Cooperación solidaria, julio 19 2021, Año II, No. 50
Semillero de Redes, Organizaciones y Colectivos de Resistencia y Rebeldía adheridos a la Sexta Nacional e Internacional
Colibrí rebelde De una historia y una pregunta
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n el texto “De cómo llegamos a la Cofa del Vigía y lo que desde ahí miramos” que, a manera de prólogo al Tomo I de El Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista, escribiera el subcomandante insurgente Galeano, hacía “Una recomendación: lea los textos de este volumen como si fueran uno solo, no como intervenciones aisladas e inco-nexas. Nuestras palabras fueron pensadas y preparadas como una unidad, como si cada parte lo fuera de un rompeca-bezas que, al final, definiera su contorno, su intención, su pensamiento”. Y si esto es cierto para los textos que se agrupan en el volumen que prologan, también lo es para los documentos que han anticipado y explicado cada una de las iniciativas que han presentado a lo largo de los años. Ni en el discurso ni en el quehacer del EZLN existen iniciativas aisladas o individuales; son producto de una profunda y larga discusión hacia un Pensamiento Crítico que, se construye en colectivo porque colectiva es la práctica en que se sustenta. Los textos que ahora agrupamos en este número de El Zemillero iniciaron con un texto armado de atrás para adelante. Por razones de tiempo y espacio, optamos por presentar el primero, que fue el último en aparecer y todos los comunicados que han aparecido a partir de esa última-primera parte. Lo que viene, lo que están proponiendo, se encuentra, por lo menos avisado, en estos textos. Que nadie se llame a sorpresa, el EZLN hace lo que dice y dice lo que hace. No hay juegos verbales, dicen lo que quieren decir para que todos, todas, todoas podamos entenderlo; cuenta una historia que empieza así: “Un hombre zapatista va caminando por un poblado. Viste sus mejores galas y su sombrero nuevo porque, dice, va a buscar a una su novia.” La historia continúa por un largo rato entre el del sombrero y un compadre que “sembraba” con un palo de escoba,
sobre terreno de grava y a destiempo; pero, por más que le explicó que así no funcionaba el asunto, el compadre no lo quiso entender, o sea que oír, oía, pero ¿escuchar?, para nada. Así que el del sombrero mejor se fue para seguir buscando a la una su novia; no sabe cómo se llama, pero sabe que buscando la va a encontrar. El EZLN ha sido claro desde el primer día, no se presenta como “...respuesta a nada, sino más bien como un montón de preguntas, la principal ha sido una que nos plantean cada vez: “¿y tú qué?” Veamos sí podemos responder a esa pregunta, porque falta lo que falta. Estos textos dicen lo que dicen; ni les sobran ni les faltan palabras; pero no basta leerlos, hay que comprenderlos. Y no es una tarea individual; dice el Sub Moisés, que en colectivo todo sale mejor y es más divertido. Talleres de Periodismo Comunitario/ Interregional de Colectivos Contenido Una declaración... Por la vida. 2 Camino a Europa 4 Escuadrón 421 5 La Ruta de Ixchel 9 Ayer: La teoría y la práctica 11 El Abordaje 14 Sobre el mar 16 ¡Delfines! 18 Islas Azores, Portugal, Europa 21 El Pasaporte Zapatista 23 La Calamidad Zapatista 25 Llegamos 34 El desembarco 35 Desde la otra Europa 36 ¿A qué vamos? 37 Volantem est Alio modo gradiendi 43 La Extemporánea y una Iniciativa Nacional 46
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
Por la vida Una declaración…
Primero de Enero del año 2021.
A los pueblos del mundo: A las personas que luchan en los cinco continentes: Herman@s y compañer@s: urante estos meses previos, hemos establecido contacto entre limarlo, domesticarlo, nosotr@s por diversos medios. Somos mujeres, lesbianas, humanizarlo. gays, bisexuales, transgénero, travestis, transexuales, intersex- El compromiso de luchar, en uales, queer y más, hombres, grupos, colectivos, asociaciones, todas partes y a todas horas organizaciones, movimientos sociales, pueblos originarios, aso–cada quien en su terreno–, ciaciones barriales, comunidades y un largo etcétera que nos da contra este sistema hasta identidad. destruirlo por completo. La supervivencia de la Nos diferencian y distanSólo nos unen muy pocas humanidad depende de la cian tierras, cielos, montañas, cosas: destrucción del capitalismo. valles, estepas, selvas, desiertos, E l q u e h a c e m o s n u e s t r o s No nos rendimos, no océanos, lagos, ríos, arroyos, lalos dolores de la tierra: estamos a la venta y no gunas, razas, culturas, idiomas, la violencia contra las claudicamos. historias, edades, geografías, mujeres; la persecución y identidades sexuales y no, raídesprecio a los diferentes La certeza de que la lucha por la humanidad es mundial. ces, fronteras, formas de orgaen su identidad afectiva, Así como la destrucción nización, clases sociales, poder emocional, sexual; en curso no reconoce adquisitivo, prestigio social, el aniquilamiento de fronteras, nacionalidades, fama, popularidad, seguidores, la niñez; el genocidio banderas, lenguas, likes, monedas, grado de escolacontra los originarios; el culturas, razas; así la ridad, formas de ser, quehaceres, racismo; el militarismo; lucha por la humanidad virtudes, defectos, pros, contras, la explotación; el despojo; es en todas partes, todo el peros, sin embargos, rivalidades, la destrucción de la tiempo. enemistades, concepciones, arnaturaleza. gumentaciones, contra argumen- El entendimiento de que es un La convicción de que son muchos los mundos que taciones, debates, diferendos, sistema el responsable de viven y luchan en el mundo. denuncias, acusaciones, desestos dolores. El verdugo Y que toda pretensión de precios, fobias, filias, elogios, es un sistema explotador, homogeneidad y hegemonía repudios, abucheos, aplausos, patriarcal, piramidal, atenta contra la esencia del divinidades, demonios, dogmas, racista, ladrón y criminal: ser humano: la libertad. La herejías, gustos, disgustos, moel capitalismo. igualdad de la humanidad dos, y un largo etcétera que nos El conocimiento de que no está en el respeto a la hace distintos y, no pocas veces, es posible reformar este contrarios. sistema, educarlo, atenuarlo, A la p. 3
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el Zemillero De la p. 2 . Por la vida
diferencia. En su diversidad está su semejanza. La comprensión de que no es la pretensión de imponer nuestra mirada, nuestros pasos, compañías, caminos y destinos, lo que nos permitirá avanzar, sino la escucha y mirada de lo otro que, distinto y diferente, tiene la misma vocación de libertad y justicia. Por estas coincidencias, y sin abandonar nuestras convicciones, ni dejar de ser lo que somos, hemos acordado: Primero.– Realizar encuentros, diálogos, intercambios de ideas, experiencias, análisis y valoraciones entre quienes nos encontramos empeñados, desde distintas concepciones y en diferentes terrenos, en la lucha por la vida. Después, cada quien seguirá su camino o no. Mirar y escuchar lo otro tal vez nos ayudará o no en nuestro paso. Pero conocer lo diferente, es también parte de nuestra lucha y de nuestro empeño, de nuestra humanidad. Segundo.- Que estos encuentros y actividades se realicen en los cinco continentes. Que, en lo que se refiere al continente europeo, se concreten en los meses de Julio, Agosto, Septiembre y Octubre del año 2021, con la participación directa de una delegación mexicana conformada por el CNI-CIG, el Frente de Pueblos en Defensa del Agua y de la Tierra de
Morelos, Puebla y Tlaxcala, y Desde uno de los puentes de el EZLN. Y, en fechas posteri- dignidad que unen a los cinco ores por precisar, apoyar según continentes nuestras posibilidades, para Nosotr@s. que se realicen en Asia, África, Planeta Tierra. Oceanía y América. 1 de enero del 2021. Tercero.- Invitar a quienes comparten las mismas preocupa- D e s d e d i v e r s o s , d i s p a r e ciones y luchas parecidas, a j o s , d i f e r e n t e s , d i s í m i l e s , todas las personas honestas y a desiguales, distantes y distodos los abajos que se rebelan y tintos rincones del mundo resisten en los muchos rincones (en arte, ciencia y lucha en del mundo, a que se sumen, resistencia y rebeldía). (Ver aporten, apoyen y participen en firmas en: http://enlacezapaestos encuentros y actividades; tista.ezln.org.mx/2021/01/01/ y a que firmen y hagan suya esta primera-parte-una-declaracion-por-la-vida/) declaración POR LA VIDA. 3
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
Camino a Europa
A las personas, grupos, colectivos, organizaciones, movimientos, coordinadoras, y pueblos originarios en Europa que esperan nuestra visita: A la Sexta Nacional e Internacional: A las redes en resistencia y rebeldía: Al Congreso Nacional Indígena: A los pueblos del Mundo: Herman@s y compañer@s: ste día 10 de abril del 2021 se concentraron en el “Semillero Comandanta Ramona”, l@s compañer@s que forman parte del primer grupo de delegad@s en nuestra Travesía por la Vida, capítulo Europa. Se trata de la delegación marítima. Con una pequeña nuestro corazón. Nuesceremonia, según nuestros tr@s delegad@s llevan un usos y costumbres, la dele- corazón grande. No sólo gación recibió el mandato para abrazar a quienes en de los pueblos zapatistas el continente europeo se para llevar lejos nuestro rebelan y resisten, también pensamiento, es decir, para escuchar y aprender
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de sus historias, geografías, calendarios y modos. Este primer grupo permanecerá en cuarentena por 15 días, aislados en el semillero, para garantizar que no están contagiados del llamado COVID 19 y para que se preparen para el tiempo que dura su travesía por mar. Durante esas dos semanas, estarán viviendo dentro de la réplica de la embarcación que, para eso, construimos en el Semillero. El día 26 de abril del 2021, saldrán rumbo a un puerto de la República Mexicana. Llegarán a más tardar el 30 de abril y abordarán la embarcación que hemos bautizado como “La Montaña”. Durante dos o tres días con sus noches, permanecerán a bordo del barco, y el día 3 de mayo del 2021, día de la Santa Cruz, Chan Santa Cruz, el navío “La Montaña” zarpará con nuestr@s compañer@s con destino a las costas europeas, en un viaje que se supone tomará de 6 a 8 semanas. Se calcula que en la segunda mitad del mes de junio del 2021 estarán frente a las costas europeas. A partir de este 15 de abril del 2021, desde los 12 caracoles zapatistas, nuestr@s compañer@s bases de apoyo irán realizando actividades para despedir a la delegación zapatista que, por mar y aire, viajará a la geografía que llaman “Europa”. En esta parte de la que hemos llamado
“Travesía Por La Vida. Capítulo Europa”, l@s delegad@s zapatistas se encontrarán con quienes nos han invitado para platicar sobre nuestras historias mutuas, dolores, rabias, logros y fracasos. Hasta ahora, hemos recibido y aceptado invitaciones de las siguientes geografías: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Cataluña, Cerdeña, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Estado Español, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Italia, Luxemburgo, Noruega, País Vasco, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania, Rusia, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania
A partir de este día, el Subcomandante Insurgente Galeano irá publicando una serie de textos donde les platicará de quiénes forman la delegación marítima zapatista, de los trabajos que se han realizado, algunos de los problemas que hemos enfrentado y etcétera. En resumen: estamos ya en camino rumbo a Europa. Es todo por ahora Desde las montañas del Sureste Mexicano. Subcomandante Insurgente Moisés. Comisión Sexta del EZLN. México, Abril 10 del 2021.
Escuadrón 421
(La delegación marítima zapatista)
¿Ctañas del sureste mexicano. Un silencio repentino se impone a los alendario? Una madrugada del cuarto mes. ¿Geografía? Las mon-
grillos, al ladrido disperso y lejano de los perros, al eco de una música de marimba. Aquí, en las entrañas de los cerros, un susurro más que un ronquido. Si no estuviéramos donde estamos, podría pensarse que es un rumor de mar abierto. No las olas reventando contra la costa, la playa, el acantilado acotado con un tajo caprichoso. No, algo más. Y entonces… un largo quejido y un temblor intempestivo, breve. La montaña se alza. Se arre- se agarran a los bordes de su nagua, manga, con pudor, un poco las hombres, mujeres, quienes no son naguas. No sin trabajos, arranca ni las unas ni los otros, niñas y niños sus pies de la tierra. Da el primer somnolientos. Van trepando por su paso con un gesto de dolor. Ahora blusa, coronan la punta de sus pele sangran las plantas a esta montaña chos, siguen a sus hombros y, ya sobre pequeña, lejana de los mapas, los lo alto de su cabellera, despiertan. Al oriente el sol, apenas asodestinos turísticos y las catástrofes. Pero aquí todo es complicidad, así mado al horizonte, detiene un poco que una lluvia anacrónica le lava los su necia y cotidiana ronda. Le ha pies y, con lodo, le cura las heridas. parecido ver que una montaña, “Cuídate hija”, le dice la Ceiba con una corona de seres humanos, madre. “Ánimo”, habla el huapác como camina. Pero más allá del sol y de consigo mismo. El pájaro tapacamino unas nubes grises que la noche la guía. “Al oriente, amiga, al oriente”, dejó olvidadas, nadie aquí parece dice mientras brinca de un lado a otro. sorprenderse. “De por sí así estaba escrito”, Vestida de árboles, aves y piedice el Viejo Antonio mientras afila dras, camina la montaña. Y a su paso,
el Zemillero el machete de doble filo, y la Doña Juanita asiente con un suspiro. En el fogón huele a café y a maíz cocido. En la radio comunitaria se escucha una cumbia. La letra habla de una leyenda imposible: una montaña navegando a contrapelo de la historia. Siete personas, siete zapatistas, forman la fracción marítima de la delegación que visitará Europa. Cuatro son mujeres, dos son varones y unoa es otroa. 4, 2, 1. El escuadrón 421 se encuentra ya acuartelado en el llamado “Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista”, ubicado en el Semillero Comandanta Ramona de la zona Tzotz Choj. No fue fácil. Más bien, ha sido tortuoso. Para llegar a este calendario, hubimos de enfrentar reparos, consejos, desalientos, llamados a la mesura y a la prudencia, francos sabotajes, mentiras, malhabladas, recuentos detallados de las dificultades, chismes e insolencias, y una frase repetida hasta el asco: “eso que quieren hacer es muy difícil, por no decir imposible” Y, claro, diciéndonos, ordenándonos, lo que debíamos y no hacer. Todo eso, en este y el otro lado del océano. Claro, todo eso sin contar los obstáculos del supremo gobierno y su burocracia ignorante, necia y racista. Pero de todo eso ya les platicaré en otra ocasión. Ahora debo contarles un poco de nuestra flamante delegación zapatista marítima. Las 4 mujeres, los dos varones y loa otroa son seres humanos. Se les aplicó el Test de Turing, con algunas modificaciones que consideré pertinentes, para descartar que algún@ de ell@s, o tod@s, fueran un organismo cibernético, un robot pues, capaz de bailar la cumbia del A la p. 6 5
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Escuadrón 421
Sapito equivocando el paso. Ergo, los 7 seres pertenecen a la raza humana. Los 7 son nacidos en el continente que llaman “América”, y el hecho de que compartan dolores y rabias con otros pueblos originarios de este lado del océano, los hace Latinoamericanos. Son, también, mexicanos de nacimiento, descendientes de los pueblos originarios mayas, según se constató con sus familias, vecinos y conocidos. Son también zapatistas, con documentos de los municipios autónomos y las Juntas de Buen Gobierno que así lo avalan. No tienen delitos que se les hayan demostrado y que no hayan sido sancionados en su oportunidad. Viven, trabajan, enferman, se curan, aman, desaman, ríen, lloran, recuerdan, olvidan, juegan, se ponen seri@s, toman apunte, buscan pretexto, en suma, viven en las montañas del Sureste Mexicano, en Chiapas, México, Latinoamérica, América, Planeta Tierra, etcétera. L@s 7, además, se ofrecieron de voluntari@s para hacer la travesía por mar –algo que no provoca mucho entusiasmo en la vasta variedad de zapatistas de todas las edades–. O sea que, para ponerlo en claro, nadie quería viajar en barco. ¿Qué tanto contribuyó a eso la campaña de terror desatada por Esperanza y toda la banda de Defensa Zapatista, que se sintetiza en el célebre algoritmo de “tod@s van a morir miserablemente”? No lo sé. Pero el hecho de haber derrotado a las redes sociales, whatsapp incluido, sin ninguna ventaja tecnológica (vaya, sin siquiera señal rural de celular), me motivó a poner mi granito de arena de playa. Así que, movido por mi simpatía por la banda de Defensa Zapatista, pedí permiso con el SubMoy para hablarle a la delegación que, entre gritos, chillidos y risas de niñ@s, se 6
preparaba para la invasión que no es invasión… bueno, sí es, pero es algo, digamos, consensuado. Algo así como un internacionalismo sado-masoquista que, por supuesto, no será bien visto por la ortodoxia hecha vanguardia, la cual, como se debe, va tan delante de las masas, que no se alcanza a ver. Me presenté en la asamblea y, poniendo mi mejor cara de tragedia, les conté cosas horribles de altamar: los “gómitos” interminables; la monótona vastedad del horizonte; la alimentación pobre en maíz, sin palomitas y –¡horror!– sin salsa Valentina; el encierro con otras personas por varias semanas –con las que, las primeras horas, intercambias sonrisas y atenciones, y un poco después miradas que matan–; describí también, con lujo de detalles, tormentas terribles y amenazas desconocidas; me referí al Kraken y, por uno de esos resabios literarios, les hablé de una gigantesca ballena blanca que buscaba, furiosa, a quien arrancarle la pierna, lo que anularía a la víctima de un papel decoroso en la cumbia más lenta. Fue inútil. Y debo confesarles, no sin mi orgullo de género mal herido, que fueron mujeres las más que dijeron: “en barco”, cuando se les presentaba la opción de viaje por mar o viaje por aire. Así que se anotaron no 7, ni 10, ni 15, sino más de 20. Hasta la pequeña Verónica, de 3 años, se apuntó cuando escuchó la historia de la ballena asesina. Sí, incomprensible. Pero ya que la conozcan (a la niña, no a la ballena), la compadecerán. Quiero decir, compadecerán a Moby Dick. Entonces, ¿por qué sólo 7? Bueno, les puedo hablar de los 7 puntos cardinales (el frente, el tras, el un lado, el otro lado, el centro, el arriba y el abajo), de los 7 dioses primeros, los que nacieron el mundo, y así. Pero la verdad es que, lejos de símbolos y alegorías, la cantidad se
debe a que la mayoría no ha conseguido aún el pasaporte, y todavía se está batallando para conseguirlo. Ya les contaré de eso después. Bueno, pero a usted de seguro no le interesan esos problemas. Usted lo que quiere es saber quiénes van a navegar en “La Montaña”, cruzar el Océano Atlántico, e invadir… err, quise decir, visitar Europa. Así que aquí le pongo sus fotos y una muy breve semblanza:
Lupita. 19 años. Mexicana de nacimiento. Tzotzil de los Altos de Chiapas. Habla su lengua natal, el tzotzil, y la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Ha sido coordinadora local de jóvenes, coordinadora regional de jóvenes, y administradora local de trabajo colectivo. Música que le gusta: pop, románticas, cumbias, baladas, electrónica, rap, hip hop, música andina, música china, revolucionarias, clásicas, rock de los 80´s (así dijeron), mariachis, música tradicional de su pueblo… y el reguetón (nota de la redacción: si eso no es “un mundo donde quepan muchos mundos”, no sé qué lo sea. Fin de la nota). Colores favoritos: negro, rojo, guinda y café. Experiencia marítima: cuando niña viajó en A la p. 7
el Zemillero De la p. 6.
Escuadrón 421
lancha. Se preparó durante 6 meses para ser delegada. Voluntaria para viajar en barco a Europa. Se desempeñará como Tercia Compa en la travesía por mar.
Carolina. 26 años. Mexicana de nacimiento. Originaria tzotzil de los Altos de Chiapas, ahora Tzeltal de la selva Lacandona. Habla su lengua natal, el tzotzil, además del tzeltal y la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Madre soltera de una niña de 6 años. Su madre le ayuda a cuidar a la infanta. Ha sido coordinadora de “como mujeres que somos” y alumna de cursos de veterinaria. Actualmente es Comandanta en la dirección político-organizativa zapatista. Música que le gusta: pop, romántica, cumbias, rock de los 80´s (así dijeron), gruperas y revolucionarias. Colores favoritos: crema, negro y guinda. Experiencia marítima: lancha alguna vez. Se preparó durante 6 meses para ser delegada. Voluntaria para viajar en barco a Europa.
Ximena. 25 años. Mexicana de nacimiento. Cho´ol del norte de Chiapas. Habla su lengua natal, el
cho´ol, y la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Madre soltera de una niña de 6 años. Su madre la apoya cuidando a la niña. Ha sido coordinadora de jóvenes y actualmente es Comandanta en la dirección político-organizativa zapatista. Música que le gusta: cumbias, tropicales, románticas, revolucionarias, rock de los 80´s (así dijeron), electrónica y rancheras. Colores favoritos: morado, negro y rojo. Experiencia marítima: alguna vez en lancha. Se preparó durante 6 meses para ser delegada. Voluntaria para viajar en barco a Europa. Segunda al mando en la delegación marítima, después de Darío.
Yuli. 37 años. Cumplirá 38 años, en mayo, en altamar. Originaria Tojolabal de Selva fronteriza, ahora Tzeltal de la selva Lacandona. Habla la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Madre de dos criaturas: una niña de 12 años y un niño de 6 años. Su compañero la apoya cuidando a los hijos. Su compa es tzeltal, así que se quieren, pelean y se vuelven a querer en castilla. Ha sido promotora de educación, formadora de educación (preparan a l@s promotor@s de educación) y coordinadora de colectivo local. Música que le gusta: románticas, gruperas, cumbia, vallenato, revolucionarias, tropical, pop, marimba, rancheras y rock de los 80´s (así dijeron). Colores favoritos: negro, café y rojo. Experiencia marítima nula. Se preparó durante 6 meses para ser delegada. Voluntaria para viajar en barco a Europa.
Bernal. 57 años. Tojolabal de la zona selva fronteriza. Habla su lengua natal, el tojolabal, y la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Padre de 11 hij@s: el más grande de 30 años y la más pequeña de 6. Su familia apoya cuidando a las crías. Ha sido miliciano, responsable local, maestro de la A la p. 8
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escuelita zapatista y miembro de la Junta de Buen Gobierno. Música que le gusta: rancheras, cumbias, huichol musical, marimba y revolucionarias. Colores favoritos: azul, negro, gris y café. Experiencia marítima: cayuco y lancha. Se preparó durante 6 meses para ser delegado. Voluntario para viajar en barco a Europa.
Darío. 47 años. Cho´ol del norte de Chiapas. Habla su lengua natal, cho´ol, y la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Padre de 3 hij@s: uno de 22 años, otro de 9 años y la menor de 3 años. El niño y la niña van con su madre a Europa por vía aérea en julio. Ha sido miliciano, responsable local, responsable regional y, actualmente, es Comandante en la dirección política-organizativa zapatista. Música que le gusta: rancheras de Bertín y Lalo, tropicales, marimba, música regional y revolucionarias. Colores favoritos: negro y gris. Experiencia marítima: cayuco. Se preparó durante 6 meses para ser delegado. Voluntario para viajar en barco a Europa. Será el coordinador de la delegación zapatista marítima. 8
Marijose. 39 años. Tojolabal de la zona selva fronteriza. Habla la castilla con fluidez. Sabe leer y escribir. Ha sido milicianoa, promotoroa de salud, promotoroa de educación, y formadoroa de educación. Música que le gusta: cumbias, románticas, rancheras, pop, electrónica, rock de los 80´s (así dijeron), marimba y revolucionarias. Colores favoritos: negro, azul y rojo. Experiencia marítima: cayuco y lancha. Se preparó durante 6 meses para ser delegadoa. Voluntarioa para viajar en barco a Europa. Se le ha designado como loa primeroa zapatista que desembarque y, con elloa, inicie la invasión… ok, la visita a Europa.
Así que la primera planta que se posará sobre suelo europeo (claro, si es que nos dejan desembarcar) no será de un hombre, tampoco de una mujer. Será de unoa otroa. En lo que el finado SupMarcos hubiera calificado como “cachetada con media negra para toda la izquierda heteropatriarcal”, se ha decidido que quien primero desembarque sea Marijose.
En cuanto ponga sus dos pies sobre el territorio europeo y se recupere del mareo, Marijose gritará: “¡Ríndanse cara pálidas hetero patriarcales que persiguen lo diferente!” Nah, es broma. Pero, ¿a poco no estaría bien que dijera eso? No, al pisar tierra, loa compa zapatista, Marijose, dirá, con voz solemne: “A nombre de las mujeres, niños, hombres, ancianos y, claro, otroas zapatistas, declaro que el nombre de esta tierra, a la que sus naturales llaman ahora “Europa”, de aquí en adelante se llamará: SLUMIL K´AJXEMK´OP, que quiere decir “Tierra Insumisa”, o “Tierra que no se resigna, que no desmaya”. Y así será conocida por propios y extraños mientras haya aquí alguien que no se rinda, que no se venda y que no claudique”
Doy fe. SupGaleano. Abril del 2021. (Continuará…)
La Ruta de Ixchel
Saldrá la Montaña. e una de las casas de Ixchel, la madre del amor y la fertilidad, la abuela de las plantas y los animales, madre joven y madre anciana, la rabia en la que el dolor de la tierra se transforma cuando es herida y mancillada, saldrá la Montaña.
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Cuenta una de las leyendas mayas que Ixchel se tendió sobre el mundo en forma de arcoíris. Eso hizo para así darle al planeta una lección de pluralidad e inclusión, y para recordarle que no es uno el color de la tierra, sino muchos, y que todos, sin dejar de ser lo que son, juntos iluminan la maravilla de la vida. Y ella, Ixchel, la mujer arcoíris, todos los colores abraza y los hace parte de ella.
En las montañas del sureste mexicano, en la lengua de raíz maya de los más viejos de los viejos, se narra una de las historias de Ixchel, madre-luna, madre-amor, madre-rabia, madre-vida. Hablando el Viejo Antonio así habla: “Del oriente vino la muerte y la esclavitud. Así llegó y ni modos. Nada podemos cambiar de lo anterior. Pero así dijo Ixchel:
el Zemillero “Que mañana al oriente naveguen la vida y la libertad en la palabra de mis huesos y sangres, mis crías. Que no mande un color. Que no mande ninguno para que ninguno obedezca y que cada quien sea lo que es con alegría. Porque la pena y el dolor vienen de quien quiere espejos y no cristales para asomarse a todos los mundos que soy. Con rabia habrá que romper 7 mil espejos hasta que el dolor se alivie. Mucha muerte habrá de doler para que, al fin, sea la vida el camino. Que el arcoíris corone entonces la casa de mis crías, la montaña que es la tierra de mis sucesores”. Cuando la opresión llegó en metal y fuego a suelo maya, el ts´ul, el llegado de lejos, miró muchas figuras de la diosa arcoíris y así llamó a esa tierra: Isla Mujeres. Una mañana del mañana, cuando la cruz parlante invoque, no el pasado, sino lo por venir, navegará la montaña hasta la tierra del Ts´ul y atracará frente al viejo olivo que le da sombra al mar e identidad a quienes viven y trabajan en esas costas.”
El día 3 de mayo del año 21 del siglo 21, de Isla Mujeres, Quintana Roo, México, zarpará la Montaña para cruzar el Atlántico en una travesía que mucho tiene de desafío y
nada de reproche. En el sexto mes del calendario, habrá de avistar las costas del puerto de Vigo (Ciudad olívica), Pontevedra, en la Comunidad Autónoma de Galicia, Estado Español.
Si no se puede desembarcar, sea por el COVID, migración, franca discriminación, chovinismo, o que se equivocaron de puerto o la hostia, vamos preparados. Estamos dispuestos a esperar ahí y desplegaremos, frente a las costas europeas, una gran manta que diga “¡Despertad!”. Esperaremos a ver si alguien lee el mensaje y luego otro tanto a ver si, en efecto, despierta; y otro tanto más a ver si hace algo. Si la Europa de abajo no quiere o no puede, entonces, previsores, llevamos 4 cayucos con sus remos respectivos y emprenderemos el regreso. Claro, demoraremos un poco hasta atisbar de nuevo las orilladas de la casa de Ixchel. Los cayucos representan 4 etapas de nuestro ser como zapatistas que somos: .- Nuestra cultura como pueblo originario de raíz maya. Es el cayuco más grande y dentro del cual se pueden guardar los 3 restantes. Es un homenaje a nuestros antepasados. A la p.10 9
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
De la p. 9. La ruta de Ixchel .- La etapa de la clandestinidad y el alzamiento. Es el cayuco que le sigue en tamaño al primero, y es un homenaje a quienes han caído desde el primero de enero de 1994. .- La etapa de la autonomía. Es el tercero en tamaño, de mayor a menor, y es un homenaje a nuestros pueblos, regiones y zonas que, en resistencia y rebeldía, han levantado y levantan la autonomía zapatista. .- La etapa de la infancia zapatista. Es el cayuco más pequeño que han pintado y decorado niños y niñas zapatistas con las figuras y colores que se les dio la gana. 10
Pero si logramos desembarcar y abrazar con la palabra a quienes allá luchan, resisten y se rebelan, entonces habrá fiesta, baile, canciones, y cumbias y caderas estremecerán suelos y cielos distantes entre sí. Y, en ambos lados del océano, un mensaje breve inundará todo el espectro electromagnético, el ciberespacio y eco será en los corazones: вторгнення почалося bosqinchilik boshlandi a invasión comezou Die Invasion hat begonnen istila başladı la invasió ha iniciat l’invasione hè principiata invazija je započela invaze začala
инвазията е започнала invasionen er startet invázia sa začala invazija se je začela la invado komenciĝis the invasion has started invasioon on alanud inbasioa hasi da hyökkäys on alkanut l’invasion a commencé mae’r goresgyniad wedi cychwyn η εισβολή έχει ξεκινήσει tá an t-ionradh tosaithe innrásin er hafin l’invasione è iniziata وزغلا أدب êriş dest pê kiriye iebrukums ir sācies prasidėjo invazija d’Invasioun huet ugefaang започна инвазијата bdiet l-invażjoni de invasie is begonnen invasjonen har startet تسا هدش زاغآ هلمح rozpoczęła się inwazja a invasão começou
invazia a început вторжение началось инвазија је започела invasionen har börjat “La invasión ha iniciado”. .-.. .- / .. -. …- .- … .. — -. / …. .- / .. -. .. -.-. .. .- -.. — (en clave morse) Y tal vez, sólo tal vez, Ixchel, diosa luna, será entonces luminaria en nuestro camino y, como en esta madrugada, luz y destino Doy fe. Desde el Centro de Adiestramiento Marítimo-Terrestre Zapatista Semillero Comandanta Ramona. Zona Tzotz Choj. El SupGaleano México, 26 de abril del 2021. Luna llena.
el Zemillero
Ayer: La teoría y la práctica
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Del cuaderno de apuntes del Gato-Perro:
na asamblea en un poblado en una de las montañas del sureste mexicano. Deben correr los meses de julio-agosto de un año cercano, con la pandemia del coronavirus adueñándose del planeta. No es una reunión cualquiera. No sólo por la locura que les convoca, también por el evidente distanciamiento que hay entre silla y silla, y porque los colores de los cubre bocas se opacan detrás del vaho de las caretas transparentes. Están ahí los mandos político-organizativos del EZLN. También están algunos mandos militares, pero permanecen en silencio a menos que se les pida que hablen sobre un punto específico. Son bastante más de lo que podría suponerse. Hay ahí al menos 6 lenguas originarias, todas de raíz maya, y usan el español o “la castilla” como puente para entenderse entre sí. Varios de los ahí presentes son “veteranos”, estuvieron en el alzamiento que inició el uno de enero de 1994 y, con las armas en la mano, bajaron a las ciudades juntos con otros miles de compañeras y compa-
ñeros, como uno más, una más. Hay también “los nuevos”, hombres y mujeres que se han ido incorporando a la dirección zapatista después de muchos aprendizajes. La mayoría de “los nuevos” son “nuevas”, mujeres de todas las edades y de diferentes lenguas. La asamblea en sí, su desarrollo, sus tiempos, sus modos, reproduce las asambleas que se realizan en las comunidades. Hay quien coordina la reunión, y es quien va dando la palabra e indicando los temas a tratar que han sido acordados de antemano. No hay límite de tiempo para cada intervención, así que el tiempo adquiere aquí otro ritmo.
Alguien, ahora mismo, está contando una historia o un cuento o una leyenda. A nadie le importa si lo que se narra es realidad o ficción, sino lo que se dice con ese recurso. La historia va así: Un hombre zapatista va caminando por un poblado. Viste sus mejores galas y su sombrero nuevo porque, dice, va a buscar a una su novia. El narrador imita el paso y los ademanes que vio en alguna de las películas que circularon a raíz del Festival de Cine “Puy Ta Cuxlejaltic” I. La asamblea ríe cuando, quien cuenta la historia, hace el tono del Cochiloco (interpretado por Joaquín Cosío en “El Infierno”. Luis Estrada, 2010), y se quita el sombrero para saludar a una mujer imaginaria que pasa a su lado con una imaginaria mula llevando la leña ídem. El contador de la historia mezcla el español con una de las lenguas mayas, así que en la asamblea, sin interrumpir, se traducen entre sí. Quien narra el cuento ha recordado que es tiempo de elote, la asamblea asiente confirmando. Sigue la narración: El hombre del sombrero se topa con un conocido, se saludan. “Y diai, no te conocía con ese sombrero y tan galán”, le dice el conocido. El interpelado responde: “Es que lo voy a buscar a una mi novia”. El otro: “¿Y cómo se llama tu novia y dónde vive?”. El del sombrero: “Pues no sé”. El otro: “¿Cómo que no lo sabes?”. El sombrero: “Pues por eso dije que ando buscando, viera que ya la encontré pues ya lo sé su nombre y dónde vive”. El otro valora un segundo esa lógica contundente y asiente en silencio. Es el turno del sombrero: “¿Y vos que haces?”. El otro responde: “Estoy sembrando maíz porque quiero elote”. El sombrero queda un rato en silencio, mirando cómo A la p. 12 11
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Ayer la teoría y la práctica
el otro está, con un palo de escoba, haciendo hoyos en el medio del camino de grava. El sombrero: “Oiga compadre, con todo respeto, pero está usted bien pendejo”. El otro: “¿y por qué pues? Si le estoy echando muchas ganas al trabajo y estoy muy decidido de comer elote”. El del sombrero, se sienta, enciende un cigarro y se lo pasa al otro, y enciende uno más para sí mismo. No parecen tener prisa: ni el del sombrero por encontrar una su novia, ni el otro por comer elote. La tarde se va alargando y, a mordiscos, le arranca a la noche algo de luz. No llueve todavía, pero el cielo empieza a tender nubes grises para cobijarse. La luna acecha detrás de los árboles. Después de un dilatado silencio, el sombrero explica: “Pues mire compadre. A ver si me entiende: en primera está el terreno. En ese piedregal no va a prender el maíz. Ahí nomás se va a morir la semilla entre tanto pisotón y no va tener pa´onde agarrar la raíz. De que se va a morir la semilla, se va a morir. Y luego su escoba, que usted la usa como coa, pero la escoba es escoba, y la coa es coa, por eso ya está toda quebrada y parchada la pobre escoba.” El sombrero toma la escoba, revisa los remiendos que, con cinta adhesiva y lazo, le ha hecho el otro, y sigue: “Ya ni la amuela compadre, donde lo vea mi comadre que ya le pasó a perjudicar su escoba, ahí nomás me lo van a mandar a dormir al monte”. Sigue: “entonces la milpa no dónde sea, compadre, ni con lo que sea, sino que tiene su dónde y tiene su con qué. Además no es su tiempo de hacer milpa ahorita, ora toca la cosecha. Y para que toque la cosecha, es porque ya usted lo trabajó duro la milpa. O sea que la tierra no
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es de que “ya vine vieja, dame mi pozol y mis tortillas” que es como usted le gritaba a la comadre, –bueno, hasta que ella se reunió en como mujeres que somos y anda vete, se acabaron los gritos–, pero eso ahí va en su cuenta, compadre. Lo que le digo es que a la tierra no se le dan órdenes, sino que se le explica, se le habla, se le honra, se le cuentan historias para que se anime. Y no es cualquier tiempo que la tierra escucha, sino que tiene, como quien dice, su calendario. Quiere que tiene que hacer bien la cuenta de los días y las noches, y mirarla la tierra y el cielo para ver cuándo mero poner la semilla”. “Entonces ahí está, como quien dice, la problema. Porque le falla usted a todo, y quiere que nomás porque le echa mucha ganas y está muy decidido, se le va a cumplir el antojo. Usted lo que necesita es el conocimiento. Las cosas no salen nomás por mucho trabajo y mucha decisión, sino que quiere que usted escoge un buen terreno, luego las herramientas que son para eso, luego los tiempos de cada parte del trabajo. O sea que, como quien dice, quiere la teoría y
la práctica con conocimiento, y no las tonterías que usted está haciendo, que debería darle pena porque todos lo están mirando y se ríen.” “Y de babosos que se ríen, porque no se dan cuenta de que las tarugadas que usted hace, también los van a afectar a ellos, porque ahí nomás donde está usted hoyando, se va a encharcar primero, luego, cuando corra el agua, se van a hacer unas zanjas que como las arrugas de su abuela de usted compadre, que la mía ya está en el cielo. Y ahí nomás no va a poder entrar el carro de la junta de buen gobierno, porque se va a atascar, y los materiales o las mercancías que traiga, lo van a tener que llevar a lomo, y con el encharcadero se van a perjudicar sus botas y sus pantalones, cuantimás si se visten galanes como yo ahorita, y nuncamente van a encontrar una su novia. Y las compañeras, pues peor, compadre, porque ésas son bravas. Ahí nomás van a pasar a su lado, con un burro cargando sus cosas, y van a decir: “Tras que hay quien es más terco que mi burro, y más tarugo”. Y le van a aclarar: “Oiga usted, cuando yo diga “ora pinche burro”, no se A la p. 13
el Zemillero
De la p. 12. Ayer la teoría y la práctica vaya usted a ofender, es que le estoy hablando a mi animalito”. “¿Qué pasó compadre, que así nos llevamos de pesado?”, dice el otro indignado. El sombrero: “no pues, si nomás le digo. Tómelo pues como un consejo o una orientación, no es orden pues. Pero, como decía el finado Sup: “es mejor que hagas como te digo, porque si no, cuando salga mal te voy a decir “odio decir que te lo dije, pero te lo dije”. Así que hágame caso compadre.” El otro: “¿Entonces este terreno no sirve? ¿Ni mi coa? ¿Ni es el tiempo?” El sombrero: “no, no y no”. “¿Y cuándo es su tiempo pues?” “Uy, pues ya pasó ya. Ora tiene que esperar otra vuelta. Por ahí de abril, mayo, y para que no le falle el agua, el 3 de mayo quiere que a la tierra usted le va a dar su pancito, un su refresco para el calor, de repente cigarrito de hoja, sus veladoras, y quien quita y también su fruta y su verdura y hasta un su caldito de
pollo. Decía el finado Sup que sólo calabaza no, que si lo das calabaza a la tierra ahí nomas se embravece y pura culebra saca. Pero creo era su mentira del finado, lo decía porque no muy le gustaba la calabaza”. “¿Cuándo mero pues?” “Hmm, pues ora verá: estamos ya como quien dice casi en octubre, entonces 6 meses. Entonces en abril-mayo. Pero depende pues.” “Vale magre, ¿y ahora cómo le hago si quiero elote ahorita mismo?”. Queda pensando el otro y, de pronto, agrega: “¡Ya sé cómo! Le voy a pedirle prestado unos elotes a la autoridad autónoma”. El sombrero: “¿Y luego cómo le va a reponer a la autoridad?” “Ah, pues le pido prestado a la Junta y con eso le repongo. Y para reponerle a la Junta le pido prestado a los Tercios. Y para reponerle a los Tercios le vuelvo a emprestar a la autoridad, al fin que ya lo va a saber que sí pago”. El sombrero, rascándose, la cabeza. “Mta compadre, pos ora sí que como en la película ésa del Vargas, salió usted más cabrón que
bonito. Si así piensa usted como los malos gobiernos, debiera usted ser diputado, o senador o gobernador o algún tarugo de ésos”. “¿Qué pasó, compadre? Si yo mero resistencia y rebeldía. Ya voy a ver cómo le hago.” El sombrero: “Bueno pues, me voy porque si no, no voy a encontrar una mi novia. Ahí nos vemos compadre.” El otro: “Ande con Dios, y si la encuentra una su novia, pregúntele si su familia no tiene unos elotes que me preste, que ahí le repongo luego”. El contador de la historia se dirige a la asamblea: “Entonces, ¿qué es más mejor? ¿Le prestamos elotes al compadre o que lo haga la teoría y la práctica con conocimiento?”
