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Esa vieja y sana costumbre de votar

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ESA VIEJA Y SANA COSTUMBRE DE VOTAR

Día de elecciones: con un lápiz y una raya dibujamos el futuro.

POR EDUARDO GÁLVEZ ASTORGA y NICOLÁS CORNEJO DURÁN FOTOS LORENZO MELLA

“Una papeleta de voto es más fuerte que un fusil”. La frase tiene más de 150 años y es de Abraham Lincoln, pero hoy en día parece tan vigente que incluso la escuchamos en la calle, en la voz de gente anónima que, palabras más palabras menos, manifiesta lo importante que es levantarse, salir de casa e ir a votar: “es mi deber y mi derecho”, “es importante participar en las decisiones del país”, “hay mucho en juego y tenemos que participar”, “si quiero que las cosas cambien, entonces tengo que venir a votar”. Así habla el pueblo. Para algunos, el día de elecciones es un compromiso cívico, una fiesta de la democracia que tanto nos ha costado construir; para otros representa una responsabilidad insoslayable, un ejercicio de nuestro derecho que nunca debió haber dejado de ser obligatorio. Sea como fuere, es el día en que la ciudadanía sale a las calles a expresar su voluntad indistintamente de las preferencias de cada uno, una tradición democrática que implica una organización a nivel país y cuyos actores principales en la gesta de dicha celebración son ni más ni menos que la misma ciudadanía.

EN EL PULSO DE LAS URNAS

Es mediodía el domingo 21 de noviembre y en las calles de Santiago se ve mucho movimiento. Los noticieros que se han desplegado a lo largo y ancho del país dan cuenta que el movimiento no es solo en la capital. Largas filas en los distintos lugares de votación dan vuelta a la manzana, cuadras y cuadras antes de llegar a la urna. El sol pega fuerte y los votantes lo resienten. ¿Por qué se ve más gente que en elecciones anteriores?

Mane Castillo, delegada del local 2 del Liceo de Aplicación Nº 29, cree que la cantidad de gente se debe a los aforos de cada centro de votación producto de la pandemia, y que esta vez los adultos mayores salieron más temprano a votar. “El proceso ha sido normal, sin grandes incidentes. Acá votan alrededor de dieciocho mil personas y en su mayoría son adultos mayores que tienen bastante criterio cívico, se levantan temprano y llegan incluso antes de que se constituyan las mesas. Hoy los vocales llegaron más tarde y las mesas costó más que en otras ocasiones constituirlas, a las 9:16 am, pero eso no ha significado una demorada sustantiva en el proceso”. Mane Castillo lleva cinco años de delegada en el Liceo de Aplicación. “Nunca he tenido problemas en el proceso. Es una linda labor pero harto trabajo. Comenzamos el miércoles y terminamos el lunes, pero es un bonito proceso sin inconvenientes mayores. Me tocó estar en el plebiscito al que vino mucha gente y también en la elección de constituyentes que fue en dos días”.

Si bien el Liceo de Aplicación cuenta con un espacio suficiente para recibir a la cantidad de votantes, la pandemia ha obligado a habilitar más salas, además del casino y la cancha, para poder mantener el aforo que permite el protocolo, algo que también ha impactado en el voto asistido. La delegada nos cuenta que “este voto se realiza en una cámara secreta en la sala de los delegados, donde sube el presidente de mesa con la persona que debe votar y necesita asistencia, junto con su acompañante o familiar que los esperan. Se coordina con los asesores a cargo nuestro y con los facilitadores del Servel, algo que comenzó a utilizarse por la pandemia para controlar el aforo y hacer todo más expedito, por lo que es muy importante el trabajo en equipo”.

Esto último parece ser una de las claves para que todo salga con éxito. La presidenta de la mesa Nº 146, Jésica Godoy, lo reafirma y destaca: “Esta es la cuarta vez que me toca. Feliz vine la primera vez, pero es un proceso muy agotador. Pensaba que era menos trabajo pero me llevé una sorpresa. La constituyente, por ejemplo fue muy fuerte porque fueron dos días, pero como trabajamos en equipo se hace muy llevadero y todo resulta bien”. Jésica ha ganado experiencia en su labor de presidenta y se nota. Al preguntarle si efectivamente ha habido más gente que en las elecciones anteriores responde: “Las filas que se ven son porque el aforo del colegio no da para que ingrese tanta gente, pero las mesas nuevas han estado

súper expeditas, por lo que yo calculo que vendrá la misma gente de siempre”. Y de alguna manera, su mesa es representativa de la votación final a nivel país: “De un padrón de 320 votantes vienen 150 que es más o menos un 48%. Por lo general son casi puros adultos mayores y como vienen siempre los mismos incluso una ya los conoce”.

