Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri
Haritu 11 septiembre de 2007ko iraila
La voz del pueblo Gari & Josetxo Goia Aribe Pr贸xima estaci贸n: solidaridad Kantauri itsasoan, bakearen alde Irak, rugido de esperanza
3 euros
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Sumario Aurkibidea
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Haritu 11 Editorial Transversalidad y consulta popular Pies de foto Aurrea hartu nahian Al hilo La voz del pueblo Ezbaian Josune Ariztondo Alegiak «Ane», Imanol Carballo A dos bandas Desdramatizando
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Gari & Josetxo Goia Aribe Orratza Próxima estación: solidaridad Opinión Una por una es una, Pedro Urquijo Campaña Kantauri itsasoan, bakearen alde Munduari so Irak, rugido de esperanza
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Zuzendariak: María Lizardi eta Alvaro González - Erredakzioa: Itziar Fernandez, Garazi Landa, Ana Elvira, Paul Ríos, A.B. López de Lerena, Miguel Sarratea eta Ruth Soria. Ale honetako kolaboratzaileak: Pedro Urquijo, Ander Arizmendi, Juan Sánchez, Josune Ariztondo eta Lokarriren Gasteizko Foroa. - Maketazio eta diseinua: Lokarriko diseinu taldea. Ilustrazioak: Srinavasa Ramanujan. - Azaleko argazkia: Srinavasa Ramanujan. Inprimategia: Antza (industrialdea 2. pab. - 20160 Lasarte) - Lege gordailua: SS-1142/06 - ISSN: 1134-8038 Haritu no se responsabiliza de las opiniones emitidas por sus colaboradores. Para la edición de esta revista se utilizan papeles libres de cloro. Aldizkari hau moldatzeko klororik gabeko papera erabiltzen da.
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Editorial
Transversalidad y con Este verano ha estado marcado por la vuelta a la violencia de ETA, que vulnera la voluntad mayoritaria de la sociedad vasca, y por el debate en torno a la posibilidad de convocar una consulta popular. El pasado 31 de marzo, cuando Lokarri puso en marcha su iniciativa social por una consulta popular, esta Red ciudadana no era capaz de imaginar que esta cuestión marcase la agenda política 6 meses después de presentar su propuesta. Lo que entonces era una alternativa novedosa para desbloquear la situación es hoy una posibilidad real y concreta para relanzar el proceso hacia la paz. Muchos han sido los comentarios vertidos sobre este tema y es conveniente aclarar algunos de ellos. En noviembre de 2006 Lokarri publicó un documento titulado «El acuerdo. Reflexiones y propuestas para construir un acuerdo de convivencia», que incluía una definición sobre un acuerdo en el marco de un proceso de paz y normalización. Dicha publicación subrayaba que el objetivo es alcanzar un acuerdo plural e inclusivo, en el que estén representadas las distintas tradiciones sociopolíticas presentes en nuestra sociedad, sumando esfuerzos para que el acuerdo sea unánime, y en el caso de que no sea posible, para que el acuerdo sea transversal. Este es el esquema ideal de un proceso. En un contexto de ausencia de vio-
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lencia se constituye una mesa de partidos en la que se alcanza dicho acuerdo unánime o transversal, que a continuación pasa a ser refrendado por la ciudadanía en una consulta popular. Al referirnos a este planteamiento de desarrollo y culminación de un proceso de paz y normalización, hay que tener en cuenta que la realidad del momento actual está bastante alejada de dicho ideal. ETA ha retomado el uso de la violencia y no es posible poner en marcha una mesa de partidos porque hay partidos políticos que se niegan a ello al considerar que no se dan las condiciones necesarias para abordar un proceso de diálogo y acuerdo, precisamente porque la violencia de ETA continúa estando presente. Es en este punto donde se está produciendo el debate sobre la consulta popular. Evidentemente, la inmesa mayoría de la sociedad y de los propios partidos políticos apuestan, como mejor solución, por alcanzar un acuerdo plural e inclusivo. La cuestión fundamental reside en cómo o con qué estrategia afrontamos la actual situación. Una de las primeras alternativas que se presentan es considerar que hasta que ETA no ponga fin a la violencia no existen condiciones ni para una mesa de diálogo ni para una consulta. Es obvio que la violen-
nsulta popular cia de ETA es un obstáculo que no facilita los avances por la amenza que supone sobre distintos colectivos, pero aceptar este planteamiento supone conceder a ETA la iniciativa política, porque ella decide cuándo se darán de nuevo las circunstancias que permitan avanzar. A esta idea se le añade otra, consistente en afirmar que únicamente se puede avanzar con procesos, contenidos y acuerdos transversales. Es el marco deseado por todos, aunque llevar este argumento hasta el extremo entraña el riesgo de que una minoría pueda bloquear constantemente los intentos y propuestas de una mayoría, lo cual es inaceptable democráticamente. En esta tesitura una hipótesis de desbloqueo consiste en que sea la propia ciudadanía la que se pronuncie, y que su decisión democráticamente expresada por medio de una consulta sea tenida en cuenta para desbloquear la situación. Este objetivo es el que persigue la propuesta impulsada por Lokarri de convocar una consulta popular en la que la sociedad pueda decidir y asentar unos principios de convivencia en relación al final de la violencia, el respeto a los Derechos Humanos y el mandato claro a instituciones y partidos de impulsar un proceso de diálogo que culmine con un acuerdo. Ante la falta de perspectivas de
recomponer la situación y dado el riesgo de vuelta al pasado, esta alternativa tiene la capacidad de remover la actual situación y ofrecer un cauce democrático para que se den pasos concretos en favor de la paz y la normalización. La sociedad vasca necesita soluciones concretas. ETA condiciona negativamente la vida de muchas personas y la sociedad vasca debe mantenerse firme en el rechazo a la violencia. A ello hay que añadir que nuestra sociedad es madura para tomar sus propias decisiones y que ha dejado clara su apuesta por el diálogo y el acuerdo. A día de hoy ETA ha vuelto a la violencia, no hay diálogo y las posibilidades de acuerdo se alejan. El principal riesgo en estos momentos es que la sociedad se resigne ante esta situación al pensar que no hay salidas. Hay que seguir insistiendo y una manera para conseguirlo es dar la palabra a la sociedad para que ésta se exprese y que todos acaten su decisión. La consulta popular es una herramienta pacífica, democrática y directa de poner las bases para el futuro de nuestra sociedad, recogida en el ordenamiento jurídico y que puede ayudar a desbloquear esta situación. Todas las iniciativas tienen contraindicaciones, pero lo que realmente contraindica es no tomar iniciativas.
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Pies de foto
Aurrea hartu nahian Tras lo acontecible 19/07/2007, Torreblanca (Castellón) Bilaketen zorabioan jardun da uda. Argazkiko hirukotea, polizia-kontrol bat ikusi ondoren taxitik jaitsi eta lehergailuak egiteko materiala autoan utzi zuen ustezko etakidearen bila. Torreblancan, iragan uztailaren 19an. Hori baino lehenago, ekainaren 21ean Ayamonte herrian (Huelva), Portugalgo mugatik bi kilometrora, lehergailuz betetako auto bat utzi zuten, ustez polizia kontrol bat ikusi ostean orduan ere. Espainiako Gobernuaren arabera, ETArena zen. Atxiloketak, ihesak, mihaketak... Su-etena hautsiz geroztik areagotuak denak. Bortizkeria garaien beldur, urduritasuna. Gerta zitekeenari, guztion beldurra ernatzen zuenari aurrea hartu nahian. Nahian soilik, gerta zitekeena hemen baita jada. Beste berriz ere. Ondikotz. Miguel Sarratea Escasos segundos los que han hecho falta para que el titular que precede a estas líneas, para que lo acontecible, se tornara en lo acontecido, una vez más. Sin que me diera tiempo ni tregua para hacer una porra en la que aventurar cuando nos alcanzaría la sorpresa «in-esperada». Me ha cogido la delantera, y no sólo a mí, sobre todo a aquéllos que durante este verano han estado rastreando las pistas de lo acontecible, en Torreblanca, en Ayamonte, en Francia, en incontables puntos de Euskal Herria. En ocasiones bien orientados, pero, inafortunadamente, en otras desorientados por las numerosas bifurcaciones del camino de la violencia, del dolor. Durango ha sido el primer testigo tras tiempos de jubilosa esperanza. Gracias por esos 100 kilos de explosivos que nos agasajan con indignación y hastío, con desesperanza. Gracias también por la «férrea voluntad, la perseverancia» que han demostrado los negociadores de la paz. ¿Quién creía que el camino iba a contar con más rosas que espinas? La tenacidad, el afán y el deseo, el real, son necesarios para extirpar esas agudas púas.
Ruth Soria
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Al hilo
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A. B. López de Lerena Texto
La delvoz pueblo Autodeterminación, referéndum, consulta, plebiscito... Muchos son los términos que tejen los matices de la «democracia directa», es decir, aquélla en la que los ciudadanos se pronuncian directamente ante las urnas sobre cuestiones concretas. En este mes de septiembre, rota la tregua y ante la posibilidad de que el Gobierno Vasco presente una propuesta, la convocatoria de una consulta centra de nuevo la actualidad política. ¿Se dan actualmente las condiciones para consultar directamente a la ciudadanía?; ¿serviría esta convocatoria para avalar las tesis de ETA, o para deslegitimarlas definitivamente?; ¿superaría los trámites para ser convocada?; y, ¿qué se consultaría exáctamente? El debate está más abierto que nunca, y no sólo en Euskadi. «La consulta democrática a la sociedad vasca es el punto en el que culminan todas las hojas de ruta de la inmensa mayoría de los partidos políticos y constituye, por tanto, el compromiso político de la coalición de Gobierno que represento para la actual legislatura». Estas fueron las palabras con las que Juan José Ibarretxe anunciaba, en su discurso de investidura como lehendakari, que durante los cuatro años siguientes en Euskadi se celebraría una consulta. Era la consecuencia del acuerdo programático alcanzado por su partido, el PNV, con Eusko Alkartasuna y Ezker Batua para reeditar la fórmula de gobierno tripartito que permitía a las tres formaciones una cómoda mayoría para gobernar. Ahora que comienza el tercero de esos cuatro años, es decir, en el epicentro de la citada legislatura, el Pleno de Política General que se celebra este mes de septiembre da inicio a un nuevo curso en el que la consulta a la ciudadanía se convertirá en el centro del debate político en la Comunidad Autónoma Vasca.
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Al hilo
«La consulta es el máximo exponenete de la democracia» Jon Abril, vicecoordinador de Aralar.
Pero antes de que se hubiera celebrado la sesión del Parlamento de Vitoria, los últimos coletazos del veraneo político ya venían calentando esta cuestión, provocando tensiones entre los tres partidos que integran el Gobierno Vasco. La polémica cobró fuerza cuando los diarios del grupo Vocento (El Correo, Diario Vasco y ABC) publicaron una carta abierta del presidente del PNV, Josu Jon Imaz, en la que éste aseguraba que la consulta «planteada como un escenario de acumulación de fuerzas para una confrontación política» era «muy discutible y, desde luego, contraria a la posición del PNV». Además, respecto al efecto que esta iniciativa pudiera tener sobre la presencia de la violencia, el líder jeltzale aseguraba que la consulta «podría ser el
plan B al que se acoja una ETA que declare un alto el fuego permanente esperando que la misma se lleve a cabo. ¿Qué pasaría el día después si no hubiera acuerdo político con el Estado? (...) La consecuencia de todo ello puede ser diabólica. No en nuestro nombre», subrayaba. Imaz trataba de zanjar así un debate que habían abierto tímidamente en sus declaraciones veraniegas algunos dirigentes de EA y EB, que habían recordado que la consulta es un compromiso del tripartito para esta legislatura. Pero el efecto que logró fue el contrario. El balón estaba en juego y las reacciones no tardaron en llegar. Apenas unas horas después de que la carta de Imaz viera la luz, Javier
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Madrazo y Joseba Azkarraga, como miembros del Consejo Político creado por el lehendakari, y en representación de EB y EA en el gobierno tripartito, se mostraron radicalmente en contra de lo expuesto por el presidente del PNV, hasta el punto de que el consejero de Justicia del Gobierno Vasco lo consideró «una barbaridad». Desde el seno de la formación jeltzale, el portavoz del Euskadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, echaba más leña al fuego y si el trazo de la respuesta de Azkarraga era grueso, él iba más allá y tachaba de «desleal» e «insultante» lo dicho por Azkarraga. El fondo de la cuestión El verdadero peso de este debate sobre la consulta, y el motivo por el que es tan delicado para los partidos reside en que, en realidad, plantea abrir dos melones ante los que las diferentes fuerzas se ven obligadas a posicionarse claramente, sobre todo en un contexto social y político como el que actualmente plantea la ruptura del último proceso frustrado de pacificación y normalización. Por un lado, lo expuesto por Imaz implica que se debe llegar a la consulta como refrendo de un acuerdo previo forjado entre los partidos de «distintas sensibilidades» que garantice una mayoría amplia más allá de la fórmula de Lizarra-Garazi. Y si esto no es así, si no se amplía el espectro de apoyos sumando al PSE, no se debe plantear. Y por otra parte, Imaz exige un escenario de «ausencia de violencia» para que la consulta pudiera llevarse a cabo desde unas mínimas «condiciones democráticas»; es decir, que hasta que no vuelva a haber una tregua, tampoco se debería convocar. Ante este planteamiento, EA, EB -e incluso importantes sectores del PNV como los que lideran el presidente del partido en Gipuzkoa, Joseba Egibar, y el antecesor de Imaz al frente del PNV, Xabier Arzalluz-, consideraron que esta tesis planteaba un doble veto al derecho a decidir de la sociedad vasca, dando al PSOE y a ETA la capacidad de crear o no esas «condiciones» en las que se pudiera llamar a la ciudadanía a las urnas. En contraposición a esta tesis, tanto los portavoces de EA y EB como el propio Egibar, defendieron que lo que la consulta lograría precisamente sería «desbloquear» la actual situación. Fuera del ámbito de los partidos que forman el Ejecutivo que lidera Juan José Ibarretxe, lo expuesto por Imaz tampoco dejó indiferen-
Algunos conceptos Referéndum: Votación sobre una cuestión oficial para asuntos especiales y concretos ante los que los dirigentes piden a la ciudadanía que se pronuncie directamente dando o no su aprobación, su refrendo, a una norma o iniciativa concreta. Los resultados de los referendums pueden ser de obligada aplicación, cuando se plantean como «vinculantes», o no serlo y ser sólo «consultivos». En este último caso, una vez que la sociedad se ha expresado, la interpretación de la votación queda en manos del poder legislativo. El último ejemplo de referéndum consultivo ha sido el relativo a la Constitución Europea. Plebiscito: Es un caso concreto de referéndum en el que la sociedad dice «sí» o «no» a una propuesta concreta formulada desde los poderes públicos. Iniciativa popular: También conocida como «iniciativa ciudadana», este término se refiere a la posibilidad de que cierto número de personas presenten una petición avalada por sus firmas para que se tome a consideración política un determinado asunto público, como puede ser la reforma de un estatuto, una ley o incluso una enmienda constitucional.
