6 minute read

Mujeres LBTI múltiples realidades, múltiples opresiones - Zaira García

Next Article
Créditos

Créditos

MUJERES LBTI+*; MÚLTIPLES REALIDADES, MÚLTIPLES OPRESIONES

EDiagnóstico de las realidades ste número de Gehitu Magazine escrito de la población LGTBI+ en íntegramente por mujeres* es una iniciativa Gipuzkoa”, de 2018, me que hacía falta. Agradezco la invitación a participar gustaría profundizar en algunos y la libertad para poder expresar-me-nos con aspectos que aparecieron nuestras voces y nuestras maneras. Allá va... vinculados a éstas. Sobre todo, La lucha que las mujeres* de las siglas LBTI+ en los espacios educativos, llevan a cabo está completamente imbricada a sistema sanitario, acceso al la lucha feminista, ya que también las actitudes mercado laboral y en el ocio y y comportamientos LBTI+fóbicos se basan en la cultura. la perspectiva machista que define la sumisión En primer lugar, el espacio e inferioridad de las mujeres/”lo femenino” o lo educativo demostró ser una que se sale de la norma, frente a los hombres/”lo de las piezas angulares para la masculino”. Así pues, el sistema heteropatriarcal interiorización y reproducción estipula las normas de género, relacionales y de de un pensamiento en el deseo que se consideran adecuadas y las que no que lo que se considera entran en el marco al 100% las castiga. La manera hegemónicamente femenino de castigarlas o violentarlas es múltiple, siendo una no sea protagonista. Una sanción meta-estable que se da a lo largo de la vez más, la denuncia a los historia, y que solamente varía en la forma en la que materiales pedagógicos ha se articula: directa, indirecta, estructural, simbólica, tenido que hacerse. El reclamo espacial, psicológica, verbal, física... por la visibilización de mujeres* importantes en Asimismo, tal y como viene haciendo el la historia nació hace años, y aún es necesaria. movimiento feminista del País Vasco (2018) Tampoco las/os posibles referentes LGTBI+ tienen desde hace unos años, reclamo el asterísco en la su espacio en las aulas, y mucho menos las mujeres palabra mujeres* como símbolo que reivindica la LBTI+*. Si a día de hoy entrasemos en una clase diversidad existente dentro de esta categoría, al y preguntasemos por mujeres LBTI+* que fin y al cabo ficticia pero que, en el día a día, se hayan sido importantes para la sociedad ¿Cuánto pronuncia constantemente. Cabe mencionar que alumnado creeis que sería capaz de responder con el movimiento feminista vasco, tomó de referencia más de una referente? esta estrategia planteada por Platero (2012) para En segundo lugar, hay que volver a hablar de la las personas en situación de transexualidad. heterosuposición en el ámbito sanitario. Por Así pues, las diferentes discriminaciones que las muy repetitivo que suponga, de nuevo, hay diversas mujeres LBTI+* (cis, heterosexuales, de que explicitar y reivindicar que atender a las orígenes múltiples, con o sin diversidad funcional, lesbianas, bolleras y/o bisexuales como mujeres con o sin estudios, con ingresos económicos heterosexuales, pone en riesgo su salud, ya que variados, etc.) sufren son únicas y distintas, no será su verdadera realidad la que sea atendida. pero todas tienen la misma raíz que termina Hay que seguir reclamando la necesidad de que los/ posicionando a las mujeres* en un lugar secundario as profesionales sanitarios/as adquieran el hábito y/o en los márgenes. de consultar adecuadamente por las relaciones y Por ello, tomando como referencia las reflexiones así, evitar situaciones incómodas, violentas o de y resultados de “Convivencia en la diversidad. poca profesionalidad. Respecto a la transexualidad,

