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DESARROLLO URBANO / ESBOZO HISTÓRICO DE LA INFRAESTRUCTURA FÍSICA EDUCATIVA / JORGE JAVIER JIMÉNEZ ALCARAZ
Importancia de la ética en el comportamiento de los profesionales de la ingeniería
La ética del ingeniero deberá superar la letra de la ley y dirigirse a conseguir un espíritu de confianza, reconociendo que la integridad, la honestidad, la veracidad, la responsabilidad, el respeto y la transparencia contribuyen a su credibilidad y estabilidad, y rehusándose a la competencia desleal.
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ADDINA ELENA
FORTE M.
Maestra en Filosofía, en Psicología transgeneracional de la salud y en Psicogenealogía. Es internacionalmente conocida la situación de impunidad y corrupción existente en el mundo, específicamente en México, que se fusiona con las fallas en la formulación, entendimiento y aplicación de leyes, problemas que persisten por falta de respuestas éticas.
La ética es una respuesta real y práctica a estas situaciones, pues al ser una ciencia sobre el comportamiento racional en el ámbito personal, mostrará que valores como la honestidad y la integridad rinden beneficios concretos tanto personales como profesionales y sociales. Y no ha de confundirse con la moral y con la religión. La moral se refiere al conjunto de normas que la sociedad se encarga de transmitir de generación en generación con base en acciones valoradas como necesarias para mantener un orden social; son externas y dependen de las costumbres de un determinado grupo, mayor o menor, pudiendo darse el caso de actos que sean no éticos pero sí morales (costumbres) o éticos e inmorales, pues la moral tiene íntima relación con la legalidad, mientras que la religión es la relación del hombre con un dios.
Ahora bien, ¿qué está pasando con los valores hoy en día? ¿Lo que antes era bueno ya no lo es? ¿Qué se está fomentando en la familia, la escuela y la sociedad en general? ¿Cómo lograr cambios positivos que favorezcan nuestra humanidad en la era de la globalización?
Para poder contestar estas preguntas es preciso tener claro que a lo largo de la historia de Occidente ha habido diversos criterios para diferenciar lo bueno de lo malo en el ámbito moral.
Después de varios siglos, y con el advenimiento de transformaciones en el pensamiento, las ciencias y las tecnologías, se dio un cambio en el rumbo histórico. Se abandonaron los grandes sistemas que antes daban sentido, cambiaron los objetivos y los modos de socializar, se empezó a poner fin a las identidades sociales anteriores y se abandonaron ciertas ideologías, al tiempo que se fueron fracturando los controles disciplinarios, pues hubo más flexibilidad al tener acceso a más información. Esto también implicó un gran estímulo a las necesidades personales mientras se iba diluyendo la fe en el futuro, por lo que se dejó de creer en la idea del progreso.
Ética y crisis de valores
Actualmente se viven grandes y profundos cambios en todos los ámbitos. Las personas exigen que se privilegien las elecciones libres en las vidas privadas, y se dejó de creer en la austeridad como un valor, para darle mayor importancia a los deseos del aquí y el ahora; se critica todo tipo de represión y se promueve la sensibilidad y la comprensión, lo que llevó a las instituciones a adaptarse a las motivaciones personales y al respeto a la diversidad, por lo que necesariamente cambiaron las costumbres y los hábitos, dando pie a la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Muchas personas piensan que esto nos ha llevado a una decadencia; lo que ocurre es que ahora se razona de diferente manera, pues ya nadie está dispuesto a pagar el precio, en sacrificio y renuncia de sí mismo, para que las instituciones perduren sin tomar en cuenta a los individuos concretos, sus necesidades y anhelos. Estos cambios, que algunos llaman “crisis de valores”, son el resultado de sustituir unos hábitos y creencias por otros, lo que implica una nueva forma de interacción de las personas.
Debido a las nuevas necesidades y a los cambios tecnológicos que han sobrevenido, se ha tomado otro rumbo, y para lograr que los cambios actúen en nuestro favor se debe hacer intervenir a la ética, con el fin de tener una conciencia clara de que es responsabilidad común
el porvenir, tanto personal como comunitario. Ahora tendremos que construirnos a partir de un proyecto de vida personal.
