para no apestar a mierda”. Recuerda que de niño se echó jabón en la cara y se le metió a los ojos, buscando la toalla agarró una cosa aguada, como un chorizo: “¡Le estaba agarrando la pinga a un cabrón!”… Tenía la tendencia a la homosexualidad, que se manifestó por entero al enviudar. La soledad fue difícil, porque los hijos también lo

Alejandro Toledo

El encuentro concluirá cuando llegue el encargado del sonido, arranquen las salsas y las rumbas y la pista empiece a poblarse. En la lejanía de la memoria uno cree escuchar, de pronto, aquel diálogo inquietante de la cinta mexicana: —Un hombre tiene que ser capaz de probar de todo, ¿no cree? —dice el muchacho Pancho (Gonzalo Vega), mientras baila sorpresiva y cariñosamente con la Manuela, y acepta incluso sus besos. Se oye en el burdel ese viejo pasodoble: “…pero un beso de amor no se lo dan a cualquiera”. —Pues… cuando usted disponga —responde la Manuela.

Salvador Sergio Sánchez Aguilar en Garibaldi.

enterraron a él, e intentó suicidarse cortándose las venas. “Llegó un argentino gay y me salvó a vida; y el pago a eso fue que me hizo suya.” Del baile, refiere: “Cuando mi esposa me conoció yo bailaba como péndulo; ella me decía: ‘mueve más la cadera, haz de cuenta que eres mujer’. ¡Yo me la creí y ahora bailo un chinguero!”. La música está por comenzar y la Manuela de Garibaldi ofrece una clase rápida de baile. Posa como diva para unas fotografías tomadas con el teléfono celular y se va. Su casa es un lugar sin límites.

Yolanda Andrade

Alejandro Toledo. Ha sido becario del Centro Mexicano de Escritores y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; también ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Es autor de los volúmenes de cuentos Atardecer con lluvia (1996) y Corpus: ficciones sobre ficciones (2007); la novela corta Mejor matar al caballo (2010); los libros de prosa ensayística Cuaderno de viaje (1999), Lectario de narrativa mexicana (2000), El fantasma en el espejo (2004), James Joyce y sus alrededores (2005, publicado en España en 2011 como Estación Joyce), El hombre que no lee libros (2013) y Universo Francisco Tario (2014). Editó las Obras completas, de Efrén Hernández y está ahora a cargo de las Obras completas de Francisco Tario.

Roberto Cobo como La Manuela.

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Festival Internacional de Cine de Los Cabos

UNA PLATAFORMA PARA QUE LOS VECINOS COLABOREN Alonso Aguilar-Castillo

Fábula/Cabos Film Festival

La identidad del Festival Internacional de Cine de Los Cabos se ha consolidado en el panorama mexicano al ser el único, entre su centenar de pares mexicanos, en estar especializado en la producción fílmica del área norteamericana, pero no sólo al mostrar estrenos e invitar figuras relevantes, sino al convocar al más importante grupo de delegados de la industria del concierto internacional en el país, así como al otorgar la más importante cantidad monetaria de premios, especialmente para la producción nacional.

Sebastián Silva, protagonista y director de Nasty Baby, como Freddy, junto a Polly, interpretada por Kristen Wigg.

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l mercado audiovisual entre México, Estados Unidos y Canadá se está abriendo gracias a varios factores. Primero, Desde su nacimiento, el festival ha porque los cineastas mexicanos y canadienses están conapuntalado todas sus estrategias a destacar quistando destacados espacios, al ser admirados por la crítica y lo mejor del cine de México, Estados Unidos la audiencia, como las cintas Dallas Buyers Club: el club de los y Canadá, y a construir una plataforma para desahuciados (Dallas Buyers Club, Estados Unidos, 2013), de Jean-Marc Vallée, Intriga (Prisoners, Estados Unidos, 2013), que los vecinos de Norteamérica colaboren. de Denis Villeneuve; Gravedad (Gravity, Estados Unidos-Reino Por eso nuestra programación es concreta y Unido, 2013), de Alfonso Cuarón y Birdman o (La inesperada contundente, ya que, sencillamente, reúne las virtud de la ignorancia) (Birdman Or (The Unespected Virtue of Ignorance), Estados Unidos, 2014) de Alejandro G. Iñárritu, que joyas cinematográficas que recogemos de los han acaparado las nominaciones de la Academia de Artes y festivales más importantes del año. Ciencias Cinematográficas (ampas) de los Estados Unidos en los últimos tres años. Por otro lado, el Festival Internacional de Cine de Los Cabos ha pavimentado el camino para que varios directores mexicanos como José Manuel Cravioto, Isaac Ezban o Jorge Michel Grau se unan a las cada vez más robustas filas de mexicanos que dan el salto al mercado estadounidense: Eugenio Derbez, Karla Souza, Salma Hayek, Emmanuel “el Chivo” Lubezki. Y, en tercer lugar, el nuevo paradigma de plataformas digitales ha desdibujado las fronteras de producción y consumo de entretenimiento en la región de Norteamérica. Es por eso que lanzamos Cabos tv, un espacio de industria que busca enmarcar los nuevos retos y oportunidades que se están abriendo regionalmente gracias a series de televisión como Club de Cuervos, de Netflix, o Cromo, de Lucía Puenzo. Las conquistas del Festival de Cine de Los Cabos, tanto en invitaEl cuarto largometraje de ficción de Rodrigo Plá, Un monstruo de mil cabezas, formará parte de la programación del festival. dos —el año pasado acudieron, entre otros, Reese Whiterspoon, Rosario Dawson, Atom Egoyan, Xavier Dolan, Diego Luna, Guillermo ya que, sencillamente, reúne las joyas cinematográficas que reArriaga— como en películas —en esa misma tercera edición cogemos de los festivales más importantes del año —Sundance, se presentaron Boyhood: momentos de una vida (Boyhood, Es- Berlinale, Cannes, Locarno, Telluride, Toronto, San Sebastián, tados Unidos, 2014), de Richard Linklater; Alma salvaje Wild, Venecia—. Nuestro programa de industria sigue rindiendo fruEstados Unidos, 2014), de Jean-Marc Vallée; Mommy (Canadá, tos porque, año con año, reunimos cuidadosamente a un gru2014), de Xavier Dolan; Palabras con dioses (Words with Gods, po selecto de ejecutivos que llevan las riendas de la industria México, 2014), tándem de Guillermo Arriaga, Héctor Babenco, fílmica mundial. Y con tal materia prima fílmica y humana, las Álex de la Iglesia, Bahman Ghobadi, Amos Gitai, Emir Kusturi- celebridades sólo vienen a aderezar un programa que de por sí ca, Mira Nair, Hideo Nakata y Warwick Thornton—, se deben, es rico y resulta orgánicamente en un banquete cinematográfien gran medida, a que hemos procurado mantenernos en un co del que todos quedamos satisfechos. tamaño y objetivo firme que nos permite cuidar la calidad y utilidad de cada decisión artística. Desde su nacimiento, el Industria y ejecutivos festival ha apuntalado todas sus estrategias a destacar lo me- La industria cinematográfica es una pirámide, en ocasiones inacjor del cine de México, Estados Unidos y Canadá, y a construir cesible, repleta de porteros que bloquean el camino. El Festival de una plataforma para que los vecinos de Norteamérica colabo- Cine de Los Cabos reúne, en el destino preferido de Hollywood, a ren. Por eso nuestra programación es concreta y contundente la crema y nata de la industria fílmica de Norteamérica y Europa, 76

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FESTIVALES en un ambiente amigable y con la excelencia turística que caracteriza a Los Cabos. El resultado es un Festival que vuelve horizontal la experiencia de negocios, permitiendo que ejecutivos otrora inalcanzables se quiten la corbata, dejen a sus asistentes en la oficina y comiencen a abrir sus puertas en beneficio del cine independiente regional. Ningún festival mexicano de cine logra reunir el calibre de delgados de la industria que cada año visita el Festival Internacional de Cine de Los Cabos. Más allá del glamour de las alfombras rojas, las celebridades y las películas mismas, el festival es un organismo vivo que se nutre de todos los eslabones de la cadena productiva del cine. Nos visitan las agencias de ventas más importantes de Europa, compradores líderes en Estados Unidos, directores de estudios internacionales, distri-

Buenaventura Cine

Sabemos que año con año debemos mantenernos firmes en la convicción de que el festival sea útil y su curaduría impecable. Ésta es apenas la primera etapa de un plan a largo plazo en el que esperamos consolidar un mercado de alcance global.

buidores locales, fondos fílmicos, programadores de los festivales más importantes del mundo, agencias de financiamiento y, por primera vez este año, la línea del nuevo mundo digital y televisivo —HBO, Amazon, Netflix, Sundancetv, amc, etc.—. El programa Meet Your Neighbors, con sus mesas de discusión abiertas libremente a todos los productores invitados, es el espacio ideal para poder acceder a estos peces gordos de la industria. Abundantes y generosos premios La gran cantidad de premios que otorgamos, así como los patrocinadores que nos permiten entregarlos, son sencillamente el resultado de la relevancia que el festival va adquiriendo a nivel internacional. Año con año, muchas empresas se nos acercan para ofrecernos premios y, de hecho, hemos procurado sólo aceptar aquellos que tengan un impacto tangible y útil para los

productores y realizadores. Nos llena de orgullo que en tan sólo tres años hemos logrado alianzas y premios con el Festival de Cannes; el Independent Filmmaker Proyect (ifp), en Nueva York; el TriBeCa Film Institute y tantos otros patrocinadores que generosamente apuestan con nosotros por apoyar a cineastas, en su mayoría mexicanos. Este año se otorgarán 189 mil dólares en premios para películas en la sección Cabos In Progress, además de abrirles la posibilidad de ser uno de los cuatro seleccionados que llevamos a la Meca del cine en Los Cabos Goes To Cannes. A su vez, las películas en desarrollo que vayan a Cabos Discovery competirán por una bolsa de 43 mil dólares en premios. El premio fipresci destaca al festival a nivel internacional, pues la prensa extranjera premia a la mejor película mexicana y, entre los nuevos premios de Cinemex, destaca el Premio de la Audiencia que otorgaremos por primera vez a la película más popular de Los Cabos. No existe una plataforma en México que apoye de manera más consistente a los proyectos fílmicos en todas sus etapas de producción, y prueba de los frutos de esta cantera son las tres películas que este año estrenan en nuestra sección México Primero y que provienen de nuestras plataformas de industria de años pasados. Objetivos y retos En el festival tenemos objetivos muy claros, sumado a la fortuna de trabajar con autoridades de gobierno que creen en nosotros y una comunidad empresarial en Los Cabos que sabe que el Festival nos beneficia a todos. Sabemos que año con año debemos mantenernos firmes en la convicción de que el festival sea útil y su curaduría impecable. Ésta es apenas la primera etapa de un plan a largo plazo en el que esperamos consolidar un mercado de alcance global. Como todo proyecto cultural en México, hemos enfrentado retos presupuestales año con año. Afortunadamente, Los Cabos se sigue manteniendo con una ocupación promedio de más del 80% en lo que va del año, demostrando que la apuesta cultural y turística está dando resultados tangibles para la comunidad empresarial y para el gobierno local que tanto nos apoyan. El año pasado nos sobrepusimos a un huracán que pasó dos meses antes del festival y aún así celebramos una edición sin precedentes. Este año, ya con Los Cabos restaurado, la apuesta es aún mayor y les garantizo que las sorpresas que hemos preparado para la cuarta edición, que ocurrirá del 11 al 15 de noviembre, lograrán todo menos dejarlos indiferentes. CINE TOMA 43

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Competencia Los Cabos Desde allá (México-Venezuela, 2015), de Lorenzo Vigas. Ganadora del León de Oro, en el Festival de Venecia. Tangerine (Estados Unidos, 2015), de Sean Baker. Estrenada en Sundance y con premios en Londres y Palm Springs. Room (Canadá-Irlanda, 2015), de Lenny Abrahamson. People’s Choice Award, en el Festival de Telluride. Chronic (México, 2015), de Michel Franco. Premio a Mejor Guión, en el Festival de Cannes. James White (Estados Unidos, 2015), de Josh Mond. Premio de la Audiencia, en Sundance. Les Êtres Chers (Canadá, 2015), de Anne Émond. Nominada al Leopardo de Oro, en el Festival de Locarno. Un monstruo de mil cabezas (México-Francia, 2015), de Rodrigo Plá. Nominada al Premio Orizzonti, en el Festival de Venecia. Nasty Baby (Estados Unidos-Chile, 2015), de Sebastián Silva. Premio Teddy, en la Berlinale. Sleeping Giant (Canadá, 2015), de Andrew Cividino. Mejor Película Canadiense, en el Festival de Toronto.

Te prometo anarquía, quinto largometraje de Julio Hernández Cordón.

Lucía Films

Sección Oficial en Competencia

Interior 13 Cine

Ningún festival mexicano de cine logra reunir el calibre de delgados de la industria que cada año visita el Festival Internacional de Cine de Los Cabos. Más allá del glamour de las alfombras rojas, las celebridades y las películas mismas, el festival es un organismo vivo que se nutre de todos los eslabones de la cadena productiva del cine.

La venezolana Desde allá, de Lorenzo Vigas, ganadora del León de Oro en Venecia.

México Primero Semana Santa (México, 2015), de Alejandra Márquez. Premio Gabriel Figueroa Film Fund- Proyecto en Desarrollo 2013 y de Película en Postproducción en 2014, además del Premio fox+Cabos in Progress. La caridad (México, 2015), de Marcelino Islas. Cabos in Progress, 2014. Las elegidas (México, 2015), de David Pablos. Estrenó en la sección Un Certain Regard, de Cannes. Te prometo anarquía (México, 2015), de Julio Hernández Cordón. Mención especial en la sección Horizontes Latinos, en San Sebastián. Almacenados (México, 2015), de Jack Zagha.

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Alonso Aguilar-Castillo. Aunque guionista de profesión, comenzó su carrera en la escena teatral de Barcelona. Nacido en la Ciudad de México, ha sido coordinador general del Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (ficco), director de la Spanish Cinema Week en Vancouver y colaborador del Vancouver International Film Festival (viff) y del festival canadiense de documentales doxa. Como guionista, ha sido head-writer de Noticias mtv Latinoamérica y analista de contenido en Televisa. Sus guiones le han valido premios y participaciones en encuentros cinematográficos en Copenhague y Los Ángeles. De vuelta en México, ha comenzado su carrera docente, impartiendo clases de dirección, guión y narrativa en el Tecnológico de Monterrey. Es director de Los Cabos International Film Festival.


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Festival de Cine en el Campo

TODOS ESTAMOS CONECTADOS Fernanda Rivero

Cine Campo Fest

En su octava edición, el Festival de Cine en el Campo recibió tres centenares y medio de cortometrajes relacionados con temáticas ambientales y del cuidado de la Tierra, de los cuales se seleccionó una decena y se realizó una gira por seis estados de la República, en los que ofrecieron 90 funciones y se impartieron distintos talleres que también se ofrecieron en línea mediante la plataforma Videoteconecta. Siempre intentando crear consciencia y generar diálogos en torno a los temas de sustentabilidad ambiental.

