7 minute read

ALREDEDOR DEL MUNDO / PRIMER TÚNEL PARA BUQUES DEL MUNDO

expropiación petrolera con la presencia del presidente de la República, general Lázaro Cárdenas.

El origen temporal de los otomíes se ubica aproximadamente entre 4000 y 1000 antes de nuestra era. No se sabe a ciencia cierta cuándo llegaron al Valle del Mezquital. Fueron los primeros habitantes de la zona estratégica, al ser paso natural entre las áridas llanuras del norte de México. La región del Valle del Mezquital fue conquistada por los españoles hacia 1520. El pueblo de Ixmiquilpan fue fundado en 1530 por Pedro Rodríguez de Escobar (capitán que había servido a las órdenes de Pedro de Alvarado), quien llegó al lugar con frailes agustinos para edificar la iglesia en honor de San Miguel Arcángel, nombrado patrono del pueblo; la construcción del templo inició en 1550, duró 20 años y fue encabezada por fray Andrés de Mata, quien también impulsó la construcción de los caseríos del pueblo a orillas del río Tula. El templo y ex convento de San Miguel Arcángel es uno de la serie de conventos-fortaleza construidos por los agustinos al norte de Mesoamérica como defensa contra los chichimecas y como avanzadillas para la evangelización del norte de México; la construcción se ubica a un costado de la plaza principal.

Advertisement

Construcción del puente virreinal La Otra Banda

El puente La Otra Banda cruza el río Tula. Fue edificado por más de 500 indígenas bajo las órdenes del capitán español Miguel Cuevas y Dávalos; las obras se desarrollaron entre 1650 y 1655, y fue inaugurado el 29 de septiembre de 1655, día de San Miguel Arcángel. Formó parte del camino a Zimapán, lugar de donde se extraía mineral, y era transitado por arrieros y carreteros; comunicaba con el barrio La Otra Banda, hoy Barrio de Progreso. Actualmente se puede apreciar bajo la sombra de grandes sabinos.

Este puente fue el primero de la Nueva España. Está hecho de piedra con grandes arcos de cantería sobre columnas; en la parte central de ambos lados del puente había unas lápidas de cantera con la historia de la construcción, y sobre una de ellas se hallaba la estatua del arcángel San Miguel abatiendo al diablo con su espada; ambos elementos –lápidas y estatua– con el tiempo desaparecieron. Se conserva en la parte final una pequeña capilla a la que acude la gente aún.

El puente, considerado monumento colonial por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, tiene una estructura elaborada a base de mampostería y cantera, con una longitud de 110 metros y ancho de 5 metros. Sus cuatro grandes arcos de cantería están sostenidos por columnas y gruesos contrafuertes piramidales. El arco principal se alza a 9 metros sobre el nivel normal de la corriente y tiene 7.5 metros de ancho. Los muretes o pasamanos superiores han sido encalados, y las demás caras están sin cubrir. Al centro tiene un relieve representando el rostro de un felino.

Fue parte importante de los llamados caminos reales, construidos por los españoles para organizar y cohesionar su imperio. La red de caminos fue utilizada por el ejército en la conquista de territorios y, gracias a ella, se podían movilizar grandes efectivos con gran rapidez. En el aspecto económico, este puente desempeñó un papel fundamental, ya que el transporte de mercancías se agilizó notablemente. Los caminos reales constituyeron un importante medio de comunicación y tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y de la religión católica en la Nueva España.

Las avenidas que colindan con el puente virreinal La Otra Banda son, hacia el centro de la ciudad, Hidalgo, y en el otro extremo Progreso, antaño conocida como Calle Real de la Otra Banda o Camino Real, que comunicaba con el barrio La Otra Banda y era la entrada de los viajeros que provenían de Tasquillo, Zimapán, Huichapan, Alfajayucan y de gran parte de la Sierra Gorda de Querétaro y de las lejanas tierras del Bajío. Hasta 1936, año en que se inauguró la carretera México-Laredo, la Calle Real de la Otra Banda era vía de tránsito continuo de toda clase de vehículos, carretas, diligencias, autocamiones y uno que otro automóvil. La nominación La Otra Banda se refiere al otro lado del río. Debido a las

Arriba: arco central del puente virreinal La Otra Banda. Abajo: vista longitudinal.