La iniciativa puede ser directa o indirecta. Si es directa, la presentación de la iniciativa desemboca en un referéndum para aprobarla o rechazarla. En el caso de las iniciativas indirectas, la petición es tomada en consideración por el legislativo, quien decide si se convoca o no el correspondiente referéndum. España: Desde la restauración de la democracia, cuatro han sido los referéndums convocados y, tras la aprobación de la Constitución española, estas consultas quedan reguladas en el artículo 92 de la Carta: 1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. 2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados. 3. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución. Y esta legislación ha arrojado las siguientes consultas de este tipo:
Fecha
Referéndum
Pregunta
Part. (%) Sí (%) No (%) Blanco (%) Nulo (%) Resultado
6 de diciembre de 1978
Referéndum para la ratificación ¿Aprueba el Proyecto de Constitución? de la Constitución española
67,11
88,54
7,89
3,57
0,75
Aprobación
12 de marzo de 1986
¿Considera conveniente para España permaneReferéndum sobre la permanencer en la Alianza Atlántica en los términos cia de España en la OTAN acordados por el Gobierno de la Nación?
59,4
52,5
39,8
6,5
1,7
Permanencia
20 de febrero de 2005
Referéndum sobre la Constitución Europea en España
42,3
76,1
17,1
6,0
0,9
Aprobación
¿Aprueba usted el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa?
Resultados de los referendos para la aprobación de estatutos de autonomía Fecha
Referéndum
25 de octubre de 1979
Referéndum sobre el Estatuto ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía de Autonomía del País Vasco para el País Vasco?
Pregunta
Part. (%) Sí (%) No (%) Blanco (%) Nulo (%) Resultado 59,77
90,29
4,71
3,41
1,16
Aprobación
25 de octubre de 1979
Referéndum sobre el Estatuto ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía de Autonomía de Cataluña para Cataluña?
59,70
88,15
7,76
3,55
0,48
Aprobación
28 de febrero de 1980
¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciatiReferéndum sobre la iniciativa va, prevista en el articulo 151 de la Constitución, a del proceso autonómico de efectos de su tramitación por el procedimiento preAndalucía visto en dicho articulo?
64,19
86,94
5,36
7,04
0,44
Aprobación
21 de diciembre de 1980
Referéndum sobre el Estatuto ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía de Autonomía de Galicia para Galicia?
28,27
73,35
19,77
4,62
2,25
Aprobación
20 de octubre de 1981
Referéndum sobre el Estatuto ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía de Autonomía de Andalucía para Andalucía?
53,49
89,38
7,00
2,87
0,74
Aprobación
18 de junio de 2006
Referéndum sobre la reforma ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía del Estatuto de Autonomía de para Cataluña? Cataluña
48,85
73,24
20,57
5,29
0,90
Aprobación
18 de febrero de 2007
Referéndum sobre la reforma ¿Aprueba el proyecto de Estatuto de Autonomía del Estatuto de Autonomía de para Andalucía? Andalucía
36,28
87,45
9,48
3,07
0,96
Aprobación
*Los síes, noes y blancos se calculan sobre el total de votos emitidos, no sobre el total de votos válidos.
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Al hilo
Frases destacadas -«Una consulta planteada como acumulación de fuerzas es (...) contraria al espíritu y la letra de la posición de EAJ-PNV. (...) Además, podría ser el plan B al que se acoja una ETA que declare un alto el fuego permanente esperando que la misma se lleve a cabo. (...) No en nuestro nombre». Josu Jon Imaz, presidente del PNV -«Imaz ha dicho lo que los socialistas venimos defendiendo. (...) La consulta que propone Ibarretxe supone resucitar la división entre los vascos». Patxi López, secretario general del PSE -«Hay que desatar conjuntamente los nudos del conflicto para llegar a una consulta en la que los vascos tengamos la última palabra». Joseba Permach, portavoz de Batasuna -«Entiendo el derecho de autodeterminación, pero también que no nos corresponde, porque los vascos ya decidimos nuestro futuro con el conjunto de España». Leopoldo Barreda, portavoz parlamentario del PP -«Hay que cumplir las obligaciones electorales, y una de las del tripartito es avanzar hacia la normalidad consultando a la población». Begoña Errazti, presidenta de Eusko Alkartasuna --«Una consulta sería muy importante para la normalización política y para que ETA y quienes les apoyan vean que están en contra de Euskadi y de la sociedad vasca». Javier Madrazo, coordinador general de Ezker Batua -«Ante la ruptura de la tregua, y tras comprobar que el diálogo sin exclusiones no ha encontrado su cauce, la sociedad vasca tiene la oportunidad de expresar su voluntad por medio de una consulta popular para desbloquear estos momentos tan difíciles. Sería un error dejar en manos de ETA la llave para abrir o cerrar el diálogo». Paúl Ríos, coordinador de Lokarri
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te a nadie. Desde la izquierda abertzale, Batasuna y ANV atacaron esta tesis considerándola una muestra de la «responsabilidad» que el PNV tiene en que exista el conflicto vasco, mientras que Aralar, a través de su vicecoordinador Jon Abril, la consideró inviable recordando que lo sucedido en Navarra demuestra que es imposible lograr un acuerdo con el PSE que luego vaya a ser refrendado por Ferraz. «La consulta es el máximo exponente de la democracia», concluyó. Por su parte, el presidente del PP en Bizkaia, Antonio Basagoiti, afirmó que el líder del PNV iba «en la buena dirección», si bien la presidenta del partido en Euskadi, María San Gil -felizmente recuperada ya de la enfermedad que la apartó de la vida pública- sentenció que tanto Imaz y Egibar, como ETA «hablan de lo mismo» y que existe una «coincidencia clara, primero, dentro del PNV y luego con ETA en un proyecto que es hacia la independencia». Quizá la postura más compleja ante esta cuestión haya sido la del PSE. El secretario general del partido, Patxi López, aplaudió lo expuesto por Imaz hasta llegar a decir que éste había escrito «lo que los socialistas venimos defendiendo desde hace mucho tiempo» (...) ante «la consulta que propone Ibarretxe» que, según dijo, «nos lleva a la división». Sin embargo, la postura del PSOE ante esta cuestión entraña varios matices y no siempre ha sido exáctamente ésta. Durante el recientemente frustrado proceso de diálogo, en octubre del año pasado, Patxi López afirmaba que su intención era discutir -en la mesa de partidos que nunca llegó a tomar cuerpo definitivo y oficial (pero que sí lo tuvo de forma oficiosa)- cómo «mejorar» el derecho a decidir de los vascos; una tesis que apoyaron entonces otras voces del partidos como la del alcalde de Donostia, Odón Elorza. «Los socialistas ya decimos que el derecho a decidir existe. ¿Se puede mejorar? Quizá», aseguraba. Remontándonos al socialismo histórico, el PSOE se definía -y se define- en el mítico Congreso de Suresnes de 1974 como federalista. Así, consideraba que la nueva España que debía salir del inminente acuerdo constitucional, debería ser una República Federal de las Nacionalidades y reconocía, como lógica consecuencia, «el derecho de autodeterminación de los pueblos que la integran». Sin embargo, con el tiempo han pasado a plantear las consultas como un refrendo de los acuerdos que se alcancen entre los partidos para reformar el actual estatuto «siempre dentro de la legalidad vigente» para que dicha reforma no quede varada en las Cortes como le sucedió al Plan Ibarretxe, o resulte «cepillada», como le ha sucedido al Estatuto catalán -ambos aprobados por mayoría absoluta en sus respectivas Cámaras-. Ante todo este debate tan cargado de tintes políticos, algunos movimientos sociales como el propio Lokarri defienden la consulta como elemento clarificador que ayude a normalizar la convivencia. De
El camino de la autodeterminación
hecho, ya desde que ETA diera por rota su tregua, Lokarri se encuentra recogiendo 50.000 firmas que apoyen la solicitud de una consulta popular ante el Parlamento Vasco y el de Navarra para que, más allá de los rifi rafes de la coyuntura política, sea la ciudadanía quien directamente manifieste cuáles deben ser los principios de convivencia y exprese clara y democráticamente su posición ante la violencia. Listos para el debate El pleno de política general que abre este curso político llevará al Parlamento Vasco este debate una vez más. Antes de su celebración, la portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, ya recordaba que los «compromisos» del tripartito en relación con la convocatoria de un referéndum o consulta popular están recogidos con claridad en el acuerdo de coalición suscrito hace dos años por PNV, EA y EB. No hay que olvidar que, según el último Sociómetro, siete de cada diez ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca consideran que el pueblo vasco tiene derecho a convocar un referéndum de autodeterminación, aunque tampoco se puede obviar que la mitad de ellos aseguraban que esta iniciativa debería llevarse a cabo una vez que haya desaparecido la violencia. El Parlamento Vasco se ha pronunciado en varias ocasiones a favor de «el derecho de la sociedad vasca a decidir su propio futuro» y de «abordar un diálogo integrador y sin exclusiones» que permita alcanzar «la normalización política». En este sentido, durante las conversaciones que los socialistas, el PNV y Batasuna mantuvieron en el Santuario de Loiola durante el proceso ahora bloqueado, estas tres formaciones redactaron el 31 de octubre un borrador llamado precisamente «Bases para el diálogo y el acuerdo político». En él, se recogía el compromiso de estos partidos de defender que «las decisiones que sobre el futuro político adopte libre y democráticamente la ciudadanía vasca sean respetadas por las instituciones del Estado» y que el acuerdo resultante garantice «que todos los proyectos políticos» puedan ser, «no sólo defendidos, sino materializados», consiguiendo así un dificil equilibrio articulado sobre las bases de la legalidad vigente, como exigía el PSE, el llamado Plan Ibarretxe, reivindicado por el PNV, y la Alternativa Democrática de Batasuna. La vuelta a las armas de ETA y la ruptura oficial de un diálogo que, por otra parte nunca dejó de ser del todo extraoficial, han enturbiado el debate sobre la necesidad o no de consultar a la ciudadanía, pero ahora el Ejecutivo liderado por Juan José Ibarretxe parece querer ponerlo de nuevo sobre la mesa. Y será la propia sociedad quien decida si necesita o no este debate, y si quiere o no definir sin ambages cómo quiere que sea su futuro. Tiene la oportunidad de dejar que se escuche su voz.
El debate sobre la versión más política de la consulta ciudadana, aquélla que se centra en el marco jurídico político, también tiene ecos lejos del suelo vasco. Sin salir del Estado español, los gibraltareños llevan años pidiendo que se les consulte para aclarar su curiosa situación; en Cataluña, el vicepresidente de la Generalitat, Josep-Lluis Carod Rovira, fijó recientemente el límite del año 2014 para celebrar un referéndum, y algunos de los miembros del nuevo Govern Mallorquín afirmaron en su toma de posesión que no renuncian «al derecho de autodeterminación del pueblo en las Islas». En cualquier caso, la vanguardia es hoy en día escocesa. Hace diez años, el laborista Tony Blair resucitó el parlamento escocés, y los nacionalistas han ido cobrando fuerza hasta dirigirlo. Ahora, su primer ministro camina hacia una consulta que se espera para 2010 y que laboristas y conservadores han prometido respetar, pese a que abogarán por la permanencia en el Reino Unido. También la cuestión saharaui gira en torno a la posibilidad de que la antigua colonia española decida su futuro. Cabe destacar que, ante esta cuestión, tanto el PP como el PSOE han abogado históricamente por el derecho de autodeterminación de los saharauis. De puertas adentro, estos partidos rechazan defender la misma postura ante los pueblos del Estado alegando que no son países colonizados. Pero el componente clarificador que puede aportar una consulta no se limita a esos casos de liberación post colonial. En Alemania,
los länders tienen reconocido este derecho y en Quebec se ha ejercido en dos ocasiones, demostrando además con la doble convocatoria que nada tiene por qué ser definitivo ni traumático, y que la democracia debe adaptarse a la sociedad que la disfruta para que la convivencia entre ésta y su marco jurídico político no sea un problema. Montenegro ha sido el último escenario de un referéndum de autodeterminación en el seno de Europa, pero antes lo fueron Polonia, Croacia, Malta o Chipre, entre otros. Y estos modelos pueden quedar no tan lejos del futuro de Euskadi, porque no hay que olvidar que tienen un amplio apoyo. Incluso el lider del PSE, Patxi López, que ha mostrado siempre su interés con el modelos quebequés, afirmó el año pasado ante lo sucedido en Montenegro que los socialistas subrayan «el derecho a decidir de la ciudadanía vasca a seguir decidiendo su propio futuro, de acuerdo» con el método utilizado en el que ya es el país más joven de Europa.
