Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados Año 6 - N° 61
Enero 2019
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Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados Año 6 - N° 61
Director General Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- El masón que se encontró con la madre oscuridad ........................................................3 - Maestro Secreto.......................................10 - Los artífices dionisiacos............................18 Bosquejo para la historia de los artífices dionisiacos........................................................20 Los artífices dionisiacos...............................57 - El templo del rey Salomón.........................68 - La misteriosa secta de los hashashin………..88 - Las leyendas de la masonería y su enseñanza........................................................124 La revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.
Valle de Lima Enero 2019
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El Masรณn que se encontrรณ con la Madre Oscuridad Vicente Alcoseri 3
El Masón que se encontró con la Madre Oscuridad Vicente Alcoseri
Habíamos terminado ya tarde de la Tenida, está se había efectuado a campo abierto. No es que nuestra tradición en mi logia era el hacer tenidas rusticas masónicas, pero en aquel momento alguien del cuadro el Hermano Mario nos había sugerido efectuar la tenida masónica a campo abierto en un lugar bien determinado, era suficiente hacerlo de noche, y bajo el manto del cielo de junio, no había aquella noche nubes, y la escasa luz de unas velas no opacaba el cielo majestuoso, y así fue que había transcurrido aquella noche masónica. El campo donde se había efectuado la tenida está situado sobre una colina y desde ahí se observa un extenso bosque, propio de la Sierra Madre Oriental. Una carretera angosta y abandonada nos llevó hasta ahí, pasado por delante de un puente es que llegamos hasta ahí, que nunca he visto un lugar así, más bien me pareció sombrío, pero no me pareció que no fuera propio para una tenida masónica, al contrario me pareció excelente: el lugar era propio de un rancho mexicano en su foso nadan los patos entre algunos mezquites. Vivimos tiempos difíciles, y la guerra, la delincuencia, hacen complicadas las cosas, para hacer tenidas lejos de la ciudad, aún así, sentí que algo nos protegía, a la vez que algo nos asechaba desde las sombras, algo que había sentido desde que habíamos llegado a ese punto geométrico, muy próximo a ese bosque cercano a la sierra madre. Recordaba años atrás en un lugar muy próximo donde estábamos para la Tenida, había mucha actividad ovni, algo común y a lo que ya muchos estábamos acostumbrados en ese lugar de México. Delante de donde estábamos se extiende el atrayente bosque; a la derecha, la carretera abandonada discurre a lo largo 4
de un puente dañado por los Huracanes. He dicho que es un lugar muy solitario, y más ahora que pocos de la ciudad visitamos el campo, por cuestiones de la Guerra contra el Narcotráfico, ya habíamos encendido el fuego y todos cooperábamos para hacer nuestros guisos propios del Noreste de México, teníamos cerveza y ahí acamparíamos, poco a poco, comenzó la rica y picosa charla masónica, esa propia después de la Tenida, algunos contaban chistes y otros se disponían sólo a reír, así comenzamos a relajarnos y a disfrutar de la cena y de los cantos de los hermanos masones. Juzgad por vosotros mismos si digo la vedad, así son las cosas en Masonería. Mirando desde donde estábamos hacia la carretera poco transitada, se veía nos observaban, uno de los hermanos nos dice, no hay problema es Don Jacinto, le dije le haríamos una señal cuando termináramos, para que nos acompañara a cenar. De cuando en cuando escuchábamos las detonaciones de las metralletas en medio del silencio de la noche, todos sabíamos era la Marina Armada de México, abatiendo narcotraficantes. El pueblo habitado más próximo está en esa última dirección, a una distancia aproximada de siete u ocho kilómetros. El rancho más cercano y de cierta notoriedad estaba aún más lejos, a unos veinte Kilómetros a la derecha. La familia Don Jacinto nos explicó un hermano poseía antaño el desolado rancho las Colmenas, antes un prospero rancho fabricante de ladrillos cocidos a leña. Hay una leyenda que explica por qué fue abandonado por sus habitantes este extraño paraje; nos comentó Don Jacinto cuando se acerco con nosotros a cenar y beber cerveza. Pero ya hablaré de ella, nos dijo Don Jacinto, nuestro hermano nos dijo en ese momento que Don Jacinto era un viejo chaman un brujo descendiente de una famosa bruja mexicana, a lo que Don Jacinto afirmaba con la Cabeza, yo desde niño convivía con Brujos de la región, a lo que eso no me pareció nada extraño. El número de habitantes de nuestro rancho era muy pequeño dijo Don Ja5
cinto. Excluyendo a los criados y a los habitantes de los ranchos anexos, estábamos solamente mi abuela, y mi abuelo el hombre más amable del mundo pero de edad bastante avanzada, y yo, que en la época en que ocurrieron los hechos que voy a narrar tenía solamente trece años- dijo Don Jacinto. Mi Abuela y Abuelo y yo constituíamos toda la familia. Mi Abuela, de una familia noble familia Judía, murió cuando yo era aún joven. Sin embargo, tuve una inmejorable instructora a Doña Camila, la que me terminó de instruir en estas cuestiones de Chamanismo… Me dijo Mario, Mario refiriéndose a nuestro hermano masón, que esta noche venderían masones. Fue que entonces comprendí, cuando menos yo, que todo era parte de un plan de nuestro Hermano masón Mario, para conocer a Don Jacinto el Chaman. Don Jacinto no parecía alguien inculto, seguramente su familia le había proporcionado una educación académica, pues su forma de comentar las cosas parecía tener conocimientos universitarios, a la vez de tener conocimientos que sobre pasaban a su instrucción académica, me dio la impresión incluso que la Masonería no le parecía ajena a Don Jacinto, y fue más evidente cuando extendió su mano derecha cuando pasó ante nuestra improvisada Ara, y obvio la extendió hacia ella, algo que para muchos pasó desapercibido, pero ese fue sólo el primer gesto evidente que Don Jacinto era Masón. Fue entonces cuando Don Jacinto el Chaman comenzó a contarnos: El primer suceso que me produjo una terrible impresión y que aún ahora sigue grabado en mi alma , es al propio tiempo uno de los primeros sucesos de mi vida que puedo yo recordar –dijo Don Jacinto–, fue cuando me enfrente a lo desconocido, ya para entonces obvio escuchábamos a Don Jacinto solamente Mario, otro masón y yo, los clásicos interesados y sin temores a lo desconocido, los demás hermanos habían prácticamente huido de la conversación de Don Jacinto, no sé si solo era el hecho de haber dicho era Chaman, o más bien Don Jacinto era digamos alguien con cierto aire siniestro. Don Jacinto prosiguió 6
con su relato. La Hacienda las Colmenas , como la llamábamos, aunque era sólo para mí, estaba en una habitación grandiosa del último piso de la casa central, y tenía el techo inclinado de teja roja. Tendría yo unos trece años cuando una noche, despertándome de pronto, miré a mi alrededor y no vi a nadie. Creí que estaba solo, pero había un sonido extraño como el de Avispas. No es que tuviera turbación o miedo ... Pues era una de aquellas afortunados jovencitos a quienes se había instruido en todo tipo enseñanzas de brujería, y por lo tanto estaba acostumbrado a no tener miedo, y los cuentos religiosos que Dios castiga enviando al Diablo a mortificarnos, y cosa, que vuelven a los niños temerosos ante una puerta que cruje o ante la sombra danzante que produce sobre la pared cercana la luz incierta de una veladora no le causaba temor. Si me eché a alejarme de esa presencia extraña y oscura fue porque me sentí amenazado por algo que no comprendía; pero, con gran maravilla, cuando aclare mi mente y pude encender el quinqué de petróleo vi al lado de mi cama un femenino rostro bellísimo que me contemplaba con aire seductor. Era una joven que estaba ahí arrodillada y tenía sus manos bajo mi colcha, pensé soñaría, pero no, estaba bien despierto. La observé con una especie de placentero aturdimiento, y cesé en mi temor hacia eso que creía maligno. La muchacha se acercó, se echó en mi cama, invitándome a acostarme con ella, lo hice y me abrazó fuerte, y me acariciaba, sonriendo. De repente, me sentí tranquilo y muy contento, y caí en su tentación, con una increíble sensación de placer sexual. En todo eso, nunca me paré a pensar si esa muchacha era un ser humano o una jovencita salida del infierno, o del cielo, pero lo que nunca dude era que fuera producto de mi imaginación, la jovencita era más que real, y sus placeres demasiado placenteros. De pronto vino a mi mente, y era de que en mi Hacienda y en los lugares cercanos, nunca la había visto antes, eso no me importó, pensé sería alguna nieta de Doña Carmen la nueva Coci7
nera. De pronto, me incorporé con la escalofriante sensación de que dos dagas me atravesaban el pecho profundamente. Proferí un potente grito. A pesar de mis trece años yo era fuerte, todo un caporal un jovencito hecho a la Brava del Campo, pero ella parecía incluso ser más fuerte que yo mucho, mucho mas fuerte, pues no podía quitármela de encima. En eso la jovencita dio un salto hacia atrás, cayendo al suelo, pues había puesto mi pierna entre los dos y fue la forma de quitármela de encima y me pareció que se escondía debajo de mi propia cama. Por primera vez, sentí miedo y me puse a gritar con todas mis fuerzas. La Cocinera, mi Abuelo y otros más acudieron precipitadamente, pero cuando les conté lo que me había ocurrido estallaron en risas –dijeron soñaba–, a la vez que trataban de abrazarme. Aunque yo era un jovencito, recuerdo sus rostros palidecidos y su angustia pesimamente disimulada, mientras veían mi pecho herido y sangrante, mi abuelo gritaba te has herido con un machete o qué pasó. Las vi buscar debajo de la cama, por todos los rincones de la habitación, en el armario y oí susurrar a Doña Camila: ¡Mira! Alguien se ha echado en el rincón del cuarto, junto a la niña aún está ahí, es una bruja es 8
una bruja. Recuerdo que Doña Camila comenzó a rezar me acarició y que las tres mujeres examinaron mi pecho, en el punto donde yo les dije que había sentido la punzada. Me aseguraron que no se veía como algo que pusiera en riesgo mi vida. Al día siguiente lo pasé en un continuo estado extraña serenidad: no podía quedarme a la luz del Sol, ni siquiera al amanecer. Recuerdo a mi Abuelo junto a mi cama, hablándome en tono serio, así como preguntando a Doña Camila y buscando de sus respuestas. A lo que Doña Camila le dice a mi Abuelo y a mí, lo visto la diablesa Lilith, no lo mato porque no quiso, ella volverá, y mirándome a mi me dice ahora que venga de nuevo sométela hijo, yo te diré como lo hagas como lo hagas. – Así terminó Don Jacinto su relato, pero y alcance a preguntarle bueno Don Jacinto y ¿volvió? Contesto Don Jacinto sí que volvió – contestó– y ¿cómo le hizo para someterla? , Don Jacinto soltó una carcajada diciéndome lo hice casándome con ella, yo le dije pues no mas así Don Jacinto, me respondió Don Jacinto ya viste que si me entendiste. Cuando se despidió de mi, mi lo hizo con el saludo correspondiente a como nos reconocemos los masones entre sí. 9
MAESTRO SECRETO Lรกzaharo Hael 10
“MAESTRO SECRETO” Lázaharo Hael
Las enseñanzas Masónicas se concentran en un conjunto de liturgias ordenadas en grados. El total promedio de páginas por liturgia es de 35, y más que enseñar la sabiduría Masónica, señala hacia ella, su contenido es muy amplio pero demasiado condensado, lo anterior sumado al velo que cubre el simbolismo de la alegoría dificultan su comprensión. Por lo anterior, el Masón debe estar muy atento y releer con atención cada palabra o párrafo, porque un pequeño detalle pasado por alto, significa un amplio tema desapercibido. Por todo lo anterior, el Mason debe buscar con criterio crítico, literatura pública que amplíen y profundicen estos temas litúrgicos. La liturgia de Maestro Secreto 4º toca temas como: la palabra I.O.D. la causa primera, el triángulo, el circulo, la estrella flameante, la llave del santuario, el sepulcro, la naturaleza, Instinto social, La consciencia, La razón, la inteligencia, Sentimiento de veneración, el estudio del hombre y del mundo, Consciencia humana, La intuición, Experiencia, El ego, Instinto, Albedrio, Justicia, Voluntad, El Arca de la alianza, La menorah, Gramática, Retorica, Lógica, Aritmética, Geometría, Música, Astronomía, La verdad, el laurel y el olivo, más los personajes y muchos temas colaterales que giran en orbitas alrededor de cada párrafo, nombre, lugares, etc. La palabra I.O.D. o YOD decima letra del alfabeto hebreo, es como una pequeña llama inclinada a la izquierda, como si señalara a Aries primera columna de nuestro templo. A esta letra se le relaciona con el Foat, Nous, Prana, o el aliento ardiente de Dios que puso en movimiento al universo y sostiene la vida. El triángulo que lo contiene tiene una relación con la santísima trinidad, o en cábala con el mundo de las emanaciones y arquetipos Atziluth con sus Sephirot Kether Corona, Chokmah Sabiduría, y Bina entendimiento. El círculo que lo envuelve es 11
el infinito, el universo, el Dios primero que está más allá de toda comprensión. Como causa primera puede entenderse a la fuerza que inicio todo movimiento, pero también puede entenderse como la materia primordial con que está constituido todo cuanto existe, algunos otros nombres de esta materia son: Agente Mágico, Éter, Materia Astral, Lucifer. La letra YOD o IOD es la primera del nombre sagrado de YHVH en Hebreo donde cada letra corresponde a uno de los cuatro mundo de la Cábala: Aziluth mundo arquetípico o de las emanaciones, el mundo divino. Briah mundo de la creación o mundo de los tronos. Yetzirah mundo de la formación y de los ángeles. Assiah mundo de la acción o de la materia. Cada mundo está presidido por un Arcángel: Rafael, Gabriel, Miguel, y Sandalfon. Hasta aquí, el infinito representado por el círculo ha alcanzado su cuadratura a través del universo material conformado por los cuatro elementos: Fuego, Aire, Agua, y Tierra. Cuando la consciencia que ha permanecido hasta entonces como la flama oculta en medio del carbón aparece, la letra veintiuno del alfabeto Hebrero “Shin” en forma de corona de tres brazos o tres mundos superiores de la cábala, cuya posición en la cabalística se encuentra entre HOD esplendor o gloria y MALKUTH reino. Se integra al HVH convirtiéndose en IESHOUA o JESÚS, en Hebreo la estrella flameante de cinco puntas que nuestra liturgia señala como “LA RAZÓN QUE NOS ELEVA SOBRE TODO LO CREADO”. Papús en su libro “Tarot de Marsella” nos señala “IRAM, INRI, IOD-HE-VAU-HE (YHVH) Encierra idéntico misterio bajo diferentes aspectos. El que ha comprendido una de estas palabras posee La llave que abre la tumba de HIRAM ABIFF”. La llave que le es entregada al Maestro Secreto para que penetre en el santuario se refiere al conocimiento oculto, aquel que te llevara al sepulcro de Hiram. Tú propio cuerpo material, y 12
rescatar de ahí, las virtudes del Gran Maestro Arquitecto Hiram simbolizado por su corazón embalsamado que se encuentra en la urna. “¿Dónde está H,’, Intr,’, El maestro que buscaba un guía que le dirigiera en el camino de la verdad? Está en un sepulcro, para que la naturaleza que ha impresionado sus sentidos, se refleje en las profundidades de su pensamiento”. Si. El ser ante la dificultad o imposibilidad por conocerse por sí mismo, crea su “propia” realidad externa, donde a través de esta dualidad, y por el conocimiento negativo de lo que no soy, busca conocerse viéndose reflejado en su propia creación. Entonces, el ser se vistió de materia convirtiéndose en hombre y mujer, la percepción y sensaciones propias de la materia le proporcionaron la piedra de apoyo, para desarrollar su insipiente consciencia. Y su propio cuerpo físico, como la realidad externa cobro formas y dimensiones. Y su razón e inteligencia teniendo como punto de apoyo a la consciencia inicio su desarrollo. La razón al entrar en reflexión de lo que soy y no soy, y la inteligencia como una facultad para resolver las dificultades propias, dieron realizaron a “su” incipiente universo. Instinto social. Como instinto podríamos definirlo como las fuerzas irracionales que ha sido integrada al inconsciente como una necesidad para sobrevivir desde el inicio de los tiempos. Social como la convivencia grupal. Esto podría tener sustento al pensar en la necesidad molecular y celular formando organismos mayores para sobrevivir y alcanzar estructuras más complejas. Existen psicólogos que afirman que el instinto social no nace con el hombre, sino que se hace, hereda, o adquiere conforme crece en la familia, cualquiera de las dos formas, el hombre solo podría sobrevivir por la fortaleza del grupo y evolucionar a través de las experiencias vivenciales adquiridas a través de las circunstancias dentro del género humano y la naturaleza. El estudio del hombre es fundamental en la comprensión del mundo, el universo, y Dios. Porque es a través de la percepción 13
de sus sentidos y sus recursos mentales que el universo cobra existencia dentro de psique humana. Porque no es suficiente que exista, sino también que el hombre sea consciente de ello. Lo cual nos lleva a sintetizar que comprender al hombre es comprender el mundo, el universo, y a Dios. Como albedrio se reconoce la potestad de obrar por reflexión y elección propia. El hombre vive en sociedades regidas por leyes, mismas que tratan sobre la justicia y el correcto vivir. De modo que el libre albedrio absoluto no existe. Las leyes, justicia, y albedrio son temporales en cuanto van cambiando según la evolución del pensamiento humano. El simbolismo es polivalente según el contexto en se encuentre. De modo que el Arca bien podría ser el hombre encarnado como el contenedor de las tablas con los Diez Mandamientos, la vara de Aarón que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. Los dos Ángeles o Kerubines sobre el arca, nos hablan de la dualidad, la materia y el espíritu. Algunos escritores han llegado a mencionar que tales seres sobre el arca, eran un Ángel copulando con una Mujer, Espíritu y Materia. Y el arca sobre la que se apoyaban, sería el universo con todas sus leyes y fuerzas. Viendo todo lo anterior desde el contexto de la liturgia del Maestro Secreto, dice que el Arca estaba frente al orador y frente a ella la Menorah o candelero de siete luces que no es otra cosa que la Cábala completa. Pero, por sus siete luces podríamos identificarlo como el universo manifiesto compuesto por los siete Sephirot inferiores, y el Arca con los tres Sephirot superiores, que anatómicamente diríamos, la Cabeza y el cuerpo humano… Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Dios creó la naturaleza, su hija y esposa. Y siendo la naturaleza una extensión de él mismo, creo a través de ella al hombre físico, al “Adam de barro” al “Golem” y “Dios insufla en su nariz aliento de vida; y fue el hombre en alma viviente” Gn. 2:7 14
Esto nos recuerda la alegoría del enfrentamiento de Iblis y los Heloims contra Adonaí, estando de por medio Eva y Adán… Bueno, al igual que la IOD está en todo el alfabeto Hebreo, Dios está en todo y todo está en Dios… “El que tenga oídos para oír, oiga” La naturaleza forma al pre humano y lo provee de todas las fuerzas instintivas que le ayudaran en su sobrevivencia. Pero el hombre a pesar de continuar inmerso en ella, paradójicamente ha emergido al desarrollar su consciencia, inteligencia y razón, que al margen de la opinión de la ciencia oficial podríamos decir que con la razón nació un cuarto reino… El reino humano. No es posible seguir pensando en el Sanctum Sanctorum, La bóveda secreta, La urna con el corazón embalsamado de Hiram Abiff como algo poético y fantasioso. Esto es simbólico, y como tal, tiene una verdad detrás. Es increíble como un tema nos lleva a otro y a otro más, Pero, los límites para un trazado o columna gravada, son dos hojas, y Todo lo anterior tiene profundidades que no se vislumbra su fondo, esto hace difícil o más bien imposible agotar todo el material en el presente. Más sin embargo, todo tiene como centro al hombre y su evolución. Pero sobre todo, la evolución de la consciencia, inteligencia, razón, justicia, albedrio, intuición, etc. Podría pensarse que el presente es una fantasía o que algunas cosas son inexactas. Y lo son mientras no busquen la confirmación por ustedes mismos. Las palabras ajenas carecen de valor mientras el hombre no las confirme por propia experiencia, sin embargo, sería poco inteligente negarlas por propia ignorancia. El grado de Maestro Secreto es el inicio del estudio esotérico de la Ciencia Sagrada de la Masonería, o sea, el estudio del hombre interior y sus fuerzas… 15
Concluyo sin terminar. Existen dos senderos y una tercera resultante para accesar al ser interior. El de las serpientes que ondulantes suben por Sephirot y columnas, y cuyo poder para ascender es la emotividad y sentimiento, donde el hombre alcanza su apoteosis a través del Ceremonial. El otro Sendero es el de los Arcángeles. El Vuelo de la Flecha. El del Sendero del Medio o MEDITACIÓN. La primera técnica es la del teúrgo mientras que la segunda es la del místico, Técnica que tiene como inicio la práctica de la concentración por la fuerza de la voluntad, como lo indica la liturgia del Grado 18. S,’, P,’, R,’, C,’, y como consecuencia existe la tercera, que combina las dos anteriores. Pensar que todo lo anterior es una fantasía, es aceptar que hemos perdido el tiempo en la Masonería. Tomar como verdad palabras no propias, es aceptar letras y enunciados como verdades concretas. A vosotros les corresponde dejar de especular y pasar a la forma operativa en la búsqueda de la verdad. Tomad la llave de Marfil que te fue entregada en la iniciación como Maestro Secreto y adéntrate en el sepulcro sagrado del Maestro Hiram Abiff, y busca la urna que contiene su corazón embalsamado reviviendo en ti sus virtudes y atributos sagrados. “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder” 1Co. 4:20
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LOS ARTIFICES
HIPPOLYTO JOSEPH COS 18
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ALBERT MACKEY 19
BOSQUEJO PARA
LA HISTORIA DE LOS ARTIFICES DIONISIACOS Un fragor POR HIPPOLYTO JOSEPH COSTA, ESQ. LONDRES VENDIDO POR MENSAJES. SHERWOOD, NEELY, Y JONES,
PATERNOSTER-FILA. 1820 Precio Tres Chelines.
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Los misterios de los antiguos, y las asociaciones en que se enseñaron sus doctrinas, apenas han sido considerados en los tiempos modernos, pero con el fin de denunciarlos y ridiculizarlos. Los sistemas de la mitología antigua han sido tratados como absurdos monstruosos, degradando la razón humana, conduciendo a la idolatría y favoreciendo la depravación de los modales. Sin embargo, merecen atención, si se contemplan los motivos de sus inventores, en lugar de la perversidad y la ignorancia de sus corruptores. Cuando se privó a los hombres de la luz de la revelación, aquellos que formaron sistemas de moralidad para guiar a sus semejantes, de acuerdo con los dictados de una razón mejorada, merecían el agradecimiento de la humanidad, por muy deficientes que pudieran ser esos sistemas, o el tiempo podría haberlos alterado; El respeto, no la burla, debe asistir a los esfuerzos de aquellos hombres buenos; aunque sus labores hubieran resultado inútiles. En este punto de vista, debe considerarse una asociación, rastreada hasta la antigüedad más remota y conservada a través de innumerables visitas, pero conservando las marcas originales de su fundación, alcance y principios. Parece que, en un período muy temprano, algunos hombres contemplativos estaban deseosos de deducir de la observación de la naturaleza, reglas morales para la conducta de la humanidad. La astronomía fue la ciencia seleccionada para este propósito; La arquitectura fue llamada posteriormente en ayuda de este sistema; y sus seguidores formaron una sociedad o secta, que será objeto de esta investigación. 21
La continuidad de este sistema se encontrará a veces rota, un efecto natural de teorías en conflicto, de la alteración de los modales y del cambio de las circunstancias, pero hará su aparición en diferentes períodos, y la misma verdad se verá constantemente. La importancia de calcular con precisión las estaciones del año, para regular las actividades agrícolas, la navegación y otras actividades necesarias en la vida, debe haber hecho de la ciencia de la astronomía un objeto de gran cuidado, en el gobierno de todas las naciones civilizadas; y la predicción de los eclipses, y otros fenómenos, deben haberse obtenido para lo aprendido en esta ciencia, tal respeto y veneración de la multitud ignorante, para que sea extremadamente útil para los legisladores, al formular leyes para regular la conducta moral de su pueblo. Las leyes de la naturaleza y las reglas morales que se deducían de ellas se explicaban en las historias alegóricas, que llamamos fábulas, y esas historias alegóricas estaban impresionadas en la memoria por ceremonias simbólicas denominadas misterios, y que, aunque luego se malinterpretaron y aplicaron mal, contenían Sistemas de la teoría de la filosofía más profundos, sublimes y útiles. Entre esos misterios destacan los peculiares elususianos. Dionisio, Baco, Orisis, Adonis, Thamuz, Apolo, etc., fueron nombres adoptados en varios idiomas, y en varios países, para designar a la Divinidad, que era el objeto de esas ceremonias, y generalmente se admite que el sol estaba destinado Por estas varias denominaciones.1 1 El número de autoridades para probar esto se recoge en Kirker, vol. Yo p. 288. Ogygia me Bacchum canit, Osiris Egyptus putat, Arabiæ gens Adoneum. Ausonius en Myobarbum Epig. 29.
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Comencemos con un hecho, no discutido, que en estas ceremonias se representó una muerte y una resurrección, y que el intervalo entre la muerte y la resurrección fue a veces de tres días, a veces de quince días. Ahora, por el testimonio concurrente de todos los autores antiguos. 2 las deidades llamadas Osiris, Adonis, Baco, y c. fueron nombres o tipos dados, representando el sol, considerados en diferentes situaciones, y contemplados bajo varios puntos de vista. 3 Por lo tanto, estas representaciones simbólicas, que describían al sol como muerto, es decir, escondidas durante tres días bajo el horizonte, deben haberse originado en un clima donde el sol, cuando se encuentra en el hemisferio inferior, se encuentra, en cierta estación del año. El año, oculto durante tres días a la vista de los habitantes. De hecho, tal clima se encuentra en el norte hasta la latitud 66 °, y es razonable concluir que, de un pueblo que vive cerca del círculo polar, la adoración del sol, con tales ceremonias, debe haberse originado; y algunos han supuesto que esta gente era la Atlántida. 4 La adoración del sol se remonta generalmente a los ritos mitráicos y los inventados por los magos de Persia. Pero si el sol puede convertirse en un objeto de veneración, si se puede pensar que la preservación del fuego merece ceremonias religiosas, es más natural que sea con personas que viven en un clima helado, para quienes el sol es el mayor consuelo. , cuya ausencia bajo el horizonte durante tres días es un evento deplorable, y cuya aparición sobre el horizonte es una verdadera fuente de alegría. 2 Meursius ha recopilado todas las autoridades y fragmentos encontrados en autores antiguos en las ceremonias eleusinas. 3 Plutarco, De Iside y Osiride. 4 Recherches sur les Atlantides.
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No es así en Persia, donde el sol nunca se oculta durante tres días juntos bajo el horizonte, y donde sus rayos penetrantes están tan lejos de ser una fuente de placer, que ser protegidos de ellos, disfrutar de tonos fríos, es uno de esos Las comodidades, para lograr que se ejerza todo el ingenio del arte. La adoración, por lo tanto, del sol, y el mantenimiento de los fuegos sagrados, debe haber sido una introducción extranjera a Persia. La conjetura se ve reforzada por algunos hechos importantes que, en referencia a las alusiones astronómicas, colocan la escena fuera de Persia, aunque la teoría se encuentra allí. En el Boun Dehesch (traducido por Anquetil Du Perron página 400) encontramos que “el día más largo del verano es igual a los dos más cortos del invierno; y que el más larga noche en el invierno es igual a las dos noches más cortas en verano”. Esta circunstancia solo puede tener lugar en la latitud de 49 ° 20 ', donde el día más largo del año es de dieciséis horas y diez minutos, y el más corto de ocho horas y cinco minutos. Esta latitud está muy lejos de los límites de Persia, donde la historia coloca a Zoroastro, a quien las doctrinas sagradas; Del libro persa Boun Dehesch se atribuyen. Esta proporción, entonces, de días y noches, como regla general, solo podría ser cierta en Escitia, ya sea en las fuentes de Irtisch, Oby, Jenisci o Slinger. No sabemos nada de la historia antigua de esos escitas o masagetas, pero sabemos que disputaron su antigüedad con los egipcios. 5 y que el principio anterior, aunque atribuido al Zoroastro persa, solo es aplicable al país de esos escitas. Pero que el origen de los misterios del sol comience donde sea posible, se celebraron en Grecia, en varios lugares, entre otros, en Appollonia, una ciudad dedicada a Apolo, y situada en la latitud 41 ° 22 '. 2 En esta latitud, el día más largo tiene quince 5 Herodoto.
