Dialogo Entre Masones
A r t í c u l o s Masónicos Seleccionados Año 5 - N° 52
Abril 2018
Herbert Oré Belsuzarri Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III -Masonería y mujer. Una asignatura pendiente…….3 -El oculto simbolismo masónico de la estrella flamígera…………………………………………………………..7 -Dios ante la antropología…………………………………19 -¡Logia a más de 5300 metros de altura! En el Perú ……………………………………………………………………….24 -La masonería y las facciones del liberalismo colombiano durante el siglo XIX………………………….37 -Garibaldi en el Perú…………………………………………62 -El vecino Garibaldi…………………………………………..76 -La presencia de Garibaldi en el Perú…………………80 -Los masones ingleses en los 1,700. La imagen y el gran mensaje………………………………………………….102 Este número simplemente es magnífico, no solo por los temas abordados, también por la calidad de quienes los escriben. Seguro que dará mucho por hablar en los meses posteriores a su publicación. La revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.
Valle de Lima Abril 2018
MASONERIA Y MUJER. UNA ASIGNATURA PENDIENTE VÃctor Guerra 3
La mujer en masonería ha tenido siempre poco hueco y reconocimiento por parte de los masones, creo que no cabe duda de ello, y el panorama se puede rastrear el catálogo de organizaciones masónicas, bien a nivel internacional o nacional y ver ¿Cuántas hay masculinas, ¿cuántas mixtas, y cuántas femeninas? Ha sido el siglo XIX al calor de los cambios ideológicos, políticos y sociales cuando las mujeres han empujado a los «progresistas» masones a que abrieran las puertas de las logias, más allá de lo accidental, dándose una primigenia masonería de adopción, muy digna e importante, de cuyo seno las sufragistas se fueron desmarcando, pues el antañón marco de adopción no era válido, y de ese embrión y la necesidad de empezar a trabajar en los planos de igualdad que ahora se establecen, nacieron las logias mixtas, quedando un marco propio, para la práctica de la masonería femenina. Lo paradójico del caso es que se ha logrado un importante cambio en lo orgánico, pero en lo que respecta a la ritualidad, está construida en base a arquetipos masculinos, y hasta ahora no parece que haya habido mucha preocupación por alterar este planteamiento, que por ejemplo en otros ámbitos ya hubieses sido puesto en solfa, y se hubieran acondicionado más allá de cambiar Vigilante por Vigilanta… Fuera como fuere, el tema de la mujer en masonería, es cíclicamente candente, de cuyos resultados pues tenemos algunas situaciones que han cambiado drásticamente al menos estructuralmente, como que el Gran Oriente de Francia es «mixto» , o que la masonería de Tradición francesa, ensaya modelos mixtos, hasta la Gran Logia de España, con D. Óscar de Alfonso, a la cabeza hizo manitas orgánicas y conceptuales con Patricia Planas, GM de la GLFE, jugando a dar a entender lo que no era, al coqueteo de sí, pero no, pero casi… en lo orgánico se entiende, por aquello de hacer de la GLFE una apéndice «regular» en el coto masónico femenino español. 4
En todo caso el tema, como digo es peliagudo, no me extrañaría mucho que en un futuro próximo algunas organizaciones se vean afectadas con las políticas igualitarias. Por otro lado, al tema de la masonería y la mujer en cuanto a los trabajos de ensayo o historiografía es que se le hayan dedicado muchos estudios materializados en tesis o libros, más bien artículos, aunque tampoco crean que muchos, esta pudiera ser la panoplia de trabajos que he ido recopilando: Bibliografía referencial • María José Lacalzada: El Cimiento Mixto en Masonería. EL Derecho Humano en España 1893-1963. F. M. Deraisme. Año 2007. • María José Lacalzada: Maria Deraisme. La Fuerza de la Palabra. Fundación Maria Deraisme- Año 2012. • María José Lacalzada: Mujeres en Masonería. Antecedentes Históricos entre las Luces y las sombras (1868-1938). Edt Clavell. 2006. • Rosa Maria Presmanes García: La Masonería Femenina en España. Dos siglos de historia por la Igualdad. Ediciones Catarata 2012. • Natividad Ortiz Albear: Las Mujeres en la Masonería. Universidad de Malaga . Año 2005. • Natividad Ortiz Albear: Mujeres masonas en España. Diccionario biográfico (18681939) Ediciones IDEA-Año 2007. • Ascensión Tejerina. De oficio Masón. Editorial Espejo de Tinta. Año 2006. • Rosa Maria Garcia Baena. Masonería y Educación durante el franquismo. La ilustre inspectora María Victoria Diaz Riva. Universidad de Málaga. Año 2007. • Yolanda Alba: Masonas. Historia de la masonería femenina. Editorial Almuzara. Año 2014 • Maria E. López Sepúlveda. En columnas de Igualdad. Edt. Masónica.es. Año 2014. • Margaret C. Jacob. Les Lumières au Quotidien. Franc-maçonnes et politique an siècle des Lumières. Éditorial L´Orient. Año 2004. • Janet Burke, Cécile Revauger. Les premières franc-maçonnes au siècle des Lumières. Presse Universitaires de Bordeaux. Año 2010. • Gisele et Yves Hivert-Messeca: Comment la Franc-maçonnerie vint aux femmes. Deux siècles de Franc-maçonnerie féminine et mixte en France (1740´-1940) Éditorial DERVY. Año 1997. • Cecile Revauger. Les femmes et la Franc-maçonnerie des Lumières a nous jours. . Éditions La Pensée et les Hommes. Año 2012. • Jean –Pierre Bacot: Les Femmes et la Franc-maçonnerie en Europe. Éditions VEGA. Año 2009. • Françoise Jupeau Requillard. L´Initiation des femmes. Editions Rocher. Año 2000. • Magali Aimé. Femme et Francmaçone. Paroles d´apprenties silences de compagnones. Ed. Dervy. Año 2010 • Isabelle Dusquenoy. Franc-maçonne. Journal insolente d´une femme libre dans le
5
secret des loges. Editions du Moment. Año 2103. • Andrée Buisine. La Franc-maçonnerie anglo-saxonne et les femmes. Editions Tredaniel. 1995 • Collective. Les Femme en Franc-maçonnerie. Editions Oxus. Año 2011. • Collective. Louise Michel. Edition Conform. Año.2012. • Collective. Les Femmes et la Franc-maçonnerie des Lumières à nos jours. XX et XXI siécles. Año. 2012. • Charles Monselet. La Franc-maçonnerie des femmes. Ediosn Masque. Año 2011. • Olivia Chaumont. D´un corps a l´autre. Editons Robert Laffont. Año 2013 • Marie Dominique Massoni. Femmes e initiation. Presses Maçonniques.Año 2014 • Lucie Leforestier. L’initiation des femmes de l’Antiquité à la Franc-maçonnerie. Editions Maison de vie. Año 2016. Revista Cultura Masónica nº 5. Masonería y Mujer
Artículos: • « Premières manifestations de la franc-maçonnerie féminine en Espagne au XIX (1868-1898) » Marza-Girau, Suzanne (1977) • «A maçonaria Feminina » Marques Da Costa (1979) • « L´initiation féminine » Gugliero, Francine (1982) • « Une loge révèle. L´initiation féminine » 1986 • « Maçonnerie féminine et loges académiques » Le Forestier, René (1989) • « Les Femmes et la Franc-Maçonnerie du XVIII a 1940 » Neguiral, Syvette (1990) • « Massoneria femminista ? el caso della Francia ». Gaspard, Françoise (1991) • « La Franc-maçonnerie en Frances. Évolution. État actuel » Renard, Monique (1992) • «La franc-maçonnerie au femenine ». Benchetrit, Karent y Louard, Carina. (1994) • « Grande Loge Féminine Française. Autoportrait » G. Tredaniel (1995) • « La Franc-maçonnerie anglo-saxonne et les femmes » Buisine, André (1995) • « L´Initiation des femmes » Jupeau-Requillard Françoise (2000) • « Les franc-maçonnes » 1868-1998) Randouyer, Françoise (2002) • « La massoneria e la donna » Munari, Barbara (2006) • « Les Hauts Grades au féminin, le Suprême Conseil Féminin de France » Buisine, André (2007) • «Women´s Agency and Rituals in Mixed and Female Orders ». Heidle. A. y Jan Snoek (2008) • La mitad femenina, “para” la masonería y “en” Masonería (1868-1936 Balance y perspectivas. María José Lacalzada. 2003
6
EL OCULTO SIMBOLISMO MASONICO DE LA ESTRELLA FLAMIGERA Vicente Alcoseri
En el siglo XVI, el pentagrama o estrella de cinco puntas, en Masonería recibió el nombre de la estrella en llamas o Estrella Flamígera, se convierte en sí uno de los símbolos usados en los rituales esotéricos de la Masonería se introdujo en la masonería por Tschoudy, que nació en 1730, pero Samuel Prichard, ya estaba hablando de la “Estrella Flamígera” (“la ardiente estrella”) pues este símbolo mágico se remonta a miles de años, años que se pierden en la Noche de los Tiempos. A pesar de que no fue incluido en ningún ritual masónico anterior a 1737, cuando fue adoptado por las tiendas masónicas francesas, que eran más aproximadas a la filosofía hermética. Ya en 1766 Barón de Tschoudy publicó el libro La Estrella Flamígera o La Sociedad de los masones, Un libro, masónico-alquímico, uno de los referentes del Rito Masónico Adonhiramita el trabajo esotérico con interpretaciones ocultismo masónico, que propuso la creación de la nueva Orden de la Estrella llameante o flamígera, compuesta de tres grados.
7
En el Masónico Rito de York, la estrella sagrada o en llamas está representada por la estrella de seis puntas, que simboliza la deidad suprema, con las cuatro letras hebreas en el centro, formando el nombre impronunciable de Dios: YoD, hé, vav -Hé. También esta estrella sirve para simbolizar la dirección de la Logia, con el triángulo superior (su dirección espiritual) representado por el Venerable y los dos Vigilantes, y el triángulo inferior ( su orientación material) representado por el Capellán , Tesorero y Secretario. Si eliminamos las líneas horizontales de la estrella de David, las filas resultantes apuntando hacia arriba y hacia abajo, simbolizan la escuadra y el compás de Logias Masónicas, una vez más dependiente del material de orientación y el hombre espiritual. En los otros ritos masónicos como en el caso del Rito Escocés Antiguo y Aceptado , la estrella flamígera es una de cinco puntas o pentágono, con la punta para arriba, y la G al centro, un 8
inspiración de Pitágoras, que representa al Ser humano en su alta espiritualidad. También se le llama la estrella panta Alfa por representar 5 alfas o letras A, símbolo de los atributos de la sabiduría, la gnosis y la espiritualidad. En la masonería que simboliza la fuerza que impulsa a los hombres hacia sus metas y da sentido a sus logros, que sirve para recordar al masón que él debe crear y trabajar con la sabiduría y la espiritualidad. El pentagrama representa en la mampostería o albañilería también “número de oro” o “proporción dorada “, que es una relación en la que la parte inferior es relativa a mayor, ya que es el más grande en su conjunto. Esto se traduce en una sensación de armonía y belleza. La verdadera estrella ardiente o flamígera es uno de los símbolos que utilizan en los templos masónicos, pero al principio sin la inclusión de la letra G y las llamas radiantes. Su significado oculto es que las llamas de la estrella consumirían el material innecesario, por lo que la representación de la estrella de Fuego es puramente espiritual. Se explica que la estrella flamígera en realidad se trata de varios símbolos, una G , unas llamas y una estrella, así uno no debe asociar a los rayos de luz con las llamas, ya que estos se originan con los egipcios, que considera la estrella como símbolo de la unión de la hija de Isis con el hijo del sol. El Pentagrama siempre ha sido considerado un símbolo celeste de la buena fortuna, muchos hogares alrededor del mundo usan la estrella como símbolo de protección. Así, la asociación del pentágono con Lucifer y las fuerzas del mal se representa siempre como una estrella invertida, y la oscuridad se debe a su asociación con el antiguo nombre latino de Venus (Lucifer) y las invenciones del francmasón Eliphas Levi (Baphomet) y del escritor León Taxil. Unas traducciones de la Biblia por San Jerónimo y el Rey James adoptada en Isaías 14:12 un nombre latino (Lucifer) a la estrella de la mañana, aunque el texto del Antiguo Testamento fue escrito en un momento, luego extrañamente el 9
Vaticano eliminó por decreto el Nombre de Lucifer de la Biblia. La asociación teología de Lucifer con el diablo fue hecho primero por Orígenes, y luego por San Agustín, basado en la traducción de la Biblia por San Jerónimo, es probable que para resolver un dilema acerca de la naturaleza de Dios, la idea era de raíz que si existía el Mal esto no debería provenir de Dios, así se inventó al Diablo y así Lucifer el ángel caído por rebelde sería el personaje idóneo para culparlo de todos los males. En el Antiguo Testamento existía la figura del diablo que representa el concepto de Dios el mal por separado, para el mal sería un castigo divino por la desobediencia del hombre y estaría al servicio de Dios. En el Nuevo Testamento, Dios deja de actuar de manera asociado al mal, como se presenta en el libro de Job, ahí aparece como si Dios y el diablo tuvieran una buena amistad, y que pondrían a Job a prueba , así Dios en el Nuevo Testamento pasa como un Ser totalmente benigno. Luego para la Iglesia Católica está la necesidad crear al diablo para justificar el mal, pero se enfrenta al siguiente dilema teológico: si Dios creó al diablo y él mismo es malo, entonces Dios creó el mal. Por otro lado, si Dios no creó el diablo, entonces no es omnipotente. Para solucionar esto en la mente torcida del Vaticano, recurrieron a Isaías 14:12 para corroborar la idea de que el Diablo fue originalmente un buen ángel creado por Dios, y no fue sino por la libre voluntad o libre albedrio el ángel Lucifer decidió convertirse en el mal: ¿Cómo caíste del cielo, oh Lucero, tú que la punto del día parecía tan brillante? Este hecho era conocido por el Francmasón Albert Pike, Gran Comendador del Consejo REAA para la Jurisdicción Sur de Estados Unidos, cuando se publicó en 1871 el libro Moral y Dogma, con referencias brillantes a “¡LUCIFER, el portador de luz! ¡Un nombre extraño y misterioso para dar al espíritu de la oscuridad! ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana!”. El significado del texto masónico muestra que cuando el Franc10
masón Pike se refería a Lucifer, él estaba indicando claramente la brillante luz de la Estrella de la Mañana, asociado con el mismo Jesús el Cristo, algo sin duda incómodo para el Vaticano, que lo expresara así . Se discute que la base bíblica para la asociación entre Lucifer y el diablo era completamente infundada, pero el hecho de que Pike utilizara sin explicaciones adecuadas, el nombre de Lucifer, reveló un descuido o arrogancia intelectual injustificada porque prácticamente todos los cristianos todavía creían firmemente que Lucifer era sinónimo de maldad. A la fuerza de argumentos logró (este era el estilo de Pike escribir sólo para que los iniciados en los augustos misterios entendieran). Pero también muchos anti masones usarían sus textos durante muchos años para demostrar que la Masonería está vinculada al diablo. Pike no falló en el propósito principal de su libro: dio una comunicación clara y objetiva pero solamente entendible para masones , y su Libro ha creado un gran revuelo que aún requiere una explicación, una explicación que muchos no están dispuestos a escuchar, o mejor dicho no están capacitados a entenderlo. Es importante agregar que la versión original antigua, de la Biblia trae correctamente la siguiente traducción de Isaías 14:12: Sagradas Escrituras 1569 12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, el que echabas suerte sobre los gentiles. 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón; 14 Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. King James Bible How art thou fallen from heaven, O Lucifer, son of the morning! how art thou cut down to the ground, which didst weaken the nations! 11
En otro pasaje demuestra que la estrella de la mañana no tiene nada diabólico, a diferencia de asociarse con Jesús, como vimos en Apocalipsis (22, 16): Reina-Valera 1960 16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Si sustituimos la “Estrella de la Mañana”, de “Lucifer” en Apocalipsis 22:16, como sería el argumento de aquellos que realmente creen que Lucifer es igual al diablo? Veamos otro pasaje sobre Lucifer, también atribuido a Pike, del libro Moral y Dogma, porque hay serias dudas sobre la autenticidad de sus fuentes. De todos modos, esta fuerzas morales o metafísicas emisión (¿deidades?) Vinculados a mal o bien, a pesar de dogmática, es filosóficamente muy controvertido ya que se entiende que el mal es la naturaleza del hombre y no de Dios, y en este contexto, la falta de justicia retributiva ha animado a los teólogos, con el tiempo, a especular acerca de otra vida y el concepto de Karma. Por otra parte, como hemos visto, algunos sostienen que las atrocidades cometidas por el Dios del Antiguo Testamento (como inundaciones, Sodoma y Gamorra, y el mismo Dios da órdenes divinas para exterminar sin piedad todos los antiguos residentes de Canaán, entre ellos mujeres y niños, etc.) Todos estos aspectos dudosos dieron oportunidad de la base de que su acusador o adversario (diablo o Satanás) en realidad estaría en contra de que el viejo concepto de la justicia, que es por el bien. Esta discusión teológica se vuelve aún más compleja, mientras que otros sostienen que el diablo no existe realmente, por el siguiente razonamiento básico (no se pudo crear un adversario de Dios o tolerar el mal del Diablo por un Dios amoroso) un Demonio maligno que fue inventado sólo para tener la 12
culparle de la existencia del mal, y más o menos legitimar el argumento de un fuera de lugar total por encima de la naturaleza humana, y peor un fuera de lugar desde el punto de vista de un Dios todopoderoso y amoroso, misericordioso, y menos (en el concepto de recompensa en el cielo por creer en Cristo y el castigo en el infierno simplemente por no creer en Cristo), pero no vendría del Dios del Nuevo Testamento, que es sólo el amor. Por ejemplo, en el budismo existe la figura del diablo, que es Mara. El mal se originó supuestamente en la ignorancia, el deseo, la codicia y proyectos hombre egoísta y el fin del sufrimiento debe comenzar con la aniquilación de la ignorancia y el deseo, pero como culpar desde el punto de vista budista a un Niño por simplemente ser ignorante, y de sufrir por desear comer algún alimento. En cuanto a la estrella de cinco puntas invertida usada frecuentemente por la misma masonería, por ello, es interesante analizar el caso de la organización Para-masónica Estrella de Oriente o bien el Ajefismo, la masónica Asociación juvenil esperanza de la fraternidad , estas estrellas invertidas usadas por estas organizaciones que debemos considerar totalmente masónicas, organizaciones legítimamente masónicas regulares que tiene por objeto poner de relieve los valores morales y espirituales, construir el carácter, para educar, amar y servir a los demás a través del trabajo ritual y filantrópica, estas organizaciones están simbolizadas por el pentagrama invertido. La Orden Estrellas de oriente fue creada en 1850 por Mason Rob Morris y la adopción de la estrella de cinco puntas invertida era antes de la interpretación frívola por Eliphas Lévi que era un signo de mal, ya que su libro fue publicado sólo en 1856. A medida que los historiadores no lograron encontrar ejemplos de interpretación el pentagrama invertido como un símbolo del mal antes de esa fecha, esta interpretación parece ser la creación exclusiva de Leví. La explicación de la Orden del este de la estrella por estrella está apuntando hacia abajo es que este es el punto en el que la gracia de Dios desde arriba, entra en el alma, y es un 13
razonamiento perfectamente coherente, lo que demuestra que no hay necesidad de un cambio símbolo. En cuanto al A. J. E. F. (Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad) es una asociación de jóvenes que por la educación que reciben, constituyen la esperanza de la fraternidad universal y, en consecuencia de la fraternidad masónica. Así lo señala la declaración de principios que se plasmaron en las liturgias formuladas para el efecto, desde su origen en la Habana Cuba en 1928, y por su fundador Don Fernando Suarez Núñez Con el tiempo, los masones han conservado sus mitos y leyendas, contando historias antiguas desde tiempos inmemoriales. El hecho de que el discurso ritual masónico es una ventana abierta para ver hacia dentro del Templo del Rey Salomón, cuando no hay mención de que en el Antiguo Testamento indica que se trata de un conocimiento muy antiguo y valioso, ya que, en realidad, esta ventana deja ver la luz la Shekinah entrando por ella. Este tipo de conocimiento, probablemente viene de la época de la construcción del templo y se ha conservado sólo en los rituales masónicos. Se debe tener en cuenta que con el fin de ofrecer una lección moral y adaptarse a la conducta personal, los rituales masónicos deben ser una algo significativo e inspirador. Esto a veces puede requerir modificaciones a la comunicación que se entiende bien y que el contenido es relevante para el contexto social. Por otro lado, cuidado con los innovadores irregulares que necesitan que, sin saber los trasfondos ocultos de los rituales masónicos , tratan de modificar los rituales masónicos para imprimir su marca personal, y así producir la destrucción de la masonería provocada por los mismos masones irregulares y espurios , y así destruir deliberadamente por malos masones una herencia ancestral iniciática masónica. A modo de ejemplo de estos malvados masones, en el antiguo ritual masónico del grado 4° hubo o existió una referencia a la 14
Estrella de la Mañana al mismo Lucifer , de la siguiente manera: En el ritual de hoy de Grado 4° o maestro secreto , señala únicamente: Como se ha mencionado, diciendo que se perdió la información importante con respecto a la Estrella de la Mañana, posiblemente debido a que algunos revisores masónicos no entendían o no estaba de acuerdo con su significado esotérico. Aprendiz masón: la Estrella Flameante, es la Razón que nos eleva sobre todo lo creado y nos da a conocer el por qué de las cosas; y el ojo que brilla en su centro, es el emblema del Maestro que buscáis. Maestros a recoger las cenizas de Hiram, y a embalsamar su corazón, para que imitéis sus virtudes y os hagáis digno de sucederle!
Sin embargo, el simbolismo de la estrella sigue siendo parte de muchos rituales masónicos: “Yo vi la estrella llameante o flamígera “ es porque él entró en el gran misterio del segundo grado de iniciación. Ya en el grado 18°, la Estrella Flamígera se asocia 15
con la nueva ley y la libertad (citado en la introducción), posiblemente en referencia a la profecía de la venida de un Mesías para liberar a los judíos de los romanos. En el Masónico Ritual Grado 32° proporciona un excelente panorama histórico de la estrella flamígera: Gr Com : ¿A qué hora debe reunirse el Consistorio para deliberar? Pr Ten : Al despuntar la aurora, cuando la estrella de la mañana y los Gemelos (Géminis) aparecen en el firmamentoLa filosofía del grado 32° se basa en las enseñanzas de los Grandes Luces, con el fin de ayudar a la construcción del Templo Interior, proporcionando interpretación del simbolismo masónico, confirmar y ratificar todo lo que se enseña en la Orden Masónica. El renacimiento del mundo profano Mason, ganando a sí mismo, es el triunfo final de la luz sobre la oscuridad. En otras palabras, el grado 32° se confirma todo lo que se enseña en otros grados y deja la conclusión de cada trabajador. Como Ritual: “La Cripta de los nueve columnas también se llama Cripta de los grandes filósofos o Cripta de los Grandes Luces. Es un símbolo de la extraordinaria grandeza. (...) En la cripta se encuentra la inspiración moral de la institución - es el Espíritu Masonería”. Las Enseñanzas masónicas valoran el concepto de adquisición de la luz, que se simboliza en la Cripta de los grandes filósofos por los constructores del espíritu universal. La cripta se puede entender como un resumen final de los mayores misterios de la masonería, poniendo el grado 32 como el cierre del contenido filosófico de la enseñanza masónica. En la cripta de los 9 grandes filósofos se colocan en nueve columnas ocho bustos de grandes filósofos, más una estrella de cinco puntas, que representan a los avatares de la humanidad. 16
La estrella, que simboliza Mañana y representa el futuro de todas las creencias y las esperanzas de la humanidad, dice: “. Yo soy la estrella de la mañana, los Judíos esperan al Mesías, musulmanes esperan al Mahdi, cristianos el retorno de Cristo (...) los masones esperamos el retorno del Orden , pero nada puede definir el Gran Arquitecto del Universo. Buscad la Verdad, la Justicia practican estas cosas y amar al prójimo como a ti mismo, este es el camino del deber, el único camino de salvación.” Alegóricamente hablando, la Cripta de los 9 grandes filósofos es un lugar secreto donde los secretos son depositados y germinar, dando a luz, siendo considerado, así como el lugar donde nació la iluminación y la sabiduría. Así esta alegoría trae grandes lecciones y “que conocen bien esta enseñanza saber la razón de estas alegorías. Y si ellos entendido bien ahora sabemos lo que realmente significa ser un masón, y finalmente puede conocer el verdadero significado de la Estrella”. Se entiende el significado de la Estrella de la mañana “ por esta razón toda la enseñanza masónica. Esa razón es la esencia secreta de la Masonería que es sintonizarse con la estrella de 5 puntas, un hecho que puede soportarse, por el espíritu, que es infinito, y que puede albergar todos conformaciones posibles, ya que se conecta a los orígenes del universo ... Este es el gran secreto de la masonería. “ El mismo masón Albert Pike en Moral y Dogma, señala que el verdadero secreto del grado 32 se define como la victoria de la parte espiritual de la parte material del hombre, o el dominio de la moral y la razón sobre los apetitos y pasiones. El mal es la sombra de lo bueno y de todo espíritu humano y la materia están interrelacionados. Los venenos más virulentos son los mejores remedios cuando se administra en la debida proporción. Las pasiones y los vicios vinculados a la iniciativa asunto al mal y, como el mismo apóstol san Pablo dijo:, “ Porque si vivís conforme a la carne, moriréis, mas si por el Espíritu ha17
céis morir las obras de la carne, viviréis..” Romanos 8:13 Nuestra vida es una batalla entre el orden y el caos, lo que representa el gran propósito de la existencia de cada hombre: para superar las debilidades de la materia. Cada Grado Masónico enseña el ceremonial y las instrucciones que el propósito más noble de la vida es luchar sin descanso y con determinación, para que nuestra esencia espiritual y divina supere lo material, las pasiones y los vicios. Sin embargo, estos vicios, pasiones y apetitos desordenados nunca son completamente extinguidos y aniquilados. La perfección no es alcanzable por el hombre, pero la lucha constante y honorable sirve para mostrar que los masones no somos perfectos, sino perfectibles. Así que cuando un masón o masona muestra esfuerzos por evolucionar, nunca debe ser abandonado, odiado o despreciado, pero si ayudado y animado a luchar. El verdadero real secreto masónico, mencionado en el grado 32, no es un secreto en el sentido normal de la palabra; es decir, no es algo que debe ser escondido del mundo exterior. Aquí la palabra “secreto” debe entenderse como sinónimo de “misterio”; ocultos sólo porque no podemos entender por completo. (...) ESTE ES EL VERDADERO SECRETO ‘’El secreto seria el equilibrio que significa armonía y la estabilidad que la naturaleza nos muestra y que es una guía para la buena vida. Tenemos que respetar a los demás, pero también tenemos la necesidad de la autoestima; tenemos tiempo para nuestra familia, una parte de la soledad; tenemos que vivir esta vida al máximo, y prepararse para el otro nivel de la existencia. Una vida bien vivida en sana convivencia con la sociedad, en armonía con el mundo, con el universo es la clave masónica, así: el trabajo, los tragos amargos, los tragos de dulce vino ; tristeza, alegría; los pensamiento, la acción. Todos son la clave para alcanzar lo que la Masonería pretende” https://sites.google.com/site/secretomasonico/-quien-es-vicente-alcoseri 18
DIOS ANTE LA ANTROPOLOGIA Nelson Ressio
La Fe Religiosa, ¿es una ENFERMEDAD MENTAL, con evidentes síntomas de HIPOCRESÍA IGNORANCIA Y MUERTE? Desde mi punto de vista, tal como lo intento explicar constantemente, pienso que debemos mirar al mundo, al Ser humano, en todos los aspectos que le atañen, y desde el inicio de su existencia pre-bípeda y post-bípeda, de una manera antropológica, al menos, como inicio para todo análisis subsiguiente. Todo acto humano, de ayer, de hoy y del momento en el que dejemos de ser Homo Sapiens Sapiens, para pasar a ser Homo Sapientísimus, todos los actos humanos están expresados en el mundo de las apariencias y en el de las ideas, bajo el influjo del poder de nuestra psique inconsciente, y de nuestra no tan poderosa conciencia, al menos por ahora. Todo evento se fundamenta en aquella base antropológica que he expresado arriba. Todos los hechos y decisiones, de los que somos espectadores, a cada 19
momento, están basados en lo que acarreamos en nuestro inconsciente colectivo, y en nuestra conciencia colectiva, lo primero desde épocas inmemoriales, y lo segundo, desde el nacimiento, y por lo tanto, lo que sucede ante nuestras percepciones, ante nuestro mundo sensible, es producto de nuestro mundo interior, extrapolado hacia el mundo exterior, en forma de eventos que poseen cargas psíquicas, algunas, nulas, otras positivas, y otras negativas, pero cada evento, tiene su génesis en la psique, individual y/o colectiva, dependiendo del evento y de quien o quienes lo generen. Entonces, por ejemplo, el nacimiento mismo, es una experiencia traumática, y por ello la naturaleza reprime dicho hecho, para que no lo recordemos en lo absoluto, y ni siquiera recordamos nada hasta el año o los dos años de vida. Es, como sabemos, 20
un mecanismo de defensa para la psique del niño. Pero en cuanto al evento denominado “nacer”, es un evento, creo yo, con alta carga psicológica, con mucho poder, y por ello se reprime de manera natural. Lo mismo sucede con el dogma religioso, con la Fe Religiosa, la cual, mediante un mecanismo de simple herencia familiar, se implanta en la psique de los niños (y a decir verdad, muy inteligentes fueron los eclesiásticos para usar a los niños), y dicho implante, y sus consecuentes refuerzos periódicos, casi de por vida, hacen que aquel dogma, aquella Fe Religiosa, sea un poder psíquico muy grande dentro del inconsciente, y digo del inconsciente, debido a que se lo viene implantando desde que se realiza el bautismo, en el caso del catolicismo, por ejemplo. Ese poder psíquico, se encuentra allí, en nuestra mente inconsciente, de manera latente, rigiendo nuestras vidas (y aunque escribo en primera persona, no me incluyo, sino que estoy generalizando), y en cada evento en el cual nos encontremos envueltos. Por lo tanto, el poder psíquico del dogma religioso afecta a cada decisión que tomemos, ya sea que dichas decisiones nos afecten a nosotros, como un solo individuo, o a muchas personas, o bien, al mundo entero, y dichas decisiones, estarán cargadas de un sesgo argumental muy poderoso, tan poderoso como las ideologías políticas, o más, y ambos, el dogma y la política, son formas de pensamiento arcaicos, totalmente descentrados del eje perfecto que ordena la semántica y los hechos, de una manera, casi científica, o mejor dicho, de una manera naturalista, concordante con la propia naturaleza y con sus leyes, algunas descubiertas, y otras, todavía no, y que también denominamos ideales (todo lo contrario a lo que son las ideologías). Entonces, todas, -o la mayoría-, de las decisiones que se tomen, bajo el influjo de un sesgo cognitivo tan poderoso como el provisto por los dogmas y por las ideologías, -ambos sinónimos-, dichas decisiones y eventos que se desprenderán de ellas, tendrán el mismo efecto en el mundo de lo tangible, serán eventos 21
de características físicas, y que portarán, al igual que su génesis decisorio, el mismo sesgo con que fueron concebidos mediante el pensamiento basado en un gran sesgo cognitivo. Ahora bien, preguntémonos, quien decide y lleva a cabo acciones en el mundo real, bajo el influjo de sus propias decisiones fundamentadas en argumentos generados en función de interminables sesgos cognitivos, mezclados con algo de razón, ¿no lo encasillaríamos dentro de las personas poseedoras de una cierta patología mental? Si alguien decide tal o cual cosa, basado en sus poderosas convicciones religiosas, está decidiendo bajo argumentos mentirosos, bajo argumentos indemostrables, y por lo tanto, las acciones que se deriven de las decisiones basadas en la “Fe”, serán decisiones fundamentadas en falacias, y los que hemos estudiado y aplicado la lógica silogística aristotélica, (y que luego Santo Tomas de Aquino continuó... ¡uno que se animó a pensar dentro del iglesia!), sabemos muy bien que al aplicar en el mundo real, las conclusiones, resultantes de un silogismo sesgado, serán eventos sesgados que ocurrirán en el mundo real, y las consecuencias que estos eventos podrían acarrear, son impredecibles, porque el dogma es impredecible, el pensamiento sesgado es impredecible, la fuerza psíquica de lo inconsciente es impredecible, y quien decide de esta manera, por simple transitividad, también es impredecible, por ser el dueño de una psique sesgada; y entonces, esta persona, o personas, impredecible/s, ¿no se la encasillaría dentro de cierta patología mental, curable, en la mayoría de los casos? La persona religiosa, posee un gran poder de distorsionar realidades a cada momento y sobre cada alma que se encuentre a su alcance, por lo tanto, ¿no se la consideraría como una persona que posee un tipo de trastorno obsesivo, el cual habría que tratar, si es que así lo desea? Dicha obsesión por la Fe Religiosa, en incontables personas, es una fuerza poderosísima, tan poderosa como cualquier otro trastorno de la personalidad, por lo tanto, ¿no tengo razón con lo que digo en el título de este artículo, en el que, las personas dominadas por dogmas religiosos de22
berían ser consideradas como poseedoras de una enfermedad mental curable (por propia voluntad, o con ayuda externa), enfermedad impuesta, desde la niñez, como si fuera un arduo trabajo de programación mental por parte de alguna agencia de inteligencia, los que, al final terminan con verdaderos trastornos de personalidad, y con características de incurables? ¿Las decisiones tomadas por una persona que padece alguna enfermedad mental que tuerce su capacidad de esgrimir argumentos centrados, es lo mismo que hablar con las personas dominadas por estos dogmas, porque, en todo momento, intercalan la Fe religiosa en casi todas y cada una de sus decisiones, sin aceptar jamás lo que provenga de la razón pura. Como conclusión, desde mi punto de vista, el dogma religioso, es una enfermedad mental casi incurable, es una especie de Trastorno Obsesivo Compulsivo, por la imposición repetitiva de argumentos irracionales, sobre la mente inocente de los niños, hasta que se hacen adultos. Es mas, la imposición religiosa sobre la mente de los niños, debería ser considerada como un acto más de corrupción de menores. Es tan evidente este tema, que creería yo que no existe persona cuerda en el mundo (refiriéndome a lo contrario de la locura real, a los trastornos reales, y no a esa “locura” que hace que evolucionemos y progresemos), entonces, es evidente que no existiría nadie, que pudiera llegar a refutar lo que he planteado aquí, porque es una verdad que proviene desde el nacimiento de este Universo, por ello, es una verdad Absoluta, es perfecta, pero el dogma, proviene desde los Hombres, y por lo tanto, es una falsedad relativa, e imperfecta, y se anula por si misma y por su propia esencia. El tratamiento de sus premisas no arrojan conclusiones tautológicas, sino que todo lo contrario, puras falacias, y quien o quienes deciden basados en una mezcla de falacias y verdades, tomarán decisiones totalmente erróneas, las que podrán afectar, de manera negativa, tanto a esa persona, como a un conjunto grande de la sociedad, dependiendo del carácter expansivo de dichas decisiones. 23
!LOGIA A MAS DE 5300 METR Vitriol Ilveor -
A propósito de masones peruanos, nos vamos a referir a los hermanos de Cerro de Pasco - Perú. En 1912 una logia llamada ‘El techo del mundo No. 1094’ (“Roof of the World No. 1094”) fue fundada por mineros ingleses. A la altitud de nuestra noble ciu24
ROS DE ALTURA¡ EN EL PERU Herbert Oré B.
dad (4300 metros), dicha logia marcaba un record de altitud de todas las logias en el mundo. La logía decide hacer perenne el record cuando recibe permiso de la Gran Logia de Escocia para realizar una reunión especial a 5300 metros de altura, en la 25
cima del Monte Meiggs (Casapalca-Lima-Perú). Esa reunión se realizó el 29 de agosto de 1914 y participaron 29 masones de diversas logias del mundo. Salieron de Cerro de Pasco a las 6 de la mañana con rumbo a La Oroya en el tren de Cerro de Pasco a La Oroya, y luego en La Oroya abordaron el tren de Huancayo a Lima a las 10 a.m. para desembarcar en la estación de Ticlio a las 11 a.m. Luego de muchas dificultades, 28 audaces miembros llegaron a subir a la cima del Monte Meiggs a las 3 de la tarde. Y dentro de este grupo de masones se encontraba Victor Morris. ¿¿El inventor del PISCO SOUR?? Así es, un masón fue el inventor del PISCO SOUR!!! Incluso hay un busto en su honor en el Distrito de Surco-Lima.
Monte Meiggs a 5085 m.s.n.m. (Casapalca-Lima-Perú).
26
Victor Vaughen Morris (5 de agosto de 1873 - 11 de junio de 1929) fue un barman estadounidense famoso por inventar el Pisco Sour, la bebida nacional del Perú. Morris nació en Salt Lake City, Utah. Descendiendo de una familia pionera, su abuelo y su bisabuelo han tenido un papel destacado en la fundación de la ciudad. Fue durante varios años gerente de BC Morris Floral Company, pero luego asumió la dirección de las tiendas minoristas de Salt Lake Floral Company. Era popular y enérgico y un éxito como presidente de la sociedad florista estadounidense. Víctor era un espíritu líder en Lodge No. 85 de los Elks-Estados Unidos.
Victor Vaughen Morris
27
En 1903, viajó a Perú para trabajar como cajero de la Compañía de Ferrocarriles Cerro de Pasco de la empresa minera norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation que posteriormente será CENTROMIN-PERU. Luego, en 1915, se mudó a Lima y, el 1 de abril de 1916, fundó Morris Bar. El Morris Bar se ubicó en el 847 de la Calle Boza (cerca de la Plaza de Armas de Lima). Morris Bar sirvió como un lugar de reunión para la clase alta peruana y los extranjeros de habla inglesa. Entre los individuos notables que asistieron al Morris Bar estuvieron Elmer Faucett (fundador de la aerolínea Faucett Perú), José Lindley (fundador de la Corporación Lindley que producía “Inca Kola” y otros. El salón fue un centro de experimentación de bebidas para Morris, apodado el “gringo”, y desarrollo allí la fórmula del Pisco Sour, como una variedad del whisky sour que fue mencionado desde 1874 en Iquique, cuando este puerto era aún peruano, en el periódico “El Comercio de Iquique”, que indicaba que Elliot Stubb creó el “whisky sour” en 1872.
Whisky Sour
28
Pero ¿Cómo se prepara el Whisky sour y el Pisco sour? El Whisky Sour. Ingredientes del Whisky Sour Hielo 45 ml de Whisky 30 ml de zumo de limón 2 cucharaditas de azúcar Corteza de limón. Preparación del Whisky Sour Mezclar en la coctelera el hielo, el whisky, el zumo de limón y el azúcar. Colar en la copa con hielo. Decorar con una espiral de limón.
El Pisco Sour.
29
El Pisco Sour. Ingredientes: 4 onzas de pisco puro (es decir del pisco obtenido de una sola variedad de uvas pisqueras). 1 onza de jarabe de goma 1 onza de jugo de limón ½ clara de huevo 2 cubos de hielo (opcional) 2 gotas de amargo de angostura (opcional) Preparación: Poner en una coctelera o en una licuadora todos los insumos esenciales en el siguiente orden: primero el pisco, luego el jarabe de goma, a continuación el jugo de limón, y finalmente la clara de huevo. Si desea poner los cubos de hielo. Si se utiliza coctelera batir por 10 segundos. Si se utiliza licuadora licuar durante cinco segundos. Servir en dos tiempos: primero servir la copa hasta la mitad, pausar y luego completar llenando la otra mitad. Si desea decorar cada copa con dos gotas de amargo de angostura. Como se podrá percibir el whisky sour y el pisco sour tienen diferentes ingredientes, por lo que en nuestra modesta opinión no nos parece que el whisky sour haya sido el punto de partida para el pisco sour, sin embargo respetamos las doctas opiniones de los conocedores. Así tenemos que Diego Alonso García un cronista gastronómico nos dice: “Para los que no tienen conocimientos de las proporciones del pisco sour, la receta que Víctor Morris denominó Pisco Sour tiene la siguiente fórmula: 3 onzas de pisco, 1 onza de clara 30
de huevo, 1 onza de jarabe de goma y 1 onza de zumo de limón; mientras que la receta que aparece en el recetario de 1903 tiene la siguiente fórmula: Una clara de huevo, una copa de pisco, una cucharadita de azúcar fina y unas gotas de limón a voluntad (dicha receta fue publicada solamente como cóctel, sin darle un nombre especifico). Si comparamos ambas recetas son prácticamente iguales pero al no contener la receta de Ledesma medidas exactas ni el jarabe de goma (el cual en la época de Víctor Morris era a base de goma arábiga, en la actualidad algunos negocios elaboran su propio jarabe de goma a base de agua y azúcar) es que en lo personal la llamo una proto-receta. Desde la aparición de este recetario ha sido un misterio la relación entre Ledesma y Morris, pero gracias a un minucioso trabajo de investigación el cual ha sido subvencionado económicamente gracias al aporte de la Logia Apolo XI No.11 perteneciente a la Gran Logia Occidental del Perú y con el auspicio nominal de la Gran Logia Occidental del Perú, es que se ha logrado llegar a importantes descubrimientos de la relación entre Mario Ledesma Sotomayor y Víctor Morris”. Retomando la historia de la logia materia del presente, encontramos que la Gran Logia de Antient and Accepted Masons of Scotland se refiere a la “Logia TECHO DEL MUNDO, No.1094 (PERÚ) en la siguiente forma: “Lodge techo del mundo, no. 1094 (Perú)” El Lodge está situado en la cima de los andes peruanos. En esta región se encuentran comunidades mineras prósperas, y los indios quechua, que luchan por la existencia en sus pequeñas parcelas agrícolas o como trabajadores de campo. Aquí también se encuentra la llama mansa y paciente, la bestia nativa de carga. Y aquí los recién llegados a veces son talados por los efectos debi31
litantes y náuseas de “Soroche” la enfermedad de las montañas causada por el aire fino y la falta de oxígeno en las altitudes superiores. En el Perú hay tres pabellones bajo jurisdicción escocesa uno en el Callao, Lima y la oroya. Logia del techo del mundo, no. 1094, A. F. y a. M., fue fletado de la gran logia de Escocia el 2 de noviembre de 1911, el actual número de miembros es de 121. Reuniones en la oroya.
Gran Logia de Antient and Accepted Masons of Scotland
32
La Logia “Roof of the world” tuvo sus inicios en cerro de Pasco. Los primeros pasos hacia la organización se tomaron el 26 de mayo de 1911, cuando un grupo de masones de habla inglesa en esa ciudad se reunieron para considerar la conveniencia de hacer una petición de carta. Destacados en esta primera reunión fueron el hermano p. G. Newman, el pasado maestro de paz y concord lodge, n º 445, del Callao, y el hermano Arthur e. Bazet-Jones, que fue elegido para ocupar la silla. Se han fijado firmas en la petición formal. El nombre “techo del mundo” es tanto apropiado como significativo. La Selección se realizó después del debate y la consideración en la reunión preliminar del 26 de mayo. Situado en Cerro de Pasco, a una altura de 14,220 pies, el lodge tenía la distinción de ser el más alto cuerpo masónico inglés en el mundo. De los miembros de la carta, once todavía están en el pabellón de la logia. Una de ellas merece una mención adicional y especial. Él es el hermano Arthur e. Bazet-Jones, el primer maestro, que fue notablemente instrumental para ayudar a formar el lodge y que ahora vive en su retiro en Sidney, columbia británica. En 1910, durante un viaje post-Vacacional A América del sur, entró en discusiones con un compañero pasajero sobre la ausencia de una logia en la “ Colina.” se supo que el número necesario para una solicitud podría ser obtenido a partir de El personal combinado de las minas, la fundición y el ferrocarril. Y dado que es más fácil conseguir una carta de la gran logia de Escocia que de los pocos estados de los estados unidos que llevan pabellones extranjeros, se decidió en una reunión informal que se les aplicara. Los primeros aprendices fueron john t. Glidden y joseph a. Irving, que fue debidamente iniciado en la comunicación regular del 19 de enero de 1912. En esta reunión, también, el primer afiliado fue aceptado. Era Víctor v. Morris, que vino por traslado de st John ‘ S Lodge, n º 616, Coquimbo, Chile. 33
Las reuniones en esos primeros días fueron prolongadas y llenas, pues la tarea de la organización era comprensiblemente pesada. Durante el primer semestre hubo comunicaciones regulares dos veces al mes, y en casi todas las ocasiones hubo solicitudes de lectura, comisiones de investigación para informar, títulos que se han de conferir, y varios asuntos de negocios por decisión. Las leyes deben ser aprobadas, las cuotas recogidas y las salas equipadas. La sala de alojamiento regular en Cerro de Pasco estaba situada en un edificio de marcos a dos cuadras de las actuales oficinas de la corporación, en dirección al hospital. En la tarde del 29 de agosto de 1914 tuvo lugar un evento de interés más común, cuando, por dispensa del Grand Lodge, se celebró una reunión especial en la cumbre del monte meiggs, a una altura de 17,575 Pies (3.32859848 millas de altura! )
34
Se puede decir con seguridad que esta fue la reunión más alta que jamás tuvo lugar en la historia masónica. El evento recibió mucha atención. Una cuenta de periódico, publicada el 30 de octubre de 1914, da detalles completos y gráficos. Aunque las limitaciones del espacio prohíben una reproducción del artículo en su totalidad, dos o tres extractos sigue “ el día era perfecto; el cielo estaba claro y el aire fresco y frío a pesar del sol tropical. Todos estaban vestidos con botas pesadas, suéteres y abrigos. Casi todos sufrieron más o menos de soroche, o de la enfermedad de la montaña.Varios tenían dolores de cabeza severos, náuseas, hemorragia nasal, mareos y zumbido violento de las orejas. Sin embargo, todos llegaron a la cumbre de manera segura a las 3 HORAS. M., excepto un hermano que estaba tan enfermo que se vio obligado a dar la vuelta. “al montaje en la cumbre, un pequeño lugar fue limpiado y en el centro se erigió un altar de piedra y las estaciones para el venerable maestro, senior y junior guardias también fueron construidas de piedra. Los Tyler estaban estacionados, y además de la espada, también estaban armados con lentes de campo con los que estaban habilitados para costra el horizonte por millas en cada dirección, pero no se consideró que cowan o espías se enfoque, y las ceremonias fueron ininterrumpidas. “Lodge fue regularmente abierto y cerrado en la forma debida y antigua en el aprendiz, compañero craft y master mason. Y a las 5.00 pm se inició el viaje de regreso...” Sin duda esta historia no solo es importante para los masones peruanos y extranjeros que trabajaron en estas tierras de los incas.
35
LIBROS DE
HERBERT ORE lulu.com
Ahora en:
www.lulu.com herbert ore 36
LA MASONERÍA Y LAS FACCIONES DEL LIBERALISMO COLOMBIANO DURANTE EL SIGLO XIX. LA MASONERÍA DE LA COSTA ATLÁNTICA Gilberto Loaiza Cano
Quienes hayan leído la obra del lamentado profesor François– Xavier Guerra, habrán encontrado reflexiones acerca de la importancia de la masonería como un instrumento de difusión de la política moderna durante el siglo XIX. Sus discípulos, en trabajos muy puntuales, han demostrado con lujo de detalles que la masonería perteneció a esas prácticas asociativas que contribuyeron a expandir una cultura igualitaria y republicana.1 Esos hallazgos podrían servir de punto de partida para el estudio de lo que pudo haber sido la masonería en la situación colombiana de ese mismo siglo. Sin embargo, nuestra historiografía está lejos de haberle adjudicado importancia a la masonería como objeto de estudio, aunque ha estado recientemente interesada por indagar acerca del funcionamiento de determinadas formas de sociabilidad, especialmente aquellas vinculadas al proyecto político–cultural del catolicismo.2 El vacío dejado por la 37
historiografía universitaria lo han llenado hasta ahora algunos aportes militantes e institucionales, como los de los masones Américo Carnicelli y Julio Hoenigsberg.3 La obra de Carnicelli, principalmente, constituye el único esfuerzo, conocido hasta hoy, de reconstitución del proceso de instalación de la masonería en Colombia desde el comienzo de la lucha contra la dominación española hasta la segunda mitad del siglo XX. Más recientemente, el libro de otro “hermano”, al menos así presentan en el prólogo a Mario Arango Jaramillo, ayuda a confirmar que los estudios sobre la masonería siguen caminando por las márgenes de la historiografía universitaria y más cerca de las definiciones hiperbólicas.4 Esta falta de interés por el tema no es exclusiva de la historiografía universitaria colombiana. Jean–Pierre Bastian5 ha insistido sobre este mismo vacío en el caso mexicano, y Pilar González– Bernaldo, en su estudio sobre las formas de sociabilidad en Buenos Aires, concluyó que la masonería no había alcanzado hasta entonces “el estatus de objeto histórico”. Es sin embargo curioso que la sociabilidad masónica en Colombia, en el siglo XIX, no sea un objeto interesante para los historiadores porque es evidente que buena parte de la clase política de la época gravitó en torno a la militancia en logias. Por otra parte, la masonería ha estado, de uno u otro modo, relacionada estrechamente con el delicado proceso de constitución de la vida republicana. La filiación masónica o no fue parte de los dilemas de la formación de una élite política; la militancia en una logia no parecía ser un asunto sin derivaciones públicas. Desde la década de 1820, la militancia en una logia parecía coincidir con la necesidad de aglutinar una de las facciones o “partidos” que se disputaban el control del proceso organizativo de la post independencia; por ejemplo, un complot contra Simón Bolívar, en 1828 en Bogotá, fue apoyado por un grupo de masones bajo la dirección de Francisco de Paula Santander quien desde 1820 había fundado en Bogotá la logia Libertad de Colombia. Luego de haber develado la conspiración, Bolívar decretó la prohibición de la 38
masonería en Colombia y de todo tipo de sociedades secretas. En el otro extremo cronológico de la historia política colombiana del siglo XIX, durante la aprobación de la Constitución de 1886, la masonería colombiana –más exactamente la masonería vinculada al liberalismo radical– fue de nuevo el blanco de persecuciones y de prohibiciones oficiales. Entre esos dos extremos, la masonería colombiana fue perfeccionando tendencias, divisiones territoriales, matices ideológicos, hasta el punto de ser demasiado evidente que hubo una corriente netamente anticlerical a partir de la fundación de la logia Estrella del Tequendama, en 1849 en Bogotá; esa corriente contrastó y luego entró en pugna con la masonería que estaba reunida en torno al Supremo Consejo de Cartagena; en la década de 1860 ya era posible encontrar tres tendencias en la organización de logias y dos de ellas se reunían bajo la égida de caudillos militares: las logias que auspiciadas por el coronel y luego general Juan José Nieto, que fungió por algún tiempo como la máxima autoridad del Supremo Consejo de Cartagena; las logias que se agruparon bajo el control del general y presidente Tomás Cipriano de Mosquera; y aquellas que reunieron exclusivamente al personal político del liberalismo radical. En un panorama de incuestionables relaciones entre la masonería y el personal político, algo que fue notorio precisamente durante el reformismo radical en los decenios de 1860 y 1870, el historiador no puede soslayar la importancia política que pudo tener el asociacionismo masónico. Sin embargo, ni siquiera los estudios biográficos sobre dirigentes políticos del siglo XIX en Colombia han contemplado en sus análisis las relaciones de sus biografiados con la militancia masónica. Aparte de los estudios sobre Antonio Nariño, Juan José Nieto y Manuel Ancízar, 6 los biógrafos han preferido dejar de lado la militancia masónica de sus personajes. Las omisiones más evidentes son, posiblemente, las de Francisco de Paula Santander y Tomás Cipriano de Mosquera que fueron promotores incuestionables de procesos de implantación de redes de 39
logias.7 Ahora bien, la débil densidad del fenómeno masónico podría justificar esta falta de interés por parte de los historiadores. Mientras que en Colombia, entre 1833 y 1886, no se puede hablar de la existencia de más de una treintena de logias, a veces reunidas alrededor de un Gran Oriente, en otros países hispanoamericanos se hallaba mayor intensidad en la implantación de logias. Así, en Brasil, durante la década de 1870, uno de los tres Grandes Orientes llegó a reunir 56 logias. En México, hacia el fin del decenio de 1880, se podían contar más de una centena de logias. En cuanto a Cuba, entre 1878 y 1881 existieron unos 71 talleres masónicos. En el caso del Río de la Plata, durante la segunda mitad del XIX pudieron haber existido más de 50 logias.8 Es posible que estas cifras digan poco en un ejercicio comparado, pero sí alcanzan a demostrar que en otros lugares la práctica asociativa masónica tuvo mayor atractivo para las élites político–intelectuales. De todos modos, la masonería colombiana conoció una vida relativamente intensa a pesar de algunas interrupciones significativas y, sobre todo, ella hizo parte de la historia política y religiosa de la segunda mitad del siglo XIX. Durante los dos ciclos de hegemonía del liberalismo anticlerical, 1849–1853 y 1863–1877, hubo relaciones evidentes entre la militancia masónica y el acceso a puestos oficiales de control del Estado, incluyendo el de presidente de la república (Cfr. Cuadro 1). No podemos tampoco menospreciar la influencia de la masonería en los cambios de costumbres de las élites, al menos en lo que concierne a la difusión y consumo de una literatura que reivindicaba un ideal laico. La aparición de ciertos títulos de prensa, la fundación de talleres de imprenta, la creación de lo que podríamos llamar una sociabilidad cultural, los proyectos de masificación de una educación laica, a partir de 1867, son fenómenos indisociablemente ligados a la influencia de un grupo muy activo de dirigentes masones que tenían el control de un Estado debilitado por un 40
régimen federal; ese régimen era, a propósito, la consecuencia directa de la Constitución política de 1863 que esta misma clase dirigente masónica había contribuido a crear. Lo que es cierto, en todo caso, es que a pesar del escaso número de militantes y de las ambigüedades ideológicas, la élite masónica colombiana de la segunda mitad del XIX estuvo muy comprometida con los diversos proyectos de laicización a nombre del liberalismo. Ahora bien, los vacíos documentales han sido y serán un obstáculo –también un desafío– en la reconstitución del paisaje de la expansión y de la influencia de las logias; aunque es cierto que las logias debieron producir una abundante documentación administrativa, es evidente que no hubo una voluntad pública o privada de conservación de esos fondos documentales. Por esto, el investigador debe conformarse con el acceso a una documentación fragmentaria proveniente de los muy raros archivos privados y de algunos archivos públicos. Esas dificultades no permiten representar con precisión la importancia cuantitativa y cualitativa del fenómeno masónico y su influencia sobre la vida pública colombiana del siglo XIX. Sin embargo, el poco material disponible permite entrever un alto grado de institucionalización de la masonería así como las tensiones y enfrentamientos entre las corrientes masónicas. Así, por ejemplo, el Fondo Pineda 824 de la Biblioteca Nacional de Colombia (en adelante BNC) contiene listados de los miembros de las principales logias que existieron en Cartagena y de los fundadores de las logias en los distritos cercanos, entre 1855 y 1866; incluye igualmente algunos comunicados oficiales de los funcionarios de las logias reunidas alrededor del Gran Oriente de Cartagena o del Gran Oriente del Centro. La sección Raros y Manuscritos, de la Biblioteca Luis Angel Arango (en adelante BLAA), conserva varias cajas y carpetas, no muy bien ordenadas ni inventariadas, de la documentación que legó y utilizó para su libro el masón Américo Carnicelli en los inicios de la década de 1950. Entre esa documentación podrían destacarse los Libros de oro y los Libros de actas del Supremo Consejo Neogranadino con 41
42
sede en Cartagena, que abarcan información administrativa desde 1861 hasta 1906; los Copiadores de palustres reúnen documentación desde 1864 hasta 1886. Esas colecciones de documentos contienen, sobre todo, actas de tenidas y de sesiones del Gran Consejo Administrativo; correspondencia entre logias; iniciación de solicitudes de instalación o reinstalación de logias en diferentes puntos del país; informes de tesorería; relaciones de pagos a impresores y suscripciones a prensa extranjera; fundación de escuelas; conflictos por deudas o deslealtades entre individuos o entre estructuras masónicas, en fin. En cuanto a impresos, el Registro oficial y la Luz masona, las dos publicaciones oficiales de la masonería de la costa atlántica, han desaparecido, y solamente los Anales masónicos y el Boletín masónico, publicados por los masones de Bogotá, son todavía conservados en la BNC y la BLAA. Según Carnicelli, hubo dos corrientes masónicas en Colombia. Él afirma a menudo que los masones de la costa atlántica reunidos en el Supremo Consejo de Cartagena buscaron siempre conciliar los principios de la masonería y su fe católica, mientras que aquellos del centro del país fueron más bien anticlericales.10 La obra de Carnicelli deja, además, entrever que el universo asociativo masón reproducía los conflictos entre las dos facciones liberales. Intentaremos en este ensayo desarrollar la tesis según la cual la élite liberal utilizó la sociabilidad masónica para forjarse una identidad partidista liberal y para expresar las rivalidades entre corrientes del liberalismo cuyos enfrentamientos estaban relacionados con la discusión sobre el lugar que debía ocupar la Iglesia católica en el mundo republicano. Así, según la importancia otorgada a la Iglesia católica, la masonería colombiana de la segunda mitad del XIX mostró tanto un liberalismo conciliador como un liberalismo radical. Es necesario agregar el peso del factor regional que contribuyó a la especialización ideológica de las corrientes liberales, de suerte que el centro y el oriente del país se convirtieron en el bastión de la masonería organizada por los liberales radicales, 43
mientras que la de la costa atlántica reveló la conciliación de los liberales con la Iglesia cató- lica.11 Este esquema aparentemente simple fue sacudido, en 1864, por el general Tomás Cipriano de Mosquera, el principal caudillo militar colombiano del siglo XIX. Con el fin de construir su propia red de fidelidades políticas, el caudillo le disputó a los masones de Cartagena y de Bogotá el control sobre el militantismo liberal. Postular que la masonería tuvo una enorme influencia sobre los asuntos públicos o que las querellas entre las facciones liberales se reprodujeron casi que naturalmente en la vida interna de las logias puede ser un punto de partida muy cuestionable. Pero la masonería, aquí como en otras partes, estuvo implicada –nos guste o no– en la política cotidiana de las élites liberales e, incluso, de las conservadoras. Por ejemplo, en el caso mexicano se admite que las rivalidades entre logias fueron con frecuencia justificadas por las ambiciones burocráticas o por los alineamientos del personal político liberal.12 Es por esto que puede pensarse, en nuestro caso, que la masonería expresó e incluso reprodujo las querellas entre los miembros de la élite liberal de la época; también puede sugerirse que alrededor de un grupo de dirigentes o alrededor de un caudillo, fueron creadas redes de logias que se consolidaron como estructuras clientelistas. Mejor aún, podemos llegar a decir que, según los rasgos sociales de los individuos implicados y según los desacuerdos coyunturales entre las Obediencias masónicas, el factor económico fue decisivo en las querellas entre las facciones del liberalismo colombiano. En efecto, la masonería fue a la vez vehículo de tensiones políticas y de intereses económicos; la organización de sus estructuras y jerarquías, la delimitación de jurisdicciones tuvieron mucho que ver con el control de circuitos comerciales o, al menos, con las necesidades asociativas de comerciantes y abogados que buscaban el control del estado, el acceso a puestos públicos y el dominio de circuitos comerciales. 44
Como lo advertía el profesor François–Xavier Guerra, a propósito del caso mexicano, lo que nos parece igualmente válido para el colombiano, es posible que jamás nos encontremos frente a un partido liberal durante todo el siglo XIX. 13 Estaremos más bien ante una recurrente lucha entre facciones de notables que militaban, a nombre de corrientes del liberalismo, en logias masónicas. En este artículo, volvemos a advertir, sólo podremos detenernos en el análisis de una de las dos –o quizás tres– tendencias de la masonería colombiana que correspondió con una de las facciones del “partido liberal” del siglo XIX. Por eso nos concentraremos en el estudio de la masonería de la costa atlántica, desde su origen en 1833 con la fundación del Supremo Consejo de Cartagena.
El Supremo Consejo de Cartagena La masonería durante el siglo XIX en la región de la costa atlántica colombiana y bajo la autoridad del Supremo Consejo de Cartagena tuvo, en comparación con aquella del centro del país, una historia relativamente larga y apacible. Su nacimiento se sitúa en 1833, cuando el Supremo Consejo fue fundado por un grupo de militares bajo la protección de Francisco de Paula Santander, y su historia transcurre hasta más allá del régimen de la Regeneración, instaurado en 1886, que había precisamente declarado el fin de la masonería en Colombia. Su vida fue por tanto más extensa y tranquila que aquella de las autoridades masónicas del resto del país. Esa larga existencia constituye, de por sí, un grueso indicio de su carácter; en vez de haber tenido una trayectoria en pugna con la Iglesia católica, se fue definiendo como el nexo privilegiado de la élite de la costa atlántica, más allá de las filiaciones políticas y religiosas de sus miembros. Es decir, era una estructura asociativa que servía como nicho de conciliación de una élite regional. La fundación del Supremo Consejo Neogranadino hizo parte de un proceso de implantación de la masonería a lo largo de la 45
costa atlántica de la América del sur; después de la creación del Supremo Consejo del Brasil, en 1822, el fundado en Cartagena fue la segunda autoridad instaurada en el subcontinente. Su fundación dio origen a una red de logias situadas en los principales puertos de la costa atlántica y de la costa pacífica, en el caso de algunas logias fundadas en Panamá. De otra parte, el Supremo Consejo de Cartagena no sólo dejó su impronta en Colombia, sino también en América central. En buena medida, la Obediencia creada en Cartagena era la heredera de la antigua influencia que había ejercido, entre 1739 y 1813, el Gran Oriente de Jamaica en la región Caribe.14 La fundación del Supremo Consejo de Cartagena del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el 19 de junio de 1833, fue el resultado de los esfuerzos de Francisco de Paula Santander, el presidente de la república de la época, quien deseaba implantar una red de logias en diferentes regiones. En los primeros decenios del siglo XIX, la instalación de la masonería parecía más sencilla en las regiones donde la influencia sobre la Iglesia católica era débil y donde el contacto con el exterior era más intenso, como en la costa atlántica. Durante los primeros años de vida republicana, la masonería era el punto de encuentro de los notables de cada región, incluyendo abogados, comerciantes, curas y veteranos militares relacionados con la época de la Independencia.15 Para la implantación del Supremo Consejo de Cartagena, el general Santander contó con el apoyo de los militares y de la jerarquía eclesiástica (Cfr. Cuadro 2). Recurrió a un veterano militar que había sido miembro de logias y de sociedades secretas, como los carbonarios en Venezuela, el coronel Valerio Francisco Barriga, y lo nombró Gobernador de la Provincia de Cartagena, en 1832.16 Al mismo tiempo, sacando partido de las facultades que le otorgaba el Patronato, 17 el presidente Santander nombró a Juan Fernández Sotomayor como obispo de Cartagena, un cura nacido en esta misma ciudad y que había hecho 46
parte de la armada patriota en la época de la independencia; en 1822, Fernández de Sotomayor había ingresado a la logia Beneficencia de Cartagena; entre 1823 y 1826, él fue representante a la Cámara por la provincia de Mompós; en 1825, fue miembro de la Sociedad bíblica de Londres, fundada en Bogotá; en 1828, el obispo Fernández de Sotomayor participó en la convención constituyente en favor del grupo político del general Santander. Fernández de Sotomayor hacía parte de la primera generación de curas liberales que contribuyeron a la consolidación de las instituciones republicanas, a la implantación de sociedades lancasterianas para el aprendizaje de las primeras letras e incluso a la difusión “de una actitud casi protestante frente a la Biblia y la Iglesia”.18 Conviene precisar que el obispo Fernández de Sotomayor hizo parte de la corriente de curas republicanos y liberales que contrastó con aquella que confió en una restauración monarquista, sobre todo durante la primera mitad del siglo XIX.19 En todo caso, el obispo Fernández Sotomayor perteneció a la generación de curas políticos de los primeros decenios de vida republicana. Entre 1831 y 1886 fueron fundadas treinta y una logias bajo la égida del Supremo Consejo de Cartagena (Cfr. Cuadro 3) lo que revela la existencia de un grupo de dirigentes que siempre estuvo preocupado por la implantación de una sociabilidad masónica en la región. Ese grupo se encargó al comienzo de controlar el circuito comercial de la costa caribe fundando logias en los principales puertos y extendió luego su influencia sobre algunos distritos del interior cuya importancia económica era evidente. Así, las primeras logias fueron instaladas en Cartagena, Santa Marta, Barranquilla y Riohacha; esta red se extendió con la fundación de logias en Mompós, Carmen de Bolívar, Ocaña, Honda y Ambalema. Todos estos distritos fueron escenarios de una vida agrícola y comercial bastante intensa y, además, hacían parte del circuito comercial de la principal vía de comunicación durante el siglo XIX: el río Magdalena. La influencia de la autoridad masónica de Cartagena sobre las logias que 47
pertenecían a ese circuito de navegación fluvial fue rota por las querellas juridiccionales de 1864 que condujeron a una división territorial motivada muy probablemente por los intereses económicos de los masones del interior del país y de aquellos de la costa atlántica reunidos en el Supremo Consejo de Cartagena.
A pesar de las disensiones internas de los grupos masónicos, el ascenso de la intolerancia católica ultramontana y la persecución de las logias luego de la victoria del proyecto hegemónico del catolicismo, en 1886, puede afirmarse que la masonería del Supremo Consejo de Cartagena conoció una vida exenta de las perturbaciones de la masonería del interior del país, donde los conflictos políticos fueron determinantes en el funcionamiento 48
de las logias. Por otro lado, es muy evidente que las figuras del poder económico, político y religioso de la costa atlántica hacían parte de las logias de la región. Dicho de otra manera, la masonería costeña* podía reunir sin grandes dificultades o enfrentamientos a miembros de diverso origen político. Pero, de todos modos, en su trayectoria terminó por definirse como el pilar de un liberalismo moderado aliado del proyecto político de la Regeneración. Durante los años de implantación de la masonería costeña, Cartagena, que había sido hasta entonces el principal puerto comercial, y el eje político y militar de la región, comenzaba a declinar a causa de la degradación de sus canales de comunicación con el río Magdalena. Su preeminencia, heredada de la época de la colonización española, fue amenazada por la creciente importancia económica del puerto vecino: Santa Marta. Así, hacia 1833, ya puede percibirse una rivalidad entre las élites de esas dos ciudades a lo que se agregaría, durante los decenios de 1860 y 1870, la presencia comercial y política de Barranquilla que llegaría a convertirse en el puerto más importante del país a fines del siglo XIX. 20 Estas rivalidades por la obtención del monopolio sobre las mercancías extranjeras parecen haberse transmitido al funcionamiento de las logias. En todo caso, es significativo que la logia Unión fraternal de Santa Marta, en 1840, conocida como la logia Amistad unida a partir de 1848, compuesta mayoritariamente de comerciantes y capitanes de la marina mercante residentes en ese puerto, no haya sido aceptada por el Supremo Consejo de Cartagena. En buena medida, las características de la masonería costeña corresponden con las fragmentaciones geográficas y culturales del país. La costa atlántica se distinguía como una región periférica muy separada de los principales centros urbanos del interior del país y mejor preparada para la comunicación con el resto del mundo y para acoger inmigrantes extranjeros. La élite política y económica de esta región tuvo contactos más fluidos 49
con el elemento europeo. El caso de Panamá parece aún más marginal; es necesario recordar que Panamá no conoció la expansión –a mediados del siglo– de los clubes políticos liberales denominados Sociedades democráticas; la masonería constituyó en el istmo una actividad impulsada por extranjeros y, en ocasiones, debido a la movilidad de algunos masones de Cartagena que se instalaron en Panamá, en las décadas de 1860 y 1870. Agreguemos que, desde 1848, Panamá fue prácticamente un enclave norteamericano debido al tratado Mallarino–Bidlack que le otorgó a Estados Unidos una temprana potestad sobre los asuntos panameños. 21 En definitiva, la costa atlántica y Panamá se distinguieron por un cosmopolitismo que facilitó la expansión de prácticas religiosas 50
no católicas; un rasgo que contrastaba con la intolerancia acerba del interior del país. Debemos precisar o insistir en que esas logias no existieron de manera simultánea. En algunos casos, la instalación de una logia era el resultado de la desaparición de otra anterior. De todos modos, Cartagena contó con dos logias madres, Hospitalidad granadina, desde 1833, y Unión n° 9, fundada en 1847, que reunieron a un grupo de dirigentes encargados de garantizar la expansión del fenómeno masón a lo largo de la costa atlántica. Ese grupo se encargó de la construcción de los templos, de la publicación de sus boletines oficiales; elaboró las constituciones y los estatutos y se preocupó, además, por establecer y consolidar muy buenas relaciones con la Iglesia católica. Hasta el decenio 1840, el Supremo Consejo de Cartagena estuvo compuesto de notables civiles, militares y religiosos que coincidían en lo que se puede calificar como un liberalismo moderado inspirado todavía en el modelo de conciliación de liberalismo y catolicismo que provenía de la Constitución española de 1812. La mayoría de los fundadores del Supremo Consejo tenía antecedentes por su participación en las batallas contra la Corona española, y algunos hermanos que se afiliaron en los decenios de 1840 y 1850 eran comerciantes españoles recientemente instalados con sus familias en el puerto. Sin duda, la masonería costeña se afirmó como generadora de estatus social y político. Ella reunió grupos de familias distinguidas que, de generación en generación, hicieron posible la extensión en el tiempo de la sociabilidad masónica. Por ejemplo, las familias Román y Picón, Cerra, Benedetti, Pareja, Baena Blonda, González Carazo fueron sistemáticas fundadoras y militantes de logias. El caso más significativo fue el de la familia Román y Picón; el pionero, Manuel Román, era un farmaceuta recién llegado de España. En 1834, él participó en la fundación de la logia madre de Cartagena; uno de sus hijos, el médico 51
Eduardo Román, fue el fundador de la logia Estrella del Pacífico de Panamá, en diciembre de 1870, y sus otros dos hijos, uno de ellos Soledad Román, fueron también miembros de logias. Soledad Román era una mujer católica y políticamente adepta al conservatismo; aun así, ella participó, en 1867, en la instalación de la primera y posiblemente única logia femenina que existió en Colombia. Soledad Román sería luego, en 1877, la esposa de Rafael Núñez, el jefe político de la Regeneración, y fue una activa agente de la conciliación entre conservadores y masones de la costa atlántica en tiempos de la reacción católica ultramontana.
Las relaciones con la Iglesia católica Desde 1833 hasta el fin de la década de 1860, la masonería de Cartagena se distinguió por sus buenas relaciones con la Iglesia católica. Mejor aún, puede decirse que masonería e Iglesia católica constituyeron a menudo en esta región un solo organismo, sobre todo cuando se adelantaban actividades de control social en los distritos administrados por el obispado de Cartagena. Por ejemplo, las campañas filantrópicas fueron con frecuencia eventos fundados en el trabajo armonioso de las logias con la jerarquía eclesiástica. Cada logia administraba un fondo para los pobres y repartía el dinero a la salida del templo masónico. Durante las epidemias, tanto las sedes de logias como los templos católicos quedaban disponibles para las prácticas de la caridad cristiana; en 1849, la epidemia de cólera fue el pretexto para organizar una peregrinación en la que colaboraron los dirigentes de la masonería de Cartagena. Aquellos hermanos masones cuyas profesiones eran las de médicos o farmaceutas, en su mayoría de origen español, cuidaban gratuitamente a los enfermos; además, los templos masónicos solían transformarse en improvisados hospitales.22 Su presencia en esta clase de situaciones fue consolidando la masonería como una asociación que contribuía con la Iglesia católica en las actividades del frente caritativo. 52
La afiliación de algunos curas a las logias parecía un hecho natural que correspondía con la tradición bien cimentada por el obispo Fernández Sotomayor; es decir, se trataba de la consolidación en la región de un tipo de cura liberal y republicano. Además, parece que para la dirigencia civil de Cartagena era importante contar con el apoyo y reconocimiento de la institución eclesiástica. Por ejemplo, el comerciante conservador Antonio María de Zubiría (1808– 1883), uno de los principales dirigentes masones, proponía en 1847 “la admisión gratuita de algunos curas para ponerle fin a las calumnias dirigidas contra nuestra Orden y, además, para garantizarnos sus servicios durante las festividades de la Iglesia”.23 Las relaciones armoniosas del clero y la masonería de Cartagena se expresaron con elocuencia en la preparación de las visitas pastorales. En abril de 1847, por ejemplo, el masón Antonio González Carazo informó a su logia Unión fraternal que él debía ausentarse de las reuniones para acompañar, en calidad de secretario, al obispo de Santa Marta, Luis José Serrano, durante su visita a los distritos de Bolívar. Este tipo de colaboración parecía ser muy frecuente y puede indicarnos al menos dos cosas: primero, que el clero constituía un personal poco numeroso e ideológicamente poco confiable; segundo, que había una afinidad incuestionable entre masones y autoridades eclesiásticas para poner en marcha este mecanismo de vigilancia sobre la población y el clero raso. Una visita pastoral implicaba un examen de las condiciones de los templos católicos, de los objetos sagrados, de los cementerios; comprendía también un examen de la conducta y de la eficacia pública de los curas, de sus relaciones con los fieles, un censo de matrimonios católicos, de niños bautizados y de aquellos individuos que pudieran estar al margen de las reglas de vida católica. En definitiva, los masones de la costa atlántica, sobre todo los de Cartagena, contribuyeron decisivamente en la definición del tipo de Iglesia católica que debía existir en esa región. 53
Es probable que esta armonía entre masonería e Iglesia católica correspondiera más bien a una especie de subordinación de ésta al poder económico y político de los dirigentes civiles reunidos en las logias. Hasta fines de la dé- cada de 1860, los informes del Supremo Consejo de Cartagena muestran las huellas del frecuente apoyo económico para las actividades de la Iglesia católica; por ejemplo, los desplazamientos hacia Bogotá del obispo Bernardino Medina (1811–1887) eran costeados por la logia.24 También hay que destacar que algunos curas que militaron en las logias de la costa atlántica alcanzaron grados elevados en la jerarquía masónica (Cfr. Cuadro 4). En consecuencia, el carácter laico y moderno de la sociablidad masónica en Cartagena es harto cuestionable; reuniendo personal eclesiástico, participando de las actividades de control social programadas por la Iglesia católica, es difícil considerarla como una asociación basada en un ideal secularizador que debía distinguir a las formas asociativas modernas en el siglo XIX; bien lo decía Maurice Agulhon, pionero de los estudios sobre sociabilidad política en el siglo XIX, el meollo de la sociabilidad moderna del siglo XIX reside en su carácter civil y laico, en su lucha contra la matriz cultural de la Iglesia católica: “ser liberal en el siglo XIX –afirmaba Agulhon– significaba ser, sino antirreligioso, al menos adversario del magisterio religioso en la vida política y social; ser simplemente laico, como diríamos hoy”. Otra particularidad confirma la correspondencia entre los objetivos del personal masónico y de la jerarquía católica de Cartagena; se trata de la fundación, en 1867, de la logia femenina Estrella de Oriente, la primera y posiblemente única de ese género en el siglo XIX en Colombia. Bajo la autoridad del Supremo Consejo de Cartagena, compuesta de cinco “ grados adoptivos ”, esta logia reunió un grupo distinguido de mujeres católicas y próximas de lo que se conocía como partido conservador. Esta logia femenina acompañó las actividades caritativas de algunas asociaciones católicas y reivindicó “el ejercicio práctico de la caridad”.26 54
Sin embargo, las relaciones armoniosas entre los masones y la jerarquía católica de Cartagena fueron perturbadas por algunos eventos. El primero fue la instalación, en septiembre de 1859, del Liceo masónico donde los dirigentes masones se propusieron enseñar doctrina cristiana, instrucción moral y religiosa, urbanidad, contabilidad y geometría. El Liceo parecía estar destinado exclusivamente a la educación laica puesto que los directores advertían que la enseñanza de la doctrina cristiana y la instrucción moral podía ser remplazada por otras asignaturas.27 El otro evento perturbador fue el apoyo que le prestó la masonería de Cartagena a la instalación de una Sociedad bíblica, en 1857. Aunque el hecho no era nuevo, se convirtió en esa ocasión en un desafío al catolicismo intransigente pregonado por la curia desde Bogotá. En efecto, el periódico El Catolicismo de Bogotá denunció la existencia en Cartagena de una misión protestante bajo la dirección de Ramón Monsalvatge, un antiguo cura de origen catalán que había hecho parte de la comunidad de los Capuchinos y que, en 1857, apareció en la lista de miembros activos de la logia Unión de Cartagena.28 Monsalvatge había instalado en Cartagena una Sociedad bíblica financiada por el consulado británico y la masonería local.29 Según las acusaciones de la prensa católica, Monsalvatge venía de Nueva York con “un órgano, algunas sillas y un poco de dinero donado por la Sociedad bíblica con el fin de fundar una Iglesia cismática”.30 Parece que su verdadero destino era Bogotá, pero un accidente de viaje le obligó a instalarse en Cartagena donde comenzó por distribuir gratuitamente la Biblia y luego convocó reuniones en la sala de un antiguo convento. De todos modos, su presencia deja entrever que hubo colaboración de la masonería cartagenera en las tentativas de expansión de esta sociedad protestante. La masonería costeña sufrió luego los ataques del catolicismo ultramontano, acentuados por la publicación del Syllabus, en 55
1864, que hizo una condena explícita de la sociabilidad masónica.31 El propagandista de esta condena fue el obispo de Cartagena, Bernardino Medina, un cura originario de Boyacá que había sido expulsado del país por el régimen de Mosquera, el 2 de diciembre de 1866, por haber desobedecido a la ley de inspección de cultos de 1864. Luego de su retorno a la diócesis de Cartagena, el obispo Medina redactó una circular dirigida a los curas de los distritos del Estado de Bolívar donde exigía que evitaran todo tipo de relación entre la institución católica y las actividades de los masones; Medina amenazó con la excomunión inmediata de todos los miembros del clero que tuvieran algún grado dentro de la estructura masónica. De esta manera, se entronizaba en Cartagena la tendencia intransigente y ultramontana de la Iglesia católica con el fin de extirpar cualquier inclinación liberal en el clero. En aquellos años se hicieron frecuentes algunas prácticas ostentatorias muy propias del espíritu ultramontano, como los actos públicos de absolución de curas que habían sido obligados a retractarse de su adhesión a la masonería, como sucedió con la absolución, en el atrio de la catedral y en presencia de la multitud, del cura Rafael Ruíz, diácono de la catedral de Cartagena y quien había poseído el grado 18 de la logia Hospitalidad granadina. 32 Las condenas proferidas por el papa Pío IX y las querellas cada vez más frecuentes con el obispo Medina obligaron a los dirigentes masones de Cartagena a llevar a cabo una ofensiva diplomática con el fin de demostrar su apego irrestricto a la Iglesia católica. En una de sus tenidas prepararon una reunión secreta entre el inspector de la orden, Juan Manuel Grau (1819–1888) y el intransigente obispo. En esa entrevista, el Gran Maestro Grau debía subrayar que “todos los masones no tendrán inconveniente en considerarse unidos a él como su legítimo Pastor, ni en presentarle todo el apoyo e influencia que estén a su alcance”.33 Poco antes de esta reunión, el Supremo Consejo de Cartagena había declarado públicamente que “la mayoría de los franc–masones de los Estados Unidos de Colombia, que están 56
bajo su dependencia, profesan la religión católica, apostólica, romana, y como tales se consideran bajo todos los vínculos que aquella religión les impone”.34 Con el afán de ser aceptados por la Iglesia católica, los masones de Cartagena enviaron un delegado a Roma para obtener una entrevista con el papa. Entre los tantos esfuerzos para ser aceptados como miembros de la Iglesia católica, se destaca una carta del 31 de julio de 1871 dirigida a Pío IX firmada por todos los masones de Cartagena y que decía así: “Somos masones, Santísimo Padre, pero jamás, ni una sola vez, hemos maquinado contra nuestra Iglesia (…) Somos masones, pero nuestra única misión es el ejercicio de la caridad cristiana como fue prescrita por el Hombre–Dios (…) Acoged, benigno, nuestras protestas, devolved la paz a nuestros corazones, disponiendo que no se nos excluya de la participación de los sacramentos, y dignaos hacer descender los bienes del Cielo sobre nosotros, dirigiendo a nuestras cabezas vuestra apostólica bendición”.35 Esta visible vocación católica de la masonería costeña también tuvo manifestación, en términos políticos, en la adhesión de muchos de estos masones al proyecto conciliador de liberalismo y catolicismo que se plasmó en la figura de Rafael Núñez y en el proyecto conocido como la Regeneración, que se afirmaba desde los inicios de la década de 1880. NOTAS: 1 Es el caso del estudio de Pilar González–Bernaldo que examina la relación entre prácticas asociativas y la construcción de la nación en Argentina: Civilité et politique aux origines de la nation argentine. Les sociabilités à Buenos Aires, 1829–1862, París, Publications de la Sorbonne, 1999. Existe la versión en español editada por el Fondo de Cultura Económica, 2002. 2 Me refiero, principalmente, al estudio de Patricia Londoño, Religión, cultura y sociedad en Colombia. Medellín y Antioquia, 1850–1930, México, Fondo de Cultura Económica, 2004; y al de Gloria Mercedes Arango, Sociabilidades católicas, entre la tradición y la modernidad. Antioquia, 1870–1930, Medellín,
57
La Carreta editores, 2004. 3 Américo Carnicelli, Historia de la masoneria colombiana, 1833–1940, vol. 2, Bogotá, Artes gráficas, 1975; Julio Hoenigsberg, Cien años de historia masónica de la RL. El siglo XIX, Barranquilla, 1964. 4 Mario Arango Jaramillo, Masonería y partido liberal. Otra cara en la historia de Colombia, Medellín, Corselva, 2006. 5 Jean–Pierre Bastian, “Una ausencia notoria: la francmasonería en la historiografía mexicanista”, en: Historia Mexicana, México, No. 3, 1995, pp. 439–460. 6 Enrique Santos Molano, Antonio Nariño, filósofo revolucionario, Bogotá, Planeta, 1999; Orlando Fals Borda, Historia doble de la costa, tomo II, Bogotá, Carlos Valencia, 1981; Gilberto Loaiza Cano, Manuel Ancízar y su época, Medellín, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín– Universidad de Antioquia–Eafit, 2004. 7 A propósito de Santander, Pilar Moreno de Angel, Santander, Bogotá, Planeta, 1989; a propósito de Mosquera, Diego Castrillón, Tomas Cipriano de Mosquera, Bogotá, Planeta editorial, 1994. 8 Véase: David Gueiros Vieira, “Liberalismo, masonería y protestantismo en Brasil, siglo XIX”, en: Jean–Pierre Bastian, coord., Protestantes, liberales y francmasones (sociedades de ideas y modernidad en América Latina, siglo XIX), México, Fondo de Cultura Económica/Cehila, 1990, p. 58; Jean–Pierre Bastian, Los disidentes: sociedades protestantes y revoluciones en México, 1872–1911, México, Fondo de Cultura Económica–El Colegio de México, 1989, p. 87; Eduardo Torres Cuevas, “Los cuerpos masónicos cubanos durante el siglo XIX”, en: José A. Ferrer Benimeli, coord., La masonería española entre Europa y América, Zaragoza, Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, 1993, p. 251; Pilar González Bernaldo, Op. cit., pp. 222–229. 9 BDP: Base de datos de biografías colectivas que hacen parte de los anexos de mi tesis doctoral: Sociabilité et définition de l’Etat–nation en Colombie, de la révolution libérale à la république catholique, 10 Carnicelli, Op. cit., tomo I, pp. 83, 91; tomo II, pp. 37, 45, 98. 11 Por razones de espacio, este ensayo sólo podrá examinar lo concerniente a la conciliación entre liberalismo y catolicismo que se forjó en la costa atlántica. 12 Rosa María Martínez de Codes, “El impacto de la masonería en la legislación reformista de la primera generación de liberales en México”, en: J.A. Ferrer Benimeli, coord., Masonería española y América, tomo I, Zaragoza, Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española, 1993, pp. 129–145. Este rasgo de la masonería es también admitido por Pilar González Bernaldo, “La ‘sociabilidad’ y la historia política”, en: Pani, Salmerón (coord), Conceptuar lo que se ve. François–Xavier Guerra, historiador. Homenaje, México, Instituto Mora, 2004, pp. 419–460. 13 François–Xavier Guerra, Le Mexique, de l’Ancien régime à la Révolution, París, L’Harmattan–Publications de la Sorbonne, 1985, tomo I, pp. 152–154.
58
14 Sobre la decadencia del Gran Oriente de Jamaica y la aparición del Gran Oriente de Cartagena, ver: Seal–Colon, “La isla de Jamaica y su influencia masónica en la región”, en: José Ferrer Benimeli, coord., La masonería española entre Europa y América, Zaragoza, 1993, pp. 205–221. 15 David Bushnell, El régimen de Santander, Bogotá, El Áncora Editores, 1984, p. 256. 16 El coronel Valerio Francisco Barriga (Ibagué, 1799, Bogotá, 1869) militó en 1821 en la logia Concordia de Valencia y en 1825 en una sociedad secreta en Puerto Cabello. En 1849, él se afilió a la logia Estrella del Tequendama de Bogotá, Carnicelli, Op. cit., 1975, tomo I, p. 139. 17 Patronato: institución heredada de la dominación española que implicaba la designación, por parte del rey, de la jerarquía eclesiástica hispanoamericana. Así, el centro de la cristiandad fue por mucho tiempo Madrid, en vez de Roma. Luego de la Independencia, el Patronato devino un principio de intervención del Estado sobre la disciplina externa de la Iglesia católica, ver: Rosa María Martínez de Codes, La Iglesia católica en la América independiente, Madrid, Editorial Mapfre, 1992, pp. 36 y 153. 18 José Manuel Groot, Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada, Bogotá, Cromos 1956 (1869), tomo II, p. 102. 19 Fernán González, Poderes enfrentados, Iglesia y Estado en Colombia, Bogotá, Cinep, 1997, pp. 140–144. 20 Frank Safford, Aspectos del siglo XIX en Colombia, Medellín, Hombre nuevo, 1989, p. 52 21 Véase al respecto: Apolínar Díaz–Callejas, Colombia–Estados Unidos, entre la autonomía y la subordinación, Bogotá, Planeta editorial, 1997, p. 217; también Gilberto Loaiza Cano, Op. cit., pp. 117 y 118. 22 Entre agosto de 1849 y febrero de 1850, las planchas de las tenidas de la logia Hospitalidad granadina informan de la recolección de dinero para los pobres y de ayuda a los damnificados por la epidemia de cólera; véase: BLAA, Libro de oro de la R.L. Hospitalidad granadina, Manuscrito No. 798. 23 BLAA, Libro de actas de la logia Hospitalidad granadina, Cartagena, 1847, Manuscrito No. 791, p. 23. 24 El 29 de abril de 1868, el cura Manuel Eusebio Flórez, grado 33, pedía “auxilio económico para trasladarse a la ciudad de Panama”, y en un informe del 3 de mayo de 1868, el Gran Tesorero, José Angel Gómez, proponía “una suscripción para pagar el viaje de Monseñor Bernardino Medina entre Cartagena y Bogotá”, BLAA, Libro de Actas del Gran Consejo Administrativo, Cartagena, 1860–1874, Manuscrito No. 791, pp. 460 y 461. 25 Maurice Agulhon, “Préface au Manuel républicain de l’homme et du citoyen, 1848, de Charles Renouvier”, en: Histoire vagabonde (idéologie et politique dans la France du XIXème siècle), París, Editions Gallimard, 1988, p. 35. 26 Registro oficial masónico, Cartagena, No. 40, 28 de enero de 1867; citado por Carnicelli, Op. cit., tomo I, p. 490. Según este autor, la logia femenina de Cartagena existió hasta 1875. La novela de Silvia Galvis sobre Soledad Ro-
59
mán admite y reconstruye la existencia de esta logia femenina; la militancia masónica de las mujeres de las élites parece estar relacionada, al menos en Europa, con “la aristocratización de la masonería”, según Eric Saunier en su estudio de la masonería en Normandía a fines del siglo XVIII. Se trataba, en todo caso, de afirmar la influencia social y cultural de las mujeres notables, ver: Eric Saunier, Révolution et sociabilité en Normandie au tournant des XVIIIe et XIXe siècles (6000 francs–maçons de 1740 à 1830), Rouen, Publications de l’Université de Rouen, 1998, pp. 104–106. 27 Biblioteca Nacional Colombia (en adelante BNA), “Liceo Masónico”, Cartagena, 27 de diciembre de 1859, Fondo Pineda 824, 25. 28 BNC, Cuadro de miembros de la logia Unión, Cartagena, 1° de julio de 1857, Fondo Pineda 824, 22. 29 El Catolicismo, Bogotá, 25 de septiembre de 1855, p. 20. 30 El Catolicismo, Bogotá, 11 de marzo de 1856, p. 35. 31 El Syllabus era un catálogo que condenaba “80 errores de nuestro tiempo” y que acompañó la promulgación de la encíclica Quanta cura, en 1864. Una versión comentada del Syllabus en Paul Christophe y Roland Minnerath, ed., Le Syllabus de Pie IX, París, Les Editions du Cerf, 2000, pp. 39–69. 32 Manuel E. Corrales, Efemérides y anales del Estado de Bolívar, Bogotá, Imprenta de J. Pérez, 1889, tomo IV, pp. 590–591. 33 BLAA, Informe del 13 de mayo de 1869, Libro de actas del Gran Consejo Administrativo, Cartagena, 1860–1874, Manuscritos No. 791, p. 34; ver también Carnicelli, Op. cit., tomo I, p. 470. 34 Los masones de Cartagena frente a los hombres sensatos, Cartagena, Imprenta de Ruíz e hijos, 25 de abril de 1869, p. 9. 35 Carnicelli, Op. cit., tomo I, p. 470. Hay antecedentes de lo que debía ser esta carta dirigida al Papa, pero no aparece el documento, BLAA, Libro de actas del Gran Consejo Administrativo 1860–1874, Manuscritos No. 791, p. 34.
Nota: el presente es una parte del estudio: La masonería y las facciones del liberalismo colombiano durante el siglo XIX. El caso de la masonería de la Costa Atlántica HISTORIA Y SOCIEDAD NO. 13, MEDELLÍN, COLOMBIA, NOVIEMBRE 2007, PP. 65–89 El autor es: Gilberto Loaiza Cano: Doctor en Sociología de la Universidad París 3–Iheal. Profesor asociado del Departamento de Historia de la Universidad del Valle, Cali. 60
61
GARIBALDI EN EL PERU Giovani Bonfiglio
Garibaldi (1807-1882) llegó al Perú en 1851, luego de haber estado brevemente en Estados Unidos (Nueva York) y Centroamérica. En realidad se encontraba es su segundo exilio; el primero cuando huyó hacia Brasil y Uruguay, en la década de 1830/ 40. Retornó en Italia para participar en las luchas por la independencia y debió huir de nuevo en 1849, tras el frustrado intento de defender la república romana. El segundo exilio fue un período triste y aciago para Garibaldi, su esposa Anita había muerto durante la penosa huida tras la derrota de Roma de 1849 ante las tropas francesas enviadas por Napoleón III para defender el Estado Pontificio. Por un lado, Garibaldi debió dejar sus hijos al cuidado de su madre y salió de Italia como refugiado político. Ningún país quería recibirlo, pues Garibaldi se había convertido en un “apestado” político; la causa republicana 62
y de unidad italiana estaba en bancarrota; se vivía un fortalecimiento de la reacción monárquica en toda Europa tras los fallidos intentos revolucionarios de 1848. Por otro lado el bloque político italiano favorable a la unidad e independencia se había resquebrajado, con profundas divisiones internas; los reproches entre Garibaldi y Mazzini eran fuertes. En ese contexto, luego de vagar por varios puertos del Mediterráneo (gracias al apoyo diplomático inglés), Garibaldi pudo viajar a Estados Unidos. Allí recibió el apoyo de algunos italianos que formaban parte de redes de refugiados políticos. En Nueva York Garibaldi tuvo que trabajar como obrero para sostenerse, hasta que recibió la oferta de un amigo suyo, Francesco Carpanetto, quien comerciaba con América del sur. Desde Nueva York se embarcó con Carpanetto, quien estaba en viaje de negocios y se dirigía al Perú, para reunirse con su barco “San Giorgio”, que venía desde Europa al estrecho de Magallanes. Durante este viaje Garibaldi estuvo varios meses en Centroamérica: pasó por Cuba, Nicaragua y Panamá. En setiembre de 1851 desde centro América tomó un vapor inglés que lo llevaría al Callao. Ese vapor se detuvo temporalmente en Paita, (un puerto del norte del Perú), donde conoció a Manuelita Sáenz, quien había sido compañera y amante de Simón Bolívar. Seguramente con la ya anciana Manuelita conversó acerca de Bolívar, personaje que al igual que Garibaldi fue masón, libertario y luchador por la independencia de su patria. Finalmente llegó al Callao el 5 de octubre de 1851: “En Lima, cuenta Garibaldi en sus Memorias, donde encontramos al `San Giorgio’, tuve una espléndida acogida de esa rica y generosa colonia italiana: y una mayor por parte de las familias Sciutto, Denegri y Malagrida. El señor Pietro Denegri me dio el comando del `Carmen’, un barco de 400 toneladas, y me preparé para un viaje a China”. En realidad en Lima y Callao, al igual que en casi todos los puertos latinoamericanos, en esos años se habían establecido pequeñas pero activas colonias de genoveses, marinos y mer63
cantes que constituían la punta de avanzada de la moderna inmigración italiana en América. Sus líderes eran favorables a la independencia italiana, pues muchos eran también refugiados políticos y anti monárquicos como reacción al hecho que Génova fuera anexada por la monarquía de los Saboya (entre los genoveses el odio a los Saboya tenía más una razón regionalista que ideológica).
Garibaldi en Sudamerica
Garibaldi buscaba empleo mientras mejoraran las condiciones políticas en Italia. En Perú había demanda de capitanes de barcos, pues la marina mercante estaba en expansión, para conducir veleros que comerciaban guano de las isalas (el abono natural que se extraía de las islas del litoral peruano, y que consistía en la acumulación de excrementos de las numerosas aves marinas). 64
Capitán de barco En Perú Garibaldi adquirió la ciudadanía peruana, como condición para poder obtener la licencia de capitán de barco. Apenas quince días después de su arribo, el 20 de octubre, el capitán peruano Manuel de la Haza declaraba que Garibaldi: “natural de Génova y ciudadano peruano... había demostrado suficiente inteligencia en la náutica y en los mares de Europa y de América y en número mayor de viajes que los que se requieren para aspirar a la clase de piloto de altura” (Pinkey 1953). Garibaldi había estado buscando en Estados Unidos una licencia para navegar, cosa que allí no pudo obtener. Aparentemente su venida a Perú estuvo relacionada con la posibilidad de poder obtenerla acá, donde para la ley es necesario tener la nacionalidad peruana para conceder licencia de capitán de barco, por eso es que Garibaldi debió adquirir la ciudadanía peruana. Varios fueron los capitanes italianos que debieron adquirir la ciudadanía peruana para poder ejercer su oficio. La rapidez con que se concedió ese trámite a Garibaldi seguramente obedeció al prestigio que había conseguido en América Latina por su participación en las luchas políticas en Brasil y Uruguay durante los años 1830/40. No se puede descartar tampoco el papel de la masonería, institución a la que pertenecían Garibaldi y muchos liberales peruanos. Adicionalmente hay que considerar que en Perú funcionaba una célula de la “Giovane Italia”, liderada por el médico genovés Manuel Solari (primo de Mazzini), quien también era refugiado político. Solari fue quien contactó a Garibaldi con un comerciante genovés Pietro Denegri, quien estaba incursionando en el comercio de guano. En noviembre Garibaldi realizó un viaje a las islas Chincha (unos 200 km. al sur de Lima), para cargar guano. Durante el tiempo de carga desembarcó en Pisco y visitó varios lugares 65
del departamento de Ica, recibiendo la entusiasta acogida de varios inmigrantes lígures que se habían asentado allí. A pesar de la fama que tenía Garibaldi, en el Perú no tuvo ningún reconocimiento oficial, pues era prófugo político. Y Giuseppe Canevaro, el cónsul del reino de Cerdeña (y de filiación monárquica), observó una actitud de distancia frente a él, obedeciendo disposiciones de las autoridades de Turín. El estudio de Prolo (1939) reproduce la siguiente carta escrita por Cónsul Canevaro a las autoridades del reino de Saboya en Turín el 8 de octubre de 1851: “Habiendo llegado al Callao el Sr. Garibaldi, algunos de los exaltados partidarios de Mazzini fueron a recibirlo... él hasta el momento no se ha presentado ante mí, aunque me han dicho que quería hacerlo. Por cierto él goza de gran admiración por parte de los militares de este país, debido a sus gestas en la guerra contra Rosas y en la defensa de Roma. Hasta ahora me he mantenido indiferente ante las manifestaciones de los mazzinianos a favor de Garibaldi... Los republicanos hacen sarcasmos a mis espaldas, porque no me he presentado a hacer una visita a Garibaldi, ... mi conducta ha sido aplaudida por el gobierno peruano y por varios distinguidos personajes de este país. Pues aunque este gobierno es republicano, la mayor parte y la más sana de los mandatarios y de la población odia tal sistema, por las continuas revoluciones internas que en el pasado han asolado a este país, y por el continuo despojo de la hacienda pública”. En realidad las autoridades peruanas no podían hacer ningún reconocimiento oficial a Garibaldi para evitar enfrentamientos diplomáticos con el reino de Cerdeña, con el cual tenían interés de estrechar relaciones diplomáticas. En 1851 gobernaba Rufino Echenique, de orientación conservadora y clerical, tendencia que era reacción a los desórdenes políticos que se habían dado en el Perú en las décadas anteriores. En lio con un francés En los días siguientes protagonizó un incidente con un ciudada66
no francés, que concitó la atención pública y estuvo a punto de generar un conflicto entre los italianos y franceses residentes en Lima. Como él mismo dice en sus Memorias: “Me sucedió en Lima un hecho desagradable antes de emprender viaje. Al principio de mi estadía en Lima, yo residía en la casa de Malagrida donde, convaleciente todavía de la fiebre, recibía por parte de él y de su amable señora un cuidado y asistencia verdaderamente gentiles. A aquella casa llegaba en algunas oportunidades uno de esos franceses que profesan el `chauvinisme’. Yo, por naturaleza poco accesible y percibiendo a ese individuo muy propenso a hablar, evitaba en lo posible entablar conversación con él. Pero un día logró atraparme y, con desagrado por parte mía, me llevó al tema de la expedición romana de los ejércitos de Bonaparte. Naturalmente ese argumento me resultaba tedioso e intentaba, inútilmente, cambiarlo: y él, no solamente se obstinó en continuarlo, sino que se extralimitó en términos poco decorosos para los italianos.Yo le respondí con palabras un poco ásperas, manteniéndome en los límites de la decencia que merecía la casa en la que me encontraba, y allí terminó el incidente”. Sin embargo ese ciudadano francés (que se llamaba Charles Ledó) publicó un artículo en el periódico Correo, en el que se hacía afirmaciones calumniosas sobre Garibaldi, al que tildaba de “héroe de pacotilla”. Ese artículo estaba firmado con el seudónimo de “un galo”, pero Garibaldi sabía quién era el verdadero autor. Días después Garibaldi buscó a Ledó en el almacén donde trabajaba y tuvo un enfrentamiento con él, en el cual Ledó llevó la peor parte. El incidente llegó a mayores, pues el francés llamó a la policía, argumentando haber sido agredido y cuando la policía intervino, un numeroso grupo de italianos impidió que Garibaldi fuese detenido, con lo cual el incidente adquirió el carácter de conflicto entre las “colonias” de italianos y franceses. Para evitar el enfrentamiento entre ambos grupos de inmigrantes, hubo varias conversaciones entre el encargado de negocios 67
de Francia y Giuseppe Canevaro, ello se desprende una carta enviada por Canevaro a Turín, fechada el 25 de noviembre 1852 (Prolo 1939): “De los informes que pude obtener resultó que la mayor parte de los italianos aquí residentes estaban exaltados y dispuestos a pelear con los franceses, también por cierta antipatía que en general se tienen. En vista de ello me dirigí donde el Presidente de la República para que ordene diferir el comparendo que esa misma noche debían hacer Garibaldi y Ledó ante la policía. El Señor Presidente adhirió gustoso a mi pedido y luego de haberme manifestado su propensión a favor de los italianos, me solicitó que me reuniese con el encargado de negocios de Francia para llegar directamente a un acuerdo, con lo cual el gobierno peruano daría por concluido el incidente”. El encargado francés de negocios, Rati Mentón, exigió inicialmente que Garibaldi hiciera una reparación por la agresión infligida a Ledó, mediante el pago de una suma de dinero a la Sociedad de Beneficencia Francesa. Pero Canevaro rechazó la propuesta por considerarla humillante y argumentó que la provocación había surgido por parte de Ledó (en realidad sabía que los italianos no habrían aceptado una solución de ese tipo). Propuso que ambos diplomáticos se encargaran de apaciguar los ánimos de sus respectivos conciudadanos y evitar que el conflicto llegara a un enfrentamiento. Cosa que debió ser aceptada por el representante francés quien desistió de sus reclamos. En sus memorias, Garibaldi menciona con agradecimiento el respaldo que los italianos residentes en Lima le dieron en esa oportunidad y que expresa el fuerte sentimiento de pertenencia étnica que ellos tenían, a pesar de que aún no se había dado la unidad italiana; eran los tiempos del “Risorgimento”, se trataba de gente que se convirtió en “italianos” estando fuera de Italia. “Digno de mención es el amor que mis compatriotas me demostraron en aquellas circunstancias. La policía de Lima, alentada por un furioso cónsul francés, quería arrestarme violentamente; pero el comportamiento de los italianos le quitó las ganas. Todos se mantuvieron dignos, ¡estaban todos!: en Lima se les encontraba 68
por miles, toda gente fuerte y disponible. Todos estaban dispuestos para la revancha y a pedir, respetuosamente, al comisario de policía que no me arrestase. El comisario gritaba mucho, pero no me arrestó, rodeado, como estaba, por aquella muchedumbre de hombres, tranquilos pero decididos a lograr su propósito”. Una vez terminado el incidente, Garibaldi envió un mensaje de agradecimiento a Canevaro, quien había tenido una actitud conciliadora hacia él. Aunque Garibaldi no era reconocido como ciudadano sardo (era prófugo político), recibió el apoyo diplomático de Canevaro, quien en realidad se vio obligado a interceder por él, debido a la presión de los italianos residentes en Lima. Posteriormente, cuando Canevaro estuvo en Italia (década de 1860), tuvo un acercamiento con Garibaldi, el cual era ya un héroe consagrado y se había reconciliado con la monarquía de Cerdeña. Incluso el hijo mayor de Canevaro, Felice Napoleone, nacido en Lima y siendo joven enviado a estudiar en Italia, donde llegó a ser almirante de la marina italiana e incluso senador), participó en las milicias garibaldinas en 1860. De viaje en China El 10 de enero de 1852 Garibaldi partió hacia China (Cantón), llevando un cargamento de guano en el velero “Carmen”, que había sido adquirido poco antes por Pedro Denegri en San Francisco (la tripulación de ese barco estaba compuesta casi íntegramente por lígures). El viaje de Garibaldi al Oriente duró un año, pues regresó en enero de 1853. Además de tocar las costas de China (colonia de Macao), tocó también las de Australia. Hay que mencionar que este viaje de Garibaldi generó una polémica entre sus biógrafos, pues algunos señalan que en su viaje de retorno al Perú desde China, Garibaldi trajo trabajadores chinos (culíes) que en esos años empezaban a llegar al Perú. En realidad se trataba de un tráfico de semi esclavos, pues eran trabajadores contratados en con69
diciones poco claras que luego eran “vendidos” a los hacendados peruanos para trabajar en plantaciones, en condiciones de trabajo muy duras y sin libertad para salir de las haciendas. En realidad esa es una suposición, de las cual no se han encontrado evidencias. Lo que se sabe con certeza es que, cuando Garibaldi ya no estaba en Perú, el velero “Carmen” que seguía en posesión de Denegri estuvo dedicado al transporte de colonos chinos al Perú. En 1858 ese velero fue hundido durante la travesía de regreso al Perú desde China, como consecuencia de un motín a bordo producido por los chinos que eran transportados en condiciones de esclavitud. Ver: Zanutelli Rosas, Manuel. “Una barca chinera”. En: La Prensa. Lima, 9 de enero de 1982. Es posible que el viaje inaugural de la “Carmen”, bajo la conducción de Garibaldi haya tenido por objeto abrir la ruta hacia el Oriente, pues eran los años en que empezaba a darse el transporte de colonos chinos al Perú, posibilitado por la ley de inmigración de 1849. Un estudio hecho por un biógrafo de Garibaldi, el profesor australiano Phillip Cowie demuestra que en realidad Garibaldi no transportó “mercancía humana”, como algunos han insinuado (Ver Cowie 1983). El artículo de Prolo (1939) narra detalles interesantes de la travesía de regreso de Garibaldi. Según manifestaciones posteriores hechas por el lugarteniente de a bordo de ese barco a un periódico italiano, en la travesía de regreso se dieron varias dificultades (que Garibaldi no narra en sus memorias): una tormenta obligó a variar el rumbo y originó pérdida de tiempo, a consecuencia de lo cual los alimentos y el agua terminaron antes de lo previsto y debieron ser racionados (los tripulantes debieron pescar para alimentarse e incluso cazar las ratas a bordo). La situación se hizo bastante difícil por la queja de los tripulantes e incluso Garibaldi debió enfrentar un conato de motín, cosa que pudo evitar gracias a su carisma personal; arengó a los tripulan70
tes como cuando estaba en el campo de batalla y debió evitar que varios se tirasen al agua en plena tormenta, pues pensaban que el barco estaba por hundirse. La versión de estos acontecimientos fue narrada por el lugarteniente de la “Carmen” que regresó a Italia para participar en la lucha por la unidad. En declaraciones recogidas por un periódico italiano, en un artículo donde no se menciona su nombre. Presentamos aquí un extracto de dichas declaraciones: “La tormenta duró tres días, que nos parecieron tres siglos de agonía. Sin Garibaldi la tripulación se habría ahogado antes que soportar los tormentos por los que pasó... Garibaldi no era un hombre que nos comandaba, era un semidiós... Pero no estábamos al final de nuestras desventuras, pues el armador Denegri daba a los marinos de sus barcos la menor cantidad posible de víveres, por temor a que se malogren... Los males que sufríamos se hacían intolerables, nuestras pupilas brillaban con luz enfermiza, el delirio se adueñó de nuestros sentidos y una sangrienta revuelta estuvo a punto de estallar. Solamente el prestigio y la capacidad elocuente de Garibaldi pudo evitarla...”. (Ver: “Episodio inedito della vita di Garibaldi”. En: Il Dovere Nº 84. Torino, 1859). Finalmente la barca “Carmen” llegó al Callao, aunque con la tripulación famélica. Antes del regreso de Garibaldi de su viaje a China, se reunieron en Lima numerosos refugiados republicanos italianos. “En esta ciudad va creciendo día a día el número de italianos emigrados, la mayor parte de los cuales está esperando el regreso de Garibaldi de su viaje a China. Temo que puedan generarme disgustos, pero puedo asegurarle que no permitiré abusos de ningún tipo y que sabré hacer respetar nuestro gobierno si en algunas demostraciones públicas lo injuriasen” (Carta de Canevaro al ministro de Relaciones Exteriores del reino de Cerdeña del 25 de noviembre de 1852) A su retorno a esta ciudad, Garibaldi fue objeto de atenciones por parte de sus partidarios y se realizaron banquetes en su 71
honor. Manuel Solari, el representante de la “Giovane Italia” en el Perú, en esa oportunidad vendió bonos a favor de esa organización para financiar actividades militares en Italia. Recuerdos en Perú La presencia de Garibaldi durante esos meses ha dejado recuerdos en el Perú. Uno de ellos se refiere a sus actividades en el entorno de la masonería peruana, pues según testimonios de viejos masones del Callao, Garibaldi asistió a una reunión en ese puerto donde se inauguró una sección que recibió el nombre de “Cruz Austral” a sugerencia del mismo Garibaldi, el cual se había quedado impresionado por la constelación de la Cruz del Sur durante el viaje que acababa de realizar a China y a Oceanía. Durante su estadía en el Callao Garibaldi frecuentó a numerosos inmigrantes, con los que compartía sus anhelos por la independencia italiana. Varias anécdotas al respecto fueron recogidas posteriormente por Nino Barazzoni, médico que trabajó en el Callao a inicios de este siglo. Es que para los inmigrantes italianos de Lima y Callao, Garibaldi se convirtió en leyenda viviente y símbolo de la lucha por la unidad italiana. Numerosas pulperías tenían una efigie del héroe y hasta se puso su nombre a varias compañías de bomberos en Chorrillos y a una en el Callao (en esta última se conserva aún la carta autógrafa de Garibaldi, enviada desde Caprera, en la que concede el permiso para usar su nombre). Varios inmigrantes italianos residentes en Perú hicieron acuñar, en 1862, una medalla conmemorativa de la operación quirúrgica hecha a Garibaldi por los médicos Nélaton y Zanatti, quienes le extrajeron la bala que lo había herido en la famosa batalla de Aspromonte (Guarisco 1981). Garibaldi se mantuvo en relación con círculos republicanos italianos en América Latina y el Perú, que estuvieron bastante activos hasta la década de 1860. Las conexiones exteriores de 72
los republicanos italianos se evidenciaron en la campaña internacional que se llevó a cabo para defender los intereses del Perú. Cuando en 1864 los españoles tomaron las islas Chincha, Garibaldi fue alertado por sus contactos en el Perú y se pronunció desde su exilio en Caprera, a través de una carta que envió en agosto de 1864 al periódico La Nation Suisse, de Ginebra. Lo mismo hizo desde el parlamento italiano Esteban Siccoli, quien había estado con Garibaldi en el Perú.
Personajes de la colonia italiana en el siglo XIX
73
Los republicanos garibaldinos en el Perú durante ese año fueron bastante activos; publicaron un periódico y difundieron varias proclamas. El 15 de mayo de 1864 apareció en Lima un periódico liberal cuyo título era “El Garibaldi” con el subtítulo “Periódico popular semanal”. Su primer director fue Raymundo Moreno. Circuló hasta noviembre de ese año y tenía corresponsales en varias ciudades peruanas, entre los cuales figuraban varios italianos (Rainieri Mannucci en Trujillo; Luis Querzola en Cajamarca; D.J.B. Cúneo, en Paita; Francisco Longo en Moyobamba; Domingo Mazzini, en Cerro de Pasco; Pedro Guinazzi, en Tacna). Tenía corresponsales también en otros países: Carlos Reissig en Valparaíso; Cayetano Pezzi en Buenos Aires; Carlos Astengo en Montevideo; Tívoli en Londres; el periódico El Eco de Italia en Nueva York e incluso figuraba un corresponsal en Génova: era D.J.B. Cúneo, que en el número inicial del periódico figuraba como corresponsal en Paita. En las páginas de este periódico aparecieron numerosos escritos de inspiración republicana y anticlerical. Reproducía también artículos que llegaban de Génova, acerca de las gestas de la independencia italiana. Otros artículos alertaban a la opinión pública peruana sobre el conflicto con España de esos años. En marzo de 1864 circuló profusamente en Lima una proclama dirigida a los italianos residentes en Chile y Perú, tratando de alertarlos y promoviendo su participación en la defensa del territorio peruano. Es que los republicanos italianos temían un resurgimiento de las tendencias monárquicas en América Latina. La proclama (escrita en español) estaba dirigida “A los italianos de América” y recogía el punto de vista de los republicanos italianos que exigían a sus representantes diplomáticos una actitud firme en cuanto al rechazo de las pretensiones neocoloniales españolas y de restauración de la monarquía en América del sur. Al morir Garibaldi, en 1882, las instituciones italianas en Lima realizaron solemnes manifestaciones públicas de duelo y en el 74
centenario de su nacimiento (4 de julio de 1907) la colectividad italiana colocó una lápida en su honor, en el “Jardín Schiantarelli”, la casa donde el héroe residió en el Callao. Bibliografía Anónimo. “Breve historia de la `Cruz Austral’”, En: El Heraldo Masónico Nº 7. Lima, mayo 1978. Barazzoni, Nino. “Garibaldi en Perú”. En: Presencia italiana en el Perú. Lima, Instituto Italiano de Cultura, 1984: 249-278; Bonfiglio, Giovanni. Los italianos en la sociedad peruana. Una perspectiva histórica. Lima, 1993. Cowie, Phillip K. “Garibaldi in Peru: Note di natura commerciale” En: Presenza di Garibaldi in America Latina, Simposio Internazionale, Roma, 30 Maggio-2 Giugno 1983. Garibaldi, Giuseppe. Memorie autobiografiche. Firenze, Barbera Ed., 1888, pp. 263-275; Guarisco, Sergio. “La primera medalla de Garibaldi en el Perú”. En: Numismática XXXII, Lima 1981; Gueze 1960; Montanelli, Indro y Nozza, Marco. Garibaldi. Milano, Ed. Rizzoli, 1962, 611 p.; Prolo 1939. Prolo, M.A. “Il soggiorno di Garibaldi a Lima” En: Rivista di cultura marinara, XVII, marzo-aprile 1939.
NOTA: Giovani Bonfiglio ilustre sociologo peruano especialista en temas migratorios, escribió sobre Garibaldi en el Peru, y lo hemos hallado en el blog: http://inmigracionsigloxix.blogspot.pe/2013/06/garibaldi-en-peru-segun-g-bonfiglio.html del cual lo reproducimos por tratarse de un connotado masón.
75
EL VECINO GARIBALDI César Coloma Porcari
Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo
A 477 años de la fundación española de Lima y a 151 años de la unificación de Italia (ocurrida el 17 de marzo de 1861), recordamos a Giuseppe Garibaldi, el héroe italiano que vivió por algunos años en nuestra capital, cerca de Palacio de Gobierno. Don Ricardo Palma, en su tradición “Entre Garibaldi y yo” (“Tra76
diciones peruanas completas”, Madrid, Aguilar, 1968, páginas 1121-1124), cuenta que este personaje, residente en nuestra ciudad en 1851, por “el renombre de que vino rodeado, hizo que en Lima se le contemplase con admiración y se le saludase con respetuosa simpatía al encontrarlo por las calles centrales de la ciudad”. El mismo Giuseppe Garibaldi, en sus memorias (traducción nuestra), afirma: “Yo habitaba desde el principio de mi estadía en Lima, en la casa de Malagrida” (“Memorie. Edizione diplomatica dall’autografo definitivo a cura di Ernesto Nathan”, Turín, Società Tipografico-Editrice Nazionale, 1907, páginas 244-245).
EN LA ESQUINA DE PALACIO Palma además cuenta: “La casa de Malagrida fue la que forma el ángulo de las calles de Palacio y Polvos Azules, con grandes almacenes en la parte baja”. Se refería a la casona ubicada en el Jr. de la Unión (calle Palacio) N° 200-206, esquina calle Polvos Azules N° 101-113, la cual fue declarada Monumento Nacional el 12 de enero de 1989 (“Relación de Monumentos Históricos del Perú”, Lima, Centro Nacional de Información Cultural, 1999, página 73). Don Raúl Porras Barrenechea agrega que “Los solares en que vivió Garibaldi en Lima, en la esquina de Palacio y Polvos Azules, y en el Callao, en el ‘Jardín Schiantarelli’, jalonan el recuerdo peruano del héroe y prestigian nuestra tradición civil” (“Los viajeros italianos en el Perú” (Lima, Editorial Ecos S. A., 1957, páginas 80-84). Garibaldi, durante el tiempo en que residió en Lima, recorrió muchas veces sus calles y plazuelas, así como la Plaza Mayor. Cuando llegaba al puerto del Callao se trasladaba a Lima en el ferrocarril, arribando a la estación de Desamparados, que estaba ubicada en el mismo lugar en donde se yergue el edificio 77
actual. De allí, por detrás del Palacio de Gobierno, debió ir a su casa de la esquina de las calles de Palacio y Polvos Azules.
UN INCIDENTE Don Ricardo Palma, en su tradición mencionada, cuenta que siendo cronista del diario “Correo de Lima” (Jr. Conde de Superunda cuadra 4), el 6 de diciembre de 1851, “se presentó un caballero […] con voz un tanto sobreexitada”, el cual era nada menos que Giuseppe Garibaldi, quien había ido a buscar a don Carlos Ledos, (francés, colaborador del diario). Palma le informó que éste se encontraba “En la calle de las Mantas, en su escritorio” (actualmente Jr. Callao, cuadra 1). El tradicionista agrega que “No trascurrió un cuarto de hora sin que llegase a la imprenta la noticia de que, a inmediaciones de la Plaza Mayor, ocurría algo muy grave, y el cronista, cumpliendo con su obligación, corrió desalado a la calle de las Mantas”, a la tienda de Ledos, en donde se había reunido una muchedumbre. “– ¿Es usted – le dijo Garibaldi en correcto francés – el canalla que ha escrito estas infamias contra Carlos Alberto y contra Italia? – El canalla, no; el que ha escrito, sí – contestó con arrogancia don Carlos”. En ese momento Garibaldi “descargó dos bastonazos sobre el polemista francés”. Palma agrega que luego “Llegó don Antonio Malagrida, acaudalado comerciante italiano de esa época y en cuya casa, de reciente construcción, tenía por huésped a Garibaldi los días en que éste venía al Callao, y se llevó del brazo a su exaltado compatriota”.
POR LA UNIDAD ITALIANA Garibaldi se había sentido profundamente ofendido por el comentario que Ledos publicara en “Correo de Lima” del 4 de di78
ciembre de 1851, con el título de “Héroes de pacotilla”, y lo consideró inaceptable porque hacía mofa de su rey Carlos Alberto (ya fallecido) y de la lucha por la Unidad de Italia. Por ello actuó con tanta violencia. El héroe, de regreso a su patria, continuó luchando por la unidad de ésta, tarea que demandó largos años de enormes sacrificios, los que llegaron a su fin al fundarse oficialmente el reino de Italia y en especial, el 20 de setiembre de 1870, al incorporarse Roma al reino y constituirse en la capital del país.
LA CASA LIMEÑA La casa limeña de Garibaldi se conserva en relativamente buen estado, aunque en el segundo piso funciona una fonda. El inmueble debería ser restaurado y convertido en un centro cultural en donde se recuerde a este gran personaje de la historia mundial que residió allí. Los viajeros italianos tendrán en esta sucinta relación una guía para seguirle los pasos a Giuseppe Garibaldi en Lima, especialmente cuando se celebra el sesquicentenario de la proclamación de Víctor Manuel II como primer rey de Italia. Tomado de: https://sites.google.com/site/elperuysuhistoria/ giuseppe-garibaldi-en-lima Publicado en “El Comercio”, suplemento “El Dominical”, Lima, 15 de enero de 2012, página 15.
79
LA PRESENCIA DE GARIBALDI EN EL PERU Augusto Ferrero Costa
Sin lugar a dudas, la presencia en el Perú en el siglo pasado del héroe legendario Giuseppe Garibaldi, constituye una singular curiosidad histórica. Pocas personalidades extranjeras que se hayan quedado en nuestro país pueden llamar tanta atención como el gran patriota italiano. La presencia de Garibaldi en Perú se encuentra en la casa de la familia Malagrida, en la esquina de Palacio y Polvos Azules en Lima y en lo que fue la Villa Schiantarelli al Callao, en la que había una placa conmemorativa. Llegó de Nueva York el 5 de octubre de 1851, anteriormente había contraído una enfermedad en Panamá y había hecho algunos viajes a América Central. Para evitar problemas con las autoridades policiales, viajaba con el nombre evocador de Giuseppe Pane, evocando momentos dramáticos de aventura. El Comercio celebró su llegada con el siguiente comentario: “Acogemos con agrado la feliz llegada a esta capital del ilustre guerrero del Uruguay partidario de la independencia y la unidad República Italiana y la independencia”. Él estuvo acompañado 80
por su fraterna Francesco Carpaneto, esperando la llegada de su barco, el San Giorgio que, entre otras cosas, llevando la estatua monumental de Mariano Necochea destinado a Presbítero Maestro cementerio. Antes de aterrizar en Lima, se detuvo un día en Paita, el invitado de una señora generosa que había estado postrada en cama durante años debido a la apoplejía. Es el propio Garibaldi quien le da noticias en sus Memorias y recuerda este día con gran placer. La dama en cuestión no era otro que Manuelita Sáenz, una señora de Quito muy unido a Simón Bolívar que había salvado su vida en Bogotá en 1828. Vivió en el puerto peruano después de haber sido expulsado de Santander, el Presidente de Colombia. Según atraído a la gloria, que le daría el cortejo de Bolívar y moriría en Paita víctima de la peste en 1856. Su cabaña fue quemado por la salud y por lo que hemos perdido documentos de valor del general, escribe Tauro del Pino, entre estos, cartas personales. Garibaldi describió como la mujer más amable y gentil que había visto nunca, y agregó que no sabía los detalles más íntimos de la vida de Bolívar, a pesar de 55 años de edad y la discapacidad que se vio obligado, mantiene en el ojo “del color del diablo” que impresionó José de San Martín. Ojos que a la hora del saludo se llenaron de lágrimas y Garibaldi declaró que estaba impresionado. Gabriel García Márquez escribe en “El general en su laberinto”, que eran tres visitas memorables que es consolada por abandono: la de Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, que va a morir, no muy lejos, en San Nicolás de Amotape en 1854; la de Garibaldi y la del escritor Herman Melville en 1844, quien navegó en las aguas de todo el mundo para recolectar material para su novela inmortal, Moby Dick. El general quedó muy impresionado con nuestra costa, que encontró similar a las arenas de África porque las partes verdes parecen oasis. Reveló que pensaba que encontraría más vege81
tación e imaginó el país al pie de la cordillera más hermosa. Fue en la tierra de las “Colinas de arena”, como dice el título del libro de Fernando de Trazegnies, sin duda el continente le ofreció la atracción de ser la patria de la esposa perdida Anita. Uno de los inmigrantes austeros Pedro Denegri, en italiano Pietro de Negri de Niza, le ofreció el comando de Carmen para ir a China, este era un barco con tres mástiles de madera con velas cuadradas de 400 metros y había sido comprado en California. El peso del barco indicado arriba es el declarado por Garibaldi en sus Memorias, mientras que la Capitanía del Callao había registrado 346 toneladas y 343 en la de Hong Kong. Hemos leído en algunas biografías la cifra de 700 toneladas, que sin duda incluía la carga. El intermediario de esta operación fue Emanuele Solari, natural de Chiavari y primo de Mazzini con quien escribió. De un árbol genealógico proporcionado por sus descendientes, el Checa Solari, parece que su antepasado es María Camilla Mazzini, mientras que Giacomo, el hermano de éste, es el padre de Giuseppe. Garibaldi declaró en Hong Kong que el barco era propiedad de miembros sudamericanos. A partir de esto, el profesor australiano Phillip Keneth Cowie llegó a la conclusión de que el socio en cuestión era el Solari. De hecho, de los Archivos del Estado de Turín parece que murió con un testamento porque se había casado unos días antes de su muerte con la mujer que tres años antes le había dado un heredero, a quien le correspondía una gran suma custodiada en la Casa de Comercio por Pedro Denegri. Solari había llegado a Lima en 1840 y sobre este viaje, Mazzini le escribió a su madre diciéndole que su primo, que no tenía motivos para quedarse en Génova, estaba a punto de partir hacia Lima, porque “aparte de su talento, no lo extrañaba, tiene un grado extremo de actividad y savoir faire”. Garibaldi, en sus memorias cuenta que cuando fue a las islas de Chincha para cargar guano, en noviembre de 1851, visitó más allá de esta ciudad, 82
también Pisco, Ica y Palpa. Fue recibido con gran entusiasmo por los inmigrantes ligures instalados en estos lugares. En Palpa, fue a cazar cerdos salvajes y luego regresó al Callao para los preparativos finales antes de zarpar para un largo viaje el 10 de enero de 1852. Cowie informa que puede haber dos razones para la demora en la partida de Garibaldi. En primer lugar, la licencia de piloto que había obtenido debía renovarse cada tres meses, demostrando que había completado un período de servicio trimestral en aguas peruanas, para comenzar con el documento renovado; la segunda hipótesis es que el barco Carmen, habiendo llegado a Lima por primera vez en septiembre de 1851, el propietario estaba obligado a formalidades para regularizar la inscripción, siendo muy difícil ser extranjero. Dos meses después, durante la travesía, tuvo un sueño profético con un caso increíble de telepatía: estaba en Niza, de luto, frente a una procesión fúnebre que venía hacia él. Exactamente en ese mismo día murió la madre “mamma Rosa”. Después de pasar las Islas Sandwich, ingresó, entre Luzón y Formosa en las Filipinas, en el mar de China. Él dice que cuando llegó a Cantón fue enviado a Amoy porque no podía vender el guano en ese lugar. Después de que se fue a Manila con otra carga y regresó a Cantón para emprender su regreso a Lima, fue necesario reparar el barco cambiando los árboles y el cobre de la quilla. De los escritos de Mino Milani parece que el barco llevaba “coolies” oficialmente, los inmigrantes chinos en realidad, los pobres se alistaron con el engaño y en condiciones de virtual esclavitud, cuyo destino era Perú, Cuba o las Antillas. Denunció en esta ocasión que Garibaldi transportó “... a todos los chinos bien alimentados y con buena salud ya que habían sido tratados como hombres y no como bestias, mostrándose el único ejemplo de humanidad en estos viajes casi siempre crueles”. También escribe que “ ... se debe a este viaje si en la tradición popular de 83
Callao, Garibaldi a veces fue etiquetado como un esclavo”. Trasegnies comenta que la carga que trajo de China es desconocida, pero lo más probable es que sea china. Ya en las primeras páginas de su libro, señala que entre 1848 y 1874 unos cien mil chinos fueron transportados al Perú porque, entre otras actividades, trabajaban en las islas del guano. La introducción de Juan de Arona poema, comienza con estos dos versos: “allí donde no encontrar un chino - dall’insaccamento guano”. Esto sugiere que Garibaldi se encontró con algunos de estos en las islas de Chincha donde fue a buscar la carga antes de partir hacia China. De sus Memoirs es solo que la carga (que también se puede interpretar como una comisión) salió de Cantón hacia Lima. El Heraldo Masonico nos dice que trajo productos y ciudadanos chinos para trabajar en nuestras islas del guano, sin considerarlo una ofensa.
El Heraldo Masónico aparece en el año de 1862, en los finales de la administración del Presidente Castilla,
84
En una excelente reconstrucción histórica titulada Los Italianos en la Sociedad peruana, Giovanni Bonfiglio, sin referirse al posibilidad de que Garibaldi había transmitido chino, escribe que era posible que el viaje inaugural del Carmen tenía la intención de abrir una ruta hacia el Este, porque esos fueron los años en que, gracias a las instalaciones de la Ley de Inmigración de 1849, se inició la transporte de colonos chinos a Perú. También revela que Carmen se hundió en 1858 durante el viaje de regreso de China como resultado de un motín de los chinos transportados en esa ocasión. Quien estaba muy interesado en este tema fue Cowie quien ha negado consistentemente cualquier posibilidad de entrada de chinos al Perú a través de Garibaldi. Aunque reconoció que incluso cuando estaba vivo estos rumores circulaban, se queja de que no lo ha negado en sus Memorias. Cita la biografía del aventurero escrita en 1881 por Inglés de Bent, quien dijo que cuando firman el contrato con Denegri, Garibaldi anuló la cláusula que le obligaba a llevar chino si la carga no es suficiente, afirmando con orgullo que nunca se habría convertido en traficante de carne humana. Dos de ellos son la evidencia más convincente de que Covvie informa a denegar el transporte de los chinos por Garibaldi: en primer lugar, la lista de los barcos que llegó a los puertos del Perú entre 1849 y 1853 con la lista de los inmigrantes que no son abordados solamente chino, pero también irlandés y alemán; segundo, la lista de productos que Carmen llevó desde Cantón, publicada por El Comercio el 25 de enero de 1853, es todo tipo de especias, cera, nácar, muebles, cigarrillos, seda y otros objetos orientales. Sin dudas son pruebas muy válidas y muy importantes. El Gran Diccionario Universal du XIX Siecle publicó en París en 1872, informa el testimonio de un viajero francés que habla de un desayuno consumido, en un restaurante italiano en medio de Mercaderes en Lima, junto con un teniente de Garibaldi, que le dijo las aventuras del viaje regreso de Canton. El escritor escribió que prefería recordar las aventuras de este cruce peligroso en lugar de “todas las batallas imaginarias hechas en nombre del 85
Perú que biógrafos mal informados asignados a Garibaldi”. Indudablemente se refirió a esas “obras con las que Garibaldi nunca soñó y cuya gloria no necesitaba”; batallas, que le habían sido atribuidas por el Diccionario de Contemporaneos, por Ricciardi en sus Perfiles y por Anatole de la Forge en El Siglo. De hecho, estos escritores afirmaron que Garibaldi había sido el comandante del ejército peruano y bajo su mando obtuvo victorias y solo después de asegurar la paz en Perú regresó a Italia. Carmen viajó a través de los indios a Australia para llegar a una de las Islas Hunter para tomar agua. La soledad de esos lugares transportó mentalmente a Garibaldi más de una vez hacia el futuro, probablemente este recuerdo lo llevó a vivir más tarde en la isla de Caprera. Se dirigió a Nueva Zelanda y luego a la costa oeste de América. Llegó a Lima después de un cruce de 100 días, el 24 de enero de 1853. Aterrizó la carga (o la oficina) y permaneció en Lima hasta el 1 de marzo del mismo año, cuando fue a Valparaíso, donde Carmen fue contratada para llevar una carga de algodón a Boston. Regresó a Perú, en el puerto de Islay, para tomar lana sobre algodón y, después de un animado pasaje del Cabo de Hornos, llegó a Boston. Fue llamado urgentemente a Nueva York, donde, con algunas notas del propietario, que no compartía, fue relevado del mando del barco. Mino Milani informa que no estaba claro lo que sucedió, siendo falso que el informe contable presentado por Garibaldi contenía errores. Al respecto, Pippo Ravenna informa que el gerente reprendió a Garibaldi por haber gastado demasiado en el cruce desde El Callao a Nueva York, tal vez “Fue llamado urgentemente a Nueva York, donde, con algunas notas del propietario, que no compartía, fue relevado del mando del barco. Mino Milani informa que no estaba claro lo que sucedió, siendo falso que el informe contable presentado por Garibaldi contenía errores”. Pippo Ravenna informa que el gerente reprendió a Garibaldi por haber gastado demasiado, tal vez “algunos cientos de pesos más”. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que esto no 86
arruinó las buenas relaciones entre él y Denegri, un apoyo válido en Lima para la causa Garibaldi. Nell ‘Historia Marítima del Perú, Félix Denegri Luna dice cómo la crisis naval en el Mediterráneo después de la invención del vapor, forzó su abuelo Amerigo Aurelio y otras familias del mismo origen, a emigrar a nuestras costas para continuar desarrollando su comercio marítimo Dirigido por una familia Es interesante mencionar que el 27 de julio de 1848, gracias a Castilla, había llegado al Callao, el Rímac, el primer barco de vapor sudamericano en servicio en nuestra armada. Bonfiglio indica como prueba de la presencia de Garibaldi en Perú, el hecho de que adquiriría la ciudadanía para obtener una licencia de capitán de barco. De acuerdo con lo que surge del estudio del sociólogo antes mencionado, parece que la persona ilustre habría buscado en los Estados Unidos permiso para navegar. El historiador Dennis Mack Smith informa que en nueve meses en los que el personaje mítico permaneció en los Estados Unidos mostró la intención de obtener la ciudadanía, que cuenta con más de una vez a la propiedad que a pesar de que no había cumplido con los requisitos y su nacionalización no fue reconocida oficialmente. Sin embargo, Guido Cerosa también afirma que Garibaldi obtuvo la ciudadanía estadounidense. Antes de zarpar de Perú hacia el este, Garibaldi aprobó el examen piloto. Lo más significativo es que el informe de la oficina que dio la evaluación informa que examinó a Giuseppe Garibaldi, natural de Génova y ciudadano del Perú. De esta evidencia surgió un “...conocimiento suficiente de la navegación y los mares de Europa y América y con un mayor número de viajes que los requeridos para aspirar a la clase de piloto de alta mar al registrarse en un registro de matriculación, sin el requisito de nacionalización, esta última condición permaneció vigente para los propietarios de los buques más pequeños utilizados en el comercio de cabotaje a lo largo de las costas del Estado. 87
Según el artículo 28 de la ley del 7 de enero de 1848, no podían operar si no eran ciudadanos y estaban registrados y debían ser examinados por un Consejo del Departamento de Marina para evaluar si tenían suficiente experiencia en la práctica marítima. En resumen, el examen y la matriculación fueron suficientes para ser un capitán, pero para el comercio de cabotaje también existía el requisito de ser un ciudadano peruano. Esta es la razón por la cual a Garibaldi se le otorgó nuestra ciudadanía, y esto es reconocido por sus biógrafos extranjeros como el inglés McK Smith y el italiano Milani”. Garibaldi había luchado por la independencia de Rio Grande do Sul en Brasil contra el dictador argentino Juan Manuel de Rosas de la cual conservamos la “facón” o cuchillo de personal de doble hoja con un gancho para llevar en el cinturón, con fecha de 1818, con el mango de plata y sus iniciales. Siendo el tirano apodado “cabezas cortadas”, nos preguntamos si a veces, o más de una, la herramienta se usó para acortar la vida de alguien. Contaba Walewski, hijo de Napoleón y Marie Walewska, diplomático francés en la Argentina en el momento, informó de Garibaldi como “hombre para triunfar en cualquier empresa“, y Bartolomé Mitre como “el hombre que ganó fama con su valor y dedicación”. En Italia luchó contra los austriacos por la unificación y perdió a su esposa Anita Ribeiro, una criolla brasileña con con quien se había casado en Montevideo, inmortalizado en el Janículo de Roma por una estatua ecuestre que lo representa sobre un caballo desenfrenado que descansa sobre sus patas traseras. Un detalle muy pintoresco de su estancia en Lima es el testimonio de Ricardo Palma, que escribió al respecto una de sus Tradiciones Peruanas titulada “Entre Garibaldi y yo”. Él le dice a nuestro distinguido hombre de letras que cuando era un corrector de pruebas en el diario El Correo de Lima, escribió en este diario un comerciante francés, Carlos Ledos que asistió a 88
reuniones en el periódico junto con Mariátegui y Laso. Trabajó como agente comercial y como periodista, especializándose en criticar al gobierno. El 4 de diciembre de 1851, publicó un artículo titulado “Heroes of Paccottiglia” refiriéndose a Giuseppe Garibaldi, fornido del patriota Mazzini y del rey de Cerdeña Carlo Alberto. Dos días después, a las dos de la tarde en la redacción, mientras escribía, dice Palma, un caballero que preguntó por los franceses apareció en la entrada. Palma, reconociendo al caudillo italiano, le mostró exactamente dónde encontrarlo, a pocas cuadras del periódico. Encontrado el autor de la indignación en el local comercial, le dio a Ledos dos palos y este último, defendiéndose con una regla, logró golpear a Garibaldi en la cabeza. Ambos terminaron con rostros ensangrentados y fueron separados hasta la llegada de la policía montada dirigida por el Prefecto de Lima que dispersó a la multitud de personas que se habían reunido mientras tanto. El ruido del camino llegó a oídos de Palma, que corrió al lugar del hecho sintiéndose responsable de haber indicado la dirección solicitada. El cónsul de Cerdeña, José Canevaro, tuvo que intervenir para evitar la prisión de Garibaldi. Tal vez, influyó mucho en el alma del representante para consolar su relación con Pedro Denegri. Porras también comenta sobre el incidente declarando que no tuvo acceso a las Memorias autobiográficas del héroe, quien contó la historia en detalle. Lo que sucedió acentuó en gran medida la tensión entre la colonia italiana y la francesa y el presidente Echenique tuvo que intervenir como mediador para llegar a un acuerdo. José Canevaro para evitar la prisión en Garibaldi. Tal vez, influyó mucho en el alma del representante para consolar su relación con Pedro Denegri. Porras también comenta sobre el incidente declarando que no tuvo acceso a las Memorias autobiográficas del héroe, quien contó la historia en detalle. Lo que sucedió acentuó en gran medida la tensión entre la colonia italiana y la francesa y el presidente Echenique tuvo que intervenir como mediador para llegar a un acuerdo. José Canevaro para evitar la prisión en Garibaldi. Tal vez, influyó mucho en el alma del representante para consolar su relación 89
con Pedro Denegri. Porras también comenta sobre el incidente declarando que no tuvo acceso a las Memorias autobiográficas del héroe, quien contó la historia en detalle. Lo que sucedió acentuó en gran medida la tensión entre la colonia italiana y la francesa y el presidente Echenique tuvo que intervenir como mediador para llegar a un acuerdo. El artículo fue realmente ofensivo. Afirmó que en la era de la revolución, los hombres más vulgares y oscuros estaban emergiendo, emergiendo de la misa, en la que estaban confinados por su falta de talento y educación. Definió a Garibaldi como un pigmeo que quería convertirse en un gigante y en una caricatura por su absoluta nada intelectual. Terminó comparándolo con “Don Quijote” pero sin el ingenio de este; representándolo como ignorante y grosero, digno de vivir en una cueva y no entre personas civilizadas. Al día siguiente, El Comercio salvó la dignidad nacional, alegando que el autor había hecho bien en identificarse, ya que habría sido muy doloroso para los peruanos que creían dentro y fuera del país, que habría sido el único. Y también le aseguró a la heroína exiliada que podía descansar pacíficamente entre nosotros, porque estaba protegido por el árbol de la libertad que tantos hombres valientes habían mojado con su propia sangre. Sobre el incidente, El Correo de Lima tacciava héroe como una asesina, pero de nuevo fue El Comercio de relatar con objetividad lo que ocurrió invitar al Garibaldi General de no preocuparse por más de sus miserables detractores y continuar su camino hacia la gloria. En una biografía de Garibaldi Rizzoli publicada subrayando el hecho de que si se parecía de algún modo a una novela, el mérito era solo de su carácter. Indro Montanelli cuenta sobre el hecho escribiendo ... una noche en la casa de un compatriota le presentaron al héroe un francés, uno de esos Ledos, que en el momento de despedirse le dijo: “Es bueno verte de nuevo” . Investigando Garibaldi, donde se reunieron, Ledos respondió:”sitio de Roma”. En esta respuesta, car90
gada de animosidad hacia los franceses, el caudillo respondió: “No recuerdo. En Roma no he visto de ti que tus ciervas”. Como está escrito por Canevaro, el incidente tuvo lugar el 30 de noviembre de 1851 durante la recepción de la boda de Rocco Pratolongo. El mismo Garibaldi dice en sus Memorias que cuando vivía en la casa de Malagrida, de vez en cuando vino a visitar a un francés muy machista, por lo que trató de evitarlo, un día habló de la expedición romana de los ejércitos de Bonaparte, superior en términos menos decorosos unos italianos, que obligó Garibaldi para responder con dureza. Este pargo sería la causa del artículo y la lucha a lo que se refiere Palma. Smith señala que Garibaldi más tarde relató, sin jactarse, que había atacado a un francés para desahogar el resentimiento que sentía en ese momento hacia Francia.
Del libro: la vida de George G.Garibaldi Hirundy, pag.221-2 “ ... el informe el 8 de diciembre su Gobierno, el cónsul Canevaro escribe: -Hacia las dos de la tarde del día 6
91
Era imposible para Garibaldi olvidar la amarga lucha en la que había participado dos años antes para defender a Roma de los franceses que eventualmente la ocuparon. En esa ocasión, confesó que, desalentado, en ese momento no tenía otro deseo que el de morir. Señaló que había pasado dos horas golpeando y luchando implacablemente y que cuando llegó el amanecer, se encontró cubierto de sangre, pero sin siquiera una herida. “Este fue un verdadero milagro”, señaló. Este era su comportamiento en el campo de batalla. Además, mientras se retiraba a Venecia, su esposa Anita murió, por lo que ese período pesó mucho en su vida. Mino Milani cree que el accidente ha tenido una importancia histórica, en como la participación de Canevaro da Console de la monarquía comenzó una evolución favorable del sistema, que tuvo una representación digna en el extranjero en los diversos funcionarios, gente orgullosa del nombre italiano y dispuesta a mantenerlo en alto. Esto habría influido más adelante en las declaraciones hechas por Garibaldi en Génova a favor de Piamonte. El testimonio de Canevaro publicado por Bonfiglio es interesante. Refiriéndose a Perú, dijo que “a pesar de que su gobierno es republicano, la mayoría, el más sano de los gobernantes y al pueblo, odia a este sistema de revoluciones internas continuas, que en el pasado han aislado este país, y el despojo continuo empresa pública”. De acuerdo con los archivos de Luis Lazarte Ferreyros, compilado y dirigida por Juan Miranda Costa ciento portapapeles de familias establecidas en el Perú la consuela de Cerdeña antes mencionado, José Canavaro Radio, natural de Zoagli, distrito de Chiavari, Francisca Valega casó con la mujer, la hermana de Carmen, esposa de Pedro Denegri, dueño del barco del que ya hemos hablado, y tenía no menos de trece hijos de este matrimonio. Es evidente que este parentesco influyó en la atención que el cónsul dio al problema en cuestión. 92
Muchos de estos niños participaron de una manera distinta en la vida social y política del país. El general César Canevaro Valega fue diputado, senador, alcalde de Lima, el jefe del Estado Mayor, el general del Ejército, primer vicepresidente del Partido Constitucional, que dirigió el general Andrés C. Cáceres, vicepresidente primero de ellos durante su segunda administración en 1894 y primer vicepresidente de Leguía en el comienzo de sus once años después, en 1919 se casó con Ignacia Rodulfo mujer, cuya memoria se venera en la Fundación que lleva su nombre. El hijo mayor José Francisco Canevaro Valega, nueve años mayor que su hermano, fue vicepresidente segundo de la República con Mariano Ignacio Prado (1878). Felice Napoleón Canevaro Valega, un año más joven, viajó a Italia y participó en el ejército de Garibaldi en 1860, más tarde se convirtió en almirante de la armada italiana. Rafael Canevaro Valega, cinco años menor, fue Decano del Cuerpo Consular de Lima y Presidente del Club Nacional. Debe notarse a Bonfiglio, lo sintomático es que Antonio Raimondi no contactó con Garibaldi a pesar de haber participado en los movimientos de Roma en 1849. El distinguido sociólogo explica la actitud en el deseo del gran naturalista de dejar su testamento político a la juventud peruana. Por otra parte, escribe Pippo Rávena, es curioso que sólo tres meses antes de Garibaldi fueron a cargar guano en las islas de Chincha, Raimondi fue precisamente el mismo lugar de trabajo en su investigación científica. A pesar de esto hemos visto en la dirección opuesta en la historia cronológica del Perú, 1850-1878, Lázaro Costa Villavicencio, se informa de que el gran sabio visitó Garibaldi y dijo: “El destino quiere que seas el libertador de Italia, el mío es poder revelar la naturaleza de este maravilloso país”. 93
El médico italiano Barazzoni Nino, quien fue cónsul de Italia en Callao, cuenta cómo se sorprendió, mientras se opera en una modesta casa de un Schiantarelli, que dijo: “Esta es la casa de Garibaldi. Cuando se dio cuenta de que el héroe de las páginas épicas del Risorgimento italiano, después de la gloria lograda en Roma y cuando su nombre ya era conocido en todo el mundo, había vivido en esta pobre habitación, miró por encima de las cuatro paredes dentro del cual tal vez había pasado las horas más tristes del período más infeliz de su vida. En el sentido poético”, Pippo Ravenna comparó esta vivienda humilde con la de Epaminondas, que cuando Alejandro Magno la vio expresó la siguiente reflexión: “Canessa estaba a cargo de verificar cada correspondencia que le llegaba desde Italia”. Un día le advirtieron que el “Carmen” estaba a punto de acercarse al puerto, contrató un bote y se dirigió al barco. Cuando subió a bordo fue reconocido por Garibaldi, quien le gritó: “¿Me trajiste las letras?”. En su respuesta negativa, Garibaldi molesto, maldiciendo la cubierta de insultos de impaciencia por haber sufrido las noticias procedentes de Italia. Esa noche, el general dio a leer toda la correspondencia y luego cenó con el rostro iluminado de alegría. Canessa dijo que encontró a Garibaldi extrovertido más que nunca y un muy buen estado de ánimo, esto nos hace pensar que no es cierto lo que dicen algunos biógrafos como Milani, que esas letras aprendidas de la muerte de la madre, ninguna duda de que recibieron la noticia cuando estaba en el este. Montanelli escribió que en las Memorias y en las cartas hay pocos rastros del período vivido por el héroe en América y en Oriente y que probablemente fue el más gris de su vida. Mack Smith dice que se sabe muy poco sobre el período en el que el héroe estuvo con nosotros porque escribió pocas cartas y porque este período fue el más triste y el más oscuro de su vida. Jessie White, que lo frecuentaba mucho, se dio cuenta de que era el peor período de su vida, tanto que rara vez hablaba con sus amigos. Él mismo escribió: “creer que la distancia podía mitigar 94
la amargura del alma, pero que fatalmente no era verdad, habiendo arrastrado una existencia accidentada, ácida y muy infeliz, estando ya preparado y honrado para servir a una causa tan santa: la emancipación de mi tierra”. A su regreso a Italia en 1854, con la herencia de su hermano Felice, compró la mitad de la isla de Caprera, que forma parte del archipiélago de la Maddalena, en Cerdeña, y se encuentra frente a Porto Cervo. En 1855, algunos amigos ingleses le dieron la otra mitad de la isla, donde construyó una casa de estilo sudamericano y se dedicó a la pesca, a la cría de animales y al cultivo de su jardín. Un hecho poco conocido es el vínculo de Garibaldi con la sociedad masónica peruana. De hecho, el 20 de septiembre de 1849, los residentes del Callao decidieron fundar la logia Unión con la Marina del Perú, y luego cambiaron su nombre a Concordia Universal, con el que permanecieron registrados. Según El Heraldo Masónico, Garibaldi fue consultado sobre el nombre más adecuado para el refugio y propuso Cruz Austral en homenaje a este brillante constelación de estrellas que habían guiado el viaje a Asia. El vínculo que unía a Garibaldi con los ilustres pensadores y políticos peruanos que pertenecían a la masonería, todavía debe ser examinado; entre ellos estaba también Francisco Bolognesi, descendiente de italianos que más tarde se convertiría en nuestro gran héroe nacional. En una entrevista a las Reuniones de revistas, el Maestro Jorge Puccinelli Converso dijo que su primer antepasado de Italia que se estableció en Perú, fue el bisabuelo materno Vicente Dall’Orto que venía de la costa de Liguria en 1836 y se instaló en el Callao donde conoció a Garibaldi y lo tenía tan cerca. Su amistad tenía que ser muy apretado porque en su viaje hacia el este, el legendario creador de la unificación de Italia, tomó un daguerrotipo que representa su influencia, con el que encargó a un artista chino para hacer un retrato al óleo que ahora se conserva como un preciado Recuerdo familiar y como buen pa95
triota fue comprado por su bisabuelo para apoyar las campañas militares de Garibaldi. Otra nota muy curiosa, durante la presencia del héroe, lo da otro distinguido extranjero que se quedó en Lima: Paul Gauguin. El pintor eminente, de hecho, vivió aquí entre 1849 y 1854 junto con su madre Aline y su hermana Marie y a la edad de seis años regresó a Francia. A pesar de su corta edad, recordó la vida que pasó aquí con gran memoria visual. Él recuerda nuestra atención del día en que conoció a una “ama de casa china que sabía cómo planchar tan bien” en una tienda de comestibles. El vínculo de Garibaldi con Perú se prolonga más allá de su presencia en nuestras costas. Porras nos presenta a una bella imagen de sus “PeRuAnItA” en 1864, cuando los españoles ocuparon las islas de Chincha, que experimentó la misma, tal como se documenta, trece años antes de lo que lo hizo el guano cargado transportado a China. Garibaldi de la isla de Caprera escribió una carta que se publicó en Ginebra. En él decía que “una agresión contra el territorio peruano ha provocado gritos de reprobación y venganza en todas las naciones hermanas“. También denunció la “repugnante asociación de los tiranos de Europa por la esclavitud común”.”No descarto que los tiranos pasan mientras que las naciones son inmortales”. En ese momento Garibaldi ya había alcanzado la gloria por los acontecimientos de 1860 y fue elogiado por Francisco de Paula González Vigil en una carta cuyo contenido fue difundido por Porras y Carlos Enrique Pasta compuesto en su honor, el deber del Gran Himno Guerrero. Y para señalar que dos años antes, en Italia, Olivieri había compuesto el Himno Garibaldi, en palabras de Mercantini. Cuando en 1862 Garibaldi fue herido en la pierna en la batalla de Aspromonte, Zanetti su médico antes de estraerle la bala se puso en contacto con la correspondencia del cirujano francés Nélaton, que era el médico personal de Napoleón III, y se las arregló para salvar la pierna tirando de las astillas con una sonda flexible creada para la ocasión, esa invención es todavía usa hoy. 96
Los italianos que residen en Perú celebraron el evento al encargar al grabador Seregni la acuñación de medallas de oro y cobre en honor a los médicos antes mencionados. La presencia de Garibaldi despertó una gran corriente a favor de Italia. En 1861, el gobierno de Ramón Castilla reconoció de inmediato, como ya lo proclamó el Parlamento de Turín, a Vittorio Emanuele II como el nuevo rey de Italia. Dice Porras que había “durante los años de la lucha por la liberación y con motivo de los funerales de Carlos Alberto, rey de Cerdeña, se construyeron en Lima, muestras de ferviente simpatía por los camisas rojas de Garibaldi, colecciones públicas para el italiano y también republicano, el saludo fue saludado”. Al mismo tiempo Basadre anunció en su Historia de la República: once bomberos italianos tomadas por los chilenos en Chorrillos en 1881, lo que indica que hubo una negación oficial por parte de la colonia italiana en la noticia dada a conocer de una columna de guerrilleros que lucharon junto a los peruanos en Miraflores. Sin embargo, en una nota añadida después, es una versión romántica generalizada que causó que el fuego tiro tomaría parte activa, como la Legión, en la batalla con sus camisas rojas clásicas junto a las tropas peruanas. Él agrega que serían ejecutados como soldados extranjeros al servicio de un ejército ganado. Estamos felices de tener una relación genética con el héroe porque aún hoy los bisnietos de Garibaldi llevan el apellido paterno en vivo. La expedición de los Mil transformó a Garibaldi en una figura legendaria en todo el mundo, su nombre se convirtió en sinónimo de esperanza para los pueblos oprimidos. El presidente Lincoln le ofreció el mando de un ejército en la guerra secesionista contra los esclavistas del sur. En 1861, Garibaldi le pidió al presidente estadounidense algo más ambicioso: el mando de todo el ejército y abolir la esclavitud o darle el 97
poder para hacerlo Había quince mil voluntarios italianos listos para alistarse. La participación de Garibaldi no estaba allí, pero en 1863 Lincoln declaró la abolición de la esclavitud. No debemos olvidar que en Perú el presidente Castilla lo hizo en 1855. Desde entonces, Garibaldi recurrió a Lincoln llamándolo con el nombre de emancipador. Una de las relaciones más pintorescas que Garibaldi estableció con sus contemporáneos fue la que desarrolló con su padre Alejandro Dumas. Cuando el héroe organizó la expedición de los Mil y regresó a Sicilia, Dumas que estaba en el Mediterráneo navegando en su bote Emma, se fue a Palermo demostrando gran energía a pesar de sus sesenta años. Montanelli nos dice que comió como un buey y bebió lo mismo, le propuso a Garibaldi, que inmediatamente aceptó, convertirse en su embajador frente a jefes de estado extranjeros, esto para evitar cualquier dificultad diplomática. Él se hizo completamente disponible para la causa Garibaldian. Era el año 1860. La conducta extravagante del dramaturgo y su compañero de dieciséis años vestido de almirante ayudaron a establecer una nota de curiosidad en el ejército de Garibaldi. Gracias a esta providencial Asociación Alexander Dumas dejó algunas páginas hermosas en epopeyas de Garibaldi, ninguna de estas muy romance que tal vez influenciado en la vocación literaria de Garibaldi y encontramos expresado en sus memorias y en las novelas Clelia, el Gobierno de Mónaco, cantones voluntarios y yo Mil, así como en sus innumerables cartas. Garibaldi era un políglota porque además del italiano dominaba el inglés, el francés, el portugués y el español. En el apogeo de la gloria, donde quiera que estuviera, mucha gente se reunió a su alrededor. En 1864 visitó Inglaterra don98
de fue recibido con grandes honores. Entre la multitud, el tirano exiliado de Argentina, Rosas, contra el que había luchado, lo miraba sin miedo. Karl Marx, que lo despreciaba, describió los eventos como “travesuras deplorables”. La reina Victoria sentía vergüenza por la multitud, pero el futuro rey Eduardo VII, en contra de la opinión de la madre, fue a Londres a verlo. Disraeli en cambio se negó a prestarle la mano a ese pirata. Llegó a la estación de Londres con un tren especial a las dos de la tarde del 11 de abril, medio millón de personas lo estaban esperando. Diez años antes, al regresar de Perú, había estado en Londres y había recibido la misma popularidad. Sólo a las ocho de la tarde logró llegar a la casa donde lo invitaron. Aquí encontró a Mazzini que hizo un brindis por la libertad de las personas y por la persona que a través de sus acciones la encarnó. Fue a desayunar con el embajador Buchanan, futuro presidente de los Estados Unidos, también en esta ocasión se reunió con Mazzini. Su presencia era incómoda y fue Gladstone, entonces primer ministro, quien tuvo que convencerlo de que regresara a Italia. En 1870 estalló la guerra de Prusia y después de la derrota de Sedan, Napoleón III cayó y se proclamó la República. Gambetta había declarado que Francia se transformaría en un inmenso campo de batalla y Garibaldi habría pedido a Caprera que se uniera a los franceses. El héroe le envió un telegrama: “Puse a tu disposición lo que queda de mí”. Él comandó el ejército de los Vosgos pero, irónicamente, esta partida de su tierra natal lo encontró ausente en el momento de la consagración de la unificación de Italia por la cual había luchado tanto. Víctor Ugo después del armisticio se exilió reconociendo que de todos los generales que ellos habían luchado por Francia, Garibaldi era el único que no había sido ganado, y así redimieron el honor nacional. Al mismo tiempo que sus famosas obras Hermani y Rui Blas, el gran poeta francés escribió un gran poema titulado Menta99
na dedicado a Garibaldi, alabando sus logros. Fue en ese momento que Chilly, Director del Teatro Imperial Odeon, le envió a Victor Hugo la famosa carta anunciando que tenía el honor de informarle que el asesinato de Ruy Blas estaba prohibido. El ilustre erudito respondió muy amargamente dirigiendo la carta al emperador Luis Bonaparte en los siguientes términos: “Señor, he recibido su carta firmada Frío”.
La comparación de Garibaldi con un semidiós se manifestó en una paráfrasis irrespetuosa de la Santísima Trinidad escrita por un partidario: Padre de la Nación, Hijo del Pueblo y Espíritu de la Libertad. Incluso en el nivel popular salió una versión del Padrenuestro, en la que se aludían frases al héroe y sus empresas. Este culto se extendió de América a Rusia, donde muchos esperaron el día de su llegada. 100
Tenía naturaleza muy fuerte y una voz resuelta, decían que era formidable en momentos de ira, pero en reposo tenía una mirada tranquila y dulce sonrisa. En el centenario de su nacimiento fue recordado en el Perú por Gio Batta Isola como un león valiente, apuesto y rubio, con apariencia amable y sensible a los sentimientos más delicados. Pero, sobre todo, como dijo Georges Sand y es, como lo documentan las fotografías de la época, su rostro expresaba más nobleza y serenidad que belleza. Tomado de: http://www.peruan-ita.org/personaggi/garibaldi.htm
101
LOS MASONES INGL LA IMAGEN Y EL 102
Herbert Oré B
LESES EN LOS 1700 GRAN MENSAJE
Belsuzarri 33°
103
E. Calley en “El Mito de la Revolución Masónica” nos dice: “En el año 1717, en una bulliciosa taberna de los suburbios de Londres, tuvo lugar una cena que cambiaría el curso de la historia, Los hombres allí reunidos provenían de las logias de constructores con asiento en la propia ciudad. Pudiera imaginarse que todos aquellos individuos eran rústicos albañiles, con nudillos de sus dedos deformados por los golpes del mazo, curtidos por la intemperie con la piel percudida por la argamasa. En parte era así. Algunos de ellos habían trabajado en la reconstrucción de la catedral de San Pablo, destruida por el incendio hacía fines del siglo XVIII. Otros recordaban las grandes obras que habían construido en su juventud, cuando todavía se erigían palacios al estilo del gran arquitecto Palladio en los barrios ricos de la ciudad. Pero entre los rudos albañiles se mezclaban otra clase de hombres. Se distinguían por su vestimenta y sus modales. Se parecían a lo que hoy podríamos llamar “intelectuales” y discutían muy airadamente entre si y con los canteros como si nada los separara, urgidos por los mismos problemas. Incluso se observaba algún acalorado hombre de noble cuna, entremezclado en el debate, dispuesto a imponer sus opiniones en medio del griterío. ¿Qué clase de asamblea era esta? ¿Quién los había convocado? ¿Qué extraña asociación podía reunir en una taberna inglesa de principios del siglo XVIII a artesanos, burgueses, filósofos y nobles?” Por entonces habitualmente los masones se reunían en las tabernas, de tal manera que los nombres que correspondía a las logias era el nombre de las tabernas en donde tenían sus reuniones, y naturalmente los masones de Londres así como los de toda Inglaterra, tenían fama de bebedores. Por esta razón, de las muchas ilustraciones sobre las reuniones masónicas londinenses de 1,700, no causaba malestar verlos borrachos, y de ellas una en particular se nos hizo muy familiar y es la siguiente: 104
105
Es un grabado de William Hogarth 1697 - 1764, que es descrito de la siguiente manera: “Aparentemente, las hojas de roble en el sombrero del masón, las ramas de roble en el letrero y la hoguera en llamas indican que esta es la noche del 29 de mayo, en la cual se conmemoraba la restauración de Carlos II al trono. La escena se desarrolla en Charing Cross, a la vista de la estatua ecuestre de Carlos I. En este período, la calle era angosta y estaba amueblada por un lado con la Rummer Tavern, y por el otro con Cardigan’s Head, dos notorios bagnios del tiempo (es decir, posadas que también sirvieron como burdeles). El entrenador de Salisbury que acaba de salir ha sido volcado y el pasajero está aterrorizado. Para aumentar su terror, un niño travieso arrojó un fuego artificial al interior del carruaje. La persona borracha en primer plano vestida como un masón y guiada por un sirviente con una linterna se dice que es Sir Thomas de Veil, un político prominente. La descarga del contenido de un orinal sobre su cabeza es un comentario sobre el respeto que se le muestra. A través de la ventana abierta vemos a un hombre afeitado. Evidentemente, también está perdiendo algo de sangre al mismo tiempo, como indica el letrero. La impresión general es que la noche en Hogarth’s London no fue una experiencia maravillosa”. “Cuatro veces al día” es una serie de cuatro pinturas del artista inglés William Hogarth. Terminado en 1,736, se reprodujeron como una serie de cuatro grabados publicados en 1,738. Son representaciones cómicas de la vida en las calles de Londres, los caprichos de la moda y las interacciones entre ricos y pobres. A diferencia de otras series de Hogarth, como A Harlot’s Progress, A Rake’s Progress, Industry and Idleness y The Four Stages of Cruelty, no describe la historia de un individuo, sino que se centra en la sociedad de la ciudad. Hogarth pretendía que la serie fuera humorística en lugar de instructiva; las imágenes no ofrecen un juicio sobre si los ricos o los pobres son más merecedores de las simpatías del espectador: mientras que las clases altas y medias tienden a proporcionar el foco para cada escena. Las cuatro imágenes muestran escenas de la vida coti106
diana en varios lugares de Londres a medida que avanza el día. La mañana muestra a una solterona mojigata haciendo su camino a la iglesia en Covent Garden pasando por delante de los juerguistas de la noche anterior; El mediodía muestra dos culturas en lados opuestos de la calle en St Giles; La tarde representa a la familia de un tintorero que regresa caliente y molesta por un viaje a Sadler’s Wells; y Night muestra acontecimientos desafortunados en torno a un tambaleante hogar francmasón borracho cerca de Charing Cross. La Pintura IV “Night” (Noche) y la Lamina IV “Night” (Noche) que reproducimos a continuación para el deleite de nuestros lectores, nos permitirá dar una mirada a la época. La imagen final de la serie, Noche, muestra actividades desordenadas al amparo de la noche en el camino de Charing Cross, identificado por la estatua ecuestre de Hubert Le Sueur de Carlos I de Inglaterra y los dos pubs; esta parte del camino ahora se conoce como Whitehall. En el fondo, el carro de carga que pasa por el lugar sugiere que los inquilinos se escapen del propietario en un “revoloteo de luz de la luna”. En la pintura, la luna está llena, pero en la impresión aparece como una media luna. La noche es el 29 de mayo, Oak Apple Day, un día festivo que celebró la Restauración de la monarquía, demostrado por las ramas de roble sobre el cartel del barbero y en algunos de los sombreros de los sujetos. Charing Cross era un puesto central de preparación para los entrenadores, pero la estrecha carretera congestionada era una escena frecuente de accidentes; aquí, una hoguera ha provocado el vuelco del entrenador volante de Salisbury. Las fogatas festivas eran habituales pero arriesgadas: el fuego de una casa ilumina el cielo a lo lejos. Un niño de enlace toca la llama de su linterna, los niños de la calle juegan con el fuego, y uno de los fuegos artificiales se está cayendo en la ventanilla de la carreta. 107
Pintura IV Night 108
Lamina IV Night 109
A un lado de la carretera hay un cirujano barbero cuyo letrero anuncia afeitado, sangrado y dientes marcados con un toque. ¡Ecce signum! Dentro de la tienda, el barbero, que puede estar borracho, afeita al azar a un cliente, con su nariz como la de un cerdo, mientras manchas de sangre oscurecen la tela debajo de su barbilla. Los cirujanos y los barberos habían sido una profesión única desde 1,540 y finalmente no se separarían hasta 1,745, cuando los cirujanos se separaron para formar la Compañía de Cirujanos. Los tazones en el alféizar de la ventana contienen sangre de los pacientes del día. Debajo de la ventana, una familia sin hogar ha hecho una cama para ellos. En primer plano, un francmasón borracho, identificado por su mandil y medallón cuadrado como el Venerable Maestro de una logia, recibe ayuda de su Tyler, ya que el contenido de un orinal se vacía en la cabeza desde una ventana. En algunas de las huellas, una mujer parada detrás de la ventana lo mira, sugiriendo que su remojo no es accidental. “El masón es identificado tradicionalmente como Sir Thomas de Veil, que fue miembro de la primera logia de Hogarth, el predecesor de Henry Fielding como el magistrado de Bow Street y el modelo del personaje de Fielding Justice Squeezum en The Coffee-House Politician (1,730). Él era impopular por su dura condena de vendedores de ginebra, que se consideró hipócrita ya que era conocido por ser un entusiasta bebedor. Él es apoyado por su Tyler, alrededor hay pubs y burdeles. La taberna de Earl of Cardigan está a un lado de la calle, y enfrente está el Rummer, cuyo cartel muestra un rummer (un vaso corto de ala ancha) con un racimo de uvas en el poste. Las logias masónicas se encontraron en ambas tabernas durante la década de 1,730, y el Lodge at the Rummer and Grapes en la cercanía. Channel Row fue el más inteligente de los cuatro fundadores de la Gran Logia. El tabernero está adulterando un barril de vino, una práctica recordada en la poesía de Matthew Prior que vivió con su tío Samuel Prior, el propietario sucesivamente tanto de Rummer como de Grapes and the Rummer”. 110
“Mi tío, descanse su alma, cuando vivir, podría haberme ayudado a prosperar; Me enseñó la sidra para reponer mis cubas, o menguar la marea de renano”. A ambos lados de la calle hay carteles para The Bagnio y The New Bagnio. Ostensiblemente un baño turco (Bagnio había llegado a significar una casa desordenada). “El VI Conde de Salisbury escandalizó a la sociedad al conducir y trastornar una diligencia. John Ireland sugiere que el volcado “Salisbury Flying Coach” debajo del letrero “Earl of Cardigan” fue una burla suave del Gran Maestro 4º Conde de Cardigan, George Brudenell, más tarde Duque de Montagu, quien también fue reconocido por su imprudente conducción de carro, y también refleja el final de “Trivia” de Gay en el que el entrenador es volcado y naufragado por la noche”. William Hogarth era un “Artista y grabador británico”. Las pinturas originales “Morning y Night” (La mañana y la noche) ahora están en la National Trust Bearsted Collection en Upton House, en Warwickshire. La colección fue montada por Walter Samuel, 2º vizconde Bearsted y dotada para la Fundación, junto con la casa, en 1,948. El mediodía y la tarde permanecen en la Colección Ancaster en el Castillo de Grimsthorpe, Lincolnshire. El gravado nos muestra una época en que los londinenses bebían en exceso y los masones no eran la excepción ni se les podría considerar como “bebedores moderados”. En el siguiente gravado de 1,751 podemos apreciar que toda esa elegancia de gentlemen inglés, se tiraba por la borda, así apreciamos a uno tirados por el suelo en la más vulgar exhibición de debilidad humana. Evidentemente “fue un momento en su historia… y a cualquiera le puede pasar”. 111
La descripción gráfica de esa época, llegó hasta nosotros, porque el indiscreto de William Hogarth nos dejó dos grabados titulados Beer Street y Gin Lane, retratando lo que fue la “London Gin Craze”, un momento de “locura londinense por la ginebra”, un curioso panegírico para alabar la cerveza inglesa, que el artista considera “buena” en contraposición a la ginebra “perversa y extranjera”. Lo que debemos resaltar es que los ingleses “no censuran ni barren bajo la alfombra” lo ocurrido en esa época, lo que ennoblece a los londinenses, que no esconden sus vergüenzas y que de ellas tratan de sacar experiencia, para que no se repitan. El grabado “Gin Lane” se sitúa en la parroquia de St Giles, un notorio distrito de tugurios que Hogarth usó en varias obras 112
de esta época, Gin Lane representa la miseria y la desesperación de una comunidad criada en ginebra. La desesperación, la muerte y la decadencia impregnan la escena. Las únicas empresas que florecen sirven a la industria del gin: vendedores de ginebra; destiladores (el acertadamente llamado Kilman); el prestamista, donde el avaro Sr. Gripe se lleva con avaricia las posesiones vitales (el carpintero ofrece su sierra y el ama de casa sus utensilios de cocina) a los residentes alcohólicos de la calle a cambio de unos pocos centavos para alimentar su hábito; y el empresario de pompas fúnebres, para quien Hogarth implica al menos un puñado de nuevos clientes de esta escena solamente. Lo más sorprendente es que el foco de la imagen es una mujer en primer plano, que, atiborrada de ginebra y obligada a la prostitución por su hábito –como lo demuestran las llagas sifilíticas en sus piernas– deja que su bebé se deslice desatendida de sus brazos y se zambulle en la escalera de la bodega de ginebras. Medio desnuda, no le preocupa nada más que una pizca de rapé. Esta madre no era tan exagerada como podría parecer: en 1,734, Judith Dufour recuperó a su hijo de dos años de la casa de trabajo donde se le había dado un nuevo conjunto de ropa; luego la estranguló y dejó el cuerpo del bebé en una zanja para poder vender la ropa y comprar ginebra. En otro caso, una mujer anciana, Mary Estwick, dejó que un niño se quemara hasta morir mientras dormía en un estupor inducido por la ginebra. Tales casos proporcionaron un enfoque para activistas anti ginebra, como el infatigable Thomas Wilson y la imagen de la madre negligente se volvió cada vez más central en la propaganda anti ginebra. Sir John Gonson, a quien Hogarth presentó en su anterior A Harlot’s Progress, desvió su atención de la prostitución a la ginebra y comenzó a procesar crímenes relacionados con la ginebra con severidad. El gin bodega, Gin Royal, a continuación anuncia sus productos con el lema: Borracho por un penique Borracho muerto por dos peniques Paja limpia por nada 113
Otras imágenes de desesperación y locura llenan la escena: un loco en la calle golpeándose la cabeza con un par de fuelles mientras sostiene a un bebé empalado en una púa: la frenética madre del niño muerto sale corriendo de la casa gritando de horror; un barbero se quitó la vida en el desvencijado desván de su barbería, arruinado porque nadie puede permitirse un corte de pelo o afeitarse; en los escalones, debajo de la mujer que dejó caer a su bebé, un vendedor de panfletos esquelético descansa, quizás muerto de hambre, mientras el panfleto moralizador no vendido sobre los males del gin-drink, The Downfall of Mrs Gin, se escapa de su canasta. Un ex soldado, ha empeñado la mayor parte de su ropa para comprar la ginebra en su cesta, junto al panfleto que lo denuncia. Junto a él se sienta un perro negro, un símbolo de desesperación y depresión. Las imágenes de niños en el camino a la destrucción también ensucian la escena: aparte del bebé muerto en la espiga y el niño que cae a la muerte, un bebé es aquietado por su madre con una taza de ginebra, y en el fondo de la escena una huérfano bebé grita desnudo en el piso mientras el cuerpo de su madre es cargado en un ataúd por órdenes del bedel. Dos muchachas que son pupilos de la parroquia de St Giles –señalado por la insignia en el brazo de una de las niñas– cada uno toman un vaso. Hogarth también eligió el barrio pobre de St Giles como escenario de la primera escena de Las cuatro etapas de la crueldad, que emitió casi simultáneamente con Beer Street y Gin Lane. Tom Nero, el personaje central de la serie Cruelty lleva una insignia de brazo idéntica. En frente de la puerta del prestamista, un niño muerto de hambre y un perro pelean por un hueso, mientras que al lado de ellos una niña se ha quedado dormida; acercarse a ella es un caracol, emblemático del pecado de la pereza. En la parte posterior de la imagen, se ve la iglesia de St. George’s Church, Bloomsbury, pero es una imagen tenue y distante, y la imagen está compuesta, por lo que el letrero del prestamista 114
forma una enorme cruz corrupta para el campanario: la gente de Gin Lane elige adorar en otro lugar. Los versos de Townley son igualmente fuertes en su condena del espíritu: Gin, Fiend maldito, con Fury cargada, hace que la raza humana sea una presa. Entra por un bosquejo mortal y roba nuestra vida. La Virtud y la Verdad, que conducen a la Desesperación de su Ira, obliga a volar, pero atesora con un robo de Cuidado infernal, Asesinato, Perjurio. ¡Maldita copa! que en los Vitales presa Que contiene el Fuego líquido, Que Locura al corazón transmite, Y lo rueda por las Venas. En el grabado “Beer Street”, en comparación con los habitantes enfermizamente desesperanzados de “Gin Lane”, las personas felices de Beer Street brillan con salud robusta y bonhomía. “Aquí todo es feliz y próspero. La industria y la alegría van de la mano”. El único negocio que está en problemas es el prestamista: el señor Pinch vive en el único edificio mal conservado y desmoronado de la imagen. En contraste con su contraparte de Gin Lane, el próspero Gripe, que muestra tazas caras en la ventana superior (un signo de su floreciente negocio), Pinch solo muestra un artilugio de madera, tal vez una trampa para ratones, en su ventana superior, mientras él está obligado a tomar su cerveza a través de una ventana en la puerta, lo que sugiere que su negocio es tan poco rentable como para poner al hombre en temor de ser embargado por deudas. El pintor de signos también se muestra en harapos, el resto de la escena está poblada de trabajadores ingleses valientes y de buen humor. Es el cumpleaños de Jorge II (30 de octubre) indicado por la bandera que ondea en la iglesia de St Martin in the Fields al fondo, y los habitantes de la escena sin duda brindan por su salud. Bajo el 115
signo de Barley Mow, un herrero o tonelero se sienta con una jarra de espuma en una mano y una pierna de jamón en la otra. Junto con un carnicero –su acero cuelga a su lado–, se ríen con el padre (a veces identificado como un hombre de las cuadras) mientras distrae a una criada de su misión. Ronald Paulson sugiere un paralelo entre la trinidad de signos de mal agüero en Gin Lane, el prestamista, el destilador y el empresario de pom116
pas fúnebres, y la trinidad de “valiosos” ingleses aquí, el herrero, el curador y el carnicero. Cerca de un par de vendedores de pescado descansan con una pinta y un portero baja su carga para refrescarse. En el fondo, dos hombres que llevan una silla de manos se detienen a tomar algo, mientras el pasajero permanece encajado en el interior, con su falda de aro grande inmovilizándola en su lugar. En el techo, los constructores, que están trabajando en la casa del publicano encima de la taberna “Sol”, brindan por el maestro de un taller de sastre. En esta imagen, es un barril de cerveza que cuelga de una cuerda sobre la calle, en contraste con el cuerpo del barbero en Gin Lane. Quienes están trabajando en la casa del publicano encima de la taberna del “Sol” comparten un brindis con el maestro de un taller de sastre. En esta imagen, es un barril de cerveza que cuelga de una cuerda sobre la calle, en contraste con el cuerpo del barbero en Gin Lane. Los habitantes de Beer Street y Gin Lane, beben en lugar de trabajar, pero en Beer Street los trabajadores descansan después de su trabajo; todos los que están representados están en su lugar de trabajo, o tienen su mercancía o las herramientas de su oficio sobre ellos, mientras que en Gin Lane las personas beben en lugar de trabajar. Las excepciones a esta regla vienen, obviamente, en la forma de aquellos que se benefician del vicio en Gin Lane, pero en Beer Street, Hogarth aprovecha la oportunidad para hacer otra declaración satírica. Aparte del enigmático pintor de letreros, los únicos que se dedican a trabajar en la escena son los sastres en un ático. Los salarios de los sastres oficiales fueron objeto de una disputa permanente, que finalmente se resolvió mediante arbitraje en las sesiones de julio de 1,751 (a favor de los jornaleros). Hogarth también aprovecha la oportunidad para comentar sobre las pretensiones artísticas. Atados en una cesta y destinados a ser usados como chatarra en el fabricante de baúles están On Ancient Painting de George Turnbull, Hill on Royal Socie117
ties, Modern Tragedies, Polticks vol. 9999 y el Ensayo de William Lauder sobre el uso e imitación de los modernos de Milton en Paradise Lost, todos ejemplos, reales e imaginarios, del tipo de literatura que Hogarth creía que fabricaba conexiones entre el arte y la política y buscaba conexiones estéticas que no existían. El trabajo de Lauder fue un engaño que pintó a Milton como un plagiario. La imagen es un contrapunto a la más poderosa Gin Lane-Hogarth con la intención de que Beer Street sea vista primero para hacer a Gin Lane más impactante, pero también es una celebración de lo inglés y muestra los beneficios de ser nutrido por la cerveza nativa. Ninguna influencia extranjera contamina lo que es una imagen ferozmente nacionalista. Una primera impresión mostraba a un escuálido francés siendo expulsado de la escena por el fornido herrero que en impresiones posteriores sostiene una pierna de cordero o jamón (Paulson sugiere que el francés fue removido para evitar la confusión con el desigual pintor de letreros). Hay una celebración de la laboriosidad inglesa en medio de la alegría: los dos vendedores de pescado cantan la Balada Nueva en la Pesquería de arenques (por el amigo de Hogarth, el poeta John Lockman), mientras que sus canastas desbordantes dan testimonio del éxito de la industria revivida; el discurso del Rey que se muestra sobre la mesa hace referencia al “Avance de Nuestro Comercio y al cultivo del Arte de la Paz”; y aunque los trabajadores se han detenido por un descanso, está claro que no están ociosos. Los constructores no han salido de su lugar de trabajo para beber; el maestro sastre los tuesta desde su ventana pero no sale del ático; los hombres reunidos alrededor de la mesa en primer plano no han dejado de lado sus herramientas. Los versos patrióticos de Townley se refieren al contraste entre Inglaterra y Francia: y aunque los trabajadores se han detenido por un descanso, está claro que no están ociosos. Los constructores no han salido de su lugar de trabajo para beber; el maestro sastre los tuesta desde su ventana pero no sale del ático; los hombres reunidos alrededor de la mesa en 118
primer plano no han dejado de lado sus herramientas. Los versos patrióticos de Townley se refieren al contraste entre Inglaterra y Francia: y aunque los trabajadores se han detenido por un descanso, está claro que no están ociosos. Los constructores no han salido de su lugar de trabajo para beber; el maestro sastre los tuesta desde su ventana pero no sale del ático; los hombres reunidos alrededor de la mesa en primer plano no han dejado de lado sus herramientas. Los versos patrióticos de Townley se refieren al contraste entre Inglaterra y Francia: Cerveza, feliz producto de nuestra isla puede fortalecer la fuerza, y cansado de la fatiga y el trabajo puede alegrar cada corazón varonil. Trabajo y arte sostenido por ti Avanza con éxito, comemos tu jugoso jugo con Glee And Water y nos vamos a Francia. Genius of Health, tu agradecido Taste Rivals the Cup of Jove, ¡y calienta a cada inglés Breast con Liberty and Love! Algunos verían las imágenes como trabajando en diferentes niveles para diferentes clases. Las clases medias habrían visto las imágenes como una comparación directa entre el bien y el mal, mientras que las clases bajas habrían visto la conexión entre la prosperidad de Beer Street y la pobreza de Gin Lane. Es un enfoque de la economía de libre mercado adoptada en la dirección del Rey y practicada en Beer Street, deja a los exponentes prósperos y corpulentos, pero al mismo tiempo empobrece a los pobres. Los dos grabados muestran los resultados de un alejamiento de un estado paternalista hacia una economía de mercado no regulada. Además, más directo. Parlamentarios y economistas como Daniel Defoe (el autor de la 119
novela “Robinson Crusoe”), consideraban que estas cosas ocurrían por la prosperidad británica. Pero Defoe cuando vio estos excesos de las borracheras, dio marcha atrás y se unió a los que promovían el prohibicionismo, pero volvió a equivocarse. Porque ocurrió lo mismo que sucedió en los Estados Unidos con la Ley Seca: “incrementar el consumo clandestino que termina en extremos” como el que denunciaba William Hogarth con sus grabados. Hogarth y su amigo el escritor Henry Fielding se transformaron en actores incisivos de un debate que, como tantos, “llevó a muchas medidas y a muy pocas soluciones”. Los grabados del artista fueron coincidentes con el análisis publicado por Fielding denominado “An Inquiry into the Late Increase in Robbers”: una investigación sobre el incremento reciente de los robos, y consideraban que “eran los pobres quienes se emborrachaban y también los pobres los que robaban”, tal como aún hasta ahora se considera, pero la realidad nos muestra una situación diferente. En todo caso, William Hogarth el grabador no rendía pleitesía a los ricos, sino que más bien se burlaba de ellos. Esa novedosa tolerancia amparando la libertad de opinión, le estaba preparando el camino a la revolución francesa y americana, al tiempo que trazaba los marcos de los derechos del hombre. Los derechos humanos hallaron tierra fértil en Francia… pero despegaron de Inglaterra, donde “el humor y la ironía hicieron mejor trabajo que la lucha armada y la guillotina”, sin embargo, nadie pondrá en duda que fueron los estadounidenses, quienes aterrizaron las ideas para hacerlo realidad en su lucha por su independencia. Entonces, ¿Hogarth era un crítico social, o un caricaturista? No queda claro… el arte de ese tiempo se inspiraba en las cosas que estaban mal, como ocurría desde Brueghel en los Países Bajos y El Bosco en España. 120
Sobre lo que no hay duda, es que Hogarth fue un pionero, además de un impresionante grabador y pintor. Había nacido en Londres en 1,967 y su padre fue un pobre maestro de escuela a quién lo enviaron a cinco años de prisión por deudas. En la época de Hogarth, los artistas ingleses eran subestimados y, lo que se vendía era la obra de Holbein, Rubens, Van Dyck, Canaletto y otros. Así los artistas, si quería comer, tenía que tocar temas mitológicos e históricos: el tema satírico del que se había enamorado desde sus lecturas de Swift –que era la modernidad de ese tiempo–, no les daría el sustento a nuestro grabador; pero sus grabados fueron replicados por la piratería que no vaciló en vender las falsificaciones por toda Europa. Sus grabados no fueron un negocio para alguien que necesitaba dinero, sino un aporte a las ideas renovadoras. Así “Gin Craze” que no deja de ser un juego de palabras, pues puede leerse como el “Callejón de la Ginebra” o como la “Locura de la Ginebra”, es un grabado que muestra un escenario repleto de miseria, desesperación y muerte, todo a causa de la ginebra. En el grabado denominado “la Calle de la Cerveza” pinta un paisaje urbano diametralmente distinto… en apariencia. Los vecinos de la calle de la cerveza aparecen robustos y felices. En primer plano un herrero se encuentra con una jarra de cerveza espumosa en una mano y una pierna de jamón en la otra. Parece una imagen de abundancia y prosperidad… pero allí tenemos a un ricacho seduciendo a una doncella y dándole una llave para que lo visite en la noche así como a un artista colega de Hogarth pintando un cartel, pero vestido con harapos. Ya no hay un suicida en el ático sino un barril bajando para reponer los que se vacían. ¿Qué hacen esos tipos en los tejados? Ni idea, ni podría decirles qué diablos es ese objeto con una flecha y tres bolas que aparece en ambos grabados. No es una veleta, no sé qué es, pero seguramente entraña un mensaje importante. ¿Y esa pila de libros arrumbados mientras corre la cerveza? Eso es una 121
alegorĂa, de cĂłmo los hombres postergan el ilustrarse ante el facilismo del placer. Esa imagen de prosperidad podrĂa representar una acusaciĂłn de que la riqueza de unos conlleva la pobreza de otros. Con Hogarth no se puede estar seguro de nada.
122
La serie denominada “Casamiento a la Moda”, desarrolla seis escenas, todos destinados a denunciar la nefasta costumbre de arreglar matrimonios. Estos se hallan en la National Gallery de Londres. El trabajo de Hogarth muy criticado por las clases altas y como no, también por los masones ingleses, pero eso no pudo evitar que llegara hasta nuestra época. William Hogarth no era un revolucionario en todas las cosas… pero no estaba lejos.
123
En contraste a lo grabado por Hogarth en los 1,700, los grabados masónicos nos muestran a los masones en posturas muy ceremoniales, como el grabado publicado en la Constitución de Anderson de 1,723 donde se retrata a John Montague, 2 ° duque de Montagu presentando las Constituciones y las brújulas a Felipe, duque de Wharton. Rev. Dr. John Desaguliers en el extremo derecho. Lo notable del grabado es que podemos afirmar su fecha (1,723) y por otro lado nos muestra a los más altos dignatario de la masonería inglesa, sin mandiles masónicos ni regalías de su condición de tal. Eran simple y llanamente unos gentleman, pero el segundo personaje del lado derecho tiene los mandiles largos doblados.
124
En este grabado que fecharon como del s. XVIII, en ella podemos inmediatamente observar que la forma del mandil así como la posición de la babeta no es aún uniforme, y posiblemente fue pintado antes de 1,731, ya que después de esa fecha el uso y forma del mandil fue regulado. El siguiente grabado está fechado como 1,860, y retrata a Elisabeth Aldworth, hija de Lord Doneraile (Arthur St. Leger, Lord Vizconde Donaraile y Barón de Kilmeaden, Irlanda), un hombre muy entusiasta, que disponía de una autorización masónica personal que le permitía abrir ocasionalmente Logia en la casa Doneraile, asistiendo sus hijos y algunos amigos íntimos de la vecindad.
La primera mujer masona Elisabeth Aldworth
125
El personaje del grabado nació en 1,683 y murió en 1,773 en Irlanda y por entonces Irlanda pertenecía a Inglaterra, con la natural reticencia de los irlandeses que buscaban afanosamente su independencia que ocurrió en 1,937, aun cuando Irlanda del Norte permanece unida a Inglaterra. Alrededor del año 1,710-12, se estaba celebrando una Logia en el Tribunal de Doneraile, la casa familiar de St. Legers, donde la joven Miss St. Leger, ya sea por accidente o curiosidad, fue testigo de que en un apartamento contiguo, tenía a lugar una misteriosa ceremonia. La joven dama se alarmó e hizo un intento de escabullirse, sin embargo su presencia fue notada por el Tyler, y los Hermanos fueron advertidos de la presencia de un intruso. La Logia esa noche fue presidida por su padre, Lord Doneraile, y su hermano (el 3er Vizconde, padre del 4to vizconde, Gran Maestro) estuvo presente. Se dice que el Sr. Richard Aldworth, con quien se casó posteriormente, también estuvo presente. Habiendo sido iniciada como masón, la joven Dama alcanzó una gran eminencia en el Arte, y fue una figura muy conocida en las Ceremonias Masónicas, y las procesiones en ocasiones públicas. El Hon. Sra. Aldworth murió en 1,773, a la edad de 80 años, y fue enterrada en la bóveda de Davies en la antigua Catedral de San Finnbarr, en Cork. El personaje del grabado nos muestra que la primera mujer, oficialmente iniciada como masón, en una logia inglesa por entonces, y hoy una logia irlandesa (Irlanda del sur), es Elisabeth Aldworth. Sobre la fecha del grabado es poco la duda, ya que el personaje tiene un mandil que corresponde al s. XIX, en contraste a los usados en el s. XVIII como se aprecia en los grabados precedentes. El siguiente cuadro retrata a Andrew Michael Ramsay (1,6861,743) que fue un jacobita, un francmasón y un místico que creía en el universalismo cristiano y la tolerancia religiosa. Como 126
emigrante escocés que pasó la mayor parte de su vida adulta en Francia, Ramsay usó su relación con ambos países para crear una gama de soluciones para los problemas de comienzos del siglo XVIII a través de una fusión de pensamiento británico y francés. Aunque inicialmente estas ideas se concentraron en una restauración jacobita al trono británico, sus trabajos políticos posteriores proporcionaron una evaluación más matizada de la sociedad europea contemporánea y el desarrollo del imperio comercial. Ramsay concibió un mundo en el que Gran Bretaña se convertiría en un país preeminente en el comercio mundial y utilizaría su posición como la “Capital del Universo” para inspirar paz en Europa, permitiendo el intercambio de información en beneficio de la humanidad. Los masones retratados evidentemente son muy formales y ceremoniosos.
Retomando la narración nos ubicamos en los años iniciales de 1,700, y los masones escoceses que todavía construían por encargo de las iglesias y monasterios, permanecían fieles a las autoridades eclesiásticas romanas, mientras en Inglaterra las cosas habían cambiado, ellos trabajaban en obras menores y parecía que el final de las construcciones con piedra se estaba produciendo, a la par que crecía el número de masones ajenos al oficio, quienes hablaban de un Templo Simbólico, erigido 127
en un plano ideal al que el hombre podía llegar con el trabajo mental y la mortificación de su ser, esta proclama lo hacían los rosacruces, otros eran místicos; en fin era una época muy convulsionada y en las logias masónicas los albañiles ya no eran mayoría, los llamados “aceptados” lo eran. Los masones ingleses que se reunieron para constituir La Primera Gran Logia el 24 de junio de 1,717, eran miembros de cuatro logias de Londres y se convocaron en la taberna “Goose and Gridiron” y formaron la denominada “Gran Logia de Londres y Westminster”, entre otras cosas para organizar mejor sus discusiones y sus “ágapes”, y no había mejor escenario para tal fin, que una “taberna”.
128
Anderson nos dice que se formó una Gran Logia “per tempore” en el Apple Tree Tavern en 1,716, sin ningún Gran Maestro electo y sin regulaciones o leyes de cualquier tipo formulado. Esta reunión ascendió a un acuerdo para cumplir con el siguiente 24 de junio al formar una Gran Logia, en el ganso y Gridiron Alehouse. La famosa reunión del 24 de junio 1,717 (cumpleaños de San Juan Bautista) fue la designada como la Asamblea Anual y la Fiesta. Tres reuniones anuales adicionales se especifican posteriormente por el Reglamento General originales; uno en San Miguel (en septiembre), uno justo después de Navidad (27 de diciembre el cumpleaños de San Juan Evangelista), y otro sobre Lady Day (Día de la Anunciación, 25 de marzo). No hay constancia de que se produjeron en realidad estas reuniones especificadas. En cualquier caso, hay que señalar que la intención original no era para tomar el control de la masonería, simplemente era tener reuniones conjuntas programadas, con una fiesta asociada. (Y, mira lo que pasó). William Preston de AQC nos recuerda ese momento: “Nuestro hombre del justillo tostado llegó al costado de la catedral. Allí estaba la taberna del Ganso y la parrilla (The goose and gridiron). Con paso decidido penetró en la sala común de la taberna, en la planta baja que como siempre, estaba llena de gente. El tabernero reconoce a nuestro hombre y le saluda indicándole que sus amigos ya habían ido escaleras arriba. Va hacia el primer piso sin dudar y golpea a la puerta… Este hombre se llamaba Anthony Sayers. En menos de una hora será elegido por sus pares como primer Gran Maestre de la Gran Logia de Londres y Westminster… Estamos entonces justo en el momento crucial en que comienza la francmasonería “moderna”. Pero, ¿qué sucedió realmente ese 24 de junio de 1,717 en la taberna de El Ganso y la Parrilla?”. Eso es materia de otro relato. 129
130