Su vocación cívica no solo la demuestra en sus funciones de vocal, sino que desde antes que votar fuera voluntario. “Me inscribí para votar en el tiempo que se podía. Considero que es una buena experiencia, agotadora, pero algo grato porque dentro de la posibilidad de entregar un pensamiento o una lección de algo, esta es la manera”. Otra de las cosas que rescata es la colaboración y comportamiento de la gente, casi como parte de un solo equipo: “Solo una vez tuvimos que sacar a un apoderado de mesa que quería sacar fotos y su trato fue muy vulgar y grosero. Le dijimos que no pero insistió y tuvimos que desalojarlo con militares”.

En este sentido, el trabajo del Ejército es fundamental. La mayor Maribel Mesías Alcayaga, a cargo del local de votación, es enfática al describir el rol que cumplen el día de las elecciones: “El Ejército está avocado a prestar seguridad y a colaborar en el normal desarrollo de las elecciones. Para esto desplegamos equipos de seguridad para controlar al personal que ingresa y que se retira del local para que la gente pueda votar en las mejores condiciones posibles, más aún ahora que estamos en Covid”.

La mayor Mesías Alcayaga lleva veinte años en la institución y siempre le han asignado resguardar el orden y la seguridad de distintos locales de votación a lo largo del país. Ha estado en Arica, Los Ángeles, La Serena, Santiago, entre otros, y en cada lugar lo distinto es la cantidad de gente que va a votar. “Por ejemplo, en las zonas rurales va menos gente que en la ciudad, y en todos estos años es la primera vez que me toca un lugar tan concurrido, 18.450 votantes, es un flujo de gente mayor y por lo tanto el desgaste es mayor para el personal”. También repara que la pandemia ha significado un aumento en las labores de cuidado porque la capacidad está restringida por los aforos y eso hace que “mucha gente queda esperando lo que genera descontento y a veces comienzan a reclamar, entonces hay que tener la inteligencia de saber cómo reaccionar frente a eso para dar soluciones y apoyo a quienes vienen a ejercer su derecho a votar, aunque se nota que la población quiere que este proceso salga de la mejor manera posible”.

UN POCO DE HISTORIA

El Servicio Electoral (Servel) es una entidad autónoma con personalidad jurídica y patrimonio propio que está encargada de la administración y fiscalización

Las mesas comenzaron a cerrar a las 18:00 horas y en el Liceo de Aplicación aún queda gente que no ha votado. Durante la tarde, en varios puntos del país se pudo observar la misma situación o de proporciones mayores: centros de votación con mucha gente que aún no había alcanzado a sufragar, pero que estaba en la fila así que debían esperar. El análisis inmediato rezaba que la participación de la ciudadanía había sido mucho más que en las

VOTO A VOTO

elecciones anteriores, casi a niveles similares de la cantidad que se registró para el plebiscito constitucional (marca histórica en participación). Sin embargo, el reporte del lunes dirá otra cosa: un 47% del padrón electoral, lo mismo que en la mesa 26 del Liceo de Aplicación. Y también el reporte del lunes nos diría que a segunda vuelta pasarían José Antonio Kast con 27,91% y Gabriel Boric con 25,83%, dejando un resultado incierto de cara al 19 de diciembre.

Pero lo que no es incierto es que la ciudadanía, una vez más, ha podido salir con tranquilidad a ejercer su derecho y esperar con seguridad y transparencia cualesquiera sean los resultados; una vez más, el pueblo de Chile ha sido el actor principal en la contribución a la democracia, una democracia que tanto nos ha costado construir y que seguimos dibujando con más fuerza al momento de tomar el lápiz y marcar nuestro futuro.

de los procesos electorales que se celebran en el país. Este organismo nació el 17 de marzo de 1925 y hasta la fecha ha tenido seis directores, quienes han procurado velar por la participación ciudadana en los distintos procesos electorales de forma segura y transparente, contribuyendo a fortalecer la historia democrática de Chile. Sin embargo, ha corrido mucha agua bajo el puente.

