DONDE ANTES HABÍA… RECONSTRUYENDO HISTORIAS Proyecto Murcia Medieval en las aulas Amigos del Yacimiento de San Esteban
http://yacimientosmedievo.blogspot.com.es/ Facultad de Bellas Artes Universidad de Murcia Colegio Nuestra señora de la Antigua Monteagudo Texto: Gloria Lapeña Gallego Ilustraciones: Alumnos de 6º de primaria Diseño y maquetación: Gloria Lapeña Gallego
Murcia Medieval en las aulas es un taller complementario a un proyecto de intervención artística localizado en el Yacimiento de San Esteban (Murcia) realizado por Gloria Lapeña Gallego, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Murcia. El objetivo de dicho proyecto es la puesta en evidencia de un pasado común y la concienciación de la importancia de preservar los restos arqueológicos. Concretamente, este taller está orientado a transmitir estos conocimientos a alumnos de primaria desde la práctica participativa.
Como todos los sábados por la mañana, allí estábamos el grupo que salía a montar en bici junto al río Segura. Puntuales, preparados para ir y volver hasta la Contraparada por el carril. Pero aquel día parecía distinto. Volví a releer aquellas letras situadas sobre el arco amarillo: “Huerto de los cipreses” y recordé aquella historia que viví junto a mi abuelo ocho años atrás. Yo acababa de cumplir 6 años. Pasábamos por debajo del arco, tras subir las escaleras, como entrando en una aventura. Nada más lejos de la realidad. Fue como viajar en el tiempo y, a través de pequeñas señales pudimos hacer una visita a nuestros antepasados.
JARDÍN del Malecón _ Huerto de los Cipreses
MARTA ANDRÉS RODRÍGUEZ
Donde antes había un huerto de cipreses, ahora hay un parque de palmeras y todo tipo de plantas. Los huertos que rodeaban la ciudad han sido la principal actividad por la que somos conocidos los murcianos. No es precisamente porque aquí llueva demasiado, sino porque los árabes nos han enseñado a aprovechar el agua al máximo. Las acequias, la noria y el riego por goteo han permitido que crezcan hortalizas y frutas alrededor de las casas del otro lado de la muralla árabe. Las letras mayúsculas del arco amarillo son suficientes para hacernos ver una explanada regada por el agua que circula por los canales y los tubos estrechos que dejan caer al pie de cada planta el preciado tesoro líquido. Todo ello a la sombra de los estilizados cipreses que dan nombre al huerto.
Paseo del Malecón _ Huerto de los Cipreses
SUSANA ARACIL MARTÍNEZ
Donde antes había huertas, ahora hay edificios hasta la misma orilla del Segura. Así me lo explicó mi abuelo mientras caminábamos en dirección al río. Un lugar tranquilo por el que todo transcurría despacio y en el que solo se oía algún pájaro, el agua y algún huertano cavando la tierra. Un gran muestrario de distintas tonalidades de verde mezclándose en el horizonte.
CONTRUCCIONES Paseo del Malecón _ HuertA
NOELIA CASTEJÓN LÓPEZ
Donde antes había un molino, ahora han levantado un puente. Quiso enseñarme dónde se bañaba de niño, bajando al molino frente al Puente de los Peligros. Del viejo molino apenas quedan restos de las cuatro paredes con sus arcadas y dos bases cilíndricas sobre las que giraban sin descanso los grandes conos de granito para moler el grano, movidos por la fuerza del agua del río. Ya no se puede bajar ni bañarse, y el río que mi abuelo cruzaba a nado ahora se cruza por un puente azul.