Es la ética una ciencia, parte de la filosofía práctica, que enseña por qué se debe actuar bien. Lo que se va a calificar de ético o no ético es la acción que la persona realiza, por eso no hay ética sin acción. Así pues, la ética es la reflexión y el análisis sobre la acción y la libertad, por tanto, sobre la toma de decisiones. Con la reflexión ética se trata de encontrar las razones por las que es necesario actuar de una determinada manera. Por ella se establecen prioridades, una jerarquía de valores en la conducta que conduzcan al bien propio, facilitando el juicio sobre la bondad o maldad de las acciones. Así pues, los valores éticos serán las aspiraciones ideales que como seres humanos buscamos con nuestra conducta. La libertad y la capacidad reflexiva, entonces, colocan a la persona en una posición tal, que se le facilite su autodominio. La ética entonces, no puede situarse ni en la reflexión política ni en la reflexión jurídica, pues éstas están orientadas a mejorar las instituciones, no a las personas.
Ética profesional
Ahora bien, la ética profesional ayuda a asegurar la realización personal teniendo en cuenta los fines y las condiciones en que se obtienen en la actividad profesional. Los ingenieros, al igual que todo profesional, deben actuar atendiendo siempre a principios éticos generales como honestidad, justicia, integridad y respeto a las personas, a la vida, al bienestar y al profesionalismo. Estos principios fundamentales para los ingenieros están contenidos en los códigos de etica profesional.
La ética del ingeniero deberá superar la letra de la ley y dirigirse a conseguir un espíritu de confianza, reconociendo que la integridad, la honestidad, la veracidad, la responsabilidad, el respeto y la transparencia contribuyen a su credibilidad y estabilidad, y rehusándose a la competencia desleal.
Los ingenieros, en las empresas o instituciones donde laboran, deben tener claro que para que exista corrupción se necesitan dos partes. Corresponde a las asociaciones gremiales fomentar la unión entre gremios afectados para oponerse a estas situaciones y tener objetivos claros, estrategias y técnicas adecuadas para llevar a la práctica, lo que implica determinar las responsabilidades y restricciones que es necesario observar en relación con la finalidad o los objetivos concretos que se tengan.
El origen de la responsabilidad del ingeniero se encuentra en la libertad y la conciencia cuando se actúa, y es la condición de quien se reconoce como causa de una acción y de sus consecuencias, pues hay que responder a las acciones propias en todas las dimensiones: ética, técnica, jurídica y social.
La ignorancia y las coacciones externas e internas son limitaciones y obstáculos para el ejercicio de la libertad de un ingeniero, y por ende también lo son para su responsabilidad; para desarrollar un comportamiento ético integral, hay que vencer las resistencias al cambio de empresarios y servidores públicos, el conformismo, la deficiente formación, etcétera.
La idea de que los valores no importan ha facilitado la instalación de prácticas corruptas que han causado enormes daños. La progresiva ausencia de conductas éticas en el ejercicio de la ingeniería pone de relieve su importancia y necesidad, particularmente tratándose de actividades que tienen repercusión directa en la vida de las personas y sus destinos.
La responsabilidad social de los ingenieros se centrará, entonces, en la ética de las personas que ejercen la profesión; si las empresas donde laboran son consideradas éticamente impecables, aumentará el valor agregado y mejorará su posición competitiva.
Los reclamos sociales avanzan hacia formas de conciencia cada vez más altas, por lo que la ética tratará de fijar principios que se autojustifiquen y que sirvan de guía de los sistemas normativos de conducta, ya que el fundamento último de las normas constituye el momento en que las personas se erijan en autolegisladores y constructores de sus relaciones.
Una persona actúa éticamente cuanto ha entendido la conveniencia de realizar actos buenos, que cuando se repiten conforman hábitos, los cuales constituirán una estructura interna sólida que dará coherencia entre lo que se piensa, se siente, se dice, se quiere y se hace. Esto, además de contribuir a la salud mental, permitirá emitir juicios críticos, con lo cual se logrará autonomía, ya que se tomarán decisiones por convicción y no por imposiciones de otros.
