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NO HAY ABURRIMIENTO EN EL CONFINAMIENTO

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SOLIDARIOS

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NO HAY ABURRIMIENTO EN EL CONFINAMIENTO

Tecla Lumbreras Krauel

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Vicerrectora Cultura Universidad de Málaga

Comisaria de arte y gestora cultural feminista española, que ha contribuido a lo largo de los años como mediadora a dinamizar la vida cultural de Málaga generando ideas y proyectos, dinamizando grupos y trabajando en la creación de nuevos públicos, desde el Ateneo de Málaga y la Universidad. Premio MAV, Mujeres en las Artes Visuales 2020

El Estado de Alarma decretado el 14 de marzo de 2020 como consecuencia de la pandemia del Covid-19 nos forzó a cerrar las instalaciones del Vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Málaga temporalmente, tanto las salas del Contenedor Cultural y el Espacio Cero en el Campus de Teatinos, como los espacios expositivos del edificio del Rectorado de la UMA. Sin embargo, nuestra actividad no cesó. Conscientes de la importancia que en esos momentos estaba adquiriendo la Cultura y con el objetivo de aportar en la medida de nuestras posibilidades nuestro granito de arena a la contribución que desde diferentes ámbitos artísticos se estaba produciendo de manera altruista y comprometida, desde mediados del mes de marzo fuimos ofreciendo a través de nuestra página web y en los perfiles de nuestras redes sociales contenidos diarios bajo el hastag #Nohayaburrimientoenelconfinamiento para que durante la cuarentena tanto la comunidad universitaria como el público en general pudiesen disfrutar de todos nuestros eventos de manera virtual. Gracias a esta iniciativa, se podían encontrar en nuestros sitios de Instagram, Twitter y Facebook así como en el canal de Youtube un sinfín de propuestas que ayudaban a sobrellevar la difícil situación a todos los espectadores de gustos muy variados.

Sabíamos que vivíamos un momento excepcional pero no por ello cejamos en nuestro empeño de servicio público y tomamos estos inciertos días como una oportunidad de abrir nuevas vías de comunicación, de contacto con nuestra audiencia y de renovar los métodos de la oferta cultural. Nos esforzamos en encontrar la manera de seguir llegando a nuestros seguidores, en demostrarles que desde el ámbito académico también estábamos a su lado y que el impulso universitario iba más allá de las aulas, como la institución sólida y respetada que somos.

Durante los más de cuarenta días que estuvimos de encierro, ideamos diferentes acciones en redes sociales que recibieron el apoyo de nuestra audiencia y sirvieron de estímulo para el entretenimiento colectivo. Seguidamente paso a detallar cuáles fueron estas actividades:

Desde Fancine, en sus tres perfiles de redes, cada día recomendábamos una pieza audiovisual que hubiera pasado a lo largo de las diferentes ediciones del Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga bajo el lema #Lahoradelcorto, una iniciativa con la que rescatábamos material videográfico participante en nuestro festival ya disponible de forma pública y gratuita en plataformas de visionado y reconocíamos el recorrido y éxito que habían tenido dichas producciones.

De esta manera continuábamos ofreciendo contenidos de una de las disciplinas con más peso en nuestra programación, el cine, y lo hacíamos a través del perfil especializado de nuestro servicio. Se trataba de un plan sencillo pero que requería de una ardua labor de búsqueda e investigación que realizaron los compañeros encargados de la programación de Fancine.

Asimismo, pudimos valorar el éxito de esta propuesta al comprobar el reporte positivo que tuvimos en redes sociales, en el que Fancine cuenta con una legión de fieles seguidores que no solo demuestran la afinidad por el festival acudiendo a cada cita de noviembre en el Albéniz, sino que también nos apoyan con interacciones.

Finalmente conviene destacar que esta idea sirvió de inspiración para que otros certámenes de renombre llevaran a cabo acciones similares. Tal fue el caso de Sitges que, dos semanas después de Fancine, también comenzó a recomendar cortometrajes a sus seguidores, algunos ya publicados por nuestro festival.

Leer fue una de las ocupaciones más extendidas durante la cuarentena, por eso la literatura también estuvo presente a diario en nuestros contenidos: tuvimos mucha poesía gracias al trabajo de nuestros #pUMAs, los alumnos y alumnas del taller de creación poética que dirige la escritora Violeta Niebla, que nos regalaron versos y rimas tomando como base el coronavirus en un ejercicio al que llamamos #PoesíaenEstadodeAlarma. Los poemas que periódicamente nos hacían llegar se publicaban en nuestros perfiles, una vez corregidos por la directora del taller.

Así, se mantenía el trato entre los miembros de la clase y se fomentaba la formación continua porque los discípulos no dejaban de crear, este parón no repercutía en su afán creativo y la motivación personal crecía al ver publicados sus poemas. Valga como ejemplo este poema de Javier Aranda Segado:

Un médico cualquiera fumando por la ventana a las veinte cero cero

¿La abuela de 84 con neumonía o la vieja de 77 que me miró mal ayer?

¿El niño de 5 años o una clase de 1º de la eso?

¿La mujer de 20 que tose sangre o el hombre de 43 con dos hijos?

