Luz y Tinta Nº 145

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Núm. 145 - Julio 2024

Pausa y... compás de espera

Como en años anteriores, el mes de agosto no haremos Luz y Tinta . Merecido descanso, tras una serie de meses sin fallar, aunque en alguno, por circunstancias ajenas a nuestros propósitos, hayamos tenido que salir más tarde de ese día 10 que nos gusta respetar. Pero, en fin, el balance no es malo.

Agosto será un mes de pausa, en que procuraremos cargar las pilas, como dice el tópico, y disfrutar cada uno de sus aficiones personales.

Pero quiero aprovechar esta Presentación para hacer un anuncio de más largo alcance: el próximo mes de enero sacaremos el número 150 de Luz y Tinta y poco tiempo después cumpliré los 75 años, edad suficiente para que vaya planteándome algunas cosas cuando el futuro es cada vez más corto. Una de las cosas que me he planteado —y así se lo he comunicado en alguna ocasión a José Luis Cuendia, “Guendy”, promotor y animador de esta revista— es abandonar la edición de este proyecto que me ha acompañado durante tantos años.

Veamos.

Luz y Tinta está en un buen momento y a nadie se le ocurriría abandonar el barco cuando la singladura es perfecta. Pero las limitaciones de la edad, de mi edad, son evidentes. Por el camino, he perdido un ojo (mi ojo izquierdo no puede ver) y tengo problemas de visión con el que me queda. Aunque no sea esta la razón última, parece sin un motivo suficiente.

Me quedan algunos proyectos por desarrollar y pretendo ocupar mis últimos años en ellos. Creo que al frente de Luz y Tinta ya lo he dado todo. Por eso abandono este barco e insto a quienes lean esta Presentación que se planteen sustituirme. Yo me voy, pero la revista puede seguir si alguien da el paso al frente, toma los trastos de matar y se enfrenta al toro bravo que le venga de frente. Tampoco es para tanto: cualquiera puede hacerlo, y lo digo yo que lo he hecho durante 145 números y algunos especiales hasta ahora.

Queda, pues, la puerta abierta; se abre, por tanto un compás de transición a la espera de quien pretenda dar el paso y enfrentarse a la dirección, edición y maquetación de esta hermosa revista que no me gustaría muriera de éxito.

Carta de Alicia Ramírez

En Luz y Tinta hemos recibido una carta, dirigida al director de la revista, cuyo contenido nos ha sorprendido, tanto que hemos enviado copia al Juzgado de Guardia por si fuera constitutivo de delito. Para que nuestros lectores aprecien en toda su dimensión nuestra sorpresa y nuestra tristeza —cómo entender que nuestros textos se hayan leído de manera tan torticera— publicamos la carta íntegra. Dice así:

Señor director de Tinta y luz (¡)

Despreciable señor:

Me llamo Alicia Ramírez, vivo en Madrigal de las Altas Torres y nada tengo que ver con la tal Alicia Ramírez, supuesta vecina también de Madrigal, a quien usted ha colocado —sí, colocado, maldita sea— como protagonista de una historia que nada tiene que ver conmigo.

Lógicamente, no soy lectora de su insípida revista, pero algunos vecinos de Madrigal me han señalado los relatos en que usted y su equipo me hacen protagonista de hechos y sucesos con los que nada tengo que ver. Yo a usted ni le conozco ni ganas tengo de conocerlo.

Ni que decir tiene que en Madrigal soy objeto de burlas y cuchufletas y de insultos directos y descarnados: me llaman “pelandusca” y “puta” y hasta el cura se atrevió a llamarme “ramera” desde su púlpito, aunque omitió mi nombre, que ni falta hacía porque todos los vecinos lo corearon en cuanto el sacerdote comenzó a deshilvanar una historia que me señalaba de frente. Mi marido, un buen hombre que se desvive por mí y por mis hijos (tengo dos adolescentes que sufren en el Instituto la candonga insolente de sus compañeros); mi marido, digo, ha tenido que dejar de ir al bar, para no soportar día sí y día también el apelativo infamante de “cornudo”, que ni le corresponde ni ustedes tienen por qué airear con total impunidad.

En fin, señor director, que ya está bien. Reuniendo nuestros escasos ahorros, y renunciando por tanto a las vacaciones de verano (solemos ir a Premiá de Mar, y nunca hemos estado en el Mar Menor, mal que le pese), hemos contratado a un abogado de Medina del Campo para que defienda nuestro honor o lo que de él quede ante los tribunales, con una querella aparte —¿se dice así?— contra don Laudelino Vázquez, que imaginamos

sea un seudónimo (nadie en su sano juicio puede firmar con su nombre las estupideces que este hombre publica en su revista), y contra doña Gloria Soriano, tan sensata que parece en sus microrrelatos sobre animales y sin embargo se despacha con un supuesto texto desde la cárcel por el supuesto asesinato de ¡Alicia Ramirez! Señor director, estoy viva desde hace cuarenta y tres años y jamás me he visto en situación semejante. Si pudiera, si mi posición económica me lo permitiera, hace tiempo que me había ido de Madrigal, a mi pesar, pero buscando mejor espacio para mi vida, que se me hace insoportable en este pueblo donde todos, por su maledicencia, me señalan con el dedo.

Y dos notas más. Bueno, mejor tres.

Nunca he tocado el violín —por no saber no sé ni las cuerdas que tiene— ni he estado en Viena, ni en Oviedo, ni en orquesta similar. Usted sabrá de dónde tomó inspiración para tal tontería, aunque lo cierto es que los jóvenes de Madrigal, cuando me ven pasar, hacen como si tocaran el violín y tararean notas que supongo de La Traviata. Malhaya su imaginación insensata.

Jamás he estado en el Centro Asturiano de Madrid, por más que usted jure y publique haber visto mi sombra en compañía de la señora Soriano. ¿A qué voy a ir yo a ese Centro y más a la presentación de un libro suyo? Odio sus libros, que ninguno he leído ni pienso leer, y odio sobre todo cuanto tienen que ver conmigo, protagonista imposible de una triste historia que está acabando con mi vida.

Y por último, todo el mundo sabe que en Madrigal de las Altas Torres nunca hubo Registro de la Propiedad. Para tales trámites debemos desplazarnos a Arévalo, desde siempre. Así que difícilmente puedo ser hija —ni secreta ni pública ni nada de nada— de algún registrador con ínfulas literarias, por mucho que usted diga que era su padre. Váyase al carajo, señor director, y déjeme en paz. Solo me faltaba ser su hermana y que haga tamaño escarnio de mi origen, bien pregonado: mi padre fue un humilde agricultor de Medina que casó con una bella lavandera de Madrigal y, fruto de aquel matrimonio, nació una humilde pero honesta familia que se ve infamada por sus publicaciones sin sentido. Lo dicho, váyase a la mierda.

Lamento el tono grosero de alguna de mis expresiones. A pesar de que esta carta se la dicté a mi abogado para evitar conflictos jurídicos, no puedo reprimir ni mi malestar ni mi incomodidad ni la mala hostia que me producen sus escritos. Esto de la “mala hostia” (con perdón) es fruto de mi cosecha, sí, y espero que el Señor misericordioso perdone mi salida de tono.

Atentamente

Desde Madrigal de las Altas Torres, Ávila.

Alicia Ramírez,

Pasión insatisfecha

Francisco Trinidad

Cuando Elisa y su marido, el empresario Fernando Máiquez, se sentaron frente a frente, en el despacho del abogado al que habían pedido que tramitara su divorcio, ella tenía claro que quería irse a vivir a la casita que tenían en la playa para vacaciones y fines de semana, así se hurtaba a los posibles encuentros en la ciudad y sobre todo, se alejaba de comentarios y miradas en el barrio. Su marido estuvo de acuerdo —no lo había pensado previamente, pero se dio cuenta de la pertinencia de aquella decisión— y accedió sin oponer ninguna traba, al igual que cuando ella pidió que le mantuviera el empleo que hasta entonces tenía en una de las empresas del grupo Máiquez, con la condición de ejercerlo como teletrabajo: pensaba seguir trabajando desde la playa, enviando sus diseños a través de la plataforma que utilizaban todos los empleados para estar en contacto con la imprenta central. El marido, como buen empresario, y calculadora en mano, estuvo de acuerdo porque esa condición rebajaba en muchos miles de euros la cantidad anual que había prefijado con el abogado como pensión compensatoria, además de que le permitía mantener en su empresa de artes gráficas una colaboradora eficaz, con excelentes ideas de diseño y con una experiencia que acreditaba su trabajo frente a sus clientes.

No hubo mayores discrepancias en el acuerdo de divorcio, entre otras razones porque Fernando Máiquez se sentía culpable de aquella ruptura, así que Elisa se encontró sola en aquella casa, casi en primera línea de playa, y comenzó una vida diferente. Ni que decir tiene que los primeros días hubo de enjugar más de una lágrima ni que algunas noches se despertaba desconcertada, ajena todavía a aquella situación. Pero, según fueron sucediéndose los días, encontró su acomodo con una circunstancia que no le resultó fácil, pero a la que acabó adaptándose, entre otras razones porque desde el principio se impuso una disciplina férrea y se entregó a su trabajo como si de una terapia personal se tratara. Así llevaba ya seis meses pegada a su ordenador, realizando las tareas caseras sin la preocupación y la dedicación de un ama de casa —era consciente de que su situación era otra y aspiraba a mantenerla— y dando grandes paseos en solitario a la orilla del mar: sentir la brisa marina en el rostro al atardecer, como una caricia, la redimía de la sensación agridulce de estar sola, de haber sido abandonada y de pensar que quizás la vida no la estaba tratando como ella pensaba merecer. Pero además había encajado bien en aquel pueblo que conocía desde hacía varios años pero solo para pasar cortas temporadas —vacaciones, puentes, fines de semana…— y había entablado relación con algunas vecinas próximas, a las que saludaba y con las que de vez en cuando mantenía una breve charla, camino del supermercado cercano o del kiosco donde compraba su periódico. El teléfo -

Y así se lo fue repitiendo en los días siguientes, cada vez que le llegaba el recuerdo de aquel italiano en bicicleta, hasta que apareció en la puerta de su casa el que pensó que iba a ser el amor de su vida o al menos de los meses venideros.

no y el correo electrónico la mantenías unida a su trabajo al que enviaba regularmente los encargos que le iban haciendo y que mantenían su mente ocupada. No echaba de menos a su marido; no echaba de menos el sexo que les había mantenido unidos hasta su separación. Aunque algún tipo de nostalgia se había enquistado en sus recuerdos. Se dio cuenta de ello una tarde en que salió a caminar en bicicleta por el paseo de la playa, como hacía algunas veces, y se le unió sin saber cómo un italiano más o menos de su misma edad, muy atento, muy pegajoso también, que la acompañó durante un rato hasta que le propuso tomar un refresco en cualquiera de las muchas terrazas que jalonan la playa. Charlaron de todo un poco, riéndose ella varias veces del tono cantarín del acento italiano y sintiendo cómo él se le iba acercando cada vez más, con una confianza que hacía presentir lo inevitable. Se besaron como al descuido, pero, cuando sintió sus dedos nerviosos buscándole el pubis bajo el vestido y su aliento entrecortado y pringoso justo en su cuello, se dio cuenta de que no era aquello lo que apetecía, así que se levantó, dio las buenas tardes —había comenzado a anochecer— al italiano, cogió la bicicleta y se alejó playa adelante. Él la siguió durante un largo trecho, con palabras y gestos de disculpa, pero ante el silencio hosco de ella desistió de más acercamiento y prosiguió su camino en dirección contraria.