Una persona ética será una persona íntegra, recta, proba, intachable, integrada consigo misma, con su familia, su trabajo, con la naturaleza y con la sociedad, y tendrá integrados valores como la honestidad, la verdad y la justicia. Su vida será un todo indivisible y evitará las consecuencias de la falta de integridad: la injusticia, la corrupción, la violencia, la vulnerabilidad, la incertidumbre y el miedo.
Conclusión
La ética entraña más desarrollo y difusión del saber. Una ampliación de las responsabilidades individuales podrá orientar la inteligencia científica y tecnológica al bienestar de las personas y del planeta y a más inteligencia política, educativa y empresarial. Por ello se necesitan políticas, empresas y escuelas inteligentes; más formación, responsabilización y calificación profesional, más ciencia y más técnica.
El imperativo de las inteligencias y voluntades personales, la inversión redoblada en el saber y la dimensión educativa permanente serán lo que hará que este mundo se vuelva realmente ético y vivamos con calidad humana
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En el marco del centenario de la fundación de la Secretaría de Educación Pública, que se conmemoró el pasado 3 de octubre, es de resaltarse que, a lo largo de la existencia de esta institución, la infraestructura física educativa en nuestro país ha transitado por muy diversas etapas.
JORGE JAVIER
JIMÉNEZ ALCARAZ
Coordinador del Comité de Desarrollo Urbano Sustentable del Colegio de Ingenieros Civiles de México. Fue en el año 1938 cuando se comenzó a concebir la creación de un organismo que fuese responsable de la construcción de escuelas para expandir la educación a todo México. Y no fue hasta 1944 que, por decreto presidencial, se creó la gran institución responsable de llevar a cabo esta titánica labor: el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (Capfce).
El Capfce innovó en un modelo de escuelas en comunidades, que se construían en módulos y con base en las indicaciones de un manual denominado “Cartilla de la escuela”. La edificación de muros y techos se realizaba con materiales locales y bajo la supervisión de expertos ingenieros.
Este nuevo método de construcción de infraestructura escolar resultó muy exitoso, y fue por ello que se reprodujo en América Latina y otros países del mundo.
Entre 1964 y 1970 se logró un auge en los sistemas prefabricados para las comunidades rurales; constaban de estructura metálica, cancelería y mobiliario. En este periodo fueron construidos 26,544 espacios educativos.
Años más adelante, de 1988 a 1994, el Capfce concentró sus esfuerzos en la construcción de planteles de todos los niveles: nivel básico, 8,350 espacios educativos; nivel medio superior, 318 nuevos edificios, y se ampliaron y equiparon otros 1,274 planteles; nivel superior, 20 nuevos institutos tecnológicos así como la creación de seis universidades tecnológicas.
El Capfce estuvo durante 64 años a cargo de la construcción de escuelas, y fue en febrero de 2008 cuando, con la entrada en vigor de la Ley General de la Infraestructura Física Educativa, fue extinguido para crear el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) con fundamento en lo establecido en el artículo 15 de dicha ley.
El Inifed ha atendido, en coordinación con los gobiernos estatales, a poco más de 262 mil planteles en el país. Su labor sustantiva es fortalecer la infraestructura física educativa, así como brindar apoyo para la reconstrucción y rehabilitación de planteles en escala nacional.
El Inifed, ahora en liquidación, tendrá pronto nuevo nombre y perfil, para dar continuidad a los programas de planeación y normalización en la rehabilitación y mantenimiento de los planteles educativos.
Bajo la tutela del actual gobierno federal, fue creado el Programa Nacional de Reconstrucción, para atender los planteles afectados por los sismos de 2017 y 2018 (véase figura 1).
Con el objetivo de establecer una visión estratégica para la atención de la infraestructura física educativa en
Figura 1. Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero, “Isidro Burgos”; ejemplo del Programa Nacional de Reconstrucción a cargo del Inifed, 2019.
