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MIGUEL PADILLA, SECRETARIO GENERAL DE COAG ¿Qué puede hacer la transformación digital por los agricultores y agricultoras profesionales?

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urante esta desgraciada época de pandemia ha quedado demostrado, y así ha sido asumido de modo general por toda la sociedad, el carácter estratégico de la agricultura europea como garante de la seguridad alimentaria. El sistema agroalimentario europeo es una red compleja y sofisticada, con muchos sectores interrelacionados y miles de empresas de todo tipo, pero en el que se ha reconocido que los hombres y mujeres del campo son el elemento básico de todo este entramado.

El sector agroalimentario ha superado una prueba de esfuerzo durante esta pandemia y ha asegurado el abastecimiento de alimentos, demostrando su capacidad para funcionar en unas circunstancias tan excepcionales. Es cierto, que las personas que trabajamos en el campo no estamos en la misma situación satisfactoria y mientras se dice que la agricultura va bien, a los agricultores y ganaderas no nos va tan bien por la enorme subida de costes, los continuos bajos precios y la falta de rentabilidad. Por otro lado, cada día se evidencian otros grandes retos y problemas como son la sostenibilidad medioambiental y lucha frente al cambio climático a los que debemos hacer frente.

Es decir, lejos de mirarnos el ombligo, como sector tenemos que afrontar retos relevantes en el presente y futuro a corto plazo.

Y en el ámbito que nos ocupa, la transformación digital ha de ser una herramienta estratégica para mejorar nuestra posición y rentabilidad, hacernos más sostenibles, resilientes y resistentes al cambio climático. En este sentido, desde COAG hemos asumido este reto desde el principio y consideramos que las personas que producen alimentos deben estar en el centro del mismo.

Con ese objetivo y en ese marco, decidimos poner en marcha el Foro DATAGRI, junto a unos estupendos y necesarios compañeros de viaje como son Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba e HISPATEC. Creemos que DATAGRI constituye una magnífica oportunidad para analizar y exponer la trascendencia de la nueva revolución tecnológica para la agricultura y alimentación del siglo XXI. Así ha quedado demostrado una vez más, con la

"CUANDO HABLAMOS DE TRANSFORMACIÓN DIGITAL, HABLAMOS DE SITUAR AL AGRICULTOR EN EL CENTRO DEL PROCESO Y CONVERTIRLO EN PROTAGONISTA DEL MISMO"

celebración de una nueva edición en Lleida que ha retomado la presencialidad con gran éxito de participación y en el que se han mostrado, por ejemplo, casos reales de gran relevancia en la digitalización del sector. Podemos decir sin temor a equivocarnos que DATAGRI es ya la referencia en digitalización del sector agroalimentario en el sur de Europa.

Como digo, para enfrentar los actuales retos del sector, y otros muchos, debemos abogar por una transformación digital inclusiva, que permita que todas las explotaciones, especialmente las que representan el modelo social y profesional de agricultura y ganadería, mayoritario en la Unión Europea, puedan beneficiarse en igualdad de oportunidades de la digitalización.

Para ello, hace falta voluntad humana, encarnada en unas políticas más sociales e inclusivas y en el desarrollo científico y tecnológico, al servicio de todas las personas. La cuestión radica en desarrollar adecuadamente dicha transformación digital, que permita priorizar el modelo social y profesional de agricultura, más sostenible.

Es necesario evitar que se produzca la enésima reconversión brutal en el campo. Los agricultores y agricultoras y nuestras cooperativas queremos y debemos ser protagonistas del proceso. El papel de España y de la Unión Europea en este aspecto es clave. Frente a otros modelos de digitalización, ya sea aquellos que se basan en los oligopolios de grandes plataformas, caso de Estados Unidos, o los monopolios gubernamentales como en China, Europa debe apostar por un acceso inclusivo, de igualdad de oportunidades y evitando posiciones de dominio.

Por tanto, en esta batalla, el papel de las administraciones es primordial. Reconocemos que se están dando pasos en la UE, por ejemplo, situando la digitalización y la innovación como objetivos transversales en la nueva PAC. También a nivel estatal: España cuenta con un arma pionera, la “Estrategia de digitalización del sector agroalimentario y forestal y del medio rural”, documento clave para avanzar en la dirección correcta y que ya está siendo aplicada a través de planes bienales.

No puedo dejar de mencionar el necesario papel que ha de jugar el sector agrario tanto en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), como en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica, el conocido como PERTE Agroalimentario. El sector no puede quedar atrás y las personas del campo y sus cooperativas ha de situarse en el eje central de estas políticas.

Resulta imprescindible, el fomento de la formación de profesionales en transformación digital y agrotecnología en el sector agroalimentario, así como un asesoramiento técnico y agronómico mucho más ambicioso, o mejoras sustanciales en la incorporación de agricultores jóvenes para el acceso a la financiación en la adopción de las nuevas tecnologías.

Por otro lado, una cuestión básica que continúa siendo un problema para la digitalización: sigue siendo im-

El fomento de la formación de profesionales en transformación digital y agrotecnología en el sector agroalimentario, es imprescindible para llevar a cabo el proceso.

"Y EN EL ÁMBITO QUE NOS OCUPA, LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL HA DE SER UNA HERRAMIENTA ESTRATÉGICA PARA MEJORAR NUESTRA POSICIÓN Y RENTABILIDAD, HACERNOS MÁS SOSTENIBLES, RESILIENTES Y RESISTENTES AL CAMBIO CLIMÁTICO"

prescindible romper la brecha digital del medio rural. Sin un acceso real y de calidad a la banda ancha y a las redes de telefonía móvil, no podremos adaptarnos a esta nueva era, por mucho que los habitantes del medio rural queramos. Ya en los pueblos el acceso es deficiente, cuando existe, pero es mucho peor en las explotaciones, en pleno campo, donde en muchas ocasiones no existe. No solo se trata del desarrollo del sector agrario, sino también de mejorar los servicios a la población rural y frenar la despoblación, el avance de la España vaciada.

Finalmente, y en el marco de un sector tan innovador como es el agrario, recalcar que la transformación digital no es una finalidad en sí misma, sino un medio para alcanzar una mayor y mejor rentabilidad, sostenibilidad y calidad de vida de los hombres y mujeres del campo. Este nuevo ecosistema digital debe ser inclusivo y permitir que todas las explotaciones puedan beneficiarse en igualdad de oportunidades, desde la colaboración en el seno de la cadena agroalimentaria y entre los propios agricultores y ganaderos. Cuando hablamos de transformación digital, hablamos de situar al agricultor en el centro del proceso y convertirlo en protagonista del mismo. 

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