El Grito del Sur 71 - Septiembre 2020

Page 1

Comuna 1 /3 /4

Periódico barrial

Constitución, Monserrat, San Cristobal, San Telmo, Parque Patricios y Barracas

Distribución gratuita 3.000 ejemplares mensuales Septiembre 2020 ISSN 2451-7178

Año - 08

Número 71

Un ex centro clandestino de detención en pleno Cid Campeador Al igual que ocurrió con “Virrey Cevallos”, el ex centro clandestino recuperado en el barrio de San Cristóbal, en Caballito también funcionó un lugar de tortura, desaparición y exterminio durante la última dictadura cívico-militar. El Grito del Sur habló con Sergio Bufano, el principal testigo en la causa. Pág. 6

La Metropolitana, ese capricho de Macri que financiaron todas las provincias

Docentes porteños despedidos en pandemia

Pág. 4

Pág. 8


02 · Sumario / Editorial

03

Detuvieron a un sospechoso por el femicidio de una mujer en situación de calle ,

08

Docentes porteños despedidos en pandemia ,

,

04

La Metropolitana, ese capricho de Macri que financiaron todas las provincias

05

La mitad de los testeos en paradores porteños dio positivo de coronavirus

,

10

,

“La derecha está desinhibida y es transgresora” ,

06

12

Enseñar a leer y escribir por Zoom: historias del primer grado en pandemia ,

El horror de la dictadura recorrió los barrios de la Ciudad

Editorial

Las prioridades de Larreta E

l Ejecutivo porteño sigue acumulando licitaciones de escándalo. Recientemente se conoció que el Gobierno de la Ciudad gastará unos 16 millones de pesos en la adquisición de un juego de 190 televisores LED y Smarts TV, con sus respectivos accesorios, que serán destinados a las distintas oficinas de gestión de los ministerios porteños. También se reveló que

los valores de los desayunos, almuerzos y refrigerios que paga el Gobierno de la Ciudad para cadetes policiales representan entre 2,5 y 6 veces más el valor de los gastos para las mismas comidas en las canastas escolares. Poco tiempo antes, Larreta había destinado fondos millonarios a la compra de equipamiento para disciplinas de tiro. Fue la segunda partida por un monto similar que se asigna para “tiro

con escopeta y rifle” en lo que va de la pandemia. Esta serie de gastos contrastan con la subejecución presupuestaria en el Ministerio de Educación porteño, que tenía el dinero para comprar las notebooks pero no lo usó. La Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa sólo ejecutó un tercio de sus recursos en el primer semestre de 2020. Cabe destacar también que la

mala calidad nutricional de las viandas viene siendo objeto de denuncia por parte de los sindicatos docentes y las comunidades educativas. Entonces no resulta ficticia esta comparación: mientras en el menú policial se lista sopa de crema, pollo a la portuguesa con papas y un postre de gelatina, en las canastas escolares apenas hay un paquete de arroz, uno de fideos y una lata de pescado para 10 días.

El Grito del Sur- Fundado el 23 de sepiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno - Registro ISSN 2451-7178 - Director Propietario: Yair Cybel - Tirada 3.000 ejemplares - Registro de la Propiedad Intelectual 5295866 Septiembre 2020 - Número 71 - Domicilio legal: Camarones 1549 CABA - contacto: elgritodelsur@gmail.com Impreso en Editora del Plata S.R.L. - España 221, CP 2820 (Gualeguaychú, Entre Ríos) Registro de Medios Vecinales CABA - Se autoriza la reproducción del material publicado, citando la fuente.


Ciudad de la furia / Situación de calle · 03

Había prendido fuego una ranchada en Constitución

Detuvieron a un sospechoso por el femicidio de una mujer en situación de calle Las cámaras de seguridad y los dichos de un testigo permitieron a los fiscales identificar a priori a la persona que hace dos meses prendió fuego una ranchada bajo la Autopista 25 de Mayo y mató a una mujer en situación de calle. Será interrogado bajo la acusación de homicidio agravado por violencia de género. Texto: El Grito del Sur

E

fectivos de la Policía de la Ciudad detuvieron al presunto femicida que a principios de julio prendió fuego una ranchada bajo la Autopista 25 de Mayo y quemó viva a una mujer en situación de calle. La investigación –inédita en la historia reciente de asesinatos a personas sin techo en la Ciudad– la llevaron adelante la fiscal Romina Monteleone, titular de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional 52, y la división Homicidios de la Policía porteña. El detenido se encuentra a disposición del juez nacional en lo Criminal y Correccional 54, Walter Candela, quien le tomará declaración indagatoria bajo la acusación de homicidio doloso agravado por violencia de género. Los restos de la víctima fueron hallados la noche del 4 de julio entre los escombros de la ranchada consumidos por el fuego, sobre la calle Virrey

Cevallos al 1200. Según el informe del Cuerpo Médico Forense, la mujer, cuya identidad todavía no se pudo confirmar, tenía entre 30 y 45 años y murió calcinada, por las quemaduras. Los peritos a cargo confirmaron que se trató de un incendio intencional. Según confiaron fuentes ligadas a la investigación a El Grito del Sur, el mismo vecino que aquella noche avisó sobre las llamas a la comisaría primera de Constitución declaró días más tarde haber visto “a un hombre retirarse del lugar” en el mismo momento. Aportó además una descripción de la persona, que coincidió con la imagen de un varón de unos 30 años que fue captado en el lugar por las cámaras del Bajo Autopista esa misma noche. El principal sospechoso fue detenido finalmente mientras dormía en una pensión del barrio de Almagro. Al parecer, tenía alguna relación con la víctima y había sido visto más de una vez en la ranchada. La pieza fue allana-

da esta semana, donde según la Policía porteña “se secuestraron elementos de prueba suficientes para dar base a la acusación”. Aquella noche, las organizaciones sociales que integran la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle difundieron la novedad de la tragedia. Había dudas sobre el género de la víctima, lo que terminó de confirmarse días más tarde. “Estamos consternadxs, llenxs de bronca y do-

lor”, dijeron entonces, y reclamaron “el esclarecimiento total del caso”. “Cuestionamos todos los discursos fascistas que instalan que quienes están en situación de calle son los criminales por elegir esta situación. Criminales son las consecuencias de gobiernos que llevan adelante políticas de hambre y muerte que dejan a miles de personas en situación de calle y aquellxs que realizan este tipo de atrocidades por intolerancia y fascismo”, denunciaron.