Publico asistente a las funciones al aire libre del Festival de Cine en el Campo.

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L

a convocatoria de la octava edición del Festival de Cine en el Campo, solicitando cortometrajes tanto de documental como de ficción y animación, con el tema “Agricultura, agua y conservación del suelo”, resultó mejor que la de años anteriores. Recibimos aproximadamente 350 trabajos, su calidad fue excelente y un gran porcentaje fueron hechos por directores extranjeros. En este 2015, además de visitar las entidades de Guanajuato, Puebla y Veracruz, se sumaron comunidades de Hidalgo, el Estado de México y Morelos, con lo que cerramos un total de 90 funciones. Por primera vez decidimos presentar la selección oficial de nuestra octava edición en escuelas primarias y bachilleratos. Y ha sido un éxito, al finalizar las funciones los alumnos llevaban a cabo debates en los que compartían sus opiniones y explicaban qué les habían parecido los cortometrajes. Al visitar decenas de comunidades rurales, como cada año, la respuesta ha sido increíble. No sólo las realizamos con pantallas inflables sino con otro tipo de pantallas. Lo que más se complica en la gira son las distancias al moverse de una localidad a otra pero, afortunadamente, no hemos tenido problemas de violencia.

Reflexión y contenido social La clausura de la octava edición será el miércoles 18 de noviembre, en la Casa del Lago, y ahí se dará a conocer el trabajo ganador del festival. El premio se decide entre las organizacio1

<www.videoteconecta.com/index.php/fundacion-todo-por-cine>

Cine Campo Fest Cine Campo Fest

Náufrago, de Edson Castro García.

Umbrella, de Chua Wei Lun Brandon, Khoo Siew May, Tan Yin y Sharry Kwan Wei Xuan.

Cine Campo Fest

Talleres y muestra en la red Este año, además de las numerosas funciones ofrecidas en las comunidades, los concursantes cedieron sus derechos para subir los cortos seleccionados a una plataforma digital en línea: Videoteconecta.1 Creo que su lanzamiento fue un acierto, pues va a permitir que un mayor número de personas vean estas historias. Nuestra misión es difundir filmes que valga la pena conocer y cuyos creadores tengan la oportunidad de compartir sus mensajes de una manera más amplia. Es sumamente importante seguir abriendo canales de difusión para estos cortometrajes, y el Internet nos da la oportunidad de que las producciones que recibimos se vuelvan virales. Este año se incluyeron, además de las exhibiciones, los talleres de creación cinematográfica Cuéntamelo filmando, que acercan a los participantes a la producción cinematográfica y permiten que la gente de las comunidades den a conocer las problemáticas que viven, así como posibles soluciones que inspiren a otras comunidades a mejorar su entorno. Para nuestro equipo ha sido enriquecedor convivir con la población rural y empoderar su discurso a través de la cámara. Es impresionante darse cuenta de que la realidad de una comunidad rural veracruzana es muy parecida a la de una localidad ubicada en Quintana Roo o en Campeche; y ahí es cuando nos percatamos de que todos estamos conectados y debemos realizar acciones que hagan de nuestro planeta un lugar sustentable.

Creemos que el cine es una herramienta para contar historias que generen reflexiones, por lo que aportamos nuestro granito de arena llevando cine con contenido social y ambiental que muestra soluciones a los problemas que existen en la actualidad. Hace mucha falta este tipo de iniciativas en el país y, como bien sabemos, no hay que quedarse en lo superficial: alfombras rojas y un gasto innecesario que al final no lo vale.

Soy Colla, de Rodrigo Hernández Lira.

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nes que colaboran con el Festival y el escultor de la pieza, Rodrigo de la Sierra, considerando el voto del público que al final de la función vota por su corto favorito. Los criterios que tomamos en cuenta es qué tan reflexiva es la historia del corto, qué tan bien contada está y su nivel de ejecución. Como un festival temático, nosotros creemos que el cine es una herramienta para contar historias que generen reflexiones, por lo que aportamos nuestro granito de arena llevando cine con contenido social y ambiental que muestra soluciones a los problemas que existen en la actualidad. Hace mucha falta este tipo de iniciativas en el país y, como bien sabemos, no hay que quedarse en lo superficial: alfombras rojas y un gasto innecesario que al final no lo vale. Ocurre que el cine puede formar comunidad, unión e intercambio de visiones y reflexiones que generen soluciones e ideas de un sinfín de cosas. Lo hemos comprobado en ediciones anteriores, donde al ver un corto la gente se inspira para realizar una milpa intercalada o aprenden ideas para generar sistemas de riego o de filtros de agua. Todos estamos interconectados y dependemos de cierta manera de la Tierra, así como de los demás. Si reflexionáramos más sobre esto o generáramos iniciativas con esta premisa, tendríamos otro mundo.

Cine Campo Fest

La gira de películas recorrió seis entidades de la República Mexicana, incluyendo escuelas primarias y bachilleratos.

La respuesta de las comunidades rurales a las proyecciones es muy buena.

María Fernanda Rivero Gutiérrez. Es directora general de la compañía productora Córnea Films, donde ha dirigido los documentales El camino a donde yo voy (México, 2009) y Never Give Up. The Heart of Compassion (México, 2012). Fue productora y fotógrafa del documental televisivo Holidays in Hell (2013), de Al Jazeera y directora de segunda unidad del documental Las cuevas de Naica (México, 2010, de Gonzalo Infante). Fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010. Desde 2008 fundó y dirige el Festival de Cine en el Campo.

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Foro Latinoamericano de Producción Audiovisual, flicc

HACIA LA FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACIÓN Sofía Llorente

FLICC

Para su segunda edición, el Foro Latinoamericano de Producción Audiovisual, flicc, se concentrará todavía más en consolidarse como un espacio de oportunidades para los productores y realizadores de cine independientes, pero, sobre todo, se conforma como un sitio especializado en las opciones de formación continua y de profesionalización para jóvenes de la región latinoamericana.

El cineasta Ricardo Benet, el año pasado, charla con asistentes al primer Mercado Audiovisual Iberoamericano FLICC.

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La convocatoria este primer año funcionó por invitación directa a las escuelas de cine de México y América Latina. Cada escuela seleccionó un proyecto de entre sus estudiantes de último año o recién egresados, y así se conformó la primera generación de Jóvenes Talentos. Este año la convocatoria fue sólo para guionistas, pero pensamos que tal vez en futuras ediciones la abriremos para productores, para directores… tas, pero pensamos que tal vez en futuras ediciones la abriremos para productores, para directores… Se seleccionaron proyectos de guión de largometraje que tuvieran ya un segundo tratamiento, para trabajar precisamente en el desarrollo del proyecto. Nuestros talleres y conferencistas, si bien incluyen conocimientos básicos para el cine como el guión o de diseño sonoro o de 4K, también incursionan en la narrativa transmedia, en los sistemas de recolección pública de fondos como fondeadora o las maneras de acceder al Mercado de Cine de Cannes. Queríamos ofrecer a los seleccionados talleres, conferencias, y experiencias que no hubieran tenido ya en la escuela, sino que fueran diferentes y, sobretodo, que les fueran útiles para su desarrollo profesional. Sobre todo el tema de la alianza que logramos con el Institut Français y La Fabrique des Cinémas du Monde, creemos que es una oportunidad que hay que ofrecer a productores y realizadores de la región, y si podemos facilitar el acercamiento a este programa, entonces hemos cumplido con nuestro cometido. Sin embargo, mantuvimos los temas básicos porque son precisamente las bases de toda creación cinematográfica, y queríamos presentarlas por grandes profesionales en talleres y pláticas de alta calidad, convirtiéndolas en una experiencia que valiera la pena. Asimismo, conservamos este tipo de charlas y temáticas porque buscamos incluir este año no sólo al público especializado y a la industria, sino a un público más amplio que no necesariamente se dedica al cine de manera profesional, que está

FLICC

H

ay una efervescencia muy fuerte en la región latinoamericana que ya llegó hasta Europa, Estados Unidos, Toronto, Berlín, etc. Nos da mucho gusto y orgullo saber que América Latina está a la altura de las cinematografías más fuertes del mundo, y que no nos equivocamos al apostar por la producción de estas latitudes al realizar, en 2014, la primera edición del Mercado Audiovisual Latinoamericano, flicc. Además, tuvimos la fortuna de contar con algunos filmes que resultaron muy exitosos este año en la escena internacional, como Ixcanul (Guatemala-Francia, 2015), de Jayro Bustamante o Las tetas de mi madre (Colombia, 2014), de Carlos Zapata. La experiencia de esa primera edición nos permitió darnos cuenta de que hay muchísimos productores y realizadores jóvenes en América Latina, y que esa sangre fresca está ávida por generar nuevos contenidos audiovisuales. Sin embargo, a veces, carecen de las herramientas y los conocimientos para introducirse en la industria, por lo que incorporamos un componente de formación y profesionalización para este target en específico. Como dijimos en la edición pasada, sabemos que no somos los más grandes, ni los únicos, ni los primeros, pero queremos ser una ventana de oportunidad para que los cineastas emergentes alcancen eventos, festivales y mercados de gran renombre. Para esta segunda edición del Foro Latinoamericano de Producción Audiovisual, flicc, a realizarse entre el 3 y el 6 de noviembre, decidimos reubicar la sede del evento, del hotel Sheraton en avenida Reforma, a una institución educativa y cultural, como lo es el Claustro de Sor Juana, para, además, ofrecer actividades abiertas al público, otras que nos permitieran incluir a la población estudiantil y, sobretodo, que nos dejara lucir la Ciudad de México desde otro ángulo que el del año pasado. El año pasado, el primer Encuentro de CineLabs concluyó con la conformación de una Red de trabajo a nivel regional que unió a los Labs de diverso países, y precisamente esta segunda edición tratará de evaluar los resultados de todo el año y de comenzar a plantear metas y objetivos concretos. Uno de los principales es en materia de política cultural, puesto que Ibermedia retiró los fondos de apoyo a proyectos de formación en 2015, por lo que éste es uno de los temas en la agenda. Por otro lado, notamos que hay mucha demanda por este tipo de espacios, por lo que generar un punto de encuentro, de diálogo y de apoyo entre nosotros nos pareció fundamental y queremos continuar con el experimento para ver hasta dónde nos lleva. Este año creamos el primer Foro de Jóvenes Talentos, que es un Lab. Como comentamos más arriba, creemos que es importante apoyar el desarrollo de la cinematografía regional desde una etapa temprana, proporcionándoles no sólo herramientas y conocimientos para ayudarlos a encontrar un lugar en la industria, sino también la experiencia de un evento especializado antes de salir de la escuela. Repito, no somos los primeros, ni los únicos, pero estamos aquí para apoyar y contribuir al desarrollo del cine latinoamericano porque creemos que vale la pena. La convocatoria este primer año funcionó por invitación directa a las escuelas de cine de México y América Latina. Cada escuela seleccionó un proyecto de entre sus estudiantes de último año o recién egresados, y así se conformó la primera generación de Jóvenes Talentos. Este año la convocatoria fue sólo para guionis-

La productora Laura Imperiale en una reunión en el primer FLICC.

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FLICC

La primera edición nos permitió darnos cuenta de que hay muchísimos productores y realizadores jóvenes en América Latina, y que esa sangre fresca está ávida por generar nuevos contenidos audiovisuales. Sin embargo, a veces, carecen de las herramientas y los conocimientos para introducirse en la industria, por lo que incorporamos un componente de formación y profesionalización para este target en específico.

FLICC

La delegación colombiana: Toto Vega, director de Festiver y la actriz Nórida Rodríguez.

Ceremonia de premiación del primer FLICC.

pensando en hacerlo o bien que está empezando a incursionar en ello. Con el tema de las tecnologías digitales vamos despacio, porque si bien es ya una realidad, es un mundo aparte que queremos incorporar, pero siempre creciendo de manera pausada. Creemos que las nuevas tecnologías ayudan a estrechar cada vez más la brecha que existía entre una película y el público, lo cual es fundamental, puesto que nos ofrecen un abanico muy grande de posibilidades como creadores, como empresas, como promotores, o incluso como consumidores. 84

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Entre los invitados a destacar para esta segunda edición se encuentra nada menos que el escritor Guillermo Arriaga, pero también Gabrielle Beroff, de la Fábrica de Cine del Mundo francesa, o Sidney Levine, de IndieWire. Coordinar esto es un esfuerzo muy grande, requiere de mucha planeación y anticipación, así como de un trabajo importante de investigación; sin embargo, es fundamental contar con este tipo de invitados, puesto que son ellos quienes hacen del evento una experiencia atractiva y enriquecedora para los participantes y para el público en general. Buscamos siempre conseguir actividades e invitados que beneficien al máximo a nuestros participantes y proyectos seleccionados. Este año trabajaremos en conjunto con la Residencia Pueblo Mágico, en Tepoztlán, para un taller de cine de bajo presupuesto con Michael Rowe. Más que llevar el flicc fuera de la Ciudad de México, se trató, en primer lugar, de colaborar con una iniciativa que nos parece muy interesante y que vale mucho la pena y, en segundo lugar, de ofrecer una experiencia diferente a los chicos que vienen al Foro Jóvenes Talentos. No sólo van a venir a un evento en un espacio histórico de la Ciudad de México, sino que tendrán oportunidad de tomar un taller en un lugar hermoso como Tepoztlán, en un ambiente relajado como el que ofrece Pueblo Mágico, junto a las montañas y en una casa con jardines, terrazas, que les permita no sólo concentrarse en el trabajo, sino también disfrutarlo. El Taller de Crítica es abierto al público, y lo pensamos para estudiantes de comunicación, literatura, y cine. Creemos que es una buena actividad para ofrecer al público que busca acercarse al cine desde la perspectiva del espectador y que, además, es una excelente forma de incluir al público en todo esto. El taller es de cupo limitado, para 20 personas, y será práctico: los alumnos escribirán y trabajarán textos con los especialistas y, al final, el mejor trabajo será publicado en Butaca Ancha, con quienes lo organizamos. Podríamos decir que en el flicc, seguimos en versión beta, es decir, haciendo prueba y error. Repitiendo los aciertos del primer año y tratando de evitar los errores. Buscamos nuevos caminos en función de ideas frescas y de ver qué puede resultar útil para nuestro público. Creo que nuestro perfil se está orientando hacia el desarrollo de proyectos, principalmente independientes y emergentes; y hacia la formación y profesionalización. Estamos aprendiendo y creciendo con cada edición, no en tamaño ni cantidad de actividades, sino en calidad de invitados, de programación y de actividades, porque al fin y al cabo ése es nuestro objetivo: apoyar y beneficiar a quienes hacen cine en esta región.

Sofía Llorente Zoebisch. Gestora cultural independiente y amante del cine. Licenciada en Estudios y Gestión de la Cultura con especialidad en Marketing Cultural. Cuenta con Diplomados en Proyectos culturales con impacto social, Internacionalización de proyectos, y en Negocios y administración de empresas. Fue asesora de la Comisión de Cultura del Senado de la República. Colaboró como consultora para el mercado de cine documental del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsDF). Es fundadora y directora general de flicc: Mercado Audiovisual Iberoamericano.