Advertisement

cabe destacar que, en general, las mujeres trans* destacaron en el estudio haberse sentido bien tratadas por el personal sanitario, aunque siguieron subrayando la falta de conocimiento que aún hoy existe en torno a los procesos hormonales y el tratamiento. En tercer lugar, y siguiendo con las mujeres trans*, en la investigación se demostró que son el perfil con mayor dificultad para acceder al ámbito laboral. Además de todas las declaraciones recogidas, la confesión de una de las participantes se torna el mayor indicador de esta realidad al declarar que su miedo a no encontrar un empleo con buenas condiciones laborales, por el rechazo a la situación de transexualidad, le llevó a concentrarse en sus estudios con mucho empeño hasta lograr tener un recorrido académico admirable. Ella manifiesta que “no querer terminar como las referentes que veía en la tele -faranduleo- o que el imaginario social le destinaba -prostitución-” le hizo tener que esforzarse más allá de lo habitual. Sin embargo, en el caso de las mujeres trans* de origen extranjero encontrar un empleo Bernardette Sánchez Caro se convierte en un ejercicio realmente complicado, independientemente del nivel de estudios con el que cuenten. Todas las participantes de ese perfil denunciaron los handicaps con los que se encuentran en el camino. Así pues, las mujeres trans* migrantes se encuentran con serios problemas para encontrar fuentes de ingresos económicos, estables, dignos y reconocidos, derivando en una situación de gran vulnerabilidad. En cuarto lugar, mencionar que en los espacios de ocio y cultura las mujeres bisexuales y lesbianas o bolleras han sido las que han expresado desarrollar más estrategias de invisibilización, sobre todo haciendo referencia a los lugares de ocio nocturno. Éstos ya se perciben como violentos para las mujeres cis heterosexuales, por lo que las participantes lesbianas y bisexuales los han definido como espacios muy machistas, ya que no tener ningún interés o tipo de relación con lo considerado “masculino”/hombres, o no tener una visión androcéntrica suele devenir en situaciones de agresión: verbal, espacial o física. En quinto lugar, y para terminar, en la administración y justicia se vuelve a apreciar una discriminación estructual al no poder las parejas lesbianas-bolleras registrar a sus hijos/as sin ningún tipo de certificado. Es decir, a diferencia de las parejas heterosexuales, las no gestantes en una relación lésbica-bollera siguen sin tener la legitimidad de reconocer a su hijo/a/e con la simple declaración. En su caso, el certificado de la clínica de inseminación, el matrimonio o la adopción son las vías por las que un/a/e niño/a/e puede ser reconocido/a/e por la progenitora que no ha llevado a cabo el embarazo. Sin embargo, ningún requisito de éstos, ni una prueba de ADN, se les solicita a los hombres (cis) que quieren reconocer a un/a bebé como suyo. Así, se evidencia que el reconocimiento legal de la descendencia aún cuenta con una brecha importante entre la heterosexualidad y el lesbianismo, donde el primero goza de contar con la palabra del progenitor como legítima y suficiente, y sin embargo, en la segunda, algún certificado o proceso burocrático extra es necesario. En resumen, puede parecer que utilice con ligereza el término violencia. Considero violenta toda situación que altere el bienestar y deseos de relación y/u expresión de una persona que no perjudica a otra, es decir, el menoscabo de los derechos humanos básicos en la otredad. La invisibilización de realidades, la falta de referentes, la no contemplación de “mi” realidad como legítima, los obstáculos para acceder a una ciudadanía plena y un largo etcétera me parecen formas de alterar el bienestar de las mujeres* y, por ende, violentarlas. Da miedo que hayamos normalizado todas estas violencias y que creamos que “no existen o no son para tanto”. Por supervivencia nos adaptamos, pero no podemos olvidar que cabría una sociedad en la que no tuviéramos que explicarnos y hacernos valer continuamente.

Zaira García Lafonte

Referencias: Garcia, Z. y Expósito, J. (2018). Convivencia en la diversidad. Diagnóstico de las realidades de la población LGTBI+ en Gipuzkoa. 2018. Diputación Foral de Gipuzkoa y Gehitu Elkartea. Euskal Herriko Bilgune Feminista, EMAGIN. (2018). TRANS sexualitateak. Hezkuntza-praktika feminista baterako ekarpenak. Platero, R. (L.). (2012). Intersecciones: cuerpos y sexualidades en la encrucijada. Barcelona. Bellaterra.

This article is from: