Revista Occidente Nº 521 Octubre 2021

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LOS ALBORES DEL MESTIZAJE FRATERNITAS,

POR UN PAÍS PARA TODOS TE DEUM EN UN ESTADO ¿LAICO? GEORGE BRASSENS: 100 AÑOS DE UN CANTOR INSUBORDINADO

N°521

Octubre 2021 $ 2.200 Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300 ISSN0716-6782

CASABLANCA, UN FILM EN UNA GUERRA BYUNG-CHUL HAN: PSICOPOLÍTICA Y SALUD MENTAL LA EDUCACIÓN EN CHILE. LA HERENCIA DE VALENTÍN LETELIER


Diploma Superior en

CAMBIO CLIMÁTICO: desafíos éticos para las políticas públicas

Capacítate para participar activamente en la discusión, reflexión, diseño y desarrollo de iniciativas y propuestas que permitan enfrentar la crisis medioambiental.

Información: cambioclimatico@granlogia.cl


ÍNDICE 2

Editorial

3 Correo de los lectores 4

Columna de opinión. Toda derrota es siempre breve

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En paz, sin dogmas y con diálogo. Un reglamento para la Constitución

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Te Deum en un Estado ¿Laico?

14 Un proceso. No sólo una Constitución 18 Fraternitas de la República 22 Casablanca: Una lección acerca

del bien común

28 Psicopolítica y salud mental.

La necesidad de Byung-Chul Han

32 Valentín Letelier. Constructor de

la Educación en Chile. Parte 1

38 150 años de la escuela Blas Cuevas –

Allende Padín: La historia de Valparaíso desde un rincón del cerro Cordillera

48 Los Tres Antonios, la Independencia

en nombres de pila

46 Los Albores del Mestizaje

51 Miradas 54 Comentario de libros. El cuervo y

la serpiente

57 Georges Brassens: El Centenario

de un Cantor Insubordinado

62 Cine. Solaris de Andrei Tarkovsky 64 Arte. Gonzalo Vidal Mugica

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EDITORIAL

Y VERÁS COMO QUIEREN EN CHILE...

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a mayoría de los italianos habían desembarcado en Valparaíso, pero no así los croatas, que con pasaporte austrohúngaro se instalaron en Punta Arenas, Antofagasta e Iquique. Terminada la Guerra del Pacífico fundaron en el histórico puerto un club social en una hermosa casona de roble americano que aún existe, eran pobres pero, ricos en ideas y quimeras. Los españoles, comerciantes, abasteros, ferreteros del salitre, se reunían tras el frontis morisco del casino español de la plaza Prat. Los hermosos decorados del edificio rememoraban los palacetes árabes de Andalucía. Los Martínez se habían instalado con una gran tienda en Eleuterio Ramírez y la ferretería de los Fernández estaba por Baquedano abajo al llegar a la playa. Los chinos se quedaron en Tarapacá, les decían culís; los peruanos los habían tenido casi como esclavos incluso peleando en Miraflores o Chorrillos por una causa que no les era propia. No fueron mucho mejores sus condiciones laborales, trabajaron en las salitreras recibiendo como salario esas fichas de colores para utilizar sólo en las pulperías de Humberstone y Dolores. Los “turcos” llegaron poco después. La caída del Imperio Otomano tras la Guerra del 14, atrajo a sirios, palestinos y libaneses, incluso griegos y armenios. Aimarás y atacameños bajaron de sus pequeñas aldeas de los oasis altiplánicos para hacer patria en Iquique. La Zona Franca atrajo a los indios de Calcuta y Bombay con sus olores a incienso y sus aliños coloridos; los coreanos a mediados de los 60 no eran sino soldados de Pionyang capturados por el Sur que preferían el exilio a la repatriación, se asentaron aquí y allá. Muchos inmigrantes prosperaron con sus negocios; los venezolanos vinieron buscando un mejor futuro, esperando ser recibidos por un país que al menos les diera libertad y un destino para sus hijos, instalaron carpas quizás en lugares molestos, como en una plaza de barrio, pero es que no tienen donde vivir. Esperan allí el triste retorno a casa obligados por la burocracia o poder cumplir el sueño de reiniciar otra vida junto a los suyos tan lejos de su propia casa. Inmigrantes somos todos, desde el primer hombre que surgió del África subsahariana, intentando un alimento, un hogar o al menos la supervivencia. Así lo hicieron los primeros españoles que llegaron al nuevo continente, las continuas oleadas de colonos ingleses a Nueva Inglaterra, de franceses al río San Lorenzo, de alemanes a Rio Grande do Sul o Valdivia, de italianos a Buenos Aires y Valparaíso, de haitianos en busca de una esperanza. Fue triste lo de Iquique, sin duda, una vergüenza, pero nos debe servir como oportunidad para demostrar si de verdad queremos en Chile al amigo cuando es forastero. O CTUBRE 2 0 21

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Fundada en 1944 www.revistaoccidente.cl Octubre 2021 Edición N° 521 ISSN 0716 – 2782 Director Rodrigo Reyes Sangermani director@revistaoccidente.cl Comité Editorial Jorge Babul Cattan Ximena Muñoz Muñoz Malva Sánchez Araya Roberto Rivera Vicencio Alberto Texido Zlatar Editor Antonio Rojas Gómez Diseño y diagramación Alejandra Machuca Espinoza Colaboran en este número: Andrés Rivette Javier Ignacio Tobar Eduardo Quiroz Salinas Galo López Zuñiga Roxana Ibarra Briceño Jorge Calvo Rojas Pablo Palma Soza José Michel Salazar Eduardo Gálvez Astorga Nicolás Cornejo Durán Roberto Rivera Vicencio Antonio Rojas Gómez Edgard “Galo” Ugarte Aníbal Ricci Anduaga Gonzalo Vidal Mugica

Fotografías Lorenzo Mella Ruiz Matías Sangrey Shutterstock

Publicación Editorial Occidente S.A. Marcoleta 659, Santiago, Chile Gerencia General Marco Antonio Díaz Soto Suscripciones y Publicidad Nicolás Morales nmorales@granlogia.cl Fono +56 22476 1133

Los artículos firmados u opiniones de los entrevistados no representan necesariamente la línea editorial de la revista. Se autoriza la publicación total o parcial de los artículos con la única exigencia de la mención de Revista Occidente.


CORREO DE LOS LECTORES

PRESENCIA DE MUJERES

Señor Director: Intentando probar una desintoxicación digital del bombardeo de información que recibo diariamente, acojo con alegría los contenidos de esta esperada publicación mensual, tanto por los temas tratados como por sus ilustraciones. Quisiera destacar la inclusión cada vez mayor de artículos escritos por mujeres y el tratamiento que se da a temas internacionales contingentes como Afganistán, país que sufre el yugo de un poder que afecta en especial a las mujeres afganas que, por el simple hecho de serlo, suman una crueldad intolerable y adicional a la que padecen los afganos de cualquier condición. Agradezco la calidad y diversidad de información cultural que nos proporciona, y como sugerencia, tal vez poner más énfasis en los temas medioambientales y cambio climático por su grave impacto que ya estamos sufriendo como sociedad. Cynthia Téllez Garrido JOSÉ MIGUEL CARRERA CONTRA LA MONARQUÍA

Señor Director, He leído con mucho interés el N° 520 de Occidente, en especial el artículo relacionado con nuestro prócer, General José Miguel Carrera. En cuanto a sus últimas palabras puedo decir lo siguiente: El General Carrera tenía conocimiento de los planes monárquicos, ya que el General Manuel Belgrano da a conocer el 16 de julio de 1816, en sesión secreta,

de sus contemporáneos. La soberbia de sus pericias militares y las ambiciones independistas forjaron un carácter muchas veces irrespetuoso e irreverente que ni siquiera abandonó el día de su muerte, hecho que relata don Benito Lamas, el mismo eclesiástico que lo acompañó durante los últimos momentos, y que bien documenta Barros Arana: Si hubiéramos marchado directamente al sitio de la ejecución, el tránsito habría sido de pocos pasos; pero sin duda, con el objeto de que Carrera recorriese el cuadro, hicimos un rodeo. Durante él caminaba Carrera con la vista alta mirando con desdeñosa sonrisa las tropas que estaban formadas. Me acerqué a él y le recordé que ese no era el modo de la contrición cristiana, que fijase la vista en el crucifijo. —Padre, contestó, no se canse usted, no me ha de hacer abandonar mis principios. (...) Llegado al banquillo, Carrera se opuso a que le vendaran los ojos y pidió mandar él la ejecución. Nada de esto se le concedió. Entonces se quitó y dobló un rico poncho que llevaba puesto y se limpió de las mangas de la chaqueta algunas ligeras motas de pelusa. Se acercó el alguacil como pidiéndole poncho y Carrera le dijo: —No, lo destino para el de mi suegra, quién me hará el favor de entregarlo. Se sentó en el banquillo y en vez de demandar perdón al pueblo de Mendoza, como yo se lo había aconsejado, dijo en altísima: ¡Muero por la libertad de América! (...) Cayó sin vida y el doctor Clemente Godoy que estaba a su lado, me dijo: —Murió como un filósofo1 .

PLACA DEL MONUMENTO A JOSÉ MIGUEL CARRERA UBICADO EN LA COMUNA DE SAN MIGUEL, OBRA DE AUGUST ALEXANDRE DUMONT, EL ESCULTOR DE NAPOLEÓN

alta del edificio de la gobernación de Mendoza como una señal de que a cualquiera que hiciera lo mismo recibiría ese castigo”. Al preguntarle por qué tanto ensañamiento contra su persona, si acaso el contexto de aquellos años lo permitía, el escritor sostiene: “Más que nada es un reflejo de la violencia que existía en la época, en especial la violencia que existía en el proceso revolucionario argentino porque el proceso revolucionario chileno no fue tan violento hasta que llegó a gobernar la Logia Lautarina. Ahí cambió. Vino el asesinato de Rodríguez, la misma muerte de Carrera, entre otros sucesos”. La mutilación de su cuerpo y el desprendimiento de su cabeza parece ser una alegoría de la fragmentación de nuestra historia. Pese a que esas prácticas eran atribuciones que las autoridades se tomaban y representaban la violencia de la época y sobre todo en las Provincias Unidas del Río de la Plata, hasta el día de hoy existen dudas de si existió o no aquel cruento suceso. Habla Parra: “La muerte de Carrera fue trágica. Dicen que el cráneo lo trajeron de Mendoza y que anduvo de allá para acá, que lo tenían dentro de un frasco y que hasta traía suerte y estaba bendito. Después de un tiempo ese cráneo pasó a la familia Díaz de Valdés, pero nunca se pudo comprobar, con todos los estudios que se realizaron en el extranjero, nunca se pudo concluir si era realmente el cráneo de Carrera”. Sin embargo, para él la discusión debería ser otra, más allá de si se trata o no del cráneo: “Personalmente no creo que sea el cráneo de Carrera, porque finalmente a los Carrera los enterraron en una fosa común en Mendoza, y con toda la tecnología actual no se pudo saber si era o no de los hermanos Carrera.

Si durante su vida las innumerables hazañas militares que dieron pie a triunfos y derrotas fraguaron su identidad heroica, lo que vino inmediatamente después de fusilado no hizo más que comenzar a construir una leyenda silenciosa que con el tiempo se transformó en la invisibilidad de su figura y que a la postre pareció abandonarlo en el olvido. Waldo Parra, abogado y autor de la saga Masones y Libertadores, nos cuenta: “Existen varios relatos. Algunos se contradicen, pero la mayoría señala que el cuerpo de Carrera habría sido mutilado por un verdugo quien le cortó la cabeza y las extremidades. El cráneo y un brazo lo colocaron en la parte más 1

Extracto de la Libreta de Notas de José Miguel Carrera que se encuentra en el sitio memoriachilena.cl

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lo expuesto en conversaciones previas, con el General José de San Martín: el “Plan del INCA “, el gran proyecto de restauración de un descendiente de la casa de los INCAS, en el trono de las Provincias Unidas de Sudamérica, y la capital sería la legendaria Cusco. El elegido era un descendiente directo: Juan Bautista Tupac Amaru. Esa idea de establecer una monarquía inca en América del Sur, proyecto que era compartido por los mismísimos General San Martín, Bernardo O’Higgins, Pueyrredón, Anchorena, Godoy Cruz y tantos otros integrantes de la cofradía lautarina. Carrera, al tener conocimiento de este plan, se opuso terminantemente denunciando a los integrantes en su diario “El Hurón”, editado en Uruguay. Participó Carrera en el Tratado del Pilar (23/2/1820), impone su idea de que Argentina debía tener un gobierno federal y que cada provincia tuviera un gobierno independiente. Este fue

SU OPINIÓN NOS IMPORTA Envíe sus opiniones en una extensión máxima de 1100 caracteres con espacios a: director@occidente.cl Occidente se reserva el derecho a editar los textos y ajustarlos a las normas editoriales. El lenguaje debe ser respetuoso y sin descalificaciones.

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De todas maneras, ya se hizo el esfuerzo y si es el de Carrera mejor dejarlo donde está, en El Monte, en un museo que se hizo en su memoria y dejar tranquilos sus restos porque es lo más razonable. Ahora, los restos están formalmente en la Catedral de Santiago, junto a un evento que hicieron cuando canonizaron a la primera santa de Chile y ahí uno puede hacer un contrapunto porque hay una pequeña placa”. Lo que plantea el abogado y escritor es que la desidia hacia la humanidad de Carrera, y de paso con la historia del país, ha sido sistemática a lo largo de los años: “Hubo una placa mucho más grande que la sacaron en 1985 —que ahora está en el Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera en la calle Bilbao— y pusieron una más chica. Pero originalmente hay aún una más chiquitita, a la altura del suelo, donde están todos los hermanos, incluso Javiera Carrera. La verdad es que el contrapunto es muy lamentable porque si uno ve la cripta de O’Higgins con toda la pomposidad que tiene frente a estos restos perdidos en un pilar de la catedral da la idea de que se pudo hacer mucho más de lo que se ha hecho hasta ahora”.

LOS MONUMENTOS INVISIBLES EN EL TIEMPO Para la presidenta del Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera, Ana María Ried Undurraga, descendiente directa de Carrera, los monumentos mantienen una importancia especial pues son las formalidades que preservan la memoria, pero también sabe que los tiempos han cambiado. En los muros de su hogar exhibe valiosos retratos y hasta cuelga uno de su tatarabuelo José Miguel Carrera Fontecilla (hijo menor y único varón de José Miguel Carrera Verdugo). Sin embargo, ella cree que la conservación de aquellas reliquias históricas es tan importante como el trabajo que se debe hacer hoy en día en las redes sociales para comunicar y preservar su legado: “Los monumentos no dicen tanto como lo hacen las redes sociales. Nosotros, como Instituto, estamos haciendo una campaña de forma muy humilde, sin recibir fondos de nadie, y hemos tenido mucho éxito. La gente ya no pregunta tanto por las estatuas. Eso sí, cuan-

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el motivo que los monarquistas de la cofradía lautarina usaron para sentenciarlo a muerte. O´Higgins con fecha 9 de septiembre de 1817, había enviado una carta a José de San Martín, en la que pide la muerte de todos los hermanos Carrera: “Nada de extraño es lo que usted me dice de los Carrera; siempre han sido lo mismo y solo variarán con la muerte; mientras no la reciban fluctuará el país en incesantes convulsiones... Un ejemplar castigo, a ellos y a los que los siguen, y pronto, es el único remedio que puede cortar tan grave mal; desaparezcan de entre nosotros los tres inicuos Carrera, júzgueseles y mueran, pues lo merecen más que los mayores enemigos de la América”. Carrera había desbaratado los planes monárquicos que estos tenían. Sus últimas palabras, al momento de su muerte en Mendoza, ese aciago 4 de septiembre de 1821 fueron ¡MUERO POR LA LIBERTAD DE AMERICA...! Octavio Campusano Tapia Instituto de Investigaciones Históricas General José Miguel Carrera Verdugo


COLUMNA DE OPINIÓN

TODA DERROTA ES SIEMPRE BREVE POR ANDRÉS RIVETTE

Huelga deciros que yo os quiero más en la profunda pulpa de antesueño, cuando el glaciar se reconvierte al sol y se nos va la esperma en el empeño y se nos cuaja el ceño de cenizas ávidas de hendir el cavilar del leño. A veces hay artistas que son capaces de trascender la

canciones de amor y muerte siempre reflexivas con significados escondidos tras la aparente sencillez de una voz abisal. La evolución de su obra en medio siglo se construye primero desde una mirada costumbrista y social para luego reinterpretar la tradición poética de García Lorca, Violeta Parra o Miguel Hernández enfrentando sin miedo a la muerte con la satisfacción del cumplimiento de un deber, derrotero inequívoco de cualquier poeta maldito, posada definitiva de cualquier hombre bendecido por sus ideales. Patricio Manns fue sin duda un gran poeta; quedará siempre pendiente comprender a fondo las honduras de su lirismo, desentrañar los misterios de sus elegías de piojos y piojas, las baladas de los amantes de Tavernay que se despliegan entre las sábanas, las canciones de los sueños de hombre pobre con dos balas en el pecho, de los espíritus que vuelven al fin, a constatar que la vida vence a la muerte y que toda derrota es siempre breve.

materialidad expresiva de su propio arte para significar una época o dar cuenta de una vida. La vida como la Gran Historia es un sinfín de acontecimientos cotidianos confundidos entre la simpleza de los hechos comunes y salpicados por eventos de grandeza o heroísmo. Se entremezclan las más de las veces situaciones domésticas cargadas de humanidad como temer, soñar, imaginar, luchar, sucumbir, reír, llorar, huir, pensar o amar, con actos extraordinarios que quedan en la memoria de los pueblos, plasmados a cuatro columnas en los monumentos ciudadanos de la plaza pública. En ese sentido el arte se convierte en el triunfo de la vida total, con sus contradicciones, sus claros y sombras, sus esperanzas y desvaríos. Desde los textos costumbristas de mediados de los sesenta en las provincias de la Frontera el cantautor y novelista escaló como el país, y quizás como el propio mundo en un torbellino vital, explicando sus procesos internos de amistad, dolor, exilios y reencuentros, como por las circunstancias políticas de la época tensionadas hasta el sacrificio moral por la existencia de modelos sociales excluyentes y enfrentados por las más atroces de las guerras silenciosas. Patricio Manns fue un hombre de su época, cuya estatura en la Nueva Canción Chilena no es posible dimensionar aún, acostumbrados a su presencia física por tantos años, a diferencia de otros que desaparecieron en la oscura profundidad de los setenta. Textos complejos, imágenes poéticas llenas de inquietud literaria,

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Vuelvo al fin sin humillarme, sin pedir perdón ni olvido: nunca el hombre está vencido, su derrota es siempre breve, un estímulo que mueve la vocación de su guerra, pues la raza que destierra y la raza que recibe le dirán al fin que él vive dolores de toda tierra.

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PROCESO CONSTITUYENTE

Seguimiento Constitucional

No + AFP

Igualdad ante la Justicia

Salud para todos

n

Educació

Somos todos iguales

Trabajo digno

EN PAZ, SIN DOGMAS

Y CON DIÁLOGO

UN REGLAMENTO PARA LA CONSTITUCIÓN POR JAVIER IGNACIO TOBAR Abogado – Académico

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rwell, con su habitual genio y sarcasmo, observó cómo las revoluciones terminan por transformar en élites a los antiguos marginados. Marx, en la misma línea, lo anticipó de manera menos clara en sus letras, pero prístina en su sentido, al exponer que esta explotación (del capital) será tan intolerable que los trabajadores se rebelarán y derrocarán esa forma

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de enfrentar la economía. Ambas son revoluciones, una en la granja y otra en la sociedad. El cineasta y el filósofo coindicen en que todo cambia para seguir igual, lo que puede entenderse aplicable tanto a las revueltas como a los cambios bajo reglas civiles en un pueblo ordenado. Las revoluciones implican sangre, muertos, vidas mutiladas, familias divididas por opciones políticas adoptadas como convicciones morales y un cambio a la fuerza por medio de las armas (así pasó en 1973). Los

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PROCESO CONSTITUYENTE cambios en orden, por su parte, implican un tránsito ordenado hacia un nuevo régimen, como es el caso de la Convención Constitucional que, dentro de un proceso inédito que incluye varias etapas, tiene como única y principal función crear una nueva Constitución, responsabilidad que recae no solo en los 155 convencionales, sino que también en un reducido pero esforzado grupo de profesionales que intentan ordenar el debate donde no hay (todavía) regla alguna. Así, se optó por aplicar el Reglamento de la Cámara de Diputados para efectos de votaciones y otros asuntos. Pero ese cuerpo normativo, el de la Cámara de Diputados, no es el “Reglamento de la Convención”. Entonces, ¿cómo construir un reglamento para comenzar a votar los temas constitucionales de fondo? Para manejar un auto, primero hay que construirlo, y, luego, saber manejarlo. Sin construcción, nada de lo que sigue es posible.

La Convención, que comenzó el 4 de julio del año 2021 con 155 chilenas y chilenos que no se conocían, tuvo que comenzar a colocarse de acuerdo en una serie de temas, desde, por ejemplo, cómo y dónde sentarse, uso de la palabra y, lo más importante, las formas de votación para llegar a un documento final. Más allá de las polémicas circunstanciales (no por eso menos graves), el trabajo ha sido extremadamente intenso, pero, sobre todo, serio. Se dividió la Convención en 8 comisiones y otras tantas subcomisiones, siendo la de reglamento la más relevante en cuanto a su rol unificador de todas las propuestas. ¿Por qué unificador? Porque cada una de las instancias tenían que presentar sus propuestas a reglamento, para que esa comisión unifique, en un solo documento, el texto que se presentará al pleno para su aprobación como cuerpo consolidado. Luego de establecido ese procedimiento, recién se puede empezar a discutir el fondo. Sumado a lo anterior, está el debatido tema de los dos tercios establecidos en la Constitución para la votación de ciertos temas. En buena parte, se trata de construir definiciones, y, a la zaga de ellas, emprender el desarrollo práctico. Es confluir una serie de aspectos morales diversos a una norma común que debe ser obedecida y respetada con el objeto de que la nueva Constitución goce de la legitimidad que merece. La tendencia a aprehender algo común (asumir un “concepto de”) que se comprenda y asuma por todos, la creencia en que la posesión de un término lleva aparejada la posesión de su imagen, y, por último, el influjo de la ciencia para su intento apaciguador de que por medio de fórmulas mágicas se llegara a un resultado perfecto, no aplica al derecho, y menos a la política.

