El futuro de la informalidad en la capital de méxico

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EL FUTURO DE LA INFORMALIDAD EN LA CAPITAL DE MÉXICO El paradigma del engagement y el reconocimiento de la informalidad como patrimonio. (El documento fue parte del Anteproyecto Doctoral UAMI: Depto. Antropología) Mtro. Gustavo Gutiérrez de Hoyos

Antropología aplicada1 y política pública. A diferencia de los estudios que se realizaron en el Departamento de Antropología de la UAMI hace 25 años, ahora con base en las tendencias de las investigaciones y estudios de la antropología norteamericana en las universidades públicas, que bien puede denominarse el nuevo movimiento de la antropología social a principios del siglo XXI en USA2 y que se centra en el engagement con la comunidad3, se ve la oportunidad de comenzar a pavimentar la brecha que se ha venido abriendo sobre los estudios de la informalidad y quizá algún día sí insertarse de lleno en esa perspectiva de la ciencia aplicada. Para el estudio de tesis de doctorado se quiere innovar en el campo de los estudios de la cultura urbana y la gestión pública de políticas con un estudio amplio del fenómeno del comercio en vía pública en el D.F. Articulando la experiencia y los saberes que se tienen de un estudio de antropología urbana sobre la reproducción del 1

En 1941 nace la Sociedad de Antropología Aplicada en USA con la revista Applied Anthropology que en 1949 se transforma en Human Organization. Applied… tuvo tres temas y el último corresponde al derrotero de la presente investigación: 1) salud pública, 2) organizaciones industriales y, 3) relación entre desarrollo económico y cambio cultural. 2 Cfr. como se le llamó por ejemplo al movimiento de la sociología empírica en Inglaterra a fines del siglo XIX vinculada al pensamiento utópico de Fourier y Owen. 3 Este enfoque de la antropología aplicada plantea que el compromiso de la disciplina puede tener diferentes formas como compartir y soportar información clave y/o confidencial y su relación con el mundo de la educación pública y los métodos apropiados para manejarla, hacer crítica social, colaborar con el cambio público, promocionar y/o defender causas y su relación con el activismo para ello; Low, Setha M., and Sally E. Merry. (2010) Engagement Anthropology: Diversity and Dilemmas. American Antropologist 51 (Suppl. 2): S 203-S 226.


comercio informal y el estudio de políticas públicas del análisis de la política pública para regular el comercio informal, se quiere problematizar cómo ha de convivir un estudio de antropología de la cultura urbana articulando el problema de la gestión y el funcionamiento de una política pública para regular el desbordamiento de una cultura urbana milenaria que ahora es informal pero que tiene su raíz en un derecho consuetudinario y al mismo tiempo hacer un estudio prospectivo de la agenda pública para favorecer su manejo como patrimonio cultural. A manera de un estudio introductorio teórico-metodológico se quieren articular los saberes y la experiencia de las dos investigaciones, para desembocar en un nuevo estudio antropológico que articule la política cultural y la gestión cultural. Se plantea cómo la antropología social a de arrostrar el estudio de las políticas públicas ya que ambas son ciencias aplicadas que se pueden complementar ad hoc. Un estudio que da luz sobre esta pretensión es el de Lamphere, Luise (2004) The Convergence of Applied, Practicing, and Públic Anthropology in the 21st Century4. La prioridad no es incrustarse directamente al enfoque de la antropología aplicada en la vertiente del engagement, pero sí incentiva qué direccionalidad puede tomar la argumentación a lo largo del producto de tesis, persuadiendo a la comunidad antropológica de las diversas oportunidades que hay al tomar como objeto de estudio las políticas públicas sobre todo dirigidas a temas de gestión cultural. Sin embargo, al obtener una beca y estudiar en la comunidad urbana de la ciudad a la que se pertenece se estará practicando parte de ese enfoque, principalmente en relación con la vinculación que se le quiere dar al estudio con la línea de investigación de políticas culturales y gestión cultural5. Relacionar el comercio en vía pública y su estudio avanzado con la conservación del patrimonio histórico monumental 4

