Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados Año 7 - N° 76
Abril 2020
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Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados Año 7 - N° 76
Director General Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- ¿Por qué la masonería en el siglo XXI?...............3 - Otra mirada masónica sobre el nacimiento de la masonería.........................................................12 - Masones en la corte de Carlomagno................22 - El viaje secreto del zelator............................34 - Nostradamus y el coronavirus: nuestra opinión..54 La revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.
Valle de Lima Abril 2020
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¿POR QUÉ LA MASONERÍA EN EL SIGLO XXI? Fernando de Yzaguirre García
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¿POR QUÉ LA MASONERÍA EN EL SIGLO XXI? Fernando de Yzaguirre García
La Masonería es un camino posible para alcanzar la felicidad personal, siempre y cuando reconozcamos que para recorrerlo hemos de trabajar fieles a nuestra vocación universal y buscar la felicidad de toda la Humanidad, porque potencia la sociabilidad humana. Como ya expusiera el filósofo y masón K. Christian F. Krause a principios del siglo XIX, el impulso básico del Hombre -mujeres y varones- es el de la sociabilidad, y la orden masónica es la óptima asociación dedicada al desarrollo de esa sociabilidad como expresión de nuestra completa y pura humanidad. Nuestra tradición nos compromete a dar apoyo a cualquier hermano o hermana que se encuentre en situación de necesidad; pero más allá de este compromiso, lo que la Logia nos propone es una micro sociedad con un funcionamiento ordenado, en la que cada miembro asume un rol rotatorio para interpretar una y otra vez nuestra esencia sociable. Esta micro sociedad nos da la oportunidad de compartir múltiples experiencias, como la de pertenecer a un proyecto auténtico y humanizante, en el que se establecen los elementos necesarios para que ese animal social que es el Hombre tenga la oportunidad de reconocerse y reconciliarse con su pura humanidad. La Logia es un encuentro con los otros que facilita y orienta el encuentro contigo mismo, a través de los complejos mecanismos de la identificación con los demás, el reflejo en los demás, el juego de percepciones con los demás, la disección del yo... y, ante todo, la Logia es un espacio humano que recrea el entorno social-natural óptimo de un ser evolucionado: una comunidad de mujeres y varones iguales, ordenada, democrática, que persiguen, juntos, la interpretación de la existencia. 4
Porque nos prepara para la vida social y cívica de hoy. Nuestra vida social es tremendamente cambiante. La actual crisis económica, que no es sino una muestra material de la crisis de valores imperante, acelera aún más el carácter mudable de nuestro modo de vida. Por eso, el carácter flexible y abierto del método, su apertura a la incertidumbre, nos prepara para afrontar mejor los cambios que caracterizan nuestro tiempo. Pero la Masonería no es un método dirigido a la acción social directa, sino un método con vocación formativa que, aplicado en compañía, va dirigido al interior del individuo y provoca, eso sí, una nueva comprensión de uno mismo ante los demás y, por tanto, le capacita para percibir con todo su sentido la realidad y, con ello, encuentra una disposición y un propósito renovados para actuar en sociedad, desde un yo más esclarecido. Yendo más allá, la Masonería puede llegar a ser, si sus miembros nos ponemos seriamente a ello, un actor educativo de la sociedad, con especial énfasis en dos ámbitos: el Hombre en su pura y completa humanidad, y el de una ética metodológica y hermenéutica. Aquí es, en mi opinión, donde cabría centrar los esfuerzos de vigencia e innovación de nuestra tradición ante nuestros conciudadanos; debemos asumir el reto, comprender nuestra responsabilidad ante la sociedad, y ponernos en marcha sin dilatar un segundo más. Las Logias, como antaño, deben actuar como verdaderos Templos de Transformación donde mujeres y varones se preparen para responder a los cambios que reclama el mundo. La Masonería, como es sabido, no es un club, un partido político, un ateneo cultural o un aula de filosofía, aunque no sea del todo ajena a algunos objetivos depurados de todos esos contextos sociales. La Masonería es más bien una escuela interactiva de mejora personal; un taller donde se experimentan con plenitud y se ejercitan los valores de una sociabilidad auténtica, 5
humanista y cívica; una comunidad iniciática que posibilita la vivencia práctica y filosófica del espacio de encuentro e intercambio recreado en compañía de los demás, cuya experiencia nos capacita, a cada uno, para renovar nuestra presencia y visión del mundo exterior e intervenir en él. Es en este sentido en el cual la Logia actúa, además, como escuela de formación de ciudadanos, recreando un micro mundo de prácticas y normas de mutuo reconocimiento que facilitan la incorporación de elementos de compromiso y participación democrática en la vida colectiva que caracterizan al ciudadano moderno, heredero del habitante de la ciudad que en el mito de Prometeo (Platón, Protágoras), es interpelado por Zeus para que se comprometa éticamente si quiere formar parte de la ciudad, espacio que representa el máximo exponente de la convivencia humana. La Masonería, por tanto, no sólo lleva a cabo un trabajo de introspección, sino que nos prepara para los cambios que se producen continuamente en nuestra compleja sociedad, tanto por la especial apertura que provoca en las conciencias, como por su especial trabajo reali6
zado a cubierto que, no olvidemos, favorece la germinación de nuevas ideas. Porque aplica, de manera práctica, un método iniciático atemporal. La Masonería es mucho más que un proyecto colectivo en torno a unos valores y a unas ideas, porque se basa en un método tradicional muy potente, razón de su continuidad a lo largo de tres siglos. El método que desarrolla la Masonería incluye una dimensión iniciática que hereda de diferentes escuelas de pensamiento y misterios, que se conservan en el encuentro con la Ilustración. Esta dimensión permite al individuo ir más allá de los límites de la convención y los dogmatismos, y auto-trascender, sin dejar de reafirmar su condición plena de ser humano y fortaleciéndole para afrontar el sentido de la vida en este mundo. La Masonería es un método iniciático de autoconocimiento y un taller de perfeccionamiento moral, que actúa sobre el su7
jeto en coaligación con otros sujetos, sirviéndose del rito y del simbolismo como herramientas imprescindibles, y dirigido a desplegar en cada uno su más pura humanidad. La Logia establece el ambiente adecuado para llevar a cabo las búsquedas que no podemos acometer fuera, al descubierto. Ese ambiente actúa como un microcosmos compuesto por un lenguaje propio, una indumentaria singular, unos símbolos y una decoración particular, una forma peculiar y ordenada de ocupar la estancia, moverse por ella y hablar en ella, etc. Todo ello, establece la atmósfera adecuada para reconocerse como persona plena y reconocer a los demás como plenas personas, y participar de la experiencia de ser uno entre iguales. Porque incorpora el ritual y los símbolos como herramientas del Hombre actual La Masonería tiene su propia tradición, su singularísima tradición, nacida de la ilustración y nutrida de un conjunto de tradiciones que la precedieron, que a lo largo del tiempo se ha ido decantando en los rituales y símbolos que hemos heredado y que son elementos propios del método masónico. Gracias a los rituales y a los símbolos, en la Logia se crea una atmósfera especial; se provoca una actitud particular; se convocan los sentidos y el pensamiento de una manera distinta a la habitual: la inteligencia emocional, lo anímico y afectivo, el inconsciente, el espíritu, la conciencia y la razón, son interrelacionadas y estimuladas de manera conjunta en planos no convencionales, desplegándose entonces nuevas posibilidades para una mayor comprensión emocional y racional del Hombre actual y su compleja realidad, desde una perspectiva holística. El ritual y el simbolismo coadyuvan a la búsqueda de sentido, y es que el sentido, como dice el filósofo Andrés Ortiz Osés, es una sutura simbólica, un intento de reconciliación de con8
trarios. Todo es interpretación, y la Masonería, su método, con la experiencia que provoca en nosotros, con sus herramientas, nos capacita para interpretar, para hurgar en los pliegues y en las sombras, en lo sinuoso, emancipándonos de la parálisis que provoca en el Hombre la incertidumbre, dándonos un alivio ante la ruptura radical que representa la extinción física, aportándonos un cabo de luz parpadeante que nos ayude a seguir la claro-oscura senda de la existencia, sin necesidad de agarrarnos a potentes certezas -como aquella que colocaba a la tierra en el centro del universo- y trabajar por un mundo humano lleno de sentido, mejor que por un mundo quimérico basado en verdades absolutas. La senda que sigue el masón en medio del paisaje exuberante y suscitador que constituyen el ritual y el simbolismo, se convierte en un camino de búsqueda de sentido, de interpretación de este mundo con lo bueno y malo que tiene, de encuentro con uno mismo, con los demás y con la existencia tal cual es. Esta búsqueda permanente de sentido, es una de las palancas más potentes del método masónico que permite la unión dinámica -el encuentro- de los Hombres, es decir, de los interpretadores; la unión de las diferencias. Por eso decimos que la Masonería es el Centro de la Unión. Porque cultiva la tolerancia, la mediación y el encuentro, y facilita la convivencia plural. En una sociedad tan compleja como la nuestra, en la que el ser humano se ve sometido a todo tipo de disciplinas e imposiciones sociales, laborales, políticas, de mercado y afectivas para tratar de integrarse y sobrevivir y, por otra parte, teniendo muchas de estas disciplinas un marcado carácter expropiador y separador de los demás, es preciso, es imprescindible, es urgente, cultivar la tolerancia, la mediación y el encuentro, porque no podemos prescindir del otro por muy distinto que sea de nosotros, y no podemos imponernos al otro. Al considerar una sola 9
Humanidad, o nos ponemos de acuerdo y nos salvamos todos, o renegamos de nuestra humanidad y aquí no se salva nadie. Con la tolerancia, reconocemos un único nosotros; con la mediación, gestionamos las inevitables diferencias y conflictos que se producen en el seno de ese nosotros; con el encuentro, se suturan las heridas de la confrontación de diferencias. En lo ideológico (en sentido amplio: pensamiento, religión, política...), la Masonería propugna un ejercicio de tolerancia que permite diferenciar entre dos categorías fundamentales: de una parte, la creación de un espacio donde cualquier ideología defendida por medios lícitos tiene garantizado un lugar; de otra, la plena libertad de elección y conciencia para abrazar aquella ideología con la que nos sintamos identificados. Porque la tolerancia no equipara las ideologías como si tuvieran idéntico valor, como no equipara todas las religiones, sino que se compromete con su libre expresión y convivencia dentro del orden establecido, respetando que puedan ocupar un lugar en el espacio público, pero deja al libre arbitrio de los individuos el participar y sumarse a una u otra dándoles, en función del apoyo democrático que reciban, el reconocimiento de una mayor o menor presencia en la sociedad. La práctica de la tolerancia nos hace activos defensores del espacio público de convivencia como un espacio ideológicamente neutral, en el cual se aparcan las marcas que nos diferencian para dar prioridad a aquellas que nos hacen iguales ante el proyecto de convivencia en común, especialmente al método, al procedimiento, al esquema, al comportamiento ético, que permite esa convivencia en la diferencia. En plena sintonía con la tolerancia, otro gran valor de la Masonería, que hoy sólo ha sido desarrollado en parte, es la universalidad y el ideal de una Humanidad unida, como ya expusiera Krause al plantear el proyecto de la Alianza de la Humanidad. 10
La primera ideología para la Masonería es, por tanto, metodológica: el ejercicio activo, consciente y comprometido del juego democrático para la confrontación civilizada de las distintas ideologías que se dan cita en el espacio de convivencia común, bajo la luz de la tolerancia y la universalidad. Porque promueve el desarrollo personal y la felicidad de la Humanidad. Nuestro método tiene una gran capacidad para actuar en cada uno de nosotros, en distintos niveles según la persona; aflorando en cada individuo su desnuda humanidad para conocernos mejor y tomar posesión de nosotros mismos, aplicando una higiene a nuestra personalidad y nuestros pensamientos, permitiéndonos indagar en nosotros mismos así como adquirir renovados compromisos de mejora personal, y preparándonos mejor para ser en el mundo y para salir al mundo. En el reconocimiento de las diferencias, en el manejo de una realidad oscura y luminosa como es la humana, en la gestión constructiva de la microfísica del poder expuesta por Michel Foucault, en el perfeccionamiento y cumplimiento de las reglas de juego democráticas para contener las derivas del egoísmo humano, en la búsqueda de las mejores condiciones para que el amor entre los Hombres triunfe, ahí, encuentra el masón algunos de los grandes retos para su desarrollo personal. La Masonería es un camino posible para alcanzar la felicidad personal, siempre y cuando reconozcamos que para recorrerlo hemos de trabajar fieles a nuestra vocación universal y buscar la felicidad de toda la Humanidad. Tomado de: https://es.paperblog.com/por-que-la-masoneria-en-el-sigloxxi-3188641/ visitado el 21-03-2020 a las 18:05 hora Perú. 11
OTRA MIRADA MASÓNICA SOBRE E
Victor G
El nacimiento de la masonería en el siglo XVIII, dejando atrás las teorías que nos remontan a extrañas épocas, es un complejo y poliédrico mundo que se sustenta en líneas generales sobre dos pivotes geográficos: Inglaterra y Francia, con presencias más tangenciales en el resto del continente europeo y americano. Esta sociabilidad se conforma en base a dos grandes concepciones meta-religiosas diferentes: el orbe católico y el orbe protestante, con reacciones políticas no tan dispares en algunos aspectos, pero muy distantes en algunos momentos. 12
EL NACIMIENTO DE LA MASONERÍA
Guerra
La vulgata histórica canónica que se ha ido construyendo a lo largo de estos decenios, digamos que es muy lineal, sin que se hayan hecho muchos distingos entre un mundo y otro, más allá de hablar de logias y masones, de jacobitas y protestantes, de estuardistas y hannoverianos sin más… y lo cierto es que nos hemos ido acostumbrando a esos relatos canónicos que por general damos por válidos. Como estudioso del fenómeno masónico, siempre me han llamado la atención algunos paradigmas, y máxime desde el momento en que he entrado de lleno en el mundo masónico del siglo XVIII, el cual presenta tanto para estudiosos como para 13
lectores una serie de aciertos, pero también un buen número de trampas que la mayoría de los escritores y ensayistas, por una u otra razón o bien reproducen u obvian, digamos que o bien por desconocimiento o por su complejidad… Ya en su momento Philippe Langlet, y algún que otro ensayista más, nos advertían sobre los problemas que se daban en cuanto al tratamiento historiográfico por parte de diversos autores al hacer tabla rasa al hablar de los paradigmas masónicos fueran ingleses o franceses. Versaba la advertencia sobre manera en lo referido a los temas de las traducciones de un idioma a otro, del inglés al francés, y viceversa, y las distintas significaciones, lo que Saussure llamó la semiótica del lenguaje. Cuestión que está muy ausente en muchos trabajos en los que media la traducción, pero como en general solo leemos un texto no advertimos los problemas, solo si se hacen trabajos comparativos entre los textos traducidos, pues vemos que existen disyuntivas muy frecuentes e importante, siendo en ocasiones cuestiones abismales. Y no es una cuestión digamos que léxica, sino más de concepto, y pongo dos ejemplos para que se me entienda lo que quiero decir, por ejemplo hace pocos dias leía unas traducciones del inglés al francés, y de ahí al castellano, en las cuales se interpretado por ejemplo los pedestales ingleses por altares, o espíritu por alma. Lo que deja entrever la gran problemática existente a la hora de explicar el mundo masónico anglosajón, ya no por su peculiar carácter, sino por las artimañas que nos depara su lenguaje y sus conceptos. Una peculiar construcción que se observa al entrar en el mun14
do británico del siglo XVIII, cuando uno lleva tiempo estudiando sus textos empieza a ser consciente de los efectos que la Reforma protestante tuvo sobre tal sociedad británica. Ahí me di cuenta de que tal cuestión, ni fue igual ni se concibió de igual forma en los territorios anglosajones que en el continente, por ejemplo, en Francia donde desde siempre ha imperado la visión cosmogónica católica, ante lo cual me preguntaba ¿Se puede hacer un correlato entre la concepción simbólica inglesa y la francesa? Tal y como se viene haciendo de una manera lineal. Se puede seguir construyendo una historia masónica sin tener en cuenta que los temas religiosos han influido de una manera profunda en el seno mismo de la sociedad británica y por ende también masónica, sabiendo pero no analizando por ejemplo sus documentos base, por ejemplo, tenemos Old Charges los cuales han ido mutando del catolicismo al anglicanismo y posteriormente al calvinismo, lo que ha supuesto cambios importantes y mutaciones que si no se conocen los intríngulis religiosos que se dieron en esa época en el territorio británico, a veces son cuestiones difíciles de entender, y es más puedo decir que en muchas ocasiones se nos escapan muchas explicaciones. Es verdad que solemos poner etiquetas para simplificar nuestras percepciones, y así vemos adjetivos calificativos como calvinistas, luteranos, católicos, sin entrar en más disquisiciones, sin saber, por ejemplo, sí el Templo de Salomón, por exponer una cuestión determinada ¿Es lo mismo para un masón protestante británico cuya iglesia y cuya concepción religiosa es producto de una profunda Reforma, que ha modificado su sociedad y pensamiento? Cuyas extensiones han entrado hasta la médula misma de la masonería, ¿Es lo mismo algunas de estas consideraciones para un masón del Continente, católico, o imbuido en una cultura 15
La Biblia de Ginebra (1669) fue una de las primeras publicadas por protestantes calvinistas.