Aquella noche Elisa se arrepintió unas cuantas veces de su escapada —le hubiera gustado quizás haber terminado haciendo el amor en cualquier rincón solitario de la playa— y otras tantas se dijo que no era aquello lo que deseaba o no al menos de aquella forma y con aquella urgencia desolada. Y así se lo fue repitiendo en los días siguientes, cada vez que le llegaba el recuerdo de aquel italiano en bicicleta, hasta que apareció en la puerta de su casa el que pensó que iba a ser el amor de su vida o al menos de los meses venideros. Era un hombre apuesto, alto, un si es no es desgarbado, de hombros altivos y mirada firme. Elisa lo había visto alguna vez en las inmediaciones y él le confirmó que tenía alquilada una casa poco más allá de la suya. Podría tener sobre los treinta y cinco años. Ante su propia puerta le dijo que se llamaba Miguel, que era profesor de Geología, que se había enterado por los vecinos de que era diseñadora de libros y se atrevía a pedirle una portada para un libro de gemas y piedras preciosas que acababa de escribir y que iba a editar su Universidad. No le ocultó que había visto algunas portadas suyas en una de las editoriales con las que trabajaba.

A Elisa le hizo gracia su descaro y le invitó a pasar. Charlaron unos breves momentos y quedaron al día siguiente, a la hora del café, en una cafetería del pueblo para hablar de los detalles del libro y de las posibilidades que ofreciera.

Elisa se sintió confusa y agradecida, lógicamente, de que contara con ella, pero le sorprendió en que ningún momento se hablara del coste de aquel encargo que seguramente él se tomaba como un gratuito trabajo de buena vecindad.

Al día siguiente le llevó Miguel el índice del libro, le resumió las líneas maestras de su contenido y comentaron detalles y pormenores de su edición, de la que se encargaba el Departamento de Publicaciones de la Universidad. Elisa le preguntó que cómo no realizaba tal departamento la portada y la contestación de Miguel, entre dubitativo y desenvuelto, le hizo sospechar que albergaba otro interés además del artístico. Pero Elisa se sintió halagada y le prometió que en la semana siguiente, enhebrando ratos perdidos, se pondría con su portada.

Y así fue. Quedaron un par de veces más para comentar los esquemas que ella iba manejando y por fin el viernes se citaron para que le entregara el arte final. Elisa se puso sus buenas galas —algo en su interior la impulsaba a pensar en una hermosa velada— y acudió con su trabajo y sus mejores sueños sensuales a aquella cafetería en que ya habían quedado otras veces.

Miguel llegó cinco minutos después que ella y no venía solo. Le acompañaba otro hombre, cortado por el mismo patrón que él —alto, apuesto, brillante en la atardecida— y al que Miguel presentó como Santiago. “Mi novio”, agregó a continuación para rematar diciendo que se casarían ese mismo verano. A Elisa se le nubló la vista, pero mantuvo el tipo. Comentaron algunos detalles de aquella portada, que a ambos hombres les entusiasmaba, y ella pretextó que tenía prisa y, en cuanto terminó su café, se despidió de ellos, les deseó suerte y se apresuró a irse. Cuando solo había dado un par de pasos, se volvió y le dijo a Miguel con una sonrisa que se interponía a las lágrimas que pugnaban por abrasarle el rostro: “Ya te pasaré la factura” y enfiló el paseo, consciente de que el llanto no solucionaba su decepción y de que los deseos reprimidos engendran pasiones que a veces chocan con la realidad.

Ósmosis

La única vez que intenté coger al gato de mi abuela, me arañó. Fue un drama. Sin chip, viejo y amigo de todos los tiñosos, a saber lo que estará incubando, se lamentaba mi madre. El veterinario del pueblo solo asistía a las vacas, no trataba la soledad de los humanos ni sus remedios. De aquel arañazo conservo la cicatriz. Cada vez que la miro, veo como el gato se mete entre los pies de mi nana y la hace trastabillar. ¡Coño de gato!, dice, y le da un ligero empujón y el animal se va parsimonioso, la cola erguida y atigrada. Ya no corre como antes, renquea un poco a causa de la artrosis de cadera y los ratones se burlan de él. Maldito gato, se queja mi abuela cuando encuentra los botes con los geranios tumbados en el suelo. De vez en cuando él husmea entre las macetas en busca de otras hierbas que comer. Tiene un ojo gris y achicado que es opaco a la luz; el otro, de color ámbar, solo le sirve para ver a lo lejos. Hace mucho que ha dejado de cazar y se embelesa escuchando los trinos de los pájaros. La vieja lo comprende, también ella ha perdido fiereza. Ahora él se alimenta con la leche que le deja en un plato de latón, además de hojas de lechuga y zanahoria que le corta en rodajas. Si el pescadero viene, le da sardinas. Un día no se las quiso comer, se había hecho vegetariano. Entonces ella eliminó el pescado de su dieta, pues no veía las espinas.

Entre las cosas que irritan a mi abuela está esa costumbre de ir a frotarse en sus piernas cuando intenta andar. Parece que quisiera tenerla amarrada a la silla, como a una prisionera. Con el amago de una patada, lo aparta. Mientras él se va a paso lento ella gruñe: aquí mando yo, aquí mando yo. Son sus únicos dominios. El ya no me acuerdo, el reuma y el glaucoma le han hecho perder control sobre muchas cosas. Está cansada de vivir.

Al gato le encanta el arroz con leche y esencia de vainilla, y da vueltas por la cocina mientras ella lo prepara. Aquel día eso fue lo que comieron, cada uno en su plato. Para beber, infusión de raíz de valeriana, su olor entusiasma al felino. Al terminar, mi nana, en vez de echar una cabezada en el sillón como era su costumbre, se va arrastrando la vida al dormitorio. El gato la sigue como si algo más se oliera. Ella le tiene prohibido subirse a la cama, sin embargo, a la mañana siguiente estaba tumbado a su lado, los dos bocarriba. Tenían las manos cruzadas sobre el pecho y entrelazadas por el mejor rosario de mi abuela. Plata y caoba. Entre las garras del gato, la cruz de fina orfebrería.

Sicilia (1)

Juan Depunto

“Siempre me ha gustado mirarme en el espejo de aquellos espíritus que poseen lo que a mí me falta.”

J. W. Goethe en “Viaje a Italia”

Me llamo Carlos y aunque nací en Madrid, heredé de mi padre Felipe V estos territorios de Nápoles y Sicilia en 1734, las llamadas Dos Sicilias. En estas tierras me llamaban, y siguen recordándome con afecto, Carlo di Borbone. Voy a comentarle al compatriota JuanDepunto, en su periplo por esta gran isla, la mayor del Mediterráneo, algunas ilustraciones sobre ella.

A esta isla los romanos la llamaban Trinacria por su forma triangular, pero los anteriores griegos la bautizaron como Sikelia por ser los sículos sus primitivos habitantes y de donde derivó la actual denominación. La isla tiene al norte el mar Tirreno, al este el Jónico y al sur-suroeste al Mediterráneo.

Antiguamente, la forma tradicional de llegar a Sicilia era desde el puerto de Nápoles al puerto de Palermo y luego salir por Mesina. Así lo hizo Goethe en su famoso viaje, acompañado del pintor Kniep pues no se había inventado aún la cámara fotográfica y los monumentos, edificios y paisajes de la isla merecían perpetuarse en un lienzo; sus experiencias quedaron reflejadas en el libro “Viaje a Italia”, la mejor guía de viajes que ha llegado a mis manos. A Sicilia le dedicó

mes y medio de su Viaje a Italia, aunque a su pesar se quedó sin ver Siracusa y Noto. Sin embargo, hoy día se llega directamente con esas modernas naves aéreas tanto a Palermo como a Catania. JuanDepunto arribó a esta última ciudad pues es la que tiene vuelo directo desde Sevilla, aunque no es de su agrado la compañía aérea que le llevó.

Recomendé a JuanDepunto que, dadas las dos escasas semanas que iba a permanecer conociendo estas mis tierras, dividiera el viaje en cuatro etapas dando la vuelta a la isla: Catania-Siracusa-Noto, Agrigento, Palermo y Cefalú-Catania-Taormina. No fue mal consejo pues en estos viajes se termina agotado dada la gran cantidad de maravillas que conviene seleccionar, pues verlas todas requeriría de meses. Y yo, terminada mi intervención, dejo en su pluma sus comentarios acerca de este viaje y me retiro de nuevo al Parnaso.

Cuando se sobrevuela Sicilia, llama la atención la sequedad del terreno de la inmensa isla (25.700 km2, Mallorca tiene 3.600 y Malta 316), sin bosques (hasta el punto que a las pequeñas agrupaciones de árboles, que como mucho llamaríamos “bosquetes” allí los rotulan con la marca “Bosque”, ingenuidad que te saca una sonrisa). Hay bastantes extensiones de huertas y árboles frutales, sobre todo cítricos, almendros, algarrobos, encinas y olivos (aunque no te ponen tapa de aceitunas en sus restaurantes). Abundan los cereales y los viñedos. Hay muchas colinas y pequeñas montañas (además del volcán Etna), pero pocas llanuras. Abundan las codornices y los vencejos. La temperatura ambiente estuvo primaveralmente agradable de día y de noche, aunque con mucha calima; algún día llovió y despejó el horizonte.