Human Organization 63(4): 431-443. Ver Handbook of Engagement Scholoarship: Contemporary Landscape, Future Directions, Vol. I y II; Institutional change 2010ª y Future Directions 2010b. 5


que no se termina de recuperar en el Centro Histórico es fundamental, pero es prioritario incorporar la investigación a la discusión sobre si el comercio callejero en México puede ser candidato a integrarse como patrimonio de la humanidad. La relación de colaboración epistémica y de articulación de tema de investigación que se vislumbra entre antropología urbana y política pública, solamente es posible con base en los estudios antropológicos tradicionales a través de la descripción y el método comparativo, la especulación científica sobre la evolución y el funcionamiento de las instituciones y el estudio del cambio sociocultural. La correlación se quiere sustentar realizando pequeños estudios de caso en los que se describa y analice cómo avanza la política regulatoria, mismos con los que se puede conformar un estudio de caso ampliado. A su vez, ese estudio se logrará aplicando modelos teórico-metodológicos predominantemente antropológicos que se articulen al estudio de las políticas públicas, gestando un enfoque teórico híbrido, ubicando el estudio en la línea de investigación de políticas culturales y gestión cultural operada en la UAMI por el investigador Eduardo Nivón. Cabe mencionar que él es uno de los precursores de los estudios antropológicos urbanos en el centro del D.F., mismos a los que se articula el estudio de tesis de licenciatura y el tema del comercio informal, razón por lo que también fue director de la tesis de maestría citada antes. Se aspira a que si no nos insertamos directamente al movimiento del engagement sí se logre generar un enfoque y un producto que pueda ser considerado en los nuevos estudios de la antropología aplicada en México, en el sentido de que la investigación sea un producto que penetra en las entrañas de la gestión de un fenómeno cultural y la forma en que ha sido atendido por un política pública sea criticado, logrando crear una agenda pragmático-utilitarista que se articule a recomendaciones de política con base en el conocimiento puntual del problema en el


terreno de los hechos. Además de realizar un estudio diagnóstico del estado que guarda el problema en puntos críticos de la ciudad, analizar la cultura urbana y la informalidad y re-valorar el avance de la política regulatoria, se explorarán oportunidades para obtener financiamiento y escalar las capacidades de un solo investigador, así como sentar las bases para crear un observatorio del problema público, al tiempo que se examine la posibilidad de crear una pequeña intervención en donde se impartan talleres a los comerciantes sobre sus derechos y obligaciones según la normatividad aplicable vigente con base en el PRCVP-98 y el Código Financiero respectivo. La investigación debe partir del re-estudio descriptivo plenamente antropológico del fenómeno, para hacer comparaciones de la reproducción de la cultura urbana estudiada y los avances de la política pública involucrada desde principios de la década de 1990, problematizando y poniendo énfasis en la falta de prioridad que ha tenido la recuperación del patrimonio tangible del Centro Histórico en el perímetro “B”, en donde a principios de 2014 se ha anunciado el inicio del proyecto de modernización de la Merced y sus alrededores, fenómeno coyuntural que definitivamente vincula al proyecto de investigación doctoral con el estudio de la antropología urbana en la vertiente de las políticas de planeación urbana, las políticas culturales y la gestión del patrimonio cultural incluidas las tradiciones de la vendimia al aire, así como la proliferación de las industrias culturales en el mercado informal. Al articular la antropología urbana a la política pública se trata de que el estudio y el estudioso de su propia cultura en una sociedad determinada, pueda hacer de su profesión y sus productos un proceso cada vez más significativo para el Otro, pero sobre todo que la oportunidad de que colaboren dos disciplinas por excelencia aplicadas resulte estratégica en el tiempo, no solo por el maridaje que se busca realizar, sino por la importancia para la toma de decisiones en el


