N° 69

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PATRIA

ZAPOTECA AÑO II

No. 69

17 DE NOVIEMBRE 2013

SUPLEMENTO CULTURAL

+ Gráficos Manos Sucias Crew Pág. 8

Mural en honor a Roy Luis, emblemático músico unidalguense, elaborado por el Colectivo Chiquitraca, por encargo de Estéreo Rey del Istmo 98.3, FM. Fotografía.- Jacciel Morales

Nuestros Pueblos, Nuestra Historia por Estéreo Rey del Istmo, 98.3 FM - A partir de la segunda semana de noviembre estará transmitiéndose desde Unión Hidalgo todos los jueves de 17:00 a 18:00 horas Pág. 3

BIBLIOTECA DIGITAL DE HISTORIA ZAPOTECA

REVISTA GUIDXIZÁ

Crónica de un viaje a la cercana pero remota tierra de los monteok

Milicias afromestizas en la región istmeña durante la época colonial

Rafael Gamboa, sueños y canciones. Trigésimo tercer programa radiofónico

Beatriz Cruz López

Juquila A. Ramos Muñoz

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Gerardo Valdivieso

REDES SOCIALES El 20 de noviembre de 1910 inició el movimiento armado que derrocó al General Porfirio Díaz, Presidente de la República, seis meses después. Francisco I. Madero encabezó dicho levantamiento. Sin embargo, fueron innumerables personajes quienes crearon las condiciones políticas para tal rebelión, entre quienes sobresalen los hermanos Flores Magón. Con ellos colaboró el profesor zapoteca Adolfo C. Gurrión, originario de Juchitán.

+3 = 542 +16 = 876 +6= 1021 +12 = 1103 +1 = 1111 +25 =1238 +17 = 1269 +26 = 1289 +6 = 1,539 +9 = 1,555 +12 = 1,677 +4 = 1, 722 +25 = 1, 879

NUESTROS PUEBLOS, NUESTRA HISTORIA

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GUIDXIZÁ

Foto: Comisión de Registro Fotográfico

SUPLEMENTO CULTURAL

17 DE NOVIEMBRE 2013

Jóvenes compañeras del Comité Melendre (dos integrantes y una voluntaria) durante la presentación de la Revista Guidxizá en la Casa de la Cultura de Juchitán. Agosto de 2012.

“La música, el saber histórico, el idioma zapoteco y la literatura son algunos de los pilares de nuestra cultura. Sostienen la casa que nos da cobijo”.

L

a divulgación de nuestra cultura zapoteca es tarea primordial para el Comité Melendre. A lo largo de varios años hemos aprendido a valernos de distintos medios, como el papel y las actividades culturales. Pero tampoco desdeñamos el uso del Internet y las nuevas tecnologías. Desde hace un tiempo producimos un programa radiofónico, que hace cuatro años y medio adoptó el nombre de Nuestros Pueblos, Nuestra Historia, en donde hemos tenido oportunidad de dar a conocer episodios históricos relevantes para nuestro pueblo. Nos alegra sobremanera poder hermanarnos con una radiodifusora de Unión Hidalgo, que de manera altruista cederá una hora en su programación para que los temas, cantos e invitados nuestros lleguen a más paisanos. En esta ocasión Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos comparte un relato de Ge-