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Reflexión
Las filtracio En los últimos meses, algunos medios se han convertido en el escaparate en el que se han exhibido los contenidos de las conversaciones políticas a tres bandas (PNV, PSE y Batasuna) que quedaron enterradas bajo los escombros de Barajas. La situación no es en absoluto novedosa. Sin ir más lejos, tras la ruptura de la tregua de 1998, ETA hizo público el contenido de los acuerdos que alumbró el proceso de Lizarra-Garazi y ahora la historia parece repetirse, si bien aún está a salvo todo lo que se encomendó a los mediadores internacionales. ¿Por qué se producen estas filtraciones después de cada proceso frustrado?; ¿a quién interesan?; ¿es positivo que se expongan a la luz pública las diferentes versiones de lo hablado, o es más bien un elemento que contribuye a alejar la paz?
La revista Haritu me solicita un apunte sobre la importancia, gravedad y consecuencias de las filtraciones en las conversaciones / negociaciones de paz, casi siempre convenidas para que queden en la discreción de los protagonistas y casi siempre pregonadas en sus diferentes e incluso contradictorias versiones. No me ha resultado sencillo centrarme en la cuestión a estas alturas de final de verano, cuando a muchas personas se nos ha helado la sangre ante atentados como el de Durango o tentativas como la de Castellón. Pero puede que mirar este rincón del pasado reciente sea provechoso como ejercicio de futuro. Con ese ánimo van las líneas que siguen. Hablamos de filtración para referimos al deslizamiento de una determinada información sin revelar la identidad del autor. Quien actúa en este formato, es decir, quien filtra directamente o induce la filtración, se suele amparar en fuentes de toda solvencia, fuentes dignas de crédito… para subrayar el interés de la información. Pero el anonimato siempre tiene algo de impune y adolece de la falta del autocontrol necesario para la mesura y la reflexión o para ejercer la crítica sin descalificaciones. La crónica política es un género interesante y valioso, incluso en los casos en los que se elabora sobre la base de un conjunto de comentarios anónimos. Somos muchas las personas que atendemos a estos tex-
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tos periodísticos con verdadero interés y aprendemos de ellos. Y a todos nos beneficia el hecho de que los profesionales de los medios puedan contar para su trabajo con el contraste, las reflexiones y las informaciones necesarias para lograr un buen producto. Nada que objetar, por lo tanto, y sí mucho que reconocer, en general, a los profesionales de los medios de comunicación, a los cronistas, en este caso, de la cosa política. ¿Cómo evitar entonces, lo que tienen de amenaza las filtraciones y, a la vez, potenciar su fortaleza como inspiradoras de una buena reflexión periodística? En lo que concierne a los responsables políticos, sólo conozco una receta: consiste en comunicar en el formato fuentes de solvencia solamente aquello que seríamos capaces de firmar o de expresar abiertamente en una comparecencia pública. No escudarnos en esta forma de anonimato para actuar sin la autocontención que nos demandan la mesura y la serenidad de juicio. Nuestra responsabilidad ante la ciudadanía y el compromiso con el prestigio y el reconocimiento social de la clase política así nos lo exigen. Las filtraciones a los medios de comunicación en los procesos de paz tienen su espacio propio y se les puede ubicar entre la necesaria discreción y el derecho a la información. En lo que se refiere al último proceso vivido en Euskadi, en la voluntad -estratégica o sólo táctica- de llegar a culminar el proceso está, en buena medida, el origen de las filtraciones.
ones y la paz Josune Ariztondo Secretaria del EBB de EAJ-PNV y portavoz del grupo jeltzale en Ondarroa
¿Son contradictorios la discreción y el derecho a la información? Yo no lo creo así; más bien al contrario, considero que la ciudadanía, que deja en manos de la clase política la gestión de sus ideas en relación con la cosa pública, es siempre comprensiva con la discreción. Y que no considera como derecho a la información el relato de chascarrillos o las historietas de políticos que arriman el ascua a su sardina para aparecer como protagonistas de acontecimientos que se interpretan como propiciadores de paz. La discreción no sólo no está reñida con el derecho a la información: ambos son complementarios y la ciudadanía es consciente de que en procesos tan dificultosos y plagados de obstáculos como el que hemos vivido en Euskadi, hay tiempos para la discreción y tiempos para la explicación. Y todos ellos han de ser gestionados con responsabilidad y madurez. Y ¿qué pretenden, en este contexto, las filtraciones? La respuesta depende, probablemente, de cómo acabe cada proceso. Los vascos sólo hemos conocido procesos fallidos y tras cada uno de ellos, hemos conocido un insistente relato justificativo de la actuación de la izquierda abertzale, filtrado a los medios, en primer lugar, y comunicado después directamente por ETA. Y, curiosamente /paradójicamente, la responsabilidad, tanto de la quiebra del proceso como de la actuación violenta posterior de ETA, es siempre ajena.
Es evidente que hay tantos relatos como actores y tantas culturas y lenguajes políticos como partidos. Y que entre las formaciones políticas existen diferencias a la hora de informar a la ciudadanía. Son estilos de política que la gente identifica, generalmente con acierto, según parámetros como la madurez, la sinceridad o / y la valentía -que no envalentonamiento- y termina por identificarse mejor con unos que con otros. Hay un último aspecto en esta cuestión de las filtraciones que no quiero dejar de señalar: todo lo que se mantenga a salvo de ellas es territorio ganado para la confianza y para sentar las bases de una nueva ocasión para la paz. Pero esto es como la veda de la anchoa: o la respetan todos o no sirve de nada el que la respeten unos cuantos, salvo para que se beneficien aquellos que no la respetan. Y cuando se rompen las reglas de juego, ya se sabe el final. Pero a pesar de estas y otras dificultades, sigo considerando que la paz es el horizonte de un proceso más ligado al diálogo que al monólogo, más al consenso que al disenso, mucho más a la educación y a la tolerancia que a la ignorancia, a la desconsideración o a la indiferencia. Y al ejercicio de la política con madurez, serenidad y buen juicio, dignificándola a los ojos de la sociedad e impulsando la participación social en la cosa pública, que es un buen indicador de la democracia.
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Alegiak
Ane
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Imanol Carballo Idazlea Ramanujan Marrazkiak
E
z dut Ane inondik aurkitzen. Hogei minutu daramatzat taberna honetan atera ezinik. Kaletik oihuak, detonazioak eta lasterketa zaratatsuak iristen dira. Hemen berriz, tentsioaren karraska mutua entzun daiteke soilik tabernan pilatutako dozenaka gazteren begiradak zeharkatzen. Bero ere egiten du, kondentsazioa airean. Bertan gelditzen banaiz, ez dut inoiz Ane berriz ikusiko. *
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Enekoren aurpegian izerdi tanta nanoak azaltzen hasiak dira. Ondokoen bizkarrak, sorbaldak, ipurdiak gorputzari itsatsiak ditu eta ia ezin da mugitu ere egin. Bultzaka sartu dute tabernan lasterka ari zirela. Orduan galdu du Ane. Oxigeno faltak indartsuago arnas hartzera behartzen du eta izerdi lurruna goraka doa, sabaira. Bitan pentsatu gabe, Enekok aterantzako bidea egitea lortu du, kostata, bultzaka, ez dago barkamena eskatu beharrik. Baina, nekez, taberna gurutzatu ondoren, kaleko atea itxita dago, pertsiana jaitsita, leihoak gortinaz estalita eta tabernariaren eskua atearen eskulekuan tinko. Kanpora irten behar dut, esan dio Enekok, baina ahoa zabaldu baino lehen tabernaria buruarekin ezetz egiten ari zitzaion. Beltzak kanpoan dira, ez dut atea ezergatik zabalduko, dio serio eskulekua are eta estuago heltzen duen bitartean. Bat-batean eztanda beldurgarri bat entzun da. Segidan isiltasunik ilunena, detonazioaren oihartzun azkarra etxe zaharren fatxadetan gero eta urrunago errebotatzen. Erlojuak neurtzen ez dakien une lodi eta bikortsu bat zabaldu da denboraren dimen-
tsioan, uhin hedakorrak unibertsoaren paretak zartatu eta pentsamenduak, sentimenduak, atomorik txikienak ere airean buruz bera zintzilikatu balitu bezala. Hemen geratzen banaiz pertsona bat hil egingo da, bota du Enekok eskumuturrak estututa. Eta ez da hitz hauen esanahia izan tabernariari eskulekua laxatu eta atea irekiarazi diona, Enekoren begirada biziak atzean ezkutatzen duena baizik: larritasuna. Ez daki zergatik askatu duen halako astakeria, baina Ane gal dezakeen pentsamendua izan bezain laster atera zaio kanpora, barrutik, egia ziur eta ikaragarri baten jabe denaren etsipenaz. Burua kalera atera duenean, orain arte gor ziren soinuak argitu egin dira, anplifikatu, present baina ezkutuan zegoen bizia belarrietan barna gailendu balitzaio bezala: ikara oihuak, kristal hautsiaren hotsa, bota ilunen taupadak lurra kolpatzen, gurpil beltzen irrintziak errepidean arrastoak marrazten, mendeku hitzak kale kantoietan, istiluen kontrako materialaren danbadak, eta euria; gozo, epel, espaloietako putzuetan pliki eta plaka. Gasolio usainak airea biziatu du, suaren distira ikus daiteke karrikaren amaieran. Orain urrun dagoen guda ez da geldia. Kaleetan zehar mugitzen da azkar, otso taldeak gauaren basoetan ehizatzen duen moduan momentuoro erasotzeko kokagune egokiena bilatuz, etengabe egoerara moldatuz. Gudak kaleak gurutzatzen ditu, kantoiak galdu eta konkistatu, kaosa eta izua zabaldu. Txikizioa da bere iragatearen seinale berezia. Karrika hutsik dago, lurra bustita, zerua iluna. Odol arrastoak ikus daitezke urarekin bat errekatxo nimi単oak baldosa artean marrazten. Norenak izango ote? Hemendik mugitzen ez banaiz, ez dut inoiz Ane berriz ikusiko, otu zaio berriz. Karrikan aurrera doan heinean zarata gora doa, adrenalina bezala. Hor bukaeran kristalak hegan ikusten ditu alde batetik bestera,
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Alegiak
ez ordea zeharkako kalean dauden jaurtilariak. Istiluen kontrako materialaren danbatekoak etengabekoak dira. Ikusten dira ere kantoietan burua arriskatuz polizia iraintzen dutenak, beste batzuek pasa nahi dute baina ez dira ausartzen. Nik ez daukat aukerarik dio Enekok martxa areagotzen duen bitartean, azkenean korrika eta gurutzatzerako orduan makurtuta, eskuak buruan eta zilipurdika, su botila beltzak gainetik, haize pilota beltzak albotik eta korrika aterpea aurkitu duen arte. Lurrean etzanda dagoela, kristal txiki baten ziztada nabaritzen du bizkarrean. Kaka zaharra! Gatazkaren erdian harrapatuta dago. Nolahala lurrean buelta eman eta kristala bizkarretik atera du. Kaka. Eta orain zer? Buelta eman bezain laster ikusi du polizia bere aurrean. Musika eszena bat Oihala gora. Admnistiaren aldeko txosna baten inguruan gazte talde bat. Kortaturen «Equilibrio» kantua bozgorailuetan. Barraren erdialdean gorriz jantzitako Neska bat. Ondoan Mutila. MUTILA -Horrelako bat izan nuen nik aspaldi. NESKA -(Asaldatua) Zer? Makutoa? M. -Bai. Marraduna eta arrosa kolorekoa, zurea bezalakoa. N.-(Asaldatua oraindik) Ah!, eh… bai. Erakusleihoan ikusi bezain pronto erosi nuen.
M.-Hori da kontua. Neskentzako arropa denda batean. Hurrengo hilabeteetan herri osoaren barreak entzun behar izan nituen. Oso poxpolin negoela makuto arrosarekin, nire alderdi femeninoa liraintzen zuela, telefonoa pasatzeko, ea galtzen azpian izebaren gonak erabiltzen nituen… (keinua handizkatuz) Etsigarria izan zen nire Egoarentzat. N.-(Orain bai, barrez) Zu bai ahoberoa. M.-Eh! Benetan. Borroka existentzialista batean murgildu nintzen. Nire printzipioak, arrosa kolorea gizonezkoentzat ere badela aldarrikatzea, gizarte intolerantearen presioaren aurka. Latza! N.-Bueno, arrak horrelakoak zarete, laukiburuak; edo dira, ezta? M.-Nire amak esan zizkidanak entzun beharko zenituzke. N.-(Barre zintzoarekin) Sexu aldaketa nahi baduk, titiak finantza diezazkizuket. Komendiante hutsa haiz. Berdin egiten al duk txosnetan aurkitzen dituan neska guztiekin? M.-Oh, ez. Zurekin bakarrik. Bueno, eta gaur beste dozena erdirekin ere, baina zu izan zara elkarrizketa jarraitu didan makuto arrosadun neska bakarra. N.-(Berriro barrez) Gezurti hutsa haiz! M.-Bai, baina larunbat eta astearteetan bakarrik. N.-Gaur jada igandea da.
M.-(Barre behartu bat) Nik ere! Niretzat egina zegoela pentsatu nuen. Garesti ordaindu nuen baina. N.-Garesti? (Lasaiago) Non erosi zenuen bada?
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M.-Egia. Noizbait ikusi izan zaitut hemendik, baina ez inoiz han ederra. N.-…
«Gudak kaleak gurutzatzen ditu, kantoiak galdu eta konkistatu. Txikizioa da bere iragatearen seinale berezia»
M.-Zer? Ez begiratu horrela. Gaur igandea da. N.-Eskerrik asko. M.-Goazen hemendik, pote bat hartzera. Barrako tipoa ezagutzen dut. (Barraren atzean dagoen gazteari) Eh! Sinvergüenza! Me piro. Mañana nos vemos. GAZTEA.-Si eso, estamos. Y si no nos vemos, igual es por culpa de la luz! M.-(Neskari) Ez da fidatzekoa. Ni Eneko naiz. Bagoaz? N.-(Barrez) Bale. Ni Ane. Neska eta Mutila eskubitik ateratzen dira. Musikak gora egiten du eta gazteen elkarrizketa gorra entzuten da. Oihala behera. *
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Ilargiak Aneren ilea marrazten du gauaren maindire gainean. Nire behatzak bere mototsetan kateatzen ditut poliki, zetazko suge ilunak bailiran, gero eta bilduago, gero eta estuago, behatzen puntaz lepondoko azala ukitzeraino. Atsegin dut Aneren buru txikiaren pisua nire bularra zanpatzen sentitzea. Denbora infinitoa egiten da horrela, belarretan eserita. Anek berearekin nire eskua harrapatu du eta bata bestearen pentsamenduak entzuten egon gara isilean. Tipa hau ez da besteak bezalakoa, pentsatu dut nik, eta orduan berak burua jaso, begiak erdizka itxiz nireak bilatu eta muxu geldo bat eman dit ezpainetan. Tipa hau ez da besteak bezalakoa, esan diot berriz neure buruari. Beste muxu txiki bat.