tiempo innovando en la implementación de políticas públicas, vinculadas a los estudios de la gestión de fenómenos culturales que se han tornado problemáticos en la planeación urbana del D.F. El proyecto Merced abre la oportunidad de describir y analizar una de tantas políticas de gestión cultural que se han dado en el marco de una política de planeación urbana mayor en el Centro Histórico y hacer visibles discusiones de cómo regular el comercio informal como parte del patrimonio tangible de la humanidad. Reyes y Rosas hace 20 años detectaron que la discusión sobre “el patrimonio histórico no es entendido simplemente como herencia de bienes materiales, sino también como un legado de usos populares del espacio, que constantemente se dinamiza para responder a condiciones políticas y económicas cambiantes. La defensa del patrimonio así entendido pone en la mesa de discusión el papel de la cultura popular en la definición del contenido de la cultura e identidad nacionales; hace evidente que lo que está a debate no son sólo las opciones de preservar o no el patrimonio, sino de qué “recuperar” y cómo hacerlo” 6. Esta perspectiva tiene una visión crítica de compromiso con la percepción que los sectores populares tienen del espacio con el que se identifican. Además ésta se correlaciona con un debate entre posturas de partidos políticos opositores al PRI, que no descartaban hace dos décadas integrar al comercio callejero como patrimonio. Sin embargo, la discusión se ha difuminado y pareciera que continua predominando una visión en donde la cultura popular relacionada con el comercio callejero solo se ubica como un proceso contraurbanizador que no cabe en el proceso de gentrificación central de la ciudad, pero que sí se deja anárquicamente expandirse con mercados de segunda

6

Guadalupe Reyes y Ana Rosas, Los usos del pasado: tres momentos en la lucha por el espacio en el centro histórico de la ciudad de México en Estrada, Nieto, et. al., Antropología y ciudad, CIESAS-UAMI, México, 1993, p. 309.


en toda la periferia de la urbe7. Con este tipo de perspectiva se contribuye a impulsar que la antropología se aleje del horizonte tradicional con el que inició la antropología aplicada al colaborar con agentes de la administración pública, siendo culpada de un ejercicio profesional en el que convenía con intervenciones gubernamentales que creaban más desilusión que cambio quedando estigmatizada. Se estaría teniendo como reto lograr un producto que al divulgarse correctamente re-legitime el estudio de la antropología aplicada y se vislumbre la antropología del futuro; esto ya se ha venido haciendo. Desde fines del siglo XX el antropólogo y otros científicos sociales han colaborado con estudios del problema del comercio en la ciudad y sus alrededores, han colaborado como funcionarios en la administración pública capitalina gestionando la política, haciendo un tipo de antropología aplicada al servir sus estudios y su acción a acotar el asunto público del comercio informal con una visión humanista. Ya se les ha visto como coadyuvante de la consolidación o no de la política de intervención, pero la política regulatoria continua presentando fuertes fallas que se quieren identificar en el estudio doctoral. Presentar sus pormenores incrementará las capacidades argumentativas y analíticas para aducir una crítica objetiva, que estará reforzada con base en la sistematización que de ello se haga con base en el enfoque teórico de la antropología política urbana. Esta capacidad permitirá deslizar el estudio hacia la antropología aplicada sustentada en un ambicioso trabajo de campo, en el que también se incluye penetrar en el estado que guarda el desarrollo organizacional vinculado a la política regulatoria implicando hacer antropología de la administración pública. Así el estudio contempla explorar una beta en lo que se denomina la antropología del gobierno que se ha explorado poco en México, representando esto una oportunidad adicional en la propuesta de investigación, misma que refuerza la relación entre antropología social y 7

Ver Carlos Ferrás, “El enigma de la contraurbanización. Fenómeno empírico y concepto caótico”,

Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 98), pp. 5-25, Santiago de Chile, mayo de 2007.


