Zemillero 34

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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión

Quinta parte. Subcomandante Insurgente Galeano

La mirada y la distancia a la puerta

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upongamos que es posible elegir, por ejemplo, la mirada. Supongamos que usted puede librarse, así sea por un momento, de la tiranía de las redes sociales que imponen no sólo qué se mira y de qué se habla, también cómo mirar y cómo hablar. Entonces, supongamos que usted levanta su mirada. Más arriba: de lo inmediato a lo local a lo regional a lo nacional a lo mundial. ¿Lo mira? Cierto, un caos, un desbarajuste, un desorden. Entonces supongamos que usted es un ser humano; vaya, que no es una aplicación digital que, velozmente, mira, clasifica, jerarquiza, juzga y sanciona. Entonces usted elige qué mirar… y cómo mirar. Pudiera ser, es un supositorio, que mirar y juzgar no sean lo mismo. Así que usted no sólo elige, también decide. Cambiar la pregunta de “eso, ¿está mal o bien?”, a “¿qué es eso?”. Claro, la primera cuestión lleva a un debate sabroso (¿todavía hay debates?). Y de ahí al “Eso está mal –o bien- porque yo lo digo”. O, tal vez, hay una discusión sobre qué es el bien y el mal, y de ahí a los argumentos y citas con pie de página. Cierto, tiene usted razón, eso es mejor que recurrir a “likes” y “manitas arriba”, pero le he propuesto cambiar el punto de partida: elegir el destino de su mirada. Por ejemplo: usted decide mi- muchos, o pocos, o demasiados, o surar a los musulmanes. Puede usted ficientes. Ha pasado de la identidad elegir, por ejemplo, entre quienes religiosa a la cantidad. Y entonces perpetraron el atentado contra Char- usted se pregunta qué quieren, por lie Hebdo o entre quienes marchan qué luchan. Y aquí usted decide si ahora por los caminos de Francia acude a los medios y las redes para para reclamar, exigir, imponer sus saberlo… o les escucha. Suponga derechos. Puesto que usted ha lle- que les puede preguntar. ¿Les pregado a estas líneas, es muy probable gunta usted su creencia religiosa, que se decante por los “sans papiers”. cuántos son? ¿O les pregunta por qué Claro, también se siente usted en la abandonaron su tierra y decidieron obligación de declarar que Macron es llegar a suelos y cielos que tienen un imbécil. Pero, obviando ese rápi- otra lengua, otra cultura, otras leyes, do vistazo hacia arriba, usted vuelve otro modo? Tal vez le respondan con a mirar los plantones, campamentos una sola palabra: guerra. O tal vez y marchas de los migrantes. Usted se le detallen lo que esa palabra signipregunta por el número. Le parecen fica en su realidad de ellos. Guerra.

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Usted decide investigar: ¿guerra dónde? O, más mejor. ¿por qué esa guerra? Entonces le abruman con explicaciones: creencias religiosas, disputas territoriales, saqueo de recursos o, simple y llanamente, estupidez. Pero usted no se conforma y pregunta por quién se beneficia de la destrucción, del despoblamiento, de la reconstrucción, de la repoblación. Encuentra los datos de diversas corporaciones. Investiga a las corporaciones y descubre que están en varios países, y que fabrican no sólo armas, también autos, cohetes interestelares, hornos de microondas, servicios de paquetería, bancos, redes sociales, “contenido mediático”, ropa, celulares y computadoras, calzado, alimentos orgánicos y no, empresas navieras, ventas en línea, trenes, jefes de gobierno y gabinetes, centros de investigación científica y no, cadenas de hoteles y restaurantes, “fast food”, líneas aéreas, termoeléctricas y, claro, fundaciones de ayuda “humanitaria”. Usted podría decir, entonces, que la responsabilidad es de la humanidad o del mundo entero. Pero usted se pregunta si el mundo o la humanidad no son responsables, también, de esa marcha, plantón, campamento de migrantes, de esa resistencia. Y llega entonces a

concluir que, puede ser, es probable, tal vez, es un sistema íntegro el responsable. Un sistema que produce y reproduce el dolor, a quienes lo infligen y a quienes lo padecen. Ahora vuelva usted la mirada a la marcha que recorre los caminos de la Francia. Suponga que son pocos, muy pocos, que sólo es una mujer que carga un su pichito. ¿Le importan ahora su creencia religiosa, su lengua, sus ropas, su cultura, su modo? ¿Le importan que sea sólo una mujer que carga su pichito en brazos? Ahora olvídese de la mujer por un momento y enfoque su mirada sólo en la criatura. ¿Importa si es varón o hembra u otroa? ¿Su color de piel? Tal vez descubra usted, ahora, que lo que importa es su vida. Ahora, vaya más allá, después de todo ya llegó usted hasta estas líneas, así que unas más no le harán daño. Ok, no mucho daño. Suponga que esa mujer le habla y usted tiene el privilegio de entender lo que le diga. ¿Usted cree que ella le exigirá que le pida perdón por el color de su piel de usted, su creencia religiosa o no, su nacionalidad, sus antepasados, su lengua, su género, su modo? ¿Usted se apresura a pedirle perdón por ser quien es? ¿Espera que ella le perdone y usted regrese a su vida con esa cuenta saldada? ¿O que ella no le perdone y usted se diga “bueno, al menos lo intenté y estoy sinceramente arrepentido de ser quien soy”? ¿O teme que ella no le hable, que sólo le mire en silencio, y usted sienta que esa mirada le pregunta “¿Y tú, qué?”? Si llega usted a este razonamiento-sentimiento-angustia-desesperación, entonces, lo lamento, usted no tiene remedio: usted es un ser humano. -*Aclarado así que usted no es un bot, repita el ejercicio en la Isla de Lesbos; en el Peñón de Gibraltar; en el Canal de la Mancha; en Nápoles; en el río Suchiate; en el río Bravo. Ahora mueva su mirada y busque Palestina, Kurdistán, Euskadi y Wallmapu. Sí, lo sé, marea un poco… y no es todo. Pero en esos lugares, hay quienes (muchos o pocos o demasiados o suficientes) también luchan por la vida. Pero resulta que conciben la vida ligada inseparablemente a su tierra, a su lengua, su cultura, su modo. A eso que el Congreso Nacional Indígena nos enseñó a llamar “territorio”, y que no es sólo un pedazo de tierra. ¿No tiene la tentación de que esas personas le cuenten su historia, su lucha, sus sueños? Sí, lo sé, tal vez sea mejor para usted recurrir a Wiki-

A la 5


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