HOUND: Invierno Primavera 2020

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Creador Anto Gamunev Editora / Reportera Gabriela Gotay Artista entrevistada Valerie Chique Entrevista cultura popular Armando Belaval Muñoz Contribuidores Enid Nolasco Mireya Colón Yzma R. Mike Rivera** Bryan Suarez* Alexandra Pagán*** Vianca N. Arocho Yshamarie De Jesus Alberto Avilés Leuryck Ortíz

Pablo Trochón Angie Vee Némesis Mora Pérez Eric Iván Rivera Martínez Wiliannie Rodríguez Rivera Roberto Lapetina-Arroyo Juan Osvaldo Budet López Yonelis P. Acevedo Corchado Wanda López Marianela Pérez

Yve González** Pablo Martínez* María de L. Rivera* Ángel Meléndez* iris D. Torres* Luis Solis* Zivany Peña* Jomarie Pérez* Mario Urrutia*

Redes Sociales María de L. Rivera* Jomarie Pérez* Jonathan Santos* Diseño Gráfico Anto Gamunev www.thehoundmagazine.com hellohoundmagazine@gmail.com @houndmag en Instagram y Facebook

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Edición Invierno / Primavera 2020 Volúmen 6

*Alumnx de la UAGM Recinto Cupey **Ex-Alumnx de la UAGM Recinto Cupey ***Profa de la UAGM Recinto Cupey


CARTA DE DE EDICIÓN / NOTA DE EDICIÓN

Bienvenidos a nuestra edición de Invierno-Primavera 2019 de la revista HOUND. Una revista de arte emergente que le ofrece su espacio digital a la comunidad artística. En HOUND no discriminamos, siempre que la pasión por el arte corra por tus venas. Al igual que un perro de caza, cazamos al talento joven y lo exponemos al mundo entero. Sin más preámbulos, dejemos que el arte sea por todos y para todos. En esta edición te traemos dos entrevistas empoderadas. Conocerás a Valerie Chique, artista plástico, quien a través del arte ha logrado sanar su espíritu y encontrar su propósito, moviéndose con su arte De la Oscuridad a la Luz. Además, compartimos la trayectoria y labor de Armando Belaval, terapeuta atlético, quien nos inspira con un mensaje de superación que va De lo Convencional a lo Extraordinario. En Hound queremos crear un balance entre el texto, la fotografía, el dibujo, la pintura y el arte visual mixto. En esta edición contamos con fotoensayos realizados por Mike Rivera y Team Raw, así como fotografía de Ángel Meléndez, Bryan Suarez, Yve González, Iris D. Torres y arte de Alberto Avilés, Zivany Peña, Mario Urrutia y Luis Solís. En nuestra selección de columnas, resaltamos una variedad de temas de interés cultural y social. Recomendaciones de streaming, música y literatura, así como moda, arte y expresiones creativas, en las acostumbradas columnas por Mireya Colón de Telañecos, y nuestra columna Les-bi-cuir por Vianca Arocho. La sección de artículos de esta edición cuenta con la colaboración de Marianela Pérez, artista visual. Y continuamos viajando junto a Pablo Trochón con Trip: Qosco 2007. Contamos con poemas realizados por Angie Vee, María Rivera Ortega, Némesis Mora Pérez y Yshamarie De Jesús. Así como una variedad de cuentos cortos, de la pluma de Yzma R, Willianie Rodríguez Rivera, Eric Iván Rivera Martínez, Leuryck Ortiz, Yonelis Acevedo Corchado y Roberto Lapetina-Arroyo. Esta edición también incluye Crónicas de la sala de emergencias por Alexandra Pagán, Entre la Guerra y Don Luis, por Juan Osvaldo Budet López, y la reflexión ¿Entonces qué? por Yzma R. Crear esta revista digital puertorriqueña no hubiera sido posible sin el apoyo y la ayuda incondicional de nuestros colaboradores. ¡GRACIAS! Esto es solo una breve introducción de lo que se destaca en esta edición. Espero que la disfruten y sientan el orgullo de pertenecer a esta gran familia. H

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P. 10 Crónicas de la sala de emergencia - Alexandra Pagán / Crónica P. 12 Urban Dejavú - Mike Rivera / Fotoensayo P. 18 Memoria caribeña 2: si, la segunda parte - Yzma R. / Cuento corto P. 19 Tattoo 1 - Alberto Avilés / Arte P. 21 De lo convencional a lo extraordinario... - Gabriela Gotay / Entrevista

(Cultura popular)

P. 26 Estelar - Angie Vee / Poema P. 27 Catrina - Luis Solis / Arte P. 28 Mil cavilaciones por mi mente... - Eric Iván Rivera Martínez / Cuento corto P. 31 Untitled - Ángel Meléndez / Fotografía P. 32 Too RAW to share: fathers - Team RAW / Fotoensayo P. 38 Escondida - Leuryck Ortíz / Cuento corto P. 40 Retreat - Angie Vee / Poema P. 41 La catedral - Bryan Suarez / Fotografía P. 42 Azul - Wiliannie Rodríguez Rivera / Cuento corto P. 44 Gia 1 - Yve González / Fotografía P. 45 Hoy no es un día normal - Némesis Mora Pérez / Cuento corto P. 46 De la oscuridad a la luz... - Gabriela Gotay / Entrevista (Arte) P. 52 Un denouement y la resolución - Roberto Lapetina-Arroyo / Cuento corto P. 58 Entre la guerra y Don Luis - Juan Osvaldo Budet López / Crónica P. 60 A miles de kilometros - María Rivera Ortega / Poema P. 61 Tattoo 2 - Alberto Avilés / Arte P. 62 Trip: Qosco 2007 - Pablo Trochón / Columna de viaje P. 65 Algún día en pareja - María Rivera Ortega / Poema P. 66 Les-bi Cuir - Vianca Arocho / Columna cuir P. 68 Música demente - Pablo Martínez Marín / Fotoensayo P. 74 El gato no escucha - Némesis Mora Pérez / Cuento corto P. 75 Must Watch These! - Team Hound / Columna de tv

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P. 76 A través de los ojos de la moda - Mireya Colón / Columna de modas P. 78 Expresiones creativas - Mireya Colón / Columna de arte P. 79 Desde que no estás... - Némesis Mora Pérez / Poema P. 80 Ayuda - Zivany Peña / Arte

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ONT ENIDO P. 81 Ballerina 1 - Iris D. Torres / Fotografía

P. 82 Una estrella caida - Yonelis P. Acevedo Corchado / Cuento corto P. 89 Gia 2 - Yve González / Fotografía P. 90 Faro abandonado de Gúanica - Wanda López / Fotografía P. 91 Listen to These! - Team Hound / Columna de música P. 92 Tatuajes de Puerto Rico - Mireya Colón / Columna de arte P. 94 Must read these! - Team Hound / Columna de libros P. 95 ¿Qué se perdió? - Yshamarie De Jesús / Poema P. 96 Ballerina 2 - Iris D. Torres / Fotografía P. 97 Si pudiera esta noche - Yshamarie De Jesús / Poema P. 98 Marianela Pérez; artísta visual / Artículo P. 100 Telañecos presenta... - Mireya Colón / Columna de arte P. 102 Mystique - Jomarie Pérez / Arte P. 103 80 years - Mario Urrutia / Arte P. 104 Telañecos presenta... - Mireya Colón / Columna de arte P. 106 #throwbackRAW - Team RAW / Fotoensayo P. 107 ¿Entonces qué? - Yzma R. / Reflexión

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P. 108 Art Fort Lauderdale / Artículo


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Lema de la ediciรณn Invierno - Primavera 2020

Strawberry lipstick STATE OF MIND. . .

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CRÓNICA

Crónicas de la sala de emergencias por Alexandra Pagán

I. Una octogenaria apura enfermeras, médicos y hasta a los pacientes. Su novio la espera en una franquicia cercana para almorzar. “¿Por qué no lo llamaste para que te acompañara?” le preguntan con cierto sentido común. Ella no quiere preocuparlo innecesariamente, en la noche se sintió rara, fue a Emergencias a cerciorarse de que todo estará bien para su cita. Por lo que entendí, hasta postre podrá comer. Me asomo y la veo despedirse: pequeña y camina con pasos pequeños, va arreglada y maquillada, se ve feliz. II. El susto de bregar con urólogos, de recibir sonogramas en los testículos porque el pene luce descolorido, blancuzco, dijo la enfermera. No encontraron nada, ahora de regreso a la esposa que no puede quedarse sola en la casa.

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III. Afasia en la mañana y en la sala, habrá que hacerle un CT como protocolo, puede que sea un problema con los electrolitos. Sientes que le están mintiendo a los hijos. Pero ves la señora y entiendes que esta no es la primera vez que ocurre.


IV. Si alguien puede distinguir un llanto terrible de un recién nacido es la madre que puede comparar el llanto normal, del llanto angustiado, tortuoso; ese llanto que aterra, que nos vuelve inservibles. Es un alivio que los infantes olviden. Pero no hay peor llanto que el de un recién nacido que sabes que sufre de algo que no puedes identificar. V. En medio de la algarabía, los enfermeros planifican su almuerzo y hacen chistes, bailan y hasta se dicen piropos. Nada mejor para resistir la muerte que la indiferencia, aprendes. VI. El que lleva 10 horas esperando por un cirujano para que le atienda la mano, eleva una plegaria. Dios es sabio y perfecto, estás aquí porque aquí era que llegaría el cirujano que te atendería, en mi dios no hay error, ese arquitecto todo lo sabe. Ya tienes hambre y frío y te vuelves cínica. VII.

VII. Te recoge una pareja que guía la ambulancia, los imaginas en su aventura de salvar vidas y negociar muertes, los imaginas como tú cuestionando la brevedad de la vida y lo ridículo de tanto esfuerzo, no puedes bregar con el sufrimiento, piensas que ellos, al igual que tú y que los enfermeros, resisten la muerte con pura indiferencia mientras te deleitas escuchando a la conductora decir que pudiera dormir todo el día, que lo más que le gusta es dormir. P. 11 / HOUND

Te preguntas para qué sirve estar viva. Tanta cosa y te vuelves un ser que nada tiene, nada sabe, nada puede decidir y te consuelas diciendo que por eso hay que invertir en la vida productiva para que las memorias que se formen sean buenas y te sumerjas en ese mar y flotes ajena y feliz. Pero la

realidad es que tanta cosa para terminar así: vieja, impotente, en la espera de la muerte, resulta una idiotez. Te llenas de una rabia que no comprendes bien, pero que te dan ganas de escupir a alguien porque aun la vida fue over-rated. Te sientes engañada, la vida no es bella, es una real mierda, una pérdida de tiempo y energía; te duele haber confiado en que vale la pena estar viva, en que la vida es bella; life is good es una frase que recita una amiga que se cantaba roots y ahora es una bicha tipo Real Housewives de Showtime, pero la verdad es que nadie documenta ese espanto: la vejez, la real vejez, esa que espera la muerte, que subraya que la vida es en realidad una agonía. Fuiste engañada, al final terminarás sola, incomprendida, no por falta de gente que quiera comprenderte, sino porque ese mar en el que se flota es uno solo y nadie estará en él, sino tú. Desearás hacer mil cosas, pero estarás ajena a tu vulnerabilidad, a tu inutilidad, a tu agonía… uno que otro golpe, una que otra caída, pero la olvidarás y volverás a esa idea de que puedes hacer tu voluntad, pero tu voluntad reside en la de un otro que te pone a salvo de ti misma. La vida es en definitiva una mierda, fuiste engañada.


FOTOENSAYO

Urban Dejavu -

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por Mike Rivera


FOTOENSAYO

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FOTOENSAYO

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CUENTO CORTO

Memoria Caribeña 2 si, la segunda parte. por Yzma R.

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La nueva rutina es acostarse y levantarse con la dulce música que sale de la planta eléctrica del vecino. Y para completar el combo, este puto calor me esta haciendo rebajar libras de puro liquido. Por fin se apago la planta y escucho al vecino maldiciendo porque se le apago y ahora no le prende. La pelea con la planta esta fuerte pero el vecino es persistente y le esta metiendo bien duro al cordón de arranque con la misma euforia que un niño estrenando su nuevo yoyo Duncan profesional. El perro vino a darme los buenos días con su mirada mas tierna y casi de inmediato salió corriendo a ladrarle a un gato que invadió el perímetro.

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En una fracción de segundo pude ver lo efímero que pueden ser las cosas. Eso es meditación en micro segundos. Me asomo al balcón, la mecedora esta inmóvil, no hay ni chispa de viento. Veo una corona de pina echando raíces y un dinosaurio violeta con una bromelia creciéndole en el lomo. Por el momento todo normal, así bien “cool”. En eso me llega el recuerdo del sueno que tuve anoche sobre una pecera llena de cobitos grandes que trataban de subir por los bordes para escaparse. Yo los miraba y me recordaban a los extraterrestres de la película LA GUERRA DE LOS MUNDOS pero en miniatura por supuesto. Entonces de repente me pregunto, Como estarán por allá en Alaska? Y sueno despierto con comerme una rica piragua. O que se escapara una brisa del polo norte y entrara por mi casa a ver si así revivo. La vocecita en mi cabeza se ríe a carcajadas burlándose de mi y diciendo “BREGA CON ESO!” Yo no le hago caso y la doy por loca porque si no, me va a estar jodiendo todo el día. De pronto me viene un momento de lucidez y me doy cuenta que alumbrarse con velas sigue siendo un invento moderno. Y mientras tanto la gente sigue cortando arboles para hacer papel y escribir sobre el “Protejamos la naturaleza”. Si, así de extraño y de anormal como suena es la realidad. Estoy consiente que yo mismo he sido un anormal toda mi vida, pero soy otra clase de anormal. Y a veces sueno con que venga un platillo volador y se pose sobre mi casa y que por la rampa baje un extraterrestre y me diga “Ven, tu eres de los nuestros. Ya termino el experimento”. Eso seria como el final perfecto que siempre he querido. Escribir en letras de oro y a relieve “Y VIVIERON ANORMALES PARA SIEMPRE”. Y se me sale un suspiro mientras pienso “Que bella es la vida en el trópico. Y mas en época de huracanes”


ARTE

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Alberto AvilĂŠs Tattoo 1 Dibujo digital 2019


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ENTREVISTA (CULTURA POPULAR)

De lo a

(Entrevista a Armando Belaval)


Convencional lo Extraordinario:

La magia de las segundas oportunidades Por Gabriela Gotay Fotos por Anto Gamunev

En esta oportunidad queremos presentarles a Armando Belaval, terapeuta atlético, quien impacta a diario la comunidad de atletas puertorriqueños en silla de ruedas, como parte de la federación y selección nacional de baloncesto en silla de ruedas. Su trabajo con atletas convencionales y no convencionales es uno que inspira en todos los sentidos, y nos enseña que, con trabajo duro y determinación, podemos alcanzar el máximo de nuestro potencial humano. Hound: ¿Qué te motivo a especializarte en la terapia atlética?

Armando: En Puerto Rico fisioterapia se refiere a un terapista físico, el cual trabaja con cualquier tipo de población desde niños hasta envejecientes y poseen licencia. Un terapista atlético trabaja única y exclusivamente con atletas de alto rendimiento, desde escolar hasta profesionales, y no tenemos licencia. También, un terapeuta atlético, al momento de rehabilitar a un atleta, lo lleva más allá de donde el atleta se quedó al momento de sufrir la lesión. Pero en los países de Latinoamérica se les conoce a los terapeutas atléticos como fisioterapeutas. Hound: ¿Cuáles son los pasos básicos de una evaluación diagnostica de terapia atlética? P. 21 / HOUND

Armando: Fueron dos factores los que influyeron. El primero fue un profesor que tuve en bachillerato, él me decía que tenía buenas manos, que tenía buena técnica y me llevo por este camino. Su nombre era Juan Carlos Prado y falleció hace 10 años de cáncer. Tomando con él la clase de masaje y vendaje como electiva comenzó a nacer la pasión. El segundo factor fue una lesión que sufrí en la rodilla jugando baloncesto, de ahí decidí hacer mis estudios en terapia atlética para así poder ayudar a otros atletas en su recuperación de lesiones.

Hound: ¿Cuál es la diferencia entre fisioterapia y terapia atlética?

Armando: La evaluación se da a través de pruebas que se le realizan al atleta al momento. Observando y palpando el área lesionada se puede determinar qué tipo de lesión sufrió.


ENTREVISTA

Hound: Durante un juego, ¿Qué aspectos estas monitoreando como terapeuta? Armando: Siempre estoy atento y pendiente al juego y las jugadas. Pero una lesión puede suceder en cualquier momento, como en el calentamiento o las prácticas, no tan solo en el juego. Hound: ¿Cuáles son las lesiones más comunes que has encontrado en tu práctica? Armando: Las lesiones más comunes son las de tobillos, dedos, espalda y muñeca. Hound: ¿Cómo educas a los atletas sobre cómo prevenir lesiones? Armando: Lo primero que les digo es que nunca se queden callados. Que por más mínimo que sea el dolor o la molestia lo digan, porque algo pequeño puede resultar más adelante algo grave. Segundo, que el descanso es esencial para la vida de un atleta. Tercero, y no menos importante, hielo. Por último, estirar bien antes de cada práctica o juego. Hound: Además de los atletas, ¿quiénes se pueden beneficiar de este tipo de intervención? Armando: Cualquier persona que haya sufrido una lesión o que se queje de alguna dolencia puede recibir tratamiento de un terapeuta atlético. En mi caso, yo también atiendo personas que no son atletas.

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Hound: Háblanos de la federación y selección nacional de baloncesto en silla de ruedas ¿Cómo llegaste a formar parte de esta organización? Armando: Yo conocí a FEBASIRU en el 2013, en unas competencias que se estaban realizando en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. Estaba trabajando como terapista en otro evento. Una vez terminada mi participación me quedé, comencé a caminar y ver los demás eventos. Entonces me tope con un juego de baloncesto en silla de ruedas, algo que nunca había visto hasta ese momento.

“Que por más m digan, porque al algo grave.”


mínimo que sea el dolor o la molestia lo lgo pequeño puede resultar más adelante P. 23 / HOUND


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“...decidí hacer mis estudios en terapia atlética para así poder ayudar a otros atletas en su recuperación...”


Armando: Que son más atletas que los convencionales. Que nunca se rinden ni se dan por vencidos. Que superan cualquier tipo de barreras y obstáculos que se les interponga. Que me motivan a mí, y pueden motivar a cualquier persona a continuar y seguir esforzándose en la vida. Hound: ¿Cuál ha sido el logro del que te sientas más orgulloso como parte de la federación y selección nacional de baloncesto en silla de ruedas?

ENTREVISTA

Hound: ¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo con estos atletas?