¿CÓMO SE HIZO? Todo comenzó la primera semana de agosto; primero con dos comisiones y luego con seis que se agregaron por los requerimientos temáticos (y todas las comisiones, insisto, con sub-comisiones). Cinco abogados funcionaban hasta entonces para toda la Convención, luego, la semana del 9 de agosto, se integraron cinco más, los mismos diez que trabajan – y trabajarán – hasta el final del proceso. Todos en responsabilidades nuevas, con normas mínimas de funcionamiento y con escaso apoyo técnico. Se trabajó contra reloj durante el mes de agosto y en lo que va de septiembre. La función de cada una de las comisiones era tener una propuesta de reglamento para que luego fuera votada por el pleno. El plazo de entrega era el 28. Hubo comisiones que trabajaron hasta la madrugada del sábado 28 para entregar el texto. Errores habría, seguro. Afortunadamente nada grave ha pasado y las propuestas han ido

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las normas constitucionales sí se exijan los dos tercios. ¿Por qué? Porque cuando se vote la norma referida a esa cifra, seguramente será aprobada por la mayoría absoluta de los convencionales. No hay que olvidar que solo estamos en la determinación del reglamento de funcionamiento y votaciones. No es nada fácil lo que se está haciendo, asumiendo la responsabilidad y magnitud de los efectos que cada paso que se da, en que cada uno de ellos puede tener repercusiones inadvertidas, como por ejemplo afirmar que se votó la supresión de la palabra “república”, que se suprimió la libertad de los padres para educar a sus hijos o que existirán plebiscitos dirimentes en caso de no alcanzar acuerdos. Nada de lo que ha sucedido tiene sentido darlo por sentado, sino que solo han sido propuestas de las subcomisiones para el “reglamento”. Otra cosa muy diferente ocurrirá en el momento en que se voten las normas constitucionales propiamente tales. Es necesario entender que en todo proceso político de cambios fundamentales existan visiones apasionadas, pero por eso existen los reglamentos: para colocar orden en el caos. Las revoluciones, tanto la de Orwell como la de Marx, fueron sin reglas. Esperemos que una discusión sana, libre, y por sobre todo informada, nos permitan dar el giro y el cambio por el cual el ochenta por ciento del país de pronunció favorablemente. Por ahora solo queda seguir trabajando y creer en los procesos democráticos, sin imposiciones y sin dogmas.

corriendo el curso del río con las modificaciones que hay que hacer. El solo hecho de tener ocho propuestas e intentar reducirlas a una sola implica, desde ya, una dificultad técnica y política. Primero hay que “armar el rompecabezas” y luego votarlo. Ya con las piezas del puzzle en la mesa, había que resolver qué normas de aquellos reglamentos debían ser votadas con el famoso quórum de los dos tercios, cuya determinación fue encargada por la presidencia a los secretarios abogados de la convención. Fijadas las mismas, se llevaron a votación y sucedió lo que en estas circunstancias era esperable; un número importante de convencionales no estuvo de acuerdo con la propuesta y sostuvo que todos los reglamentos debían ser aprobados por mayoría simple y no por artículos separados de cada propuesta. Fue el día de la suspensión del pleno. “La mesa ampliada” (como se denomina a la presidente y sus siete vicepresidencias) propuso entonces que todos los reglamentos fueran votados por mayorías simples. ¿Se vulneró la norma que establece que las normas referidas a la votación deben ser aprobadas por los dos tercios? Como siempre, en el derecho todo es opinable. Más aún cuando se están creando normas. Como estamos, insisto, en una fase previa a la discusión de fondo de los temas constitucionales, es posible defender la tesis de que las normas reglamentarias sí pueden ser aprobadas por un rango menor a esa cifra, sin vulnerar la disposición de que para la votación de

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Seguimiento Constitucional

TE DEUM EN UN ESTADO ¿LAICO? POR EDUARDO QUIROZ SALINAS Ingeniero Civil Informático y Escritor

principios básicos del laicismo, y se entremezclan temas que originalmente no tienen que ver, ellos se verán contaminados por los mismos vicios. La ceremonia religiosa que lleva por nombre Te Deum, haciendo referencia al cántico homónimo perteneciente a la rama católica, dentro de la variedad del cristianismo, ha sufrido también distintas variaciones. Este año, de hecho, en una idea nacida en los años setenta, la ceremonia a cargo del catolicismo llevó añadido el carácter ecuménico, y tuvo invitados a representantes de otras religiones. Esta situación de la injerencia de los credos en política, y su respectivo interés y aprovechamiento político-electoral desde el lado de la clase política o gobernante, gatilló que el año 1975 se realizara el Servicio de Acción de Gracias, también conocido como Te Deum Evangélico, aun cuando en dicha ceremonia no se realice la entonación de esa canción en particular (que de hecho pertenece al mundo católico). Este encuentro nació como parte de una jugada política de parte del dictador Augusto Pinochet, quien empezaba, en ese entonces, a recibir vueltas de espalda, respecto al apoyo inicial, de ciertas autoridades del credo católico, quienes a diferencia del incipiente pero creciente mundo disgregado de las distintas iglesias evangélicas, literalmente entregaron apoyo a la dictadura, el cual incluso se vio refrendado en la conocida carta de apoyo al golpe militar en 1974,

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i ya el ser uno de los seis países en el mundo en mezclar una celebración republicana con una religiosa era una pésima señal para la neutralidad en un Estado laico, tener dos de ellas es, por lo vivido, aún peor. El resto de los países que tienen una celebración similar son Argentina, Bélgica, Guatemala, Haití y Perú. Colombia, si bien hasta el 2016 era el séptimo en hacerlo, al día de hoy el Te Deum sigue suspendido como actividad oficial del Estado colombiano debido a una resolución del Consejo de Defensa de Colombia, ante una demanda impuesta por el ciudadano Miguel Ángel Garcés Villamil, quien argumentó que el Estado (de Colombia) al acoger una celebración de una religión en particular está negando la diversidad y el pluralismo que exige la Constitución y viola el deber de neutralidad e igualdad de todas las confesiones ante la ley. La suspensión permanecerá hasta que el proceso judicial culmine. Sin dudas hay que seguir de cerca dicho proceso que pueda sentar algún precedente en defensa de la libertad y la necesaria neutralidad del Estado en estos asuntos. Volvamos a Chile. En la historia del país, esta ceremonia ha tenido episodios de todo tipo, como era de suponer en temas relacionados con la política y sus vaivenes. Pues, al final y al cabo, cuando se violan

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llamada “Declaración de apoyo al gobierno militar del 13 de diciembre de 1974” [Mansilla; Orellana, 2018]. Habiendo repasado muy brevemente algo de la historia del por qué en Chile, a falta de una celebración republicana mezclada con una religiosa, tiene dos, es necesario revisar el trasfondo del asunto debido a la, además, mala práctica o literalmente falta de respeto de parte de los organizadores de este evento al cual, para lamento de quienes promovemos y propagamos el laicismo y sus bondades, asisten variadas autoridades del mundo civil haciendo uso de su investidura y no como personas naturales, quebrando así la neutralidad del Estado respecto del variopinto mundo de las creencias. Hace no mucho, específicamente el año 2016, el aquel entonces cardenal Ezzati, se dio el gusto de pautear e interpelar directamente a la presidente Bachelet, debido a los avances en su gobierno respecto a la ley de aborto en tres causales causando molestia y polémica, justamente a mi entender, en el gabinete y la sociedad secular. Al año siguiente, durante la ceremonia realizada en el último año de Bachelet, ahora tras haber promulgado la ley de aborto en tres causales y haber realizado avances en el proyecto sobre matrimonio igualitario, la presidente nuevamente fue objeto no solo de epítetos de grueso calibre por parte de asistentes y fanáticos que adhieren a los distintos credos del protestantismo en Chile, sino, y ahí lo grave, de sendas reprimendas

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en los discursos centrales del evento por parte de los organizadores, al punto que la actitud fue calificada de arrogante, maleducada e inapropiada por la gran mayoría del país y en redes sociales causó revuelo a nivel mundial. Esto causó quiebres internos en las distintas directivas que convocaron a ese credo. Uno de los que mayor impacto causó fue el discurso del aquel entonces candidato a diputado, Eduardo Durán, hijo del obispo de una de esas vertientes, quien aprovechó la situación para promover su candidatura a un escaño que finalmente obtuvo. ¿Puede estar más claro lo nefasto de mezclar estos dos dispares mundos? ¿Puede el o la presidente de un país voluntariamente aceptar este nivel de desfachatez, incongruencia y falta de respeto? Paradójico resulta que, en ese minuto el candidato presidencial Sebastián Piñera, inexplicablemente defendiera a los que insultaron a la presidente, como una jugada política para obtener el voto de quienes estaban de acuerdo con los vociferantes y exaltados adeptos de ese credo. Hoy, cuatro años después, pero ahora con este mismo ex candidato hoy investido presidente de la nación, le ha tocado recibir una falta de respeto muy similar y ya en tonos que, a todas luces, no forman parte del clima de tolerancia y respeto que debiesen tener quienes organizan estos actos, con la venia, dicho sea de paso, de quienes ostentan los principales poderes en el país. Tanto en el Te Deum ecuménico como en el

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los principios cristianos”, respecto a la ley de Matrimonio Civil Igualitario cuyo trámite, recordemos, fue acelerado por el gobierno de Piñera. Mencionados los eventos e incidencias respectivos, el análisis de ellos lo dividiré en dos partes. Primero, analizaré la obsolescencia o extemporaneidad de la ceremonia, y segundo, una hipótesis respecto a la motivación de estos actos alejados del respeto a la figura del presidente de la república. Ya había mencionado lo insólito de un Te Deum y la microscópica cantidad de países que aún ostentan este tipo de ceremonias, en desmedro de los países que corrigieron esta ceremonia anómala y extemporánea, que está en contraposición explícita con la neutralidad necesaria de un Estado respecto a las prácticas de los cultos de turno. A propósito de una fecha reciente, 20 de septiembre, día en que se conmemora el librepensamiento, rememorando la fecha de la Toma de Roma en 1870 en la que se derrotó a los Estados Pontificios liderados por el papa Pío IX, que finalizó con la unificación italiana y que puso fin a 1116 años de los Stati della Chiesa o a los gobiernos dictados por el dios católico en particular. Hoy el otrora imperio de los Estados Pontificios, está reducido a 44 km2 en un enclave en Roma, otorgado por Italia en los Pactos de Letrán, y que lleva el nombre de Estado de la Ciudad del Vaticano, desde 1929. Habiendo ya, por otro lado, transcurrido 211 años desde que Chile abrazó su independencia de la monarquía española y el representante del “derecho divino”, se hace cada vez más necesario ir cerrando las puertas a los vestigios de esa monarquía. Era lógico que, en tiempos de la colonia, y tras 212 años

Servicio de las Iglesias Evangélicas, el actual mandatario fue objeto de fuertes e irrespetuosas críticas y discursos coercitivos en torno, hoy, a los avances que promovió en su cargo respecto al matrimonio civil igualitario y otras leyes similares. Cito parte de la homilía del actual Arzobispo de Santiago, Celestino Aós: “Damos gracias por todos aquellos que buscan respetar y proteger los valores no negociables: el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de los padres para elegir el modelo y el establecimiento de educación de los hijos...”. Previo al párrafo mencionado, nombró no solo al presidente y autoridades civiles, sino que además emplazó a los actuales convencionales constituyentes, quienes quizá entendiendo lo importante de un Estado laico declinaron asistir, y que tienen como misión crear la nueva Carta Magna del país. Aborto, eutanasia, matrimonio y educación, cuatro de los principales proyectos y ejes que hoy se discuten tanto en el congreso del país, como en la convención encargada de la nueva Constitución, intentando ser dirigidos con la amenaza de ser valores “no negociables” para el credo católico. Por su parte, en el lado de los evangélicos, Piñera también fue vejado en su investidura por parte de quienes estuvieron a cargo de los discursos. En particular, Héctor Cancino, presidente de una de las coordinadoras del movimiento, lo encaró y señaló que “el matrimonio ES entre un hombre y una mujer” y que “La iglesia evangélica ... no acepta la imposición de ideologías y modelos de vida de estas minorías que se contraponen con nuestros derechos ciudadanos, de sostener un estilo de vida conforme a

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de dicho período, la religión y sistema político de los conquistadores tuviese secuelas o sentara precedentes. Así fue como José Miguel Carrera, solicitó a la autoridad eclesiástica de ese entonces -que por lo demás concentraba gran cantidad de poder administrativo, considerando que monopolizaba el registro de los nacimientos, defunciones y matrimonios (hasta pasada la vigencia de las leyes laicas de finales del 1800)- la entonación del canto conocido como Te Deum (a ti Dios) en modo de conmemoración del segundo año desde la formación de la Primera Junta de Gobierno. Desde aquel momento, insisto, quizá otrora justificado, es que dicha ceremonia se ha realizado con pequeñas modificaciones intermedias durante estos 210 años. Sin embargo, hoy los estados y las naciones dejaron de ser colonias de gobernantes con poderes divinos y, tras el avance independiente del conocimiento, también secuestrado por el poder eclesiástico de antaño, se ha avanzado asaz no solo en el conocimiento del mundo y el origen de la vida, que reemplazó el creacionismo o las fábulas respecto la historia de los primeros hombres o del universo, sino también en valores que han permitido la sana convivencia de los diversos ciudadanos del mundo, como son la tolerancia, el respeto y la aceptación de la diversidad, en cuanto credos, razas (término incluso obsoleto), costumbres, etc. Ello, tras el crecimiento de la educación y, últimamente, los efectos de la globalización, que nos hicieron comprender que nuestra existencia y las costumbres que cargamos solo dicen relación con un efecto del azar espacio/tiempo. Ello de algún modo, y considerando que al día de hoy hay 4200 religiones en todo el orbe [Shouler, 2012], ha permeado en la sociedad y la ha secularizado. El mismo reconocimiento de esta diversidad, intensificada con los masivos movimientos migratorios, hace imposible de manera natural mantener la casuística de que solo una (de las 4200) es LA religión verdadera, por tanto, incluso dentro de las mismas iglesias, se han formado movimientos ecuménicos o que agrupan a distintos credos, y este efecto es inmensamente superior en la sociedad civil. Considerando este panorama, in crescendo por lo demás, los estados y sus gobiernos han debido adoptar medidas que, más que segregar o mantener una diferencia, unan a sus habitantes o les permitan no ser discriminados por sus tradiciones, valores o creencias, aún cuando no coincidan con las del pretérito reciente de la nación que hoy les ha tocado habitar. Este hecho es el que justamente, y desde hace al menos dos décadas, ha impulsado demandas desde la ciudadanía a los poderes ejecutivos y legislativos de los países, a que modernicen sus agendas y, si bien no sean prohibidas en absoluto, las ceremonias que no representen a la totalidad de los habitantes de un país empiecen a ser

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relegadas a los planos individuales y voluntarios, como corresponde para una actividad en que la república se vea involucrada, como es la conmemoración de una junta de gobierno o una independencia. Hoy, los actos derivados por los mismos protagonistas de estos eventos, debiesen poner en tela de juicio la cancelación de este acto como acto oficial de un país y comenzar a instaurar nuevas tradiciones, para que nuestra donación a las siguientes generaciones lleve el sello de la tolerancia, la diversidad y el respeto al ser humano como tal, habitante de un país donde todas las cosmovisiones y cosmogonías sean bienvenidas y ninguna de ellas privilegiada. En síntesis, la anhelada neutralidad del Estado laico, de la que se escribía ya en el siglo XVII: “...todos estaban de acuerdo que la sujeción del Estado a la Iglesia era espuria. Montesquieu ... compartía la división entre Iglesia y Estado propugnada por Locke y afirmaba que las religiones no debían ser tomadas como fundamento del Estado. Los no cristianos, como Voltaire, Hume y Smith, estaban de acuerdo con él y todos respaldaban la libertad de culto por la que Locke y Spinoza habían abogado” [Copson, 2017]. La segunda y final parte de este análisis, dice relación con una hipótesis que me gustaría plantear al lector, en cuanto al alicaído alcance y efectividad del discurso de los credos de turno que, de algún modo, fuerza a sus directores o autoridades a generar polémicas como la comentada. Ya desde el 2016, tras el episodio Ezzati, he sostenido con fuerza y, por supuesto, bastante data acumulada que estos incidentes son buscados o manejados por los jerarcas de los credos organizadores de los encuentros religiosos en fiestas patrias con tal de intentar hacer llegar su discurso a través de canales masivos y prensa, considerando el peso que arrastra un acto de Estado, dado que simplemente sus adherentes voluntarios, que no solo van en caída libre en cuanto a números de manera global (aunque entre los mismos credos haya traspasos), sino además a que sus preceptos no están siendo considerados siquiera por estos mismos creyentes. Veamos. Acorde a la última encuesta Bicentenario del 2019 (considerando que no hubo registro al respecto en el último censo nacional) realizada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, el mundo de la creencia o no creencia se divide en un 68% versus un 32%, con un diferencial de 11 puntos este último y en un alza sostenida en cada medición. De hecho, entre el 2006 y el 2019, los creyentes, independiente de la religión a la que adhieren, pasaron de un 88% a un 68%. Es decir veinte puntos de diferencia en trece años. Esos mismos veinte puntos son la diferencia, pero al alza, en el lado de los no creyentes, lo cual refleja lo recientemente comentado, es decir, una secularización de la sociedad.

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Continuando el análisis, si revisamos la última encuesta disponible referente al aborto, eutanasia, matrimonio igualitario, igualdad de género y otros temas similares mal denominados “valóricos”, vemos que la encuesta Plaza Pública N° 364 de diciembre del 2020 entrega interesante referencias actualizadas al respecto. Pueden hacer el ejercicio, de todos modos, con cualquier encuesta al respecto. Todas de números muy similares. Si vamos al tema del aborto, algo vetado por la mayoría de los credos de turno considerados en la encuesta Bicentenario, siendo la vertiente católica y la agrupación de las evangélicas las principales, sus preceptos indican que la vida humana inicia en la concepción y no en el nacimiento mismo, como para la ley civil, momento en el que se considera persona [Art. 75 Código Civil]

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o desde la semana 12 a 14 acorde a las indicaciones provenientes de la ciencia, que corresponde al período cuando el sistema nervioso complejo comienza a desarrollarse o las semanas 14 a 16 que es cuando el cerebro comienza su desarrollo. Recordemos que hasta el segundo mes de embarazo biológicamente hablando se llama embrión y en el tercer mes recién recibe el nombre de feto. Bien. Considerando entonces, que estos preceptos son informados constantemente a los adeptos voluntarios a sus creencias y que estos representan en conjunto un 68%, debiesen coincidir con las opiniones vertidas en la otra encuesta. Sin embargo, vemos en la siguiente gráfica que las personas que están de acuerdo con el aborto en tres causales, actual ley, corresponden al 74%. Es decir, si bien se podría esperar

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casi un 70% de rechazo al aborto acorde a los dogmas y preceptos de los credos, lo que sucede es casi exactamente lo contrario. Más de ese 70% incluso está de acuerdo con él. En otras palabras, 3 de cada 4 personas están en desacuerdo con esa norma que proviene de la religión. En el segundo caso, el matrimonio homosexual o igualitario, el porcentaje es exactamente el mismo. Es decir, aún cuando según el actual mandamás local del credo mayoritario en Chile indica que lo referente al matrimonio distinto al que se da entre un hombre y una mujer es un valor innegociable, sus propios adherentes no están de acuerdo con ello y no en poca cantidad, como podemos ver. El mismo ejercicio lo pueden realizar ustedes ahora con el tema de la eutanasia, cambio de género en adultos y menores y adopción homoparental. El resultado será el mismo. Décimas más o décimas menos, el mensaje que transmiten a quienes incluso voluntariamente adhieren las personas no está causando efecto. Y si no causa efecto siquiera, repito, en los que voluntariamente siguen estas directrices, que además están lejos de ser una ley científica o universal, ¿cómo esperan entonces dichas autoridades religiosas que quienes no siguen sus creencias, deban incluso someterse a ello? La respuesta de mi hipótesis es que lo quieren imponer a través de

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algo que sí nos compete a todos obligatoriamente, es decir, la ley civil. Aunque suena no paradójico, sino descabellado, esto es lo que se busca cuando se pretende pautar a una autoridad civil cuya labor no solo está lejos de replicar mandamientos de las distintas creencias de turno, sino que está justamente en la antítesis de ello. Las leyes de un país afectan a todos los habitantes e incluso a los pasajeros del territorio en que estas rigen, sin importar su nacionalidad, género, credo, origen, etc. y es por ese mismo motivo que el laicismo es la herramienta clave que permite a un funcionario público electo dirimir entre, incluso las legítimas propias, creencias y bien común. Este concepto es el que siempre debe estar presente en una sesión legislativa. El día en que se legisle nuevamente sobre aborto, eutanasia, género, matrimonio civil, etc., los argumentos sobre la mesa deben ser netamente técnicos: médicos, psicológicos, socio económicos, sociales, demográficos, sociológicos, etc. En ningún, pero en ningún caso, debiese existir un argumento, por mínimo que sea, que provenga de las religiones, pues aquel mundo es un mundo voluntario, cambiante y, opuesto 180 grados a las leyes, que como mencioné, aplican a la totalidad de los habitantes y pasajeros de una nación o país y deben ser confeccionadas y trabajadas bajo esa premisa. ¿Quita lo anterior que una persona, incluso un legislador o un presidente, pueda tener, adherir fielmente e incluso practicar los dogmas y doctrinas de una religión? En absoluto. Mientras ellos queden en el fuero interno y/o voluntario y no intenten ser impuestos a otros que, también voluntariamente, no los quieran adherir, todo estará correcto y seremos una sociedad con un gran crecimiento en tolerancia, respeto a la diversidad y libre opción. ¿Cuáles son los motivos por los cuales ni siquiera sus propios adherentes voluntarios practican o están de acuerdo con sus lineamientos? La verdad es que no lo sabemos y considero por mi parte, sería un estudio digno de ser realizado. ¿Es correcto que, pese a lo anacrónico de este tipo de ceremonias y a que es culpa del mismo poder ejecutivo y legislativo el que se mantengan vigentes en cuanto se continúa asistiendo a ellas con su investidura y continúen siendo declaradas actividad oficial entre las ceremonias de fiestas patrias, nuestras autoridades tengan que recibir maltrato de parte de los “dueños de la casa” a la que fueron invitados? La respuesta a esa pregunta, en la misma encuesta Bicentenario, fue más o menos esbozada por sus propios adherentes. Sería interesante que las cúpulas de los credos, escucharan a su propia gente, que a veces sin ser experta en el término laicismo, entienden la importancia y efecto de su significado y alcance.

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Seguimiento Constitucional

UN PROCESO.

NO SÓLO UNA CONSTITUCIÓN “No hay camino hacia la paz, la paz es el camino” Mahatma Gandhi POR GALO LÓPEZ ZUÑIGA Administrador público y Cientista político

político e institucional. En específico, reflexiones que la comprendan como algo mucho más amplio y profundo que un texto jurídico que ordena, subordina y regula. Así también, relevar la cualidad excepcional del proceso y la oportunidad que se podría abrir, si no reiteramos los errores de siempre, llevando el proceso constituyente hacia la imposición de los vencedores sobre los vencidos. Para lo cual, nos parece relevante, destacar el valor de la conciencia para darnos cuenta del momento y del diálogo como herramienta.

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esde que en el año 2016 se formalizó el llamado al proceso constituyente, me sumé con entusiasmo a participar en los encuentros locales autoconvocados y en sus posteriores cabildos comunales y regionales. Entusiasmo e interés que volvió a emerger en el actual proceso ya en desarrollo, derivado del llamado estallido social de octubre de 2019 y canalizado política e institucionalmente por medio de la convención constituyente, conformada esta, luego de los procesos eleccionarios de este año. En ambos casos, la cuestión constitucional ha sido algo recurrente al interior de las familias, entre los amigos, en los gremios, en los sectores políticos y, en mi caso, en las actividades académicas en las que me muevo habitualmente. Ello, por cuanto hablar de la Constitución Política del Estado nos sitúa en el tema de la mayor relevancia para el país y su futuro. Con ese espíritu y el mismo entusiasmo de siempre, me parece pertinente y oportuno en este momento constituyente, compartir algunas reflexiones que releven algunas ideas, inquietudes y aportaciones que amplíen la comprensión de la Constitución como fenómeno

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Una triple dimensión de la Constitución Antes de referirnos a esta llamada triple dimensión, digamos que la Constitución no es solo un texto, es decir, un documento jurídico que establece la organización política y territorial del Estado, sus bases institucionales, los derechos y deberes ciudadanos y las funciones de los poderes públicos, entre otras importantes temáticas. Ello, entendemos, solo da cuenta de las características formales de la Constitución, por lo que quedarse en la idea de un documento (por muy relevante que este sea), nos impide ver y comprender su real importancia y trascendencia, que es lo que subyace a ese texto como herramienta política diseñada e instrumentada por su poder constituyente. En efecto, desde antes, más allá

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o por debajo de ella, la Constitución es la parte visible de lo que llamaremos el sub-texto o el pre-texto que la inspira, modela y anima. Así, un documento que no es ajeno o independiente del régimen político que la sustenta y que se vale de ella como contrafuerte de sus ideas e intereses. Por lo tanto, una buena Constitución no es solo un texto jurídico completo en las temáticas que debe contener y bien redactado para aclarar dudas, evitar confusiones y orientar las decisiones políticas y jurídicas. Una buena Constitución es, antes que ello, un documento que se sustenta en una realidad política con el poder y la autoridad necesaria y suficiente que la legalice en sus formalidades, la legitime en su pertinencia con la realidad y la mantenga a través del tiempo, por su capacidad para armonizar la estabilidad que la sostiene y la adaptabilidad que mantiene su vigencia. Al respecto, la historia constitucional suele ser la historia escrita en la forma de una Constitución, redactada por los vencedores de las luchas políticas; es decir, de quienes lograron con esa victoria, imponer sus ideas e intereses a los vencidos. Lo que -nos parece- quedó claramente en la Constitución de 1980. Con ella, el gobierno militar y sus civiles afines, pudieron establecer un texto constitucional con un evidente pre-texto o sub-texto inspirado, modelado y animado por el régimen político -y por lo tanto de fuerza- vencedor. Empoderado formalmente este a la luz de la Constitución de 1980, sus leyes orgánicas y de quorum calificado.

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Por ello, y en medio del actual proceso constituyente, nos parece pertinente, prudente y necesario referirnos a esta triple dimensión de la Constitución. Y esto, a fin de relevar no solo su importancia, sino que particularmente la solidez, estabilidad y proyección política que la Constitución debe proveer al país como instrumento institucional. Lo que, por cierto, es un “téngase presente” para las actuales estructuras de poder que el país tiene, y cómo sus actores deben generar los ambientes de diálogo para construir esa base común que les sirva a todos. Y, a diferencia de ello, evitar que volvamos a reiterar el error de siempre, que la Constitución vuelva a ser el texto de los vencedores que se dieron el orden que ellos requieren, por sobre la derrota de los vencidos. Sean estos de derecha o de izquierda, de la generación de los jóvenes por sobre los viejos, o la elite sobre las masas, o de la burguesía sobre el proletariado, es decir, de los unos ganadores sobre los otros perdedores. Dicho todo esto, a continuación se esboza esta llamada triple dimensión de la Constitución, que nos parece relevante para tener una mejor y más completa comprensión de este importante texto que está en desarrollo. Primeramente, entendamos la cualidad explicativa que la Constitución provee, es decir, qué aspectos de la vida y la convivencia serán comprendidos en su texto, cómo podrán ser abordados, cuándo y por qué instancias. Así, la Constitución es el instrumento formal que su poder constituyente originario ha establecido, para que el país proyecte y canalice política y norma-

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PROCESO CONSTITUYENTE tivamente sus problemas y anhelos. Y ello, desde sus vicisitudes y hechos emergentes, hasta sus grandes proyecciones de cambio y transformación; sujetas estas a los requisitos -también formales- para que el poder constituyente derivado, pueda hacer los ajustes que no contravengan su espíritu originario. Es lo que algunos denominan, la carta de navegación establecida para que el país pueda conducirse por las contingencias de su realidad e historia. En ese contexto, nada de lo relevante para la vida individual, colectiva y social debe quedar silenciada, oculta o invisible, cuando esa realidad requiera de los procesos normativos que la Constitución establece o abre como posibilidad. Desde la niñez a la vejez, desde la vida y hasta la muerte, desde lo real y concreto hasta los sueños que nos inspiran. Todo, en alguna medida o bajo ciertas circunstancias, requerirán del sustento normativo que la Constitución provee, faculta o permite crear, como respuesta institucional ante esa realidad y sus apremios. Así, la educación, la salud, la seguridad social, la defensa exterior, la paz interna, la movilidad social, la equidad, la convivencia, las responsabilida-

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des ciudadanas, las formalidades que requieren los acuerdos en todos los ámbitos de la vida o la libertad de conciencia; entre tantos más. Todo lo cual, por cierto, no es un fundamento para hacer de la Constitución un largo texto que pretenda abarcarlo todo en sus detalles. Tan solo un documento cuyos principios abran opciones y caminos, por los cuales la política pueda transitar posteriormente, ante las vicisitudes, los apremios, las urgencias y las realidades emergentes del tiempo. Luego, y por otro lado, la Constitución también implica lo que aquí denominamos la Cualidad Justificadora que la sostiene. En efecto, la Constitución no es sólo aquello que dice relación con el sujeto que, desde sus particulares, mira y requiere de un contexto institucional que lo reconozca y sostenga, como parte de un todo en donde canalizar sus dolores, anhelos y ser reconocido en sus derechos. A diferencia de ello y en el otro extremo de cada sujeto en particular, la Constitución asume de manera implícita la forma de un constructo que implica esa totalidad, es decir, una verdad o la “verdad” de sus gestores y promotores. Con ello, un relato que quiere dar cuenta de esa “verdad” como axioma incuestionable. Aquí, el peso de su dogmática. Para algunos, la incuestionabilidad de la propiedad, de la primacía de lo privado sobre lo público, del Estado mínimo o la subsidiariedad, del crecimiento y la riqueza económica, entre otras. O bien, quienes se valen de la Constitución para fortificar la primacía de lo público y del Estado, la socialización de la propiedad, el valor incondicionado y absoluto de los derechos, la apropiación del concepto de pueblo y su superioridad moral, etc. Así como también, la forma particular de entender -con una pretensión universal por cierto- de ciertos conceptos y valores; sean por ejemplo: la libertad, la igualdad, la equidad, la solidaridad, o cualquier otro bajo el tamiz de los intereses que subyacen u orbitan ese orden constitucional. En ese contexto, la Constitución es también el marco normativo que establece un orden general. El que requiere sustentar los límites entre lo público y lo privado, entre la libertad y la igualdad, entre lo cívico y lo militar, entre el sujeto como individuo y como parte de un colectivo mayor, entre lo propio y lo de todos, etc. Todo lo cual, está contenido en un relato mayor que pretende universalizar esa “verdad”, que aspira a ser el sostén moral del orden constitucional. Así, la Constitución es mucho más que una supra norma bajo la cual se ordenarán las otras; pues, a través de ella, también se pretende modelar a la sociedad con sus apremios, contingencias, emergencias y anhelos. En tal contexto, podemos decir que, si bien la Constitución es el texto formalizado como supra estructura

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que fija y reglamenta; es también un sub-texto o un pre-texto constituido por una voluntad que subyace. Con ello, una estructura normativa compleja y diversa, pero que gira en torno a una fuerza centrípeta, difusa y no explícita, pero que tiene la fuerza para aglutinar y armonizar esa diversidad. Así, la Constitución es un nodo normativo (texto, sub-texto y pre-texto) sustentado por esa fuerza como centro de poder con su dogmática. Un centro en torno del cual, orbitan distintos cuerpos normativos auxiliares, complementarios y funcionales a ese poder como estructura hegemónica. Claro ejemplo de esto, por una parte, nos parece que es el concepto del Estado subsidiario, cuyo peso axiológico es distintivo en la Constitución de 1980. Sin embargo, un concepto que no está explícitamente referido en el texto de dicha constitución. Lo que -entendemos- nos lleva necesariamente a esta idea del pre-texto o sub-texto, ya que dicha constitución solo se comprende al alero del Estado subsidiario, como categoría fundamental y fundacional de su dogmática. Por otra parte, y también a modo de ejemplo del poder central constituido gracias a la Constitución de 1980, son las llamadas Leyes Orgánicas Constitucionales o Leyes de Quorum Calificado. Todas las cuales, sin ser parte del texto constitucional, tienen un peso y una impronta constituyente incuestionable; ya sea en la educación, en la salud, en la seguridad social, en la organización del Estado, en la administración local, en las fuerzas armadas y de orden, etc. Con todo ello, un orden constitucional que es mucho más que su texto. Y por último, entendemos que la Constitución, más allá de ser la macro norma o el producto de una fuerza capaz de modelar institucionalmente los procesos humanos y sociales; es también la forma como

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se estructura y funcionaliza el ejercicio del poder. En efecto, la realidad está permanentemente exponiendo e imponiendo nuevas coyunturas y cambios estructurales que deben ser asumidos por la vía institucional. Todo lo cual, requerirá de los procesos políticos como formas mediáticas capaces de asumir y procesar esas coyunturas y cambios. Es aquí, en la dinámica histórica de la sociedad, el lugar y el momento en que la Constitución induce y favorece las formas de ejercer el poder político, para que su doctrina se mantenga a través del tiempo. Con ello, la Constitución es la forma como se ejercerá institucionalmente el poder, estableciendo los procesos, los procedimientos, los protocolos y las opciones que cautelen esa doctrina. Aquí, la Constitución la entendemos como el producto de una tendencia, de una doctrina; es decir, de una forma para comprender a la sociedad, establecida desde el poder constituyente originario que la diseñó, que la mantiene como eje gravitatorio y que sigue siendo cautelada por sus afines. Un poder constituyente originario que emerge como influjo o como regla, para que la realidad siga los derroteros de su dogmática. Es lo que explica las restricciones de la dinámica de la política, cuando las demandas se enfrentan a las formas y protocolos que la constitución favorece, como opciones funcionales a sus parciales. Ahí, la Constitución hace sentir el peso de sus preferencias, como herramienta al servicio de sus custodios y favorecidos; quienes cuentan a su favor: con las formalidades, los protocolos, las instancias y, particularmente su Tribunal Constitucional, para interpretarla en su docta doctrina. Y esto, en el caso de la Constitución de 1980 los ejemplos abundan, a saber: cómo las presiones por cambios educacionales de fondo, en particular en beneficio de la educación pública, terminaron por aumentar las prerrogativas y los ingresos de la educación Privada. También, cómo las demandas sobre el sistema de pensiones, derivó en la creación de multifondos y en la posibilidad de una nueva oferta por la vía de una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) estatal, sin tocar a las AFP privadas como operadores de una industria. O cómo la crisis del sistema de salud, aumentó el negocio para las clínicas privadas, por la vía de la derivación de parte importante del presupuesto público. O cómo las limitaciones del Estado para financiar inversiones de infraestructura, terminó por crear una enorme industria en materia de concesiones. Y así, en tantos otros ámbitos, en los cuales la estructura de poder que la Constitución ha favorecido, sigue obteniendo los beneficios de una modelación constitucional, cuyos cambios profundizan la misma doctrina que los beneficia.

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FRATERNITAS DE LA REPÚBLICA CONSOLIDACIÓN DE UNA CEREMONIA DE UNIDAD Y DIÁLOGO DESDE EL LAICISMO Con un llamado a la unidad y al diálogo se desarrolló la tercera versión de Fraternitas de la República, el jueves 9 de septiembre, en una versión mixta -inédita- en que se combinaron invitados presenciales y telemáticos.

POR ROXANA IBARRA BRICEÑO Periodista

valores que deben ayudar a superar las diferencias y los intereses parciales, para entregar a la patria la esperanza de la unidad. La ceremonia se realizó desde la perspectiva de un país en profunda reflexión por las demandas de aquellos más postergados, un país víctima del asombro por la destrucción que empañó la paz de las demandas, y que sembró divisiones que se deben superar, un país sufriendo la alarma angustiosa de una pandemia que ha exigido la más ardorosa lucha para cuidar y curar. Un país, asimismo, que apela a

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a Gran Logia de Chile y la Gran Logia Femenina de Chile, desde el 2019, invitan a todos los miembros de la comunidad a una ceremonia para conmemorar la esencia misma del concepto de Patria. Justamente en el mes que se celebra la Independencia, ambas Instituciones ofrecen un homenaje, con el inclaudicable propósito de tolerancia, libertad y fraternidad,

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la fortaleza de espíritu por todas las vidas perdidas, un país que lamenta las disputas ideológicas cada vez más airadas y lejanas del diálogo…pero un país que, confiando en su historia y en la bondad de su gente, se aferra a la esperanza de un futuro mejor. La ceremonia contó con la presencia del vicepresidente de la República, ministro Rodrigo Delgado; y otras autoridades nacionales, entre ellas la presidenta del Senado, Ximena Rincón y el mensaje enviado por la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón, quien destacó el carácter “transversal e inclusivo” de la ceremonia. “Para nosotros es importante resaltar los grandes principios que a ustedes los constituyen, como lo son la libertad, la fraternidad y la igualdad. Estos valores nos inspiran, han inspirado al país desde su existencia y lo incorporamos a nuestro trabajo”. El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sebastián Jans, al dar la bienvenida a los invitados presenciales y telemáticos, puso énfasis en que Fraternitas de la

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República era una instancia en que se invitaba a todos los representantes de las principales instituciones de nuestra República a compartir en un ambiente de respeto, fraternidad y tolerancia, para fortalecer nuestros lazos cívicos, donde nos podíamos reconocer como hermanos e hijos de una tierra común. Hizo alusión a los doscientos once años desde que nuestros padres de la patria se hicieron parte de la obra de legarnos una nación libre y soberana. “Pero también nos plantearon el desafío de construir un país acogedor, tal como lo señalaba el Libertador Bernardo O´Higgins en su carta a los pueblos originarios: “Nosotros hemos jurado y comprado con nuestra sangre esa Independencia, que habéis sabido conservar al mismo precio”- les dice, y señala que siendo idénticas sus respectivas causas, no debían reconocer en esta tierra otro enemigo de ella que no fuera el poder colonial. “No hay ni puede haber una razón que nos haga enemigos – les expresa -, cuando sobre estos principios incontestables de

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ADRIANA ANINAT, GRAN MAESTRA DE LA GRAN LOGIA FEMENINA DE CHILE

mutua conveniencia política, descendemos todos de unos mismos padres, habitamos bajo de un mismo clima; y las producciones de nuestro territorio, nuestros hábitos y nuestras necesidades respectivas nos invitan a vivir en la más inalterable buena armonía y fraternidad”, subrayó Jans. Además, enfatizó la necesidad de que el país mantuviera un diálogo constructivo entre ciudadanos, especialmente en medio del trascendental proceso para la redacción de una nueva Carta Magna, liderada por la Convención Constituyente. “No hay razón que nos haga enemigos (…) descendemos todos de unos mismos padres, nuestros hábitos y nuestras necesidades respectivas nos invitan a vivir en inalterable armonía y fraternidad… “Tenemos la esperanza que la conjunción de voluntades bien intencionadas, con responsabilidad y respeto, hará posible construir una sociedad mejor, más digna y más humana”, agregó el Gran Maestro, en relación al proceso constituyente. La Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de Chile, Adriana Aninat, por su parte, apuntó a que “el nuevo modelo de sociedad debe incorporar más equidad, igual acceso a educación y salud de calidad, protección social, lógica redistributiva y

MINISTRO RODRIGO DELGADO, VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

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LOS JÓVENES Y SU VISIÓN DE LA PATRIA Cinco estudiantes, Andrea, Martín, Lucas, Florencia y Renata, del Colegio La Fontaine, fueron los encargados de resaltar los valores que están vivos en la patria todos los días y que siempre pugnan por brotar. Fueron ellos los que pidieron a las autoridades, a Chile, que no olvidaran que los valores de amor, solidaridad, justicia, paz y entendimiento podían constituir la esperanza de un mañana mejor.

• derecho al trabajo”, al tiempo en que recalcó que “no debemos seguir en la creencia de que podemos tener un crecimiento económico casi infinito, en un planeta finito. El llamado es a modificar el paradigma, y entendernos como humanidad en la naturaleza y no sobre la naturaleza”. Al referirse al laicismo dijo que para las masonas debía ser una forma de vida sustentada en la tolerancia, en el respeto, en el desarrollo de juicios más allá de los prejuicios, una forma de vida que se basara en la democracia y en el progreso de la persona. “De ahí nuestra cruzada por la justicia, por la equidad, por el respeto a la diversidad… por una sociedad más justa y fraterna donde imperen la solidaridad, la sororidad y el amor. En el momento histórico en que nos encontramos, tenemos esperanza de un Chile más amable y acogedor para todos. En particular, tenemos esperanzas en nuestra nueva Carta Magna, y en que sus redactores resolverán las legítimas diferencias, con empatía, capacidad de escucha, diálogo y respeto en pos de un nuevo pacto social para Chile donde todas y todos tengamos cabida en nuestra diversidad y donde el Estado garantice “el buen vivir” de sus ciudadanos”, agregó la Gran Maestra.

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“No importa que pensemos distinto… aunque seamos diferentes, que tú y yo somos solo dueños de una parte de la verdad y que podemos hacerla crecer si somos capaces de unir nuestra bondad”. Andrea. “Quiero contarles que los niños somos los dueños de ese futuro que empezó hoy en la mañana y que no podremos mejorarlo sin la ayuda de todos para todos, hasta formar una base sólida, esa que suma uno más uno más de dos y que se llama solidaridad”. Martín. “…y vengo hoy solo a pedir que alguien nos enseñe a cumplir con las obligaciones para ser por siempre los más severos defensores de los derechos, creo que eso es lo justo de la justicia”. Lucas. “…si vemos en cada prójimo a un hermano el brillo de nuestra mirada reemplazará la sonrisa que oculta la mascarilla, porque la paz nos da la grandeza de estar juntos en la misma esperanza de bien”. Florencia. “…desde la mirada idealizada de una joven, que todos nos miremos entendiendo la razón de ser del otro, entendiendo la razón del orgullo del otro y hagamos de ese entendimiento un suelo fértil”. Renata.

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Casablanca O UNA LECCIÓN ACERCA DEL BIEN COMÚN Rick: Recuerdo cada detalle, los alemanes iban de gris y tú llevabas un vestido azul” POR JORGE CALVO ROJAS Escritor

tas veces lo reseñó la crítica- solo se trata de un triste episodio romántico en el marco de un conflicto bélico. Una interrogante siempre persiste: Si Rick e Ilse se aman, son adultos y disponen del libre albedrío ¿por qué razón no realizan su amor? ¿Qué se los impide? ¿O acaso el amor romántico no vale la pena? Quizá la respuesta hay que buscarla en la reseña de los críticos. Especialmente en la frase: una triste historia de amor en el marco de un conflicto bélico… El próximo 26 de noviembre se cumplen 79 años desde el día de su estreno.