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Festival de Cine de Lima

PARTE FUNDAMENTAL DEL MAPA CINEMATOGRÁFICO REGIONAL Gonzalo Hurtado

Buffalo Films

La decimonovena edición del Festival de Cine de Lima ratificó no sólo su liderazgo nacional sino que, gradualmente, ha consolidado una creciente solidez entre los eventos pares de la región, tanto a nivel de invitados —Werner Herzog, Arturo Ripstein y Paz Alicia Garciadiego, este año— como de películas en competencia y de los galardones que otorga su certamen.

El abrazo de la serpiente, cinta colombiana de Ciro Guerra, ganó el premio a Mejor Ficción en el XIX Festival de Cine de Lima.

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FFCC/Imcine

Que el invitado estelar fuera el director alemán Werner Herzog, no sólo resultó un acierto por el hecho de haber concebido en Perú grandes obras como Aguirre: La ira de Dios o Fitzcarraldo, ya que se trata de uno de los más grandes cineastas en vigencia que concitó gran concurrencia durante la charla que ofreció al público y a los medios especializados. Daniel Giménez Cacho y Regina Orozco en Profundo carmesí, de Arturo Ripstein, homenajeado en Lima.

En competencia Aunque la muestra de ficción no tuvo los pesos pesados de las dos ediciones anteriores, destacaron nítidamente en ella los títulos de las delegaciones de Argentina, con Paulina (Ar86

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Werner Herzog Filmproduktion

A

casi dos décadas de su creación, el Festival de Cine de Lima ratificó su gran labor difusora como el principal evento cinematográfico del país andino. Cada vez va quedando más claro que la cita limeña no pretende tener un sesgo de industria ni intenta emular a gigantes de la región, como Guadalajara, La Habana o Mar del Plata, ya que desde su sede principal, el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (pucp), y su principal asociado, la cadena Cineplanet, parece haber hallado su peso específico. Pero, a pesar de esta encomiable labor, no deja de ser cierto que en las ediciones 2013 y 2014 se llegó a puntos muy altos tanto en su muestra en competencia como en el resto de secciones paralelas, rasgo que este año se hizo sentir a pesar de la presencia de excelentes títulos, muchos de los cuales llegaban tras pasar por prestigiosos festivales mundiales, como Cannes o Berlín, y de referentes regionales, como Guadalajara, Morelia y Cartagena. Que el invitado estelar fuera el director alemán Werner Herzog, no sólo resultó un acierto por el hecho de haber concebido en Perú grandes obras como Aguirre: la ira de Dios (Aguirre, der Zorn Gottes, Alemania Occidental, 1972) o Fitzcarraldo (Alemania Occidental, 1982), ya que se trata de uno de los más grandes cineastas en vigencia que concitó gran concurrencia durante la charla que ofreció al público y a los medios especializados. Los otros homenajeados internacionales resultaron ser la pareja mexicana conformada por el realizador Arturo Ripstein y su coguionista Paz Alicia Garcíadiego, cuyos celebrados títulos como La reina de la noche (México, 1985), Profundo Carmesí (México-Francia-España, 1996) o El evangelio de las maravillas (México-Argentina-España, 1998), entre otros, pudieron volver a ser disfrutados en pantalla grande.

Werner Herzog fue el invitado de honor en esta edición. Escena de Aguirre, la ira de dios.

gentina-Brasil-Francia, 2015), de Santiago Mitre, relectura de La Patota (Argentina, 1960), de Daniel Minayre, sobre una prometedora abogada que posterga su éxito profesional por desarrollar un proyecto social en una secundaria de la provincia, chocando con la cruda realidad de ser violada por sus propios alumnos y llegar al climático momento de decidir si denunciarlos y abortar el hijo que espera. A pesar de la destacada actuación de Dolores Fonzi y Óscar Martínez, la calculada manera como es guiado el personaje protagónico desdibuja la lógica del guión y se impone, más bien, una premisa preconcebida que se resiente en la resolución. Pese a ello, se llevó el lauro a Mejor Guión —algunos diálogos resultan bastante destacables—. Con menos pretensiones llegó El Incendio (Argentina, 2015), de Juan Schnitmann, sobre la permanente crisis de una joven pareja atrapada en una relación tóxica y destructiva. El buen manejo del ritmo y la extraordinaria química de la pareja protagónica le valió el reconocimiento del Jurado de la Crítica Internacional.


FESTIVALES

La Unión de los Ríos

Como siempre, Chile trajo atractivos títulos como Aurora (Chile, 2014). de Sebastián Sepúlveda, efectiva y sobria historia sobre una maestra que quiere darle cristiana sepultura a los restos de una bebé encontrada muerta en un basural y salvarla de la fosa común; además de la esperada El Club (Chile, 2015), de Pablo Larraín (Oso de Plata en la anterior Berlinale), cuya visión de un grupo de religiosos que se han salido del rebaño y son condenados a un cómodo ostracismo en un pueblo pesquero toca fibras sensibles al desnudar en ellos diversas contradicciones de la sociedad chilena, desde el corazón mismo de la iglesia. La cinta se hizo del premio a Mejor Director para el realizador que retomó su veta habitual tras el marasmo que significó la superficial No (Chile, 2012). Colombia presentó un tríptico desde una visión siniestra de las guerrillas con Alías María (Colombia, 2015); la verista La tierra y la sombra (Colombia, 2015) y su poderosa visión a partir del cotidiano quehacer de una dividida familia rural (Premio a Mejor Fotografía) y El abrazo de la serpiente (Colombia-Argentina-Países Bajos, 2015), extraordinaria reflexión sobre el encuentro entre el ultimo miembro de una tribu legendaria y dos científicos empeñados en encontrar una planta milagrosa, cuyo devenir en el tiempo muestra con crudeza la destrucción irremediable de tradiciones milenarias por la inevitable irrupción de la civilización, que se llevó con justicia el premio a Mejor Película, suponiendo una apuesta ambiciosa y audaz de Ciro Guerra. En el caso de México, la película más sólida de su muestra resultó Carmín Tropical (México, 2014), de Rigoberto Perezcano, original mezcla de policial y drama que saca a relucir la cultura transexual de los muxes de Oaxaca y la dicotomía de aceptación/rechazo que generan en la sociedad. Inmerecidamente, y pese a sus méritos, no se hizo de premio alguno. Los otros títulos: 600 millas (México, 2015), de Gabriel Ripstein, y Las elegidas (México-Francia, 2014), de David Pablos, tuvieron un interesante manejo de actuaciones con elencos aficionados —sobre todo en la segunda—, aunque la primera tuvo a su favor

Santiago Mitre y Mariano Llinás ganaron Mejor Guión por Paulina.

el contar con un actor de gran nervio, como Tim Roth, para imprimirle un registro nada glamoroso ni artificial a una efectiva fábula sobre contrabando de armas en la frontera mexicano-estadounidense. Obtuvo los premios de Ópera Prima y Mejor Actor para el muy joven pero ya experimentado Kristyan Ferrer. Del resto de países, destacó Cuba, por La obra del siglo (Cuba-Argentina-Alemania, 2015), de Carlos Quintela —una de las películas de autor más logradas en la isla en los últimos años—, que propone una visión crítica desde la comparación de una familia en crisis con el elefante blanco que supone una central nuclear abandonada por los rusos como promesa de “un mundo mejor”. Compartió el premio del Jurado de la Crítica Internacional junto a El Incendio. Guatemala sorprendió con Ixcanul (Guatemala-Francia, 2015), de Jayro Bustamante, notable crítica a la sociedad y a las tradiciones en general, a partir de la preparación de una humilde campesina para su matrimonio, pero que al caer en la tentación de sus propios y naturales deseos, desencadenará una larga cadena de contradicciones alrededor de un mundo que se irá desdibujando, tanto del lado rural como urbano. Su coprotagonista, María Telón, se llevó las preferencias a Mejor Actriz. Lo que si resultó decepcionante fue la muestra brasileña, que a diferencia de otros años, en los que destacaba por la originalidad de sus propuestas, esta vez cayó en lugares comunes y tratamientos más acordes a formatos televisivos. Una segunda madre (Que horas ela volta, Brasil, 2015), de Anna Muylaert y Casa grande (Brasil, 2014), de Felipe Barbosa, tuvieron momentos simpáticos, pero de ninguna manera estuvieron a la altura de una cinematografía de honda y rica tradición. CINE TOMA 43

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Fábula

FESTIVALES

El chileno Pablo Larraín ganó el premio a Mejor Director por El Club.

Hecho en Perú Entre toda la competencia de ficción peruana, destacó, tanto por valores de producción como por su sólido manejo del drama, Magallanes (Perú, 2015), ópera prima del actor Salvador del Solar, quien no escatimó esfuerzos en hacerse de un atractivo casting, conformado por Damián Alcázar, Magaly Solier, Federico Luppi, Christian Meier y Jairo Camargo, para dar vida a una historia con raíces en la guerra antisubversiva y cuyas heridas devendrán años después en sentimientos de revancha y un inevitable derrotero criminal. La respuesta de los espectadores no pudo ser mejor, llevándose el Premio del Público y el de Mejor Actriz para la Solier (compartido con María Telón). El premio del Ministerio de Cultura a Mejor Película peruana recayó en Rosa Chumbe (Perú, 2015), de Jonatan Relayze, propuesta de cine de autor sobre el destino de una mujer policía que, inesperadamente, busca abrazar la fe tras sufrir una desgracia. Muestra documental Aunque Allende, mi abuelo Allende (Chile-México, 2015), de Marcia Tambutti Allende y La Once (Chile, 2015), de de Maite Alberdi llegaban con el cartel de favoritas tras los lauros obtenidos en Cannes y Guadalajara, respectivamente, quien terminó por alzarse como la gran ganadora en la categoría fue Carta a una sombra (Colombia, 2015), de Daniela Abad y Miguel Salazar, con un emotivo rescate de una memoria necesaria a partir del derrotero de Héctor Abad Gómez, un medico activista por los derechos humanos asesinado en Medellín, en 1987. Desde el testimonio de sus familiares y el apoyo de un minucioso archivo de imágenes, la dimensión de este personaje, en el olvido para Latinoamérica, se erige como una figura fundamental y valiente. Del resto de las películas en competencia, resultó grata la visión de Los reyes del pueblo que no existe (México, 2015), de Betzabé García, quien accede a un mundo paralelo al revelarnos el imaginario alrededor de tres familias que, tras la construcción de una presa, se aferran a su memoria y tradiciones en el inundado pueblo de San Marcos, desoyendo el pedido de autoridades y amigos para seguir habitándolo junto a sus ancestrales raíces. Cerrojazo El cierre de la semana y su masiva convocatoria dejaron sentimientos encontrados. Al acierto de una muestra de cine turco 88

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que tuvo su título más interesante en Érase una vez en Anatolia (Bir zamanlar Anadolu’da, Turquía, 2014), de Nuri Bilge Ceylán, se sumaron la presencia —en el ciclo La Vuelta al mundo en 8 días— de la celebrada Mommy (Canadá, 2014), de Xavier Dolan, y de algunos títulos de interés —en Múltiples Miradas—, como las argentinas La vida de alguien (Argentina, 2014), de Ezequiel Acuña y El patrón: radiografía de un crimen (Argentina-Venezuela, 2015), de Sebastián Schindel; la uruguaya Mr. Kaplan (Uruguay, 2014), de Álvaro Brechner, la colombiana ¡Qué viva la música! (Colombia, 2015), de Carlos Moreno y la cubana Venecia (Cuba, 2014), de Kikie Álvarez, extrañándose en la Semana de la Crítica de Cannes a propuestas más solidas como las que sí ocurrieron en años anteriores. De la muestra de este año, la película más relevante resultó la canadiense Sleeping Giant (Canadá, 2015), de Andrew Cividino, con los avatares de un adolescente que descubre con dolor las consecuencias de su despertar sexual. Así Lima cerró su semana, ratificando que, más de allá de altibajos y coyunturas, forma parte fundamental del mapa cinematográfico de la región. Esperaremos con ansías su edición vigésima.

Premios Sección Oficial Ficción Premio a Mejor Ficción El abrazo de la serpiente (Colombia-Argentina-Alemania-Suiza), de Ciro Guerra. Premio Especial del jurado La obra del siglo (Cuba), de Carlos Quintela. Mejor Director Pablo Larraín, por El Club (Chile). Mejor Actor: Kristyan Ferrer, por 600 millas (México), de Gabriel Ripstein Mejor Guión Santiago Mitre y Mariano Llinás, por Paulina (Argentina), de Santiago Mitre Mejor Fotografía Mateo Guzmán, por La tierra y la sombra (ColombiaChile-Holanda-Francia), de César Acevedo. Mejor Ópera Prima 600 millas (México), de Gabriel Risptein Sección Oficial Documental Mejor Documental: Carta a una sombra (Colombia), de Daniela Abad y Miguel Salazar. Mención especial: Retratos de una búsqueda (México-EE UU), de Alicia Calderón.

Gonzalo Hurtado es periodista y comunicador social en medios audiovisuales, egresado de la Universidad de Lima. Actualmente se desempeña como supervisor editorial en la empresa multimedial Media Networks y es corresponsal de la revista SOHO Perú y la web Ultracine de Argentina.


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UN MUNDO TERRIBLE PERO APASIONANTE FAMILIA GANG, DE ARMANDO CASAS Salvador Perches Galván

Hakuhn/Cinenauta

Basada en abundante documentación de la terrible realidad mexicana del narcotráfico y las bandas criminales, la segunda película de Armando Casas, Familia Gang, ofrece un acercamiento al tema desde una perspectiva inédita: los indelebles lazos familiares que aprisionan incluso hasta al sicario más refinado y educado, que en medio de una complicada operación ha de recuperar a la mujer y al hijo que abandonó años atrás.

Dalia (Elpidia Carrillo), es la esposa de Topillero (Rafael Inclán), refinado criminal ligado al narco, a quien reencuentra justo cuando realiza una misión especial.

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se reencuentra con su esposa e hijo, a quienes abandonó años atrás. Familia Gang es una road movie de pandillas y familias de antihéroes, plagada de humor negro y un peligroso parecido con la realidad actual de México.” Con dirección de Armando Casas, Familia Gang cuenta con un guión del dramaturgo Luis Ayhllón, fotografía de Aram Díaz, música de Uriel Villalobos, sonido de Braulio Beltrán, dirección de arte de Roberto Zamarripa, edición de Diego Cohen y producción de Álvaro González Kuhn y Sandro Halphen; además de un elenco multiestelar en el que participan, entre otros, Elpidia Carrillo, Rafael Inclán, Humberto Busto, Giovanna Zacarías, Jorge Adrián Espíndola y Julián Pastor. Egresado del cuec, Armando Casas ha escrito y dirigido cortometrajes como Los retos de la democracia (México, 1989), Binarius (México, 1991), Mis dos materias favoritas (México, 1993) y Las miradas no mienten (México, 1993). Su segundo largometraje de ficción, Familia Gang, estrenó en la cartelera mexicana el 9 de octubre, con distribución de Cinenautas. ¿No extrañaste dirigir cine, dados los años transcurridos entre tu anterior película, Un mundo raro (México, 2001) y esta nueva, Familia Gang (México, 2013)? Un mundo raro se estrenó en el la décimo sexta edición de la entonces Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara, en el 2001, y Familia Gang se estrenó en el vigésimo noveno ficg, en el 2014, justo un año después del primer día de rodaje. Nosotros empezamos a rodar el 23 de marzo de 2013. Es un proceso que me tiene muy contento, la primera vez que se vio mi ópera prima fue en este festival y la manera en que fue recibida fue para mí una sorpresa muy grata, y esta otra película que hago años después, como director de largometraje de ficción, será también en el contexto de este festival.