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horas, diferenciándose tres horas de la duración del día en que el sol está en el equinoxial: lo contrario es el caso de las noches. Esta circunstancia explicará la conservación de tres días en estos misterios, incluso cuando se celebre en Grecia, también por los quince días, o representación del número de quince en algunos de los ritos elusinianos. Los números misteriosos se emplearon para designar tales y similares operaciones de la naturaleza, ya que se dice que los símbolos y secretos pitagóricos fueron tomados de los ritos Orphic o Eleusinian; y que consistían en el estudio de las ciencias y las artes útiles, unidos a la teología y la ética, y se comunicaban en cifras y símbolos. 6 En muchos otros autores se encuentran indicios similares sobre la importancia mística de los números.7 Las letras, que representan números formaron nombres cabalísticos, expresivos de las cualidades esenciales de aquellas cosas que querían representar; e incluso los griegos, cuando tradujeron nombres extranjeros, cuya importancia cabalística sabían, los representaron con letras griegas, para preservar la misma interpretación en números, que encontramos ejemplificada en el nombre del Nilo. 8 6 Jamablicus. parte. Me tapa 32. 7 Plutarco (in vitæ Numæ) dice que “para ofrecer un número impar a los dioses celestes, y uno par a la terrestre, es correcto. El sentido de qué precepto está oculto de lo vulgar”. El mismo Plutarco (en vitæ Lycurgi) que explica el número de los senadores espartanos, que tenían 28 años, dice: “tal vez haya un número perfecto formado por siete, multiplicado por cuatro, y con el primer número después de seis que sea igual a todas sus partes “. Otra prueba de la importancia mística de los números se encuentra en Plutarco (en vitæ Fabii). “La perfección del número tres consiste en ser el primero de los números impares, el primero de los plurales, y que contiene en sí las primeras diferencias, y la primera Elementos de todos los números “. 8 La fertilidad causada por las inundaciones del Nilo sobre el país adyacente hizo que este río fuera considerado como una representación mística del sol, padre de p. 9 Toda la fecundidad de la tierra; y, por lo tanto, se le dio un nombre que contiene el número 365, o días en el año solar. Los griegos así conservaron el nombre. Ν {griego N } 50 Ε {griego E } 5 25
Pero en el número tres al que se hicieron tantas alusiones místicas y morales, había una referencia a los tres círculos celestes, dos de los cuales el sol toca, pasando sobre el tercero en su curso anual. 9 Algunos supusieron que los misterios de Eleusis, al igual que los de Dionisio o Baco, habían sido introducidos en Grecia por Orfeo: 10 pueden haber venido de Egipto, pero Egipto puede haberlos recibido en un período anterior de los persas, y éstos nuevamente de los escitas; pero tomándolos solo como los encontramos en Grecia, daremos aquí un resumen de sus ceremonias. El aspirante a estos misterios no fue admitido como candidato hasta que llegó a cierta edad, y se designó a determinadas personas para que lo examinaran y prepararan para los ritos de iniciación. 11 Aquellos, cuya conducta fue encontrada irregular, o quienes habían sido culpables de crímenes atroces, fueron rechazados, y aquellos considerados dignos de ser admitidos fueron instruidos por símbolos significativos en los principios de la sociedad. 12 En la ceremonia de admisión en estos misterios, el candidaΙ {griego I } 10 Λ {griego L } 30 Ο {griego O } 70 Σ {griego S } 200 365 9 Grec de Potter. Antiq. 10 Dionysius Siculus, Lib. VI. dice, que los atenienses inventaron los misterios elusinianos; pero en el primer libro de su biblioteca dice que fueron traídos de Egipto por Erecteus. Theodoret Lib. Grec. Afecta, dice, que fue Orfeo quien inventó esos misterios, imitando, sin embargo, las festividades egipcias de Isis. Arnobius y Lactantius describen esos misterios, al igual que Clemens. 11 Hesichius en γδραυ {griego gdrau } ”Fueron exhortados a dirigir sus pasiones. Porphir. Ap. Sob. Ecclog. Phis. P. 142. Para merecer la promoción mejorando sus mentes. Arrian en epictet. lib. 3 cap. 21. 12 Clemens, Strom. Lib. Yo p. 325. lib. VIII. pag. 854.
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to fue mostrado por primera vez en una habitación oscura, llamada capilla mística. 13 Allí se le plantearon ciertas preguntas. Cuando se introdujo, el libro sagrado se adelantó, entre dos pilares o piedras: 14 fue recompensado por la visión: una multitud de luces extraordinarias, algunas de las cuales son dignas de un comentario particular. Se puso de pie sobre una piel de oveja; La persona opuesta fue llamada la reveladora de cosas sagradas. 15 y también estaba vestido con una piel de oveja o con un velo de color púrpura, y en su hombro derecho una piel de mula manchada o abigarrada, representando los rayos del sol y las estrellas. 16 A cierta distancia se encontraba el portador de la antorcha 1 que representaba el sol; y junto al altar había una tercera persona, que representaba a la luna. 17 Por lo tanto, prevemos que durante esas asambleas presidieron tres personas, en diferentes empleos, y podemos observar que en el gobierno de las caravanas en los países del este, tres personas también las dirigen, aunque hay cinco oficiales prin13 μυςχος σηχος {Griego mu s xo s shxo s }
14 πετρωμα { Petrwma griega }
15 αντοψια { antopsia griega } 16 ιεροφαντες {griego ierofante s } 17 Mairobius Saturnalia. Lib. I. c. 8. Copiaré aquí una traducción al inglés de este pasaje, que he leído en alguna parte. “El que desea en pompa de vestimenta sagrada, el resplandeciente cuerpo del Sol para expresarse, pág. 11 En primer lugar, un velo debe asumir un brillo púrpura. Como rayos blancos claros combinados con una luz ardiente; En su hombro derecho, a continuación, la amplia piel de una mula, Ampliamente diversificado con orgullo manchado, debería colgar una imagen del polo divino, y estrellas medievales cuyas orbes brillan eternamente; una zona dorada y espléndida, entonces, su chaleco debe lanzarlo, y atarlo alrededor de su pecho, en una poderosa muestra cómo con luz dorada, el sol naciente desde los últimos límites de la tierra, y la noche Surge repentina y con una fuerza inigualable, Dardos a través de las olas del viejo Océano en su curso Un esplendor ilimitado, por lo tanto, consagrado en el rocío, juega en sus remolinos, glorioso a la vista, mientras que sus aguas circundantes se extienden hacia el exterior, llenas en presencia del dios radiante; Pero el círculo del océano, como una zona de luz, los anchos pechos del sol ceñen y encantan la vista de las varitas.
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cipales, además de los tres matemáticos; esas tres personas son, el comandante en jefe, que gobierna todo; el capitán de la marcha, que tiene el poder dominante, mientras la caravana se mueva; y el capitán del resto, o refrigerio, que asume el gobierno, tan pronto como la caravana se detiene para refrescarse. 18 Algunos autores han observado la misma división de poder, en la marcha de los israelitas a través del desierto, y consideran a Moisés como el capitán general, Josué, el capitán de la marcha; y tal vez Aaron como el capitán del resto. 19 La sociedad de la que estamos hablando estaba gobernada por tres personas, con diferentes tareas asignadas, por una costumbre de la antigüedad más remota. Los misterios, sin embargo, no se comunicaron a la vez, sino por graduaciones, 20 en tres partes diferentes. El negocio de la iniciación, propiamente hablando, se dividió en cinco secciones, como encontramos en un pasaje de Theo, quien compara la filosofía con esos ritos místicos. 21 Estas ceremonias, hasta ahora, parecen contener los misterios 18 αδουχοσ {Griego dadouxos } 19 Ateneo, Lib. V. cap. 7. 20 Fragmentos, agregados al Dict de Calmet. Disertación sobre las caravanas, tomada del Coronel Campbell’s Travels en la India. 21 De nuevo, la filosofía puede llamarse la iniciación en las ceremonias sagradas y la tradición de los misterios genuinos; porque hay cinco partes de iniciación. La primera es la purgación previa; porque tampoco se comunican los misterios a todos los que están dispuestos a recibirlos; pero hay ciertos personajes, que son impedidos por la voz del pregonero; como aquellos que poseen manos impuras, y una voz inarticulada; ya que es necesario que los que no son expulsados de los misterios primero sean refinados por ciertas purgaciones; Pero después de la purgación, la tradición de los derechos sagrados tiene éxito. La tercera parte se denomina inspección. Y el cuarto, que es el fin, la fijación de las coronas: para que el iniciado pueda, por este medio, poder comunicar a los demás los ritos sagrados, en los que se le ha instruido; si después de esto se convierte en portador de la antorcha, o en un intérprete de los misterios, o en alguna otra parte del oficio sacerdotal. Pero el quinto, que se produce a partir de todo esto, es la amistad con la divinidad, y el disfrute de esa felicidad, que surge de la conversación íntima con los dioses.
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menores, o la primera y segunda etapas del candidato en su avance a través del curso de sus iniciaciones. Hubo, sin embargo, una tercera etapa, cuando el candidato, él mismo, se hizo simbólicamente para acercarse a la muerte y luego volver a la vida. 22 En esta tercera etapa de la ceremonia, el candidato fue tendido en el sofá, 23 para representar su muerte. En cuanto a las festividades en las que se celebraron esos misterios, encontramos que el 17 de mes Athyr 24 las imágenes de Osiris fueron encerradas en un ataúd o arca: en el 18 fue la búsqueda; 25 y el 19 fue el hallazgo. 26 Thug en fábulas o historias simbólicas, relacionadas con estos misterios, encontramos a Adonis muerto y resucitado; las mujeres sirias que lloran por Thamuz, & c. Examinemos ahora lo que significaba este símbolo La muerte y la resurrección, o por ciertos personajes, dicen haber visitado el Hades, y volver de nuevo. 27 22 “Me acerqué a los confines de la muerte, pisando el umbral de Proserpine y, tras ser transportado a través de todos los elementos, volví a mi prístina situación. En las profundidades de la medianoche vi el sol brillando con una luz espléndida. , junto con los dioses infernales y sobrenaturales, y acercándome más a esas divinidades, pagué el tributo de la devota adoración “. Apuleius Metamorph. lib. III. 23 παςος {griego pa s o s } 24 Este mes, Athyr, según las respuestas del año juliano a noviembre, o el solsticio de invierno; pero con los judíos, el mes de Thamuz, cuando se celebraron las solemnidades de Adonis en Judea, fue en junio, o solsticio de verano. La razón parece ser que los judíos que tomaron este mes del año vago de los egipcios (y no del año fijo) asentaron a Thamuz en el solsticio de verano. Selden De diis Syriis. Kirker, vol. Yo p. 291. 25 {ητησις {Griego zhthsi s } Plutarco. 26 ευρεσις {Griego euresi s } Plutarco. 27 Debemos observar aquí que las fábulas tenían la intención de transmitir más de un
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Parece que este tipo en todas sus diversas formas y denominaciones, Indicó que el sol pasaba hacia el hemisferio inferior y volvía a subir. Los egipcios, que observaron esta adoración del sol, bajo el nombre de Osiris, representaron al sol en la figura de un anciano, justo antes del solsticio de invierno, y lo tipificaron por Serapis, teniendo la constelación de Leo frente a él, el Serpiente o hidra debajo de él, el lobo al este del león y el perro al oeste. Este es el estado del hemisferio sur a medianoche de ese período del año. Los mismos egipcios representaban el sol por el niño Harpócrates, en el equinoccio vernal; y luego fue la festividad de la muerte, el entierro y la resurrección de Osiris; es decir, el sol significado; En prueba de que copiamos el siguiente pasaje: se topan con otras cosas, pero respetando a sus padres. Por último, las fábulas son materiales, como los egipcios emplean ignorantemente, considerando y llamando divinidades de naturalezas corporales; tales como Isis, Tierra, Osiris, Humedad, Tifón, Calor; o nuevamente, denominando agua de Saturno, frutas de Adonis, y Baco, vino. Y, de hecho, afirmar que están dedicados a los dioses, de la misma manera que las hierbas, las piedras y los animales, es la parte de los hombres sabios; pero llamarlos dioses es solo la provincia de los necios y los locos; a menos que hablemos de la misma manera, como cuando de una costumbre establecida llamamos al orbe del sol y sus rayos el sol mismo. Pero podemos percibir el tipo de fábulas mixtas, así como en muchos otros detalles, como cuando se relacionan, esa discordia, en el banquete de los dioses a través de una manzana dorada, y que una disputa sobre esto surge entre las diosas, fueron enviados por Júpiter para tomar el juicio de París, quien, encantada con la belleza de Venus, le dio la manzana con preferencia al resto. Porque en esta fábula, el banquete denota los poderes supramundanos de los dioses, y por esta razón, una conjunción subsistente entre sí: pero la manzana dorada denota el mundo, que a causa de su composición de naturalezas contrarias, no se dice incorrectamente ser arrojados por la discordia o la lucha. Pero, una vez más, dado que diferentes dioses imparten diferentes dones al mundo, parecen competir entre ellos por la manzana. Y un alma que vive según el sentido (porque esto es París) y que no percibe otros poderes en el universo, afirma que la manzana es la belleza de Venus. De estas especies de fábulas, como las teológicas, pertenecen a los filósofos, las físicas y animáticas a los poetas. Salust, el filósofo platónico.
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en el hemisferio inferior; Solo subiendo, y subiendo arriba en el hemisferio superior. En esta situación superior, el sol se llamaba Horus, Mitra, & c. y aclamado como sol invictus . Ahora señalaremos algunos otros símbolos para expresar los mismos fenómenos, aunque diferentes de los tipos que tratamos en la actualidad. En los monumentos astronómicos mitraicos, donde la figura de un hombre está representada conquistando y matando a un toro, hay dos figuras a sus lados con antorchas; uno apuntando hacia abajo, el otro hacia arriba. Estos monumentos, donde se representan los misterios en cuestión, el hombre que mata y conquista al toro, representa al sol, pasando al hemisferio superior, a través del signo de Tauro, que en ese remoto período (cuatro mil seiscientos años antes de nuestra era) Fue el signo equinoxal. Los dos portadores de antorchas, el que apunta su antorcha hacia abajo, el otro hacia arriba, representa al sol que pasa hacia el hemisferio inferior y vuelve a subir. En el momento remoto al que se aludía, el sol entró en el signo de Tauro, en el equinoccio de verano, y el año se inició en este período entre los astrónomos egipcios. 28 Posteriormente, como consecuencia de la precesión de los equinoccios, el equinoccio de verano tuvo lugar en el signo de Aries; por lo tanto, parte de los egipcios transfirieron su adoración del toro o becerro al carnero; 29 mientras otros seguían adorando al toro. 30 28 “Los egipcios comenzaron a contar sus meses desde el momento en que el sol entra, ahora, al comienzo del signo Aries”. 29 ¿Por qué él (Arato) ha tomado el comienzo del año de Cáncer, cuando los egipcios datan del comienzo de Aries? Theon. pag. 69. Heródoto (L. 2. cap. 24) dice que la estatua de Júpiter Ammon tenía la cabeza de un carnero, Eusebio (Præparat. Evang. L. 3. cap. 12.) nos dice que el ídolo de Amón tenía un carnero. Cabeza con los cuernos de una cabra. 30 Strabo (L. 17.) nos informa, que en su tiempo, los egipcios en ninguna parte sacrifi-
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Podemos explicar esto en el lenguaje de nuestros astrónomos modernos diciendo que algunos de los sabios egipcios continuaron contando con el zodíaco móvil, mientras que otros estimaron el año con el zodíaco fijo; y esta circunstancia produjo una división de sectas en la gente, ya que era una división de opinión, entre los sabios. Asimismo, por la misma precesión de los equinoccios, el sol, pasó de Aries a Piscis en el equinoccio vernal, unos trescientos treinta y ocho años antes de nuestra era; sin embargo, el comienzo del año continuó siendo contado por Aries. Si la astronomía egipcia y la religión egipcia hubieran existido con el mismo vigor, ambos habrían sufrido una alteración similar; pero los sistemas egipcios estaban en ese período casi aniquilados. Podemos observar, sin embargo, que los cristianos, al comienzo de nuestra era, marcaron sus tumbas; Con los peces, como emblema del cristianismo, para distinguir sus sepulcros de los de los paganos, por un símbolo desconocido para ellos. Al regresar de esta breve digresión a nuestro propósito inmediato, debemos observar que si esas ceremonias y símbolos debían representar al sol y las leyes de sus movimientos, estos fenómenos de la naturaleza se estudiaron con una visión moral, como si fueran ellos mismos. Tipos o argumentos para una filosofía más sublime o metafísica; y las reglas morales deducidas de allí, quedaron impresas en la memoria por esas imágenes y representaciones animadas. La aparición del sol en el hemisferio inferior, y su regreso, fue contemplada como una prueba o como un símbolo de la inmortalidad del alma; Uno de los principios más importantes, así como los más sublimes de la filosofía platónica. 31 caban ovejas sino en el Nome Nome. 31 “También Pindar, hablando de los misterios elusinianos, deduce esta inferencia:” Bienaventurado es él, que habiendo visto las cosas comunes bajo la tierra, también sabe cuál es el fin de la vida, porque conoce el imperio de Júpiter “. Clemens Strom. Lib. III. pag. 518.
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Las doctrinas de la espiritualidad y la inmortalidad del alma, explicadas por esos símbolos, fueron muy poco comprendidas, incluso por los iniciados; Así encontramos algunos de ellos. 32 tomó esos tipos para significar meramente el presente cuerpo, por sus descripciones de las moradas infernales; mientras que, el verdadero significado de estos misterios inculcó la doctrina de un estado futuro del alma, y recompensas y castigos futuros; y que tales fueron las doctrinas de esos filósofos es demostrado por muchas e indiscutibles autoridades. 33 La unión del alma con el cuerpo fue considerada como la muerte del alma; sus; la separación como la resurrección del alma; 34 y tales ceremonias y tipos tenían la intención de impresionar la doctrina de la inmersión del alma en la materia, como está bien documentado. 35 “Ya que en Phædo se venera con un silencio cada vez mayor, la afirmación entregada en los Discursos Arcanos; que los hombres son colocados en el cuerpo, como en una cierta prisión, asegurados por un guardia, y testifican, según las ceremonias místicas, las diferentes asignaciones. de las almas puras e impuras en el Hades; sus hábitos, y el triple camino . p 18 que surge de sus esencias, y por lo tanto, de acuerdo con las instituciones paternos y sagrados, todas las cuales están llenas de la teoría simbólica, y de las descripciones poéticas en relación con el ascenso y El descenso de las almas, los signos dionisíacos, el castigo de los titanes, las trivialidades y las andanzas en el Hades, y todas las cosas del mismo tipo “. Proclo, en Com. de la política de Plauto, p. 723. 32 Macrobius. 33 “Vivimos su muerte, y morimos su vida”. Macrobio mismo. 34 “Los antiguos teólogos también testifican que el alma está en el cuerpo, como en un sepulcro, para sufrir el castigo”. Clemens, Strom. Lib. III. pag. 518. 35 “Cuando el alma ha descendido a la generación, ella participa del mal, y se precipita profundamente en la región de la disimilitud, para ser completamente fusionada en nada más que en el oscuro lodo”. Otra vez, “Por consiguiente, el alma muere a través vice, tanto como es posible para el alma a morir, y la muerte del alma es, mientras fusionada o bautizado, por así decirlo, en la p. 19 cuerpo presente, para descender en la materia, y llénate de su impureza, y después de salir de este cuerpo, para quedar absorto en su inmundicia, hasta que vuelva a una condición superior, y levante su ojo del abrumador fango. Porque sumergirse en la materia es descender al Hades. , y allí se duermen “.
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Por el emblema del sol que descendía en el hemisferio inferior también se representaba el alma del hombre, que a través de la ignorancia y el incultivo, estaba en un estado en comparación con el sueño, o casi muerto; cuyo misterio pretendía estimular al hombre al aprendizaje de las ciencias. 36 Los egipcios también consideraban la materia como una especie de barro o fango, en la cual el alma estaba sumergida; 37 y en un antiguo autor encontramos una recapitulación de estas teorías en el mismo sentido. 38 Plotino, en Enead. I. lib. VIII. pag. 80. “¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?” ROM. VII. v. 24. 36 El que no puede, mediante el ejercicio de su razón, definir la idea del bien, separarla de todos los demás objetos y perforar, como en una batalla, a través de todo tipo de argumento; esforzarse por discutir, no según la opinión, sino según la esencia, y proceder a través de todas estas energías dialéticas, con una razón inquebrantable: el que no puede lograr esto, no diría que ni conoce el bien en sí mismo, ni nada de lo que es bien denominado bien? ¿Y no dirías que tal persona, cuando capta alguna imagen determinada de la realidad, la capta más bien por medio de la opinión que de la ciencia? que en la vida actual está hundido en el sueño y familiarizado con los delirios de los sueños, y que antes de ser despertado a un estado vigilante, descenderá al Hades y se abrumará con el sueño perfectamente profundo? “ Platón, De Rep. Lib. VII. 37 Los egipcios llamaron materia (lo que simbólicamente denominaron agua) los sedimentos o sedimentos de la primera vida, siendo la materia, por así decirlo, un cierto fango o fango. Simplicio, en arist. Phis. pag. 50. 38 Por último, para poder comprender la opinión de los antiguos teólogos sobre el estado del alma después de la muerte, en pocas palabras, consideraron, como hemos afirmado en otros lugares, las cosas divinas como las únicas realidades, y que todas las demás eran solo las imagenes p. 20O sombras de la verdad. Por lo tanto, afirmaron que los hombres prudentes, que trabajaban seriamente en asuntos divinos, estaban por encima de todos los demás en un estado de vigilancia. Pero esos hombres imprudentes, que perseguían objetos de una naturaleza diferente, estando dormidos, por así decirlo, solo estaban comprometidos en los delirios de un sueño; y que si murieran en este sueño, antes de ser despertados, se verían afligidos con visiones similares y aún más agudas en un estado futuro. Y que el que en esta vida persiguió realidades, después de la muerte, disfrutaría la verdad más elevada; por lo tanto, el que conocía las falacias, en lo sucesivo, sería atormentado en extremo con falacias y delirios: como el uno estaría encantado con los verdaderos objetos de disfrute, el otro sería atormentado con semblantes engañosos de la realidad “.
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Los persas, que siguieron los principios de Zerdoust, llamados por los griegos Zoroastro, habiendo recibido las mismas doctrinas sobre la contemplación mística del sol, hicieron también la misma aplicación metafísica al alma, del paso del sol a través de los signos; del zodiaco. 39 El sol, además, era considerado como el símbolo del principio activo; mientras que la luna y la tierra eran símbolos de lo pasivo. 40 El sol mismo, considerando su influencia beneficiosa en el mundo físico, fue elegido como; el símbolo de la Deidad, aunque luego fue tomado por el vulgo como una Deidad. 41 Ficino, De Immortalitate Anim. Lib. XVIII. pag. 411. 39 Platón menciona que este Zoroastro, doce días después de su muerte, cuando ya estaba en el montón, volvió a la vida, lo que tal vez representó, si no algo más abstracto, la resurrección de aquellos que son recibidos en el cielo, pasando por el doce signos del zodiaco; y él dice, asimismo, que sostienen que el alma descienda a través de los mismos signos cuando tiene lugar la generación. Esto no debe tomarse de ninguna otra manera, más que los doce trabajos de Hércules, mediante los cuales, cuando se hace, el alma se libera de todos los dolores de este mundo. Clemens, Strom. Lib. V. p. 711. 40 Apuleius. 41 Mocopulus, en Hesoid, Ptol. Ver Cudworth, Libro. I. cap. 4. “Este Dios, si debía ser llamado aquello que está por encima de la mente y p. 21 comprensión, o la idea de todas las cosas, o el que, (puesto que la unidad parece ser la más antigua de todas las cosas) o de lo contrario, como Platón Como solía llamarlo, Dios, digo que esta causa uniforme de todas las cosas, que es el origen de toda la belleza y la perfección, la unidad y el poder, produjo de sí mismo un cierto sol inteligible, de todas las formas como él, del cual es el sol sensible. pero una imagen “. Orat de julian en alabanza del sol. “Vemos la unidad (de Dios) como el sol desde una distancia oscura, si te acercas, aún más oscuro; y, por último, impide ver cualquier otra cosa. Verdaderamente es una luz incomprensible, inaccesible, y profundamente es en comparación con el sol, a lo que cuanto más te ves, más ciego te vuelves “. Damascius, Platonicus, De Unitate. Los restos de los sectarios de Zoroastro, llamados ahora en Persia, Guebres, y quienes llevan una vida miserable, y más perseguidos por los mahomedanos que los judíos están en Europa por los cristianos, aún realizan sus devociones y dicen sus oraciones hacia el sol. o fuego; pero afirman, que no los adoran, solo los conciben símbolos de la Deidad.
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Debe observarse particularmente aquí, que los diferentes nombres que los egipcios (de quienes los griegos aprendieron) le dieron a Dios, en lugar de significar que varios dioses eran solo expresiones de los diferentes efectos productivos del único Dios. 42 No muy diferente de lo que los judíos derivan del gran nombre Tetragramaton. 43 Las fábulas, alegorías y tipos de los antiguos, de tres clases, 44 importan algunas veces varios significados; por lo tanto, algunas de las ceremonias a las que se atribuye una importación sublime, también se aplican para tipificar operaciones menos dignas, en el sistema natural. Así, por ejemplo, la fábula de Proserpine, que alude a la inmersión del alma en el cuerpo, también se empleó para simbolizar el funcionamiento de la semilla en el suelo. 45 Pero la doctrina general de Platón del descenso del alma a la oscuridad; del cuerpo, los peligros de las pasiones, los tormentos de los vicios, parecen ser descritos perfectamente por Virgil; 46 aunque este poeta era de la secta epicúrea, el más de Vide Stanley, De Vet. Persa 42 “El primer Dios, antes del ser y el único, es el padre del primer Dios, que él generó, preservando su unidad solitaria, y esto está por encima de la comprensión, y ese prototipo que se dice es su propio padre, su hijo, un padre, y verdaderamente Dios bueno ... Este es el comienzo, Dios de los dioses, unidad de uno, por encima de la esencia, el principio de esencia, la esencia proviene de él, por esta razón se llama padre de la esencia: este es el ser, el principio de inteligencia: estos son los principios más antiguos de todos ... Esta inteligencia que actúa o opera, que es la verdad del Señor y la ciencia, en la medida en que procede en la generación, que revela el poder oculto. de las razones ocultas, se llama en el idioma egipcio Ammon, pero en la medida en que actúa sin falacia, y también artificialmente con la verdad, se llamaPhta ; los griegos lo llaman Vulcano, considerando la actuación u operación; en la medida en que él es el operador de todo bien, se llama Osiris, quien como consecuencia de su superioridad tiene muchas otras denominaciones, como consecuencia de los muchos poderes y acciones diferentes que ejerce “. Jamblicus, De Myster. Egipto. 43 Los hebreos lo llaman {Hebreo ShM HMPWRSh } Shem Hamphoresh. 44 Ver nota página 14. 45 Porfir. citado por Eusebio, De Præp. Lib. III. gorra. 2. 46 Eneid. Lib. VI.
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moda en sus días. Los misterios menores representan, como hemos visto, el descenso del alma al cuerpo, y los dolores sufrieron. Los mayores misterios pretendían tipificar las espléndidas visiones, o el feliz estado del alma, tanto aquí como en el futuro, cuando se purifican de las impurezas de la naturaleza material. Estas doctrinas también son inculcadas por las fábulas de las islas afortunadas, los campos elíseos, etc. Las diferentes purificaciones en estos ritos eran símbolos de la gradación de virtudes, necesaria para el ascenso del alma. Pureza interior, de la cual externa. Las purificaciones eran símbolos, solo pueden obtenerse mediante el ejercicio de estas virtudes. 47 A la alusión de estas virtudes hay que entender lo que dice Sócrates: que es asunto de los filósofos estudiar para morir y ser ellos mismos la muerte; y al mismo tiempo que reproba el suicidio, tal muerte no puede significar otra muerte que no sea filosófica, o el ejercicio de lo que él llama las virtudes catárticas. Si tal era el significado y la importancia de los ritos, símbolos y ceremonias elusinianos y dionisíacos, debe permitirse que una sociedad o secta, empleada en la contemplación de tales verdades sublimes, no pueda considerarse insignificante o perversa. Los mismos Padres cristianos, que atacaron con tanta fuerza a la religión pagana, confesaron la utilidad de estos símbolos; 48 y 47 “En los ritos sagrados, las purificaciones populares se producen en primer lugar, y después de éstas, las que son más Arcanas. Pero en el tercer lugar, se reciben colecciones de varias cosas en una, después de lo cual sigue la inspección. y las virtudes políticas, por lo tanto, son análogas a las purificaciones aparentes (o populares). Pero tales virtudes catárticas como el destierro de todas las Impresiones externas corresponden a las purificaciones más ocultas. Las energías teóricas acerca de inteligibles son análogas a las colecciones, pero la contracción de estas energías en una naturaleza indivisible, corresponden a la iniciación. Y la simple auto inspección de formas simples, es análoga a la visión epóptica “. Olimpiodoro, en la platea de Platón. 48 “La interpretación del tipo simbólico es útil en muchos aspectos, ya que conduce a la teología, a la piedad y a mostrar el ingenio de la mente, la concisión de la expresión y
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que las circunstancias previas a la iniciación en esos misterios, tendían a excluir nociones impías, y preparaban la mente para escuchar la verdad. 49 Esos misterios estaban ocultos de lo vulgar; porque sería una ridícula prostitución de teorías tan sublimes revelarlas a la multitud incapaz de comprenderlas, cuando incluso muchos de los iniciados, por falta de estudio y aplicación, no comprendieron todo el significado de los símbolos. La multitud se contó solo en abstracto, la doctrina de un futuro estado de recompensas y castigos, y se hizo conocer el calendario, resultado de observaciones astronómicas; cuyo conocimiento estaba relacionado con sus fiestas y actividades agrícolas. También se les enseñó otras partes prácticas de la ciencia calculadas para uso general. El secreto de estos misterios fue la primera causa de obloquy contra ellos; Luego vino, más allá de toda duda, la depravación de sus seguidores y la perversión de esas asambleas en reuniones de convivencia primero, y luego en las asociaciones más pervertidas. El secreto, también, estaba prohibido por las leyes, era la muerte revelar algo perteneciente a los misterios de Eleusis; divulgar imprudentemente cualquier cosa sobre ellos, se suponía incluso indecoroso; De esto encontramos un lugar muy conspicuo; instancia en plutarco. 50 sirve para demostrar la ciencia”. Clemens, Strom. Lib. V. p. 673. 49 “Antes de la entrega de estos misterios, deben ocurrir algunas expiaciones, para que aquellos que debían ser iniciados, debían dejar opiniones impías y convertirse a la verdadera tradición”. Clemens, Strom. Lib. VII. pag. 848. 50 “Alexander obtuvo de él (Aristóteles) no solo el conocimiento moral y político, sino que también recibió instrucciones de las ramas más secretas y profundas de la ciencia, página 25, que denominan epopticas y acroamáticas , y que no comunicaban a todos Un erudito común. Cuando Alexander estaba en Asia y recibió información de que Aristó-
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Por respeto a esta costumbre, los eruditos, en general, solo fueron instruidos en las doctrinas exotéricas. 51 Las doctrinas acroamáticas fueron enseñadas solo a unos pocos seleccionados, por comunicación privada y viva voz . Pero cuando la ignorancia de los mismos maestros de esos misterios hizo que sus formas solo fueran atendidas, la esencia se perdió, la sombra solo permaneció; y, entonces, incluso esas formas y ceremonias fueron frecuentadas por personas, ignorantes de su importancia, y lo suficientemente perversas para convertirlas en sus intereses privados, como una máquina empleada para engañar a la gente y en ocasiones de libertinaje y depravación. Daremos un ejemplo de esto, Los misterios de Eleusis, o el Sol, estaban unidos o eran análogos a los de Dionisio o Baco; porque, según la teología órfica, el intelecto de cada planeta se denominaba Baco: así, cuando el sol era considerado como la inteligencia espiritual, quien movía o hacía que este planeta se moviera, en su círculo anual, se lo denominaba Trietericus Bacchus. 52 Las ceremonias, por lo tanto, de Baco, fueron asistidas con alegrías, como el triunfo del espíritu sobre la materia; pero esta circunstancia, tan íntimamente relacionada con las nociones sublimes de los misterios de Eleusis, se convirtió completamente teles había publicado algunos libros en los que se discutían esos puntos, le escribió una carta, en nombre de Filosofía, en la que se le podía culpar del curso que había tomado. La siguiente es una copia de ella “. “Alexander a Aristóteles, prosperidad .-- ¿Se equivocó al publicar las partes acroamáticas de la ciencia? ¿En qué nos diferenciaremos de los demás, si el conocimiento sublimador que obtuvimos de usted se hace común a todo el mundo? Por mi parte , Preferiría superar a la mayoría de la humanidad en las partes superiores del aprendizaje, que en el alcance del poder y el dominio. Adiós “. Plutarco, in vit. Alex
51 Aulus Gellius. Lib. XX. gorra. 5.
52 “Se llama Dionisio, porque lo llevan con un movimiento circular a través de los cielos inmensamente extendidos”. Versos orficos apud
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en un simple banquete, y en procesiones de borrachos, que de las ceremonias no sabían nada más, que llevar ramas de árboles en sus manos. 53 Más aún: un sacerdote depravado introdujo esos misterios bacanales en Roma, con el peor de los propósitos, que alarmó al Senado, el castigo más severo que se le infligió a él y a sus seguidores. Como consecuencia de esos abusos, fue que Sócrates se negó a ser iniciado, y lo mismo hizo Diógenes, alegando que Pateación, un ladrón notorio, había obtenido la iniciación: Epaminondas, también, y Agesilaus nunca lo desearon. Pero si aquellos que deseaban ser licenciosos se vistieron con esos misterios, esto no tiene nada que ver con los principios originales de la institución. Porque la pureza de sus devotos se llevó, según los misterios primitivos, hasta el punto más delicado y escrupuloso. 54 Después de tales autoridades respetables, como hemos mencionado, debemos rechazar, como calumnias impúdicas, la afirmación de Tertuliano, quien dice, que las partes naturales de un hombre estaban encerradas en el arca llevada a cabo en las procesiones de esos misterios: Theodoret y Arnobius dice que eran las partes de una mujer: tales asertores no tenían medios para determinar lo que nadie sabía, fuera de los recintos de esos misterios más recónditos. 55 53 “De hecho, hay, como se dice, muchos, que entran en los misterios: una multitud ciertamente de portadores de ramas (Thyrsirii) pero muy pocos bacchianos”. Sócrates, en platón; apud Clemens Strom. Lib. Yo p. 372. 54 “Una mujer preguntó, cuántos días debían pasar, después de tener un congreso con su esposo, antes de poder asistir a los misterios de Ceres. La respuesta fue, con su esposo de inmediato, con un hombre extraño nunca”. Clemens, Strom. Lib. IV. pag. 619. 55 Como prueba de las ideas sublimes de Dios, entretenidas por los sabios egipcios, en contradicción con estas acusaciones groseras, copiamos los siguientes pasajes, de Mercurius Trimegistus, según lo relato Pimandrus.