Molino _ Restos del antiguo molino y puente
ERIKA GONZÁLEZ GUIRADO
Donde antes había huerta, ahora el río está canalizado. A través de una rampa puede bajarse al río y echarles pan a los patos. La pequeña cascada no nos deja oír los coches que circulan continuamente por delante de la plaza del Almudí. Era fácil imaginarse la vida hace siglos. Mi abuelo comenzó a excavar la tierra pegada al muro y sacó una especie de ánfora de barro cocido con apenas unos adornos en líneas marrones agrupadas de tres en tres. Se dirigió hacia mí como si con su silencio quisiera pedirme ayuda para colocar el misterioso recipiente en el lugar al que pertenecía. Yo era una niña cayada, demasiado como para preguntarle qué pretendía hacer con aquello, que a juzgar por la manera de levantarlo, debía de estar lleno de algo.
Rampa _ LUGAR EN EL QUE SE ENCUENTRA EL JARRÓN
ANA Mº HERNÁNDEZ ZOMEÑO
Donde antes había una premuralla que rodeaba la ciudad, ahora está el mercado de Verónicas. “Vamos a comprar provisiones. Tenemos que realizar un largo viaje y hay que estar muy atento para ver los rastros”, dijo mi abuelo con entusiasmo. Entramos en el mercado y llenamos la bolsa de tela que llevaba en el bolsillo con naranjas, manzanas, plátanos, dátiles y habas tiernas. No tienen el color y el aroma que recuerdo cuando era niño, pero nos pueden servir para alguna emergencia, y especialmente para esconder entre la fruta el enigmático jarrón que parecía ser el principal objetivo de nuestra aventura.
MERCADO DE VERÓNICAS _ MURALLA
ELENA LÓPEZ MANRESA
Por donde antes continuaba el muro, ahora está el Palacio de Almudí. Salimos por la puerta contraria y por la callejuela de la derecha bordeamos una gran muralla que defendía la Madinat Mursiya, la ciudad de Murcia, no solo de las invasiones sino también de las crecidas del río y de las epidemias. El primer objetivo era entrar en la ciudad cuanto antes, un lugar de convivencia de las culturas árabe, judía y cristiana y en el que tendríamos que resolver el gran enigma.
PALACIO Almudí _ CONTINUACIÓN Muralla
PABLO MARTÍNEZ MARTÍNEZ
Donde antes había una entrada a la ciudad, ahora hay una plaza en la que termina la Gran Vía. La Puerta de Puente podría haber sido un buen acceso a la ciudad sin despertar sospecha alguna. Sin embargo, las sublevaciones mudéjares que el suegro de D. Alfonso X, D. Jaime I El Conquistador, había tenido que atajar unas semanas atrás, mantenían a los vigilantes alertas a cualquier extraño que entraba en la ciudad. Mi abuelo fue registrado e interrogado por uno de los vigilantes. La explicación sobre nuestra intención de ir a rezar a la Mezquita Mayor, ahora dedicada al culto cristiano, fue suficiente para poder pasar al otro lado de la muralla.
Inicio Gran Vía _ Puerta del puente
FRANCISCO NICOLÁS GUILLÉN
Donde antes estaba la Mezquita Mayor, ahora se alza la Catedral. A pocos metros de la Puerta del Puente, en la gran plaza de la Mezquita Mayor, parecía que se concentraba toda la actividad de la ciudad. Como un atasco humano la gente iba y venía alborotada, mujeres cubiertas dejando apenas entrever los ojos, portando niños o cestos indistintamente, hombres harapientos pidiendo algo que comer, otros lujosamente vestidos armados… Entre toda la multitud se abría paso un hombre maduro cubierto con un casco. Mi abuelo me agarró con fuerza para escondernos tras un viejo que con su nieto parecía vender esparto.
Catedral _ Mezquita mayoR
MIRIAM OLIVA ARRÓNIZ
Donde antes se encontraba el zoco árabe ahora está la calle Trapería. Detrás de aquella especie de tienda ambulante permanecimos unos minutos que a mí se me hicieron eternos. “¿De qué tenéis miedo?” Me preguntó un niño de ojos grandes y oscuros. Y continuó con estas palabras: Es Don Jaime el que pasa. Desde hace unas semanas acabó con las revueltas y puso paz en la ciudad. Ahora no para de dar órdenes de cambios. Mi abuelo y yo vendíamos en el Zoco y rezábamos en esta mezquita. Ahora no podemos hacer ninguna del las dos cosas en el mismo sitio.