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Hilvanando
Hari-muturrak...
Guerras banderizas
Espiral de confrontación
Quien pudiera haber pensado que los tiempos en los que las banderas eran motivo de confrontación política y social habían pasado a la historia se equivocaba, ya que una sentencia del Tribunal Supremo hecha pública a comienzos de agosto ha reabierto la polémica. Según dicta el Supremo, las instituciones vascas están obligadas a exhibir la enseña española en un «lugar preferente». Al poco de conocerse esta orden, Antonio Basagoiti, concejal del PP en el Consistorio bilbaino, amenazó con acudir a los tribunales si no comienza a ver la rojigualda colocada «de manera permanente» en los organismos públicos de la Comunidad Autónoma Vasca. «Bilbao es muy español y, si algunos se acostumbran a ver la bandera de su país, de España, en Bilbao, no habrá ningún problema», sentenciaba. Poco después, simpatizantes de la izquierda abertzale se concentraban ante los ayuntamientos de Donostia y Bilbao para exigir que la única bandera con la que se envuelvan los poderes públicos vascos sea la ikurriña. Así las cosas, la confrontación vuelve a estar servida, esta vez construída a base de utilizar los símbolos y los sentimientos políticos más íntimos como armas arrojadizas en lo que ya es un obstáculo más colocado gratuitamente en la carrera hacia la convivencia y la normalización política de este país.
La vuelta a las armas que ETA anunció el pasado 6 de junio parece haber reavivado la lucha antiterrorista, sobre todo en suelo francés. Durante el alto el fuego, los responsables del Gobierno español se esforzaron en asegurar que el Estado no estaba «en tregua» y que sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad seguían persiguiendo con todo su afán a los miembros de ETA. Sin embargo, tras la ruptura del alto el fuego se han disparado las detenciones. La gendarmería gala ha detenido durante los últimos dos meses a 15 presuntos miembros de la organización, mientras la Policía española respondía al rebrote de la kale borroka con el arresto de seis de sus presuntos responsables. Además, se ha golpeado el aparato logístico de la banda con la detención de uno de sus más veteranos integrantes y el hallazgo de un zulo en Biarritz, pero sobre todo con el golpe de Cahors, donde la Policía asegura haber arrestado al responsabe de la fabricación de explosivos y quemado el más importante centro de formación de nuevos activistas. Por otra parte, y aunque de una forma un poco fortuíta, se han impedido atentados en las costas españolas neutralizando dos vehículos en los que ETA trasladaba numerosos detonadores y explosivos. Ante esta situación, la violencia ha vuelto a las calles y, además de los dos pequeños artefactos que explotaron al paso del Tour de Francia por Navarra, la organización hizo explotar el pasado 23 de agosto una furgoneta bomba ante el cuartel de a Guardia Civil en Durango, causando dos heridos leves y cuantiosos daños materiales al cuartel y a los edificios de la zona, en lo que es su reaparición de hecho tras el atentado de Barajas. Así, suspendido el proceso de paz, los gobiernos y ETA vuelven a enrocarse de nuevo sobre el tablero de la confrontación en una peligrosa espiral que, desgraciadamente, la sociedad vasca ya conoce de sobra.
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...hilos sueltos
Nuevos poderes
Las diputaciones de Bizkaia, Navarra, Alava y Gipuzkoa ya tienen nuevos equipos gestores. En la Comunidad Autónoma Vasca únicamente repite el de José Luis Bilbao, ante la llegada de Xabier Agirre al palacio foral alavés y la sustitución de Joxe Juan González de Txabarri por Markel Olano en Gipuzkoa. De esta forma, las tres diputaciones vuelven a quedar otra vez en manos del PNV, si bien los acuerdos que han hecho posible que esto sea así abren la puerta a nuevas posibilidades estratégicas de colaboración entre los diferentes partidos vascos que habrá que analizar a medio y largo plazo. Por otra parte, en el Gobierno de Navarra repetirá Miguel Sanz. Llega al cargo tres meses después de que se celebraran las elecciones y tras haber presenciado desde un balcón privilegiado el culebrón con el que PSN y PSOE han amenizado el verano informativo. A pesar del apoyo del CDN, gobernará en minoría y con la amenaza de que la oposición presente una moción de censura que le sacaría del cargo antes de cuatro años, aunque de momento se le ve tranquilo, ya que al PSN le costará forzar esta situación a sabiendas del daño electoral que podrá sufrir tras esta última crisis. Lo apretado de los resultados electorales en estos tres territorios ha obligado a los políticos a articular discursos incluyentes y conciliadores para lograr los apoyos que les permitan gobernar los próximos cuatro años; un buen punto de partida que ahora tendrán que refrendar para consolidar la convivencia entre sus ciudadanos.
Libertad secuestrada
Entre las muchas serpientes de verano, la que más ha coleado ha sido la del «secuestro» del número de julio de la revista de humor «El Jueves». La Audiencia Nacional consideró que su portada era «denigrante» para la familia Borbón y les acusó de «injuriar» a la Corona. No es la primera vez que este tribunal arremete contra la libertad de expresión en la que el periodismo debe hacer pie para ejercer en un Estado de derecho y «Egin», «Ardi Beltza» o «Egunkaria» son nombres que aún están frescos en la memoria. En este caso, la línea que separa el ejercicio de este derecho del derecho al honor y la intimidad de los ciudadanos es delgada, pero sorprende que sea el propio juez quien aparte los casos que se atascan en la lenta maquinaria de la Justicia y actúe de oficio inmediatamente sobre éste para salvaguardar el honor de la Corona. Más aún, cuando los miembros de esta institución no expresaron ninguna queja ante lo publicado, que era una sátira que cuestionaba el «trabajo» que desempeña el príncipe Felipe y la iniciativa del Gabinete Zapatero de fomentar la natalidad dando hasta 2.500 euros por cada hijo que se tenga. Ya en 1977 «El jueves» sufrió el secuestro de dos de sus ejemplares por criticar las situaciones que atravesaban España y el Vaticano. Sin embargo, en pleno siglo XXI, sorprende seguir viendo cómo la Policía se lleva pilas de revistas «secuestradas» de los kioskos. Sin duda, una mala noticia para el estado del humor y de las libertades en España, aunque quizá no tanto para los editores de la revista, a quienes la decisión judicial les ha facilitado una excelente campaña publicitaria.
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Hemeroteka
Umorea
Ripa Deia. 31 de agosto.
Peli Berria. 31 de agosto.
Oroz Diario de Navarra. 21 de agosto.
Zaldieroa Berria. 2 de agosto.
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Esandakoak «El nuevo gobierno navarro tendrá la mirada puesta en el futuro, estará abierto al diálogo y a la concertación, y será respetuoso con la pluralidad social, cultural y política que siempre ha caracterizado a nuestra Comunidad».
Miguel Sanz, presidente reelecto de la Comunidad Foral Navarra.
«Los terroristas se van a encontrar con el muro que representan toda la firmeza del Gobierno, de las fuerzas políticas, de la policía, de la ley y del Estado de Derecho».
José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español.
«Hemos sido firmes en el intento de diálogo, seremos firmes en la persecución de los violentos porque el objetivo es el mismo: acabar con la violencia».
José Blanco, secretario de organización del PSOE.
«La normalización política ha de hacerse, hemos de desarrollar acuerdos y la sociedad vasca debe decidir, al margen de que exista o no ETA».
Juan José Ibarretxe, lehendakari.
«La bandera española es tan bilbaína como la Ría o el Pagasarri».
Antonio Basagoiti, portavoz del PP de Bilbao.
«La desarticulación de la cúpula de Cahors es un golpe contra la columna vertebral de la banda, pero eso no es acabar con ETA ni mucho menos. De hecho, ahora es muy peligrosa porque puede sentirse como un animal acorralado».
Antonio Camacho, secretario de Estado de seguridad.
«Rubalcaba tuvo en sus manos una propuesta de ETA de desarme definitivo, en el contexto de un acuerdo político que diera la capacidad de decisión a los vascos y dio un no rotundo por respuesta. Ahora, con sus malos augurios y sus amenazas a la izquierda abertzale, sólo escurre el bulto de su responsabilidad histórica».
Pernando Barrena, portavoz de Batasuna.
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A dos bandas
Alvaro González Texto Karlos Corbella Fotos
Desdramatizando Gari & Josetxo Goia Aribe «Oye, dale a todo esto un tono de humor, que a mí este país, si no, me aburre mucho, ¿eh?». Así es como se despide de la entrevista Gari ante la sonrisa cómplice de Josetxo. Siempre se ha dicho que los músicos tienen una peculiar forma de ver la vida. Pero si les pides que compartan sus análisis de la realidad actual a un navarro que hace jazz desde la música tradicional y a un hombre que fue, con Hertzainak, un icono de lo que las etiquetas llamaron rock radical vasco de los 80 y que hoy se ha reinventado a sí mismo sin dejar de ser él, sale lo que sale: un retrato social y humano personal, crítico, pero desdramatizado. Porque, según la ven ellos, la esencia de la vida es salir a la carretera, conocer a otras personas, aprender y disfrutar de ellas. ¿Rock en estado puro? Gari y Josetxo Goia Aribe en estado puro.
Haritu: una de las serpientes informativas del verano ha sido el asunto de las banderas, y ha venido con resoluciones judiciales, declaraciones cruzadas entre los partidos, manifestaciones en la calle... ¿Estamos condenados a no salir nunca de estos debates? Josetxo Goia Aribe: las banderas son simbología, y cuando la gente se pone así con un sím-
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bolo es porque necesitan explicar lo que son a través de esas banderas; y si es así, tenemos un problema. Con las banderas se enarbolan sentimientos de identidad que luego generan conflictos, porque la simbología se saca de quicio y puede ser peligrosa. Hay que estar un poco más relajados, sobre todo ante cuestiones tan intrascendentes y que necesitamos tan poco como éstas.
Gari: para mí, Euskadi o España no son banderas. A mí una bandera me da igual. No es más que un trapo de colores que no me interesa; me interesan otras cosas mucho más importantes que representan mucho más lo que soy como euskaldun, y lo que somos como pueblo. Y cuando los políticos se ponen como se ponen con esto, les están dando a su público lo que su público quiere. Es como en un escenario: unos
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A dos bandas Gari
«El problema radica en que no se puede jugar con los sentimientos de un pueblo, y desde hace unos años, lo están haciendo todos»
dicen oeoeoeoeee, o a ver esas palmas, o levantan el puño izquierdo, o el derecho... Cada cura, desde su púlpito, da a sus feligreses las bendiciones que éstos quieren.
Haritu: otra de las cuestiones que va a dar de qué hablar es la del derecho a decidir. ¿Creéis que sería positivo consultar de forma directa a la sociedad? Josetxo Goia Aribe: yo ahí me veo un poco en una contradicción. Por un lado, entiendo la consulta, pero tengo dudas sobre si reflejaría lo que sociológicamente hay en el país. Los partidos se meterían a dar consignas y buf... ¿Más de lo mismo, más bronca? No lo sé... Gari: yo la verdad es que no entiendo muy bien todo lo que pasa en este pueblo. No entiendo ni a los unos, ni a los otros. He llegado a la conclusión de que lo más prudente es mandarles a tomar por el culo a todos, porque para mí el problema radica en que no se puede estar jugando con los sentimientos de un pueblo, y desde hace unos años, lo están haciendo absolutamente todos. Creo que en este país no se hace política, aunque igual en otros tampoco. Se habla mucho, pero parece que nadie quiere ahondar en las soluciones, y algunos parecen no querer ni siquiera buscarlas. Depende de cómo venga el viento se generan unas ilusiones, y cuando la gente está esperanzada, todo se hunde. Y te dicen que es que la defensa es muy mala, o el centro del campo no ofrece soluciones imaginativas, pero todo indica que, en el fondo, es un sinsentido de intereses en el que juegan con quienes nos esperanzamos, que somos el pueblo. Así que no me interesan nada los políticos. Josetxo Goia Aribe: ya. Yo estoy muy de acuerdo con eso. Cada vez parece que hay más
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Josetxo Goia Aribe
«Cuando ETA desaparezca va a haber una sensación de tristeza por los años de sufrimiento padecido que va a necesitar de mucha terapia»
brecha entre la sociedad, que enseguida nos ponemos de acuerdo incluso entre diferentes, y los políticos, que parecen empeñados en no solucionar los problemas y en no hacer autocrítica ni atados. Yo entiendo que si dices «lo hemos hecho mal» tengas un coste político a corto plazo, pero igual a medio plazo es lo contrario, porque has ganado credibilidad. Además, entiendo ese planteamiento conservador cuando se trata de vender coches, pero creo que la política debería ser más que eso.