04 · Ciudad de la furia / Policía de la Ciudad

¿Cuánto gasta la Ciudad en Seguridad?

La Metropolitana, ese capricho de Macri que financiaron todas las provincias El Ejecutivo porteño eligió centrarse en las formas para rechazar el ajuste del 1,2 por ciento de los fondos coparticipables decidido por el Presidente. Desde el Gobierno pusieron el foco en el gasto porteño en Seguridad, que insume los sueldos de la antigua Metropolitana, los “adicionales” de la Federal y su actualización salarial. Texto: El Grito del Sur

E

l Gobierno parece dispuesto a ir por más y ya se plantea, a futuro, volver a revisar los aportes de coparticipación que recibe la Ciudad para financiar los gastos en materia de Seguridad. “Es un debate que deberíamos dar a futuro en el Congreso”, redobló la apuesta Silvina Batakis, funcionaria del riñón del ministro de Interior, Wado de Pedro, encargado durante varios meses de negociar el recorte con el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Batakis precisó que la Rosada estudia la posibilidad de aplicar un nuevo tijeretazo sobre los fondos destinados a solventar a la Policía de la Ciudad, que tras el DNU anunciado por el Presidente el miércoles 9 de septiembre, se redujo del 2,1 al 0,92 por ciento de los fondos coparticipables. La decisión de los funcionarios nacionales de discutir la letra chica y los números del gasto en Seguridad de la Ciudad contrasta con la estrategia elaborada en Parque Patricios. Rodríguez Larreta ya ordenó a la Procuración General porteña elevar a la Corte la medida cautelar para “suspender de forma inmediata” el recorte, pero basándose más en la forma que en el contenido. Los argumentos de la Ciudad se centran por ahora en el modo “unilateral e inconsulto” del decreto presidencial, más que en los números finos para buscar que los supremos atiendan su planteo de “inconstitucionalidad”. Así las cosas, la pelea entre los dos ejecutivos dejó al descubierto una de las herencias con mayores consecuencias políticas, geográficas y económicas del paso de Mauricio Macri por la Rosada. Con el DNU 194 de enero de 2016, a pocos meses de asumir, Macri elevó el porcentaje de coparticipación a la Ciudad del 1,4 al 3,75 por ciento con el argumento de costear el traspaso de la Federal, una de sus promesas de campaña y uno de sus principales reclamos a Cristina Fernández de Kirchner hasta 2015, cuando ambos eran jefe de Gobierno y presidenta, respectivamente. Como Cristina se negó hasta el último día a traspasarle la Federal, Macri optó en su momento por crear su propia policía: la Metropolitana. Una fuerza cara y casi de cartón, con los salarios más altos del rubro pero con funciones muy reducidas, limitadas por caso a prepotear «trapitos» en los espectáculos deportivos y poco más. Macri sufrió al principio: afrontó una causa por espionaje ilegal montado sobre la división inteligencia de su policía –lo que tenía vedado–, en la que

terminó procesado junto al primer jefe metropolitano que designó: Jorge “El Fino” Palacios. Ya en el poder a nivel nacional, Macri cumplió con su palabra y traspasó la Federal a su delfín, Horacio Rodríguez Larreta, con aquel aumento –cuestionado en su momento por gobernadores del interior– de la coparticipación. Con esa decisión, que ahora Alberto Fernández considera “injusta”, Macri no sólo costeó los salarios de los Federales transferidos, sino muchos otros gastos, lo que benefició a las arcas porteñas en detrimento del resto de las provincias. Y también financió a la Metropolitana, el monstruo que había creado. Es que los efectivos de la Federal gozaban en ese entonces de salarios mucho más bajos que los que se percibía en la Metropolitana, con la que debía fusionarse. Así que la coparticipación también financió parte del aumento salarial de los federales. También lo hizo con los “adicionales”, que más que un costo, resultaban un “beneficio”: la Federal conseguía ingresos extra por cubrir manifestaciones, espectáculos artísticos y partidos de fútbol, cuya recaudación también iba a los bolsillos de los azules. Ese “costo-beneficio” también fue transferido por Macri a la Ciudad, en un doble perjuicio para las arcas nacionales, que dejó de recau-

dar y al mismo tiempo sumó un gasto extra. Según distintos cálculos realizados en su momento, esos tres ítems que conformaban la masa salarial, los aumentos y los adicionales se llevaba un punto y medio de la coparticipación. Larreta sonreía. ¿Y el resto? Fue destinado a financiar la Metropolitana. En 2015, la fuerza local insumía un 4 por ciento del total de gastos del presupuesto porteño. Traducido en coparticipación, equivale a un 0,5 del total: ése era el porcentaje que el Jefe de Gobierno estaba dispuesto a ceder durante las negociaciones con Fernández, como asumiendo al menos un exceso en ese punto. El recorte del 1,2 por ciento aplicado por Fernández, en retrospectiva, liquida el beneficio de financiar la Metropolitana pero también parte de la equiparación salarial de los federales fusionados y sus adicionales. Habrá que ver de qué manera el Ejecutivo porteño, jaqueado a su vez por una reducción importante debido a la pandemia en sus ingresos brutos, de casi 80 mil millones, afronta ese agujero en sus finanzas. De todas formas, desde el Frente de Todos porteño señalan que toda esa masa de recursos extra le posibilitó al Ejecutivo de la Ciudad acumular un superávit a 2018 de 20 mil millones

de pesos, unos 32 mil millones a los valores actuales. Y que incluso, con esas partidas, la Ciudad financió otros gastos corrientes de seguridad propios de su gestión, que nada tenían que ver con el traspaso de la Federal. Aún así, el que avisa no traiciona. La discusión por los fondos coparticipables de Ciudad estaba sobre la mesa desde la transición misma, hace ya trece meses. Rodríguez Larreta sabía que en algún momento el chorro se cortaría y no perdió el tiempo: viene de colocar bonos de deuda interna por 11 mil millones; logró pagarle con bonos y estirar los pagos a proveedores y hasta sancionó una ley de emergencia económica a espejo de la nacional para reasignar partidas a piaccere con la excusa del COVID.