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Deberíamos adivinar, que en el arca, llevada en la procesión, y que se dice que encierra el cuerpo de Osiris, se depositaron esferas que representan nuestro sistema solar. Con respecto a estas acusaciones, encontradas en algunos de los escritores eclesiásticos, también debemos observar, que muchos de ellos, guiados por un celo equivocado por la religión cristiana, desfiguraron en un grado de lo más reprochable, los antiguos monumentos históricos: por ejemplo, , la forma en que la historia de Egipto escrita por Manethon, nos fue transmitida por esos escritores eclesiásticos: 56 más; De tales escritores, de “El Artífice fabricó todo el universo con su palabra, no con sus manos. Sin embargo, siempre lo tiene presente en su mente, actuando todo, un solo Dios, constituyendo todo con su voluntad; este es su cuerpo, no tangible, no visible. , ni similar a ningún otro: porque no es fuego, ni camarero, ni aire, ni siquiera espíritu; sino que de él depende todo lo bueno; sin embargo, tal es, como todo lo que le pertenece “. Otra vez, “Pero que no debes desear el nombre principal de Dios, ni debes ignorar lo que está claro, y parece estar oculto para muchos; porque, si nunca aparece, no está en ninguna parte. Lo que aparezca solo a tu vista está creado; está oculto es todo eterno, ni tampoco es una razón por la que debería aparecer, ya que nunca termina, pone todo ante nuestros ojos, pero permanece oculto, porque disfruta de una vida eterna: es evidente que saca a la luz todo, pero se deleita en el adytum ; uno, e increado, incomprensible para nuestra imaginación (phantasia), pero como todo está iluminado por él, brilla en todas las cosas y a través de todas las cosas, y sin embargo, se dirige principalmente a aquellos a quienes le agrada. para comunicar su nombre “. Otra vez, “No hay nada en la naturaleza que no sea él; él es todo lo que existe; es incluso lo que no es; y lo que es, lo sacó a la luz. Y como nada puede hacerse sin un creador, entonces debes pensar que a menos que Dios siempre está actuando, es imposible que algo exista en el cielo, el aire, la tierra, el mar, en todo el mundo, en cualquier partícula del mundo, en lo que está tan bien como en lo que no lo está. Esto es con el mejor nombre. Dios, esto, de nuevo, es la más poderosa de todas las cosas; esto, conspicuo en mente; esto, presente con los ojos; esto, incorpóreo; esto, por así decirlo, es multi-corpóreo, porque no hay nada en los cuerpos que no sea en él, porque él solo existe en todos; tiene todos los nombres; porque ser es el único padre; por eso no tiene nombre porque es el padre de todos “. Apud Kirker, vol. II. pag. 504. 56 Julio Africanus, un sacerdote cristiano, de nacimiento judío, hizo un breve compendio de la historia de Manetón, para que el propio autor pudiera ser prescrito: esto fue alrededor del año 230 de la era cristiana. Al descubrir que la Cronología egipcia representaba al mundo algunos miles de años más que la cronología de la Biblia, desfiguró las
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hecho, no sabían nada de los misterios egipcios. 57 La conclusión, por lo tanto, es que los motivos de esas instituciones fueron buenos y puros, como el estudio de la ciencia y la práctica de la moralidad, aunque las mismas instituciones, después degeneró; 58 y su degeneración fue seguida por la ruifechas de Manetón para que estuviera de acuerdo con la Biblia. Además, esta obra de Africanus también se pierde, y solo tenemos extractos de ella, conservados en la obra de un monje, generalmente conocido con el nombre de Syncellus, quien confiesa que él mutiló y alteró a Africanus. Ahora bien, este individuo ni siquiera tenía la Biblia original, sino solo la traducción griega, que reconoció la cronología viciada; y, sin embargo, los datos de Manethon debían desfigurarse e interpolarse, para hacerlos cuadrar con la traducción incorrecta de la Biblia al griego. 57 “Celsus me parece, aquí, hacer lo mismo que si un hombre, viajando a Egipto, donde los sabios de los egipcios aprenden, según su país, filosofan mucho, sobre aquellas cosas que se consideran divinas, mientras que los idiotas, mientras tanto, solo escuchan ciertas fábulas, de las que no conocen el significado, están muy complacidos con esto: Celsus, digo, hace como si tal peregrino en Egipto, p. 29 que había conversado solo con aquellos Los ideots, y no han sido instruidos en absoluto por ninguno de los sacerdotes, en sus misterios arcanos y recónditos, deben jactarse de saber todo lo que pertenecía a la teología egipcia “. Orígenes, contra celsum, lib. Yo p. 11. “Cuando entre los egipcios hay un rey elegido fuera del orden militar, se lo lleva a los sacerdotes, y por ellos se les instruye en esa teología arcana que oculta verdades misteriosas bajo fábulas y alegorías oscuras”. Plutarco. De Iside, p. 354. 58 Nos contentaremos, aquí, con la autoridad de Kircher, uno de los anticuarios más sabios en asuntos egipcios, e imitando al gran Artífice eterno, en la administración del mundo, él constituyó su sistema de tal manera que se comunicó solo a los selectos hieromistas, sacerdotes, estolistas y hierogramatistas, hombres de gran genio, sabios para el gobierno de los Estados Unidos. Estado, de acuerdo con las reglas de administración, prescritas en los obeliscos, y los hombres que habían demostrado capacidad y aptitud, y además estaban restringidos, mediante juramento, para mantenerlo en secreto. De esta manera, los sacerdotes, vistos por todos con admiración, como consecuencia de su ciencia en esas cosas nuevas, expresadas en los símbolos, fueron honrados por la multitud casi como mitad dioses. Pero para aumentar esta veneración, les contaron a la gente muchas cosas sobre las apariciones de los dioses, sus respuestas y cómo debían ser adorados para calmarlos y hacerlos propicios: A esto debemos agregar el gran beneficio que obtuvieron con sus máquinas e invenciones mecánicas y su habilidad en matemáticas; y haciendo estatuas que movían sus ojos y su cabeza, para expresar su aprobación o desaprobación: y que la miserable multitud fue engañada y engañada, pagando siempre para obtener un favor de los dioses, o para evitar su enojo. De ahí surgió que, en el transcurso
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na del estado, como predijo el propio Trimegisto, quien en esta predicción demostró cuán gran filósofo y político fue. 59 Habiendo establecido así cuál era el significado e importancia de los misterios elusinianos o dionisíacos entre los antiguos griegos, quienes nos transmitieron el conocimiento de ellos; y habiendo demostrado que las ceremonias no tenían la intención de ser una adoración del sol, considerada como una Deidad, procederemos a examinar cómo los griegos comunicaban esos misterios a otras naciones. Unos cincuenta años 60 antes de la construcción del Templo de Salomón en Jerusalén, una colonia de griegos, principalmente jonios, quejándose de los estrechos límites de su país, en una población mayor, emigró; y habiendo sido asentado en Asia Menor, le dio a ese país el nombre de Ionia. 61 No hay duda de que las personas llevaban consigo sus modales, ciencias y religión; y los misterios de Eleusis entre el resto. En consecuencia, encontramos que una de sus ciudades, Bydel tiempo, la religión concebida por Trimegisto en un sentido sincero, fue degenerada en grados abiertos y declarada idolatría “. Kircher, vol. IV. pag. 82. 59 “Oh, Egipto, Egipto, de tu religión solo quedan las fábulas, y las increíbles para tu posteridad”. Trimegisto, en Asclepio. 60 La emigración de los jonios a Asia Menor es mencionada por Heródoto y otros, pero la época está determinada por varios autores de manera diferente: Por Playfair en el año B. C 1044 Gillies 1055 Barthelemy. Anacarsis 1076 61 “Se dice que el jefe de la colonia jónica era Androclus, un hijo legítimo de Codrus, el rey de Atenas; por lo tanto, está relacionado que los jonios establecieron su realeza y los que descienden de esa raza, incluso ahora , se llaman reyes, y disfrutan de sus boners, es decir, un lugar donde asisten a los espectáculos y los juegos públicos, vistiendo la púrpura real, y un bastón en lugar del cetro, y los ritos elususianos “. Strabo, lib. XIV. pag. 907. Esta emigración también es mencionada por Heródoto, Lib. I. cap. 142, y 148; Eliano, Lib. VIII. Pausanias, en Achaicis; Plutarco, en Homero, Veleius Paterculus, en Chronico. Clemens, Lib. I. Strom.
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blos, era famosa por la adoración de Apolo, como lo había sido Apollonia con sus antepasados. 62 Estos jonios, que participan en el mejoramiento del estado de la civilización en la que su patria, Grecia, cultivaron las ciencias y las artes útiles; pero se hicieron más visibles en la arquitectura, e inventaron o mejoraron el orden llamado por su propio nombre jónico. Estos jonios formaron una sociedad cuyo propósito era emplearse en la construcción de edificios. La asamblea general de la sociedad, se celebró por primera vez en Theos; pero luego, a consecuencia de algunas conmociones civiles, pasó a Lebedos.63 Esta secta o sociedad ahora se llamaba los artífices dionisíacos, ya que se suponía que Baco era el inventor de la construcción de teatros; y realizaron las festividades dionisíacas. Después se extendieron a Siria, Persia y la India. A partir de este período, la Ciencia de la Astronomía, que había dado origen a los símbolos de los ritos dionisíacos, se conectó con tipos tomados del arte de la construcción. 64 62 “Byblos era la capital de Cinera, y había un templo de Apolo, situado en un lugar elevado, no lejos del mar. Después, se encuentra el río llamado Adonis”. Strabo, lib. XVI. pag. 1074. 63 “Lebedos, fue el asiento y la asamblea de los artífices dionisíacos, que habitan desde Ionia hasta el Helesponto; allí tenían anualmente sus solemnes reuniones y festividades en honor de Baco. Su primer asiento fue Theo. Strabo, lib. XIV. pag. 921. El traductor latino de Strabo interpreta a los artífices dionisíacos (Διονυσιος τεχνε {Greek Dionusio s texne }) artífices escénicos ; porque Baco o Dioniso se suponía que era el inventor de los teatros y la escena , derivado del Heb. {hebreo Sh K Z }, para habitar. 64 De la aplicación de los instrumentos de arquitectura a la moralidad, los filósofos platónicos y pitagóricos tomaron no solo tipos sino también palabras para explicar nuestras ideas morales. Por ejemplo, un hombre correcto (recto); obligación , de ligamento (ligare) y de la misma ley (lex a ligare); para cuadrar nuestras acciones (quadrare) Justum aequum , & c. Mente grosera , mente pulida ; de piedra ruda , y piedra pulida , & c.
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Estas sociedades jónicas se dividieron en diferentes secciones, o asambleas menores. 65 Algunas de esas asociaciones pequeñas o dependientes; Tenían también sus nombres distintivos. 66 Pero extendieron sus puntos de vista morales, junto con el arte de construir, a muchos propósitos útiles, y a la práctica de actos de benevolencia. Encontramos registrado que estas sociedades, y su utilidad, fueron investigadas muchos años después por el rey de Persia, Cambyses, quien las aprobó y les otorgó grandes marcas de favor. 67 Es imprescindible observar, que estas sociedades; Tenía pala65 Las reuniones o asambleas de los artífices dionisíacos tenían varios nombres, (ας συνοιχια {Greek a s sunoixia }) contubernium , que era el lugar de su reunión. La sociedad se llamaba a veces συναγωγη {Greek sunagwgh } ( collegium ); ἄρεσις {Greek á? resi s }; ( secta ); συνοδος {griego sunodo s } ( congregación ) χοινος {griego xoino s }; ( communitas ). Aulus Gellius, Lib. gorra. II. 66 “Este ejemplo imitó a los jonios que emigraron de Europa a los países marítimos de Caria (Asia Menor) y también a los dorios, sus vecinos, construyendo templos a un costo común. Los jonios construyeron el templo de Diana en Éfeso, los dorios que de Apolo en Triopii, donde en un cierto período repararon con sus esposas e hijos, y allí realizaron ritos sagrados, y tuvieron un mercado, así como juegos, razas, luchas, fiestas de música de diferentes tipos, e hicieron ofrendas comunes a los dioses. habían realizado los espectáculos y el negocio del mercado, o justo, y cumplieron entre sí los deberes de las demás criaturas, si hubiera algún litigio entre las ciudades, se sentaron como jueces para resolver la disputa: además, en estas asambleas debatido sobre la guerra con los bárbaros,y los medios para mantener una mutua concordia entre las naciones “. Dionis. Halicarn. Lib. III p. 229. editar. 1691. 67 “Después de esto, los habitantes de Ionia pensaron en aplicar a Cambyses, y habiendo representado para él lo que era asunto suyo, el rey los ordenó a su presencia y les preguntó quiénes eran y cómo llegaron a vivir en su dominios; y habiendo examinado y averiguado de dónde procedían, los admiró y eligió más bien que debían erigirse en una sociedad por sí mismo, en lugar de permitir que recibiera a alguien que venía de otro país, porque pensaba que no era decoroso “para recibir favores de otros, que permanecieron en su país, como si recibiera esos servicios como pago por sus viviendas; y, por lo tanto, para mostrar esto, los despidió con regalos, como marcas de su munificencia”. Libanius en Orat. XI. Antíoco. Vol. II. pag. 343.
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bras significativas para distinguir a sus miembros; y con el mismo propósito utilizaron emblemas del arte de la construcción. Notemos ahora el paso de los Artífices Dionisíacos a Judea. Salomón obtuvo de Hiram, rey de Tiro, hombres hábiles en el arte de la construcción, cuando se erigió el Templo en Jerusalén. Entre los extranjeros que vinieron en esta ocasión, encontramos hombres de Gabel, llamados Giblim; 68 es decir, los jonios asentados en Asia Menor, para Gabbel, o Byblos, fueron esa ciudad donde estaba el templo de Apolo, donde se celebraban los ritos elusinianos o los misterios dionisíacos, como ya hemos dicho. 69 Podríamos, además de este argumento, producir alguna autoridad; Josephus dice que el estilo griego de la arquitectura se usó en el templo de Jerusalén. Después de esto, no podemos sorprendernos al descubrir que las ceremonias de Eleusis, o Thamuz, debían introducirse en Judea, particularmente, ya que el mismo Salomón, después de haber ingresado en las alusiones científicas, en la construcción del templo, no estaba exento de acusaciones. de la superstición de la idolatría. 68 La traducción al inglés de la Biblia en I Reyes cvv 18 donde el hebreo original dice Gibblim {Hebreo GBLYM } o Gibblites, que significa habitantes de Gebbel, lo traduce, por el recuadro, cuadrados de piedra. La prueba de que esta lectura no es correcta, no solo se debe a las diferentes opiniones de todas las demás traducciones, que entienden por este Gibblim a los habitantes de Gebbel; pero que el mismo p. La traducción, en otra parte de la Biblia, traduce la misma palabra por los antiguos de Gebbal . (Ezequiel ch. Xxvii. V. 9.) Ahora que Gabbel era igual a Byblos está claro; porque la versión Septuaginta siempre traduce este Gebbel para Byblos, y aunque hubo varias ciudades con este nombre, sin embargo, esta parece ser la que está entre Trípoli y Berite; Y todavía se llama Gebail. De hecho, Lucian, en su Tratado de Dea Siria, dice expresamente que Gabala era Byblos, famosa por la adoración de Adonis. 69 Porque encontramos en Ezequiel estas palabras “Y vi a las mujeres sentadas llorando por Thamuz”, es decir, Adonis. Sin embargo, esto fue lo que hicieron los habitantes de esas ciudades, en testimonio de lo cual, enviaron cartas a las mujeres que se encontraban en Byblos, cuando se encontró a Adonis, y luego se escalaban y se arrojaban al mar, dicen que fueron llevadas espontáneamente. a Byblos; y, cuando llegaron allí, las mujeres dejaron de llorar por Adonis “. Procopio en Isaías c. xviii
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Entonces, algunos años después, el profeta Ezequiel se queja de que las mujeres israelitas lloraban por Thamuz. en un cierto período del año, en las puertas del templo. 70 Pero es natural suponer que los artífices dionisíacos no habrían intentado introducir esos ritos entre los judíos religiosos, como un mero asunto de idolatría, para la adoración del sol. Las ideas de los israelitas, concernientes a la unidad de Dios, se habrían rebelado ante cualquier cosa, induciendo una creencia del politeísmo de los gentiles. El símbolo, por lo tanto, en estos misterios, debe haber sido explicado a los judíos, para que signifique solo el sol, en el sentido verdadero y original de esos misterios; es decir, como un emblema de la bondad de Dios para con el hombre; y los movimientos aparentes de esa luminaria, primero como guía para fijar las estaciones; A continuación, como tipos o recuerdos de la inmortalidad del alma: para este dogma no aparece claro en los libros de los judíos antes de ese período, o admitido universalmente entre ellos en una fecha muy posterior. Para evitar, por lo tanto, cualquier alusión a la idolatría en estas ceremonias y símbolos, otro personaje u otro nombre debe haber sido sustituido por Adonis u Osiris; y como muerte simbólica y resurrección fue esencial, en la alegoría del sistema, la historia de la muerte de otro individuo debe haber sido sustituido. . . 70 Ezequiel. do. viii. v. 14. Thamuz significa el nombre de un mes, y también el nombre de un ídolo o divinidad, que incluso en la opinión de San Jerónimo es el mismo que Adonis. Plutarco dice que los egipcios llamaron a Osiris Ammuz, y de allí se derivó de forma corrupta el nombre de Júpiter Amón. Robertson (Thesaurus Linguæ Sanctæ) dice que la palabra Ammuz (léase Ammoum) utilizada por Heródoto y Plutarco, eran corrupciones del hebreo Thamuz (hebreo TMWZ ). Preferiría decir que la palabra era originalmente egipcia, y que se hizo hebrea mediante la adición del formativo {Hebreo T}); y más aún, como Ammuz en el idioma egipcio significa (por la explicación de Manetho en Plutarco) algo abstracto u oculto; que tiene una alusión evidente a la ocultación o muerte simbólica de Osiris o Adonis.
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Sin embargo, al enmarcar esta nueva historia simbólica, tales circunstancias debían estar relacionadas, conectadas con la muerte de ese personaje, para tipificar y explicar la totalidad de los misterios elusinianos, o el paso del sol desde el hemisferio superior al inferior. , y vuelve a subir. En la formación de este nuevo sistema, o más bien una nueva alegoría al mismo sistema, aunque se cambió el nombre del héroe, las circunstancias deben haber sido preservadas, en la medida en que concuerden con los nuevos nombres. . . . . . . . Todo el tejido del templo favorecería una alusión de este tipo. La primera piedra fue colocada el segundo día del segundo mes; que corresponde en promedio al 20 de abril; calculando el año sagrado, sobre el zodíaco fijo. Ahora, si rectifica su globo a la latitud de Jerusalén (31. ° 30 ') en ese período del año, tendrá el sol en Aries, o el sol representado por un carnero o una oveja, o un hombre con piel de oveja. ; como el hierofante estaba representado, en los misterios de Eleusis. Por lo tanto, el mismo período del año en que se colocó la primera piedra del templo, brindaría la oportunidad de establecer sobre él un nuevo sistema alegórico, para explicar el antiguo misterio. Si suponemos que el globo representa al mundo en la posición descrita anteriormente, el aspirante está en el oeste frente al hierofante, que en el este representa; El sol naciente, el candidato se encontrará entre los dos trópicos, representado por las dos columnas, que fueron colocados en la entrada oeste de ese templo. . . . . . Para entender mejor la facilidad con que el antiguo sistema podría adaptarse a las circunstancias del templo de Jerusalén, 48
debemos considerar sus emblemas típicos, de acuerdo con las nociones de los judíos y algunos de los padres cristianos. Los templos construidos en honor de los varios dioses, tenían una forma tal, que tenían alusión a los supuestos atributos de tales dioses. Pero los platonistas suponían que el universo era el verdadero templo del verdadero y único Dios. El templo, por lo tanto, dedicado al verdadero Dios, debía ser un tipo del universo. Así encontramos que el templo de Jerusalén estaba situado. Este y oeste, y con dimensiones y tipos todos adaptados para representar el sistema universal de la naturaleza. 71 71 Aquí citaremos primero la autoridad de los judíos en este punto. “Ahora consideremos lo que puede estar subindicado por los querubines y la espada de fuego que giran en todos los sentidos. ¿Y si esto se debe pensar en la circunvolución de los cielos?” “Pero de la espada flamígera girando en todos los sentidos, puede entenderse que significa el movimiento perpetuo de estos (querubines) y de los cielos completos. ¿Pero y si se toma de otra manera? De modo que los dos querubines significan ambos hemisferios”. Philo Judeus, p. 111, y 112. “La túnica del sumo sacerdote, ya que era de lino, representa la tierra; pero el azul, el polo del cielo; las luces se indicaban con las granadas; los truenos con el sonido de las campanas, etc.” “... Pero las dos sardonixes, con las que se enlaza la prenda pontificia, denota el sol y la luna, pero si alguien desea referir las doce piedras a los doce meses, o al mismo número de estrellas (constelaciones) en el círculo, que los griegos llamaron el zodiaco, no se desviará del verdadero significado “. Josefo, antiq. Lib. III. Ahora para los padres cristianos: “Sería demasiado largo seguir las declaraciones proféticas y legales expresadas por enigmas: casi toda la Escritura divina ofrece este tipo de oráculos. “El que razona adecuadamente encontrará suficiente para el propósito, daremos algunos ejemplos. Así, por ejemplo, lo que los antiguos contaron del templo, los siete recintos, que también se refieren a otras cosas en la historia de los hebreos, y lo que fue En el interior, por el aparato de los diversos Símbolos, refiriéndose a las apariencias, significan en su composición lo que se refiere al cielo y la tierra. Significan, entonces, lo que a la naturaleza de los elementos importa la revelación de Dios. Porque la púrpura proviene del agua. la ropa (Βυσοσ {griego busos}) de la tierra, el azul (jacinto) del color del cielo, ya que es oscuro; El escarlata, el fuego. En medio, sin embargo, del Templo estaba el
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Si el templo de Salomón era un tipo del universo, simboliza que Jehová no era un Dios local, sino el único Dios, Señor del universo; La tradición también nos dice que se describió alegóricamente el lugar de reunión de los artífices dionisíacos. por sus dimensiones, como símbolo del universo, en longitud, en velo, más allá del cual solo podían ir los sacerdotes; allí estaba el incensario, símbolo de la tierra, que es este mundo, y desde el cual se producen las exaltaciones. Pero ese lugar, que luego dentro del velo, donde solo el sumo sacerdote tenía permiso para entrar, y eso en ciertos días; La corte externa, que estaba abierta a todos los hebreos, dicen que era el medio entre el cielo y la tierra. Otros dicen que era el símbolo del mundo, que es percibido por nuestros sentidos intelectuales. Pero la apertura que separaba la infidelidad del pueblo, p. 39 se extendió antes de cinco columnas, y separó a los que estaban en la corte “. Clemens, Strom. LV p. 665. Este Padre cristiano explica estas columnas, por el siguiente pasaje de Platón: “Platón dice que debemos contemplar estas columnas, y diligentemente ver que ninguna persona profana se atreve a ir allí. Esos son profanos que creen que no existe nada, sino lo que pueden tocar con sus manos, sino las acciones y generaciones, y todas esas cosas, Lo que no podemos ver, en las cosas que existen, son innumerables. Tales son aquellos que no prestan atención a nada más allá de los cinco sentidos “. Clemens, Strom. Lib. V. “Ahora para el candelabro, que se colocó en el sur del incensario. Con esto se ejemplificó el movimiento de los siete planetas, que tienen sus movimientos en el sur. Porque a cada lado del candelabro había ramas, y en ellos lámparas, porque también el sol, como lámpara, se coloca en medio de las otras errantes (estrellas), y las que están encima de ella, y las que están debajo de ella, por una cierta armonía divina, reciben luz de él “. Clemens, Strom. Lib. V. p. 666. “Esas cosas, sin embargo, que hablan del arca sagrada, significan que el mundo es percibido por los sentidos intelectuales, que están ocultos y cerrados al vulgar. Además de esas imágenes doradas, cada una con seis alas, representan los dos osos, como algunos lo tendrá, o, lo que parece más conveniente, los dos hemisferios. De hecho, el nombre de querubines significa un conocimiento extenso. Pero ambos tienen dos alas, y por lo tanto significan el mundo sensible, y el tiempo transcurrido por el círculo del zodiaco. “ Clemens, Strom. Lib. V. p. 667. “Pero las 360 campanas, pendientes de la túnica larga (del sacerdote) son las épocas del año; porque se dice, este es el año del Señor, que predica y suena la gran llegada del Salvador”. Clemens, Strom. Lib. V. p. 668. “Las dos brillantes piedras de esmeralda, que están en el hombro, significan el sol y la luna, que son los que ayudan a la naturaleza. Se suponía que el hombro era el comienzo de la mano. Pero esas otras doce piedras, que Están dispuestas en cuatro filas, nos describen el círculo del zodiaco y están de acuerdo con las cuatro estaciones del año “. Clemens, Strom. Lib. V. p. 691.