rardo Valdivieso Parada, escritor juchiteco que visitó la tierra de los hombres de mar, los ikoots. El texto se publicó originalmente en la Revista Guidxizá hace algunos años. Beatriz Cruz, Responsable de la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca recomienda un artículo acerca del pasado colonial de la región istmeña, que trata de milicias y una minoría étnica de la que sabemos poco. Juquila Ramos nos invita a escuchar la más reciente emisión del programa radiofónico del Comité Melendre, en la que se tuvo de invitado a Rafael Gamboa. En los Gráficos presentamos a Manos Sucias, colectivo de Santo Domingo Tehuantepec. La música, el saber histórico, el idioma zapoteco y la literatura son algunos de los pilares de nuestra cultura. Sostienen la casa que nos da cobijo. Mientras algunas paredes se agrietan, estos pilares la mantienen en pie. Por ello es importante fortalecerlos. Tlalok Guerrero Luis · Guiee Niza López Castillo · Maura Matus Ortega · Andrea Antonio Montaño · Alexis de la Cruz Tónchez · Maritza Elena Enríquez Licón · Helen Toledo Castillejos · Andrés A. Sánchez Cruz · Liliana Fuentes Cervantes · María Martínez Jaimes · Juan Carlos Gómez Rementería · Marco Antonio Guerra López · José Marconi Ruiz Gallegos · Karla Guzmán Martínez · Luis Manuel Amador · Gonzalo Jiménez López · Nadxielii López · Claudia Daowz · Juan Manuel López Alegría · Natalia Cruz · Clemente Vargas Vásquez.


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SUPLEMENTO CULTURAL

Nuestros Pueblos, Nuestra Historia por Estéreo Rey del Istmo, 98.3 FM A partir de la segunda semana de noviembre estará transmitiéndose desde Unión Hidalgo todos los jueves de 17:00 a 18:00 horas.

GUIDXIZÁ

DE LA REDACCIÓN

El programa radiofónico Nuestros pueblos, Nuestra Historia ―uno de los 12 Proyectos del Comité Melendre―, llega a la radio comunitaria Estéreo Rey del Istmo, a través del 98.3 de FM, en Unión Hidalgo, Nación Zapoteca. Después de haber alcanzado su meta anual, con invitados de lujo, como Javier Castellanos, Natalia Toledo, Tlalok Guerrero e Irma Pineda, y con 33 programas al aire, Nuestros pueblos, Nuestra Historia trae a ustedes otra buena noticia. A partir de la segunda semana de noviembre, Estéreo Rey del Istmo se suma a las estaciones que difunden la hora de la Nación Zapoteca dentro de la patria binnizá. Los pobladores de Ranchu Gubiña (Unión Hidalgo) podrán escuchar Nuestros pueblos, Nuestra Historia todos los jueves de 5 a 6 de la tarde, por esta frecuencia. Nos alegra de sobremanera que más estaciones de radio se sumen a este Proyecto del Comité Melendre, en el que pueden escuchar música, historia y todo el quehacer de los zapotecas. Les recordamos que nos pueden escuchar en Ixhuatán a través de Radio Guidxi Yaza; en Juchitán, a través de Radio Punto Crítico, Radio Comunitaria Totopo, Radio Ceseeo, Radio Guadalupana, en Xquenda Radio; en la ciudad de Ixtepec, por Radio Universitaria IESIT; en Laollaga, a través de Radio Manantial; en la población de El Espinal por Xtiidxanu Radio; en Xadani y Álvaro Obregón, desde Radio Xadani. Los habitantes de San Blas Atempa pueden sintonizarnos a través de Radio Dani Beedxe’; en la ciudad de Tehuantepec por Sandunga Stereo y Radio Guendalisaa; en los Valles Centrales llega el programa hasta San Pablo Güilá, mediante La Voz de Güilá, y en San Agustín Etla a través de Estéreo Manantial. Casi todas transmiten, también, por Internet, así que llegamos a más oídos a través de la tecnología. Todo con el fin de crear lazos entre todos los zapotecas. Los invitamos a sintonizarnos por su estación de radio favorita.

La radiodifusora toma el nombre en honor a Roy Luis, el Rey del Istmo, músico unidalguense

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El Comité Melendre es un colectivo de personas que busca la transformación positiva de la sociedad binnizá. Se fundó el 8 de mayo de 2004 por jóvenes zapotecas de diferentes comunidades. Realiza proyectos culturales y diversas actividades como recitales de música, torneos deportivos, conferencias, cine comunitario, publicación de libros y revistas. Tiene, además, un programa de radio llamado Nuestros Pueblos, Nuestra Historia y un suplemento cultural que circula cada semana con el nombre de Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos. El Comité Melendre desempeña cada una de sus acciones por medio del trabajo voluntario. Todos sus gastos económicos siempre han corrido a cuenta de sus integrantes, quienes aportan cooperaciones voluntarias.