Familia Gang tiene un ritmo incesante y un tono muy peculiar, muy disfrutable, pese a tratar un tema muy socorrido en el cine mexicano actual. ¿Qué tanto influyó que el guión lo escribió un dramaturgo? Sí, el guión de la película Familia Gang es de un dramaturgo ya bastante reconocido en México, Luis Ayllhón, que desde hace años vive en Ginebra, Suiza y, obviamente, como mexicano está muy pendiente de la condición nacional. Los productores me ofrecieron el proyecto a partir del guión que él había escrito y al que, me parecía, valía la pena acercarse. Tenía claro que Ayllhón era un dramaturgo respetable, después pudimos trabajar juntos y fue una grata sorpresa hacerlo porque es muy receptivo respecto al diálogo, expone sus ideas y eso fue importante. Es común encontrarse con algunos compañeros guionistas que sienten que el director se aleja o malinterpreta sus historias. Algo que desde el principio acordé con Luis, y obHakuhn/Cinenauta

urante los ocho años que Armando Casas fue director del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (cuec) de la unam —durante dos periodos, entre 2004 y 2012—, no descuidó permanecer cerca del quehacer cinematográfico, pese a su responsabilidad administrativa, como productor de unas 15 películas y muchos cortometrajes de colegas suyos, como Ernesto Contreras, María Novaro, Roberto Fiesco, Julián Hernández, Carlos Bolado o José Luis Valle, además del programa de Ópera Prima de la escuela. Eso explica el lapso de 13 años transcurrido entre sus dos largometrajes de ficción: Un mundo raro (México, 2001) y Familia Gang (México, 2013), ambas curiosamente estrenadas en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg). En ese intervalo, dirigió el cortometraje Para vestir santos (México, 2004) y algunos trabajos para televisión. “Creo que se pudieron conseguir cosas interesantes para la escuela: la licenciatura, el nuevo edificio, la maestría en cine documental, pero estoy convencido de que mi camino, lo que más me apasiona y entusiasma, es estar dirigiendo. Esta película significa, además, estar en contacto con mi pasión, que es la dramaturgia y con los actores.”

Gerardo Taracena amenaza a Gastón Melo en Familia Gang.

La cinta aborda, como muchas otras en el cine mexicano reciente, el tema del narcotráfico, pero ahora desde la perspectiva de una familia que se reencuentra, accidentalmente, por una curiosa encomienda en los bajos fondos del crimen organizado, tal y como reza la sinopsis: “Un alto funcionario del sistema político mexicano decide fingir la captura y muerte de ‘el Coyote’, enemigo público número uno de México, para hacerlo, pacta con su familia y les informa que requieren un doble de cadáver. Topillero (Rafael Inclán), un sicario con un instinto de disciplina y de honradez poco convencional, es el encargado de llevar a cabo el plan junto con Blas, su brazo derecho. Pero en el camino 90

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Cuando repasamos las posibilidades del reparto para la madre, pensamos en todas estas películas y al final fue muy interesante que tuviéramos una pareja que no existía en el cine nacional: Rafael Inclán y Elpidia Carrillo. Es, además, una pareja un poco difícil de imaginar fuera del contexto hasta que no la tienes, porque vienen de universos distintos, sin embargo, creo que conciliaron bastante bien.

Hakuhn/Cinenauta

viamente también con la producción fue que… bueno, yo soy el director. Esa parte es muy interesante porque no soy ni guionista, ni productor, ni editor, ni actúo, ni hago nada más que dirigir, lo cual es algo que me gusta, en realidad. Sé que por las necesidades del cine mexicano —e inclusive de la televisión—, para varios compañeros es muy común ser el coeditor, si no es que incluso el editor, y es muy común ser el coguionista o el guionista y también actuar en las películas. Para mí, parte del proceso fue la posibilidad de que yo sólo fuera el director, concentrarme y ser muy respetuoso con el guión que me estaban presentando, pero tam bién trabajar con el guionista y con los productores. Fue muy interesante que ambos me escucharan, yo tenía muchas observaciones, muchas inquietudes sobre el proyecto. Era un proyecto complicado en términos de producción, de tono, de actoralidad, de la propia propuesta, entonces tenía observaciones que fueron atendidas y que pudimos trabajar en conjunto y que permitieron que la película fuera de conjunto: soy el director, pero también hay un guionista, un productor, un editor; todos trabajamos de acuerdo y formamos una película en conjunto. Yo cumplía mi función de ofrecer una visión que, al final, creo que fue compartida.

Ernesto Gómez Cruz en la morgue.

El tema de la película es muy doloroso y, lamentablemente, no pierde vigencia ni foco. Las muchas capturas y las recurrentes fugas son de gran actualidad y oportunidad. Es interesante lo que dices porque el telón de fondo de la película es el México contemporáneo y la desafortunada violencia que vivimos, pero el tono de la película no muestra este universo como un mundo sórdido, que por supuesto que lo es, sino que trata de evidenciar qué sucede realmente en este universo, algo de lo que pude documentarme bastante bien, junto con el guionista y los productores. Cuando uno le quita la sordidez, que es terrible, es un universo apasionante, para estudiar lo mismo desde el lado macroeconómico que desde el lado social, es verdaderamente muy apasionante entender que el cártel de Sinaloa es una empresa de clase mundial que funciona exitosamente, muy eficaz, es terrible decir eso pero es la verdad. O que los Caballeros Templarios son un grupo no sólo de narcotraficantes, sino una forma de vida y de ver el mundo, se parecen más a una secta. O que los Zetas son un grupo de mercenarios que se ha venido organizando para diversificar el negocio pues ya no se limitan al tráfico de drogas sino al de órganos, además de la extorsión, la trata de blancas, la piratería y otros rubros. Lo que encuentras es un mundo terrible en términos de sociedad, por supuesto, pero al mismo tiempo apasionante en términos de su comprensión, que va más allá de la parte visible que vemos en las noticias y eso es lo que tratamos de dejar como telón de fondo: que no viéramos personajes que fueran caricaturas o estereotipos de lo que todos entendemos que puede ser un narco, sino de lo que muchos no creemos que son aunque convivan con nosotros todos los días, en el sector que estemos. Por ahí aparece un personaje que se llama Díaz, que ha tenido una buena educación, tanto en México como en Estados Unidos, y que no es un hombre violento, sino uno que ha aprendido la negociación y que trata de utilizar estas herramientas, sin embargo, eso no implica que no esté dedicado a algo ilícito, pese a estar inmerso en el mundo social y empresarial, y que tiene características que no esperaríamos. Claro que estamos basados en personajes reales que son muy sorprendentes y en hechos reales que son casi absurdos, pero que nos tocan todo el tiempo, como aquel personaje del que rescataron el cadáver, Gregorio Lazcano “el Lazca”, pero nadie sabía que correspondía al suyo, o el líder de Los Templarios, “el Chayo”, que ya estaba muerto hace dos años. Estamos en ese absurdo, la fuga del Joaquín “el Chapo” Guzmán, con todas sus implicaciones. En fin, ése es el telón de fondo. La película, en realidad, trata de una familia que se reencuentra y la ironía proviene de que ocurre en este contexto demencial y, por supuesto, los reclamos que pueden hacerse están en un tono distinto porque no tienen tiempo de ahondar en el melodrama, el contexto verdaderamente los rebasa. Tu elenco conjunta muchos talentos y estrellas, además el retorno al cine mexicano de una figura importantísima a la que no se le ha dado el reconocimiento que se merece, como es Elpidia Carrillo. Sí, estoy muy satisfecho del reparto de la película. En la película trabajé con actores que yo veía desde que era niño y admiraba CINE TOMA 43

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Joaquín Cosío, Armando Hernández y Alonso Echánove dan el claquetazo durante la filmación.

su trabajo, como Julián Pastor, Gastón Melo, Marta Navarro, Alonso Echánove, Ernesto Gómez Cruz, son personalidades que ya habían hecho cine importante antes de que yo hubiera nacido, entonces es un honor que en el reparto estén actores de esta capacidad e importancia. Tienes razón, la película cuenta con el privilegio de que la protagonice Elpidia Carrillo, una actriz que ha hecho su carrera básicamente en Estados Unidos, con directores y actores muy importantes desde su debut hasta su trabajo reciente con Ken Loach, una película de culto como Depredador (Predator, Estados Unidos, 1987, de John McTiernan), es un honor tenerla porque es una mexicana que tuvo que trabajar allá, le fue bien y ha hecho poco cine en su país, de hecho la única película protagónica que había hecho antes es un cortometraje tapatío, De tripas corazón (México, 1996, de Antonio Urrutia), que fue la primera película de Gael García Bernal, ella fue su madrina… …que, paradójicamente, lo amadrinaba sexualmente… Es cierto, en la película era también su madrina sexual, además de porque fue la primera película de Gael. Hasta ahora Elpidia protagoniza, por primera vez, una película mexicana de largometraje. Había tenido participaciones pequeñas en otras películas, por supuesto ella empezó su carrera en México con Rafael Corkidi (Pafnuncio Santo, México, 1977), con Gabriel Retes (Nuevo Mundo, México, 1978) y con Sergio Olhóvich (Esperanza, México, 1988), pero su presencia internacional viene de que se fue muy pronto a Estados Unidos, con película pro92

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tagonizada por Jack Nicholson, La frontera (The Border, Estados Unidos, 1982, de Tony Richardson) y, posteriormente, junto a Michael Caine y Richard Gere (Cónsul honorario, Reino Unido-México, 1983, de John Mackenzie). Ella vive allá, pero está muy pendiente de lo que pasa en su país y, sin embargo, no había tenido una invitación directa para trabajar en una película mexicana y tenía sus dudas porque no conocían muy bien esta industria. Hay que agradecerle que tuvo, además, la gentileza de aceptar las condiciones de una película mexicana que no son las mismas de una estadounidense como en las que ella ha trabajado. Y que hiciera pareja con Rafael Inclán me parece maravilloso. Son una pareja muy interesante, era curioso porque Rafael ya había trabajando, prácticamente, con todas las actrices del cine mexicano de su edad, de su generación. De hecho, cuando repasamos las posibilidades del reparto para la madre, pensamos en todas estas películas y al final fue muy interesante que tuviéramos una pareja que no existía en el cine nacional: Rafael Inclán y Elpidia Carrillo. Es, además, una pareja un poco difícil de imaginar fuera del contexto hasta que no la tienes, porque vienen de universos distintos, sin embargo, creo que conciliaron bastante bien. Inclán es entrañable, al igual que su personaje. Aunque la película tiene, por supuesto, una visión irónica y de ahí debe desprenderse cierto sentido del humor, Inclán está haciendo un papel totalmente en serio y creo que los niveles actorales que muestra en la película son muy interesantes. Por supuesto, el hijo de ambos, Humberto Busto, es uno de los más solventes y más capaces actores de su generación, en un papel difícil porque


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Hay una parte epidérmica respecto a los efectos que si el espectador acepta y se entretiene con ella, bienvenido y qué bueno, pero en realidad son metáforas de lo que está sucediendo, si funcionan o no, eso lo iré viendo con el público, pero son cosas muy reflexionadas respecto a cómo construir estos universos, cómo generar una poética en términos de significado y si estamos contando la historia de una familia que se reencuentra, finalmente nos podemos ver reflejados, en nuestra condición humana, en estas metáforas y procesos de encuentros, desencuentros, odios y afectividad. realmente está al borde de la histeria y no es fácil controlar eso, y Giovanna Zacarías haciendo un papel que no había hecho nunca, por su edad y tipo, la mayoría de los papeles que ha hecho son indígena, de mexicana pobre, de narcotraficante o de mamá noble, y ésta es una cosa totalmente distinta, su misma apariencia es totalmente distinta a lo que ha hecho en otras películas. Y Jorge Adrián Espíndola, que también forma parte del núcleo. Jorge Adrián y Julián Pastor están haciendo papeles que tampoco tienen nada que ver con lo que habían hecho previamente en el cine mexicano y que poca gente podría imaginarlos así. El de Julián está basado en un personaje real, como se puede inferir en los créditos, totalmente verosímil.

sos, cómo generar una poética en términos de significado y si estamos contando la historia de una familia que se reencuentra, finalmente nos podemos ver reflejados, en nuestra condición humana, en estas metáforas y procesos de encuentros, desencuentros, odios y afectividad. Lo que la película trata de contar es una historia de la condición humana dentro del núcleo familiar. Nuestras familias, por más desavenencias que estén, tienen un elemento de afectividad que no podemos desligar de nuestra realidad o de nuestros lazos. Esta familia de la película tiene mucho que reclamarse, que decirse y, al final, como muchas historias, termina junta cuando parecía improbable que eso sucediera, y eso da una clave, porque no tiene un final feliz ni triste, sino abierto y, sin embargo, es claro, respecto a que su núcleo se volvió a integrar. ¿Hacía falta un punto de vista distinto en torno a un tema tan doloroso y cotidiano? Lo que yo traté de hacer con la película —y espero que haya salido, uno nunca sabe—, es estar comunicándome —según yo— con un espectador inteligente en un tono que puede verse de manera muy ligera, es decir, que cualquier espectador puede aceptar que no le va a cansar, que puedes seguir sólo a nivel anecdótico y eso le será suficiente para no perderse o no aburrirse de lo que está viendo, pero sí, la apuesta, en parte, es que todo esto tiene más capas, que hay un trasfondo.

Tienes tomas de conjunto bastante complicadas, con mucha gente, efectos especiales. En ese sentido la película tiene mucho atractivo visualmente, es estridente, especialmente el enfrentamiento previo al final. Era un asunto complicado, el guión tenía muchas complicaciones y lo que traté de hacer, de común acuerdo con los productores y el guionista, era fortalecer la parte esencial de la película, que era la historia y no es los efectos visuales, que en sí mismos no me parecen interesantes. El cine estadounidense puede hacerlos con muchos recursos y mucho mejor que nosotros, en general, pero no tiene sentido sin un contenido. Entonces, cuando revisamos el guión con los productores, con Luis y luego con los actores, fueron las corrientes cinematográficas muy concretas, vimos westerns y cine negro clásico, películas de los años cincuenta que no tienen ningún atractivo por los efectos, sino por cómo están contadas. Hay una narrativa, un pensamiento cinematográfico de la puesta en escena y de la puesta en cámara que lo que busca es sintetizar los elementos o conformar metáforas. Sí, hay una parte epidérmica respecto a los efectos que si el espectador acepta y se entretiene con ella, bienvenido y qué bueno, pero en realidad son metáforas de lo que está sucediendo, si funcionan o no, eso lo iré viendo con el público, pero son cosas muy reflexionadas respecto a cómo construir estos univerCINE TOMA 43

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TRABAJAR CON NIÑOS ES HABLAR DEL FUTURO FANTASÍAS Y MATRIMONIOS FUNCIONALES EN LA FÓRMULA DEL DOCTOR FUNES, DE JOSÉ BUIL José Juan Reyes

Producciones Tragaluz/In Films We Trust

Basado en la novela infantil mexicana más exitosa de las últimas décadas, La fórmula del doctor Funes representa un inusual acercamiento del cine mexicano a los niños, un público que no es regularmente atendido por la cada vez más abundante producción nacional. Esta historia fantástica, sobre un científico que desarrolla un brebaje para volver a la niñez, ratifica el interés por los jóvenes por parte del matrimonio de directores y productores José Buil y Maryse Sistach.