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anchura, en altura y en profundidad. Los antiguos representaban el curso de las estrellas, por el devanado de una serpiente; pero si esta serpiente estaba colocada de modo que tuviera la cola en la boca, entonces representaba la eternidad. Ahora bien, si consideramos el comienzo del año civil entre los hebreos, el mes Tisri, que estaba en el equinoccio de invierno; 72 el sol, procedente de allí, se acerca al sur y toca el trópico de Capricornio; luego retrocede hacia el norte, cruzando el equinoxal, y tocando el trópico de Cáncer; De donde retrocede nuevamente hacia el sur, llega al equinoxial, terminando el año. Estos puntos, en un mapa extendido de los dos hemisferios parecen separados; pero el emblema de la serpiente mordiendo su cola, representaría el fin del año, cumpliendo con el principio. 73 72 El primer mes civil de los judíos, llamado Tisri, {hebreo TYShRY} fue de Egyptain Misri, cambiando solo el formativo {Hebrew T} a {Hebrew T}. Y la palabra se deriva de {hebreo YMR} ( recto esse ), como entonces el sol estaba en el equinoxial: y los rabinos, hasta el día de hoy, llaman al equinoccio {hebreo MYShRY}. Los griegos deletrean mal el nombre de este mes egipcio ημυςορυ {Greek hmu s oru }. 73 El número 12, que es el de los meses del año, y al que se alude en tantos tipos del Templo, también debe haber proporcionado instalaciones para establecer el sistema de los Artífices dionisíacos; y, por lo tanto, daremos una idea de la filosofía pagana adjunta a este número, en los siguientes extractos de Suidas: “El gran Demiurgos, o arquitecto del universo, empleó doce mil años, en la obra que ha producido, y dividió en doce veces las doce casas del sol”. Suidas, art. Tirrenia “En los primeros mil, hizo el cielo y la tierra. En el segundo mil, el firmamento (expansión) que llamó coelum. En el tercero mil, hizo el mar y el agua que corre sobre la tierra. En el cuarto , hizo dos grandes antorchas de la naturaleza 41. En la quinta, hizo los cuadrúpedos, animales que viven en la tierra y en las aguas. En la sexta, hizo al hombre “. “Los primeros seis mil años después de la formación de la raza humana, parece que no existirá, pero durante seis mil años, cuáles son los otros para completar el período de doce mil, al final de los cuales el mundo terminará”. Suidas Ib. Ahora, si tomas cada signo del zodiaco durante 24,000 años, explicarás el misterio anterior. Cuando sale el sol de Aries, o el signo de la primavera, se dice que el mundo nace; Aquí comienza el período de la vida. Cuando el sol está en Cáncer, o el verano, es el pla-
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cer y las delicias de la vida. Cuando en Libra, la vida ha declinado: después de eso, todo es el invierno de la muerte; y de aquí surgen las fábulas de las cuatro edades del mundo. Los libros de la mitología persa nos explican el mismo significado. “El tiempo es de 12,000 años, se dice en la ley, que las personas celestiales tenían tres mil años de existencia, y entonces el enemigo (Satanás o Arhiman) no estaba en el mundo, lo que hace seis mil años ...”. “Los miles de buenos aparecieron en el Cordero, el Toro, el Tauro, el Cáncer, el León y la Oveja, que hacen seis mil años. Después de los miles de Dios, viene la Escala (Libra), Arhiman vino al mundo. (es decir, el invierno). Boun Dehesh; traducción du Perron, p. 420. “Orsmud, hablando en la ley, dice: ‘Hice las producciones del mundo en 365 días:’ es por esta razón que los seis gahambars gahs (meses) están incluidos en el año”. ib. pag. 400. Astronómicamente hablando, no hay período o ciclo de 12,000 años. Pero Dupuis ha resuelto el misterio diciendo que los períodos de los antiguos indios y caldeos respondieron a las series 1, 2, 3, 4 o 4, 3, 2, 1. Así, la duración de las cuatro edades del mundo, según el Ezour Vedan, fue 1er edad 4,000 años 2do 3,000 3er 2,000 Cuarto 1,000 Memorias de la Academia de Inscript. tom 31. p. 254. El Baga Vedan cuenta así, p. 41 1er edad 4,800 años 2do 3,600 3er 2,400 Cuarto 1,200 Total 12,000 Los indios imaginaron este sistema por una vaca con cuatro patas; o el número doce, tomado sucesivamente cuatro veces. Otro período indio establece la duración del mundo así, 1er edad 1,728,000 años 2do 1,296,000 3er 864,000 Cuarto 432,000 Total 4,320,000 Ahora, el más pequeño de estos números (432,000) elevado a 2, 3 y 4, dará una suma total de 4,320,000. Los indios dicen que el año de los dioses se compone de 360 años de los de los hombres; Si divides 4,320,000 por 360 tendrás 12. En el período caldeo, según lo dado por Berosus, encontramos los mismos números de 432,000, y para redactarlo, sigue el orden aritmético, por lo tanto: 1er grado 12,000
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El Sr. Hutchinson ha demostrado que los globos, en la parte superior de las dos columnas, en el pórtico del templo, eran orreries, o representaciones mecánicas de los movimientos de los cuerpos celestes. 74 Creo que, después de esas circunstancias, que brindaron tantas facilidades para la introducción del sistema de los Artífices dionisianos en Judea, la continuación del mismo, en períodos subsiguientes, no puede ser de difícil explicación. Lo encontramos declarado, en el Libro de los Macabeos, 75 que existía una sociedad en aquellos días en Judea, llamada Asideans o Cassideans, cuya tarea era cuidar de las reparaciones del templo. 2do 24,000 3er 36,000 Cuarto 48,000 Quinto 60,000 Sexto 72,000 Séptimo 84,000 8vo 96,000 Total 432,000 74 Las columnas o pilares se denominaron {hebreo Y K YZ } y {hebreo B! Z } los primeros significan establecer, desde {hebreo K YZ } para establecer o afirmar ; el segundo significa en la fuerza, de la proposición {hebreo B } en, y la raíz {hebreo ! WZ } fuerza. 75 “Ahora, los asidianos fueron los primeros entre los hijos de Israel que buscaron la paz de ellos”. Maccab. vii v. 13. Debería traducir este pasaje de manera diferente, por lo tanto: “Y aquellos, que entre los hijos de Israel fueron llamados asidianos, fueron los primeros de esta asamblea, y desearon pedirles paz”. Según esta interpretación, mucho más expresiva del texto, se ve que los asidianos eran un cuerpo respetable, porque eran los primeros de esa asamblea. En I Maccab. ii. v. 42, se dice: “Entonces vino a él una compañía de asidianos, que eran hombres poderosos de Israel, incluso todos los que voluntariamente estaban dedicados a la ley”. Se supone que la misma palabra Asidean o Cassidean se deriva del hebreo Cassidim , que en el Salmo 78. v. 2. se toma en el sentido de hombres piadosos, santos, llenos de piedad y misericordia.
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De estos cassideanos procedió la secta o sociedad de los esenios, que, según Philo y Josefo, eran lo mismo que los asidianos; y probablemente, porque no admitieron mujeres en sus asambleas, dice Plinio. que se propagaron sin esposas. Josefo menciona el primero de los essenios, en el tiempo de Aristóbulo, y Antígono, hijo de Hircano; pero suidas y otros opinaron que eran una rama de los recabitas, que subsistían antes del cautiverio. Josefo, probablemente ignorante de los principios secretos de los esenios, también los acusa de adorar al sol, o decir oraciones antes de que salga el sol, como para incitarlo a levantarse. Pero esta misma acusación, una vez más, los identifica con la secta de los artífices dionisíacos, quienes, como aparecen por las razones expuestas anteriormente, debían adorar el sol. Josefo relaciona muchos otros detalles, mediante los cuales, de manera sorprendente, los lleva a lo que hemos relatado de las otras sociedades que los precedieron. 76 También señala la conformidad de sus ideas con las de los platónicos y dionisíacos, sobre la naturaleza del alma. 77 En resumen, utilizaron sím76 “Antes de que admitan a cualquiera que lo desee, en su secta, lo someten a un año de libertad condicional y lo inculcan a la práctica de sus ejercicios más incómodos. Después de este término, lo admiten en el refectorio común, y lugar donde se bañan, pero no en el interior de la casa hasta después de otro juicio de dos años, luego se les permite hacer una clase de profesión, en la cual se comprometen mediante horribles juramentos, a observar las leyes de piedad, justicia y la modestia, la fidelidad a Dios y su Príncipe; nunca descubrir los secretos de su secta a extraños, y preservar los libros de sus maestros, y los nombres de los ángeles con gran cuidado “. Josefo, loco citato. 77 “Ellos sostienen que el alma es inmortal, y creen que las almas descienden del aire más elevado a los cuerpos animados por ellos, a donde son atraídas por alguna atracción natural, a la cual no pueden resistir; y después de la muerte, rápidamente regresan a El lugar, de donde vinieron, como liberado de un largo y melancólico cautiverio. Con respecto al estado del alma después de la muerte, tienen casi los mismos sentimientos que los paganos, que colocan las almas de los hombres buenos en los campos de Elysia. , y los de los impíos en Tartarus “. Josefo, loco citato.
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bolos, alegorías y parábolas, a la manera de los antiguos. Las prácticas de esos essenianos están representadas por Philo. 78 como las más pacíficas y llenas de virtudes sociales; y aquellos entre ellos que eran más entusiastas por sus principios, tenían sus bienes en común, como los cristianos en las primeras edades del cristianismo. 79 Los esenios no tenían sus ceremonias y misterios, registrados en la historia; pero hasta ahora sabemos que transmitieron a la posteridad las doctrinas que recibieron de sus antepasados; también tenían signos distintivos; y los banquetes del festival; aunque no parece que siguieran la profesión de constructores o arquitectos exclusivamente. Fuera de Judea encontramos también sociedades distinguidas por los mismos personajes que los esenios, y con los mismos principios de Platón; Para, los pitagóricos también emplearon los símbolos del arte de la construcción. Los artífices dionisíacos también existían en Siria, Persia y la India; y los misterios elusinios se conservaron en Europa, incluso en Roma, hasta el siglo VIII de la era cristiana. Después de esta época, Europa fue visitada por las naciones más bárbaras que, persiguiendo toda investigación científica, 78 Algunos se emplean en la agricultura, otros en el comercio y fabrican cosas que son útiles en tiempos de paz, y sus diseños son beneficiosos solo para ellos y para otros hombres. . . . . “ “Uno no encuentra un artífice entre ellos, que haría una flecha, un dardo, una espada, un casco, una coraza, un escudo, cualquier tipo de armas, máquinas o instrumentos bélicos”. Philo, loco citato. 79 “Sus instrucciones se basan principalmente en la santidad, la equidad, la justicia, la economía, la política, la distinción entre el bien real y el mal real; de lo que es indiferente, lo que debemos perseguir o evitar. Las tres máximas fundamentales de su moralidad son, el amor de Dios, de la virtud, y de nuestro prójimo “. Philo,
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dispersaron una oscuridad general, en la que todas las labores de los antiguos, a favor de la humanidad, estaban casi perdidas, en la ignorancia general de su tiempo. Esas mismas sociedades y sectas también habían sido muy abusadas en períodos anteriores, y las ceremonias se convirtieron, como hemos visto, en el peor de los propósitos: esta fue otra causa poderosa de su decadencia y ruina. El cristianismo estaba entonces en Europa, el único vínculo de la moralidad, mediante el cual el poder podía, en cierta medida, ser controlado o restringido. Cuando las ciencias comenzaron a revivir, prevaleció un fanatismo general, y apareció un espíritu de persecución, lo que causó las antiguas doctrinas de los filósofos y los viejos sistemas de la moralidad debe considerarse sólo como descendientes del ateísmo y prácticas de idolatría. En estas circunstancias, los elusinianos, los artífices dionisios, los asidianos o los esenios, se hundieron en tal olvido, que no se hace mención de ellos en la historia. En el siglo X, durante las guerras de las cruzadas, se instituyeron algunas sociedades en Palestina y Europa, que adoptaron algunas regulaciones similares a las de las antiguas fraternidades. Pero se encontraba en Inglaterra, y principalmente en Escocia, donde los restos del antiguo sistema, identificados con los de los artífices dionisianos, fueron descubiertos en los tiempos modernos. Desuntad de Cætera. http://sacred-texts.com/cla/dart/dart00.htm
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Los artífices dionisíacos. Albert G. Mackey
Después de esta visión general de los Misterios religiosos del mundo antiguo, pasemos ahora a un examen más detallado de aquellos que están más íntimamente conectados con la historia de la Francmasonería, y cuya influencia es, hasta el día de hoy, más evidente en su organización. De todos los Misterios paganos instituidos por los antiguos, ninguno era más extensamente difuso que los del dios griego Dionisio. Se establecieron en Grecia, Roma, Siria y toda Asia Menor. Entre los griegos, y aún más entre los romanos, los ritos celebrados en el festival dionisíaco eran, se debe confesar, de carácter disoluto y licencioso. 80 Pero en Asia asumieron una 80 La pluma satírica de Aristófanes no ha escatimado los festivales Dionisíacos. Pero la burla y el sarcasmo de un escritor de cómics siempre deben recibirse con muchos bene-
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forma diferente. Allí, como en todas partes, la leyenda (porque ya se ha dicho que cada Misterio tenía su leyenda) contada, y las ceremonias representadas, el asesinato de Dionisos por los Titanes. La doctrina secreta, también, entre los asiáticos, no era diferente de la de las naciones occidentales, pero había algo peculiar en la organización del sistema. Los Misterios de Dionisio en Siria, más especialmente, no eran simplemente de carácter teológico. Allí los discípulos se unieron a la indulgencia en sus opiniones especulativas y secretas en cuanto a la unidad de Dios y la inmortalidad del alma, que eran comunes a todos los Misterios, la práctica de un arte operativo y arquitectónico, y se ocuparon también en el construcción de templos y edificios públicos como en la búsqueda de la verdad divina. Puedo dar cuenta de la mayor pureza de estos ritos sirios solo adoptando la ingeniosa teoría de Thirwall, que todos los Misterios “fueron los restos de un culto que precedió al surgimiento de la mitología helénica, y sus ritos concomitantes, basados en una vista de la naturaleza menos imaginativa, más ferviente y más adecuada para despertar tanto el pensamiento filosófico como el sentimiento religioso”, y al suponer que los asiáticos, al no serlo, desde su posición geográfica, tan tempranamente imbuida de los errores del helenismo, habían sido más capaces de preservar la pureza y la filosofía de la antigua fe pelagística, que, en sí misma, fue indudablemente una emanación directa de la religión patriarcal, o, como se la ha llamado, la Masonería Pura del mundo antediluviano. ficios. Al menos, ha sido lo suficientemente sincero como para confesar que no se pudo iniciar a nadie que haya sido culpable de ningún delito contra su país o la seguridad pública. Ranae , v. 360-365. — Eurípides proclama el coro en su Bacchae. Que los misterios se practicaban solo con fines virtuosos. En Roma, sin embargo, no cabe duda de que las iniciaciones se extendieron a lo largo de un carácter licencioso. “En ne peut douter”, dice Ste. Croix, “que l’introduction des fêtes of Bacchus in Italie n’ait accéleré les progrès du libertinage et del débauche dans cette contrée.” - Myst. du pag., tom ii. pag. 91.—St. Agustín (De Civ. Dei, lib. Vii. C. Xxi.) Incumple contra la impureza de las ceremonias en Italia de los ritos sagrados de Baco. Pero incluso él no niega que el motivo con el que se realizaron fue de naturaleza religiosa, o al menos supersticiosa: “Sic videlicet Liber deus placandus fuerat”. La propiciación de una deidad fue ciertamente un acto religioso.
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Sin embargo, como quiera que sea, sabemos que “los dionisíacos de Asia Menor fueron indudablemente una asociación de arquitectos e ingenieros, que tenían el privilegio exclusivo de construir templos, estadios y teatros, bajo la misteriosa tutela de Baco, y fueron distinguido de los habitantes no iniciados o profanos por la ciencia que poseían, y por muchos signos privados y muestras por las cuales se reconocieron el uno al otro”. 81 Esta sociedad especulativa y operativa 82 -especulativa en las lecciones esotéricas y teológicas que se enseñaban en sus iniciaciones y que operaba en las labores de sus miembros como arquitectos- se distinguía por muchas peculiaridades que la asimilaban estrechamente a la institución de la Francmasonería. En la práctica de la caridad, los más opulentos estaban obligados a aliviar los deseos y contribuir al apoyo de los hermanos más pobres. Estaban divididos, por las comodidades del trabajo y las ventajas del gobierno, en cuerpos más pequeños, que, al igual que nuestras logias, estaban dirigidas por oficiales superintendentes. Emplearon, en sus prácticas ceremoniales, muchos de los implementos de la Masonería operativa, y usaron, como los masones, un lenguaje universal; y modos convencionales de reconocimiento, mediante los cualesun hermano puede conocer a otro tanto en la oscuridad como en la luz , y que sirvió para unir a todo el cuerpo, donde quiera que estén dispersos, en una hermandad común. 83 81 Este lenguaje está citado de Robison ( Proofs of a Conspiracy , p. 20, edición de Londres, 1797), a quien nadie sospechará o acusará de veneración indebida por la antigüedad o la moralidad del orden masónico. 82 No debemos confundir a estos constructores asiáticos con los actores de juego, que fueron llamados posteriormente por los griegos, como aprendemos de Aulus Gellius (lib. Xx. Cap. 4), “artífices de Dionisio” 83 Hay abundantes pruebas, entre los autores antiguos, de la existencia de signos y contraseñas en los Misterios. Así, Apuleius, en su Apología, dice: “Si qui forte adest eorundem Solemnium mihi particeps, signum dato”, etc .; es decir, “si está presente alguien que haya sido iniciado en los mismos ritos que yo, si él me da la señal, entonces tendrá la libertad de escuchar qué es lo que mantengo con tanto cuidado”. Plauto también alude a este uso cuando, en su “Miles Gloriosus”, acto iv. Carolina del Sur. 2, hace que Milphidippa diga a Pyrgopolonices, “Cedo signum, si harunc Baccharum es”; es decir, “Dé el signo si usted es uno de estos Bacantes”, o inicie en los Misterios de Baco. Cle-
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He dicho que en los misterios de Dionisio la leyenda cuenta la muerte de ese dios héroe y el posterior descubrimiento de su cuerpo. Algunos detalles adicionales de la naturaleza del ritual dionisíaco son, por lo tanto, necesarios para una apreciación completa de los puntos a los que me propongo llamar directamente la atención. En estos ritos místicos, el aspirante se hizo representar, simbólicamente y en una forma dramática, los acontecimientos relacionados con el asesinato del dios de quien los Misterios derivaron su nombre. Después de una variedad de ceremonias preparatorias, destinadas a despertar todo su coraje y fortaleza, el aphanismo o muerte mística de Dionisio fue descubierto en las ceremonias, y los gritos y lamentos de los iniciados, con el confinamiento o entierro del candidato en el pastos, sofá o ataúd constituyeron la primera parte de la ceremonia de iniciación. Entonces comenzó la búsqueda de Rea por los restos de Dionisio, que continuó en medio de escenas de la mayor confusión y tumulto, hasta que, finalmente, la búsqueda fue exitosa, el luto se convirtió en alegría, la luz se convirtió en oscuridad.84 Tales fueron los misterios que practicó el arquitecto, los francmasones, por así decirlo, de Asia Menor. En Tiro, la ciudad más rica e importante de esa región, una ciudad memorable por el esplendor y la magnificencia de los edificios con los que fue decorada, había colonias o logias de estos arquitectos místicos; y este hecho le pido que tenga en cuenta, ya que forma un eslamens Alexandrinus llama a estos modos de reconocimiento σωθηματα, como si fueran medios de seguridad .memoracula , creo que para denotar contraseñas, cuando dice “sanctissimè sacrorum signa et memoracula custodire”, que me inclino a traducir, “muy escrupulosamente para preservar los signos y contraseñas de los ritos sagrados”. 84 El barón de Sainte Croix ofrece esta breve descripción de las ceremonias: “Dans ces mystères on employeeoit, pour remplir l’âme des assistans d’une sainte horreur, les mêmes moyens qu’à Eleusis. L’apparition de fantômes et de Diversos objetos en el efervescente, semitrabajadores y espíritus en la crédula. En estos momentos se evitan los errores, se publican las notas y las explicaciones de los mistagogos: elles rouloient sur le massacre de Bacchus par les Titans, “& c.— Recherches sur les Mystère du paganismo , tom. ii. secta. vii Art º. iii. pag. 89.
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bón importante en la cadena que conecta a los Dionysiacs con los Francmasones. Pero para completar cada eslabón de esta cadena de conexión, es necesario demostrar que los artistas místicos de Tiro son al menos contemporáneos con la construcción del templo del rey Salomón; y la evidencia de ese hecho ahora intentaré producir. Lawrie, cuyas elaboradas investigaciones sobre este tema no nos dejan nada por descubrir, sitúa la llegada de los dionisíacos en Asia Menor en el momento de la migración jónica, cuando “los habitantes de Ática, quejándose de la estrechez de su territorio y la falta de frutos de su suelo, fue en busca de asentamientos más extensos y fértiles. Al estar unidos por un número de los habitantes de las provincias circundantes, navegaron a Asia Menor, expulsaron a los habitantes originales, y se aprovecharon de las situaciones más elegibles, y los unieron bajo el nombre de Jonia, porque el mayor número de refugiados eran nativos de esa provincia griega”. Con su conocimiento de las artes escultóricas y arquitectónicas, en las que los griegos ya habían progresado, los emigrantes trajeron a sus nuevos asentamientos sus costumbres religiosas también, e introdujeron en Asia los misterios de Atenea y Dionisio mucho antes de que se hubieran corrompido. por el libertinaje de la madre patria. Ahora, Playfair sitúa la migración jónica en el año 1044 aC, Gillies en 1055 y el abate Barthélemy en 1076. Pero el último de estos períodos se extenderá hasta cuarenta y cuatro años antes del comienzo del templo de Salomón en Jerusalén , y dará tiempo suficiente para el establecimiento de la fraternidad dionisíaca en la ciudad de Tiro, y la iniciación de “Hiram el Constructor” en sus misterios. Permítanos ahora perseguir la cadena de acontecimientos históricos que finalmente unieron esta rama más pura de la Maso61
nería Espuria de las naciones paganas con la Francmasonería Primitiva de los Judíos en Jerusalén. Cuando Salomón, rey de Israel, estaba a punto de edificar, de acuerdo con los propósitos de su padre, David, “una casa al nombre de Jehová, su Dios”, Hiram, rey de Tiro, le hizo saber su intención. y aliado; y porque era muy consciente de la habilidad arquitectónica de los dionisíacos tirios, solicitó la ayuda del monarca para permitirle llevar a la práctica su diseño piadoso. Las Escrituras nos informan que Hiram cumplió con la petición de Salomón, y le envió los obreros necesarios para ayudarlo en la gloriosa empresa. Entre otros, envió un arquitecto, que se describe brevemente, en el Primer Libro de Reyes, como “el hijo de una viuda, de la tribu de Neftalí, y su padre un hombre de Tiro, un trabajador de bronce, un hombre lleno de sabiduría y entendimiento y astucia para obrar todas las obras en bronce; y más completamente”, Para este hombre, el hijo de esta viuda (como lo informa la historia de las Escrituras, así como la tradición masónica), el rey Salomón le encomendó una posición importante entre los obreros del edificio sagrado, que se construyó en el monte Moriah. Su conocimiento y experiencia como artífice, y su habilidad eminente en todo tipo de “mano de obra curiosa y astuta”, lo colocaron fácilmente a la cabeza de los artesanos judíos y tirios, como el principal constructor y principal conductor de las obras; y es a él, por medio de la gran autoridad que le dio este puesto, que atribuimos la unión de dos personas, tan antagónicas en su raza, tan diferentes en sus modales, y tan opuestas en religión, como los judíos y los tirios, en una hermandad común, que resultó en la organización de la institución de la Francmasonería. Este Hiram, como tirio y artífice, debe haber estado conectado con la fraternidad dionisiaca; ni podría haber sido un miembro muy humilde o discreto, si podemos juzgar de su rango en la sociedad, de la cantidad de talento que se dice que poseía, y de la posición elevada que tenía en los afectos, y en la corte, del 62
rey de Tiro. Debe, por lo tanto, haber estado familiarizado con todos los usos ceremoniales de los artífices dionisíacos, y debe haber disfrutado de una larga experiencia de las ventajas del gobierno y la disciplina que practicaron en la construcción de los muchos edificios sagrados en los que estaban comprometidos. . Una parte de estos usos ceremoniales y de esta disciplina lo inclinaría naturalmente a introducir entre los obreros de Jerusalén. Por lo tanto, los unió en una sociedad, similar en muchos aspectos a la de los artífices dionisíacos. Él inculcó lecciones de caridad y amor fraternal; estableció una ceremonia de iniciación, para probar experimentalmente la fortaleza y el valor del candidato; modos de reconocimiento adoptados; e impresionó las obligaciones del deber y los principios de la moralidad por medio de símbolos y alegorías. A los obreros y hombres de carga, el Ish Sabal, y a los artesanos, correspondiendo con el primero y segundo grados de la Masonería más moderna, pero se confió poco conocimiento secreto. Al igual que los aspirantes en los Misterios menores del paganismo, sus instrucciones eran simplemente purificarlos y prepararlos para una prueba más solemne y para el conocimiento de las verdades más sublimes. Éstos debían encontrarse solo en el grado de Maestría, que se pretendía que fuese a imitación de los Misterios mayores; y en él se desarrollaron, explicaron y aplicaron las grandes doctrinas de la unidad de Dios y la inmortalidad del alma. Pero aquí debe haber surgido de inmediato un obstáculo aparentemente insuperable para la posterior continuación de la semejanza de la Masonería con los Misterios de Dionisio. En los Misterios paganos, Ya he dicho que estas lecciones fueron alegóricamente enseñadas por medio de una leyenda. Ahora, en los Misterios de Dionisio, la leyenda era la de la muerte y posterior reanimación del dios Dionisio. Pero hubiera sido completamente imposible introducir una leyenda como la base de cualquier instrucción que se comunique a los candidatos judíos. Cualquier alusión a las fábulas mitológicas de sus vecinos gentiles, cualquier celebración de los mitos de la 63
teología pagana, habría sido igualmente ofensivo al gusto y repugnante a los prejuicios religiosos de una nación educada, de generación en generación, en la adoración de un divino celoso de sus prerrogativas, y que se había dado a conocer a su pueblo como JEHOVÁ, el Dios del tiempo presente, pasado y futuro. Cómo podría haber superado este obstáculo el fundador israelita de la orden que no puedo decir: se habría inventado, sin duda, un sustituto que habría cumplido con todos los requisitos simbólicos de la leyenda de los Misterios, o la masonería espuria, sin violar los principios religiosos de la Francmasonería Primitiva de los Judíos; pero la necesidad de tal invención nunca existió, y antes de la finalización del templo se dice que ocurrió un evento melancólico, que sirvió para cortar el nudo gordiano, y la muerte de su arquitecto principal ha proporcionado a la masonería su leyenda apropiada: una leyenda que, como las leyendas de todos los Misterios, se usa para testificar nuestra fe en la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alma. que habría cumplido con todos los requisitos simbólicos de la leyenda de los Misterios, o la Francmasonería Espuria, sin violar los principios religiosos de la Masonería Primitiva de los Judíos; pero la necesidad de tal invención nunca existió, y antes de la finalización del templo se dice que ocurrió un evento melancólico, que sirvió para cortar el nudo gordiano, y la muerte de su arquitecto principal ha proporcionado a la masonería su leyenda apropiada: una leyenda que, como las leyendas de todos los Misterios, se usa para testificar nuestra fe en la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alma. que habría cumplido con todos los requisitos simbólicos de la leyenda de los Misterios, o la Francmasonería Espuria, sin violar los principios religiosos de la Masonería Primitiva de los Judíos; pero la necesidad de tal invención nunca existió, y antes de la finalización del templo se dice que ocurrió un evento melancólico, que sirvió para cortar el nudo gordiano, y la muerte de su arquitecto principal ha proporcionado a la masonería su leyenda apropiada: una leyenda que, como las leyendas de todos los Misterios, se usa para testificar nuestra fe en la resurrección del cuerpo y la inmortalidad 64
del alma. Antes de concluir esta parte del tema, es apropiado que se diga algo sobre la autenticidad de la leyenda del tercer grado. Algunos masones distinguidos están dispuestos a darle crédito completo como un hecho histórico, mientras que otros lo consideran solo como una bella alegoría. En la medida en que la pregunta tiene alguna relación con el simbolismo de la Francmasonería, no tiene importancia; pero quienes sostienen su carácter histórico afirman que lo hacen por los siguientes motivos: Primero. Debido a que el carácter de la leyenda es tal que cumple todos los requisitos del conocido axioma de Vincentius Lirinensis, en cuanto a lo que debemos creer en asuntos tradicionales. 85 “Quod semper, quod ubique, quod ab omnibus traditum est” Es decir, debemos creer cualquier tradición que haya sido en todo momento, en todos los lugares y por todas las personas transmitidas. Con esta regla, la leyenda de Hiram Abif, dicen, concuerda en todos los aspectos. Ha sido universalmente recibido, y casi universalmente acreditado, entre los francmasones desde los primeros tiempos. No tenemos registro de ninguna Masonería que haya existido desde el tiempo del templo sin ella; y, de hecho, está tan estrechamente entrelazada en todo el sistema, formando la parte más esencial de ella, y dándole su carácter más determinante, que es evidente que la institución no podría existir 85 Vincentius Lirinensis o Vincent of Lirens, quien vivió en el siglo quinto de la era cristiana, escribió un controvertido tratado titulado “Commonitorium”, notable por la veneración ciega que le da a la voz de la tradición. La regla que él establece allí, y que se cita en el texto, puede considerarse, en una solicitud modificada, como un axioma mediante el cual podemos probar la probabilidad , al menos, de todo tipo de tradiciones. Ninguno fuera de los límites de la iglesia de Vicente irá tan lejos como lo hizo en el criterio de la verdad positiva.
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más sin la leyenda, que la leyenda podría tener sido retenido sin la institución. Esto, por lo tanto, piensan los defensores del carácter histórico de la leyenda, da probabilidad, al menos, a su verdad. En segundo lugar. No está en contradicción con la historia de las escrituras de las transacciones en el templo, y por lo tanto, en ausencia de la única autoridad escrita existente sobre el tema, estamos en libertad de depender de la información tradicional, siempre que la tradición sea, como se afirma que en este caso es, razonable, probable y respaldado por una sucesión ininterrumpida. En tercer lugar. Se sostiene que el mismo silencio de la Escritura en relación con la muerte de Hiram, el Constructor, es un argumento a favor de la naturaleza misteriosa de esa muerte. Un hombre tan importante en su posición como para haber sido llamado el favorito de dos reyes, enviado por uno y recibido por el otro como un regalo de valor superior, y la donación considerada digna de un registro especial, difícilmente hubiera pasado al olvido. , cuando su trabajo estuvo terminado, sin el recuerdo de una sola línea, a menos que su muerte hubiera tenido lugar de tal manera que se hiciera impropia una cuenta pública de ella. Y se supone que este ha sido el hecho. Se había convertido en la leyenda de los nuevos Misterios, y, como los de los viejos, solo se divulgaba cuando se acompañaba con las instrucciones simbólicas que se pretendía imprimir en las mentes de los aspirantes. Pero si, por otro lado, se admite que la leyenda del tercer grado es una ficción, que todo el relato masónico y extracritural de Hiram Abif es simplemente un mito, no podría, en lo más mínimo, afectan la teoría que es mi objetivo establecer. Porque desde entonces, en una relación mítica, como lo aprendió Müller 86 ha observado, hecho e imaginación, lo real y lo ideal, están muy 86 Prólogo. zu einer wissenshaftlich. Mythologie.