PROYECTOS

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DATO Relato publicado en la Revista Guidxizá, Año III / Nº 11, Enero-Marzo de 2006. La Revista Guidxizá es una publicación cultural del Comité Melendre. Tiene el objetivo de servir de espejo al pueblo zapoteca y ser una ventana por donde el mundo pueda mirarnos con otros ojos. Es un espacio de creación literaria y visual, que impulsa a las nuevas generaciones de escritores y pintores. Es, también, el medio idóneo para difundir trabajos de investigación especializados en la historia y cultura zapoteca; tanto escritos por miembros de nuestra comunidad, como por conocedores originarios de otras latitudes.

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SUPLEMENTO CULTURAL

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REVISTA GUIDXIZÁ

Crónica de un viaje a la cercana pero remota tierra de los monteok Gerardo Valdivieso Parada Esa noche, Delfino Marcial Cerqueda iba a inaugurar una exposición en el centro nocturno Bugambilia. Para acompañar con música aquella exposición, en que no faltaban las imágenes marinas, acudimos en la mañana a la terminal de autobuses para recibir a unos señores que para el maestro Cerqueda evocaban mejor el espíritu de los sonidos del mar. Ya en la noche y a unas horas de la presentación, los cinco músicos, incluido el maestro Apolinar Figueroa, literalmente temblaban del nerviosismo, batallamos mucho para comprenderlos cuando nos hablaron del ambiente que existe en las ceremonias que presiden, hasta que el maestro Delfino mandó por botellas de ron y brandy, deduciendo que no hay ceremonia sin alcohol. Ese era el elemento que faltaba para que se sintieran como en casa y como si estuvieran en la celebración de Corpus Christi. Después de que desfilaron los músicos juchitecos, se anunció su actuación: “Los músicos tradicionales de San Mateo del Mar”. Dirigidos por el maestro Apolinar, quien empezó con la llamada de atención o registro en su flauta, se anunciaron los sonidos alternantes de los caparazones de tortuga, el redoblante y la tambora. El son del pez espada fue la primera pieza, grabada desde 1972 por Arturo Warman en un disco editado por el INAH y posteriormente interpretada por el grupo de Los Folkloristas, se escuchó inigualablemente en el escenario del Bugambilia. Sobre las caparazones de tortuga cabalgaron armoniosamente los cuernos de venado, ritmo mucho más elaborado que el cadi’pándeu, cadi’pándeu de los sones zapotecos sobre la tortuga, su ejecución implica coordinación de los dos ejecutantes, que realizan un ritmo intrincado. Acompañados del retumbar de los tambores de doble parche, dejaron muy atrás el elogio de Delfino. No eran simplemente sonidos marinos: en las piezas se podía escuchar los relámpagos de la batalla de los prodigiosos señores del rayo, los monteok, contra sus rayos enemigos, los monteok moel; y en otras se oía el roce de las enaguas sobre las nubes de las müm ncharrek, las señoras viento del sureste. Se suspendió el sonido de los caparazones, la flauta de tres orificios se sustituyó por una de siete para preparar la danza ritual “de la culebra”, en la que se imita los quejidos de la gran serpiente con cuerno ndiük , conocido por los binnizá como benda yuuze. Del vientre de las montañas nace este dragón con lengua de oro arrastrando consigo todo el poder de las corrientes del agua, su zigzagueante amenaza llevará a la hecatombe hasta que el señor del rayo, que la acecha entre las nubes, la llama desde el cielo, sólo para cortarle la cabeza de un flechazo. Como el cielo en la noche de las lagunas istmeñas es de los monteok, la noche en el Bugambilia fue de sus músicos. Discurrimos del bar a la casa de la poeta Natalia Toledo; ahí entre garnachas, tlayudas y caguamas, se armó tal barullo que los vecinos llamaron a la policía y si no fuera porque entre los escandalosos estaba el entonces senador Héctor Sánchez López, nos hubieran interrumpido la fiesta. Pasaron muchos años para cumplir la promesa que les hice a los músicos de San Mateo de visitarlos. Era la fiesta de La Candelaria cuando llegué al pueblo que está entre la laguna inferior y el mar vivo. Había un tianguis en el centro entre la Iglesia y el Palacio Municipal, dominado por los zapotecas. Compré unos icacos que me recordaron mi niñez y las arrugadas manos de mi abuela. Me encaminé a la iglesia. En la entrada estaban cuatro campanas, una de las cuales suscitó la pelea con los antiguos habitantes de Juchitán, en la que finalmente, otra vez los monteok, rápidos como los rayos que son, la rescataron para permanecer resguardada hasta ahora frente a su iglesia. En el atrio divisé al maestro Apolinar Figueroa que no se acordó de mí. Trataba de recordar los nombres de los demás músicos cuando nos interrumpió una persona que contrastaba con los demás que vestían sus mejoras ropas, aquella persona tenía la camisa y el pantalón sucios, el pelo y la cara sin lavar, como uno de esos borrachines que inoportuna para pedir una moneda; sin embargo sus gestos eran serios y el maestro le prestó mucha atención, como si fuera un mensajero importante. Fui invitado especial del maestro Poli, con derecho a entrar bajo la enorme campana junto a los demás músicos, que se persignaron ante dos viejas cruces que presiden en el campanario. Empezó la música pero sin los caparazones de tortuga, que son percutidos solamente en Corpus Christi, día cercano al solsticio. En el umbral vuelve la persona de aspecto desaliñado, saluda a todos: “Dios teat”, para luego comunicarle nuevos ordenamientos al maestro en su lengua.