Ciudad de la furia / Situación de calle · 05

Más de 500 casos detectados de gente en situación de calle

La mitad de los testeos en paradores porteños dio positivo de coronavirus Un informe de la Procuración porteña revela que la mitad de las personas en situación de calle testeadas dentro de los paradores y centros de inclusión dio positivo de Covid. Las organizaciones sociales reclaman instancias para el control de la aplicación efectiva de los protocolos y soluciones alternativas al encierro. Texto: Matías Ferrari Foto: Nicolás Cardello

A

mediados de mayo, el Gobierno porteño debió clausurar el parador Retiro para personas en situación de calle en medio de un escándalo: se habían confirmado 79 casos de coronavirus, más del 90 por ciento de la población que dormía en ese dispositivo, donde se había constatado la ausencia de protocolos sanitarios. Las organizaciones sociales que trabajan la problemática reclamaron en ese entonces mayores medidas de prevención y una contención de parte del Estado capaz de evitar una escalada de contagios. Más de tres meses después, casi la mitad de las personas sin techo testeadas en 26 de los 32 paradores y centros de integración administrados directa o indirectamente por la Ciudad dieron positivo, según un informe de la Procuración General porteña al que accedió El Grito del Sur. Sobre un total de 1153 testeos realizados por el Ministerio de Salud porteño en paradores, 512 personas sin techo dieron positivo de COVID-19, casi la mitad. La mayoría se concentra en el Hogar “Cáritas San Francisco”, donde se detectaron 147 casos; seguido por el “Parque Roca 3”, con 54; el “Parque Martín Fierro”, con 46; y el “Parque Chacabuco 1”, con 36. En el Parador Retiro se contaron finalmente 91 positivos antes de su cierre definitivo. La Ciudad agregó unas mil camas en paradores al inicio de la pandemia, y se estima que hay unas tres mil personas alojadas en éstos. Según el informe de la Procuración, la Ciudad testeó hasta ahora a una tercera parte. El informe fue presentado por el propio Gobierno porteño en el marco del amparo colectivo impulsado por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), y la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC), entre otras organizaciones, para que las personas sin techo puedan ser reubicadas en viviendas sociales o transitorias, como los hoteles conveniados, en forma preventiva. La lista de testeos está actualizada al 21 de agosto, y abarca 26 de los 32 dispositivos desplegados por la Ciudad, diez de ellos abiertos de forma excepcional por la emergencia. En el resto directamente no se realizaron hisopados, por lo que el número de contagios podría ser mucho más alto. «A principios de la pandemia solicitamos que el GCBA no replique la solución habitacional para las personas en situación de calle concentrándolas en paradores porque no era una medida

preventiva para evitar los contagios del COVID-19, además de ser violatoria de la Ley N° 3.706. Sabíamos que, por más protocolos que llegasen a implementar, una vez que el coronavirus ingresara al parador iba a ser muy difícil, casi imposible, romper la cadena de contagios. Los datos aportados por el GCBA vienen a reconocer nuestros cuestionamientos. En los paradores donde se rompió el cerco comunitario, casi la totalidad de las personas se infectaron», afirmó el titular del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, Jonatan Baldiviezo. Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, que conduce María Migliore, aseguraron que los contagios se explican por la alta circulación comunitaria del virus, del que los paradores “no están exentos”. “En todos los casos (positivos) la Ciudad aisló a las personas y les dio tratamiento, de hecho la mayoría fueron dados de alta”, agregaron. Las organizaciones, sin embargo, tienen otra mirada. Denuncian un lastre de años de desinversión en políticas públicas destinadas a contener a la población en calle y recuerdan el maltrato -que muchas veces incluyó violencia organizada de fuerzas de seguridad o parapoliciales, como la UCEP- y la negativa de las sucesivas gestiones del Pro a reconocer la real dimensión de

la problemática. El año pasado, para el Ejecutivo había 1146 personas en calle, mientras que las organizaciones contabilizaron, en su propio censo, siete veces más. La llegada del Covid, explican, sólo desnudó y profundizó un problema que había crecido en los años anteriores por la desidia estatal. «Es un número realmente alto de contagios», dijo Bárbara Alegre, de la ONG Sopa de Letras y militante de la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle. «No nos extraña, de todos modos, porque en todos los contextos de encierro del Gobierno de la Ciudad, justamente para las poblaciones más vulnerables y vulneradas, como paradores, hogares y geriátricos, no se controló efectivamente el cumplimiento de los protocolos”, agregó. Según la explicación oficial, el protocolo vigente para paradores establece que se le tome la temperatura y se realice una «entrevista de salud» a la persona que necesita ingresar, a modo de chequeo de síntomas. Si ya dentro del parador la persona se contagia, se la traslada a un hotel de los que dispone de la Ciudad, aunque en su mayoría son aislados en Costa Salguero, que “posibilita un abordaje más personalizado con cada una de las personas”, dijeron cerca de la ministra. Una vez que la persona termina la cuarente-

na estricta, sólo tiene dos opciones: vuelve a la calle o al parador. Los casos sospechosos, en tanto, se aíslan dentro del parador mismo. El Gobierno porteño insiste en que el protocolo se aplicó «desde el primer día de la cuarentena», pero las organizaciones -y más de un fallo judicial- lo desmienten. «Hasta abril y principios de mayo no hubo ningún protocolo, y la gestión era realmente muy mala, hasta que pedimos una cautelar para que cumplan con cuestiones básicas de higiene y seguridad, y de a poco se fue acomodando», aseguró Horacio Ávila, referente de Proyecto 7, organización que acudió a la Justicia para obligar al Ejecutivo a elaborar los protocolos, que no llegaron hasta fines de mayo. «Queda demostrado que la propia existencia del parador es contraria a toda medida de prevención en esta crisis sanitaria y las personas en situación de calle debieron ser alojadas en hoteles, algo más digno y respetuoso del derecho a la vivienda. Dignidad que el gobierno reconoció a los repatriados, pero desconoce a los que viven en la calle», concluyó María Eva Koutsovitis, referenta de la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC).


06 · Derechos Humanos / Dictadura

Un ex centro clandestino de detención en pleno Cid Campeador

El horror de la d recorrió los barr

En la calle Franklin 943, barrio de Caballito, funcionó un centro de detención clandestino dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, vinculado a “Virrey Cevallos”, otro ex centro clandestino ya recuperado. El Grito del Sur habló con el principal testigo en la causa, quien denuncia torturas, detenciones ilegales y desapariciones, y exige que avance la investigación.