¿Los mayores de 70 o los asmáticos?

¿El hombre de 54 o el hombre de 54?

No fue el único contenido que nos ofrecieron nuestros poetas durante el confinamiento. También abrimos el consultorio virtual #PUMAResponde, en el que la poesía era la cura definitiva a los problemas que planteaban nuestros seguidores. Podían enviarnos su consulta explicándonos cualquier dolencia y uno de nuestros poetas de guardia les recetaba un poema para aliviar sus males. ¡Medicina cultural!

Los poetas tenían un plazo máximo de 48 horas para crear, en base a lo que les explicaban los seguidores, un poema que sirviera como receta a las molestias que contaban. Así conseguimos ponerle belleza a situaciones desagradables teniendo en cuenta que siempre lo hacían desde la alegría y sarcasmo que caracteriza a este grupo de bardos.

Esta oferta se completaba con los cuentos del escritor y profesor universitario Antonio Gómez Yebra, que generosamente nos iba leyendo desde que comenzó el encierro algunas de sus divertidas historias creadas de puño y letra, unos recitales que sacaban una sonrisa tanto a pequeños como a mayores.

Y nuestro Club de Lectura siguió funcionando online, con la participación a través de videoconferencias de autores que nos hablaban acerca de sus novelas como lectura recomendada. La primera sesión virtual tuvo lugar el 24 de abril con el escritor gallego Javier Peña como invitado especial. En esta ocasión se habló de su primera novela, Infelices. Además de los miembros del club, ofrecíamos la oportunidad de unirse a la charla a cualquier persona que lo pidiera a través de videollamada en una plataforma pública publicando el enlace previamente para que se pudiera seguir en directo. La conversación también se colgó en Youtube.

Los chicos y chicas de #UMAescena, el taller de interpretación de la actriz Alessandra García, nuestra programadora, también estuvieron creando en cuarentena y presentaron La Maison hizo ¡PUM!, un pro- yecto audiovisual formado por tres episodios con escenas que los propios alumnos escribieron, interpretaron, dirigieron y grabaron en sus casas. En este proyecto participaron los alumnos de los tres niveles: principiantes, medio y avanzado, en un ejercicio voluntario que ponía a prueba sus dotes creativas. Se trataba de agudizar el ingenio y demostrar que se podía crear a pesar de la situación y con los medios que tenían a su alcance, que, ni de lejos, eran profesionales, sin grandes alardes técnicos, pero el resultado fue más que digno. Teatro de andar por casa.

Para premiar su talento y entusiasmo, entregamos en una gala en directo de Instagram los simbólicos premios hUMAns, reconociendo la labor más sobresaliente en cada categoría. El palmarés fue el resultado de los votos de los miembros del Servicio de Cultura y otras personalidades del mundo cultural y artístico malagueño, que determinaron qué obras merecían este reconocimiento.

Por último, pusimos en marcha junto a Comutopia RTV, la Radio-Televisión de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, el Cibercontenedor Fest, un concurso dirigido a toda la comunidad universitaria en el que todos y todas las participantes pudieron demostrar su valía artística a través de un vídeo en directo, y con premios de hasta 150 euros.

Con el consecuente aplazamiento de la tercera edición de UMA Talent Show, el Cibercontenedor Fest pretendía calentar motores antes de esta cita e incentivar a los estudiantes, profesores y personal de administración y servicios a demostrar su talento. En esos días vimos el derroche de creatividad y calidad artística que se estaba desarrollando en los balcones, por lo que queríamos rescatar todo ese espíritu y trasladarlo también a nuestras redes. Así lo resumía nuestro lema: “Si tú no sales de casa, que salga tu arte”.

Todas las disciplinas estaban admitidas: música, baile, monólogos, magia, entre otras, pero no coartamos la manera de expresarse de los participantes, sólo invitábamos a ser originales y explorar otros territorios creativos. Las especificaciones técnicas que había que cumplir eran muy sencillas: bastaba con tener un móvil, uno de los elementos básicos para superar este confinamiento, y grabar una actuación en directo, sin cortes ni edición, con el teléfono. Se hacía llegar el vídeo a través de un enlace en nuestra página web rellenando previamente un formulario y los compañeros encargados de la criba gestionaban la admisión. Por supuesto, se publicitó en redes sociales y todavía puede verse en Youtube.

Los premios se entregaron en una gala virtual a través del directo de Instagram con la participación y actuación de invitados especiales.

Tampoco nos olvidamos de las artes visuales. Hasta que pudimos abrir de nuevo las puertas de nuestros espacios expositivos, estuvimos llevando las muestras a casa a través de las críticas especializadas de los estudiantes de Historia del Arte de la UMA en la revista digital Apuntes de Arte, un trabajo de divulgación cultural en el que colaboramos con el objetivo de impulsar la formación en esta materia. Se trata de un Proyecto de Innovación Educativa, coordinado por la profesora Carmen González-Román, en el que participa un equipo multidisciplinar compuesto por investigadores, estudiantes, periodistas y expertos en arte que periódicamente revisan las propuestas artísticas de diferentes espacios expositivos de la ciudad, ya sean de gestión pública o de colecciones privadas, a través de artículos al detalle o podcast con entrevistas.