Llegó la hora del pozol. La asamblea se dispersa, El SupGaleano, nomás por mula, le dice, al salir, al Subcomandante Moisés: “Yo, por eso, puro maíz palomero” y se dirige a su champa. El Subcomandante Moisés le revira: “¿Y la salsa picante pues?”. El SupGaleano no responde pero cambia la dirección de su paso. “¿A dónde vas pues?”, le inquiere el SubMoy. El Sup, alejándose, casi grita: “Voy a pedir prestada la salsa en la tiendita de las insurgentas” Doy fe.
Miau-Guau.
El Gato-Perro, ya de polizón en La Montaña. (Oh pues, no alcanzó la paga y, además, hay un letrero a la entrada de la Montaña que dice: “No se admiten gatos, perros… ni escarabajos esquizofrénicos”) México todavía. Abril del 2021 13
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
El Abordaje
Del cuaderno de apuntes del Gato-Perro:
L
a Montaña fue abordada el día 30 de abril del 2021, siendo las tales horas. El navío se encontraba fondeado a unas 50 brazas del puerto, “alejado del bullicio/ y la falsa sociedad”. Revoloteaban a su alrededor gaviotas reidoras, cormoranes, fragatas tijeretas, corocoros, y hasta un colibrí cándido, extraviado, buscaba hacer nido en el púlpito de proa. En la carena, bajo la línea de flotación, delfines botella tamborileaban una cumbia, un tiburón ballena llevaba el ritmo con sus aletas y la manta raya extendía sus alas negras como caderas volando. El grupo bucanero 421, y comprobar, in situ, iba encabezado por el que la embarcación reunía Subcomandante Insur- lo necesario para la epogente Moisés quien, con peya náutica. Un equipo una tropa formada por de apoyo de la Comisión una insurgenta tercia, un Sexta asistía para redactar insurgente choferólogo y las esquelas de los caídos mecánico, un base cho- en la acción. No hubo resistencia ferólogo, 5 terci@s, una comandanta y dos co- por parte de la tripulación. mandantes, asistía para De hecho, desde antes el despedir a la delegación capitán había ordenado marítima, el Escuadrón izar, a modo de trinquete,
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una gran manta con la imagen que identifica a la delegación marítima zapatista, sumando así a La Montaña, con toda la tripulación incluida, a la lucha por la vida. Con la arboladura desnuda, más lucía e impetuoso centelleaba el símbolo del delirio zapatista. Así que, digamos, fue un abordaje consensuado. No hubo ningún intento agresivo por parte de la tropa zapatista, ni de la marinería anfitriona. Y se podría decir que entre nosotros y l@s mariner@s de La Montaña había una especie de complicidad. Aunque, en el primer encuentro, ell@s estaban tan sorprendidos como nosotros. Y hubiéramos permanecido ahí, mirándonos unos a otros e inmóviles, si no es porque, avanzando desde popa, un insecto extraordinariamente parecido a un escarabajo, gritó: “¡Al Abordaje! ¡Si son muchos, corremos! ¡Si son pocos, nos escondemos! Y si no hay nadie, ¡adelante que para morir nacimos!”. Eso fue lo que decidió todo. La tripulación miraba estupefacta al bichito y nosotros… pues no sabíamos si pedir disculpas por la irrupción, o sumarnos al ataque pirata. El Subcomandante Insurgente Moisés creyó que era el momento oportuno para las presentaciones, así que dijo:
“Buenas Tardes. Yo me llamo Moisés, Subcomandante Insurgente Moisés, y ellas son…” Al girarse para presentar a la tropa, el SubMoy se dio cuenta de que no estaba nadie. Cada quien estaba recorriendo el barco con mal disimuladas muestras de júbilo y entusiasmo: las compañeras delegadas, cual reinas del Caribe, saludaban desde babor a las embarcaciones llenas de turistas que las miraban con curiosidad y escándalo, tal vez extrañadas de que, con este calor, las compas llevaran naguas largas. Sobre todo porque las turistas llevaban unos bikinis que, de una vez, bien encueradas, no se puede creer. Marijose se fue a proa y desde ahí contemplaba la casa de Ixchel, y pensaba para sí que no se pondría sus híper ultra mini shorts, porque no era cosa de humillar a las ciudadanas en el rubro de la sensualité. Los comandantes David y Hortensia daban las últimas recomendaciones a una Lupita con una sonrisa que le desbordaba el cubre bocas. El comandante Zebedeo se repetía a sí mismo: “no me voy a marear, no me voy a marear”, que es el antiemético que le recomendó el SupGaleano. L@s tercios (4 varones, una compa y una insurgenta), por su parte, tomaban fotos y videos de todo, Y cuando digo “de todo”, es de todo. Así que no se extrañen si en las A la p. 15
el Zemillero De la p. 14.
El abordaje
fotos aparecen sólo claraboyas, cabos, la cadena del ancla, molinete, orinque, lonas, cubetas para achicar el agua, y otras cosas propias de un buque que se dispone a cruzar el Atlántico en la muy noble misión de invadir, quiero decir, conquistar, quiero decir, visitar Europa. El Marcelino y el Monarca preguntaron por el cuarto de máquinas y, no sé de dónde, sacaron una caja de herramientas y, con pinzas y desarmadores, se dirigieron a donde ellos consideraban que debería estar el motor porque, le explicaron a un capitán atónito, por el sonido se deducía que necesitaba afinación. Bernal y Felipe (relevo de Darío –que hubo de quedarse en tierra para el pasaporte de sus crías–, 49 años, originario Tzeltal; habla con fluidez el tzeltal y la castilla; padre de 4 –el mayor de 23 y el menor de 13 años–; ha sido miliciano, sargento, responsable local, concejo autónomo en MAREZ, junta de buen gobierno, maestro de la escuelita y chofer; música que le gusta: románticas, rancheras, banda, cumbias, revolucionarias; colores favoritos: negro, azul y gris; se preparó 6 meses como delegado; voluntario para viajar en barco si algún@ no podía; experiencia marítima: nula), se sumaron al equipo mecánico zapatista
(no fuera a ser que, en altamar, se necesitaran reparaciones). La tripulación de La Montaña, una vez que se recuperó del desconcierto de un abordaje tan otro, se distribuyó estratégicamente en cubierta, previendo que la exaltación zapatista diera con uno de nosotros en el mar. Si así hubiera sucedido, íbamos preparados, no se crean. Debido a la composición de la delegación, la noche anterior se discutió cómo se debería gritar si es que eso sucediera: “hombre al agua” o “mujer al agua” u “otroa al agua” o “tercio al agua” o “choferólogo al agua” o “escarabajo al agua”, y así. El problema era que, para saber qué gritar, el SubMoy debía primero pasar lista y ver quién faltaba, y, entonces sí, dar la orden de “pánico a sotavento” (que la delegación había practicado hasta la perfección en el Centro de Adiestramiento, área de Naufragios y Hundimientos) para que tod@s gritaran. Como los segundos que se perderían (en realidad, en las prácticas eran largos minutos) podrían ser decisivos, se decidió que se gritara “¡Zapatista al agua!”. No paso tal, lo que libró al grupo corsario maya (permiso en regla en las Juntas de Buen Gobierno zapatistas), de burlas y escarnios a su costa, en el Bar de la Mota Negra, en Copenhague, Dinamarca.
La tripulación no tardó en contagiarse del entusiasmo zapatista y, no obstante ser mariner@s ya con años en las aguas del océano, veían de nuevo, ahora a través de la mirada zapatista, un mar que, calmo, celebraba tan inesperada visita, resignado como estaba antes a la impertinencia de turistas de todo el mundo. El capitán de la embarcación llevó al SubMoy a la zona de gobierno y lo puso al timón, mientras l@s terci@s tomaban fotos… del agua (así que habrá muchas fotos de un mar vacío de interrupciones). La delegación marítima zapatista, el escuadrón 421 propiamente dicho, por su parte, pasaba del entusiasmo a la precaución y atiborraba a la tripulación con preguntas sensatas: “Y si cae un rayo y se rompe el barco, ¿qué hacemos?” “Y si se abre un hoyo y se va toda el agua de una vez, ¿vamos a tener qué caminar?” “¿Y ustedes cómo le hacen para comer si no tienen dónde hacer milpa?” “¿Y cómo lo sabe el viento que vamos para allá?” “¿Y dónde duerme el mar si tiene sueño?” “Y si se pone triste su corazón del mar, ¿cómo hace para llorar?” “¿De qué tamaño es el corazón para quererlo y cariñarlo al mar que es muy grande?” “Y así como nosotros defendemos la tierra, ¿hay quien lo defiende al mar?”
Quienes forman la tripulación de La Montaña: el capitán Ludwig (Alemania), Edwin (Colombia), Gabriela (Alemania), Ete (Alemania) y Carl (Alemania), se miraban desconcertad@s y se decían a sí mismos: “In welche Schwierigkeiten bin ich geraten?” (menos Edwin, que pensaba en español: “Caramba, en qué lío me he metido”).
¿Y el bichito? Bueno, previendo que intentaran arrojarlo por la borda (no obstante “haber encabezado el abordaje con valentía, donaire y guapura sin igual” –así dijo él–), trepó hasta la cofa y, desde ahí, declamaba, con un gallego impecable: “Volverei, volverei á vida cando rompa a luz nos cons porque nós arrancamos todo o orgullo do mar, non nos afundiremos nunca máis que na túa memoria xa non hai volta atrás: non nos humillaredes NUNCA MÁIS.” Al oriente, muy lejos, las olas en las costas de Galicia repetían; “nunca máis” Doy fe. El Gato-Perro. Aún México, Mayo del 2021. 15
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión oficial de la Ciudad de México, México (UTC -5). Día 2 de mayo del 2021. A las 16:11:30, La Montaña inició su travesía a una velocidad aproximada de 4 nudos (1 nudo = 1.852 km/h). A las 16:21:30 tomó rumbo sur sureste y, a las 17:23:04, La Montaña inició una suave curva hacia el oriente. A las 17:24:13 comenzó las maniobras para desplegar todo su velamen. La tripulación, con el apoyo del Escuadrón 421, fue izando las velas. A las 17:34 continuó el viraje y enfiló hacia el Este. Completó la curva a las 17:41, teniendo al norte la punta sur de Isla Mujeres. A esa hora tomó rumbo Noreste, en dirección al Primer territorio libre de América: Cuba. Con el viento a su favor, La Montaña mantuvo velocidades entre los 8 y 9 nudos. A las 23:01, al entrar al llamado “Canal de Yucatán”, su velocidad era de 6 nudos.
Sobre el mar P
ensando en sus pasajeros, como debe de ser, el capitán Ludwig recomendó salir el día 2 en la tarde. El oleaje previsto para el día 3 iba a hacer sufrir a l@s noveles mariner@s más de la cuenta. Por eso el capitán propuso adelantar la salida para las 1600 horas del segundo día del quinto mes. Salió entonces el Escuadrón El Subcomandante Insurgente Moisés le escuchó con atención y 421 a las 16:11:30 del día 2 de mayo estuvo de acuerdo. Así que, ahora del año 2021. Aquí les presentamos que se acostumbra usar la palabra dos informes distintos sobre el mis“histórico” para cualquier cosa, es mo tramo de navegación. la primera vez que el zapatismo realiza algo programado antes de lo Informe del Escuadrón 421 al anunciado (por lo regular nos col- Alto Mando Zapatista: gamos y empezamos tarde). Ergo: Itinerario del navío La Montaña. es algo histórico en el zapatismo. Las horas están dadas en la hora 16
3 de mayo. Madrugada. A las 01:42 con velocidad de 8 nudos, La Montaña se acerca a las costas de Cuba. Referencia: el Cabo de San Antonio. A las 08:18:00, a unas millas al sur del Faro Roncali, pone rumbo al sureste. Velocidad: 5 nudos. A las 10:35:30 da un giro al Nor-norEste. La velocidad sube a 7 y 8 nudos y ráfagas de viento maltratan el velamen. A unas millas al suroeste de Cabo Corrientes, el Capitán decide entrar a la bahía del mismo nombre. A las 13:55 bordea, por la izquierda, Punta Caimán. El 3 de mayo, a las 14:25:15, el Capitán decide fondear frente al poblado cubano llamado “María la Gorda”; latitud 21.8225; longitud: 84.4987; para reparar el velamen afectado y esperar a que el viento amaine. A la p. 17
el Zemillero De la p. 16.
Sobre el mar
El día 4 de mayo del 2021, a las 16:55:30. La Montaña reinicia su navegar, ahora con rumbo Oeste-SurOeste, con velocidad de 6 nudos. A las 17:45:30, a la altura del Cabo Corrientes, toma rumbo Sur-Sureste. A las 19:05:30 gira para enrumbar al Este-Noreste. A las 00:16:15 del 5 de mayo, La Montaña navega a 7-8 nudos. A las 04:56:30, teniendo al norte Cayo Real y Cayo del Perro, el motovelero enrumba a Sur-Sureste. Frente a la costa occidental de la Isla de la Juventud, dibuja dos “Z” sucesivas y a las 12:07:00 navega en paralelo a la costa sur de la mencionada isla, con 5 nudos y en dirección Este. El último reporte recibido es de las 23:16:45 del 5 de mayo: 6-7 nudos con dirección al Este. Se dirige hacia la ciudad y puerto cubano de Cienfuegos, para llegar ahí en el transcurso del día 6 de mayo. En Cienfuegos, La Montaña habrá de repostar y estacionarse algunos días, para luego seguir su viaje. Se reporta que el Escuadrón 421, en su totalidad, se encuentra bien y adaptándose. Sin “gómitos” y sólo mareos leves. Es todo por ahora.
Relato enviado por un ser extraordinariamente parecido a un escarabajo –que viaja de polizón en La Montaña–. Los miembros de la tripulación han probado de todo para capturarlo. No lo han logrado. Las veces que han conseguido acorralarlo, el bichito les embruja con cuentos y leyendas de cosas terribles y maravillosas, historias ocurridas y por acontecer. Cuando la tripulación sale del trance, el escarabajo ha vuelto a la Cofa del navío y, desde ahí, declama poemas
en varios idiomas, grita amenazas y maldiciones, y desafía a la Hidra con un mondadientes como lanza y una tapa de plástico de algún frasco como escudo. Aquí la narración: “Más que navegar, La Montaña parece bailar al mar. Como en un largo y apasionado beso, se despegó del puerto y se dirigió a un destino incierto, pleno de retos, desafíos, amenazas y no poco contratiempos. Una cumbia le acompaña, le marca el paso y la distancia. Un sol asombrado se detiene, para mejor mirar las caderas por el ritmo convocadas. La luna, pálida de envidia y rabia, pierde el paso con el último y sensual agitar de palmas. Un viento lascivo, sátiro de nubes y ráfagas, perseguía a La Montaña, embobado por el vaivén de la popa. La cumbia nada hacía por atenuar deseos y ansias, y más les alentaba y así les crecía y aumentaba. Torpe y apresurado, como amante novicio, arriesgó el viento, erizado de lujuria, un manotazo. Rasgó así las velas, trigueñas a fuerza de sal y agua, con las que la nave guardaba su preciada carga. Pudorosa, La Montaña, buscó recaudo y discreción para remendar sus ropas. Y así reflexionaba: “El viento ha de aprender que el apetito y las ansias, mutuos han de ser, o atraco serán y no amor, que así le llaman”. Aliñada ya, La Montaña retomó rumbo y misión, no sin antes reconvenir a un viento que, apenado, con sigilo y cortedad le sigue ahora, pero que, con porfía marina, así le colma de requiebros: Que se despoje del pudor, le ruega. Que el velamen desfallezca y que desnuda se muestre aunque su luz la mirada hiera, suplica. Que la desnudez no peca si con otra desnudez se cubre, argumenta. La Montaña, digna y altiva, no cede. Firme y tierna le rechaza. “Ni aunque repose en puerto y en puerto
me rehaga”, ha dicho La Montaña. Y con la proa señala y dice: “Mirad esa otra isla que nuestra esperanza columbra y Cuba le llaman. A esas montañas saludan, desde esta Montaña, seres anacrónicos cuyo desafío presente, caminos de mar andan”. E, irritada, la embarcación al viento impertinente regaña. Que se deje de hurgar bajo las naguas, que para desanudar el deseo a veces una mirada basta. El viento guardó recato entonces, pero no escatimó suspiros que el andar del navío mejoraban. Y así navega La Montaña, le sigue el viento prometiendo madrugadas. Al oriente, la espera crece y, con ella, la esperanza.” Firma: Don Durito de La Lacandona, aka “Black Shield”, aka “Durito”, aka “Nabucodonosor”, aka “Escarabajo Impertinente”, aka “Desfacedor de Entuertos”, aka “el grande, que digo ‘grande’, el gigante, el maravilloso, el superlativo, el hiper-mega-plus, el supercalifragilísticoespialidoso, el único, el inigualable, él. ÉL, ¡Don Durito de La Lacandona!”, aka (siguen varios tomos de la enciclopedia de atributos del “más grande de los andantes caballeros” –la mayoría de ellos, elaborados por el susodicho–). Y agrega una posdata lejana del lejano y finado SupMarcos: “La esperanza es como una galleta: de nada sirve si uno no la tiene dentro”.
Por mi parte, me deslindo de todo lo anterior. Especialmente del informe del bichito. Vale. Salud y que embarcación y vientos a la misión se allanen El SupGaleano tallando la cumbia como si la navegara. Planeta Tierra. Mayo del 2021. 17
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
¡Delfines!
Goethe. El capitán defendió al polizón, alegando que su alemán era perfectamente entendible. Y, como donde manda capitán no gobierna Gabriela, Ete y Karl aprobaron, y Edwin, aunque sólo entendió la palabra “cumbia”, estuvo de acuerdo. Así que lo que les narro, es la versión del bicho traducida del alemán:
F
ueron momentos dramáticos. Acorralado, entre cabos sueltos y la borda, el bichito amenazaba con su lanza a la tripulación, mientras de reojo observaba al mar embravecido, donde un Kraken, de la especie “kraken escarabujos” –especialista en comer escarabajos–, acechaba. Entonces, se armó de valor el intrépido polizón, alzó sus múltiples brazos al cielo y su voz rugió, opacando el ruido de las olas al chocar contra el casco de La Montaña: Ich bin der Stahlkäfer, der Größte, der Beste! Beachtung! Hör auf meine Worte¡ (¡yo soy el escarabajo de acero, el más grande, el mejor. ¡Atención! ¡Escuchad mis palabras!) La tripulación se detuvo en seco. No porque un insecto esquizofrénico les retara con un mondadientes y una tapita de plástico. Tampoco porque 18
les hablara en alemán. Fue porque el escuchar su lengua materna, después de años de escuchar sólo el español tropical costeño, les transportó a su tierra como por un raro encantamiento. Gabriela diría después que el alemán del bichito estaba más cerca del alemán de un migrante iraní que del Fausto de
“El titubeo de mis atacantes me dio tiempo para rehacer mi estrategia defensiva, recomponer mi armadura (porque una cosa es morir en un combate desigual y otra muy distinta es hacerlo en fachas), y lanzar mi contraofensiva: un relato… Fue hace algunas lunas, en las montañas del Sureste Mexicano. Quienes ahí viven y luchan, habían lanzado un nuevo desafío para sí mismos. Pero en esos momentos, vivían en la zozobra y el desaliento porque carecían de un vehículo para su travesía. Así fue hasta que yo, el grande, el inefable, el etcétera, Don Durito de La Lacandona A.C. de C.V. de (i)R. (i)L. llegué a sus montañas (las siglas, como todos deben saber, significan “Andante Caballero de Cabalgadura Versátil de Irresponsabilidad Ilimitada”). Tan pronto se corrió la voz de mi arribo, multitud de mozas, infantes de todas las edades, e incluso ancianas, corrieron, raudas
y veloces, a aclamarme. Pero yo me mantuve firme y no sucumbí a la vanagloria. Me dirigí entonces a los aposentos de quien se encargaba de la malograda expedición. Por un momento me confundí: la impertinente nariz de quien hacía y rehacía las cuentas imposibles para sufragar los gastos de la expedición punitiva contra Europa, me hizo recordar a aquel capitán, que después sería conocido como el SupMarcos, al que orienté durante años y a quien eduqué con mi sabiduría. Pero no, aunque parecido, quien se dice llamar SupGaleano tiene todavía mucho que aprender de mí, el más grande de los andantes caballeros. En fin, que no tenían embarcación. Cuando puse a la disposición de esos seres mi navío, el susodicho Sup, con sarcasmo, me respondió: “pero ahí sólo cabe uno, y tiene que ser muy pequeño, y es… ¡una lata de sardinas!”, refiriéndose así a mi fragata, cuyo nombre, “Pon tus barbas a remojar” la nominaba a babor, a la altura de la proa. Hice caso omiso de tal impertinencia y, caminando por entre la multitud que anhelaba una mirada mía, una palabra al menos, me dirigí hacia la isla “No tiene nombre”, descubierta por quien esto narra en 1999. Ya en lo alto de su, ahora sí, cofia arbolada, esperé paciente a la madrugada. A la p. 19
el Zemillero De la p. 18.
¡Delfines!
Maldije entonces al averno, convoqué a diosas de todas las latitudes, llamé pues a la más poderosa de ellas: la bruja escarlata. Ella, la despreciada por los otros dioses, dados como son al machismo fanfarrón y de espectáculo. Ella, la alejada por las otras diosas, dadas a la belleza falsa de afeites y cosméticos. Ella, la bruja escarlata, la bruja mayor: Oh, die scharlachrote Hexe! Oh, die ältere Hexe! Conociendo yo que las probabilidades de que esos seres extraños, autodenominados zapatistas, consiguieran una embarcación digna, eran exiguas, bien sabía que sólo el más poderoso de los poderes mágicos podría sacarlos del apuro y cumplir con su palabra. Ergo, llamé a la bruja mayor, la de ropaje purpúreo, quien puede alterar la posibilidad de que algo ocurra. Ella hizo cuentas y cuentos y llegó a la conclusión de que, en efecto, la probabilidad de que consiguieran una embarcación era casi de cero. Así dijo: “Pero nada puedo hacer, si no hay una petición. Y no cualquier petición. Debe ser hecha por un Titán, un ser grandioso y magnánimo que a su buen talante cobije a quienes necesitan de un mágico evento”. ¿Y quién mejor que yo?, bramé sonoro. La dama del manto carmesí
alzó la mano demandando mi silencio. “No es todo”, susurró. “Preciso es que el tal Titán arriesgue su vida, su fortuna y reputación en la odisea que esos seres pretenden. Esto es, que les acompañe con su aliento y bondad y, junto a ellos, aunque no a su lado, afronte desafíos y penares. Esto es, estará y no estará”. Estuve de acuerdo pues mi única fortuna son mis hazañas, la vida la arriesgo con sólo existir y, bueno, mi reputación está por los sótanos del mundo. La bruja hermana hizo pues lo que se hace en estos casos: encendió su ordenador, se conectó a un servidor en Alemania, tecleó no sé qué conjuro, modificó una gráfica de probabilidades y subió, de casi cero a 99,9 % el porcentaje, tecleó de nuevo y un zumbido de su impresora delató el papel que de ella salía. No sin antes apreciar la modernización que hay en el gremio de brujas escarlatas y similares, tomé la nota. Una única sentencia la llenaba: “Si el titán de acero es, encuentre su semejante, que de eso depende el faltante” ¿Qué significaba aquello? ¿Dónde podría yo encontrar a algo o alguien, ya no digo parecido, sino digamos lejanamente cercano a mi grandeza? Titanes no hay muchos. De hecho, según la wikipedia de abajo y a la izquierda, soy el único que prevalece. Entonces
“de acero”. ¿El hombre de acero?, lo dudo; no creo que la bruja escarlata haya recomendado a un varón. Entonces una fémina o hembra de acero. Largo anduve. Recorrí desde la Patagonia hasta la lejana Siberia. Crucé caminos con el digno Mapuche, grité con la Colombia ensangrentada, atravesé la dolida pero persistente Palestina, pasé por los mares teñidos de la pena negra de migrantes, y volví sobre mis pasos, creyendo, erróneamente, que fracasado había en mi misión. Pero, al desembarcar en la geografía que llaman “México”, algo llamó mi atención. Sobre aguas turquesas un navío padecía los arreglos y parches
que su tripulación le daba. “Stahlratte”, se leía en un costado. Como a la bruja escarlata la encontré en la Alemania de abajo, y esa palabra significa “rata de acero” en su lengua, decidí probar fortuna. Esperé, con sabia paciencia, a que noche y sombras cobijaran la soledad del barco. Trepé con habilidad por la proa y, bordeando por estribor, me llegué a donde se ubica el centro de mando o gobierno de la nave. En ella, un varón maldecía en lengua germana con improperios y blasfemias que apenarían al mismísimo averno. Algo decía de la pena que da dejar mares y aventuras. Supe entonces que el navío contaba sus últimos días, A la p. 20 19
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¡Delfines!
y su capitán y tripulación pesadillas tenían de una vida en tierra firme. Las brujas escarlatas de todo el mundo confabulaban a mi favor y ventura. Pero todo dependía de mí, del escarabajo de acero inoxidable, del más grande de los andantes caballeros, de etcétera, para encontrar “el faltante”. Esperé entonces a que el capitán cesara en sus lamentos y maldiciones. Cuando hubo callado y sólo un sollozo le ahogaba la garganta, me trepé al timón y encarándolo dije: “Yo Don Durito, ¿tú quién?” El capitán no titubeó al responder “Yo capitán, tú polizón” mientras blandía un periódico o revista y amenazaba con oprimir así mi hermosa y esbelta figura. Fue entonces que, con voz potente, me presenté. El capitán dudó y guardó silencio y periódico o revista. Después, bastaron unas cuantas frases para que ambos entendiéramos que éramos gente de mundo, aventureros por vocación y elección, seres dispuestos a enfrentar cualquier desafío por imponente y terrible que fuera. Ya en confianza, le referí yo la historia de una odisea en curso, algo que llenaría luego los anales de las historias por venir, el más peligroso e ingrato de los quehaceres: la lucha por la vida. 20
Me prodigué en detalles, le hablé de una embarcación construida en medio de las montañas, sin más agua que la de la lluvia para darle vocación y razón de ser. Le platiqué de quienes habían decidido abrazar tamaña osadía, de leyendas sobre una montaña que se niega a la prisión de sus pies en tierra, de mitos y leyendas mayas en voz de sus originarios. El capitán encendió un pitillo, me ofreció uno pero hube de rechazarlo al sacar mi pipa. Compartimos el fuego y el humo del tabaco. El capitán guardó silencio y, después de algunas bocanadas dijo algo como: “a fe mía que gran honor sería sumarse a tan noble y descabellada causa”. Y agregó: “no tengo tripulación ahora, pues estamos ya al retiro, pero estoy seguro que mujeres y hombres se acercarán con tan solo el encanto de esta historia. Ve con los tuyos y diles que cuenten con lo que somos, humanos y navío”. Terminada mi historia, me dirigí a quienes amenazaban con arrojarme por la borda: “Y
así fue como ustedes, simples mortales, se embarcaron en esta aventura. Así que dejadme en paz y volveos a vuestros trabajos y enseres, que yo he de vigilar que el Kraken deje en paz nuestra casa y camino. Para eso he llamado a peces amigos que lo mantendrán ausente”.
Y záz, que en ese momento alguien en cubierta grita “¡Delfines!” y tod@s subieron a cubierta armados de cámaras, celulares o sólo sus ojos asombrados. En la confusión, Durito, el más grande de los Titanes, el único héroe a la altura del arte, el cómplice de magos y brujas, se escabulló y trepó de nuevo a, ahora sí, la Cofa y desde ahí entonó cánticos que, lo juro, eran replicados por los delfines que, entre olas y sargazo, bailaban por la vida.
Más tarde, en la cena, el capitán confirmó la historia del bichito. Y desde ese momento el bichito dejó de ser “el bichito” y es llamado, a
partir de ese evento, “Durito Stahlkäfer”, “Durito, el Escarabajo de Acero”. “Una raya más al tigre”, debió decir el finado SupMarcos, tres metros bajo cubierta, err, quise decir, bajo tierra. Ahora, con camaradería, Gabriela le corrige a Stahlkäfer la pronunciación germana; en el hombro de Ete, Durito sube a lo más alto del palo mayor; acompaña a Carl cuando toma el timón y le divierte con historias terribles y maravillosas; sobre la cabeza de Edwin le dirige en el desplegar y arriar del velamen; y en las madrugadas comparte con el Capitán Ludwig el tabaco y la palabra. Y, cuando el mar embravece y el viento aumenta su lujurioso cortejo, el más grande ejemplar de la andante caballería, Stahlkäfer, entretiene al Escuadrón 421 relatando leyendas increíbles. Como aquella que narra la historia absurda de una montaña que barco se hizo por la vida Doy fe. SupGaleano. Planeta Tierra. Mayo 2021
el Zemillero
Islas Azores, Portugal, Europa
C
on su carita empolvada, remozada y limpia la cubierta, recompuesto el velamen –después de salir de Cienfuegos, Cuba–, el 16 de mayo La Montaña enrumbó al oriente. Bordeó la playa de las Coloradas y, con la Sierra Maestra a su izquierda, fue acompañada de nuevo por los delfines convocados por Durito Stahlkäfer, quien maldijo cuando pasaron frente a la estadunidense aberración en Guantánamo. Frente a Haití, ballenas saludaron su paso, y en la Isla de la Tortuga, Durito y el Gato-Perro desembarcaron alegando algo sobre un tesoro enterrado… o por enterrar. En apoyo al equipo de apoyo, la Lupita, la Ximena y el Bernal gomitaron fraternalmente, aunque creo que hubieran preferido apoyar de otra forma. En Punta Rucia, República Dominicana, guardó reposo y cautela La Montaña, por fuertes vientos en contra. El 24 de mayo, de madrugada y a pura vela (“para no espantar al viento”, dijo el capitán Ludwig), La Montaña tomó rumbo al norte. Ahora fueron orcas las que saludaron a La Montaña al despedirla de las aguas del Caribe. Entre los días 25 y 26 de mayo, el navío esquizofrénico –cree él que es una ella y es montaña–, sorteó Las Bahamas y el día 27 se dirigió al Noreste, ya en mar abierto, Duc in Altum.
El 4 de junio, librado ya el llamado Triángulo de Las Bermudas, la embarcación y su preciada tripulación, dieron cara al sol que al oriente se asomaba. Entre los días 5 al 9 de junio, navegaron sobre donde la leyenda ubica a la soberbia Atlántida. Serían las 22:10:15 horas del 10 de junio cuando, entre las brumas de la madrugada europea, desde la cofa del vigía de La Montaña se alcanzaba a divisar la montaña hermana, Cabeço Gordo, en la Isla Faial del archipiélago de Las Azores, región autónoma de la geografía llamada Portugal, en Europa. Serían las 02:30:45 del 11 de junio cuando la vista, “a tiro de piedra”, de las costas del puerto de A la p. 22 21
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¡Islas Azores..
Horta humedeció la mirada de navío y tripulantes. En las montañas de Las Azores eran las 07:30 de la mañana de este día. Serían las 03:45:13 cuando una lancha rápida de la autoridad portuaria de Horta se acercó a La Montaña para indicar donde habría de fondear. Serían las 04:15:33 cuando el navío fondeó frente a las otras montañas. Serían las 08:23:54 cuando el bote de la Capitanía de Puerto recogió a los tripulantes de La Montaña y les llevó a tierra para las pruebas PCR de Covid, y les regresó al barco a esperar los resultados. En todo momento la “Autoridade Maritima”, en el puerto de Horta, se ha portado con amabilidad y respeto. La tripulación, pasajeros incluidos, se encuentran muy bien de salud, “animados y contentos, sin broncas, ni chismes ni peleas. (En el Escuadrón 421) se cuidan entre sí”. Aquí es el momento de informar quiénes más, aparte de la tripulación del Stahlratte y el zapatista Escuadrón 421, han navegado este tramo. Para documentar la travesía marítima van María Secco, cine-fotógrafa independiente, y Diego Enrique Osorno, reportero independiente. Como equipo de apoyo de la delegación zapatista va Javier Elorriaga. Según los usos y costumbres zapatistas, estas 3 personas tuvieron que, además de cubrir sus gastos, presentar autorización escrita de sus familias, parejas y prole. Sendas cartas fueron entregadas al Subcomandante Insurgente Moisés. Maridas, maridos, madres, hijos e hijas redactaron y firmaron con su puño y letra las autorizaciones. Me tocó leerlas. Hay de todo, desde reflexiones filosóficas hasta dibujos infantiles, pasando por la solicitud atenta de una niña para que le lleven una ballena. Nadie pidió escarabajos ni gato-perros, lo que 22
no sé si es una afrenta o un alivio. En las letras infantiles se adivina el orgullo de que padre o madre dependieran de que les dieran permiso (el clásico zapatista: “los patos les tiran a las escopetas”). Imagino que ya tendrán ustedes la oportunidad de conocer las miradas de María y Diego, sus anécdotas, reflexiones y valoración de su participación “en primera fila” (ambos le hacen a eso del cine) en este delirio. Otras miradas siempre son bienvenidas y son refrescantes.
Al conocerse la noticia en las montañas del Sureste Mexicano, las comunidades zapatistas le han mandado un mensaje a la tripulación del Stahlratte, a través de su capitán: “Gracias, son chingones”.
Todavía están tratando de traducir eso al alemán.
Para la reflexión: el lema de LasAzores es “Antes morrer livres que em paz sujeitos” (Antes morir libres que en paz sujetos).
A lo lejos, al oriente, las columnas de Hércules –que en su tiempo eran el límite del mundo conocido–, miraban asombradas una montaña que navegando desde occidente viene Doy fe. SupGaleano. 11 de Junio del 2021. (Calendario y tiempo en la geografía de México).
el Zemillero Os bos e xenerosos a nosa voz entenden e con arroubo atenden o noso ronco son, mais sóo os iñorantes e féridos e duros, imbéciles e escuros non nos entenden, non.* Fragmento de “Os Pinos”, Himno de Galicia. Pascual Veiga y Eduardo Pondal.
El Pasaporte Zapatista
(Hasta pronto Portugal, ahí vamos Galicia)
E
l 12 de junio del 2021, el llamado “Escuadrón 421”, y demás pasajeros y tripulación, recibieron en sus pasaportes el sello de entrada legal al llamado espacio o zona Schengen y desembarcaron en Horta, Islas Azores, Portugal, Europa. Sin perder la gracia y la elegancia (es un decir), bajaron de La Montaña. Como debe de ser, hubo azoro, baile, fotos y un atracón de comida. Marijose se encontró con una vieja profecía que anunciaba su llegada. Y se realizó una carrera (es un decir), tipo “el que llegue al último paga la comida” (Diego Osorno perdió). Se brindó por la vida, claro.
A las 09:17:45 del 14 de junio del año en curso, La Montaña se despegó del abrazo portugués y tomó dirección noreste a una velocidad de entre 6 y 7 nudos. A las 12:30:06 rebasó por la izquierda el “Pico Das
Urzes”. Latitud: 38.805213; longitud: -28.343418. El capitán Ludwig calcula avistar las costas de la península Ibérica, entre el 19 y el 20 de junio (aunque podría ser antes, porque La Montaña, reconciliada con el
viento, parece apresurada en abrazar a sus hermanas portuguesas y gallegas). De esa fecha en adelante, se saludarán las elevaciones en las islas de San Martino, Monte Faro y Monte Agudo. Luego se entrará a la “Ría de Vigo”. Se prevé llegar a la Marina Punta Lagoa, al norte del puerto de Vigo, Galicia, Estado Español. Entonces, en silencio, lluvia hermana será la montaña nuestra, húmeda se tornará nuestra mirada, y así diremos sin palabras: “(…) desperta do teu sono fogar de Breogán.
* “…despierta de tu sueño/ Hogar de Breogán./ Los buenos y generosos / nuestra voz entienden/y con devoción atienden./ nuestro ronco sonido./ Pero solo los ignorantes/ y débiles y duros,/ imbéciles y oscuros/ no nos entienden, no.”
Ahora permítame contarle de la documentación zapatista que lleva el Escuadrón 421 (que a estas horas ya podría agregar “marítimo” a su flamante nombre). L@s compañer@s llevan un pasaporte zapatista. Quiero decir, además del pasaporte oficial de México, llevan el llamado “pasaporte zapatista de trabajo”. Aquí se los describo: En la portada o tapa principal: un caracol con una estrella roja dentro. Y el letrero: “pasaporte zapatista de trabajo”. En la contra portada o tapa trasera: una estrella roja con un caracol dentro. En la primera página se lee: “Este pasaporte es otorgado por las autoridades civiles autónomas de los Municipios AutónoA la p. 24 23
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El Pasaporte Zapatista
mos Rebeldes Zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno, Chiapas, México. Sólo es válido durante el período establecido y en el lugar descrito. Este documento consta de 32 páginas y no es válido si presenta deterioro, cortes, tachaduras y enmiendas”. En las páginas 2 y 3 hay espacios para: foto del titular, sus datos personales, datos de la Junta de Buen Gobierno y MAREZ que expiden el documento. Trabajo que va a desempeñar. La fecha de expedición y el calendario y geografía donde va a cumplir el trabajo. Lugar para sello de MAREZ y de JBG. En las páginas 4 y 5. Se establecen las siguientes 7 limitantes: “1.- El, loa o la titular de este pasaporte no puede ni debe pedir ni recibir apoyos en moneda o especie para su beneficio propio o de su familia, más allá de los estrictamente necesarios para cumplir con el trabajo que se le ha encomendado. 2.- La, loa o el titular de este pasaporte sólo podrá hacer el trabajo que se específica en este mismo documento. 3.- Loa, el o la titular de este documento tiene prohibida la portación y uso de armas de fuego de cualquier tipo, y no 24
puede ni proponer, ni sugerir, ni alentar cualquier actividad que implique, o derive en, el uso de armas de fuego en el lugar donde haga su trabajo. 4.- La, loa o el titular de este documento sólo puede contar de nuestra historia de resistencia y rebeldía como pueblos originarios y como zapatistas, previa preparación y capacitación para ello. 5.- El, loa o la titular de este documento no puede establecer acuerdos o desacuerdos a nombre de las estructuras organizativas y/o de mando político-militar con personas, grupos, colectivos, movimientos y organizaciones, más allá de lo estrictamente necesario para el cumplimiento del trabajo que se le ha encomendado. 6.- Las opiniones personales sobre asuntos
públicos y privados que exprese loa, el o la titular de este documento, no sólo no reflejan las posiciones zapatistas, también pueden ser completamente contrarias a nuestro pensamiento y práctica. 7.- La, el o loa titular de este documento deberá conducirse en todo momento respetando las diferencias de identidad, sexo, credo, lengua, cultura e historia, de las personas y lugares donde realice el trabajo para el que se expide el presente documento. En la página 6 se establece: “Se acredita que la, loa o el titular de este documento recibió curso de capacitación (si aprendió o no, ahí se va a ver en los hechos) en__ (espacio para poner el nombre del lugar)”. Y la página 7 indica las fechas de salida y llegada: “La, loa o el titular de este documento salió de territorio zapatista __ (espa-
cio para detalles y sellos en media página)”. La mitad de abajo de la página: “La, loa o el titular de este documento regresó a territorio zapatista: ___ (espacio para detalles y sellos)” Las páginas subsiguientes están en blanco, para que las diferentes personas, grupos, colectivos, organizaciones y movimientos, de los distintos rincones de los disímiles mundos que se visiten, sellen, firmen, adornen, huellen, pongan dibujos, rayen o lo que sea para que el, la o loa compa tenga una especie de guía de dónde estuvo, además de los apuntes en su cuaderno, cuando regrese y platique cómo le fue. La última página es para “Observaciones:” (por ejemplo alguna alergia, discapacidad o gustos musicales –digo, porque si le gusta la cumbia y le ponen a bailar un vals, pues ya se imaginarán–) Doy fe. SupGaleano. Planeta Tierra, Junio del 2021.