Texto: Yair Cybel Foto: Laura Pasotti

EL CASO

A

« Guillermina y a mí nos secuestraron la mañana del 8 de julio de 1976, en la esquina de Aguirre y Estado de Israel. Eran dos autos y en uno nos llevaron a nosotros. Nos metieron a un garage, nos subieron por una escalerita y ahí arrancó el ablande«.

Franklin al 900, entre Martín de Gainza y Nicolás Repetto. En pleno barrio de Caballito, a dos cuadras del Cid Campeador, en la misma manzana que el colegio técnico Ingeniero Huergo y en el centro geográfico de la Ciudad de Buenos Aires. Al 943 de Franklin, para ser más exactos, hay una casa con vidrios espejados. De esos que se utilizan para evitar que los extraños vean lo que sucede adentro. Allí, pero a la vista de todo el mundo, funcionó durante la última dictadura cívico-militar un centro de detención clandestino


Derechos Humanos / Dictadura · 07

dictadura rios de la Ciudad donde se encerró y torturó a militantes populares. El testimonio principal que sostiene la denuncia es el de Sergio Bufano, periodista y escritor que durante los años 70 militó en la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO). Esa mañana de 1976 se había reunido con su compañera Guillermina Elsa Santamaría Woods y tomaron un taxi. El viaje fue corto: el vehículo fue detenido a las pocas cuadras, le apuntaron a ambos con una ametralladora y los llevaron a la casa de la calle Franklin. «Daba la impresión de que estaban drogados. Eran mucho más violentos de lo que necesitaban, puesto que los dos estábamos esposados. Estaban tan nerviosos que a uno se le escapó un tiro», explica Sergio, en diálogo con El Grito del Sur. «Comenzaron a torturar a Guillermina con picana. Pusieron un disco de Mercedes Sosa a todo volumen para tapar los gritos y eso duró todo el día. Desde la mañana hasta la noche». Luego de las torturas, Guillermina aportó una dirección falsa y la patota abandonó el inmueble. En Franklin 943 quedaron solamente Sergio, Guillermina y dos guardias. «Yo estaba encapuchado. Simulé un paro cardíaco, les dije que sufría del corazón y pedí coramina». No fue la única actuación de Sergio: también le dijo a los militares que era hijo del periodista Alfredo Bufano y que él mismo trabajaba en el diario La Prensa. Golpeado, vomitado y perdiendo sangre, logró que los militares le quitaran las esposas y, mientras el responsable de su cuidado entraba y salía del lugar, Sergio aprovechaba para levantarse la capucha y mirar alrededor. Tenía un objetivo claro: encontrar un arma para suicidarse. «Busqué con la vista. Era una casa abandonada. Había un colchón y diarios por el suelo. Pasaron varias horas en el juego de levantarme la capucha cada vez que salía el sujeto, caminar dos metros y volver. Ya era de noche y yo tenía terror porque iban a volver los otros y descubrir que yo no era el hijo de ningún periodista ni tenía problemas de corazón», cuenta Sergio. Finalmente, encontró una escalera y un hueco que lo comunicaba al garage: ahí había un Fiat 600 y Bufano buscó en la guantera un arma. No tuvo éxito pero pudo notar que la puerta del lugar estaba cerrada con un destornillador. Luego de un forcejeo, Sergio logró

falsear el mecanismo, abrió la puerta y comenzó a correr. «Estaba en un estado deplorable. Tenía la capucha sobre la frente, sangre en las manos, me había vomitado encima. Subí a un colectivo y le dije al conductor que había tenido un accidente». De esa forma, Sergio pudo escapar. Apenas recuperado, buscó a sus compañeros y esa misma noche volvieron armados a Franklin 943 con la intención de liberar a Guillermina. No hubo caso: estaba todo oscuro, las puertas abiertas y adentro no había nadie. Los militares habían abandonado la casa. «En el mes de julio de 1976 la casa apareció abierta y abandonada», declaró en su momento María Isabel de Mont de Giardino, vecina de Franklin 944, exactamente enfrente del centro de detención. «La casa parecía abandonada o muerta. Dejaron un equipo de música nuevo. Los vecinos me dijeron que no había que meterse», dice el testimonio de la mujer que consta en el expediente del Archivo Nacional de la Memoria.

LOS RESPONSABLES La situación en Franklin tiene muchas similitudes con la de otro centro de detención clandestino de la Ciudad de Buenos Aires: el de Virrey Cevallos 630. Los vínculos entre Franklin y Cevallos son notorios: ambos funcionaban bajo la órbita de la Fuerza Aérea, en ambos operaban escuadrones civiles-militares y los dos funcionaban como centros de detención y tortura de militantes que luego eran derivados a lugares de mayor capacidad operativa, generalmente dependencias de la Fuerza Aérea en la zona Oeste. Además, tanto Cevallos como Franklin dependían de la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA).

. . . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . «La casa parecía abandonada o muerta. Dejaron un equipo de música nuevo. Los vecinos me dijeron que no había que meterse»

. . . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . Pero el dato central es que ambos in-

muebles eran propiedad de las mismas personas, y que las dos propiedades habían sido alquiladas al mismo agente de inteligencia: José Antonio Nogueira. «Los hermanos Leonardo y Roberto Ríos le alquilaban a Nogueira tanto Virrey Cevallos como Franklin. Éste era un oficial retirado de inteligencia que fue recontratado por la Fuerza Aérea para incluirlo en el aparato represivo. Incluso llegó a manejar una agencia de seguridad, desde donde hacía la parte de logística e infraestructura de la represión», explica Osvaldo López, coordinador del Sitio de Memoria Virrey Cevallos. Es curioso: López también fue detenido y torturado, pero en Cevallos, y al igual que Bufano logró fugarse y se convirtió en una pieza central del reconocimiento y la recuperación del lugar. Los hermanos Ríos oficiaban como testaferros de la Policía Federal. Eran propietarios de ambos inmuebles y en la causa se desentendieron de las acusaciones señalando que solamente habían alquilado el lugar. Los Ríos salieron impolutos de la investigación judicial por Virrey Cevallos, que comprobó el funcionamiento del aparato represivo en el sitio y condenó al Brigadier Graffigna y a otros dos hermanos, los Monteverde. En el marco de las investigaciones por la causa, Roberto Ríos se excusó declarando que «nunca me constituí en el lugar a fin de verificar el uso que efectivamente le dieron”. Mientras tanto, en su declaración, Lidia Ana Veggeti de Nogueira, esposa del militar, negó que la casa perteneciera a su marido. En 1986, una vez finalizada la dictadura, José Antonio Nogueira fue felicitado por el Brigadier José María Ignes Rosset por «la capacidad e idoneidad puesta de manifiesto en el cumplimiento de una tarea especial que le fuera encomendada». En su declaración del año 1985, Nogueira manifestó haber alquilado el inmueble de la calle Franklin a Roberto Río, hijo de Eduardo Río, pero dijo que nunca utilizó el inmueble. La jueza Amelia Berraz de Vidal fue la encargada de llevar adelante la investigación de Franklin 943. «Creo que la jueza, si se hubiera puesto las pilas, habría descubierto que los dueños eran los mismos que Virrey Cevallos. Nunca investigó lo suficiente porque en ese caso hubiera sido mucho más interesante», sentencia Sergio Bufano.