Martín Poyo (Daniel Carrera) se acerca al mundo exterior mediante el uso del sistema óptico de su telescopio.

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La novela de Francisco Hinojosa contiene todo lo necesario: es un cuento que ha demostrado su amabilidad con el público lector, de prácticamente todas las edades, pues tiene al menos 17 impresiones, un verdadero fenómeno en el contexto de la literatura de nuestro país, así que basta con que vayan al cine quienes lo han leído, para que nuestra cinta cumpla con su cometido de permanecer más de un fin de semana en cartelera.

Producciones Tragaluz/In Films We Trust

dado, me refiero a que las cintas para el público infantil las debe disfrutar toda la familia. En mi caso, sin ser un niño, disfrutar las películas de Pixar, por ejemplo. Sin pretender decir que estamos a ese nivel, sí nos planteamos producir un filme de ese tipo. Una vez decidido ese aspecto, la elección de qué historia tomar fue

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l cine de José Buil, generalmente acompañado por Maryse Sistach, es prácticamente un caso único en el panorama nacional entre los realizadores, pues la pareja se ha dedicado a reflexionar y exponer los problemas que aquejan a los adolescentes de una forma real, ceñida a lo que enfrentan cada día, de manera que sus propuestas van más allá del mero entretenimiento o la evasión abierta. Incluso en su nueva película, decididamente infantil, La fórmula del doctor Funes (México, 2014), la fantasía es presentada como un respiro para poder seguir enfrentando la realidad del país, para darse una bocanada de acertado positivismo en medio de la violencia y la inseguridad. Basada en el cuento homónimo del escritor Francisco Hinojosa —publicado por el Fondo de Cultura Económica—, la producción fue dirigida, en este caso, por José Buil, autor también del guión, y contó con el trabajo de los actores Emanuel Lattanzio, Daniel Carrera, Farnesio de Bernal, Patricio Castillo, Martín Altomaro, Giovanna Zacarías, y José Sefami. Al igual que el texto —que se ha vendido exitosamente durante, al menos, dos décadas—, la cinta sigue la historia de un locuaz científico que descubre una pócima para volver a ser joven. Es decir, no sirve

El señor Delgado (José Sefami) en problemas con las preguntas de una pequeña.

Giovanna Zacarías es la Mamá Poyo.

para rejuvenecer, sino para regresar a los años de la infancia, todo dependiendo de la cantidad que se ingiera… Pero la fórmula es robada por su archirrival: el malvado doctor Moebius, quien, al beberla de forma equivocada, en vez de convertirse en un jovencito se transforma en un burro miniatura. José Buil trabajó, como acostumbra, con Maryse Systatch en la producción ejecutiva. En entrevista, comenta que el cuento fue adaptado al cine de forma sencilla: “pues es una historia bastante visual, así que nos centramos en la anécdota para modificar sólo la parte correspondiente a la participación de los padres del niño, que en el libro tienen poca participación pero que ahora, en el filme, tienen más protagonismo en el desarrollo de las aventuras de estos muchachos. “Antes de decidirnos a trabajar con esta historia, teníamos claro que era el momento de desarrollar un proyecto para niños que contemplara también a los padres, pues los niños no van solos al cine, además de que en las actuales condiciones de exhibición del cine en México, este aspecto debía ser muy cui-

casi obvia, pues la novela de Francisco Hinojosa contiene todo lo necesario: es un cuento que ha demostrado su amabilidad con el público lector, de prácticamente todas las edades, pues tiene al menos 17 impresiones, un verdadero fenómeno en el contexto de la literatura de nuestro país, así que basta con que vayan al cine quienes lo han leído, para que nuestra cinta cumpla con su cometido de permanecer más de un fin de semana en cartelera, pues sabemos que la exhibición beneficia muy poco a las películas mexicanas.” Historia entrañable, efectos especiales divertidos En la cinta prevalece la visión de Francisco Hinojosa, en cuanto a la fantasía se refiera, la cual es resuelta en la pantalla de manera por demás creativa, sin excesos ni carencias, lo que le otorga al desarrollo del filme una dinámica que se complementa de manera precisa, con las actuaciones, la manera de relatar la historia y, cuando son necesarios, el recurso evidente de los efectos especiales, como el burro en miniatura, o el proceso de CINE TOMA 43

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ESTRENOS cualquiera en ese momento, que saben usar muy bien la tecnología actual, un aspecto que en nuestra versión para cine cobra interés, vigencia… No estoy seguro de que el autor haya considerado este aspecto del mismo modo que nosotros al producir la película. La adaptación que hice consistió en que el niño narrador, de 11 años, tiene una computadora, porque me parece que un pequeño como él ejemplifica que los posibles espectadores se identifiquen, pues seguramente también

Producciones Tragaluz/In Films We Trust

transformación de los personajes luego de tomar la fórmula mágica del doctor Funes. Así que estamos frente a una producción de corte familiar con calidad máxima, basada en un exitoso cuento, que nos presenta las aventuras de un niño sin poderes extraordinarios, de no ser una inagotable necesidad por aprender, su aguda curiosidad y la convicción de arreglar las cosas cuando no salen bien.

La manzana no puede faltar en ningún salón de clases y eso lo sabe Martín Poyo (Daniel Carrera).

En otro nivel de lectura, prevalece una aproximación positiva respecto al contexto social en que se desarrolla: un México contemporáneo en el que también es posible vivir en paz, soñar, tener un matrimonio exitoso y cuidar a los hijos… incluso, los niños protagonistas andan en la calle, en algún momento, de noche, sin enfrentar algún potencial peligro, vamos, hasta los policías aparecen como bonachones, dispuestos a cumplir con su deber de manera honesta y cuidar a los niños. José Buil dice con resignación: “Sí, ya me reclamaron por no presentar a la Ciudad de México de manera realista, pero no es ése el propósito del filme. Es una historia para niños, con mucha calidad literaria, lo que hizo Francisco Hinojosa es ofrecer un buen armado dramatúrgico de su anécdota y un desarrollo muy padre, divertido, con buenas aventuras de este par de chavitos, traviesos o curiosos, como 96

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tienen ganas de contar sus propias anécdotas o aventuras. Al igual que el protagonista, Martín Pollo debe darse cuenta de que es posible narrar una historia personal, con rasgos fantásticos. De este modo lo hicimos contemporáneo al año 2014, cuando terminamos la película. “Mientras, los personajes que lo rodean fueron adaptados, por ejemplo, en la narración de Pancho Hinojosa, los papás del niño están apenas trazados, son secundarios; sin embargo, tienen mayor participación en la película, son parte de toda la anécdota. Entonces hice crecer el perfil de ambos: la mamá tiene mayor participación, el papá es un señor con mayor presencia en su casa, lo convertí en fotógrafo de cine, para que tuviera mayor relación con Martín Pollo, que utiliza un telescopio para observar lo que ocurre en su entorno. Son detalles con los que ajustamos el cuento a la pantalla.”


Producciones Tragaluz/In Films We Trust

ESTRENOS

Más que descubrir la fórmula de la eterna juventud, el doctor Funes descubre la manera de recuperar los años mozos, con todos los inconvenientes que eso acarrea.

José Buil reconoce que en sus anteriores filmes como director, Perfume de violetas (México-Países Bajos, 2001) o La niña en la piedra (México, 2006) —ambos dirigidos por Maryse Sistach—, presentó a niños provenientes de familias rotas, por lo que en La fórmula del doctor Funes decidió mostrar un matrimonio con una relación positiva, amorosa, que enfrenta los problemas del día a día con una sonrisa, de forma amorosa y creativa. Así que la propuesta de esta nueva producción se redondea con este otro aspecto, fundamental para su desarrollo, que seguramente encontrará eco con las familias que también tengan una relación exitosa… y las que no, quizá encuentren una fórmula para lograrla, o al menos, pasar una buena tarde de cine. “Hice que los papás fueran bastante liberales, abiertos a lo que el niño quiere hacer, a la anécdota que plantea el libro, es decir, que el propio doctor Funes se transforma también en un niño de once años, pero que no cuenta con un espacio familiar, lo que provoca que Martín Pollo lo reciba en su casa y que la vida cotidiana de esta familia se convierta en una especie de teatro fantástico. Ésta fue una de las ideas con las que trabajamos esta historia; de ahí también que no hayamos reflejado la violencia cotidiana que se vive en la capital del país, donde basta con subirnos a un pesero para saber de qué estoy hablando… Como dije, no es ese el propósito de la película, sino transformar

este y otros escenarios, en lugares fantásticos, donde todo esto que le pasa al niño es posible. En el cuento de Francisco Hinojosa no hay ninguna referencia a la ciudad donde vive el niño, no es como Batallas en el desierto (Editorial Era), de José Emilio Pacheco, Pancho mete su historia en un ambiente fantástico que incluso mejora a la ciudad. En pantalla hasta eliminé el tráfico, pero fue una decisión pedida por la propia anécdota.” José Buil muestra así su interés por la realización de cine para niños: “Trabajar con ellos es hablar del futuro, por lo que merecen que los adultos dejemos algún tipo de legado que no esté encuadrado en todas esas películas o videojuegos que los rodean de violencia”.

José Juan Reyes. Periodista por el Centro de Capacitación para la Comunicación. Ha colaborado en medios impresos como 24 x segundo Magazine, Rolling Stone, Playboy y Hoja de Ruta. En la radio ha trabajado en el Instituto Mexicano de la Radio, imer y Monitor. Colabora actualmente en el suplemento Dominical de Milenio Diario. Realiza trabajos de relaciones públicas en el medio cinematográfico. CINE TOMA 43

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ESTRENOS

LA ENFERMERÍA PARA RESCATARSE A SÍ MISMO LA SINIESTRA CERCANÍA EMOCIONAL EN CHRONIC, DE MICHEL FRANCO Gonzalo Hurtado

Lucía Films

La profunda conexión emocional que los cuidadores de enfermos terminales desarrollan con sus pacientes puede llegar a extremos bastante obsesivos, como ocurre con el enfermero David, que desarrolla su oficio de manera pulcra, pero casi siempre problemática para los familiares, pues es su puerta de salida para la dolorosa muerte de su hijo, años atrás.

El actor londinense Tim Roth interpreta al enfermero David, especialista en cuidar pacientes con enfermedades terminales.

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ESTRENOS

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uede afirmarse que, recientemente, Michel Franco se erigió como un hijo dilecto del Festival Internacional de Cine de Cannes. Los tres largometrajes que ha dirigido hasta ahora han tenido presencia en la programación del evento, así como un importante rebote mediático, sobre todo con Después de Lucía (México-Francia, 2012), que se hizo del León de Oro, el premio principal de la sección Una cierta mirada, en su sexagésimo quinto Festival Internacional de Cine de Cannes. Este año, Chronic (México-Estados Unidos, 2015) mantuvo el buen paso al obtener el galardón a Mejor Guión en la Sección Oficial del certamen, lo que sitúa a este cineasta —nacido en la Ciudad de México, en 1982— en un lugar de privilegio, junto a otros compatriotas suyos que vienen dando la hora a nivel internacional, como Alejandro González Iñárritu, Amat Escalante, Carlos Reygadas o Gabriel Ripstein. A pesar de que la película

Lucía Films

solía radicar y se acerca a su joven hija Nadia (Sarah Sutherland) y a su exesposa Laura (la mexicana Nailea Norvind), que lo hacen rememorar la dolorosa pérdida de su hijo, que le ha hecho perderse las sensaciones y los afectos familiares y sociales, a cambio de concentrarse e incluso perderse a sí mismo en su compromiso profesional. La puesta en escena mantiene la continuidad estilística de las obras anteriores del director, privilegiando los planos medios y abiertos para graficar el punto de vista de un espectador distante, que se mantiene omnipresente en cada acto de su protagonista, de quien sabemos poco de su historia de vida y cuyo silencio es la clave que mejor lo refleja, ya que será en los actos más sutiles de su vida cotidiana donde obtendremos la certeza de su propia esencia. Chronic es una película contenida, cuyo ritmo más que percibirse en pantalla ocurre en el interior de sus personajes. Sus intenciones y manifiestos no están a flor de piel, se mantienen bajo la dermis de su protagonista para sugerir en vez de afirmar con vehemencia, mientras somos testigos de su comunión con la muerte. David ha aprendido a aceptar lo inevitable y a hacer que otros lo lleven con dignidad y le da fuerza para mantener su ética personal hasta el último momento. En su ritmo interno y su propuesta visual con una cámara que se mantiene estática la mayor parte del tiempo, es que la cinta nos transmite con mayor fidelidad las incertidumbres y dudas de su protagonista. En esa economía de lenguaje, se construye la justificación visual para el sorprendente y casi inexplicable momento final con el que se resuelve la película, producida por Lucía Films que, con distribución de Videocine, estrenará en la cartelera Una cierta misantropía respecto a la gente normal, asoma detrás de la aparente bondad del cuidador de moribundos. mexicana el 4 de diciembre. Tras la función de prensa de la cinta, no consiguió galardones a su paso por la sexagésima tercera en el teatro Kursaal, como parte de la sección Horizontes Latiedición del Festival de Cine de San Sebastián, como parte de la nos, del sexagésimo tercero Festival de Cine en San Sebastián sección Horizontes Latinos, su estreno de ninguna manera pasó (Donostia Zinemaldia), es que ocurrió la siguiente conversación desapercibido para el público y la crítica, y prueba de ello fue el con Michel Franco. lleno total en todas sus presentaciones. Protagonizada por el actor inglés Tim Roth, la cinta está ¿Qué te motivó a cambiar la temática juvenil de Daniel & ambientada en Los Ángeles y nos presenta al hermético enfer- Ana (México-España, 2009) y de Después de Lucía, por los mero David, quien dentro de su extremo mutismo, suele con- dilemas de un personaje adulto en Chronic? ducirse mucho más allá de su deber, cuando está a cargo de Si bien mis dos primeras películas eran protagonizadas por perenfermos terminales e intenta hacerlos sentir lo mejor posible sonajes adolescentes, yo no las catalogaría en ese rango. Tal vez antes de su inevitable partida. Sin embargo, su actuar será se- se debía a que yo era más joven y me sentía más cercano a esa riamente cuestionado cuando los hijos de un prestigioso arqui- generación, pero hago películas sobre temas que me llaman más tecto encuentran en su tarjeta inteligente videos pornográficos la atención y, en este caso, la muerte y la enfermedad me parecon los que el hombre se entretiene, y observan una erección cieron ideales para llevarlos a la pantalla. Una película toma uno cuando lo está bañando, por lo que amagan con demandarlo. o dos años en hacerse, y debe tener un tema lo suficientemente Con un proceso judicial a cuestas, David persiste en dar aten- interesante para captar el interés del director durante ese tiemción y consuelo a otros, por lo que regresa a la localidad donde po, para luego captar el interés y el tiempo del público. CINE TOMA 43

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ESTRENOS ¿Te intriga mucho el tema de la muerte? En Después de Lucía también aparecía ese componente. Aprecio la pregunta porque mucha gente encasilla a esa película con el bullying, cuando la relación correcta es con la muerte. Podríamos decir que esa recurrencia me define mucho. ¿Qué tan personal ha resultado esta película para ti? Todas mis películas tienen un tema personal. En este caso me inspiré en lo que le ocurrió a mi abuela, que estuvo enferma durante 2010 y tuvo una enfermera trabajando con ella por varios meses. Lo que me sorprendió es la relación de intimidad que nació entre esta persona y mi abuela. Entonces, me interesó mucho tratar el tema de cómo se inició ese vínculo, además de cómo es la vida de alguien que está muy cerca de la muerte.