Conforme el avión se acerca al aeropuerto de Catania impresiona la inmensa mole humeante del Etna, el volcán permanentemente más activo de Europa. Sus erupciones han sepultado a la primitiva ciudad de Catania, la griega, y luego a la romana, siendo la actual la barroca, por haber sido esa época la de su resurrección después de la última gran erupción devastadora de 1669; esperamos dure muchos siglos sin otra (aunque en 1928 hubo una, menor, que destruyó a la ciudad de Mascali).

Este primer reportaje sobre Sicilia se va a centrar en comentar la zona sureste y sur, o sea, Siracusa-Noto y Agrigento y alrededores. En la primera etapa, tras el aterrizaje, alquilamos un coche del que nos valimos en todos nuestros desplazamientos, disponiendo así de una deseable autonomía sin tener que estar pendiente de horarios de ferrocarriles o autobuses que también están al servicio de quienes no deseen conducir. A cambio tiene el peaje de tener que ir sorteando a los intrépidos sicilianos que solo obedecen a su propia y personal ley, como la Mafia, y ésta es muy simple: tiene preferencia y pasa primero el que antes mete el morro del auto o la moto, sin atender a semáforos (que apenas existen), stop, cedas el paso, líneas continuas, limitaciones de velocidad (ni siquiera la de 30),

giros contra flecha, etc., etc. El segundo inconveniente del coche sin conductor es que hay que buscarle sitio en donde aparcarlo y no es nada fácil. Con él dimos la vuelta a esta gran isla mediterránea, lo que supuso bastante más de 1000 kilómetros de muchas tensiones que no recomiendo a mi peor enemigo.

Dejando Catania para el final, lo que describiremos en un segundo reportaje “Sicilia 2”, la primera parada fue el hotel que contratamos en Siracusa, frente al puerto, el “Molo” que le llaman ellos (el muelle). Los hoteles en Italia no son como en España, ofreciendo a igualdad de precio menos comodidades. Goethe se quejaba y mucho de los deficitarios albergues de su época, cosa que ya se ha superado. A cambio de esto y de su temeraria conducción, son muy amables, más que nosotros.

Siracusa es una gran capital, con más de 125.00 habitantes, con edificios muy poco estéticos (como los de todas las ciudades sicilianas, salvo los monumentales), cuyo interés se reduce a su historia y actualmente al centro histórico situado en la isla de Ortigia, en la que habitan unas 5.000 personas. Es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. A ella se accede por dos puentes o por barco. Goethe, en su viaje a Italia, renunció a verla escusándose en que “quedaban pocos restos de la antigüedad”; creo más bien que con los rudimentarios sistemas de transporte de su siglo XVIII tenía que seleccionar mucho lo que iba a ver…

A Siracusa la describe la Wikipedia como “Una ciudad de Italia, situada en la costa sudeste de la isla de Sicilia, capital de la provincia de Siracusa y famosa como centro cultural desde la Antigua Grecia. La ciudad destaca por su rica historia griega y romana, su cultura, sus anfiteatros, su arquitectura y por ser el lugar de nacimiento y el hogar del preeminente matemático e ingeniero Arquímedes. Esta ciudad de 2700 años de antigüedad desempeñó un papel clave en la Antigüedad, cuando era una de las mayores potencias del mundo mediterráneo. Siracusa se encuentra en el extremo sureste de la isla de Sicilia, junto al golfo de Siracusa, al lado del mar Jónico. Está situada en una drástica elevación del terreno, con 2000 metros de profundidad cerca de la costa, aunque la ciudad en sí no suele ser tan accidentada en comparación”.

En la plaza del Templo de Apolo (que fue iglesia bizantina y mezquita árabe, hoy semidestruido), alquilamos un motocarro convertido en trasporte turístico, con un conductor enorme, muy atento y de fantásticos reflejos que compensaban su vertiginoso transitar. Con el corazón en la boca, recorrimos sus callejuelas y principales palacios, iglesias y edificios notables. Destaca la basílica de Santa Lucía, la patrona de la ciudad, martirizada en el año 304 en la persecución de Diocleciano. En la misma gran plaza está el Duomo, la catedral, ambas de estilo barroco.

Especial interés tiene la fuente de Aretusa. En general, son muy bellas las múltiples fuentes de la isla, pero ésta brota a la orilla del mar Jónico, alimentada

sobre todo por el río Ciane. Al afluir el agua dulce a la superficie, riega una pequeña superficie de tierra donde hay papiros, los únicos del mundo, junto con los de Egipto, que siguen creciendo de forma natural. Parece ser que estos papiros fueron un regalo de los gobernantes del antiguo Egipto en la época precristiana. En 1798 el almirante Nelson hizo escala en Siracusa antes de enfrentarse a Napoleón en Egipto. Respecto a esta fuente escribió: “...Gracias a sus esfuerzos, hemos sido abastecidos de alimentos y agua y, ciertamente, habiendo bebido de la Fuente Aretusa, no podemos dejar de vencer”. Otros lugares interesantes son el castillo Maniace, del siglo XIII, en el extremo sureste de la isla, bien conservado y abierto al público (al que nos llevó nuestro motocarrista) y el templo de Zeus Olímpico, del s. VI a.C., a unos 3 km de la ciudad en dirección suroeste (cerrado en la actualidad, de forma permanente). En las afueras de la ciudad, al noroeste, está el barrio de Neápolis que era el «barrio nuevo» de la antigua ciudad griega. En este barrio se encuentra el Parque Arqueológico en el que se pueden visitar los siguientes monumentos:

El “Teatro griego”, que tenía una gran cávea, pero del que solo quedan ruinas de la escena y orquesta. Reconstruido parcialmente por los romanos y en la actualidad, aún se usa hoy en día para espectáculos y representaciones.

Las grandes canteras de piedra llamadas “latomías” en cuyas grutas se hicieron prisiones en la antigüedad; la más famosa es la “Oreja de Dionisio”.

El “Anfiteatro romano”, parcialmente excavado en la roca.

El “Altar de Hierón” y el “Arco de Augusto”.

En la necrópolis Groticelli, en la zona de las latomías, se encuentra la llamada, falsamente, “Tumba de Arquímedes”, que realmente es una tumba romana.

A la hora de comer intentamos algún restaurante en el que comer pizza, pero fue imposible: en toda Sicilia solo la ofrecen en las cenas (hay que encender el horno), cuando los italianos han dejado de trabajar y se relajan; nosotros no somos de cenar mucho, por lo que al anochecer nos sentamos en una terraza a tomar una gran copa de sus famosos helados (que por supuesto también tenemos en España y con la misma calidad).

Al día siguiente fuimos a Noto, a 152 m de altitud media snm, que prácticamente es un bomboncito de barroco con todos sus palacios e iglesias concentrados en su calle principal, recta de más de 1 km a modo de Gran Vía trazada a compás como acostumbraban los ilustrados de su siglo. En ella se posó Dédalo tras su vuelo sobre el mar Jónico y en ella descansó Hércules tras su séptimo trabajo (limpiar los establos de Augías). Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en su concepto de “Ciudades del barroco tardío del Val di Noto”.

Tras pasar el imponente arco de entrada se van viendo palacios, conventos e iglesias a diestra y siniestra. Destaca la catedral de San Nicolás, los palacios Dicezio (actual Ayuntamiento), Astuto y Villadorata; la iglesia de San Carlos Borromeo, la iglesia de Montevergini, el monasterio de santa Clara, el Teatro Tina di Lorenzo y varias DOCENAS de iglesias más (el poderío d la iglesia católica era tremendo y más en Italia, sede del papado).

Tras estas dos ciudades nos desplazamos a Agrigento a la que Goethe se refiere con su denominación en siciliano, “Girgenti”, a donde llegó en abril de 1787. En ella cogimos alojamiento en la playa cercana, el “Hotel Antica Perla”, más aceptable que el anterior, con amplios y agradables

salones con vistas a la cercana playa (1ª línea) y a su gran piscina; este hotel fue el mejor de todo el viaje.

La ciudad es una mole de 60.000 habitantes, situado en una colina, que impresiona verlo desde el mar, pero ya de cerca sus edificios modernos son más bien feos, aunque tiene tres o cuatro sitios que merecen a visitar: La bella estación de ferrocarril central, la catedral (en lo más alto, del s. XIV), la iglesia del Santo Espíritu (monasterio cisterciense con ¡107 escalones de subida!) y el llamado “Valle de los templos” que realmente no está en ningún valle si no en la meseta de una colina por debajo de la ciudad; este lugar de templos griegos es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.

Una perspectiva muy agradable se puede observar desde la colina que hay enfrente y paralela a la del llamado “Valle de los Templos”. En ella hay varios restaurantes con vistas a los templos, con Agrigento detrás y arriba de ellos, que es especialmente llamativa de noche, pues están iluminados. Nosotros estuvimos en el restaurante “Kókalos”, con fácil acceso (aunque de tierra) y amplio aparcamiento, donde fuimos muy bien atendidos al mediodía (incluso pasada la hora de comer que termina a las 14,30 para los sicilianos) y por la noche por fin pudimos comer pizza (gigante y buenísima) viendo iluminada esta especie de Acrópolis.

Agrigento, fundada en el 580 a.C., fue una de las ciudades más importantes de la Magna Grecia, disfrutando de prosperidad hasta el año 406 a. C. con su democracia, hasta que la invadieron los cartagineses.

Los templos mejor conservados (probablemente por el enlucido en fina capa que se les dio a sus superficies) son los atribuidos a las diosas Concordia y Hera (Juno para los romanos). Ambos son del siglo V a.C. Basándose en el frontal del templo de la Concordia, la UNESCO ideó su emblema en el que las 6 columnas dóricas son sustituidas por las 6 letras de la UNESCO. En el año 597 fue transformado en iglesia cristiana a iniciativa del obispo San Gregorio de Agrigento, lo que ha facilitado su conservación.

Los otros templos y monumentos griegos están mucho más deteriorados: el “Templo de Heracles o Hércules”, “Templo de Esculapio”, “Templo de Júpiter” (el peor conservado) y la “Tumba del tirano Terón”. El “Templo de Zeus Olímpico” destaca por estar algo mejor conservado.