EL ESTADO (ACTUAL) DE LAS COSAS Y EL FUTURO DE FRANKLIN A pesar de que la Ley 26.691 declara Sitios de Memoria a “los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio” durante la última dictadura, el problema es que su reglamentación es municipal, por lo que la capacidad de recuperación o señalización de Franklin depende del Gobierno de la Ciudad. De todas formas, tanto Sergio como Osvaldo apuestan a poder visibilizar el tema para continuar en la lucha contra el olvido.

............................... «Creo que la jueza, si se hubiera puesto las pilas, habría descubierto que los dueños eran los mismos que Virrey Cevallos»

............................... Guillermina fue vista por última vez en la ESMA y desde entonces permanece desaparecida. Franklin se vendió dos veces hasta llegar a los dueños actuales. Como era propiedad privada, sin la fuerza de la demanda social que había tenido Cevallos, no se consiguió el impulso necesario para avanzar sobre esa expropiación. O cuanto menos la señalización. En el frente de la casa amarilla no hay ninguna señal que dé cuenta de que allí funcionó un centro de exterminio. Unos pañuelos blancos pintados sobre el asfalto y borrados por el desgaste del tiempo son el único testimonio de la memoria que pervive hoy. Actualmente, Franklin 943 se encuentra habitada y todos sus vidrios están espejados. Como para que nadie que pase, pueda mirar y enterarse de lo que pasó allí adentro.


08 · Ciudad de la furia / Educar es combatir

Relatos que hieren de gravedad a la educación pública

Docentes porteños despedidos en pandemia

A lo largo de este año, el Gobierno porteño ya cesanteó a más de 1500 docentes. A los despidos, se le suma que durante la pandemia el Ministerio de Educación de la Ciudad publicó muy pocos cargos docentes y que los actos públicos virtuales no evidencian garantías en cuanto a su transparencia. Texto: Martín Suárez Foto: Prensa Ademys

L

a educación en la Ciudad de Buenos Aires sigue siendo uno de los sectores más afectados por la gestión gubernamental que lleva 13 años en el distrito. En todo ese tiempo, pese a la resistencia de la comunidad educativa, fueron ganando terreno diferentes ítems que afectaron gravemente a la calidad educativa. Solo por mencionar algunos: salarios docentes magros, falta de vacantes, mantenimiento e infraestructura edilicia en deterioro, falta de matrícula en espacios de capacitación continua gratuita, y la carencia de docentes en algunos niveles. Pero en medio de la pandemia vislumbró otro punto que, hasta este momento, nunca preocupó a las y los trabajadores de la educación: la falta de fuentes laborales. En 2018 la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, abrió una convocatoria para reclutar maestras y maestros del “interior” del país y de países extranjeros, ante la carencia de docentes en el distrito. Un manotazo de ahogado que intentó tapar la mala gestión local en la materia, que arrastraba años con salarios a la baja provocando que muchos jóvenes desistieran de elegir la carrera docente en la Ciudad. En 2020 la situación cambió radicalmente, no porque hayan mejorado los salarios, tampoco porque más jóve-

nes hayan elegido la profesión, sino porque el gobierno porteño cesanteó a más de 1500 docentes. Horacio Rodríguez Larreta dio de baja la resolución 2020-11163089-SSSDOC, que preservaba el puesto de trabajo de miles de maestras y maestros suplentes durante la pandemia. De esta forma ignoró el Decreto de Necesidad y Urgencia 329/2020, firmado por el presidente Alberto Fernández, que prohíbe realizar despidos en el marco de la emergencia sanitaria. Fue el propio Gobierno de la Ciudad que, en una reunión, les informó a los sindicatos docentes que había una lista de 1500 docentes amparados por la resolución que evitaba los ceses. “Se nos está vulnerando el derecho básico de ejercer una profesión para la cual estudiamos mucho tiempo y aún en este contexto seguimos capacitándonos en vistas de mejorar nuestra forma de enseñar”, destaca Salomé, que trabajaba en una escuela primaria del Distrito Escolar 12, único cargo al que se postuló en lo que va del 2020, ya que en marzo no pudo presentarse en los actos públicos presenciales porque tiene a su cargo el cuidado y la crianza de su bebé de dos años y lo acompañó en la primera etapa del jardín. “Fuimos expulsadas de nuestros cargos, dejándonos sin salario ni obra social en plena pandemia. En una ciudad en la que los casos aumentan exponencialmente todos los días, sentimos la necesidad de pedirle a quienes forman parte de la comunidad educativa que visibilicen nuestro reclamo y acompañen nuestra

lucha”, agrega Salomé, que además sostiene la necesidad de un plan de lucha de los gremios mayoritarios. A los despidos, se le suma que durante la pandemia el Ministerio de Educación de la Ciudad publicó muy pocos cargos docentes en relación a la cantidad de maestras y maestros que hoy se encuentran sin trabajo y, a la vez, los actos públicos que se llevan a cabo en forma virtual continúan presentando irregularidades y no se evidencia ningún tipo de garantía en cuanto a la transparencia de los mismos porque el Ejecutivo porteño no permite la participación de docentes, ni supervisores, ni veedores de ninguno de los sindicatos. Vanesa Spera es profesora de Teatro y estaba cubriendo el cargo de maestra de juegos dramáticos en el Centro Educativo Complementario de Educación Plástica CECEP N° 9 del DE 9. Al ser despedida por el Gobierno porteño, se vio obligada a abandonar la Ciudad de Buenos Aires y actualmente regresó a vivir con sus padres a la provincia de Santa Fe porque no pudo costear el alquiler de su departamento en Capital Federal. “Pedimos lo que se hizo en otras provincias que brindaron un bono o compensatorio por estar a la deriva en plena pandemia. En la provincia de Chubut, por ejemplo, los docentes no cesaron, en Santa Fe se les dio un bono a los suplentes – interinos que se quedaron sin trabajo”, afirma Vanesa. “No exigimos una locura, pero estamos desamparados en todo esto. El IFE –Ingreso Familiar de Emergenciaa nosotros no nos llega, ya que somos trabajadores en relación de dependencia”, concluye Spera. “Mi situación es muy vulnerable, porque no solo ya no tengo ingresos como docente, sino que no hay posi-

