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Luis Sánchez
PANEL 3 PLANEACIÓN DE PROYECTOS SOSTENIBLES
LUIS E. MONTAÑEZ CARTAXO Ingeniero civil, maestro en Ingeniería, diplomado en Tecnología y administración ambiental y en Dirección de empresas. Presidente del Consejo Mexicano para la Evaluación de Impactos y coordinador del Comité de Medio Ambiente y Sustentabilidad del CICM.
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Señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su Nota Técnica No. IDB-TN-01653 que “la infraestructura sostenible es reconocida ahora como una base esencial para lograr un crecimiento inclusivo y sostenible, cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y alcanzar las metas del Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático”.
Por otro lado, en la Ley de Planeación mexicana se establece que es responsabilidad del Ejecutivo federal conducir la planeación nacional del desarrollo, el cual debe ser equitativo, incluyente, integral y sostenible.
Por consiguiente, la planeación de infraestructura sostenible es un requisito sine qua non para lograr el desarrollo deseado del país. Pero ¿qué características definen a la infraestructura sostenible? Ésta requiere sostenibilidad en cuatro dimensiones, según el BID: i) económica y financiera, ii) ambiental y resiliencia climática, iii) social y iv) institucional. Esto implica que cada obra de infraestructura cuente con una serie de atributos, entre los cuales podemos señalar, a manera de ejemplo, algunos: los proyectos deben asegurar la rentabilidad económica y social a lo largo del ciclo de vida del proyecto; deben también cuidar la preservación de la conectividad ecológica y los servicios ambientales y preservar los derechos de los grupos afectados; además deben estar soportados en una evaluación integral de los impactos ambientales y sociales previsibles antes del inicio de obra y asegurarse de la vigilancia de tales impactos a lo largo de la vida útil de la estructura.
Para abordar estos temas desde diversas perspectivas, invitamos a cuatro distinguidos evaluadores y analistas de la sostenibilidad de proyectos (dos mexicanos y dos extranjeros) a exponer sus valiosas experiencias e ideas, las cuales se plasman en las siguientes páginas.
Evaluación ambiental estratégica
LUIS SÁNCHEZ Titulado en Geografía y en Ingeniería de minas en la Universidad de São Paulo, Brasil, donde es catedrático desde hace 30 años. Ingeniero experto en minas y doctor en Economía de recursos naturales y desarrollo. Es autor del libro Evaluación del impacto ambiental, conceptos y métodos y ex presidente y miembro de la International Association for Impact Society.
Me referiré a la manera en que, utilizando la herramienta de la evaluación ambiental estratégica, podemos hacer contribuciones a la sustentabilidad.
La evaluación ambiental estratégica se puede incluir en una familia de herramientas de evaluación de impacto, pero cuando se habla de proyectos de infraestructura se está en muchos casos en la necesidad u obligación de aplicar las evaluaciones de impacto de proyectos, muy conocidas en todo el mundo y casi siempre necesarias en términos de aplicación y cumplimiento de requisitos de las legislaciones para la obtención de autorización de licencias de parte de organismos de gobierno; como sabemos, las evaluaciones de impactos
de los proyectos son cada vez más importantes y más utilizadas por instituciones financieras y por inversores individuales.
Suele decirse que la evaluación de impacto es una herramienta que ayuda como soporte a las decisiones sobre proyectos, pero pueden también ser decisiones de planeación, fase anterior al desarrollo del planeamiento de los proyectos, esto es, la evaluación aplicada a políticas públicas, a planes o a programas, que es lo que se denomina evaluación ambiental estratégica.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es una de las organizaciones que están promoviendo la utilización de evaluaciones ambientales estratégicas como una mejor manera de involucrar distintos puntos de vista e intereses en la toma de decisiones que puedan afectar de manera significativa la calidad del ambiente.
Hay dos tipos fundamentales de decisiones que pueden ser alimentadas por las evaluaciones ambientales estratégicas: las mismas políticas, los programas y planes que puedan estar asociados a políticas gubernamentales o que son desarrollados o impulsados principalmente por evaluaciones de gobierno –en alguna medida también por empresas privadas–, con repercusiones negativas en el ambiente y en lo social, incluso cuando su objetivo principal es la mejora de la calidad de vida.