Gari: y yendo más allá en lo de plantear una consulta, una iniciativa tan directa; ¿se puede hacer mientras esté ETA, mientras unos siguen ejerciendo una violencia como lo de la T4 de Barajas, es decir, como verdaderos macarras de barrio?... Mmmm. Unos te dirán que sí y otros que no en un tremendo batiburrillo de ideas, pero lo que está claro es que no es el escenario ideal. Yo no sé si hay que hacerlo o no, pero, desde luego, no es un escenario agradable para nadie. Haritu: pero ésa es precisamente otra de las cuestiones; ¿debe haber agentes que tengan capacidad para vetar con su actividad que este debate se desarrolle? Gari: no, ¿quién es ETA? Pero estamos en lo de siempre. Yo creo que hay mucha gente en este país que está muy capacitada para pararle los pies a esa gente. Gente de ellos. Pero no hay cojones. Por eso la analogía de los macarras de barrio.... Josetxo Goia Aribe: sí, es que existe una cierta cultura de la violencia asimilada. Estamos esperando a lo que diga el primo de Zumosol. Y por todas las partes, ¿eh? Gari: en este último proceso, se ha visto que es penoso. Y hemos visto cómo ha acabado a
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A dos bandas Gari
«Me horroriza la estética militar y que sigamos jugando a los argamboys con una estética de capuchas y salvas al aire en una campa perdida»
pesar de que parecía que había como una crisis de la que podía salir algo. Pero a mí es que me horroriza la estética militar y que sigamos jugando a los argamboys con una estética de capuchas y salvas al aire en una campa perdida que a veces hace que me dé la risa. Si no fuera tan triste como es, sería para reírnos. Pero insisto en que son capaces de hacer mucho más de lo que hacen para que esto se acabe de verdad. Y esto es como subir una montaña, que hay que ir paso a paso, y muchas veces sólo se piensa en hacer cima. No se llega en paracaídas.
Josetxo Goia Aribe: a mi parecer, hay capacidad para hacerlo. Yo venía pensando en un ejercicio de literatura: imagina que colamos una información en los periódicos del tipo «ETA anuncia que deja las armas y que anima a las bases de la izquierda abertzale a trabajar en el marco político hasta el final». Yo creo que todos, hasta los dirigentes de este mundo, estarían hoy en día totalmente de acuerdo. ¿A qué conclusión llegamos?... La vida es efímera y a veces no nos damos cuenta de que nos vamos a morir. Y el día que ETA desaparezca, va a haber una sensación de tristeza por los años de sufrimiento que hemos padecido que va a necesitar de mucha terapia. Gari: sí, ¡vamos a tener que importar psicólogos de Argentina a patadas! Ja, ja... Josetxo Goia Aribe: y hay muchas miserias personales y muchos problemas que se enmascaran con este tema de la violencia. Habrá que meterles mano cuando sean el debate prioritario.
Haritu: ¿Y esto pasa sólo en Euskadi? Gari: yo lo que haría es poner más Marijaias y quitaría las sidrerías, que me parece un am-
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Josetxo Goia Aribe
«El Gobierno español podía hacer mucho más en esta materia, en cumplir la ley, en acabar con la dispersión, y eso me gustaría que lo afrontara Zapatero»
biente burdo y banal -sonríe de forma cómplice-. No; poniéndome un poco serio, aquí hay una cosa muy evidente que hay que quitar y que en esto creo que estamos todos de acuerdo. Y los que no lo están, es porque aún tienen la herida sangrante, que es también de entender. Me preocupa la cultura de la violencia, ¿no?, el hecho de que en este país veamos como normales algunas cosas que, si las miras desde otra perspectiva más distante, flipas un poco. Y lo ves cuando comentas estas cosas en círculos de fuera del país. ¿Y poner?,
más sentido del humor, por ejemplo. ¡Y más sexo! Je, je,...
Josetxo Goia Aribe: aquí hay muchos presos y huídos de la Justicia, que creo que es el eufemismo al uso. Eso está ahí, y es una patata ardiendo que supone el sufrimiento de muchísima gente. Si tuviera una varita mágica y pudiera acabar con esta situación, estoy seguro de que cambiarían mucho las cosas. Y el gobierno español podía hacer mucho más en esta materia, en cumplir la ley,
en acabar con la dispersión, y eso me gustaría que lo afrontara Zapatero si revalida su cargo en los próximos cuatro años y al margen de todo lo demás. Porque es de ley y sería muy sano y muy positivo acabar con ese sufrimiento. Y acabar con ese punto gregario que tanto daño nos ha hecho y que se puede traducir en la violencia identitaria, en la manipulación del euskara, o en la conversión de la sidrería o la cuadrilla -como metáforas- en círculos cerrados y muy condicionados en los que o te diluyes o te ahogas.
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«Hay que rescatar al euskara del plano simbólico y folklórico al que algunos le están condenando» Josetxo Goia Aribe es un hombre vital. No le gustan demasiado los «ejercicios nostálgicos» ni el folklore mal entendido y, por eso, echa de menos una autocrítica seria que haga más real la tierra de diversidad que cree que debe ser Navarra. En todos los sentidos.
Haritu: «Saxofonista y compositor navarro, toma música tradicional y la trasgrede llevándola a espacios más universales». ¿Qué quiere decir esto?; ¿cómo definirías tu música? Josetxo Goia Aribe: me resulta muy difícil calificarla, definirla, me da mucho pudor. A mí me gusta cuando se utiliza ese concepto de trasgredir la música tradicional, porque es de donde parto, pero sin militancia, porque a partir de mi sensibilidad propia extraigo ese jugo con el que preparo mi guiso musical entre la tradición musical navarra que he mamado, las enseñanzas clásicas del conservatorio y mis experiencias vitales en París, hasta llegar a ese punto más macarra que puedo tener. Desde luego, no me van los ejercicios de nostalgia que a veces se dan demasiado en este país, porque ese punto gregario aquí tiene muy buena venta. Haritu: en tu último trabajo, «Los pendientes de la Reina», ha habido una gran presen-
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cia femenina. ¿Te interesa esa sensibilidad que pueden ofrecer a la música las mujeres? Josetxo Goia Aribe: sí. Antes había trabajado con Arantza Díez, y ahora con tres mujeres. Generalizar no es bueno, pero cuando descubres los valores de mujeres como Estitxu Pinatxo, que me parece una bomba, o Sorkunde Idigoras, o Luisa Brito, trabajar es un placer porque se aprende mucho y uno se divierte mucho. Los hombres tenemos muchísimo que aprender de las mujeres, y la música no es tampoco ninguna excepción. Es una gozada trabajar con ellas. Haritu: otro elemento muy presente en tu música es el euskara. ¿Cómo ves el estado de ese idioma en la Comunidad Foral? Josetxo Goia Aribe: muy preocupante. Soy escéptico ante su futuro por dos razones: una es la de la Administración, que no ayuda del todo al restablecimiento de una lengua a la que tanto se ha atacado, pero como esto ya es-
tá muy hablado, a mi me preocupa más su uso diario. Hay una gran diferencia entre lo que se dice en la pancarta y lo que abarca el compromiso real, y todo esto está llevando el euskara a un plano cada vez más simbólico y menos real. Y eso no es nada bueno. Haritu: ¿Cantar en euskara siendo navarro es síntoma inequívoco de ser nacionalista? Josetxo Goia Aribe: ese es el tema. Es que yo, por ejemplo, no me siento nacionalista. Soy vasco, porque hablo euskara. Y en este sentido, vivimos una gran mentira que hace que el idioma envejezca y llegue a puntos kitch como ha pasado en Iparralde, donde cada vez queda más reducido a un ejercicio de nostalgia folklórica de banderitas en los quesos y pastorales. Y debemos reconocer este problema cuanto antes. Yo quiero mucho a este idioma y lo aprendí con mucho esfuerzo y voluntad, pero hay que normalizar su uso y no enmascarar el problema con la bronca y la pancarta. La autocrítica es lo que ayuda a crecer, y nos hace mucha falta en este
país en casi todos los sentidos. Yo no soy amigo de patrias ni de militantes; soy consecuente con mi amor al euskara, a la lingua navarrorum, y a mi gente, pero no me gusta que se utilice, y menos con los niños. Mediante el idioma nos dotamos de una forma de entender la vida, y eso es lo que nos da nuestra identidad, pero no hay que crear animadversiones por contaminaciones políticas de uno u otro signo.
Haritu: ¿Cómo has vivido todo el proceso de la formación del Gobierno de Navarra? Josetxo Goia Aribe: con mucha tristeza. Hay un lema turístico que es «Navarra, tierra de diversidad», y me encanta. Yo, a través de mi música, intento reflejarlo. Con 12 años vi la película «Navarra, cuatro estaciones», de Julio Caro Baroja, y me marcó a fuego. Tanto que
hoy en día la vuelvo a ver mucho, incluso con mi hijo. No se ha dejado que se vea esa diversidad en la vida política. Lo triste es que el gobierno actual tenga que cambiar ahora su forma de actuar, si es que lo hace, por interés; por salvar réditos electorales y no por convicción o por que realmente apueste por construir una Navarra unida y conforme con su diversidad, que es la mayor riqueza que tiene.
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A dos bandas
«El éxito es mucho más difícil de digerir que el fracaso»
Lucha por ser optimista, pero no parece poder librarse del todo de ese humor ácido y descreído que ponía las gotas de rabia en Hertzainak. El Gari de hoy en día se aferra a un contagioso amor por su música, por la que él quiere hacer, y transmite unas tremendas ganas de vivirla.
Haritu: ¿Estás cansado de que te recuerden tu pasado en Hertzainak o te enorgullece? Gari: es parte de mi historia. Y es posible que algún día podamos incluso volver a tocar juntos. ¡Con lo de moda que están ahora los revivals!... Haritu: ¿Qué sientes cuando pasas a hacer música como Gari? Gari: ¡Una paz... inmensa! Je, je... Es que imagínate; si la convivencia entre dos personas es dura, imagínate entre cinco patos mareados, que es lo que éramos. Y más con todas las connotaciones que tenía el grupo y que hacía que éste se moviera por unos parámetros ideológicamente muy posicionados. Fueron once años muy duros. Nos sobrevino el éxito, y el éxito nunca es un buen consejero; el éxito es mucho más difícil de digerir que el fracaso. A fin de cuentas, yo valoro que cerráramos el telón de
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la manera más digna posible en aquellos momentos. Y me aferro a haber contribuído a que ese final fuera así. Haritu: en aquella etapa llegaste a decir: «Aquí no se trata de cantar, esto es dar consignas». ¿Sientes que tienes ahora un mayor margen para la música? Gari: hombre, vamos a ver, la experiencia en solitario resulta siempre mucho más democrática; es decir: hago lo que me da la gana. Es cierto que se generan otro tipo de problemas, pero te rodeas de quienes crees que debes, vas tú en tu barco, tú navegas, tú remas, tú pones la vela... y todo eso te da una libertad increíble. En un grupo eso no suele suceder porque el sistema asambleario no funciona y porque, además, las rutinas hacen que las decisiones prácticamente estén tomadas de antemano antes de que se pueda plantear un debate sobre la mesa.
Haritu: ¿Y qué es lo que intentas transmitir con esa libertad desde tu último disco? Gari: mi disco habla sobre la aventura de la vida. Se titula «Condenado a la esperanza» -que no condenados a la esperanza- y en él me hablo a mí, que bastante tengo yo con mi piragua. Por eso, a la hora de hablar del conjunto de la sociedad, de los euskaldunes, lo hago con mucha distancia, de una forma mucho menos involucrada que cuando estaba en Hertzainak. Y por eso hablo de la vida, que es una aventura; de salir adelante y de lo difícil que es; de que sólo hay una manera de hacerlo, luchando; de que no hay penas; de que no hay más que esa lucha. Es un disco muy potente y creativo y yo quisiera destacar que ha habido muy buen rollo a todos los niveles a la hora de hacerlo. Ha existido mucha química en todo el equipo y unos vínculos muy positivos, lo que ha hecho que haya sido un trabajo que me ha llenado. Al final, tal y como está la industria, un disco sirve
para eso y para juntarte con viejos amigos, y con nuevos. Para volver a salir a la carretera, que yo estoy hecho para salir a la carretera. Haritu: ¿Cómo ves a la escena musical vasca de hoy en día? Gari: si hablamos de calidad y la oferta, desde luego, se puede afirmar que mucho mejor que
antes. Hay un abanico mucho mayor, musicalmente hablando. Están gente como Fermin Muguruza y otros nuevos, que mantienen esa forma de criticar la realidad dando mucha caña y con un lenguaje muy directo, y hay muchas otras cosas que suenan a aire fresco. Y el público es igualmente más receptivo a las nuevas propuestas que les podamos presentar los nuevos o los que ya estábamos antes.
Haritu: para terminar, una curiosidad; guipuzcoano de nacimiento, forjado musicalmente en Vitoria, el corazón del Athletic... ¿qué contestas cuando te preguntan de dónde eres? Gari: ¿Yo?, ¡de Bilbao! Ja, ja, ja!! ¡Somos cuatro los elegidos, pero yo puedo decirlo porque lo siento!
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Orratza
Pr贸xima estaci贸n:
solidaridad
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Texto:
Los meses de verano son para muchos sinónimo de descanso, de vacaciones, de exóticas playas o destinos paradisíacos donde no hacer nada y descansar de nuestras ocupaciones cotidianas. Sin embargo, otros dedican esos meses a desplazarse a destinos invisibles en las agencias de viajes para prestar sus servicios a las comunidades locales como cooperantes o brigadistas políticos.