política pública8. Así desde el horizonte de la academia con el tiempo necesario en campo y ávidos de nuevos referentes teórico conceptuales que integrar, se podrán divulgar nuevos hallazgos de forma innovadora, recomendar nuevas acciones de política con sustento que impulsen la consolidación de la política y escalar el estudio de este tipo de cultura urbana al tema de la gestión del patrimonio cultural que está latente haciendo ciencia aplicada. Una rama de la antropología aplicada en México tuvo su auge en la segunda mitad del siglo XX y terminó con una perspectiva crítica de corte marxista, principalmente en cuestiones de indigenismo, descansando en un andamiaje ideológico que escindía a los posibles actores actuantes en lugar de hacerlos colaborar sin llegar a la praxis, siendo que George Foster ya había publicando su Antropología aplicada en 1969 dejando claro que los “intereses tradicionales han sido teóricos más que prácticos” 9 en los estudios de antropología social. Ahora en esta investigación antropológica se propone que desde el horizonte de la universidad pública, el científico social sea proactivamente colaborativo, que se realice un re-estudio teórico, metodológico y empírico del estado que guarda la cultura de la informalidad poniendo en el centro el tema del patrimonio y la gestión cultural que la dignifique a través de un enfoque incluyente, muy en concordancia con eso que se enuncia como Reclaiming Applied Anthropology: Its Past, Present and Future10. El estudio doctoral debe iniciar con base en las herramientas tradicionales del trabajo antropológico tomando la “foto” del asunto público con base en un trabajo de campo 8

Ver Artículo de Mary Margaret, “Anthropology and Government” en Encyclopedia of Cultural Anthropology, Eds. David Levinson y Melvin Ember, A Henry Holt Reference Book, New York, 1996. 9 Cfr. emblemáticos son los planteamientos de Sol Tax en The uses of Anthropology en S. Tax, “Horizons of Anthropology”, Aldine, Chicago, 1964, pp. 248-258. 10 Ver Rylko-Bauer, Barbara, Merrill Singer, and John van Willigen (2006) en American Anthropologist 108(I): 178-190.


intensivo, sistemático y cíclico en diferentes lugares de la ciudad en donde en su contexto interno y externo presenta contrastes con base en la aplicación de una política que diferencialmente acota el problema generando contradicciones. En los últimos años se han gestando nuevas configuraciones en el rostro que toma el fenómeno como es el resurgimiento y apogeo de los mercados de segunda en diferentes zonas periféricas de la ciudad. Además en general la informalidad siempre ha estado siendo regulada bajo un sesgo de tolerancia y discrecionalidad que nuevamente tiene lógica con el corporativismo político, pero ahora en un régimen de gobierno que quiere ser democrático logrando solo una baja calidad en la gestión pero con nuevas formas corporativas que se quieren escudriñar para problematizar el asunto público y compararlo con respecto a la anterior operación del régimen priísta y su hegemonía sobre el sector informal. Se quiere arribar a la método del estudio de caso ampliado con base en la perspectiva del método antropológico comparativo y un herramental teórico conceptual y metodológico que ya se viene cargando desde los estudios del pasado, pero que se aspira a profundizar para perfeccionarlo mejorando la explicación política coyuntural en el contexto de gobiernos divididos y la yuxtaposición que presenta el tema entre cultura urbana informal y política pública regulatoria y democracia y ciudadanía. Dado el tiempo que ha pasado desde el primer estudio de carácter eminentemente antropológico (17 años) y su relación interdisciplinaria con el estudio de la política pública que se hizo subsecuentemente (10 años), es fundamental tomar el estudio doctoral como la oportunidad de tener el tiempo suficiente para incrementar, complementar, actualizar y contrastar la información acumulada profundizando en la capacidad de desentrañar y/o desempacar el problema público y su vinculación al paradigma que se quiere consolidar como la cultura de la informalidad.