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ace cuatro años, al cumplirse el 75 aniversario del estreno, se ofreció una versión remasterizada de la despiadada y hermosa Casablanca: una película que ha devenido un paradigma en la historia de la filmografía mundial. A pesar de sabérmela de memoria, cada vez que la encuentro en la pantalla chica me la vuelvo a devorar, con sus escenas que nunca aparecen completas, asoman siempre cercenadas por criminales avisos publicitarios, con las voces de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman cacareando un español ibérico que los eleva a la cima de lo ridículo, continúa siendo una suerte de alimento vital y al mismo tiempo se alza como un enigma insondable. Además, era la primera vez que la vería en la enorme pantalla de una sala de cine y sentado en una butaca real. La disfruté, me pareció de una belleza impecable, pensé que era el testimonio de una época que solo se podía apreciar en blanco y negro. Salí del cine preguntándome por qué razón una historia tan conocida ejerce esa poderosa fascinación. A fin de cuentas -como tan-

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UN MARCO BÉLICO Todos los preparativos previos antes de iniciar el rodaje de la película: adquirir un guion, contratar a los guionistas que lo adaptaron, la elección del director (la primera opción del productor Hal Wallis para dirigir la película recaía en el Gran William Wyler, pero no pudo, tenía otro asunto entre manos) comenzaron en 1941, antes del ataque japonés a Pearl Harbor que obligó a los norteamericanos a ingresar en la Segunda Guerra Mundial. Antes de aquello la opinión pública estadounidense rechazaba fuertemente la idea de ingresar a la

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ATAQUE JAPONÉS A PEARL HARBOR QUE OBLIGÓ A LOS NORTEAMERICANOS A INGRESAR EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

guerra. Desde septiembre de 1939 hasta noviembre 1941 las tropas alemanas de la Wehrmacht dominaban Europa continental y se encontraban a las puertas de Moscú. Hitler se alzaba en la gloria y parecía que nada en el mundo lo podría detener. El espectáculo era gravísimo, ciudades bombardeadas, campos de exterminio, gente de todas las nacionalidades huyendo a través del Viejo Mundo en procura de rutas de escape para abandonar el infierno, los refugiados y los emigrantes colmaban puertos y aeropuertos. Una de estas rutas conducía de Marsella, y de ahí al norte de África y luego en vehículo o a pie hasta Casablanca, en el Marruecos francés, donde con influencias y dinero se podía conseguir un asiento en una pequeña aeronave con destino a Lisboa, en Portugal. Finalmente, cruzando el Atlántico aguardaba la tierra prometida. En estas circunstancias el VI Ejército alemán comandado por Von Paulus, cumpliendo el ambicioso plan de Hitler, trata de ocupar la ciudad de Stalingrado, a orillas del Volga, en el sur de Rusia. El Sexto Ejército se ve primero frenado, luego recibe un fuerte castigo y, al fin, es cercado y sitiado hasta que Von Paulus decide deponer armas ante el Mariscal ruso Zhukov. En el intertanto se produce el ataque japonés a la base militar de Estados Unidos en Pearl Harbor, y a consecuencias de aquello Estados Unidos ingresa a la guerra. A fines de 1941 El Ministerio de Guerra de USA, pre-

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viendo este escenario, había decidido utilizar el poderío movilizador de la industria cinematográfica para crear en el público un ánimo positivo frente a la guerra, y a los ejecutivos de la Empresa Warner les corresponde hacerse cargo de esta tarea. Los norteamericanos desplegarán su flota contra los japoneses en el Pacífico, pero también han declarado la guerra a Alemania y se unirán a las tropas aliadas. Un primer contingente al mando del General George Patton cruza el Atlántico para apoyar a los ingleses que luchan contra el cuerpo expedicionario de Rommel en el norte de África. Las tropas de Patton desembarcan en el Marruecos francés, muy cerca de Casablanca. Y del bar de Rick.

TODOS VIENEN AL CAFÉ DE RICK Y por favor nadie se imagine a Casablanca, una obra de cine arte, como la creación o el resultado del trabajo de un cine de autor, al estilo Bergman, Fellini o Kurosawa. Lejos de eso, esta es una película de confección casi artesanal, que se iba modificando a medida que avanzaba y en la que nadie imaginaba siquiera como terminaría. De modo que más bien toda ella es obra de un milagro. Todo se inicia cuando Warner Brothers, para dar curso a la tarea encargada, adquiere por veinte mil dólares los derechos de una pieza de teatro llamada

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LAS TROPAS DE PATTON DESEMBARCAN EN EL MARRUECOS FRANCÉS, MUY CERCA DE CASABLANCA

“Todos vienen al Café de Rick”. Era primera vez en la historia que se cancelaba tan importante suma de dinero por una obra aún no estrenada. La obra original nace de un viaje que hizo Murray Burnett en 1938, ocasión en que visita Viena, justo antes de la anexión de Austria a la Alemania nazi. Murray pasó también por la costa sur de Francia, donde compartían, no sin dificultad, asentamientos de nazis y refugiados. Los cafetines y tugurios nocturnos de esta zona inspiraron el Café de Rick (en especial uno llamado «Le Kat Ferrat»). Sam, el personaje del pianista, se basa en un pianista que Burnett conoció en Jean-les-Pins. En la obra teatral, el personaje de Ilsa es una joven norteamericana de nombre Lois Meredith y ella no conoce a Laszlo, su marido, hasta después de que su relación parisina con Rick ha terminado. Un Café, ya lo ha dicho Eco, es la síntesis de todos los lugares significantes arquetípicos: el hotel, La Legión Extranjera, el vapor del Missisipi, burdeles de Nueva Orleans, antros de Macao o Singapur. Un lugar de encuentro para peregrinos extraviados, semejante a la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, donde cada noche se mezclan y confunden espías, aventureros, traficantes, policías, resistentes, políticos, militares y toda laya de refugiados. Los primeros escritores en trabajar el guion fueron

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los gemelos Julius y Philip Epstein, quienes en esencia acentuaron los elementos de comedia. Luego y trabajando en paralelo con ellos intervino Howard Koch, un escritor que resalta los elementos políticos y pone de relieve tintes melodramáticos. Finalmente fue el director Curtiz quien favoreció las partes románticas, al introducir los flashbacks sobre París y, a pesar del enorme número de escritores involucrados, el filme posee eso que Ebert describió como un guion de «maravillosa unidad y consistencia». Y, de esta visión dual de la película, nace esa tensión entre distintas visiones, lo que motivó la existencia de cierto balance entre lo bélico y lo romántico. Pero cuando el maíz funciona, no hay nada mejor. La palabra inglesa original, corn (maíz) también se refiere, en el slang, a un tipo de humor tonto, gastado y sentimental. El filme también chocó con problemas, el cuerpo de autocensura de la industria hollywoodense (Production Code Administration), objetó que el personaje del capitán Renault solicitara favores sexuales a cambio de visados y que los personajes de Rick e Ilsa hubieran dormido juntos en París. Ambos puntos, de todos modos, permanecieron de manera implícita en la versión final. Pero el código de moral para el cine de esa época no permitía que en el final una mujer casada abandonara a su marido. Max Steiner orquestó una música tomada de canciones populares, como la ya mítica As Time Goes By. Y todo lo combinó a la perfección el director Michael Curtiz, quien hizo de Casablanca un género cinematográfico en sí mismo, mezcla de drama, romance y película de guerra.

EL ROMANCE: RICK E ILSE “Y de todos los bares en el mundo ella tenía que ingresar en el mío.” El filme se inicia con una reveladora voz en «off»: «Al estallar la Segunda Guerra Mundial fueron muchos los que desde la prisionera Europa dirigieron sus esperanzadas o desesperadas miradas hacia la libertad de las Américas. Lisboa se convirtió en el principal punto de embarque. Pero no todo el mundo podía llegar directamente a Lisboa. Y así comienza un largo y penoso peregrinar. De París a Marsella. Por el mediterráneo hasta Orán. Luego, bordeando África en tren, en barco o en automóvil hasta Casablanca, en el Marruecoss francés. Aquí los más afortunados conseguían con dinero, influencia o suerte, sus visados de salida, viajaban hasta Lisboa y de allí al Nuevo Mundo. Pero todos esperaban en Casablanca, y esperaban, esperaban, esperaban…». En tanto esperaban, acudían por las tardes al café de Rick. En las primeras escenas vemos un personaje que ha robado un par de visas o salvoconductos a toda

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LASZLO SE PARA DELANTE DE LA ORQUESTA Y LOS INVITA A TOCAR LA MARSELLESA

prueba y planea venderlos a algún desesperado en el Café y le pide a Rick que se los guarde, luego desfilan una serie de personajes inquietantes, tahúres, prostitutas, exiliados que se ganan la vida de cualquier forma. Rick se muestra como un hombre duro y misterioso, con ese aire pesimista de escéptico irremediable: no se preocupa por nadie y no hace planes a largo plazo. Entonces ingresa una bella y elegante mujer que va a sentarse a una mesa y muy pronto le hace señas al pianista al que parece reconocer y le solicita una canción. El pianista se niega a complacerla. Ella insiste. Acompañada por los acordes del piano la canción se deja oír. Aparece Rick diciendo - ¿No te he dicho que no toques esa canción? Pero al verla a ella enmudece. Ambos se miran. En ese instante aparece Renault el prefecto de la policía acompañando al marido de ella, de nombre Laszlo, un líder checo, héroe de la resistencia, que huye de la policía secreta nazi. En aquel instante Rick quiebra todos sus esquemas, invita al grupo a beber champagne, se declara cínico, y preguntado sobre su nacionalidad responde que es alcohólico. Parece herido por algo innombrable en su diálogo con Ilse.

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Aquella misma noche un poco más tarde, mientras Rick bebe a solas en su despacho, Ilse reaparece, viene a dar explicaciones, a disculparse… Nos enteramos que ellos se conocen de antes, de París, planeaban huir juntos el último día cuando los nazis ingresaron, pero Rick la quedó esperando bajo la lluvia en una estación a la que ella jamás llegó. Ella necesita visas urgentes. Rick inmutable responde con sarcasmos. No le cree y no hará nada por ayudarles. No revelaré otros entretelones de la película, pienso que muchos la conocen o deberían verla, solo diré que en lo esencial Ilse (Ingrid Bergman), es la esposa de Laszlo. Pero, también fue amante de Rick. Ahora ella solicita ayuda para conseguir los salvoconductos y poder escapar de la persecución nazi. No obstante Rick continúa resentido con Ilse ya que, en el pasado, le abandonó sin dar explicaciones; cuando ella le cuenta que estaba casada con Laszlo antes de conocerlo a él y había huido de su país porque su marido fue arrestado por la Gestapo y le dijeron que había muerto en el campo de concentración, ella decide huir a París donde conoce a Rick y se enamora sin contar nada de su pasado.

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UNA ESCENA CLAVE “Toque la Marsellesa” Una de las escenas símbolo y quizá la más potente de la película ocurre cuando el mayor alemán Strasse, en el café de Rick, lidera a un puñado de sus oficiales alemanes cantando a viva voz una de las canciones de guerra de la Wehrmatch. Laszlo que se encontraba conversando con Rick en su despacho, regresa al salón, se para delante de la orquesta y los invita a tocar La Marsellesa. En aquel momento todos se encuentran sentados de espalda a la pantalla y cuando comienzan a sonar los acordes de la Marsellesa, se incorporan al unísono, de pie en el local; todos de cara a la cámara: europeos fugitivos, prostitutas, policías franceses, truhanes, traficantes y mozos terminan cantando a viva voz el himno francés y los alemanes se ven obligados a callar. Entonces el mayor Strasse dirigiéndose el prefecto de policía francés, le dice: ¿Usted ve? Si es capaz de hacer esto aquí, delante de nuestras narices, ¿qué no será capaz de conseguir en América?

mozos, músicos y croupieres, la inmensa variedad en busca de un lugar seguro. Y Rick representa al típico héroe del viejo oeste, solo en el bar bebiendo su whisky. Algo decepcionado, pero aun preguntándose qué es lo correcto. En aquel momento lo primordial es derrotar al nazismo y poner punto final a la destrucción. Es como ese personaje de Shakespeare ante la duda, ¿Qué hacer? ¿Huir con su amada Ilse a vivir el amor? O ¿Dejarla ir para fortalecer a Laszlo y contribuir a ganar la guerra? La película se filmó completamente en los estudios de Hollywood, pero cada año llegan a la ciudad de Casablanca legiones de turistas preguntando por el Bar de Rick, razón por la cual se decidió construir una réplica exacta del Bar de la película, lo que viene a probar que la ficción produce realidad. Tal vez esta grandeza y belleza de Casablanca reside en que al final -prescindiendo de la satisfacción personal- Rick es capaz de optar por el bien común.

VIGENCIA Y ACTUALIDAD DE UNA PELÍCULA Casablanca, elegida hace muy poco como la mejor película de cine arte norteamericano junto a Citizen K, fue filmada entre el 25 de mayo de 1942 y el 3 de agosto del mismo año. La cinta fue presentada por primera vez el jueves 26 de noviembre de 1942, en el Teatro Hollywood, de Nueva York, para que coincidiera con la invasión de las tropas aliadas de la costa norte de África y la captura de la ciudad de Casablanca. Eso significa que se estrenó en tiempos de guerra. Los espectadores que la vieron por primera vez vivían en un mundo sacudido por el espanto de la Segunda Guerra Mundial. Si bien Estados Unidos venía colaborando con armas, municiones y equipos al esfuerzo bélico de los aliados en Europa, no fue hasta diciembre de 1941, cuando se produce el sorpresivo ataque japonés, que el Congreso norteamericano, se ve obligado a declarar la guerra, y de todos modos, al enfrentarse a la reticencia de la población para entrar al conflicto, el gobierno tiene la necesidad de “crear” en la opinión pública una posición de “apoyo” a la causa aliada. Se sabe hoy que el gobierno invirtió recursos en campañas publicitarias para despertar el ánimo bélico de los ciudadanos y el cine y Hollywood jugaron un papel importante en estas medidas. En este sentido el Café de Rick representa en Casablanca el mundo donde también están los nazis, pero con ellos una inmensa mayoría de seres débiles, huyendo del horror y el exterminio. Desplazados, fugitivos, algunos malandrines, otros simplemente desafortunados,

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¿HUIR CON SU AMADA ILSE A VIVIR EL AMOR O DEJARLA IR PARA FORTALECER A LASZLO Y CONTRIBUIR A GANAR LA GUERRA?

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PSICOPOLÍTICA Y SALUD MENTAL

LA

NECESIDAD DE

BYUNG-CHUL HAN POR PABLO PALMA SOZA Psicólogo, Doctor en Psicología Social. Diplomado en Filosofía Docente Psicología Universidad Autónoma de Chile Sede Talca

escenario la psicología no mira posibilidades fuera del positivismo recalcitrante y los experimentos, lo que lleva a que inherentemente ignore ciertos saberes que podrían serle de utilidad para abordar la tremenda crisis de salud mental que se está presentando en el mundo por diversos factores, pero principalmente por los ciclos económicos (Gili, Campayo & Roca, 2014). Para el efecto del sistema económico preponderante y que tanto ha permeado la vida social, la psicología tradicional no da abasto para este análisis, dado que sus explicaciones son principalmente individuales y biologisistas y si bien existen áreas de la psicología, como la social que está a la búsqueda de explicaciones sociales, grupales y colectivas a los fenómenos psicológicos, su interés está lejos de la patología o las nuevas formas de patologización. Cuando surgen nuevas formas de acción que complican o pueden potencialmente complicar la salud mental de las personas es necesario recurrir a todas las fuentes de explicación, diagnóstico e intervención, en este sentido es importante que la psicología y la filosofía conversen en cuanto al posible desarrollo de temáticas afines y explicaciones complementarias (Palma, 2021). Dentro de las diversas propuestas de la filosofía, epistemológica y ónticamente diversas que podemos encontrar, una que muestra una orientación direc-

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a psicología de corriente principal ha sido tradicionalmente centrada en lo individual y lo patológico, intentando con diversas técnicas lograr que las personas en vez de cambiar su situación vital la acepten para así, superarla; por ejemplo, las muy populares terapias cognitivo-conductuales de tercera generación buscan la aceptación psicológica y la trascendencia (Moreno, 2012). Por otra parte, la psicología ha desdeñado a la filosofía desde su transformación en una ciencia positivista que busca ser aceptada en las ciencias denominadas duras, como la física y la química (Palma, 2021). En este

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ta, casi filológicamente rastreable, es la propuesta de Byung-Chul Han, filósofo surcoreano radicado en Alemania que plantea una serie de postulados centrados en las nuevas formas de explotación del neoliberalismo del siglo XXI, con su planteamiento central en la autoexploración y la sociedad del cansancio (Han,2017). En la misma lógica la autoexploración no puede ser de afuera, de forma disciplinaria, como en el siglo XX, la única forma de que funcione tiene que ser desde dentro, por algo es auto, en este sentido el mecanismo de implementación sería la psicopolítica, concepto de Han, que sería la evolución del concepto de biopolítica de Foucualt (2000), donde la disciplina era en el cuerpo, en la conducta a través de las instituciones, como la cárcel, el ejército y la escuela. Han propone que esta disciplina no es suficiente para el siglo XXI y por tanto el neoliberalismo asume nuevas formas de control y poder, en este caso de una biopolítica a psicopolítica, en

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concreto que el ejercicio de control es la psique y no el cuerpo (Han,2014). Es decir el control es una disciplina mental que se introduce desde muy pequeños en la mente de todos, de esta forma los sistemas de control físico pasan a segundo plano y siguen existiendo; sin embargo, el control mental es el primordial, control en tanto a dirigir la estructura mental a un exitosísimo radical , donde el exceso de positividad y la felicidad como un imperativo de vida son lo más importante a lograr, dejando lo negativo fuera de la esfera de lo humano, incluso medicándolo , paleándolo en una desesperada cruzada para que el ser humano exista sin sufrimiento (Han,2021). La propuesta de Han sobre los efectos del neoliberalismo es siniestra, su diagnóstico certero pero pesimista no deja mucho espacio para el cambio o la esperanza, dado que este control es sobre la psique o mente en términos actuales, es de suma importancia ver sus efectos sobre la salud mental. Si bien Han desliza ciertas patologías lo hace

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desde el punto de vista filosófico, sin adentrarse en la mecánica de la comprobación empírica (lo que sería neoliberal de hecho), cortando los puentes entre un entendimiento de la salud mental desde la psicopolítica, o incluso intervenciones en esta línea que alejen a la psicología clínica tradicional de lo individual determinista. Si bien no se puede traicionar a Han tratado de positivista (en términos científicos clásicos) la psicopolítica para tratar de “medir” su efecto sobre la salud mental, pienso que a su vez no se debe dejar tan importante concepto de enfermedad fuera, por tanto ¿cómo nos acercamos?, una opción es analizar los términos de salud mental desde una perspectiva principalmente fenomenológica hermenéutica que permita acercar este concepto a la propuesta de Han, pero el peligro es que este paradigma en los últimos tiempos también ha mutado hacia una lógica científica para poder tener espacio en las revistas de investigación principales. Es por esto que se puede proponer alternativas intermedias para el entendi-

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miento del problema, una opción es lo planteado como alternativa para las ciencias sociales en lo que podríamos denominar análisis lógico conceptual basado en el sistema planteado por Wittgenstein (2013), el cual se puede operacionalizar como un método de análisis lógico conceptual (Gómez, 2006). En concreto analizar el concepto de psicopolítica y salud mental en el lenguaje, la lógica y sus límites en este encuadre conceptual. Si este análisis es posible tendremos la oportunidad de acercar la salud mental y la psicopolítica en un territorio neutro, o lo más neutro posible a las implicaciones epistemológicas de ambas tradiciones, que parecen tan contrarias pero que a la luz del avance del neoliberalismo y sus respectivos daños a la salud mental se hace necesario poder estructurar para no descartar a priori un concepto que podría entregarnos entendimiento de efectos en salud mental y principalmente guiar procesos interventivos, sociales y políticos, en la terapia clínica tradicional.

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El desafío es como hacer entender al mundo psicológico tradicional, positivista y en concomitancia con el poder neoliberal imperante, que el control psicopolítico y la autoexploración existen como fenómenos no puramente especulativos sino con efectos empíricos claros en la salud mental de las personas. No puedes culpar a la biología o a la familia de la depresión de una persona que viaja dos horas en trasporte público para ir a trabajar, que gana lo mínimo legal, que es explotado y humillado en su trabajo, que no tiene acceso a lograr sus más profundos anhelos y que además se le culpa de todo esto a él mismo, es decir, que es él quien no cuenta con un pensamiento positivo, que no genera su propia realidad, que no quiere salir realmente de la pobreza y que por eso es su culpa y que por tanto la solución es medicar los síntomas y asistir a coach de vida y gurús de la positividad que pondrán en ti y tu pensamiento positivo toda la responsabilidad de poder ser exitosos y felices. A esa persona con depresión no se le puede culpar por un sistema que lo explota y lo aliena y además lo culpa de que eso ocurra. Es el pensamiento de Han en la psicopolítica, sociedad del cansancio, la sociedad paliativa entre otros elementos, el que nos puede entregar un entendimiento ecológico sobre los efectos de un sistema neoliberal que concentra todo en lo individual despolitizando los proceso liberadores del ser humano. Ya no se necesita el látigo o el castigo, basta con el consumo desmedido como objetivo de vida y el crédito como la única forma de alcanzarlo, convirtiéndonos en un hámster en una rueda corriendo y nunca alcanzando nada pues cuando logramos pagar el auto, resulta que ya no está de moda y por tanto necesito otro. Es más, la psicopolítica y el pensamiento de Han en general, podrían convertirse en una forma de intervención psicoterapéutica, crítica, al margen, disidente si se quiere de la corriente principal que plantea que la principal causa de nuestros padeceres es el sistema imperante. Si bien podemos disminuir los síntomas con la terapia tradicional, no podemos eliminar la causa todas las veces evaluando la relación que teníamos con el papá. No siempre la solución va a estar ahí y por tanto necesitaremos una terapia que pueda, en primer término, reconocer las fuerzas neoliberales que están sobre nuestros hombros, y en segundo término pueda activar al individuo a aceptar esa realidad o a generar una acción política que se oponga. Como una vez me dijeron en un curso espiritual, se puede alcanzar el crecimiento espiritual de dos formas, alejándose del mundo o

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cambiándolo; en este curso le enseñaremos la primera, o sea la meditación. Acá ocurre lo mismo, con la filosofía de Han podemos generar una terapia que pueda al menos dar la posibilidad a las personas de elegir entre ambas opciones, más allá de ejercicios conductuales, medicación o psicoanálisis eternos. La propuesta de Han no sabemos si él quisiera aplicarla a la psicología y la salud mental o si vería en esta disciplina un dispositivo más de control, lo que sí sabemos es que los abordajes actuales sobre salud mental no son capaces de dar cuenta de problemas tan complejos que afectan la incidencia, frecuencia tan altos de la salud mental en tantas partes del mundo y seguimos buscando en la psicología tradicional una respuesta mágica que aún no llega. El análisis lógico conceptual pudiera ser una alternativa para aunar en un campo común de conocimiento ambos conceptos que se necesitan, Han necesita los conceptos de salud mental para mejorar su teoría o pensamiento a nivel explicativo y de validación del mismo, y por otro lado la salud mental necesita nuevas formas de explicación y solución de problemas que la psicología tradicional, cómoda amiga del poder solo puede paliar, la unión más que necesaria es imprescindible.