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catolizante, cuando además se están utilizando bases bíblicas relativamente diferentes? Esta especie de intuición sobre dicho conflicto, lo he visto generalmente circunscrito que a los temas de las traducciones…, y ha sido todo un descubrimiento leer estos días un sorprendente libro titulado Le Tuilage Maçonnique de Michel Balmont, profesor de Letras y de Cine, que trabajó bajo la tutoría doctoral de Jacques Brengues, y cuya tesis versó sobre la Semiótica de la Palabra de Paso Masónica. Un ejemplo: los rituales maçonniques français entre 1725 et 1830, la cual se presentó en la Universidad de Rennes-2 en 1992. Versando el trabajo de Balmont, sobre el método de comunicación y desarrollo acerca de una teoría del cambio simbólico (espacio, tiempo y lenguaje) y que ya en 1984 había esbozado el doctorando Jean-Pierre Lassalle con el tema de La formación y evolución del vocabulario de la francmasonería en Francia el siglo XVIII. Pero será Balmont, el que ponga el dedo sobre la llaga al indicar ante el análisis de un catecismo de Aprendiz: • ¿Qué viene hacer usted aquí? Pregunta el Venerable • Responde el Aprendiz: Superar mis pasiones, presentar mis voluntades y hacer nuevos progresos en la masonería. A este respecto Balmont, nos indica que tanto «los temas centrales de la pasión y la voluntad, nos reenvían a la filosofía de la edad clásica, pero las diferencias filosóficas de un lado al otro de la Mancha, cada sistema filosófico les ha dado, significados y conceptos bien diferenciados». De este modo nos va relatando Balmont por ejemplo que Hobbes y Locke se enfrentan ante dos concepciones y cual diferente pueden ser la cuestión dada o tratada en uno un en otro lugar. 17
Y nos presenta esta reflexión «¿Si las palabras pronunciadas por los masones ingleses y los masones franceses son las mismas, no se refieren, en esencia, a las mismas realidades filosóficas, a los mismos conceptos, ideas y sistemas? La letra del ritual francés es de origen inglés, no su espíritu y su significación». Esto nos coloca en una gran tesitura, ya que cabe preguntarse, por poner un ejemplo ¿Si la sacralización que se va perfilando en el seno de la masonería francesa del siglo XVIII es de origen inglés, o bien es una reelaboración de los traductores o de los introductores de los rituales ingleses en el Continente? O incluso es una reelaboración estructurada en el Continente, y esto es algo que hemos entrevisto en lo relativo a la articulación del gabinete de reflexión masónico, el cual en los ámbitos masónicos ingleses se refieren a este como unas dependencias oscuras o en semi penumbra, las cuales funcionaban en base modelos de estancia para una reflexión serena sobre el paso que el profano y candidato iba a realizar. Por el contrario, en el Continente se va observando que dichas dependencias o habitaciones se va convirtiendo en un habitáculo muy específico, en el cual se van introduciendo determinados símbolos, y se van articulando toda una parafrasis léxica y gestual, con la intención de dotal al espacio, que va quedando reducido a un cubículo, a modo de un seudo-enterramiento que busca una cierta caracterización simbólica y sacral, para de este modo lograr una especie de prueba para conformar el nuevo concepto que se dará a lo largo del siglo XVII sobre todo en Francia con relación a la iniciación, dejando atrás la anglófila forma de pertenecer al fraternidad masónica de la aceptación. Si tenemos en cuenta la gran hecatombe que supuso la llegada de la Reforma a las islas británicas, que cambió de arriba abajo toda la sociedad civil, y religiosa, que creó nuevos paradigmas de comportamiento, de explicación, y porque no de negación 18
de algunas cuestiones en base a las Reformas puritanas, como se explican de forma lineal algunas singularidades rituales y como se transfieren de de una orilla a otra del Canal de la Mancha. Me queda claro que algunos paradigmas como el Templo de Salomón no es lo mismo o no debe ser lo mismo en significado y significancia para un masón protestante calvinista que para otro masón del continente, su relación con el mundo religioso es distinto, incluso la figura del GADU, que el mundo anglosajón no parece ser una esencial piedra de choque en el Continente, no solo lo es, sino que además es un muro de separación, porque las concepciones son distintas. Tengo claro que esto que expongo es difícil de explicar, y que son tanteos, pero tal vez tengamos que revisar algunos planteamientos, y tengamos que analizar algunas temáticas vertidas, incluso algunas partes de la ritualidad desde esa contingencia religiosa, verlas y analizarlas sabiendo lo que es y ha significado el mundo de la Reforma, pero incluso lo que han significado de cambio ritual estar en un proceso anglicano o calvinista. Desde luego es una línea a explorar, la cual nos puede ayudar a explicar los dos mundos rituales, tan diferentes como es el británico y el continental, con axiomas y paradigmas a veces tan desiguales... He dicho. Tomado de: https://www.ritofrances.net/2020/02/otra-mirada-masonica-sobre-el.html?fbclid=IwAR33pLerawBO9v3McxiDnnKClK_ Y18rnHxNSHMfppSNgo-bM4oNOn7W0w9c Visitado el 1-3-2020 a la 1:42 pm hora de Perú.
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Masones en la corte de Carlomagno Eduardo Callaey. 21
Los carolingios y la expansión monástica Uno de los temas que más a menudo se plantean en torno a De Templo Salomonis Liber es cómo llegó a influir en las primitivas logias de monjes constructores. ¿Como ésta obra escrita en el siglo VIII pudo impactar en siglos posteriores en la interpretación alegórica de la construcción del Templo de Salomón? Dedicaremos este artículo a contextualizar la obra de Beda y analizar su influencia en el mundo carolingio. En los siglos posteriores a su muerte (especialmente los siglos IX, X y XI), los escritos de Beda el Venerable encontraron destacados referentes que, basándose en sus textos, ampliaron y difundieron una importante obra exegética, principalmente en Alemania y Francia. Su libro acerca del Templo de Salomón impactó profundamente en la simbología que acompañó a la construcción de edificios religiosos
Rabano Mauro, Alcuino de York y Walafried Strabón
Este texto -por caso el que más nos interesa por su vinculación con la tradición masónica- es la principal fuente de las obras de otros dos grandes maestros del movimiento monástico benedictino: Rabano Mauro, abad de Fulda y arzobispo de Magun22
cia, y Walafrid Strabón, abad de Reichenau, quienes basarían sus comentarios a los libros de los Reyes y de las Crónicas en el ya comentado De Templo Salomonis Liber. Pero antes de abordar a estos dos exponentes de la renovación carolingia, debemos detenernos a analizar las particulares circunstancias que llevaron a la dinastía iniciada por Carlos Martel a impulsar una gran reforma de la Iglesia franca. Para ello se llevó a cabo la unificación de los monasterios del imperio mediante la utilización de la Regla Benedictina, y se comparó a la casa carolingia con la antigua monarquía davídica de derecho divino, colocando de esta forma, en el eje de la renovación, a la tradición hebrea.
San Bonifacio
El impulso al monacato -cuyo principal exponente lo encontramos en San Bonifacio -considerado el Apóstol de Alemaniaconstituye una de las principales características de la dinastía inaugurada por Carlos Martel. De hecho, es el propio rey de los francos el que apoya a Bonifacio en la evangelización de los 23
territorios de Alemania. A la muerte de Martel, su hijo Pipino renueva el lazo con el monje, que extiende su acción hasta la frontera oriental de Alemania, donde nunca antes había llegado el cristianismo. En el año 751, Bonifacio funda la abadía de Fulda, en un lugar que él mismo le describe al Papa como “boscoso, en medio de un inmenso desierto...” en el emplazamiento de una antigua fortaleza merovingia. Este momento de la historia tiene especial interés para muchos investigadores, pues es conocida la leyenda en torno a que los reyes merovingios decían ser descendientes directos de la hija (Sara la Negra) que Jesús habría tenido con María Magdalena. Este ha sido el argumento de todo el mito surgido sobre el Priorato de Sion, el Santo Grial y demás temas explotados en obras contemporáneas como El Código Da Vinci. En tal caso, la leyenda plantea que la sustitución de la dinastía merovingia por la de los calogingios -iniciada por Carlos Martel, Mayordomo del Palacio de Austrasia, dio por tierra la herencia merovingia. Veremos que finalmente los carolingios buscarán también un origen divino. Lo cierto es que la fundación y expansión de los monasterios termina así constituyendo la base de la evangelización, pero también un aporte fundamental a la estructura política del Imperio. Porque, si bien la acción de los misioneros era apoyada por el papado, conviene remarcar que cuando Carlomagno llega al trono, esta vasta red de abadías ya era controlada por la dinastía franca, que no sólo era su propietaria sino que disponía absolutamente del nombramiento de cargos y dignidades. Dice Peter Brown: “...Del mismo modo que en otro tiempo el verdadero mapa político de la Galia correspondía al mapa de sus sedes episcopales, también la Europa carolingia se hallaba atravesada por una vasta red de catedrales y monasterios. Los monasterios de Alemania, en particular, como por ejemplo los de Fulda, Reichenau o Saint 24
Gall, han sido comparados con los campamentos de las legiones romanas, establecidas en sus nuevos límites”....”.(1) Carlomagno, y su hijo, Ludovico Pío (814-840), llegaron a controlar 180 sedes episcopales y más de 700 grandes monasterios. La construcción de estas numerosas abadías requirió de un esfuerzo y una organización, sólo posible de concebir en términos de una gran estructura, del ingenio y la autoridad de poderosos líderes espirituales, del apoyo económico y logístico de los grandes señores y del propio emperador, que solía beneficiar a sus colaboradores inmediatos con la dignidad de abad, fuese monje o no. De este modo, en vastos territorios de la Europa franco-germánica, los monjes constructores ocuparon el lugar que antaño habían tenido los collegia fabrorum.
Beda el Venerable
Existen múltiples razones para encontrar en este período de la historia de Europa la partida de nacimiento de la masonería operativa, y para pensar que tal alumbramiento ocurrió en las salas capitulares de los monasterios. Lo que analizaremos ahora es la transmisión de la tradición hebrea en torno al Templo de 25
Salomón formulada por Beda desde Inglaterra al mundo carolingio, para luego introducirnos en el desarrollo y formación de la tradición masónica primitiva en los textos benedictinos. Los reyes francos en los manuscritos masónicos Se ha sostenido que existen leyendas francesas del siglo XIII que vinculan a Carlos Martel con los primitivos masones europeos, lo cual aún no ha sido suficientemente demostrado. Este vínculo es decripto en el denominado Manuscrito Grand Lodge Nº 1 que se encuentra en la Biblioteca de la Gran Logia Unida de Inglaterra y está datado en el año 1583. Se trata del tercer documento masónico auténtico más antiguo, luego de los ya mencionados manuscritos Regio y Cooke. Como en el caso de este último, el “Grand Lodge” contiene una parte dedicada a la historia de la Masonería y del Arte de la Construcción. Hace mención a los orígenes bíblicos de la masonería, remontándose a los tiempos anteriores al diluvio, y se refiere a los trabajos realizados en el Templo de Jerusalén. En su capítulo XIV describe la forma en que el “arte” emigra desde Palestina a Francia. Dice el texto: “XIV...Artesanos curiosos recorrieron grandes distancias en diversos países, sea para aprender más destreza en su oficio, sea para enseñar a quienes poseían poca habilidad. Ocurrió entonces que hubo un curioso masón de nombre Naymus Grecus, que había estado en la construcción del templo de Salomón. Llegó a Francia y allí enseñó el arte de la masonería a los hombres de Francia. Hubo alguien del linaje real de Francia que tenía por nombre Charles Martel. Era un hombre que amaba mucho el oficio, se juntó con ese Naymus Grecus, aprendió de él el oficio y se encargó de los deberes y las costumbres. Después de esto, por la gracia de Dios, fue elegido para ser rey de Francia...” “...Cuando fue investido de tal estado, reunió a los masones y les ayudó a hacer masones de los hombres que no lo eran, y les puso 26
a trabajar, y les dio a la vez los deberes y las costumbres, así como un buen salario, tal como había aprendido de otros masones. Confirmó su carta de año en año, les permitió tener su asamblea donde quisieran, y les quiso mucho. Es así como llegó a Francia el oficio...”(2)
Carlos Martel
El “M. Cooke”, por su parte, hace también referencia a un rey de Francia -Carolus Secundus- como “organizador” de la masonería. Esta figura es fácilmente identificable con Carlos Martel, lo cual es opinión unánime de la mayoría de los eruditos en manuscritos masónicos. El fragmento referido es el siguiente: “...Y desde allí (Israel) esta digna ciencia fue traída a Francia y a muchas otras regiones. Una vez hubo en Francia un digno rey que fue llamado Carolus Secundus, es decir, Carlos Segundo. Y este 27
Carlos fue elegido Rey de Francia por la gracia de Dios y, también por linaje; y sin embargo algunos hombres dicen que fue elegido por fortuna, lo cual es falso y no verídico, según aparece claramente de las crónicas, porque él era de la sangre real del Rey. Y este mismo Rey Carlos fue un masón antes que fuera Rey; y después que él fue Rey, amaba bien a los masones, y los apreciaba, y les dio Mandatos y maneras de su designio, de donde algunos aún son usados hoy día en Francia.Y él ordenó que debían tener paga razonable; y también que ellos se debían reunir una vez al año, y venir y hablar juntos, y para ser gobernados por maestros y compañeros en todos los asuntos que estuvieran faltos, y los mismos para ser recibidos Maestros y Compañeros...”(3) Paul Naudon cree que estas leyendas corporativas comunes en Francia e Inglaterra, que atribuyen un rol prominente a Carlos Martel en la formación de la francmasonería, resultan verosímiles si se tiene en cuenta el hecho de que en esa época -tal como hemos visto en el artículo dedicado a Beda- los anglosajones requerían en Francia albañiles y vidrieros que construyeran a la costumbre romana. En todo caso, la obra iniciada por Carlos Martel y consolidada por Pipino, encontraría su apogeo en Carlomagno. En ese momento la tradición hebrea se abriría paso a través de nuevas vías en su penetración hacia el continente y los exegetas benedictinos completarían su obra. Los carolingios y el Antiguo Testamento Durante el reinado de los reyes francos se produjo una fuerte revalorización del Antiguo Testamento, a la vez que el contacto con el mundo judío adquirió un carácter muy particular. Ya hemos hecho mención en varios libros y artículos sobre el especial interés de la dinastía carolingia por establecerse como una monarquía hereditaria de derecho divino de acuerdo con el modelo davídico del Antiguo Testamento. Ese modelo había introducido -no sólo entre los francos sino también entre anglosajones y visigodos- la costumbre del “ungimiento real” la cual 28
procedía justamente del texto bíblico. Este acto confería al rey “la gracia divina”, tema por demás importante en el desarrollo de las ideas políticas en la Edad Media. Esta cuestión ha sido debidamente abordada por Erik Auerbach, el gran filólogo alemán y ya hemos escrito sobre el tema. Dada la enorme influencia que el Antiguo Testamento ejercía sobre los consejeros reales francos, corresponde señalar la importancia que su práctica adquirió para los reyes francos desde que, en el año 754, Pipino fuera ungido por el papa Esteban II: “Consideraban que en el Antiguo Testamento -señala Walter Ullmann- el profeta, en virtud de su reconocimiento de la voluntad divina, designaba al rey de los judíos derramando óleo santo sobre él. Consideraban también que la gracia divina estaba visiblemente contenida en el recipiente del aceite” Y agrega: “De acuerdo con el Antiguo Testamento, consideraban al rey como ‘ungido del Señor’ (el Christus Domini), y también por referencia al Antiguo Testamento se calificó a Carlomagno como el nuevo David, rey que, por así decirlo, había surgido del Antiguo Testamento. La pretensión del Rey de ser ‘Rey por la gracia de Dios’ se vería en adelante poderosamente reforzada por el ceremonial litúrgico del ungimiento...”(4) El propio Carlomagno sentía una gran atracción por la tradición hebrea, “...estaba muy interesado en los estudios bíblicos y le agradaba darse antiguos nombres bíblicos de héroes y guerreros, y que lo llamaran así...”(5) Pero era también el carácter teocrático del Imperio lo que hacía a Carlomagno volver la vista a las glorias de Israel. Una figura fundamental en la consolidación de esta tradición fue Alcuino de York (734-804), originario de Northumbria y ferviente admirador de la obra de su coterráneo maestro Beda. Había sido instruido en la Escuela de la Catedral de York bajo la tutela de dos grandes hebraístas, Egbert y Aelbert, éste últi29
mo también discípulo del Venerable. En Alcuino -afirma Newman- “...la causa del hebreo encontró un campeón, tanto en Inglaterra como en la corte de Carlomagno...” (5). Junto a Pedro de Pisa, Pablo el Diácono y otros notables eruditos cristianos, formó parte del selecto grupo que construyó la estructura intelectual y espiritual sobre la que descansaba -y brillaba- el prestigio de Aquisgrán. Allí, dirigió la Escuela Palatina y difundió -con renovado impulso- los célebres sistemas del trivium y el cuadrivium cuya influencia en la francmasonería no necesita mayores comentarios.
Alcuino
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Cuando llegó a la corte en 782 -respondiendo a un llamado del propio rey- el reino de los francos había alcanzado una gran expansión militar y política. Alcuino le aportaría la organización cultural y las herramientas para su trasmisión. Para ello, se formaron nuevos y mejores establecimientos para el copiado y la producción de textos uniformes y correctos, con capacidad para abastecer a los cientos de monasterios y bibliotecas. Esta demanda hizo necesaria la creación de una nueva modalidad de escritura, por lo que se desarrollo un tipo de letra más sencillo y legible que sería conocido como minúscula carolina. Alcuino fue, además, un gran impulsor de la instrucción de monjes y clérigos: “...Mira los tesoros de tu biblioteca, la hermosura de tus iglesias... Piensa cuan feliz es el hombre que pasa de esos bellos edificios a los deleites del reino de los cielos... Recuerda el amor por el aprendizaje que tenía de niño Beda, y cuan honrado es ahora entre los hombres... Siéntate con tu maestro, abre tus libros, estudia sus textos...”(6) En estos fragmentos puede apreciarse la veneración que Alcuino sentía por Beda. De él había heredado la pasión por los Padres de la Iglesia, el desafío que suponía la exégesis, el apego por las costumbres romanas de Northumbia y el amor por la lengua hebrea. Para Alcuino, el scriptorium era lo que el atanor al alquimista, lo que la logia al masón: el taller en donde la gran obra era posible. Como depositario de aquella tradición se sentía responsable de su trasmisión. En 802, ya coronado emperador, Carlomagno decidió que había llegado el momento de establecer la Ley cristiana en todos los estamentos de su Imperio. Para ello convocó a un Sínodo Universal en Aquisgrán, en el que expuso a cada grupo lo que, de ahí en más, sería su norma particular. A todos los abades y monjes concurrentes, constituidos en asamblea, les hizo leer y 31
explicar la Regla de San Benito. A partir de aquel momento, la Orden Benedictina -ya entonces extendida hasta los confines del Imperio- asumió su rol crucial en la construcción del cristianismo, lo cual adquiere particular relevancia, no sólo en la doctrina y preservación de la tradición, sino en la arquitectura monástica que encontrará en el arte románico su expresión más pura. Su influencia llegaría hasta Jerusalén bajo el estandarte de los cruzados.