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unidos, y dado que el mito mismo siempre surge, según el mismo autor, por necesidad e inconciencia por parte de sus autores, y por impulsos que actúan por igual sobre todos, debemos volver a la Masonería Espuria de los Dionysiacs por el principio que condujo a la formación involuntaria de este mito Hiramico; y luego llegamos al mismo resultado, que ya se ha indicado, a saber, que la necesidad del sentimiento religioso en la mente judía, a la que la introducción de la leyenda de Dionisio habría sido aborrecible, llevó a la sustitución de la misma por la de Hiram, en la que las partes ideales de la narrativa se han mezclado íntimamente con transacciones reales. Por lo tanto, que había un hombre como Hiram Abif; que él era el principal constructor en el templo de Jerusalén; que era el amigo confidencial de los reyes de Israel y Tiro, lo que se indica por su título deAb, o padre; y que no se lo conoce después de la finalización del templo, son todos hechos históricos. Que él murió por violencia, y en la forma descrita en la leyenda masónica, también puede ser cierto, o puede ser simplemente elementos míticos incorporados en la narración histórica. Pero sea esto así o no, ya sea que la leyenda sea un hecho o una ficción, una historia o un mito, esto, al menos, es cierto: que fue adoptado por los masones salomónicos del templo como un sustituto del leyenda idólatra de la muerte de Dionisio, que perteneció a los misterios dionisíacos de los obreros tirios. https://www.gutenberg.org/files/11937/11937-h/11937-h.htm
En el vino están la verdad, la vida y la muerte. En el vino están a la aurora y el crepúsculo, la juventud y la transitoriedad. En el vino está el movimiento pendular del tiempo. En el vino se refleja la vida. - Roland Betsch
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TEMPLO DEL R
La gran obra de Salomón; Hir La Leyenda del Templo es una leyenda o tradición que remonta el origen de la masonería como una institución organizada al Templo de Salomón y a los constructores, judíos y tirios, que fueron empleados en la construcción de ese edificio. Esta es la leyenda aceptada casi universalmente por la gran masa de la fraternidad masónica. Quizás nueve de cada diez 68
REY SOLOMON
ram, rey de Tiro; y Hiram Abif Francmasones de hoy en día, es decir, todos los que reciben la tradición con la fe indudable que debería darse solo a la historia, creen conscientemente que la Francmasonería, como lo vemos ahora, organizada en logias y grados, con Grandes Maestros, Maestros y Guardianes, con las mismas observancias rituales, fue ideada por primera vez por Salomón, el Rey de Israel, y asumió su posición como una sociedad secreta durante la 69
construcción del Templo en el Monte Moriah. Esta teoría no es nueva. Probablemente fue sugerido al principio por el pasaje en La leyenda del oficio que describe brevemente la construcción del Templo y la confirmación por Salomón de los cargos que su padre David había dado a los masones. De este pasaje de la Leyenda no cabe duda de que el Templo de Salomón ocupó un lugar destacado en las ideas de los masones medievales. ¿Cuánto uso hicieron de él en sus ceremonias esotéricas que, por supuesto, no podemos aprender? Sin embargo, es una coincidencia significativa, si nada más, que hubo una leyenda algo similar entre los “Compagnons de la Tour”, esas asociaciones místicas de trabajadores que surgieron en Francia alrededor del siglo XII, y que se supone que han sido una rama de viajantes insatisfechos del cuerpo de Maestros opresivos, quienes en ese período constituían el poder gobernante de los gremios corporativos de Masones operativos y otros oficios. Como las tradiciones de esta sociedad en referencia al Templo de Salomón se calculan para arrojar mucha luz sobre las ideas que prevalecieron entre los masones con respecto al mismo tema, y como las leyendas del Templo de los “Compagnons” son más conocidas que nosotros los de los Masones operativos medievales, y finalmente, como no es en absoluto improbable que las ideas de los primeros se deriven de los de los últimos, no será inoportuno tener una breve visión de la leyenda del Templo del Compagnonage. Los Compagnons de la Tour tienen tres leyendas diferentes, cada una de las cuales remonta la asociación al Templo de Salomón, a través de tres fundadores diferentes, lo que hace que el Compagnonage se divida en tres asociaciones distintas y, desafortunadamente, hostiles. Estos son los hijos de Salomón, los hijos de Maitre Jacques y los hijos de Pere Soubise. 70
Los Hijos de Salomón afirman que el propio Rey Salomón los asoció en una hermandad en la construcción del Templo. Los Hijos de Maitre Jacques y los de Pere Soubise declaran que estos dos trabajadores estaban empleados en el Templo, y después de su finalización fueron juntos a la Galia, donde enseñaron las artes que habían aprendido en Jerusalén. La tradición de Maitre Jacques es particularmente interesante. Se dice que fue hijo de un célebre arquitecto llamado Jacquain, uno de los principales maestros de Salomón y colega de Hiram Abif. Desde la edad de quince años, fue empleado como cortador de piedras. Viajó por Grecia, donde adquirió conocimientos de arquitectura y escultura. Luego se fue a Egipto y de allí a Jerusalén, donde, al ocuparse de la construcción del Templo, fabricó dos pilares con una habilidad tan consumada que fue recibido de inmediato como Maestro del oficio. No es necesario seguir adelante con la leyenda del Compagnonage francés. Se ha dicho suficiente para demostrar que rastrearon su origen en el Templo de Salomón y que la leyenda se refería a los eventos relacionados con ese edificio. Ahora bien, como se sabe que estos viajeros (ya que podemos traducir su título en francés) se separaron en el siglo XII de las corporaciones de Trabajadores Maestros como consecuencia de la política estrecha y opresiva de estos cuerpos, haciendo lo que en los tiempos modernos Sera llamado “huelga”, es razonable suponer que llevaban con ellos a su nueva e independiente organización muchas de las costumbres, ceremonias y tradiciones que habían aprendido del cuerpo principal o de los gremios de los Maestros de los cuales eran una rama. Por lo tanto, aunque no hemos podido encontrar ninguna leyenda o tradición de los masones operativos medievales que remontan su origen al Templo de Salomón, sin embargo, tal 71
tradición prevalece entre una asociación de trabajadores que, como sabemos, estaban en Una vez que nos identificamos con los Masones Operativos y nos separamos de ellos por una cuestión de política, tenemos un derecho razonable a creer que la leyenda de los Compagnons de la Tour, o viajantes, que tuvieron su origen en el Templo de Salomón, se derivó por ellos de las Corporaciones de Maestros o Gremios de Albañiles Operativos, entre los cuales era una tradición aceptada. De esta manera tenemos el fundamento de una creencia razonable de que el origen de la Masonería de la Leyenda del Templo es más antiguo que la era del Renacimiento a principios del siglo XVIII, y que había sido una doctrina reconocida entre los Masones operativos de la Edad Media. La ausencia de la Leyenda en cualquier detalle formal de todos los manuscritos antiguos no prueba que no existiera tal Leyenda, ya que por su carácter esotérico, puede que, por motivos concienzudos, o en obediencia a alguna regulación, nunca se haya escrito. Sin embargo, esto es una mera suposición y no puede interferir de ninguna manera con las deducciones derivadas de datos positivos en referencia a la Leyenda del Tercer Grado. Puede haber habido una Leyenda del Templo y, sin embargo, los detalles narrados en ella pueden haber sido muy incompletos y no haber incluido los eventos relacionados en la Leyenda anterior. La primera referencia en los registros antiguos al Templo de Salomón en relación con el origen de la Francmasonería se encuentra en Cooke MS . y está en las siguientes palabras: “En ese tiempo los hijos de Israel que habitaban en Egipto aprendieron el Arte de la Masonería.Y luego, cuando fueron conducidos fuera de Egipto, llegaron a la Tierra de Behest, que ahora se llama Jerusalén. Y el Rey David inició la construcción del Templo de Salomón. El Rey David amaba a los Masones, y les dio derechos 72
como antes no tenían.Y en la construcción del Templo, en tiempos de Salomón, como se dice en la Biblia, en el 3º Libro Regum in tercio Regam, capítulo quinto, Salomón tenía ochenta mil constructores a su servicio. Y el hijo de Tiro era su jefe. Y en otras crónicas y en otros libros de Masonería se dice que Salomón les confirmó el encargo que David, su padre, había dado a los masones. Y el propio Salomón les enseñó en formas poco distintas de las usadas 73
ahora. Y de allí esta importante ciencia fue llevada a Francia y a otras Regiones”. El MS de Dowland , cuya fecha supuesta es unos cincuenta o sesenta años más tarde que el Cooke, da sustancialmente la misma Leyenda, pero con las circunstancias adicionales, que David aprendió los cargos que él presentó, desde Egipto, donde Euclides los había presentado; que agregó otros cargos a estos; que Salomón envió a varios países para los masones, a quienes reunió; que el nombre del Rey de Tiro era Iram, y el de su hijo, que era el Maestro Principal de Salomón, era Aynon; y, finalmente, que él era un Maestro de Geometría y de tallado y grabado. En esta breve narrativa, cuya primera edición se remonta hasta el final del siglo XV, vemos los gérmenes de la Leyenda más completa que prevalece entre los Oficios en la actualidad. Que había una organización de masones con “cargos y modales”, es decir, leyes y costumbres en el edificio del Templo de Jerusalén, y que el rey Salomón fue asistido en la obra por el rey de Tiro y por un artista hábil que tenía Recibido a él por Hiram, son los dos puntos más importantes en la teoría del origen del Templo de la Masonería, y ambos están expresados explícitamente en estas primeras leyendas. A continuación, encontramos la Leyenda repetida, pero con detalles más elaborados, la mayoría de los cuales, sin embargo, están tomados del Libro de Reyes como se menciona en la Leyenda del Arte por Anderson, en la primera edición de las Constituciones, y con algunos detalles adicionales en la segunda edición de la misma obra. Preston, el siguiente importante escritor masónico después de Anderson, no se relaciona ni se refiere a la Leyenda en ninguna parte de sus Ilustraciones de Masonería, pero la teoría de que la Masonería encontró su origen en el Templo debe deducirse 74
de las tradiciones históricas contenidas en el Tercera conferencia del sistema Prestoniano, de la cual Webb lo derivó, y lo ha perpetuado entre los masones estadounidenses hasta nuestros días. Hutchinson, quien siguió a Preston, aunque, como se ha visto, se inclinó hacia un origen más remoto de la Orden, se refiere repetidamente en su Espíritu de Masonería, y especialmente en su Sexta Conferencia, al Templo de Salomón como el lugar donde “los verdaderos artesanos fueron probados en su trabajo”, y donde Salomón los distinguió en diferentes rangos, entregando a cada uno las señales apropiadas y fichas secretas, y los organizó para la primera vez en una asociación de constructores, los antecesores de los masones fueron anteriores a los sabios que, aunque estaban familiarizados con los principios de la geometría y la arquitectura, se dedicaban exclusivamente a especulaciones filosóficas. De esta manera, Hutchinson dio el peso de su influencia a favor de la Leyenda que atribuyó el origen de la Masonería operativa y especulativa a Salomón y a su Templo, aunque sus opiniones sobre este tema difieren de las de otros escritores. El Dr. Oliver, uno de los últimos y más prolíficos de los escritores legendarios, aunque en su propia teoría trata de rastrear el origen de la masonería hasta una antigüedad mucho más remota, pero habla mucho en detalle en la mayoría de sus obras, pero Principalmente en sus Antigüedades y en sus Monumentos Históricos, del sistema que se organizó por primera vez en el edificio del Templo Solomónico, que la mayoría de los lectores que no examinan de cerca sus escritos y examinan cuidadosamente sus puntos de vista tienen la impresión de que tenía adoptado por completo el origen de la Leyenda del Templo y, por lo tanto, su autoridad se ha prestado a la creencia popular. Existente, como se puede suponer de la analogía de una leyenda similar de los Compagnons de la Tour, entre los artesa75
nos de la Edad Media; transmitido a la era del Renacimiento de principios del siglo XVIII, y desde entonces enseñó en todos los rituales y fue sostenido por los mejores escritores masónicos hasta un período reciente, esta Leyenda del Templo se originó en la masonería o, en palabras sencillas, la teoría que recibió la masonería en el momento de la construcción del Templo de Jerusalén, la forma y organización que posee en la actualidad, ha sido y sigue siendo un dogma de fe implícitamente creído por las masas de la fraternidad. Por lo tanto, es bueno que ahora veamos cuál es precisamente la forma y la sustancia de esta popular Leyenda. Según lo recibido en la actualidad por el cuerpo del Arte, se puede afirmar lo siguiente: Cuando Salomón estaba a punto de comenzar la construcción de su Templo, su propia gente no era arquitectos expertos ni experimentados, solicitó ayuda a su amigo Hiram, el monarca del vecino reino de Tiro. Hiram, al cumplir con su pedido, le envió a un numeroso grupo de trabajadores y, a su cabeza, un distinguido artista llamado Hiram Abif, como marca de distinción, equivalente al título, “Hiram su padre”, que se describe como “un hombre astuto, dotado de comprensión”. Luego, el rey Salomón procedió a organizar la institución en una forma que se adoptó como modelo de lo que existe en la actualidad en cada país donde existe la masonería. La Leyenda que contiene la clasificación de los obreros en el Templo, que ha sido adoptada en los rituales de la masonería moderna, se profundiza en parte de las Escrituras y en parte de la tradición. Un examen de ello no será inapropiado. Hay dos relatos, ligeramente conflictivos, en la narrativa de las Escrituras. En el Segundo Libro de Crónicas , Capítulo II, versículos 17 y 18, están las siguientes palabras: 76
“Y Salomón contó a todos los extraños que estaban en la tierra de Israel, después del número con que los contó David su padre, y se encontraron ciento cincuenta mil y tres mil seiscientos. Y estableció tres puntos y diez mil de ellos para ser portadores de cargas y cuatro puntos para ser en la montaña y tres mil seiscientos supervisores para poner a la gente a trabajar”. 77
Los mismos detalles numéricos se dan en el segundo verso del mismo capítulo. Nuevamente, en el Primer Libro de los Reyes , Capítulo V, Versículos 13 y 14, se dice: “Y el rey Salomón levantó un impuesto de todo Israel; y el gravamen era de treinta mil hombres. Y los envió al Líbano, diez mil por mes por cursos; un mes estuvieron en el Líbano y dos meses en casa: y Adoniram superó el gravamen”. En la Leyenda del Arte, esta enumeración no se cumplió estrictamente. El MS Cooke. dice que había “cuatro mil mil albañiles en el trabajo”, de los cuales tres mil fueron elegidos como Maestros del trabajo. El MS Landsdowne dice que el número de masones fue de veinticuatro mil. Pero este número debe haber sido un error administrativo del copista, en el que solo le sigue el MS Antiquity. Todos los demás manuscritos concuerdan con Dowland y hacen que el número de masones sea ochenta mil, incluidos los tres mil supervisores o Maestros del Obra. Esta declaración no concuerda con lo que está en el Libro de los Reyes ni con el de Crónicas , y sin embargo, es todo lo que la Leyenda del Arte proporciona. El Dr. Anderson, quien fue el primer autor después del Renacimiento que hizo una enumeración y clasificación de los trabajadores en el Templo, abandonó la Leyenda por completo e hizo su cuenta de la Biblia. Esto lo publicó en la primera edición de las Constituciones y lo modificó con alguna información tradicional, de donde se deriva no sé. Pero es en esta clasificación de Anderson que se enmarcan todos los rituales que han estado en uso desde su época. Por lo tanto, puede ser considerado como el autor de la Leyenda de los Trabajadores en el Templo; a pesar de los elementos 78
históricos que contiene, derivados de las Escrituras, hay tantas interpolaciones tradicionales que asume correctamente un personaje legendario. En el relato de Anderson, se emplearon en el edificio tres mil seiscientos Maestros Masones, para llevar a cabo el trabajo de acuerdo con las instrucciones de Salomón; ochenta mil cortadores de piedra en las montañas que él dice que eran compañeros artesanos, y setenta mil trabajadores que no eran masones, además de la recaudación de treinta mil que trabajaban bajo la supervisión de Adoniram, sumando ciento ochenta y tres mil seiscientos. Para este gran número, Anderson dice que Salomón estaba “muy agradecido” con Hiram, el rey de Tiro, que envió a sus masones y carpinteros a Jerusalén. 79
Sobre esta inmensa cantidad de constructores y trabajadores, Anderson dice que el Rey Salomón presidió como Gran Maestro en Jerusalén, el Rey Hiram en la misma capacidad en Tiro y Hiram Abif fue el Maestro del Trabajo. Quince años después, Anderson, en la segunda edición de sus Constituciones, modificó un tanto estas opiniones y agregó algunos otros detalles. Promueve a Hiram Abif desde el puesto de Maestro Operario o Maestro de la Obra, al de Gran Maestro Adjunto en ausencia de Salomón y al de Gran Guardián Mayor en su presencia. También dice: “Salomón dividió las Artesanías Compañeros en ciertas Logias con un Maestro y Guardianes en cada una; para que reciban los comandos de manera regular, cuiden sus herramientas y joyas, se les pague todas las semanas, se los alimente y se los coloque debidamente, etc., y los compañeros masones se encargaron de su sucesión educando a los Aprendices Entrantes”. Si alguna vez existió tal tradición, ahora se pierde, ya que no se puede encontrar en ninguno de los manuscritos antiguos que son el registro de las tradiciones masónicas. Se admite que los masones operativos de la Edad Media practicaron usos similares, pero no tenemos autoridad histórica, ni siquiera legendaria, fuera de la obra de Anderson, para rastrearlos hasta el Templo de Jerusalén. De estos materiales los ritualistas han fabricado una Leyenda; que existe en todos los rituales masónicos y que debe haber sido construido en Londres, en un período muy temprano después del Renacimiento, para asegurar una aceptación tan universal entre todas las naciones que derivaron su Masonería de la Gran Logia de Inglaterra. El origen de la Masonería de la Leyenda del Templo, como es generalmente aceptado por la masonería en la actualidad, es que había ciento cincuenta y tres mil, trescientos obreros empleados en la construcción del 80
Templo. Tres mil trescientos de estos eran supervisores, que se encontraban entre los miembros de la nave, pero que al final del Templo fueron promovidos al rango de Maestros Masones. Los trabajadores restantes se dividieron en ochenta mil Compañeros y setenta mil aprendices ingresados. Tres Grandes Maestros presidieron la gran cantidad de trabajadores, a saber, Salomón, Rey de Israel; Hiram, rey de Tiro, y Hiram Abif. Estas fueron las únicas personas que en el edificio del Templo eran Maestros Masones y en posesión de los secretos del Tercer Grado. La declaración en el ritual es que los obreros fueron divididos en Logias. La Logia de los Maestros Masones, porque solo podía haber uno de ese grado, estaba formada por tres miembros; las Logias de Compañeros de Artesanía, de las cuales debe haber dieciséis mil, estaban compuestas por cinco miembros cada una; y las Logias de Aprendices Entrados, de las cuales debe haber diez mil, estaban compuestas por siete. Pero como esta afirmación no tiene autoridad histórica ni posibilidad lógica de respaldarla, debe considerarse, ya que, sin duda, estaba destinada a ser considerada, simplemente como una referencia al carácter simbólico de esos números sagrados en la Masonería: tres, cinco y Siete. En el mismo espíritu de referencia simbólica, los escalones de las escaleras sinuosas que conducen a la cámara central se dividieron en una serie de tres, cinco y siete, con la adición en el ritual inglés de nueve y once. Todo esto, por lo tanto, debe ser rechazado de la clase de leyendas y referido al de los símbolos. Viendo entonces esta Leyenda o teoría del origen de la Masonería en el Templo, rastreando desde el estado casi desnudo en el que se presenta en la Leyenda del Arte a través de la ropa extraña que Anderson y Supongo Desaguliers agregaron, al Estado de ornamentación de oropel en el que aparece en el ritual 81
moderno, llegaremos a la siguiente conclusión: En la Leyenda del oficio, solo encontramos la siguiente declaración: el rey Salomón ayudó al rey Salomón en la construcción del Templo, quien le envió materiales para el edificio y un artista hábil, en cuyo nombre apenas dos de ellos ellos están de acuerdo, y a quien Salomón nombró como su Maestro de la Obra; Salomón invitó a los masones de todas las tierras y, después de haberlos reunido en Jerusalén, los organizó en un cuerpo al darles un sistema de leyes y costumbres para su gobierno. Ahora, la mayoría de estos hechos están sustentados por la autoridad histórica de los Libros de Reyes y Crónicas, y aquellos que no cuentan con el respaldo de una probabilidad extrema. “Que Salomón, rey de Israel, construyó un templo en Jerusalén es un hecho histórico que no se puede dudar ni negar”. Richard Carlile, es verdad, dice: “Mis investigaciones históricas me han enseñado que lo que se ha llamado el Templo de Salomón nunca existió sobre la tierra; que una nación de personas llamadas israelitas nunca existió en la tierra, y que la supuesta historia de los israelitas y su Templo no es más que una alegoría”. Pero la medida de la estatura moral y mental de Carlile ha sido tomada durante mucho tiempo, e incluso entre los críticos más escépticos, permanece solo en su irracional incredulidad. Sin duda, hay exageraciones orientales con respecto a la cantidad de dinero gastado y el número de trabajadores empleados en el edificio, que han sido sobrestimados. Pero el hecho simple y desnudo de que el rey Salomón construyó un templo permanece sin contradecirse, y es tan históricamente verdadero e indudable como el de la construcción de cualquier otro edificio público en la antigüedad. Es igualmente histórico que el Rey de Tiro prestó asistencia a 82
Salomón para llevar a cabo su diseño. Sin embargo, ferozmente los escépticos pueden haber atacado ciertas partes de la Biblia, los Libros de Reyes y Crónicas se han colocado al pie de otros registros históricos antiguos y han sido sometidos a los mismos cánones de crítica. Ahora se nos dice claramente que Hiram, rey de Tiro, “envió albañiles y carpinteros a David para que le construyeran una casa”. Posteriormente nos enteramos de que el mismo Hiram (algunos dicen que su hijo) era igual de amigable con Salomón, y aunque no hay ninguna mención clara ni en Reyes ni en Crónicas de que envió obreros a Jerusalén, excepto su homónimo, el artífice, sin embargo, podemos inferir que lo hizo, a partir de la amistad de los dos reyes, de la necesidad de Salomón de trabajadores expertos y del hecho que aprendemos del Primer Libro de los Reyes, que las piedras para el edificio fueron talladas por “los constructores de Salomón y los constructores de Hiram y los Giblim”. La versión autorizada, sobre qué autoridad no conozco, traduce esta palabra “Giblim” como “escuadrones de piedra”. Eran, sin embargo, los habitantes de la ciudad de Gebal, llamados por los griegos, Byblos, que era la sede principal del culto y los misterios de Adonis. Los habitantes fueron celebrados por su habilidad en el tallado de piedras y en la construcción naval. Así, vemos que hubo, según el relato de las Escrituras, tres clases de masones comprometidos en la construcción del Templo. Primero estaban los obreros de Salomón: estos eran de los “cuatro mil hebreos en las montañas” quienes fueron tomados por Salomón de “los extraños que estaban en la tierra de Israel”, hombres a quienes el Dr. Adam Clarke supone que no fueron puramente israelitas, sino prosélitos de la religión judía en cuanto a renunciar a la idolatría y guardar los preceptos de Noé. Pero debemos creer que entre estos cuatro mil extraños más serán enumerados los trabajadores que vinieron de Tiro, o no habrá ningún lugar asignado a ellos en la distribución en el Pri83
mer Libro de los Reyes. Se dice que los tres mil trescientos que estaban “sobre el trabajo” eran oficiales principales de Salomón y, por lo tanto, israelitas, y los setenta mil restantes eran meros trabajadores o portadores de carga, una clase para la cual Salomón no tenía que estar en deuda con El rey de Tiro. En segundo lugar, estaban los trabajadores de Hiram, rey de Tiro. Estos ya he dicho que probablemente, y de hecho necesariamente, se incluyeron en el número de cuatro mil extraños o extranjeros. Las palabras en el original son “amoshim gherim”, hombres que son extranjeros, ya que Génesis define la palabra “gherim” como “peregrinos, extranjeros, extranjeros, hombres que viven fuera de su país”. En tercer lugar, tenemos a los Giblim, los habitantes de la ciudad de Gebal en Fenicia, que vinieron a Jerusalén, invitados por Salomón, para ayudar en la construcción del Templo, y que también deben ser contados entre los cuatro mil extraños. Así, la Leyenda del Arte se justifica en decir; que Salomón “envió a los masones a diversos países y de diversas tierras”, y que él tenía “cuatro trabajadores de piedra de punta y todos fueron llamados 84
masones”. Porque estos eran los extranjeros o los peregrinos, a quienes encontró en Jerusalén, muchos de los cuales probablemente habían venido allí por su invitación, y los tirios que le habían sido enviados por el rey Hiram, y los fenicios, a los que había llamado desde Gebal. por su conocida destreza en el corte de piedra. Y todos estos sumaron ochenta mil, el número indicado en los Libros de Reyes y Crónicas, y solo el número mencionado en la Leyenda del Arte . Se verá que la Leyenda del Arte no toma nota de la recaudación de treinta mil que trabajaron bajo Adoniram en el Monte Líbano, ni de los setenta mil que fueron empleados como portadores de cargas. Como los primeros eran simplemente cortadores de madera y los últimos trabajadores comunes, la Leyenda no los clasifica entre los masones, como tampoco lo hacen los tres mil trescientos que eran, según el relato bíblico, oficiales de la corte de Salomón, quienes fueron designados simplemente para pasar por alto a los masones y para ver que trabajaron fielmente; quizás también para pagarles su salario, o para distribuir sus alimentos, y para supervisar generalmente su conducta. En todo esto, la Leyenda del Arte se diferencia completamente de los rituales modernos, que han incluido todas estas clases, y por lo tanto consideran que en la construcción del Templo había ciento cincuenta y tres mil trescientos masones, en lugar de ochenta y tres. mil. La Leyenda ciertamente está más de acuerdo con la autoridad de la Biblia que los rituales. “La Leyenda del Oficio” también se justifica al decir que Salomón organizó a estos masones en lo que podría llamarse un gremio, es decir, una sociedad o corporación, dándoles “cargos y modales”, en otras palabras, un código de leyes y regulaciones. Sobre esta cuestión, el relato bíblico es silencioso, pero equivale a una probabilidad extrema, la aproximación más cercana 85
a la evidencia histórica, de que debe haber algunas regulaciones promulgadas para el gobierno de un número tan grande de trabajadores. También es igualmente probable que para evitar la confusión, estos trabajadores deban haber sido divididos en secciones, o lo que, en el lenguaje moderno, se llamaría “cuadrillas”, involucradas en varias partes del edificio y en diferentes empleos. Debe haber habido una clase más alta y más hábil ocupada en dirigir los trabajos de estas varias secciones; debe haber otros menos hábiles y, sin embargo, competentes para cumplir con los deberes de los cortadores de piedras y las capas, y debe haber otra clase aún inferior que adquiriera los rudimentos de la profesión. Fundado en estas proposiciones evidentes, Anderson hizo su división de los trabajadores en el Templo en las tres clases de Maestros Masones, Compañeros Masones y Aprendices Entrenados. Pero abandonó la Leyenda al llamar a los tres mil seiscientos oficiales del Rey Salomón Maestros Masones, y hacer el número completo, exclusivo de los setenta mil trabajadores y los treinta mil leñadores en el Monte Líbano, ochenta y tres mil, y luego declarar que había ciento ochenta y tres mil masones en total, una contradicción de su propia declaración anterior, así como de la Leyenda de la artesanía, que establece que el número total de masones fue de ochenta mil. Sin embargo, se puede considerar que el ritual moderno adoptó el Templo de Jerusalén como un tipo de ese símbolo abstracto de un templo espiritual, que forma, como se verá más adelante, una de las lecciones simbólicas más importantes y más interesantes sobre las cuales la filosofía de la masonería especulativa depende. https://universalfreemasonry.org/history/king-solomons-temple 86
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La misteriosa sect 88
ta de los hashashĂn 89