Juan Sánchez
Países como Perú, Filipinas, Colombia, Kenya, Venezuela... son algunos de los destinos que eligen desinteresadamente cada verano decenas de vascos y vascas con el único fin de ayudar a las comunidades autóctonas de la zona. Una actividad que, en ocasiones, también tiene sus riesgos. Cuatro cooperantes catalanes fueron detenidos el pasado mes de agosto en el mexicano estado de Oaxaca, sin motivo aparente. El simple hecho de haber acudido como brigadistas, según relataron estos cuatro jóvenes, fue suficiente para detenerles y trasladarles a un centro policial donde sufrieron presuntos malos tratos físicos y psicológicos, además de robarles todas las pertenencias y la documentación. Después, les trasladaron a un centro de Inmigración de la capital mexicana desde donde fueron expulsados del país. Según declaró Rosario Ibarra, senadora mexicana y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, la detención pudo ser «una especie de venganza» por parte de las autoridades mexicanas por el análisis crítico del conflicto que vive Oaxaca que en 2006 hizo una ONG a la que pertenecía una de las detenidas. También han tenido problemas este verano varios cooperantes de la ONG Paz Ahora, que fueron retenidos durante varias horas en un puesto fronterizo israelí cuando se disponían a entrar en territorio palestino con 60 niños participantes en el programa Vacaciones para la Paz. Este programa es organizado por Paz Ahora desde el año 1995 con niños de regiones que sufren conflictos bélicos. De esta forma, 60 niños palestinos han tenido la oportunidad de pasar este verano en diversas localidades del Estado español. Los cooperantes retenidos estaban acompañando a los niños a los campos de refugiados donde viven, cuando fueron retenidos en la frontera jordano-israelí. A pesar de que las autoridades israelíes habían sido avisadas por la diplomacia española en Jerusalén de la entrada de los cooperantes, esto no fue suficiente para que les retuvieran, cachearan y registraran sus equipajes de una forma, según denunciaba Paz Ahora, totalmente «arbitraria y sin motivo aparente».
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No es que esto sea el pan de cada día, pero tampoco es extraño el acoso y hostigamiento de las autoridades hacia los cooperantes y brigadistas. Depende, en muchas ocasiones, de la situación política y de la propia implicación o proyecto a desarrollar del cooperante. Así, la figura del cooperante adquiere diversas formas, tanto organizativas como ideológicas. Un amplio abanico para la cooperación Organizaciones como la Asamblea de Cooperación por la Paz realizan, a través del llamado turismo sostenible o responsable, viajes solidarios a países como Palestina, Senegal, Marruecos, Túnez, República Dominicana y Honduras. Estos, además, son aprovechados para impartir diversos cursos de cooperación. El objetivo de esta iniciativa, según explican, es que el visitante compruebe in situ el impacto de los proyectos que la Asamblea lleva a cabo en esos países, así como su desarrollo y sus dificultades. También desde hace algunos años, el Gobierno Vasco organiza cada verano el programa Juventud Vasca Cooperante, con el objetivo de fomentar el valor de la solidaridad entre los y las jóvenes del País Vasco e incrementar su sensibilización en acciones de cooperación al de-sarrollo. Alrededor de un centenar de jóvenes de entre 20 y 30 años tienen la oportunidad de participar en esta experiencia que les lleva a países de Suramérica, Africa y Asia. En este caso es el propio Gobierno Vasco quien sufraga todos los gastos del viaje. Una vez en el punto de destino, los y las jóvenes se ponen en contacto con una ONG determinada que desarrolla un proyecto en el país, en muchas ocasiones cofinanciado por el propio Gobierno Vasco, y que puede ir desde una cooperativa agrícola, una escuela o un centro de atención a la comunidad. Los cooperantes, a su vez, están obligados a realizar un curso previo de formación a cargo de la ONG tutora del proyecto, a realizar a su regreso un informe valorativo del desarrollo del programa y a tener disponibilidad durante un año a participar en diferentes actividades de sensibilización organizadas por la ONG o por el Gobierno Vasco. En los 11 años que lleva en marcha el programa Juventud Vasca Cooperante, más de 900 jóvenes vascos y 60 ONGs han participado en el mismo. Según los propios participantes y organizaciones, el Pro-
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grama cumple una función sensibilizadora y un enriquicimiento personal positivo en todos los sentidos. Además de perseguir la inserción de la juventud vasca en el mundo de la solidaridad entre diferentes culturas, el Programa busca también fomentar esos valores entre la sociedad vasca, a través de los propios cooperantes y del provechoso intercambio cultural. Inmersas en una dinámica algo distinta, las Brigadas Internacionales de Paz son una organización que promueve la paz y defiende los derechos humanos. Una de sus metas principales es la de habilitar un espa-
cio para la paz, en el cual los conflictos puedan ser resueltos de manera no violenta. Para ello, y a petición de organizaciones locales, las Brigadas Internacionales de Paz envían grupos de voluntarios a áreas que se encuentran en conflicto y bajo represión política. Su trabajo consiste principalmente en acompañar a activistas y organizaciones que puedan ser susceptibles de ser víctimas de la violencia o prácticas abusivas. De esta forma, ayuda a disuadir a los verdugos de derechos humanos y a crear un espacio donde los activistas locales puedan trabajar en defensa de la justicia social y los derechos humanos. No se trata de impo-
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Orratza
ner solución alguna, sino proveer apoyo moral y un espacio de seguridad a las personas y organizaciones locales víctimas de la violencia. El carácter independiente de las Brigadas Internacionales de Paz, libre de todo compromiso con las Naciones Unidas u organización gubernamental alguna, genera una mayor confianza por parte de los activistas y organizaciones locales. No cobra por sus servicios ni patrocina a las personas o grupos a los que acompaña, como tampoco toma parte en el trabajo de éstos. Las Brigadas Internacionales de Paz desarrollan su trabajo a través de tres modalidades diferentes: 1) Acompañamiento como protección: Las Brigadas acompañan a aquellos que se ven amenazados por la violencia, garantizando así su integridad, y desalentando, gracias a su propia influencia internacional, el uso de métodos violentos. Se realiza de diferentes maneras, como puede ser escoltando a un individuo las 24 horas del día, estando presente en las oficinas de una organización amenazada, acompañando el retorno de refugiados a sus comunidades de origen, o sirviendo como observadores internacionales en elecciones y manifestaciones. Iniciaron este tipo de actividad en Guatemala y El Salvador, y la desarrollaron también en países como Sri Lanka o Colombia. Personas tan relevantes como la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, se han visto beneficiados por este programa. 2) Educación para la Paz: En este caso, los miembros de las Brigadas Internacionales de Paz se dedican a trabajar en conjunto con activistas locales y organizar talleres en torno al desarrollo de métodos no violentos para la resolución de conflictos. 3) Documentación de Conflictos e Iniciativas de Paz: Los cooperantes de las Brigadas realizan además informes relacionados con sus actuaciones y la situación de los países donde operan, así como de posibles soluciones que puedan ser respaldadas por la comunidad internacional. De esta manera, se pretende divulgar luchas y métodos de resolución pacíficos, ayudando a construir y enriquecer el movimiento mundial de no violencia. Las Brigadas Internacionales de Paz tienen proyectos a largo plazo en Colombia, Indonesia, México y Guatemala, así como un proyecto conjunto con otras organizaciones en el mexicano estado de Chiapas. Brigadistas, otra forma de ejercer la solidaridad Existe, además, otro tipo de cooperación diferente, menos centrada en proyectos concretos de desarrollo y más en la solidaridad política. Así, organizaciones como Euskadi-Cuba organizan brigadas solidarias a la isla, en las que además de realizar labores productivas en la recogida de caña de azúcar, en campos de cítricos o en la construcción, re-
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Compañeros del mundo, Por favor Sigan viniendo a las comunidades Indigenas en resistencia Les pedimos que no cejen En sus esfuerzos y solidaridad Su presencia es imprescindible Para evitar la barbarie Llamamos a todos y todas a no soñar Sino a algo mas simple y definitivo Los llamamos a despertar La solidaridad es la ternura entre pueblos la memoria del silencio nuestro ojo protector Versión en castellano de «Brigadistak», de Fermín Muguruza
alizan conferencias acerca de la realidad cubana, visitas a lugares de interés histórico-social y organizan encuentros con la población de barrios y comunidades. Otra organización que organiza proyectos de esta índole es Askapena, quizás la más importante que desarrolla esta filosofía en Euskadi. Con un origen en la solidaridad con el movimiento sandinista de Nicaragua de finales de los 70, así como con otros movimientos populares de Suramérica en Guatemala, El Salvador, Cuba… Askapena se ha desarrollado hasta la actualidad como una organización internacionalista desde una perspectiva clara de identidad nacional: conciben que la mejor solidaridad entre los pueblos y la más eficaz es la lucha por la libertad del propio pueblo. Ello, sin embargo, no les impide mirar más
allá del Adour y el Ebro. Defensores del derecho de autodeterminación de los pueblos como un derecho democrático y universal, mantienen estrechos contactos con pueblos europeos que también aspiran, como Euskal Herria, a configurarse como sujetos políticos en el Viejo Continente: Irlanda, Bretaña, Cataluña, Córcega, Galicia, Castilla… La solidaridad, entendida como la ternura de los pueblos, se descubre así no sólo como un principio ético, sino como una auténtica necesidad para la supervivencia de los mismos en este mundo de globalización salvaje y deshumanizadora; y que, por tanto, no es patrimonio de unos cuantos especialistas, grupos u organizaciones con las que, a menudo, Askapena se muestra bastante crítico, calificándolas de «institucionales» o acusándolas de desarrollar un mero «asistencialismo humanita-
rio». Defensora de una concepción revolucionaria de la solidaridad internacionalista, fija su mirada en movimientos populares o países donde se esté gestando una política de liberación nacional o de corte antiimperialista. Así, este verano ha organizado diversas brigadas solidarias a países como Argentina, Cuba, Venezuela, el territorio mapuche de Chile, o el estado mexicano de Oaxaca. Antes de partir hacia sus destinos, los brigadistas de Askapena, que se costean todos los gastos del viaje, reciben cursos y talleres formativos con el fin de adquirir una formación teórica que les permita sacar más partido a la experiencia práctica que van a vivir posteriormente sobre el terreno. Estos viajes son entendidos por Askapena como un intercambio mutuo, como un dar y recibir. Según afirman, los brigadistas ofrecen soli-
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«Aunque los proc aprend
daridad a las comunidades que reciben, pero muchas veces éstas devuelven con creces la solidaridad recibida. A lo largo de su visita, los brigadistas mantienen entrevistas con diferentes organismos del país y acuden a lugares como hospitales, escuelas, o centros asistenciales, lo que les permite adquirir un cierto conocimiento sobre la realidad sociopolítica del territorio, al tiempo que también dan a conocer la problemática del País Vasco y del neoliberalismo europeo.
Acaba de volver. Sus ojos reflejan todavía el brillo de un mundo que nace cada minuto y que hace posible lo imposible. Un pequeño cielo en la tierra construído no por divinidades supremas, sino por el esfuerzo diario de hombres y mujeres que derrochan dignidad y utopía, y donde hasta los olores, los colores, son diferentes. María Orcasitas ha tenido la posibilidad de asisitir durante el mes de Julio al II Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo en el mexicano Estado de Chiapas. Ahora, recién llegada a Euskal Herria, nos cuenta su experiencia. Haritu: ¿Cómo se te ocurrió hacerte cooperante? María Orcasitas: partiendo de la idea de que esta vida es una sucesión de luchas diferentes que te tocan o no te tocan, pero las tienes que conocer. Había estado pasando unos meses en San Francisco, y la lucha de allí, al igual que la de aquí, es muy industrial, por así decirlo, y, aunque ya sabía algo de los zapatistas, quise conocer de primera mano una lucha unida al campo y a los derechos de los indígenas. Quería conocer un poco la lucha campesina del resto del mundo, debido a la presencia de cooperantes de diversos países, y también la cultura de allí, algo fundamental para ellos como motivo de orgullo y rebeldía. En definitiva, ver ese tipo de lucha que no había visto nunca. Haritu: una lucha más rural, menos urbana.
Uno de los objetivos de las brigadas sería ése, el romper el bloqueo informativo y dar a conocer las luchas que se desarrollan en otras partes del mundo, tratando de fomentar así una conciencia internacionalista entre la sociedad vasca. Desde esa anteriormente mencionada concepción bidireccional del internacionalismo, Askapena organiza además giras por Euskal Herria de brigadistas de otros pueblos para que, de esta forma, conozcan de primera mano la realidad vasca. Aunque realiza también otro tipo de actividades como la práctica de un comercio solidario que permita establecer unas relaciones comerciales más justas y equitativas entre los diferentes países, el mayor desafío al que se enfrenta Askapena sería el de tejer pequeños hilos entre los pueblos, el de crear una red que hermane a todos aquellos que siguen pensando que otro mundo es posible, y sobre todo, necesario.
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M.O.: exacto. Menos urbana de lo que estamos acostumbrados aquí. Y sobre todo, que era real. Muchas veces estás aquí luchando y partiéndote los cuernos con problemas como la vivienda o la educación y no lo ves materializarse. Aquello es un proyecto que ha ocurrido de verdad y se lleva a cabo en el día a día: están autofinanciados, tienen su propio sistema educativo y de salud... Es como un micromundo en un mundo globalizado. Se trata, como decía Marcos, de construir muchos mundos en este mundo. Ellos están creando el suyo, uno propio, y me interesaba mucho conocerlo. Haritu: ¿Cuál fue vuestro destino exacto durante el Encuentro? M.O.: el Encuentro se desarrolló en la Selva Lacandona del Estado de Chiapas. Concretamente se llevó a cabo en los caracoles de Oventic, Morelia y La Realidad, que son como una especie de consejo comarcal que albergaba a varios municipios, con el objetivo de facilitar el autogobierno.
cesos sean diferentes, cada uno podemos der algo de nuestras respectivas luchas» María Orcasitas, cooperante internacional.