La primera elección que se llevó a cabo en Chile sucedió en diciembre de 1810 para conformar el Primer Congreso Nacional, el cual se constituyó recién el 4 de julio del año siguiente, pero debido a los constantes conflictos producidos por la guerra de la Independencia no pudo consolidarse y se disolvió en diciembre de 1811. Fueron momentos convulsos en la organización de la política nacional. Al unísono de lo que ocurría en los intentos de conformar un congreso e incluso redactar una Constitución, el Reglamento Electoral iba sufriendo tantas modificaciones como elecciones iba enfrentando. De este modo, y con el correr de los años, se logró transitar desde un sistema de sufragio censitario (por ejemplo, que votaran hombres libres con una edad mínima de 25 años si eran solteros y 21 años si eran casados, donde, además de saber leer y escribir debían poseer una propiedad inmueble); a un sufragio indirecto que proporcionaba el Senado (donde los votantes no eligen candidatos a un cargo sino a representantes que a su vez eligen quién va al cargo público correspondiente); hasta llegar a un sufragio universal masculino, que si bien era más democrático que los anteriores por no hacer diferencia en el estado civil ni propiedades a su haber, el universo de votantes solo correspondía a los hombres y se excluía a las mujeres, situación que recién se modificó para las elecciones municipales el año 1934, transformándolo en uno de los hitos de mayor importancia en la historia de la democracia nacional.

Efectivamente, la inclusión del voto femenino no solo fue la reivindicación de un derecho legítimo que hasta entonces se les había negado, sino que trajo como consecuencia un aumento considerable en la participación ciudadana en las elecciones, lo que derivó en introducir una cédula única electoral en 1958, que además buscaba terminar con el cohecho. Asimismo, hubo una aprobación en el voto de los no videntes y de los analfabetos, junto con reducir la edad de los votantes de 21 a 18 años. Sin embargo, todas estas reformas y avances para una mejoría en el reglamento electoral no se pudieron aplicar durante la dictadura militar, pues la mayoría de sus registros históricos fueron destruidos, sus oficinas fueron clausuradas por casi trece años, y sus funcionarios destinados a otras actividades públicas hasta la reapertura en 1986, que tuvo su reestreno con el plebiscito del 5 de octubre de 1988, uno de los con mayor participación en la historia.

Hoy en día, Chile cuenta con un sistema electoral robusto que entrega todas las garantías necesarias al momento de sufragar, donde la transparencia y la eficacia en el conteo hacen posible tener resultados inmediatos que dan tranquilidad a la ciudadanía.

25 DE JUNIO DE 1915. MESA DE VOTACIÓN, ELECCIÓN PRESIDENCIAL

1920. VOCALES DE MESA, SUBDELEGACIÓN DE CONSTITUCIÓN, CON UN POLICÍA HACIENDO PROPAGANDA ELECTORAL,

1934. VOTO FEMENINO

ALGUNOS HITOS HISTÓRICOS

1811. Se realizan las primeras elecciones en Chile para elegir representantes para el Congreso. 1834. Promulgación de un reglamento electoral que establece el voto censitario de acuerdo a requisitos de renta. 1874. Se promulga una nueva ley electoral, que amplía el derecho a sufragio y socava el control estatal sobre el proceso electoral. La ley establece el secreto del voto y traspasa el control de las elecciones desde los municipios a las Juntas de Contribuyentes 1890. Reforma electoral refuerza el secreto del voto e impide el fraude electoral por parte del oficialismo. 1915. Reforma electoral que establece la creación de un padrón electoral único renovable cada nueve años. 1934. Se otorga derecho a sufragio a las mujeres en las elecciones municipales. 1941. Se promulga la ley Nº 6.825, la cual entrega a las Fuerzas Armadas el control y resguardo del proceso electoral. 1949. Se promulga la ley Nº 9.292, la cual otorga derecho a votar a las mujeres en las elecciones parlamentarias y presidenciales. 1958. Se establece la cédula única de votación, impresa por el Estado, lo que elimina el cohecho y el fraude electoral. 1962. Se establece la obligatoriedad de la inscripción electoral y se elimina la necesidad de renovarla cada diez años. 1969. Se permite votar a los ciegos. 1972. Se rebaja la edad para votar desde los 25 a los 18 años, y se concede el voto a los analfabetos. 1987. Se permite votar a todos los extranjeros que tengan residencia en el país por al menos 5 años. 1988. Se realiza el Plebiscito para decidir la continuidad de Augusto Pinochet en el poder. 1989. Primeras elecciones democráticas en 16 años. Por amplio margen, gana Patricio Aylwin, candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia. 2007. Se promulga la ley Nº 20.183, que permite el Voto Asistido para quienes lo necesiten. 2012. Se promulga la ley N° 20.568 que instaura la inscripción automática y el voto voluntario 2014. Se publica la ley de Reforma Constitucional N° 20.748, la cual regula el ejercicio del sufragio de los ciudadanos chilenos que residan en el extranjero. 2015. La ley 20.840 reemplaza el sistema electoral binominal por uno proporcional.

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