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en Agricultura Digital e Innovación Agroalimentaria de la Universidad de Sevilla
“La agricultura ha afrontado un cambio de paradigma en los últimos años y se ha convertido en un foco de innovación” MANUEL PÉREZ RUIZ. DIRECTOR DE LA CÁTEDRA CORTEVA Y DIRECTOR DEL MÁSTER EN AGRICULTURA DIGITAL E INNOVACIÓN AGROALIMENTARIA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA. PROFESOR TITULAR DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA Y MIEMBRO DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN AGR-278 SMART BIOSYSTEMS LABORATORY
La transformación digital del sector alimentario tiene como objetivo poner en valor la digitalización y la innovación como herramientas para alcanzar la sostenibilidad de la agricultura moderna, bases de la alianza entre la Universidad de Sevilla y Corteva Agriscience TM que ha iniciado su camino en octubre del pasado año. Óleo entrevista a Manuel Pérez Ruiz, director de la Cátedra Corteva en Agricultura Digital y Sostenibilidad.
Fotos: Cátedra Corteva/123rf
octor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Córdoba, Manuel Pérez Ruiz ha centrado su carrera como in vestigador, docente y de la transferencia tecnológica en las áreas de la Ingeniería Agroforestal y Agricultura de precisión. Pertenece al grupo de investigación AGR178: Smart Biosystems Laboratory, participando en nu merosos proyectos de investigación relacionados con la transformación digital en el sector agrícola y con estan cias internacionales en Universidades como California (UCDavis), Florencia (Italia) o Gantes (Bélgica). En ma yo de 2016 le fue concedido el Premio Losada Villasante a la Excelencia en la Investigación en el área Agroali mentaria. D
¿Qué es la Cátedra Corteva? La Cátedra en agricultura digital y sostenibilidad, Cátedra Corteva, es una alianza entre la Universidad de Sevilla y Corteva Agriscience TM creada para mejorar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria en el sector agro a través de la transformación digital. Para ello, se han planteado 3 grandes líneas de actuación: la primera es la más amplia e incluye las acciones de divulgación, transferencia de conocimiento e inteligencia de negocio, la segunda es imprescindible y se centra en la promoción de la formación, y la tercera consiste en facilitar la investigación y el desarrollo de la agricultura de precisión. En base a estos tres pilares, estamos desarrollando un plan de acciones muy completo para este primer curso de la cátedra. Desde su lanzamiento, en octubre de 2019, ya hemos llevado a cabo diversas acciones de divulgación, además de celebrar el concurso de retos de empresa con los alumnos de la primera edición del Máster en Agricultura Digital y lanzar la segunda convocatoria. También hemos lanzado las convocatorias para los premios a mejor trabajo fin de máster para los tres másters ofertados por la ETSIA de la Universidad de Sevilla así como el premio a la mejor tesis doctoral en materia de agricultura digital y sostenibilidad, convocatoria para toda España y Portugal. Durante 2020, iremos lanzando y presentando el resto de las actividades entre los que destacan talleres para niños, cursos de formación para estudiantes, agricultores y otros interesados en la digitalización del sector agro entre otros. Todo lo iremos avanzando nuestra web y en redes sociales que os invitamos a seguir para no perderos nada. Además, trabajamos desde un enfoque colaborativo y de innovación abierta, por lo que queremos escuchar y conocer ideas de todo aquel que tenga una propuesta para la transformación digital del sector agroalimentario.