Es fundamental como punto de partida el re-estudio empírico, pero dada la madurez que está teniendo la sociedad civil y su sentido de ciudadanía ya no es suficiente el enfoque clásico, se requiere complementarlo arribando a la dimensión de la ciencia antropológica aplicada articulando innovadoramente el estudio de la agenda de la política pública, que es un campo de especialización en las primeras etapas del estudio del ciclo de la ciencia de las políticas públicas en donde la información de primera mano es fundamental para tener una visión de la planeación estratégica de lo que se quiera hacer con ello después. Como parte del estudio previo de política pública, ya se tiene documentado un periodo del comportamiento de la opinión pública y la informalidad en el centro que es en donde se magnifica su tratamiento por la importancia histórica, simbólica y patrimonial del lugar, por ello habrá que ampliarlo a las otras zonas de interés por estudiar. Sin embargo, la prioridad es actualizar y complementar la información con base en el diagnóstico que de la política permita hacer el estudio antropológico sustentado en el trabajo de campo intensivo, amplificando su potencia con base en el método del objeto de estudio multisituado en diferentes partes de la ciudad, ampliando la capacidad de visualizar el problema con mayor amplitud al también incluir en el trabajo de campo el estudio de la gestión pública desde la administración pública, haciendo antropología de las organizaciones del gobierno, que es otra de las vertientes con las que el estudio académico puede innovar, aportar con respecto a los estudios que se han hecho del tema y que cae en lo que también se ha llamado antropología del gobierno, por el estudio que se hace del hombre administrativo, ámbito de estudio del que en general está alejada la antropología social en México, porque no se ha vinculado al estudio de la cultura organizacional y el clima


laboral ámbitos característicos en los estudios de la administración de empresas e industria en donde se vincula la antropología con la psicología11. El reto es que se pase del estudio de la agenda pública que ha flotado en el ambiente citadino, como si el problema tuviera un solo rostro en el complejo contexto de la cultura urbana, a una agenda mínima en donde se identifiquen los pormenores del fenómeno en los diferentes puntos críticos de la ciudad con base en el sustento del trabajo de campo antropológico y lo que ello implica. Así se estaría nuevamente en condiciones de alcanzar conclusiones importantes sobre la naturaleza de la cultura de la informalidad y hacer reflexiones analíticas, recomendaciones de política y vislumbrar posibles intervenciones ciudadanizadas, articulando escenarios prospectivos12 para dignificar la práctica milenaria y consolidación la política regulatoria, logrando generar con ello un producto de antropología hacia el engagement. Así se toma el riesgo informado de establecer hipótesis audaces a manera de acciones puntuales que desaten el nudo gordiano no solo para la consolidación de la política, sino para construir un nuevo discurso público sustentado en la argumentación pública que representa un estudio doctoral, sumando ideas a la opinión pública pero desde el noble horizonte de la academia, quedando las mejores alternativas a la vista de los expertos para mejorar el re-encausamiento del problema público, cambiando el trillado discurso para prospectar la oportunidad de sentar las bases de una intervención de una política de gestión cultural que tenga por objeto gestionar el rescate del comercio callejero como patrimonio de la humanidad, claro que no de todos en todos lados ni todos los 365 días del año, habría que identificar zonas de tolerancia por temporadas y días como ya existe pero 11

Jean-Françoise Chanlat, “Hacia una antropología de las organizaciones” en Gestión y Política Pública, Vol. 3, No. 2, segundo semestre, 1994. Ver Barnett, Anthopology in Administration de 1956. 12 Ver la entreda de Prospectiva Antropológica en Ángel Aguirre Baztán, (ed.), Diccionario temático de antropología, Boixareu Universitaria, Barcelona, 1993, pp. 509-512.