Figura 2. Centro Emprendedor, Universidad Juárez de Tabasco.
Figura 3. Universidad de Yucatán. Sus instalaciones brindan educación abierta y a distancia.
México, el Inifed alineó sus programas al Plan Nacional de Desarrollo 2020-2024; al Programa Sectorial de Educación 2020-2024; a la Ley General de Educación expedida en 2019 y en proceso de vinculación con la Estrategia Nacional de Ordenamiento Territorial, publicada el pasado 9 de abril por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Para llevar a cabo esta labor, se establecieron convenios de colaboración con fundaciones y con el Instituto de Ingeniería de la UNAM; en ese marco, se atendió la iniciativa del Inifed para editar la “Guía Técnica de Rehabilitación Sísmica de la Infraestructura Física Educativa de México”, descrita en el número 621 de IC (julio de 2021).
La guía técnica fue también producto de la experiencia mexicana en evaluación y rehabilitación sísmica de edificios, así como de la revisión de las experiencias de Estados Unidos y Japón. En las escuelas públicas y privadas es obligatoria su aplicación, además de ser complementaria de las especificaciones de la Norma Mexicana para la Seguridad de la Infraestructura Física Educativa.
Un ejemplo de la reconstrucción y edificación de espacios educativos después del sismo del 19 de septiembre de 2017, en 11 estados, fueron las obras realizadas en Guerrero, donde se remodelaron, y en algunos casos construyeron, cerca de 3 mil escuelas en 19 municipios de la entidad, que beneficiaron a casi 8 mil estudiantes que acuden a jardín de niños, primaria o secundaria.
Por otro lado, a través del Programa Nacional de Reconstrucción se han brindado más de 46 mil apoyos directos. El sector educativo contó con una inversión de alrededor de 20 mil millones de pesos para la atención de 17,928 planteles. Con lo anterior se pretende abatir el rezago de atención a las personas y comunidades afectadas por los sismos ocurridos en septiembre de 2017 y febrero de 2018.
A través del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM Potenciado), el cual surgió de un convenio entre las secretarías de Hacienda y de Educación Pública y con los 32 gobiernos estatales, se lleva a cabo la mejora de las instalaciones de las escuelas públicas del país, con recursos por casi 50 mil millones de pesos, para atender a más de 28 mil planteles de los niveles educativos básico, medio y superior.
Mediante el seguimiento a los desastres naturales en la infraestructura física educativa, se busca continuar con los mecanismos y procedimientos para atender la organización, coordinación y operación entre el Inifed –en tanto se crea la nueva instancia que lo supla–, las instituciones y autoridades en todas las entidades federativas del país, así como con las instancias públicas que prestan auxilio en caso de desastres naturales.
Es de observarse que el Inifed, a través del Programa Nacional de Certificación, brinda cursos de capacitación en línea y presenciales a personal técnico de los programas de la infraestructura física educativa, particulares que quieren ser evaluadores y a la comunidad educativa en materia de mantenimiento y prevención. En esta capacitación participan institutos estatales de la infraestructura física educativa, técnicos particulares, así como la comunidad educativa integrada por padres y madres de familia, directivos, docentes, administrativos y alumnos.
En la actualidad, México cuenta con una población de 126 millones de habitantes, de los cuales están en edad escolar cerca de 35 millones, considerando a quienes acuden desde el preescolar hasta la educación superior.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la gráfica poblacional “es más ancha en el centro y se reduce en la base, lo que significa que la proporción de niñas y niños ha disminuido con el paso del tiempo”. Lo anterior es indicador de que el desafío para los ingenieros será la reconversión de la infraestructura física educativa, debido a que cada vez se requerirán menos jardines de niños y primarias; en contraste, se necesitarán más planteles para educación media y superior. Asimismo, esta infraestructura tiene que irse adaptando a las tendencias modernas de la educación a distancia.
El país vive la era de la industria 4.0, conocida también como la cuarta revolución industrial, lo que representa que la infraestructura física educativa tiene que ajustarse a los avances tecnológicos e innovar en el planteamiento de soluciones que trasciendan las fronteras del país (véase figura 3).