San Benito
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Hacia fines del reinado de Carlomagno, la obra de Beda era profundamente conocida y respetada en los grandes monasterios benedictinos. Alcuino alcanzó a ver en vida que su veneración por Beda continuaría en un discípulo suyo: Rabano Mauro, probablemente uno de los más grandes exegetas del medioevo, creador de laberintos y caligramas, amigo de misteriosos maestros hebreos y maestro, a su vez, de Walafrid Strabón, también hebraísta y exegeta. Sus obras no sólo continuaron la tradición de Beda, sino que recogieron y ampliaron las bases judías de la leyenda masónica. Estos dos monjes -abades y referentes políticos en los aciagos días de la sucesión de Ludovico Pío- fundaron la abadía de Hirsau, en el valle del Nagold, un legendario centro monástico en el que otro poderoso abad incluiría -por primera vez en la historia- a los masones en una Constitución, reglamentando su oficio. Al respecto sugiero al lector el ensayo que hemos escrito sobre la Orden de Constructores fundada por Wilhelm de Hirsau considerado Padre Fundador de todas las Logias por la francmasonería alemana. Notas. (1). Brown, p. 241. (2). “Textes fondateurs de la Tradition maçonnique 1390-1760. Intro-
duction à la pensée de la franc-maçonnerie primitive”, traduits et présentés par Patrick Négrier, París, Bernard Grasset, 1995. El original inglés fue publicado por W. Mc Leod, “A lost manuscript reconstructed: the ancestor of one branch of the Old Charges”, en Ars Quatuor Coronatorum, vol. 94, Londres, 1982, p. 16-21. (3). “M. Cooke” [601]. (4). Ullmann, Ob. cit. p. 69. (5). Newman, Ob. cit. p. 33. (6). Ibidem p. 36. * Sobre Alcuino, “Cartas”; trad. ingl. de S. Alcott, Alcuin of York, 1974
Tomado de: https://eduardocallaey.blogspot.com/2013/08/masones-en-la-corte-de-carlomagno.html Visitado el 10 de febrero del 2020 a las 18:25 horas de Perú. 33
EL VIAJE SECRETO DEL ZELATOR Marino de Armas Benítez 33º 34
Conferencia sobre rosacrusismo, Colegio Newcastle – Inglaterra Sociedad Rosacruciana in Anglia INTRODUCCIÓN: …Cuando se explica el pasado desde el presente, resulta fantástico y surge la mitología. Cuando profundizamos en la mentalidad y circunstancias, comprenderemos los hechos acaecidos en el pasado… El rosacrusismo moderno tiene sus comienzos en el siglo XVI, momento en que la iglesia católica atacaba todo conocimiento que surgiera fuera de sus sacramentos, por ello la necesidad de secretismo y ocultismo. Estos comienzos ocurren en una imprenta ubicada en Bélgica, actual Museo Plantin-Moretus en Amberes; su primer libro impreso fue Fama Fraternitatis en 1614. Para evitar las persecuciones de la iglesia católica, ese grupo de intelectuales e impresores, se nombran el Colegio Invisible comenzando a explicar el conocimiento rosacruz. Ese ancestral conocimiento transmitido por el Colegio Invisible posee sus orígenes en la Escuela de los Misterios fundada en Karnak, por el sexto faraón de la XVIII dinastía Tutmosis III; donde todos los colegios se unen como una sola orden AmónRa = Amón (el Invisible) + Ra (el Sol). Deba decirse masónicamente hablando, que el conocimiento surgido en Karnak con Tutmosis III llega a los rosacruces y francmasones actuales sin que muchos lo sepan. Meguiddó colina ubicada al norte de Jerusalén, en ella se hallaba una de las ciudades más importantes de los tiempos bíblicos. En el siglo XV a.C. Meguiddó fue conquistada por Tutmosis III, convirtiéndose en centro administrativo egipcio en Canaán; existen pruebas irrefutables de esta victoria egipcia en el templo de Amón en Karnak, en la estela de Gebel Barkal y es35
tela de Armant. Posteriormente en el siglo X a.E.C. el rey Salomón reconstruye Meguiddó, desde donde administraría la zona norte de su reino, y motivo de la construcción del primer Templo…Esta es la razón que el rey salón impuso para edificar la casa de Dios, el muro de Jerusalén, Hazor, Meguiddó y Gezer…(1 Reyes 9:15) Cuando los estudiosos de temas masónicos, profundicen en la liturgia del Rito de York, Menfis y Escocés encontraran un nombre que despeja toda duda, Salomón (Sol-Amón-Ra, el hijo del dios Sol: el iniciado) Con Akenatón (Amenhotep IV) decimo faraón de la dinastía XVIII y su culto a Atón, ese antiguo conocimiento alcanzado con Tutmosis III comienza a velarse y prohibirse; haciéndose representar ante Amón en actitud de masacrar a los enemigos de Egipto; persecución que llega a su punto culminante con Tiberio Julio César (segundo emperador romano) quien prohíbe las religiones egipcia, judía e inclusive la cristiana; eliminando ha astrólogos e historiadores egipcios para evitar que el conocimiento se transmitiera a nuevas generaciones; sobre Tiberio el historiador Cornelio Tácito dijo en Anales Libro XV. 44.3…Aquel de quien toman nombre los cristianos, fue ejecutado en época de Tiberio; por el procurador Poncio Pilatos… Las paredes y hallazgos arqueológicos del templo de Karnak, demuestran una historia no revelada; en la puerta de uno de los templos interiores encontramos gravado un cartucho con el nombre de Tiberio Julio César. ¿Por qué dejar su nombre gravado, cuando destruyo la Escuela de los Misterios creada por Tutmosis III? Posteriormente la francmasonería específicamente el Rito de Menfis (The Sophisians), recupera antiguos secretos y profundiza el estudio de la Escuela de los Misterios egipcia. …El carbón posee una llama invisible en su interior, que emerge y asciende cuando es encendido; a este hecho lo llamo verdad… El ser humano al superar sus primeros tres años de vida, en su pensamiento prevalece lo simbólico. Al reconocer nuestra ignorancia sobre diferentes temas, demostramos 36
nuestra racionalidad y practicamos la verdad; por ello buscamos conocimiento. Esta búsqueda ha permitido al hombre responder dudas y superar expectativas; en general todos nos realizamos igual pregunta ¿De dónde venimos? ¿Quién nos creo? El catolicismo desde el Concilio de Cartago estableció el Pecado Original, prohibiendo y acosando todo lo contrario a sus preceptos religiosos, por miedo a perder adeptos. Muchos buscadores del conocimiento y la verdad como: Giordano Bruno, Wiliiam Tyndale, Copérnico, Kepler y Descartes fueron perseguidos y acusados de herejía. En la Antigüedad todos los sabios debían pasar por Egipto para ser legitimados: Tales de Mileto, Pitágoras, etc. Según Heródoto…hasta los dioses griegos, se refugiaron en Egipto… Débase agregar que Abraham vive en Egipto según Génesis 12:10; Jacob vivió en Egipto según Génesis 47:28, José uno de los doce hijos de Jacob vivió en Egipto (Génesis 39:1) llegando a ser virrey, tras la muerte de José en Egipto; Moisés se lleva sus huesos en el éxodo enterrándose en Siquem. En el templo de Karnak encontramos el obelisco de Hatshepsut, hija de Tutmosis I (XVIII dinastía) quien saca de las aguas y adopta ha Moisés (Moshé) Éxodo 2:5-10; según la cronología bíblica Tutmosis III reino justo antes del Éxodo, extendiendo las fronteras como ningún otro faraón; finalmente Moisés recibe las Tablas de la Ley en el Monte Sinai, también en Egipto. El cristianismo es una religión abrahámica, para los cristianos Dios habita en la montaña y habla desde las cumbres. El islamismo es abrahámico, y en la cueva de Hira ubicada en la montaña de Jabal al-Nur; Mahoma recibió las revelaciones de Dios. También el judaísmo es abrahámica, tras el cautiverio de babilonia Yahweh fue proclamado creador del universo; el Pentateuco explica que la montaña de Dios se denomina Monte Moriah (Génesis 22:14); para los francmasones el Templo 37
de Salomón se construye en el Monte Moriah (2 Crónicas 3:1). En el Olimpo vivían los dioses que regían al pueblo griego; Enoc describió como los Vigilantes, descendieron sobre el Monte Hermón. Entorno al año 360 a.C. Platón escribe los dialogos de Timeo y Critias; describiendo una montaña donde abundaba el Oricalco, en la que habitaban los dioses atlantes. Escritores como Estrabón y Posidonio, legitiman el relato de Platón; Plutarco cita ha Sonkhis y Psenophis sacerdotes egipcios de heliópolis, quienes estuvieron en la Atlantida; en 2015 en las costas de Gela al sur de Sicilia, fue hallado un barco hundido con 39 lingotes de Orichalcum. En 1669 el escritor jesuita Athanasius Kircher, cita a la Atlantida en su tratado geológico y geográfico llamado Mundus Subterraneus. Si a lo largo de la historia varias generaciones y culturas, ubican a los dioses en las montañas ¿Estarian todos errados? o ¿Se ha ocultado la verdad?
Cuando buscamos algo más que lo que nuestros ojos ven, y 38
tratamos de entender surge el esoterismo; aportando respuestas lógicas y coherentes. Y una gran interrogación ¿Destruirías tu fe interior o la renovarías? DESARROLLO: La ciencia se basa en la observación sistemática, el análisis y la experimentación; el entusiasmo de los nuevos descubrimientos, las invenciones y adelantos en la investigación científica en sus diversos campos; ha provocado un olvido de la metafísica, los valores, la ética y objetivaciones del espíritu, que forman el quehacer filosófico. ¿Qué puede ofrecernos la filosofía en esta época? Los buenos científicos para controvertir a los filósofos, primero los deben leer y entender. En estos tiempos la ciencia para mantener sus investigaciones dependen de la política y gobiernos; esto nos lleva a un conflicto ético…valerse de la ciencia, para lograr el monopolio de la verdad y la capacidad investigadora; significa una reducción de las posibilidades del hombre… En la antigüedad el término ciencia se refería a un conocimiento esotérico. La metalurgia actual, aprovecha la ciencia y la tecnología para obtener metales; pero la biblia posee 38 versículos sobre hornos de fundición; los primeros en entrar en la Edad del Hierro fueron los hititas en el área de Palestina y la biblia en Génesis 4:22…Zila dio a luz a Tubal-caín, forjador de toda obra en bronce y hierro; su hermana fue Naama…¿Qué conocimiento, permitió a los antiguos la extracción de los metales de sus fuentes naturales y su preparación para sus usos prácticos? La enseñanza esotérica, es una recapitulación sintetizada de las verdades científicas; que posee la humanidad en su ADN. La Societas Rosician In Anglia (SRIA), aporta respuestas que muchos francmasones buscamos tales como el Shem ha-mephorash, encontrándose parte de su conocimiento en todas las ramas de la francmasonería Rito Francés, Escocés An39
tiguo y Aceptado, Memphis Mizraim, etc. La escuadra representa la virtud y rectitud de los actos de un masón; y su ángulo de 90º=9 representa los límites que un francmasón no debe quebrantar. Cuando un francmasón alcanza el grado de maestro, posee el conocimiento básico para continuar su personal búsqueda en Societas Rosician In Anglia; profundizando en el antiguo saber de la Escuela de los Misterios. Al ser iniciado en ella recibe el nombre de Zelator, comenzando un viaje capaz de cambiar su ser interior; alcanzando observar las cosas desde una perspectiva diferente.
El conocimiento humano es ilimitado, cuando se alcanza no hay nada que temer; se rompen las cadenas que esclavizan, intimidan y amenazan, esa transformación o alquimia interior se 40
llama iluminación e innegablemente la filosofía constituye el pilar del conocimiento humano. Cuando se inicia el Zelator profundiza en la cruz de Fylfot, conocida como esvástica o suástica. Nombre que deriva de fower (fot), que significa cuatro patas o muchas patas. La Cruz mística está formada por cuatro letras gamma tercera letra del alfabeto griego cuyo valor es 3; 3x4= 12 dando respuesta al porque las doce tribus de Israel, los doce signos zodiacales, los doce procesos alquímicos, etc. Tenga en consideración que los signos zodiacales fueron relacionados con la masonería, el 26-11-1728 según consta en acta de Gran Logia de Inglaterra…La salud de los doce ayudantes, fue propuesta aludiendo a los doce Signos del Zodíaco…desde entonces forma parte del decorado de Templos, Salones y Joyas masónicas.
Débase señalar que la relación más directa de las Doce tribus 41
de Israel, con la francmasonería antigua o Rito de York; se encuentran en el Arco real y SRIA. Pero la relación entre los signos zodiacales – las doce tribus de Israel – los doce procesos alquímicos es anterior a la actual francmasonería. La gran obra de Paracelso fue la conocida como Tría Prima: Azufre (vitalidad), Mercurio (alma) y Sal (cuerpo material); empleando la alquimia como medicamento para luchar contra enfermedades. El alfabeto hebreo está compuesto por: tres letras madres (creación), siete letras dobles (siete planetas de la antigüedad) y doce letras simples (signos zodiacales). Las cuatro rotaciones que realiza el Zelator, forman la cruz de fylfot o esvástica, pasando del aire-tierra y del agua-fuego; creándose la cuadratura del círculo y cuatro escuadras. Entender la teosofía de la cábala, es un conocimiento esotérico que tradicionalmente requiere de iniciación. Sin embargo, transmitir información esotérica que antes estaba reservada a minorías permitirá a quienes buscan el conocimiento; comprender que la verdadera sabiduría debe experimentarse, no puede aprenderse leyendo un libro. El concepto de creación comprende tres elementos de la naturaleza y las tres letras madres Aleph (1), Mem (40) y Shim (300): Shim: Simboliza el espíritu y su energía en movimiento que describe una fuerza centrífuga, cabe señalar que la fuerza centrífuga es resultado de la inercia, y la tendencia de un objeto a seguir un camino curvo; la fuerza centrípeta es una fuerza que contrarresta a la centrífuga y evita que el cuerpo salga volando. El valor numérico de esta letra es 300, pero posee un valor pleno de 360 que en tradiciones antiguas constituía un año; en la actualidad el valor de 360 días para un año se sigue empleando en el llamado año comercial, usado para cálculos de intereses bancarios y descuentos. Mem: Evoca la idea de una matriz, representa el vientre de la 42
mujer y su don de dar vida; esta letra explica la fuerza centrípeta, que permite mantenernos e impulsa a la introspección e interrogarnos sobre nuestra conciencia. Por ello sugiere simultáneamente lo revelado y lo oculto. Aleph: Es una letra que carece de sonido y se pronuncia con ayuda de una vocal; por su silencio evoca el centro espiritual de donde se irradia el pensamiento, estableciéndose un vínculo entre los mundos superior e inferior por ello simboliza el Adam Qadmon (hombre universal). Por ello representa la unidad y la verdad divina, esa nada mística que surge al unirse el creador y su creación. El árbol de la vida posee cuatro mundos: Atsiluth (emanación), Beria (creación), Yetsira (formación) y Asiyah (acción); los cuales corresponden a las letras del Tetragramaton YHVH y a los cuatro elementos de la creación: aire, fuego, agua, tierra. Génesis 3:22…He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; que no alargue su mano y tome también del árbol de la vida, y viva para siempre…
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Hemos visto como los cuatro elementos sirven de enlace entre las letras madres del alfabeto hebreo, las letras YHVH (Yahveh) y la cruz de fylfot o esvástica. Estudiosos del gnosticismo, relacionan las letras YHVH con IAW-IAO-IAΩ que aparece en el manuscrito Septuaginta (4Q120) hallado en Qumrán. Cabe señalar que al llevar al hebreo Shem ha-Mephorash, se traduce en el nombre inefable.
La Biblia está compuesta por el Nuevo Testamento escrito originalmente en griego, y el Antiguo Testamento escrito en hebreo. Comprobamos que las letras Alfa y Omega son la primera y última letra del alfabeto griego; esto no está en conflicto con Aleph y Tav que son las primeras y últimas letras del alfabeto hebreo, también conocidas como Aleph-Bet. Los usos del de Alfa y Omega (principio y fin) en referencia a Dios, están contenidos en el Libro de Apocalipsis 22:13 del 44
Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento en Génesis 1:1 encontramos las letras Aleph y Tav (principio y fin) en referencia a Dios (Elohim); señalar que el Antiguo Testamento se compone del Pentateuco (Tanaj hebreo), también conocido como Mikrá o Biblia Hebrea (Toráh, Profetas y Escritos).
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El hebreo en su forma antigua es un lenguaje de pictogramas, convirtiéndose las letras en símbolos que ayudan a describir los conceptos; que aportan significado a las palabras comprobando que Alef está representada por un buey y Tav representada por una cruz. En la antigüedad el Sumo Sacerdote de Israel Aarón cuando realizaba el Shem ha-mephorash, empleaba el Jóshen (pectoral adornado con doce piedras) y dos piedras llamadas Thumim y Urim, cuyos nombres en hebreo empiezan con las letras Alef y Tav (Éxodo 28:30; Levítico 8:8; Deuteronomio 33:8). El Sumo Sacerdote de Israel usaba a Thumim y Urim, para obtener respuestas a preguntas formuladas a Yahveh.
La orden SRIA aporta un estudio filosófico profundo de la cábala y el Árbol de la Vida, por ello sus grados están relacionados con los Sefirot; comprendiendo que el 2º grado Theoricus se vincula con el noveno sephirah Yesod (2=9) y su elemento es el aire. Existen cuatro caminos para llegar a Yesod, definidos por letras hebreas y valor numérico: Tsadeh (90) + Tav (400) + Reish (200) + Mem (40) = 730= 10=1 (Alef) empleando la gematría obtendríamos la palabra invocar, que define los caminos a Yesod. 46
La numerología es el estudio del significado oculto de los números. La invención de la escritura supuso un avance intelectual para el ser humano, al poder disponer de fuentes escritas perdurables para estudiar los hechos históricos. Sin embargo, la invención de los números cambió la existencia de los seres humanos; porque se surgió de la escritura. Las primeras evidencias de registros numéricos, las hallamos aprox. del 20.000 a.n.e. el Hueso de Ishango, hallado en el Nilo frontera de Uganda y la República del Congo. CONCLUSIONES: ¿Qué es el Delta Luminoso, Ojo que todo lo ve u Ojo de la Providencia? ¿Quién es el GADU o Gran Arquitecto del Universo? Cuando visitamos un templo masónico, catedral gótica, iglesia, etc. existe un símbolo recurrente empleado por diversas 47
culturas desde épocas ancestrales. El delta es la cuarta letra del alfabeto griego, desciende de la palabra daleth. El triángulo equilátero es símbolo universal del número tres; con la punta hacia arriba representa las montañas y el elemento fuego, con la punta hacia abajo las cavernas. Clara alusión a Shaddái.
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¿Qué respuestas aporto Egipto, a la masonería operativa y especulativa? Diversos ritos masónicos se han dedicado a la búsqueda y estudio del Árbol de la Vida, Astronomía, Filosofía, Alquimia, etc. para alcanzar respuestas al nombre inefable; como el Rito de Arquitectos Africanos (1767), Rito Primitivo de Filadelfos (1780), Rito de Memphis (1784), Rito de Iniciados Perfectos de Egipto (1785) y la Orden de Sophisian (1800); todos encontraron en Egipto respuestas.
¿Por qué en la actualidad los certificados de SRIA, poseen tres obeliscos y tres letras hebreas en sus bases? Literalmente la palabra YHVH (Yahveh) está formada por tres letras, una se repite: YHVH= Yod (10) + Hei (5) + Vav (6) = 21 Shin vigésimo primera letra del alfabeto hebreo. La letra Shin simboliza la llama eterna; la raíz del Árbol de la Vida, los tres caminos de la Cábala Hebrea, una de las 3 letras madres; el sello del creador. La Shin conecta al Cielo y la Tierra 49
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(Yesod con Maljut), haciendo que el Espíritu Divino descienda en el hombre. Es la primera letra del nombre Shaddai, por el cual conocieron al creador Abraham, Isaac, Jacob y el pueblo de Israel en esa época (Éxodo 6:3; Números 24:4; Job 5:17; 6:4; 32:8). La raíz de la palabra Shaddái es shadad significa destruir, génesis 17:1…Yo soy el todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto…. …La muerte es la puerta de la vida… el conocimiento de nosotros mismos, nos permite comprender un conocimiento universal; cuya realización es la Verdad Absoluta. En antiguas civilizaciones como la egipcia Anubis y Osiris estaban asociados a la vida y la muerte, considerándose que habitaban en la montaña El-Qurn (Ta Dehent) en la cordillera de Tebas; para los sumerios y acadios sus dioses habitaban en la cima de las montañas, como Ninhursag y Enlil cuyo hogar era el é.kur (casa montaña); para los griegos la morada de los dioses se encontraba en la cima del Monte Olimpo.
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Moisés recibe los mandamientos en el monte Horeb (Éxodo 24:12); según la Torá Hebrea el monte Hermón, el Gerizín y el Eval; forman el triángulo llamado Segoltá. Fue del Monte Hermón, donde descendieron los ángeles que juraron cumplir su destino (Henoch 6:4); para los francmasones el Monte Hermón simboliza el amor fraternal (Salmo 133).
Por lo dicho el Shaddái era Dios Supremo o Todopoderoso, reflejo de omnipotencia. Los volcanes inactivos o durmientes son símbolos de belleza, poder, grandeza y el dominio de Shaddái; pero pueden despertarse inesperadamente, entonces su capacidad destructiva resulta impredecible e incalculable por el hombre. Es cuanto se ha de decir.