dignificando la actividad al cumplir la normatividad aplicable gestando prestigio con el manejo adecuado del asunto como parte del patrimonio histórico y traducir el problema en un atractivo de esparcimiento recreativo y turístico, ejemplo de la capacidad de governance multinivel que pueda tener una ciudad y que sirva de impronta el caso del D.F. para realizar otras intervenciones en otras ciudades históricas. Hablar de ciencia aplicada implica tener conocimientos de las agencias públicas que corresponda y tengan competencia en el tipo de asunto público del que se trate, conocer la normatividad aplicable al fenómeno en el tiempo y cómo está siendo implementada la misma política con acciones diferenciadas en diferentes lugares de una demarcación política como la del D.F y sus 16 delegaciones. Como opina George Foster en su Antropología Aplicada, “lo que hace “aplicada” a la antropología no es la investigación misma, ni el adiestramiento especial del antropólogo, sino más bien el tipo de relación que éste mantiene con una organización innovadora”13. Solo así se puede aspirar a tomar uno de los nuevos asientos que está comenzando a ocupar el ciudadano en la sociedad civil organizada, proactivamente corresponsable construyendo decisiones compartidas con sus coetáneos, los funcionarios públicos y los expertos con sus pares, vinculando al comerciante éticamente dentro y fuera del gobierno y con la burocracia que deben acompañarlo y apoyarlo en el proceso regulatorio, aportando pero no determinar y menos imponer o manipular con fines de lucro. Querer hacer ciencia aplicada es tratar de crear ideas todos juntos cada quien desde el horizonte de su trinchera, tener los mismos objetivos pero con estrategias propias y lograr metas colaborando lejos de las componendas de la mente creativa de la clase política dentro del aparato de la administración pública, que se torna reactiva de las ideas de una élite política en el gobierno en turno que tiene sus propios intereses para no perder el poder. El 13

FCE, México, 1985, primera edición en español 1974, original en inglés 1969, p. 9.


antropólogo tiene el deber ético de ayudar a gestar ideas, ser proactivo para re-encauzar los problemas que subsisten en la comunidad, según los deseos y los designios de quienes la conforman y la conocen –como él dentro de la suya- ya que son quienes mejor que nadie podrán identificar las resistencias al cambio de diversos actores e instituciones, decodificará las restricciones naturales ante las que no puede hacerse casi nada más allá de identificarlas que es ganancia para no entramparse, pero sobre todo en relación con las restricciones construidas sociopolíticamente que son las salvables; manejables con ciencia aplicada. Para hacer ciencia aplicada y ver los resultados en el horizonte, primero se beberá descifrar y codificar empíricamente la forma en que los diferentes actores gestan los patrones culturales predominantes a los que se asocia la cultura de la informalidad, conformada de mecanismo de sobrevivencia que los comerciantes, líderes y servidores públicos y consumidores utilizan para su beneficio personal y de grupo en detrimento de la sociedad. Si el científico social –antropólogo- estudia junto a su comunidad el problema público latente que la afecta y que desea manejar en beneficio propio y por el bien común de la sociedad toda, la comunidad y sus miembros tienen la oportunidad de volverse los actores directos del cambio sin intermediarios políticos (formales e informales), ya sea directa o indirectamente14. La expectativa del re-estudio antropológico poniendo en marcha la colaboración de ciencias aplicadas, al menos al nivel del estudio y la mejora de la política con el efecto Hawthorne, parte del hecho observado y entendido de que habrá una parte de la comunidad, que regularmente son los informantes clave de la misma, que estén comprometidos en la colaboración directa no solamente dando información sino como siempre cuestionando al estudioso de campo con curiosidad 14

Ver Field, Les, and Richard Fox (2007), Antropology Putt to Work (Wemer-Grem International Symposiom). New York: Bloomsbury Academic.