bilidad de conseguir trabajo en ningún otro rubro”, señala a este medio Patricia Urdangarín, que afirma que antes de la pandemia le sobraban los cargos y no paraba de trabajar. “Previo a todo esto, el Ministerio de Educación de la Ciudad publicaba 10 cargos que estaban disponibles y sólo había dos o tres docentes para cubrirlos, sobraban los puestos. Hoy no tengo ni para pagar las expensas, estoy viviendo de mis ahorros que ya se acaban. Soy el único sostén de familia a cargo de menores porque el padre está viviendo en Chubut. El Gobierno porteño no puede dejarnos a la deriva, debe darnos alguna ayuda económica, algo, hasta que consigamos un cargo”, culmina Patricia. “La situación de los maestros y maestras suplentes en CABA es bastante compleja, el Gobierno porteño admitió que había 1500 docentes que estaban bajo el amparo de la resolución que evitaba que sean despedidos para cumplir con el DNU firmado por el Gobierno nacional y, una vez dada de baja la resolución, automáticamente esos docentes se quedaron sin trabajo. A esto se le suma que los pocos actos públicos que hay son virtuales y totalmente discrecionales, dado que no podemos tener acceso para garantizar la transparencia”, afirma a El Grito del Sur Jorge Adaro, secretario adjunto del gremio docente Ademys. “En un plano de ajuste, el Gobierno porteño sacó además cargos existentes y no los volvió a poner en los actos públicos, entonces se configuró una situación de suma gravedad. Hay compañeros y compañeras que no trabajan desde diciembre del año pasado y que ya han perdido la obra social por estar más de tres meses inactivos”, cierra Adaro.


· 09


10 · Jorge Alemán / Política

Jorge Alemán

“La derecha está desinhibida y es transgresora”

El Grito del Sur habló con el psicoanalista Jorge Alemán sobre el mundo post-pandemia, los discursos de odio, la construcción del adversario en el campo de lo político y el “culto a la moderación”. “Es muy difícil que quienes están tocados por el odio encuentren un nuevo modo de simbolizar las cosas”, sentencia.

Texto: Yair Cybel

A

travesamos un momento con más preguntas que respuestas. La pandemia potenció el rol de la incertidumbre y, en medio de la crisis, pensadores e intelectuales esbozan algunas líneas que orientan nuestras interpretaciones. En búsqueda de (aunque sea algu-

nas) respuestas a los interrogantes que nos atraviesan, desde El Grito del Sur nos comunicamos con el psicoanalista y escritor Jorge Alemán para charlar sobre el mundo que se viene, los discursos de odio, la construcción del adversario en el campo de lo político y el llamado culto a la moderación. Vemos la emergencia de muchos


Jorge Alemán / Política · 11

discursos de odio, gran parte de ellos con un contenido anticientífico. ¿Cómo se pueden combatir o aislar estos discursos de un sector de la sociedad? La pregunta es: cuando uno ha transitado determinadas barreras, ¿eso tiene marcha atrás? Es decir, el interrogante tiene que ser cómo evitar que se extienda esto. Pero los que han cruzado una línea, los que ya están tocados en su propio ser por este odio o rechazo, es muy difícil que encuentren un nuevo anclaje, un nuevo modo de simbolizar las cosas. Me parece que ha sucedido algo nuevo, una suerte de delirio que ha invadido todo el tejido social. Y tiene que ver con cierto estupor que produce el capitalismo, donde no se termina nunca de saber quién maneja los hilos de verdad. Y ahí, como se desconoce el sitio donde efectivamente se toman las decisiones, muchas personas en distintas partes del mundo empiezan a delirar. Unido con un gran rechazo a lo político y con un odio a cualquier gesto que implique una cierta soberanía o un cierto nivel de decisión en política. Esto produce un odio que terminan, por supuesto, canalizando las derechas y las ultra-derechas. El odio jamás juega del lado de los proyectos de izquierda o nacional-populares. Estos proyectos de derecha apuntan cada vez más hacia posiciones extremistas y, en el campo popular, hay voces que hacen una especie de «culto a la moderación». ¿Qué tan cierta es la idea de que la moderación garantiza amplitud o gobernabilidad? Eso depende de factores muy contingentes. Es decir, si la moderación va acompañada de cierto espíritu reformista y hay consecuencias sociales donde las mayorías populares sienten que hay una agenda de trabajo a favor de ellas, puede ser que la gobernabilidad sea posible. La fórmula de la confrontación definitiva es muy compleja hoy en día, dada la correlación de fuerzas que hay dentro del orden capitalista. Es decir, una radicalización en las declaraciones puede ser, pero en los hechos: ¿contra quién vas a disparar, contra Google? Sin embargo, el liderazgo de Alberto Fernández se caracterizó por enfrentar a sectores claros: la Justicia, las empresas de telecomunicaciones, los multimillonarios, las grandes aceiteras. ¿Cómo ves la construcción de estos adversarios en el terreno de lo político? Yo creo que son los que se pueden tener durante una pandemia como ésta. Pedirle más, en este momento, es olvidar los efectos desastrosos que la pandemia ha introducido. En todo caso, cuando termine la pandemia y si se resuelve el problema de la deuda y las fuerzas populares pueden volver a estar en la calle, tal vez se pueda avanzar de otra manera. Pero ahora, exigirle desde afuera a un barquito en

medio de una tormenta, es un poco complicado. El problema es que no es un tema solo argentino: hay una catástrofe mundial en marcha, de la cual no sabemos para dónde va a salir el mundo. Algunos pensadores, al comienzo de la pandemia, se apresuraban a hablar de un mundo más justo, de un nuevo socialismo… Bueno, se equivocaron. Son definiciones apresuradas porque nunca una situación catastrófica genera una realidad política nueva. Una realidad política nueva se genera si se constituye un sujeto histórico y, para que esa construcción política tenga lugar, tiene que haber una gran convergencia de distintos sectores sociales, un gran proceso de articulación, de recreación de las fuerzas populares, de aislar verdaderamente al enemigo para construir una frontera antagónica. Lo otro es pensar que el colapso, milagrosamente, introduce un orden social más justo, una transformación del capitalismo, un advenimiento del socialismo. No hay ningún ejemplo histórico que indique eso y es más bien probable que una situación de extremo colapso y de desastre general tenga el retorno de un amo terrible.

. . . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . “Una realidad política nueva se genera si se constituye un sujeto histórico y para ello debe haber una gran convergencia de distintos sectores sociales” . . . . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . Teniendo en cuenta el rol del Estado e iniciativas como el impuesto a las grandes fortunas, ¿la pandemia podría habilitar la instalación de nuevos sentidos comunes? Hay un margen pero es cambiante y depende muchísimo de las coyunturas. No lo podemos dar nunca por establecido. Ese margen exigiría un gran trabajo en las mediaciones políticas y en la construcción de sentido. Quiero decir, no existe una sensibilidad previa que lo sostenga. Tu último artículo en Página/12 habla de un cierto recelo en las izquierdas europeas al populismo. ¿Son estas mismas huellas eurocéntricas las que a muchos sectores argentinos les hicieron entender al peronismo más como una forma del fascismo que como un movimiento de liberación nacional? Eso sin duda. Con la diferencia de que esto ahora es más cínico, porque se enmascaran con las palabras «república», «democracia» y «libertad», cuando en realidad son los promotores de un orden absolutamente dictatorial y autoritario. Puede ser que haya habido una época donde existiera una confusión al respecto, pero ahora es

claramente la derecha la que trata de jugar con esta idea de la libertad, la república y la democracia, cuando en realidad lo que están preparando es un orden destituyente y cuasi golpista. Por eso a las izquierdas europeas que tienen una vocación anti estatalista no les resulta muy nítido cómo se dan estos procesos, porque parten desde Estados ya constituidos como una unidad en sí misma, como algo que no tiene ningún exterior. Mientras que en América Latina el Estado es algo muy frágil, que está en permanente construcción y que sí tiene un exterior que son los movimientos sociales. Al ser países mucho menos institucionalizados que los europeos, el Estado juega un rol distinto y por eso puede participar, en determinadas ocasiones y como suele ocurrir con los movimientos nacionales y populares, en un proceso de transformación. Que se pierdan las elecciones, eso no establece un diagnóstico definitivo sobre los movimientos nacionales y populares. En relación a esta idea de «alternatividad democrática» a la hora de pensar un proyecto político popular a largo plazo: ¿Es posible imaginar la construcción de un proyecto de poder que en algún momento pierda elecciones? Es un impasse. Es el precio que se ha pagado porque la hipótesis revolucionaria no sigue en pie. La hipótesis revolucionaria tuvo el problema de introducir una lógica sacrificial de la que, hoy en día, no nos podemos desentender, porque en esta hipótesis uno debe interrogarse quién va a poner los muertos. El problema es que, una vez que se abandona la hipótesis revolucionaria (la construcción de un Estado dentro de un proyecto revolucionario donde la democracia liberal clásica no jugaba ningún rol especial), cuando esa idea encuentra su momento trágico en la década de los 70 del siglo pasado, la idea de que los procesos políticos estén atravesados por esa «alternatividad» constituye un límite, un impasse. Pero es con lo que hay que contar. No hay forma por ahora de establecer una lógica donde indefinidamente se permanezca en un gobierno. Siempre está la posibilidad de dejar huellas históricas, de seguir trabajando de tal manera de que haya ciertas prácticas, ciertas inscripciones simbólicas en esos procesos, que no puedan tener marcha atrás. Por ejemplo, el trabajo que se hizo en Argentina con los Derechos Humanos, la Memoria, la Verdad y la Justicia, no es fácil de revertir. El trasfondo histórico del peronismo, con el que nunca se terminó de naturalizar la desigualdad (como en otros países de América o el tercer mundo), no ha podido ser revertido del todo. Nunca en la Argentina se ha terminado de aceptar la desigualdad. Aunque ese alternativismo existe e implica una limitación seria, siempre se puede establecer una superficie de inscripción donde se efectúen huellas que dejen ciertos trazos emancipatorios que permitan siempre retornar, insistir y volver sobre los proyectos.

............................... “No hay forma por ahora de establecer una lógica donde indefinidamente se permanezca en un gobierno”. ............................... Muchos de los sintagmas que levanta la derecha (la república, la libertad) eran consignas que se blandieron históricamente desde los movimientos populares, los movimientos de liberación. ¿Es posible disputar estas ideas para que no sean apropiadas por un discurso reaccionario? A mí me parece que sí pero siempre lo tenemos que confirmar. Las derechas han roto su relación con la verdad, con el sentido, con la argumentación y con la ética, mientras que nosotros tenemos que atenernos a todos esos valores. Para nosotros no vale decir cualquier cosa, ni mentir todo el tiempo, ni engañar a la gente. Ahí estamos frente a un nuevo tipo de problema. El capitalismo se ha transformado en una máquina gigantesca de generar construcciones, que son meros espejismos sin relación con la verdad o la ética. No apuntan a ningún proyecto de comunidad. La derecha está desinhibida, es transgresora y puede franquear cualquier límite. Y los límites y la responsabilidad han quedado de nuestro lado. Con lo cual, eso hay que confirmarlo: no se puede decir que desde nuestra pedagogía o enseñanza vamos a hacer que la gente tome conciencia y se va a caer el fraude. Lamentablemente no es así.