Hassan bin Sabbah (Qom, Irán, 1034 – Alamut, 12 de junio de 1124), también conocido como “El Viejo de las Montañas“, fue un reformador religioso, autor y precursor de la “nueva” predicación o da’wa de los ismailitas nizaríes, que pretendía reemplazar la “antigua” da’wa de los ismailitas fatimíes de El Cairo. Hassan bin Sabbah es la variante persa de su nombre. También suele aparecer citado por la forma árabe, Hassan al-Sabbah o sus variantes Hassan bin al-Sabbah, Al-Hassan bin al-Sabbah o el sobrenombre Alauddin. Es conocido sobre todo por haber sido el inspirador y jefe de los llamados hashashín, palabra que ha pasado a numerosas lenguas como “asesino” o Secta de los Asesinos, ya que la comunidad que fundó y dirigió utilizaba con frecuencia el homicidio político como estrategia. La mayor parte de los datos sobre Hassan y sus seguidores proceden de sus enemigos, ya que la documentación generada por la secta fue destruida por los mongoles cuando arrasaron la fortaleza de Alamut, sede de la misma. Hassan fue educado por su padre en la fe chií, mostrando gran interés por la religión desde la niñez. Sus creencias comenzarían a cambiar tras conocer a Amira Zarrab, un da’i o misionero ismailí, quien le introdujo nuevas ideas religiosas que lo alejarían lentamente de la ortodoxia. Una grave enfermedad haría reflexionar a Hassan sobre las enseñanzas de Zarrab. La idea de morir antes de conocer una nueva verdad fue suficiente para abrazarse a la nueva fe. Otro misionero ismailita, Abu Najm Sarraj, le iniciaría en la adquisición de nuevos y recónditos puntos de vista. Por último, Mu’min, un tercer misionero, le administró un juramento de fidelidad pasando de este modo a formar parte de la secta ismailí, en la cual, no tardaría en alcanzar una posición importante. El ismailismo es una de las corrientes del islam chií o shiíta. Sus miembros son llamados también “septimanos“. No reconocen más que los sie90
te primeros imanes chiíes. El origen del ismailismo se remonta a la muerte, en 765, del sexto imán chiita y las discusiones a propósito de su sucesión. Dicho imán, Ya’far as-Sadiq, había nombrado sucesor a su primogénito Ismael pero este murió unos años antes que su padre. La parte de la comunidad chií que más adelante formará la rama de los imaníes decidió que le sucediera su otro hijo, Musa al-Kazim, como séptimo imán. El grupo llamado después ismailí, sin embargo, no admitió la muerte de Ismail y extendieron la creencia de que se había ocultado y que volvería al final de los tiempos como mahdi. Ya‘far as Sádiq, sexto Imam de la rama chií del Islam. Su nombre completo es Ya‘far Ibn Muhámmad Ibn ‘Ali Ibn Husséin Ibn ‘Ali. Biznieto de Husséin, uno de los hijos de Fátima, hija del Profeta Muhámmad y de Alí, cuarto califa de los llamados “Rashidun” (bien guiados). Ya‘far as-Sadiq nació hacia el año 700 y descendía por su madre de Abu Bakr (primer califa, compañero y suegro del Profeta) y una de sus esposas, Fátima, que era pariente lejana por su pertenencia al clan de los Hasánidas. Vivió en Medina una existencia tranquila dedicada al estudio del hadiz, los dichos y las acciones del Profeta Mahoma relatadas por sus compañeros y compiladas por aquellos sabios que les sucedieron. Murió hacia el año 765 y su muerte estuvo rodeada de circunstancias extrañas, no descartándose la idea de que hubiera sido envenenado por orden del califa Al-Mansur. La tradición lo califica como el mejor hombre de su tiempo, haciendo gala de un celo devocional, que lo apartó de toda actividad política. Muy versado en ciencias tanto exotéricas como esotéricas y con unas premoniciones verdaderamente sorprendentes, fue él quien extendió el conocimiento del fiqh imamita, que implica el conocimiento de lo Halal (permitido) y Haram (prohibido), así como los conocimientos reservados a los iniciados. También fue famoso en su época por las clases y disertaciones que brindaba. Sus discípulos llegaron a la cantidad de 4.000. Fue el fundador de la jurisprudencia shiita. 91
Yafar estuvo casado con Fátima Ibn al-Husséin y de ella tuvo dos hijos: Ismaíl y Abdalah al-Aftah. Mientras vivió Fátima, Ya‘far fue monógamo. A la muerte de Fátima tuvo varias mujeres y concubinas y de las esclavas, Hamida entre otras, nacieron Musa al-Kazim, Muhámmad, Ishaqm al-Abbás y Alí. Al parecer Ya‘far había designado como sucesor a Isma‘il, su hijo primogénito, pero la conducta de éste le hizo reconsiderar su decisión. Además Isma‘il murió poco antes que su padre, razón también aducida para designar a Musa al-Kazim. Ya‘far es Sadiq es el fundador de la escuela jurídica (Madhab) Yafarita, la que siguen los chiíes duodecimanos, y que es muy semejante a la sunní Hanefita, ya que Abu Hanifa era discípulo de Ya‘far. En tanto que musulmanes, los chiíes reconocen los cinco pilares del islamismo, el Corán, la suna (a la que siguen a través de la familia de Mahoma), y en general el culto no se diferencia externamente de otras ramas del islamismo. Las particularidades doctrinales más importantes son: el imanato, el esoterismo y el clero. La figura del imam, en este caso, se refiere al jefe supremo de la comunidad (equivalente al califa) y no al sentido habitual de guía o director de oración de una mezquita (que es el que hay que entender cuando se habla por ejemplo del imam Jomeini). Para los chiíes, Dios no puede admitir que el hombre camine hacia su perdición, por ello envió a los profetas para guiarle. Sin embargo —según la creencia general del islam — la muerte de Mahoma puso fin al ciclo profético. Ya que no hay profetas, es necesario un garante espiritual de la conducta humana, que sea al mismo tiempo prueba de la veracidad de la religión y guía de la comunidad: el imam. Éste debe reunir una serie de características que le hagan ser el hombre más perfecto de su tiempo: versado en la religión, justo, desprovisto de defectos. Además, tiene cierta investidura sobrenatural otorgada por Dios. El imam es infalible. El imam debe ser descendiente directo de Mahoma. El primer imam fue Ali, esposo de la hija del profeta Fatima Azzahra. Esta reivindicación, que en su origen tenía un carácter político, adquirió con el tiempo una importante dimensión 92
teológica. El imamato encarna a la vez los poderes espiritual y terrenal. El chiismo considera que el Corán tiene un mensaje literal, interpretable por cualquier musulmán, que es válido. Sin embargo, ese mensaje literal o exotérico es a su vez un mensaje cifrado o esotérico que oculta conocimientos que sólo son interpretables por ciertos iniciados. Hay facciones chiíes que sostienen que dicho mensaje esotérico es a su vez metáfora de un tercer mensaje, más oculto aún, y así hasta siete niveles de esoterismo. El mensaje último en cualquier caso es conocido sólo por el imam. El esoterismo (especialmente fuerte en el caso de los ismailíes) no tiene como tal repercusiones prácticas para la mayoría de los fieles, que se limitan a seguir el mensaje literal del Corán, pero está muy relacionado con la institución del imanato y con la existencia del clero y marca distancias con el islamismo mayoritario, que considera que cualquier creyente puede ser su propio intérprete del mensaje divino. El origen del esoterismo chií hay que buscarlo en la expansión inicial del chiismo por Irán y la región de Sham, donde habría adquirido características de las creencias preexistentes, en concreto de la filosofía neoplatónica y del mazdeísmo. Los supuestos mensajes ocultos estudiados por los iniciados tienen muchas características comunes con ellas. Está muy relacionado con el esoterismo y el imamato. Dado que existe un mensaje invisible y dado que quien lo conoce sigue vivo pero está oculto, es necesario un cuerpo de intérpretes capaces de captar los signos enviados por el imam desde su ocultación. Podría decirse también que como el guía espiritual sigue vivo, la doctrina no está completamente cerrada. Los intérpretes son los ulemas, más frecuentemente llamados mulás, organizados jerárquicamente según su grado de iniciación. Las diferencias en torno a la sucesión de ciertos imames son en buena medida el origen de la formación de varios grupos dentro del chiismo; la sucesión del quinto llevó a la separación de los zaydíes y la del séptimo a los ismailíes, que a su vez se dividieron por la sucesión del califa fatimí al-Mustansir. La mayoría de los chiíes se encua93
dran en cuatro grandes grupos: el de los imamíes o duodecimanos, mayoritario, el de los alawitas también duodecimanos, el de los zaydíes y los ismailíes. A ellos hay que añadir ciertos cultos situados en la periferia del islamismo, es decir, que surgieron del chiismo o de las ramas anteriores, o que mezclaron ideas musulmanas y de otras religiones, pero que no siempre son considerados musulmanes. Los más destacados son los drusos y los alevíes. Desde el punto de vista del carácter de los imames se dividirían en: zaydíes —el imam es sólo un líder —; intermedios —el imam es hereditario y está guiado por Dios— la mayoría de los chiíes; y extremistas o ghulat —el imam es una manifestación de Dios, por lo que son considerados no-musulmanes—; Alí-ilahis o Ahl-i Haqq, drusos. Los chiíes constituyen hoy entre un 10 y un 15% de los musulmanes. Son mayoritarios en Irán, Azerbaiyán, Irak, Baréin y el sur del Líbano, y existen minorías chiíes en otros lugares, especialmente en Siria, Afganistán y Pakistán. El chiismo septimano existe en la India, Pakistán, Siria y Yemen. Los drusos se encuentran sobre todo en la región situada entre el sur del Líbano, los altos del Golán y el norte de Israel. Los zaydíes se encuentran principalmente en Yemen. Los alauíes son bastante numerosos en Siria. La familia del jefe de Estado sirio pertenece a esta confesión. Los alevíes se encuentran en el centro y este de Turquía. Tanto los chiíes como los suníes comparten una cierta veneración y obligaciones religiosas hacia ciertos santurios y lugares sagrados, como La Meca y Medina pero la Mezquita del Imán Alí y la Mezquita del Imán Hussein también son veneradas. Los historiadores no ismailíes reconocen que la ocultación en realidad pretendía resolver los problemas derivados de la figura del imán como líder político, puesto que los imames chiíes eran duramente perseguidos por el poder califal de Bagdad y acababan invariablemente muertos o encarcelados. Al “ocultarse“, el imán adquiría una fuerte y exclusiva dimensión espiritual 94
y los fieles tenían más libertad de movimientos para adoptar posiciones respecto al poder político imperante. Muy perseguidos, los ismailíes siguieron venerando en secreto a su imán oculto al tiempo que hacían un proselitismo muy activo, primero en Oriente Medio y luego en el resto del mundo musulmán. Consiguieron establecer un pequeño Estado en Túnez gracias a la adhesión de algunas tribus bereberes y de ahí se lanzaron a la conquista de Egipto, donde fundarán la dinastía fatimí. Otros ismailíes, llamados cármatas, rechazaron la autoridad de los califas-imames fatimíes y fundaron un Estado en Baréin, distinguiéndose por un uso extraordinario de la violencia. Los fatimíes, por su parte, tuvieron un cisma en 1094, a la muerte del califa Al Mustansir; el regente colocó al hijo menor al-Mustaali, en lugar del mayor al-Nizar, lo que dio lugar a dos grupos rivales: nizaríes y musta’líes. Los ismailíes profesan doctrinas muy complejas y fuertemente influidas por el neoplatonismo, el gnosticismo y creencias tomadas a otras religiones, como el maniqueísmo. Para ellos el islam tiene dos principios complementarios: el exotérico o zahirí representado por el profeta, el Corán en su sentido literal y la Sharia, y el esotérico o batiní personificado por el imam y la interpretación mística del Corán. Los ismailíes piensan que el Corán es una alegoría de un mensaje oculto que, a su vez, es alegoría de otro más oculto aún y así sucesivamente hasta siete niveles de esoterismo, el último de los cuales contiene la verdad suprema. En su fortaleza de Alamut, en Irán, los nizaríes reformaron el ismailismo abandonando definitivamente todas las prescripciones rituales islámicas para centrarse únicamente en el aspecto esotérico de su fe. Rashid al-Din, uno de sus dos biógrafos, describe a Hassan como descendiente directo de los reyes Himyaríes del Yemen y que su padre llegó procedente de Kufa en el actual Irak. Por el contrario, Ata Malik Juvayni, su otro biógrafo, sugiere que el padre de Hassan vino desde el Yemen, pasando por Kufa. 95
El propio Hassan escribió una autobiografía de los primeros años de su vida en una obra llamada “Sar-Guzasht-i-Sayyidna” (Aventuras de nuestro Señor), que se encontraba en la biblioteca de Alamut. Tras la toma de la fortaleza en 1256 por el mongol Hulagu Kan, la obra sería destruida. Hulagu Kan, también conocido como Hülegü o Hulegu, (1217 – 1265) fue un gobernante mongol que conquistó gran parte del suroccidente asiático. Su ejército destruyó los dos mayores centros de poder islámico, Bagdad y Damasco, razón por la cual los mamelucos de El Cairo se convirtieron en la dinastía más influyente en el mundo islámico. Hulagu, nieto de Gengis Kan y hermano de Arik Boke, Möngke y Kublai Kan, se convirtió en el primer kan del Ilkanato de Persia. Hulagu le contó al misionero dominico David de Ashby, miembro de su corte, que simpatizaba mucho con el cristianismo. Su madre era una cristiana nestoriana, así como su esposa, Dokuz Khatun y su más cercano amigo y general, Kitbuqa. También le contó al historiador armenio Vartan Arewelc’i en 1264 que había sido cristiano desde su nacimiento. Está registrado, sin embargo, que acudió al budismo conforme se acercaba a su muerte, contra la voluntad de su esposa cristiana Dokuz Khatun. Hulagu tuvo por lo menos tres hijos: Abaqa, ilkán de Persia de 1265 a 1282; Taraqai, cuyo hijo Baydu se convirtió en ilkán en 1295, y Tekuder, ilkán de 1282 a 1284. En 1255, Hulagu fue enviado por su hermano Möngke (quien fue Gran Kan de 1251 a 1258) a conquistar o destruir los estados musulmanes del suroccidente asiático. La campaña de Hulagu tenía como objetivo la subyugación de los luros, un pueblo del sur de Irán; la destrucción de la secta de los nizaríes; la sumisión o destrucción del Califato Abbasí; la sumisión o destrucción de los estados de la dinastía ayubí en Siria; y finalmente, la sumisión o destrucción de los mamelucos de Egipto. Hulagu partió con el que quizá fuese el mayor ejército mongol que se haya reunido, ya que por órdenes de Möngke, uno de cada diez hombres en condiciones de pelear, en todo el Imperio mongol, pasó a formar parte del ejército de Hulagu. Así, con facilidad sometió a los luros, y su reputación impresionó tanto a los nizaríes (la famosa “secta de los 96
asesinos“) que rindieron su fortaleza de Alamut sin resistirse. Hulagu probablemente siempre tuvo en mente tomar Bagdad, ciudad que los mongoles querían atacar por más de diez años. Así que que tomó como pretexto para atacar la ciudad el hecho de que el califa hubiera rehusado enviarle tropas que había solicitado. Partió con su ejército hacia Bagdad en noviembre de 1257. Solicitó que la ciudad se rindiera, pero el califa se negó, advirtiendo a los mongoles que enfrentaban la furia de Alá si atacaban. Entonces Hulagu asedió la ciudad, que se rindió el 10 de febrero, dando lugar a una masacre que duró una semana, considerada uno de los eventos más devastadores en la historia del islam. Luego de la victoria en Bagdad, en 1260, los mongoles unieron sus fuerzas con la de sus vasallos cristianos en la región, como es el caso del reino armenio de Cilicia y los francos liderados por Bohemundo VI de Antioquía. Juntos conquistaron Siria, dominio de la dinastía ayubí; tomaron la ciudad de Alepo y el 1 de marzo de 1260, liderados por el general Kitbuqa, la ciudad de Damasco. Algunos relatos históricos describen las celebraciones cristianas que se realizaron tras la conquista de Damasco, aunque algunos historiadores modernos han asegurado que tales historias son apócrifas. Se celebró una misa en la mezquita Omeya de Damasco (que antes había sido la catedral de San Juan el Bautista), y algunas mezquitas fueron profanadas. Esta invasión definitivamente destruyó la dinastía ayubí, que había dominado parte del Levante, Egipto y Arabia. El último gobernante ayubí, An-Nasir Yusuf, murió a manos de Hulagu en 1260. Como Bagdad y Damasco habían sido capturadas, el centro del poder islámico se transfirió a los mamelucos egipcios de El Cairo. Después de la victoria, Hulagu dio muchos regalos a Bohemundo VI, incluyendo algunas de las ciudades conquistadas, incluyendo Latakia. Sin embargo, el Imperio Mongol enfrentó conflictos internos en Turquestán y Hulagu se vio compelido a detener una invasión de otra facción mongola que amenazaba atacar Egipto, razón por la cual partió con la gran mayoría de sus hombres, dejando apenas 10.000 jinetes mongoles en Siria 97
bajo el mando de Kitbuqa para ocupar el territorio conquistado, que incluía Nablus y Gaza al sur, así como también la fortaleza de Ajlun, al oriente del río Jordán. Los mongoles realizaron incursiones hacia el sur, rumbo a Egipto, llegando a lugares tan lejanos como Ascalón y Jerusalén, y se estableció una guarnición mongola de cerca de 1.000 soldados en Gaza. También se estableció otra en Nablus. La muerte de Möngke obligó a Hulagu y la mayoría de su ejército a retirarse. La crisis sucesoria que la siguió fue una de las más perjudiciales que han ocurrido hasta la fecha. Efectivamente, aunque la sucesión fue arreglada mediante el encarcelamiento de uno de los aspirantes y la elección de Kublai Kan, lo cierto es que luego de 1258 dejó de existir el Imperio Mongol como una entidad unificada, dando lugar a cuatro reinos independientes, uno de los cuales fue el Ilkanato de Persia establecido por Hulagu. Mientras tantos, los mongoles liderados por Kitbuqa no pudieron proteger la costa de Palestina, y los mamelucos lograron replegarlos y destruir con lo que quedó del ejército mongol en la batalla de Ain Yalut. Así, el Ilkanato perdió para siempre Siria y Palestina, quedando como límite del Ilkanato el río Tigris. Hulagu regresó a sus dominios a mediados de 1262, cuando se solucionó la disputa sucesoria. No obstante, en vez de vengar sus derrotas, se vio involucrado en una guerra civil con Berke, hermano de Batu Kan y líder de la Horda Azul. Berke Kan, quien se había convertido al islam, prometió vengar el saqueo de Bagdad, y se alió con los mamelucos. El 10 de abril de 1262, Hulagu envió a través de Juan el Húngaro una carta al rey francés Luis IX, ofreciendo una alianza. La carta explicaba que dos años atrás Hulagu había tenido que retirarse con la mayor parte de su ejército de Siria debido al clima caluroso y la falta de provisiones y hierba para alimentar sus caballos. La carta mencionaba la intención de Hulagu de capturar Jerusalén para benéfico del Papa, y solicitaba a Luis IX enviar una flota a Egipto. No se sabe si la carta llegó a manos de Luis IX 98
en París, ya que el único manuscrito conocido se halla en Viena, Austria. Hulagu aparentemente envió una embajada a “todos los reyes y príncipes del extranjero” en 1262. El secretario Rychaldus acompañó a esta embajada, y realizó un reporte sobre la misma durante el Concilio de Lyon II de 1274. Sin embargo, la embajada aparentemente fue interceptada en Sicilia por el rey Manfredo, quien estaba en conflicto con el papa Urbano IV y se había aliado con los mamelucos, y fue llevada de regreso por barco. Cuando Hulagu reunió a sus ejércitos para atacar a los mamelucos y desquitar la derrota de Ain Jalut, Berke inició una serie de incursiones por medio de un ejército liderado por Nogai Jan, lo que obligó a Hulagu a desplazar sus fuerzas al norte para enfrentarlo. Sufrió una grave derrota durante una tentativa de invasión al norte del Cáucaso en 1263. Esta fue la primera guerra abierta entre mongoles, lo cual selló el fin del Imperio Mongol unificado. Niccolò y Maffeo Polo viajaron al reino de Hulagu y se quedaron en la ciudad de Bujará, en la actual Uzbekistán, donde vivieron y comerciaron entre 1261 y 1264. Ese último año se unieron a una embajada enviada por Hulagu a su hermano, Kublai Kan. En 1266 llegaron a la capital mongola de China, Janbalic (la actual Pekín). Hulagu murió en 1265 y fue enterrado en la isla Kaboudi en el Lago Urmía. Fue sucedido por su hijo Abaqa. Durante el siglo XIII se puso de moda en Occidente aquello que estuviera relacionado con los mongoles, al punto que algunos recién nacidos en Italia fueron llamados como gobernantes mongoles; por ejemplo Can Grande (Gran Kan), Alaone (Hulagu), Argone (Arghun) y Cassano (Ghazan). En 1071, Abd al-Malik ibn at-Tash, jefe de los ismailíes por entonces, nombró a Hassan como da’ioficial, ordenándole marchar como misionero a Egipto. Este sería el inicio de un período de veinte años dedicado a la misión y los viajes, que terminaría cuando Hassan decidió establecerse en Alamut. La leyenda afirma que en su juventud, Hassan llegó a entablar amistad con 99
dos de los hombres más grandes de su tiempo: el astrónomo y poeta Omar Jayyam y el político Nizam al-Mulk. Nizam al-Mulk (aprox. 1018-1092): estadista iraní, visir de los sultanes selyúcidas Alp Arslan y su sucesor Malik Shah. Como muchos otros personajes del ámbito islámico medieval, ha pasado a la historia con un sobrenombre, que en su caso significa “el orden del poder monárquico” en árabe. Fue protector del matemático Omar Jayyam. Escribió un tratado de política, el Siyset nmeh o Libro del gobierno. Este último, años más tarde, mandaría perseguirlo para impedir que siguiera propagando su ideología revolucionaria, y sería ajusticiado por un miembro de la secta. Antes de llegar a Egipto en 1078, Hassan estuvo por Azerbaiyán, Mayyafairiqin y Damasco. De su estancia en Egipto durante un año y medio se sabe muy poco, aunque se cree que fue aquí donde Hassan comenzó a concebir la futura orden de los Asesinos. Desde Egipto regresó a Isfahán pasando antes por Alepo. Más tarde viajaría durante nueve años por Persia, pasando por Yazd, Kirmán y Juzestán. Después pasaría tres años en Damghan donde parece ser que se apoderó del castillo de Girdkuh y estableció un importante centro de los Asesinos. Desde Damghan enviaría los primeros misioneros a la región de Alamut. En sus viajes iba buscando nuevos adeptos a la fe ismailí que le permitieran fundar una comunidad permanente y fuertemente defendida. La búsqueda de un lugar adecuado para tal comunidad hizo que Hassan se fijara en la zona de los Montes Elburz, conocida antiguamente como Tabaristán, que se corresponde con las modernas provincias de Gilán y Mazandarán en la actual Irán. Durante muchos siglos esta zona sirvió de refugio a ismailíes y otros heterodoxos musulmanes. El envío de un da’i a Alamut permitió que algunos de los habitantes de la fortaleza fueran convertidos, quienes a su vez intentaron convertir a Alid, su gobernador. Alid fingió convertirse, con lo que consiguió conocer a todos los conversos y expulsarlos del castillo. Tras este fracaso, Hassan siguió por los alrede100
dores de Daylán convirtiendo a muchos gracias a sus dotes de persuasión y gran ascetismo. Por otro lado, los expulsados de Alamut consiguieron convencer a Alid para que los perdonara y les dejara entrar nuevamente al castillo, lo cual facilitó la entrada clandestina de Hassan. Cuando el gobernador descubrió su existencia ya no pudo hacer nada dado que la mayoría de los residentes de Alamut eran fieles a Hassan. De este modo Hassan tuvo lo que deseaba: una base segura y permanente desde donde enviar dai’s a todo el mundo. Al mismo tiempo siguió una política de expansión territorial, apoderándose de castillos o construyendo otros nuevos. Aquí comenzaría a desarrollarse la secta de los Asesinos, que pasaron a la historia como encarnizados terroristas. La vida en Alamut, y probablemente en el resto de fortalezas, era sumamente rígida y austera. La legendaria severidad de Hassan bin Sabbah se pone de manifiesto en dos incidentes en los que mandó dar muerte a sus propios hijos. El mayor, Ustad Husain fue ejecutado tras la que luego sería una falsa acusación de haber estado involucrado en la muerte de un daí. A Muhammad, su segundo hijo, lo mandó ejecutar por contravenir el mandato islámico de abstenerse de probar bebidas alcohólicas (vino). En sus últimos días, tras caer gravemente enfermo, nombró sucesor a Buzurg’umid y “canciller de propaganda” a Dihdar Abu Ali, disponiendo que, conjuntamente con su canciller militar, Kiya Ba Ya’far, dirigieran el gobierno y la administración de la amplia red de fortalezas que constituía su reino en el período de mayor expansión. De este modo dejó garantizada la transmisión de poderes y poco después moriría. Los orígenes de los terroristas suicidas actuales hay que buscarlos en una secta de hace mil años cuyo legado ha llegado hasta nuestros días. Hassan bin Sabbah y su “secta de los asesinos” crearon un invisible imperio del terror que se extendía del mar Caspio a Egipto. Sofisticadas técnicas de lavado de cerebro eran practicadas ya en el siglo X. Los “asesinos” terminaron sirviendo de patrón y modelo de numerosas sociedades secretas occidenta101
les, servicios de inteligencia y grupos terroristas. La historia de Hassan Bin Sabbah y la “secta de los asesinos” es un apasionante relato en el que se mezclan sexo, drogas, veneración y asesinato. De nuevo nos encontramos ante una de esas ocasiones en que la realidad supera ampliamente la imaginación del más fértil escritor. Una fortaleza aislada en la cima de una montaña, un jardín paradisíaco poblado por bellas huríes, dagas envenenadas e intrigas políticas son los ingredientes de esta mezcla alquímica, en la que se encuentra el germen —hace más de mil años— de uno de los más inquietantes fenómenos de la actualidad: el terrorismo suicida islámico. Era el año 1092 y dos hombres a caballo se encuentran en los terraplenes de una fortaleza inexpugnable conocida como Alamut, “El nido del águila”, que se yergue majestuosa sobre los picos de las montañas de Persia. Uno de los hombres, el que va más ricamente ataviado, es el representante personal del Sha de Persia. El otro, a pesar de ir vestido solamente con una humilde túnica blanca y un sencillo turbante, es, sin embargo, alguien mucho más poderoso que su invitado. Se trata de Hassan, hijo de Sabbah, jeque de las montañas y líder de la temida secta de los hashishins, un ser que en vida había conseguido acceder al Olimpo de lo legendario y cuyo nombre, susurrado en mercados y callejones, inspiraba el temor en todo el mundo árabe. El emisario se encuentra comprensiblemente inquieto, pues desconoce la razón por la que su anfitrión lo ha conducido hasta las afueras del castillo, y la siniestra reputación de Hassan le hace temer por su vida. Sin embargo, no es ése el propósito del poderoso jeque de las montañas. Tras unos momentos de tenso silencio el señor del castillo se dirige finalmente a su huésped: “¿Ve usted al centinela que se encuentra sobre aquel torreón?”. El centinela, uno de los fieros guerreros que había cimentado el poder de la secta, era una estatua imperturbable cuya figura se recortaba entre 102
las almenas. Sabbah dio un silbido para llamar la atención del soldado y luego le hizo una escueta señal con la mano. No hizo falta más indicación. La figura de la túnica blanca saludó marcialmente a su líder, dejó caer la lanza y luego, sin dudarlo un segundo, se precipitó en una caída de centenares de metros hasta ser tragado por los abismos que rodeaban la fortaleza. Hassan dio a su boquiabierto visitante unos segundos para que asimilase lo que había visto y finalmente dijo: “Tengo setenta mil hombres y mujeres emplazados a lo largo de Asia, y cada uno de ellos está dispuesto a hacer por mí lo que acaba de ver. ¿Acaso puede su amo, Malik Sha, decir lo mismo?. ¡Y él se atreve a exigir que le rinda pleitesía!. Ésta es mi respuesta: ¡márchese!”. Esta escena, digna de una producción hollywoodense de los años treinta, ocurrió realmente. Lo único ficticio fue la optimista estimación que hizo Hassan del número de sus devotos, que por aquellas fechas se cifraba en algo más de cuarenta mil, cantidad igualmente respetable. Cómo este hombre y sus seguidores levantaron un imperio invisible que se extendía del mar Caspio a Egipto es una de las historias más extraordinarias de todos los tiempos. Históricamente, Hassan Bin Sabbah podría ser considerado como el inventor oficial del terrorismo constituyendo su figura un antecedente perfecto de algunos terroristas actuales. Hombre de negocios, erudito, hereje, místico, asesino, asceta y revolucionario, tan polifacético personaje nació en Persia -la actual Irán- alrededor de 1034 en el seno de una familia acomodada de origen yemení. De niño, el hombre que años más tarde sería considerado como la encarnación de Dios en la Tierra, era un diligente estudiante de teología, un celoso talibán no muy diferente de los que gobernarían en Afganistán mil años después. La posición económica de su familia favoreció el que disfrutara de una educación privilegiada para su época, siendo compañero de estudios de personajes de la talla de Nizam al Mulk (que llegaría a convertirse en visir del Sha de Persia) y Omar Jayyam 103
(aún hoy aclamado como gran poeta, astrónomo y matemático). Tal era la unión de los tres amigos que hicieron un pacto por el cual si uno de ellos alcanzaba algún día una posición de poder o influencia asistiría a sus compañeros menos favorecidos por la fortuna. En su juventud Hassan viajó a Egipto, donde permaneció por espacio de un año y medio. Fue allí donde abrazó la doctrina shiíta. Aprendió a cuestionar el dogma islámico y comprendió que el mundo se transforma mediante acciones, llegando a la conclusión de que las creencias son distracciones inútiles usadas para esclavizar a las masas. Sin descuidar su fervor religioso, el joven Sabbah se convirtió en un hombre pragmático que creía mucho más en la fuerza de las acciones que en la de las plegarias, lo que le serviría más adelante como patrón para estructurar la organización de sus seguidores. Aparte de lo aprendido en las escuelas shiítas, su estancia en Egipto resultó bastante accidentada. Hassan tuvo que abandonar precipitadamente la región a causa de su participación en la controversia suscitada a raíz de la sucesión del difunto califa. Sabbah fue encarcelado por apoyar a Nizar, uno de los pretendientes al trono, y podría haber pasado el resto de su vida en prisión de no ser porque la suerte, una de las constantes que marcaron su vida, quiso que la pared de la mazmorra en la que se encontraba cautivo se derrumbara y pudiera, de esta manera, huir de vuelta a su Persia natal. Durante el viaje tuvo tiempo de madurar el que sería el gran proyecto de su vida. Para ello necesitaba un lugar apartado y seguro donde poder llevar a cabo sus planes sin ser molestado. Así, Hassan terminó por encontrar una fortaleza aislada en lo más alto de las montañas de Qazvin. Este castillo, llamado Alamut (“El nido del águila”), era la plaza fuerte ideal para la nueva secta que Hassan estaba a punto de fundar: los ismailíes nizaríes (que más tarde serían conocidos como los hashishins, 104