Los “telamones” son unas estatuas colosales con aspecto humano, de hasta 8 metros de alto. Se encontraron entre las columnas exteriores, como otra de ellas que soportaban el peso de la cubierta. Con rasgos cartagineses, simbolizaban a los bárbaros vencidos y reducidos a la esclavitud por los griegos. En 1825, el arqueólogo Rafaello Politi reconstruyó en el suelo a una de estas estatuas recogiendo elementos dispersos. El telamón que actualmente se ve tumbado en el “El Valle” es una copia, pues el original se expone en vertical en el Museo arqueológico de Agrigento.

Entre los restos de rocas y murallas que fortificaban Agrigento se encontraron múltiples tumbas, probablemente de los muchos héroes que la defendieron de sus numerosas invasiones.

Goethe, que además de ser un notabilísimo literato era experto en geología. Va calificando en su libro “Viaje a Italia” las distintas composiciones del terreno, considerando en esta zona de Agrigento que no son restos volcánicos (queda lejos del volcán, en el otro extremo de la isla) sino de piedra caliza conchífera (como en Cádiz) de fácil descomposición y con yesos. Critica las restauraciones de su siglo hechas con yeso blanco, al que fácilmente se podía haber dado color.

En los alrededores de Agrigento los forofos de la literatura pueden visitar la Casa de Pirandello y en las cercanas playas frente a Agrigento, que forman una

amplia bahía, es muy interesante ver la “Scala Turchi”, en su lado oeste, y en su lado este la “Punta Bianca”.

La “Scala Turchi” es un acantilado rocoso sedimentario con una especie de peldaños en forma de esclera de color blanco; parece que debe su nombre a las incursiones por esta zona de piratas turcos. Se hizo famosa al salir en la serie televisiva del “Comisario Montalbano”. Las numerosas visitas que recibe, subiéndose incluso a sus peldaños, están deteriorándola.

La “Punta Bianca”, también del mismo material blanco, pero en el otro extremo de la bahía, tiene forma de punta; conserva los restos de una casa ruinosa que la afea y de la que no he conseguido informarme; se encuentra en zona de reserva natural. Es un lugar privilegiado para ver atardecer y ponerse el sol por el extremo opuesto, es decir, por la “Scala Turchi” como recogimos en las fotos. Su acceso es algo engorroso, por camino de tierra, aunque está algo señalizado.

Tras estos primeros días en el este-sureste de la isla nos dirigimos hacia el norte, dejando por el camino sin ver, la “Villa Romana del Casale”, pues suponía añadirle unas cuantas horas más al viaje. Comentaremos esta segunda parte en el próximo número. Mi impresión general es que hay abundantes monumentos y magníficos palacios, pero sucios y mal mantenidos, al igual que las calles, con abundantes basuras sin recoger (parece que “quienes las gestionan” no se ponen de acuerdo con los ayuntamientos). Veremos si el norte está mejor mantenido y limpio.

Referencias documentales:

Goethe, J.W. Viaje a Italia. Sicilia (p. 245 a 337, 92 pp). Ed. Zeta, Barcelona 2009. 589 pp.

https://es.wikipedia.org/wiki/Sicilia (y monográficos de sus ciudades).

Patriotas

Laudelino Vázquez

Patriota uno, Andriiv

—¡Cállate, coño, nos val a volver locos!

—Déjalo. Es lo único que puede hacer.

Por un momento contemplan la figura desmadejada de Yarem, que sigue bebiendo vodka con el cóctel de pastillas que el comandante les ha proporcionado «para hacer más llevaderos los malos ratos». No puede hacer otra cosa: desde que lo trajeron de su Lvov natal, no ha parado de llorar, babear y gritar.

—A este no importa lo que le pase en la guerra, ya está jodido. Y los demás iremos por el mismo camino.

—Andriiv no. A ese no hay nada que le afecte.

—¡Andriiv! —llama el sargento — ¿Crees que saldremos de esta?

Una nueva explosión que hace temblar el techo y derrama sobre los hombres una lluvia de cemento, interrumpe la conversación.

—Con esta van seis —responde Andriiv— si no viene un SU−35 de apoyo, es la última…

—¿Cómo puedes saber eso?

—Escuchando en el curso de formación. Las que están soltando son FAB 250, de las pequeñas. El SU−34 carga con seis en estas operaciones. Cuando llevan el 35 de protección y acaban el bombardeo, el de apoyo suelta las dos que llevan y si les parece oportuno, un par de misiles aire−tierra.

—Nunca dejas de sorprenderme, chaval —responde el sargento—. Con todo lo que sabes y entiendes, pudiste ser lo que quisieras…

—Es que yo sólo quiero servir a mi patria, allá dónde sea necesario.

—¿Y crees que aquí somos necesarios para algo? Si hemos librado esta vez, es porque esos cabrones saben que de la cantidad ingente de pasta que había para construir los refugios, el 90% se quedó entre las uñas de mandos, políticos y en la corte de nuestro amado Volodimir…

—No hables así de nuestro presidente —le responde Andriiv en un tono quedo pero amenazador—. Hace lo que está al alcance de su mano. Y la victoria final borrará todas esas ideas de vuestras cabezas.

—Eres increíble. O muy inocente. O muy gilipollas, no lo sé.

—O simplemente, un patriota.

El sargento cabecea conmiserativo, mientras masculla una maldición acompañando a la última explosión.

—Esta será la que le sobraba al SU−35 —exclama

Patriota dos, Buda

Budanov, al que todos los que lo conocen llaman por el diminutivo Buda, se alistó orgulloso en un batallón que participó en los primeros días de los combates. Destacó por su decisión desde el primer día, y en una de esas acciones, a pesar de las órdenes del comandante de no tocar nada en una ciudad arrasada, no pudo evitar moverse para arrastrar a un compañero herido. Ni se imaginaba que aquellos cabronazos, veteranos de la guerra de Siria, eran capaces de poner

Cinco de seis están bien. Una vez sometidos a tratamiento, cada uno vale cerca de los trescientos mil dólares. Son jóvenes, fuertes, y sus órganos, están bien conservados. Llevadlos a la Sala Especial.

trampas así. Pero lo eran: el herido venía acompañado de una granada que al moverlo, hizo pedazos a su conmilitón y a él le voló la pierna derecha como si un bisturí invisible le hubiese cortado de cuajo a la altura de la ingle.

Eran los primeros tiempos, había dinero, medallas y recursos para donarle una pierna ortopédica de última generación, una maravilla que casi andaba sola.

Buda, agradecidísimo del trato que le habían dado, en cuanto fue capaz a volver a andar, se ofreció voluntario, y desde entonces hasta hoy, conduce camiones, En los últimos meses, desde que el señor Grigorievich apareció en su vida, se había especializado en recoger heridos en el frente con su camión.

Hoy ha contemplado con sus binoculares, con ira contenida, el bombardeo sistemático sobre la aldea, y después de esperar un par de horas por si el enemigo estaba esperando que llegaran los servicios de rescate para masacrarlos, se decide a arrancar el camión.

—A ver cómo va hoy la cosecha —comenta—. Las 250 son mejores que las grandes, que dejan a la gente convertida en polvo.

Acerca el camión, abre el portón trasero, hasta que localiza a Andriiv que le lama la atención con gestos apremiantes.

—Hay cuatro o cinco cuerpos interesantes —le dice.

—Al final, va a haber suerte. Gloria a la patria.

—Gloria a la patria, amigo.

Patriota tres, Grigorievich

—¡Papá, papá!

La melena rubia de Irina se desliza como un volcán dorado, mientras lanza toda la energía de sus doce años contra el progenitor. Se abrazan con efusión, hasta que la voz de la madre, llamando a la niña a desayunar, deshace el hechizo.

—¡Bah!Mami, déjame un poco más, que no veo a papi casi nunca.

—Porque tiene mucho trabajo, mi amor.

—¿Tanto?

—Si hija —interviene Grigorievich— el hospital exige mucha dedicación.

—Y además —añade la madre—, papá dedica varios día a la semana a trabajar en los hospitales de campaña, ayudando a nuestros soldados heridos.

—¿Papá, eres un héroe?

—¡Qué va, mi niña! Sólo soy un patriota que cumple con su deber. Cuando seas mayor lo entenderás.

—¿Y por qué no me explicas ahora? Según tú, soy una niña lista, y las niñas listas, sabemos que esas medallas que guardas en tu habitación, te las dieron por ser un héroe.

El padre sonríe orgulloso, se acerca a la mesa dónde su hija ha comenzado a desayunar, y le señala todas las cosas que hay en la mesa.

—¿Ves esto? ¿Los cereales que tanto te gustan, la mochila para ir a clase, los libros de estudios…? Todo esto y más que pudiera, me gustaría que pudieras disfrutarlo siempre. Y para eso, todos tenemos que ayudar en esta guerra. Si la ganamos, todo esto y más podrá seguir siendo tuyo, si no, esas bestias acabarán con nosotros…No quiero ni pensarlo.

—Pero tú no haces daño a nadie, papá ¿Por qué te van a hacer daño a ti?

—Porque son bestias, ya te lo dije. Han dejado de ser personas, por eso tuvimos que ir a la guerra. Y por eso no soy un héroe aunque me hayan concedido alguna medalla.

Cuando el señor Grigorievich sale por la puerta, la madre y la hija se quedan mirando en la dirección que ha tomado.

—Tu padre es todo un patriota —comenta la madre—, y sí que es un héroe, hija, aunque no le guste presumir.

Patriotas uno, dos y tres

Andriiv, ayuda a colocar al último herido sobre el cuerpo de los otros.

—¡Y seis! —exclama— dando por concluído el trabajo. Buena suerte Buda, y ya sabes, ve con cuidado y sin prisa, para eso llevas un camión frigorífico. No te arriesgues bajo ningún concepto. Si ves algún dron vigilando, muestra la cruz roja del techo, y si hace falta, abre la puerta y que vean que llevas heridos. Y hasta que no veas al señor Grigorievich, ni se te ocurra hablar con nadie.

—Lo sé, lo sé —responde Buda— ya hice este viaje unas cuántas veces. Y sé que es necesario para conseguir mantener el esfuerzo de guerra.

—Eso es, cada uno en su lugar, pero todos tenemos la patria en el primer lugar.

—¡Por Trapovich, por la gloria eterna de la patria! —responde Buda, alzando el brazo en un remedo del saludo hitleriano.

—¡Por Trapovich!