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Todos se levantan y el maestro me dice, “vamos a la casa del mayordomo, ¿quieres ir?”, “por supuesto” le respondo. En la calle nos esperan los señores principales con sus bastones de mando, acompañados por los topiles, (los encargados de la seguridad, cargan con tremendos palos por cualquier inconveniencia). Los músicos y yo, encabezados por el maestro, nos dirigimos en procesión a la casa del Mayordomo, sin apresuramiento parando en cada lugar sagrado marcado con cruces o capillas en donde todos se persignan. Acompañando a la procesión, pero sin integrársele y que parecía dirigir a todos, era aquél hombre desarreglado, como si le fuera dado mandar ese día. Cuando llegamos a nuestro destino, todos entraron, menos los músicos. Quedé a la expectativa, hasta que salió de nuevo el señor harapiento que después de ordenar todo para la instalación de los músicos los invitó a entrar. El maestro me hizo un gesto con la cabeza y entré tras él. En el patio había una enramada de carrizo y piso de tierra a la que habían echado arena, se acomodaron unos bancos rústicos largos y una mesa grande. Los músicos empezaron a saludar a las personas presentes con su clásico saludo (“Dios teat” a los hombres y “Dios tma” a las mujeres), yo como no sabía esto aún, les di los buenos días, al cual me respondieron con un gesto de leve desconcierto. Me senté en uno de los largos bancos, (que me recordó otra vez mi niñez cuando en Juchitán se rentaban para los eventos sociales, hasta que llegaron las sillas de las cervecerías) a lado de los músicos. Los estaba oyendo platicar, cuando se acercó una señora, que después supe que era la mayordoma; saludó a todos, uno por uno “Dios teat”, “Dios teat” y “Dios...” suspendió su saludo al verme, pero tampoco se inmutó. No preguntó a nadie sobre mi procedencia ni de cómo llegué hasta su patio. Se mantuvo la plática un buen rato hasta que el maestro se levantó y salió de la casa, sin decirme nada. Lino Degollado me explicó, que la mayordoma pedía que tocaran con los caparazones, que sabía que no se acostumbraba pero rogaba hicieran una excepción; así que el maestro fue por los dos carapachos. Mientras se ordenaba la mesa y se colocaban las sillas, alguien efectúo un gesto afectivo indígena, extinguido ya en Juchitán, suplido por la llave del agua: ofrecer cubeta y jícara en mano, agua para lavarse. Un rito parecido al lavatorio de los pies se representó bajo aquella enramada. Mientras tanto en la mesa ya se colocaban tortillas y platos con cheguiña. Nos invitaron a la mesa y empezamos a comer. Cuando terminamos, el mismo señor de la cubeta de agua y la jícara hizo repetir el ritual. Ya de nuevo en nuestros lugares nos ofrecieron una jícara muy grande con espuma o bupu. Al rato llegaba el maestro con los caparazones y empezaron a tocar con entusiasmo. Llegaban los invitados, la mayoría al ver que se me trataba con familiaridad, desinhibidos por el mezcal que circulaba sin cesar, me hablaban en su lengua; cuando veían que no les entendía me preguntaban si no entendía “el idioma”, agotando conmigo sus conocimientos del castellano. Pasaron las horas, llegaban más personas que a veces sustituían a los músicos. Llegado un momento, las botellas de mezcal y los paquetes de cigarros entregados casi con reverencia al maestro Poli por aquel organizador de las formas, o sea el señor con aspecto descuidado, se agotó. Volvió la persona citada con una nueva reserva de mezcal y cigarros.