Existe el ejemplo de una situación en Brasil para la cual no se hizo una evaluación de impacto a nivel estratégico; me refiero a la implementación de un gran plan de desarrollo habitacional popular para ocupación de baja renta, un proyecto con objetivos sociales y económicos, generación de puestos de trabajo importantes, que tiene un déficit habitacional muy grande.
Pero esos programas también tienen repercusiones en los sistemas naturales, en el plano académico –porque en el nivel de política pública no se ejecutó–. Hicimos un ensayo de aplicación de los principios y orientaciones de la evaluación ambiental estratégica a un plan con esas características para hacer recomendación de mejoras de manera que sus planes fueran más sostenibles.
Entre las contribuciones de la evaluación ambiental estratégica está la de proporcionar la integración, que llamamos horizontal, entre, por ejemplo, la política habitacional y la energética, mediante la promoción de otras acciones orientadas hacia la sostenibilidad en sectores de energía limpia y materiales de construcción; acciones como el desarrollo de mercados para la energía solar o la utilización de agregados reciclados en la construcción civil. Otra contribución identificada en ese estudio es el espacio que proporciona la evaluación ambiental estratégica para la consideración sistemática de alternativas para llegar a los objetivos de determinada política, plan o programa, en este caso alternativas para el desarrollo de habitación, como retrofitting de edificios en zonas centrales.
Cuando se plantea el tipo de beneficio que puede aportar la evaluación ambiental estratégica, además de lo que mencioné, se habla mucho de la posible facilitación de la evaluación de proyectos que estén conectados con determinado plan o política, de una evaluación en cascada donde teóricamente habría una articulación entre una determinada política, los planes que están relacionados y programas que son ya actuaciones más concretas.
Algunos sostienen que la evaluación ambiental estratégica es una herramienta que contribuye a la toma de decisiones orientadas a la sostenibilidad, pero hay que tener suficientemente claro qué concepto de sostenibilidad se va a utilizar.
Existen representaciones comunes, muy frecuentes, del concepto de sostenibilidad. Con el estilo templo griego, de tres pilares, se puede decir que si sacamos uno, no pasa nada; podemos continuar sin el pilar central, por ejemplo y, seguir adelante. El modelo o la concepción que tenemos de sostenibilidad es muy importante cuando se va a aplicar a las evaluaciones ambientales estratégicas.
Con la existencia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la la ONU, una forma de procurar la evaluación de infraestructura estratégica es verificar o intentar verificar en qué medida, con determinado programa o plan, se contribuye para que sean alcanzados los objetivos o determinados objetivos de desarrollo sostenible.
Evidentemente hay diferencias; en inglés se utiliza el término trade off, se gana en un lado y se pierde en otro; entonces si se quiere hablar en términos de sostenibilidad, ¿cómo se va a arbitrar o se van a establecer los distintos niveles de aceptación, o cuáles son los niveles mínimos bajo los cuales no se puede o no se debe estar?
La evaluación ambiental estratégica, hablando de una manera muy genérica, es un estudio ambiental que ayuda a tomar decisiones, a definir tipos de acción gubernamental respetando la capacidad del medio ambiente de soportar determinada intervención. Así, se supone que la evolución estratégica desarrolle y contribuya analizando opciones para que se puedan agilizar determinados objetivos de una política, plan o programa.
Es muy importante que esos objetivos sean definidos de manera clara y con la menor ambigüedad posible, lo que no es están simple como parece. Cuando se va a hacer una evaluación ambiental estratégica, es preciso empezar siempre por definir su alcance, por ejemplo, definir con mucha claridad cuál es el objetivo de la acción estratégica, y a partir de ese objetivo qué opciones estratégicas se van a elaborar para que se puedan lograr los objetivos planteados.
Ha de tenerse muy claro qué tipo de decisión puede ser influenciada por la evaluación estratégica y cuáles son las metodologías de evaluación ambiental estratégica, los factores críticos por ser considerados en la toma de decisiones y las entidades que van a aplicar estas recomendaciones.
En eso hay que pensar, y propongo la reflexión en esos términos: ¿qué nivel de acción estratégica se va a considerar en