BYUNG-CHUL HAN, FILÓSOFO SURCOREANO RADICADO EN ALEMANIA

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VALENTÍN

LETELIER

CONSTRUCTOR DE LA EDUCACIÓN EN CHILE PARTE 1 POR JOSÉ MICHEL SALAZAR Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación de Chile

es parte del reconocimiento a nuestro personaje por su aporte en distintos ámbitos de su quehacer intelectual y académico a nuestra historia educacional, como un pensador y práctico, cuya visión preclara permitió desarrollar y consolidar un sistema educacional que ha sido referente en América Latina. El diseño de esta indagación es cualitativo, interpretativo, con análisis de texto, para lo cual procedimos a realizar una búsqueda de parte de las innumerables fuentes sobre la obra de nuestro autor, de las cuales hemos seleccionado las que consideramos las más pertinentes para nuestros proAl contempla su obra en conjunto, aparece más como la de un humanista moderno que la de un pedagogo. Nada de lo que afecta al hombre colectivo le deja indiferente: la historia, el derecho, la enseñanza ocupan lugar preferente en sus actividades (Labarca, 1939). Podemos señalar como principales aportes de nuestro personaje el echar las bases de la moderna estructura curricular, al realizar el diseño de lo que denominaba un Plan de Estudio de una Escuela Modelo, cuya base era el método concéntrico, que además consideraba el método inductivo, y por ende el análisis y la reflexión como la base de dicho plan. También, fue uno de los precursores en la fundación del Instituto Pedagógico, institución señera en la formación de profesores para los liceos del país, que a lo largo de su historia contribuyó a

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l propósito de este artículo es realizar una exposición de algunos de los aportes que realizó Valentín Letelier al sistema educacional chileno, particularmente en el ámbito de la Escuela y el Liceo. El método que utilizamos es el denominado análisis de texto, que se realiza a través de diversas fuentes, tales como discursos, libros u obras escritas sobre nuestro autor. Sin duda que su aporte supera ampliamente nuestros objetivos, para lo cual centraremos nuestro análisis en tres ejes: el Sistema Concéntrico, que permitió la modernización de los planes de estudio; la creación del Instituto Pedagógico, como institución que permitiría la formación de profesores para la segunda enseñanza; y la enseñanza de la mujer, lo que le permitiría integrarse a la sociedad como sujeta activa. Su aporte, junto al de otros, fue fundamental en la modernización de la educación.

1. PRESENTACIÓN El presente artículo tiene como objetivo realizar una presentación sobre el aporte de Valentín Letelier a la configuración del sistema educacional chileno, a partir de lo que hemos denominado Educación Pública, estatal, a través de la Escuela, Liceo. Esta investigación

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formar una pléyade de intelectuales y del conocimiento en todas las ciencias. Finalmente, no podemos dejar de resaltar el aporte a la educación de la mujer, la cual, según sus palabras, debería tener el mismo nivel del hombre, para su integración como sujeto cívico.

2. LOS INICIOS Si se tuviera que mencionar a los intelectuales más relevantes del siglo XIX en Chile, además de Andrés Bello, habría que destacar a José Victorino Lastarria y Benjamín Vicuña Mackenna. De todos ellos es el pensamiento de Valentín Letelier que abordó temas como la pobreza, la educación, el rol del Estado, de la sociedad civil y de los partidos políticos, el más próximo a las tensiones y desafíos del presente (Subercaseaux, 2012). Letelier entra en el año 1872 a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, para sustentarse busca afanosamente un empleo. Ejerció como inspector suplente en el Instituto Nacional, en el cual había estudiado. En 1873 enseñó como profesor de historia en el Instituto Americano, colegio particular que gozaba de prestigio, donde permaneció hasta el año 1874. El colegio en el que había servido cerraba sus puertas. No logró el anhelo de quedarse en Santiago. Nada ni nadie lo retuvo aquí. El provinciano -había nacido en Linares- volvió a la provincia, que no era la suya, pero donde había un magisterio que ejercer. Fueron sus inicios en la carrera docente, la historia era su asignatura predilecta.

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Como pensador fue, a fines del siglo XIX, uno de los articuladores de la cultura laica de matriz ilustrada y positivista, dominante en la época, de la cual formaron parte los intelectuales más relevantes de esos años. Al grupo heterogéneo de pensadores los vinculó una matriz iluminista que les era común. Para todos ellos el progreso representaba el final de la historia; y la razón, la educación, la ciencia, la industria, eran los mecanismos fundamentales para lograr la inscripción del país en ese curso. El legado al que todos ellos de una u otra forma

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contribuyeron puede sintetizarse en los siguientes aspectos: institucionalización, expansión y modernización de la educación laica. Apropiación del pensamiento positivista y científico de la época. Constitución de diversas disciplinas en el ámbito de las Ciencias Sociales y Humanas: sociología, filosofía, pedagogía entre otras. (Subercaseaux, 2012). Espíritu eminentemente reflexivo, gran estudioso, escritor de minuciosa, prolija, exacta erudición, no le aventajaba nadie entre sus contemporáneos en su conocimiento de la pedagogía europea, y, sobre todo, de la alemana y francesa que había observado de preferencia (Labarca, 1939). La realidad socio demográfica en Chile, en la última parte del siglo XIX, que nos arrojaba el V Censo Nacional de población realizado en abril de 1875, daba una población total de 2.084.104, habitantes, de ellos 1.038.025, era hombres y 1.046.079 eran mujeres. La población urbana era de 725.490 habitantes y la rural de 1.358.614. En 1885 algunas de las ciudades de mayor población eran: Iquique: 15.391 habitantes, Antofagasta: 75.880, La Serena: 17.230, Coquimbo: 8.440, Valparaíso: 104.952, Santiago: 189.332, Concepción: 20.755, Puerto Montt: 2.787 y Punta Arenas: 850. Con respecto a la instrucción, los analfabetos eran 1.605.018 (77,1%). los alfabetos eran 479.086 (22,9%). En el caso de los hombres, eran analfabetos 766.062 (73,8%), y alfabetos 271.963 (26,2 %). En el caso de las mujeres, analfabetas eran 838.956 (80.2%) y alfabetas 207.123 (19,8%). En la segunda mitad del siglo XIX, las cifras sobre el crecimiento del número de escuelas y liceos que arrojaba el censo de 1854 son: las escuelas de primeras letras llegaban a cerca de 700, con un número aproximado de 28.000 alumnos. Los establecimientos de enseñanza media fiscales sumaban, por la misma fecha, un total de 9, incluido el Instituto Nacional, y los particulares llegaban a 25 establecimientos, con una matrícula total de cerca de 3.000 alumnos en ambos tipos de liceos (Celis, 2014).

3. LA DOCENCIA EN COPIAPÓ En 1875, Copiapó era una de las ciudades más ricas y prósperas del país: rica por la minería, por el bienestar general de su población y por sus instituciones y su cultura. El censo de aquel año le asignaba solamente alrededor de 11.432 habitantes; pero con los distritos mineros que se vinculaban a ella, reunía cerca de 20.000. Se hacían allí actividades sociales poco menos intensas que en la capital; los clubes y los negocios tenían extraordinaria animación, las compañas teatrales que recorrían las costas del Pacífico dieron alguna vez temporadas en Copiapó, como en Valparaíso o en Santiago; como lo señala Galdames; “…por el puerto de Caldera salían de la

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urbe del desierto los raudales de la plata, del cobre y del oro. La vida era allí fácil, lisonjera, tanto como al interior como en las minas era de pujante y ruda.” (1937, p.38). La ciudad tenía tres diarios y más de algún periódico y revista. Colegios particulares, escuela públicas y privadas había en número superior a cualquier otro centro de población equivalente. Círculos literarios, ligas de protección para estudiantes y asociaciones de mutualidad obrera, las había también, acaso comparadas con sus congéneres de la capital. El Liceo de Copiapó había llegado a ser la más importante institución educacional, en el año 1875 hacía ya diez años que había abierto sus puertas y ya estaba al frente del movimiento intelectual de la población. Su rector era José Antonio Carvajal. Al externado se anexaba un internado, para atraer a la población escolar de la provincia. Contaba con humanidades completas, gabinetes y laboratorios suficientes, y una biblioteca de varios miles de volúmenes que constituían su principal medio de difusión. Valentín Letelier fue de la cátedra a la prensa o a la tribuna del conferenciante. Sus ensayos de divulgación científica o filosófica y sus semblanzas literarias se registraron en los diarios o folletos que iban de mano entre sus discípulos y amigos. A pesar de su proselitismo, más que la lucha política le preocupan los problemas de la educación. El estado y las necesidades de las escuelas y colegios, así como los del profesorado y de las instituciones culturales (Galdames, 1937). Nuestro personaje realiza una descarnada crítica del sistema educacional imperante en la época. Uno de los medios fue la prensa, como de el Heraldo. Se refería a la enseñanza pública y a su total reorganización. Se empeñaba en el diario para formar ambiente que permitiera establecer a firme un plan racional de educación. Criticaba los métodos de la escuela primaria y del liceo, sobre todo el que se empleaba para la enseñanza de las ciencias naturales. Falto absolutamente de experimentación, planteaba el triple problema de la recuperación ad-hoc, la estabilidad legal y las remuneraciones decorosas del profesorado. Hacía notar el abandono en que vegetaban escuelas y colegios, en edificios impropios, sin suficiente mobiliario ni material didáctico, y la necesidad consiguiente de proceder a una edificación escolar adecuada a los recursos y las condiciones climáticas del país; llamaba la atención hacia la escasez de medios y estímulos para el estudio libre y para la producción intelectual. Al respecto, afirmaba: “Los chilenos de 1880, los hombres del siglo XIX, siglo en que se honra el trabajo y el saber, hemos adoptado como base de la enseñanza un principio que a la vez sirve a las necesidades industriales y a las necesidades intelectuales… la de implantar

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en todos nuestro institutos de instrucción, así sean primarios, secundarios o superiores, una organización didáctica y enciclopédica completa, gradual, armónica y sobre todo homogénea… estas verdades que todos, a pesar de nuestras disidencias políticas y religiosas aceptamos, son las que a nuestro juicio, sintetizadas y jerarquizadas deben constituir la base fundamental de la enseñanza pública pagada por el estado. Acometa el sr ministro la sistematización, ya muy adelantada, de la enseñanza pública, y habrá realizado una reforma más trascendental, reforma que a nuestro sentir es la piedra angular de toda organización política y social estable y duradera” (Galdames, 1935, p. 64). Cuando habla de una organización didáctica, se refiera a toda una teoría educacional, que apunta al método, al orden de las asignaturas, sobre el lugar que ocupan cada una de ellas en el curriculum, en las cuales tiene que haber una lógica, congruencia, secuencialidad. Este pensamiento, teoría, es bastante avanzado para la época, considerando el desarrollo de la disciplina educativa en el período. La enseñanza pública, pagada por el Estado, era aquella que partía del principio de que lo público era lo común, lo que concernía a todos, lo justo, y, además, al no ser pagada, permitía a aquellos que no tenía recursos materiales, dinero, su acceso en igualdad de condiciones que era, por lo demás, la mayoría de la población. La educación pública universal permitía el desarrollo de un espíritu cívico en el cual los habitantes del país tenían conciencia de sus derechos y deberes de una sociedad democrática, lo que en definitiva permitía una organización política y social estable y duradera. Además, sus ideas constituyen el intento más serio para elaborar un cuerpo de doctrinas pedagógicas

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como fundamento a la organización y a la acción de las escuelas de toda clase… Trató los asuntos pedagógicos con amplitud… establece las bases de una política educacional y, correlativamente, expone el conjunto de los detalles de un sistema educacional (Munizaga, 1943). Letelier se ocupa sistemáticamente de los fines de la enseñanza como función social, de los diferentes tipos de enseñanza, el valor de la cultura y las humanidades, de los deberes del Estado docente, del significado político de le educación, de la escuela primaria obligatoria y laica, de la experimentación en la enseñanza de las ciencias. Letelier, en forma sistemática, formuló la teoría del “Estado docente”. En un discurso de 1888, en la Universidad de Chile, expresó que el Estado “no puede ceder a ningún otro poder social la dirección superior de la enseñanza pública”. A su juicio, “gobernar es educar”, además, la educación ni puede ser universal si no es pública, ni puede ser pública sino allí donde las tendencias democráticas del pueblo la imponen a las potestades. “Es tan absurdo entregar a la iniciativa particular la administración de la justicia como entregarle la administración de la enseñanza. Refuta a los adversarios de la enseñanza pública por estar empeñados en adulterar la naturaleza de la educación, para convertirla en una industria y someterla a la ley de la oferta y la demanda” (Jobet, 1970, p. 333). Ideas tan profundas como la educación y el papel de esta como una función social se hacen presentes que en el actual momento que vivimos, en el que muchos actores tienen una convicción empresarial de la educación, los cuales la consideran un bien de consumo, un negocio, en el que se puede invertir y obtener grandes utilidades, todo esto respaldado por una legalidad que lo protege y lo estimula e incentiva, con todo un modelo impuesto por la Constitución de 1980, en donde el Estado solo juega un papel subsidiario, entregando a los privados la educación, contrariamente a lo que establecía la Constitución de 1925, que consideraba a la educación como una atención preferente del Estado. Letelier desarrolla toda una teoría, una concepción positivista democrática, la que fue formulada en su obra “Filosofía de la educación”, publicada en 1892, en la cual las características de la educación, de acuerdo con sus ideas, son la siguientes: 1. Ser eminentemente social, pues la misión primordial de la educación es la de formar el hombre para la sociedad y por ello, ha de ser preparación para la vida. La educación sistemática de las escuelas y colegios es solo una parte de la acción e influencia de la sociedad sobre el individuo. También alcanza una gran importancia la educación refleja, que se confunde con el medio social. 2. Debe surgir de una misma doctrina, que en todas sus partes respete la ley de la unidad, es decir que sea integral y perfectamente

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homogénea. 3. Debe ser orgánica, o sea, constituir un cuerpo cuyas partes estén recíprocamente relacionadas. 4. Debe ser integral. En el doble sentido: De acuerdo con el desenvolvimiento completo de la naturaleza humana y en correspondencia con el conjunto del saber, que se relaciona con la situación del hombre en el mundo. 5. Debe ser, a la vez formal y real, es decir no debe circunscribirse a lo que el maestro sabe, sino que se dirige, además, a imprimir al espíritu una forma, a darle una modelación determinada (Fuentealba, 1961). Para Letelier el hecho de no ser la enseñanza igual para todos constituye el defecto principal de las democracias contemporáneas. La escuela no solo debe abrirse a los hijos del pueblo, sino que estos deben tener acceso a todos los grados y tipos de educación. La escuela debe ser “como una república”, sujeta al régimen de la igualdad republicana en la que desaparecen las distinciones sociales de la fortuna y la sangre (Fuentealba, 1961). Mucho antes de Comte, el método inductivo se había empleado con éxito creciente en las ciencias físicas y biológicas, solo después de él se hizo extensivo a las ciencias sociales. Pertenece a Letelier el justo título de iniciador de la inducción sociológica en Chile. Y cuando se considera que ni en el colegio ni en la universidad había tenido maestros que lo iniciaran en su comprensión, que el germen se desarrollaba en un ambiente de

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provincia donde, por mucho que hubiesen progresado las ideas, faltaban los contactos y le estimuladores, uno se sorprende del poderoso esfuerzo que ese avance mental significaba (Munizaga, 1943). No podemos dejar de detenernos en algunas de las múltiples ideas de nuestro personaje. Un concepto denso, de gran significado, como lo que denomina “educación refleja”. Este es un concepto moderno que seguramente se comienza a desarrollar en los años sesenta del siglo XX en nuestro país, que parte de toda una nueva teoría educativa, que señala que la educación no es solamente producto de una racionalidad, que es lo que pretende una escuela, un liceo, que podríamos denominar formal, sino que también es producto de la acción indirecta inconsciente, simbólica, que ejerce la familia, los entornos sociales, entre otros, que también permiten el desarrollo de esa educación integral que promulga. Concebía la educación como una función social, y en eso se anticipa a Dewey y los pedagogos norteamericanos de comienzos de este siglo. Reclamaba la urgencia de desarrollar al máximum compatible con nuestro estado cultural la educación primaria, y preconizaba en la segunda una correlación tal de estudios que permitiera al adolescente formarse un sistema organizado de ideas, un criterio moral superior y un sentido claro de sus responsabilidades sociales (Labarca, 1939).

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150 AÑOS

DE LA ESCUELA

BLAS CUEVAS – ALLENDE PADÍN LA HISTORIA DE VALPARAÍSO DESDE UN RINCÓN DEL CERRO CORDILLERA POR EDUARDO GÁLVEZ ASTORGA y NICOLÁS CORNEJO DURÁN FOTOS LORENZO MELLA

pesar del paso del tiempo, sigue en pie, luchando día a día por retomar esa marcha comenzada hace 150 años por Blas Cuevas y Ramón Allende Padín, dos hombres que forjaron los destinos de la naciente república, centrando su mirada en la educación, una que fuera laica, gratuita y popular. La idea no cayó del cielo sino que subió de la tierra, casi como la fuerza de gravedad pero al revés: fundaron una escuela, la Escuela Blas Cuevas – Allende Padín, la primera con estas características del país.

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os cerros de Valparaíso esconden la vida misma, aquella que se da vueltas entre secretos y fábulas, relatos imposibles, dichos y mentiras que terminan por contarnos la verdad. Esos cerros, habitados por casas multicolores que parecen colgar entre quebradas y escaleras, ascensores que ven la lentitud de los adoquines empinados que desafían la gravedad, guardan silenciosamente la historia de un país que de a poco se ha ido conformando con toda su inmensa diversidad, superando grandes obstáculos, inclemencias y desigualdades. Entremedio de los cerros, arrinconada entre las construcciones derruidas, existe un lugar que ha sido testigo de avances y retrocesos, de la bonanza y del abandono. Existe un lugar que a

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“Loor a la Escuela y a su paladín Blas Cuevas fue el genio y Allende Padín”... La Escuela Blas Cuevas – Allende Padín, fue fundada en el año 1871. Por aquel entonces, Valparaíso tenía una población de unos 97.000 habitantes y el porcentaje de analfabetismo era de un 77%, es decir, cuatro de cada cinco habitantes no leían ni escribían, cerca de 10.000 niños y niñas no contaba, ni

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tenía acceso a la educación formal y las pocas escuelas primarias que existían estaban auspiciadas y dirigidas por comunidades religiosas, fundamentalmente, por la iglesia católica. Pero esta historia comenzaría unos años antes, específicamente el año 1868, año en que se reunió un grupo de masones, que con el objetivo de fomentar la enseñanza y educación de los sectores más desposeídos de la sociedad e impulsar la educación laica, fundan la Sociedad de Instrucción Primaria de Valparaíso. Entre sus fundadores destacaban Blas Cuevas Zamora y Ramón Allende Padín. Blas Cueva Zamora muere el 19 de marzo de 1870, no pudiendo ver la concreción de su sueño, tomando la dirección de la Sociedad de Instrucción don Ramón Allende Padín (abuelo de Salvador Allende Gossen), quien funda la Primera Escuela Laica y Gratuita de Chile, el 23 de octubre de 1871, nombrándola como Escuela Blas Cuevas en honor al ilustre fallecido. “El Gran Maestro Arlegui de la Gran Logia de Chile, ordenó al Venerable Maestro de la logia Aurora N°6 de Valparaíso, don Ramón Allende Padín, reunir los fondos financieros necesarios para fundar una escuela con el nombre del fallecido masón. Durante el año 1871 la logia llevó a cabo un plan para recaudar fondos que ascen-

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dieron a $1.280 pesos en primera instancia, y además colaboraron miembros de la Orden que significó cubrir la cantidad de $200 pesos mensuales de gastos fijos, para el establecimiento de la escuela. Con los fondos reunidos la escuela se fundó el 5 de febrero de 1872 y paralelamente se estableció la organización del directorio integrado por las siguientes personas. Presidente: Ramón Allende Padín; vicepresidente: Carlos Renard; secretario: Diego Dublé Almeida; tesorero: Daniel Feliú; directores: David Trumbull, E. Münchmeyer y Antonio Flusseur”.

“Y cuando ya lejos y la escuela nos llame cual hijos corramos a darnos a sus pies”… María Elisabeth Bendel Vidal, actual directora del establecimiento, asumió el cargo el 3 de abril del 2017. Hija de una exprofesora de la escuela y además exestudiante, fue la primera mujer en ingresar a Blas Cuevas – Allende Padín en el año 1970, cuando decidieron hacerla mixta. “Fui la primera mujer que ingresó a esta escuela, yo era pequeña y mi madre hacía clases de Historia y Geografía. Tengo los más lindos recuerdos de mi infancia acá”, asegura la profesora, quien además

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HIMNO ESCUELA BLAS CUEVAS RAMÓN ALLENDE DE VALPARAÍSO Letra: Neftalí Díaz Pizarro. Música: Leandro Véliz

INTRODUCCIÓN Loor a la Escuela y a su paladín Blas Cuevas fue el genio y Allende Padín Un himno glorioso cantemos ufanos y en himno glorioso unamos las manos cual fuerte cadenas de hierro anhelamos ser fuertes, ser sanos oh niños chilenos!