12 · Día del Maestrx / Educar es combatir

Día del Maestro y la Maestra

Enseñar a leer y escribir por Zoom: historias del primer grado en pandemia Aunque las dificultades de la educación a distancia fueron muchas y muy variadas, el verdadero desafío lo afrontaron aquellos maestros y maestras que tuvieron a su cargo la enorme tarea de enseñarle a leer y a escribir a los niños y las niñas de primer grado. Texto: El Grito del Sur

E

l primer grado es un año crucial en la trayectoria escolar de todes les niñes por muchos motivos, y uno de ellos es que se aprende a leer y escribir. En una nueva celebración del Día del Maestro y de la Maestra, desde El Grito del Sur indagamos al respecto y conversamos con dos maestras, para que nos cuenten de primera mano cómo se desarrolla el proceso de alfabetización desde la virtualidad. «Si bien la alfabetización es fuerte en el primer grado, es un proceso que no empieza ni termina ahí. Y eso también nos puede dar la posibilidad de un tiempo más extendido para pensar la alfabetización», plantea Marcela Terry, docente MATE (Maestra Acompañante de Trayectorias Educativas) que estuvo trabajando durante este período de educación a distancia con niñes de primer y segundo grado en proceso de alfabetización. Paola Cuaglia es maestra de primer grado en el Distrito Escolar Nº 10 y, para comentar su experiencia, resalta la labor conjunta que vienen desarrollando junto con los padres y las madres de les niñes. Si bien reconoce que las familias no estaban preparadas para alfabetizar desde sus hogares, celebra y destaca la voluntad con que asumieron el desafío y se adaptaron a las nuevas pedagogías. «El contacto (con los chicos y las chicas) es todos los días. Todos los días un poquito, porque primer grado lo que necesita es eso: estar todos los días un poquito conectados con la lectura, con la escritura. Y trabajamos mucho con las familias, haciendo reuniones por Zoom y explicándoles cómo vamos a seguir adelante, cómo va a ser el siguiente paso que vamos a dar, pedirles que los dejen escribir como les sale así nosotras podemos avanzar con los contenidos», describe. Antes del inicio de la cuarentena -recuerda-, los niños y las niñas tuvieron solo dos semanas de clases en las escuelas y en muchos casos no llegaron siquiera a conocer a todes les docentes. Mucho menos apropiarse del lugar, de la escuela, que empezaban a habitar. «Aún todavía siguen diciendo sala, traen ese lenguaje del nivel inicial y bueno, pasa», confiesa. Esto trajo consigo una infinidad de desafíos a la hora de pasar las clases y la educación misma a la virtualidad, pero «la mayor dificultad es avanzar con el proceso de alfabetización», sostiene Terry. «Alfabetizar supone una serie de condiciones que no están dadas en la virtualidad», agrega. Desde entonces los maestros y las maestras, junto con las familias y hasta

les mismes estudiantes, se han dado distintas estrategias para sostener el proceso de enseñanza y el vínculo pedagógico. A través de las aulas virtuales, grupos de WhastApp y de Facebook, a través de los mails, videollamadas por Zoom, Google Meet y distintas plataformas, se las ingeniaron para seguir educando. Hasta videos de TikTok hicieron les docentes. «Las canciones por TikTok cantadas por sus seños les encantó y eso los motivaba a leer también», cuenta contenta. Mucho de lo que fue sucediendo tuvo que ver con ensayar distintos mecanismos para cumplir con los objetivos. Desde llamar a les xadres hasta hacer videollamadas personalizadas con estudiantes que no cuentan con conexión a internet. Durante estos meses fue fundamental el respaldo en las casas de lo trabajado en las aulas virtuales. Poder acompañar, además, un proceso tan importante como aprender a leer y escribir fue una pata clave a la hora de atravesar ese proceso. Y eso requirió de charlas cotidianas con los chicos y las chicas, pero también con sus familias, para recrear el «ambiente alfabetizador» que se pierde muchas veces por no estar en las aulas. Leerles un cuento, colgar afiches con palabras que trabajaron con sus maestros y maestras, entre otras cosas, fueron algunas de las recomendaciones que pusieron en práctica. «A los papás los llevamos como en una capacitación acelerada de las aulas virtuales», cuenta Cuaglia. Sin embargo, admite que «muchas cosas van a quedar por fuera, que se tienen que dar en la presencialidad y no pueden adaptarse a la virtualidad».

No fue nada fácil y las dificultades no fueron las mismas tampoco al momento de enseñar la escritura y la lectura. «Yo encuentro más difícil intervenir en la escritura, porque tiene que haber un momento de plena confianza y que los niños y las niñas sepan que lo que van a escribir va a estar bien como lo escriban. Eso cuesta mucho», plantea la maestra acompañante de trayectorias educativas. «Nosotras, las maestras de primero, usamos mucho el «escribilo como puedas» y eso en el aula tiene un sentido que muchas veces es difícil de explicar y que suceda en las casas», explica. Ese «escribí como puedas» es «yo sé que algo sabés, usá eso que sabés para escribir esto que te propongo y vemos cómo seguimos, pero va a estar bien porque estás aprendiendo». Esa mirada en las casas es muy complicada porque hay mucha ansiedad (por parte de les xadres) cada vez que mandamos una tarea para que no falte ninguna letra o no haya faltas de ortografía», suma. Terry cuenta también que, durante estos meses donde se estuvo sosteniendo un sistema de educación a distancia, muchas familias optaron por comprar abecedarios y múltiples variaciones para acompañar el proceso de aprendizaje de lectura y escritura. Pero esto no necesariamente fue útil. «Muchos adultos piensan que con el nombre de la letra ya está, entonces si los nenes saben el abecedario ya está. Pero con lo que nos estamos encontrando, sobre todo ahora producto de los meses de trabajo, es con nenes que ante una palabra la pueden deletrear «c-a-s-a», pero no pueden leerla», men-

ciona. «Es un trabajito de hormiga», agrega Cuaglia. Desde este medio les consultamos también cómo influyó el exceso de virtualidad en el sostenimiento o desuso de los cuadernos. «Al principio manteníamos el cuaderno, pero ahora es más difícil. Quizás cada encuentro es una hojita nueva y no sabemos bien dónde quedó la anterior», dice Terry. Mientras que en el caso de la maestra del distrito 10, la situación es otra: «Los chicos y las chicas siguen usando su cuaderno en la casa, y lo que hacen es mandarnos la fotito. Seguimos haciendo el panel del día, ese hermoso panel que construimos, porque es fundamental seguir todos los pasos para que ellos puedan construir esta lectura y esta escritura». Al grado que tiene a cargo Cuaglia le tocó el acto por el Día del Maestro y de la Maestra. Orgullosa, cuenta que sus alumnes pudieron hablar de su escuela tanto en la oralidad como en la escritura. «A mí eso me llenó el corazón», expresó.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.