En vista a que íbamos a tardar todavía un tiempo en volver a la normalidad, si es que el panorama que esta pandemia nos deja tras su paso nos permite recobrar la cotidianeidad tal y como la conocíamos hasta ahora, nos pusimos en marcha para repensar cómo ofrecer nuestra programación adaptada a ese momento, en el que el contacto debía estar restringido por nuestra propia seguridad y en la que los espectáculos y las manifestaciones culturales serían de las últimas en incorporarse a esa desescalada.

Por ello, desde mediados del mes de mayo continuamos con nuestra cartelera de contenidos ofreciéndolos a través de las redes sociales. Una modalidad virtual que, si bien nos privaba del necesario feedback con nuestro público y nos limitaba a vernos a través de las pantallas, podía contribuir a mantener nuestra agenda viva y, con ello, dar cabida a las propuestas culturales y artísticas que tan perjudicadas se estaban viendo con la situación. En este sentido, consideramos que era nuestra misión ayudar a mitigar los efectos negativos que este virus estaba causando sobre la familia de la cultura, con la anulación de contratos, aplazamiento de espectáculos y un futuro incierto para los profesionales del medio, tanto en la parcela creativa como en la técnica.

Así, y aunque conscientes de que la realización en vivo y en directo siempre será la preferida, el Contenedor Cultural volvió a contar con un cartel mensual Contenedor in da House donde el cine, las artes escénicas y la música recuperaran el protagonismo que merecían. A través de directos en las diferentes plataformas se emitieron estos contenidos, replicados posteriormente en nuestras redes sociales para que se pudieran consultar y disfrutar a posteriori.

A la recuperación de la agenda del Contenedor Cultural se unieron otras acciones, como las Visitas pedagógicas virtuales a las exposiciones que teníamos montadas sin inaugurar, así como a las realizadas con anterioridad tanto en la sala de exposiciones del Rectorado, la Sala de la Muralla y el Espacio Cero del Contenedor, con comentarios de expertos y entrevistas a los propios artistas, al estilo de lo que estaban proponiendo pinacotecas y museos de referencia internacional. Hasta que pudiéramos volver a abrir las puertas de nuestra salas.

Y no es lo único que pusimos en marcha. El equipo del Vicerrectorado de Cultura trabajó activamente para idear nuevos proyectos a través de reuniones periódicas virtuales y el contacto continuo de todos sus miembros. Favoreciendo el debate y la tormenta de ideas que germinaron en nuevas propuestas.

Además, como agentes del tejido cultural malagueño, no podíamos ni queríamos quedarnos cruzados de brazos ante un panorama desolador que ha destruido gran parte de las relaciones laborales de los equipos artísticos y técnicos y cuyas consecuencias aun ni podemos valorar.

Por ello nos planteamos qué podíamos hacer por un sector que, según fuentes del Ministerio de Cultura, en 2017 aportó el 3,3% del PIB y un 3,7% del empleo total y que desde el primer momento de la pandemia ha mostrado una gran generosidad y solidaridad con la ciudadanía. Pues, ¿cómo hubiéramos soportado este confinamiento sin el cine, los libros, la música, las visitas virtuales a los museos, a los teatros y un largo etcétera?

En consecuencia, desde el Vicerrectorado de Cultura nos planteamos una redistribución de los presupuestos y los recursos de 2020 con el fin de apoyar a un sector muy dañado por la crisis y a menudo olvidado por las administraciones, ya que no queríamos ser partícipes de ese abandono justo ahora cuando más nos necesitaban.

De ahí que a finales de mayo sacáramos una Convocatoria de Proyectos en el Ámbito Audiovisual, Escénico y Musical. Esta iniciativa estaba dirigida a los autores y autoras residentes en Málaga capital o en la provincia para que presentaran propuestas de nueva creación o en fase de producción, incluso de ejecución, relacionadas con estas tres disciplinas. La intención era que, una vez finalizados los proyectos, se incorporaran a la programación del Contenedor Cultural. También hubo otra convocatoria para la Adquisición de Obras de Arte de artistas malagueños y malagueñas con el fin de distribuirlas por los centros y facultades, además del encargo de dos esculturas y tres murales para el Campus. En este caso, contamos como en otras ocasiones con el Vicerrectorado de Investigación y Smart Campus. Gracias a estas convocatorias hemos podido ayudar en la medida de nuestras posibilidades al sector de las artes visuales, ampliar y enriquecer el patrimonio artístico de la UMA, así como acercar el arte a toda la comunidad universitaria.

Por fin a partir de junio de 2020 pudimos abrir las salas de exposiciones, celebrar la 30 edición del Fancine y disfrutar en el Contenedor Cultural con los magníficos trabajos presentados a la Convocatoria de Proyectos Audiovisuales, Escénicos y Musicales. Si a eso le uno las sesiones dobles de pelis atrasadas, la lectura hasta altas horas de libros sin leer, con el fondo de mi música preferida, y los aplausos a las ocho de la tarde. Sin duda, no hay aburrimiento en el confinamiento

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