La Calamidad Zapatista
el Zemillero
(Que narra la historia del encuentro del SupGaleano y la Calamidad, con el agregado de la Historia del Maíz Palomero y, en la sección deportiva: el primer partido de futbol mundial; así como otros infelices –para el Sup– acontecimientos) Notas de cabeza de página (nomás por joder a las de pie de página):
(1) Una primera versión de esta historia fue contada, de viva voz, en el Segundo Puy ta Lecuxlejaltic, celebrado en el Caracol de Tulan Kaw en diciembre del 2019. Como texto era inédito, hasta ahora. En esta versión se mantiene el corpus original y se agregan algunos detalles que pueden ayudar o no a que más de uno se desespere, acostumbrado como está, tal vez, a lecturas mínimas en ideas y extensión. Es posible que usted detecte algunos spoilers sobre lo que ahora se conoce como “Travesía por la Vida”. No preocupar, suele suceder que el zapatismo enuncie cosas que no han sucedido todavía. Esa irresponsabilidad zapatista es ya legendaria, así que deje de quejarse y mal hablar. (2) Lamentablemente, este texto no tiene los efectos especiales que se usaron en el mencionado caracol, y que le valieron, al SupGaleano, 7 nominaciones para “La Palomita de Cartón”, máximo galardón que se entrega a quien mayor número de tazones de palomitas de maíz , con harta salsa picante, consuma… sin recurrir a antiácidos. Nivel “con o sin película”. (3) Warning: las siguientes narraciones pueden contener imágenes que escandalicen a quienes carecen de imaginación, inteligencia y cosas igualmente sin valor en la modernidad. No se recomienda su lectura a adultos mayores de 21 años, a menos que sean supervisados por infantes menores de 12 años. ¡¿Cómo?! ¿Va usted a leer a pesar de esta seria advertencia? No le digo, si ya no hay valores, oiga. (4) La narración está inspirada en hechos reales. Los nombres se mantienen para deslindar responsabilidades ante la Comisión de Justicia de la Junta de Buen Gobierno… ¿Qué?, ah, claro, puede usted dudar de la veracidad de lo que aquí se narra, pero… ¿no dudó usted también de que los zapatones iban a invadir Europa? ¿Ah, verdad? Todos los seres que aquí se detallan, existen en la realidad. Si alguien no se imagina que esto sea posible, no es culpa de la realidad. Más bien es que le falta imaginación. (5) ¿Eh?, no, no le estoy regañando, estoy, como quien dice, dándole el contexto de lo que sigue y que es…
É
sta es la historia de una niña zapatista a la que nadie quería, porque era, y es, diferente entre los diferentes.
La niña que les cuento nació en una comunidad indígena zapatista. El nombre de su pueblo, región o zona, no importa ahora. Lejos de los espejos siempre, ella creció mirando y escuchando el mundo a través de la mirada y el oído de otras niñas y niños. Ella nació grande y es una niña grande. Y cuando digo grande, me refiero a su tamaño, su estatura y peso, no a su edad cronológica. Pero, como ya les dije que miraba según la mirada de las niñas y niños de su edad, ella no era consciente de su diferencia. En su idea de sí misma, ella era tan pequeña como el resto de las niñas y niños de su generación, ahora entre 3 y 6 años de edad. Cuando nació, se cayó a los pocos días. Ya saben ustedes que la costumbre de las mujeres indígenas es que, después del parto, no tardan en reincorporarse a sus trabajos. Con el reboso cargan a la cría como mamá canguro, ahí el producto o producta come, duerme y hace las necesidades que llaman primarias (o sea 25 y 50 –orinar y defecar, para los neófitos–). Con la creatura incorporada a su propio cuerpo, la mujer maniobra con el reboso mientras hace sus trabajos, y, no pocas veces, se tercia el reboso a la espalda. Ergo, las mamaces son superiores a las canguras. En fin, esto le da a la creatura una superioridad sobre quien la creó, porque puede mirar lo que su madre no. Así, la cría mira lo que mira la mamá cuando la trae al frente; y mira lo que no mira su A la p. 26 25
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La Calamidad Zapatista!
madre, cuando está a su espalda. Y ambas perspectivas sin abandonar la cercanía íntima con su creadora. Esta doble mirada, que les puede parecer normal a quienes nacen, crecen, viven y mueren en una comunidad indígena, le permite a la creatura escapar de la censura. Es decir, puede mirar cosas que tal vez la madre no quiere que mire, o no todavía. Oh, lo sé. Estoy especulando desde el mundo adulto sobre el mirar de la niñez temprana, pero esto es un cuento o una historia que ustedes nunca sabrán si ocurrió u ocurre realmente; o fue inventada en esas madrugadas solitarias, pobladas de café y humo de tabaco, que se reiteran en las montañas del sureste mexicano. Así que, volviendo a la niña, sus primeros días no se diferenciaban mucho de los del resto: en veces miraba lo que miraba la madre: el fogón, el altero de leña, la olla, los platos, la cuchara, el arroyo y la cubeta, los animales, el creador cómplice (“papá”, le dirá después) y, tal vez, las demás creaturas de diversos tamaños que corrían y trabajaban y a quienes llamará luego “hermanos” o “hermanas”, y serán su primer conflicto. Porque, como todos ustedes saben, hermanos que no pelean entre sí, no son hermanos. Cuando le tocaba estar a la espalda, la niña miraba otro mundo. Ahí podría ser que le diera miedo lo que aparecía y se refugiara dentro del reboso, tal vez pensando: “no, demasiada información, ahora debo concentrarme en lo esencial en este mundo: llorar, comer, cagar, dormir, repite”. O podría ser que no se escondiera. Podría ser que sus ojos se abrieran más y sus manitas trataran de alcanzar el vuelo de un ave, o
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a ese pato (sin agraviar) que, sí, caminaba muy otro pero, ¿quién era ella para criticar, si ni siquiera sabía que esas dos cosas que tenía al final inferior de su cuerpo servían para algo más que tratar de meterlas en la boca? Lo que pasó le pudo pasar a cualquiera. La madre, atareada en acomodar la leña, se terció a la espalda el reboso y no se dio cuenta de que, en el movimiento, quedó expuesta la parte inferior y la niña, como les dije que era grande y pesada, se resbaló y cayó al suelo con un “plop” casi imperceptible, porque el charco con lodo en el que aterrizó aminoró el impacto. No todos los accidentes son desafortunados. A la niña no le dio tiempo de llorar porque, justo en ese momento, pasaba la mamá cucha, una gran cerda, con varios cuchitos persiguiéndola. La niña se unió a la procesión y, gateando, iba detrás como un cuchito más de la pequeña piara. ¿La mamá? Ni en cuenta. Fue hasta que regresó el marido de la milpa y le preguntó por la niña, que la mamá se dio cuenta de que el reboso a su espalda pesaba menos que de costumbre. Empezaron a buscar a la niña, pero no tardaron mucho en encontrarla: sentada junto con los cuchitos, la niña se divertía con el lodo y abrazaba a un cuchito que no estaba nada feliz con la muestra de cariño, porque, ¿ya lo dije?, la niña era grande y fuerte. El hombre rio de buena gana y fue por su celular para tomarle una foto, pero la madre dijo lo que todas las mamaces que en el mundo son y han sido, dirían en un caso semejante: “¡Niña, eres una calamidad!” Puesto que la niña ya gateaba, dejó el reboso –lo que la espalda de la compañera agradecía profundamente–. La niña, además de grande,
era curiosa. Una vez se le ocurrió probar qué pasaría si envolvía el leño encendido que cayó del fogón con un trapo. El asunto es que el trapo era el medio fondo de la compañera. La mamá se dio cuenta con el olor a nailon quemado y gritó: “¡Niña, eres una calamidad!”. Un día, su mamá la llevó al mercado en la cabecera municipal. Mientras la señora buscaba un medio fondo para reponer el quemado, la niña se acercó a una pirámide de latas y le pareció que las latas de mero abajo no estaban cómodas, así que quitó una de la base. El estrépito se escuchó en todo el galerón del mercado. El dueño del puesto tomó a la niña en brazos y la entregó a su mamá diciendo: “Señora, su niña es una calamidad”. Cuando se encontraban de nuevo, después de una larga jornada de trabajo, cada quien en lo que le tocaba, el señor y la señora intercambiaban informes. En su turno, la mamá iniciaba: “esta niña es una calamidad”, y seguía con una larga lista de travesuras.
Como todos no deben de saber, los niños y niñas no respetan la champa del SupGaleano. No importa cuántas trampas y obstáculos ponga el Sup, siempre encuentran el modo para aparecer en el dintel de la puerta pidiendo mantecadas, un balón, o simplemente un cuento. Una tarde apareció una niña grande de cuerpo. El SupGaleano, con ese tacto diplomático que le caracteriza, le preguntó: “¿Tú quién eres? No te conozco.” La niña, como es lógico, respondió: “Yo soy una Calamidad”. Al SupGaleano le cayó en gracia la honestidad de la niña, así A la p. 27
el Zemillero De la p. 26.
La Calamidad Zapatista!
que la dejó estar en la champa hasta que su mamá llegó a buscarla. La señora se deshacía en disculpas y es que su hija era una calamidad. El SupGaleano, que siente empatía por la niñez –tal vez porque él mismo no llega ni siquiera a la pubertad–, sólo murmuró: “pues la niña no lo hurta, lo hereda”. A partir de entonces, la niña Calamidad aparecía de tanto en tanto en la champa y, como es de deducir, hacía una calamidad. Por ejemplo, la niña había observado que el SupGaleano regañaba al gato-perro porque se orinaba en el suelo y la pared de la casita. Un día llegó su gana de 25 de la Calamidad y se subió al colchón todo hollado y quemado del Sup –porque el Sup es un irresponsable que fuma pipa en la cama (no es cierto, es decir, sí soy irresponsable pero no es el tema, el colchón ya estaba hollado de por sí y a veces estornudo y ya se imaginan)– y se hizo de 25. El Sup se embraveció y le preguntó a Calamidad por qué hacía así. Y la Calamidad, con esa lógica apabullante de la niñez, le respondió: “Pos dijiste que no se hagan 25 en el suelo”. El Sup no supo qué decir y con el trapeador hizo lo que pudo para limpiar el colchón, que tampoco era como para presumir. Entre que una familia de ratones lo había agarrado de vivienda y las quemadas de las briznas de tabaco que se caían de la pipa, pues tampoco era para que el Sup se pusiera remilgoso. Y para corroborarlo, el gato-perro lo miraba al Sup con cara de: “ahí está, yo soy un santo comparado con la Calamidad”. Y por lo mismo, el gato-perro simpatizaba con la niña. Sus travesuras parecían mínimas comparadas con las de la temible Calamidad.
Así que la niña, el Sup y el gato-perro se llevaban bien, tal vez porque los tres eran disfuncionales. O sea que digamos que nunca llegarán a ser unos ciudadanos modelos, ni ganarán premios, ni tendrán puestos gubernamentales o cosas igualmente horribles. A pesar de eso, cuando llegaba la pandilla de Defensa Zapatista, la Calamidad se escabullía, porque sabía que no era bien vista por el resto de la humanidad. Pero, como decía el finado SupMarcos (que diosito lo tenga en su santa gloria y la virgen santísima lo colme de bendiciones): “cuando creas que no puede pasar algo peor, siempre puede aparecer la pandilla de Defensa Zapatista”. “Las desgracias nunca andan solas”, digo yo, así que no tardó en ocurrir que confluyeran una serie de fenómenos en lo que sería el antecedente de la tormenta perfecta. Sí, llegó el día, aunque más bien era tarde, en que la Calamidad entró al selecto grupo de Defensa Zapatista, cuya segunda al mando, Esperanza Zapatista, no hacía sino reiterar lo paradójico de su nombre… Calamidad y la Banda de Defensa Zapatista Era una tarde en las montañas del Sureste Mexicano. En el potrero de la comunidad, un grupo de niños y niñas jugaban con un balón. Bueno, eso podría parecerle a quien no conozca a esa banda. En realidad se trataba de un riguroso entrenamiento del equipo infantil de fútbol de Defensa Zapatista. Ahora mismo están practicando el contragolpe, maniobra que Defensa Zapatista explica así: “Hagan de cuenta que vienen con el balón los malditos enemigos del equipo contrario, que son más grandes que nosotras, que juegan mejor
que nosotras, que todo el público los apoya, que están mejor alimentados que nosotras, mejor entrenados que nosotras, que tienen el uniforme cabal y que estamos en su cancha o sea que ellos son locales. ¿Qué hacemos?”. El Pedrito se encoge de hombros, las hipótesis de Defensa Zapatista siempre le parecen erróneas de principio y mal planteadas. El caballo choco deja por un momento de masticar la botella de plástico, parece que lo piensa un momento, y luego sigue masticando como si nada. El gato-perro se pone detrás de Defensa, así que parece que él también espera la respuesta. La Esperanza Zapatista se da cuenta de que es la única que queda, entonces se arma de valor como mujeres que somos, nada de que nada, resistencia y rebeldía, y levanta su manita. Defensa Zapatista respira con alivio y dice: “A ver, Esperanza, ¿qué hacemos?”. La Esperanza Zapatista carraspea un poco y, siguiendo el método zapatista fundado por el finado SupMarcos, responde: “¿Corremos?” El gato-perro mueve la cola con aprobación. Pedrito está a punto de decir que la respuesta-pregunta de Esperanza abre un nuevo terreno epistémico. El caballo choco sigue masticando pero ahora con más enjundia. Defensa Zapatista se mesa los cabellos y grita: “¡No! Nada de correr. Nada de que nada, resistencia y rebeldía. Lo que hacemos es dar un contragolpe. Un patadón pues, que aviente la pelota muy lejos. A ver, Pedrito, tú patea el balón”. El Pedrito será muy trucha para la teoría del conocimiento y los paradigmas epistemológicos, pero siempre patea chueco. Así que el balón, en lugar de ir a la cancha A la p. 28
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La Calamidad Zapatista!
contraria, va a caer a la pequeña laguna que está a un costado del potrero… perdón, del campo de entrenamiento de alto rendimiento autónomo, permiso de la Junta de Buen Gobierno, número no-sé, sede en el Caracol de Tulan Kaw, domicilio conocido. La pandilla se agolpa a la orilla y mira con desolación que la pelota ha quedado flotando justo en medio del mar inhóspito… ok, en medio del charco, porque la “laguna” no mide más de 10 metros de diámetro y no rebasa los 50 centímetros de profundidad. La Esperanza Zapatista, con ese optimismo que su nombre delata, dice: “Seguro hay tiburones muy fieros, de ésos que ni te mastican. Ahí nomás te tragan y mueres cruelmente en la panza del tiburón, en medio de pescaditos y botellas de plástico que se zampó antes”. El caballo choco para las orejas cuando escucha “botellas de plástico”, pero no se mueve. Mientras Esperanza ha descrito ese bello cuadro impresionista modelo “Sharknado”, el Pedrito ha consultado en su celular y aclara: “Imposible, no hay tiburones en agua dulce. Por lo tanto, no hay nada que temer de esos selaquimorfos”. Todos respiran aliviados. Pero el Pedrito prosigue: “por otro lado, es muy probable que haya cocodrilos” y señala algo parecido a un tronco que flota en la lagunita. Todos se estremecen. El gato-perro, por su parte, es perro pero es gato, así que nada de mojarse. Defensa Zapatista razona: “bueno, de todas formas ya estaba viejo ese balón, que tal el Sup tiene otro guardado, o que pida uno con los ciudadanos.”
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Mientras toda la pandilla está tratando de disfrazar de prudencia su miedo, la Calamidad, que ha estado observando todo desde un su escondite, sale, se mete al agua, recoge el balón, regresa con él, y lo pone frente a Defensa Zapatista. La pandilla, después de salir de su estupor, aplaude a rabiar, intenta levantar en hombros a Calamidad pero pesa mucho, así que optan por darle unas palmaditas en la espalda. Recuperado el balón, Defensa Zapatista empieza a dar nuevas instrucciones, pero, cuando voltean a mirar, Calamidad ha vuelto a lanzar el balón al agua. Defensa le pregunta: “¿Qué hiciste?”, y, como respuesta, Calamidad se vuelve a meter al agua y saca de nuevo el balón. Le vuelven a aplaudir. La tercera vez que lo hace, la pandilla recibe la pelota con un silencio sepulcral. A la quinta vez tienen que agarrar a Calamidad entre todos para que no vuelva a aventar el esférico al agua. Calamidad se desconcierta: ¿Qué el juego no se trataba de eso? El equipo se retira un poco, guardando celosamente el balón, lejos de la compulsión de Calamidad; sólo Defensa Zapatista queda pensando y mira intrigada a la niña. En su complicada mente, llena de estrategia y táctica futbolís-
ticas, entiende ahora lo que le dijo alguna vez el finado SupMarcos: “la maravilla de la sorpresa, no está sólo en hacer algo inesperado, también en dónde hacerlo, cuándo hacerlo, con qué hacerlo… y con quién hacerlo”. La carita de la niña Defensa Zapatista se ilumina. Le pregunta a la niña: “¿Cómo te llamas?” La niña responde: “Yo soy una Calamidad”. Defensa abraza a la Calamidad y le dice: “Tú vas a estar en nuestro equipo. Y ahora te llamas la Calamidad Zapatista.” Y, dirigiéndose al resto del equipo les comunica: “ya tenemos una nueva arma secreta”. Todos miran aterrorizados como, mientras Defensa explica una nueva y compleja estrategia de juego a la que llama “resistencia y rebeldía”, la Calamidad avienta de nuevo la pelota al agua y, después de sonreír, se lanza al mar embravecido… ok, a la lagunita, para recoger el balón. Esperanza jura que una ballena monstruosa le acercó el balón a Calamidad. Pedrito aclaró que no era una ballena, sino el Kraken que se había venido a refugiar a tierras zapatistas… ok, a aguas zapatistas. El asunto es que la Calamidad estaba feliz porque tenía nuevos amigos, y no cualquier grupo de amigos: era la pandilla de Defensa Zapatista, la única que tenía en su A la p. 29
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La Calamidad Zapatista
contra órdenes de restricción en prácticamente toda la estructura organizativa zapatista. La Calamidad Zapatista tendrá unos 3 ó 4 años y, como es la más pequeña de edad, aunque no de cuerpo, les dice “doña” a las mayores, como le enseñaron. A Defensa Zapatista le dice “Doña Defensa”, lo que no les cae en gracia ni a ella ni a Esperanza, que viene siendo “Doña Esperanza” a sus 8 años. Ya en su nuevo grupo, la Calamidad sintió la necesidad de avisarle a su antigua banda infantil. Dio un sentido discurso de despedida a unos cuchitos que sólo la olfatearon y le mordieron el pantalón que portaba. Los presentes juran que a la mamá cucha se le nublaron los ojos. Los Subs, el CCRI, las zonas, las JBG, los MAREZ, y todas las comisiones autónomas habidas y por haber, podrán quejarse lo que quieran, pero si algo hay que reconocerle a la pandilla de Defensa Zapatista es que se protegían unas a otros. Así que la Calamidad pudo ya asistir a los distintos actos públicos del EZLN a los que antes no podía por tenerlo prohibido, ya que se temía que fuera a hacer una calamidad. No era pues extraño que, en los eventos, se viera pasar una niña rodeada de una fiera escolta de milicianas. Pero todos sabíamos que no la estaban cuidando a ella, sino a los asistentes, porque, bueno, era una calamidad. El Pedrito le explicó así: “Es que la compañerita Calamidad, pues cómo te diré, pues es una calamidad. Nadie la quiere, sólo el SupGaleano y Defensa Zapatista la quieren. Y nomás se hablan con el Sup y luego se ponen a cantar ambos dos mutuamente, la Cala-
midad y el SupGaleano. Muy fiero cantan, como que les duele la panza. Pero ellos piensan que cantan muy bonito. Y hacen sus obras de teatro, pero nadie mira. Sólo están los grillos. Y el Sup dice que aplauden los grillos, pero qué va a ser, si los grillos nomás hacen su ruidero todo el tiempo, no es que aplauden. Pero la Calamidad lo cree y hace su caravana para agradecer, que así le enseñó el Sup, y entonces el Sup le cuenta unas historias terribles y maravillosas mientras se atascan de palomitas”. Y precisamente ahora, en la champa, sólo están el Sup, el gato-perro y la Calamidad. Y ahí nomás, de pronto, el Sup se echa en la boca un puñado de palomitas con salsa picante, da un trago de conocido refresco de cola, y empieza a contar… La Historia del Maíz Palomero. Hace mucho tiempo, cuando el
tiempo empezaba a caminar a los tumbos, como viejito bolo, los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, se reunieron en una su asamblea y tomaron el acuerdo de encargar a la más sabedora de todos, Ixmucané, que hiciera a los hombres y mujeres de maíz. Pero los dioses varones eran muy tarugos, como de por sí, y no se dieron cuenta de que no se podía porque todavía no se había creado el maíz. Entonces la Ixmucané les dijo: “Ah hermanitos, de plano no se puede creer, ¿cómo voy a hacer a la humanidad de maíz si todavía no existe el maíz?” “Ta bueno”, dijeron los dioses varones, “pero ahí lo veas porque ya es acuerdo de asamblea y tiene que vas a cumplir”. La Ixmucané rezongó un buen rato, como de por sí rezongan las mujeres, que cómo quieren que haga si no hay cómo, que de plano no lo piensan los pinches varones, que A la p. 30
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los honran. Y los dioses ya no saben qué hacer y entonces llega la Ixmucané y lo mira todo cómo está, y se embravece pues, y los regaña a los dioses varones, que por su culpa va a tardar eso de que los de oro esclavizan a los de madera. Y los dioses varones: “acaso fuimos nosotros, quién sabe de dónde salió eso, nosotros estamos ocupados en cosas importantes”. Y la Ixmucané: “nada de que nada, además de tarugos, cobardes que no se hacen responsables de las tonterías que hacen y a esto que mal hicieron le vamos a llamar patriarcado, porque puros machitos se malpensaron esa injusticia”. Y ya que les dio su buena regañada, la Ixmucané les mostró que ya lo creó ya el maíz. Y entonces los dioses varones aplaudieron, y se felicitaron y dijeron que ellos habían tenido esa gran idea, y que Ixmucané sólo hizo en la práctica lo que ellos lo pensaron en la teoría. La Ixmucané ya ni dijo nada, pero traía en sus manos maíces de
todos los colores y así fue creando a los hombres y mujeres que poblaron el mundo y también creó a loas otroas porque, dijo, es bueno que el mundo sepa que tiene muchos mundos dentro y no sólo los que se miran ahí nomás. Se hicieron así los hombres, las mujeres y loas otroas, y los dioses se fueron a echar baile. Quedó la Ixmucané mirando sus manos y lo miró que no se acabó todo lo que usó para crear el maíz, que quedó todavía un poquito. Entonces Ixmucané se pensó que faltaba otra lección para el mundo que entonces empezaba a andar. Y entonces la Ixmucané creó unos maíces más pequeñitos y los echó en la tierra para que se nacieran. Tiempo después, ahí andaban los maíces de un lado a otro, trabajando para que tuvieran fuerza los hombres y mujeres y otroas que estaban construyendo el mundo. Pero nadie le hacía caso a los maíces pequeñitos, los burlaban y los despreciaban. Y todos los maicitos pequeños están como tristes porque nadie los toma en cuenta. Entonces en la cabeza de un grupo de maíz pequeño llegó el pensamiento de que no está cabal así, que por qué los desprecian y no los toman en cuenta. Y se inconformó. Y ahí está el grupo de maicitos pequeñitos inconformados. Y los demás maíces pasaban y decían: “bueno, pues ahí está ese grupo de maicitos inconformados, pero son muy pequeñitos, nadie los va a tomar en cuenta.” Entonces los del grupo de maicitos pequeños quedaron pensando que así nomás no se puede, que todo va a seguir igual aunque se inconformen. Entonces llegó la Ixmucané, que andaba haciendo la ronda en el mundo, para ver que se fuera haciendo todo cabal. Y lo topa al grupo de maicitos y les pregunta
(Ilustración técnica mixta, Libe, Ciudad de México, 2021)
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La Calamidad Zapatista
ahora cómo le hago, que a ver qué llega en mi cabeza para resolver la problema. Mientras está pensando la Ixmucané, los dioses varones empezaron a mal hablar: que esa Ixmucané es una haragana, que no cumple el acuerdo, que se hace pato; o pata, dice otro; y otro uno: “y eso que todavía no hacemos los patos”, y así. Y entonces se dijeron que por qué tienen que esperar a la Ixmucané si ellos son sabedores. Y entonces hicieron a los primeros hombres y mujeres de lo primero que encontraron, o sea de madera. Entonces los hombres de madera no se mueven bien, caminan como que tienen calambre. Entonces hicieron otros de oro, pero son muy pesados y ni siquiera caminan. Y mientras los dioses varones están pensando cómo hacer, los hombres de oro obligaron a los de madera que los cargan y los llevan de un lado a otro y los alimentan y
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el el Zemillero Zemillero su nombre de “maíz palomero”, que quiere decir, “maíz que vuela y hace fiesta”. Eso en un idioma que ahorita inventé. Y tan-tan.