Trapería _ Zoco
A. DAVID OLIVA JIMÉNEZ
Donde ahora está la Iglesia de San Juan de Dios, antes estaba el Alcázar Mayor musulmán. Dimos un rodeo a la Mezquita para llegar al Alcázar Nassir hasta lograr escabullirnos del tumulto. Pero una vez allí, resultó fácil entrar a los jardines en los que quedaban restos de la vida palaciega de reyes musulmanes y sus familias. Fuentes, zócalos, inscripciones y la vegetación creaban una especie de mestizaje y convivencia de culturas ajeno a sublevaciones y guerras entre moros y cristianos. Al fondo, la Mezquita Menor ya había sido consagrada hace unos años por Alfonso X y ahora se llamaba Santa María la Real del Alcázar Viejo, primera parroquia de la ciudad.
San Juan de Dios _ Alcazar Mayor
LAURA PUJANTE SÁNCHEZ
Donde ahora se rinde culto cristiano, antes era un panteón real musulmán. La rawda conservaba la calma propia de un lugar de descanso de los familiares del soberano Ibn Mardanis, conocido como el Rey Lobo que, durante las segundas Taifas asumió el poder de Murcia, convirtiendo la capital y su corte en un centro político y cultural. Fue un rey controvertido pero querido, me susurró mi abuelo. Su sitio debía estar aquí con los suyos, después de los veinticinco años de esplendor que dio a Murcia, antes de ser derrotado por los almohades. Pero las tumbas antes ornamentadas con flores habían sido cubiertas por yeso blanco. Lo que me temía concluyó mi abuelo mientras salíamos de aquel lugar como si hubiésemos llegado demasiado tarde.
AMIN ROUGANI
Donde antes estaba la Puerta de Las siete puertas para salir de la ciudad, ahora está la Iglesia de Santa Eulalia. Continuamos con la muralla a nuestra derecha hasta la puerta de las siete puertas. Me iba fijando en aquella muralla con torreones y pensé en lo protegida que había estado la ciudad frente a las invasiones. No podía comprender cómo ahora había tanto revuelo. Mi abuelo me iba hablando que desde que murió el Rey Lobo los almohades trataron de imponer una religión más rígida. El Rey Lobo creía en el Amor por encima de todas las religiones y razas todo lo contrario que los almohades.
Santa Eulalia _ Puerta de San Olalla
NOELIA RUIZ MARTÍNEZ
Donde antes estaba el barrio de la judería, ahora está el barrio de Santa Olalla. Apenas me di cuenta que nos alejábamos de la muralla como atajando por un barrio de estrechas calles y personas distinta a las que dejábamos en las zonas próximas al Alcázar Mayor. Delgados con una especie de túnica, gorro negro y largas barbas. Las mujeres iban descubiertas. Son judíos, dijo mi abuelo. Han convivido con musulmanes y cristianos gracias a años de fraternidad. Ojalá fuese así siempre.
BARRIO DE SANTA EULALIA _ JUDERÍA
BLAS SÁNCHEZ BASCUÑANA
Donde antes estaba la pre-muralla cerca de la Puerta de Orihuela, ahora está el Museo de Bellas Artes. Recuperamos otra vez la muralla. Para mí supuso un alivio. Había empezado a sentirla como algo que me guiaba y me indicaba que estábamos dentro de la ciudad. Una ciudad que, a pesar de la revuelta reciente, conservaba su prosperidad y riqueza. Los aragoneses se sentían disgustados porque el Reino de Murcia se unió con Castilla. Fue una especie de favor que el rey de Aragón le hizo a Alfonso X, casado con una hija de D. Jaime . Pronto acabó mi alivio cuando mi abuelo salió de la ciudad por la puerta de Orihuela. Yo le seguí de nuevo sin preguntar. Al otro lado del foso se veía la pre-muralla de argamasa.