CORO I La escuela Blas Cuevas entrega el compás, la escuadra, la regla, el mazo, el cíncel. Nos da la victoria, estudio, y saber. Nos da de su alegria la nuestra a beber. II Y cuando ya lejos y la escuela nos llame cual hijos corramos a darnos a sus pies llevando en las manos laureles y flores cubramos su frente ansiosa de amores.

MARÍA ELISABETH BENDEL VIDAL, DIRECTORA DEL ESTABLECIMIENTO

asumió en uno de los peores tiempos del colegio. “Cuando llegué, tuve que encarar una mala gestión y baja matrícula, contábamos con solamente 57 niños y niñas, imagínate, con una infraestructura que podría recibir fácilmente a más de mil. Además había un mal sistema de trabajo y faltas de respeto en todos los niveles, tanto de estudiantes, profesores, hasta de apoderados y trabajadores. Fue un desafío, pero sabía que se podía salvar, y lo íbamos a hacer con la mayor motivación posible para rescatar a la escuela”, recuerda Bendel Vidal. La escuela Blas Cuevas – Allende Padín se fundó en uno de los sectores más populosos del puerto, el barrio San Francisco, enclavado en la quebrada formada por el cerro Toro y el cerro Cordillera, prolongación de la calle Clave, calle San Francisco. Ahora la escuela tiene cerca de cien estudiantes (casi el doble de los que había cuando asumió la nueva dirección) y se han concentrado en cambiar el cartel que los indicaba como una de las peores escuelas de Valparaíso. “De a poco fuimos haciendo comunidad, desarrollando las habilidades blandas, porque nos dimos cuenta que los niños y niñas no piden cosas materiales, sino que lo más importante para ellos, es sentirse escuchados, entendidos, compartir con ellos, jugar, respetarlos, a veces un abrazo es la solución a muchos problemas” concluye la directora. Elisabeth Bendel se siente orgullosa de dirigir la misma escuela en la que trabajó su madre, se siente orgullosa de haber sido la primera mujer que estudió ahí, se siente orgullosa de los pequeños, pero significativos cambios que han logrado en un corto e intenso periodo. Ella sabe de su responsabilidad, y el peso de ella a veces se le cruza con el optimismo y esperanza que tiene en una comunidad y entorno descuidado, olvidado y arrinconado, esperando que el trabajo hecho

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AL CORO PARA FINALIZAR Loor a la Escuela y a su paladín Blas Cuevas fue el genio y Allende Padín

con amor y compromiso, haga florecer, nuevamente, ese rincón más que centenario. “Un himno glorioso cantemos ufanos y en himno glorioso unamos las manos...” Un grupo público de Facebook llamado “Yo estudié en la Escuela Blas Cuevas D-307 de Valparaíso” reúne a casi quinientas personas que mantienen lazos afectivos con el establecimiento, en ese espacio se comparten fotografías de distintas épocas, se recuerdan profesores y profesoras, se intercambian anécdotas y hasta organizan reuniones entre los exestudiantes de distintas generaciones. Uno de los exalumnos que mantiene un estrecho vínculo con la escuela es Carlos A. Escudero Collante, quien estudió en el establecimiento desde 1969 hasta 1976, hoy es Ingeniero en Comercio Internacional con postítulos en Gestión y Gerencia Pública.

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Carlos recuerda la escuela con mucho cariño expresando que “ahí viví mis mejores años escolares, con profesores de excelencia y comprometidos, gran parte de ellos exalumnos que volvían a entregar sus conocimientos y no solo la excelencia académica sino también el afecto, tolerancia y respeto. Una de las mejores experiencias fue cuando el presidente de la República Salvador Allende asistió a la inauguración del actual edificio (1971) adelantado para su época (laboratorios de física, química, biología, sala de música, etc.), por tanto, cuando tienes una infraestructura de lujo y profesores comprometidos, sin duda, tienes buenos resultados”. Pero Salvador Allende no fue el único presidente de Chile que visitó la Escuela Blas Cuevas – Allende Padín, ya que el 25 de octubre de 1921, y con ocasión del cincuentenario de su fundación, el presidente de ese entonces, Arturo Alessandri Palma, colocaría la primera piedra de los trabajos de ampliación local de la escuela. El nuevo cuerpo del edificio donde funcionaría

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la escuela por cincuenta años más se inauguró el 28 de junio de 1928. Los recuerdos de Carlos Escudero señalan una historia que nutre de glorias la vida porteña, una historia escrita por estudiantes que aún guardan pertenencia por la escuela que les dio las herramientas necesarias para poder enfrentar los desafíos de cada época, construyendo desde la educación un lugar digno y cariñoso. Un lugar que a veces se extraña, porque los caminos pedregosos se inclinaron en demasía no permitiendo seguir con los avances necesarios para lograr fortalecer la educación pública laica, gratuita, popular y de calidad que tanto se anhela en el Chile de hoy. Pero no todo está perdido. La Escuela Blas Cuevas – Allende Padín durante este mes de octubre cumple 150 años, y se mantiene viva y con nuevos bríos, se mantiene con la esperanza intacta, creciente y reluciente, entregando educación desde la precariedad, pero con el apoyo de quienes conocen de su importancia y legado. Carlos insiste en sus recuerdos, que representan a muchos de los exalumnos, que referencian similares evocaciones, ”cómo olvidar la formación de los días lunes, el grupo scouts, los desfiles del 21 de mayo, la radio donde podías programar canciones en los recreos, la semana aniversario, competencias, presentaciones, la revista aniversario, concursos de poesía y prosa, etcétera. Cuando se incorporaron por primera vez en su historia las mujeres, otra prueba de inclusión avanzada, cómo no recordar a una pequeña compañera, que fue de las primeras que llegó al curso y actualmente es su directora. A mis profesores Lilia Olave y Mario Soto con los que aún tengo contacto y fueron una guia fundamental en mi amor por la escritura y la música respectivamente”. Esas remembranzas son las que permiten mantener encendida la llama de “La Escuela”, Alfonso García Vega, vicepresidente del banco de Solidaridad Estudiantil de Valparaíso, tiene confianza manifestando que “hoy, cuando se cumplen 150 años de existencia, la Escuela Blas Cueva-Ramón Allende es patrimonio de la ciudad y de la Masonería Chilena, convirtiéndose en un baluarte de la Educación Laica y Gratuita que no puede desaparecer. Se necesita la ayuda de todos para revivirla”. “Este no es un mapa justo, ni lo será; si bien he extendido mi ciudad sentimental, he callado lugares que me dejan frío o me atraviesan el corazón”. Eso no lo dice ni Blas Cuevas ni Allende Padín, lo dice ciento muchos años después Cristóbal Gaete, escritor y periodista que ha hecho de su vivir por los cerros de Valparaíso su escritura. No hay secreto. No hay historia. Ciento cincuenta años no se pueden olvidar ni mucho menos enterrar debajo de un cerro: la Escuela Blas Cuevas – Allende Padín está en la cima, allí arriba, es la realidad pura y dura de lo que soñamos.

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JOSÉ ANTONIO DE ROJAS

LOS TRES ANTONIOS,

LA INDEPENDENCIA EN NOMBRES DE PILA O CTUBRE 2 0 21

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POR RODRIGO REYES SANGERMANI Periodista

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ay episodios de la Historia que se callan y de callados se olvidan, por eso me parece oportuno en estas pocas líneas poder despertar el interés por su estudio en mayor profundidad. “Dígase lo, que se quiera, hai acontecimientos inevitables. Pueden demorarse años, siglos quizá, pero al fin llegan. Más tarde o más temprano se verifican infaliblemente. El político más profundo no logra prevenirlos; el pueblo más poderoso es impotente para sofocarlos. Empléese la fuerza o la astucia, la espada o la léi, nada es capaz de evitar su estallido. Los códigos i los ejérci- tos son inútiles para contenerlos. Las medidas mejor ideadas, las precauciones de una refinada prudencia no tienen contra ellos más poder, que los cálculos de un niño” Así parte el insigne historiador Miguel Luis Amunátegui dando cuenta en su libro de 1853 “La conspiración” de un importante hecho de la Historia de nuestro país, que por muchos es conocido apenas por el nombre de pila de los personajes involucrados, pero pocos por los alcances históricos que pudo tener de no haber sido frustrado por un error no forzado de los responsables, que dejaron a merced de las autoridades, el sofocar una revolución que pudo haber marcado el desarrollo de nuestra Independencia por carriles muy distintos a los que ya conocemos. JOSÉ ANTONIO DE ROJAS era un prominente hombre en el Chile de fines del s. XVIII, podría ser perfectamente uno de los héroes del panteón de los próceres de la Independencia; su hacienda, ubicada 10 leguas al norte de Santiago, reunía con alguna frecuencia a criollos y extranjeros que compartían la buena mesa, el mejor vino de Colchagua y, sobre todo, la amena e ilustrada conversación del anfitrión.

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De Rojas tenía un trato amable y culto, en su biblioteca contaba con numerosos ejemplares de libros traídos de sus viajes por Europa, sobre todo aquellos que daban cuenta de las nuevas ideas de la Ilustración. A pesar de ser tan temprana época, entre las firmes paredes de adobe de su lar, se respiraba aires emancipadores tras las noticias de la independencia de los Estados de la unión del norte de América en 1776, y que en estas alejadas tierras del fin del mundo, despertaba en algunos espíritus rebeldes las esperanzas de un nuevo destino para su patria. A diferencia de la situación que ocurría con las colonias sajonas, las sudamericanas eran sometidas a un régimen restrictivo y opresor. A pesar de ello, el sistema liberal de los ingleses no fue obstáculo para la independencia de esas colonias. El sistema tiránico de los castellanos aún lograba mantener la sumisión en sus establecimientos coloniales por lo que, de acuerdo a los que plantea Amunátegui en el libro citado, la emancipación parecía inevitable. Los gobernadores de turno puestos por el soberano desde la península no hacían sino tratar a los criollos casi como a siervos, como a “seres de una casta degradada”, lo que resultaba indignante para aquellos que con mayor cultura y educación, comprendían que si había cambiado el paradigma en el norte era menester hacerlo también en esta parte del mundo. En algunas de esas reuniones, regadas de buen vino y exquisitos platos, coincidieron con don José Antonio, los franceses Antoine Gramuset, que se había avecindado en el país en 1764, y Antoine Berney, un entusiasta lector de la Enciclopedia, profesor de latín y matemáticas, que llegó a Chile desde las provincias de la Plata en 1776. La condición del dueño de casa, que contaba con una sólida situación y gran reputación entre la aristocracia colonial, no era la misma que la de los otros dos Antonios que habían tenido una suerte esquiva en la Capitanía General.

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Como en los personajes del romanticismo, que en esos años comenzaba a perfilarse como el paradigma de la literatura y el arte, Gramuset y Berney representaban todos los ideales de la libertad, buscando en una empresa heroica, el reconocimiento y quizás hasta la inmortalidad. ANTONIO GRAMUSET era un aventurero, había probado todos los oficios, recorrido todas las tierras, emprendido todos los negocios; buscó oro, riquezas, poder y prestigio. Como buen aventurero, era entusiasta de sus proyectos, extremadamente confiado en sus capacidades y no pensaba mucho en los riesgos. Bordeando los 40 y acercándose a la vejez, comprendió que para encontrar la trascendencia que tanto anhelaba, debería emprender un nuevo desafío, quizás el definitivo, el que lo llenaría de gloria. ANTONIO BERNEY en cambio, era un intelectual: poeta, profesor de literatura y matemáticas; había estudiado latín y en profundidad había conocido las obras de Virgilio; llegó a Chile para emplearse como profesor en un colegio carolino, incluso exploró la posibilidad de ordenarse sacerdote; sin embargo, creía que la relación con Dios debía ser directa, no entendía mucho las formalidades del clero y no compartía las visiones monárquicas de la Iglesia. Quizás sin darse cuenta, se trataba más bien de un libre pensador, lo que sin duda dificultaría encontrar trabajo en estas comarcas que por entonces no se veía con buenos ojos a los trabajadores con aquellas características personales. En 1780 Gramuset y Berney, los dos Antonios comenzaron de a poco a urdir en los salones de la hacienda de Rojas un plan que cambiaría definitivamente el destino de Chile, un ardid que haría del país una República independiente, una patria nueva separada absolutamente del paradigma monárquico español abrazando ideas nuevas que dieran una nueva identidad a los habitantes de esta tierra. Para las colonias españolas del s. XVIII, la conspiración de los Tres Antonios sería la antesala de un movimiento revolucionario inédito, que instalaría en el país una institucionalidad que anticipaba en décadas, incluso en siglos, el derrotero institucional de nuestras Repúblicas independientes, que a pesar de la sangre derramada y de los incompletos procesos independentistas forjados desde la segunda década del s. XIX aún están pendientes. El documento preparado por los Tres Antonios planteaba la instalación de un régimen republicano, con separación de poderes y democracia liberal; la

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inmediata abolición de la esclavitud y de la pena de muerte; la desaparición de las jerarquías sociales; una inédita reforma agraria que redistribuiría la tierra, repartiéndola en lotes iguales entre todos los chilenos. Además, el régimen monárquico sería sustituido por el modelo republicano; el gobierno sería asumido por un cuerpo colegiado, que se trataría del Senado y las elecciones serían a través del voto, según el principio de soberanía popular. Incluso planeaban en su memorando, podrían votar los indígenas. Luego, se formaría un ejército profesional, se fortificarían las fronteras y costas, no para promover la guerra con los demás países sino sólo para “hacerse respetar”, y se implementaría la libertad de comercio “incluso con los chinos y los negros”, como relata Diego Barros Arana en su “Historia General de Chile” Aunaron esfuerzos y voluntades. Al principio, Berney estaba inseguro. Las ideas de la revuelta lo entusiasmaban tanto como a Gramuset, pero carecía del espíritu desafiante de su amigo, él en cambio, era más reflexivo y hasta entonces sólo soñaba con la libertad de la literatura. Cuando José Antonio Rojas respaldó el plan comprometiendo a muchos de sus influyentes amigos, Berney terminó por dar el sí. Así Rojas llamó uno por uno a sus cercanos y amigos de confianza. Primero al limeño José Manuel Orejuela que comprometió a sus soldados; luego fue el capitán Francisco de Borja Araos, jefe de la guarnición de Valparaíso, el que se sumaba al complot; Agustín Larraín con sus milicias; incluso el mismísimo Mateo de Toro y Zambrano, conde de la Conquista, resentido por los malos tratos recibidos por el gobierno del Reino.

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Los distinguidos vecinos, valientes capitanes y nobles ciudadanos que se embarcaban en el plan ilusionaban a los Antonios ya convencidos por anticipado del éxito del movimiento. Gramuset se imaginaba conquistando la Ciudad de Los Césares en la Patagonia, Berney fantaseaba con poner en práctica los ideales emanados de sus lecturas y Rojas en liderar una revolución que instalaría la segunda democracia liberal de América. Todos y cada uno tenían sus propios motivos para odiar a los godos, resentir con decisión el gobierno autoritario y abusivo de Carlos III y el de sus sátrapas de Lima o Santiago al mando de las arbitrariedades de la Capitanía General. Los entusiasmos aumentaban y los nombres y apellidos de distinguidos vecinos se fueron adhiriendo con discreción. La conspiración se iba encendiendo lentamente pero en secreto, nadie sabía quién más estaba en el plan, quiénes abrazaban la causa. Los franceses sentían el apoyo de parte de la nobleza criolla y la certeza del triunfo invadía sus sueños. Sin embargo, un desgraciado error echó por tierra los planes en un santiamén. Los historiadores no son definitivos en cómo fue que sucedió. Lo claro es que el no muy reputado abogado Mariano Pérez de Saravia y Borante llevó a las autoridades el plan de los conspiradores. Quizás Berney extravió el documento al caer de las alforjas del caballo entre la hacienda de Rojas y la capital, o Gramuset que, sintiéndose sobre seguro, compartió el secreto con el inoportuno interlocutor. Si bien, Pérez de Saravia no gozaba de la simpatía del gobernador, la acusación era lo bastante grave para no ser considerada. Para no levantar sospechas ni menos revuelo entre los vecinos, y con el objeto quizás de no anticipar una revuelta, las tropas españolas detuvieron en silencio a los Antonios responsables del complot.

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Era el primer día de enero de 1780. A los franceses los enviaron rápidamente a Lima y a Rojas dada su posición social, sólo lo detuvieron unos días para amedrentarlo. El plan había sido frustrado. Berney y Gramuset fueron posteriormente enviados a España para ser juzgados, sin embargo su embarcación naufragó en el Atlántico. El primero murió ahogado, y el segundo, luego de ser rescatado, murió poco tiempo después en la península. José Antonio de Rojas siguió con sus tertulias patriotas, aprovechándose de su posición y contactos fue tratado con guante de seda, pero nuevamente fue apresado en 1808 y exiliado a Juan Fernández, pero esa ya es otra historia. Es probable que este sabroso episodio de la Historia de Chile no tenga ningún vínculo posterior con el proceso de Independencia iniciado en 1810 y culminado el 5 de abril de 1818 con el triunfo de los patriotas en Maipú, pero muestra claramente el espíritu emancipador de hombres que movidos por su espíritu libertario, fueron capaces de dar la vida para no seguir siendo sometidos a las arbitrariedades, abusos e injusticias de los poderes que detentan la riqueza, las armas y las verdades excluyentes. Sin duda estos procesos no se terminan nunca, cada día hay un nuevo afán libertador, una utopía, un renovado sueño que cumplir. Hoy en pleno s. XXI será la conquista de una mayor justicia social, de un desarrollo igualitario para nuestros compatriotas, el deseo ferviente de crear conciencias ilustradas que comprendan su rol íntimo y colectivo en el quehacer de un pueblo y el trabajo definitivo para la conquista de un destino. No serán los Tres Antonios ya casi olvidados en las exiguas páginas de la Historia, serán otros los nombres de pila que como Ud. o como yo debamos conquistar esas nuevas primaveras.

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LOS ALBORES DEL

MESTIZAJE POR ROBERTO RIVERA VICENCIO Escritor Presidente Sociedad de Escritores de Chile

verrugas y pústulas que salen en los párpados y en todo el cuerpo, descalzos, las ropas en harapos, sin agua ni comida, tal vez una centena de hombres que no regresó nunca. Las ganas y voluntarios entonces para la conquista de aquellos reinos maravillosos llegaban a cero, y solo un grupo muy jugado en la vida se animaba a hacerle compañía, fuera del escaso grupo de irreductibles, los diez o trece inclaudicables que resistieron junto al capitán siete meses íntegros escapando de la isla del Gallo a la Gorgona, que tiene las mentas de no ser tierra ni isla, sino el mismo infierno, pero allí cruzaron el mar por no morir a manos de salvajes, en tanto volvía Almagro con ayuda a recogerlos. Sin embargo, el piloto Bartolomé Ruiz ya antes había interceptado en mar abierto una balsa indiana que se desplazaba a vela en dirección contraria, esta venía cargada con finos y suaves tejidos multicolores, mantas de lana y decenas de chucherías de oro y plata, hermosas conchuelas, señal que más allá alguna civilización con ornamentos y técnicas prolijas y muchos adelantos habría, pero se hacía difícil llegar allí, navegar y navegar rumbo al sur y cada puerto y playa en la que recalaban era un

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n este tercer viaje de Francisco Pizarro a la América del Sur tan solo con sesenta hombres, viaje nada más que de exploración, que quede claro, de exploración, lo advertían los socios Almagro y Pizarro, ya que en los anteriores con naves y hombres como para conquistar un imperio habían terminado en el más completo fracaso, así que nadie quería embarcarse, aunque el capitán les ofreciera oro y fama por montones. La conquista de ese reino maravilloso al sur del globo perdía peso sin remedio en el imaginario aventurero peninsular, luego de la experiencia de los que regresaron que contaban nada más que calamidades, vagabundeo por playas y tierras inhóspitas, manglares, humedad y calor insoportable, selvas tropicales infranqueables en horrorosas y altísimas montañas donde la luz no pasa, suelos mojados que no hay donde poner el cuerpo ni para dormir un rato, lluvias torrenciales, ruido de truenos y resplandor de relámpagos, sumado a las picadas de mosquitos y las dolorosas

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desengaño, vegetación arisca, manglares, salvajes, agresivos. En la ocasión, la mayoría de los tripulantes escapó a nado. Del resto, Ruiz tomó tres jóvenes prisioneros de los que hizo los primeros intérpretes y traductores. Gracias entonces a este experimentado piloto, hombre de Pizarro a toda prueba, este logró alcanzar en este tercer viaje los puertos y playas donde se cruzaron con los primeros indianos con entendederas y saber por estos muchachos lo que decían, y como no fueran esta vez atacados por los peninsulares, antes recibieran muestras de amistad y regalos, los indianos abrieron los brazos para agasajarlos y atender sus necesidades. Salían a encontrarlos a la nave en balsas con provisiones, frutas, tortillas de maíz, pescados y carnes preparadas de aquellas “ovejas” de cuello largo, los gobernantes les ofrecían grandes banquetes acompañados con chichas. Ni qué decir con lo que se encuentran más al sur en Tumbes, Pizarro no puede creer lo que cuenta Alonso de Molina a quien ordenó saltar a tierra e ir a investigar lo que era eso, una ciudad de piedra, como Castilla pero ordenada y limpia, cuenta este, de grandes bloques de piedras, con acequias de piedra bien encauzadas, y enormes

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y hermosos campos verdes regados con acequias, ovejas, muchas ovejas de esas de aquí. Pizarro no cree tanta maravilla y envía a Pedro de Candia que lo certifique, el cual regresa y su versión es de mayor asombro aún, templos de piedra con revestimientos de oro, con bellas mujeres tejedoras, la tripulación presta oídos, y gente tan dispuesta y atenta, y un orejón que quiere visitar esta casa misteriosa le dice, y lo hacen subir a la nave y los sorprende por su perspicacia e inteligencia, todo lo quiere saber, cómo flota esta casa y por qué no se vuelca y cómo se conduce. Parece un ingeniero. Es un inca. Pizarro percibe demasiado entusiasmo en su tripulación y decide seguir al sur mejor con un muchacho prestado por los caciques para que los guíe, así llegan al puerto de Payta y navegando más allá al de Tangarara y después a punta Aguja y Santa Cruz, puerto que así queda bautizado y de adonde los salen a encontrar en balsas con muchas provisiones, rogando a los españoles que bajen, que la señora cacique del lugar “La Capullana” quisiera atenderlos, pero el capitán deja bajar solo a Alonso de Molina con la misión de traer leña al navío que está faltando, y cuando este viene de regreso se desata un oleaje que