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‘Mujer de San Mateo’. Foto.- Ana Palacios.

El mezcal hacía sus efectos, mientras la tarde “se hacía hueso”. Hasta los más silenciosos se volvieron platicadores. Lo mismo se reía que se soltaba el llanto, hasta que llegó un momento crítico para los organizadores: se acabó el mezcal. Regresó otra vez el que tenía el aspecto de borrachín, frente al maestro Poli con un cartón en las manos, haciendo todo lo posible para que aquel indignado músico aceptara las cervezas. Nos acabamos las cervezas al tiempo. Nos llegó la noche y al sureste, en la montaña en donde se cree residen los monteok, estaba oscuro, resplandecía de vez en cuando por los machetazos de sus rayos entre las nubes. Recuerdo levemente que volvimos otra vez a la iglesia en donde se quemaron fuegos de artificio. De tanto mezcal y cerveza, no recuerdo haber realizado el largo camino de regreso; pero al siguiente día estaba en mi casa, con la flauta de carrizo de maestro Poli como regalo.


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BIBLIOTECA DIGITAL DE HISTORIA ZAPOTECA

Milicias afromestizas en la región istmeña durante la época colonial Beatriz Cruz López Esta semana la Biblioteca Digital de Historia Zapoteca, proyecto del Comité Melendre, recomienda el trabajo de Nayeli Cano titulado “Las milicias de pardos y mulatos en el Istmo de Tehuantepec”. Durante la época colonial los cuerpos armados sirvieron para cuidar las costas y sofocar rebeliones. Aunque en un principio se constituyeron por peninsulares, en el transcurso de los años se fue integrando a ellas gente local de diferentes mezclas raciales. En este artículo la autora explica cuál era la situación de los afromestizos de la región del Istmo de Tehuantepec que se integraron a la milicia: cuáles eran sus privilegios, cómo se organizaban, dónde vivían y cuáles eran los rangos que podían tener, así como las actividades que realizaban. También analiza cuáles fueron las acciones y reacciones de estos grupos frente al levantamiento insurgente que llevaría a la independencia de México. Se puede descargar desde: http://issuu.com/bibliotecazapoteca/docs/cano_milicias Ficha completa: Nayeli Cano, “Las milicias de pardos y mulatos en el Istmo de Tehuantepec”, Boletín del Archivo General de la Nación, Sexta Época, Núm. 24, abril-junio de 2009, pp. 89-108.