palabra de la que deriva la actual “asesinos”). Además, Alamut se encontraba en un emplazamiento geográfico estratégicamente privilegiado que permitiría a Hassan hacer proselitismo de su secta ismailí por toda Persia. Los ismailíes son una escisión de la ortodoxia musulmana, algo así como los protestantes dentro del cristianismo. Tras la muerte de Mahoma en 632 su discípulo Abú Bakr fue designado para sucederlo, convirtiéndose en el primer califa del Islam. Desgraciadamente, Mahoma no dejó tan claro como Jesús quién sería la roca sobre la que edificaría su Iglesia y fueron muchos los musulmanes que no estuvieron de acuerdo con esta decisión, considerando que Alí, el primo del Profeta, tenía muchos más méritos para ser su sucesor. Así comenzó la pugna entre los sunitas —la ortodoxia musulmana— y los shiítas —defensores de la legitimidad de Alí—, que fueron cruelmente perseguidos por los primeros, que los consideraban herejes. Esta persecución culminó en el año 680 con el asesinato de Fátima, la hija de Mahoma, que se unió a los defensores de Alí. A partir de entonces los shiítas tuvieron su propio califa —que recibió el apelativo de imán— y se separaron por completo de los sunitas, a la espera de la llegada del Mahdi, un Mesías destinado a conducirlos a la victoria sobre sus enemigos. Es precisamente en el seno de la tradición shiíta donde nacen las creencias ismailíes como un cisma surgido por motivos sucesorios en la época del sexto imán, y que iría cobrando fuerza poco a poco hasta la llegada en el siglo XII de Sabbah. Dentro de los chiitas, (los cuales predominan en Irán), se profetiza que vendrá un doceavo Imam el cual es el gran salvador espiritual. Este Imam es llamado Abu al-Qasim Mohamed, o también se le llama Mohamed al Mahdi. Se dice que nació del onceavo Imam, Hasan Al-Askari y de su esposa, la nieta de un emperador. Existen opiniones encon105
tradas acerca de si ella se llamaba Fátima o Nargis Khatoon. La mayoría de los relatos de la historia dicen que al Mahdi se ocultó de niño, cerca de los cinco años (alrededor del siglo XIII). Se dice que ha estado “ocultándose” en cuevas desde entonces, pero que regresará sobrenaturalmente justo antes del Día del Juicio. De acuerdo con el Hadith, el protocolo para el Imam Oculto es: Será un descendiente de Mohamed y el hijo de Fátima, Tendrá una frente ancha y nariz puntiaguda; Regresará justo antes del fin del mundo; Su aparición será precedida por un número de eventos proféticos durante tres años de horrendo caos mundial, tiranía y opresión; Escapará de Medina a la Meca, miles le jurarán lealtad; Gobernará sobre los árabes y el mundo por siete años; Erradicará toda tiranía y opresión trayendo armonía y paz total; Dirigirá una oración en la Meca durante la cual Jesús estará a su lado y se le unirá. Hassan se aseguró la propiedad de Alamut por medio de la sutileza y el engaño. Su formación privilegiada le sirvió en esta ocasión para emplear una treta que ya aparece reflejada en la Odisea atribuida a Ulises. Hassan llegó a un acuerdo con el dueño de Alamut por el que se le vendía por un precio exiguo una porción de tierra que se podría abarcar con la piel de una vaca. El dueño convino en ello pensando que el joven forastero pretendía establecer un puesto de venta en el lugar, no dándose cuenta de hasta qué punto podía llegar la inventiva de Hassan. Éste procedió a dividir la piel de la vaca en tiras sumamente delgadas que le permitieron fabricar un largo cordón con el que abarcaría por entero el área de la fortaleza. Lógicamente, el propietario protestó, pero los seguidores de Hassan se encargaron de persuadirlo de que cumpliera con lo pactado. 106
Cuando los rumores de lo sucedido llegaron hasta el visir Nizam al Mulk -su amigo de la niñez y virtual gobernante de la región, dado que el sultán había delegado en él todas las funciones ejecutivas, y anticipándose a las intenciones de su antiguo camarada, comenzó a hacer preparativos para que el ejército del sultán sitiara la fortaleza, algo que jamás sucedería. Al día siguiente, de regreso a sus aposentos tras una audiencia con el sultán para informarle de sus planes, Mulk fue abordado por un sufí que en realidad era Bu Tahir, un agente de Hassan, que tras una breve conversación clavó su daga en el corazón de Nizam al Mulk, convirtiéndolo de esta forma en la primera víctima registrada de los hashishins. Una vez consolidado su dominio sobre Alamut, Hassan empleó una considerable cantidad de recursos en la construcción del denominado “jardín legendario de los placeres terrenales”, un lugar que desempeñaría un papel muy importante en los ritos iniciáticos de los hashishins. El jardín se encontraba en un hermoso valle flanqueado por dos altas montañas. Hasta allí habían sido llevados pájaros, plantas y animales exóticos de todo el mundo. Rodeando el jardín se construyeron lujosos palacetes de mármol y oro, adornados con hermosas pinturas, exquisitos muebles y tapices de fina seda. Por todos los rincones de la reducida geografía de este paraíso terrenal se habían dispuesto los más suculentos manjares, mientras que en cada rincón se podían ver fuentes de vino y agua fresca. ¿Cuál era el propósito de este exótico decorado?. Crear el marco adecuado para la escenificación de un impactante rito iniciático que asegurase de por vida la lealtad absoluta de los nuevos acólitos. El iniciado que era llevado al jardín de las delicias se encontraba en estado de inconsciencia tras haber quedado fuera de combate por una potente poción, cuyo principal ingrediente era el hachís (de ahí el nombre por el que era popularmente conocida la secta) en forma de aceite de cannabis, y que además 107
contenía diversos ingredientes psicotrópicos, como hongos alucinógenos. Al despertar de su sueño, el acólito se veía rodeado por un grupo de bellas adolescentes que le daban la bienvenida cantando, bailando y tocando instrumentos musicales en su honor. Mientras el boquiabierto joven aún intentaba reponerse de su asombro, las muchachas comenzaban a administrarle un masaje que poco más tarde derivaría en una pequeña orgía que incluía la práctica de sofisticadas técnicas sexuales. Éste era el prólogo de una corta pero inolvidable estancia en el jardín que aseguraba a Hassan que podría exigir lealtad absoluta de su nuevo seguidor y que sus órdenes serían seguidas sin preguntas ni reparos. Tras las ruinas del castillo que todavía existen en Alamut hay un valle semioculto por las escarpadas paredes que lo rodean por el que fluye un arroyo de agua fresca y cuyo verdor contrasta con la sequedad del entorno circundante. Es muy probable que fuera ésa la ubicación del mítico jardín. Aunque algunos autores han cuestionado la validez como dato histórico del uso del hachís por los asesinos, lo cierto es que se trata de un hecho cuidadosamente documentado. No obstante, no es cierto que los asesinos ingirieran este narcótico para relajarse antes de emprender alguna de sus expediciones de asesinato, como se piensa en la creencia popular, sino que lo más probable es que consumieran algo de droga antes de visitar el jardín de las delicias por última vez, como placentero prólogo de una misión suicida. La estancia en el paraíso terrenal creado por Hassan era solamente el comienzo de la carrera del adepto en la secta, cuyo escalafón se dividía en siete grados. Los hashishins combinaban las doctrinas exotéricas y esotéricas del islam. Sabbah era practicante de la alquimia y estudioso del sufismo, de modo que parte del plan de estudios iniciáticos para los futuros hashishins implicaba el dominio de métodos ocultos para alcanzar planos más altos de conciencia, algo que en el otro extremo del planeta ya se practicaba en otra mítica sociedad de asesinos profesio108
nales, los ninja japoneses. Pero no todo era meditación y preparación mental, sino que también se aprendía cómo matar eficazmente mediante el veneno o la daga. Los iniciados eran entrenados concienzudamente de una forma que nada tiene que envidiar a la de los servicios secretos actuales. Recibían clases de todo tipo de materias que pudieran serles útiles para su cometido, aprendían varios idiomas, así como el modo de vestir y las maneras propias de comerciantes, monjes y soldados. Además, les enseñaban a hacerse pasar por creyentes y practicantes de las religiones más importantes de modo que un seguidor de Hassan podía adoptar con éxito la identidad de cualquier persona, desde un comerciante acomodado a un místico sufí, un cristiano o un soldado sarraceno. Para comprender mejor el éxito de los hashishins hay que asumir que el asesinato político era una práctica muy extendida en el Islam ya antes de la llegada de Hassan Bin Sabbah. Otras sectas y grupos habían recurrido a tan expeditivo método en el pasado, e incluso el propio Profeta ya señaló a determinados individuos manifestando que “no merecían vivir”, a la espera de que sus seguidores entendieran la indirecta. Una secta extremista shiíta fue conocida en su momento como “los estranguladores” debido a que éste era el método que preferían a la hora de ejecutar a sus víctimas. El mundo musulmán de la Edad Media era un entorno confuso en el que la autoridad siempre pasaba a manos de aquellos que tenían la voluntad y la osadía necesarias para tomarla y retenerla mediante la violencia o la astucia. Los derechos hereditarios pesaban tanto como las espadas al servicio de los pretendientes al trono y más de un gran imperio se desmoronó a causa de estas luchas intestinas. Imanes y califas eran con frecuencia víctimas de asesinos a sueldo pagados por aspirantes al cargo que, en bastantes ocasiones, terminaban sus días de la misma forma que sus antecesores. Lo que introduce de novedoso Hassan Bin Sabbah en este entorno es la práctica sistemática del asesinato como elemento 109
primordial de su estrategia, por medio de la que pretende alcanzar determinadas metas mediante la extirpación “quirúrgica” de ciertos elementos clave de la escena militar y política. Para que este planteamiento tuviera éxito la organización era un factor esencial. La orden hashishin se basaba en una estructura administrativa que, a juzgar por los resultados obtenidos, resultó ser tremendamente eficaz. En la cima de la jerarquía estaba Hassan, el viejo de la montaña, cuya privilegiada mente lo mismo se encontraba ocupada en trazar complejos planes que jugaban con el equilibrio político de todo Oriente, que meditando sobre la interpretación de algún pasaje del Corán. Debajo de él estaban los priores magníficos —místicos y clérigos que daban sustento espiritual al grupo—, los propagandistas o dai —encargados de predicar la palabra de Sabbah por todo el orbe musulmán y reclutar nuevos adeptos a la causa— y finalmente los fidai, que eran el escalafón más bajo dentro de los hashishins, aunque en modo alguno el menos importante. Los fidai —”ángeles destructores” o “autosacrificados”— tenían un voto de obediencia absoluta y una convicción fanática que los mantenía dispuestos a llevar a cabo cualquier atrocidad que su señor exigiera de ellos, incluyendo el suicidio y el asesinato. Vestían túnicas blancas con fajines y turbantes rojos: colores que representaban la inocencia y la sangre. Llama la atención que los terroristas suicidas actuales mantengan en su iconografía ritual un atuendo muy parecido. La figura clave en esta organización eran los dai. Se trata de una figura que en muchos sentidos resulta exclusiva de la cultura persa. Si tuviéramos que compararlos con algo conocido, los misioneros cristianos resultarían la figura más cercana a nuestra cultura. Como los misioneros, los dai recibían una extensa formación que los convertía en vendedores perfectos de las ideas a las que servían, estando investidos además de una autoridad de la que en principio carece un misionero cristiano. Su tarea era principalmente la de impresionar a las gentes con las que se encontraban, excitar su curiosidad e imbuirles el deseo de 110
saber más sobre ellos y sus creencias. Una vez enganchado un buen número de acólitos potenciales, revelaba los misterios de la orden sólo a aquellos más prometedores, siempre y cuando accediesen a prestar juramento de fidelidad al imán, el representante de Dios sobre la Tierra, que, en este caso, no era otro que Sabbah. Dado que los hashishins ganaban influencia en la región con un ímpetu que parecía imparable, el Sha de Persia se sentía inseguro en su posición, lo que lo llevó a cometer el mismo error que cometiera tiempo atrás su visir y a pagarlo de similar modo. Apenas habían llegado las tropas a las cercanías de Alamut cuando el atrevido monarca moría envenenado. Tras su muerte, el reino de Persia quedó dividido en facciones que guerreaban constantemente entre sí, situación que convirtió a los “asesinos” en el grupo más poderoso e influyente de la región durante años. En ese tiempo la secta fue sofisticando sus métodos, convirtiendo el asesinato en una forma de arte, desarrollando técnicas cada vez más audaces e imaginativas, en las que el veneno y la daga eran sustituidos por sofisticadas trampas y técnicas que permitían al asesino alcanzar su objetivo por muy protegido que éste estuviera. Cabe destacar que pese a lo dicho hasta el momento no estamos hablando de una horda sedienta de sangre y dispuesta a alcanzar sus objetivos a cualquier precio. Los ideólogos y estrategas de los hashishins eran intelectuales que preferían utilizar la persuasión en lugar de la violencia siempre que ello fuera posible. Entre los métodos indirectos de persuasión, uno de sus favoritos consistía en obtener la ayuda de mujeres y niños que ejercían una especial influencia ante padres y maridos poderosos. Los sobornaban con vestidos, joyas y fantásticos juguetes traídos a tal efecto por mercaderes que viajaban por todo el mundo en busca de las más exquisitas piezas. También supieron cautivar a algunas de las mentes más distinguidas de Oriente Medio para emplearlas como profesores en sus escuelas o como consejeros en asuntos mundanos. Esta sabia combinación de mano de hierro en guante de terciopelo 111
sirvió para que, en poco tiempo, la mayoría de la población de Persia profesara las creencias ismailíes. Sin embargo, a medida que sus hazañas se multiplicaban y eran cantadas y contadas por todo el mundo árabe, Hassan Bin Sabbah fue convirtiéndose en un personaje cada vez más misterioso y reservado, que vivió el resto de su vida confinado por propia voluntad entre los muros de la fortaleza. Se dice que durante ese período abandonó sus aposentos tan sólo en dos ocasiones. Llevaba una vida propia de un asceta, consagrado a la mística y a la redacción de tratados teológicos. La ambición expansionista que caracterizaba a la secta de Hassan —y los expeditivos medios que empleaba— no se debía a una ambición personal, sino a su condición de creyente profundamente devoto de la fe ismailí, que quería convertir en la única corriente imperante en el Islam. De este carácter modesto y hondamente religioso nos habla la circunstancia de que Hassan podía aspirar a declararse descendiente directo del Profeta con más legitimidad que otros que ya lo habían hecho, pero rechazó utilizar esto como ventaja política: “Prefiero ser un buen sirviente del Profeta antes que su hijo indigno”. Su celo religioso lo llevó a cometer no pocos excesos entre sus propias filas. En Alamut, como siglos más tarde en el Afganistán de los talibanes, estaba terminantemente prohibido beber y tocar instrumentos musicales. Estas prohibiciones y muchas otras se aplicaban con extremado celo y Hassan exigía a sus seguidores una total obediencia. Era de una severidad inflexible, tanto que hizo ejecutar a sus dos únicos hijos: a uno por beber y al otro por saltarse la cadena de mando cometiendo un asesinato que no había sido ordenado. Durante la última época de la vida de Hassan la secta combatió en dos frentes bien definidos. En las cruzadas lucharon indistintamente en ambos bandos en función de cuál de ellos sirviera mejor a sus necesidades del momento. Al mismo tiempo, no se detuvieron en expandir su dominio por toda Persia y su influencia llegó hasta Siria, donde comenzó a actuar una rama particu112
larmente activa de la orden. Hassan Bin Sabbah falleció en 1124, a la edad de 90 años. La ejecución de sus dos únicos herederos hizo que tuviera que designar a dos de sus generales para que continuaran su obra como sucesores. Uno asumió el control de los elementos místicos e ideológicos de la orden, mientras que el otro se encargó de los asuntos militares y políticos. Durante ese período, y aprovechando el desconcierto que trajo consigo la muerte de Sabbah, la dinastía seljúcida tomó de nuevo el control en Persia, lo que provocó una nueva oleada de asesinatos. El primogénito y sucesor de Nizam Al Mulk cayó bajo la daga de un fidai. El nuevo sultán, que había sucedido a su padre Malik Sha y recuperado el control de grandes zonas del país, decidió, como su padre antes que él, marchar contra Alamut. Una mañana despertó con una daga clavada en su almohada. El sultán hizo un pacto con los “asesinos” por el que les otorgaba la autonomía a cambio de reducir sus fuerzas militares y un compromiso de no injerencia en los asuntos de Estado. Fue también en esta época cuando Marco Polo llegó a las proximidades de Alamut y se enteró de la existencia de la orden, incluyéndola en el relato de sus viajes y haciendo que su fama se extendiera por toda Europa. Los hashishins sobrevivieron durante más de cien años tras la muerte de Sabbah, hasta que Alamut fue finalmente sitiado y conquistado en 1256 por los invasores mongoles al mando de Halaku Kan, hijo de Gengis Kan. Halaku era un gran admirador de la figura de Hassan y encargó a su principal consejero que recopilara una historia completa de los “asesinos” basándose en los registros de la biblioteca de Alamut. De este trabajo procede la mayoría de los datos históricos de los que actualmente se dispone sobre la orden. Alamut era una de las principales fortalezas utilizadas en la Edad Media por la secta ismailí de los nizaríes. Dominaba un valle en el macizo montañoso de Elburz, al sur del mar Caspio y en el norte del actual Irán, cerca de la ciudad de Qazvin. El significado del nombre es incierto, aunque la hipótesis más extendida es que etimológicamente significa “nido de águilas”. 113
La fortaleza fue tomada en 1090 por ismailíes dirigidos por el mítico Viejo de la Montaña. Tras un conflicto con el centro de poder ismailí, el califato fatimí de El Cairo, los ismailíes de Irán se escinden y serán llamados desde entonces nizaríes. Sus enemigos los llamarán despectivamente hashashin, “consumidores de hachís”, palabra que ha pasado al castellano como asesino, y ello porque desde Alamut y otras fortificaciones los nizaríes se destacaron por la práctica del homicidio político, hasta el punto de que a pesar de su escaso número aterrorizaron durante siglos a los gobernantes de Irán y Siria. Alamut fue un nodo de la compacta red de fortalezas nizaríes, que por su inexpugnabilidad conformaron un auténtico Estado descentralizado e independiente dentro de un territorio fundamentalmente sunní. En 1256, tal como ya hemos explicado, las tropas mongolas marchan sobre Irán dirigidas por Hulagu Jan, y las precede su fama de invencibilidad y crueldad. Alamut se rindió sin presentar combate y fue arrasada hasta los cimientos por el ejército invasor para impedir su uso por otros posibles oponentes. Marco Polo en su libro Los viajes de Marco Polo afirmó haber visitado Alamut y conocer a el Viejo de la Montaña, lo que es poco probable ya que en la fecha que indica, la fortaleza había dejado de existir hacía varias décadas. El viajero veneciano introdujo en Europa la leyenda que ha dado fama a Alamut: la de que poseía unos jardines ocultos que imitaban el paraíso. Para fanatizar a los futuros asesinos de la secta, se les drogaba con hachís y se les hacía despertar en el jardín, donde gozaban del paraíso durante unas horas. Cuando volvían a despertar estaban en el castillo y se les decía que sólo volverían al escenario idílico y feliz que habían tenido ocasión de ver si morían en combate contra el enemigo. Esto explicaría la fiereza y el arrojo de los nizaríes en sus acciones terroristas, aún sabiendo que lo más probable es que no salieran vivos de ellas. Esta leyenda no está apoyada por ninguna evidencia histórica. Tras la caída de Alamut, la mayoría de los supervivientes del 114
grupo se vieron forzados a la clandestinidad, manteniendo sus creencias y tradiciones en estado latente. En la actualidad, los ismailíes nizaríes todavía existen, y están liderados por el Aga Kan, una de las figuras progresistas del Islam. La Aga Khan Development Network es una organización creada basándose en las condiciones de vida en las sociedades en donde los musulmanes tienen una presencia significativa, si bien se esfuerzan en dejar muy claro que no son una organización de carácter religioso. La sociedad secreta que creó Hassan Bin Sabbah marcó un antes y un después en el desarrollo de este tipo de organizaciones e influyó decisivamente en las que fueron creadas con posterioridad. Durante las cruzadas, los hashishins lucharon para y contra los cristianos, según beneficiara a sus planes, si bien las férreas estructuras jerárquicas de las órdenes militares mermaban considerablemente la eficacia de su táctica de asesinatos selectivos, ya que tan pronto un personaje clave fallecía era inmediatamente sustituido por otro. Ricardo I de Inglaterra (1157 – 1199), conocido como Ricardo Corazón de León, fue Rey de Inglaterra entre 1189 y 1199, siendo el tercer hijo del rey Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania. En su época, el trovador Bertran de Born lo apodó “Òc e non” (‘sí y no’). Durante su reinado, sólo visitó Inglaterra en dos ocasiones: las correspondientes a sus dos coronaciones. En total, no llegaron a seis los meses que pisó su suelo como rey. Tomó parte en la Tercera Cruzada, con campañas en Sicilia y Chipre en el camino y, posteriormente pasó un período arrestado por Leopoldo V, duque de Austria. El rey Ricardo I llegó a Acre, Palestina, en junio del año 1191. Dio su apoyo a su vasallo de Poitiers Guido de Lusignan, que había llevado sus tropas a Chipre para apoyarlo. Guido era el viudo de la prima del padre de Ricardo, Sibila de Jerusalén (El rey Fulco de Jerusalén tuvo varios hijos, entre ellos: Amalarico I de Jerusalén, padre de Sibila; y Godofredo V de Anjou, padre de Enrique II de Inglaterra, padre de Ricardo Corazón de León). En esta época, Guido, el esposo de Sibila estaba tratando de retener la corona de Jerusa115
lén, a pesar de la muerte de su señora acaecida durante el sitio de Acre el año anterior. El derecho de Guido era disputado por Conrado de Monferrato, segundo esposo de la media hermana de Sibila, Isabel de Jerusalén: Conrado, cuya defensa de Tiro había salvado el reino en 1187, fue apoyado por Felipe de Francia, hijo de su primer primo Luis VII de Francia y por otro primo, el duque Leopoldo V de Austria (Babenberg).
Ricardo también se alió con Hunfredo IV de Torón, el primer marido de Isabel, del cual se había divorciado a la fuerza en 1190. Hunfredo era leal a Guido y hablaba el árabe en forma fluida, de forma que servía a Ricardo como traductor y negociador. Ricardo y sus fuerzas ayudaron a conquistar Acre, a pesar de la grave enfermedad del rey. Se dice que Ricardo I, mientras estaba enfermo de escorbuto, mataba guardias en las paredes con una ballesta, mientras era llevado en una camilla. Conrado de Montferrat concluyó las negociaciones de rendición con Saladino e izó los pendones de los reyes en la ciudad. Ricardo discrepó de Leopoldo V de Austria sobre la destitución de Isaac 116
Comneno (relacionada con la madre bizantina de Leopoldo) y sobre su posición dentro de la cruzada. El pendón de Leopoldo había sido izado al lado de los estandartes inglés y francés. Ello fue interpretado como una arrogancia por Ricardo y Felipe, dado que Leopoldo era un vasallo del Sacro Imperio Romano Germánico (aunque entonces era el líder vivo de más alto rango de las fuerzas imperiales). Los hombres de Ricardo derribaron el pendón y lo tiraron en el foso de Acre. Leopoldo dejó inmediatamente la cruzada. Felipe también se fue poco después, en mala condición de salud y luego de disputas con Ricardo acerca del estado de Chipre (Felipe demandaba la mitad de la isla) y del reino de Jerusalén. Ricardo se encontró repentinamente sin aliados. Ricardo mantuvo prisioneros a 2.700 musulmanes, al objeto de conseguir que Saladino cumpliera todos los términos de la rendición de las tierras circundantes a Acre. Felipe, antes de partir, había confiado sus prisioneros a Conrado, pero Ricardo lo forzó a entregárselos. Ricardo temía que sus fuerzas permanecieran retenidas en Acre, ya que creía que su campaña no podría avanzar con los prisioneros en caravana. Por ello, ordenó que todos los prisioneros fuesen asesinados y se desplazó al sur, derrotando a las fuerzas de Saladino en la batalla de Arsuf el 7 de septiembre. Intentó negociar con Saladino, ofreciéndole a su hermana viuda, Juana de Sicilia, como novia para el hermano de Saladino Al Adil, pero no tuvo éxito. En la primera mitad de 1192, él y sus tropas refortificaron Ascalón. Una elección forzó a Ricardo a aceptar a Conrado de Montferrat como rey de Jerusalén y vendió Chipre a su protegido derrotado, Guido. Sin embargo, sólo días después, el 28 de abril de 1192, Conrado fue apuñalado hasta la muerte por miembros de la Secta de los Asesinos antes de que pudiera ser coronado. Ocho días después, el propio sobrino de Ricardo, Enrique II de Champaña, se casó con la viuda Isabel de Jerusalén, aunque estaba encinta del hijo de Conrado. El crimen no fue resuelto y los contemporáneos de Ricardo I sospechan que él estuvo involucrado. 117
Tomando conciencia de que ya no había esperanza de retener Jerusalén, incluso después de haberla tomado, Ricardo ordenó la retirada. Entonces comenzó un período de escaramuzas menores con las fuerzas de Saladino, mientras Ricardo y Saladino negociaban un acuerdo para el conflicto, ya que ambos se dieron cuenta de que sus respectivas posiciones eran insostenibles. Ricardo supo que Felipe y su propio hermano Juan preparaban un complot en su contra. Sin embargo, Saladino insistía en arrasar las fortificaciones de Ascalón que los hombres de Ricardo habían reconstruido y en otros puntos menores. Ricardo hizo un último intento de acercar posiciones al intentar invadir Egipto (la principal base de provisiones de Saladino), pero falló. Finalmente, el tiempo de Ricardo se agotaba. Consideró que su regreso ya no podía posponerse, dado que Felipe y Juan tomaban ventaja de su ausencia. Él y Saladino llegaron a un acuerdo 118
final el 2 de septiembre de 1192, que incluía la concesión de la demanda de destrucción de la muralla de Ascalón, así como el libre acceso de los cristianos a Jerusalén, la tolerancia de su presencia allí y una tregua de tres años. En diciembre de 1192, espoleado por las noticias que llegan del reino, Ricardo trata de regresar a Inglaterra, pero el mal tiempo desvía su flota a la costa adriática y lo obligan a atracar en Corfú, en las islas del emperador bizantino Isaac II Ángelo, que objetaba la anexión de Ricardo de Chipre, un antiguo territorio bizantino. Disfrazado como un caballero templario, Ricardo navegó desde Corfú con cuatro ayudantes, pero su barco encalló cerca de Aquilea, forzando a Ricardo y a sus partidarios a seguir una peligrosa ruta terrestre por Europa central. Mientras se dirigía hacia el territorio de su cuñado Enrique, Ricardo fue capturado cerca de Viena por Leopoldo V de Austria poco después de la Navidad de 1192 y acusado de arreglar el asesinato de su primo Conrado de Montferrat. Ricardo y sus criados viajaban disfrazados como peregrinos de baja condición, pero pudo ser identificado porque usaba un anillo lujoso o por su insistencia en comer pollo asado, una delicadeza de la aristocracia. El duque lo llevó como prisionero ante el emperador Enrique VI de Alemania y lo mantuvo cautivo en Dürnstein. Fue allí que Ricardo escribió Ja nus hons pris o Ja nuls om pres, una canción en versión francesa y occitana, expresando su sentimiento de abandono por parte de su propia gente. No obstante, las condiciones de su cautiverio no fueron severas. Él declaró al emperador: “Nací con un rango que no reconoce ningún superior que no sea Dios.” Su libertad no le interesaba a nadie: Felipe II de Francia prefería a su hermano Juan, y el Papa Celestino III lo rechazaba por su conducta. Su madre, Leonor de Aquitania, luchó incansablemente para obtener la liberación de Ricardo, intentando reunir el dinero del rescate consistente en 100.000 marcos (cerca de cinco veces el ingreso anual de la corona inglesa bajo la regen119
cia de Ricardo) que pedía Enrique. Tanto el clero como los legos debieron pagar fuertes impuestos de un cuarto del valor de su propiedad, se confiscaron los tesoros de oro y plata de las iglesias y se reunió dinero mediante la compensación monetaria por parte de los nobles por no hacer el servicio militar debido a la corona e impuestos de “carucage“. El emperador pidió 100.000 marcos para él antes de liberar al rey, el mismo monto reunido por el impuesto saladino pocos años antes. Al mismo tiempo, Juan, el hermano de Ricardo, y el rey Felipe de Francia ofrecieron 80.000 al emperador para que mantuviera prisionero a Ricardo hasta la fiesta de San Miguel y Todos los Ángeles de 1194. El emperador rehusó esta oferta, pero a costa de aumentarlo una mitad más. El dinero del rescate del rey había sido transferido por los embajadores del emperador, pero “bajo la responsabilidad del rey” (si se hubiese perdido en el camino, habría sido responsabilidad de Ricardo) y finalmente el 4 de febrero de 1194 Ricardo fue liberado. Felipe envió un mensaje a Juan que decía: “Cuídate, el demonio anda suelto.”