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NOSTRADAMUS Y EL CORON
Herbert Oré B
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NAVIRUS: NUESTRA OPINION
Belsuzarri 33°
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NOSTRADAMUS Y EL CORONAVIRUS: NUESTRA OPINION Herbert Oré Belsuzarri 33°. Michel de Nostradamus, el vidente más renombrado y famoso de cuantos han sabido interpretar los astros, nació en Saint-Rémy-de-Provence, al sur de Francia, el año de1503, un jueves 14 de diciembre, hacia el mediodía. Su padre fue notario de aquel lugar; sus abuelos paternos y maternos eran profundos conocedores de las ciencias matemáticas y de la medicina. La familia de Nostradamus, según algunos, era de origen judío, de la tribu de Isacar, convertidos al cristianismo. Por ello dicen que recibió directamente de sus abuelos el conocimiento de las ciencias matemáticas; y en el prólogo de sus Centurias él mismo afirma que ellos le transmitieron el don de predecir el futuro. Su bisabuelo materno, le habría infundido, casi como juego, el gusto por las ciencias de los astros, Nostradamus fue enviado a Aviñón para cursar letras y formarse en humanidades. Desde Aviñón el joven estudiante pasó a Montpellier, donde frecuentó la célebre universidad estudiando en sus aulas medicina, hasta que una grave pestilencia, declarada en las regiones de Narbona, Tolosa y Burdeos, le dio ocasión de poner al servicio de los apestados el fruto de cuanto había aprendido durante sus estudios. Tenía 22 años, después de haber ejercido la medicina durante cuatro años y le pareció oportuno volver a Montpellier para titularse de doctor. Pasando por Tolosa, llegó a Agen, ciudad situada a orillas del Garona, donde Julio César Scaliger le retuvo. Era este hombre un erudito y un verdadero mecenas. Nostradamus tuvo con él una extraordinaria amistad que más tarde se tornó en oposición, discordia y divergencia. En ese período se casó con una joven de la alta sociedad, tuvo dos hijos: un niño y una niña. 56
Murieron los tres y Nostradamus tomó la decisión de instalarse definitivamente en Provenza, su tierra natal. De vuelta a Marsella, se instaló en Aix-en-Provence, parlamento de la región, donde ejerció durante tres años un cargo público ciudadano. En 1546, cuando la peste azotó terriblemente aquella zona se fue a Salonde-Crau, pequeña ciudad que dista de Aix una jornada de camino hasta Aviñón y media jornada hasta Marsella. Contrajo segundas nupcias; y fue aquí, donde, previendo los grandes cambios y las trágicas convulsiones que perturbaron luego y revolvieron a toda Europa, comenzó, lleno de exaltada inspiración e invadido de un frenesí irresistible, la redacción de las Centurias. Los presagios los guardó por mucho tiempo en secreto, creyendo que la naturaleza insólita del argumento le acarrearía calumnias, envidias y ataques muy ofensivos, como luego sucedió. Convencido de que los hombres sacaran algún provecho de sus predicciones, las dio conocer. El rumor que suscitaron fue inmediato y grande, y corrió su fama de boca en boca, sintiendo por el vidente y por su obra una extraordinaria admiración. Esta fama impresionó tanto a Enrique II, Rey de Francia, que en1556, mandó llamar al vidente a la Corte. Después de que revelara un cierto número de acontecimientos importantes que habían de suceder, recibió numerosos presentes y se volvió a su Provenza natal. Años más tarde, en 1564, Carlos IX que visitaba las provincias a quienes concedió la paz, que contra él se habían revelado, no quiso dejar de visitar al profeta e insigne héroe, mostrándose para con él tan generoso, que lo honró con el cargo de consejero y le nombró médico suyo en la Corte. Cuantos venían a Francia desde fuera, se proponían como objetivo ir a visitarle. Cuando vino a verle Carlos IX, Nostradamus, 57
había sobrepasado los 60 años, estaba muy envejecido y se hallaba gravemente debilitado por las dolencias que le atormentaban desde hacía mucho tiempo, la artritis y la gota que minaban su salud. Murió el día 2 de julio del año 1566, poco antes de salir el sol, después de una crisis que le duró ocho días y que le causó un acceso de hidropesía consecutivo a un ataque agudo de artritis. Se dice que conoció anticipadamente el día de su tránsito y la hora exacta pues él había escrito, de su puño y letra, en las Efemérides de Jean Stadius, estas palabras en latín: Hic prope morn est, es decir: “Mi muerte está próxima”. Sobre su sepulcro se esculpieron las palabras de un epitafio en latín; traducida dice lo siguiente: “Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel de Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo”. El estudio constituía para él una verdadera vocación y aun cuando su edad -porque era todavía muy joven- lo hiciese vulnerable a las seducciones de una vida desordenada y licenciosa, demostró desde el principio una clara tendencia y un verdadero amor a cuanto era introspección y búsqueda de la verdad, ajeno a cualquier tipo de ambición personal. En la ciudad de los Papas –Aviñón- el joven Michel alternaba su tiempo en dos actividades principales: los deberes escolásticos y la observación del firmamento estrellado que, desde siempre, había ejercido en él una extraordinaria fascinación. La matemática, la astronomía y la astrología le eran materias muy conocidas, hasta tal punto familiares que podía discutir con profundo conocimiento y perfecta competencia ante cualquier auditorio, que siempre quedaba cautivado. A este primer período de estudio en Aviñón siguió el segundo en Montpellier, a donde se trasladó Michel para seguir en su 58
universidad los cursos de medicina. Por entonces, Montpellier gozaba de extraordinario renombre gracias a su facultad de medicina, conocida dentro y fuera de los confines de Francia: era lógico, pues, que Nostradamus frecuentase aquella universidad y prolongase allí su estancia hasta conseguir su doctorado. Para ello necesitó tres años que aprovechó con extraordinaria aplicación; durante los cuales se hizo dueño y señor de los secretos del cuerpo humano, como más tarde lo hará con los del espíritu. La Naturaleza ejercía sobre él auténtica fascinación; y no se conformó con ser médico, sino que decidió profundizar sus propios conocimientos en el campo de la herboristería y de los remedios que de las hierbas y de las plantas pudieran obtenerse. Empezó entonces a recorrer todo el país de comarca en comarca para estudiar su flora.
En la Edad Media y durante el Renacimiento, Europa fue devastada en varias ocasiones por la peste: “la bestia selvática”, como la definió el médico Galeno. En el correr de cuatro siglos 59
desencadenó unos treinta y dos ataques contra el continente Europeo, entre los que se cuenta el tristemente famoso de la “peste negra”, que duró dieciséis largos años (1334-1350) y que exterminó 25 millones de europeos, una cuarta parte de la población total del continente. Al igual que los demás doctores, también Nostradamus lucho contra la enfurecida peste, prestando eficacísima ayuda a los desventurados que se debatían entre las garras del terrible morbo. Había en nuestro doctor un algo de taumatúrgico que hacía que, a su paso, se obrase el prodigio de la salud. Él ha dejado escritas unas palabras relativas al modo como curaba el mal, en un tratado suyo. No es posible hoy, a tantos años de distancia, saber si su medicamento produjo efectos como para considerar a Nostradamus vencedor del terrible azote; pero sí es cierto que: Nostradamus tuvo fama de excelente médico, por la extraordinaria erudición de su ciencia, así como también por el espíritu misionero con que la ejercía. Los africanos, que durante tantos lustros acudieron a Lambaréné, donde el gran doctor blanco Albert Schweitzer Obraba tan admirables portentos de curaciones físicas y de amor, estarían tal vez en mejores condiciones para entender el gran prodigio realizado por el vidente. Sus compatriotas supieron mostrarle su gratitud, bien merecida por cierto: a su paso, la gente se echaba a sus pies y bendecía su nombre; y esta fama de bienhechor y de salvador le precedía y le acompañaba por toda la Próbenza. Cuando terminó la terrible plaga, Nostradamus fue honrado con el público reconocimiento y colmado de honores por quienes, gracias al insigne doctor, se habían salvado. Pero ni el oro, ni las riquezas, ni la fama podían hacer mella en su ánimo totalmente entregado a la búsqueda de la verdad y a la investigación del misterioso arcano de la vida. Transcurrido, pues, algún tiempo, volvió a su retiro, estableciéndose entonces en la ciudad de Aix. Allí reanudó su labor de médico y, al mismo tiempo, volvió a ocuparse de la herboristería, de la cosmética y de los bálsamos, a preparar jarabes y confituras, esencias y extractos que le 60
aseguraron la imperecedera gratitud de cuantos los utilizaron. La vida se deslizaba tranquila y serenamente y el doctor Nostradamus tomó por esposa a una joven doncella. Su casa pudo regocijarse pronto con el nacimiento de dos hijos que vinieron al mundo, uno tras otro en el espacio de pocos meses. Entonces el fuego de la ciencia, el anhelo de escudriñar los secretos de la vida y de la muerte parecían en él decisivamente adormecidos. Las enseñanzas que desde su más tierna infancia le habían transmitido los ancianos de su familia, su capacidad de escrutar el firmamento estelar, con aquella agudísima vista de quien sabe interpretar el camino de los astros y prever, por su curso, los futuros acontecimientos del mundo, parecían en aquel entonces momentos lejanos de otra persona. Una respetable profesión, un vivo amor por el prójimo, y una familia, parecían ser suficientes motivos para evitar que reanudase su interés por la ruta de las estrellas. Pero nada detiene las predestinaciones que marcan al hombre. Oponerse al destino es imposible, porque equivaldría a torcer el curso de los astros o a detener la impetuosa corriente de los ríos. Así sin darse cuenta de ello y sin proponérselo, se vio empujado por los acontecimientos a reanudar el camino de las predicciones. De pronto, su vida sufrió un cambio sustancial: la muerte llamó a su puerta y le arrebató de golpe a toda su familia, que tan afectuosamente le rodeaba. Cómo y por qué ocurrió esta grave desgracia, nadie ha podido hasta ahora averiguarlo. Pero sabemos que la vida de Nostradamus dio un vuelco definitivo y éste se entregó, desde entonces, a una actividad completamente distinta. Dejó la ciudad de Aix, que despertaba en su ánimo recuerdos demasiado dolorosos, y se estableció en Salon, alojándose en una casa construida en una plaza tranquila. Aunque seguía ejerciendo su profesión de médico, pasaba mucho tiempo en una especie de extraña contemplación que a veces provocaba ciertas dudas sobre sus facultades mentales. Si no hubiera sido por 61
la fama de excelente médico que le aureolaba, sus ciudadanos habrían creído que sus potencias y facultades, tan extraordinariamente desarrolladas en él, habían disminuido peligrosamente e, incluso, que se habían alterado. Pero, por el contrario, su reputación de astrólogo y de vidente empezó a crecer de día en día y le situaba en un plano muy diverso ante la gente que tenía contacto con él. La vida del doctor Nostradamus, el mago de Salon, transcurría tranquila, libre de cualquier desorden. Día tras día visitaba a sus enfermos y les ofrecía el consuelo de su taumatúrgica sabiduría que, al parecer, podía realizar cualquier clase de milagro. La gente de Salon se había acostumbrado a verle pasar por calles y plazas cubierto con su larga capa negra agitada por el viento. Con estima y respeto, no dudaban en detenerle pare consultarle los más diversos problemas. Tal era realmente su fama que todos le tenían por un gran sabio en el más completo sentido de la palabra; y así cualquier asunto que se desease aclarar, cualquier problema que le preocupase, le era expuesto inmediatamente para escuchar sus sabios consejos. Él tenía la respuesta más exacta y el remedio más apropiado para todos los males. A partir del año 1555 Nostradamus empezó a escribir sus propios vaticinios en forma de cuartetas; y puesto que cada libro contenía exactamente cien de estas breves combinaciones métricas de cuatro versos, los llamó Centurias. Tan extendido estaba en aquella época el arte de la magia que a nadie atemorizaba la lectura del futuro. Pululaban por pueblos y ciudades un sinfín de hábiles vaticinadores de la suerte que hallaban, con suma facilidad, un público dispuesto a escucharles y que les entregaba, como recompensa, alguna moneda de oro o de plata, con tal de que se les anunciase sucesos favorables y les tranquilizara ante las densas sombras del futuro. Nostradamus no pertenecía a esta ralea de falseadores char62
latanes ni sacaba provecho alguno de sus predicciones. La luz se encendía en él y penetraba en los misterios del futuro; no era, pues, fruto de improvisadas charlatanerías. Completamente solo, en el silencio de la noche, Nostradamus se acomodaba en el sillón, rodeado de los instrumentos que utilizaba y de los textos en los que bebía su misteriosa ciencia astronómica. Se extendía, ante sus penetrantes ojos, la bóveda celeste que él contemplaba a través de la ventana: aquel firmamento estrellado tenía para él pocos secretos y en aquellos innumerables cuerpos celestes leía como en un inmenso libro abierto. Mas no siempre es agradable este privilegio porque ocurre, algunas veces, que aquello que está escrito en las misteriosas páginas de los astros no corresponde a los deseos y a los intereses de quienes tienen la llave para interpretar sus signos. Nostradamus leyó en la bóveda celeste un futuro doloroso para sí y para sus seres más queridos: la esposa y sus dos hijos serían pronto presas de la muerte y envueltos en las frías tinieblas de la tumba. Y cuando se cumplió puntualmente aquel trágico vaticinio, Nostradamus, impotente, se vio obligado a aceptar la decisión de un destino que se le había dado a conocer, pero en el que no podía intervenir para detenerlo. Entonces su vida se vio bruscamente trastornada y el sabio tuvo que pagar un duro y penoso tributo a la notoria fama de su nombre. Las crónicas de su vida nos dicen que viajó durante mucho tiempo por lejanos países. En el año 1556, poco después de la primera edición de las siete primeras Centurias, Nostradamus se trasladó a Italia, y en Roma fue recibido por el Santo Padre. Durante este viaje se detuvo algún tiempo en Turín. Después de sus viajes por el extranjero Nostradamus se instaló de nuevo en Salon y reanudó su vida de siempre; sin embargo, su fama había crecido hasta tal punto que príncipes y reyes, ricos y poderosos, acudían a él para interrogarle sobre los acontecimientos futuros. Transcurrieron los años y las profecías de Nos63
tradamus se cumplieron con inexorable puntualidad: la conjura de Amboise, el levantamiento de Lyon y la muerte de Francisco I son otros acontecimientos vaticinados por el sabio vidente. En el decurso de los años Nostradamus salió con menos frecuencia de Salon, ya que su quebrantada salud no le permitía fatigosos desplazamientos. Por esta razón, quienes deseaban consultarle sobre algún tema acudían a él, en Provenza. El 17 de octubre de 1564, llegó a las puertas de la ciudad donde vivía el mago un lujoso cortejo; cuando los prohombres salieron para presentar su homenaje a los ilustres visitantes, les salió al encuentro el propio rey Carlos IX en persona, que venía a consultar.
¿Qué son las Centurias? Puede decirse en pocas palabras: Así como un libro está dividido en capítulos y un poema en cantos, de la misma manera las profecías del vidente de Salon están divididas en Centurias, cada una de las cuales contiene un número variable de cuartetas (originariamente habían de ser cien 64
por Centuria) en las que se da siempre una rima, forzada algunas veces, y en las que, en la mayor parte de los casos, no puede decirse que haya un nexo lógico de tiempo y de lugar y, sobre todo, una claridad de interpretación que las haga fácilmente inteligibles y nos dé a conocer exactamente el tiempo en que se realizarán los acontecimientos vaticinados. Se dice hoy que son doce las Centurias, pero sólo las diez primeras son, sin lugar a dudas, de Nostradamus. La primera edición de estas diez Centurias vio la luz en 1555, por obra de un editor de Lyon. Después, las sucesivas ediciones que han aparecido en diversas épocas han presentado, añadidas a las diez Centurias, un cierto número de nuevas cuartetas proféticas y, concretamente, cuatro cuartetas añadidas a la Centuria VII, seis a la Centuria VIII y una a la Centuria X. Sólo dos cuartetas han formado la Centuria XI y once la Centuria XII. No se sabe con certeza cuál es el origen de estas cuartetas, posteriormente insertas en la obra profética del mago de Salon. En esta cuestión, sólo podemos aventurar hipótesis. Así, algunos investigadores afirman que, al morir Nostradamus, se hallaron entre sus papeles un cierto número de profecías, escritas ciertamente por él y que, por tanto, podrán añadirse a las suyas propias. Otros, por el contrario, las han atribuido a quienes nada tenían que ver con el vidente y las consideran, por consiguiente, apócrifas. Pero los versos con los que comienza el fascinante y cautivador misterio de las predicciones. La imagen por ellos evocada es altamente sugestiva, y resulta fácil reconstruir, a través de las palabras empleadas por el profeta, la atmósfera tan separada del mundo en la que nuestro mago ejercía su facultad adivinatoria. En el tranquilo refugio de su morada, donde se agolpaban durante el día ilustres o modestos visitantes que acudían para consultar a Nostradamus en su doble calidad de médico y de profeta, solía él encerrarse a altas horas de la noche en su 65
propio estudio. El sabio guardaba aquí, con preciado cuidado, libros y manuscritos valiosos y curiosos objetos relacionados con sus exploraciones astrológicas, plantas y hierbas útiles para su labor de médico: retortas, alambiques, vasos de cristal en los que destilaba preparados e infusiones destinados a sanar el cuerpo y a darle, independientemente de la edad, la fuerza y el vigor; astrolabios y espejos mágicos que el sabio utilizaba para explorar el porvenir, habitualmente impenetrable para el común de los mortales. Preciosos talismanes, medallas, sellos y sagrados amuletos constituían para él otros tantos instrumentos de poder sobre la misteriosa fuerza de lo ultrasensible. Las claras noches estrelladas en las que el firmamento de los astros parecía un inmenso y maravilloso libro abierto de par en par ante los hombres, mientras el silencio envolvía misteriosamente todo -cosas y personas-, Nostradamus se acomodaba en un asiento de cobre (o de bronce) y, después de haber cumplido los ritos sagrados que exigían el uso de una banqueta mágica (la varilla que el vidente menciona en la cuarteta) y algunas ceremonias de purificación, veía materializarse ante sus ojos, y bajo la forma de una exigua llamita, la evocación iluminadora, gracias a la cual el Señor Dios suscitaba en él la visión profética de los acontecimientos. La minúscula llama danzaba en la oscuridad y brillaba con el resplandor del agua lustral, recogida en un barreno de cobre. El reverbero de la llama atenazaba los ojos del profeta y su mente caía en un estado de trance por el que no sólo descubría, en el fondo del futuro, un sinfín de hechos y de sucesos lejanos, sino que percibía asimismo sonidos y voces como si fuesen verdaderamente reales, hasta tal punto que los personajes, protagonistas de los eventos que él preveía, se agitaban vivos ante él y parecían no tener secretos para el gran vidente. Y la voz de Dios, era percibida por él con claridad, pero que parecía salir de los amplios pliegues de su manto, le ilustraba los hechos que desfilaban ante sus ojos y a los que él mismo, como invitado de honor, asistía, invadido siempre de un cierto reverencial respeto de un santo y tranquilo temor. Como 66
sentía un irreprimible deseo de legar a los demás un recuerdo perenne de lo que él había conocido sobre el futuro, Nostradamus tomó nota de todo “modelando el borde y el pie de lo que no se cree en vano”, o dicho en otras palabras: encerrando en los versos de sus proféticas cuartetas, lo que su mente había descubierto escudriñando en el porvenir. Las exiguas tirillas de papel en las que Nostradamus escribía sus herméticos versos rimados, se amontonaban junto a él y abrían rumas de interrogantes para quienes, andando el tiempo, los examinarían con ojos puramente humanos. Por desgracia para nosotros, muy pocas de las cuartetas que compuso el gran vidente poseen la relativa claridad de las dos primeras con las que comienza la obra; y de ahí la dificultad de la interpretación. Fiel al convencimiento de que el porvenir no había de ser claramente desvelado a la mayoría de los hombres y temeroso de que los tesoros de su profecía fuesen despreciados y conculcados, como perlas echadas a los puercos, Nostradamus compuso una obra asequible sólo a un corto número de iniciados. Todo lo que de extraordinario y portentoso realizaba Nostradamus en los cuerpos y en las almas de cuantos a él acudían, porque le consideraban un eminente sabio y un gran profeta, lo atribuían sus envidiosos y denigrantes adversarios a Satanás y a inspiraciones diabólicas; sus propios admiradores sentían un cierto temor reverencial ante sus prodigiosas facultades. Nostradamus era un hombre recto, honrado y apreciado y de extraordinaria caridad, nadie lo ponía en duda; pero de dónde le provenía aquel notable poder que le distinguía de cualquier otro ser humano, nadie, rico o pobre, sabio o ignorante, había atinado a descifrarlo. Nostradamus nunca dejó de ser hombre de su tiempo y, por consiguiente, sabía muy bien que los severos censores ministros de la Inquisición habrían podido averiguar fácilmente sus 67
actos e interpretarlos maliciosamente en caso de que los rumores y las veladas insinuaciones hubiesen sido graves a insistentes o hubiesen hallado en sus escritos siquiera la más leve sospecha o prueba de algo que consideraban punible. Existían, además, otros motivos de justificación de su siempre extremada prudencia: el primero y principal era el de aparecer profeta de terribles desventuras.
El hecho de predecir los sucesos más trágicos de historia de la Humanidad con palabras fácilmente comprensibles habría levantado contra él toda la opinión popular y se hubiese visto condenado a la cárcel o a la muerte. Los profetas de desventuras, según nos enseña la Historia, nunca han sido bien recibidos; y se sabe que la gente prefiere precipitarse en el abismo, desconociendo a ignorando lo que les va a suceder, antes que conocer la desgracia que les espera. Nostradamus sabía muy bien todo esto y así prefirió ocultar sus profecías a la gran masa de los hombres, dejándolas voluntariamente enigmáticas y nebulosas y confiando sólo en un reducido número de iniciados capaces de comprenderlas y, llegado el caso, de explicarlas. 68
Esto explica el lenguaje hermético y oscuro al tratar del porvenir de Francia, su querida Francia, y que no fuera tan impenetrable al hablar de otros pueblos y naciones. Para conseguir el oportuno grado de misterio, el escritor-profeta redactó sus cuartetas no sólo en francés arcaico para aquella época, sino que también lo mezcló con palabras alemanas, españolas, italianas, provenzales, y neologismos que tomaba de raíces griegas y latinas, o anagramando los nombres más conocidos de aquella época. Así, Francia se transforma a veces en sus versos en Nercaf o Cerfan, París en Rapis o Sipar; Henric se presenta con la grafía Chydren; Mazarin se cambia en Nizaram y Lorrains toma la forma de Norlais. Con la grafía “Phi” indica el nombre de Felipe; Estrage se convierte en Estrange, es decir extranjera, y de signa con este nombre a la reina María Antonieta, esposa de Luis XVI, aunque él transforma la palabra en Er gaste. El estudio comparativo y atento de las muchas ediciones de las Centurias, permite asegurar que algunas grafías de palabras, consideradas sucesivamente por los comentaristas como errores del autor o del editor que las publicó, son, en cambio, inexactitudes expresamente queridas por el autor para velar sus profecías. Es razonable que después de hablar de Nostradamus y de sus excepcionales dotes de vidente, sintamos curiosidad y tengamos un vivísimo deseo de poder “leer”, a través de sus cuartetas, los eventos humanos que él predijo. En diversas épocas, insignes investigadores y oscuros comentaristas han estudiado las Centurias, intentando esclarecer por todos los medios a su alcance el sentido arcano de las frases contenidas en aquellos versos. En muchos casos los resultados han sido satisfactorios; en otros, por el contrario. Si bien costosos y estimables, a nada esclarecedor han conducido y las frases han conservado su secreto intacto; sólo desaparecerá el enigma cuando un acontecimiento histórico ofrezca a los estudiosos la clave que muestre su mecanismo. De entre sus profecías, la primera que maravilló extraordinariamente a sus contemporáneos fue la que hizo Nostradamus 69
refiriéndose a su propia muerte. La vida terrenal del gran profeta se extinguió en Salon, el día 2 de julio de 1566, un poco antes de la aurora, como consecuencia de un ataque de artritis y gota que había degenerado en hidropesía. Pero la profecía que le valió, por sí sola, fama y notoriedad mientras aún vivía, fue la que consta en las Centurias y se refiere a Enrique II, Rey de Francia y esposo de Catalina de Médicis, en la cuarteta treinta y cinco de la Centuria I. Esta cuarteta consigue dar, con viveza excepcional y concisión admirable, todos los detalles de la muerte del Rey; no es de maravillar, pues, el asombro que suscitó al aparecer públicamente este vaticinio. A simple vista podría parecer incluso absurda, ya que un rey nunca se batía en duelo; no obstante dio mucho que pensar a cuantos estaban junto a Enrique. En junio de 1559 Enrique II se hallaba en París; se acababa de firmar el Tratado de Chateau-Cambrésis que ponía fin a las discordias entre España y Francia. Por él el soberano francés renunciaba a sus miras sobre Italia y restituía las tierras del Duque de Saboya, a quien había concedido, además de consolidar su situación política fuera de sus fronteras, la mano de su hermana Margarita. Y a Felipe II, viudo de María Tudor, habíale prometido por esposa a su jovencísima hija Isabel. La Corte francesa festejaba aquellos esponsales y se había organizado, en aquella ocasión, un brillante torneo en la plaza que se extendía ante el palacio real, en aquel entonces palacio de los Torrejones (Tournelles). El 30 de junio el Rey bajó al campo vestido con una magnífica armadura, con el propósito de batirse en combate individual a caballo contra tres adversarios por lo menos. El primer caballero con quien compitió el Rey fue Manuel Filiberto de Saboya; el segundo, el Duque de Guisa, y el tercero era Gabriel Montgomery, joven a impetuoso combatiente, comandante de la guardia del Rey. Uno tras otro, los asaltos se desarrollaron normalmente y las tres lanzas que el Rey había recibido terminaron 70
rotas en el polvo. Un sentimiento de alivio pareció llenar el corazón de la multitud que había acudido a la plaza para presenciar el combate, y los íntimos del Rey se dijeron que el peligro estaba ya superado. Se relajó con ello la tensión, pero Enrique, no satisfecho con su triple victoria, no se alejaba del circo, dando a entender con sus gestos que deseaba repetir el asalto con el último de sus adversarios, el Conde de Montgomery, que antes había inferido al Rey un golpe tan fiero que faltó poco para derribarle. De nuevo en el campo, los caballeros se colocaron uno enfrente del otro, preparados para una nueva lucha, en medio de un profundo silencio, roto solamente por el furioso galopar de los cabellos. Calada la visera de la armadura y dirigida la lanza contra el adversario, cargaron impetuosamente el uno contra el otro. En un abrir y cerrar de ojos se cruzaron las lanzas y la del joven Montgomery, partida en pedazos por el certero golpe del Rey, voló, otra vez, por los aires hasta el polvoriento suelo. Nada trágico había ocurrido y de momento se pudo pensar que era falsa la negra profecía, desmentida por la realidad. Sólo faltaba un detalle, un insignificante detalle: cumplir la regla que ordenaba que los dos caballeros, echadas las armas, volviesen al punto de partida. Pero Montgomery, desarmado, no dejó la esquirla o pedazo que sostenía aún en su mano, sino que, al contrario, lo cogió con más fuerza y, al pasar junto al Soberano, con aquel tronco muñonero fue a chocar contra la visera del Rey -la jaula de oro de la que había hablado Nostradamus-, la levantó en parte y, habiendo hallado expedito el camino, fue a clavarse en el ojo saliendo trágicamente por el oído. Enrique permaneció inconsciente durante cuatro días, y al cabo de once murió en medio de terribles dolores. La profecía de Nostradamus se había cumplido punto por punto y el propio Rey moribundo la recordó, añadiendo que nadie podía hurtarse a su propio destino. Tras la muerte de su esposo, Catalina de Médicis vio realizada la segunda profecía que Nostradamus le había hecho, cuando su hijo Francisco II ciñó la corona de Rey de Francia. El 71
mago de Salon más de una vez había escrutado los abismos de las estrellas para sondear el destino de los hijos de Catalina y responder a los insistentes ruegos de la ambiciosa Reina. Por lo que cuentan las crónicas de aquella época, la profecía que él hizo a propósito del destino de los príncipes fue una de las más famosas sesiones mágicas que recuerda la historia. A altas horas de la noche, en el salón hexagonal de la torre del castillo de Chaumont, el mago de Salon invocó la presencia del Ángel de la Muerte. Acudió puntualmente el fatal personaje y rompió con su presencia los halos o círculos que sucesivamente, por orden de edad, hicieron durante la célebre sesión las sombras de los hijos de Catalina, ataviados con las insignias reales. Cada halo correspondía a un año de reinado y la marcha espectral se interrumpía en la fecha fijada por Anael, el Ángel de la Muerte. El mago respondió a la Soberana (que le pedía cuentas de lo que él veía) que los votos y deseos de ella serían absolutamente cumplidos, porque todos sus hijos -sus tres hijos- ocuparían el trono de Francia. Lo que él se calló fue este detalle: que los tres hermanos se sucederían en el trono en un pequeño espacio de tiempo, relativamente breve, y ello porque una temprana muerte los arrebataría en la flor de su edad, uno tras otro, como así sucedió. Transcurrido sólo un año de reinado, Francisco II murió después de una breve dolencia, tal como había vaticinado el vidente en una de sus cuartetas. La Corte experimentó un nuevo estremecimiento de horror y se difundió el pánico entre los dignatarios que veían en el gran amigo de la Soberana un infalible vaticinador de desventuras. Carlos IX sucedió a su hermano Francisco en el trono de Francia; era aún un niño y su madre fue regente hasta la mayoría de edad del Rey; pero habiendo muerto también el segundo hijo de Catalina, tal vez de remordimiento por no haber sabido oponerse a la terrible matanza de la noche de San Bartolomé, ocupó el trono su hermano Enrique III, que volvió a la patria desde las lejanas tierras de Polonia, donde había aceptado ceñir la corona de Segismundo. Pero murió también este Rey, asesinado por un fanático, Jaime Clement, 72
y Nostradamus hizo también para él un presagio, el que está señalado con el número 58 y referido al año 1561, mientras que en realidad el regicidio tuvo lugar en 1589: “El rey-rey no es ya (causa) la perniciosidad del Duce”. Y un comentarista del vidente destaca que el doble substantivo empleado para Enrique III recuerda su doble corona, la de Polonia y la de Francia, y el nombre del Duce ha de entenderse como sinónimo del apellido del asesino Clement. Desde la muerte de Nostradamus hasta nuestros días, la historia se ha encargado de registrar una serie de hechos importantísimos para todos los países europeos. Si, por ejemplo, nos limitamos a las vicisitudes por las que ha pasado Francia, vemos que esta grande y poderosa nación, que desde hace muchos siglos ha cumplido la misión de guía, no sólo ha marcado con una impronta personalísima todos sus actos civiles, políticos o sociales, sino que con dos epopeyas trágicamente señeras ha cambiado, probablemente, el curso de la historia imprimiendo primero a Europa y después al mundo entero un giro “determinante”. Nos referimos a la Revolución de 1789 y al advenimiento de Napoleón Bonaparte.
De la Revolución Francesa, lo que dice Nostradamus es bastante incompleto, si bien hay algunas cuartetas con claras referen73
cias a la grave convulsión social, política y religiosa que en ella tuvo su origen. En pocos versos cita expresamente el nombre del lugar, Varennes, donde el Rey Luis XVI fue detenido cuando intentaba huir, disfrazado, para eludir la guardia revolucionaria que buscaba capturarlo. Es más, el vidente da, con ligerísimas variantes, el nombre de la persona que lo reconoció y denunció a los revolucionarios.Y nos parece que estos detalles no pueden atribuirse a puras y simples coincidencias. Vendrá de noche por el bosque de Refines Dos partes criado Herne la piedra Blanca, El monje negro en gris dentro de Varennes Elegido cap, causa tempestad, fuego, sangre, degüella. (CENTURIA IX, CUARTETA XX). Probablemente la más grave dificultad que encuentra un observador para descifrar estos versos se debe esencialmente a la complejidad del lenguaje utilizado por Nostradamus para describir un acontecimiento que debía modificar profundamente el rostro de Francia y alterar, con tan graves repercusiones, el orden establecido en todo el mundo. Hombre de su tiempo, adicto a la Corona y profundamente respetuoso para con la autoridad y la persona del Rey (recordemos que fue médico cortesano, consejero y astrólogo muy apreciado en la Corte de Francia), Nostradamus no se atrevía a predecir claramente a la monarquía (que le distinguía con su benevolencia y que probablemente estaba dispuesta a protegerlo contra cualquier eventual acción contra él por el terrible Tribunal de la Inquisición), el trágico acontecimiento después del cual la Corona sería sustituida por la República y el propio Rey ignominiosamente guillotinado. Cuando se refiere a Napoleón, por el contrario, Nostradamus es sorprendentemente claro; de él predice el lugar del nacimiento, la duración y los principales hechos de su reinado a incluso la 74
naturaleza de su amor por María Luisa Nacerá un Emperador cerca de Italia, Que al Imperio costará muy caro; Dirán con qué gentes él se alía, Y lo encontrarán menos príncipe que carnicero. (CENTURIA I, CUARTETA LX). El vidente habla claro. Ningún otro emperador nació cerca de Italia; Napoleón costó muy caro al Imperio erigido por él mismo para su prestigio personal y para su propia gloria, la hecatombe de muertos directa o indirectamente provocada por el corso, justifica el título de “carnicero” que Nostradamus le da en sus cuartetas. Y es ésta, asimismo, la opinión de muchos. Aunque separadas una de otra por un espacio bastante largo que ocupan otras cuartetas, las dos citadas están perfectamente encadenadas y se complementan entre sí de tal modo que no es posible desconocer el nexo que las une. De la ciudad marina y tributaria La cabeza rapada tomará la satrapía: Expulsar sórdido que será luego contrario, Por catorce años detentará la tiranía. (CENTURIA VII, CUARTETA XIII). La decimotercera cuarteta de la Centuria VII que, con maravillosa precisión, dice exactamente el número de años que Napoleón detentó el poder. También aquí es muy fácil interpretar los versos: la ciudad marítima y tributaria es, evidentemente, Ajaccio, lugar donde nació Napoleón Bonaparte. La ciudad se levanta junto al mar, en el golfo de su nombre, en la isla de Córcega; y podía ser considerada como tributaria del gobierno central francés porque recientemente había sido adquirida por la Corona y anexionada a Francia, más o menos cuando nació en ella el joven jefe. 75
La explicación no deja lugar a dudas; y de un cuidadoso examen de todas las palabras se desprende la absoluta certeza -sin temor a errar- de que se trata de la capital de Córcega. Por lo que respecta al segundo verso, puede parecernos un tanto sibilino y enigmático, pero basta un momento de reflexión para descartar cualquier clase de duda. La testa rapada en Francia, a principios del siglo pasado, fue un exclusivo atributo de Napoleón, que nunca quiso llevar peluca, a diferencia hasta aquel entonces de los personajes reales, sistemáticamente representados por pintores y retratistas con largas melenas ensortijadas. Este particular detalle podría causar alguna extrañeza a los hombres de hoy, pero en los días aquellos en los que Napoleón empezó a imponer su autoridad y su prestigio, causó un efecto extraordinario entre las tropas y entre la población que le estaba sujeta. Sus propios soldados se complacían en llamarle familiarmente le petit tondu, literalmente “el pequeño pelón”. Esta frase despierta con suma facilidad en nuestra mente la característica figura de Napoleón. El tercer verso, por el contrario, es muy oscuro y sólo se pueden aventurar, para intentar explicarlo, algunas hipótesis, como aquella que dice que cuando accedió Bonaparte al poder estaba aún muy fresco el recuerdo de los hombres del Directorio que habían aterrorizado a la Francia revolucionaria, comportándose como “sórdidos” exponentes de un poder dictatorial que hubo de someterse, de buen o mal talante, al Primer Cónsul. Referente al último verso, hemos de decir que contiene, al menos, dos datos incontrovertibles: el número “catorce” y la palabra “tiranía”. La cifra indica con claridad la duración del reino, o mejor del poder, que detentó Napoleón: desde el 9 de noviembre de 1799 al 23 de junio de 1815. Son exactamente 14 años, siete meses y catorce días, que se reducen a algo menos de catorce años, si restamos de ellos los once meses que Napoleón estuvo desterrado en la isla de Elba. La palabra “tiranía” ha sido empleada por Nostradamus para destacar el carácter del régimen imperial instaurado por Napoleón, para quien los parlamentos y las asambleas no tenían 76
absolutamente ningún valor. ¡Síntesis admirable de la vida de Napoleón la que nos ofrece Nostradamus en sus cuartetas! Y no hay duda de que su vaticinio se cumplió en todos y en cada uno de los detalles. El siglo XX, Guerra y paz. Desde que terminó la primera guerra mundial hasta que estalló la segunda, o sea, desde 1917-18 hasta 1939, los principales acontecimientos que caracterizan este período (período de tanta importancia para nosotros que puede aseverarse que vivimos todavía hoy sus consecuencias) fueron descritos por Nostradamus, a menudo, con particularidades y detalles que excluyen cualquier posibilidad de error en la interpretación de cuanto nos legó el gran vidente. Los azotes pasados disminuido el mundo, Largo tiempo la paz, tierras deshabitadas, Hermana caminará por cielo, tierra, mar y onda, Después de nuevo las guerras suscitadas. (CENTURIA I, CUARTETA LXIII). Cuando los azotes de la primera guerra mundial terminen, el número de habitantes del mundo habrá disminuido: tal es el significado del primer verso; y reparemos que el profeta habla de azotes en plural, por lo cual podemos pensar que se refiere no sólo a la guerra que estalló en Europa, sino también a la revolución rusa y a la terrible y violenta epidemia que se declaró en España y se extendió por otras naciones europeas, causando entre la población incontables víctimas. En cuanto a las tierras deshabitadas, no es preciso esforzarse demasiado para entender que son las tierras que con el paso de la guerra quedaron estériles y desoladas, como fueron, por ejemplo, muchas regiones de Franca, de Rusia y de Polonia, calcinadas por completo. En este punto especifica Nostradamus 77
que durante el período de paz que seguirá a tanta desventura, una “hermana” irá por el cielo, tierra y onda. A quién se refiere el apelativo “hermana” que consta claramente en otra cuarteta, la cuarta de la IV Centuria: El impotente Príncipe enojado, lamentos y querellas De rapiñas y saqueos por galos y por líbicos: Grande es por tierra, en mar infinitas velas. Hermana Italia será echando a los célticos. (CENTURIA IV, CUARTETA IV). Se describe aquí, en una rápida visión, el período de la historia italiana que va aproximadamente desde 1860 a 1870, y que culminó con la ocupación de Roma, que estaba defendida por los zuavos, franceses o libios. El impotente Príncipe es Francisco II de Borbón, el “Grande” por la tierra es Napoleón III y las infinitas velas son las flotas borbónicas, francesa a inglesa, como asimismo la italiana y la austríaca, que surcaron, durante aquellos años, el Mediterráneo. “Hermana Italia” es, pues, la frase escogida para indicar que se trata de esta nación; y he aquí que por aquel entonces Italia irá por cielo, por mar, por tierra y sobre la onda, que en este caso es el éter, dominado por la prodigiosa invención de la radio. Y luego, otra vez, las guerras que vendrán a turbar el equilibrio de Europa tan difícilmente conseguido y tan precariamente consolidado. Por otra parte, el Oriente de Europa habrá conocido, durante aquellos mismos años, una convulsión apocalíptica: Al gran Imperio llegará otro muy distinto Bondad distante más de felicidad: Regido por uno salido no lejos de la plebe, Corromper reinos gran infelicidad. (CENTURIA VI, CUARTETA LXVII) ¿Qué otra nación fuera de Rusia estaba entonces regida por la 78
forma imperial? Este gran imperio estará regido, pues, por un jefe bien distinto, ya por censo, ya por sangre, casi plebeyo que se comportará tan cruelmente como aquel a quien ha derribado y se seguirá de ahí una gran tragedia para todas aquellas naciones que, siguiendo las huellas de este gran imperio, se corromperán por la nueva doctrina. Es extraordinariamente interesante proseguir el examen de las cuartetas que se refieren también a este acontecimiento: Los dos malignos de Escorpión conjuntos, El gran Señor asesinado dentro de la sala: Peste a la Iglesia por el nuevo Rey agregado, La Europa baja y la septentrional. (CENTURIA I, CUARTETA LII) Recordemos la historia: el 15 de marzo de 1917 abdicaba el Zar Nicolás II y luego era detenido y deportado con toda su familia a Ekaterinenburg, en Siberia; allí fue asesinado el 16 de julio de 1918, en la sala del pabellón, corriendo también la misma suerte todos sus allegados. Ahora bien, la cuarteta dice que el asesinato se cometerá bajo la enseña de los dos malignos unidos por Escorpión, es decir, de Saturno y de Marte, cuyos símbolos son la hoz y el martillo, enlazados para formar la figura de Escorpión que, a su vez, simboliza el error que emponzoña a los pueblos con doctrina y métodos insidiosos y fraudulentos. La cuarteta añade, además, que esto acarreará igualmente a la Iglesia grave daño y en especial el nuevo cabecilla que cambiará la faz de Rusia; sus acólitos perseguirán a la religión en la Europa meridional y septentrional, como realmente ocurrió en todo el territorio ruso, en no pocos países situados al otro lado del telón de acero y, durante el tiempo de la guerra civil, en España. 79
El cuadro de la revolución rusa se completa con los versos de la cuarteta cincuenta y nueve de la III Centuria, que dice: Bárbaro imperio por el tercero usurpado La mayor parte de su sangre condenar a muerte, Por muerte senil, por él, el cuarto atacado, Por temor de que sangre por otra sangre sea muerta. (CENTURIA III, CUARTETA LIX). Si a primera vista parece algo confuso el sentido, es suficiente atenernos brevemente en cada una de las palabras para desentrañar su significado. El gran imperio, después de la usurpación del tercer estado, o sea, la burguesía, es llamado bárbaro, porque, efectivamente, a los dirigentes de la época zarista les sucedió una clase de baja y mediana burguesía que dio en seguida pruebas de crueldad y de barbarie, llevando a cabo muchas sangrientas depuraciones en el seno de sus propios adeptos; por lo cual, transponiendo la frase, conseguiríamos una mayor coherencia de cuanto se dice. La interpretación dicen es ésta: el tercer estado condenará a muerte a una buena parte de los de su propia sangre; y a muchos de los del cuarto estado, es decir, obreros, campesinos y desheredados de la fortuna, serán por él perseguidos y condenados mediante muerte senil (que es el hambre), indigencia y trabajos forzados, y ello por temor de que la sangre derramada se vuelva contra ellos y provoque otra sangre, o dicho con otras palabras más claras, para que no estalle una reacción y una abierta rebelión contra los gerifaltes que tanta sangre derramaron ya con el fin de reafirmar el nuevo régimen ruso. Los principales acontecimientos de nuestro siglo son claramente mencionados en los versos del vidente. Veámoslo: La cuarteta cincuenta y cuatro de la primera Centuria, dice con claridad que a la plaga de dos revoluciones seguirá la explosión nacional-socialista de la Alemania hitleriana. 80
Leemos a este propósito: Dos revoluciones hechas por el malvado hocero, De reino y siglos hace mutación, El móvil signo en su lugar se insiere, A los dos iguales y de inclinación. (CENTURIA I, CUARTETA LIV). Cuando el malvado hocero, es decir Saturno, que es símbolo de la perversidad y se identifica con la hoz, habrá llevado a cabo dos revoluciones, la francesa y la rusa, cambiarán, como consecuencia, tiempos y naciones. Aparecerá entonces otro partido revolucionario cuyo símbolo será la señal movible (la cruz gamada) y, sustituyendo al comunista, será semejante a él en sus objetivos y en sus métodos: la opresión y la muerte para cuantos a él se opongan. La cuarteta cuarenta y siete de la I Centuria se refiere a la Sociedad de las Naciones. Dice: Del lago Leman los discursos enojarán Los días serán reducidos a semanas, Luego meses, luego años, luego todos desfallecerán, Los Magistrados serán condenados por leyes vanas. (CENTURIA I, CUARTETA XLVII). La cuarteta es un juicio nada halagüeño y más bien severo de la labor llevada a cabo por los ministros reunidos en Ginebra, como representantes de las naciones del mundo: los discursos que se pronunciarán a orillas del lago Leman, dice, cansarán a todos y serán causa de desunión y de fastidio; los días serán como semanas, después como meses, como años; todos abandonarán la lucha y al final las propias leyes que, por falta de un espíritu superior, se convertirán en letra muerta, condenarán a los mismos magistrados que las elaboraron. La cuarteta sexta de la V Centuria es una clara referencia a la proclamación de Víctor Manuel III como emperador: 81
Al Rey augur la mano imponer sobre el jefe, Vendrá a rogar por la paz itálica: A la mano izquierda cambiará el cetro, De Rey llegará a ser Emperador pacífico. (CENTURIA V, CUARTETA VI). Es asimismo muy importante el anuncio en la cuarteta ochenta y nueve de la II Centuria, de dos personajes destinados a gobernar Europa totalitariamente. Un día se repartirán el mundo los dos grandes maestros, Su gran poder se verá aumentado: La tierra nueva estará en sus poderosas manos, Los días del sanguinario están contados. (CENTURIA II, CUARTETA LXXXIX). Dos grandes maestros subirán al poder del Estado, es decir, serán coronados de autoridad, como se hace con una pieza en el juego de damas; su influencia política aumentará considerablemente. Es clara la alusión a Hitler y Mussolini, maestros de escuela ambos mientras que la Tierra Nueva, América del Norte, alarmada ante el predominio de los dos jefes sobre el resto de Europa y de la peligrosa extensión de sus doctrinas, vigilarán el número siempre creciente de sus adeptos y seguidores. Sigamos viendo el desarrollo de los sucesos bélicos de los años 1941-1945, a través de una serie de cuartetas que vaticinan los principales hechos (Centuria III, cuarteta LXXI; Centuria II, cuarteta V; Centuria IV, cuarteta LXVIII). Los de dentro las islas por largo tiempo asediados, Cobrarán vigor y fuerza contra sus enemigos: Los de fuera muertos de hambre derrotados, Por más hambre que nunca serán metidos. (CENTURIA III, CUARTETA LXXI). 82
Cuando dentro de un pez, hierro y carta cerrada, Afuera salga el que luego hará la guerra, Tendrá por mar su flota bien bogada, Apareciendo cerca de la Latina tierra. (CENTURIA II, CUARTETA V). En lugar muy próximo no lejos de Venus, Los dos más grandes de Asia y de África, Del Rin y Danubio se dirán venidos, Gritos, llantos en Malta y en la costa Ligústica. (CENTURIA IV, CUARTETA LXVIII). Algunos versos no necesitan explicación por su claridad. Cuando los habitantes de las islas, después de un largo asedio, hayan recobrado fuerza y vigor, los sitiadores de fuera serán derrotados, y sufrirán de nuevo y más que nunca. En cuanto a las tentativas de negociar la paz, recordemos que en mayo de 1941 Rudolf Hess, enviado especial de Hitler, partió en avión para Inglaterra con el encargo de entablar negociaciones de Paz y lograr posiblemente una alianza contra la Rusia Soviética. Con el mismo fin, parece que también había comunicación epistolar secreta entre diplomáticos italianos y japoneses con los aliados; tentativas que no dieron resultado positivo, por lo cual, como dice el vidente, “muchos desearán parlamentar con los grandes señores que llevaron la guerra a sus hogares, pero nadie absolutamente querrá oírlos. ¡Ay, si Dios no envía paz a la Tierra!”. En esta exclamación parece encerrarse todo el horror de quien, con cuatro siglos de antelación sobre la realidad de los hechos, veía la espantosa carnicería que iba a seguir a estos vanos esfuerzos de paz entre los hombres. El dolor por las desventuras que van a caer sobre la humanidad es nuevamente vaticinado por los versos en los que Nostradamus dice que nunca se vio una tal alianza y amistad entre lobos que correrán famélicos a arremeter y despedazar la co83
diciada presa. Y hace una clara alusión aquí a la guerra que se endurecerá más y más, empleando armas especiales y nuevos inventos cada vez más perfectos para lograr la victoria sobre los respectivos adversarios. En pleno siglo XVI era de todo punto imposible imaginar un “pez de hierro”; frase en la que podemos ver una imagen de los submarinos, cuya torrecilla se abre y se cierra como se abría en la época de Nostradamus una carta cerrada con un sello-lacre. En el año en que los habitantes de Saturno (o sea, las naciones más ricas), y los de Marte (que podemos identificar con las naciones belicistas) se habrán enzarzado en una terrible guerra y estará el mundo encendido en furia devastadora, el aire estará entonces seco (y de hecho el verano de 1944 fue particularmente duro para los pueblos envueltos en la contienda) y se emplearán fuegos secretos, es decir, armas desconocidas, a propulsión especial, que describirán una larga trayectoria y provocarán incendios, especialmente en una gran ciudad. Vemos en todo ello el devastador incendio de Londres, provocado por los alemanes con sus famosas V1 y V2, las terribles armas que destruyeron la capital inglesa, dando lugar a grandes torbellinos y desplazamientos de aire (viento) a incendios (calor). Un año después, en 1945, un año más distante todavía de Venus -que significa más alejado del bienestar y del amor entre los pueblos- los dos grandes de África y de Asia que no pueden ser otros que Inglaterra (que poseía grandes colonias en África) y Rusia, invadirán todos los territorios comprendidos entre el Rhin y el Danubio, como asimismo las tierras comprendidas entre Malta y la Liguria. Las gentes, al principio, aplaudirán y enaltecerán la hazaña, pero luego habrá dolores, lutos y lágrimas, primero en Malta y después en toda Italia. Además, el jefe supremo de los sitiados (la suerte se ha trocado y la situación, cada día peor, ha convertido a los sitiadores en sitiados) es el dictador alemán; y contra él y su loco proyecto de lucha a ultranza se ha tramado una conjuración que, sin llegar a conse84
guir plenamente su objetivo, ha sembrado el pánico entre los altos mandos alemanes, fieles al Führer. Finalmente, el cuadro conclusivo de la retirada germánica en Francia: las fuerzas anglo-americanas, después de haber desembarcado en las costas francesas y de haber ocupado la famosa empalizada atlántica y toda la Bretaña, se dividieron en tres columnas y se dirigieron hacia el corazón de Francia, hacia las fronteras de Bélgica y de Alemania y hacia Italia. Al mismo tiempo, otras tropas desembarcaban en Marsella con el claro objetivo de encerrar entre dos fuegos a las fuerzas alemanas, completamente dislocadas, y deshechas en el Sur de Francia. Los alemanes abandonaron Marsella (y a los soldados germanos les sustituyeron inmediatamente los aliados) y se dirigieron a marchas forzadas, en precipitada fuga, hacia Lyon, donde se encontraron con los ejércitos que procedían del Norte (Bordelés y Alto Garona). En esta trágica retirada, ciudades como Toulouse y Narbona sufrieron gravísimas pérdidas, y los mismos alemanes perdieron, entre muertos y prisioneros, casi un millón de hombres. Siguen otras cuartetas de extraordinaria importancia, porque contienen la descripción de los hechos que determinaron la caída del fascismo, la lucha de los partisanos y los sucesos que acontecieron después. En esta época a situación de la guerra en Italia era tal como la describe Nostradamus: desembarcos de los aliados en Sicilia que habían determinado la fuga y el abandono de las zonas costeras de la isla por parte de la población para dirigirse al interior y hacia el continente; desembarcos en Córcega, Cerdeña, Nápoles y Salerno con ocupación de toda la Italia meridional, en tanto que la población huía en gran parte hacia el norte; gran carestía de alimentos y hambre en todas estas localidades, agravada por una epidemia de tifus (peste) y por las inevitables tragedias que siguen a una ocupación por parte de una fuerza bárbara (no olvidemos que con los ingleses y americanos había también marroquíes y tropas de color), sin olvidar los efectos 85
derivados de la falta de higiene. Un nieto ocupará el trono por la decisión de dos casas bastardas; será él quien doble la enseña del fascio lictorio a causa de las envenenadas saetas disparadas contra el mismo fascio. Éstos son, en resumen, los acontecimientos que determinaron la caída del gobierno de Mussolini el 25 de julio de 1943. En cuanto al nieto, Víctor Manuel III, que subió al trono en 1900 cuando el anarquista Bresci (de origen desconocido) mató a Humberto I, a él, dice Nostradamus, corresponderá la misión de derribar al fascismo. Y pasemos ya a los últimos días de la guerra en Italia. La descripción de los hechos empieza en la Centuria VIII, cuarteta sesenta y cuatro: En las islas los niños serán transportados, Los dos de siete caerán en desesperación: Los del continente serán soportados, Nombre de pala, conquistados por las ligas abandonada toda esperanza. (CENTURIA VIII, CUARTETA LXIV) Se recordará muy bien que cuando comenzaron sobre Inglaterra los bombardeos masivos con las nuevas armas germanas (que tenían como objetivo especial Londres y las regiones meridionales de la isla), se decidió poner a salvo al mayor número posible de niños. Los dos de los siete no son otros que Alemania y Japón, habida cuenta de que las naciones beligerantes en aquel entonces eran exactamente siete: Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Rusia a Italia. Ésta se había pasado ya de campo y su nueva posición no le hacía temer grandes peligros; mientras tanto, sus antiguos aliados continuaban sufriendo los asaltos de 86
la coalición. Los del continente son los alemanes, mientras que con “nombre de pala” el vidente pretende significar Ancona. La conquista de esta ciudad por parte de los anglo-americanos al principio del año 1945 significó el principio de la derrota germánica, primero en Italia y luego en el resto de Europa, sin una esperanza de reacción por parte de los alemanes. Junto a Vasto la gran caballería, Cerca de Ferrara impedida por el bagaje, Dispuestos en Turín harán tal cacería, Que robarán en el fuerte a sus rehenes. (CENTURIA VII, CUARTETA XXVII). Si añadimos a esta cuarteta otras dos, tendremos completo el cuadro de la marcha de las operaciones aliadas en Italia, durante el período 1944 -1945 (Centuria II, cuarteta XVI y Centuria V, cuarteta XCIX). Mientras que la ocupación de las islas y de la Italia meridional había tenido lugar con cierta facilidad y rapidez, la invasión de las demás regiones de la península había sido mucho más lenta; los aliados emplearon para completarla dieciocho meses. Nápoles, Palermo, Sicilia, Siracusa, Nuevos tiranos, fulgurantes fuegos celestes: Fuerza de Londres, Gante, Bruselas y Susa, Gran hecatombe, triunfo festejar victoria. (CENTURIA II, CUARTETA XVI). El valiente primogénito de la hija del Rey, Rechazará muy lejos a los Célticos, Como si les enviara el rayo semejante desconcierto Poco y lejos, luego profundo de las Hesperias. (CENTURIA V, CUARTETA XCIX). Así, Nostradamus dice que la gran masa de la caballería, es decir, las tropas acorazadas, de los auto-vehículos y de las fuer87
zas aéreas que procedentes de Sicilia habían llegado en muy breve tiempo hasta Vasto en los Abruzzos, tendrán que esforzarse mucho y fatigarse para alcanzar Ferrara, como si se viesen impedidos por una enorme cantidad de bagaje (y por bagaje puede asimismo entenderse, además de los muchos obstáculos interpuestos por la metódica y lenta retirada de los alemanes, el triste peso de las incontables pérdidas humanas). Pero llegado el ejército anglo-americano a las proximidades de Ferrara, desaparecerán los obstáculos y podrán extenderse fácilmente por toda la Italia septentrional. Entonces, en aquella coyuntura, se celebrarán grandes fiestas en Turín por la inminente llegada de los libertadores. Y aquellos mismos que festejarán el acontecimiento darán caza a sus enemigos (alemanes y soldados de la República de Saló) y sacarán de la cárcel de la ciudad a los rehenes, que los mismos habían capturado, para fusilarlos. Los ejércitos aliados, de los que formaban parte tropas de diversas nacionalidades, ocuparán Italia, y la liberación de este país será acogida con grandes festejos, a pesar de la espantosa hecatombe de vidas humanas que habrá costado. Lombardía, Piamonte, Véneto, Emilia y Pulla (las ciudades ocupan aquí, en esta cuarteta, el lugar de las regiones) se contarán entre las más devastadas y destruidas por gentes célticas, es decir, por soldados ingleses y sus aliados de habla inglesa, y por una falange aguilada, es decir, por un ejército que tendrá un águila como especial símbolo distintivo (los germánicos tenían precisamente un águila como distintivo). Todo esto acontecerá, dice el vidente, cuando Italia (significada por Roma, su capital) esté bajo la autoridad y el control de un anaano jefe británico, que podemos identificar con el almirante Stone, el cual dominó la situación hasta el final de la ocupación de Italia por los aliados. Los hechos, también en este punto, confirman lo que predijo Nostradamus: el Rey de Italia perdería, a 88
causa de la guerra, su corona y sus partidarios serían perseguidos y muertos cruelmente en los dolorosos sucesos de aquellos trágicos días. Por tanto, los diferentes acontecimientos que jalonaron las dos guerras mundiales fueron predichos por Nostradamus con escalofriante exactitud. La guerra del Golfo y otros conflictos de Oriente Medio Bajo el contrario clima babilónico, Grande será de sangre la efusión, Porque tierra y mar, aire, cielo será inicuo, Sectas, hambre, reinos, pestes, confusión. (CENTURIA I, CUARTETA LV). En la centuria I, cuarteta LV, Nostradamus ubica en Oriente Medio algunos movimientos terroristas que considera sectas, palabra que se adecúa perfectamente a todas las milicias y facciones que han ido apareciendo en estos países, como por ejemplo Setiembre Negro, la Organización para la Liberación de Palestina, la Djihad Islámica o los Revolucionarios de Egipto. En esta misma cuarteta se define la guerra entre Irán a Irak, así como la situación global en Oriente Medio. “Habrá efusión de sangre de gentes que viven bajo el clima opuesto a Irak, hasta el punto que la tierra, el mar, el aire y el cielo traerán la oscuridad cuando, durante el hambre, las facciones, los gobiernos serán responsables de pestilencia y de confusión”. Esta es la acertadísima interpretación que, de esta cuarteta, ha llevado a cabo Fontbrune en su libro Los cometas y las profecías. Nostradamus describió en esta cuarteta, de una forma clara y precisa, la guerra entre Irán a Irak. Efectivamente, ésta comenzó el 1 de setiembre de 1980, y produjo más de 500.000 muertos. El presidente Saddam Hussein, el día 17 de Septiembre del mismo año, denunciaba unilateralmente el acuerdo firmado en Argel, con el sha de Irán, el 6 de Marzo de 1975, mediante el cual el territorio quedaba dividido en dos partes iguales, atribuidas a los dos países ribereños, la vía fluvial formada por la reunión del Tigris 89
y el Éufrates, denominada Chatt el-Arab. Desde 1980 la guerra estuvo encallada en las marismas del Chatt el-Arab. “Pestilencia” podría hacer referencia a la utilización de los gases por Irak, y nos hace pensar en las frecuentes imágenes de soldados iraníes abrasados o ciegos. Desde 1980, como todos sabemos por las noticias que de estos países nos llegaron, el Irán bombardeó las grandes ciudades de Irak con cohetes. Entrará villano, mezquino, infame Tiranizando la Mesopotamia Todos amigos hecho de adulterina dama, Tierra horrible negro de fisonomía. (CENTURIA VIII, CUARTETA LXX). Una fiel interpretación de la centuria VIII, cuarteta LXX, nos haría pensar que, según Nostradamus, el vencedor de este conflicto sería Irán. Aunque luego, por la historia hemos visto que justamente sucedió lo contrario. “Entrará miserablemente, malvado, infame, tiranizando Mesopotamia”. La interpretación que da Fontbrune de este trozo de la cuarteta es que “el jefe iraní” tiranizará Irak (siempre teniendo en cuenta que anteriormente Irak era Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates). En cuanto a la guerra del Golfo Pérsico, existen indicios, frases, que agrupadas bajo la idea del conflicto bélico mundial, fin de siglo, fin de milenio, etc., podrían tener un sentido y hacernos creer que el problema del Golfo estaba ya en la mente del profeta. De hecho, la III guerra mundial podría empezar empujada por la acción de los ejércitos árabes. No obstante, la cuarteta XCIII de la tercera centuria es clara al respecto, y muy concretamente en relación al inicio del conflicto: “Nueva ley, nueva tierra ocupar”. En otras cuartetas se anuncia el final del conflicto: “Después de la victoria (...) vencedor sanguinario del conflicto discurseará, asar la lengua, la carne y los huesos”. (Centuria IV, 90
Cuarteta LVI). Descubrimientos a inventos En las Centurias nos topamos a menudo con anticipaciones sobre descubrimientos a inventos absolutamente inimaginables en el tiempo en que fueron escritos aquellos versos y, desde luego, mucho más difíciles de prever y de descubrir con la precisión con que lo hace el gran vidente. Algunos de los inventos y descubrimientos que él describió en sus profecías, a menudo bajo forma de auténticas adivinanzas y siempre con el acostumbrado estilo alegórico y hermético, hoy son perfectamente conocidos; otros, en cambio, pertenecen a un futuro más o menos próximo, y de ellos esperamos poder tener confirmación en los años venideros. -El cine mudo y el sonoro En la cuarteta décima de la Centuria I se dice: Serpientes transmitidas en la jaula de hierro, Donde los siete hijos del Rey van presos, Los ancianos y padres saldrán bajo de la fosa. Antes de morir ven su fruto muerto y grita. (CENTURIA I, CUARTETA X). Las “serpientes transmitidas en la jaula de hierro” son las películas cinematográficas, enrolladas como serpientes en sus bobinas de hierro y encerradas en proyectores metálicos para ser proyectadas. En estas películas han sido aprisionados los siete colores del arco iris (los siete hijos del Rey, es decir, del sol), para formar las imágenes, ya en blanco y negro, ya en color. De esta manera nuestros lejanos antepasados y nuestros padres, reproducidos en la cinta cinematográfica, volverán a vivir 91
para gozar y esparcimiento nuestro, aunque reducidos a imágenes de muy pequeñas proporciones. Antes de su muerte, los hermanos Lumière, inventores del cine mudo, consiguieron ver cómo el producto de su invención (el fruto muerto) hablaba y gritaba, es decir, cómo se convertía en sonoro el cine mudo. -El aeroplano La voz oída del insólito pájaro Sobre el canal del respirable plano: Tan alto verá del trigo la medida, Que el hombre del hombre será antropófago. (CENTURIA II, CUARTETA LXXV) Se oirá la voz de un insólito y desconocido pájaro sobre el canal del respirable plano. Entonces la medida o precio del trigo será tan alta que el hombre se convertirá en antropófago del hombre. He aquí nuestra exégesis: cuando se oiga el característico zumbido del motor de los aviones (que el propio Nostradamus, en su carta a Enrique II, describe como un “huy-huy” prolongado), comparado a desconocidos pájaros sobre los aleros de las casas, en la parte más respirable (o en lo más alto del aire), entonces los precios de todos los alimentos subirán hasta las estrellas y los víveres más indispensables, como el pan, serán muy caros. -Telégrafo, teléfono, electricidad Cuando el animal al hombre doméstico, Después de grandes penas y saltos venga a hablar, El rayo a virgen será tan maléfico, De tierra tomado y suspendido en el aire. (CENTURIA III, CUARTETA XLIV) Cuando el animal venga a hablar al hombre doméstico, después de grandes penas y saltos, el rayo, tomado y suspendido 92
en el aire, será muy maléfico a la virgen. Es decir, cuando el hombre primitivo, selvático, pueda comunicar y hablar con su semejante civilizado desde las más remotas tierras, primero a través de grandes penas y saltos (o sea: mediante el empleo del telégrafo que transmitía rítmicamente líneas y puntos), y después también directamente mediante un micrófono, entonces el rayo, es decir, la corriente eléctrica (que dañará enormemente a la cera virgen de la que se fabricaban las velas) se tomará del suelo con hilos conductores y se suspenderá en el aire mediante cables y aisladores que la llevarán a todos los ángulos de la tierra. -La “peste” de nuestro fin de siglo ¡Oh, vasta Roma!, tu ruina se acerca, No de tus muros, de tu sangre y substancia: El aspro con letras hará muy horribles muescas, Hierro afilado metido a todos hasta el mango. (CENTURIA X, CUARTETA LXV) La vasta Roma se ha convertido en otra capital en el nuevo imperio, la gran potencia en el mundo occidental, los Estados Unidos. En nuestro siglo, la guerra no saldrá de sus muros, es decir, de sus armas bélicas, sino la sangre y el semen. El virus fatídico se encuentra en la sangre, y la transmisión del virus se realiza por vía sanguínea directa. Las siglas de la enfermedad fatal son como muescas horribles o signos mortales, las cuatro letras del nuevo terror: S.I.D.A. La dolencia se extenderá a todo el mundo. Nadie se verá libre de la posibilidad de contagiarse ni de sus espantosas consecuencias, puesto que su vía de contagio es tan elemental como la propia sangre que se halla expuesta a la enfermedad a cada momento. El “Hierro afilado metido a todos hasta el mango” no puede ser más explícito en este sentido, una frase que también 93
es posible interpretar como una alusión al grupo social que primero se vio afectado por el nuevo morbo: los homosexuales. Las palabras de esta cuarteta hablan claramente de la caída del Imperio. El semen, con sus portadores de vida, se hundirá en el vacío y la sangre que da la vida, será precisamente portadora de todo lo contrario: la sangre y la sustancia mismas serán pues las desencadenantes de la destrucción. Éstas son las armas del nuevo imperio, de la nueva Roma que ejerce su influencia por todas partes pero que camina directamente hacia el desastre. En esta cuarteta Nostradamus sentencia nuestro mundo, herido ya de muerte. -¿Qué sucederá mañana? El emperador alemán acongojará a la religión y a la Iglesia. Llenará a Italia de infinitas amarguras, derribará el castillo de Sant’Angelo y toda la ciudad leonina. También Francia sufrirá mucho. El emperador se aliará con los orientales y septentrionales. A causa de estas graves tribulaciones morirá el Papa. Vendrá luego el Pastor Angelicas y el emperador alemán será derrotado por el Gran Monarca. (CENTURIA II, CUARTETA LVII) Esta última profecía es de Nostradamus y está sacada de sus predicciones en prosa; en ella puede añadírsele la contenida en la cuarteta cincuenta y siete de la Centuria II: Antes del conflicto el grande caerá, El grande a muerte, may repentina y sentida, La Nave imperfecta, la mayor parte [nadará, Junto al río la tierra quedará de sangre teñida. Asesinato del Papa (CENTURIA II, CUARTETA LVII) 94
Antes de que estalle la tercera guerra mundial y caiga el telón de acero (tal podría ser el significado de “el gran muro” que traen algunas ediciones) Italia será invadida y el Papa asesinado. De este modo la nave de Pedro, huérfana de guía, quedará a merced de los dramáticos acontecimientos que seguirán a esta muerte, no excluida la posibilidad de un cisma; entonces el clero, simbólica tripulación de la simbólica nave, la abandonará, echándose al mar como único medio para salvar la vida. Junto al río (que podría ser el Tíber, si se toma Roma como sede del papado), la tierra se teñirá de sangre. Esta profecía se completaría con la contenida en la cuarteta noventa y nueve, de la Centuria VIII: Por el poder de los tres Reyes temporales, A otro lugar será transferida la Santa Sede, Donde la sustancia del espíritu corpóreo, Sera repuesta y recibida por verdadera sede (CENTURIA VIII, CUARTETA XCIX) La guerra que se desencadenará entre tres grandes potencias afectará igualmente al jefe de la cristiandad y el pontífice que habrá sucedido al Papa muerto correrá a su vez un peligro muy grave, no sólo en su incolumidad personal, sino también por la estabilidad de su propio apostolado: la Santa Sede, es decir, la cátedra de San Pedro será trasladada a otro lugar y sólo al final del conflicto podrá el Santo Padre volver a Roma, la verdadera sede destinada a albergar al representante del Señor en la Tierra. Y la profecía continúa en la cuarteta ochenta y tres de la Centuria V: Los que tengan empresa subvertir, Inigualable reino, fuerte a invencible: Obrarán, con fraude, noches tres advertir, 95
Cuando el mayor en la mesa lea la Biblia. (CENTURIA V, CUARTETA LXXXIII) Quienes se habían propuesto la obra de subversión y destrucción de la Iglesia recurrirán al fraude y al engaño y a cualquier otro medio para poder sorprender al Papa. Lo cual sucederá en cierta ocasión estando el Papa sentado en la mesa leyendo la Biblia. Tres serán los encargados de capturar al Papa, mediante un engaño. Sigue, a continuación, la Centuria IV, cuarteta treinta y tres, que explica quiénes serán los que tiendan la trampa al Papa y por consiguiente a la misma Iglesia: Júpiter unido más a Venus que a la Luna Apareciendo de plenitud blanca: Venus escondida bajo la blancura de Neptuno, Por Marte golpeada con la grande rama. (CENTURIA IV, CUARTETA XXXIII) El lenguaje es completamente metafórico: Nostradamus dice que cuando Júpiter aparezca con plenitud blanca y esté más próximo a Venus que a la Luna, y Venus se esconda bajo la blancura de Neptuno, entonces Marte la golpeará con la blanca rama. Procuremos explicar el simbolismo: cuando el pontífice aparezca más indignado o decidido a fijar su atención más en las naciones protestantes que en las católicas y se esfuerce en poner en práctica el precepto de la caridad, entonces los protestantes serán maltratados y perseguidos (juntamente con el pontífice) por una muchedumbre de enemigos (que en este caso quizá podemos identificar con los comunistas). Dice la Centuria IX, en la noventa y nueve cuarteta: Viento Aquilón hará partir la sede, 96
Por muros echar cenizas, cal y polvo: Por lluvia luego que les causará más daño, Último socorro llegar desde su frontera. (CENTURIA IX, CUARTETA XCIX) El viento de Aquilón, es decir, el que obligará al pontífice, inmediatamente después de su elección, a dejar Roma, vendrá del Norte. Los habitantes de Roma defenderán su ciudad, echando desde las murallas sustancias agresivas (podría evidentemente tratarse de nuevas sustancias químicas, empleadas como armas defensivas), pero de poco servirán sus esfuerzos, porque el atacante, a su vez, los acometerá con una verdadera lluvia de bombas que les causarán mucho más daño que el anteriormente experimentado. Siguen unas cuartetas que explican y declaran el desconcierto general que se producirá según vayan desarrollándose los hechos. Un personaje de gran lustre, destinado a ser muy pronto emperador, fingirá someterse al pontífice para simular así su apoyo en el cisma que habrá tenido lugar en el seno de la Iglesia y ayudar a algunos países del Este en su lucha contra la opresión comunista. Pero luego, la rebelión de este simulador y falsario causará gravísimo daño a la Iglesia y provocará enconadas luchas entre sus seguidores. Los rojos, que podemos identificar como fuerzas enemigas del papado y de la cristiandad, se echarán sobre Roma so pretexto de que van a restablecer el pontificado (la gran Capa), esclavo de la anarquía y sometida al cisma. Entonces el estrago, la carnicería y la venganza serán tales que prácticamente no habrá familia que no llore la muerte de alguno de sus miembros, y los rojos asesinarán a un purpurado (probablemente uno de los papas cismáticos). En esta coyuntura, desde la ciudad de Roma se transmitirá un falso mensaje para comunicar otra elección papal, también 97
falsa. Los cristianos perderán totalmente la esperanza de ver volver al verdadero Papa y aceptarán como auténtica la versión de quienes dicen que ha muerto; se cometerá un delito en una capilla y el anti-papa superviviente triunfará y coronará a su autor como jefe supremo. “La gran estrella arderá durante siete días”: esta frase puede interpretarse en el sentido de que una nueva arma vendrá a sembrar la destrucción y la ruina entre los hombres; y de esta nueva tempestad (que bien podría ser una guerra) nacerán dos nuevos personajes de gran prestigio. Y cuando un gran pontífice logre extender sus dominios sobre nuevos territorios, entonces los pueblos del Oriente Medio reaccionarán violentamente. Después de la victoria de la predicación de un engañamundos, estallará otra revuelta en Alemania; dos ejércitos se unirán en uno solo y el jefe y su hijo serán asesinados, en tanto que sobre algunas regiones italianas se abatirán la violencia y el terror como represalia. -Holocausto nuclear En el templo cerrado el rayo penetrará, Los ciudadanos extenuados en sus fuertes: Caballos, bueyes, hombres la onda los, tocará Con hambre, sed los más débiles armados. Sobre las picas de los fugitivos fuego del cielo, Conflicto próximo de los cuervos jugueteando, Desde tierra se implora ayuda socorro del cielo, Cuando junto a los muros estarán los combatientes. (CENTURIA III, CUARTETA VI y VII) Posiblemente se tratará de un arma tan mortífera que podría pulverizar cualquier edificio por sólido que fuese (hoy construye el hombre refugios antiatómicos que podrían asegurarle la supervivencia en caso de ataques con armas nucleares) y la palabra “templos” puede entenderse en sentido estrictamente 98
religioso, o en sentido metafórico. Además, el infernal mecanismo profetizado por Nostradamus podría destruir seguramente las armas de los enemigos en fuga; lo cual produciría una trágica oleada de muerte, a la que seguiría una igualmente trágica carestía: ésta será, dice el profeta, la única miserable arma que va a quedar a los más débiles que sobrevivan. La nación de la hoz creerá haber eliminado toda resistencia contra ella, pero en realidad la satisfacción por la victoria obtenida contra todo el mundo durará poco. Precisamente cuando se crea que todo está perdido, entonces, “in extremis”, las naciones de Occidente se tomarán el más completo desquite. Un sabio inventor descubrirá y pondrá a punto una novísima arma terrible, cuyos efectos producirán indefectiblemente gran consternación y luto entre los hombres. La potencia y el radio de acción de este “dardo del cielo” serán tales que abarcarán una vastísima extensión de nuestro planeta y, por consiguiente, no habrá para los enemigos ninguna posibilidad de salvarse. Estando reunidos los jefes para hallar un remedio y una solución para prevenir o alejar el grave peligro que les amenaza, se abatirá sobre ellos la nueva arma y los destruirá. En consecuencia, las tropas, sin sus adalides y caudillos, huirán a la desbandada y el caos político y militar desbarajustará el orden anterior de la nación de la hoz. Será como si se hubiese llevado a cabo una masiva ejecución de los gerifaltes enemigos. En fin, contra las sectas de los rojos, es decir, contra los varios gobiernos de régimen comunista, se alinearán todas las demás naciones que se esforzarán en devolver la paz y la tranquilidad al mundo tan duramente probado a través de tantas y tan terribles guerras. Después de haber barrido el mundo con un huracán de hierro y de fuego, no habrá salvación posible para los supervivientes, de forma que muchos morirán por juicios sumarísimos y cuantos maquinaron contra la verdadera libertad morirán despiadadamente, a excepción de uno -escribe el gran profeta-, que más que cualquier otro causará al mundo lutos, desolación y ruinas. Esta precisión tiene caracteres de especial 99
importancia, porque permite determinar una lógica sucesión cronológica entre las cuartetas que se refieren a futuros acontecimientos, estableciendo una fundamental distinción entre las predicciones que dicen relación con el próximo conflicto (la tercera guerra mundial, de la que hemos ya hablado) y las concretan los sucesos que señalarán el fin de los tiempos. Este temido Anticristo, a quien se cita muchas veces en las cuartetas de Nostradamus y asimismo en predicciones de otros varios videntes que vivieron en distintas épocas, escapará al merecido castigo y saltará de nuevo a la escena del mundo sólo cuando suene la tremenda hora del fin, preludio del segundo advenimiento de Cristo sobre la Tierra. Veamos ahora los acontecimientos que seguirán a la definitiva derrota de los “Bárbaros”, reconstruyéndolos a través de algunas cuartetas que transcribimos: Cuanto más esté el grande en falso sueño La inquietud vendrá a tomar reposo: Levantad falange de oro, de azul y rojo, Subyugar África, roerla hasta los huesos. (CENTURIA V, CUARTETA LXIX) Selín monarca pacificador Italia, Reinos unidos, rey cristiano del mundo, Muriendo querrá reposar en Tierra Santa, Después de haber barrido del mar a los piratas. (CENTURIA IV, CUARTETA LXXVII) -Tiempos de paz Europa, tan duramente probada, podrá, al fin, gozar de un poco de paz. El gran monarca, que tan hábil se habrá mostrado para conseguir la victoria sobre los enemigos de Occidente, se mostrará también activo y eficaz en la consolación y robus100
tecimiento de esta paz tan difícilmente conseguida; y, gracias a su gestión, el ansia y la inquietud que habían tan vivamente atormentado a los hombres hasta llevarlos al borde de la más grave ruina cesarán y la paz dominará en el mundo. Y añade todavía el profeta que el advenimiento de esta esperada y feliz Era no impedirá la explotación de las inmensas reservas ocultas en el continente africano que serán aprovechadas y explotadas al máximo, para conseguir así que todas las naciones reciban de ello beneficios comunes. Nostradamus escribe aquí un nombre en cuyo esclarecimiento han trabajado afanosa a inútilmente muchos sabios comentaristas: Selin Monarca. No sabemos quién pueda ser este esclarecido Monarca, y son válidas aquí todas las hipótesis, ya sea que con este nombre haya querido indicar el vidente el lugar de origen del monarca, ya se trate de un anagrama del nombre verdadero. Este gran soberano (y la palabra “soberano” puede admitir una más amplia interpretación, sin necesidad de que se tome al pie de la letra, y así podría muy bien significar el jefe supremo de una hegemonía, no necesariamente monárquica), conseguida ya la pacificación de Italia y unificados bajo su real mando todos los Estados, será el representante cristiano del mundo, y después de haber limpiado los mares de los últimos piratas, es decir, de los restos de la flota enemiga, supervivientes después de la gran derrota, deseará ser enterrado en Tierra Santa, como homenaje a la tradición cristiana. Y comenzará entonces un nuevo estado de cosas, una nueva ordenación social, como indican algunas cuartetas (Centuria III, cuarteta XL y Centuria X, cuarteta XL). “La guerra, maldición de los hombres, será finalmente sometida por la feliz unión de los Estados; su impotencia para estallar asegurará la paz”. -Todas las naciones caerán 101
Pero los dulces y tranquilos años de paz verán pronto su fin, si hemos de dar crédito a lo que se dice en la cuarteta cuarenta y seis de la Centuria II. El primer verso dice con claridad que, después de una gran discordia entre los hombres, se aproxima otro mucho mayor todavía. Del cielo caerán bombas tan abundantes como gotas de lluvia que esparcirán mucha sangre inocente, y otra vez la Humanidad será azotada por crueles desventuras que causarán lutos, dolores y pestilencias irreprimibles, incluso por parte de la más avanzada ciencia médica. Esto acontecerá, precisa Nostradamus, cuando en el cielo, por enésima vez, aparezcan las estelas luminosas de los misiles. Algunos comentaristas han interpretado esta cuarteta como si fuese una profecía cumplida ya en la Segunda Guerra Mundial, cuando la V1 y la V2 alemanas surcaron el cielo de Europa y sembraron, a su paso, desolación, muerte y ruina. Pero si bien no faltaron durante aquella contienda violentísimos episodios que afectaron a muchos inocentes y a muchos pueblos indefensos, es preciso tener en cuenta las palabras que se refieren al gran motor que renueva los siglos y la alusión que se hace a la epidemia, que en realidad no se declaró durante el anterior conflicto. La alusión al fin del mundo, la referencia al ciclo histórico en el que actualmente vivimos hace posible afirmar que este martirio de la Humanidad, aún no ha sucedido. Al término de la predicción, el mundo, dividido en facciones y lacerado por graves cismas, se hallará inmerso en el más negro y trágico caos. Las mayores capitales del mundo serán destruidas. La ciudad que se indica en la cuarteta ochenta y cuatro de la Centuria III, es, indudablemente, París, cuya destrucción ha sido también vaticinada por otros videntes, entre los cuales está San Juan Bosco, quien en una carta dirigida al entonces Papa Pío IX, dice: “El Creador se dará a conocer y visitará París tres veces con la vara de su enojo”. 102
Después de haber exhortado a los parisienses a que no desprecien sus consejos, concluye el Santo de esta manera a propósito del destino que les aguarda: “Caerás, durante la tercera visita, en manos extranjeras y tus enemigos mirarán desde lejos cómo arden tus palacios, reducidas tus moradas a un montón de ruinas y rociadas con la sangre de tus prohombres que ya no existen...”. Como puede verse, concuerdan los vaticinios, puesto que Nostradamus afirma que la ciudad de París quedará completamente desolada y sólo podrán habitarla contados supervivientes. Se derrumbarán los edificios y la población será exterminada con hierro y fuego y nadie se apiadará de los inermes y de los pequeños; hasta los templos serán violados por la furia demoledora que implacablemente se abatirá sobre ellos. Y quienes se libren de las armas, morirán víctimas de la epidemia que caerá sobre la desgraciada metrópoli. Por lo que respecta a Londres, capital de la nación que poseyó en su día el más vasto de los imperios coloniales, Nostradamus predice trescientos años de dominio absoluto y de próspero comercio marítimo que disgustará a los portugueses. Éstos habrán de ceder a Albión el predominio y la supremacía de las Indias. Y llegamos por fin a la profecía que se refiere, seguramente, a la ciudad de Nueva York, la “gran ciudad nueva” que será atacada por un incendio que podría estar localizado en la zona de 40° de latitud. Esta súbita llama envolverá totalmente la ciudad que saltará por el aire, hecha añicos; lo cual sucederá cuando se piense someter a dura prueba a la gente del norte de Europa, probablemente los alemanes. También Roma, la ciudad eterna, se incluye entre las ciudades que van a ser destruidas. Leemos en la cuarteta cien de la VI Centuria: 103
Hija de la Aurora, asilo del malsano, Donde hasta el cielo se ve el anfiteatro: Prodigio visto, tu mal está muy próximo, Serás cautiva y veces más de cuatro. (CENTURIA VI, CUARTETA C) Esta profecía, en la que el vidente llama a Roma “hija de la Aurora”, ciudad que levanta hacia el cielo el anfiteatro del coliseo, aconseja tener en cuenta los próximos desgraciados acontecimientos que se avecinan: la ciudad será asediada más de cuatro veces. Para Roma, pues, el destino no es el mismo que el reservado a otras grandes ciudades: no los hombres, sino las fuerzas de la Naturaleza, darán cuenta de ella y de su perversidad que consistirá muy especialmente en haber violado las mismas leyes naturales. Desde Sicilia, es decir, desde aquel mismo lugar donde Jasón hizo construir sus naves, vendrá un espantoso y súbito diluvio del que nadie podrá escapar. El terrible cataclismo hinchará hasta tal exceso las alborotadas aguas del mar que éstas llegarán a sumergir toda la parte meridional de la península italiana y la furia de los desatados elementos sólo se detendrá al pie de las colinas donde están los restos del teatro romano de Fiesole, en Toscana. En este punto, la profecía de Nostradamus sobre el futuro que nos aguarda parece decir que el mal triunfará inconteniblemente sobre la tierra; por fortuna no será así porque será de escasa duración su apoteosis. Se vislumbra ya la última y definitiva lucha entre los hijos de las tinieblas, mandados por el Anticristo y los hijos de la Luz, guiados por el Mesías. El triunfo de la Gran Verdad Dice Nostradamus que cuando el sol llegue al 20° del Toro, es decir, el día once de mayo, la Tierra temblará y tragará a todos los espectadores; mientras tanto el aire se oscurecerá y caerán sobre la Tierra las más densas tinieblas y Dios, con sus legiones de ángeles y de santos, arrollará y arrumbará totalmente a la demoníaca criatura que había queri104
do escalar el cielo. Acometido y atacado por el rayo celeste, el Anticristo se desplomará en la arena a incapaz de llevar a cabo las maravillas de las que había osado resumir, se abismará en las entrañas de la tierra, vencido y derrotado. La justicia de Dios se abatirá entonces sobre los secuaces de Satanás y causará entre los hombres una terrible carnicería. De esta manera el gran nieto, es decir, el Anticristo descendiente de Satanás, será constreñido a dejar la Tierra para nunca jamás volver a ella. Entonces triunfará María, Madre de Dios (a la que Nostradamus indica como una curiosa perífrasis, siendo “maría” el plural del nombre latino “mare”), de la cual se ha dicho que “las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella”. El Anticristo, descendiente de la tribu (o califato) de Dan y su inspirador, Satanás, temblarán ante el juicio que les espera. Nostradamus ratifica y sanciona la fecha dé cuando va a suceder todo esto: transcurridos veinte años santos o jubilares, lo cual equivale a decir después de veinte siglos de la fundación de la Iglesia (indicada por el vidente, como de costumbre, con el nombre de Luna, ya que Cristo es el verdadero Sol que ilumina con su luz a la Iglesia, como el caso de nuestro satélite), o sea en el año siete mil del calendario judío, calculado a partir de la expulsión de Adán y Eva del paraíso. Aquel año, otro retendrá la monarquía; lo cual significa que el sol dejará de iluminar a la Tierra; mi profecía entonces -añade Nostradamus- se habrá cumplido. En aquel período próximo al acabamiento del segundo milenio, los muertos que estarán en sus tumbas se presentarán de nuevo ante la presencia de Dios y las espantosas hecatombes que tanto habrán afligido y atormentado al mundo aparecerán como uno de los medios purificadores de los que Dios se ha va105
lido para realizar sus propios designios y no ya como una tragedia de la Humanidad, salvada y redimida. Un gran juez juzgará los tiempos pasados, lo mismo que el presente, y pronunciará su sentencia para los vivos y para los muertos, y todos aquellos que no comprendieron la palabra de Dios serán por Él repudiados. Finalmente Nostradamus, después de precisar que, conscientes de lo que les aguarda, los hombres considerarán. el día de su muerte no ya como algo triste, sino como un momento de gran regocijo y como un nacimiento a la vida espiritual, concluye diciendo que el Espíritu Santo llenará de gozo y de felicidad a aquellas almas que, por la victoria tan meritoriamente alcanzada, tendrán derecho a contemplar en toda su plenitud el esplendor del Verbo. Lo que debe Ud. Saber para formarse su propia opinión. -La independencia de los Estados Unidos. La hermana de las islas Británicas, Quince años antes que su hermano nacerá, Por su promesa demuestra ser cierta, sucederá al reino de la balanza. (CENTURIA IV, CUARTETA XCVI) La interpretación de este escrito asegura que “la hermana de las islas británicas” de estos versos corresponde a los Estados Unidos, colonia inglesa que se convirtió en república independiente en 1776. El último verso alude a que Estados Unidos sucedió a Gran Bretaña en el reino del poder mundial, hecho que ocurrió en el Siglo XX. -Asunción al poder de Adolf Hitler. 106
De lo más profundo del Occidente de Europa, de gente pobre un niño nacerá, que por su lengua seducirá a las masas, su fama en el reino de Oriente más crecerá. (CENTURIA III, CUARTETA XXXV) Si bien mencionó frecuentemente varios sucesos relacionados con el ‘führer’ y hasta incorporó anagramas como ‘Hister’ en su escritura, se considera a esa cuarteta como la que refiere directamente al criminal nazi, líder nacional socialista que llevó a Europa a la Segunda Guerra Mundial y fue responsable del genocidio y el horror del Holocausto. -El gran incendio de Londres. La sangre de los justos será demandada de Londres. Quemados por relámpagos de veinte tres los seis. La dama antigua caerá de su cargo alto, de misma secta, muchísimos serán matados. (CENTURIA II, CUARTETA LI). Entre el 2 y 5 de septiembre de 1566 la ciudad de Londres ardió en llamas y más de 70 mil personas perdieron todo. Lo asombroso de ese grave episodio -del que se cree que ocurrió por el descuido de un panadero- es que hubo seis muertes, un número considerado bajo y “afortunado” debido a la magnitud del fuego. -Nostradamus y el papa Juan Pablo I (1978) Elegido como Papa, de elegido será burlado, Súbitamente con frecuencia emocionado dispuesto y tímido. Por demasiada bondad a morir provocado, Temor oprime la noche de su muerte guía. (CENTURIA X, CUARTETA XII) 107
El papa Juan Pablo I, fue elegido en 1978, se convirtió en Pontifice tras una elección controvertida. Murio a los 33 días de asumir el cargo y se cree que fue asesinado, debido a la blandura de su carácter al frente del Vaticano. Aseguran que fue asesinado (envenenado) de noche por querer combatir la maldad y la corrupción enquistadas en las altas esferas del Vaticano (“Por demasiado bueno”). -Nostradamus y el Sha de Persia (1979) Lluvia, hambre, guerra en Persia no termina La fe demasiado grande traicionará al monarca Por el fin en la Galia iniciada, Secreto augurio para una corta existencia. (CENTURIA I, CUARTETA 70) La fe de los chiitas movió la revolución (lluvia) persa. Esa fe tenía su origen en un exiliado iraní residente en Francia (la Galia) llamado Jomeini. El fanatismo religioso derrocó (traicionó) al monarca persa que tuvo que abandonar precipitadamente Irán en Enero de 1979. El secreto augurio para una corta existencia no tiene más interpretación que la rápida muerte del Sha en jukio de 1980 cuando estaba exiliado en Egipto. Cuando parecía que la paz había llegado a Irán tras la revolución, empieza en noviembre de 1980 la guerra entre Irán e Irack “guerra en Persia no termina”, que no acabaría hasta 1988 -La elección del papa negro. Clero Romano, el año mil seiscientos y nueve, En el primer día del año habrá elección: De uno gris y negro de la Compañía salido, Nadie nunca fue astuto como él. 108
(CENTURIA X, CUARTETA XCI) ¿Esto ya se cumplió? Analice con nuestros últimos dos papas.
-Atentado a las Torres Gemelas del 11-S. Cinco y cuarenta grados el cielo arderá, fuego acercándose a la gran ciudad nueva: al instante, gran llama esparcida saltará. (CENTURIA XI, CUARTETA XCVII) 109
Los expertos consideran que se refiere al atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, ocurrido el 11 de septiembre de 2001. Los datos que tuvieron en cuenta es que Nostradamus habla de “la gran ciudad nueva”, que sería Nueva York, y además menciona el ángulo desde el cual los testigos vieron aquel trágico ataque. Fue el peor atentado en la historia de los Estados Unidos con casi tres mil muertos. El grupo Al Qaeda impactó dos aviones de pasajeros secuestrados en las Torres, las cuales quedaron reducidas a escombros. 110
-Italia y las muertes por el coronavirus. Súbita alegría en súbita tristeza, Será en Roma en gracias abarcadas, Luto, gritos, llantos, lágrimas sangre excelente regocijo Contrarias bandas sorprendidas y deshechas. (CENTURIA X, CUARTETA LXXVIII)
¿Esto está pasando en Roma (Italia) con el coronavirus? No todo lo que se dice es cierto. En medio de la pandemia mundial, no sabemos quién y con qué propósito empezó a divulgar una cuarteta que le atribuye a Nostradamus, esta cuarteta dice: Y en el año de los gemelos (20-20) surgirá una reina desde el oriente (China) que extenderá su plaga (el virus) 111
de los seres malos de la noche (murciélagos) a la tierra de las 7 colinas (Italia) transformando en polvo (muerte) a los hombres del crepúsculo (ancianos) para terminar en las sombras de la ruindad (colapso económico global). Bueno debemos iniciar nuestra opinión, manifestando que no se indica la centuria y cuarteta, ya que ese era el estilo de Nostradamus. De otra parte he buscado en las diez centurias publicadas el texto y no lo hallo. CENTURIA I - Fue impresa por primera vez el 4 de Mayo de 1555 en Lyon por Macé Bonhomme. La primera edición contiene el Prefacio a su hijo César y 353 cuartetas (Las Centurias I, II, III y las 53 primeras de la IV). CENTURIA II - Fue publicada en 1555 CENTURIA III - Fue publicada en 1555 CENTURIA IV - Las primeras 53 cuartetas aparecieron en 1555. La centuria completa se publicó en 1557. CENTURIA V - Fue publicada en 1557. CENTURIA VI - Fue publicada en 1557 CENTURIA VII - Contiene solo 42 cuartetas publicadas en 1557. Las dos últimas no aparecieron hasta en 1568. CENTURIA VIII - Fue publicada en 1568. El libro que contiene las Centurias VIII, IX y X viene acompañado con la Epístola a Enrique II. CENTURIA IX - Fue publicada en 1568 CENTURIA X - Fue publicada en 1568 Con lo manifestado, sería suficiente para concluir que la cuarteta apócrifa es falsa, más aún si tampoco se menciona la centuria. Por otra parte, esta falsedad manifiesta que Nostradamus lo predijo en 1555 112
Como ya indicamos hasta 1555, solo se habĂan publicado las tres primeras centurias, y en ellas no existe el texto materia de nuestra opiniĂłn, asĂ como tampoco en las siete centurias restantes que se publicaron entre 1557 y 1568. 113
En 1982, los periodistas italianos Enza Massa y Roberto Pinotti se hallaban en la Biblioteca Nacional Italiana de Roma, cuando se encontraron con un sorprendente descubrimiento, un manuscrito de 1629 titulado “Nostradamus Vaticina” (su nombre completo es “Vaticinia Michaelis Nostradami de Futuri Christi Vicarii ad Cesarem Filium D. I. A. Interprete”). Michel de Notredame, el nombre del autor, aparecía anotado en el interior de aquel libro que consta de 80 páginas ilustradas. Este códice, que nunca fue publicado con anterioridad por Nostradamus, fue legado a su hijo César. Como se adivina por un epílogo inscrito en el libro por los bibliotecarios de la Orden de los Cartujos, más tarde César regalaría el manuscrito al cardenal Maffeo Barberini (1631-1685), que posteriormente se convertiría en el papa Urbano VIII. Pasaron 400 años hasta que el libro fue rescatado del olvido. El documento puede encontrarse en esa misma biblioteca con el título “Fondo Vittorio Emanuele 307”. 114
Conocido como “Vaticinios de Nostradamus“, este libro es considerado a menudo como el libro de profecĂas finales referentes al fin del mundo tal y como lo conocemos.
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Las crípticas ilustraciones que aparecen en él varían de lo extraño a lo bizarro, con imágenes de papas, decapitaciones, extrañas criaturas, objetos simbólicos, cartas, estandartes cruzados, cornetas, velas o incluso tres estilos de escritura. Algunas de estas escrituras parecen formar figuras similares a números romanos o referencias ocultas a nombres personales.
Como se sugiere en varias inscripciones añadidas, estas ilustraciones fueron inspiradas por las profecías papales del abad Joaquin de Fiore, un monje calabrés cisterciense del siglo XII. Basándose en sus predicciones bajo la Apocalipsis de San Juan, Joaquin da Fiore indicó que el apocalipsis empezaría en el año 1260. Bueno pues, en este tampoco encontramos el texto materia 116
de nuestra opinión, así como tampoco ninguna ilustración de un símbolo que se asemeje al coronavirus. La cuarteta que circula en las redes es un fake news o fake prophecy, que imitando el estilo de Nostradamus, pretenden hacer creer como cierto un nuevo “acierto” del autor de las profecías. Quien sí parece haber predicho al coronavirus hace siglos es el llamado Nostradamus chino, que se llamaba Liu Bowen, que vivió en el siglo XIV (1311-1375). Este fue un sabio de la Dinastía Ming que profetizaba hechos futuros al estilo de lo que hacían sus homólogos Zhuge Liang y Shao Yong. Liu dejó la Songbing Song, la inscripción del monumento a la Pagoda Jinling así como la inscripción del monumento a la Montaña Taibai.
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Liu es noticia ahora, debido a que dejó una profecía sobre la epidemia de coronavirus de Wuhan. En un poema sobre LOS AÑOS DE LA EPIDEMIA DEL CERDO Y LA RATA, que dice: “Si preguntas cuándo llegará la plaga. Yo diría que en invierno, alrededor de septiembre y octubre”. “Uno se preocupa de que los cadáveres queden desatendidos, y uno se preocupa por la dificultad de pasar del año del cerdo al año de la rata”. Esta predicción de la epidemia se ha dado -en función del calendario lunar chino- a finales de 2019 -año del Cerdo- y 2020 -año de la Rata- y de lleno en el paso del uno al otro. El primer paciente diagnosticado de coronavirus de Wuhan fue el 1 de diciembre de 2019, sumando al periodo de incubación de 14 días, la persona probablemente se infectó a finales de noviembre, esto es el pleno mes de octubre, bien todo esto coincide. El coronavirus, pese a que las autoridades chinas sabían de su existencia, no se anunció hasta pasadas dos semanas de su conocimiento, por lo que la expansión es tremenda y terrible. Liu escribió: “Uno se preocupa por el inicio del desastre en Huguang (una región de China que incluye a Hubei), que luego se extiende a todas las provincias de China”. Como vemos nuevamente es acertado Liu, sin embargo, no es posiblemente el único caso de un posible acierto, del que nos enteraremos, pero sobre la materia que nos ocupamos en esta oportunidad para dar nuestra opinión, diremos: “Nostradamus no vaticino el coronavirus”, bueno eso es mi opinión, pero, y vos que dice. 118
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