(Ilustración técnica mixta, Libe, Ciudad de México, 2021) De la p. 30.
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que qué hacen. Y los maicitos le cuentan de su inconformidad. La Ixmucané se ríe pero no de burla, sino de cariño, y les dice a los maicitos: “bueno, miren hermanitos, es que no basta con que se inconforman, hay que ponerse en resistencia y rebeldía. Quiere que se rebelan o sea que tengan rabia, coraje pues, y que se organizan”. Se fue la Ixmucané porque los dioses varones seguían haciendo tarugadas y ella tenía que ver de componer. El grupo de maicitos quedó pensando lo que dijo la Ixmucané y dijeron: “sale pues, nos vamos a enojar”. Y empezaron a pensar en todas las humillaciones y desprecios que les habían hecho y más entraba su coraje y se calentaban de rabia. Y más y más, y ya están colorados de tanto coraje y ya no se aguanta el calor y ¡pum!, que se revienta uno, y brinca y se pone esponjoso, luego otro y pasa un viento y los levanta. Y todos se quedan admirados de que los maicitos vuelan. Y los demás
maicitos pequeños empiezan a hacer igual, y al rato revienta y brinca otro, y otro, y otros. Luego muchos, y el aire se llena de maicitos reventados. Y una niña lo mira el aire y dice “parecen como palomas”. Y un niño dice “sí, pero chiquitas”. Y la niña: “eso, como palomitas”. Y el niño, como de por sí son los niños, lo agarra una palomita y la come y dice “está muy sabrosa”; y la niña dice “sí, pero como que le falta algo”, y ahí nomás encuentra un frasco que la Ixmucané había dejado como olvidado y le pone a la palomita y como que pica pero así, sabroso. Y entonces la niña y el niño llaman a todos los niños y niñas y niñoas del mundo, y empiezan a pepenar los maíces voladores, y los ponen en un tazón y le echan la salsa picante y se ponen a comer hasta que les dio diarrea, pero como quiera la hacen una su fiesta. Y entonces los demás maíces todo lo miraban muy admirados y sorprendidos porque esos eran los únicos maíces que podían volar y entonces los respetaron ya a los maíces pequeñitos. Y ya le quedó
La Calamidad aplaude encantada. El gato-perro no aplaude, porque se le han quedado atrapadas las patas en las palomitas con salsa picante y, paciente, se las está lamiendo, porque acá no se desperdicia nada… cuando de palomitas se trata. La Calamidad ha declarado que va jugar a las palomitas. Se para en medio de la champa y empieza a aguantar la respiración y a hincharse, hasta que se pone roja y luego morada (como los niños cuando hacen berrinche), y el Sup está ya por darle un zape para que respire, cuando la Calamidad brinca y grita, al exhalar, “¡PUM!”; y mira al Sup esperando que haga la mismo, y como el Sup sigue comiendo como si nada, la Calamidad le dice “Bueno, ¿sos zapatista o no?”. Al Sup Galeano le dan en la pata de palo así que contiene la respiración, pero con el humo del tabaco y las palomitas que le llenan la boca, sólo alcanza a toser estrepitosamente, arrojando pedazos de palomitas a medio masticar. Y la Calamidad, con la carita llena de palomitas propias y salpicadas, aplaude entusiasmada porque, dice, el Sup ha hecho el sonido de muchas palomitas reventando. Y el Sup casi se ahoga, pero se alivió rápido cuando llegó la insurgenta de Sanidad y dijo “hay que inyectar”. Todos corrieron, en primer lugar el gato-perro –no lo fueran a confundir con un Supcomandante–, y sólo quedó la Calamidad que ya se va, con la mochilita de la sanitaria, hacia la pequeña laguna donde un par de ballenas retozan y saltan, sabiéndose a salvo de los barcos de los pinches grandes capitalistas A la p. 32 31
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión chinos-japoneses-coreanos que, en De la p. 31. La Calamidad Zapatista lugar de seguir sus usos y costumbres, o sea de hacer Anime, K-Pop ( ) y murallas, las quieren cazar para convertirlas en dólares, wons, yens, euros y los restos en pesos…
De cómo el equipo de Defensa Zapatista ganó su primer partido internacional Cierto día, se realizó el primer partido internacional donde se enfrentaron el equipo intergaláctico de mujeres que luchan, contra el equipo muy otro capitaneado por Defensa Zapatista. La extraña estrategia de la directora técnica del equipo zapatista, parecía funcionar: Cuando el equipo contrario tenía el balón y pasaba a la ofensiva, la Calamidad entraba al campo de juego, tomaba el balón y lo lanzaba a la laguna. En ese momento, el equipo de Defensa Zapatista empezaba a esparcir rumores de tiburones muy fieros que habitaban en esa laguna. El Pedrito aclaraba que no era posible, pero que seguro había cocodrilos gigantes. La Esperanza contaba de una ballena enorme que, cada tanto, emergía con un pasamontañas 32
blanco. En fin, el pánico era sembrado con una habilidad que olvídate de las redes sociales. Claro, la Calamidad entonces se volvía a meter al agua y volvía
con el balón. Y el equipo contrario, en lo que se llama fair play, la felicitaba y trataba de alzarla en hombros, pero cuándo, ni hablar. A la cuarta vez, el equipo internacional de mujeres que luchan pidió la expulsión de la transgresora que, cada tanto, arrojaba el balón al mar infestado de tiburones tigre, lagartos y caimanes, hidras, Krakens y hasta ballenas asesinas (así dijeron); pero resulta que se dividieron entre ellas, porque empezaron a discutir de la sororidad de género, de que expulsar a la Calamidad era una muestra de que el pensamiento heteropatriarcal contaminaba a las mujeres. Tardaron discutiendo, y cuando se dieron cuenta, el gato-perro hacía una pared de antología con la cabeza del caballo choco, que se había quedado dormido en el límite del área grande, y, con un estilo que ni Messi–Ronaldo, anotaba en el marco contrario, lo cual fue festejado no sólo por el público que
abarrotaba el potrero, quiero decir, el estadio (aunque en realidad sólo estaban el SupGaleano, el Elías Contreras, y un solitario puesto de palomitas donde dos insurgentas se aburrían soberanamente), también por Defensa Zapatista, porque era la primera vez que el gato-perro no anotaba en su propia portería. La jueza silbó el final y terminó el partido. La banda de Defensa Zapatista había conseguido su primer triunfo mundial. Nuevamente trataron de alzar en hombros a Calamidad, y nuevamente fracasaron. Así que el festejo no encontraba forma de materializarse. Pero el SupGaleano resolvió todo cuando dijo que era un rumor, que no estaba nada confirmado, que tal vez se trataba de una fake-new; pero que él había escuchado que el Vlady le había entregado al SubMoy una caja de donas de muchos sabores. Que el SupGaleano se lamentaba de que no fueran mantecadas, pero, como dice un dicho –que él inventó en ese momento–: a falta de mantecadas, donas; y que el SupMoy estaba ido en el festival de Cine, y que había dejado cerrada con llave la Comandancia General del ezetaelene, lo que era un problema, pero la solución estaba en que le había dejado la llave al SupGaleano quien, justo en ese momento, dejaba caer la llave delante de la pandilla; y que le iba a dar mucha pena decirle al SupMoy que perdió la llave en el estadio, ok, en el potrero, pero que la pandilla de Defensa Zapatista había apoyado y la habían encontrado; y “aquí está la llave SupMoy, cuéntame cómo estuvo el festival de cine”. Y que cuando el SupMoy se diera cuenta que de la caja con donas sólo quedaba el cartón, el SupGaleano le iba a informar que, en la A la p. 33
el Zemillero De la p. 32.
La Calamidad Zapatista
pequeña laguna que está en el Puy, habían avistado a una gran ballena que, en la mandíbula, sostenía un pedazo de dona color arcoíris, lo que, intuía el SupGaleano, indicaba que podría tratarse no de una ballena, ni de un ballenato, sino de unoa ballenoa, y que nuestro deber como zapatistas era darle cobijo y apoyo, porque la diferencia no se debe perseguir ni castigar, sino festejar, por ejemplo, con un baile y, qué casualidad, el SupGaleano recién la había autocriticado a la comisión musical porque los compañeros musiqueros sólo tocaban la Yaquecita y que ya chole con ésa (la otra noche la habían tocado 53 veces), y con la de “así, así, así” (32 veces el baile anterior), y la Comisión Musical dijo “ahí lo vamos a ver”; y en eso los compañeros musicales se arrancan con la Cumbia del Sapito y, como todos saben, el sapito es
primo hermano de la ballena; y en el sonido anuncian que hay baile, y entonces el corredero de gente, hasta las tercias y tercios dejan botados los equipos, y se llevan al SupMoy al baile… Y sólo quedan, solos, el SupGaleano y el gato-perro, que le ladra y le maúlla, y entonces el SupGaleano dice: “sabía que tú te ibas a dar cuenta”, y se quita la gorra y, diciendo la palabra mágica “alakazam”, saca una dona, de chocolate otra vez, la última dona de las montañas del sureste mexicano, y, como el chocolate se ha derretido y le quedó toda pegajosa la cabeza, el SupGaleano piensa cómo le va a hacer para limpiar el pasamontañas. Y, mientras comparte con el gato-perro, el SupGaleano empieza contar una historia terrible y maravillosa de una niña que se llama la Calamidad Zapatista quien, para mala suerte de los dos, se aparece en ese momento con la mezcladora
de sonido de los tercios y les dice “¿Jugamos?”, mientras se dirige a la laguna para arrojar el aparato a donde unoas ballenoas saltan felices de que las tomen en cuenta. Y sí, ni modos, el gato-perro y el SupGaleano tuvieron que compartir la dona con la Calamidad y así la detuvieron, pero sólo un momento, porque la Calamidad ya encontró el maíz palomero del SupGaleano y, con las mejillas manchadas de azúcar, les dice festiva: ¡vamos a jugar a las palomitas! Tan tan. Desde las montañas del Sureste Mexicano. El SupGaleano. Dándose cuenta de que no es posible limpiar el pasamontañas con saliva, pero resuelve el problema poniéndose un sombrero vaquero encima. Guapo el hombre, lo que sea de cada quien. ¡Ajúa! 2019-2021
(Acuarela. Fernando Llanos, Chiapas, 2019, fragmento del libro «Viaje a la realidad». Ediciones Necias.) 33
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Llegamos
S
erían las 06:59 –hora de México– del día 20 de junio del 2021, cuando, desde La Montaña y por entre un horizonte brumoso, se avistó tierra de la península ibérica. Serían las 09:14:45 cuando el navío fondeó en la bahía de Baiona o Bayona, Galicia, Estado Español, Europa. De ahí queda cerca, “a tiro de piedra”, la geografía llamada Portugal, y un poco al Noreste se avista Vigo. Tod@s bien de salud. Por cuestiones de papeleo y etcétera, La Montaña y el Escuadrón 421 permanecerán aquí hasta, tentativamente, el día martes 22 a las 1700 –fecha y hora de Vigo–, en que se hará el desembarco. La Guardia Civil del Estado Español abordó la nave, tomó los datos de la tripulación y pasajeros, revisó los pasaportes y realizó el chequeo de rutina. Sin novedad. Condiciones climatológicas: nublado, lluvias ligeras pero frecuentes, 15 grados centígrados.
Al poco tiempo se acercaron varios veleros con compas de la Europa insumisa, para dar la bienvenida… o para comprobar si eran ciertos los rumores que corren por los barrios, campos y montañas del mundo: “los zapatistas han invadido Europa”. En tierra, al pie de lo que parece un faro, otro grupo gritaba algo como “¡Nos rendimos!”… Nah, es broma. Gritan que Zapata Vive, que Bienvenid@s, que… no se entiende bien. Portan pancartas y dibujos. Hasta donde se alcanza a ver, no hay señales obscenas –lo que puede indicar que no nos han repudiado…
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todavía–. Algún desubicado porta un cartel que reza: “Comedor La Palomita Insurrecta. Caldo Gallego, Empanadas Ídem y Xoubas. Descuentos especiales a Invasor@s, escarabajos y gato-perros”. En otro cartel se lee “¡Sáquenme de aquí!”. Las personas más prudentes usan las pancartas como paraguas. El cielo europeo llora conmovido. Sus lágrimas se confunden con las que humedecen las mejillas –urtidas a sol, mar, angustias y adrenalina–, del intrépido Escuadrón 421. En sus pasos, en sus miradas, en sus latidos, los pueblos mayas –así dirá la leyenda–, cruzaron el
Atlántico en 50 días con sus noches, en su larga y accidentada travesía por la vida. Afuera hace frío, pero dentro, en la geografía del corazón, algo como un sentimiento entibia el alma. En las montañas del sureste mexicano el sol sonríe y, del equipo de sonido, salen alegres las primeras notas de una cumbia. Claro, falta el des-
embarco, el traslado de la delegación aérea, la organización de la agenda, los encuentros,… y la fiesta de la palabra. Es decir, falta todo SupGaleano. Junio del 2021.
Junio 14 del 2021
... del nuevo año cero
T
enía que ir a verlo por mis propios ojos.. No fuera a ser que nos estaban cuenteando y que nomás puras fantasías e inventos y yo aquí escribiéndote sobre lo que estaba pasando y tu creyendo y confiando en mi palabra nomás porque sí.. así que fui, a investigar, a echar un ojo nomás de rápido, sin levantar sospechas de quienes me acompañaban, en un principio pensé en decirles y detener la misión en el mirador para tener evidencia gráfica del hecho y mostrártela a ti y me creyeras y pudieras mostrarla a alguien más y también te creyera y así.. Pero no, sólo hizo falta voltear, llevar mi mirada primero hacia el mar, el Golfo y de ahí lejos, lejos, lejos y ver que sí, que ahí estaban ya.. el Escuadrón 421 ya esta en Europa Ahora faltaban las palabras oficiales para que no dijeran que me adelanto a los hechos.. ¿Qué a dónde fuimos? A Tinajitas municipio de Actopan, Veracruz. Cerquita del sitio donde hace 500 y pico de años nos encontramos con el viejo mundo.. Ahí donde la minería quiere sacar de las entrañas de la tierra, sus cerros y lagunas la vida para convertirla en dinero y muerte y destrucción en forma de tecnología.. Cerquita también del centro de destrucción atómica (que me trae la electricidad para poder escribirte) Laguna Verde, a donde año tras año, desde hace 36, un compa (también con el rostro cubierto para que le veamos) camina una larga travesía carretera con una T minúscula sobre su espalda para que veamos también aquella otra cabeza del monstruo.. Cerquita de una laguna a la que la modernidad en forma de carreteras le cerró el flujo de agua y este año al fin la dejó seca.. A la zona cero dicen los compas que la habitan, quizá porque el cero es el inicio de todo.. ¿Y a qué fuimos? A lo de siempre, llevar nuestra escucha y palabra colectiva por la vida.. ¡Qué coincidencias! Gracias por el viaje compas.. Y sí, falta lo que falta Desde la parte alta de la cuenca de rio Actopan. Último día de la primavera del nuevo año cero. Julio Contreras Lavanda / RRyR Xalapa
El desembarco
Marijose / delegadoa zapatista Junio 2021
El desembarco León Gieco/ Luis Gurevich Están los que resisten y nunca se lamentan Los que dicen: "¿yo, para qué vivo?" Los que recuperan rápido sus fuerzas Los que lucran con lo que he perdido Hay quien sucumbe y se levanta Hay quien se queda allí siempre tendido Hay quien te ayuda a despegar y los que nunca Te reconocen cuando estás vencido ¿Cuántos hay que piensan que es tarde para todo ¿Y cuántos claman: "siempre adelante"? ¿Cuántos los que ven la piedra en el camino Y cuantos los que nunca miran nada? La alegría con la fuerza se alimenta Y no hay muros ni rejas que la frenen Hay quienes desembarcan ardiendo con un grito Sin barcos y sin armas por la vida
el Zemillero ¿Hay alguien que bendiga esta hermosa comunión De los que pensamos parecido? Somos los menos, nunca fuimos los primeros No matamos ni morimos por ganar Más bien estamos vivos por andar Esperando una piel nueva de este Sol No pretendemos ver el cambio Solo haber dejado algo Sobre el camino andado que pasó Ya es normal ver chicos sin zapatos Buscando comida en la basura Y es una postal la puerta de la Iglesia De esa madre con su criatura Mientras esto pase no habrá gloria Es arena que se escapa entre los dedos Es dolor, es mentiras, es hipocresía Es un tiempo frágil de estos días La ignorancia a veces puede con un pueblo Y ganan tiranos y verdugos Creemos que la historia se hizo en un minuto Y todo lo vivido, un mal sueño A veces somos nuestros enemigos Ensuciamos las rutas y los ríos Matamos en la guerra y en las calles hoy tenemos Viejos monumentos de asesinos ¿Hay alguien que bendiga esta hermosa comunión De los que pensamos parecido? Somos los menos, nunca fuimos los primeros No matamos ni morimos por ganar Más bien estamos vivos por andar Esperando una piel nueva de este sol No pretendemos ver el cambio Solo haber dejado algo Sobre el camino andado que pasó Hay quienes desembarcan ardiendo con un grito Sin barcos y sin armas por la vida
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Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión
Desde la Otra Europa
Posdata.- Está esa canción de León Gieco que se llama “El Desembarco”. La tenía desde hace años en la carpeta de “pendientes”, dudando de cuándo y en qué video ponerla. Al final, pensé que, cuando llegara su momento, lo sabría.
