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Grenda Rivera: Todo lo que me ocurre es perfecto y tiene un propósito

Por: Habacuc Cardona, CECP, CBCP

En cada comienzo de año buscamos algo nuevo que nos complemente o nos ayude a balancearnos, aun de forma inconsciente. Si estamos obesos, comenzamos un régimen nutricional; si estamos débiles o fuera de forma, incluimos ejercicio; entre otras cosas. Este mes de enero, en nuestra primera revista del año, tenemos de invitada a Grenda Rivera, destacada periodista y animadora. Todos sabemos que un periodista se enfrenta a muchas situaciones difíciles, pues deben llevar la noticia al pueblo. Frecuentemente deben sumergirse en investigaciones, y logran desarrollar puntos de vista diferentes al tropezarse con realidades que muchas veces son muy fuertes. Así que quise dialogar con Grenda para que compartiera con nosotros su visión y nos cuente cómo ha logrado fortalecerse en nuestro Puerto Rico, en medio de las circunstancias difíciles que nos rodean. Es una entrevista muy interesante, donde podríamos encontrar dirección y respuestas a nuestra búsqueda personal, para comenzar el 2021enfocados hacia ese balance anhelado.

Habacuc: Vivimos tiempo difíciles, y en tu caso no es tan solo como ser humano, sino como periodista que debe cubrir noticias no tan alentadoras, ¿cómo has logrado mantenerte balanceada emocionalmente?

Grenda: Al cumplir los 48 años en el turbulento 2020, pude celebrar afirmando con absoluta certeza que nunca había sido tan feliz en mi vida. Llegar aquí ha requerido atravesar desiertos. En el camino, he recurrido a varias prácticas y adoptado filosofías que, más que balanceada emocionalmente, me han ayudado a vivir en estado de alegría y paz.

Diría que el despertar de conciencia comenzó hace varios años, al participar en los Talleres de Oración y Vida que creó el Padre Ignacio Larrañaga. Entendí la diferencia entre rezar y orar, y aprendí a orar, logrando tener una comunicación profunda con el Creador. Adquirí un gusto por el silencio para conectar con Dios y sentir su presencia. Estar rodeada de Naturaleza facilitaba esa conexión.

De ahí adquirí un gusto por la contemplación. Luego entendí que, alcanzada la conexión, sobran las palabras. La belleza y magia del encuentro consisten en simplemente estar presente. Cada vez que comenzaba mi día dedicando al menos media hora a orar, todo fluía mejor y podía manejar cualquier reto sin sucumbir a emociones negativas. Esa deliciosa exploración me llevó a procurar otras prácticas similares que requieren silencio para escuchar la voz interior o superior, así como paciencia y estar en el momento presente. De momento, la conexión con Dios o con mi yo superior resultó ser lo mismo. Así aprendí a confiar en que todo lo que me ocurre es perfecto y tiene un propósito.

Dedicar tiempo a orar, meditar, estar en silencio, descansar, practicar yoga, respirar de manera pausada y profunda, y alimentarme me mantiene emocionalmente saludable. Todas esas dinámicas ya son parte de mi estilo de vida y no me visualizo de otra manera. Mientras más tiempo les dedico,

Habacuc: Para ti, ¿cuál es la emoción negativa que te ha dado más trabajo vencer o lidiar con ella?

Grenda: Esta es una pregunta muy personal y también muy importante, pues siento que se aprecia más la luz si entendemos la oscuridad que le precede. He manejado muchas emociones negativas, incluyendo perder el deseo de vivir. Finalmente, entendí que reprimirlas puede resultar corrosivo, explosivo y definitivamente nos enferma. Igualmente, combatirlas es contraproducente, porque las intensifica. Para superar una emoción negativa, es fundamental reconocerla y acogerla. Abrazarla, acariciarla y entonces preguntarle su origen. Casi siempre es un temor infundado o una falsa creencia.

Creo que la emoción que se me hizo más difícil superar fue el miedo al abandono. Tuve que reflexionar mucho para identificar su procedencia. Tuve que ser compasiva y comprensiva al repasar su historia, hasta concluir que no tiene fundamento real. Nadie me puede abandonar.

En la medida en que aprendí a estar con Dios y conmigo, y sentirme completa, nadie me puede abandonar. Las personas que tienen que estar cerca, están; y las que no, pues no les corresponde estar y punto. Así de simple.

Habacuc: Cuando piensas en el futuro, ¿cómo lo visualizas?

Grenda: No pienso en el futuro como algo a largo plazo. El futuro es la próxima hora o el próximo día, y lo vivo con la certeza de que será perfecto, pues ocurrirá lo que necesite para seguir creciendo o lo que yo manifieste con mis pensamientos, los cuales se basan en este predicamento: que todos seamos libres y felices.

Habacuc: Sabemos y está comprobado científicamente que somos energía y que nuestros pensamientos generan energía y acciones que impactan nuestra vida. ¿Crees que debemos, como sociedad colectiva, hacernos responsables de las energías que generamos en silencio?

Grenda: Entender esto debe ser tanto o más importante que la gramática y la matemática, porque nuestra felicidad y nuestra contribución a la humanidad depende de ello. Nuestra vida es una copia impresa de nuestros pensamientos. Es así a nivel individual y colectivo. De manera que nuestra prioridad debería ser procurar ser energía creadora y generar pensamientos edificantes.

Lo he practicado y funciona. Durante la meditación genero pensamientos positivos que parten del amor, los magnifico, les imprimo fe de que se manifestarán, luego los suelto y confío. Se manifiestan, y rápido.

Habacuc: Sabemos que en Puerto Rico las emociones positivas florecen en abundancia, somos bondadosos, cálidos, generosos, amorosos, entre muchas cosas más, sin ánimo de juzgar. ¿Cuál, en tu opinión, es la emoción negativa que más has observado que prevalece en nuestro Puerto Rico de hoy?

Grenda: Los puertorriqueños somos alegres, pero pocos somos felices. Somos generosos, pero muchos actúan partiendo de la carencia. Creo que la emoción negativa que prevalece, no en Puerto Rico sino en el planeta, es la ansiedad. Y me atrevo a asegurar que, en la mayoría de los casos, no tiene fundamento real.

Sugiero pausar para reflexionar sobre su origen. La ansiedad no solo mantiene a muchas personas dependientes a fármacos, sino que carga negativamente nuestra interacción con los demás, provocando conflictos donde no hay o incitándonos a reaccionar violentamente.

Habacuc: ¿Cuál es tu emoción positiva favorita?

Grenda: Mi emoción positiva favorita es la alegría. Aunque la distingo de la felicidad, que es el estado ideal, la alegría genera vibraciones positivas que se transmiten y perciben de inmediato, transformando favorablemente cualquier escenario. Además, es contagiosa y se genera a sí misma. Si te empiezas a reír, te dan más ganas de reír. Sonríes y los demás te sonríen. La alegría relaja tensiones, minimiza o previene conflictos y es antesala a la felicidad.

Habacuc: Llegó la navidad, y es una inusual. ¿Has logrado mantener el espíritu navideño?

Grenda: ¡El espíritu navideño lo tuve en “high” desde mediados de octubre! Es una temporada de renovación, redención, fe, unidad y esperanza. Hay que ser congruente. Creo que somos capaces de crear la realidad que deseamos a través del pensamiento, por lo tanto, la Navidad es feliz si decido que así sea. Desde hace varios años acostumbro a reflexionar sobre las lecciones del pesebre. Humildad, amor, desprendimiento, acogida… valores y sentimientos que nos hacen sentir completos. No hacen falta lujos.

Habacuc: Sabemos que tu papá, el Señor Jorge Rivera Nievas, es muy querido en Puerto Rico. Para todos los puertorriqueños, él ha sido un ejemplo de consistencia e integridad. ¿Cuál ha sido la emoción positiva que más te ha hecho sentir desde que tienes conciencia?

Grenda: Calma. Mi papá me enseñó, con la palabra y la acción, que en los momentos de retos y crisis es cuando más calmados debemos estar para pensar de forma clara y asertiva. Es un maestro en el manejo y control de las emociones, no permite que le dominen. Es uno de los seres más pacientes y optimistas que conozco. Sabe que todo lo que tiene que suceder, sucederá. Vive libre y feliz, sin dañar a nadie.

Habacuc: Desde la perspectiva de la educación y el crecimiento personal, ¿tiene para ti alguna relevancia la lectura de un libro? Si es así, ¿cuál ha sido el que más ha influenciado en ti?

Grenda: Los libros son mágicos. Activan nuestra imaginación y nos ayudan a despertar y conocer. Tengo muchos libros y quisiera asegurar más tiempo para su lectura. Novelas de José Saramago, poemarios de Mario Benedetti y libros de historia de Fernando Picó figuran entre mis favoritos. Pero entre las lecturas más recientes e influyentes debo destacar La Biblia, Un Curso de Milagros y El Asombroso Poder de las Emociones. Los últimos dos exponen la capacidad creadora que Dios imprime en nosotros, y que guardamos una sabiduría ilimitada y poderosa. Cuando actuamos guiados por emociones que se originan en el amor y están alineadas al Creador, ocurren cosas maravillosas. Son lecturas que nos ayudan a dar saltos de crecimiento personal hacia la felicidad y, por lo tanto, contribuyen a tener una interacción armoniosa con todo lo que nos rodea. Además, explican que los conflictos o las pérdidas son oportunidades para aprender, sanar o potenciar.

Habacuc: ¿Consideras que la nutrición es un factor importante para mantener un estado óptimo de salud mental y emocional?

Grenda: Somos lo que comemos, así de sencillo. Recuerdo que fue precisamente mi papá quien también me enseñó que no debemos comer para llenarnos, sino para alimentarnos.

He probado de distintas maneras cómo lo que ingiero afecta positiva o negativamente mi salud, nivel de energía, mi estado emocional y capacidad mental. Comidas altas en condimentos y preservativos me hacen sentir pesada o me pueden producir pesadillas, de manera que me restan energía y agilidad mental. Así no soy productiva, no logro descansar, meditar o ejercitarme. Incluso pueden causar irritabilidad.

En cambio, la comida natural me permite una digestión rápida y cómoda. Me hace sentir energizada para ejercitarme, trabajar enfocada y sobre todo manejar con buen ánimo situaciones estresantes. Los nutrientes no solo benefician la salud, sino que nos ayudan a sentirnos óptimos en todos los sentidos.

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