No se puede decir que los 35 quilómetros que separan a Buda del hospital de campaña sean fáciles. Nada parecido a una carretera, sólo trochas por las que el camión bamboleante, apenas puede avanzar, y eso que la raspútsisa de otoño ha terminado, y con el frío, al menos no se embarra cada dos por tres.

Después de tres penosas horas, al fin, divisa el hospital de campaña.

—Oleg, llamando a base hospitalaria.

—Oleg, aquí, base ¿Vienes con el cargamento?

—Tengo órdenes de hablar sólo con el señor Bisturí.

—Sale a tu encuentro.

El señor Grigorievich, encabezando un pequeño grupo de especialistas, se acerca al camión, y le hace un gesto a Buda para que se detenga y abra el portón.

—Seleccionamos —grita a los componentes de su equipo—.

—Cinco válidos, señor —responde el que parece comandar el equipo—. No sé cómo se les ha colado uno con metralla…

—La visibilidad era pésima señor Grigorievich, y al tacto, Andriiv no encontró nada.

—No importa —responde el señor Grigorievich—. Cinco de seis están bien. Una vez sometidos a tratamiento, cada uno vale cerca de los trescientos mil dólares. Son jóvenes, fuertes, y sus órganos, están bien conservados. Llevadlos a la Sala Especial.

Lentamente, mientras sus ayudantes se retiran con los cinco heridos útiles, el señor Grigorievich, se acerca a Buda y le entrega un sobre.

—Es tu parte y la de Andriiv. Cinco, por mil, cinco mil dólares. Ya sabes, tenemos que hacerlo para financiar las armas, que es como decir, para financiar la victoria. Aunque ,hay que agradecer a los que trabajan como tú y sois muchos, ¡Gloria a la patria!

Aunque Buda respondió con las misma firmeza, y su alma oscura, pensó en lo mucho que podía hacer con los dólares extra que le proporcionaba el señor Grigorievich, no pudo menos que echar una ojeada al sexto cuerpo, del que tendría que deshacerse en cualquier cuneta, y en los cinco que quedaban ahí, y en los de los últimos meses, y pensar que a lo mejor, algo no estaba bien.

—Pero qué coño —se dijo—, soy un verdadero patriota. Gloria a la patria.

Aleksei Berestov

La inteligencia artificial en la fotografía

Inicios (antes de 2023):

Los primeros usos de IA en fotografía se enfocaron en mejoras de procesamiento de imagen y edición automatizada, como ajuste de balance de blancos, nitidez, reducción de ruido, etc. Ignorado por muchos de los puristas de la fotografía, pues esas modificaciones tan escuetas simplemente ya era IA.

También se utilizó IA para clasificación y organización automática de fotos por sujetos, emociones, escenas, fechas, lugares, etc.

Algunas cámaras y aplicaciones incorporaron funciones de IA para detección de rostros y enfoque automático. Pero lo más importante y revolucionario llega con…

Avances recientes (2023-2024):

La llegada de modelos de IA generativa como DALL-E y Midjourney permitió la creación de imágenes fotorrealistas a partir de descripciones de texto.

Nuevos algoritmos de IA lograron mejoras significativas en áreas como desenfoques bokeh, eliminación de objetos, y edición de retratos.

Se desarrollaron herramientas de IA para generar efectos fotográficos "artísticos" de manera automatizada.

Cámaras inteligentes usan IA para analizar escenas y proponer ajustes óptimos de exposición, balance de blancos, etc.

Las tendencias futuras en la IA se volverá cada vez más integral en todo el flujo de trabajo fotográfico, desde la captura hasta la edición y postproducción.

Veremos mayor personalización y adaptación de los modelos de IA a los estilos y preferencias individuales de cada fotógrafo.

La generación de imágenes fotorrealistas a partir de texto abrirá nuevas posibilidades creativas.

La IA ayudará a los fotógrafos a ser más eficientes y a centrarse más en la composición y la narrativa visual.

En resumen, la IA ha transformado profundamente la fotografía en los últimos años y continuará haciéndolo en el futuro, abriendo nuevas posibilidades creativas y de productividad para los fotógrafos.

La revolución de la inteligencia artificial (IA) en la fotografía ha sido verdaderamente transformadora en los últimos años. Aquí me permito un análisis más detallado de cómo la IA ha revolucionado este campo:

Captura y composición:

Cámaras con IA integrada pueden detectar escenas, sujetos y condiciones de iluminación, proponiendo ajustes óptimos de exposición, balance de blancos, enfoque, etc. Esto facilita la captura de fotografías bien expuestas y enfocadas.

Algunas cámaras usan IA para sugerir encuadres y composiciones interesantes, basándose en principios fotográficos. En este campo los teléfonos móviles inteligentes han sido pioneros.

Una de las técnicas más revolucionarias es la detección y seguimiento automatizado de sujetos, como rostros y ojos, permiten que los fotógrafos se concentren más en la composición y la interacción con el modelo. Habrá puristas de la fotografía que esas capturas perfectas se las atribuyan a sus cualidades personales cuando es pura IA.

En la edición y postproducción; las herramientas de edición con IA pueden realizar tareas complejas de manera automatizada, como selección precisa de sujetos, eliminación de objetos, aplicación de desenfoques, corrección de color, etc; programas como Adobe

Lightroom Classic y Photoshop últimas versiones son herramientas perfectas para la aplicación de la IA en fotografía.

Un paso de gigante han sido los modelos de IA generativa como DALL-E y Midjourney que permiten crear imágenes fotorrealistas a partir de descripciones de texto, abriendo nuevas posibilidades creativas. De esta manera algoritmos de IA pueden emular y aplicar estilos artísticos a fotografías de manera convincente.

La organización y gestión a través de la IA permite la clasificación y catalogación automática de grandes volúmenes de fotografías, por sujetos, escenas, emociones, etc.

Asistentes de IA pueden sugerir etiquetas, descripciones y palabras clave relevantes para mejorar la gestión y recuperación de imágenes. Algunas aplicaciones usan IA para detectar y eliminar duplicados, así como para hacer sugerencias de fotos similares o complementarias.

En general, la IA ha democratizado y acelerado muchos procesos fotográficos, liberando a los fotógrafos para que puedan concentrarse más en la captura creativa y la narración visual. Si bien aún hay espacio para mejoras, la revolución de la IA en la fotografía ha sido verdaderamente transformadora. Es evidente de que la IA ha venido para quedarse, y está revolucionando todo el proceso desde la captura de la imagen hasta la postproducción.

Las mejoras son incuestionables en la mejora de la calidad de imagen.

Reducción de Ruido: Algoritmos de IA pueden reducir el ruido en imágenes con poca luz, mejorando la claridad sin perder detalles.

Enfoque Automático: La IA ayuda a lograr un enfoque más preciso y rápido, incluso en condiciones difíciles, mejorando la nitidez de las fotos.

Corrección de Color: Herramientas basadas en IA ajustan automáticamente el balance de blancos, la saturación y el contraste, proporcionando una edición rápida y efectiva.

Retoque de Retratos: La IA puede suavizar la piel, eliminar imperfecciones y ajustar las características faciales, ahorrando tiempo en la edición manual.

Composición Inteligente: La IA sugiere recortes y ajustes de encuadre basados en principios de composición fotográfica, mejorando la estética de las imágenes.

De la generación de imágenes a partir descripciones textuales a través de algoritmos de IA, ya lo he mencionado anteriormente, pero no la estilización, que perimite a la IA aplicar estilos artísticos a las fotos, transformando imágenes ordinarias en obras de arte inspiradas en distintos géneros y movimientos artísticos.

Pero todos estos nuevos desafíos tienen algunas consideraciones que debemos de tener en cuenta. Por ejemplo, La Pérdida de Autenticidad: El uso excesivo de la IA en la edición puede llevar a imágenes que parecen demasiado perfectas o artificiales, perdiendo la autenticidad y el toque humano.

La creciente dependencia de la IA puede reducir la habilidad técnica de los fotógrafos, quienes podrían confiar demasiado en la tecnología en lugar de mejorar sus propias habilidades.

Y luego está la ética y privacidad que deberemos tener en cuenta. El reconocimiento facial y la manipulación de imágenes plantean preocupaciones éticas y de privacidad. Es crucial establecer límites y regulaciones para proteger los derechos individuales.

Y lo más importante y que obviamos con demasiada frecuencia, el impacto que todas estas herramientas IA van a tener en el empleo actual. Esta nueva automatización de tareas fotográficas puede afectar el empleo en la industria, especialmente en roles relacionados con la edición y el procesamiento de imágenes, y dibujantes, rotulistas, etc; sin mencionar otras herramientas que no están relacionadas con la fotografía, como por ejemplo la clonación de voces, evidentemente esto ha comenzado con la fotografía, pero la fotografía en movimiento, el cine, es otra gran revolución de la que hablaremos en otra ocasión.

El Futuro de la Fotografía con IA

No obstante, la integración de la IA en la fotografía promete un futuro lleno de innovación y posibilidades. A medida que la tecnología avanza, veremos herramientas más sofisticadas que no solo mejorarán la calidad y eficiencia, sino que también impulsarán la creatividad y explorarán nuevas fronteras visuales.

Sin embargo, es esencial que los fotógrafos mantengan un equilibrio entre el uso de la tecnología y la preservación del arte y la autenticidad de la fotografía. La IA debe ser vista como una herramienta que complementa y amplifica las habilidades humanas, no como un sustituto. Si es nuestro sustituto estamos perdidos.

En resumen, como he mencionado anteriormente la IA está aquí para quedarse y transformar la fotografía de maneras que apenas comenzamos a entender. La clave estará en cómo los fotógrafos y la industria en general adopten y adapten esta tecnología para crear un futuro visualmente más rico y dinámico.

El Arte Digital

Con la colaboración especial de Monde de l’art y la galería de sus artistas

¿Alguna vez te has preguntado cuál sería nuestra vida si no hubiera sido por el arte? El papel del arte en la vida de la humanidad es enorme. Llena nuestro mundo de colores, inhala la vida misma.

La aplicación de la inteligencia artificial (IA) al ámbito de la pintura y el arte ha supuesto una verdadera revolución en los últimos años. Aquí te presento un análisis detallado de cómo la IA está transformando este campo:

Generación de arte IA:

Modelos de IA generativa como DALL-E, Midjourney y Stable Diffusion han demostrado la capacidad de generar imágenes artísticas fotorrealistas a partir de simples descripciones de texto. Estos modelos han ampliado enormemente las posibilidades creativas, permitiendo a los artistas explorar ideas y conceptos que antes eran difíciles de materializar.