M
irando el momento en que Marijose pone su pie sobre el suelo gallego, pensé, no en la canción, sino en el invisible entramado que unían música y una bota bucanera, calzando un pie originario maya, posándose en suelo ibérico. Investigué y resulta sería quien primero desemque la canción fue hecha barcara? ¿Es el mismo que pública en 2011, en un tuvo el difunto SupMarcos disco homónimo. Eso cuando, años antes del hace 10 años… o más. alzamiento, escribió “Ma¿Cuándo llegó el hacer rinero en la montaña”? ¿El esa canción en su cora- mismo que desveló a Don zón de León Gieco, ese Durito de La Lacandona hermano involuntario –o cuando imaginó (o realizó, bajo protesta, como Juan nunca se sabrá) su periplo Villoro–, que tenemos en por suelos de Europa? ¿Lo el abrazo grande que es soñó la Comandanta RaLatinoamérica? ¿Meses mona, la primera en salir o años antes? del territorio zapatista y a ¿Soñó León en lo cuyo paso nació el Congreso Nacional Indígena? que dice la letra? ¿Es el mismo sueño ¿Es el mismo que soñó que tuvo Marijose cuando, el entonces Teniente Coen el abrazo ardiente de ronel Insurgente Moisés abril, se le dijo que elloa cuando –en 2010 y en las
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afueras de una champa en las montañas del sureste mexicano–, recibió el grado de Subcomandante? ¿El que tuvieron el Señor Ik, el SubPedro y 45 zapatistas más, instantes antes de caer peleando en enero de 1994? ¿El que, en colectivo, soñó el pueblo originario Sami –en el norte más norte de Europa– con la Declaración por la Vida? ¿Lo soñó hace más de 500 años Gonzalo Guerrero cuando hizo suyo el camino y el destino del pueblo maya? ¿Inquietó a Jacinto Canek? ¿Alivió en algo la partida del Comandante Ismael, la doctora Paulina Fernández C., Oscar Chávez, Jaime Montejo, Jean Robert, Paul Leduc, Vicente Rojo, Mario Molina, Ernesto Cardenal y tantos y tantos familiares – herman@s sin saberlo– que perdimos en los últimos meses? ¿El sueño que animó a la Europa de abajo que organizó ese terrible y maravilloso recibimiento en Vigo? ¿El que ahora recorre las calles, barrios, cam-
pos y costas de la Europa repitiendo “Lloverá julio en París”? ¿Es el sueño que anima las voces que, en los emblemáticos espejos de la playa de Vigo, atravesaron el Atlántico y anidan ahora en las comunidades zapatistas? Porque no de un navío desciende el Escuadrón 421, sino que de La Montaña desembarca “sin armas, por la vida”. ¿Es eso lo humano? ¿Lo que borda el largo y oculto hilo que une geografías distintas y distantes, que enlaza calendarios próximos y lejanos? No lo sé. Pero sí le recomendaría a quienes tienen por maldición el arte: plasmen ese su sueño. El que sea, pero que sea suyo. Porque nunca se sabe cuándo y dónde otra mirada, otro oído, otras manos, otro paso, otro corazón, en otro calendario y en otra geografía, habrá de bajarlo del extenso estante de las ilusiones, le abrirá las entrañas y lo plantará, como una semilla, en la doliente realidad Doy fe. El SupGaleano. Junio del 2021.
...a quienes tienen por maldición el arte: plasmen ese su sueño. El que sea, pero que sea suyo.
el Zemillero
La Travesía por la Vida:
¿A qué vamos?
U
na aclaración: Muchas veces, cuando nosotros usamos el “los zapatistas” no nos estamos refiriendo a los varones, sino a los pueblos zapatistas. Y cuando nosotras usamos “las zapatistas”, no describimos a las mujeres, sino a las comunidades zapatistas. Así que encontrará usted ese “salto” de género en nuestra palabra. Cuando nos referimos al género, siempre agregamos “otroa” para señalar la existencia y lucha de quienes no son ni hombres ni mujeres (y que nuestra ignorancia en el tema nos impide detallar –pero ya aprenderemos a nombrar todas las diferencias–).
Ahora bien, lo primero que tiene usted qué saber o entender es que los zapatistas, cuando vamos a hacer algo, nos preparamos primero para lo peor. Se parte de un final de fracaso, y, en sentido inverso, nos preparamos para enfrentarlo o, en el mejor de los casos, evitarlo.
Por ejemplo, imaginamos que nos atacan, las masacres de rigor, el genocidio vestido de civilización moderna, el exterminio total. Y nos preparamos para esas posibilidades. Bueno, para el Primero de Enero de 1994, no imaginamos la
derrota, la asumimos como una certeza. En fin, que tal vez eso le ayude a usted a entender el por qué de nuestro pasmo inicial, nuestros titubeos y una improvisación desconcertante cuando, después de mucho tiempo, trabajo y preparación para la ruina, nos encontramos con que… vivimos. A partir de ese escepticismo es que se desarrollan nuestras iniciativas. Algunas pequeñas, otras más grandes, delirantes todas, nuestras convocatorias siempre van dirigidas a “lo otro”, lo que está más allá de nuestro horizonte cotidiano, pero que reconocemos
como algo que es necesario en la lucha por la vida, es decir, en la lucha por la humanidad. En esta iniciativa o apuesta o delirio o sinrazón, por ejemplo, en su versión marítima nos preparamos para que el Kraken, una tormenta o una ballena blanca extraviada hicieran naufragar la embarcación, por eso fabricamos cayucos –y viajaron con el Escuadrón 421 en La Montaña hasta llegar a Vigo, Galicia, Estado Español, Europa–. También nos preparamos para no ser bienvenidos, por eso buscamos antes el consenso para la invasión, es decir, la visita… Bueno, de eso de ser “bienvenidos” no estamos muy seguros todavía. Para más de uno, una, unoa, nuestra presencia es perturbadora, por decir lo menos, cuando no francamente irruptora. Y lo entendemos, puede ser que a alguien, después de un año o más de estar en confinamiento, le resulte al menos inoportuno que un grupo de indígenas de raíz maya, tan poca cosa como productores y consumidores de mercancías (electorales y no), pretenda platicar en persona. ¡En persona! (¿recuerda usted que antes eso era parte de su
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... los zapatistas, cuando vamos a hacer algo, nos preparamos primero para lo peor” 37
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cotidianeidad?). Y, además, que tenga como misión principal el escucharle a usted, llenarlo de preguntas, compartir pesadillas y, claro, sueños. Nos preparamos para que los malos gobiernos, de uno y otro lado, nos impidan u obstaculicen la salida y la llegada, por eso algún@s zapatistas ya estábamos en Europa… Ups, no debí escribir eso, bórrenlo. Ya sabemos que el gobierno mexicano no pondrá obstáculos. Falta ver qué dicen y hacen los demás gobiernos europeos –porque Portugal y el Estado Español no se opusieron–. Nos preparamos para que fracase la misión, es decir, que se convierta en un evento mediático y, por lo mismo, fugaz e intrascendente. Por eso primordialmente aceptamos las invitaciones de quienes quieren escuchar y hablar, o sea platicar. Porque nuestro objetivo principal no son los actos masivos –aunque no los excluimos–, sino el intercambio de historias, conocimientos, sentimientos, valoraciones, retos, fracasos y éxitos. Nos prepararemos para que falle el avión, por eso fabricamos paracaídas con bordados de muchos colores para que, en lugar de un “Día D” en Normandía (oh, oh, ¿quiere decir eso que el desembarco aéreo sería en Francia?… ¿eh?… ¡¿en París?!), sea un “Día Z” para la Europa de abajo, y parecerá entonces que del cielo, llueven flores como si Ixchel, diosa madre, diosa
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arcoíris, nos acompañara y, de su mano y con su vuelo, abrir un segundo frente para la invasión. Y más seguro porque ahora, gracias a la Galicia de abajo, el escuadrón 421 ha logrado afianzar una cabeza de playa en las tierras de Breogán. En suma, siempre nos preparamos para fracasar… y para morir. Por eso la vida, para el zapatismo, es una sorpresa que hay que celebrar todos los días, a todas horas. Y qué más que mejor si es con bailes, música, artes.
Durante todos estos años hemos aprendido muchas cosas. Acaso la más importante es darnos cuenta de lo pequeños que somos. Y no me refiero a estatura y peso, sino al tamaño de nuestro empeño. Los contactos con personas, grupos, colectivos, movimientos y organizaciones de diferentes partes del planeta, nos han mostrado un mundo diverso, múltiple y complejo. Con esto se ha reforzado nuestra convicción de que toda propuesta de hegemonía y homogeneidad no sólo es imposible, es, sobre todo, criminal. Porque los intentos –no pocas veces ocultos detrás de nacionalismos de cartón piedra en los escaparates del mall de la política electoral–, de imposición de modos y miradas, son criminales porque pretenden el exterminio de diferencias de todo tipo. Lo otro es el enemigo: la diferencia de género, ra-
cial, de identidad sexual o asexual, de lengua, de color de piel, de cultura, de credo o descredo, de concepción del mundo, de físico, de estereotipo de belleza, de historia. Contando con todos los mundos que en el mundo son, prácticamente hay tantos enemigos, actuales o potenciales, como seres humanos. Y podríamos decir que casi cualquier afirmación de identidad es una declaración de guerra para lo diferente. He dicho “casi”, y a ese “casi” nos aferramos como zapatistas que somos.
Según nuestros modos, nuestros calendarios y en nuestra geografía, hemos llegado a la conclusión de que siempre es posible que la pesadilla empeore. La pandemia del llamado “Coronavirus” no es el apocalipsis. Es sólo su preludio. Si los medios de comunicación y las redes sociales nos querían tranquilizar, antes, “informando” sobre la extinción de un glaciar, de un terremoto, de un tsunami, de una guerra en una parte lejana del planeta, del asesinato de otro indígena por paramilitares, de una nueva agresión a Palestina o al pueblo mapuche, de la
brutalidad gubernamental en Colombia y Nicaragua, de imágenes de campos de migrantes que son de otro lugar, otro continente, otro mundo, y así nos convencen de que eso “pasa en otro lado”; en tan sólo unas semanas, la pandemia demostró que el mundo puede ser apenas una pequeña parroquia egoísta, necia y vulnerable. Los distintos gobiernos nacionales son las pandillas que pretenden controlar, con violencia “legal”, una calle o un barrio, pero el “capo” que controla todo es el capital. En fin, que se vienen cosas peores. Pero eso usted ya lo sabía, ¿no? Y si no, pues ya va siendo hora de que se entere. Porque, además de tratar de convencerle de que las penas y las desgracias siempre serán ajenas (hasta que dejan de serlo y se sientan con usted a la mesa, le perturban el sueño y le dejan sin lágrimas), le dicen que la mejor forma de enfrentar esas amenazas es individualmente. Que el mal se evita alejándose de él, construyendo su mundo estanco, y haciéndolo cada vez más estrecho hasta que sólo cabe el “yo, mi, me, conmigo”. Y para eso, pues le ofrecen “enemigos” a modo, siemA la p. 39
“Según nuestros modos, nuestros calendarios y en nuestra geografía, hemos llegado a la conclusión de que siempre es posible que la pesadilla empeore.
el Zemillero De la p. 38. ¿A qué vamos? pre con un flanco débil y al que es posible derrotar adquiriendo, oiga usted, este artículo que, mire qué casualidad, por esta única ocasión, tenemos en oferta y podrá usted adquirirlo y recibirlo en la puerta de su bunker en cuestión de horas, días… o semanas, porque la máquina ha descubierto, oh sorpresa, que la paga depende también de la circulación de las mercancías, y que, si ese proceso se detiene o aletarga, la bestia sufre… así que también es negocio su distribución y reparto. Pero, como zapatistas que somos, hemos estudiado y analizado. Y queremos confrontar las conclusiones a las que hemos llegado, con científicos, artistas, filósofos y analistas críticos de todo el mundo. Pero no sólo, también y especialmente con quienes, en la cotidianidad de sus luchas, han padecido y advertido las desgracias por venir. Porque, en lo que a lo social se refiere, tenemos en alta estima el análisis y la valoración de quien se juega el pellejo en el combate contra la máquina, y somos escépticos de la de quien, desde la óptica externa, opina, valora, aconseja, juzga y condena o absuelve. Pero, ojo, consideramos que esa mirada crítica “outsider” es necesaria y vital, porque permite ver cosas que no se miran en el fragor de la lucha y, atención, aporta conocimientos sobre la genealogía de la bestia, sus transformaciones y su funcionamiento.
En fin, que queremos hablar y, sobre todo, escuchar a quien se ponga a modo. Y no nos importa su color, tamaño, raza, sexo, religión, militancia política o traspié ideológico, si es que coincide en el retrato hablado de la máquina asesina. Porque si, cuando hablamos del criminal, alguien lo identifica con el destino fatídico, la mala suerte, “el orden natural de las cosas”, el enfado divino, la desidia o el desenfado, pues ahí no tenemos ningún interés en escuchar ni en hablar. Para conocer esas explicaciones basta con ver telenovelas y acudir a las redes sociales en busca de confirmación. Es decir, creemos haber establecido quién es el criminal, su modus operandi y el crimen en sí. Estas 3 características se sintetizan en un sistema, es decir, en una forma de relacionarse con la humanidad y con la naturaleza: el capitalismo.
Sabemos que es un crimen en curso y que su consecución será desastrosa para el mundo entero. Pero no es ésa la conclusión que nos interesa corroborar, no.
Porque resulta que, también estudiando y analizando, hemos descubierto algo que puede ser o no importante. Depende. Dando por sentado que este planeta será aniquilado, al menos como hasta ahora lo percibimos, hemos estado investigando sobre las posibles opciones. Es decir, el barco se hunde y allá arriba dicen que no pasa nada, que es pasajero. Sí, como cuando el buque-tanque Prestige naufragó frente a costas europeas (2002) –Galicia fue testigo y víctima primera–, y las autoridades empresariales y gubernamentales decían que apenas unos chorritos de combustible
se habían derramado. El desastre no lo pagaron ni el Mandón, ni sus capataces y mayorales. Lo pagaron, y lo siguen pagando, los poblados que viven de la pesca en esas costas. Ellos y sus descendientes. Y por “Barco” nos referimos al planeta homogeneizado y hegemonizado por un sistema: el capitalismo. Claro, podrán decir que “ése no es nuestro barco”, pero el hundimiento en curso no es sólo de un sistema, sino del mundo entero, completo, total, hasta el rincón más apartado y aislado, y no sólo el de sus centros de Poder.
Entendemos que alguien piense, y actúe en consecuencia, que es posible todavía remendar, parchar, pintar un poco aquí y allá, remozar la embarcación. Mantenerla a flote como
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sea, incluso vendiendo la fantasía de que son posibles megaproyectos que no sólo no aniquilen poblados enteros, también que no afecten a la naturaleza. Que existan personas que piensen que basta con estar muy decididos y echarle ganas al maquillaje (al menos hasta que pasen los procesos electorales). Y que crean que la mejor respuesta a los reclamos de “Nunca mais” –que se repiten en todos los rincones del planeta–, sean promesas y dinero, programas políticos y dinero, buenas intenciones y dinero, banderas y dinero, fanatismos y dinero. Que sean fieles creyentes de que los problemas del mundo se reducen a la falta de dinero. Y el dinero necesita carreteras, grandes proyectos civilizatorios, hoteles, centros comerciales, fábricas, bancos, mano de obra, consumidores,… policías y ejércitos. Las así llamadas “comunidades rurales” son clasificadas como “carentes de desarrollo” o “atrasadas” porque la circulación de dinero, es decir de mercancías, es inexistente o muy reducida. No importa que, por ejemplo, su tasa de feminicidios y de violencia de género sea menor comparada con la de las urbes. Los logros gubernamentales se miden por la cantidad de zonas destruidas y repobladas por productores y consumidores de mercancías, gracias a la reconstrucción de ese territorio. Donde antes había una milpa, 40
un manantial, un bosque, ahora hay hoteles, centros comerciales, fábricas, termoeléctricas,… violencia de género, persecución de la diferencia, narcotráfico, infanticidios, tráfico de personas, explotación, racismo, discriminación. En suma: c-i-v-i-l-i-z-a-c-i-ó-n. Su idea es que la población campesina se convierta en empleada de esa “urbanización”. Seguirán viviendo, trabajando y consumiendo en su localidad, pero el dueño de todo su entorno es un conglomerado industrial-comercial-financiero-militar cuya sede está en el ciberespacio y para quien ese territorio conquistado es sólo un punto en el mapa, un porcentaje de ganancias, una mercancía. Y el resultado real será que la población originaria tendrá que migrar, porque el capital llegará con sus propios empleados “calificados”. A la población originaria le tocará regar jardines y limpiar estacionamientos, locales y albercas donde antes había campos de cultivo, bosques, costas, lagunas, ríos y manantiales. Lo que se oculta es que, detrás de las expansiones (“guerras de conquista”) de los Estados –sean internas (“incorporando a más población a la modernidad”), o sean externas con distintas coartadas (como la del gobierno de Israel en su guerra contra Palestina)–, hay una lógica común: la conquista de un territorio por la mercancía, es decir por el dinero, es decir por el capital. Pero entendemos que esa gente, para poder llegar
a ser el cajero que administre los pagos y cobros que le dan vida a la máquina, forme partidos políticos electorales, frentes –amplios o estrechos– para disputar el acceso al gobierno, alianzas y rupturas “estratégicas”, y todos los matices en los que se empeñan esfuerzos y vidas que, detrás de pequeños éxitos, esconden grandes fracasos. Una pequeña ley por ahí, una interlocución oficial aquí, una nota periodística allá, un tuit más acá, un like acullá, y sin embargo, por poner un ejemplo de un crimen mundial en curso, los feminicidios van en aumento. En el entretanto sube la izquierda y baja, sube la derecha y baja, sube el centro y baja. Como cantaba la inolvidable malagueña Marisol, “la vida es una tómbola”: todos (arriba) ganan, todas (abajo) pierden. Pero la “civilización” es sólo una coartada endeble para una destrucción brutal. El veneno sigue brotando (ya no del Prestige –o
no sólo de ese navío–), y el sistema entero parece estar dispuesto a intoxicar hasta el último rincón del planeta, porque son más rentables la destrucción y la muerte que detener la máquina. Estamos seguros que usted podrá agregar más y más ejemplos. Botones de muestra de una pesadilla irracional y, sin embargo, actuante.
Entonces, desde hace varias décadas nos hemos concentrado en buscar alternativas. La construcción de balsas, cayucos, lanchas, y aún de embarcaciones más grandes (la 6ta como improbable arca), tienen un horizonte bien definido. En algún lugar habrá que desembarcar. Leímos y leemos. Estudiamos y lo seguimos haciendo. Analizamos antes y ahora. Abrimos el corazón
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y la mirada, no a ideologías actuales o pasadas de moda, sino a las ciencias, a las artes y a nuestras historias como pueblos originarios. Y con esos conocimientos y herramientas, nos hemos encontrado con que hay, en este sistema solar, un planeta que podría ser habitable: el tercero del sistema solar y que, hasta ahora, aparece en los libros escolares y científicos con el nombre de “La Tierra”. Para más referencia, está entre Venus y Marte. Es decir, según ciertas culturas, está entre el amor y la guerra. El problema es que ese planeta es ya un montón de escombros, pesadillas reales, y horrores tangibles. Es poco lo que queda en pie. Incluso la tramoya que oculta la catástrofe se agrieta. Entonces, pues, ¿cómo les diré?, el asunto no es conquistar ese mundo y disfrutar de lo placeres de quien vence. Es más complicado y requiere, ése sí, un esfuerzo mundial: hay que hacerlo de nuevo.