¿Qué capacidades deben tener los nuevos trabajadores del campo? Tracemos un pequeño perfil. Además de los conocimientos agronómicos, base imprescindible para tomar las decisiones adecuadas y establecer la estrategia de gestión del campo, deben conocer y apoyarse en nuevas tecnologías para obtener y gestionar información y para desarrollar las soluciones adecuadas. En resumen, añadir nuevas herramientas como el Big Data, la inteligencia artificial, la robótica, los drones o los vehículos autónomos a la caja de herramientas “convencional” basada en conocimiento sobre cultivos. En pocas palabras, los nuevos trabajadores del campo deben ser profesionales proactivos, con capaci
EN GENERAL HOY EN DÍA ESTOS PERFILES SE DEMANDAN ESPECIALMENTE PARA CULTIVOS DE MAYOR VALOR ECONÓMICO Y CON MAYOR PRESIÓN SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN POCAS PALABRAS, LOS NUEVOS TRABAJADORES DEL CAMPO DEBEN SER PROFESIONALES PROACTIVOS, CON CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN, AUTÓNOMOS Y RESOLUTIVOS, CON INTERÉS Y VISIÓN
dad de adaptación, autónomos y resolutivos, con interés y visión para completar su “caja de herramientas” según las necesidades del sector. Actualmente las principales demandas por parte de las empresas son la obtención, análisis y gestión de datos relevantes de cultivo-suelo-clima, el manejo de información georreferenciada (GIS), la aplicación variable con maquinas agrícolas avanzadas, el uso de drones y robótica y conocimientos de electrónica y programación básica.
¿Qué tipo de empresas están demandando estos perfiles? ¿Hay más peso en el agro o en la alimentación? ¿Se extiende esta demanda más allá de las grandes compañías? Cuéntenos. El tipo de empresas que demanda estos perfiles es muy variado. En todos los ámbitos, encontramos algunas que han decidido apostar al 100% por la digitalización y otras que lo van haciendo poco a poco. En muchos casos depende del tamaño, pero también de los productos que ofrecen, su modelo de negocio y de su personal. En general hoy en día estos perfiles se demandan especialmente para cultivos de mayor valor económico y con mayor presión sobre seguridad alimentaria, que son los que están apostando en mayor medida por estas tecnologías. Cultivos como el olivar superintensivo, los frutos rojos y algunos frutales son claros ejemplos dentro del sector primario. En ese sentido, las grandes compañías suelen liderar la demanda de nuevos perfiles, no solo en este caso sino en la mayoría. En este caso, mi percepción es que, aunque las grandes son las principales demandantes de este tipo de profesionales, no son las únicas. La agricultura ha afrontado un cambio de paradigma en los últimos años y se ha convertido en un foco de innovación, por lo que es normal encontrar soluciones tecnológicas también en empresas y explotaciones de menor tamaño. En cuanto a si hay más peso en el agro o en la alimentación, si hablamos de digitalización, en mayor o menor medida se ha ido implementando en todos los componentes del sistema alimentario. Existen ejemplos de empresas con una cultural digital muy integrada tanto a nivel de agricultura, como de industria alimentaria y distribución y no solo en compañías de producción de alimentos sino en compañías alimentarias de suministros, maquinaria y otras empresas de apoyo. En todo caso, en mi opinión el uso de estos avances va a seguir consolidándose en los próximos años ya que ofrece ventajas agronómicas, ecológicas y económicas y cada vez hay más disponibilidad y asequibilidad de las tecnologías. En esa línea, creo que la demanda de estos perfiles continuará a buena tasa de crecimiento en todo tipo de empresa agroalimentaria.
La implementación de estas tecnologías en el sector ofrecen rentabilidad y beneficios al agricultor
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Las empresas están apostando por nuevos departamentos donde se trabajan herramientas como Big Data, robótica o inteligencia artificial. ¿Cómo es el día a día y el trabajo de equipo en esos departamentos? En general, son departamentos que, a través de metodologías ágiles de innovación, deben desarrollar las soluciones tecnológicas que permitan ganar eficiencia a la empresa. Esto implica conocer a fondo los procedimientos de la compañía y estar en contacto permanente con el resto de los trabajadores para conocer las necesidades de cada departamento implicado y poder desarrollar una solución que cumpla todos los requisitos a nivel de la compañía. Son departamentos dinámicos, en muchos casos multidisciplinares y que exigen capacidad de trabajo en equipo.