Algunos artistas han adoptado estas herramientas de IA como parte de su flujo de trabajo creativo, combinándolas con técnicas tradicionales.

Algoritmos de IA pueden analizar las características estilísticas de obras maestras y aplicarlas a nuevas imágenes, permitiendo la creación de piezas que emulan de manera convincente estilos artísticos históricos.

Esto ha abierto nuevas oportunidades educativas y de experimentación, permitiendo a los artistas y estudiantes aprender sobre técnicas y estilos del pasado.

Asistencia en el proceso creativo:

Herramientas de IA pueden proporcionar sugerencias e inspiración a los artistas, por ejemplo, mediante la generación de bocetos iniciales o variaciones sobre un tema.

Algunos sistemas de IA pueden analizar obras de arte existentes y proponer composiciones, paletas de color o efectos visuales interesantes.

La IA también puede facilitar tareas tediosas como la selección de fondos, superposición de texturas o aplicación de efectos.

Autenticación y atribución:

Modelos de IA pueden analizar el estilo, la técnica y otros rasgos característicos de obras de arte para ayudar en su autenticación y atribución a artistas específicos.

Esto tiene importantes implicaciones en el mercado del arte y en la preservación del patrimonio cultural.

Si bien la IA plantea interrogantes sobre la autoría y la autenticidad del arte, también abre emocionantes posibilidades creativas. La integración de estas tecnologías en los procesos artísticos está transformando profundamente el panorama del arte contemporáneo.

Más allá de la generación de arte:

Además de generar imágenes artísticas a partir de descripciones de texto, la IA también se est

á aplicando a otros medios creativos como la música, la escultura y los diseños 3D.

Modelos de IA pueden componer música original, diseñar objetos 3D complejos o incluso generar guiones y diálogos para el cine.

Esto abre nuevas posibilidades para la colaboración entre humanos y máquinas en el proceso creativo.

Personalización y adaptación:

Los sistemas de IA pueden aprender los estilos y preferencias individuales de los artistas, permitiéndoles crear obras que se ajustan a su «firma» visual única.

Algunas herramientas de IA pueden adaptarse al nivel de habilidad y experiencia del usuario, sirviendo tanto a principiantes como a profesionales avanzados.

Esto permite que artistas de todos los niveles puedan beneficiarse de estas tecnologías y expandir sus capacidades creativas.

Impacto en la educación artística:

La IA se está integrando cada vez más en la enseñanza y el aprendizaje del arte, por ejemplo, en la retroalimentación automatizada sobre técnicas, composición y estilo. Los estudiantes pueden experimentar con herramientas de IA para explorar nuevas ideas y estilos, acelerando su desarrollo creativo. Los educadores también pueden usar la IA para analizar el progreso de los estudiantes y personalizar sus planes de estudio.

Implicaciones éticas y legales:

El uso de IA plantea interrogantes sobre la autoría, la autenticidad y la originalidad de las obras de arte.

Surgen debates sobre la propiedad intelectual y los derechos de autor cuando la IA se involucra en la creación artística. Es importante abordar estos desafíos éticos y legales a medida que la IA se integra cada vez más en el mundo del arte. En resumen, la IA está transformando profundamente la creación artística, abriendo nuevas posibilidades creativas, pero también planteando importantes cuestiones éticas y legales que deben ser abordadas cuidadosamente.

Arturo Vigil Miscelánea de una naturaleza ecléctica

Arturo Vigil, que es conocido por sus impresionantes fotografías de la naturaleza, especialmente las submarinas, hoy nos presenta una serie de macros y fotos de anfibios con piel suave y húmeda como las ranas con sus patas traseras largas para saltar, con esa capacidad de poder vivir tanto en el agua como en la tierra. Insectos con alas grandes y coloridas como las mariposas. Moluscos como los caracoles de campo, esos que se mueven lentamente usando un pie muscular produciendo baba para facilitar el movimiento. Insectos del gran grupo de artrópodos, escarabajos, entre otros. Insectos con un solo par de alas y grandes ojos compuestos como las moscas domesticas o de la fruta, conocidas por su capacidad de volar rápidamente y por ser también vectores de enfermedades, también esos insectos alargados con dos pares de alas transparentes y grandes ojos compuestos como las libélulas. Plantas carnívoras esas que obtienen algunos o la mayoría de sus nutrientes al capturar y consumir insectos y otros animales pequeños. Tampoco faltan las arañas, esos arácnidos con ocho patas, cuerpos segmentados en dos partes principales (cefalotórax y abdomen) y la capacidad de tejer telas de araña. En sus fotos puede apreciarse ese tipo de fotografía que se especializa en capturar sujetos a una escala muy cercana, revelándonos detalles que normalmente son invisibles a simple vista, Esta técnica es especialmente popular para fotografiar insectos, flores, gotas de agua, y otros pequeños objetos y organismos y popularmente la conocemos como macrofotografía. En el número anterior Eimar Kull nos regaló un excelente trabajo sobre esta temática fotográfica. Arturo nos regala este mes este tipo de fotografía que no es solo visualmente impresionante sino una manera maravillosa de explorar y apreciar como él sabe, la complejidad de la naturaleza y sus entornos cotidianos. Realmente es fascinante destacando por su belleza, nos abre una ventana a un mundo que casi siempre nos pasa desapercibido. En este trabajo destacan también los colores vivos y contrastes, las composiciones y enfoques creativos, su versatilidad y conexión con la naturaleza, sus trabajos nos permiten ver y apreciar lo extraordinario en lo ordinario.

Yukari Chikura

Yukari Chikura nació en Tokio, Japón. Después de graduarse de la universidad de música. Se convirtió en compositora musical y programadora informática. Es la ganadora del PREMIO DEL LIBRO STEIDL y su trabajo ha sido publicado por STEIDL. Fue seleccionada como “FOTOFEST Descubrimientos del Lugar de Encuentro 2018”. Ganó los premios LensCulture Emerging Talent Awards 2016, Sony World Photography Awards, Photolucida Critical Mass TOP50 2016 y 2015, entre otros. Su trabajo ha sido publicado por New York Times, Guardian entre otros. Realizó 12 exposiciones individuales y colectivas en museos y galerías de todo el mundo. Algunos proyectos se han recopilado en el Museo Griffin de Estados Unidos y en la Biblioteca Nacional de Francia.

ZAIDO

Este libro es la preservación por parte de Yukari Chikura de la festividad ritual japonesa "Zaido" de 1300 años de antigüedad. Después de una serie de tragedias que incluyen la muerte repentina de su padre, su propio accidente crítico y el terremoto y tsunami de Tohoku en 2011, Chikura recuerda cómo su padre se le acercó en un sueño y le dijo: "Ve a la aldea escondida en lo profundo de la nieve donde yo vivió hace mucho tiempo." Y así, cámara en mano, emprendió un peregrinaje restaurador al noreste de Japón (el primero de numerosos viajes), del que resultó este libro.

Chikura llegó al pueblo, surrealistamente plateado en la nieve y la niebla, y allí descubrió Zaido, donde los habitantes de diferentes pueblos se reúnen el segundo día de cada año nuevo y realizan una danza ritual para inducir la buena fortuna. Los intérpretes dedican su danza sagrada a los dioses y se someten a severas purificaciones. Combinando fotografías de paisajes nevados que rozan la abstracción con imágenes de las intrincadas máscaras y trajes de Zaido, Chikura representa la diversidad cultural de los participantes, así como su vínculo común para crear una memoria colectiva y garantizar la supervivencia de este ritual.

Descubrimiento del FotoFest por Ann Jastrab

Hay algo en la sorpresa de una revisión de cartera que nunca pasa de moda. Como crítico, me siento detrás de una mesa cubierta con un mantel blanco, esperando expectante a que aparezca el siguiente artista. Aunque me envían mi agenda con anticipación, rara vez miro la lista de artistas. Me gusta el misterio de no saber qué obra está por presentarme. Acabo de regresar de FotoFest en Houston; este es el abuelo de todas las revisiones de carteras que existen en la actualidad. La primera Bienal se celebró en 1986 y se ha ampliado para incluir un programa educativo durante todo el año, una sólida programación de exposiciones fotográficas itinerantes, programas de intercambio internacional y publicaciones. La Bienal FotoFest y los programas de arte son conocidos como plataformas para ideas y descubrimientos. Las exposiciones bienales comisariadas por FotoFest dan prioridad a las obras de fotógrafos importantes, pero menos conocidos, de Estados Unidos y de todo el mundo. Además de las exposiciones, la Bienal presenta una amplia reseña de portafolios, una serie de películas y videos, conferencias, instalaciones multimedia y una subasta de letras pequeñas. Y para mí, FotoFest ofrece un tesoro de artistas para revisar, así como una gran cantidad de proyectos que de otro modo nunca tendría la oportunidad de ver.

Uno de esos artistas es Yukari Chikura de Japón. Había vislumbrado diez de sus imágenes en el concurso Critical Mass el año pasado, así que cuando se sentó en mi mesa y abrió su caja de impresiones, sentí una oleada de reconocimiento y quedé instantáneamente satisfecho con el portafolio de este ganador del Top 50 (es un honor y recompensa por ser seleccionado para el Critical Mass Top 50 ). La imagen característica de una procesión de figuras vestidas tradicionalmente caminando a través de un paisaje invernal de amanecer azul fue suficiente para dejarme sin aliento.

En el país de Chikura, el Gran Terremoto del Este de Japón ocurrió a las 2:46 pm del 11 de marzo de 2011, provocando terribles olas de tsunami y un desastre nuclear. También tuvo un grave impacto en las tradiciones japonesas locales y la cultura regional que se han desarrollado

y conservado durante muchas décadas y siglos. Una de estas tradiciones es el Zaido , un ritual que se conserva desde hace más de 1300 años.

En el ritual Zaido, quienes dedican esta danza sagrada a los dioses se llaman Noshu. Deben purificarse religiosamente absteniéndose de carne, práctica llamada Shojinkessai. Además de evitar la carne, se les imponen muchas clases de reglas estrictas. Por ejemplo, a los Noshu se les prohíbe acostarse con sus esposas durante el Shojinkessai. Los Noshu deben evitar nacer en sus hogares. Algunos Noshu tienen que continuar con Shojinkessai durante 48 días.