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le impide subir a bordo y de allí a tres días de espera sin que mejoren las condiciones, el capitán ordena entonces soltar amarras por seguridad, cuando ya se desata la tormenta que por quince días los tiene mar adentro enfilando al sur. Colaque es el próximo puerto que atisban con buen tiempo donde las muestras de afecto y atención son incluso mayores, salen a recibirlos con agua y leña, frutas y cinco gordas ovejas de regalo, tan buena y grata resulta esta gente y de tanta razón que el desembarcado Bocanegra con instrucciones de explorar manda decir al capitán Pizarro que lo excuse y no lo aguarde porque se queda definitivamente allí, que a la nave no vuelve. Pizarro consternado envía a Juan de la Torre que vaya y averigüe, y este regresa contando que está muy alegre y que los indios al escuchar que se queda lo han alzado en andas y felices lo llevaron tierra adentro con ellos, y manadas de ovejas comenta de la Torre que vide, bellas sementeras y muchas acequias verdes y hermosas, una tierra tan alegre que no hay con qué compararla. Al llegar a Santa el capitán se da por satisfecho con lo descubierto y ordena el regreso; al paso de cada puerto salen a recibirlos, cuando da por perdido definitivamente a Bocanegra como integrante de la tripulación, en tanto prosiguen viaje para recalar a media noche en Santa Cruz, en las playas adonde el oleaje que le impidió embarcar dejó enredado a Alonso de Molina; sin embargo, pese a la obscuridad están atentos y salen en balsas a recibirlos, “La Capullana”, cacica del lugar, envía el mensaje que más allá hay un puerto de aguas tranquilas adonde les ruega que bajen para recibirlos como los visitantes lo merecen, mientras el rescatado de Molina cuenta de los campos sembrados con esmero, de una ciudad que llaman Cuzco y de su monarca Guainacapa o Huaina Capac, y al amanecer se encuentran rodeados de balsas con regalos de suaves tejidos, mantas y provisiones, invitándolos a desembarcar. La misma “Capullana” insta personalmente y desafía al capitán Pizarro que salte a tierra, si es por temor, le ofrece diez y más principales que queden de rehenes, receloso demás el capitán permite que salten a tierra Nicolás de Ribera, Francisco de Cuéllar, Halcón y nuevamente el mismo Alonso de Molina. Halcón baja vestido con sus mejores prendas de soldado, jubón de terciopelo y calzas negras. El recibimiento en el poblado es pantagruélico y de regocijo, los indios disfrutan intensamente de curiosidad con los invitados, en tanto a Halcón se le van los ojos con “La Capullana”, pero esta quiere tener entre ellos al capitán, y al regreso de estos va personalmente en su búsqueda acompañada de muchos de sus prin-

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DIEGO DE ALMAGRO, DESCUBRIDOR DE CHILE

cipales y sube a la nave, observa los aparejos y lo enfrenta, como ella siendo mujer se anima a subir a la nave y él, siendo hombre se niega a desembarcar adonde solo quieren agasajarlo, entonces Pizarro se disculpa, que no es por temor sino que saltará a tierra sin rehenes ni nada, mientras Halcón ya no puede apartar los ojos de ella y es todo suspiros. Al día siguiente de mañana más de cincuenta balsas están a la espera del capitán, y doce principales entran a la nave como rehenes, allí se quedarán hasta que regrese le dicen, pero el capitán les confirma que no es por cautela, que a todos los tiene por hermanos y fiaría su persona a cada uno de ellos, por eso desembarca junto con Bartolomé Ruiz y con los rehenes para ser recibido por “La Capullana” con desfile de ramos verdes y espigas y lo conducen a una ramada con asientos donde quedan cara a cara y los agasajan con carnes y pescados preparados de distintas maneras, sabrosas frutas y chichas. Los indios por hacerles fiesta bailan y cantan con sus mujeres, en tanto el capitán medita feliz de verlos tan entendidos y domésticos, pensando en regresar con un buen ejército para sojuzgarlos y convertirlos a la fe verdadera. Comido y holgado el capitán agradece a aquellos señores y su cacica, que confiaba en Dios que algún día se los iba a pagar por el amor que les había tomado, mas que olvidasen sus vanas creencias y sacrificios que hacían tan sin sentido, que el sol es cosa solo para dar lumbre, que Dios todopoderoso tiene su asiento

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‘LOS 13 DE LA ISLA DEL GALLO’, DE JUAN B. LEPIANI

pidió licencia que lo dejaran allí y Alonso de Molina se sumó de inmediato, pero quiere que lo dejen en Tumbes hasta que vuelvan con gente para poblar esta tierra, y allí queda muy encargado a los indios por el capitán Pizarro que les dice que lo deja en señal de amistad verdadera, lo que les causa mucha felicidad, y parten con muchas ovejas para llevar de muestra, luego recalan en un puerto que llaman de Santa Elena adonde los indios acercan las balsas para repetir los agasajos, suben a bordo muchos principales con regalos, y manifiestan que están todos muy contentos de conocer gentes tan buenas y amigos de verdad y por eso les traen mantas de algodón y de lana que ponen sobre sus espaldas y les cuelgan chaquiras; al ruido Halcón se despierta y sube con las cadenas a cubierta, y a grandes voces por Francisco Pizarro dice: Quien vio asno enchaquirado ni alabardado como ese, y lo señala, para proseguir hablando a los indios, que lo que quieren los cristianos es usurparles su reino, que son unos mentirosos y traidores, unos buenos tales por cuales. El capitán se apresura a desmentirlo y a decirles que está loco de remate.

en el cielo y los cristianos adoran a este Dios y a su hijo Jesucristo, por ello les anuncia que a su regreso, lo hará con sacerdotes para que los bauticen, y para que reconozcan como rey al de España y en señal de obediencia les pide que alcen una bandera que les pone en las manos, la cual alzan tres veces muertos de la risa porque toman por broma y burla lo que les dice, porque sin duda no hay nadie más grande y poderoso en el mundo que Guainacapa. Al regreso los pilla un mar encabritado que casi vuelca la balsa y mueren ahogados y el capitán mareado sube a la embarcación para caer derecho a la cama, Halcón al ver que zarpan y se aleja de “La Capullana”, va a rogar que lo dejen en tierra entre aquellos nativos, lo cual encuentran de poco juicio y que mejor no los altere, lo cual lo enfurece y con una espada rota arremete contra ellos, Bartolomé Ruiz alcanza un remo y le da en la cabeza, luego lo encadenan y lo ponen bajo cubierta. Horas después recalan en otro puerto adonde los indios piden lo mismo, que bajen todos para agasajarlos y darles contentamiento, el capitán Francisco Pizarro está espantado de ver tanta razón en estas gentes, y de verlos limpios y bien vestidos, por eso se anima a bajar para ser atendido de igual manera y dar el mismo sermón de antes que los indios echan a la risa, que entendieren que pronto serían súbditos del rey Carlos de España, e izaron la bandera con la misma fiesta y el mismo jolgorio, y le dieron estos principales muchachos para que al regreso supieran la lengua, entonces el tripulante Ginés

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De los peninsulares que quedaron por estos lados se dice que dos de ellos fueron a Quito a hablar con Guainacapa y que al llegar este había muerto y ellos habrían sido ayudados a correr la misma suerte, otra versión dice que fueron viciosos de mujeres y tan aborrecidos por eso que los finaron sin miramientos…

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MIRADAS POR MATÍAS SANGREY

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EL CUERVO Y LA SERPIENTE Singular propuesta de relatos mínimos en extensión, pero de máxima intensidad, del escritor Jorge Muñoz Gallardo. POR ANTONIO ROJAS GÓMEZ Periodista

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ientras leía este libro me recordé de uno que leí hace muchos años, “Eutrapelia, honesta recreación”, del maestro José Santos González Vera. Ese solo recuerdo, creo yo, es la mejor presentación para “El cuervo y la serpiente”, de Jorge Muñoz Gallardo. González Vera ha sido tal vez el mejor prosista en la historia de la literatura chilena. Riguroso en su tratamiento del 160939997 lenguaje, cuidadoso hasta la exageración, solía publicar segundas ediciones de sus obras con la advertencia “corregida y disminuida”. Otros piensan que es valioso republicar una obra “corregida y aumentada”. Pero a un trabajo bien terminado no es preciso agregarle nada; tal vez sí quitar algún ripio que se puede haber pasado en el entusiasmo de la creación y que más tarde, el debido reposo lo hará notar a la sensibilidad del autor. Este recuerdo del maestro González Vera viene a cuento por la calidad de la escritura de Jorge Muñoz Gallardo. Pocos libros están tan bien escritos como los suyos. Conozco su obra, la he calificado con entusiasmo más de una vez. Y “El cuervo y la serpiente” no me ha decepcionado, porque además del tratamiento del idioma -elegante, de impecable corrección-, está también su erudición nada común, que lejos de apabullar al lector, lo eleva a alturas que uno suele contemplar de lejos. Porque si alguien habla de Sócrates, de Aristóteles, de Pío Baroja, de Shakespeare, de Virgilio, de Cervantes, uno se empieza a echar para atrás y dice “¡vaya, yo no tengo nada que ver con estos caballeros!” Pero Muñoz Gallardo los menciona sin aspavientos, porque los conoce bien, y uno se da cuenta de que no son tan diferentes de su vecino, del que le vende el pan y la leche, del que se topa cuando sale a caminar por la calle… si es que tiene permiso para salir y se topa con alguien, ojalá en-

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mascarado. Bueno, Muñoz Gallardo nos hace toparnos con grandes hombres que no van enmascarados, en los que podemos reconocernos. Y eso es algo que se debe agradecer. Y además de la calidad de la escritura, y de la erudición de que nos hace partícipes, debemos agradecerle también la brevedad. Ninguno de los noventa y tres temas que se tratan en este libro requiere más de un par de minutos de lectura. Y en esta época el tiempo adquiere un valor inmenso. Hay muchos que no leen porque no tienen tiempo. Bueno, ellos también pueden acercarse al “cuervo y la serpiente”. Y les hará bien. Porque más allá del par de minutos que se invierten en leer textos que, salvo contadas excepciones, no sobrepasan una página de extensión, el asunto da que pensar. No termina con el punto final. Abre surcos, siembra semillas, despeja caminos, genera puertas y ventanas para echar a correr y a mirar. Y, como sucede con las obras de arte, el afortunado que accede a ellas ya no vuelve a ser el mismo. Es un poco mejor. Entremos ahora en el libro. ¿Qué encontramos en él? El autor nos lo dice antes de comenzar: “Narraciones muy breves sobre la vida y sus variadas circunstancias del pasado y el presente para leer en el baño, el bus y la cama durante una noche de insomnio, escritas con la esperanza de provocar una sonrisa, un poco de asombro y también alguna reflexión”. Provoca sonrisas, sin duda. Porque el humor tiene presencia permanente en estas páginas, un humor fino, que no llama a la carcajada, que no cansa, que no agota ni se agota. Está presente de la primera a la última página. Desde antes, incluso. Desde la introducción que acabo de mencionar. ¿La recuerdan? También provoca asombro. Creo haberlo dicho cuando hablé de la erudición del autor. Y es que nos cuenta asuntos asombrosos, como el caso del árabe que compró una esclava tan bella, que no podía estar

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EL CUERVO Y LA SERPIENTE Jorge Muñoz Gallardo 124 páginas www.editorialforja.cl

tranquilo porque tenía celos de que alguien la mirara. Así que la llevó hasta una caverna y le cortó el cuello. Luego cerró con piedras la entrada de la caverna para impedir el ingreso de las fieras. Y volvió a casa. Suponía que ahora sí podría vivir tranquilo. Pero no fue así. No conseguía olvidar a la bella esclava. Así que partió a la caverna en que yacían sus restos, se tendió junto a ella y bebió un frasco de veneno. “Por la noche llegaron los chacales”. Es la frase final del cuento. El autor también quiere provocar alguna reflexión con estas historias. Y lo consigue con creces. Ya lo he dicho, y es el momento de ilustrarlo con un ejemplo. Transcribo el cuento “Junto al fuego”: “Tres hombres pasaban la noche sentados en el suelo, alrededor de una fogata. A lo lejos aullaban los coyotes. El más joven, de melena y barba negras, dijo: “-Ese hombre, el predicador llamado Jesús, sabía que lo iban a crucificar, pudo huir y sin embargo se entregó como un cordero. Para mí eso es un suicidio. “El más viejo, de melena y barba blancas y ojos grises, bebió un poco de la infusión que humeaba en su cuenco antes de hablar: “-Yo creo que él confiaba en que su Dios, ese al que llamaba su padre, lo iba a salvar, y cuando ya estaba en la cruz y vio que su padre no le prestaba ninguna ayuda gritó: “¡Padre, ¿por qué me has abandonado?!”. Pero ya era demasiado tarde. “El tercero, de una calvicie prematura y escasa barba roja, intervino diciendo:

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“-Las calles de Palestina están llenas de predicadores, vendedores ambulantes, magos y charlatanes que engañan al pueblo. Pienso que ese tal Jesús era uno de esos medio locos que se creyó su propia fantasía, consiguió una gran cantidad de seguidores a los que tenía convencidos de su calidad divina, marchó a la cruz seguro de su poder y cuando se dio cuenta de que solo era un hombre empezó a gritar pidiendo ayuda, cosa que no le llegó. “El joven de la melena negra acomodó las brasas con un palo. Volvieron a oírse los aullidos de los coyotes y la noche pareció más honda y misteriosa. Los tres se quedaron en silencio, tal vez meditando sobre sus propias palabras. Una sombra esbelta pasó caminando a corta distancia. “-¿Vieron eso? -preguntó el viejo que había girado la cabeza para seguir a la figura. “-Creo que es el tal Jesús -dijo el más joven, sin ocultar su asombro. “-A mí me parece que es un comerciante griego -dijo el calvo-, pero solo, sin mula, ni armas, por estos parajes es algo muy extraño. Sí, verdaderamente muy raro. “-Juraría que es el predicador Jesús -afirmó el viejo. “Volvieron a quedarse en silencio. El fuego iluminaba sus rostros meditabundos”. Ese es el cuento. ¿Qué dirían de él tres lectores diferentes, como los tres personajes? -Demuestra la divinidad de Jesús -diría un cristiano. -Más propaganda del Vaticano -replicaría un musulmán. Y el tercero, ateo, movería la cabeza y buscaría en internet los últimos avances en las investigaciones sobre el cerebro humano. Bueno, son reflexiones posibles. Pero cien lectores originarán cien reflexiones distintas. Lo más que improbable, imposible, es que alguien lea ese cuento y permanezca impávido, sin sentir estimulado su pensamiento. Es hora de estimular nuestras ideas, hagámosle un regalo al espíritu y a la mente. Echemos a volar con el cuervo. Deslicémonos con la serpiente. No demoremos más la lectura de “El cuervo y la serpiente”, el nuevo libro de Jorge Muñoz Gallardo.

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ILUSTRACIÓN ALEJANDRA MACHUCA

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GEORGES

BRASSENS EL CENTENARIO DE

UN CANTOR INSUBORDINADO POR EDGARD “GALO” UGARTE Licenciado en Teoría de la Música Universidad de Chile Cantautor, compositor y guitarrista.

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ste mes de octubre se cumplen 100 años del nacimiento de uno de los más grandes cantautores que ha dado Francia, epítome del trovador moderno, Georges Brassens. Y aquí en Chile tenemos a uno de sus más connotados intérpretes, conocedor a fondo de su obra, gracias a sus adaptaciones al español “chileno” muchos hemos conocido la obra del bardo del Languedoc: Eduardo Peralta, quien a través de sus relatos y experiencias nos dará a conocer algo más de Brassens.

TROVADOR POR EXCELENCIA Es el 22 de octubre de 1921. En Sète, localidad ubicada en plena región Occitana, al sur de Francia, donde otrora surgieron los trovadores medievales, nace Georges Charles Brassens. Su infancia transcurrió en un seno familiar conformado por una madre católica y un padre librepensador y anticlerical, de nombres Elvira (de soltera Dagrosa) y Jean-Louis, además de su media hermana Simone Comte y sus abuelos Jules y

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Marguerite. En este ambiente de ideas disímiles había algo que, sin embargo, convocaba y unía a todos: la música. Gustaban cantar los éxitos de Mireille, Jean Nohain, Tino Rossi y Ray Ventura et ses Collégiens, además de viejas canciones occitanas y napolitanas. No era muy asiduo que digamos a la escuela y prefería como tantos otros niños los juegos, las peleas y los baños de mar. También desde pequeño sintió gran inquietud por aprender música, pero sus bajas calificaciones en la escuela hicieron que su madre le negase dicha enseñanza. Llegando a su adolescencia, también se interesa por la poesía, la canción popular y el jazz. Es por ello que su gran ídolo a seguir es Charles Trenet, quien encarna estos tres intereses suyos. Y a pesar de su desconocimiento en teoría musical, ya esboza su habilidad para hacer canciones. Ello no le impide, sin embargo, tener amistad con otros jóvenes de su pueblo, con los que conforma una pandilla que, lamentablemente, comete algunos robos. Esto termina siendo un escándalo. Para dejar atrás esa mala reputación, en 1940 convence a sus padres para salir de Sète y se traslada a París a casa de su tía materna Antoinette. Allí juguetea con el piano y trabaja de obrero. Vuelve a su ciudad natal, pero

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EDUARDO PERALTA JUNTO A JOËL FAVREAU, GUITARRISTA ACOMPAÑANTE DE GEORGES BRASSENS

ya no hay nada para él allí. Regresa a París a pesar de que ahora está ocupada por los nazis. En medio de aquella situación, su gran refugio es la lectura: pasa tardes enteras en la biblioteca municipal local leyendo a Villon, Baudelaire, Verlaine, Hugo y muchos otros. Esto le llevó a escribir sus primeras colecciones de poesía: Les Couleurs vague y Des Coups d´epée dans l’eau. Ya en la Francia de Vichy, como muchos jóvenes franceses es reclutado para ser enviado a Alemania como obrero, pero una licencia de trabajo lo devuelve a París. En este período hace grandes amigos, sigue leyendo profusamente y comienza a desarrollar sus ideas libertarias, por lo que debe comenzar a esconderse de la Gestapo. Luego de la guerra, funda con amigos el periódico anarquista Le Cri des gueux y el “Partido Prehistórico” que tiene como objetivo sobre todo burlarse de otros partidos políticos. A la par de sus peripecias políticas, su producción en versos y canciones va adquiriendo madurez. De esta época son, entre otras, las canciones “Le Parapluie”, “La Chasse aux papillons”, “J’ai rendez-vous avec vous”, “Brave Margot”, “Le Gorille”. En 1951, Brassens conoció a Jacques Grello, quien lo introdujo en varios cabarets para que lo audicionaran y lo convenció de dejar el piano por la guitarra. Pero primero debe superar su pánico escénico, lo cual tardó un poco en suceder. Su consagración finalmente llega el jueves 24 de enero de 1952 en el Patachou’s, donde su tímida performance es recibida con entusiasmo por el público y encuentra ahí un

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lugar donde desarrollar su arte. También conoce al contrabajista Pierre Nicolas, quien se transformaría en su incondicional compañero de escena. El marzo, el diario France-Soir proclama en el titular: “¡Patachou ha descubierto un poeta! “. El 19 de marzo, realiza su primera grabación: El gorila, canción que de inmediato suscita polémicas por su contenido. De ahí el resto es historia: dieciséis discos de estudio más muchos otros registros, canciones célebres como “Chanson pour l’Auvergnat”, “La Mauvaise Réputation”, “Le Gorille”, “Les Amoureux des bancs publics”, “Les Copains d’abord”, “Supplique pour être enterré à la plage de Sète”, “Les Trompettes de la renommée” En 1967, obtiene en su país el Gran Premio de Poesía, fuera de otros reconocimientos. Hoy se multiplican los festivales dedicados a su obra. Y se ha erigido una verdadera cofradía internacional de seguidores que aman su obra.