Hay muchos y muy diversos aspectos sobre los que puede incidir la tecnología en el futuro: producción, sostenibilidad, protección de cultivos... ¿habrá un perfil diferenciado para cada una de estas tareas? A veces pienso que se pone demasiado foco en la tecnología, sabiendo que esta no es más que un vehículo. Lo importante es demostrar de qué somos capaces con las herramientas que tengamos a nuestro alcance. Creo que la tecnología se irá integrando en los distintos aspectos de la sociedad y la empresa. Llegará un momento en el que dejaremos de pensar en tecnologías ya que todos los actores formaremos parte de un ecosistema digital donde nos comunicaremos con el mismo lenguaje. Por ello, en los próximos años veo clave la figura de un técnico que actúe como “traductor” entre los distintas tareas técnicas y el valor que la tecnología proporciona a la cadena agroalimentaria y consumidor. Háblenos de los alumnos del Máster en Agricultura Digital e Innovación Agroalimentaria. ¿Qué inquietudes tienen, en relación con el trabajo agrícola y en relación con la tecnología? ¿Qué aspecto pesa más en su carácter vocacional? Principalmente, nuestros alumnos son ingenieros agrónomos cuya vocación inicial es el sector agrícola, pero han visto en la agricultura digital el complemento necesario para su futuro profesional. En muchos casos, ya estaban trabajando en temas de agricultura digital y han hecho el máster para perfeccionar ese conocimiento, en otros, gestionan explotaciones y ven este máster como una forma de ganar capacidades para hacerlo de forma más eficiente y rentable. Algunos de ellos, acaban de terminar el grado y tienen un interés innato en las nuevas tecnologías por lo que han encontrado la posibilidad de unir sus dos vocaciones en una profesión.
¿El olivar está acogiendo ya estos nuevos perfiles profesionales? ¿Qué conocimientos específicos requiere a nivel tecnológico este cultivo? Efectivamente el olivar como uno de los cultivos estratégicos de la región andaluza, está demandando desde hace tiempo la incorporación de tecnologías e innovación que permitan su sostenibilidad tanto económica como medioambiental. En aspectos como el riego de precisión, que requiere de conocimientos combinados de teledetección, agronomía y automatización, se pueden generar sistemas de recomendación y de aplicación de agua variable ajustada a las necesidades del cultivo. En otras líneas de trabajo sobre el olivar, mas centradas en la mecanización, se demandan perfiles con conocimientos sobre maquinaria, conectividad o reconstrucción 3D de cultivos para realizar tratamientos selectivos, monitorización de vehículos o gestión de elementos de la flota. Sin duda este cultivo y su importancia económica es un gran atractivo para la implantación de nuevas tecnologías y la consolidación de las ya existentes para mejorar su productividad.
Un incremento en la formación del trabajador debería tener su reflejo en una mayor retribución. ¿Cómo se alcanza la necesaria transición hacia una agricultura cada vez más digital en un contexto en el que todos los sectores agrícolas siguen teniendo problemas de rentabilidad? Y, ¿qué plazos prevén para lograr dicha transición? La agricultura digital está demostrando ser una herramienta que ayuda a mejorar la rentabilidad, es inviable para una empresa implementar novedades que no supongan una mejora en un plazo razonable. La implementación de estas tecnologías en el sector ofrecen (no olvidemos que hablamos de un tema muy amplio, con muchas aplicaciones y en pleno desarrollo) rentabilidad y beneficios al agricultor. En último término, son herramientas para mejorar la eficiencia y hacer la empresa más rentable. En cuanto a los plazos, creo que los próximos cinco años serán determinantes para afianzar el uso de los avances de hoy. También estoy seguro de que la agricultura seguirá avanzando en el camino de la innovación y la aplicación de nuevas tecnologías que están por llegar ya que es la fórmula para garantizar la sostenibilidad la sostenibilidad del sector.