Retos de la infraestructura física educativa
Por infraestructura física educativa se entiende al conjunto de muebles e inmuebles destinados a la educación impartida ya sea por el Estado o por particulares que cuenten con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, junto con los servicios e instalaciones necesarios para su correcta operación.
Entre los principales retos de este sector se encuentra identificar las medidas necesarias para asegurar que la infraestructura y la sociedad puedan convivir en armonía. Para ello se requieren medidas especiales que aboguen por una cultura de inversión en prevención de desastres naturales y en mantenimiento de la infraestructura.
Otro desafío importante será continuar con las obras de la infraestructura física educativa a través de los diversos programas y fondeos que operan los estados y el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa, como el Fondo de Aportaciones Múltiples. Éstos son los desafíos del siglo XXI para los profesionales de la ingeniería, cuya contribución al sector de la construcción ha sido fundamental para el incremento de su producción en febrero del presente año, al lograrse 0.5%, según datos del Inegi.
La ingeniería al servicio de la educación
La ingeniería ha estado presente a lo largo de la historia del desarrollo urbano y la infraestructura física educativa. En la construcción de escuelas se toman en cuenta factores externos para diseñar espacios adaptados al entorno natural y sociohistórico, priorizando las condiciones de seguridad, con base en la sismicidad de la región.
También se considera la elaboración de gráficas solares, de las corrientes de los vientos y la precipitación pluvial, sin dejar de lado las medidas antropométricas (véase figura 4).
En el periodo posrevolucionario, la educación en México comenzó a dar un giro. Durante el porfiriato este modelo estaba centrado básicamente en el medio urbano y en la educación de las élites gobernantes. En contraste, en el nuevo Estado mexicano, la educación se enfocó en la escolarización de los campesinos y en la atención del medio rural y popular.
Para cumplir con la democratización de la administración educativa y con los postulados del artículo 3° constitucional, fue necesaria una acción de alcance nacional. De esta manera comenzó el proyecto de crear una Secretaría de Educación Pública federal, la cual requería una reforma constitucional.
El primer antecedente que se tiene registrado en torno a un proyecto de construcción de una ciudad universitaria data de 1928. Quince años más tarde, la idea empezó a materializarse, y fue en 1943 cuando se eligió el sitio para construir la Ciudad Universitaria: el Pedregal de San Ángel, ubicado al sur de la Ciudad de México.
En esta magna obra participaron destacados y expertos ingenieros. Fue así que se comenzó a edificar la Torre de Ciencias, la Facultad de Ciencias, la Torre de Filosofía y el Estadio Universitario.
Figura 4. Instituto Tecnológico Martínez de la Torre.
Más adelante, durante el periodo 1977-1988, se construyeron más de 66 mil escuelas; se crearon los Colegios Nacionales de Educación Profesional Técnica, los Institutos Tecnológicos Regionales y Agropecuario, así como los edificios y centros de cómputo que la SEP instaló en todos los estados de la República mexicana. Además, se atendió con éxito la emergencia del sismo de 1985.
En junio de 2017, durante el Foro Internacional de la Infraestructura Física Educativa, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura reconoció que la infraestructura escolar, las instalaciones y el equipamiento de las escuelas son importantes para el bienestar y la seguridad de los menores de edad.
Artículo 103 de la Ley General de Educación
La infraestructura física educativa cuenta con amplio soporte y lineamiento legal, que debe considerarse en todo momento para seguir construyendo espacios educativos con calidad, apegados a normas y procedimientos que permitan edificar instalaciones que contribuyan a fortalecer la enseñanza en México.
Para una mejor comprensión de cómo la ingeniería debe actuar ante la construcción de infraestructura
Figura 5. Instalaciones de la Universidad Autónoma de Guerrero, edificada por expertos de la ingeniería.
escolar, es importante tener como referencia la Ley General de Educación, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de septiembre del 2019, que abrogó la Ley General de la Infraestructura Física Educativa.
La Ley General de Educación, en su artículo 103, refiere que la SEP, a través de la instancia que deter-
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