Armando: Para mí no hay un logro más importante que otro, porque todos y cada uno de ellos dependieron del paso anterior que dimos para poder obtenerlo. Pero lo que me hace sentir más orgulloso es el poder representar a Puerto Rico a niveles internacionales. Hound: ¿Cuál ha sido el mayor reto y aprendizaje que has tenido al liderar una organización de atletas en silla de ruedas? Armando: El mayor reto ha sido la adaptación y esa transición del baloncesto convencional al de silla de ruedas. Las reglas son las mismas, el tamaño de la cancha es el mismo, la altura del canasto es la misma. Pero se reduce el espacio en la cancha por las sillas de ruedas, lo que significa que una jugada de baloncesto tradicional no se puede aplicar o realizar en baloncesto de silla de ruedas, porque no te va a resultar. Aprendizaje, todo. Me han enseñado a ver la vida desde otro punto de vista, al igual que los deportes, que nada es imposible, que no existen las excusas y sí las segundas oportunidades. Hound: Para los interesados en incursionar en la terapia atlética en puerto rico, ¿cuál es tu mejor consejo y recomendación? Armando: Es una profesión muy bonita, pero sobre todo gratificante, ya que tienes en tus manos la salud de uno o varios atletas, los cuales dependen de ti, pero sobre todo que confían en tus manos su carrera, y en algunos casos, su trabajo, ya que el deporte es su fuente de ingreso. Es una profesión la cual debes amar y respetar. Estar dispuesto a soportar agua, sol y sereno, estar varias horas, días o hasta semanas en una cancha, pista o parque y no en la comodidad de tu hogar ni cerca de tu familia. Hound: ¿Cuáles son los próximos eventos de la federación y donde podemos seguirlos?

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Armando: El año próximo comienza nuevamente nuestro ciclo olímpico, una vez pasen las Olimpiadas de Tokio, a las que esta vez no pudimos clasificar, nuestro próximo compromiso es el Centro Básquet. Nos pueden seguir en todas las redes sociales. En Facebook como Federación de la Baloncesto en Silla de Ruedas de Puerto Rico. En Instagram y Twitter como FEBASIRU. Interesados en apoyar el trabajo de estos atletas pueden comunicarse por email a febasiru@gmail.com.


POEMA

Oigo tu invitación (Siniestra y tambaleante) A prenderme de tu universo Como diamante de estrella. Del ritmo de tus pasos en la escalinata intuyo que ajustas la alfombra abnegada Tirada desde el terror de tu cielo.

Estelar por Angie Vee

Como una estrella; fría y distante. Con luz viva o muerta, da igual. En el amor ¿qué más da si honramos Ilusiones de inocencia? Poco importa más que las apariencias Como estrella de tu universo seré Fría. Pero con luz propia. Distante. Sola. Dedícame mejor el cristal de las canciones rotas Y te cuento sobre el brillo de la cristalería Que exhibo intacta a la luz de mi Altar. Disculpa si entro rompiendo platos En esta mansión de piedra donde llego Poco más que solitaria. Pero ya creo entenderás, De mis líneas es la primera

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Nadie dijo que es fácil amar una estrella, Una de las muchas que colgarían en tu universo Tal vez la más rebelde que espías desde tu nebulosa. Una que sorprendes a veces Sacándole polvo a estos duros versos. Allí atrincherada en una torre extranjera De cartón. Frígida. Y distante, pero con luz propia. Quizás ya difunta O haciéndose la muerta. Seguro sabrás porqué me rebelo, Al menos captas eso. Si con palabras grises me conoces.


ARTE

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Luis Solis Catrina Arte digital 2019


CUENTO CORTO

Mil cavilaciones por mi mente desconocida en el silencio de la soledad por Eric Iván Rivera Martínez

Nerviosa cerré la puerta. Tuve que alejarme. Pensé que me encontraría segura en mi habitación. —Jamás me volverán a ver —les grité. La puerta y la perilla y el marco y las paredes me brindaban la seguridad necesaria para evitar lo indeseado. “Que bueno será estar sola”, pensé. Creí que escudriñar y divagar por mi mente sería útil para reencontrarme. Me acosté en la cama y cuando mis pupilaprotectores se unieron comenzó el recorrido por la psiquis. El silencio de la soledad en que me albergué impelía una espontánea meditación. Los primeros días reflexioné —tendida en la cama— acerca de mí y cómo ellos me obligaban a...

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“Jamás saldré de este fuerte protector.” Me arremoliné en cavilaciones y pensamiento tras pensamiento me sorprendí, era una foránea en mi propio subconsciente, no conocía nada en aquel entorno onírico. ¿Aquella era mi mente? Discurrí de sueño en sueño deleitándome con misteriosas novedades. Me encontraba caminando sobre un mar de ultravioletas ondas, una estrella azul se duplicaba en el agua que las anémonas habitaban. Y como el fuego reflejado en el agua, dibujaba partículas de Dios; se alojó la melodía de Cerati en mi tímpano. Nació en mi piel una escafandra y me sumergí en el abismo del mar anemonado. Burbujas de luna ascendían a la superficie y después a la estratosfera. Descendí hasta


el nadir oceánico donde las sirenas melodiaban canciones de corsarios con sus cítaras y laúdes. Continué el camino transatlántico por la marítima senda y en la oscuridad de una cueva fulguraba un reflejo bicéfalo de mí, que se alimentaba de perlas tornasoles. Asustada me acerqué al espectro, pero se desvaneció en la calígine. Finalicé la travesía submarina y desperté. —Julia, vuelve con nosotros, sal, te lo suplico —se escuchó la voz masculina de Alexandre. —Julia, Julia, Julia —esta vez fueron los gritos de Eleonor los que se oían al otro lado de la puerta. Ignoré a ambos, me dejé seducir por el tierno susurro que el silencio alojaba en mis oídos. Me volví a relajar, acostada en la cama sentía el sol ir y venir sobre mi cuerpo. El hambre junto a la sed llegaron y yo languidecía. —Prueba de tu carne, será suave y deliciosa. Te alimentará. Te volverá a crecer —dijo mi mente tratando de convencerme. Lo dudé por unos segundos, pero el hambre era demasiado y no pensaba salir de la habitación para que ellos me... Coloqué la boca en el brazo, una fuerza sobrenatural se apoderó de mí. Mordí salvajemente. Lágrimas escapaban de mis ojos mientras la sangrecereza oscilaba entre mis dientes. Sentí el pedazo de piel despegándose del antebrazo, halé algunos vellos enredados en los labios, el dolor me abarrotó. Temblaba. Las manos se contrajeron y la piel pendía en mi boca, la llevé al interior. Mientras masticaba, las lágrimas mojaban mi rostro; tragué el alimento. Mi cuerpo reaccionó al canibalismo y vomité una fétida sustancia rojamarrillenta. La herida sangraba. Desvariada intenté saciar la sed con el rojo brebaje expulsado, pero continué vomitando. —¿Julia, estás bien? —gritó preocupada Eleonor.

Se amalgamó el dolor con las nauseas y llegó el inevitable vertigovahido, se distendió mi espalda y me

—Julia, sal. Llevas demasiado tiempo ahí. ¿Cuál es la razón de tu encierro? —gritó Alexandre. —No le hagas caso a ese abusador —me susurró la mente. No pude ignorar la voz de Alexandre como me lo había ordenado mi mente. Pequé y me deleité de ello. En sueños la mente me mostró un escenario en donde Alexandre lamía mis basálticas pestañacepillos, recorría con sus besos toda mi biosfera facial. Aquellos labios bordados con plateados hilos en el níveo lienzo entre sus dos mejillas descendían por mi gélida tundrafigura. Se detuvo en mi seno y mordió los nenúfares que me florecieron en el pecho. Continuó bogando hacia el sur y se mantuvo quedo en la altiplanicie púbica. Como una fiera bestia bifurcó mis piernas, vi el alba pintarse en su rostro y me… Mi cuerpo tiritaba laxo en la cama. Abrí los ojos, el astro rey irradiaba el calor necesario para mi ser. Caminé lentamente hacia la ventana, al abrirla el céfiro y el bóreas se entrelazaron creando una majestuosa brisa que relajó mis músculos. Sentí los etéreos rayos solares traspasar mi umbría piel. Se me alojaron en las venapeciolos y transportaron los nutrientes que el sol me otorgó. Me colmé de nuevos brios. Mi mente explicó el cambio celular que me había ocurrido, que me creció una pared en mis células y que el cloroplasto me P. 29 / HOUND

—Respira y relájate, te acostumbrarás a tu propio sabor —dijo la mente ufana mientras se deleitaba con mi sufrimiento.

desmayé. Al despertar, el sol decoraba la translúcida ventana vítreacristalina y el hambre continuaba abusando de mis entrañas. Pensé comerme las moscas que sobrevolaban la herida, pero me encontraba muy débil para alcanzar alguna en su vuelo. Sin mover la cabeza que permanecía en la almohada, llevé la mano derecha hacia la boca y mastiqué cada una de las uñas. Intenté mover el brazo izquierdo, pero el dolor impidió que continuara. Me alimenté de uñas por más de tres semanas. No me quedaba nada del cuerpo ungueal, todo había sido devorado hasta la lúnula. Ya las uñas no crecían más, pero el hambre permanecía. Alucinaba. Al anochecer, en la oscuridad de la habitación se destellaban amebas en las paredes que susurraban en el silencio versos ininteligibles. E intermitentes puntos neones se reflejaban en el aire como faroles pestañantes.


alimentaría. No entendí la explicación, solo comprendí que me ocurría una extraña fotosíntesis humana, poco a poco el hambre desaparecía. Tuve todo el tiempo para indagar en mi mente. —Julia, te lo suplico, sal ya —el grito de Eleonor me despabiló de la divagación mental. Miré por la ventana el atavío de un anaranjado cielo vespertino que se mostraba triste con unas ateridas nubes violaceaclaras que me llevaron a un éxtasis ilusorio. Y la voz de la núbil Eleonor me causaba escalofríos. “¡ELEONOR, ELEONOR, ELEONOR, no debiste hablarme, no soporté la vil tortura de tu seráfica voz de efebo!” —Descansa mi niña —musitó la mente con ternura. Cavilosa me volví a acostar. Eleonor apareció en los pensamientos, sentí una efímera contracción en el vientre. En el onírico momento, la candorosa Eleonor se saciaba de mí. Con total remilgo me despeinaba las crenchas, sumergiendo sus manos en el piélago de mi cabello. Yo gorjeaba un canoro estertor tan melodiosoruiseñor que volcanizó el sexo. Sus palpitaciones eran tan agudas que se alojaron en mi oído estetoscópico. Eleonor lamió el dije que pende en mi feminidad, embriagándose de mi relente. Extática llevé mis manos temblorosas hasta su cuello, las apreté con tanta voluptuosidad, el aire le faltaba, se ahogaba entre mis dedos hasta que todo mi interior se humedeció. Desperté cubierta del suave rocío que humectaba mi piel perlada de dulces gotas transparentes. Me levanté y sentí el cuerpo inclinarse hacia la ventana buscando alimentarse del manjar de los aureoflamígeros rayos solares. El calor que llegaba del exterior me llenaba de energía. Mi piel lucía destellos verdosos, fotones reflejados por la clorofila, sufría de Plantáforis, así me lo había explicado la mente. Mi esencia humana había evolucionado a una vegetanimal.

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La mente profirió unas palabras que solo entendió mi lado vegetal. Mis brazos arrastraron la cama hacia la ventana, enraicé los pieraíces al colchón y en un movimiento oblicuo me sesgué hacia el cristal. Permanecí inmóvil —ahorrando energía— mientras observaba estíos e inviernos asomarse por la diáfana ventana.

—¿Julia, cuando piensas regresar? —preguntó intranquila Eleonor. El llanto de un recién nacido se escuchó tras la puerta. —Jamás vuelvas con ellos, lo único que harán será abusar de ti —me dijo la mente. —Julia, por favor, sal —continuó gritando Eleonor, dando golpes a la puerta. —Ignórala, relájate y déjame seguir mostrándote el interior de tu imaginación. En aquel momento la mente le hablaba al lado animal en mí. Cerré los ojos y undívaga recorrí un sinuososibilino sendero onírico. Todo fue tan laberíntico y confuso que no recuerdo mucho. Había neblina y tinieblas, sangre y dragones, música y Eleonor, mi tallo y el viento, hojas y el sol, mis manos y Alexandre, la ventana y el cosmos, todos eran yo y yo no era ninguno. No era planta, no era mujer, era solo yo. En el sueño pude ver que durante infinitos meses de mitosis, el cloroplasto y la pared celular se desligaban de mis células. Una retrometamorfosis del cuerpo. Al abrir los ojos nuevas edificaciones se habían dibujado en el exterior de la ventana, los pigmentos verdes habían abandonado mi torso. Le pregunté a la mente la razón, pero no me contestó, jamás volvió a hablarme. Supe que era el momento de regresar. Lentamente desarraigué los pies del colchón y con dificultad caminé hacia la puerta. La abrí, caminé por el pasillo que estaba decorado distinto a como me acordaba. Llegué a la sala donde Alexandre veía el televisor acostado en el diván, él me miró asombrado, sin proferir alguna palabra. En el comedor se encontraba Eleonor, cuya adolescencia había desaparecido, alimentaba a una niña que nunca había visto y que lucía idéntica a ella. -—¿Quién es ella? —pregunté. Un visaje de sorpresa y confusión ornó a Eleonor como si no supiera quien yo era—. Soy yo. —Lo sé. Ella es Julia, ya tiene siete años. ¿Viste? Le puse tu nombre.


FOTOGRAFÍA

por Ángel Meléndez

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Untitled


FOTOENSAYO

RAWto share

Too

por Enid Nolasco

Todos tenemos una historia para contar. ¿Cuál es la tuya?

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RAW Storytelling es un show en vivo de recuento de historias verdaderas donde cada cuentista explora la experiencia humana, desde lo tabú a los momentos mas comunes, en un evento libre de prejuicios y dedicado a unir la humanidad a través de la aceptación. Cada 2do jueves del mes en Fort Lauderdale, Florida, el público se reúne para crear un espacio en donde cualquier persona tiene la oportunidad de compartir las experiencias de su vida sin censura y de memoria. Cada mes trata un tema diferente y no solamente el cuentista es parte de la evento. Too RAW To Share le da la oportunidad a la audiencia para compartir en el anonimato una historia corta relacionada al tema mensual. Aquí unos de los Too RAW To Share mas impactantes que hemos visto.


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El tema de #RAWstorytelling fue Oh Shit! (ยกMierda!). P. 33 / HOUND


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www.instagram.com/rawstorytelling


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CUENTO CORTO

Escondida por Leuryck Ortíz

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esnuda frente al espejo se detuvo en su reflejo. Tocó su abdomen blando, apretó sus caderas y senos. ---Ahh!— gritó. Dándose vuelta comenzó a vestirse. Suspiró recordando sus caderas definidas sin marca alguna de estiramiento. Recordó sus pechos firmes y su abdomen plano de años atrás. Mirando el reloj se apuró. Un rato después entraba café en mano a la oficina. –que no! No me gustan las fajas.—La charla de todos los días había empezado antes de lo acostumbrado. Levantó los ojos deseando no escuchar. – pero si tu no necesitas ninguna faja, le decían a la más joven del grupo. Interrumpiendo otra respondió- dichosa ella, yo lo que tengo que hacer es dejar de comer y empezaré con estas pastillas quema grasa—de su cartera sacó un frasco de pastillas y las hizo sonar como maracas.—

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Larisa tenía que pasar entre ellas para llegar a su escritorio. Fingió estar escribiendo en su teléfono y pasó de largo. No quería verse atrapada en esa charla. Ya había tenido suficiente con verse en el espejo temprano en la mañana como para rematar con esto. Al llegar a su cubículo el teléfono sonaba, respiró — Buen día, Larisa le habla como puedo ayudarle— Aliviada empezó su jornada. Agradeció la llamada porque al verla contestar todas las demas se dirigieron a sus respectivos lugares. De esa llamada paso a otra y luego a otra más. Sus


tripas le recordaron que era hora de almorzar. Decidida a salir del aire acondicionado, cogió su cartera y se fue. Varias cuadras despues estaba cerca a su cafetería favorita. Los rayos de un sol otoñal se colaban por entre los árboles dando un toque cálido al lugar. Ocupó una mesa recién abandonada. La mesera recogió los platos que quedaron, saludándola con una sonrisa. Tomó la orden de Larisa y se fue. El ir y venir de gente la sorprendió. Había un local abandonado justo al cruzar la calle el cual al parecer había sido ocupado recientemente. Un entra y sal de mujeres llamó su atención. Su orden tardaba. Cruzó la calle para ver el porqué de tanto movimiento. Una mulata delgada con trenzas largas sentada tras una mesa. La muchedumbre de mujeres no le dejaba ver lo que había sobre la mesa. Se puso de puntas y observó, hileras de cuentas de colores. Muchas. Las mujeres las tocaban con su dedos, parecían delicadas. Levantaban sus camisas para que les colocaran la tira de su elección. algunas pedían solo una, las más osadas pedían varias. Apretadas, sueltas, por encima del ombligo o debajo de este. Tan bajo como al nivel de sus caderas. La mujer medía, ataba y cortaba las tiras en las barrigas de todas y cada una. Las barrigas y caderas de ellas eran tan variadas como las hileras de cuentas que les ponía. Barrigas grandes, caidas, firmes, llenas de estrias unas tantas con cicatrices. La mujer no hacía gesto alguno de desagrado ante la diversidad de formas. Su rostro no reflejaba un gesto particular. Intentando descifrar su expresión Larisa no dejó de mirarla. Su cara no era como la de ella en la mañana al mirarse al espejo, la cara de esa mujer mostraba compasión, admiración y respeto. Envuelta en su análisis no se había fijado en la mujer mayor que estaba junto al lado. A algunas mujeres esa mujer les hablaba al oido y a estas luego de escucharla se les ensanchaba la sonrisa. –permiso, su orden ya está servida—la mesera tocó su hombro y Larisa brincó. Luego de esto cruzaron juntas la calle; una a limpiar mesas, la otra a comer. Mientras comía el entra y sale de mujeres al lugar disminuyó. Al terminar su almuerzo, dio un sorbo a su bebida y dejó unos dólares bajo el vaso. Volvió a cruzar la calle. Se paró frente a la puerta del local. Solo quedaba una mujer a la que le estaban ajustando la tira a su cintura. Adornando su barriga se dibujó en ella una sonrisa. –We live a life of hiding.—una voz ronca susurró en su espalda haciéndola respingar. Era la mujer mayor. Traía unas fundas en la mano. -- come in — la señora miró ladeando la cabeza. Titubeante, Larisa vió la hora y entró. Al acercarse a la mesa se cruzó con la última mujer que salía sonriente. La joven se acercó a la anciana tomó los paquetes que esta cargaba y le ofreció una silla. Larisa aprovechó y fue directo a la mesa. Un letrero: “African Waistbeads” dió paso a una infinidad de tiras llenas con cuentas de colores, unas mezcladas otras de un solo color. Estas iban desde transparentes, negras, doradas, amarillas, naranjas,rojas, blancas marrones hasta verdes. ¿Cual elegiría? Unas cuentas solitarias llamaron su atención. Eran una mezcla naranja y transparente. Al ver esto la joven las tomó y se colocó frente a ella. Larisa se levantó el traje cerrando los ojos. La verguenza de que vieran su barriga la invadió. No quería ver la cara de la mujer frente a ella. La joven le rodeó la cintura con el waistbead y al entrar en contacto con la piel de Larisa esta se estremeció – please open your eyes—la voz era una súplica. La hilera de cuentas quedó justo debajo de su ombligo. Al abrir los ojos Larisa ve su reflejo en el espejo. Una sonrisa instantánea transformó su rostro. La mujer sacó un celular y le pidió sin palabras que le permitiera tomarle una foto. Larisa asintió sin dejar de mirar su reflejo en el espejo. P. 39 / HOUND

Qué tenían esas cuentas, nunca lo supo. Pero ese día volvió a mirarse. Ese día se gustó otra vez. Ese fue el día en que su barriga dejó de ser “eso” que quería ignorar. Las palabras de la anciana volvieron sobre ella como una ola: We live a life of hiding… Larisa ya no quería esconderse más. Había estado escondiéndose en la comparación, en el pasado. Se había escondido tanto que casi se perdió. Casi…


POEMA

Retreat por Angie Vee

Wilderness advances as society retreats. I’m sure many scholars are quick to agree. There’s certain to be hefty volumes written on such a ubiquitous decree. And as sure as I lie here, when the wild takes over, society retreats. It cannot help but claim back his providence (or hers); and every creature descends eventually, creeps ever less cautiously on growing heaps of speckled waste. First came the cats. Prowling, flourishing throughout our tiny city streets.

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While on the pavement, the birds would also feast. Taunting the maligned feral stares of shiny orbed glances. And as sure as the snake that somehow snuck into my door frame— The wilderness advances.

Then when the lizards came they rode on steady shoulders and chipped at my natural aversion to scales. Reptiles made us and we made them natural, proliferated. Heaving their slow determination and later running scared on trimmer, firmer thighs (or squashed pink as we hit and drove by). And then we ate them. Fed them to our children in schools. Taste just like chicken, we pitched them, it may not be perfect but, child, what is? And as much as we fight it The wild voraciously advances. Blooming and spoiled by the memories of this paused existence we lead when sometimes the “For Sale” signs are all you see For miles.


FOTOGRAFÍA

La Catedral por Bryan Suarez

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CUENTO CORTO

Azul

por Wiliannie Rodríguez Rivera

Era el mar, era el cielo, eran sus ganas de continuar. Azul vivía decidida en hacer su sueño realidad pero tenía algo que se lo impedía. No podía hacer contacto con ninguna persona, ya que todo lo que tocaba lo destruía de alguna u otra manera. Desde pequeña le dijeron que tenía esa debilidad y Azul se lo creyó. Un día en la escuela sin querer tropezó con su mejor amiga y se rompió un brazo. El día de los padres abrazó a su padre y minutos después él se ahogó con la comida y estuvo al borde de la muerte. Por eso Azul vive alejada de la gente y si tiene que hablar con alguien intenta no tocar ni tropezar. Pero Azul se toparía con su salvación al rescatar a alguien muy especial.

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Recogiendo su cosecha de zanahorias Azul escuchó gritos a lo lejos. Decidió ir a ver qué sucedía. Cuando se acercó vio una niña a punto de caer de un árbol al río que estaba crecido. Azul sin pensarlo decidió rescatarla, poniendo la vida de la niña a salvo. Le preguntó que cómo se llamaba pero la niña no respondió, le dijo que le dijera dónde vivía para llevarla y la niña le dijo que le indicaría el camino. Cuando llegaron al lugar le dijo que buscara a Marcos, pero la niña no quería continuar hacia el pueblo. Azul llegó y preguntó por Marcos, encontrando al apuesto joven. Le dijo lo que sucedió con la niña y él le dijo que debía de ser su hermanita Azucena. Cuando regresaron a donde Azucena se había quedado ella ya no estaba. Marcos dijo que era un poco introvertida y que probablemente se fue de nuevo para el bosque. En ese momento Azul recordó su supuesta maldición y


pensó “otra vez mi culpa”. Le dijo a Marcos que era mejor que se dividieran, pero la realidad era que Azul regresaría a su casa y no se acercaría más a ellos dejando la suerte de Azucena en manos de su hermano. Azul llegó a su casa y se encontró con Azucena. “¿Qué haces aquí?” “Esperándote, ¿me enseñas todo lo que tienes?” - Le dijo la niña con una tierna sonrisa que ella no pudo evitar. Estuvo toda la tarde con ella hasta que le dijo que debía regresar con su hermano y fueron a buscar a Marcos. Quien por sorpresa se encontró con ellas a mitad del camino. “Gracias nuevamente Azul, creo que tu y Azucena están conectadas.”

Todo iba bien hasta que por primera vez Marcos llegó temprano y al fin tocó la puerta de Azul. Marcos estaba agradecido con ella, pues nadie se había portado así

Pasaron los días y ellos no regresaron asustada Azul decidió ir hasta el pueblo. Donde los encontró sanos y salvos, pudo respirar en paz, pero cuando ya se iba Marcos la vio y corrió tras de ella. Le pidió que le dijera lo que ocurría y al fin ella decidió contarle a alguien su temido destino. El rió y ella se molestó, pero él le dijo que una señora le dijo lo mismo a Azucena y por eso ella no se acercaba a nadie ni hacia amistades, pero le dijo: “Mírala, ella tiene amigos y nadie le ha fallado, ni ha pasado nada terrible. Eso sólo son supersticiones y tu creíste la tuya, sólo está en tu cabeza.” Azul se fue a su casa reflexionando sobre lo que le dijo Marcos y al otro día quiso poner a prueba su destino y decidió ir al pueblo. Pasaron 3 meses, Azul continuaba en el pueblo, vivía muy bien y era muy feliz. Comenzó a pensar que ella podía creer en lo que quisiera y que si quería ser feliz dependía de ella. Observó que en el pueblo a todos también le pasaban cosas buena y otras no tan buenas. A una niña se le perdió su cotorra, una señora enfermo, pero se curó; Marcos se cortó un dedo, pasó una tormenta, pero nada era su culpa, sólo eran situaciones que ocurrían. Así que Azul decidió continuar y comenzó a disfrutar su vida de verdad, teniendo al fin a quienes amar. P. 43 / HOUND

Se despidieron, pero todas las mañanas Azucena aparecía en su casa y compartían hasta la tarde, cuando Marcos llegaba hasta la mitad del camino a buscar a su hermana. Azucena hizo una amiga, Azul se convirtió en alguien muy especial para ella. Por eso ella le pedía que fuera al pueblo para presentarla, quería que todos la conocieran. Pero Azul no quería pues le temía a su terrible destino, aunque con Azucena no había ocurrido nada, tal vez sería como dijo Marcos, estaban conectadas.

con su hermana, sus padres fallecieron cuando eran muy niños y luego el tío que los cuidaba decidió irse del pueblo y los abandonó. Mientras conversaban Marcos miró fijamente a Azul y la besó. Azul se asustó y se fue corriendo, diciéndole que se llevara la niña.


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Gia 1

por Yve Gonzรกlez

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CUENTO POEMA CORTO

Hoy no es un día normal por Némesis Mora Pérez

La emergencia tuvo que ser tanta que le tocó esperar afuera. Aunque tampoco tuvo la osadía de cruza la puerta automática. Sabía que le caerían arriba y le reconocerían la cara por cada vez que anduviera la zona. No tuvo otra que sentarse a espiar justo en la entrada del hospital. En cuarenta minutos, nunca se movió. Aunque tampoco hubo quién le insinuara tal cosa. Lo que sí hubo fue una que otra turista, en su mayoría japonesas, tirándole fotos para subirlas al story. Para el de Facebook y el de Instagram también. Cuando al fin salieron a quienes esperaba, él era el único que andaba contento. Le tomó tiempo entender el desánimo del joven de pelo grasiento y el de la chica de cabello abultado. No soltó sonido alguno. Al rato le tiró unas miradas fugaces al bebé que nunca paró de llorar. Se escabulló un poco. Parece no estar acostumbrado. El joven de pelo grasiento le da al bebé enfermo lo último que queda de leche en la botella y saca su patineta de la parte trasera del coche. La chica de cabello abultado cruza la calle con el bebé enfermo y que llora más desconsolado que horita. Él, sin muchas opciones por delante, se va con el joven de pelo grasiento. Cuando sabe que perderá de vista el cabello abultado de la chica y el coche del bebé, él voltea la cabeza para espiar por dónde van.

*Esta es la historia de unos padres solteros y un perro*

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Con la correa enganchada al cuello, se pierde, otra vez contento, siguiendo la patineta del chico de pelo grasiento. Como si soltara ese amargo esperar.


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ENTREVISTAS (ARTE)


De la oscuridad a la luz: Arte Empoderada (Entrevista a Valerie Chique)

Por Gabriela Gotay

Valerie Chique es una artista abstracta, mujer y luchadora. Su arte representa la gama de colores, emociones y sentimientos que habitan su mundo interior, y ha sido para ella un proceso sanador y empoderador. De la misma forma, nos invita a que lo sea para nosotros. Hound: ¿Cuáles son tus primeros recuerdos interactuando con el arte?

Hound: ¿Qué es lo que te movió a crear? Chique: Hace casi 3 años caí en una depresión muy fuerte. Eso, mezclado con ansiedad, me hizo muy difícil ver cuál era mi propósito en la vida. Para mi contestar esa pregunta era muy importante. Me acababa de graduar del Colegio de Mayagüez, poseía preparación académica, pero no quería seguir por esa carrera. Me sentía vacía y sin energías. Al mismo tiempo, me había mudado a los Estados Unidos y ese cambio tan brusco me afectó muchísimo. Así que, en una noche de meditación, pude enfocarme, tenía que de algún modo salir de ese hueco. Fue ahí que me puse a pensar en todos los sueños y talentos que había dejado atrás, uno de ellos era la pintura. Desde ese momento decidí utilizar la pintura como medio de sanación. Hound: ¿Qué característica del óleo es la que más encaja con tu estilo y estética? Chique: Cuando empecé a pintar en óleo, lo más que me fascinó fue su flexibilidad. El óleo tomas meses en secarse, lo cual te da una ventana de tiempo enorme para editar o cambiar cualquier cosa que no te guste. Lo más que encaja con mi estilo en este medio es el impasto. Mi estilo de arte en óleo utiliza mayormente esta técnica, la

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Chique: El recuerdo que más rápido llega a mi mente es de cuando tenía alrededor de 4 años y mis padres me regalaron una libreta de dibujo, yo trace en ella la figura de un hombre. Estaba muy orgullosa de ese dibujo, y no podía parar de hablar de él. Otro recuerdo muy bonito fue cuando tenía 10 años, para un proyecto tuve que dibujar/ pintar la carátula de un libro (Amelia Bedelia). Recuerdo que quedo idéntico y la maestra lo expuso en los pasillos de la escuela. Los recuerdos son muy limitados ya que no tuve todas las herramientas para “explorarme” como artista. Mi familia tuvo sus momentos de dificultad económica, como la mayoría de los puertorriqueños. Mi mamá nos crio a mi hermana y a mi sola, así que se le hizo muy difícil poder pagar por clases de arte, deporte o música.

Fotos provistas por Valerie Chique


ENTREVISTA

cual tiene mucha textura y utiliza demasiada pintura. Me gusta ver como la pintura sobresale del cuadro y cuando se seca te da un efecto un tanto tridimensional. Básicamente amo demasiado la textura. Hound: ¿Cómo trabajas con los conceptos de fluidez y flexibilidad en tus piezas? Chique: Diría que estos dos conceptos son solo una cosa, movimiento. Cada vez que trabajo con arte fluido lo más importante, a parte de la mezcla, es el movimiento que le hago al canvas luego de aplicar la pintura. Este movimiento me da la libertad de crear cualquier forma, solo decido parar cuando estoy satisfecha con la imagen. Hound: ¿Cuál son los tres (3) colores que no deben faltar en tu paleta? Chique: Es un tanto difícil contestar esta pregunta porque todo depende en que “mood” me encuentre. Cuando me siento llena de energía tiendo a usar colores vivos y llamativos, mis preferidos en este caso son el amarillo, verde y rosa. Pero cuando ocurre lo contrario utilizo el negro, blanco y marrón. Hound: ¿Qué elementos hacen del proceso de creación uno terapéutico y sanador? Chique: Lo que lo hace tan liberador y terapéutico para mi es su “imperfección”. Algunos dirán que es un malgasto de pinturas, o que es un “fake art”, pero es mucho más complicado que tirar pintura en un canvas. Te ayuda a manejar tus emociones mediante el proceso de preparación y ejecución. El acto de combinar todos los colores y empezar el movimiento del canvas me relaja de una forma tal, que todas mis inquietudes y ansiedades del día desaparecen. Somos solo yo y el canvas.

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Hound: ¿Cómo has logrado que el arte sea para ti un proceso de empoderamiento? Chique: Estos últimos 3 años, el arte me ha brindado la autodeterminación que por mucho tiempo andaba buscando, pero no encontraba. El punto de esto es que esa autodeterminación y empoderamiento solo proviene de dentro de mí. Nada ni nadie me lo puede ofrecer. El arte ha sido así de poderoso en mí, brindándome las herramientas para encontrarme y conocerme, reconociendo mis fallas, pero a su vez aceptando mi potencial como uno genuino. Hound: ¿Cuál de tus piezas es en la que, hasta ahora, ha plasmado

“Cuando me siento llen preferidos en este caso s


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na de energía tiendo a usar colores vivos y llamativos, mis son el amarillo, verde y rosa.�


ENTREVISTA mejor tu estilo? Chique: Todas. No tengo una en específico. Muchas de ellas ya no están conmigo, y las extraño demasiado. Eso es lo único “malo” de ser artista, cuando vendes tus piezas y no las vuelves a ver. Cada pieza tiene un pedacito de mí.

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Hound: Además de la pintura y el arte, ¿Cuáles son las cosas que más te apasionan? Chique: Me gustaría aprender el arte de la cerámica en algún momento de mi vida. Al igual que con la pintura, siento que la cerámica me daría sensaciones de tranquilidad y creatividad, que es todo lo que busco al crear. Me apasiona la cocina demasiado, desde pequeña es algo que hago constantemente y considero otra forma

de arte. Servirle a la gente y hacerlos sentir especial y únicos es algo que me apasiona desde que tengo uso de razón. Hound: Describe tu proceso creativo en tres (3) palabras: Chique: Liberador, sanador y empoderador. Hound: Como artista independiente, ¿Cuál es el mayor reto y la mayor oportunidad que vez en el mercado y consumo de arte local? Chique: El mayor reto lo son las redes sociales y sus algoritmos. Especialmente Instagram, que es la fuente principal de ingresos para mi negocio. Es sumamente exigente con su algoritmo. Muchas veces mis publicaciones no se ven en los “feeds” de mis seguidores, complicando


el proceso de venta. Pero no todo es negativo, la mayor oportunidad que he visto en el mercado local puertorriqueño (y hasta de personas en la diáspora) es su apoyo. Desde que hago y publico mi arte en las redes sociales, el apoyo ha sido principalmente de hermanos puertorriqueños y eso me hace inmensamente feliz. He creado bellas conexiones y amistades que de otro modo nunca hubiera conocido. Puerto Rico tiene demasiado talento, pero gran parte de ese talento se está muriendo debido a la falta de ayuda proporcionada por el gobierno, ayuda que podría facilitar el movimiento artístico en la isla. Hound: Como mujer ¿Cuál es el mensaje fundamental que Valerie Chique quiere comunicar al mundo con su arte? Chique: Estoy buscando inspirar especialmente a las mujeres que han pasado por tiempos oscuros como yo. Mujeres que han dejado atrás sus pasiones debido a la vida capitalista y patriarcal que nos consume el día a día. Si tuviera a una mujer de frente, preguntándome cómo comenzar en el arte, le diría que no tenga miedo al fracaso. Al fallar es cuando encuentras tu propio estilo, fallar te ayuda a aprender paciencia y a crear autodeterminación. Le diría que no busque aprobación de otros, sino, de ella misma. El arte es subjetivo, a algunos les gustará mientras que otros lo odiarán, pero al final estarás logrando el propósito principal, creando sensaciones. Quiero que la gente vea en mi arte la oportunidad de reflexionar y pensar si en donde están ahora son felices. Podemos lograr cualquier cosa, solo tenemos que aceptar que somos más fuertes de lo que pensamos y cuando eso suceda, solo faltara salir del comfort zone y trabajar por ello. Hound: ¿Dónde podemos encontrar tus piezas y cuáles son tus proyectos para el 2020? Chique: Me puedes encontrar por Instagram y Facebook bajo el nombre Chique Arts. Todas mis piezas se venden exclusivamente por estas redes sociales. Próximamente estaré presentándome en el Peddlers & Vendors Market en Minot North Dakota. Para esta nueva década que se avecina, quiero retarme como artista y vencer todas mis expectativas. En el 2020 espero crear más conexiones en el ambiente local puertorriqueño y enfocarme en crear más piezas grandes y distintos objetos que incluyan mi fluid art. Las opciones son infinitas.

Redes // IG: @chique.arts

FB: @ChiqueArts

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Te invitamos a visitar a Chique Arts en las redes, mirar su catálogo de piezas y empoderarte con su arte.


CUENTO CORTO

Un denouement y la resolución por Roberto Lapetina-Arroyo

Permiso mucho gusto, tengo que seguir adelante: su historia era la tragedia de todos. ¡Adios! Una sonrisa absurda dejo las llanuras sin arboles, solo grama gris que no se movía ni se mojaba mientras ardía la tierra sepulcro de la estirpe. Lázaro tenía que cambiar, mientras El Viejo leía el diario sonriente.

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- Desconocido

De los topes de la lejana Cordillera colgaban los grises nimbos que se avecinaban con promesas de bañar a la polvorienta metrópolis en fría llovizna. Los arboles en la distancia habían atrapado las nubes con sus largas ramas y de ellas se nutrían. Con ferrosa empuñadura aguantaban las gotillas, de manera que estas permanecerían suspendidas estáticas y en un estado de limbo. Los palos crecían altos con la lluvia y el viento y cada vez se engrosaban más sus vástagos y sus raíces lograron penetrar lo más profundo de la montaña. Era así una gran piedra milenaria forrada por una alfombra viva que una verde sombra sobre los grises pastos de sus bajezas. A esos sus pies, ardían tejas de barro que delineaban los techos idénticos, sentían todavía el calor de un día medio muerto. Los bambúes de los parques permanecían inertes, esperando ingenuamente la ráfaga que traería la lluvia y que los estremecería con furia. En algún rincón de un conservatorio de las mismas tejas, una niña vestida austeramente memorizaba el Claro de Luna de Debussy. En las oficinas de paredes de yeso, entre cubículos, otros dedos le tecleaban comandos a


un ordenador. Afuera en las sofocantes calles dibujadas por faroles fundidos, rondaban los vagabundos; algunos esclavos de un vicio y otros de otro, todos con mano atareada y mente ocupada. En el abrumador calor, cientos de pulgares jugaban con sus pares y chasqueaban sus lenguas en unísono. La ciudad entera vivía así, en un bullicio industrial moribundo a las ocho horas y resucitado a las nueve de la noche entre luces y fermentación. Mas todos esos estrepitosos tarareos eran ahogados a fin de cuentas por el canto de un canario anónimo y el silencio de la cueva de carbón. Así en medio de aquel miasma, en la Gran Avenida, se encontraba Lázaro Fornes. Guiaba con ligereza, pues tenía mucho por hacer. Venía de ser entregado su primer cheque. Lázaro había empezado la semana anterior a trabajar de ponchador de boletos en la estación de autobuses Dr. Franz de Quivaro. Era su primero y, sabía él, su último trabajo. Era de ser temporero pues planeaba renunciar apenas tuviese el dinero necesario para publicar la novela que estaba a punto de comenzar a escribir. Desde joven no había querido otra cosa. Le fascinaban las letras, idolatraba a los grandes autores clásicos y buscaba en todos lados inspiración para su obra; o por lo menos algo de que escribir. Comenzó, igual que todos, escribiendo poesía. De esos versos de patio de escuela, donde los clichés andan rampantes y donde habitan artilugios literarios despojados de carnes por las miles de plumas pasadas y donde enceguece una sórdida candidez. Pero con las bombillas fundidas y el tiempo, su papel comenzó a pesar más. Logró por fin derramarse sobre la sopa de palabras que madera había puesto sobre papel. Y entonces así, con la genuinidad vino la belleza. Su verso obtuvo cuerpo y fluía bailando sin impedimentos entre las pálidas líneas azules que la industria había puesto en la celulosa. Como un gran dragón desplegado sobre un cielo chino, ardía rojo genuino. Derrumbaba las murallas del Toledo y luego las erguía en el Sahara y luego las junglas del Congo y luego en la Patagonia, cada vez más cerca de la helada Antártida. Pero Lázaro comenzó a cultivar la narración cuando supo definitivamente que quería ser escritor, y cuando le dijeron que había más dinero por hacer en la prosa.

El día que Lázaro encontró su vocación, las mismas nubes grises se vislumbraban en el horizonte. Llego al manchado escaparate; lo vio y no se le ocurrió nada. Abrió la

El viejo Magdaleno era propietario del Jardín desde hace ya cuatro décadas. Antes, cuando era todavía relevante, se decía que, el entonces joven Magdaleno, había obtenido el local del testamento de una viuda a quien le hacía compañía. Hacerle compañía a viudas era una parte importante de su antiguo empleo. Magdaleno no sabía nada de libros pero supuso que no se tendría que saber mucho para ser dueño de una librería. Le cambio el nombre a aquel que llevaba el local donde antes había trabajado. A parte de eso, mantuvo la tienda exactamente como la difunta Srta Viuda la había tenido. Fue un triunfo monumental. Decenas entraban buscando algo y al no encontrarlo, se conformaban con un libro. Y así prosperó la librería, continuó vendiendo libros hasta que, como todo, paro de vender. Ahora el viejo sostenía a sí mismo y a su negocio con los dineros que otra viuda había dejado en otro testamento.

¡Qué vida! Lázaro caminaba burdamente por entre los estantes de libros carcomidos por cuatro generaciones de polillas. Siempre entraba buscando poemas pero hasta esa visita no se había percatado del grosor de cada uno de los tomos. En esa librería no había poesía. Entonces en un arrebato de furia provocado por una escasez de versos, grito por el viejo Magdaleno. Tuvo que llamarlo varias veces a causa de la sordera. Cuando por fin lo hubo escuchado, salió de detrás del mostrador iracundo

¿Cual es la necesidad de hacer tanto escandalo imbécil? ¿Qué, crees que no puedo oírte? El viejo Magdaleno nunca se entero que había perdido la audición, murió creyendo que el mundo simplemente había parado de hacer ruido. El viejo Magdaleno sin embargo sí supo que era Lázaro el que estaba en su tienda pues no había nadie más. Entonces se le acerco y le pregunto que quería ahora.

¿Qué quieres ahora? Poesía Esto es una librería idiota, poesía debe haber! ¿Entonces por qué son tan gruesos todos?

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Apropiadamente, la información se le hizo llegar en una de sus numerosas visitas a la única librería remanente en aquella ciudad bajo la montaña. Era una miserable y despoblada, condenada junto a la lechería y el centro de teléfono públicos. Tenía las mismas tejas de cerámica roja que los demás edificios, pero eran agrietadas y quebradas. La pintura amarilla se desconchaba y su erosionada puerta de madera estaba flanqueada por dos vidrios ahora opacos. Arriba de la puerta, en tipografía antigua: ‘Jardín de Babilonia’; nombre adecuado.

puerta cuyo marco descuadrado dejaba un arco marrón en el piso las escasas veces que alguien hacía mover sus oxidadas bisagras. Sonó el carillón de viento que colgaba del techo y no vino nadie. A Lázaro esto no le estuvo extraño pues sabía que era inútil; el viejo Magdaleno habíase quedado sordo hace años. La falta de clientela y de voces humanas había desacondicionado sus oídos.


¿Todos los que?

Ma?

Los libros

Como quieras hijo.

Nunca me había dado cuenta

Y con esa bendición, Lázaro Fornes fue tras un sueño y tras la sección de trabajo de un desechado diario de la mañana anterior.

Fue así que Lázaro se dio cuenta que el viejo Magdaleno era encima de sordo, ciego.

Todas son novelas. Bueno saberlo. ¿Por qué? ¿Por qué que? Todas son novelas. Me imagino que se venderán mejor. ¿Por qué? Porque distraen más. ¿Distraen de qué? De nada, solo distraen. Bueno saberlo. Esa tarde Lázaro salió del Jardín sin poesía en las manos pero con una vocación en la cabeza. Se dedicaría a ser un escritor de libros de tapa blanda. Tenía su futuro resuelto. El día siguiente se graduó de la secundaria, tenía todavía alma de poeta así que decidió que no estudiaría más.

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Su madre Ofelia y su padre Ausente no tenían tiempo de pensar en el futuro de su hijo. Ella trabajaba todos los días de doce de mediodía a doce de la noche en el único salón de uñas en todo el mundo que mantenía sus puertas abiertas las veinticuatro horas del día. Se encargaba descartar apropiadamente los finos granos de uñas limadas. Llegaba por lo tanto, a la casa demasiada agotada para atender a Lazaro. Tanto así que la última comida que Ofelia le había preparado a Lázaro provino de su pecho, este teniendo unos diecisiete meses de edad. Aunque cierto es que en algunas ocasiones, más de la cuenta, le sobraba energía a Ofelia para quedar en algún bar con amistades o con algún apuesto liaison. Mientras Ausente, progenitor, simplemente no estaba. Por esto no le sorprendió el sonámbulo como quieras hijo de un aliento con olor a vodka y a perfume que recibió Lázaro al informarle a su progenitora que sería esclavo de las letras. Supongo que todos tenemos que ser esclavos de algo, ¿no

Lázaro escogió el trabajo en la Estación Dr. Franz de Quivaro porque era el más frívolo de todos los ofrecidos en el repertorio laboral. Razonó que a más servil el trabajo, más libertad tendría su pensamiento. Mientras sus manos ponchaban mecánicamente los boletos de personas en trajes, su mente trabajaría en el trasfondo; construiría mundos y artificios y los derrumbaría para que estos sirvieran de cimientos para los próximos. Como las mentes de tantos grandes pensadores, la suya lo absorbería y lo retendría todo; proveyendo así un abarcador caudal de material para su novela. Cada día llegaba a las cinco de la mañana a la estación, vestido con chaleco anaranjado fosforescente y jardinera azul. Tomaba siempre la misma ruta para llegar y la misma para volver. Trataba siempre de andar sonriente pues era lo que le habían dicho que esperaba el Cliente. El mismo que todas las mañana y todas las tardes le entregaba el boleto y lo cogía de vuelta con industrial automatismo, un trato impersonalmente adecuado, de máquina a máquina. Sin contacto visual, la mirada del Cliente lo atravesaba a él y a su sonrisa, causándole a Lázaro un sentimiento de irrelevancia; pero era de poca importancia pues era lo que Él quería. Al llegar debía siempre teclear su numero de identificación laboral (NIL) en la máquina de turnos para que esta le asignara un puesto en el terminal; este por cierto, era fijamente el mismo todos los días. De camino a su posición, recogía el ponchador del dispensario y una vez en su lugar, debía (por reglamento claro) permanecer allí hasta sus treinta minutos de almuerzo después de los cuales debía reinstituirse de inmediato. ¡Vaya modernidad! Era exactamente lo que buscaba. Pero Lázaro Fornes había perforado mil cuarenta y tres boletos al cabo de ocho semanas y todavía no se la había ocurrido nada.

Son un par de semanas, ya vendrá algo. Soy joven, tiempo tengo Llego muy cansado a casa, pero eso es solo en lo que me acostumbro. Quizás mañana. Y así, en la mañana del ultimo jueves laboral del corriente, el benigno universo conspiró para que las musas se manifestaran delante de Lázaro Fornes. Irónicamente, había sido el día donde menos boletos había ponchado y por consecuencia donde menos ocupadas habían estado sus manos mecánica. Las enigmáticas damas, llegaron con la salida del último bus


de las cuatro de la tarde; hora a la cual Lazaron hacía también su partida. Estaba en fila para recoger el dinero de la jornada pasada, cuando Melpómene y sus compañeras llegaron fulgurantes.

Cavernosas vísceras. Rigoberto al ver tan descarada terquedad, sintió sus entrañas llenarse de sangre y una profundo cólera tomó sus manos ponchadoras; con ellas rompió la inercia por la cual tanto odio mantenía.

Un profundo estremecimiento abatió a Lázaro. Las yemas de sus dedos se calentaron con sangre nueva que había estado guardada en su cabeza; estancada, inerte y muerta. Percibía como su tímpano le devolvía al aire el chillido de los frenos del autobús recién llegado. Sentía lo helado que estaban sus dientes y como sus huesos se molían los unos contra los otros con cada movimiento que efectuaba. Cada vesícula, cada cavidad, cada ulna era verdaderamente suya mientras que su mente bailaba mofante entre un rapto de lucidez y un delirio. Y entonces así con cuerpo tomado y cabeza ida, podría escribir; pero le faltaría papel. En aquellos momentos le era imposible a Lázaro Fornes mover los pies. Desgraciadamente, él solo estaba consciente de su condición y no su compañero de trabajo que detrás de él esperaba la quincena.

El fuerte empujón de Rigoberto llevo a Lázaro Fornes hasta la ventanilla para recoger su dinero, y trajo un abrupto fin a su éxtasis. Nada fue consumado, otra vez se inundaron sus grutas. Oportunamente para Lázaro no estaba perdido todo, para eso faltaría todavía tiempo. Pues no había sido suficiente la cólera rigobertiana para arrebatarle completamente la claridad de los parpados, no obstante luego de recibir la fuerza de veinte mil boletos ponchados en la espalda Lázaro tambaleaba. Tuvo que apoyarse con ambas manos del alfeizar de la ventanilla para evitar caer al piso. Así ya sostenido y jorobado, Lázaro levantó la vista del cartón prensado ahora a tres pulgadas de su frente.

Rigoberto era un obrero de cuello azul y de codos resecos y articulaciones felizmente atribuladas y de ojos marrones y cabeza rapada y poderosa cuyo principal pasatiempo consistía en hacerle perforaciones redondas a pequeños rectángulos de papel. Vestía siempre una polo con los tres botones abrochados y un medallón cúprico de la Virgen de Fátima montado entre sus asfixiadores cuellos celestes. Coincidentemente, era también el mejor trabajador en toda la estación de tren; y coincidentemente sería siempre el mejor trabajador donde sea que trabajase. Aquello que más furia le inspiraba era que la gente no se moviera cuando se le ira indicado, especialmente cuando esta resignación cinética impedía su avance. Y coincidentemente, en aquellos momentos Lázaro era de esa gente. Era el turno de Lázaro y Faustina la Cajera, de manos artríticas, tomó su sobre. Extendió un brazo de piel traslúcida al cuyo extremo vibraba un envoltura de papel. La convención entonces era que Lázaro recibiera este con manos mecánicas y lo guardase en algún bolsillo, pero el problema entonces era que las manos de Lázaro no eran mecánicas y las de Rigoberto nunca dejarían de serlo. Una voz adormecida por un cristal de plástico le indico secamente al próximo.

Próximo. Lázaro, el próximo, no se pudo mover. Estaba absorto ante la inmensidad de una cúpula de vidrio

amarillo entre tejas, absorto ante sus

Qué próximo coño.

Tras el impacto, Lázaro se sintió impotente. Fue como si todo el agua fuese vaporizada de un verde pasto por algún odioso calor. Encorvado y temblando ante los agujeros quedo desolado y se lleno de tanta rabia que hubiese acabado por matar a Rigoberto. Pero antes de que pudiese desenvainar el Pelidas su espada, bajo Minerva a disuadirle: algo de agua permanecía percollada bajo la seca superficie; una imagen persistía en la cabeza de Lázaro apoteósica. Con esta realización se disipó su ira y llego un sentido de haber algo logrado. Lázaro Fornes entonces, dejando atrás el sobre sin nombre que recibirían todos, echo a correr pues era él partidario de que las agujas se mueven aún cuando no se les mira. Ahora se encontraban los tres personajes satisfechos: Lázaro porque P. 55 / HOUND

Próximo

Su mirada fue recibida por una alta muralla de plexiglás con pequeños rotos en su centro, no muy distintos de aquellos que le permiten a los condenados comunicarse con el exterior. Detrás de los agujeros Faustina la Cajera lo miró enfadada. Para ella, la jornada corriente había tenido la duración típica de una de poca actividad, por eso mantenía sus pupilas clavadas en la manecilla del análogo aun así con mano extendida. Este estaba apunto de leer hora-de-irse ya que en la compañía de buses no pagaba sueldo fuera de hora y había noticiero a las 6. El tropezón de Lázaro había causado que desatendiera el movimiento de los ejes, hecho que enfureció a la Cajera Faustina de sobremanera, pues sus años de experiencia laboral le habían enseñado que las manecillas de los relojes solo giran cuando alguien las esta mirando. Por lo tanto, razonó Faustina la Cajera que al divertir su atención del reloj, Lazaro había conseguido que todo el mundo se atrasara tres segundos. La Cajera sin embargo no le reprochó a Lázaro por su transgresión ya que, por el bien común, no tenía el tiempo. Entonces chasqueó disgustada y volvió a contemplar por el bien común, el análogo. Puso sobre su mitad del cartón prensado el pedazo de papel que sostenía temblando y lo deslizó con furia hacia el Insolente Lázaro; todo sin quitar la vista del reloj y por le bien común.


algo escribiría, Faustina la Cajera porque miraba el reloj (por el bien común) y porque pronto partiría y Rigoberto porque sería indicado, se movería y mañana poncharía de nuevo. La contentura de Lázaro sin embargo, a diferencia de la de los otros dos, era una frágil ya que dependía de algo tan efímero como una conceptualización humana. Una que contenida en un domo fino e inefectivo, será abatida por los crueles vientos del tiempo. Ellos que la distorsionarán y la quebrarán (y a todas las otras) hasta que rendida inútil, la descartarán en aquel lugar donde van inevitablemente las cosas que paré la mente mortal y las memorias. De alguna manera sorprendentemente consciente de esto [sorprendente pues muchos no le están (entiéndase consciente) ], Lázaro comenzó a desesperarse, temía que todo su labor artística fuese al final para nada. Afortunadamente, Lázaro contaba con un gran aliado en su lucha contra la merma: las luces de tránsito de Ciudasno eran celebradas como esas de menor duración en todo el planeta. Era tanto el renombre de los semáforos que miles de turistas peregrinaban a presenciar aquella maravilla del mundo moderno. Decenas se bajaban de aviones o de buses o de trenes para montarse en carros alquilados y recorrían la míticas carreteras de Ciudasno. En algunas instancias incluso, eran tantos los carros errantes que se congestionaban las calles y el tránsito quedaba totalmente paralizado. Aquel era un primero de mayo, día del trabajador y desafortunadamente para Lázaro, día feriado. Guiaba su oxidado auto japonés a treinta sobre el máximo por la autopista Concepción en un ciego furor. Debía llegar pronto a un papel ya que cada vez se hacían más vagas las llanuras de hierba que se había tallado con embotado cuchillo en la cabeza. Aquellas que, supuso el habían de ser el eje de su magnum opus.

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Hubo recorrido la mitad del tramo conducente a su apartamento de cuarto piso cuando encontró su auto frenando abruptamente. Su velocidad y su momento desvanecieron, adelante tres filas de cuartetos neumáticos fijados en la brea extendidos hacia una inacabable lejanía. Todos permanecían encendidos y sus pasajeros tenían los volantes fijamente sostenidos entre húmedos dedos. El gran semáforo en la distancia alumbraba de rojo los parabrisas y todos esperaban pacientemente su turno; todos menos Lázaro Fornes que tenía cosas por hacer. Él, hundía nerviosamente el freno con la punta de su zapato derecho, tocaba la quinta de Ludwig en los superior de su guía, perspiraba en un acto de concentración digno de los monjes tibetanos, tensaba los brazos, respiraba aire caliente y rechinaba los dientes hasta moler un fino polvo amarillo y fétido. Se trataba de el último carro en aquel inmóvil torrente de tuberías y con cada tic-toc de la Dr.Franza de Quivaro crecía su nerviosismo. Fue en esa desarrollante agonía que se olvido de lo que sabía, se dejo llevar por el mismo principio que regía la vida de Faustina la Cajera. Invirtió todas, o por lo menos la mayoría, sus energías

en dejar reposar la mirada sobre la luz roja que permanecía estática a la distancia. Debía mirarla fijamente, pues si no él quien asumiría la monumental responsabilidad de hacer correr al tiempo? Y así la contempló por un rato, con los ojos firmes pero con la mente en sus llanuras. Siempre en tensión, siempre luchando contra el dejarseir. La tentación de divagar es una que ha atormentado la humanidad desde que primero nació como estirpe. Desde el Cristo en desierto a un Sidartha a un San Antonio a un Ghandi acostado entre infantes y ahora a un Lázaro Fornes en su viejo auto. La suya era una lucha titánicas e inhumana y con cada momento pasajero se volvīas más titánicas e inhumana. Lázaro se sentía llegando al umbral, comenzaba a deslizarse cuando el semáforo destelló verde y todo se puso en marcha nuevamente. Un sosiego inundó los pulmones de Lázaro al oprimir el acelerador. Miró el digital, los semáforos funcionaban a su típica velocidad y no había pasado tiempo significativo.

Fue todo supratentorial. Lázaro retomó su antigua postura, con cabeza mirando absolutamente hacia delante, el pie solo en el acelerador, los brazos tiesos y la mente firmemente anclada en la imagen del verde prado. Se hubiese sentido en total control de su trayecto sino por los autos que frenaban su progreso vectorial. Como hubiese querido Lázaro haber construido un gran puente celeste para cruzar aquel Rubicón o que los cielos le otorgasen un bastón divino para con él partir el mar de hojalata en dos.

Soy el único que tengo prisa en esta mugriente ciudadela que se mueran que tengo cosas por hacer. Intentó inútilmente rebasar a esos sus vecinos de carretera, buscó hasta el más diminuto espacio para escapar y nada consiguió. Envuelto en aquel forcejeo con fines progresistas, Lázaro no advirtió que sus alrededores no cambiaban. Las cuatro gomas rodaban pero detrás de la ventana permanecía la misma cafetería marginal donde un viejo de sombrero marrón de alas anchas leía el diario. Llevaba unos zapatos negros ensuciados por el polvo de la ciudad y una chaqueta desmenuzada y deshilachada por el trabajo (o más bien la falta de). Tenía la cara suelta. Llevaba una estúpida sonrisa en la cara. Leía los obituarios, reconocía a muchos. Se alegraba de su larga vida. Luego de cerca de un cuarto de milla de la misma inmovilidad, Lázaro Fornes y su carro llegaron a otra luz roja. Esta lo encontró más relajado pues ya había pasado una, sentía el avance. Sin embargo, no se dejo fiar, permaneció con la vista clavada en el lejano semáforo que, pintado rojo, lo mantenía en aquel limbo intelectual. Mientras lo miraba otra vez paso una eternidad sin pasar el tiempo y otra vez fue salvado cuando estaba apunto de caer en la tentación. Luego miró otra vez el digital donde pudo ver que, como siempre,


los semáforos estaban funcionando como debían. Otra vez se puso en marcha. Intentó otra vez rebasar a los soñolientos conductores que manejaban a sus costados, otra vez no pudo pues no había espacio suficiente. Al final no hace diferencia si les paso, siempre habrán dos más alfrente. Pudo mirar hacia la calle marginal y vio la misma cafetería que lo había acompañado en su primer paro. Se dio cuenta así que se había movido pero que no había recubierto nada. En su ira olvidó los nervios. Deseaba más que nada destrozar su carro, hacerlo trizas de forma que cuando lo hallasen quedara mas que una indiscernible masa de acero con una pulpa carnoso en su centro (él). Que se cuerpo quedase completamente desfigurado y que fuese un espantoso enigma ensangrentado para los forenses que realizarían su inútil autopsia. Quería que aquella ciudad desértica llena de gente se quemara al suelo, un autentico (por fin) Cartago moderno. Miraba al viejo que leía el periódico y a este fue el más que odio. Era su culpa todo, de él y de su chaqueta y sus zapatos y su piel-cuero. Lázaro Fornes encontró su mano moviéndose hacia la puerta de su carro. Se bajaría del auto y arremetería contra el causante de su estancamiento, pero cuando iba por el mango, sintió que comenzaba a olvidar. Se había dejado relajar. La imagen se hizo más vaga y Lázaro entró en un profundo pánico. Se agudizaron los síntomas de la primera parada; temblaba y sudaba y seguía manejando, acelerando y desacelerando como autómata. Cayo del cielo a un mar negro y tormentoso. Manejaba y solo pudo respirar cuando la luz se tornó roja nuevamente, un necesitado descanso. En ese momentáneo sosiego, Lázaro pudo componerse. Inhaló, exhaló, del diez al zero tal y como le había enseñado la escuela. Hurgó la guantera por algo en un intento de salvaguardar residuos de su éxtasis. No encontró nada y de todas formas le faltaría el instrumento, el con-que.

Que mal escritor. Decidió que tendría siempre (a partir de ahora) siempre a la mano papel y lápiz para la próxima. Entonces en búsqueda de algún remedio, recordó la historia de aquel romántico que componía poemas enteros en su cabeza mientras caminaba por bosques de olivos.

¿Por qué he yo de no poder?

Lázaro pego su dorso al espaldar y se dejo relajar. Decidió

Miró la hora, debió haber pasado muchos semáforos Llegó a uno último vestido de rojo y se sentía satisfecho con su proceso. Cada vez estaría más cerca de su meta (casa) y solo tocaría rebasar uno que otro carro más. La luz cambio a su típica rapidez. Al final de todo Lázaro Fornes asumió la conciencia de su carro, era volante-freno-acelerador-radiador y todo estuvo bien FIN

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Supuso que tenía que imitar a los grandes para ser uno también. Era una oportunidad para probar su valor. Entonces Lázaro se sintió agradecido por su congoja; digno.

dejarse ir, su monumental concentración le había sido infructífera, debía intentar algo distinto. Cedió a su naturaleza de mortal y dejó que su mente divagase. Se encontró contemplando su parabrisas, estaba muy sucio. El polvo se le había acumulado. Las manchas de color tierra se tornaban doradas con los destellos anaranjados del sol crepuscular. Miraba los interiores: de felpa roja sus manijas cromadas los espejos quebrados la ignición el acelerador se materializaban visiones de tardes pasadas en cenas familiares tropezosas esquivando constantemente los vasos plásticos Permiso de personas mucho gusto, que no son extraños que tan solo por formalidades sociales I also remeber Clifford y los aplausos con los pies entonces así una bombilla encendida tengo que cambiarle el aceite no se percataba que guiaba freno seguir adelante: verde rojo respira suda periódico viejo con las burbujas de champán de super comenzaba la efervescencia de mi pavor ponchar ida llegada boleto perenne boleto era su historia que era de cierta manera era la tragedia de todos. hijo de familia casa hipoteca Una bombilla de aceite hipertensión Rigoberto Mamá Faustina el viejo Magdaleno un mundo de toneladas gobernadas por le ley de la inercia el análogo los estantes que distraen ¡Adiós! Una sonrisa tras sonrisa schadenfreude tras schadenfreude mil intentos de reconciliarse con la vida risas y desgracias para una subjetividad común la traducción del ingles “doin time” muestra lo absurda que resulta la noción por eso en vez dice el hispanohablante sirviendo condena dejó las llanuras sin arboles, solo grama gris que no se movía ni se mojaba mientras ardía la tierra sepulcro de Lázaro (¿yo?) por el fuego de treinta mil millones de dedos erectos humeantes apuntaban reclamaban al vacío en unísono esperaban una lluvia atascada en la Cordillera la estirpe. recibía polvo Lázaro tenía que cambiar. el aceite había puesto la señal, rebasaba, se percataba que guiaba. Mientras que el cheque estaba a su lado: volante, freno, radiador, se estaba cansando pues había trabajado mucho y tenía que cambiar el aceite. La bombilla estaba encendida, la felpa roja, las manijas, había rebosado un carro y El Viejo ya no leía el diario sonriente. Había avanzado, alrededor de él las cosas cambiaban. Había dejado atrás la cafetería. Cada vez le eran más cómodos los asientos de nilón, el volante cedía obedientemente a sus manos secas. El monóxido se transmutaba a dióxido y luego a oxígeno, cada vez estaba en mayor control de su progresivo avance.


CRÓNICA

Memorias de mi pueblo Canóvanas

Entre la guerra y don Luis por Juan Osvaldo Budet López

El soldado americano susurra -”por ahí se acercan los alemanes, son como diez, dos tienen ametralladoras, los demás, rifles semiautomáticos y pistolas. Vienen buscando nuestra cuadrilla apertrechada en el bosque.” Esto decía por la radio, tipo walkie talkie, desde una estructura de pedazos de madera construida en la copa de un árbol para vigilar a los enemigos desde lejos. -”¡Se acercan, se acercan!”-exclamaba. Y así, con ese aviso de urgencia, se escondieron y se prepararon los soldados americanos para la batalla. Fue una batalla dura la de aquel verano. La cuadrilla americana ganó, aunque hubo tres bajas y dos heridos. Los alemanes fueron derrotados aquella mañana en el bosque. Murieron ocho y dos fueron tomados como prisioneros. La batalla duró unas tres horas, desde las 9am hasta las 12m más o menos.

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Antes de la batalla, había desayunado un suculento plato de zucaritas de maíz, dos huevos sancochaos con pan y mantequilla, acompañado de un buen café, como lo hace todavía mi mamá, para luego salir a batallar al bosque de la Vega de Don Tiné, como le decíamos al dueño de una finca aledaña a la Extensión de la Urbanización del Pilar, donde hoy en día viven mis padres, Don Nene y Doña Ida. Fue una de las urbanizaciones construidas por Fullana, uno de los mayores urbanizadores de la época. Siempre que me preguntaban –“¿dónde vives?”- Yo decía, - “en Fullana”. Allí en aquella Vega jugábamos horas, a alemanes contra americanos, pero teníamos también otras versiones de guerra como, espartanos contra griegos (antigua versión de 300). Además, dependiendo de la época del año, a veces jugábamos con hondas y los famosos rifles de chapas. Estos rifles se construían con un palo de madera 2”x 4”, como de dos pies de largo.


A un extremo del palo se clavaba un pedazo de goma de llanta de bicicleta y al otro extremo un clavo, se halaba la goma hacia el clavo que ya tenía una chapa de botellas de cristal. Entonces se ponía la goma estirada a la chapa y se dejaba tirar a toda velocidad hacia el oponente. Bastantes moretones que tuve gracias a esa arma letal. Recuerdo a soldados que hoy sobreviven, los Iturrino, Carli, Aito y Luisito, a Robertito Moreira, Papo Hiraldo, hermano de Nayita y a los Mujica, Samuel y Toñito, aunque Toñito prefería jugar a las cartas de peloteros. Hay otros que ya no están con nosotros, los veteranos de la Vega. Esa fue parte de mi juventud en Canóvanas, especialmente los veranos. Un día, en esa Vega que tenía un camino de piedra lleno de árboles de meaito (tulipán africano) nos fuimos, más o menos el mismo grupo, hacia el sur, a investigar. Esto lo hacíamos a menudo, a ver a donde nos llevaba. Muchas veces aparecía Don Tiné cabalgando en su corcel, para cuidar la finca, y nosotros nos escondíamos a esperar que pasara. En esa ocasión, pasando por debajo del camino de la carretera 65 de infantería, cuando tenía sólo dos carriles, llegamos a una vaquería abandonada al final de la vereda. Parece que no tenía mucho tiempo de abandonada, pues estaban todas las maquinarias intactas, las verjas para las vacas de tubos galvanizados, un rancho en muy buenas condiciones. Era como si el tiempo se hubiese detenido en aquel lugar. Más adelante, si seguías caminando por la misma vereda, podías llegar a pie al barrio Cambalache.

Recuerdo el incidente que puso fin a mis visitas a aquella casa. Fuimos ya bastante entrada la tarde, a eso de las cuatro, casi a la hora de regresar a casa. Me dio con entrar al sótano. Era relativamente seguro entrar pues había una media pared que estaba entre la ventana del sótano y la parte exterior de la casa, lo que hacía difícil que te viera Don Tiné. Cuando entré por la pequeña ventana de marco de madera y de sólo una hoja de cristal, encontré una galería bastante grande, diría yo como de 20 pies por 14 pies. Estaba toda llena de archivos, de esos de cuatro gavetas de oficina. Me estuvo bastante raro que hubiera esa cantidad de archivos en un sótano. Con algún temor recorrí aquella galería, ya con muy poca luz. Entre la penumbra y con la mentalidad de una película de misterio me dispuse a abrir una gaveta de esos archivos. Para mí sorpresa encontré muchas cartas, cartapacios, esos de color marrón. Todo estaba catalogado. Les confieso que tenía el temor de que se apareciera Don Tiné, lo cual me hacía ver todo con mucha prisa. No recuerdo de que eran todos esos archivos. Si recuerdo que había muchas cartas escritas en inglés. Lo cual le añadía mucha emoción, pero a la vez temor al hallazgo. Lo que sí estoy seguro recordar fue lo que vi en una de esas cartas. No recuerdo el contenido, pero si el firmante. Luis Muñoz Marín firmaba la carta y firmaba como Gobernador. Cuando vi la rúbrica, me espanté. Y me pregunté; ¿qué hago yo aquí espiando algo que ni me importa? Me sentí como un espía, y en esta ocasión ya no era de la milicia americana, como solía ser en las guerras del bosque de la Vega, a la que ya no pertenecería. Sino como un alemán a lo “Ojo de la Aguja”(The Eye of the Needle” película con Donald Sutherland). Tuve mucho temor y salí rápidamente del lugar. Nunca más volví a entrar allí. Sólo veía la casa del hacendado de lejos, levantándose en una loma rodeada de árboles en medio de la Vega de Don Tiné. La casa sucumbió ante el progreso dando paso a una urbanización llamada apropiadamente, Las Vegas. Recuerdo tantas historias similares, tantos lugares recónditos, parajes hermosos y estructuras en su proceso de envejecimiento que todavía no le había dado a algún inversionista por destruir para hacer alguna urbanización. Cuantas batallas fantásticas tengo en mi mente y mi corazón que me ayudaron a ser quien soy. Cuantas cosas que no he contado que me formaron. Hoy ese recuerdo me lleva cuán máquina del tiempo. Me emociona viajar a mis recuerdos, que siento tan vivos en mi memoria. Ahora, contándolo aquí, otros podrán entender que todo pasado es mejor solamente cuando ves en ese pasado el forjar de tu ser y de tu mismo futuro. P. 59 / HOUND

Antes de llegar a esa vaquería había un desvío a la derecha del camino que llegaba a una vivienda enorme de esas que salen en las películas de vaqueros, era la vivienda del hacendado. Era una estructura hermosa. No tenía un estilo español, pero tampoco criollo, más parecía un estilo colonial americano como esas haciendas de Nueva Orleans. Quizás más parecida a la Casa Benítez del Condado del arquitecto Antonin Nechodoma, aunque mucho más grande. Cada vez que veo la casa de Jesús T. Piñero en la 65 de infantería, me acuerdo de aquella casa. Estaba levantada unos cinco pies del suelo, con escalera al centro de la fachada principal y un balcón a vuelta redonda de la estructura. Recuerdo que tenía alguno que otro vitral en las puertas de entrada. La casa era de dos pisos con un ático bastante pronunciado y un sótano. Estaban construidos en hormigón su balcón alrededor, su piso principal y sus paredes, pero creo recordar que el entrepiso, techos y ático eran de madera. Recuerdo hasta el color. Casi toda era blanca con algunas paredes exteriores color rosado. Era una casa majestuosa. Ya no vivía nadie en ella lo que le añadía ese aire misterioso; misterio ampliado

en nuestra imaginación juvenil. Todos los veranos íbamos a ese lugar.


POEMA

A miles de kilómetros por María Rivera Ortega

La luna llena me acompaña en esta noche de insomnio. Se escucha él canta a lo lejos de un búho. Miro mi reloj de reojo son las tres de la mañana. Y estoy pensando en ti, en que estarás hacienda Al otro lado del continente ya es de día. Te imagino practicando cetrería. Vuelvo a contemplar la luna, y veo tu reflejo en ella. Es como si me estuvieras mirando.

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Vuelvo a comprobar la hora es más tarde. Y no te puedo sacar de mis pensamientos. Te imagino contemplando el cielo azulado, yo también estoy en tus pensamientos. No importa en qué parte del planeta este. Siempre que mire al cielo tú estarás en mi pensamiento.


ARTE

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Alberto AvilĂŠs Tattoo 2 Dibujo digital 2019


COLUMNA

P

achacámac, quien fue sincretizado como el Cristo de los temblores, venerado en procesiones que recuerdan el terremoto que azotó Cusco en marzo de 1650, late en las arterias de un pueblo enardecido. Dos mil siete, Machu Picchu es declarado una de las siete maravillas de la era contemporánea y Alan García hace de sus canalladas sin un Sendero Luminoso que moleste. Despidos masivos, incendios de ómnibus, aeropuertos bloqueados, pedradas contra la policía y represión, decenas de heridos, un campesino muerto. Como siempre, los maestros joden por mejorar la educación, la Central General de Trabajadores, por una justa distribución de la riqueza, y la Confederación Nacional Agraria, por facilidades hacia el sector y la anulación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El reelecto presidente adjudica el desmadre a grupos minoritarios de “radicales, suicidas y locos” financiados por Chávez. Cusco amanece revolucionada y si bien he participado de varias manifestaciones en Córdoba, cuando las Reformas Educativas digitadas por el FMI para el tercer mundo, y sin querer hacer una épica de una convulsión social que está hasta el perno, esta es especial: se percibe un algo ozónico en el aire enrarecido que susurra busco volver de golpe el golpe.

Trip: Qosco 2007

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Fotos + columna por Pablo Trochón

Estar a 3,400 mts. sobre el nivel del mar, en una soleada hermosura que oscila entre el cosmopolitismo y su tradición indígena, alucinado por el entramado de techos coloniales y el clamor popular que proviene de la Plaza de Armas, donde otrora fue desmembrado Tupac Amaru, confiere la sensación de pasar de una realidad otra. Por las empinadas y angostas callejuelas empedradas, desaguan los maestros en la Avenida El Sol, frente a la Iglesia de Santo Domingo, emplazada sobre el sitio del Qoricancha: otra muestra de la transculturación que impuso la Conquista y que rezuma en cada escalinata de la ciudad. Gilda y Juanito, su guanaquito, se sacan fotos con los turistas. Casi muero de placer, unos minutos más allá, con una de las cinco mejores jamas de mi vida: trucha con omelette de verduras, arroz y papas fritas. A fin de impedir el acceso a destinos turísticos, la ruta aparece tupida de las mismas grandes rocas que han sido removidas por la policía en la mañana. Esto hace eco en el ánimo caldeado de los pasajeros, que se empiezan a pelear por cualquier cosa: está bien la lucha, pero yo pagué por ver… Inclusive, en un acercamiento para una presunta negociación, el guía se rinde al cholo power y se abandona a la chicha alcohólica con los campesinos, hasta que voy a buscarlo. He tomado Inka Kola y Cusqueña, he sobrevivido a los turistas (como el español que se quejaba de que nos llevaran a la Iglesia


de la Natividad en Chinchero si no se podían sacar fotos), al limeño carteludo que se compró un sikus para alardear con los gringos, y la conclusión es que uno termina obsesionándose con lo indígena y viendo reminiscencias incaicas en cualquier lugar. Me hace acordar al artesano guatemalteco que, desde su “oficina” (una hamaca paraguaya) en un hostal bellísimo de Granada, Nicaragua, hace tobilleras con euros y dice que es el último maya.

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Lateo por los alrededores, entre una gran cantidad de museos, hermosas iglesias con establos de oro, la casa del Inca Garcilaso, la calle Plateros donde pregonan los dealers, y la Plaza de Armas, de la que no se puede escapar. Son días agotadores, las noticias chorrean marchas de protesta. Hay cosas que no encastran con la perfección de las piedras incaicas, que prescinden de todo material para soldar las junturas; muros de adobe donde ha crecido maleza. La noche ha vuelto a tomar la ciudad. Doy un pestañazo, pero ya me despierto por las corridas a vomitar de los huéspedes que no se han aclimatado a las alturas. Salgo al balcón bien pulenta del hostal que se encuentra en las alturas, muy cerca del Palacio de Manco Capac, y desde donde los cerros y la entera Cusco es un alfombrado de luces que retacean la penumbra.


COLUMNA Penumbra que se traga los caminos del Valle Sagrado, persiguiendo al Urubamba y coronado por picos nevados, y los del mercado de Pisaq, atestado de enjambres de vendedores ambulantes, como en casi todo Perú. Las terrazas de plantación (el cultivo se dificulta en terrenos tan montañosos, como el que ocupan los relegados zapatistas en Chiapas), docenas de Intihuatanas. Los farallones milenarios, donde se asientan puestos de vigilancia y cactus acróbatas, y por los que me he escapado del discurso bobo de los guías. Las ventanas de Tambomachay, desde donde las momias participaban de las ceremonias del agua.

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Que se arrebata Sacsayhuaman, que, si aceptamos la idea de que Qosco fue construida con forma de cabeza de puma, representaría el fruncimiento del ceño visto de perfil. Aunque es el muro perimetral de un anfiteatro que da lugar a la danza de la serpiente, he visto descender un cóndor (el Hanan Pacha que invade el Kay Pacha) que soporta estoicamente el

vendaval de flashes que le roban de a poquito el alma. El lugar, rodeado de tabaquillos, tiene una vista asombrosa del centro del mundo, mejor que la de mi balcón, desde donde la noche se lleva también el sembradío en terrazas con forma de llama de Ollataytambo, frente a la colca tallada en la montaña con forma de Wiracocha cargando una bolsa con víveres, y en la cual el alimento se mantenía gracias a múltiples entradas que canalizaban el viento. Ya no están las cholas pelando maíz ni los chibolos jugando a la pelota en el complejo agrícola de Tipón, irrigado por un sistema de canaletas que aún hoy funciona. Bajo por la Resbalosa y luego por la calle Suecia y así como los Incas llevaban los ídolos de pueblos sometidos al Machu Picchu para rendirles culto, parto con mis creencias en el trencito que va a Aguas Calientes, hacia el santuario, para allí hacer lo propio… o lo nuestro: ¿lamer miel o lamer mierda? That’s the question. But no matter, the road is life.


POEMA

Algún día en pareja por María Rivera Ortega

Mi día a día es muy habitual y tranquilo. Cada pensamiento me lleva a tu recuerdo. Es normal que cierre los ojos un instante y te vea junto a mí. Amor recuerdo tus caricias cada mañana. Anhelo el día en que despertaremos juntos. Nuestras mañanas estarán llenas de caricias y rísas. Me refugiaré en tus brazos cuando me sienta mal. Reiré de tus chistes y tus ocurrencias. Pelearemos y reconciliaremos con besos y abrazos. Despertando de este sueño profundo, será real que estés a mi lado amor. O mis pensares me juegan una mala pasada. Algún día amor despertarás junto a mí.

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COLUMNA

Les-bi Cuir por Vianca N. Arocho

A la carta Lágrimas con alas agridulces servido a la carta en una esquina semi abierta.

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La sed arde como impulso de cafeína en té negro para mantenerme viva en estado sonámbulo. Mi nombre retumba en tu esperanza sin número en el calendario, suicidándome.


Marrón de arrecife

Cigarro compartido Sin haber silbado un cigarro en labios compartidos mi pecho finge ser globo para remar en tus venas galácticas. Se esculpen en mi boca instantes de sonrisas efusivas a tu secundo par salivarme.

Soñé con tu tacto de guitarrera sin conocer cuerdas o afonías, tu alfombra de perfume suave, matizó mi conciencia en globos con aire en suelo de alfileres, expulsando mi primer boceto de amor en tus cielos de arrecife.

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El flamboyán de hojarascas degollad tu acento en mis tímpanos (r)egresando a sueños (des)congelados.

Un pedazo de madera reinventado en pared de alcohol, llena de nuestras iniciales y el único beso, alcalino, al ver tu pupila en mis adentros.


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Musica Demente -

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por Pablo Martínez Marín


FOTOENSAYO

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HOUND / P. 70

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CUENTO CORTO

El gato no escucha por Némesis Mora Pérez

En la sala de espera del veterinario, un señor del color de un papel A4 y con una correa que le da la vuelta a la cintura dos veces, le lee las primeras páginas de La Vanguardia a su gato gordo y enfermo. Como ve que el felino ni se inmuta, ni maúlla, ni ronronea, mejor le resume las noticias y le regala una que otra nota al calce. ¿Estará muerto?, pienso. Pero recuerdo que es un gato y que durará hasta siete veces más que su amo enclenque. Matemática básica. Ciencia elemental. Mientras el calor matutino comienza a levantarse de entre las calles, le llega el turno al hijo putativo del catalán. Antes de entrar a la segunda sala, el señor vuelve a hablarle al felino un poco más discreto. Lo prepara para lo que viene: palos con poco algodón hasta el fondo de los oídos y un termómetro grueso por el culo del gatito indispuesto.

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Desde la sala de espera lo escucho tirar besos, soltar cucamonas e intervenir cada vez que haga falta para darle al gato las descripciones necesarias mientras el veterinario le dispensa el medicamento. Pero el felino no se inmuta, no maúlla, no ronronea. Antes de marcharse, el señor se sube los pantalones caqui hasta que el tiro se lo permita y se despide del personal con devoción de abuelo. El personal, que solo son dos empleados con cara de llevar en el mismo puesto desde siempre, lo acompañan hasta la puerta y le regalan un adiós como nietos a su abuelo. Desde la sala de espera, los veo alejarse bajo un sol con pinta de mediodía hasta perderlos de vista. A unas cuadras de distancia, se escucha un sonido que aliviana; el medicamento hizo su efecto.


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Must watch these!

por Team Hound

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A través de los Ojos de la Moda por Mireya Colón

E

n esta isla hermosa hay mas mentes creativas de las que podrías imaginar. Es este espacio quiero presentarles gente del patio, con imaginación hasta el cielo y entrega total por lo que hacen con tanto amor. ¡Conócelos y dales Like! El nombre de la marca Kimpande, es la mezcla de dos palabras. Kipande es una en palabra Swahili que significa “parte” o “porción”. Impande es una palabra en Zulu cuyo significado es “raíz”. La combinación de ambas palabras es lo que nos define. Lo que Kimpande trata de decir es que somos parte de una raíz. ¿Qué hace la marca? La marca comprende varias cosas. Joyería inspirada en nuestra herencia africana, o como la llaman muchos, joyería ancestral. Cada pieza tiene su historia particular. La marca busca educar sobre esa mezcla del continente africano que muchos desconocen. Trato de rescatar información de los distintos grupos sociales de raíces africanas que llegaron a la isla. Quiero presentarlos en mis piezas como una forma de respeto u homenaje. ¿Cuáles son los fundamentos? Cada pieza se talla en cera. Se presiona en moldes de arena y luego se vierte bronce o el metal que vaya a ser utilizado en los moldes, para luego cortar, limar y pulir. El resultado es lo que se busca, la pieza como producto final.

Los comienzos de Kimpande.

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Todo comenzó en el 2008 bajo el consejo y tutela de Alejandro Sánchez. Con el aprendí como se trabaja en las ferias, como desarrollar el trabajo, puesto que en ese entonces mi materia prima no eran los metales sino los cuernos de toro que conseguía cuando eran desechados. Mas adelante, conocí a otro artesano, John Lee, quien me mostro como trabajar los metales.

Tome cursos en la UNAM en Taxco, México, para finalmente lograr el trabajo y el producto que tengo hoy día. En las redes: FB: Kimpande Jewlery by EP y IG: Kimpande_Jewelry Agradecimientos: Quiero darle las gracias a cada una de las personas que han estado conmigo desde el comienzo de todo esto. A cada una de las personas que se han unido y me han ayudado en mi crecimiento. ¡Mil gracias!


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Expresiones creativas por Mireya Colón

L

as artes plásticas, que incluyen la pintura, el dibujo, el grabado, la escultura, la fotografía y la cerámica, entre otros, son un reflejo de la sociedad. La plástica puertorriqueña es una de las expresiones más significativas y definitorias de nuestra cultura. Sus particularidades y acentos se dan en el contexto de una sociedad altamente compleja, tanto en el aspecto político como social y económico. Los artistas, testigos y partícipes de esa realidad, expresan una visión de su entorno, de su ser. Quiero que conozcas a nuestros artistas plásticos, quienes día a día crean maravillas en su medio, transmitiendo su creatividad para el disfrute de nosotros. Hoy les presento a Nívea Ortiz Montañez de Nívea Ortiz Ilustradora

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¿Qué es lo que haces? Soy artista de la Ilustración. Creo ilustraciones para complementar y enriquecer visualmente una historia o un concepto. Soy ilustradora por cuenta propia, tengo clientes en diversos campos como editoriales, editoriales educativas, revistas, periódicos, y agencias de publicidad. Entre ellos figuran Ediciones SM, Editorial de la UPR, Heineken, Simon & Schuster y Penguin Random House. ¿Cómo lo haces?

Usualmente los clientes me contactan, discutimos el proyecto, ellos proveen la descripción de lo que quieren y luego comienza la etapa de bocetos, hasta que se crea el arte final. ¿Por qué lo haces? Ilustro porque me apasiona. Dibujo desde pequeña, simplemente me hace feliz. Disfruto mucho pintar y pensar en la mejor forma de lograr presentar gráficamente el mensaje del autor. Soy muy afortunada de poder trabajar en lo que me gusta. ¿Cuándo comenzaste? Inicié mi carrera profesional tan pronto me gradué de Pratt Institute, volví a P.R. y empecé en el periódico El Nuevo Día, allí trabajé la ilustración editorial. Al poco tiempo comencé a dibujar para las editoriales infantiles, revistas de moda y libros particulares. ¿Dónde lo haces? Trabajo por mi cuenta, así que puedo trabajar en cualquier lugar. Comienzo a trabajar ideas de bocetos y luego en mi estudio continúo trabajando digitalmente o en un medio tradicional como el gouache o acuarela. En las redes: niveaortiz.com instagram.com/nivea_ortiz/ facebook.com/NiveaOrtizArt/


POEMA

Desde que no estás... por Némesis Mora Pérez

Desde que no estás, hasta la tilapia me sabe a lasaña doble queso La norteña empezó a sonar como Beethoven Todas las iglesias cerraron Los obispos invocaban a Afrodita desde sus templos Un busto de Mata Hari fue erguido sobre la basílica de San Pedro El pelo me cogió más brillo Tuve mi primer squirt Romero Barceló se atragantó con la pepa de una quenepa José José se volvió perpetuo Frank Sinatra nunca llegó al 14 de mayo del 98’ Lucecita Benitez me cantó Génesis al oído La Planta en Arecibo se volvió bioluminiscente Nacieron baobabs en las Salinas de Cabo Rojo Tito Kayak arrebató todo el mármol del Capitolio hasta saldar la deuda Gané docientos cincuenta dólares en el raspa y gana que compré en el 24 hours de la esquina Que desde que no estás, soy más feliz que Crono y Lorena Bobbitt juntos

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ARTE

Zivany PeĂąa Ayuda Arte digital 2019


FOTOGRAFĂ?A

por Iris D. Torres

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Ballerina 1


CUENTO CORTO

Una estrella caída por Yonelis P. Acevedo Corchado

Me estoy cayendo. Cada vez que cierro los ojos, todo lo que hago es atravesar un espacio oscuro y vacío. Una y otra vez, todo lo que hago es caer. Eso es todo lo que veo en mi sueño. ―Dwayne, necesitas un cambio de ritmo. ―He hecho cambios. Solo te preocupas demasiado, Elena. Mi hermana, Elena, viene a verme todos los lunes por la noche después de que termina sus ensayos de ballet en el estudio. ―’Cambiar’ no es sentarse en un lugar diferente del pent-house. ¡Has estado aquí durante años! No puedes continuar con esto.― Ella se enoja fácilmente, pero, yo sé mejor. Ella es solo una persona sensible, a diferencia de mí. Siempre creí que ella robó esa parte de mí mientras estábamos en el vientre de nuestra madre. ―Dos años, cinco meses y dos días es el tiempo que llevo dentro. ―Olvidaste las horas, minutos y segundos.― Cuando Elena se vuelve tan sarcástica, tiene el hábito de mirar hacia otro lado, evitando encontrarse con los ojos de la persona, y comienza a inquietarse, jugando con su largo y dorado cabello. Por lo general, nos peleamos de esta manera sarcástica, como si nuestros problemas pudieran resolverse con una burla. Seguir su ejemplo para molestarla, es aún más divertido. ―Oh, ha sido...―

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―No, detente. Eres consciente del tiempo al menos. Tiempo. El tiempo nunca se ha detenido, solo se movió más lentamente. ― Cómo podría no hacerlo. Ese es el tiempo que llevo sin tocar el piano, ese es el tiempo que ha transcurrido desde ese incidente.― ―Es precisamente por eso que debes cambiar el escenario, tal vez


eso ayude. ―No necesito un cambio de escenario. Necesito poder tocar de nuevo. ―Me levanté de mi silla cerca de la ventana que tenía la vista hacia los bosques del este y caminé hacia el piano que estaba al otro lado con la vista hacia la ciudad. ―¿Y quedarse dentro ayuda? ―Sí.― Es lo que digo, pero la realidad es que no ayuda. Soy un cobarde que tiene miedo de enfrentar sus miedos y salir al exterior donde otras personas podrían verme, podrían reconocer el fracaso que realmente soy. ―¿Cómo? ¡Todo lo que veo es lo miserable que te ves! ¡Estás desperdiciando tu vida! Es hora de seguir adelante y… ―¡Suficiente!― La sobresalté. Por supuesto que lo hice, es raro que levante la voz. Estoy miserable, es lo que pensé, pero no verbalice esas palabras. Elena siempre me está cuidando. Ella es la única que se quedó a mi lado luego de lo sucedido. Posteriormente, ella se acercó a mí y me abrazó entre sus brazos pálidos de una manera amorosa de hermana. ―Hermano, solo quiero lo mejor para ti. Simplemente estoy preocupada por ti.― ―Lo sé, Elena. Lo sé. ―Solo deseo, por una vez, que salgas y veas lo que te estás perdiendo. Eso puede ayudarte a recuperar tu inspiración para volver a tocar. Para crear esas hermosas melodías, las que solías hacer y las que yo solía bailar. No desearía nada menos, pero no puedo admitirlo ante ella. ―Se está haciendo tarde. Deberías irte a casa.― ―Muy bien. Volveré la próxima semana. Cuídate, te quiero.― Con eso, ella se fue.

Elena salió corriendo de la cocina, donde estaba preparando té, hacia donde yo estaba, ―¿qué es qué? ¿Por qué suenas tan...?― Ella rápidamente se dio cuenta de lo que me refería. ―No se suponía que los vieras.― Ella miró hacia otro lado, no queriendo encontrarse con mi mirada. ―Entonces, por favor, dígame, ¿cuándo se supone que debo verlos? ¿Cuándo el director habría venido a recogerme con la esperanza de que, en medio de mi confusión, abandonaría mi hogar y comenzaría a actuar nuevamente como si nada hubiera sucedido? ―Iba a decírtelo. ―¿Cuándo? Tenía una expresión confusa, pero, aun así, me contestó sin mirarme directamente, su mirada más allá en otro momento; su voz tierna y suave, ―Estoy aquí llevando esos papeles, ¿no es así?― Coloqué los documentos sobre la mesa y me senté en la silla cerca de la ventana, ―Esto no va a funcionar. Incluso si muestro mi rostro allí, ¿qué te hace creer que seré bienvenido?― ―Hermano, el director fue quien me dio esa solicitud llena. Te quiere de vuelta y no le importa el pasado. Sólo quiere que toques de nuevo.― Elena esperó una respuesta, pero no le di ninguna. ―Solo, piénsalo, ¿de acuerdo? El director te dio un mes para que aparecieras, pero trata de aparecer antes y dale una oportunidad. Si decides hacer esto, entonces seré tu bailarina. Como los viejos tiempos.― Como todavía no respondí, ni la miré, recogió sus cosas para irse, ―los dejaré aquí; también tengo una audición fuera de la ciudad y, por casualidad, no volveré por un mes. Cuando regrese en un mes, escucharé su respuesta. Por favor, considérelo con cuidado.― Escuché a Elena abrir la puerta, pero no P. 83 / HOUND

Mientras abrazaba el silencio que caía en la habitación, decidí ir a la terraza, viendo todo el bosque detrás del edificio. El viento se sentía frío en mi piel mientras se acercaba el otoño y los árboles comenzaban a arrojar sus hojas. El cielo nocturno se sentía más grande, más profundo; no se veían estrellas esta noche. Me sentí decepcionado. Las estrellas siempre me dieron una sensación de confort; como si me estuvieran cuidando, guiándome hacia los caminos que decidí tomar en la vida. Aunque desde esa noche empecé a pensar que incluso las estrellas me habían abandonado.

―¿Qué es esto, Elena?― Accidentalmente tropecé con la silla en la que Elena había puesto su bolso, haciéndolo caer y dispersando su contenido. Ella no era el tipo de persona que llevaría documentos importantes u objetos de valor. Sin embargo, ella llevaba documentos que tenían mi nombre escrito en ellos.


la miré cuando estaba a punto de irse por un mes, ―Te amo.― Estaba solo una vez más. El aire se sentía pesado cuando los recuerdos de esa noche llenaron mi mente. El incidente no fue lo que me asustó para esconderme, sino el miedo a la muerte, y la vergüenza de la traición también me impidió crear melodías. Aun así, era dolorosamente consciente de que la presencia de esos documentos significaba que ya no podía permanecer oculto.

Había pasado una semana desde que mi hermana gemela, Elena, se presentó en mi casa con un contrato del teatro. En esa semana, me tomó mucha energía incluso salir por la puerta. Sin embargo, esta vez había logrado llegar al teatro de alguna manera. ―¡Dwayne, mi muchacho, realmente viniste! Si hubiera sabido que podría hacerte venir con un pedazo de papel, lo habría hecho antes.― Theo Carmine es el director y gerente de todos los músicos, bailarines y cantantes de este teatro, The Grand Crane Theatre, que lo creó él mismo para el talento único que los prestigiosos teatros rechazaron por carecer de estatus social. ―Irónico, ¿no es así?― Le entregué los documentos firmados. ―Se tomó la molestia de firmarme en esta competencia nacional. Soy consciente de que las competiciones son lo que mantiene este lugar y estos formularios de participación que le dio a mi hermana, después de todo este tiempo, significa que el teatro está en problemas. ¿Estoy en lo cierto?― Theo sonrió tristemente y me dio una palmadita en el hombro con su mano bronce, gigante y esquelética. ― Lo siento. Ya que comprendes la situación, ¡dejemos que todos sepan las buenas noticias y conozcan nuestro rayo de esperanza!― ―Espera, no creo que esa sea una buena idea. Después de todo, no estoy seguro de si seré útil. HOUND / P. 84

―Estás aquí, ¿no es así? Eso es lo que importa, muchacho.― Emocionado, Theo me arrastró hacia el escenario. Para una persona delgada, tenía algo de fuerza,

ya que siempre está cargando y moviendo instrumentos y prototipos de escenario. Otro rasgo que tiene es que comienza a tararear cuando se excita demasiado, como lo está ahora mismo hasta que nos acercamos al frente del escenario. Aplaudió para llamar la atención de todos los que estaban sentados dispersos en la sala del teatro. ―Atención aquí por un momento tripulación.― En lugar de mirar hacia él, todos los ojos estaban puestos en mí; ―Este tipo de aspecto pálido y escuálido es Dwayne Sullivan. No dejes que su complejo te engañe, este chico es mi adepto. Por lo que decidí traerlo una vez más después de sus extensas vacaciones. Bueno, muchos ya lo conocen y tienen su propia opinión sobre él, pero por favor entiendan que estamos en un aprieto y él está aquí para ayudar. Traten de dejar el pasado en el pasado y llevarse bien, ¿de acuerdo?― El director miró a mi alrededor brevemente antes de encontrarse con mi mirada; ―Ahora, ¿por qué no tocas una pieza corta que ya sabes? Además, hazte un corte de pelo o algo así. Pareces una persona sin hogar que acabo de recoger en la calle y le di una camisa limpia.― Me miró con un poco de molestia. ―Nunca te gustaron los artistas con cabello largo,― dije juguetonamente antes de atarme el pelo con una de las muchas bandas elásticas que mi hermana deja en mi casa. Él asintió con aprobación, antes de volverse para salir del escenario. Mientras se alejaba, lo detuve, ―Theo espera, estoy fuera de práctica. No creo que pueda tocar muy bien. O en absoluto.― Se dio media vuelta y sonrió. ―Es por eso que tocarás. Quiero ver qué oxidado estás. Divierte un poco a este viejo.― Luego dejó el escenario y se sentó en la silla del medio de la primera fila. Siempre dijo que el mejor asiento era donde podía estar primero y en el centro de todo. Me senté en el banco del piano, respirando profundamente y observé las teclas del piano que tenía delante. No puedo moverme, no puedo escuchar ni recordar cómo solía tocar tan fácilmente en ese entonces. De repente, todo se oscureció y como en mis sueños, me estaba cayendo a través de un hoyo sin fin y oscuro. El tiempo nunca había pasado más lento que en ese momento. Mi respiración se aceleró cuando sentí que mi pecho se apretaba y el aire se atascaba en mi garganta.


Entonces oí que alguien gritaba mi nombre cuando una mano me sacudía ligeramente el hombro. De repente, me di cuenta una vez más, mi verdadero paradero, recordando que no me estaba cayendo ni soñando, sino que estaba completamente despierto en el teatro, frente al piano. Al apartar la vista, noté que el que estaba a mi lado era Theo, que parecía preocupado. ―¿Estás bien, Dwayne? ¿Qué sucedió? De repente te congelaste y comenzaste a entrar en pánico.― ―Yo...viejo lo siento, me tengo que ir. No puedo... lo siento.― Tartamudeé mis palabras mientras me levantaba apresuradamente y me alejaba, saliendo del escenario y al callejón de atrás del teatro. El viento frío de la noche me golpeó como salpicaduras de agua fría en la cara. Algo así sucedió hace un año cuando intenté volver a tocar después de mi accidente, pero no pude hacerlo. Detrás de mí, la puerta se abrió de golpe, allí estaba Cessair Heath, el hombre al que arruiné su carrera hace dos años. No necesitaba mucha luz para entender su expresión. Su profunda voz fue aún más dura de lo que recordaba. ―¿Así es como terminaste siendo? Después de todo ese tiempo. Eso no es justo, Dwayne; esperaba que fueras mejor que antes, no este patético fantasma. Después de todo, eres el hombre que robó mis partituras para sus propios objetivos egoístas.― ―Y lo lamentaba todos los días. No te merecías eso; nada de eso. Sé mejor que nadie que trabajaste muy duro para crear esa pieza para ese día. ―Y lo hiciste de todos modos y luego tienes la audacia de mostrar tu cara aquí otra vez. En un estado patético para rematar. Debiste haberte quedado encerrado en tu pent-house y pudrirte allí. Al verte ahora solo me hace pensar que no valía la pena estar tan exaltado por ti. Te destruiste.― Con eso, Cessair volvió al interior del teatro. La puerta se cerró detrás de su amplia espalda. Miré hacia el cielo nocturno, estaba oscuro y solitario; igual que este callejón; tal como yo. ―Me gustaría poder encontrar una luz para iluminar mi camino oscuro y mostrarme el camino que he perdido de vista.― Y en ese momento cayó una estrella del cielo, brillando.

Han pasado dos días y sin pensarlo volví al teatro. ―¿Por qué estoy aquí?― Llevo tres horas parado en la entrada del teatro; me siento incómodo con el transeúnte y no estoy seguro de si debo entrar. Después de todo, todavía no puedo tocar ni enfrentar a los que decepcioné. Una voz profunda y familiar sonó desde atrás con un toque de hostilidad, ―¿Qué estás haciendo?― No me volví a mirarlo, en cambio, seguí mirando el cartel del teatro; The Grand Crane Theater. ―Heath, buenas noches.― A pesar resentimiento hacia mí, se quedó a mi lado.

de

su

―Mira, todavía no te perdono por lo que me hiciste, pero todo se lo debes al anciano, te sugiero que te ensambles y empieces a tocar. Si lo haces, ... podría considerar ayudarte en esta competencia nacional.― Sin mirarme ni esperar mi respuesta, Cessair Heath se alejó, sus rasgos altos y elegantes desaparecieron dentro de las puertas del teatro. Mientras aún estaba procesando las palabras de Heath, un Theo energizado se paró frente a mí con cara de enojo, pero hablando con voz contenta, contradiciéndose a sí mismo; ―Te dije que te cortaras el cabello. Estos niños ya no me escuchan más en estos días. ¿Y qué estás haciendo aquí de todos modos? Apúrate, tenemos mucho trabajo que hacer.― Theo, como siempre, me arrastraba con él. Nunca puedo mantenerme al día con su energía, a veces me olvido de que tiene más de 60 años. ―Viejo, realmente lo siento por todo. ―¿De qué estás hablando, muchacho? No recuerdo que hicieras nada de lo que lamentarte. Oh, casi lo olvido. Arreglé tu viejo camerino y también asigné a tu hermana como tu bailarina para la competencia, pero ya que ella no está aquí, hay un reemplazo para ella hasta que regrese. Ella debería estar esperando por ti.― Uno de los estudiantes de Theo se acercó a él para preguntarle sobre su actuación, me disculpé y fui a mi viejo camerino. Mi nombre todavía estaba allí en la puerta de madera de larga data llena de muchos autógrafos de todos mis compañeros de trabajo anteriores que solían admirar mi desempeño en ese entonces. Ahora solo soy un fracaso. P. 85 / HOUND

Cuando entré en el vestuario, había una pequeña mujer pálida, con el cabello largo y blanco a un lado, mientras se vestía con un elegante vestido blanco que dejaba su espalda expuesta. Parecía muy delicada, como


una muñeca.

asiento favorito en el teatro.

―Es de mala educación mirar boquiabierto a una mujer mientras se viste, Sr. Sullivan.― Ella caminó hacia mí; ahora a pocos centímetros de distancia, me miró directamente con sus ojos grises claro. Sentí que me estaba desnudando completamente, como si no tuviera nada ni dónde esconderme de ella, con esos ojos que pueden verlo todo. ―Es un placer trabajar con usted, señor Sullivan.― Su suave y lenta voz hizo eco a través de todo mi ser.

Una semana había pasado y todavía no podía tocar sin entrar en pánico. Adhara mantiene una mente positiva, diciendo que al menos puedo tocar la primera parte, pero todos sabemos que no es lo suficientemente bueno. Incluso Theo está empezando a perder su paciencia conmigo, y eso es mucho que decir.

Me aclaré la garganta para hablar con mayor claridad, pero mi nerviosismo aún se podía escuchar en mi voz. ―Sí, claro, por supuesto. Me disculpo por mirar fijamente. No esperaba ver a nadie dentro.― ―Ya que solo me quedaré por un mes, le dije al director que me dejara usar su vestidor por ese tiempo. Es un honor trabajar con usted, Sr. Sullivan.― Ella extendió su mano pálida y delgada hacia mí. Acepté su mano extendida y la estreché suavemente. ―El honor es mío. Aunque creo que me está dando demasiado crédito, señorita... Me disculpo, no sé su nombre.― ―Es Adhara.― Con eso, se dio la vuelta y se sentó cómodamente en el sofá. ―Theo me dijo que tienes problemas para tocar.― ―Esa es una buena forma de decirlo. Para ser más precisos, no puedo tocar.―

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―¿Por qué crees que es así?― No le respondí, y ella no esperó una respuesta, ―¿Sabes lo que pienso? Creo que te estás castigando a ti mismo por un error en el pasado que ya se ha olvidado. ¿Y sabes lo que veo?― Se puso de pie y se acercó a mí una vez más. ―Veo a un niño asustado que tiene miedo de enfrentar sus temores de frente, que está aterrado de perdonarse a sí mismo más de lo que otros no están dispuestos a olvidar, pero si a perdonar.― Adhara, lentamente y con cariño tocó mi mejilla, ―Creo que puedes encontrar la luz, Dwayne.―

―¡Vamos, Dwayne! Incluso estás empezando a frustrarme aquí.― Theo ahora estaba de pie y gritándome desde su

―Lo siento Theo. Realmente lo estoy intentando. ―Si realmente lo sientes, entonces deja de disculparte y comienza a tocar.― Theo suspiró, la frustración clara en sus rasgos. ―Vete a casa por hoy, descansa un poco y reúne la cabeza.― ―Bien.― Me levanté del banco, sintiéndome avergonzado y frustrado. ―Oh, y antes de que me olvide, ¡ve a cortarte el pelo por el amor de Dios!― Me reí un poco por su queja sobre mi cabello, pero no le respondí; en cambio, me di la vuelta para dejar el escenario sin mirar demasiado a los otros que estaban alrededor. Sabiendo muy bien la decepción que todos estaban sintiendo como el que una vez el adepto del teatro no es más que una sombra. Mientras me dirigía hacia el vestidor, me prometí que haría lo que fuera necesario para que se sintiera orgulloso. Después de todo, él es lo más parecido a un padre que me queda. Cuando entré en el vestidor, una pequeña muchacha familiar estaba de pie, sola, completamente desnuda; su pálida piel blanca expuesta, su pelo largo y blanco suelto como una cascada. ―¿Ya terminó el ensayo? Qué pena, estaba empezando a prepararme para eso.― Cogió una bata que estaba en la percha cerca del armario. ―Me disculpo, no sabía que estabas aquí.― Frenéticamente aparté la vista y me di la vuelta para irme, pero Adhara cerró la puerta antes de que pudiera intentar irme. ―Tímido, ¿verdad?― Ella se rió suavemente, ― Theo te envió a casa, ¿no es así?― ―Está perdiendo la paciencia; no puedo culparlo por gritarme. Para este tiempo, después de toda esa práctica, ya habría escrito la mitad de una canción y él ya habría preparado los planes para la coreografía. Y todo lo demás.―


Adhara me escuchó pacientemente. Después de que terminé, ella se alejó de mí; ―Tal vez pueda ayudarte un poco más. Espérame en tu casa.―

―¿Cómo estás... cómo entraste en mi casa? Adhara ya estaba allí cuando llegué, aunque me había ido antes que ella. Cuando me dijo que la esperara en casa, pensé que se tomaría su tiempo para llegar aquí; era confuso cómo ella incluso logró entrar. Ignorando mi pregunta, ella comenzó a hablar. ― Dime, incluso si no puedes ver las estrellas, ¿todavía crees que volverán a brillar en el cielo nocturno?― Su mirada estaba fija en el cielo nocturno como si buscara algo que ya no se puede ver, pero siempre estuvo en el mismo lugar. Después de considerar su pregunta, sentí que sus motivos eran completamente diferentes de su pregunta. ―Si no creyera en ellas, entonces no creería que el sol salga después de esconderse durante la noche o detrás de las nubes.― ―Entonces, ¿por qué estás dudando de ti mismo? ¿Por qué desear que las estrellas iluminen tu camino?― Esta vez, ella me estaba mirando directamente, con sus intensos ojos grises que sabían mucho más de lo que parecía.

Adhara tomó mi rostro entre sus manos para que la mirara. ―El pasado ya no puede cambiarse, pero... Te mostraré lo que realmente sucedió, para que puedas entender mejor por qué tu traición lastima a tu amigo más de lo que sabes.― En ese instante, sus ojos brillaron y ya no estábamos parados en la terraza, sino que éramos como fantasmas, flotando en un cielo estrellado. ―¿Que está pasando?― Adhara ya no estaba a mi vista, sino que me sentía como si estuviera dentro de ella, mirando a través de sus ojos desde algún lugar junto con las estrellas. ―Mantén la calma, de lo contrario mi habilidad se deshará.

―¿Habilidad? ¿Qué eres?

En un tono divertido, ella respondió: ―Eres muy lento. Soy la segunda estrella más brillante de Canis Major, Adhara. Pediste un deseo y decidí que valía la pena dedicarme a ayudar al hombre que tocaba bellamente sus melodías; lo suficientemente hermoso para ser escuchado todo el camino en el cielo nocturno donde las estrellas observan los mundos debajo de nosotros . ―¿Cómo puede eso ser posible? Después de que ella reveló su verdadera identidad, en medio de mi confusión, el escenario cambió. Ya no estaba flotando entre las estrellas; Estaba dentro del teatro donde se realizaba el concurso internacional. Nadie pareció notarme, de hecho, ni siquiera estaba realmente allí. En poco tiempo me vi hablando con Cessair Heath, mostrándole algo en la hoja de música en mis manos. En medio de la bola de nervios que recordaba que tenía ese día; el intercomunicador era más alto de lo que nunca había oído. Alguien me estaba llamando en la administración. Sentí que mi corazón se hundía cuando me vi colocar mis partituras sobre algunas cajas y me fui P. 87 / HOUND

Me encontré con su poderosa mirada, sintiéndome más pequeño que su propia altura, pero de alguna manera, sentí que podía decirle toda la verdad, sin temor a cualquier tipo de decepción. ―Hace dos años, cometí un terrible error; un error que lamento profundamente y que el destino me hizo pagar el precio.― Aparté la vista de las sombras nocturnas de los árboles, tomé aire y continué hablando. ―Hubo un concurso internacional en el que solo miembros seleccionados pueden participar; además de presentar su propia hoja musical. Ese día me robaron las partituras de mi camerino y mi ambición de ganar me corrompió. Cessair Heath también se presentó ese día y como practicamos juntos, sabía cómo tocar su melodía y mi turno para representar estaba antes de él. De ahí mi idea tonta de traición. Robé su hoja y la toqué cuando fue mi turno. Cuando reconoció la canción, abdicó

la competencia, pero no antes de que diera sus razones para ello. Los reporteros se acercaban a mi lado, pero corrí hacia la puerta trasera del teatro y, para mi terrible suerte, me había topado con un ladrón que escapaba de la escena con un cuchillo en la mano y por miedo, me apuñaló. Afortunadamente, el cuchillo solo rozó la Aorta, pero eso fue suficiente para llamar a la puerta de la muerte.― Volví a mirar hacia el cielo; ―Cuando finalmente me desperté después de un mes, perdí el valor para crear música y temí al mundo exterior.―


para ver quién era el que me había llamado. Cessair notó que los había dejado allí e intentó alcanzarme, pero uno de los miembros del personal lo detuvo. Rápidamente despidió al personal y corrió hacia mi camerino, esperando que todavía estuviera haciendo mi ritual habitual para calmar mis nervios antes de subir al escenario, pero no estaba allí. Corrió hacia el escenario con la esperanza de encontrarme antes de mi presentación, pero ya estaba sentado en el banco del piano con otra hoja de música. Theo estaba parado en la etapa lateral. Cessair le preguntó si yo tenía una copia adicional de mi hoja de música porque las había encontrado encima de una caja. Antes de que Theo pudiera entender cuál era la situación, comencé a tocar una canción, la canción de Cessair. La pesada realidad de mis acciones golpeó duro, haciéndome sentir menos humano y más como escoria. ―Adhara, he visto suficiente. Llévame de vuelta.― Tan rápido como había aparecido flotando en el cielo, había regresado al espacio abierto familiar de mi hogar. Adhara estaba frente a mí una vez más, con una voz suave y cariñosa; ―¿Recuerdas tu deseo? Querías encontrar el camino que habías perdido de vista.― Las lágrimas empezaron a formarse en mis ojos cuando la verdad de esa noche se asentó como un apretón fuerte en mi corazón. ―En lugar de pedir cosas que están más allá de tu comprensión, comienza a pensar en el camino que deseas comenzar a caminar ahora que sabes el alcance de tu traición hacia tu compañero, que te trató como a su hermano; y a tu maestro, que te ama como su propio hijo.―

A medida que pasaban los días, seguía sin poder tocar correctamente; Theo estaba perdiendo sus esperanzas en mí; yo estaba perdiendo la esperanza en mí mismo.

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Adhara entró en silencio en mi camerino y se acercó a donde yo estaba sentado, frente a la cómoda con espejo. Tiró de otra silla y se sentó a mi lado, tomando un momento antes de hablar; ―Te estás castigando demasiado. Si odias tanto lo que sientes, entonces haz algo al respecto. No te ahogues en ti mismo y arrastres a los que ya heriste.―

Como si estuviera programado, hubo un golpe en

la puerta antes de abrirse, revelando a Cessair Heath al otro lado. ―Puedo volver más tarde si ustedes dos están ocupados.― Antes de que pudiera responder, Adhara se puso de pie y me guiñó un ojo. ―No, no. Estaba a punto de irme de todos modos.― Le dio a Heath una cálida sonrisa y se fue, cerrando la puerta detrás de ella. Heath todavía estaba parado cerca de la puerta, con las manos en los bolsillos moviéndolas ansiosamente; un hábito que hace para esconder los nervios. ―¿Y? ¿Enviaste a Adhara por mí para quedarte callado?― Ahora tenía sentido por qué estaba aquí momentos después de que Adhara hubiera venido. Ella lo arregló, para que así no tuviera una excusa para escapar de enfrentar a Heath. Qué lista, pensé.

―Estaré en mi camino entonces.

Antes de que pudiera abrir completamente la puerta, comencé a hablar; ―No, espera... um, yo solo...― ¿¡Qué me pasa ?! Me castigué, respiré hondo y, finalmente, miré a Heath a los ojos. ―Lo siento mucho por ser un compañero terrible, pero sobre todo, un mal amigo.―

Después de mi disculpa, Heath me miró desconcertado y después de un momento, él asintió con la cabeza y se fue. Se sentía extraño, era un sentimiento que no podía describir con claridad, pero para decirlo simplemente, ... se sentía bien. Como un peso levantado de mis hombros. Los siguientes días, al principio, estaba actuando muy incómodo, pero luego hizo un esfuerzo para ayudarme a progresar. Adhara no se presentó después de esa noche y, gradualmente, mis ataques de pánico comenzaron a desvanecerse, lo que permitió una progresión en mi desempeño. Cuando llegué a casa, un aroma familiar de té verde mezclado con un aroma de lavanda llenó la habitación. Elena. Sonreí cuando ella dobló la esquina de la cocina hacia la entrada y vi su expresión de incredulidad. Antes de que ella pudiera decir algo, envuelvo mis brazos alrededor de su delgado cuerpo mientras le susurro al oído con mucha felicidad; ―Bienvenida a casa.―


FOTOGRAFร A

por Yve Gonzรกlez

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Gia 2


FOTOGRAFร A HOUND / P. 90

Faro abandonado de Guanica por Wanda Lรณpez


COLUMNA

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por Team Hound

Taylor Swift - Lover / Harry Styles - Fine Line / Adam Lambert - velvet

90’s Classics

P. 91 / HOUND

Len - Can’t Stop the Bum Rush / Cypress Hill - Black Sunday / Los del Rio - Fiesta Macarena


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Tatuajes en Puerto Rico por Mireya Colón

A

través de estas cápsulas informativas de los tatuajes quiero que conozcan de la historia, significado, leyendas, estilos, información importante y Artistas Dermográficos del patio. Llevo más de 20 años disfrutando del arte corporal, es parte de mi vida y quiero compartirla con ustedes.

Spotlight on Blade Tattoo Soy Christian Blade Gómez, dueño de Blade Tattoo. Trabajo como Artista Dermatografo y especialista en Body Piercing. Llevo 19 años creando y creciendo en la industria del tatuaje y las perforaciones corporales. Mi pasión son los colores, me gusta trabajar mucho color. No importa si tengo que hacer piezas pequeñas como una moneda, o grandes como una espalda, es la oportunidad de poder expresar con mi arte lo que te gustaría llevar en la piel. La decisión es del cliente, pero me gusta que esté seguro de lo que se va a hacer, para que termine con un producto que le dure y le guste; ya que es para toda la vida. Mi inspiración siempre ha sido el maestro Da Vinci, por sus estrategias de ocultar detalles de su vida en su arte, son piezas con las que uno continúa sorprendiéndose, mientras uno más aprende a verlas, y a disfrutar mas el arte. En el área de las perforaciones tampoco me he cohibido. He realizado todo tipo de artes corporales por igual, y me aseguro de que sea todo en una ambiente esterilizado y correcto antes de hacer el trabajo.

HOUND / P. 92

En ambos trabajos tomo el tiempo necesario para que la pieza quede bien. Si es necesario otra sesión con el


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cliente para seguir el tatuaje, lo hago. Si cuando le voy a trabajar una perforación encuentro que no esta correcta para el área o su cuerpo, prefiero no hacerlo. Mi propósito siempre es que el cliente quede contento y satisfecho, no todo es dinero. Parte de mi forma de agradecer a la vida es aportando un grano de arena a la sociedad. En mi caso atiendo personas que han pasado por el proceso de cáncer; área que personalmente he vivido. Ayudo a las personas con tatuajes para reconstrucción del seno. Les ayudo a que vean la transición lo más natural posible, con la meta de hacerles la vida mas agradable en medio de la tempestad. Esta forma de expresar el arte como una parte de mi me ha ayudado a sanar, y así ayudo a sanar para adelante. En las redes me pueden encontrar como Blade Tattoo - en IG y FB

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Must read these!

HOUND / P. 94

por Team Hound


POEMA Era primavera, el tiempo de las flores amarillas. Era verano, la sal me confundía el sentido y no entendía ¿a dónde ibas?

¿Que

se perdió?

por Yshamarie De Jesus

El tren se nos echó encima, ahora somos ruinas verdes de limo. Te has escapado como todos los seres infinitos que me visitaron alguna vez. ¿O tal vez me escapé yo de ti?

Una ventana de utopías; un jardín de versos que son mis ojos en tu boca. ¿Qué se perdió? el azul cariño que soñé que me tenías, la soledad de tu compañía inexacta y ambigua, la calidez de un hombro en el cual nunca supe llorar. ¿Qué se perdió? me pregunto. Una carta que nunca te escribí, una confesión de piel que me aterra, un hueso que cruje como mi corazón gélido por ti. ¿Qué se perdió? El laberinto eres tú y yo soy Minas.

¿Qué pasó? Me asomé a un cariño extraplanetario, increíble, soluble, en puente. Pienso en ti todos los días como en la muerte de todos los días; el cigarro que se quema, la ceniza que se cae. ¿Qué pasó? Sin piso firme ni ruta constante te estoy esperando. Con la pipa y el fuego te estoy esperando. De viento y sin nada te espero sentada en cualquier esquina.

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La soledad eres tú que ya no estás y te extraño.

Escurridizos son los peces con escamas de plata. La arena fue en mi canto equivocado de amante que le jura a la orilla el eterno vaivén.


FOTOGRAFĂ?A HOUND / P. 96

Ballerina 2 por Iris D. Torres


POEMA

Si pudiera esta noche por Yshamarie De Jesus

Si pudiera esta noche decir lo que me atormenta morir si es posible sobre verdades que templen el espíritu. Confieso que me deshago de mí y de mi ego de paja. Los cuervos se han comido la cosecha de mi esfuerzo de estrellas y sopa de letras ancestrales que hablan de cuando yo era una chispa que se llamaba nada nadie. Estallo como un lápiz que es la palabra.

Cantar la verdad te cuesta un carpeteo del gobierno, un despido injustificado, que ya no estén los que estaban. Si pudiera en esta noche escribirme entera el alma, en la hoja del árbol de roble, en el manto del cielo que no es cúpula que es infinito y nos cubre; en la piel de la brea que evapora el calor de la proto urbe: en mí misma. Si pudiera me tatuaría mi nombre Sin Nombre el yo que no soy el ser sin ser el ahora. ¿y qué es el ahora? Es un salto atemporal, mirar el cielo, Acordarse de que dios no existe. P. 97 / HOUND

Llevo en el pecho el verso repetido y los mismos pájaros negros de todos los poetas tontos y depresivos que conozco.

La muerte ya no me aterra, la locura ya no me asusta, cantar la verdad es ya Ser loco o loca o locx o humano.


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Marianela Pérez: artista visual

Marianela Pérez es una artista visual venezolana que ha desarrollado su práctica dentro de la pintura y la fotografía. En Caracas, su ciudad natal, creció rodeada de una colorida atmósfera tropical, a la que debe su temprana inclinación por los colores vivos que posteriormente se hará evidente en su aptitud para el arte.

HOUND / P. 98

Estudió arte comercial en el Endicott College (Beverly, Massachussets), donde su entusiasmo por las artes visuales fue encaminado a través del aprendizaje técnico y el entrenamiento de su sensibilidad plástica. A su regreso a Venezuela, estudia diseño ambiental en el Instituto de Diseño Villasmil de León, en Caracas, donde obtienen el titulo de diseñadora ambiental. Posteriormente, continúa sus estudios de pintura bajo la guía de los reconocidos artistas venezolanos Corina Briceño, Adrián Pujol y Asdrúbal Colmenares, así como en clases especializadas en pintura y tecnicas aplicadas al acrilico en la Boca Raton Art School (Boca Raton, Florida). Su formación en fotografía la obtuvo en el taller de Roberto Mata en Caracas (RMTF). Sus primeras pinturas se inscribían dentro de la tendencia gestual. En éstas, las manchas de color hacían referencia al mundo vegetal, semejando acercamientos a flores y hojas. Después incursionó exitosamente en el arte digital, sobreponiendo imágenes a manera de collages, en composiciones en las que predominada la temática urbana y el color era determinante. Después de su iniciación en la fotografía ésta se convirtió en pivote de todo su trabajo, sustentando inclusive la expresión abstracto-geométrica de su pintura actual. Sus referentes vienen de imágenes tomadas del entorno cotidiano, del paisaje urbano, de la arquitectura, del tráfico y de fragmentos de la naturaleza que, tras un proceso de transformación y simplificación, son llevadas a formas básicas, líneas y ángulos.


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Marianela Pérez ha participado en exposiciones colectivas en Caracas, Miami, Palm Beach, Boca Raton, Fort Lauderdale, Saratoga, San Francisco, Nueva York, Londres y Bruselas. Individualmente ha exhibido su trabajo en Miami y Caracas. En 2019 realizó el mural de la fachada del espacio Curator’s Voice Art Proyect en Miami, y realizó su muestra individual «Geometric Jump» en la Hernán Gamboa Gallery de la Humboldt International University (Coral Gables, Florida).

“Cubo Paz” 20’X20’ Acrylic/Canvas

Caracas y al año siguiente interviene con su trabajo fotografico la estación Altamira del Metro de Caracas. Tras residenciarse en Miami en 2017, la artista comenzó a indagar más determinantemente en el lenguaje abstracto geométrico, que utiliza como una manera de percibir, de pensar y de interpretar la realidad y de dar un sentido estético a su subjetividad.

Summer” 36’X36’ Acrylic/Canvas

Su actividad expositiva comienza en 2001, pero se intensifica a partir de 2009, período en el que comienza a presentarse en muestras colectivas y realiza sus primeras exhibiciones individuales. En 2013, interviene una fotografia de gran formato para el Hospital Ortopédico Infantil de

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“Cubo” Esperanza” 20”X20” Acrylic/Canvas

“M” 20’X20’ Acrylic/Canvas


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Telañecos presenta: Psychedelic Doodle por Mireya Colón

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n esta isla hermosa hay mas mentes creativas de las que podrías imaginar. Es este espacio quiero presentarles gente del patio, con imaginación hasta el cielo y entrega total por lo que hacen con tanto amor. ¡Conócelos y dales Like!

Spotlight on Lorena Reyes Maldonado Soy artista plástica y en mi instinto desde pequeña siempre sentí la necesidad de crear. Al pasar de los años ese instinto creció y se hizo más fuerte, y se me presentó esta manera de poder, no tan solo crear, sino, llevar mi trabajo a la vida de otros. Utilizo distintos medios para expresar mi sentido creativo. Trabajo con una variedad de productos en resina, incluyendo una línea de joyería, accesorios y objetos como marcadores de libros y libretas. Llevo diseños trabajados en medios clásicos, como grabado, a mi arte digital. De esa forma el diseño llega a stickers y fotoserigrafía. También imprimo bultos en tela de canvas y pintados a mano. Por medio de cada proceso, cada pieza, cada producto se convierte en una obra de arte única y accesible a través de la marca Psychedelic Doodle.

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Llevo un año y cinco meses trabajando con la evolución de la marca Psychedelic Doodle. El núcleo de mi creación siempre ha sido el hogar que llevo conmigo. Me he mudado mucho, pero el taller y mis materiales son mis posesiones más importantes. Donde vaya con ellos ahí se establece “el taller”. Te invitamos a visitar “el taller” de Psychedelic Doodle en las redes: Instagram: @psychedelic_doodle Facebook: Psychedelic Doodle


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HOUND / P. 102

ARTE

Jomarie Pérez Mystique Arte digital 2019


ARTE

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Mario Urrutia 80 years Diseño en tipografía 2019


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Telañecos presenta: Semilla Indigo por Mireya Colón

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n esta isla hermosa hay mas mentes creativas de las que podrías imaginar. Es este espacio quiero presentarles gente del patio, con imaginación hasta el cielo y entrega total por lo que hacen con tanto amor. ¡Conócelos y dales Like!

Spotlight on Ivania O’Neill de Semilla Indigo ¡Hola Terrícolas! Mi nombre es Ivania O’Neill muchos me conocen como la creadora de SemillaIndigo (arte en hilo). Desde que tengo uso de razón comencé a tejer, a eso de los 8 años, y gracias a la abuela que andaba con la casa llena de nietos y buscaba como entretenernos... las manos creadoras siguieron en trueque. Para la escuela, mis padres ponían en mi lonchera meriendas muy nutritivas (lo cual agradezco) pero con aquello de la curiosidad, ¡intercambiaba moñitos tejidos por un oreo o nutella!

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Estudié diferentes ramas del arte, pues es una de mis pasiones. Siempre amé la pintura. Trabajé esculturas en barro y otros materiales, además del hilo. Tuve la dicha de estudiar hermosos años en la Escuela de Artes Plásticas (pintura y escultura). De ahí pasé y terminé luego un bachillerato en Administración de Hospitalidad con enfoque en restaurantes y hoteles en la UNE, trabajando por muchísimos años en la vida hotelera, desde Bartender hasta puestos gerenciales. Semillaindigo comienza a tomar forma alrededor del 2016, cuando pasé por un momento duro de reencuentro conmigo misma. Un détox de la vida, de esos que dan duro y sabes que debes cambiar tu rumbo y nunca es tarde. Dejé todo lo relacionado a hoteles para tener una mejor calidad de vida humana y perspectiva; una mejor vida para misma. Así comienza la aventura de alineación de chakras y sanación (en la que siempre he creído, pero necesitaba irme de lleno y ser fiel a misma.) Volví a mis raíces, a lo que me hacía feliz y a sentirme a gusto. Entonces tomé el hilo y aguja, y comencé ésta hermosa gesta,


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para mí y las diosas. Empecé a escribir, a tejer, a veces también sin aguja, a trabajar el hilo de muchas maneras, mezclando así diferentes técnicas y nudos como lo es el crochet, macramé y otros. Además de trabajar piedras semipreciosas sanadoras para el bienestar, y las plumas que para mí son artefactos de pura mágica. No fue hasta luego del huracán María, en pleno post parto, que decidí lanzarme de lleno y comenzar en las redes a llevar a todes mi arte. El post parto puede ser duro en situaciones normales, imaginen las madres pariendo o acabadas de parir en pleno huracán. ¡Parir te abre el tercer ojo... ves mucho más! Y en lugar de que la depresión y tristeza se adueñaran de mí, decidí volver a mi “safe zone” y tejer... mientras, me tejía una nueva versión de mí. Siento que renací mejorada... Soy una Diosa... somos dioses y arquitectos de nuestra vida y lo que sucede en ella. Emanamos y evocamos energía. Siempre que mi bebé lo permita...cuando duerme, ahí medito y trabajo en Semillaindigo. Él es mi enfoque y mi mayor motivación, y de ahí el nombre: Semilla + índigo = seres de luz que cambian el mundo. Ponemos semilla para seguir sembrando el bien y esparcimos la vibra y magia.

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En Semillaindigo puedes encontrar arte meditativo y holístico creado en hilo, hecho a mano y diferente, que se distingue por su rezo y meditación. Cada trabajo lleva su luz para todo aquel que lo lleve o utilice. Me enfoco en los Mandalas trabajados en hilo. Las Mandalas son artefactos de luz hechos en meditación. Los monjes trabajaban sus mandalas en arena, piedras, ramas, y luego del rezo, también trabajan sus diferentes intenciones... Así también las trabajan diferentes regiones en Latinoamérica, con hilo y muchos materiales; son trabajos de protección y hechos en amor. De ahí parte la idea de Semillaindigo, de llevar estos artefactos que ayudan a la concentración, emanan vibras sanadoras, ayudan a alinear los chakras y a la meditación; el que cada ser los lleve consigo como prenda o accesorio de vestir, en lugar de tenerlos sólo en una pared o decorando un espacio. Cada color emite una vibra y la combinación de estos irradian luz. Vivimos en constante movimiento y rara vez podemos detenernos... ¿por qué no llevarlos como pantallas? #mandalaearrings es nuestro hashtag y así mismo nos puedes conseguir en las redes @semillaindigo en Instagram y Facebook. Para los dioses que quieran acentuar su estilo y llevar consigo magia y luz (#seresdeluz) no tenemos colores. Apoyamos a todos los diferentes movimientos sociales con mucho amor, ya que en Semillaindigo queremos ser parte de un cambio para bien en el planeta, siendo eco de #normalizalalactancia #ecofriendly #carefortheplanet #slowfashion #freethenipplemovement ¡entre otros!


HOUND / P. 106

FOTOENSAYO

#THROWBACKRAW


REFLEXIÓN POEMA

Entonces que

¿

por Yzma R.

?

Y cuando se te acaben las opciones, ¿entonces que? Cuando te falle el plan A y el plan B y cuando te falle también el plan C. Cuando te gastes todo el abecedario de tus planes, de tus estrategias, de tus maniobras “antídoto”...¿que vas a hacer? Cuando toda esa lógica y esa matemática impecable no te cuadre; ¿entonces que? ¿Que te queda? -Yo te lo diré. Harás todo lo nunca hiciste porque no era “seguro”. Harás todo lo que tu lógica y tu matemática rechazaron de tajo. Harás todo lo que nunca hiciste porque no te hacia sentido. Aceptaras la gran verdad que no querías reconocer, la verdad de la que siempre huiste y siempre rechazaste. EL CONTROL ES UNA ILUSION. Y ahora ninguna idea te parecerá descabellada. Ahora todo tendrá la misma oportunidad, la misma probabilidad. Ya nada será demasiado arriesgado o demasiado loco. Porque ya te diste cuenta que NUNCA tuviste el control de NADA. Estas en el momento de desaprender todo lo que creías saber. Hoy comenzaras desde cero; pero ahora no llevaras la carga tan pesada de creer que tienes todo bajo control. Ahora tienes tiempo de sentir tiempo de hacer una pausa y respirar, admirar el paisaje y luego seguir caminando. Ya no eres una maquina sin corazón ni espíritu. Ahora eres human@. Hoy es el día en que la matemática y su lógica murieron. Felicidades que por fin todo te fallo.

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Art Fort Lauderdale Anuncia su cuarta edición, 22 – 26 de enero de 2020 www.pr.com/press-release/796513 Los organizadores de la feria Art Fort Lauderdale (Fort Lauderdale Art & Design Week, A Citywide Celebration of Arts and Culture) tienen como objetivo desarrollar y promover la Semana de Arte y Diseño de Fort Lauderdale (del 18 al 26 de enero), la cual está entrando en su segundo año con una mayor participación de las organizaciones artísticas del área. La programación clave de dicha semana incluye el Fourth Annual artDISCOURSE Series y Art Fort Lauderdale, la Feria de Arte Sobre el Agua.

HOUND / P. 108

Fort Lauderdale, FL, 9 de Octubre de 2019 --(PR.com)-- La Feria de Arte Sobre el Agua regresa para su cuarta edición del 22 al 26 de enero de 2020. Atrayendo a más de 2,500 visitantes en 2019 y más de 3,000 visitantes para las diversas fiestas y presentaciones relacionadas. Art Fort Lauderdale continúa destacando la singularidad de la ciudad y situando a Fort Lauderdale en el mapa mundial del arte como una ubicación privilegiada para ver, interactuar y comprar arte, además de brindarles a los aficionados al arte, residentes y visitantes una experiencia cultural memorable, interactiva y atractiva. “A medida que nos acercamos a nuestra cuarta edición, estamos orgullosos de lo que hemos logrado en los últimos tres años,” dijo el fundador de Art Fort Lauderdale | Director Andrew Martineau. “En 2019, pudimos obtener cobertura de Forbes, CNN Travel y Architectural Digest entre otros medios de comunicación locales e internacionales que ayudaron a establecer a Art Fort Lauderdale como una de las experiencias más singulares del mundo en el calendario de las ferias internacionales.” Art Fort Lauderdale 2019 está aceptando propuestas para la 4ta Edición de la Feria en Fort Lauderdale, Florida / 23-27 de enero de 2019. Para participar, visite http://www.artftlauderdale.com/applications. La fecha


límite de solicitud es el 10 de diciembre de 2019. Además, los organizadores de la feria están aceptando patrocinadores para la cuarta edición de la feria que ha seguido creciendo y desempeñando un papel fundamental en el crecimiento del entorno cultural de Fort Lauderdale. Este año, Art Fort Lauderdale presentó a 120 artistas independientes en tres casas de lujo frente al mar representadas por Florida Luxurious Properties. La feria apunta a tener cuatro hogares en 2020 y presentará el regreso de la serie artDISCOURSE: un panel y una serie de conferencias para complementar la selección de eventos VIP y fiestas anticipatorias; colaboraciones con oficinas consulares internacionales, varias instalaciones y actuaciones curadas alrededor de la ciudad, así como con la fiesta de inauguración y el Vernissage. Semana de Arte y Diseño de Fort Lauderdale La programación se extenderá más allá de la feria con la segunda Semana Anual de Arte y Diseño de Fort Lauderdale (del 18 al 26 de enero). Las principales instituciones culturales y artistas de Fort Lauderdale unirán fuerzas para una celebración de arte y cultura en toda la ciudad, mostrando exhibiciones importantes y eventos con los principales distritos artísticos, estudios e instituciones culturales. *Una lista completa de institucionales colaboradoras se anunciará próximamente.

“Art Fort Lauderdale y Fort Lauderdale Art & Design Week han preparado el escenario para que el área de Greater Fort Lauderdale compita con el resto del mundo del arte como un destino único para ver e interactuar con el arte”, dijo el cofundador de Art Fort Lauderdale | Socio Director Evan Snow. “En poco tiempo, esta feria de arte internacional ha creado una oportunidad para que la ciudad destaque su vitalidad cultural y sus vías fluviales únicas a escala mundial”. Sobre Art Fort Lauderdale Art Fort Lauderdale es una feria de arte curada, cuya duración es de cuatro días, que transporta a los visitantes en un viaje a lo largo de las famosas vías fluviales intracosteras en taxi acuático y yate privado con paradas en propiedades de lujo a la venta frente al mar que cuentan con más de 100 artistas y galerías que exhiben varios estilos y métodos de arte que reflejan el pasado, el presente y el futuro. Esta feria de arte de destino busca resaltar la singularidad de la ciudad y poner a Fort Lauderdale en el mapa mundial del arte como una ubicación privilegiada para ver, interactuar y comprar arte, como también brindar a los aficionados del arte, residentes y visitantes una experiencia cultural memorable e interactiva y atractiva. Estas exhibiciones contarán con pinturas, ilustraciones, esculturas, instalaciones, fotografías, películas, artes escénicas y colaboraciones de arte y tecnología, además de charlas con artistas, coleccionistas y curadores. Para obtener más información sobre Art Fort Lauderdale, visite www.artftlauderdale.com.

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Además de las muchas vinculaciones institucionales, la Semana de Arte y Diseño de Fort Lauderdale destaca las vastas oportunidades culturales que Fort Lauderdale tiene para ofrecer a coleccionistas, distribuidores, entusiastas del arte y turistas. En conjunto con Choose954, el movimiento social local que destaca el arte y la cultura en el condado, Fort Lauderdale Art & Design Week unirá las

instituciones culturales más prestigiosas de la ciudad para una celebración de arte y cultura en toda la ciudad con una gran cantidad de eventos especiales, instituciones, museos, galerías, teatros y restaurantes participantes.


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ming P. 111 / HOUND

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HOUND / P. 112

2020

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thehoundmagazine.com [Invierno - Primavera 2020] VolĂşmen 6


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