Como espectador, sentí que me dejaban entrar en un mundo secreto. Uno muy alejado de aquella mesa de revisión en Houston, Texas. Tenía muchas preguntas sobre lo que significaba este ritual y tradición, pero sobre todo, me sentí transportada por la belleza y sensibilidad de las fotografías de Chikura y lo que revelaron.

Zaido se ha enfrentado a muchos desafíos para su supervivencia a lo largo de la historia, como incendios, robo de artefactos y falta de sucesores debido a la baja tasa de natalidad. En la sociedad moderna practicar Shojinkessai es muy difícil.

Eva Chupikova

Eva es una ilustradora y fotógrafa independiente que vive en la República Checa. Nació y creció en la región montañosa del norte de Eslovaquia y, después de obtener su título en filosofía, comenzó una carrera como diseñadora gráfica e ilustradora independiente especializada en literatura infantil.

Eva ha estado íntimamente relacionada con la fotografía desde 2016. Su obra se enmarca en el género del retrato artístico y la fotografía de paisaje minimalista. Un enfoque minimalista, la ausencia de colores, el énfasis en el espacio y la textura conectados con un lienzo a veces casi en blanco proporcionan a Eva los medios necesarios para expresarse visualmente de forma creativa. “Como fotógrafo, busco la belleza en líneas y formas geométricas básicas, que están unidas en armonía con la elusiva variabilidad y diversidad de las formas naturales y orgánicas. La fotografía, para mí, es un medio de capturar una versión destilada de la realidad. Sirve como herramienta para buscar y develar conexiones purificadas, libres del ruido de información y estímulos superficiales que inundan nuestros sentidos y experiencias. A través de la lente, me esfuerzo por aislar y revelar los elementos esenciales que de otro modo podrían pasar desapercibidos en el caos de la vida cotidiana. Cada imagen creada es un acto deliberado de reducir las distracciones, permitiendo a los espectadores sumergirse en la simplicidad y la armonía del momento”.

La fotografía conceptual de retratos y autorretratos de Eva está estrechamente entrelazada con su profesión como ilustradora. Mediante el uso de técnicas como el trazo, el dibujo o el collage, es capaz de infundir en sus retratos elementos surrealistas y simbólicos, difuminando las líneas entre la realidad y lo imaginario. El tema principal del retrato fotográfico de Eva es una figura o un rostro de expresión reducida, y sirve como marco inicial, contra el cual se desarrolla a modo de indicios un fugaz momento de conciencia.

Como fotógrafa, Eva se siente atraída por crear series en lugar de imágenes únicas. Una serie le brinda la oportunidad de desarrollar sus conceptos y articular sus visiones estéticas a través de una secuencia de imágenes complementarias. Al desarrollar una serie, Eva entreteje un tema visual que trasciende las limitaciones de una sola fotografía, permitiendo expresar su intención fotográfica de una manera más matizada.

Eva ha recibido numerosos premios internacionales y su trabajo ha aparecido en diversas revistas. En 2022, Eva recibió el gran premio, el «Grand Prix Gold Star Award», por la serie «Leaving» en los prestigiosos premios internacionales ND Photography Awards, por el que Eva recibió el título ND Discovery of the Year 2022.

eva chupikova

Premios

• Czech Art Photo 2024, Cena za umělecký přínos fotografii

• Czech Art Photo 2024, bronzová medaile, categoría

• Bellas Artes Premios de fotografía artística, 2024, Ganador del 1er lugar, categoría Paisaje, Curvas de fiordos

• Premios de fotografía artística, 2024, Nominación en la categoría Conceptual, Nevermore

• Premios de Fotografía Bellas Artes, 2024, Nominación en la categoría Conceptual, Teeming grounds

• Premios de Fotografía Bellas Artes, 2024, Nominación en la categoría Arquitectura, Living in the Fjords

• Premios Anuales de Fotografía 2024, Ganador del tercer lugar, Bellas Artes/ Conceptual, “Nevermore”

• Premios Anuales de Fotografía 2024, Mención de Honor, Bellas Artes/Lugares y Espacios, “Donde los árboles tocan las flautas”

• Tokyo International Foto Awards, 2023, Mención de Honor, Categoría Bellas Artes-Collage / No profesional, “ Nevermore”

• Tokyo International Foto Awards, 2023, Mención de Honor, categoría Bellas Artes-Paisaje/No profesional, “Curves of Fjords”

• Tokyo International Foto Awards, 2023, Mención de Honor, Categoría Bellas Artes-Paisaje/No profesional, “ Unzip and Breathe”

• ND Photo Awards 2023, 3er lugar Premio Estrella de Bronce, No profesional/Paisaje marino, categoría Paisaje acuático, “Net”

• ND Photo Awards 2023, Mención de honor, categoría No profesional/Paisaje artístico-Paisaje, “Edge of the Winter Sky”

• Premios Internacionales de Fotografía 2023, 3er premio, No profesional / Bellas Artes, Abstracto, “Net”

• Premios Internacionales de Fotografía 2023, Mención de Honor, No profesional / Bellas Artes Minimal/ Minimalismo, “Edge of the Winter Sky ”

• Premios de fotografía artística 2023, nominación en la categoría Paisaje marino amateur, “Net”

• Premios de fotografía artística 2023, nominación en la categoría Paisaje marino aficionado, “Borde del cielo invernal”

• Premios de fotografía minimalista 2023, quinta edición, “Borde del Winter Sky”, Mención de honor en categoría de paisaje

• Minimalist Photography Awards 2023, 5.ª edición, “Unzip and Breathe”, Mención de honor en categoría de larga exposición

• ND Photo Awards 2022, 1.er lugar y Gold Star Award en Bellas Artes/Conceptual, ND DISCOVERY DEL AÑO 2022, «Leaving»

• ND Photo Awards 2022, 2.º lugar y premio Silver Star en la categoría No profesional/Bellas Artes/Paisaje, «Sirenas de invierno»

• ND Photo Awards 2022, Mención de honor en No profesional/Bellas Categoría Arte/Paisaje, « Brush´n´ink»

• Tokyo International Foto Awards 2022, Ganador de bronce en la categoría Bellas Artes - Retrato

• Premios Internacionales de Fotografía 2022, Mención de honor, categoría Paisaje no profesional/Bellas Artes, Sirenas de invierno

• Internacional Premios de Fotografía 2022, Mención de Honor, categoría No profesional / Bellas Artes Minimal/Minimalismo, Brush´n´ink

• Premios Internacionales de Fotografía 2022, Selección Oficial, categoría no profesional / Bellas Artes/ Retrato, Leaving

• Prix de la Photographie Paris 2022, Bronce en la categoría Bellas Artes / Personas, No Profesional PX3, Leaving

• Premios de Fotografía Minimalista 2022, 4.a edición , Leaving, Mención de Honor en categoría Retrato

• Premios de Fotografía Minimalista 2022, 4ta edición, Fanal, Mención de Honor en categoría Bellas Artes

• Premios de Fotografía Minimalista 2022, 4ta edición, Brush´n´ink, 2do lugar en categoría Paisaje

• Premios de Fotografía Minimalista 2022 , 4ta edición, Sirenas de Invierno, Mención de Honor en la categoría Bellas Artes

• Premios de Fotografía Bellas Artes 2022, 2do Lugar en la categoría Paisaje Amateur, Sirenas de Invierno

• Premios de Fotografía Bellas Artes 2022, Nominación en la categoría Paisaje Amateur, Highland Fields

• Fotografía Bellas Artes Awards 2022, Nominación en la categoría Amateur Fine Art, Silent Requiem

• Fine Art Photography Awards 2022, Nominación en la categoría Amateur Fine Art, Leaving

• Monochrome Photography Awards 2022, Mención de honor en la categoría Fine Art, Marker

• Minimalist Photography Awards 2021, Mención honorífica en categoría paisaje, Serie Horizon Unexpected

• Minimalist Photography Awards 2021, Mención de honor en categoría paisaje, Cisnes

• Medios de comunicación

• The Independent Photographer, premio de retrato, selección de los editores de mayo de 2024

• Beautiful Bizarre Magazine 2024, artículo

• Black&White Minimalist Magazine/libro anual 2023, fotografía de portada, artículo

• Revista Edge of Humanity, artículo, 2022

• Loves Art Will Travel (A blog de viajes, arte y diseño para el minimalista contemporáneo), entrevista, 2022

• Black&White Minimalist Magazine/número 35, foto de portada+portafolio 2021

• Black&White Minimalist Magazine/número 32, una foto

• Exposiciones

• Space Café, Anděl, Praga, marzo-junio de 2024 (solo) The Glasgow Gallery of Photography , exposición de retratos, abril de 2024 (grupo) Ferentino Foto Festival, Italia, 9-11 de septiembre de 2022 (grupo)

Manuel Besse

Manuel Besse (Francia, 1964) es un fotógrafo versátil, conocido por sus retratos en blanco y negro, imbuidos de una resonancia universal, capturados en Estados Unidos, Brasil, Canadá y Eurasia. Su exigente búsqueda de la autenticidad se refleja en la delicadeza con la que captura rostros, siluetas y atmósferas. Influenciado desde niño por el documental de Don McCullin sobre la guerra de Vietnam, comenzó su carrera fotográfica a principios de los años 1980, ganando el Primer Premio Polaroid en la École Nationale Supérieure Louis-Lumière. Luego enriqueció sus conocimientos en fotografía, videografía, bellas artes y etnología en la Académie Charpentier y en la École du Louvre, bajo la dirección de Maurice Bitter, figura emblemática del periodismo. Su continua exploración lo llevó a Brasil, Centroamérica y el Amazonas, donde, en 1987, fue el primer francés en documentar las minas de oro de Serra Pelada. Fotógrafo independiente para Cosmo International y Sipa Press, se unió a las misiones del ejército colombiano contra los narcotraficantes en el Amazonas. Estas experiencias enriquecieron su perspectiva y lo llevaron por la Guayana Francesa, Argentina, Venezuela y Surinam, donde navegó por el río Maroni con la Legión Extranjera, explorando territorios poco conocidos.

En la década de 1990 viajó a los Dolomitas, Canadá y el Círculo Polar Ártico, consolidando su compromiso con la preservación de la naturaleza y las culturas locales. Premiado en 1994 por su documental «À quoi ça rime?», Manuel Besse continúa sus viajes, capturando y restaurando su diversidad a través de impactantes imágenes que reflejan su propia lectura del mundo.