MUBAM _ PUERTA DE ORIHUELA
SERGIO TOLEDO MUテ前Z
Donde antes la muralla bordeaba la ciudad hasta llegar a la Puerta Nueva, ahora hay calles que bordean en Campus de la Merced. Una vez que llegamos a la salida de la Puerta Nueva nos empezamos a alejar de la muralla. Era un lugar menos poblado y con más jardines. El nombre de Arrabal que me dijo mi abuelo a mí me sugería una especie de barrio periférico y de mala reputación. Nada más lejos de la realidad.
Esquina Campus de La Merced _ Puerta Nueva
ISMAEL TORRALBA NICOLÁS
Donde antes estaba el Alcázar Menor, ahora están Las Claras a las que se acceden por el Tontódromo o paseo de Alfonso X. El lugar en el que entramos tenía un jardín con unas fuentes de ladrillo haciendo una cruz de canales y una especie de pérgola con tres arcos en cada frente que daban sombra. Parecía una residencia de verano ajena a lo que estaba ocurriendo en la ciudad y donde se relajaba el Rey Lobo con su familia en la época de mayor esplendor y fraternidad de Murcia.
MUSEO LAS CLARAS _ Alcázar MenoR
Jose Antonio Cรกnovas Fortes
Donde antes se alineaban siete viviendas islámicas típicas, con patio central, ahora está el centro cultural de Caja Murcia. Este palacio fue mandado construir por el Rey Lobo pero lo que ves ahora es residencia del emir de Murcia. Alfonso X acaba de unir Murcia a Castilla y ha mandado separar moros de cristianos. Es aquí donde vamos a realizar nuestra misión dijo mi abuelo sacando una naranja de su bolsa de tela. Mientras la pelaba me di cuenta que su tristeza tenía que ver con la nostalgia de la convivencia de todas las religiones y culturas como mantuvo el Rey Lobo. Empezaban nuevos tiempos de destrucción de lo que había antes para imponer culturas nuevas.
MUSEO LAS CLARAS _ Alcázar MenoR
TANIA VALVERDE VIVANCOS
Donde antes había fuentes en las que los musulmanes hacían sus abluciones antes de rezar con el agua pura que guardaban en jarrones, ahora quedan vitrinas con algunos de los objetos recuperados. Compartimos la naranja y mi abuelo sacó con cuidado el jarrón que había desenterrado en las afueras de la ciudad. Junto a la fuente había otra media docena de jarrones prácticamente iguales, con las tres rayas marrones, como pintadas con tres dedos mojados en barro. Parece como los demás, me explicó mi abuelo, pero este perteneció al Rey Lobo. Estas señales ahuyentaban la maldad y el agua de su interior permanece pura, para beber o lavarse. Justo un mes antes de las revueltas de los almohades nació en Murcia un niño al que pusieron el mismo nombre que este Rey: Muhammad y de apellido Ibn al-Arabî, que significa descendiente del Árabe.
MUSEO LAS CLARAS _ Alcázar MenoR
NOELIA CASTEJÓN LÓPEZ
Donde antes convivían moros y cristianos, ahora son barrios exclusivamente de moros o de cristianos. Cerca de este Alcázar hay un arrabal, el de la Arrixaca, residencial con casas, lugares de oración y hasta necrópolis. Hace unos días el rey Alfonso ha mandado concentrar en este barrio a los mudéjares. Los cristianos han pasado al interior de la medina, dentro de la muralla. Toda esta destrucción y separación entre hermanos ya la predijo El Rey Lobo que se preocupaba por la fraternidad de todos los pueblos.