Vista transversal del puente.

u El puente, considerado monumento colonial por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, tiene una estructura elaborada a base de mampostería y cantera, con una longitud de 110 metros y ancho de 5 metros. Sus cuatro grandes arcos de cantería están sostenidos por columnas y gruesos contrafuertes piramidales. El arco principal se alza a 9 metros sobre el nivel normal de la corriente y tiene 7.5 metros de ancho. Los muretes o pasamanos superiores han sido encalados, y las demás caras están sin cubrir.

condiciones actuales del puente, ya no se permite el tránsito de vehículos y sólo es utilizado por peatones y animales de carga. A unos cientos de metros existe un puente que comunica al barrio La Otra Banda con el centro de la ciudad.

Leyenda y cuento del puente de piedra

Este puente colonial –que muchos también conocen como “puente de piedra”– dio origen a una leyenda y a un cuento.

Los “emparedados” es una leyenda urbana de la que se habla poco pero que refiere a una práctica no tan nueva. Según comenta Max Shein en el artículo “La historia no escrita de la niñez y la pediatría”, publicado en el Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina (UNAM, 2003), los niños han sido “emparedados” desde Jericó, 7 mil años antes de nuestra era, y hasta el siglo XIX en Alemania, para dar con los huesos mayor consistencia a las construcciones y puentes.

En México no hay más información documental sobre el tema, más allá de los hallazgos arqueológicos en diferentes conventos religiosos, como el de Santa Rosa, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, donde han sido encontrados restos de monjas.

En la tradición oral de este país se dice que el mismísimo diablo suele aparecerse al ingeniero o arquitecto de obra para proponerle un trato: una persona viva a cambio de que el puente o la construcción resista. Mientras no haya trato, la cimentación caerá una y otra vez. Entre camioneros y transportistas se cuenta que ése fue el caso de un puente de la vía Cuacnopalan-Oaxaca, que se cayó en varias ocasiones y causó muchas muertes entre 1993 y 1994. Sin mayor explicación, el problema en esa obra desapareció de pronto y el puente es seguro. Ahora se le conoce como “El espinazo del diablo”.

Respecto al puente de San Miguel Arcángel o de la Otra Banda, cuenta la leyenda que fueron emparedados niños vivos en sus columnas; se los ubicaba en un hueco, donde con dulces los mantenían calmados para poder cubrirlos con piedra.

Algunos lugareños cuentan que, cuando sube el caudal del río, escuchan a los niños gritar “¡Agárrate, manito, porque nos lleva el río!”. Esta leyenda también se ha citado para otros puentes en el país, pero se supone que, al ser éste el primer puente construido en la Nueva España, fue aquí donde se escuchó por primera vez.

El cuento del diablo y el puente de piedra

El cuento inicia en una madrugada en que un hombre, tratando de cruzar el río con su carreta, invocó al diablo y ofreció su alma a cambio de que le construyera un puente.

El diablo aceptó, y el hombre puso la condición de que el puente debía estar terminado antes de que cantara el gallo.

Con velocidad escalofriante, el diablo comenzó a construir el puente… Y viendo el hombre que el diablo, con cara burlona, se apretaba para poner despaciosamente la última piedra, se dirigió a su carreta y rebuscando en ella sacó unos gallos; los tupió a puntapiés y, justo en el límite del tiempo, uno de ellos cantó. Con prisa cargó de nuevo la carreta y ya sobre el puente dijo adiós al diablo.

Visto por debajo, se ve que falta una piedra precisamente donde cierra el arco

Elaborado por Mario Olguín Azpeitia con base en las siguientes fuentes: Cactus (2017). Ixmiquilpan. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (2006).

Otomíes del Valle del Mezquital. Pueblos indígenas del México contemporáneo. Enciclopedia de los municipios de México. Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi. Prontuario de información geográfica municipal de los Estados Unidos Mexicanos.

Ixmiquilpan, Hidalgo. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. Gobierno del Estado de Hidalgo. La Jornada de Oriente (30 de octubre 2008). Raúl Guerrero Guerrero, cronista de Ixmiquilpan, Hidalgo.

¿Desea opinar o cuenta con mayor información sobre este tema? Escríbanos a ic@heliosmx.org

This article is from: