Adjudicación y otorgamiento de viviendas La etapa de adjudicación puede ser sensible a conflictos de intereses. Se identificó como buena práctica que la institución rectora (MUVH) no tuviera contacto directo con las familias y, por su parte, el equipo social no participara de decisiones de adjudicación. • Es clave que la adjudicación sea en base a información recogida en campo por un equipo independiente. Adaptación a una nueva dinámica de vivir, reconstrucción del tejido social Un reasentamiento siempre genera rupturas en el cotidiano de las familias y es necesario propiciar la reconstrucción y el respeto del tejido social. • Bajo la teoría de sociograma, se apoyó la reconstrucción del tejido social en el nuevo barrio. • La definición de la red de vecinos mejoró la convivencia y ayuda mutua para el mantenimiento de los espacios comunes. • Tener en cuenta la intergeneracionalidad, el relacionamiento, la capacidad económica y el apoyo familiar. • Es clave que las familias dimensionen las implicancias de convivir y compartir responsabilidades comunes.
Adecuación de las normativas El Barrio San Francisco fue insertó en un programa de vivienda preexistente (FONAVIS3) de SENAVITAT. Si bien, desarrolló un reglamento específico, éste se vinculó a una ley que no respondía a la realidad del proyecto. • Desarrollar procedimientos que respondan a los requerimientos del proyecto. • Los criterios y las documentaciones solicitadas deben ser coherentes a la realidad de las familias. Diseño urbanístico adecuado El diseño debe responder a las características de la comunidad, en cuanto a hábitos, composición y costumbres. Esto facilita su mantenimiento y el cumplimiento de indicadores de ciudad sostenible, compacta, accesible y transitable. • Se deben considerar los cambios de cotidianeidad que enfrentan las familias con el cambio que representa vivir en una casa (horizontal) a vivir en un edificio (vertical). • El diseño debe promover la convivencia comunitaria y la adaptación del cambio de cotidianeidad. • Si el diseño no responde a los requerimientos, las familias realizan los ajustes de infraestructura necesarios (según sus conocimientos y posibilidades) para amoldarlos a su cotidiano. Esto puede representar un riesgo de la estructura de los edificios. Programa Nacional de la Vivienda Social. 3
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Lecciones aprendidas principales Coordinación interinstitucional y multidisciplinaria Este tipo de proyectos requiere capacidad de trabajo interinstitucional. Se conformó una mesa multisectorial liderada por la institución ejecutora principal (SENAVITAT) e integrada por las diferentes instituciones públicas y privadas involucradas. • Esta mesa debe tener el respaldo de la más alta autoridad institucional. • Se deben propiciar encuentros periódicos para el monitoreo de las acciones. • Los miembros de esta mesa deben contar con designación oficial y, en lo posible, mantenerse inamovibles durante el proceso de actuación de su institución.
Programa Nacional de la Vivienda Social.
El modelo de acompañamiento social del Barrio San Francisco fue distinguido por el Concurso 2018 “La vivienda en el centro de la Nueva Agenda Urbana” de la Plataforma de Prácticas del Hábitat Urbano o UHPH -por sus siglas en inglés. Este certamen seleccionó la experiencia paraguaya entre 200 postulaciones de América Latina y el Caribe. Más información: • Consulta la Guía Metodológica de los 24 primeros meses, publicada en diciembre de 2018. • La sistematización de la etapa de mudanza y fortalecimiento de la organización comunitaria serán publicados próximamente. • Para ampliar información y responder a sus consultas, contactar con Melissa Cartasso, Coordinadora del Acompañamiento Social: mcartasso@habitat.org.py
www.habitat.org.py/barrio-san-francisco
PROYECTO DE ACOMPAÑAMIENTO SOCIAL
Ante los desafíos de la urbanización La urbanización es una tendencia mundial y un fenómeno que también se registra en Paraguay. Esta movilizará diversos proyectos constructivos, de infraestructura y de ordenamiento territorial en el país, que deben considerar los Derechos Humanos, los principios de la Nueva Agenda Urbana y la visión social de familias y comunidades, de manera a promover el desarrollo sostenible de nuestras ciudades. Hábitat para la Humanidad es una organización internacional que trabaja en Paraguay desde 1998. En el marco de su estrategia global, busca generar impacto en las comunidades, en la sociedad y en el sector de la vivienda, colaborando con la formulación de políticas públicas más oportunas. El barrio San Francisco es una experiencia de reasentamiento urbano de gran envergadura en Paraguay. Unas 1000 familias, anteriormente con viviendas precarias en la zona inundable de Asunción, Chacarita y en Zeballos Cué, fueron reubicadas en un complejo habitacional moderno y modelo, logrando una solución definitiva de viviendas. El Gobierno Nacional, a través de Itaipu Binacional, desarrolló el proyecto de infraestructura considerando el proceso social de las familias y de la comunidad.
La experiencia de reasentamiento urbano del barrio San Francisco aporta conocimiento para mejorar el impacto de otros proyectos nacionales.
Diversas etapas El acompañamiento social desarrollado por Hábitat para la Humanidad Paraguay inició a mediados de 2016. Primera etapa: Acceso a una vivienda y entorno adecuado En la primera etapa, el acompañamiento social facilitó la identificación de las familias en riesgo en 5 barrios inundables de Chacarita, proporcionó información a las familias, acompañó la postulación y la selección. Esta fase de 24 meses fue articulada con el ente rector de la política de vivienda en el país, SENAVITAT1 , hoy MUHV2 y concluyó con la postulación de 1.300 familias en forma voluntaria. Una guía de sistematización fue presentada a finales del 2018 y está accesible para todos los interesados. Segunda etapa: Mudanza El componente social acompañó la mudanza de las familias, facilitando la organización y la adaptación al nuevo entorno. Se capacitaron a más de 5.000 personas en uso y mantenimiento de viviendas y se apoyó el proceso de elecciones de 82 referentes comunitarios. Tercera etapa: Organización comunitaria En esta etapa se trabajó el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias y los procesos participativos. Pobladores de 78 edificios desarrollaron sus estructuras de organización (65 de ellas mantienen acuerdos de convivencia), se conformaron 2 comisiones vecinales con autoridades electas, y otros grupos de interés como la Asociación de Adultos Mayores, el Comité de Comunicación del Barrio y otros.
Hábitat para la Humanidad, desempeñó el rol de mediador entre instituciones y familias propiciando la toma de decisiones de manera informada y participativa. 1 2
Secretaría Nacional de la Vivienda. Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat.
Buenas prácticas principales Confianza, abordaje comunitario y comunicación: Los pobladores son los principales aliados del proyecto y la construcción de confianza se realizó principalmente por: • La relación y la comunicación liderada por una institución independiente de la sociedad civil. • Un protocolo de comunicación que logró unificar mensajes entre instituciones y orientadas a la comunidad. • La constante articulación de promotores para recoger inquietudes y sugerencias de mejora de los canales de comunicación y los mensajes. • El involucramiento de todas las organizaciones civiles y de base de la comunidad teniendo en cuenta sus aportes e intereses. Diagnóstico comunitario, sistematización y trazabilidad de la información: El censo es una aproximación a las familias y la comunidad, pero no puede considerarse como la única fuente de información. • El seguimiento familiar y la constante validación de datos logró transparencia al reconocer a cada grupo familiar. • Un mapeo georreferenciado ayudó a monitorear el avance del proceso en relación del proyecto y el territorio ocupado. • La información organizada y disponible fue clave en la toma de decisiones.