DE CHILE PARA “EL MUNDO BRASSENSIANO” Es un verdadero embajador de la obra de Brassens en Latinoamérica. Eduardo Peralta es también una de las leyendas vivas de lo que se llamó el “Canto Nuevo” en Chile. Con una vasta obra personal y con una gran cantidad de versiones hechas por él de canciones de Brassens, hoy se encuentra preparando una serie de conciertos que lo devuelven a la escena presencial, todos para celebrar este primer centenario de Brassens. Entre ellos, una presenta-

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ción en el Teatro Galia de Lanco, construido por un arquitecto francés, para mayor coincidencia. Vuelve también al Mesón Nerudiano, por ahora algunos días martes. Y para fin de mes, está organizando un homenaje multitudinario online en el que una gran cantidad de artistas interpretarán a Brassens (entre ellos, quien escribe estas líneas). En esta entrevista, nos irá develando curiosidades del trovador languedociano y la particular relación que ha tenido él mismo con su obra. Galo: ¿Cómo conociste la obra de Brassens? Eduardo Peralta: A través de un amigo que me mostró dos canciones. Yo no conocía nada de Brassens. Él me las mostró cuando yo estaba en tercer año de universidad y ya estaba decidiendo dejarla para, en pocos meses después, partir a Europa. Aquí en Chile Brassens era poco conocido y a mí me impactó su voz, la encontré muy especial. También la estructura de las canciones. Yo había estudiado en el Notre Dame y me gustaba mucho el idioma francés pero aun así se me escapaban muchas cosas con Brassens por su poesía de alto nivel. Su trabajo con el lenguaje fue una de aquellas cosas que me atrajo, aun cuando no entendía del todo sus textos. Después, ya en Europa, tanto los amigos chilenos como latinoamericanos en general, además de los franceses, belgas y suizos que conocí, me mostraron más en detalle su forma de utilizar el lenguaje, el argot. El lenguaje expresivo es clave en Brassens y ahí cabe de todo, desde la paráfrasis de François Villon del siglo XIV, Víctor Hugo (Brassens compuso dos canciones basadas en textos de dicho escritor) y el lenguaje de la calle, aquel argot a veces incluso violento, de los bajos fondos, mezclado con la alta poesía hacen un alquimia poderosa en Brassens, me recuerda un poco a François Rabelais, que es como el paralelo de Cervantes en lengua francesa, autor de Gargantúa y Pantagruel, que también mezclaba la alta poesía con el lenguaje popular. Por algo Brassens compone el “Cordero de Panurgo”, que es un personaje de Rabelais. Y por supuesto, también su uso del verbo procaz, cuando incluye garabatos del habla cotidiana, tanto los del siglo XX como los antiguos, a él le gustaba recuperar los viejos garabatos franceses. En resumen, toda esa expresividad, poesía e inteligencia para construir canciones, que es el objetivo de todos los trovadores, fue lo que me cautivó de Brassens en este viaje que empezó en diciembre de 1979 y terminó en octubre del ‘80. Fueron más de diez meses viajando, primero un mes en Argentina y Uruguay (ocasión en que cumplí 21 años) y después cinco países que recorrí cantando,

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como Bélgica, Francia, Suiza, con aventuras intensas y fructíferas, como la de conocer la obra de Brassens, que ya cumple su primer centenario y que para mí es un trovador inmortal. ¿Qué significa para ti la obra de Brassens y en qué influyó en tu obra propia? Para mí la obra de Brassens es un resurgimiento del trovador medieval, mezclado con el poeta medieval obviamente, como el mencionado François Villon o como Guillermo de Aquitania, el cual era un deslenguado que se burlaba de los curas y obispos… y que después tenía que arrodillarse pidiendo perdón debido a su condición de noble. Claro, la mayoría de los trovadores de esa época pertenecían a la aristocracia Así es. Pero lo increíble a nivel sincrónico es que Guillermo de Aquitania nace un 22 de octubre, al igual que Brassens, 850 años exactos antes que este. Me parece increíble, porque ambos son símbolos de sus épocas, son hermanos astrales, podríamos decir. El asunto es que Brassens surge como cantautor en los años ‘50, una época en que la moda en Francia eran las grandes orquestas como las que acompañaban a Brel, a Trenet y a la Piaf. Él, en cambio, impone (junto a otros trovadores como el canadiense Félix Leclerc) la guitarra junto al contrabajista (que en este caso era Pierre Nicolas) en escena. En ese sentido, Brassens es un trovador químicamente puro, comme il faut, como dirían en Francia. Esto a su vez habla de las influencias musicales de Brassens, que tienen que ver con el jazz antiguo (el dixieland), las canciones napolitanas que también tienen muchas veces ese dúo instrumental (su madre, de hecho, era iltaliana, Elvira Dagrosa), además que los intervalos musicales

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La primera adaptación tuya que escuché fue la de “La guerra del 14”, ¿esa fue la primera que hiciste? Sí, fue la primera, que la grabé para el sello Alerce en Filmocentro y desde aquel entonces yo ya he adaptado sesenta canciones de Brassens, de las cuales solo hay unas veinte grabadas. Hay una cantante chilena llamada Catalina Claro que también grabó un disco con canciones de Brassens y ahí hay un par de adaptaciones mías.

de esas canciones a veces eran muy largos al igual que en muchas canciones de Brassens. Toda su familia cantaba. En síntesis, este renacimiento del trovador medieval que llegó con Brassens viene con la poesía, con la estructura de la canción, tantas virtudes que nos entrega la obra de este “viejo mostachudo” que al igual que yo, amaba a los gatos, además. Además, él nace en el sur de Francia, que es donde precisamente surgen los trovadores en la Edad Media. Exactamente, él es del Languedoc, que es la zona de los trovadores medievales. Curiosamente de esa misma zona -o de la Provenza que está ahí al lado y que juntas conforman el “Midi de la France”- son otros chansonnieres de la época de Brassens, como Gilbert Bécaud, Charles Trenet y también Boby Lapointe, trovador lamentablemente casi desconocido en nuestro país y al que yo quiero difundir de a poco y para esto ya traduje una de sus canciones, que juega con las palabras. Todo ello conforma un paralelo entre los trovadores del Midi de los siglos XII y XIII con todos estos trovadores franceses del siglo XX surgidos en la misma zona (además de otros como Jean Ferrat y Leo Ferré), entre los cuales, a mi parecer, Brassens ocupa el lugar principal y por eso he dedicado un esfuerzo grande y he desarrollado una vocación de cantarlo en escena, llevarlo a distintos países, lo cual siempre me ha dado alegrías tremendas. En cuanto a su influencia en mi obra propia, además de otras múltiples como el jazz antiguo, el buen rock como The Beatles, Brassens me ha influido en varios aspectos: el filosófico, con su forma tan particular de pensar, bastante socarrona por ser del sur, alejado de esa cosa tan intelectualmente seria de París. Ese humor socarrón del suroeste francés mezclado con una visión de mundo libertaria, anarquista a veces. Hay ciertas canciones que representan eso como “El Gorila”, “Hecatombe” o canciones en que se burla del mundo curil como “Tempestad en una pila bautismal” o “El descreído”. Además de esta dimensión filosófica, su construcción de canciones también me influyó, sus rimas tan cuidadas, mi interés en usar la rima consonante yo ya lo tenía desde mis primeras canciones como “Navidad” o “Juan González”, y al conocer la obra de Brassens fui profundizando aún más en ello. Intercalar las rimas, jugar con las palabras por ejemplo, al hacer las rimas con la mitad de la palabra dos versos después con una palabra que suena como esa semi-palabra, lo cual no es fácil, son cosas que yo he intentado aplicar en mis canciones y también, por supuesto, en las adaptaciones que hago de Brassens.

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Tus “Lunes Peraltianos” en el Mesón Nerudiano fueron durante veinte años los “Lunes Brassensianos”. ¿Tu idea inicial con esto fue difundir la obra de Brassens? Yo diría que fue una especie de coartada para darle un sentido diferente a un encuentro de trova normal, haciendo hincapié en que cantaríamos a Brassens abordaba a otros cantautores francófonos y de hecho eso es lo que sigo cantando durante esos veinte años y a partir de eso, ya fui abordando también la trova chilena y latinoamericana, con un montón de artistas invitados. En resumen, fue una coartada que devino en una vocación por la que pasaron casi cuatrocientos artistas en jornadas que unieron la trova chilena,

Cancionero Peralta-Brassens, con canciones del cantautor chileno y algunas de sus adaptaciones de Brassens. Precio de referencia en librerías: $15.000

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latinoamericana, francófona y, en contadas ocasiones, la canción anglo. Entonces, se creó una especie de cenáculo musical que fue muy emocionante, yo aprendí a ser intérprete gracias a esa experiencia, antes me dedicaba sólo a mis canciones, a Brassens y a las payas y con esta experiencia, al tener que variar cada lunes el repertorio, terminé cantando incluso otros estilos, y artistas de distintas generaciones. Algunas noches eran con un tema forzado, con canciones relativas al tema elegido. Llegaban muchos poetas también, entre los cuales estuvo nuestro Premio Nacional de Literatura, Manuel Silva Acevedo, quien incluso interpretó unos tangos. Por el tema de la pandemia esta bella actividad ha estado detenida, pero ahora que ya están las condiciones vuelve por fin y justamente en el marco del centenario de Brassens, este 19 de octubre. ¿Has tenido contacto con otros cantores que hayan versionado a Brassens? Claro. De hecho he cantado, por ejemplo, con Joaquín Carbonell, aragonés fallecido recientemente el año pasado, que tiene muy buenas adaptaciones y que también ha adaptado algunas versiones mías al habla de su región. Otro gran traductor es el catalán Miquel Pujadó, tiene versiones muy bien trabajadas, poeta y trovador de primer nivel. También tuve la suerte hace algunos años de cantar en Sète, la ciudad natal de Brassens, junto al ruso Alexandre Avamessov, uno de los más grandes traductores de Brassens al ruso, lo cual no es fácil. Recuerdo siempre ese día en el Teatro Moliére, con un lleno total, mientras ensayábamos -yo lo acompañé con la guitarra en dos canciones- “La Marguerite”, que tiene un aire ruso justamente. Yo, entusiasmado con el ritmo, me aceleraba, mientras él me gritaba “Monsieur Peralta, pas si vite, pas si vite” para que no fuese tan rápido. Y esa noche también cantamos a tres bandas con otro de los grandes intérpretes de Brassens, Paco Ibáñez, uno de los momentos más emocionantes y uno de los aplausos más bonitos que he recibido en el mundo Brassensiano, hicimos “Le testament” cada uno aportando con versos de su propia adaptación. También he tenido la suerte de estar en el teatro d’O de Montepellier con Jean Pierre Mariel, actor que recitó versos de Brassens, y Guy Bedós, otro gran intérprete de su obra. Grandes experiencias que han seguido alimentando mi amor por la obra de Brassens. Sin duda experiencias no solo musicales, sino importantes experiencias de vida. Fuera de esas experiencias, has recibido ya varios premios relacionados con Brassens. Cuéntanos respecto a ello.

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES BRASSENSIANAS DE EDUARDO PERALTA: Domingo 3: PLAZA DE LOS ARTESANOS de Horcón Martes 19: MARTES BRASSENSIANO en el MESÓN NERUDIANO Viernes 22: TEATRO GALIA de Lanco (Región de los Ríos) Martes 26: MARTES BRASSENSIANO en el MESÓN NERUDIANO Contacto: eperalta@musica.cl

TEATRO GALIA DE LANCO (REGIÓN DE LOS RÍOS)

Sí, hay tres premios que yo conservo en mi “egoteca” como decía el querido Payo Grondona. Uno es el “Premio Memoria George Brassens”, que lo dan varias agrupaciones francesas que tienen que ver con él. Siempre se lo han dado a europeos y esa fue la primera vez que se lo dieron a un latinoamericano. Otro es la medalla de la orden de “Chevalier des arts et des lettres” que también recibieron en su momento Francisco Coloane y Pablo Neruda, así que para mí es motivo de gran orgullo. También el Grand Prix SACEM en la categoría a la Canción Francesa en el extranjero, para no franceses que han difundido la Chanson, categoría que no se da todos los años y que muy pocos hemos obtenido, como la gran cantante Nana Mouskouri y Anancio Prada, que tiene un disco maravilloso con la obra de Leo Ferré y con quien he tenido la suerte de cantar también. En aquella premiación pude compartir con Georges Moustaki. La experiencia brassensiana ha sido realmente reconfortante porque hay toda una cofradía mundial que ama sus canciones y me ha permitido cantar en lugares tan disímiles como Turquía y Corea del Sur y compartir con gente tan diversa que quizás no conoce nada de la trova chilena pero sí de Brassens a través de estos cenáculos que son las Alianzas Francesas alrededor del mundo.

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CRÍTICA DE CINE POR ANÍBAL RICCI ANDUAGA Ingeniero Comercial. Escritor

«A

SOLARIS (1972)

Dirigida por Andrei Tarkovsky

mas aquello que puedes perder», discurre Kris Kelvin, psicólogo y tercer integrante de la tripulación de la estación espacial que orbita el planeta Solaris (¿ficticio?). Acaba de arribar y se entera de que el doctor Guibarian se suicidó, producto de las alucinaciones que provoca el Océano viscoso que cubre la superficie de Solaris. Los otros tripulantes son los doctores Snaut y Sartorius, científicos que no muestran gran hospitalidad al nuevo integrante. Kelvin le explica a Snaut lo que se puede perder: la esposa o bien el lugar de infancia. Precisamente su mujer murió hace diez años y ahora Océano ha materializado una idea de ella, pero no es sólo una visión, sino que es de carne y hueso, una “visitante” que lo besa y reconoce, aunque no recuerda ni comprende el presente. Desde el segundo día se le apareció Hari, estableciendo contacto emocional luego de expulsarla en un cohete al espacio exterior. La esposa vuelve a aparecer al otro día y amenaza la misión encomendada: decidir si se abandona o no el proyecto Solaris. Los “visitantes” vienen de noche, logrando que los tripulantes alteren sus horas de

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sueño, utilizando el miedo que no desaparece al no poder dormir. Hacia la mitad del metraje, los científicos abandonan los pasillos desnudos de la nave y celebran un cumpleaños en una ¡biblioteca!, con muchos libros, paredes de colores cálidos e iluminada por un candelabro. «No necesitamos otros mundos, necesitamos un espejo», declama Snaut algo alcoholizado, explicando la porfía de la humanidad por extender sus fronteras. Descarta la idea de un “contacto” alienígena, «al ser humano sólo le hace falta otro ser humano», hay una idea de incomunicación, la búsqueda del conocimiento aleja al hombre de la intimidad con el otro. En esa celebración, los otros científicos conversan con Hari haciéndole sentir que no es real, que no es más que un devaneo anímico. Sartorius hace una analogía con las emociones desbordadas de los personajes de Dostoievski, el célebre novelista ruso que sería una especie de fantasma en esa biblioteca donde los libros encapsulan la memoria del ser humano, tal como Océano restituye el pasado de Kris en la figura de Hari. «Tú no me amas… Yo no soy Hari… Soy otra», le dice a Kris, se enteró del pasado de la verdadera Hari por boca del doctor Sartorius, que le reprocha al protagonista que la “visitante” es


una distracción del deber científico. Kris habría abandonado a Hari antes de su suicidio, no estaba seguro de amarla, pero ahora sí ama a este recuerdo. Prefiere ese sentimiento, engañarse lo más que pueda, en vez de enfrentar la realidad. La nueva Hari también lo ama, sufre por él y entiende que la prolongación de su ¿existencia? le provocará cada vez más daño. Ella les pide a los científicos que desmaterialicen sus neutrinos, mediante rayos X sobre el cerebro de Kris. Snaut le explica, luego de un episodio de fiebre, que Hari ya no existe. «Nuestros antiguos lo entendían bien… no preguntaban ¿Por qué? ni ¿Para qué?, eran como Sísifo moviendo la roca hacia la cima». Al hombre feliz no le interesan las preguntas eternas (lo experimentó Kris), «pensar en ello es lo mismo que conocer el día de tu muerte». El saber busca certezas, la ignorancia «nos hace inmortales». Hari ha elegido desaparecer y no experimentar que Kris deje de amarla. Su pensamiento parecerá egoísta, pero también desea que su amado no sufra. La “visitante” se ha vuelto más humana que los propios seres humanos. Al comienzo y al final de la película, el protagonista visita a su padre, un paraje natural casi igual al de su infancia. Kris se aferra a los

recuerdos, esa tierra natal en la que conoció a Hari. Solaris quizás sea un planeta ficticio, la bruma apenas deja ver la casa, la toma se vuelve aérea, en medio del Océano han aparecido muchas islas y en ellas se encuentra la casa del padre. El ser humano no requiere viajar a cuerpos celestes lejanos, le basta con reconocer a sus cercanos y comunicarse con ellos, transmitirles ese afecto profundo que volvió a recordar junto a la materialización de Hari. Como reparará el lector, Solaris no busca el descubrimiento de otros mundos, sino una búsqueda de sí mismo por parte del protagonista. El viaje no es hacia el espacio exterior, sino a su psiquis, a los recuerdos que definen a cada ser humano. La analogía con los libros escudriña en la memoria, en las imágenes que atesoran nuestros sentimientos, aquel viaje a nuestro alcance que no siempre tenemos el coraje de recorrer. Amar a alguien implica una posibilidad de pérdida, pero ese camino de Sísifo nos aleja momentáneamente del miedo y nos hace plenos. La felicidad del hombre es posible alcanzarla sin conocer la realidad de la Naturaleza, quizás baste ese arranque ciego en conocer al otro, en atreverse al riesgo de perder. El conocimiento busca certezas, en cambio el amor conlleva incertidumbre. Se cumplen 50 años del rodaje de

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Solaris, cinta presentada en Cannes en 1972, donde obtuvo el gran premio del jurado. Quizás fue la respuesta soviética a otra monumental película dirigida por Stanley Kubrick: 2001, odisea del espacio (1968). Hay una escena paródica en Solaris: el astronauta Berton recuerda haber divisado en el Océano a la figura de un niño gigantesco de cuatro metros sobre sus aguas, clara alusión a la imagen del feto del tamaño de la pantalla que irrumpe la última escena de Kubrick. Más allá de la anécdota, las dos películas revolucionaron la ciencia ficción, la de Kubrick buscando el origen de nuestra civilización, en cambio Solaris se enfocó en las motivaciones del ser humano, esa fuerza interior que lo hace enfrentar la vida y desafiar a la muerte. La primera encontró respuestas en el mundo exterior y Tarkovsky se internó en la memoria del hombre, en la profundidad de la psique humana. Los pasillos luminosos e higiénicos de la nave espacial de Kubrick entienden su circularidad en la búsqueda del conocimiento, en cambio Tarkovsky transita pasillos oscuros, sucios y desordenados. Kubrick navega en un espacio infinito sin sonidos y Tarkovsky en la mente sin límites del ser humano, inmersa en ruidos terroríficos, dentro de un espacio tan inexplorado como el espacio exterior.


ARTE

mail: gozzovidal@yahoo.es

INTENSA-MENTE Acrílico sobre tela Políptico de cuatro módulo de 41.3 x41, 3 c/u total, 41,3 x 165, 2x3 ms. Año: 2020

GONZALO VIDAL MUGICA Interpretación del trabajo de los sentidos y la mente, activando las emociones y la razón, como un juego de superposición de imágenes de formas naturales y geométricas, que tensionan las imágenes como elementos que salen o entran de un plano para ingresar a otros, generando la dualidad de lo abstracto y lo concreto, de orden y de caos, creando espacios lúdicos de colores opuestos que se entrelazan para crear un diálogo onírico de imágenes yuxtapuestas de múltiples lecturas, mientras al centro de la obra está graficado el ordenador, como el archivador de la memoria del consiente y subconsciente.

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Nuestro mar,

• Economía Circular • Los Bárbaros II • Ciencia Chilena 2021 • Insurrecciones Siglo XXI

• Concepciones de la Tierra

• Profundización del extractivismo bajo filtro verde

OCCIDENTE

OCCIDENTE TRIBUNA DEL LIBRE PENSAMIENTO

• Al diapasón de la amada Tierra

OCCIDENTE

• Literatura, Cine y más

Una hazaña prodigiosa

OCCIDENTE

Abril 2021 Número 515

Mayo 2021 Número 516

ISSN0716-6782

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Nu

• Fútbol femenino: una lucha desigual • Voces de Brasil: Gal, Bethânia y Elis • La alquimia milenaria • Neruda y la novela policial

• Áreas marinas protegidas

OCCIDENTE

OCCIDENTE

TRIBUNA DEL LIBRE PENSAMIENTO

TRIBUNA DEL LIBRE PENSAMIENTO

OCCIDENTE

OCCIDENTE

CONVENCIÓN CONSTITUYENTE

JOSÉ MIGUEL CARRERA: UNA LIBERTAD QUE VALE MÁS DE CIEN ESTATUAS LOS SINUOSOS Y DELICADOS CAMINOS DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN

• PROCESO CONSTITUCIONAL: LA FORMA Y EL FONDO • NUEVA CONSTITUCIÓN: UN CAMBIO MÁS PROFUNDO ESTÁ EN CURSO

CHILE: MUCHO MÁS QUE UNA EFEMÉRIDE

Septiembre 2021 Número 520

Agosto 2021 Número 519

Julio 2021 Número 518

* LOS DIFÍCILES PRIMEROS PASOS * LA CEGUERA DEL CENTRALISMO

Revista de cultura, política, arte, ciencias sociales, humanidades y ciencia de la tecnología

Revista de cultura, política, arte, ciencias sociales, humanidades y ciencia de la tecnología

Revista de cultura, política, arte, ciencias sociales, humanidades y ciencia de la tecnología

EL CAMINO DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN

e s t ro m a r ,

TPP-11 EL TRATADO DE LA CONTROVERSIA

• Vigencia del Escultismo

• Mujeres y Revolución francesa • París, locura y creación a 100 años de distancia • Dante y la Divina Comedia. II parte

ISSN0716-6782

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Más que una efeméride

Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300

• Nuevo Teatro del Instituto Nacional

• Matrimonio igualitario y Estado laico

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NUESTRO MAR N° 516 Mayo 2021 $ 2.200

ISSN0716-6782

• Radio Beethoven: con Rosas y Flores, al aire

N° 518 Julio 2021 $ 2.200

e s t ro m a r ,

N°520 N° 519 Agosto 2021 $ 2.200 Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300

Septiembre 2021 $ 2.200 Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300 ISSN0716-6782

DATOS PERSONALES Y PRIVACIDAD: LOS OTROS DERECHOS CONSTITUCIONALES LA CUECA BRAVA EL GENIO DE LEONARDO DA VINCI LA CRISIS DE AFGANISTÁN

ISSN0716-6782

Mayo 2021 Número 516

OCCIDENTE

Marzo 2021 Número 514

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OCCIDENTE

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TRIBUNA DEL LIBRE PENSAMIENTO

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UN TEXTO MOVEDIZO COMO RESOLANA LOS ESPERA

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CANDIDATOS DE UNO Y OTRO SECTOR PREPARAN ARGUMENTOS

• Pescadores puertas adentro • El Niño y la Niña en tiempos de cambio climático • Recuperar la Economía • Miguel Grau, marino político y masón • Ciudadano Kane, 80 años después • Literatura en tiempos de pandemia

• Se prolonga Stress electoral

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• La Masonería propone a Chile

• Fronteras: Funcionarios al límite

• Desde el olvido. Rayén Quitral y Rosita Serrano

N° 517 Junio 2021 $ 2.200 Recargo por flete: Regiones XV, I, II, XI y XII $ 300 ISSN0716-6782

tenemos constituyentes • El avance de la Eutanasia en el Congreso Nacional y triunfo del Estado laico • Humberto Maturana • El Humanismo seculaR, de Diderot a Cliteur • El día D: Operación Overlod • Laicismo y Democracia

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