En 1972, a los ocho años, el joven Besse fue cautivado por un documental sobre la Guerra de Vietnam, documentado por el famoso fotógrafo británico Don McCullin. Este descubrimiento despierta en él una pasión por la fotografía. Su padre, captando este interés, le ofrece una caja de zapatos perforada con un agujero, iniciando así a su hijo al estenopedo, el ancestro de la cámara oscura. Sorprendido por este instrumento rudimentario y esta sencilla pero reveladora iniciación, Manuel Besse da sus primeros pasos en el arte de la fotografía, estableciendo el escenario para su futuro artístico.

En 1975, el joven se reunió con el periodista y escritor Maurice Bitter en la Librairie du Pacifique en París, una reunión que resultó decisiva. Este último se convierte en su mentor, inculcando un conocimiento abierto y valioso. Con esta influencia, Manuel Besse se unió a la Escuela Nacional Superior Louis-Lumière, donde ganó el Primer Premio Polaroid, y luego continuó sus estudios en la Academie Charpentier y la Escuela del Louvre. Perfeccionó sus habilidades en fotografía, videografía, beauxarts y etnología, participando en numerosas exposiciones con sus compañeros. Tres días después de sus 18 años, el fotógrafo voló a Brasil, su “Eldorado”. Durante los años ochenta exploró Centroamérica y se convirtió en 1987 en el primer francés en documentar fotográficamente las minas de oro de Serra Pelada en el Amazonas. Sus exploraciones lo llevaron a Argentina, Guyana, Venezuela y Suriname, donde navegó el río Maroni con la Legión Extranjera. En los años 90 viajó por los bosques y montañas de Europa, los Dolomitas, Canadá y el Círculo Ártico, donde su compromiso físico estará completo. Se convirtió en fotógrafo independiente de Cosmo Internacional y Sipa Press, y acompañó al ejército colombiano en operaciones contra narcotraficantes en el Amazonas.

Siempre en busca del dedo del diablo, el artista visionario nutre una pasión eterna por las religiones primitivas, la etnología y las artes tempranas. Visceralmente conectado a lo vivo, contemplativo en esencia, pasa la mayor parte de su tiempo libre en la Naturaleza, su elemento. Está muy comprometido con preservar el medio ambiente y sensible a las cuestiones sociales y desea contribuir a la integración, preservación y restauración de la información memorial visual, reflejando su propia lectura del mundo.

Manuel Besse, autor de numerosos documentales y cortometrajes, incluyendo «¿Qué es la rima?», premiado en 1994, continuó sus viajes en Labrador, Alaska y Estados Unidos. En 2022, se dedicó a organizar su vasta biblioteca de fotos, culminando en el lanzamiento de Éditions Hupsoo Book en 2023. El artista visual, cofundador y director artístico de Hupsoo Arts desde 2021, está trabajando actualmente en una película documental en el Círculo Polar Canadiense y en nuevos proyectos fotográficos.

En 2023, fue galardonado con la prestigiosa revista AAP, distinguiéndose entre los mejores fotógrafos del mundo de la categoría “blanco y negro”. Recientemente, sus obras fueron expuestas en Buenos Aires y fue finalista de la Competencia Internacional de Fotos en Saint-Tropez en mayo de 2023. Una de sus fotografías capturadas en el Amazonas fue seleccionada por la ONU, dando fe de su talento y su impacto estético.

manuel besse

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Artista invitada del mes

Katharine Cooper

Katharine Cooper, nacida en 1978 en Grahamstown, en el Cabo Oriental de Sudáfrica, se mudó muy joven a Zimbabwe, donde completó sus estudios. En 1998, se trasladó al Reino Unido para proseguir sus estudios de fotografía, antes de aterrizar finalmente en la Escuela Nacional de Fotografía de Arlés, donde se graduó con honores en 2004, en particular por su película “Family Archive”. Katharine trabajó como impresora interna del fotógrafo Lucien Clergue, en su taller de Arles, desde 2004 hasta su muerte en 2014. Su trabajo ha sido expuesto en varias exposiciones colectivas y comprado por coleccionistas de arte de todo el mundo. Katharine Cooper imparte regularmente talleres en la región de Arlés, cuyos paisajes de Camarga y sus fuertes vientos le recuerdan a su tierra natal. En 2012, Katharine Cooper recibió el Premio de Fotografía de la Academia de las Artes por su serie “White Africans”, que se presentó en París en octubre/noviembre de 2013.

Viajes por Siria 2015 - 2018

Damasco, Crac des Chevaliers, Tartous, Isla de Arouad, Amrit, Mhardeh, Ma’aloula…

Africanos blancos 2013

“Las fotografías de Katharine Cooper cuentan parte de la historia de dos de los mayores acontecimientos políticos del África moderna: el colapso del apartheid en Sudáfrica en 1994 y la expulsión de los agricultores blancos de sus hogares en Zimbabwe por parte de Robert Mugabe y su partido ZANU-PF. en 2000. Estos episodios separados, con profundas raíces en el pasado colonial de África, revirtieron siglos de privilegio racial sancionado por el gobierno. Si bien muchos africanos blancos continuaron prosperando después de estos cambios, otros han experimentado profundos cambios de suerte. Se ha estimado que hasta el 10%, o 450.000 blancos en Sudáfrica, viven ahora por debajo del umbral de pobreza. En Zimbabwe, muchos simplemente se han ido...

La decisión de centrarse en una de las numerosas minorías del sur de África es consciente, pero no debe confundirse con un triunfalismo o una apología de la empresa colonial. Por el contrario, la historia de los africanos blancos, aunque única, es en un sentido importante la historia de toda la diáspora. La cuestión de la pertenencia es universal. Hogar es un término complejo, que sentimos en nuestros músculos, pero difícil de definir. Entendemos cuando lo hemos perdido, pero rara vez conocemos sus verdaderas fronteras”.

Peshmerga kurdo 2015

“Uno de los comandantes peshmerga más respetados en el frente al oeste de Kirkuk es un hombre bigotudo llamado Hussein Yazdanpana. Cuando los medios occidentales notaron que se parecía al dictador soviético Joseph Stalin, se hizo conocido en el extranjero como el “Stalin kurdo”. Vicepresidente del Partido de la Libertad del Kurdistán, Yazdanpana es del Kurdistán Oriental, lo que en kurdo se llama Rojhilate.

Yazdanpana representa una larga tradición de lucha kurda por la libertad. Sus posiciones se extienden a lo largo de la cadena de colinas de Batel, con búnkeres y puestos de tiro excavados en la cima. Detrás de sacos de arena hay dos morteros. Las mujeres Peshmerga, que constituyen un tercio de su unidad, hacen guardia, observando la luz brumosa y las colinas de tierra. En algún lugar ahí afuera está ISIS”.

Kosovo 2016

“Si se habla de Kosovo, su nombre completo Kosovo-Metohija, no es posible ignorar el pasado de esta región, el pasado antiguo, la historia cultural y religiosa, la historia de la identidad serbia y ortodoxa, siempre presente a través de los innumerables y monumentos muy antiguos, iglesias, monasterios serbios que se encuentran por toda la provincia, pero también el pasado reciente, y especialmente los acontecimientos de los años 1990 que culminaron en 1999 durante la guerra que se impuso a Serbia, con el apoyo de la OTAN y la Unión Europea para la rebelión albanesa del ELK…. Las Naciones Unidas no reconocen a la llamada “República de Kosovo”, que aún no es reconocida por un gran número de Estados en el mundo, incluidos los Estados europeos que son miembros de la Unión Europea… Este nuevo “Estado” nace así de una guerra injusta, provocada en el continente europeo contra un Estado europeo, ciertamente no miembro de la Unión, por otros Estados europeos, controlados remotamente por los Estados Unidos de América, para “castigar” Serbia por querer

mantener el principio mismo de su soberanía e integridad territorial combatiendo una rebelión armada que se desarrolla en la provincia de Kosovo y Metohija…

Esta agresión de la OTAN contra Serbia por Kosovo en 1999 constituye una violación del derecho internacional, una violación del respeto a la soberanía de los Estados, una violación del respeto intangible de las fronteras.

Y este Estado títere sin recursos identificados –insostenible como tal– es ahora una fuente de tensiones muy fuertes en todos los Balcanes. Lo vemos todos los días o casi…

Kosovo y Metohija son parte integral e inalienable de la República de Serbia.

Que tenga cierta autonomía es perfectamente concebible, pero respetando la soberanía del Estado serbio.

Esto último debe restaurarse y la Unión Europea crecerá ayudando con toda su influencia.

Sería el único medio real de garantizar a las generaciones futuras de esta parte de Europa una paz justa y duradera.

Por último, permítanme añadir que la reconciliación entre las diferentes comunidades que pueblan Kosovo sólo es posible si se restablece toda la verdad de la historia y se definen bien las responsabilidades de cada una.

Por eso me parece fundamental que el procedimiento judicial iniciado en la Unión Europea hace unos años, en 2013, en relación con los crímenes de guerra del ELK y, en particular, los abominables crímenes de tráfico de órganos denunciados en el Informe Dick Martí, que se esperaba que diera resultados en 2015, serán reactivados y completados…”

Radiacion

Serie iniciada en 2011 tras el desastre nuclear de Fukushima. Inspirados en la técnica de solarización de Lee Miller, los negativos se alteran permanentemente mediante una fuga de luz intencionada durante el revelado.

Alepo mon Amour 2017-2018

“Katharine est allée chercher l’inocence dans le respect des enfants qui jouent dans les rues qui leur appartiennent; la fierté dans l’attitude des hommes blessés, la determinación sur les visages des femmes. La sensación de estrés no existe en Alep en la mirada del fotógrafo. Juste le témoignage de ce qui est là, devant nos yeux. Un grand peuple bien vivant qui reconstruit, qui danse, qui fume, et vous invite à boire le thé.

“Katharine fue a buscar la inociencia en relación con los niños que juegan en las calles que les pertenecen; orgullo por la actitud de los hombres heridos, determinación en los rostros de las mujeres. La sensación de estrés no existe en Alepo en la mirada del fotógrafo. Sólo el testimonio de lo que hay, ante nuestros ojos. Una gran gente viva que reconstruye, baila, humo, y te invita a tomar té.

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Viaje por Siria

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

Africanos blancos

mon amour

mon amour

mon amour

Alepo, mon amour

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