SAN ESTEBAN _ ARRIXACA NUEVA
Gihad El Khaddar
Donde antes había un arrabal árabe recuerdo de una cultura, ahora hay un Yacimiento que estuvo a punto de ser destruido para construir un parking subterráneo para coches. No sé el lugar concreto en el que nació Ibn al-Arabî, pero sí que los siete primeros años de su infancia los pasó en Murcia. Creció con la misma idea del Rey Lobo y de sus propios padres de que no existen dioses mejores o peores, ni culturas superiores e inferiores. Seguramente jugaría en este arrabal donde residía el propio Rey con otros niños sin importarle su raza o forma de pensar. Decía mi abuelo mientras vaciaba el jarrón repleto de arena. El año que murió El Rey Lobo, el pequeño Ibn al-Arabî se trasladó con su familia a Sevilla. Este jarrón viajó hasta allí. Murcia fue tomada por los almohades, también musulmanes pero contrarios a la filosofía sufí del Rey Lobo y que más tarde difundiría Ibn Arabî, hasta su muerte en Damasco, por todo el mundo. No es una joya ni tiene un secreto escondido pero simboliza algo que se ha salvado de la barbarie o de la profanación como lo que acabas de presenciar: la mezquita Mayor, el Alcázar Mayor, la tumbas reales, esta residencia en la que estamos ahora… y lo que queda por venir ahora que los cristianos se equivocan de nuevo separando familias que han convivido como vecinos sin ningún problema.
AMIN ROUGANI
Donde antes hubo un jarrón lleno de arena que lo llevó mi abuelo cuando lo desenterró en el río, ahora está el mismo jarrón protegido por una vitrina, delante de lo que queda de la Casa Menor del Rey Lobo. Mi abuelo puso el jarrón junto a los otros mientras decía con la esperanza de que siga aquí en su sitio llenando de esperanza a todos los pueblos. Fue una especie de regreso al origen como también lo hizo Ibn al-Arabî. Precisamente fue en Murcia donde el poeta recibió la inspiración de Allâh para enseñar lo que le había sido revelado. Y así lo hizo. Se marchó de Murcia y viajó por todo el mundo predicando sus ideas hasta morir en Damasco. Mi abuelo me cogió de la mano y continuamos nuestro camino por fuera de la ciudad amurallada para llegar a mi casa, cerca del Museo de la Ciudad. Poco a poco las mezquitas, las casas con los patios ajardinados, las calles estrechas, las fuentes… se iban desvaneciendo como el despertar de un sueño. Los edificios y los coches se situaban encima como no queriendo reconocer un pasado, abajo, al que hay que mirar para mejorar el futuro. Hoy no he montado en bici con mis amigos y he ido a recorrer el pasado. Mi abuelo ya no está con nosotros pero su vieja jofaina donde se lavaba las manos y el aguamanil donde guardaba su agua, están en su dormitorio donde un día se durmió para no volver a abrir sus ojos. Un trasto puede resultar para algunos, pero la memoria del pasado debe permanecer de alguna manera en cada uno de nosotros sin el derecho a juzgar que persona es mejor o peor y pensando que hay sitio para todos y para todo en cualquier ciudad del mundo.
NOELIA RUIZ MARTÍNEZ
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Huerto de los Cipreses _ Malecón Huerto de los Cipreses _ Malecón Molino _ Restos del molino Rampa que baja al río _ Jarrón Más huertas _ Verónicas Muralla _ Almudí Puerta del puente _ Inicio Gran Vía Mezquita mayor _ Catedral Zoco _ Trapería Alcazar Mayor _ San Juan de Dios
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Tumbas del rey lobo y familia _Ruinas Puerta de San Olalla _ Santa Eulalia Judería _ Barrio de Santa Eulalia Puerta de Orihuela _ MUBAM Puerta Nueva _ Campus de La Merced Alcázar Menor _ Museo Las Claras Arrixaca Nueva _ San Esteban Afueras Murcia _ Museo de la Ciudad Afueras Murcia _ Museo Salzillo Afueras Murcia _ Museo Salzillo