Haritu: ¿Qué proyecto o labor realizabais allí? M.O.: el Encuentro estaba dirigido, sobre todo, a activistas de la Vía Campesina de diferentes países (India, Bolivia...). Al principio, sí creía que iba a haber más interacción, pero no hubo posibilidad de hacer mucho trabajo. Fuimos más que nada como oyentes. Además, los habitantes de allí tampoco te dejan hacer mucho. Según la Constitución mexicana, no está permitido a los extranjeros inmiscuirse en la vida política de allí, y los propios compas zapatistas se cuidan mucho para evitar que les acusen de ello. Ellos ya tienen cubiertas necesidades como, por ejemplo, alimentación, salud y educación, así que el papel que desempeñan los brigadistas o cooperantes es más bien como observadores. Ser testigos de cómo funciona aquello y evitar con su presencia que haya violaciones de derechos humanos, desapariciones o incursiones de paramilitares o el ejército. Haritu: ¿Cómo era vuestra relación con los habitantes de allí? M.O.: muy buena. En cada fiesta popular acababas bailando con todos los compañeros aunque no supieras no con quién estabas bailando; o a mí, que me encanta la artesanía, me gustaba hablar con las mujeres de las cooperativas sobre sus productos y la posibilidad de exportarlos; los niños te enseñaban la zona, te llevaban al río... Había muy buena acogida. Apreciaban la labor de los observadores internacionales. La necesitan. Se dan cuenta de que igual que tienen un millón de enemigos, también tienen un millón de amigos. Valoran mucho el esfuerzo de haber ido hasta allí. Haritu: ¿y con las autoridades zapatistas y los gobiernos municipales? M.O.: muy buena también. Escribimos una carta a la Junta del Buen Gobierno para agradecerles toda la infraestructura que habían organizado
para acogernos, y aunque siempre estaban saturados de trabajo, nos recibieron. Era gente muy accesible, porque además el cargo va rotando: alguien del Buen Gobierno puede ser el mismo que unos meses antes o despúes te venda el pan. Es gente de a pie, sencilla, con los pies en la tierra. Haritu: en el mes de julio, cuatro cooperantes catalanes fueron detenidos en Oaxaca y expulsados del país. ¿Vosotros tuvisteis algún tipo de problema con la Policía o las autoridades federales? M.O.: nosotros no tuvimos ningún tipo de problema. Había controles para evitar que la gente acudiera al Encuentro, pero Chiapas estaba bastante tranquilo precisamente porque Oaxaca estaba muy alterado. Parte de la Policía del propio Distrito Federal ha tenido que desplazarse allí, porque la Policía del lugar se había pasado a la Asamblea Popular constituida en Oaxaca. Si se enteran que vas como brigadista o a realizar algún tipo de actividad política, te marean todo lo que pueden. En el aeropuerto, por ejemplo, mentimos: dijimos que íbamos a ver las ruinas mayas, o a tomar el sol a la playa. Haritu: ¿Crees en el papel del cooperante, del brigadista, como forma de ejercer una solidaridad activa que pueda servir como medio para la transformación social? M.O.: creo que el papel de cooperante es muy importante. Necesitan testigos de lo que están haciendo, romper el cerco informativo de la globalización. Pero lo importante es llevar luego esa lucha a tu propio país, difundirla y darla a conocer. Y por supuesto aprender de ella. Una de las cosas más positivas de estos Encuentros es el aprendizaje mutuo: aunque los procesos sean diferentes, cada uno podemos aprender algo de nuestras respectivas luchas. Siempre desde el respeto a la propia idiosincrasia de allí. Hay gente que acude como cooperante con la mejor de las intenciones, y lo que hace es exportar un modelo foráneo, totalmente ajeno a la cultura del país, y eso puede ser hasta contraproducente. Es en realidad un constante dar y recibir. Creo que además no se puede ayudar de una forma mejor que transformar tu sociedad, allá donde tú vives.
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Opinión
Una por una es una
El intento de valorar las cosas con independencia de criterio se ha topado siempre con dificultades muchas veces invisibles. Uno no sabe muy bien cómo ha ido formando sus opiniones acerca del conflicto vasco. Seguramente las primeras noticias que se tienen de un fenómeno suelen marcar una pauta decisiva. Los de mi generación éramos niños cuando oímos hablar por primera vez acerca de la violencia política que ha venido dando titulares de prensa durante los últimos cuarenta años (me resisto a escribir las siglas, porque cuando se erigen esas tres mayúsculas en los textos periodísticos suelen hacer un efecto de gravidez funeraria como el de dólmenes megalíticos al borde de un camino). Después, ha habido por lo menos una generación más que también ha llegado con la película ya empezada. A la vista de que todavía jóvenes que apenas han salido del instituto siguen actualmente entregándose a la misma militancia, cabe pensar que las causas que motivaron a aquellos primeros y las circunstancias que lo propiciaron continúan siendo las mismas. Caben, asimismo, otros supuestos diferentes. Decantarse por uno u otro planteamiento conlleva toda una interpretación histórica y equivale a tomar partido. Seguramente el hacerlo puede constituir en algunos casos una opción heroica, pero uno tiene la impresión de que el heroísmo es muchas veces una gaviota enlodada que, tras haber levantado el vuelo de forma luminosa en la «noche oscura del alma», escuchó desde las alturas a un coro de ranas que croaban a la luna y, atraído por este reclamo, descendió hasta la charca donde sus alas han quedado finalmente atrapadas en el fango. En vez de eso, repito
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con Machado: «A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una». Sin embargo, incluso esto vale de poco si se ciñe al individuo. ¿Habrá alguna forma de que toda la sociedad pueda aunar sus criterios para la convivencia? Me parece que sí, y ésta pasa, paradójicamente, por escuchar todas las voces. Mucho se ha hablado de la necesidad de una consulta popular para que la gente decida su destino, pero creo que hay otro concepto de consulta que nunca han aplicado nuestros agentes políticos y sociales. No consiste en presentar a los votantes unas opciones prefabricadas para elegir entre ellas por mayoría. En cambio, se trata de superar el dualismo. Las dicotomías suelen ser con demasiada frecuencia falsas, bien porque nos presentan como incompatibles opciones que se podrían conciliar, bien porque simplifican la diversidad cromática reduciéndola a una doble alternativa blanco/negro. La consulta que aquí se propone tiene como requisitos, entre otros: la renuncia a conclusiones preconcebidas; la lealtad a la búsqueda de la verdad por encima de la lealtad a un facción de la que uno se considere representante; una elucidación desapasionada de la validez de los principios por encima del prestigio personal de quienes los defiendan; aprecio por el valor de todas las personas, con independencia de las discrepancias ideológicas y de las legítimas opciones de vida; atención especial a las posturas minoritarias, en la medida en que sean portadoras de elementos innovadores y creativos, como a menudo suele ocurrir. Una manera de hacer todo esto fehaciente sería una red de consejos consultivos loca-
Pedro Urquijo Educador
les al margen de los partidos políticos, cuyos componentes fueran cambiando regularmente. Deberían cumplir las mismas funciones que, de forma ideal, tendría que cumplir la institución del jurado popular allá donde existe. Sus conclusiones deberían ser recogidas y elevadas a algún foro que, constituido análogamente, desempeñara la misma labor y cuyas determinaciones fueran tomadas en consideración por el poder político, hasta el punto incluso de no poder desvincularse de ellas sin una justificación explícita. Las cuestiones que tendrían que encarar serían muy variadas y se tendrían que salir del repertorio habitual. Habrían de dar cuenta de los auténticos anhelos de los vascos, sus reales sentimientos, la verdad de su conciencia y sus genuinos intereses, y responder a algunas preguntas que nunca se hacen porque de antemano se dan por sabidas las respuestas. Un modelo así sería propio de una sociedad evolucionada, uno de cuyos avances sería el de ofrecer al ciudadano la posibilidad de contribuir al mejoramiento de las cosas sin tener que ser un héroe, al menos en el sentido clásico, ya que el concepto de heroísmo va adquiriendo un nuevo significado. Hoy el héroe es aquél que logra la victoria sobre sí mismo. Nadie que no estuviera dispuesto a librar esa batalla podría contribuir positivamente en esos cauces de participación a los que nos referíamos, puesto que el hacerlo exige poner coto al egoísmo y, sin miedo a expresarse y sin renunciar a las propias convicciones, desistir de hacer prevalecer lo propio sobre lo ajeno. La competición ha de ce-
der el paso a la colaboración. Nuestra sociedad se parece demasiado a un certamen coral. Cada formación intenta que su interpretación salga victoriosa sobre las demás. Esta variedad de coros produce una impresión de pluralismo, pero de forma engañosa, ya que cada uno de ellos acude con una partitura de la que nadie se puede salir. Ese tipo de pluralismo que resulta del sectarismo no viene a proteger la diversidad, sino a acallar las disonancias. Sé lo que es eso, porque cuando yo era niño formaba parte de un grupo de txistularis. Cuando no te acordabas de las notas, dejabas de soplar pero seguías moviendo los dedos para que el público no lo notara. A esto lo llamábamos «hacer la planta». Me pregunto cuántos han seguido y siguen aún tocando partituras de una memoria prestada y cuántos ni siquiera la tienen de prestado pero siguen haciendo la planta. En vez de esto, se me antoja que la imagen de una big band de jazz proporciona un marco más creativo. Cuando Dizzy Gillespie y Charlie Parker tocaban juntos adoptaban una actitud de perseguidores de la belleza. No sabían lo que iba a resultar de su búsqueda, eso que suelen llamar improvisar, y casi siempre les quedaba la sensación de no haberle dado «a la caza alcance». Ahora bien, nunca consideraron la disonancia como un error. Por el contrario, si hacemos caso de Julio Cortázar, ese vuelo sin partitura es lo que le pudo hacer decir a Charlie Parker aquello de «Esto lo estoy tocando mañana». Pero de este otro pájaro caído tal vez hablemos en otra ocasión.
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Foros
Cultivando la sintonía personal desde Gasteiz El Foro de Lokarri de Gasteiz tiene comprobado que para que el trabajo en equipo resulte efectivo debe existir cierta sintonía personal entre sus integrantes, amén de las ideologías y creencias de cada uno de ellos. Es por ello que día a día se esfuerzan por cultivar esa semilla en tierra fértil con la esperanza de que eche la raíces sobre las que se asienten un acuerdo político y la paz en nuestro país. La ilusión y la unidad mantiene activo a este Foro, cuya seña de identidad es la de sentirse «militantes del siglo XX, de la vieja escuela».
En estos momentos en Gasteiz funciona un Foro de Lokarri, compuesto básicamente por 10 personas, si bien hay también otras personas que participan de manera puntual con la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta. Una de las señas de identidad compartida por los participantes en el Foro de Gasteiz sería la de sentirnos «militantes del siglo XX, de la vieja escuela». En el proceso de renovación, cuando se debatieron las diversas alternativas sobre el futuro de Elkarri, una parte importante de las personas que discutieron las propuestas mostraban sus dudas respecto al modelo de trabajo de la nueva organización, puesto que sentían seguridad y se identificaban con los mecanismos de movilización más típicos, mostrando cierta distancia hacia los medios que se vislumbraban podrían resultar innovadores o con potencial de futuro, especialmente con la «red en la red». Por ello, cuando la Asamblea Constituyente de Lokarri posibilitó la creación de foros en su estructura, estas personas que se mostraban reacias a la frialdad e impersonalidad de lo virtual, vieron que exis-
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tía un cauce para el trabajo en grupo, para el debate cara a cara y para la acción desde dicho equipo. Así, desde un inicio, la mayoría de las personas que nos adherimos al Foro y que seguimos trabajando en él, provenimos de los talleres de Elkarri. Hemos preferido seguir en un único Foro, dado que nos ha parecido más interesante ser un grupo numeroso, fuerte y diverso que seguir trabajando en talleres menos numerosos. Nuestro método de debate es similar al que practicábamos en los tiempos de Elkarri, si bien entendemos que, además de las personas que integramos el Foro, existen otras que colaboran de manera puntual. A esta personas se les va proporcionando información puntualmente y las tenemos muy presentes de cara a llevar adelante el plan de acción que establezcamos para cada periodo. Seguimos manteniendo una relación fluida con antiguos integrantes de talleres de otras poblaciones de Araba que por motivos diversos han decidido no proseguir con el trabajo organizado, pero sí realizar colaboraciones ocasionales.
HARITU, a partir de un texto de Pablo Martínez y los demás miembros del Foro de Gasteiz
Y de hecho, con motivo de nuestra última campaña para solicitar ante los Parlamentos vasco y navarro la celebración de una consulta popular y de la visita de la furgoneta a diferentes lugares de nuestra geografía para recoger firmas que apoyen dicha iniciativa, nos hemos reencontrado con antiguos y nuevos colaboradores que conforman la Red. El reencuentro ha sido realmente enriquecedor, así como el trabajo realizado en equipo. Tanto es así que nos gustaría poder seguir compartiendo acciones, con el fin de movilizar y encauzar la ilusión y el trabajo de esas personas que comparten nuestra visión de cómo superar el conflicto y cómo alcanzar una convivencia normalizada en nuestra sociedad. Además de lo estrictamente organizativo (debate sobre análisis de situación, concreción de las acciones y campañas a realizar, estudio de
documentos internos de Lokarri, elaboración de propuestas de futuro…), tenemos conexión con otras organizaciones de la ciudad, dado que las personas del Foro suelen ser «multimilitantes». En estos momentos, una de nuestras veteranas anda por Colombia de Brigadista. Además, nos gusta tener nuestros momentos más festivos y solemos realizar a lo largo del año alguna cenita, merienda o café, para contarnos no sólo nuestra visión de la actualidad y nuestros deseos de cara al futuro, sino para celebrar y encontrarnos. Para que el trabajo en equipo sea efectivo tiene que existir una cierta sintonía personal, que nos gusta cultivar desde lo festivo, sacando así fuerzas para el día a día. Esto mantiene nuestra ilusión y nuestra unidad y nos permite seguir trabajando con la esperanza de que el acuerdo político y la paz se consigan lo antes posible en nuestro país.
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Campa単a
Kantauri itsasoan bakearen alde Bost egun itsasoan igeri eginez. Bost egun Kantauriko uretan murgilduta 150 kilometro luze egiteko, bakearen aldeko kilometroak. Hondarribitik Getxora. Proba areago zailtzeko, bizkarrez igerian. Hori zen erronka, eta hori bera Carlos Pe単ak lortutakoa. Olatu, ur-laster zein haizearen muga oro gainditu zituen Pe単a igerilariak joan den hilabetean. Abuztuaren lehendabizikoan uretara jauzi eta handik bost egunera zen Getxoko Kirol Portuan, ahalegina eginez gero, oztopo guztien gainetik, bakerako bidea eraiki dezakegula erakutsiz.
