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MEMORIA FUNDACION JOSEP PLA

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ALEJANDRO SOTO

ALEJANDRO SOTO

MEMORIA DE LA FUNDACIÓ JOSEP PLA

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Hemos visitado este mes de agosto la Fundació Josep Pla, radicada en Palafrugell en el Carrer Nou, en el corazón del Empordà, donde nació y desarrolló una parte importante de su vida el genial escritor catalán Josep Pla.

La Fundació responde a la voluntad del autor, que dispuso entregar su biblioteca privada, de gran riqueza documental, a una institución cultural que velara por la protección, promoción y divulgación de su extraordinaria producción literaria. Hemos hablado con quien es la Directora de esta institución cultura, Anna Aguiló, “quien recuerda que en el año 1973 se suscribió el Acta Fundacional de la Fundació y un año después se inauguró la biblioteca Josep Pla”. En 1992, varias instituciones públicas (Ajuntament de Palafrugell, Diputació de Girona y Generalitat de Catalunya) asumen el compromiso de realizar aportaciones para el desarrollo de la Fundació y se designa como Directora a la Doctora Anna Aguiló.

La Fundació es depositaria, en palabras de su Directora, de un “doble patrimonio literario, tangible e intangible. El tangible estaría constituido por la biblioteca, el centro de la documentación y la obra publicada por Pla; y el intangible correspondería al mundo simbólico que compartimos sus lectores, que identifica una cultura y una entidad singular”.

Hay que recordar que Pla es un escritor de vocación precoz. Nacido en 1897, en los últimos años de su carrera de Derecho en Barcelona “escribió los trabajos” de prosa poética. También se prodigó tempranamente como articulista en el periódico del Baix Empordà; en “las Noticias” o en “la Publicidad”. A lo largo de su fecunda vida, combinó la actividad de escritor con la de corresponsal de medios periodísticos en distintos países europeos, como Francia, Italia o Alemania.

Pla apreció especialmente en su trabajo literario las influencias de la literatura francesa, española y catalana, y entre los escritores de mayor relieve que ejercieron sobre él una influencia señera se encuentran Montaigne, Pascal, Baroja, Azorín o Eugenio d’Ors.

Los amigos del mundo cultural e intelectual en Palafrugell, en Girona y en Barcelona, ocuparon también un lugar destacado en la formación y desarrollo de Pla como persona y como escritor.

Anna Aguiló nos recuerda que Josep Pla se define como un “xerraire”, un hablador en reuniones y tertulias. Es un gran curioso, comenta Aguiló, “con una capacidad de observación impresionante que opina permanentemente y que describe personas, situaciones y cosas desde su punto de vista”.

La relación de Pla también con el mundo de la pintura, especialmente la pintura catalana, es extraordinariamente rica e interesante. La propia Directora de la Fundació, Anna Aguiló, realizó un magnífico trabajo sobre los vínculos de Salvador Dalí y Pla, bajo el título de Coincidències, en 2004.

El paisaje de la Costa Brava constituye uno de los temas intemporales en el trabajo literario de Josep Pla, de enorme calidad. La Guía de la Costa Brava, editada por Destino en el año 1960, inició, a juicio de Anna Aguiló, una “línea de trabajo: literatura y paisaje con voluntad de poner en valor un territorio, una identidad, sus gentes y su forma de vida.”

El Cuaderno Gris es una de las obras más emblemáticas de Pla, su traducción al castellano en su primera edición la realizaron Dionisio Ridruejo y su mujer Gloria de Ros. Su lectura es manantial de agudeza, ironía y sabiduría. El trabajo de Ridruejo y de De Ros fue extraordinario y la edición de una gran belleza. Posteriormente, El Cuaderno Gris traducido al castellano fue revisado por Narcis Garolera, Catedrático de Filología Catalana de la Universitat Pompeu Fabra, en un trabajo también extraordinario.

El Cuaderno Gris está lleno de juicios luminosos sobre los más diversos temas, la familia y amigos de Pla, los paisajes que frecuenta, los libros, la literatura, los fenómenos climáticos, la geografía, los viajes…

“El problema literario es de una enorme complejidad. Si uno se sitúa, con una pluma en la mano, delante de la realidad, la primera dificultad consiste en hacerse entender […]”, más adelante añade, “a través de su infinita pequeñez, sirviéndose puramente de la intuición, el escritor tiene que fijar sobre un determinado espacio de tierra, sobre alguna figura concreta, signos que uno cree característicos, genéricos, permanentes, en el devenir informe de la segregación vital. Para llegar, conviene entresacar, escoger los justos, encontrar los signos perfectos, vivientes, mediante la adecuación de los adjetivos a los sustantivos. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo conseguirlo? Esta es la cuestión, el trabajo enormemente difícil”.

Preguntamos también a Anna Aguiló sobre un libro publicado por la Cátedra Josep Pla y la Universitat de Girona en el año 2017 con el título “Fer-se totes les il·lusions possibles”. Una edición también de gran calidad y belleza. Aguiló señala que la obra fue muy bien recibida y tuvo buena crítica. Se trata de una recopilación de textos póstumos escritos con voluntad literaria y pensados para ser publicados que no se publicaron en su momento esperando circunstancias más favorables. Escritos en la década de 1950 y 60, se puede apreciar el talento de Pla como observador del país, como periodista escéptico, pero bien informado, reportero, cronista de lo cotidiano, escritor memorialista y maestro del retrato literario..

La producción literaria de Pla es extraordinaria, y la magnitud de la obra completa con más de 40 volúmenes y 30000 páginas escritas en español, pero sobre todo en catalán, y traducidas a diversos idiomas articulan ensayos, reportajes, biografías y novelas de más de 100 libros que ponen de relieve la extraordinaria producción de Pla, de calidad sobresaliente. El “Quadern gris” es tal vez su obra más significativa, el dietario que le consagró como genial escritor.

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