Me gustó trabajar como productor, aunque me gusta más dirigir; mentiría si dijera lo contrario, pero aprendo bastante al entrar en otras facetas y al alternar con directores tan personales. Siempre asimilo mucho de ellos.

¿Qué tan complicado resultó representar la parte más oscura del protagonista de Chronic? Cuando decidí escribir el papel para Tim, opté por diseñar un personaje bastante complejo, porque él es un actor muy completo y no tendría problemas en darle forma a David, que, si te fijas bien, no es un papel nada fácil. No se trata solamente de un ángel que quiere ayudar a la gente, también tiene un lado siniestro, que a mí me fascinaba explorar aún más. Además, alguien que está tan cerca de la vida y la muerte, de ninguna manera puede pretender ser un personaje sencillo. David ejerce la enfermería como un intento de rescatarse a sí mismo, y quizás por eso miente y cambia constantemente de parecer. ¿Te sientes influido formalmente por una película reciente y muy exitosa Amor (Amour, Francia, 2010), de Michael Haneke? Efectivamente, pero también siento que crecí influenciado por otros directores europeos como Krysztof Kieslowski, Ingmar Bergman o Luis Buñuel, y siempre tengo la sensación de que mis películas tienen alguna huella de ellos, pero tampoco puedo negar que me gusta mucho lo que hacen estadounidenses tan disímiles como Woody Allen o Paul Thomas Anderson. Gabriel Ripstein comentó que siente una hermandad entre 600 millas y Chronic, por el hecho de compartir al protagonista y de que uno fue el productor del otro en sus respectivos filmes. Con Gabriel somos amigos desde hace muchos años. El año pasado no sólo produjimos su película y la mía, también traba100

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Lucía Films

¿Esa experiencia familiar no te provocó contar la película desde un punto de vista femenino? Al principio. Había considerado tener de protagonista a una mujer, pero cuando conocí a Tim Roth, que tenía mucha curiosidad e interés por mi siguiente película, me propuso trabajar conmigo si cambiaba el papel principal de mujer a hombre para poder interpretarlo, y así lo hice. Durante la etapa de investigación, Tim trabajó con varios pacientes de cáncer y constantemente me llamaba para contarme a quién había conocido y qué había vivido con esa persona. Al mismo tiempo yo comencé a conocer enfermeros en Estados Unidos y a entender un poco más de ese mundo.

Michel Franco da indicaciones a Tim Roth.

jamos juntos con el venezolano Lorenzo Vigas, que ganó el León de Oro en el septuagésimo Festival Internacional de Cine de Venecia, la Mostra, por Desde allá. También hicimos Los Herederos, de Jorge Hernández Aldana, que compitió en el Festival de Morelia. Para mí resulta mejor hacer mucho y con la misma gente, que trabajar de manera esporádica con distintas personas. ¿Cómo te ha sentado desempeñarte como productor? Me gustó trabajar como productor, aunque me gusta más dirigir; mentiría si dijera lo contrario, pero aprendo bastante al entrar en otras facetas y al alternar con directores tan personales. Siempre asimilo mucho de ellos. ¿A qué atribuyes el hecho de que el cine mexicano tenga tan buena recepción tanto en festivales internacionales como en el Oscar? Pues hay muchas voces en el cine mexicano que son fuertes y originales. Es un cine que viene de un país complejo, que está en una crisis constante, y creo que eso nos vuelve más interesantes al momento de concebir historias.


ENTREVISTA

TUVIMOS LA PACIENCIA PARA NO FORZAR LA PELÍCULA MARTHA OROZCO, PRODUCTORA MEXICANA DE ALLENDE, MI ABUELO ALLENDE Sergio Raúl López

Errante Prods/Fragua Cine/Martfilms

Los éxitos internacionales del cine mexicano, tanto en festivales como en premios, no implican solamente el trabajo de realizadores, fotógrafos y actores, sino que también implican el trabajo de destacados productores que impulsan proyectos binacionales, como es el caso de Martha Orozco en Allende, mi abuelo Allende, reconocido como Mejor Documental en Cannes.

Más que un retrato político o ideológico, el largometraje documental de Marcia Tambutti inquiere en las relaciones familiares y la intimidad de Salvador Allende.

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ENTREVISTA

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La premisa era que teníamos que reconstruir un álbum familiar y, literalmente, hacerlo, porque todos los álbumes fueron quemados y la casa fue saqueada. En este proceso justamente comenzaron a llegar fotografías y piezas con notas en las que se solicitaba no decir de dónde provenían y empezamos a recuperar cosas de Allende, materiales que estaban con distintas familias y amigos. por las empresas Errante Prods, Fragua Cine y Martfilms, ésta última, empresa de la mexicana Marta Orozco, una de las más destacadas productoras de cine documental en Latinoamérica. Con estudios de producción ejecutiva en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (eictv), de San Antonio de los Baños, en Cuba —donde actualmente es jefa de la Cátedra de Producción—, y en The Media Film Business School de Lubeck, Alemania, además de Gestión Cultural y Dirección de Documental en España. Fue becaria, en 2011, del Media Mundus Eurodoc; desde 2006 y hasta 2014 fue tutora del Morelia lab en México; de 2008 a 2010 coordinó el Área de Documental del Centro de Capacitación Cinematográfica (ccc). Entre los filmes que ha producido se encuentran El árbol olvidado (México, 2009) y México bárbaro 2010 (México, 2011), de Luis Rincón; Morir de pie (México, 2011), de Jacaranda Correa, y El cielo abierto (México, 2011) y Cuates de Australia (México, 2013), de Everardo González. Es coautora, junto con Carlos Taibo, del libro Manual básico de producción cinematográfica (Imcine-ccc). Respecto a la historia del documental y al premio, versa la siguiente charla.

Errante Prods/Fragua Cine/Martfilms

l 22 de abril de 2015, se dio a conocer la Selección Oficial 2015 de la Quincena de Realizadores (Quinzaine des Réalisateurs), sección paralela del Festival Internacional de Cine de Cannes —fundada luego que distintos autores de la Nueva Ola francesa detuvieran las actividades del festival, a manera de protesta por el mayo francés, en 1968—, apareció, en la lista de 17 títulos, la coproducción Allende, mi abuelo Allende (Chile-México, 2015), de Marcia Tambutti, junto con apenas otras dos producciones iberoamericanas —junto con Un día perfecto (A Perfect Day, España, 2015), de Fernando León de Aranoa, y la colombiana El abrazo de la serpiente (Colombia-Argentina-Países Bajos, 2015), de Ciro Guerra. Pero la sorpresa sería aún mayor cuando el documental, realizado por quien es conocida como la “nieta mexicana” del presidente chileno depuesto el 11 de septiembre de 1973 por la dictadura militar de Augusto Pinochet y la Agencia Central de Inteligencia (cia) estadounidense, y producida por la mexicana Martha Orozco y la chilena Paola Castillo, se alzara con el recién creado premio El Ojo de Oro (L’Oeil d’Or), que se otorga trasversalmente al mejor largometraje documental que se presente bien en la Sección Oficial como en las paralelas, en Cannes. Relato intimista y en un tono muy sentimental, en torno a una minuciosa y compleja reconstrucción familiar de quien fuera una de las figuras emblemáticas de la ideología de izquierda en América Latina y el primer presidente electo de forma democrática en el país austral, siete lustros luego de su muerte y de que fuera prácticamente borrado por el sangriento régimen militar y autoritario, incluso en sus objetos y posesiones personales. Con participación en el guión y las asesorías de la estadounidense Bruni Burres, consultora del Instituto Sundance, Allende, mi abuelo Allende fue musicalizado por los mexicanos Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman, y fue producido

Los afectos filiales y los recuerdos tanto físicos como emotivos, fueron surgiendo durante los ocho años que llevó la elaboración del filme.

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Sergio Raúl López

ENTREVISTA

Martha Orozco, productora mexicana de Allende, mi abuelo Allende.

¿Cómo funcionan las coproducciones en la región latinoamericana, sobre todo porque los apoyos son muy desiguales en términos de montos? Yo me involucré en la producción de Allende, mi abuelo Allende cuando se llamaba La otra cara de la Moneda. En mi trabajo como asesora, debido al cual viajo mucho por Latinoamérica, me toca conocer, sobre todo, del ámbito financiero de cada uno de los países. De lo contrario, no podría dar capacitación en torno a la financiación de películas. En uno de esos viajes, en el 2008, me encontré con dos chicas: la productora chilena, que es Paola Castillo y otra chilena que me empezó a hablar con acento mexicano. Era Marcia Tambutti. Me presentaron el proyecto, justamente cuando fui a darles una asesoría, y me gustó, sobre todo porque vi que tenía un gran potencial, no solamente por el personaje importante que es Salvador Allende, sino también como una coproducción. Era un proyecto arriesgado, pero me pareció muy sincero, porque Marcia era exiliada en México y eso le daba viabilidad porque ella se sentía mexicana, hablaba como tal y justo la película hizo que volviera a Chile, básicamente a esa búsqueda de su abuelo. Ahí me involucré al proyecto para volverlo producción mexicano-chilena y para conocer otros aspectos de un personaje como Salvador Allende: la parte familiar, su vida íntima, qué pensaba, qué hacía. Había pensado que sería muy fácil conseguir la financiación, pero resultó muy difícil porque no existe un acuerdo de coproducción entre ambos países. Chile es uno de los países que más dinero invierte y que logra más prestigio con el cine. No solamente invierten en producción, sino en difusión y distribución. En todos los grandes festivales hay una gran comisión de chilenos con una gran presencia. Estas circunstancias me llevaron a hacer la coproducción de manera independiente, sin fondos estatales mexicanos, como el Fondo para la Producción Cine-

matográfica de Calidad (Foprocine), que era el que correspondería, pues en ese entonces todavía no existían otro tipo de ayudas públicas, especialmente las exenciones fiscales. Lo que hice fue vincular a otra productora, que es Fragua Cine, con los que podíamos equilibrar un poco la financiación independiente, además de que ganamos un apoyo de Ibermedia, que se constituyó como gran parte de la financiación. Aunque con un proceso tan largo de realización —duró ocho años—, esa primera parte de la financiación la hicimos con Ibermedia, pero en un proceso tan largo ocurrieron muchas cosas familiares que tanto aportaron como nos hicieron detener la película.

El hecho de no haber obtenido fondos mexicanos permitió que la realización se alargara, de lo contrario hubieras enfrentado plazos muy precisos. Justamente eso fue algo interesante. Ibermedia te multa si no logras llegar a un dead line con sus fondos pero, básicamente, lo que detenía la película eran cuestiones muy delicadas, de otro ámbito, eso lo entendieron y confiaron en el resultado, tanto de la productora chilena, que era la mayoritaria, como en mí y mi trayectoria, que respaldó un poco el proyecto. Luego empezamos a buscar otro tipo de aportes: en especie y creativos, también se sumó una coguionista, que es Bruni Burres, del Sundance Institute, que es una gran personalidad y tiene gran empatía por el documental del género de los derechos humanos y sociales, y vino a potencializar el proyecto. Aportó tanto que no hubiéramos tenido plata para pagar por todo eso. Por ejemplo, el musicalizador Leo Heiblum conocía a Marcia porque estudiaron juntos y es su amigo íntimo, entonces la música estaba muy inspirada en esas sensaciones y fue otro de los que aguantó todo el proceso. Además, viajamos a muchos festivales y estuvimos en cantidad de foros de coproducción, es decir, buscamos los fondos de manera mucho más creativa. Que en Chile sí lograron obtener los fondos nacionales. Tuvimos todos los fondos chilenos y eso amortiguó mucho las finanzas del documental, pero fue difícil. Al principio nos costó trabajo romper los prejuicios iniciales de que se trataba de otra película más sobre Salvador Allende, que era la ópera prima de Marcia, que es bióloga, aunque tenía dos productoras con experiencia respaldándola. Todo eso nos empujó a avanzar el proyecto de manera independiente con nuestro equipo y nuestros aportes creativos y económicos. Pero en todo este tiempo Marcia se convirtió en documentalista, acudió a talleres, tuvo asesores, se fue formando muchísimo y fue aprendiendo de todo el proceso. Nosotras, como productoras, tuvimos la paciencia para terminar la película cuando debía hacerse y no forzarla. Me parece que el trabajo se ve en pantalla y representa todos estos años de trabajo. CINE TOMA 43

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ENTREVISTA

Justo el tema de Allende está multidocumentado, incluso hay cineastas, como Patricio Guzmán, cuya trayectoria se basa en el tema. Pero hay enfoques muy diversos, desde la investigación histórica y política, hasta el más poético. ¿Cómo abordar un proyecto que se distinga? Cuando nos enfrentábamos al material, sobre todo el de archivo, siempre nos encontrábamos con Allende en una campaña política, haciendo relaciones internacionales, hablando con los obreros, era básicamente el mismo que se ve en todas las películas. Pero nosotros teníamos muy claro que esta era una película personal, por eso el título original, La otra cara de la moneda, que nos permitía justamente no voltear a lo que todo mundo ya conocía. La película es un viaje personal y natural de la directora, de Marcia, a ir encontrando pistas sobre su abuelo. En el mismo entorno de la familia había muchas cosas guardadas durante largos años. No hablo solamente de fotografías, sino de testimonios que se comparten en la película, por lo tanto era más complejo para la propia directora e incluso para nosotros, porque puede generar mucha polémica. Por eso siempre nos enfocamos a esta parte familiar, íntima, pues los amigos del entorno siempre acababan hablando de una campaña o de hechos políticos. Cuando detectamos esta línea, que todo mundo conoce, justamente empezamos a buscar en los recovecos de las casas y de la familia, en este forcejeo de estos secretos que guardaban, en esta herencia. Por ejemplo, Tencha (Hortensia Bussi, viuda de Allende) es un personaje muy importante en la película porque te cuenta cómo vivieron este proceso. Además, el exilio de la familia fue un hecho violentísimo. La premisa era que teníamos que reconstruir un álbum familiar y, literalmente, hacerlo, porque todos los álbumes fueron quemados y la casa fue saqueada. En este proceso justamente comenzaron a llegar fotografías y piezas con notas en las que se solicitaba no decir de dónde provenían y empezamos a recuperar cosas de Allende, materiales que estaban con distintas familias y amigos. Todo eso fue recuperándose en el proceso de la película y es material inédito que no se había exhibido. Vemos a Allende corriendo en traje de baño en la playa, por ejemplo. Buscamos fotografías y videos de la familia, de fiestas personales y anécdotas como que su hermana mandó hacerle Photoshop a una fotografía de Allende, porque no conservaba ninguna con él. A partir de eso, comenzamos la búsqueda no sólo de fotos, sino de testimonios de lo que había pasado, de por qué no hablaban de él más allá de cómo presidente. Y de eso es de lo que va la película. El proyecto llegó a Guadalajara, pero ya en ruta a festivales internacionales. El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg) es como mi casa, le tengo mucho aprecio porque estrenar una película ahí te da presencia en la parte de prensa y la difusión internacional. Decidimos que estuviera en México, sobre todo porque Guadalajara es muy representativo para Allende, la

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universidad nombró un foro en su memoria y porque justamente en esas fechas se volvieron a cerrar los vínculos entre Chile y México, los canales de cooperación y colaboración. La proyección fue importante porque queríamos dar este avance de la película vinculado a lo que generaría la presencia de Allende en la Universidad de Guadalajara. Fue el único Work in Progress previo a Cannes, y aunque faltaban los archivos fílmicos y post producción, música, era básicamente un off line de la película pero ya muy cercano a lo que se vio en Francia. Lo más interesante es que en este proceso de terminación de la película, los seleccionadores de Cannes llegaron a Chile, en una sala del Instituto de Cine les pusieron todas las películas y cuando preguntaron si tenían algunas en proceso de terminación, ahí estaban Paola y Marcia haciendo trámites para Guadalajara. Cuando los seleccionadores la vieron salieron llorando y diciendo que la querían para el festival, eso fue interesante porque jamás apostamos a llegar a Cannes. Fue una coincidencia de la vida, realmente, y también una recompensa para nuestro trabajo de tantos años. La película se posicionó por sí misma, gracias al destino o a la casualidad. Los apoyos y subsidios institucionales tienden a apresurar los proyectos. ¿Qué tan importante es contar con procesos de investigación largos y acuciosos, como ocurrió con este proyecto? Mis películas siempre han sido procesos muy largos y, justamente, cuando alguna tiene fondos o hay prisa para terminarla por algunos términos, me parece que sí afecta. Cuando desde el inicio concibes un proyecto a largo plazo, tienes que analizar el tipo de apoyos que solicitarás. Quizás no uno de producción, sino de desarrollo de proyecto durante dos años para permitir que la película se siga trabajando. Eso es lo lindo que tiene el documental, que es un género amable que te permite ir con una cámara a hacer tu investigación, pero requiere inteligencia del documentalista para saber cómo irse acercando al personaje o a la temática o ir a vivir a la comunidad durante tres meses. Creo que corresponde al productor y al director decidir cuánto tiempo le van a dedicar a su película. Mucha gente piensa en estrenar su ópera prima en cierto festival y cumplir con los tiempos requeridos, pero así no son las cosas y la verdad esa presión del dinero y los plazos y los festivales te da una prisa que a veces resulta contraproducente. Al final, le vas a dedicar varios años de tu vida, cinco años, mínimo tres, y a mí me encanta hacer películas largas, ir a vivir a los espacios, ir a conocer y no limitarse a los estrenos o a una fecha. Cada película tiene una naturaleza propia y te va enseñando su ruta. En el caso de Allende, mi abuelo Allende, no hubiera sido la misma película si nosotros la hubiéramos entregado en dos años, creo que se nota y se ve la madurez del proyecto, del realizador y de todo el equipo. Creo que uno tiene que ser abierto y no embarcarse deliberadamente con los dead lines, porque eso perjudica en vez de ayudar. Claro, hay ciertas etapas donde sí hay que estar muy conscientes de cuándo y cómo se va a terminar la película.


ARTISTAS CINÉFILOS

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úsica plástica, escenas musicales y los pinceles para una pictografía emocional. A través de una experiencia nutrida que van lo mismo por canciones medievales y arriban hasta las composiciones contemporáneas propias, la vida, el amor, la pasión y la muerte con temas recurrentes que dan siempre matiz a la oscuridad de una música que termina por brillar. Colores con textura. Retratos con movimiento. Experimentación y multimedia; el escenario como la propia voz, y la puesta de escena como la canción que se vuelve tangible. Esto es el espacio Jaramar: un cuarto con ventanas a un jardín que se desdobla como el tatuaje sonoro del día o de la noche. Con esta entrevista se estrena esta sección, en la cual se cruzarán ideas, experiencias y perspectivas con artistas que están realizando obras relevantes dentro de sus propios géneros, pero que, al final, se alimentan y alimentan de vuelta al cine. Con una personalidad y estilo inconfundibles, Jaramar Soto es nuestra primera invitada, y nos habla de sus vínculos con lo cinematográfico: los cineastas y el soundtrack como el alma de la imagen. A lo largo de esta conversación, Jaramar nos expone cómo es que la pintura sonora también es cine. Y de cómo, al final, todas las artes caben en el cine.

LO CINEMATOGRÁFICO ES DESLUMBRANTE JARAMAR, CINE PARA LOS OÍDOS Andrés Cisneros de la Cruz

Originaria y radicada en Guadalajara, Jaramar Soto se ha convertido en una referencia de la música independiente mexicana desde hace ya más de tres décadas. Su estilo combina la música popular mexicana con la canciones renacentistas, especialmente las del Sefarad, elementos del jazz y de la música actual, con las que logra salpimentar su voz, única, de cuerpo y sabores únicos. Al inaugurar esta sección, dedicada a explorar los vínculos de distintos artistas con el cine, la cantante nos relata su intensa y profunda relación con el séptimo arte.

Michel Amado

¿Cómo asumes tu relación con el cine? Yo soy cinéfila, obsesivamente cinéfila. Además, mi música ha estado en el cine, he hecho música para el cine, mis amigos hacen cine, son gente que escribe para cine y desde hace muchos años soy muy cercana al Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg). Desde que comenzó como Muestra de Cine Mexicano, y que ahora es enorme, así como todo lo que realizan en la Universidad de Guadalajara (UdeG). El cine me ha acompañado de muchas maneras desde que era yo muy joven. Y no necesariamente en los videocentros o sólo con las clásicas películas exitosas.

Además de compositora e intérprete, Jaramar Soto es obsesivamente cinéfila.

¿Qué opinas de los tres amigous del cine mexicano? Sí sigo mucho a los realizadores mexicanos, especialmente a los tres grandes. A Guillermo del Toro lo conocí hace muchos CINE TOMA 43

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ARTISTAS CINÉFILOS años, antes de que fuera famoso, como parte del grupo de Jis y Trino, era de ese medio. No todo lo que hace me gusta, pero lo que me llega a gustar, me gusta mucho. Alejandro González Iñárritu está haciendo cosas interesantísimas, por ejemplo, Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia) (Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance), Estados Unidos, 2014), me gustó mucho y, bueno, soy fan del “Chivo”, de Emmanuel Lubezki, que ahora se lo comparten entre todos, aunque al principio sólo trabajaba con Alfonso Cuarón, pero hoy todos lo invitan.

¿Dónde buscas cine? En el festival de Guadalajara, que te permite ver películas que luego difícilmente se exhibirán comercialmente. Incluso películas que ganan premios en ese festival o en el de Morelia, cuesta muchísimo trabajo que encuentren distribuidor, por lo que ir a los festivales es una gran oportunidad para ver cine mexicano, con el que te llevas grandes sorpresas. Muchos años yo quería hacer música para cine, y les daba mis discos a los productores, porque yo pienso que mi música es muy cinematográfica. Pero no ha sido fácil. Pero apareces en la película Cinco de mayo: la batalla (México, 2013), de Rafa Lara, en una escena que se vuelve un breve musical. Desde el inicio, el director Rafa Lara me planteó la canción como una escena clave, es una escena emocionalmente muy importante porque es el momento en que todos los soldados están tristes, deprimidos, esperando la muerte, ese momento

Gala Films/Videocine

¿Cuál es el cine es el que más atesoras? Algún cine europeo y aquel más íntimo que se hace en México. Soy fan de ciertos cineastas, como Xavier Dolan, un joven, jovencísimo canadiense, maravilloso, genio, que hace un cine deslumbrante. Como Isabel Coixet, la española que hace películas que me emocionan. Hay películas muy cercanas a mí desde hace muchos años. Yo vivía en París y ahí es donde empecé a ir mucho al cine, a ver películas francesas alternativas muy domésticas y que me gustaban mucho. También viví en Italia y, mientras estudiaba diseño, tuve la oportunidad genial de que una de mis maestras conocía al agente de producción que estaba trabajando en la última

película que realizó Luchino Visconti, y conocimos el set donde se rodaba la película. Es, desde entonces, que entendí que hacer videoclips era más que invitar a la gente a mis espectáculos, era también hacer un lenguaje cinematográfico.

En 5 de mayo: la batalla, Jaramar tiene una larga escena en la que interpreta “La noche”.

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ominoso de enfrentar al ejército más fuerte del mundo. Y nadie espera ganar. Él me la delegó como algo muy importante. Era como un himno secreto, esa patria íntima… Es difícil que una canción tenga tanto tiempo en una película. Es un momento muy importante, así que debes hacerla muy bien. El director me buscó y me platicó todo el contexto y me dijo su idea general. Yo le pregunté qué quería que yo hiciera, porque me buscó específicamente a mí. Y respondió que había una canción mía en el disco Diluvio (Discos Intolerancia, 2008), que se llama “La noche”; entonces entendí que quería una canción muy Jaramar. Una canción muy mía, que sea poética, que tenga un corte con la música tradicional mexicana y que hable del amor, pero de uno oscuro. Cuando ya tuvo la canción no tuvo nada de correcciones, lo único que me pidió es que incluyera las palabras “muerte” y “tierra”. ¿En qué otras producciones fílmicas has participado? Estuve en un documental en torno a la obra del artista plástico Alejandro Colunga, en el que estuvieron involucrados muchos artistas de Guadalajara. Es un documental muy fantasioso, entre ficción


ARTISTAS CINÉFILOS para decirme que la canción era muy protagónica de la película y querían utilizarla como sencillo del disco, con una segunda versión en la que Sussie 4 pueda hacer un remix. Le entregamos los tracks a Sussie y quedó muy bien. Cuando vi la película entendí lo que me decían, porque sí, entran al bar, y está la música de fondo, pero en la escena donde sale mi canción, la voz está de frente, porque no hay diálogos. Es una película muy buena. ¿Tienes expectativas de volver al cine? Yo quisiera hacer más cosas, me encanta el cine. En mi vida hay cineastas que me han acompañado, películas clave y, probablemente, la música de esas películas es la que las ha vuelto relevantes en mi vida. Por ejemplo, La doble vida de Verónica (La double vie de Véronique, Francia-Polonia-Noruega, 1991), de Krzystoff Kieslowski, la música de esa película era… incluso conseguí el soundtrack importado y carísimo, del compositor Zbigniew Preisner. Tengo un disco con la música de la trilogía de Kieslowski, sobretodo Azul (Blue, Francia-Polonia-Suiza, 1993), que es una música verdaderamente fascinante… También, por ejemplo, Angelo Badalamenti en las películas de David Lynch. O Nino Rota con la música de Amarcord (Italia-Francia, 1973), un de las películas

Soy cinéfila, obsesivamente cinéfila. Además, mi música ha estado en el cine, he hecho música para el cine, mis amigos hacen cine, son gente que escribe para cine y desde hace muchos años soy muy cercana al Festival de Cine en Guadalajara. Desde que comenzó como Muestra de Cine Mexicano, y que ahora es enorme, así como todo lo que realizan en la Universidad de Guadalajara. El cine me ha acompañado de muchas maneras desde que era yo muy joven.

Cinefusión

y realidad: Alejandro Colunga, Fogonero del delirio (México, 2011), de Gustavo Domínguez. Documental, circo, maroma y teatro. Porque así es la obra de Colunga, muy surrealista. Invitaron a un chorro de gente a que hiciera música, a Radaid, a Troker, a mí, porque era gente cercana. Pero ahí fue un trabajo muy preciso, porque había una persona encargada de la edición sonora de la película y un guión musical, a diferencia de 5 mayo: la batalla, donde Rafa me pidió que la canción durara lo que tuviera que durar e incluso terminó alargándola. En cambio, aquí, en el documental, eran tiempos muy precisos. Y me dijeron que necesitaban un pasaje de 42 segundos de música, en cuatro cuartos, en este tempo. Hay también otra película, en la que incluyen una canción mía, pero sucedió como normalmente se hace, con un supervisor musical que busca la música que se va utilizar, música ya hecha. Fue hace 13 años, en una película española que se llama Volverás (España, 2002), de Antonio Chavarrías; la supervisión musical la realizó Herminio Gutiérrez y él escogió mi versión de “Flor de azalea”, luego me llamaron porque realizaron un soundtrack muy bueno, por México estaba Sussie 4 y yo, y además de unos cubanos. Poco antes de que saliera la película me llamaron de la disquera emi

La cantante también formó parte de la enloquecida trouppe del documental Alejandro Colunga, fogonero del delirio, de Gustavo Domínguez.

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ARTISTAS CINÉFILOS que más me gustan de Federico Fellini, algo muy cercano a mi proyecto de jazz, que se llama Caída libre, un universo aparte, que además es uno de mis dos discos que van a salir este año y una de las canciones es también uno de los motivos de Amarcord, que es el leitmotiv del disco.

Altavista Films/Canal+

¿Hasta dónde experimentar? La narrativa, mezclada con la poesía y la música, me encanta, pero lo cinematográfico es deslumbrante. De algunas películas me enamoro de la fotografía, por ejemplo, en Isabel Coixet, que no es muy conocida pero que ha hecho películas maravillosas, como Mi vida sin mí (My Life Without Me, España-Canadá, 2003) o la Vida secreta de las palabras (The Secret Live of Words, España-Irlanda, 2005), que cuando la vi me gustó muchísimo, pero por varias razones. Hay un espectáculo que yo monté: Cartas de amor de la monja portuguesa (1669, de Mariana Alcoforado) —de las cuales ha habido múltiples ediciones, incluso Rainer Maria Rilke realizó un prólogo a una de las traducciones—; son cinco cartas que la monja escribe a un soldado francés, y la cuestión es que este militar estaba allí, ella tiene, según el libro, una relación apasionada y él la deja, se va. Ella le escribe estas cinco

cartas que hablan, que reflexionan sobre la ausencia, la pérdida, el amor en distintos momentos del desarrollo, desde lo descarnado, el reclamo, hasta la aceptación de la perdida y el decir: “muy bien, te fuiste, tú te lo pierdes, yo me quedo con lo vivido”. Entonces decidí hacer algo con esto y tomé también las cartas e hice mi propia reflexión sobre los roles, sobre la pareja, el amor, la ausencia y, en el 2005, realice Desierta piel, basada en las cartas, y armé un grupo interdisciplinario, en el que había un director de teatro, una compositora, una poeta, un artista visual, un instalador y un escenógrafo, era una especie de monólogo a partir de nuestras interpretaciones de las cartas. La compositora Nathalie Braux, la poeta Karla Sandomingo y yo nos escribimos cartas siguiendo esta misma dinámica. Y se tomaron fragmentos para hacer las canciones. Entonces es cuando salió la película La vida secreta de las palabras, y voy descubriendo que se trata de eso. Los mismos elementos: el mar, porque el mar separa a los amantes, porque el amado se marcha en un barco, relacionado con lo marítimo. Una serie de seres aislados, separados, con el resultado de un amor prohibido, donde aparecen las cartas de la monja.