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Uragandik aldentzea ezinezko balitzaioke bezala, euri-jasa ikusgarriak eman zion ongietorria Carlos Peña igerilariari iragan abuztuaren 5ean Getxoko Kirol Portuan. Bai eta euritakoen babespean bildutako hainbat pertsonak ere. Probaren azken egunean itsasoa laztua bazegoen ere, Peñak eutsi egin zion, gogoz. Ba-
kearen alde 150 kilometro igeri egitea ahalegin handia zen nabigatzailearentzat, baina irmoki heldu zion erronkari. Arrakastaz gainditu zuen kirol lehia. Eguneko 30 kilometro egin zituen gutxi gorabehera gipuzkoarrak, 9-10 orduan. Sasoi onean heldu zen igerilaria helmugara, zauri txiki batzuk salbu. Neoprenozko jantzi
bereziaren eta ur gaziaren arteko igurtzimenduak eragin zizkion zauritxoak. Eguneko geldialdi bana egin zuen kirolariak «Hondarribia-Getxo, 150 kilometro igerian bakearen alde» proban. Hala, Donostia, Zumaia, Lekeitio, Bakio eta Getxo zeharkatu zituen. Dena den, ez zen bakarrik egon 5 egun horietan, bere ondoan piraguan 2 lagun izan
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zituen: Iñigo Agirrezabala eta Jesus Ramirez. Horiek jaten eta edaten eman zioten. Horretaz gainera, segurtasuna mantentzeko itasontzi batek eskolta eman zion distantzia luzeetan aditua den igerilariari. Bestalde, egun bakoitzaren amaieran ongietorri txiki bat eman eta Carlosekin egon ziren Lokarriko zenbait kide ekimena sostengatuz. Izan ere, «Hondarribia-Getxo 150 kilometro igerian bakearen alde» proba Lokarrik bultzatu du, Hondarribiko Udaletxearekin eta Euskal Kirol Portuak S.A. enpresarekin elkarlanean. Bereziki orain bizi dugun garai zailetan, bake-prozesuak porrot egin eta gero, bake-itxaropena bultzatzeko lanean dihardu Lokarrik. «Duela lau bat hilabete inguru Carlosekin bi-
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lera bat egin genuen. Berak proba hau egiteko nahia zuen, bakea eskatzeko helburuz. Guri ere asko gustatu zitzaigun ideia. Modu honetan bakea lortzeko esfortzu handi bat erakutsi dezakegu eta hau denontzat bakearen alde esfortzu bat egiteko adibide bat izan daiteke», Paul Rios Lokarriren Koordinatzailearen hitzetan. Ahalegin handia izan da Carlos Peñak gauzatutakoa, eta ahalegin horren bitartez, politikariak, eta gizartea oro har, bakearen alde jardun daitezen gonbidatu nahi ditu nabigatzaileak. Carlosek erkutsi du gai dela esfortzu handia egiteko, sufritzeko, bere burua gainditzeko guztion helburu handia den horretan bere hondar alea jartzeko: behingoz bakea lortzea.
Zeregin horretan bere lana emateko prest egon daitezkeen beste pertsona askorentzat erreferentzia izan daiteke Carlosen eredua, guztion artean bakea lortzeko. 1989. urteaz geroztik Carlos Peñak hainbat itsaso, ozeano, erreka, laku, urtegi eta badia zeharkatu ditu. Gehienetan proba hauek lagun eta bolondresen laguntzarekin egin ditu, eta zenbaitetan nazioarteko erakundeak ere lagun izan ditu, Living Lakes erakundea, esaterako. Peñak bizkarrez igeri egiten du, neoprenozko jantzi bat erabiltzen du, baita hegats txiki batzuk ere. Urte hauetan guztietan Ness lakua, Ebro ibaia, Magallanes eta Gibraltar itsasarteak, Titikaka eta Marakaibo lakuak eta beste hainbat zeharkatu ditu.
Azken kilometroak atxikimenduetarako Iragan hilean egin zituzten bere azken kilometroak Euskal Herrian barna Lokarriren bi furgonetek herri-kontsulta bat deitzeko atxikimenduak eskatuz. Arrakastatsua izan da Eusko Legebiltzarrean eta Nafarroakoan herri-kontsulta bat deitzeko eskaera sostengatuko duten sinaduren bilketa-kanpaina. Jende andana bertaratu da ibilgailuetara bere atxikimendua adieraztera eta ekimena zertan datzan zehatzago jakiteko. Eragozpen guztien gainetik, gizartearen gehiengoak erakutsi du
bakea eta normalizazioa erdiesteko bidea dela gizarteari bere etorkizunaren inguruan erabakitzen uztea eta, hala, milaka sinadura jaso ditu Lokarrik herri-kontsultaren alde, bai furgoneten kanpainaren bidez, nola posta arruntez edo gure webgunean (www-lokarri.org) -azken bi hauetan oraindik bada sinatzerik-. Furgoneten kanpaina bukatu da, baina Lokarritik lanean darraigu. Urrats berriak egingo ditugu urriaren 31rako behar ditugun 50.000 sinadurak erdiesteko.
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esperanza Irak es hoy en día un país consumido por la ocupación y la guerra civil. Sin embargo, las victorias de su selección de fútbol han hecho olvidar penas y rencillas por unos momentos a unos ciudadanos que apenas recordaban ya lo que era una celebración.
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Texto: Ander Arizmendi
Un barco baja por el río Tigris camino del mar Rojo. Aprovecha a su favor las fuerzas que están en su contra y así domina la corriente. Entre sus velas ha confundido al viento que trata de encallar la embarcación. Sopla desde las montañas del Kurdistán. Pero también desde las estepas centrales de Mesopotamia, de donde trae el grito histérico de sunitas y chiíes. Además, desde los altos de las pequeñas ruinas de lo que fueran perseguidas iglesias católicas, los cristianos aportan su parte a la confusión. En este escenario, quizá fue el fútbol el único que entendió que navegar sirviéndose del aliento de quien parece que está en tu contra podia ser la única esperanza para un país en llamas. Y por ello unió a atletas de todas las etnias y creencias religiosas, enfrentadas entre sí en una guerra fratricida, en una única selección. Lo dijo el seleccionador nacional, Jorvan Vieira, que un día cambió Río por Bagdad: «No os conozco, y por tanto, no sé quién es kurdo, chií, sunita o cristiano». Por unos días, tan sólo fueron futbolistas a sus órdenes, embarcados en el desafío de la Copa Asia. «Soy un gitano del fútbol», declaró Vieira, «y me muevo por los sitios según me dicta la conciencia». Y su carácter nómada lo llevó a Indonesia, donde el pasado mes de julio se celebró este campeonato, al que la selección iraquí acudía sin apenas expectativas. «Lo primero que hicimos fue distribuir las habitaciones del hotel, obviamente, mezclándonos entre etnias y credos», explicaba el entrenador. «Pero al principio era increíble. No se dirigían la palabra. Además, en el primer entrenamiento no paraban de darse patadas y se lesionaron dos jugadores». Con unas perspectivas tan poco halagüeñas, Vieira comenzó a imponer su ley. «Vamos a hacer sonreir al
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Campanadas a muerte Resulta dificíl sobrevivir en Irak. Parece una afirmación frívola, pero tan sólo hay que mirar a los miembros de la selección nacional Iraquí para percatarse de la titánica tarea que representa no morir en sus calles. «Otro día más con vida», pensarán muchos al acostarse por las noches. Y es que en el tiempo en el que ellos, los 22 Leones, han jugado la Copa Asia en Indonesia, los atentados se sucedían en su país natal. Vieira explica cómo en el momento de firmar los papeles para entrenar a la selección, la Federación le ofreció unos ayudantes de entre los que él escogió según su recomendación. «Pero un día antes de partir desde mi casa, en Marruecos, hacia Ammán», narra el entrenador brasileño, «murió en un atentado en la capital el que iba a ser mi fisioterapeuta». Fue justo en el momento de salir de la agencia de viajes donde recogía su billete, para ir a encontrarse con el resto de la selección. «Me quise morir en ese momento», reconoce. Otra triste noticia fue la que recibió el portero del combinado iraquí, Noor Sabri. Se encontraba junto con sus compañeros ya en el aeropuerto de Bangkok, cuando se desplomó en una silla con una cara de tremenda tristeza. «No sabíamos qué le había ocurrido y todos sus compañeros fueron a ver lo que le sucedía: acababan de avisarle de que su cuñado había sido asesinado», recuerda Vieira. Y la violencia no es el único problema. Robos, secuestros, amenazas, chantajes... son la moneda corriente de un país en caos. Así, al preparador de porteros de la selección, las milicias armadas «le quitaron todo lo que tenía», aseguran desde el equipo. El era una persona bien acomodada antes de la guerra. Hasta el día que atracaron en su casa y le robaron el coche. No conformes con ello, regresaron días después para invitarle abandonar su casa en el plazo de dos días. Tuvo que dejar todo lo que tenía e irse a vivir al norte, a Arbil, para salvar la vida.
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pueblo por una vez», repetía como un mantra para tratar de subir la moral y construir equipo. Y «el que no acate mi método, que se vaya», concluía. En los entrenamientos de la selección, el fútbol va pareciendo casi una nueva religión, como quizá lo sea ya en Occidente. Así, la doctrina de Vieira llegaba hasta la selección, y los 22 jugadores con los que contaba -de los que tan sólo siete viven en Irak- así lo sintieron. ¡Incluso el sunita empezaba a pasar el balón al chií! Con el transcurso de la competición y su impecable paso por la Copa Asia, los Leones ganaron en confianza y se fueron forjando como grupo. Y así llegó la victoria contra Australia, el combinado que partía como favorito para hacerse con el título, además de por su mayor tradición futbolística, por ser país próspero y en paz. Y marcó un antes y un después en las aspiraciones continentales de los jugadores iraquíes. Ya eran un equipo. Patadón y adelante, poco a poco el torneo avanza y los Leones de
Una celebración teñida de rojo Tras la victoria frente a Corea del Sur por 4 a 3 en semifinales, los iraquíes se lanzaron a la calle a festejar algo. Algo, pues pocas son las alegrías que viven en estos tiempos convulsos. Pero el optimismo y la alegría desatadas tras más de un lustro de continuos sinsabores se vieron superados una vez más por la violencia sectaria, que aprovechó la congregación de multitudes para recordar al mundo que la macabra presencia de la violencia en el país no concede treguas. En el primer atentado, que fue el más sangriento, fallecieron 30 personas y 75 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba conducido por un suicida. Poco después, al menos 20 personas murieron y 60 resultaron heridas cuando otro suicida empotró un segundo coche bomba contra un puesto de control del Ejército iraquí en la zona de Al Gadir, en el sureste de Bagdad. Fue el cierre de una celebración teñida de rojo.
Mesopotamia alcanzan la final del torneo. «Lo que sucede en Irak nos anima a intentar hacer feliz a nuestra gente», profetizaba el capitán antes del choque. La cita era en Yakarta, y el gol iraquí, el único de toda la final, llegaba en el minuto 71 de la mano de Yunis Mahmud, portentoso capitán kurdo, que metía un golazo a pase del suní Hawar Mullá. Campeones. Irak se echaba a las calles y
turcos, chiíes, suníes y cristianos se abrazaban y daban gritos; esta vez, no por una masacre, sino porque, por primera vez en muchos
años, todos estaban contentos. Era momento de celebrar. A pesar de todo.
Un mensaje de unidad al mundo «Decir que fue bonito sería decir poco», explicaba Vieira. Están en el vestuario y la estampa muestra a unos abrazados con los otros. Bailan, saltan. «Nuestra victoria es un mensaje de unidad al mundo, por encima de todo lo que a veces puede parecer que nos separa», concluía el brasileño. La alegría fue tal que el primer ministro de Emiratos Arabes Unidos les cambió el billete de clase turista por su propio jet privado. Primer destino, Dubai, capital de los emiratos. Allí les aguardaba una celebración masiva y callejera, algo impensable en el Bagdad del ejército de ocupación y la ciega insurgencia. Las celebraciones en el exilio prosiguieron en Siria y Jordania, como si toda la zona árabe sintiera la victoria como propia, aun teniendo a sus propias selecciones en liza. Pero la belleza de la victoria habría de durar tanto como el aterrizaje final en Irak. Tres futbolistas se negaron a trasladarse a su país natal para conmemorar la victoria entre los vítores del pueblo. «Sencillamente, tememos por nuestras vidas, pero también por las de los aficionados que vengan a las celebraciones», se justificaron Nashat Akram, Hawar Mulla Mohamed y el capitán Younis Mahmod, los tres guerreros que habían conquistado la Copa y la paz del vestuario.
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Y es que esta demostración de quienes creyeron en la fuerza de la unidad bien podía ser una afrenta terrible para los agoreros de las etnias que siembran la tristeza en los campos de Mesopotamia. ¿Acaso el pueblo seguiría el ejemplo de sus Leones? ¿Dejarían de lado las corrientes religiosas que algunos profesan hasta sus extremos, quizá para escarnio de los terroristas? Sí, habrían de recordar que el grupo al que deben su más básica peretenencia no es más que el género humano. Algo como aquel «que se amen los pueblos en la internacional», que cantó sin música Karl Marx. Pero desde el respeto mútuo, porque, como tampoco quería olvidar el capitán en medio de las celebraciones, los iraquíes quieren «que EEUU salga de Irak. Hoy, mañana o pasado, pero que se vayan». Nadie cuestiona que el deporte rey haya sido tradicionalmente escenario de desagradables y violentos episodios entre hinchadas rivales. Pero lo que algunos no intuían era que la situación fuera reversible. Y es que un buen timonel sabe navegar valiéndose del viento en contra, como demostraron los Leones de Mesopotamia, cariñoso sobrenombre que recibe la selección de fútbol iraquí. Y es que no sólo en Bilbao cuentan con fieras por atletas. Pero las dos fotografías, la de Euskadi y la de Irak, no tienen apenas similitudes. El cielo de los vascos se nubló en diciembre. Pero allí, en el lejano oriente, nunca hizo sol. Y sin embargo, los rugidos de sus leones dibujan sonrisas que prometen un futuro nunca imposible y nunca demasiado lejano de reconciliación y de paz.
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