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GREMIO / VALIOSAS APORTACIONES DEL 31 CNIC / MAURICIO JESSURUN SOLOMOU

Pocos pasos, pero hacia adelante

En la dificultad de progresar en la multivariada naturaleza de la conceptualización del futuro sostenible, es más recomendable visualizar algunos trozos o porciones, aparentemente relevantes, de la integración de ese futuro deseado. Porciones que seguramente no explican cómo será ese futuro, y que posiblemente se conviertan en obstáculo para su consecución, pero que hagan creer a los ciudadanos que se está avanzando. Con esta característica, es posible que algunos líderes o caudillos se apropien de estas porciones, sin que por ello dejen de poseer el atractivo intrínseco de la procuración de desarrollo. Un buen ejemplo lo ofrece la generación eléctrica distribuida fuera de la red de la CFE.

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En efecto, la generación de energía eléctrica con fuentes limpias, fuera de la red, es considerada por muchos expertos, desde hace una década, como el primer paso en la configuración de una futura red de transmisión. La condición para que esta idea florezca es que resida exclusivamente en el espacio privado, lo que ya es posible en la mayor parte de las colonias y barrios del Valle de México, desde edificios privados de departamentos u oficinas hasta porciones importantes de alguna alcaldía. Se trata de impedir que estas iniciativas se revuelvan con la transmisión y distribución a cargo del Estado.

Hay algunos ejemplos luminosos del éxito de esta idea en las ciudades más importantes del país. Asimismo, hay notables ejemplos de éxito en el caso del agua, desde la captura y conservación del agua de lluvia para aplicaciones domésticas hasta el tratamiento y reúso de aguas servidas para fines industriales. En las experiencias mexicanas, es común detectar que estas ideas funcionan porque son técnicamente correctas y económicamente viables. Seguramente carecen de la fortaleza de la política pública y se nutren de su propia robustez, no de subsidios ni de la protección legal, pero

desde luego que funcionan. Poco se sabe de los cocineros ambiciosos de restaurantes de lujo en la Ciudad de México, que producen sus propias hierbas y especias, y una buena porción de sus verduras, en los techos de sus establecimientos. Poco se sabe también de los nuevos mercados que surgen de las nuevas necesidades. Posiblemente en un futuro cercano apreciemos nuevos negocios mexicanos de movilidad eléctrica urbana, que probablemente sean premonitorios del surgimiento de una nueva planeación integral para el desarrollo sostenible. Los autos eléctricos que se empiezan a asomar requieren una potencia Conclusiones varias veces superior a la que se tiene en las viviendas. De acuerdo con estudios de expertos de diversas nacionalidades, México está ubicado en una posición geográfica esencial para detonar su desarrollo a partir de la generación de electricidad limpia. Seguramente se verá en los próximos pocos años que el vecino del norte requerirá electricidad limpia, la que México le puede vender en condiciones inmejorables. Sin duda, los países más avanzados habrán de incorporar en sus prácticas comerciales diversos estímulos para favorecer el abasto de bienes y servicios de manera sostenible. En ese escenario, hay quienes prevén un crecimiento exponencial en la generación eléctrica limpia mexicana para exportarla en forma de bienes y servicios. Algunos consultores globales esperan que este país se convierta en la primera potencia solar eléctrica en la próxima década. El jalón de este desarrollo seguramente ayudará a la creación de valor para México y Centroamérica, y determinará el rumbo de las inversiones en infraestructura de todos tipos, incluyendo la urbana. Por otro lado, muchos expertos coinciden en apreciar otros atractivos de potencial desarrollo en el territorio nacional, los que también deben detonar el crecimiento de la infraestructura de manera comprometida con la sostenibilidad. Se podría reconocer la importancia creciente del enorme puerto aéreo o hub del sureste, con centro en Cancún, el atractivo inmejorable del turismo de playa, de montaña y de salud, y el abasto multivariado de servicios educativos en el mundo cabalmente interconectado. El solo clima mexicano hace de estos futuros un gran atractivo, por su sostenibilidad. Sin embargo, no debe ignorarse que estos peldaños hacia el futuro sostenible resultan no sólo de la viabilidad técnica y económica, sino de la plausibilidad social y política. Y probablemente en estos últimos conceptos se encierra el mayor reto para la ingeniería mexicana ¿Desea opinar o cuenta con mayor información sobre este tema? Escríbanos a ic@heliosmx.org

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