Ahora bien, según las grandes pro ducciones fílmicas de Hollywood, la salida frente a la catástrofe mundial (siempre algo externo –alienígenas, meteoros, pandemias inexpli-
cables, zombis parecidos a candidatos a algún puesto público–), es producto de una unión de todos los gobiernos del mundo (encabezados por los gringos)… o, peor, del gobierno estadunidense sintetizado en un individuo, o individua (porque la máquina ya aprendió que la farsa debe ser incluyente), que puede tener las características raciales y de género políticamente correctas, pero lleva en su pecho la marca de la Hidra. Pero, lejos de esas ficciones, la realidad nos muestra que todo es negocio: el sistema produce la destrucción y te vende los boletos para que huyas de ella… al espacio. Y de seguro, en las oficinas de las grandes corporaciones, hay brillantes proyectos de colonización interestelar… con la propiedad privada de los medios de producción incluida. Es decir, el sistema se traslada, íntegro, a otro planeta. El “all included” se refiere a quienes trabajan, a quienes viven sobre de quienes trabajan y a su relación de explotación.
Pero a veces no sólo miran al espacio. El capitalismo “verde” pugna por zonas “protegidas” en el planeta.
“[El asnto] Es más complicado y requiere, ése sí, un esfuerzo mundial: hay que hacerlo de nuevo.”
Burbujas ecológicas donde pueda resguardarse la bestia mientras el planeta se cura de los mordiscos (lo cual tomaría apenas unos cuantos millones de años). Cuando la máquina habla de “un nuevo mundo” o “de humanizar el planeta”, está pensando en territorios a conquistar, despoblar y destruir, para luego repoblar y reconstruir con la misma lógica que ahora tiene al mundo entero frente al abismo, siempre dispuesto a dar el paso adelante que el progreso demanda. Usted podrá pensar que no es posible que alguien sea tan imbécil como para destruir la casa donde vive. “La rana no bebe toda el agua del charco que habita”, dicen que dice un proverbio del pueblo originario Sioux. Pero si usted pretende aplicar una lógica racional al funcionamiento de la máquina, no entenderá (bueno, tampoco la máquina). De nada sirven valoraciones morales y éticas. La lógica de la bestia es la ganancia. Claro, ahora usted podrá preguntarse cómo es posible que una máquina irracional, inmoral y estúpida rija los destinos de todo un planeta. Ah, (suspiro), eso está en su genealogía, en su esencia misma.
Pero, dejando de lado el imposible ejercicio de dotar de racionalidad a lo irracional, llegará usted a la conclusión de que es preciso destruir ese engendro que no, no es diabólico. Desgraciadamente es humano. Y, claro, usted estudia, lee, confronta, analiza, y descubre que hay grandes propuestas para salir adelante. Desde las que proponen afeites y maquillajes, hasta las que recomiendan clases de moral y lógica para la bestia, pasando por nuevos o viejos sistemas. Sí, le entendemos, la vida es una mierda y siempre es posible refugiarse en ese cinismo tan sobrevalorado en las redes sociales. El finado SupMarcos decía: “lo malo no es que la vida sea una mierda, sino que te obligan a comerla y todavía esperan que lo agradezcas”. Pero supongamos que no, que usted sabe que, en efecto, la vida apesta, pero su reacción no es la de replegarse en sí mismo (o en su “mundo”, eso depende del número de sus “seguidores” en las redes sociales habidas y por haber). Y entonces usted decide abrazar, con fe, esperanza y caridad, alguna de las opciones que se le presentan. A la p. 42 41
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Y elige la mejor, la más grande, la de más éxito, la más famosa, la que va ganando… o la que le queda cerca. Grandes proyectos de nuevos y viejos sistemas políticos. Retrasos imposibles del reloj de la historia. Nacionalismos patrioteros. Futuros compartidos a fuerza de que tal opción tome el Poder y se mantenga en él hasta que todo se solucione. ¿Su grifo gotea?, vote por tal. ¿Mucho ruido en el vecindario?, vote por cual. ¿Subió el costo de transporte, alimentos, medicinas, energía, escuelas, ropa, diversión, cultura?, ¿Le teme a la migración?, ¿Le incomodan las personas de piel oscura, las creencias distintas, las lenguas incomprensibles, las diferentes estaturas y complexiones?, vote por… Incluso los hay quienes no difieren del objetivo, sino del método. Y luego repiten arriba lo que criticaron abajo. Con malabares asquerosos y argumentando estrategias geopolíticas, se apoya a quien se reitera en el crimen y la estupidez. Se demanda que los pueblos aguanten opresiones en beneficio de la “correlación de fuerzas internacional y el ascenso de la izquierda en la zona”. Pero Nicaragua no es Ortega-Murillo y no tardará la bestia en entenderlo. En todas esas grandes ofertas de solución en el supermercado mortal del sistema, muchas veces no se dice que se tratan de la imposición brutal de una hegemonía, y un decreto de persecución y muerte a 42
lo que no es homogéneo al ganador. Los gobiernos gobiernan para sus seguidores, nunca para quienes no lo son. Las estrellas de las redes sociales alimentan a sus huestes, aún a costa de sacrificar la inteligencia y la vergüenza. Y la “corrección política” traga sapos, que habrán luego de devorar a quien aconseja resignación “para no beneficiar al enemigo principal”.
¿Es el zapatismo una gran respuesta, una más, a los problemas del mundo? No. El zapatismo es un montón de preguntas. Y la más pequeña puede ser la más inquietante: ¿Y tú qué? Frente a la catástrofe capitalista, ¿el zapatismo propone un viejo-nuevo sistema social idílico, y con él repetir las imposiciones de hegemonías y homogeneidades ahora “buenas”? No. Nuestro pensamiento es pequeño como nosotros: son los esfuerzos de cada quien, en su geografía, según su calendario y modo, que permitirán, tal vez, liquidar al criminal, y, simultáneamente, rehacer todo. Y todo es todo. Cada quien, según su calendario, su geografía, su modo, habrá de construir su camino. Y, al igual que nosotros, los pueblos zapatistas, irá tropezando y levantándose, y lo que construya tendrá el nombre que le dé la gana tener. Y sólo será diferente y mejor que lo que hemos padecido antes, y lo que padecemos actualmente, si reconoce lo
“...Cada quien, según su calendario, su geografía, su modo, habrá de construir su camino. Y, al igual que nosotros, los pueblos zapatistas, irá tropezando y levantándose, y lo que construya tendrá el nombre que le dé la gana tener.” otro y lo respeta, si renuncia a imponer su pensamiento sobre lo diferente, y si al fin se da cuenta de que muchos son los mundos y que su riqueza nace y brilla en su diferencia. ¿Es posible? No lo sabemos. Pero sí sabemos que, para averiguarlo, hay que luchar por la Vida.
Entonces, ¿a qué vamos en esta Travesía por la Vida si no aspiramos a dictar caminos, rutas, destinos? ¿A qué, si no buscamos adherentes, votos, likes? ¿A qué, si no vamos a juzgar y a condenar o absolver? ¿A qué, si no llamamos al fanatismo por un nuevo-viejo credo? ¿A qué, si no buscamos pasar a la Historia y ocupar un nicho en el panteón enmohecido del espectro político?
Bueno, para serles sinceros como zapatistas que somos: no sólo [no] vamos [a] confrontar nuestros análisis y conclusiones con lo otro que lucha y piensa críticamente. Vamos a agradecer a lo otro su existencia. A agradecer las enseñanzas que su rebeldía y su resistencia nos han regalado. A entregar la flor prometida. A abrazar lo otro y decirle al oído que no está sola, soloa, solo. A susurrarle que valen la pena la resistencia, la lucha, el dolor por quienes ya no están, la rabia de que esté impune el criminal, el sueño de un mundo no perfecto, pero sí mejor: un mundo sin miedo. Y también, y sobre todo, vamos a buscar complicidades… por la vida SupGaleano. Junio del 2021, Planeta Tierra.1
“El zapatismo es un montón de preguntas. Y la más pequeña puede ser la más inquietante: ¿Y tú qué?
Volantem est alio modo gradiendi (¿Qué esperamos?)
Cualquier día, cualquier mes de cualquier año. equías. Inundaciones. Sismos. Erupciones. Contaminación. Pandemias actuales y futuras. Asesinatos de líderes de pueblos originarios, de defensores de los derechos humanos, de guardianes de la Tierra. Violencia de género escalada hasta el genocidio contra las mujeres –el suicidio imbécil de la humanidad–. Racismo no pocas veces mal oculto detrás de la limosna. Criminalización y persecución de la diferencia. La condenación irremediable de la desaparición forzada. Represión como respuesta a demandas legítimas. Explotación de los más por los menos. Grandes proyectos de destrucción de territorios. Poblados desolados. Desplazados por millones, ocultos bajo la figura de “migración”. Especies en peligro de extinción o ya sólo un nombre en la carpeta de “animales prehistóricos”. Gigantescas ganancias de los más ricos de los ricos del planeta. Miseria extrema de los más pobres
S
el Zemillero de los necesitados del mundo. La tiranía del dinero. La realidad virtual como salida falsa frente a la realidad real. Estados Nacionales agonizantes. Cada individuo un extraño enemigo. La mentira como programa de gobierno. Lo frívolo y superficial como ideales a alcanzar. El cinismo como nueva religión. La muerte como cotidianeidad. La guerra. Siempre la guerra. La tormenta arrasando con todo, susurrando, aconsejando, gritando: ¡Ríndete! ¡Ríndete! ¡RÍNDETE! Y sin embargo… Allá, cerca y lejos de nuestros suelos y cielos, hay alguien. Una mujer, un hombre, unoa otroa, un grupo, un colectivo, una organización, un movimiento, un pueblo originario, un barrio, una calle, un poblado, una casa, una habitación. En el rincón más pequeño, más olvidado, más lejano, hay alguien que dice “NO”. Que lo dice quedo, que apenas se oye, que lo grita, que lo vive y lo muere. Y se rebela y resiste. Alguien. Hay que buscarle. Hay que encontrarle. Hay que escucharle. Hay que aprenderle. Aunque tengamos que volar para abrazarle. Porque, después de todo, volar es sólo otra forma de caminar. Y, bueno, caminar es nuestro modo de luchar, de vivir. Así que, en la Travesía por la Vida, ¿qué esperamos? Esperamos mirarle su corazón de usted. Esperamos que no sea demasiado tarde. Esperamos… todo Doy Fe.
SupGaleano. Planeta Tierra… o lo que queda de él. 43
Abajo y a la Izquierda: Contra la Explotación, el Despojo, el Desprecio y la Represión en nuestro país.
De la p. 46. Los extemporáneos.. dose desde octubre del 2020 y llevamos casi un mes en cuarentena. Está compuesta de: – Varios grupos de “Escucha y Palabra”. Zapatistas indígenas cuya existencia y memoria cubre la historia de nuestra lucha desde los años previos al alzamiento hasta el inicio de la Travesía por la Vida. – Un equipo femenil de fútbol. Lo conforman 36 milicianas (que también son “Escucha y Palabra”) que han tomado el nombre y ejemplo de la finada Comandanta Ramona, la primera zapatista en salir de Chiapas, y se identifican como “Ixchel Ramona” y así saldrán a los campos deportivos de Europa. – El autodenominado “Comando Palomitas”. Son 6 niñas y niños que son del grupo “Juego y Travesura”. Como tod@s nosotr@s, se han estado preparando. 44
– El grupo coordinador de la invasión. Son quienes se encargarán de organizar y, en su caso, reforzar los grupos de “Escucha y Palabra” que se distribuirán en las 5 zonas en las que hemos dividido el continente Europeo. Además atenderán a los medios de comunicación libres y de paga, participarán en mesas redondas, conferencias y actos públicos; y evaluarán el desarrollo de la invasión. Con el Escuadrón 421 completaremos la primera oleada zapatista e iniciaremos las visitas a quienes nos invitaron y, con atención y respeto, les escucharemos. Si así lo piden, les platicaremos de nuestra pequeña historia de resistencia y rebeldía. 3.- Con nosotr@s viajará una delegación del Congreso Nacional Indígena-CIG, fuerte en 10 indígenas de las lenguas: Maya originaria, Popoluca, Binizá, Purhépecha,
Raramuri, Otomí, Naayeri/Wixarika y Nahua; así como 3 herman@s del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Tlaxcala, Puebla y Morelos. En total 13. 4.- En razón de que a mí me toca lo de la Travesía por la Vida-Capítulo Europa, he encomendado al Subcomandante Insurgente Galeano que tome el mando en México y que inicie, a la brevedad posible, contactos con el Congreso Nacional Indígena-CIG, con la Sexta Nacional, con las Redes en Resistencia y Rebeldía, con Organizaciones No Gubernamentales de defensa de los Derechos Humanos, con colectivos de Víctimas de la violencia, familiares de desaparecid@s y afines, así como con artistas, científicos e intelectuales, con el objetivo de hacerles saber de una nueva iniciativa nacional e invitarles a organizarse para ella. Y así abrir un frente de lucha por la Vida
5.- En unos días más, que les comunicaremos en su oportunidad, iniciaremos nuestro viaje. Ahora estamos tratando de vacunarnos tod@s para no llevarles problemas de salud, y esperando a que baje un poco la llamada “tercera ola” de contagios en México. Después iremos al caracol Jacinto Canek, en San Cristóbal de Las Casas, y ahí nos concentraremos. De ahí nos trasladaremos a la Ciudad de México donde iremos l@s 177 delegad@s a las oficinas de la SRE a que nos diga, de frente y en público, que no tenemos derechos por ser “extemporáneos”, y que su “aspiracionismo” le obliga a delegar su responsabilidad en burócratas racistas e ignorantes. Después, tal vez, París, Francia. Las fechas precisas les diremos después, porque parece que, para el gobierno francés, también somos inoportunos; además, claro, de la nueva ola mundial de COVID 19. Ni modos, debe ser la globalización. 6.- Estamos un poco nerviosos pero contentos –porque no es la primera vez que haremos algo sin saber qué nos espera–. Agradecemos desde ya a la Europa de Abajo, a la Sexta Nacional, las Redes en Resistencia y Rebeldía, las A la p. 45
el Zemillero De la p. 45.
Los extemporáneos..
ONG´s solidarias de este y el otro lado del océano, y al colectivo “Llegó la Hora de los Pueblos” el apoyo económico y en especie que permitirá realizar el viaje aéreo. El costo del viaje marítimo y el de los pasaportes (entre 10 mil y 15 mil pesos cada uno, por los viajes continuos ida y vuelta a nuestros pueblos para cumplir los ridículos requisitos del Estado Mexicano por ser “extemporáneos”), fue cubierto íntegramente por el EZLN y nos dejó sin fondo de reserva. Pero no representó, para ningun@ de l@s delegad@s, gasto personal alguno. 7.- De la iniciativa nacional –de la que queda encargado el SupGaleano–, sólo les adelanto que arrancará con nuestro llamado a participar en la así llamada “Consulta Popular” del 1 de agosto, y a responder “Sí” a la pregunta sobre si se debe o no hacer algo para cumplir con el derecho a la verdad y la justicia de quienes han sido víctimas por acciones y omisiones del Estado Mexicano (que eso, y no otra cosa, es lo que señala la pregunta que elaboró la
Suprema Corte de Justicia de la Nación del país que se llama México). Quienes allá arriba, en los partidos de “oposición”, se resisten a la consulta, no sólo temen lo que de ella se siga; también les aterra que las víctimas recuperen sus demandas del uso ruin y perverso que la ultraderecha hace de su dolor. Porque el dolor no debe ser negocio electoral, y menos para fines tan mierdas como que regresen al gobierno quienes son algunos de los principales responsables de la violencia y que antes sólo se dedicaron a acumular paga y cinismo. Por eso el INE, que también nos considera a los indígenas como “extemporáneos” y nos niega la credencial, está haciendo lo posible para que la consulta fracase, porque sabe que también le toca su parte del delito por su política exclusiva para la piel clara y urbana. Hay que entrarle, no viendo hacia arriba, sino mirando a las vícti-
mas. Hay que convertir la consulta en una consulta “extemporánea”. Esto con el fin de que así arranque, independiente de los de arriba, una movilización por una Comisión por la Verdad y la Justicia para las Víctimas, o como quiera que se llame. Porque no puede haber vida sin verdad y justicia.
Es todo por ahora Desde la Montañas del Sureste Mexicano. Por los zapatistas extemporáneos. Subcomandante Insurgente Moisés. Todavía en México, Julio del 2021.
E
l Zemillero es una publicación de la Interregional de Redes, Organizaciones y Colectivos de Resistencia y Rebeldía, o como se llamen, que construyen autonomías en sus respectivas geografías; adheridos a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona; un Nosotros que, en su quehacer cotidiano, se sujeta a los Siete Principios del Buen Gobierno de las Comunidades Autónomas Zapatistas. Se edita bajo la responsabilidad de todos y cada uno de los colectivos que abajo y a la izquierda y, de acuerdo a sus tiempos y sus formas, se suman a la lucha por destruir al Sistema capitalista. Los artículos se publican tal y como lo envían colectivos y comunidades quienes son los responsables de su contenido. No hay “comité editorial”; se presentan tal cual llegan; que sean lxs lectorexs quienes formen su opinión a partir de la información. No hay tampoco artículos “editoriales”; en los casos de que es necesario complementar la información, esta t a re a s e e n c o m i e n d a a l o s Ta l l e re s d e Pe r i o d i s m o Comunitario para que presenten el contexto del texto. Nos encontrarás en todas las geografías en las que se lucha por construir autonomía, La reproducción del contenido es libre. FB: Zemillero zapatista https://www.facebook.com/zemillero. zapatista y el Zemillero https://www.facebook.com/ groups/2817346438376858/
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La Extemporánea y una Iniciativa Nacional
A l@s adherentes a La Declaración por la Vida: A la Europa de Abajo y a la Izquierda: A la Sexta Nacional e Internacional: Al Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno: A las Redes en Resistencia y Rebeldía: Al Colectivo “Llegó la Hora de los Pueblos”: Compañeras, compañeroas, compañeros: Hermanas, hermanoas, y hermanos:
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es saludo a nombre de los niños, mujeres, otroas, ancianos y hombres de las comunidades zapatistas, y les comunico lo siguiente: Primero.- Ya tenemos lista una compañía zapatista aerotransportada fuerte en 177 zapatistas. Está integrada en su totalidad por originarios de raíz maya, 46
de las lenguas cho´ol, tzotzil, tzeltal, tojolabal y castilla. Somos nacidos en la geografía que llaman México. Nuestros ancestros nacieron y murieron en estas tierras. Como el Estado Mexicano no reconoce nuestra identidad y origen, y nos dice que somos “extemporáneos” (así dice la Secretaría de Relaciones Exteriores, que somos mexicanos “extemporáneos”), hemos decidido bautizar a esta unidad de Escucha y Palabra como “La Extemporánea”. Según vimos en los diccionarios, “extemporáneo” quiere decir “que es inoportuno, inconveniente”, o “que es impropio del tiempo en que sucede”. O sea que somos inoportunos, inconvenientes e impropios. Nunca antes nos habían definido tan adecuadamente. Estamos felices de que al fin el Estado Mexicano reconozca que así es como considera a los pueblos originarios
de esta geografía llamada México. Creo que así es como lamenta el que no nos haya aniquilado… todavía; y que nuestra existencia contradiga el discurso oficial sobre la “conquista”. Ahora se entiende que la demanda del gobierno de México al de España, exigiéndole que pida perdón, es por no habernos exterminado. De l@s 177 delegad@s, 62 de nosotr@s no tenemos aún el pasaporte. La Secretaría de Relaciones Exteriores está trincada en la “inconveniencia” que representamos. A pesar de que hemos demostrado identidad y origen, sigue exigiendo más y más papeles. Sólo falta que pida que los gobiernos de Centroamérica digan que no somos ciudadanos de esos países. 2.- La compañía aerotransportada “La Extemporánea”, conmigo al frente, ha estado preparánA la p. 44