NUESTROS PUEBLOS, NUESTRA HISTORIA

Rafael Gamboa, sueños y canciones.Trigésimo tercer programa radiofónico Juquila A. Ramos Muñoz

Esta semana pudimos escuchar la trigésimo tercera emisión de Nuestros Pueblos, Nuestra Historia, programa radiofónico del Comité Melendre. Iniciamos noviembre con buenas noticias. Se suma una radiodifusora más a las transmisiones de la hora de la Nación Zapoteca. Damos la bienvenida a Estéreo Rey del Istmo, 98.3 de FM, desde Unión Hidalgo, Nación Zapoteca. Además, pudimos darles cuenta del viaje a la India de las cuatro abuelas de Cachimbo, Ixhuatán, que ya se encuentran capacitándose en el manejo de energía solar en el Barefoot College (Colegio Pies Descalzos) en Tilonia, Rajashtan, India. Xandu´ en el Panteón viejo se llevó a cabo con gran éxito el viernes primero de noviembre. Dentro de los ovacionados de esa noche se encuentra el invitado de esta semana. Rafael Gamboa, trovador y compositor originario de Cuautla, Morelos, Rafael Gamboa llegó a la región del Istmo para mostrarnos su música. Hace dos años pudimos conocerlo cantando en Xandu´ en el Panteón Viejo, recién llegado de su ciudad de origen. Con él platicamos a lo largo de este programa 33 de Nuestros Pueblos, Nuestra Historia, relatándonos cómo llegó al Istmo, su formación académica, el significado de sus canciones, etc. Tuvimos oportunidad de deleitarnos con seis de sus composiciones: Yo soy, Bendiciones, Lágrimas y risas, Cuéntame, Canción para un amor prohibido y, Si me miras. Los invitamos a escuchar este programa desde más de quince radiodifusoras, o a descargarlo desde Poderato.com o iTunes. También pueden escucharlo desde la página oficial del Comité Melendre www.comitemelendre.blogspot.com.


SUPLEMENTO CULTURAL

GUIDXIZÁ

CARTELERA

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DATO En esta sección compartimos anuncios de las actividades culturales organizadas por el Comité Melendre. También divulgamos informes de conferencias, cursos, talleres o convocatorias de varias instituciones académicas o culturales, relacionadas con el conocimiento de nuestra estirpe. Esperamos que este espacio sea de utilidad para que nuestros hermanos dispongan de información necesaria.


GUIDXIZÁ

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Manos Sucias Crew Es una agrupación de jóvenes oriundos de Santo Domingo Tehuantepec, Nación Zapoteca, cuyo interés principal es la gráfica callejera y la creación de imágenes a través de distintas técnicas, que van desde la pintura acrílica hasta el uso de aerosol. Manos Sucias Crew nace en el año 2004 por la inquietud de sus integrantes por realizar grafiti. En sus inicios lo componían cinco personas, pero con el correr de los años ha ido creciendo hasta llegar a los diez con que cuenta actualmente. (Bouche, de la ciudad de Oaxaca, se unió al Crew por afinidad de sus integrantes, por el gusto y la atracción a la región). Actualmente este colectivo pretende conceptualizar la iconografía de la región istmeña, con la finalidad de rescatar y generar nuevas propuestas de la cultura en su región de origen a través de las técnicas propias de la calle. Su primer intento logrado es el mural Dxapahuini Guissi, en el callejón de acceso a la Casa de la Cultura de Tehuantepec. A éste le sobrevendrá una serie de murales para generar una estructura de arte urbano, principalmente en Tehuantepec. INTEGRANTES: Exaider (Pochi) Maler Ocaso Taga Bouche Mudo Gary Dope Mimo Onek

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