En Volverás, de Antonio Chavarrías, aparece la versión de “Flor de azalea”, de Jaramar y cuenta con un remix de Sussie 4.

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Si tu voz es un pincel, ¿cuáles son los colores que nunca faltan en tu paleta? El azul, el rojo, el blanco y el negro, y otras variantes. Hay muchos azules, tiene que haber rojos, el blanco siempre está presente. En mi trabajo es importante el mar y el agua, y no fue algo buscado, especialmente lo del mar, desde Diluvio me empecé a dar cuenta, incluso en las canciones que escojo, siempre están muy presentes. De ser actriz durante toda tu trayectoria, ¿sientes ahora que ser guionista te ha hecho más flexible o más específica? Las dos cosas. Yo espero haberme hecho más flexible, pero sobre todo he ido aprendido a utilizar mejor las herramientas con las que trabajo, a familiarizarme más con los elementos, a ampliar mis recursos expresivos. Siempre he buscado trabajar y aprender con gente muy diversa, sobre todo artistas de otras disciplinas. Ahora estoy realizando un proyecto interdisciplinario, en el que están involucrados Karen de Luna, que era bailarina de la compañía de danza contemporánea Delfos y ahora formó la suya; es mucho lo que estamos buscando, una especie de dramaturgia del cuerpo y con Michelle Amado, que es mi fotógrafo de cabecera; Marifer Dupré, una ilustradora desquicia-


ARTISTAS CINÉFILOS da que ocupa muchas herramientas digitales y que va a desarrollar mis dibujos, todo alrededor de la idea de sueños. Este proyecto va a ser muy cinematográfico.

¿Con qué director mexicano te gustaría trabajar? Con González Iñárritu, siempre y cuando Lubezki esté en la fotografía.

El artista tiene la responsabilidad de hacer de su vida una obra de arte. Si tu vida se volviera filme, ¿cuál sería el consejo que le darías quien represente tu papel? Que se la va a pasar muy sola a lo largo de la película, porque vivo mi vida y dentro de mi cabeza en solitario. En la realidad, paso mucho tiempo sola en mi estudio. Soy hija única, es algo a lo que estoy acostumbrada, conmigo misma es con quien me siento más cómoda, a pesar de que tengo relaciones muy cercanas de alguna poca gente. Pero las relaciones que tengo son muy fuertes. Mis músicos son como mi familia. Tengo dos hijos con los que tengo una relación muy estrecha; mi pareja vive en el Distrito Federal, y yo en Guadalajara, igual que mis hijos. Le diría: vas a tener que ver con muy poca gente y vas a tener que inventar muchas cosas y platicar sobre ellas en tu cabeza. En buena medida vas a hacer un soliloquio.

¿Podría afirmarse que haces cine para los oídos? Yo diría que sí, estoy consciente de ello.

Andrés Cisneros de la Cruz. Poeta y ensayista. Estudió Letras Hispánicas en la unam y Comunicación Social en la uam. Trabajó en la redacción de los periódicos El Universal y El Independiente. Ha colaborado con Blanco Móvil, Cantera Verde, Chilango, Círculo de Poesía, Crítica, Deriva, El canto del Ahuehuete, El Círculo Azul, Cràse (Portugal); El Financiero, La

Parada Poética (Venezuela); Letras en Rebeldía (Mérida); Matemáticas y Poesía (España), Milenio, Monitor, Periódico de Poesía, Revista dco (Argentina-México), entre muchas otras. Cofundador de los Miércoles Itinerantes de Poesía y del Torneo de Poesía Adversario en el cuadrilátero. Organizó los homenajes a Enrique González Rojo Arthur, por sus 80 años (2008); a la poeta Norma Bazúa, por sus 82 años y a Leopoldo Ayala, en 2012. Colaborador del programa radiofónico Luces de la Ciudad y de Radio Etiopia, en Radio unam. Fue editor de la revista y de la editorial Verso Destierro. Forma parte del consejo editorial de Metáfora, hoja de poesía. Ganó el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer 2009. Su obra ha sido incluida en más de cuarenta antologías. Ha publicado los libros Vitrina de últimas cenas (2007), No hay letras para escribir tu epitafio (2008), Como la nieve que dejan los muertos (2009 y 2010), Ópera de la tempestad (2011), La perra láctea (Inferno Ediciones, 2012) y Fue catástrofe (Rojo Siena, 2013).

¿Cómo imaginas la película? En un cuarto con ventanas y un jardín afuera. Ése es mi estudio. Ahí sucedería gran parte de la historia. ¿Cuál es tu cartelera ideal, qué películas pondrías en las cadenas de cines comercial? Yo maté a mi madre (Je’ai tué ma mère, Canadá, 2009), de Xavier Dolan; La vida secreta de las palabras, de Isabel Coixet; Amarcord, de Federico Fellini; Alrededor de la medianoche (Round midnight, Estados Unidos-Francia, 1986), de Bertrand Tavernier; Cabaret (Estados Unidos, 1972), de Bob Fosse; Balada de un hombre común (Inside Llewyn Davis, Estados Unidos-Reino Unido-Francia, 2013), de los hermanos Joel y Ethan Cohen; Golpes del destino (Millon Dollar Baby, Estados Unidos, 2004), de Clint Eastwood; Monty Python y el santo grial (Monty Python and the Hoy Grail, Reino Unido, 1975), de Terry Gilliam y Terry Jones; Así se siente el amor (Beginners, Estados Unidos, 2010), de Mike Mills, y La mujer que cantaba (Incendies, Canadá-Francia, 2010), de Denis Villeneuve. CINE TOMA 43

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PIZARRA Policías y ladrones en Distrital El festival Distrital, cine y otros mundos, la agencia Bengala y la Dirección de Publicaciones de la uanl convocan a escritores de Latinoamérica, España y de comunidades de habla hispana en el resto del mundo, a inscribir crónicas o argumentos cinematográficos al tercer Premio Bengala/ uanl con el lema “Estamos buscando historias de policías y ladrones”, que está dotado con 50 mil pesos para el ganador y que publicará los 10 trabajos finalistas en una edición impresa, conmemorativa, de la Casa del Libro de la uanl. La premiación se realizará en el Distrital Festival 2015, a realizarse entre el 21 de enero y el 11 de febrero de 2016. El periodo de inscripción cierra el 23 de noviembre de 2015. distrital.mx Promesas en Guadalajara El trigésimo Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg30), a celebrarse del 5 al 15 de marzo de 2015, en colaboración con el Berlinale Talents del Festival Internacional de Cine de Berlín, el Goethe-Institut Mexico, la Escuela Internacional de Cine y Televisión (eictv), de San Antonio de los Baños, en Cuba, y la fipresci han abierto la convocatoria para actores, cineastas y críticos cinematográficos prometedores de México, Centro América y el Caribe, a la séptima edición del Talents Guadalajara 2015, para el que anualmente se invita a 70 de los destacados actores, críticos cinematográficos, directores, directores de fotografía, diseñadores sonoros, editores, guionistas y productores a un encuentro fílmico con los expertos invitados al ficg. La convocatoria cierra el sábado 7 de noviembre de 2015. www.talentsguadalajara.com Octavo DocuLab La octava edición del DocuLab Guadalajara, que se realizará como parte del trigésimo primer Festival Internacional de Cine en Guadalajara (ficg), a efectuarse entre el 4 y el 13 de marzo de 2016, es un espacio de estudio que dispone de 31 candidaturas para jóvenes creadores audiovisuales de la zona iberoamericana en dos modalidades: cineastas a disección (directores) y oyentes-testigos. Los seleccionados serán dados a conocer el lunes 12 de enero de 2016. La fecha límite de postulación es el 17 de noviembre de 2015. www.doculab.mx Segundo periodo de inscripción al Ariel La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (amacc) abrió el segundo periodo de inscripción para competir por la quincuagésima octava entrega de los premios Ariel, para los estrenadas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2015, por un mínimo de siete días en cartelera para los largometrajes de ficción y animación, y de, al menos, tres en el caso del documental. También permanece abierta la categoría a Mejor Película Iberoamericana. La convocatoria cierra el 15 de enero de 2016. premioariel.com.mx

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Contra el silencio El noveno Encuentro Hispanoamericano de Cine y Video Documental Independiente se realizará entre el 5 y el 12 de abril de 2016, por lo que abrió la convocatoria para inscribir documentales de temas hispanoamericanos de producción independiente en las siguientes categorías: Derechos Humanos; Indígenas; Mujeres; Fronteras, Migraciones y Exilios; Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable; Vida Cotidiana y Cambio Social, y Arte y Sociedad. Se otorgará el Premio del Jurado con un monto de 3 mil dólares por cada categoría. La inscripción es gratuita. La fecha límite para inscribirse es el 4 de diciembre de 2015. www.contraelsilencio.org Medio ambiente en Cuernavaca El Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de México Cinema Planeta se efectuará entre el 19 y el 24 de abril de 2016 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, por lo que convoca a integrar su Selección Oficial en Competencia con largometrajes documentales producidos entre 2014 y 2016, que aborden el tema del medio ambiente, incluyendo la relación del ser humano con su entorno y que no hayan sido estrenados comercialmente en México para integrar una muestra itinerante sin fines de lucro durante 2016 y 2017. Se entregará el Premio del Jurado a Mejor Documental Internacional, el Premio del Jurado Juvenil y el Premio del Público. La fecha límite para la recepción de material es el viernes 27 de noviembre de 2015. www.cinemaplaneta.org Tres Puertos en Cinema Uno La plataforma digital mexicana Cinema Uno, interesada en apoyar las nuevas producciones del cine latinoamericano contemporáneo, ha incluido 12 proyectos de jóvenes cineastas de la región que han participado en la iniciativa Tres Puertos Cine, a manera de una muestra del futuro cine independiente producido en estos países. La colección Tres Puertos Cine reúne proyectos de Chile, México, Colombia, Argentina, Uruguay y Ecuador, y se juntan los esfuerzos de Distrital Formación, en México; de Australab, en Chile, y del Festival de Cine de Rotterdam. cinemauno.com Ganadores del Rovirosa en 2015 El jueves 22 de octubre de 2015, se dieron a conocer los ganadores del Premio José Rovirosa 2015, convocado por la Filmoteca, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y la Coordinación de Difusión Cultural de la unam. Mejor Documental Mexicano El silencio de la princesa (México, 2014), de Manuel Cañibe. Mejor Documental Estudiantil Por los caminos del sur (México, 2015), de Jorge Luis Linares Martínez.


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Ganadores del décimo DocsDF La noche del viernes 23 de octubre, en La Sala de la Ciudad de México, se efectuó la ceremonia de clausura de la décima edición del Festival Internacional Documental de la Ciudad de México (DocsDF), en la que se dieron a conocer los ganadores de las diferentes secciones que conformaron su Selección Oficial en Competencia, y que fueron dados a conocer por los directores fundadores del festival, Inti Cordera y Pau Montagud. Éstos son los ganadores: Mejor Documental de la Sección Breaking Docs Those Who Said No, de Nima Sarvestani. Mejor Documental de la Sección Docuthriller Cain’s Children, de Marcell Gerő. Mejor Documental de la Sección Retratos The Last of the Elephant Men, de Ferguson y Arnaud Bouquet. Mejor Documental de la Sección Nuestra América Aislados (Ecuador-México), de Marcela Lizcano. Mejor Documental de la Sección Hecho en México Tobías, de Francisca D’Acosta Turren. Premio a Mejor Fotografía Documental Mexicana El regreso del muerto, de Gustavo Gamou. Mejor Cortometraje Documental de la Sección Fragmentos Ausencias, de Tatiana Huezo (ganador mexicano) y Muerte Blanca, de Roberto Collío (ganador internacional). Premio del Público de la Sección Doctubre mx Spirit in Motion, de Sofia Geveyler, Julia Bivsheva y Sofia Kucher (largometraje). Walls, de Pablo Iraburu y Migueltxo Molina (cortometraje). Mejor Documental de la Sección Resistencia Madina’s Dream, de Andrew Berends. Premio del Jurado de la Sección Reto DocsDF No oigo, no oigo, soy chilango, de Armando Rangel Paredes. Premio del Público de la Sección Reto DocsDF Desde la palma a la vista al tiempo, de Octavio Daniel Rodríguez.

Ganadores del xiii ficm La tarde del sábado 31 de octubre, en el Teatro Ocampo de la capital michoacana, ocurrió la ceremonia de clausura del decimotercer Festival Internacional de Cine de Morelia (ficm), en presencia de Alejandro Ramírez, presidente de la organización; de Cuauhtémoc Cárdenas Batel, vicepresidente del mismo, y de Daniela Michel, su directora y fundadora. Ésta es la lista de ganadores: Premio a Largometraje Mexicano Yo, de Matías Meyer. Mención Especial Te prometo anarquía, de Julio Hernández Cordón. Premio a Primer o Segundo Largometraje Mexicano El placer es mío, de Elisa Miller. Premio del Público Almacenados, de Jack Zagha Kababie. Mejor Actor de Largometraje Mexicano Raúl Silva, por su papel en Yo. Mejor Actriz de Largometraje Mexicano Jana Raluy, por su papel en Un monstruo de mil cabezas. Premio Guerrero a Largometraje Mexicano Te prometo anarquía, de Julio Hernández Cordón. Premio a Largometraje Documental Mexicano Los reyes del pueblo que no existe, de Betzabé García. Premio Guerrero a Largometraje Documental Mexicano El hombre que vio demasiado, de Trisha Ziff. Premio a Cortometraje de Ficción Bosnian Dream, de Sergio Flores Thorija. Premio a Cortometraje Documental El buzo, de Esteban Arrangoiz. Premio a Cortometraje de Animación Rebote, de Nuria Menchaca. Premio a Cortometraje Mexicano en Línea Donde nunca morirás, de Héctor Alexis Estrada García. Premio de la Sección Michoacana Donde nunca morirás, de Héctor Alexis Estrada García. Premio a Guión de Cortometraje Michoacano El futuro, escrito por Ernesto Martínez Bucio. Impulso Morelia Minezota, de Carlos Enderle.

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