sobre la posible solución. A ellos son a los que hay que articular, enganchar en la construcción de alternativas de intervención incremental como puede ser simplemente la difusión de ideas innovadoras, audaces, atrevidas y posteriormente en la organización para el cambio dirigido. La mayoría solo cooperarán indirectamente en el estudio al menos siendo más corresponsables visualizando la normatividad aplicable, estando alerta de su cumplimiento estando informados e interesados en los resultados, que sobre todo en el tipo de estudio que se propone serán documentales más que prácticos. Así es como se va gestando una opinión pública informada e interesada en el cambio y por ende un tipo de ciencia aplicada que afecta e influye en los diferentes públicos y actores involucrados, que hace de la función pública un actor corresponsable, haciendo de la información de la investigación una mediación para entender el caos público empezando por los propios comerciantes receptivos y ávidos de esperanza. Esa quizá sea la parte práctica de la ciencia aplicada de la que tanto se discursa y quizá así el manejo del problema cada vez más estudiado tome un cauce codirigido por los profesionales expertos en el tema, los funcionarios públicos aptos por su visión ética y así los líderes naturales de la comunidad quizá cambien el sentido de su moralidad arrojando la ambición de riqueza por el prestigio de la trascendencia. Una aspiración noble, práctica del estudio es que quizá pueda aumentar la certeza de que tiendan a mirarse con mayor seriedad y autenticidad, con objetividad y como realizables, las opciones que quizá muchos ciudadanos han visualizado por sentido común, mismas que comentan con los científicos que son quienes las deben identificar proponiendo con el sentido común adiestrado cómo estructurarlas y encausarlas. Lo difícil es cómo generar los incentivos para que la propia comunidad las haga suyas una vez que se vuelven la política en acción y ello depende en un primer momento del


proceso de la política pública en el etapa de la identificación y delimitación de la agenda pública y su paso a la mínima, así como del consenso que tenga la alternativa de política pública en donde se vean reflejados los anhelos de los involucrados en concordancia con la profesionalización de la función pública. Tradicionalmente el estudio del fenómeno queda aislado en los centros de estudio e investigación y el ciudadano queda atrapado en las decisiones de gobierno impuestas que generan resistencias con base en el prejuicio y el estigma al saber la ciudadanía de quién provienen las alternativas, identificando la intervención como una nueva venta de ilusiones que no resolverá el problema, satisfaciendo solo las necesidades de algunos

involucrados directa e

indirectamente. Finalmente hay que decir que el ciclo de la política pública conlleva varias etapas, iniciando con la evaluación ex ante, la agenda pública y su paso a una agenda mínima, el diseño de modelos para crear soluciones factibles, viables, la formulación de la política pública y su relación con la normatividad aplicable, así como en relación con el manejo del recurso público disponible, la estrategia de comunicación social, el diseño de la implementación de las acciones mínimas y su evaluación concomitante, la puesta en marcha en sí misma de la política y finalmente la evaluación ex post. En todas ellas puede y debe colaborar interdisciplinariamente el antropólogo con su expertise, contribuyendo sobre todo con el how know en la hechura de los estudios empíricos no ingenuos que es uno de los baluartes de la ciencia antropológica como experta en la decodificación de la mediación en que se haya el hombre en sociedad. El que la antropología urbana se inserte en la formulación de una agenda de una política con base en los estudios etnográficos propios de la hechura de los estudios de la ciencia de la política pública, con base en elementos heurísticos propios para construir estudios


diagnósticos objetivos, hace de la colaboración de las ciencias una articulación sui géneris y sine quanon en beneficio de ambas y por ende de la sociedad, quedando en el centro la imagen de una comunidad científica creativa y corresponsable socialmente. La propuesta de articular formalmente bajo un estudio científico la colaboración de ambas ciencias logrará, se cree y espera, persuadir asertivamente a la comunidad científica, a los diferentes actores, grupos de interés-presión, públicos de diferentes tipos y a la opinión pública en general, de la importancia que los estudios antropológicos empíricos pueden tener al aumentar la efectividad en las intervenciones del ciclo de las políticas públicas, reforzando la insistencia de los primeros antropólogos de “que su ciencia era práctica” “quedando el desarrollo teórico en segundo orden”15.

15

Foster, ídem, p. 30.


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