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Ricardo Corazón de León fue acusado en su momento de haber solicitado la ayuda del Señor de las montañas —Sheik Al Yebel, que no era Sabbah, como vulgarmente se cree, sino el jefe de la rama siria de la secta— para cometer el asesinato de Conrado de Monferrato. Según cuentan las crónicas, se escogió a dos asesinos que aceptaron ser bautizados y que fueron emplazados a ambos lados de Monferrato, fingiendo rezar. En el momento en que se presentó una ocasión favorable lo apuñalaron y corrieron a refugiarse en una iglesia. No obstante, llegó hasta sus oídos la noticia de que habían fallado en su intentona y el príncipe aún se encontraba con vida, por lo que abandonaron su escondite y se dirigieron al lugar donde yacía Conrado de Monferrato para apuñalarlo por segunda vez. Después de esto fueron capturados y murieron sin una sola palabra de confesión o arrepentimiento a pesar de la crueldad de los tormentos que les fueron aplicados. Algo de aprovechable debieron ver los cruzados en los métodos de los “asesinos” cuando los importaron a Europa y terminaron sirviendo de patrón y modelo de numerosas sociedades secretas occidentales. Los templarios, la Compañía de Jesús, el Priorato de Sión, la francmasonería, los rosacruces… todos deben su eficacia organizativa al trabajo originario de Hassan. De hecho, los célebres Iluminati tuvieron su origen en el aspecto místico de la orden hashishin . También los servicios de inteligencia han incorporado en sus metodologías muchas de las técnicas milenarias de los hashishins. Con el paso de los siglos, Sabbah se ha convertido en una figura mítica que ha servido de inspiración a artistas y literatos. El irreal mundo de Alamut, con sus sueños de placeres inenarrables administrados por bellas huríes entre vapores narcóticos y exóticos perfumes, resultó particularmente atractivo para los románticos. En el célebre poema “Kublai Khan” de Coleridge, escrito según se cuenta inmediatamente después del despertar de un sueño bajo los efectos del opio, se describe detalladamente la leyenda de Sabbah y de su paraíso terrenal. Coleridge llama a su Alamut de ficción “Armhara”, el lugar en que se yer121
gue la bóveda del placer, inspirada en el jardín legendario de los hashishins. Casi un siglo más tarde, los escritores y artistas de la generación beatnik también consideraron a los hashishins como una de sus fuentes de inspiración, identificándose con esa mezcla de misticismo oriental, experimentación con drogas y transgresión social que tiñe la leyenda de la secta. El poeta y pintor Brion Gysinmenciona a Sabbah en muchas de sus composiciones, y William S. Burroughs escribió un brillante poema titulado “Las palabras pasadas de Hassan Sabbah”, donde condena como terroristas a organizaciones modernas, como las agencias de inteligencia y las grandes multinacionales. Como vemos, Hassan Bin Sabbah es una de esas figuras que rompe la barrera del tiempo y se mantiene vigente según las sucesivas generaciones la enriquecen con nuevas lecturas que no son sino un fiel reflejo de la situación de cada época. Además, supone un precedente directo sin el que resultaría imposible comprender a esos suicidas que tanta intriga e inquietud 122
causan entre los occidentales. Dicen que no hay nada nuevo bajo el sol, y la historia tendría mucho que enseñarnos en la guerra contra el terrorismo que actualmente está presenciando el mundo. En el caso de Sabbah, su ausencia física no extinguió el fanatismo de sus seguidores hasta más de cien años después de su muerte, y ello tras una aplastante derrota militar precedida por encarnizadas batallas. Algunos grupos persuaden a sus miembros para que sacrifiquen sus vidas con la promesa de un paraíso más allá de la muerte, una técnica que, como hemos visto, ya fue utilizada con éxito hace un milenio por Hassan Bin Sabbah. Son demasiadas las semejanzas como para no pensar que no se hayan tomado elementos de la secta de los hashashin como modelo para levantar un nuevo reino de terror. https://misteriocity.com/la-misteriosa-secta-de-los-hashshashin/ 123
LAS LEYENDAS DE LA MAS 124
Herbert Oré B
SONERÍA Y SU ENSEÑANZA
Belsuzarri 33°
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LAS LEYENDAS DE LA MASONERÍA Y SU ENSEÑANZA Herbert Oré Belsuzarri 33°
INTRODUCCION. Con frecuencia tanto a los religiosos como a los iniciados en diferentes órdenes, nos suelen decir que nuestros ritos y nuestras enseñanzas son prácticas anacrónicas, ya que vivimos en la “época de la razón”, y todo puede ser explicado racionalmente por la ciencia. Como iniciado debo manifestar a esto que: “El mito se impone al hombre, porque refleja una realidad superior que brota del inconsciente individual y colectivo. Por lo tanto, el hombre racional moderno debe situar el mito en la época de la ciencia, ya que sin el mito, sería imposible comprender la complejidad del mundo contemporáneo”. Para el hombre de fe religiosa, “será doloroso y quizás aterrador, asumir que existe la posibilidad que su Dios sea un mito, por lo menos en la forma que lo conoce o en la forma como fundamenta su existencia”. La intensidad de resistencia a esta “herejía”, sin lugar a dudas, será directamente proporcional a su nivel de dogmatismo. “Los ideales de la humanidad, más que en una base de razón, se centran en el sentimiento y en su convicción”. Por esa razón la sabiduría ancestral y moderna de la masonería, ha incorporado a su docencia los mitos, que le permite comprender al hombre en su esencia más íntima. Nuestros ancestros más primitivos, al no hallar explicación a diferentes eventos de su vida cotidiana, se formularon diversas interrogantes y como parte de su respuesta a sus interrogantes, consideró que debían existir varios seres superiores que gobernaban diferentes aspectos de la vida. Entonces el hom126
bre imitando a estos seres imaginarios trato de realizar proezas. Primero fue la magia, del que se dice es el arte de producir los efectos prodigiosos, empleando medios sobrenaturales. Pero solo era el conocimiento de algunos secretos de la naturaleza. Esta ciencia primitiva por muchos siglos fue patrimonio exclusivo de los sacerdotes, que ligaban el conocimiento a un ser superior, quien se manifestaba, a través de ellos (sacerdotes) en forma exclusiva, otorgándoles un poder inmenso. Así sucedió en Sumería y posteriormente en Egipto, en Sechín y Caral en los Andes de América del Sur, en la India, en Grecia, en los olmecas de Centroamérica, y una larga lista de civilizaciones en el mundo, que calificaban sus prodigios, como el favor de los dioses. De todas ellas, es en el Medio Oriente, donde sobresalen, no solo por su sabiduría de las altas ciencias y su elevada moral que enseñaban, sino por el estudio y la investigación que realizaban, lo cual quedo patentizado en tablillas de barro con escritura cuneiforme. Tal era su prestigio que incluso cuando muchas de las civilizaciones que se desarrollaron en Mesopotamia ya habían desaparecido, los magos de Persia gozaban de un prestigio indiscutible. Ello dio origen a la creación de los oráculos y las sibilas, a las que se debe el conocimiento de gran número de plantas y sus propiedades terapéuticas. Los arcanos de la química, la anatomía y gran número de los secretos de la naturaleza se debieron a la “magia”. Al salir Abraham de Ur, para ir en busca de la tierra prometida, que su dios Jehová les había indicado, llevo la magia de Mesopotamia a Egipto a través de sus descendientes. En Egipto, Moisés un hebreo adoptado en la nobleza egipcia, estudió entre lo iniciados de Heliápolis la magia de esas tierras africanas, y más tarde durante el éxodo reuniría la magia de Mesopotamia y la magia egipcia, del cual Jesús aprendió a través de los esenios principalmente, para realizar gran parte de los milagros que se le atribuye. 127
Los hebreos y los pueblos semíticos (descendientes de Sem, hijo de Noé), fueron muy aficionados a la magia, los árabes aprendieron de estos y le dieron forma, con la que penetró en Europa, donde la magia sumerio-egipcia a través de los griegos y romanos había llegado, desarrollándose en la edad media. La magia estaba muy arraigadas en los musulmanes, mientras en Europa apenas existe, debido a la persecución que hacía sobre ella la iglesia católica, apostólica y romana. A los ojos de los musulmanes, la magia tiene por objeto la consecución de cosas ocultas, la transmutación de los metales, el conocimiento del 128
porvenir, la posesión de un objeto determinado o la posesión de la persona amada, cura enfermedades, permite venganzas y permite modificar el futuro, etc. Lo que se llama magia en el Medio Oriente, no es un arte vano y quimérico, la institución de los magos fue muy anterior a Zoroastro y este confirió el nombre de mago a una casta sacerdotal que cuidaba su culto, interpretaba los movimientos de los astros y custodiaba el fuego. Al lado de la astrología, adivinación, superstición, etc. había un estudio de conocimientos más serios y útiles, como la medicina y las ciencias naturales, acompañados siempre de las matemáticas y la química (entonces llamada alquimia), es decir sirvieron para engatusar al vulgo y desarrollar la ciencia. A través de las religiones, transformaron diversos mitos en dogmas de fe, con los cuales han construido su entramado doctrinal y a través de ellos, esclavizaron y esclavizan a millones de conciencias con la idea preconcebida e inculcada, desde la niñez y albor de nuestra vida mental, como el concepto de pecado-castigo, el miedo de que “alguien” desde arriba nos vigila, enajenando nuestra libertad y el ejercicio de nuestra potencia mental. Las sociedades iniciáticas que se dieron en Sumeria, Egipto y otras culturas y civilizaciones en Mesopotamia, iniciaban en sus conocimientos a los escogidos, sacerdotes o no, que serían los sabios alquimistas y astrólogos, conocedores de las ciencias de la naturaleza aplicadas, como símbolos vivos del proceso iniciático y regenerador, como lo hicieron los masones, quienes dotaron a los zigurats, pirámides, templos y catedrales, de numerosos símbolos basados en las correspondencias y analogías entre el macro y el microcosmos, el cielo y la tierra, la divinidad y el hombre. “Un hilo sutil y luminoso une el mundo superior al inferior, y el 129
inferior al superior. El mantenimiento de esa comunicación es una de las funciones que siempre han tenido las organizaciones tradicionales e iniciáticas”. Enki está relacionado con la ciencia en Sumeria; Thoth está relacionado con todo el conocimiento y es patrón del ocultismo en Egipto; Hermes Trismegisto, en griego Hermes el tres veces grande, está relacionado con las ciencias ocultas, y es considerado el patrono de los alquimistas, condensó la síntesis y la sustancia de la sabiduría del antiguo Egipto, que fueron grabadas en la Tabla Smaragdina, como es denominada en latín. En el siglo XII, surge en toda Europa Occidental, contacto con el mundo islámico a través de las cruzadas, llegando textos herméticos traducidos del árabe al latín, entre ellos, los textos de la Tabla Esmeraldina, que habría sido grabada por el propio Hermes en persona.
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Esta “Biblia alquimista”, consta de unas treinta líneas donde se encuentra la famosa Ley de las correspondencias, fundamento del ocultismo hermético. Sabios y filósofos de la antigüedad como Platón, Sócrates, Aristóteles y Pitágoras fueron iniciados en los secretos del Hermetismo. Llegado a Occidente el nombre hermetismo adquirió un significado equivalente al de todas las prácticas secretas de magia y de alquimia, extendiéndose después al rosacrucismo, iluminismo y ocultismo de manera general. La ciencia del hermetismo fue cultivada durante la edad media bajo distintas denominaciones: ocultismo, esoterismo, magia, alquimia, astrología, cábala e influenció en casi todas las corrientes de pensamiento filosófico de la época. Sin embargo, bajo el nombre de hermetismo se designó particularmente a la parte teórica y filosófica de la alquimia medieval, según la cual existen íntimas y misteriosas relaciones entre todas las partes del universo visible e invisible. Los masones (albañiles constructores) desde la antigua Sumeria y Egipto, practicaban el ocultismo como parte de su formación, llegando así a los hebreos que construyeron el templo de Salomón, y de allí a los griegos y romanos, y cuando desapareció el imperio romano, este se vulgarizo en todos los países de Europa, hasta que durante la edad media, muchos ocultistas que mantenía la pureza de la enseñanza fueron iniciados en la Masonería Operativa y continuó esta práctica en la Masonería Especulativa, impregnándose con sus conocimientos. De ahí surgieron y florecieron varios ritos masónicos dedicados exclusivamente al estudio de las ciencias ocultas. El método característico del hermetismo y el empleo de la analogía, como fue dicho antes, y sus aplicaciones a las ciencias contemporáneas, permite aclarar una serie de problemas antes considerados insolubles. Estas enseñanzas estaban en los mitos, leyendas y símbolos masónicos, cuyas enseñanzas persisten en nuestra época, revitalizada con la ciencia. 131
Las narraciones de los masones operativos, que no siempre eran “cultos” o sabían escribir, se fueron trasmitiendo de boca a oído entre sus miembros, manteniéndose por siglos hasta que algunos masones lo dejaron escrito. A este conjunto de narraciones hay quienes llaman indistintamente, cuentos, mitos, leyendas o simplemente anécdotas, por lo que es necesario diferenciar todos estos para un mejor propósito. Los cuentos “son narraciones tradicionales de forma no sólidamente establecida, en que los elementos sobrenaturales son secundarios; no se refieren fundamentalmente a temas’ serios’ o a la reflexión de preocupaciones o problemas profundos; y su principal atractivo está en su interés narrativo”. Entre los cuentos hay variantes, como el cuento de hadas, cuentos humorísticos, comedias cortas y la fábula de animales. En los cuentos que representan lo sobrenatural sus héroes son humanos. Los mitos (mythos) se caracterizan por tener personajes específicos, personalidades concretas y no actores; como en los cuentos; estos personajes pueden ser héroes o seres sobrehumanos, pero también pueden ser dioses. A veces los personajes están ligados a una región; sus acciones son complicadas y, como en los cuentos, estas acciones pueden presentarse fragmentadas en episodios; su fantasía no tiene límites; el componente sobrenatural, cuando lo tienen, produce cambios drásticos e inesperados mientras avanza la acción. A diferencia de los cuentos, los mitos establecen o confirman derechos e instituciones y son siempre serios en la exploración y reflexión de problemas y preocupaciones humanas; pertenecen a un pasado independiente del tiempo. Tanto en los mitos como entre los cuentos populares se pueden encontrar narraciones sagradas y seculares. Las leyendas (sage) tiene un contenido contextual más concreto y menos formalizado que el del cuento; su forma es más abierta pero su significado es más cerrado que el del cuento. 132
Mientras el cuento se desenvuelve en un solo plano -mágico, sobrenatural o fáctico, pero autónomo- en la leyenda se entrecruzan varios planos, fácticos y mágicos, interdependientes. Así, aparecen un milagro, un prodigio o una profecía en medio de un relato secular, histórico (legende) o pseudo-histórico (sage). La leyenda se ubica a mitad del camino entre el cuento maravilloso y el cuento humorístico, porque a diferencia del primero no se agota en los elementos mágicos y sobrenaturales, y porque a diferencia del segundo se mantiene en un plano de seriedad. Se ha propuesto que las leyendas deben ser anteriores a los cuentos, que no son localizados ni individualizados. Mientras la anécdota (anekdote) es un género corto y conversacional, la leyenda es más prolongada y narrativa, pues se propone explicar el origen de las cosas, nombres, sucesos o hechos, lo cual da paso a un entorno próximo y una actualidad en el plano real; en otros planos, da paso a una descontextualización y a una inactualidad. Ello se debe a que la leyenda surge de un proceso histórico de decantación y sedimentación, en el que intervienen fuerzas contrapuestas que unas veces individualizan y otras, desindividualizan. También se ubica la leyenda entre el cuento y la novela, pues a diferencia del primero mantiene un pie en el plano real sin reducirse sólo a él y a diferencia de la segunda evita volcarse hacia la mera ficción. La localización, la individualización y la utilidad inmediata son los mecanismos básicos de la configuración de las leyendas. A partir de este punto, conviene distinguir las leyendas más antiguas o paleo leyendas, de las leyendas más recientes y de fondo, o neo leyendas: - En la paleo leyenda predomina lo esotérico, lo escatológico, lo simbólico, como en el mito, pero no localizado en regiones y tiempos afuera del alcance humano. El mito, en cambio, localiza 133
el relato en regiones y tiempos afuera del alcance de los humanos, en edades heroicas y civilizadoras. - En la neo leyenda predomina lo exotérico, la realidad histórica y humana; lo sagrado o lo mágico aparecen como un detalle excepcional del relato. Es un texto vinculado a lugares y tiempos concretos. Entonces, si un mito es desacralizado, si sus elementos maravillosos son amortiguados, si sus elementos sobrenaturales son suplantados por elementos feéricos y sus elementos mágicos por la religión instituida, el mito se convierte en una neo leyenda. Las leyendas son, además, “la expresión del imaginario de una comunidad, la radiografía de sus sueños, aspiraciones, fobias, pulsiones... Sirve(n) para expresar conflictos, poner en orden el caos afectivo y emocional, de modo que su repetición ritual no es sólo una manera de asegurar la memoria colectiva, sino también una forma de catarsis”. Por ello, en las leyendas, los personajes son arquetipos a través de los cuales se expresa una búsqueda. Las características de una leyenda se centran en las personas y sus logros así que para detectar este tipo de historia simplemente debes fijarte en dichos elementos, de todas formas las historias de leyenda también tiene otros tipos de características básicas, las cuales son: - Personajes y eventos exagerados. - Son usualmente transmitidas por tradición. - Se centran en personas reales y en los logros conseguidos por estas. - Son historias de ficción que alguna vez fueron reales. - En el caso de que el personaje principal fuera una persona real, no es tal y como se cuenta en la historia. - Son historias del género narrativo. ¿Hay diferencia entre mito y leyenda? 134
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Muchas personas tienen al errónea creencia de que los mitos y las leyendas son la misma cosa y aunque sean similares, también tienen muchas diferencias por lo que para nada son sinónimos. Los mitos se refieren generalmente a historias tradicionales que ocurren en un pasado intemporal. Pueden involucrar elementos sobrenaturales y están más allá de las fronteras de la lógica. Los mitos también pueden dar una explicación religiosa. Estos tienen su propia cronología con los acontecimientos y no pueden estar relacionados con las líneas temporales presentes. También pueden ser cosas imaginarias. Las leyendas sin embargo, son historias de personas reales que han conseguido ser famosas por hacer algo valiente o extraordinario; y es que podemos encontrar numerosas leyendas acerca de temas de cierta importancia histórica. No es una explicación de algo ni una narración simbólica, ya que están basadas en un evento. El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los “comienzos”. Dicho de otro modo: el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una “creación”: se narra cómo algo que ha sido producido, ha comenzado a ser. El mito no habla de lo que ha sucedido realmente, de lo que se ha manifestado plenamente. Los personajes de los mitos son Seres Sobrenaturales. Se les conoce sobre todo por lo que han hecho en el tiempo prestigioso de los “comienzos”. Los mitos revelan, pues, la actividad creadora y desvelan la sacralidad (o simplemente la “sobre-naturalidad”) de sus obras. En suma, los mitos describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de lo “sobrenatural”) en el Mundo. 136
Es esta irrupción de lo sagrado la que fundamenta realmente el Mundo y la que le hace tal como es hoy día. Más aún: el hombre es lo que es hoy, un ser mortal, sexuado y cultural, a consecuencia de las intervenciones de los seres sobrenaturales. Debemos añadir que en las sociedades en que el mito está aún vivo, los hombres distinguen cuidadosamente los mitos —“historias verdaderas”— de las fábulas o cuentos, que llaman “historias falsas”. Por esta razón no se pueden contar indiferentemente los mitos. En muchas sociedades no se recitan delante de las mujeres o de los niños, es decir, de los no iniciados. Generalmente, los viejos instructores comunican los mitos a los neófitos durante su período de aislamiento, y esto forma parte de su iniciación. Los mitos sagrados que no pueden ser conocidos de las mujeres se refieren principalmente a la cosmogonía y, sobre todo, a la institución de las ceremonias de iniciación. Mientras que las “historias falsas” pueden contarse en cualquier momento y en cualquier sitio, los mitos no deben recitarse más que durante un lapso de tiempo sagrado. Esta costumbre se conserva incluso en pueblos que han sobrepasado el estadio arcaico de cultura. En cuanto a la estructura, todos estos mitos lo son de origen. Nos revelan el origen de la condición actual del hombre, de las plantas alimenticias y de los animales, de la muerte, de las instituciones religiosas (iniciaciones de pubertad, sociedades secretas, sacrificios cruentos, etc.) y de las reglas de conducta y comportamientos humanos. Para todas estas lo “esencial” no se decidió en la Creación del Mundo, sino después, en un determinado momento de la época mítica. Se trata siempre de un Tiempo mítico, pero ya no es el “primero”, ese que puede llamarse Tiempo “cosmogónico”. Lo “esencial” no es solidario de la antología (cómo el Mundo —lo real— ha llegado a ser), sino de una historia. Historia divina y humana a la vez, puesto que es el resultado de un drama representado por los Antepasados 137
de los hombres y por Seres Sobrenaturales de otro tipo que los Dioses creadores, todopoderosos e inmortales. Estos Seres divinos son susceptibles de cambios, “mueren” y se transforman en otra cosa, pero está “muerte” no es un aniquilamiento, no perecen definitivamente, sino que sobreviven en sus creaciones. Así su muerte no sólo ha modificado su modo de existencia, sino también el de los humanos. El hombre se alimenta de Dios, y al morir, se une a él en el reino de los muertos (El cielo o el hades). El Ser Supremo creador recupera su actividad religiosa en ciertas culturas pastorales turco-mongoles y en el monoteísmo cristiano, en la reforma de Zaratustra, en el Islam y en la religión inca del Wiracocha. Recordamos sus nombres: Anu, de los mesopotámicos; El, de los cananeos; Dyaus, de los indios védicos; Uranos, de los griegos; Wiracocha de los incas; y el Quetzalcóatl de los mayas. Todos ellos Seres Supremos que desempeña un papel importante en la vida religiosa de sus culturas, pero están mediocremente representados en la mitología e incluso en algunos casos completamente ausentes; se da explicación a la “pasividad” y la ociosidad de Uranos por la castración que lo convierte en “impotente” e incapaz de intervenir en el Mundo. En la India Védica, Varuna ocupa el lugar de Dyaus, pero a la vez cede el paso a un Dios joven y guerrero, Indra, para borrarse definitivamente ante Visnú y Shiva. Dejan la primacía como Anu a Marduk, o Wiracocha a Inti. Tanto Anu, Marduk. Jehová y Wiracocha, no son dioses “creadores” en el sentido estricto del término. No crean el Mundo; sólo lo organizan y asumen la responsabilidad de mantener en él el orden y la fertilidad. Jehová, Anu y Wiracocha son creadores del mundo de aquí, del Universo tal como existe hoy día. Otro “Mundo” —casi impensable para nosotros por ser de naturaleza fluida, un Océano y no un Cosmos— existía antes que el actual. Para los sumerios era el Mundo dominado por Tiamat y su esposo, y en el que habitaban tres generaciones de Dioses, para los hebreos era el 138
mundo donde vivía Jehová y los Elohim, para los incas era el mundo donde vivían muchos dioses en el cual Wiracocha tenía el poder supremo. Hay mitos patéticos donde dioses jóvenes mueren asesinados o por accidente (Osiris, Tammuz, Attis, Adonis, etc.) y a veces resucitan, o de una Diosa que desciende a los Infiernos (Ishtar), o una Joven divina (Perséfone) es obligada a descender al hades. Alrededor de estas muertes violentas, o del descenso de una divinidad a los Infiernos, van a formarse más tarde las religiones mistéricas y algunos ritos iniciáticos. Pero estas muertes, aunque patéticas, han suscitado mitologías ricas y variadas, sus muertes son significativa para la condición humana y forman parte de ceremonias relacionadas con la vegetación (Osiris, Tammuz, Perséfone, etc.) o instituciones iniciáticas (Misterios y masonería) deben su origen a estos acontecimientos trágicos. En un determinado momento de la Historia, especialmente en Grecia, en la India, y en Egipto, una élite comienza a desinteresarse de esta historia divina y llega (como en Grecia) a no creer ya en los mitos, a pesar de creer todavía en los dioses. Bien con esta reflexión ya se puede tratar el tema materia del presente. LAS LEYENDAS MASÓNICAS. El carácter compuesto de una ciencia especulativa y un arte operativo, que la masonería asumió en la construcción del templo del rey Salomón, como consecuencia de la unión, en esa época, de la Masonería Pura de los Noaquitas, con la Francmasonería Espuria de Tiro a través de los obreros, le ha proporcionado dos tipos distintos de símbolos: el mítico o legendario y el material; pero estos están tan bien unidos en objeto y diseño, 139
que es imposible apreciar lo uno sin una investigación del otro.
Los noaquitas son los descendientes de Noah (Noé), quienes después del diluvio conservaron el verdadero nombre de Dios y la adoración a él, en medio de una raza de idólatras. Los masones afirman ser sus descendientes, porque conservan esa religión pura que distinguía a este segundo padre de la raza humana del resto del mundo. Los obreros tirios que participaron en la construcción del templo de Salomón, eran los descendientes 140
de Cam hijo de Noé que se establecieron, en Shinar (Sumeria), que practicaban el culto verdadero, pero repudiaron los principios de Noé. Sin embargo, los tirios, al igual que muchos otros místicos antiguos, habían recuperado parte de la luz perdida, y Hiram Abif el de la leyenda masónica era un tirio (Reyes 1, de 7: 13 al 7: 22), que permitió la recuperación completa de la luz perdida, mediante su unión en el trabajo, con los albañiles judíos, que eran Noaquitas, descendientes de Sem hermano de Cam, e hijo de Noé. Así, nuestras leyendas masónicas dicen que el templo de Salomón, ha sido adoptado como un símbolo material del mundo, mientras que la historia legendaria del destino de su constructor, es una historia mítica. Símbolo del destino del hombre en el mundo. Para la masonería, lo que sea visible o tangible a los sentidos en nuestros templos y emblemas, los implementos de masonería operativa, los muebles y adornos de una logia, o la escalera de siete escalones, es un símbolo material; Si bien todo lo que deriva de la tradición de su existencia, y se presenta en forma de alegoría o leyenda, es un símbolo mítico. Hiram Abif, el Constructor, y todo lo que se refiere a la leyenda de su conexión con el templo y su destino, como la ramita de acacia, la colina cerca del Monte Moriah y la palabra perdida, deben considerarse Como símbolos míticos o legendarios. Esta división no es arbitraria, depende de la naturaleza de los tipos y el aspecto en el que se presentan a nuestra vista. La ramita de acacia, aunque es material, visible y tangible, no debe, sin embargo, ser tratada como un símbolo material; porque, como deriva todo su significado de su conexión íntima con la leyenda de Hiram Abif, que es un símbolo mítico, no puede, sin una interrupción violenta e imprudente, separarse de la misma clase. Por la misma razón, la pequeña colina cerca del 141
Monte Moriah, la búsqueda de los doce compañeros del oficio y todo el conjunto de circunstancias relacionadas con la palabra perdida, deben considerarse simplemente como míticas o legendarias, y no como símbolos materiales. Estas leyendas de la masonería constituyen una parte muy importante del ritual. Sin ellos, las partes más valiosas de la masonería como sistema científico dejarían de existir. De hecho, es en las tradiciones y leyendas de la masonería, más incluso que en sus símbolos materiales, que debemos encontrar la profunda instrucción religiosa que la institución pretende inculcar. Debe recordarse que la masonería ha sido definida como “un sistema de moralidad, velado en alegoría e ilustrado por símbolos”. Los símbolos, solos, no constituyen la totalidad del sistema, se complementan con la alegoría, que oculta las verdades divinas de la masonería. Eso es lo que se presenta al neófito en las diversas leyendas que tradicionalmente se han conservado en la orden. La estrecha conexión, en el diseño y el método de ejecución, entre la masonería y los antiguos Misterios, que están imbuidos del carácter mítico de las religiones antiguas, condujo sin duda, a la introducción del mismo carácter mítico en el mundo. Eso es el Sistema masónico. De hecho, tan general fue la difusión del mito o leyenda entre los sistemas filosóficos, históricos y religiosos de la antigüedad, que toda la historia y la filosofía de los antiguos, procedían de los mitos. La alegoría y la personificación fueron particularmente agradables para el genio de la antigüedad; y la simplicidad de la verdad se sacrificó continuamente en el santuario de la decoración poética. La palabra mito, una historia, en su acepción original, significaba simplemente una declaración o narración de un evento, sin ninguna implicación necesaria de verdad o falsedad; pero, como se usa ahora la palabra, transmite la idea de una narrativa 142
personal de fecha remota, que, aunque no es necesariamente falsa, está certificada solo por la evidencia interna de la tradición en sí. Los mitos y los símbolos se derivaron, por un lado, de la condición indefensa y de los pobres y escasos comienzos del conocimiento religioso entre los pueblos antiguos, y por el otro, de los benevolentes diseños de la Sacerdotes educados en el este, o de origen oriental, para formarlos a un conocimiento más puro y más elevado. “En las sectas Órficas y Báquicas, en los Misterios de Eleusina y Samotracia, fue atesorada la doctrina secreta de los antiguos mitos teológicos y filosóficos, que una vez habían constituido el patrimonio legendario primitivo de Grecia en manos del sacerdocio original y en él, las personas que habían pasado por las ceremonias preliminares de iniciación pudieron escuchar largamente, aunque bajo estricta obligación de secreto, esta religión antigua y la doctrina cosmogónica, que revelaban el destino del hombre y la certeza de las recompensas y los castigos póstumos. Todos desconectados de la corrupción de los poetas, así como de los símbolos y alegorías bajo los cuales aún permanecían enterrados ante los ojos del vulgo”. Los misterios de Grecia se remontaban a las edades más tempranas, y representaban como los únicos depositarios fieles de esa teología y física más puras que habían sido comunicadas originalmente, aunque bajo el inconveniente inevitable de una expresión simbólica, por un sacerdocio ilustrado, proveniente del extranjero, a los bárbaros groseros del país. Por entonces, la idea de la existencia de un pueblo iluminado, que vivió en una época remota y vino del Este, fue una noción muy prevaleciente entre las antiguas tradiciones. Así la palabra hebrea, kedem significa, con respecto al lugar, el este y, con respecto al tiempo, el tiempo antiguo, los días antiguos. La frase en Isaías 19: 11, que dice: “Soy el hijo de los sabios, el hijo de los 143
antiguos reyes”, bien podría ser traducido como “el hijo de los reyes de Oriente” y que “la gloria del Dios de Israel vino del camino del Este” como dice la Biblia en Ezequiel. En aquella época todo el conocimiento, toda religión, y todas las artes y ciencias, viajo siguiendo el curso del sol, ¡De Este a Oeste! Los albañiles (masones) de entonces tenían una veneración por el “Este”, confirmando una opinión previamente anunciada, que el sistema religioso de la masonería vino desde el Este, y hace referencia a la religión primitiva, cuya primera corrupción fue la adoración al sol. En este largo pero interesante asunto encontramos no solo un relato filosófico del origen y diseño de los mitos antiguos, sino una buena sinopsis de todo lo que se puede enseñar en relación con la construcción simbólica de la masonería, como uno de los depositarios de una mítica teología. En los mitos de la Masonería, al principio las tradiciones simples de la masonería pura del sistema antediluviano, fue corrompido y mal entendido en la separación de las razas; se purificaron nuevamente y se adaptaron a la inculcación de la verdad. Los discípulos de la masonería espuria inicialmente se corrompieron, y luego, en el desarrollo de ese sistema hasta llegar al que ahora practicamos, se perfecciono. Y si aún queda alguna levadura de error en la interpretación de nuestros mitos masónicos, debemos tratar de desvincularlos de las corrupciones con las que han sido investidos por la ignorancia y la mala interpretación. Debemos darles su verdadero significado, y rastrearlos hasta esas doctrinas antiguas y la fe de donde se derivaron las ideas que encarnan. LAS CLASES DE MITOS MASONICOS. Los mitos o leyendas que se presentan a nuestra atención en el curso de un estudio completo del sistema simbólico de la maso144
nería pueden considerarse divididos en tres clases: El mito histórico. El mito filosófico. La historia mítica. Y estas tres clases pueden definirse como sigue: 1. El mito puede involucrarse en la transmisión de una narración de hechos y hechos tempranos, teniendo un fundamento en la verdad, cuya verdad, sin embargo, ha sido distorsionada y pervertida en gran medida por la omisión o introducción de circunstancias y personajes, y luego constituye El mito histórico. 2. O puede haber sido inventado y adoptado como el medio para enunciar un pensamiento particular, o de inculcar cierta doctrina, cuando se convierte en un mito filosófico. 3. O, por último, los elementos veraces de la historia real pueden predominar en gran medida sobre los materiales ficticios e inventados del mito, y la narrativa puede estar, en general, compuesta de hechos, con un ligero colorido de la imaginación, cuando se forma. Una historia mítica. Los mitos masónicos participan, en su carácter general, de la naturaleza de los mitos que constituyeron el fundamento de las religiones antiguas. “Su fuente se encuentra, en su mayor parte, en la tradición oral”, y que lo real y lo ideal, es decir, los hechos de la historia y los inventos de la imaginación, concurridos, por su unión y fusión recíproca, en la producción del mito. Esos son los principios que gobiernan la construcción de los mitos o leyendas masónicas. Estos, también, deben su existencia por completo a la tradición oral, y están conformados, como acabo de observar, de una debida mezcla de lo real y lo ideal, lo verdadero y lo falso, los hechos de la historia y los inventos de alegoría. “La primera serie de hechos históricos, después de la caída del hombre, necesariamente debe haber sido tradicional, y transmi145
tida de padre a hijo por comunicación oral”. El mismo sistema, adoptado en todos los Misterios, ha sido continuado en la institución masónica; y todas las instrucciones esotéricas contenidas en las leyendas de la masonería están prohibidas de ser escritas, y solo pueden ser comunicadas en el intercambio oral entre masones. Debe ser evidente, de todo lo que se ha dicho respetando la analogía en origen y diseño entre los mitos masónicos y los antiguos mitos religiosos, que nadie que conozca la verdadera ciencia de este tema puede, por un momento, sostener que todas las leyendas y Las tradiciones del orden son, hasta la misma letra, hechos históricos. Todo lo que se puede reclamar para ellos es que, en algunos, simplemente hay un sustrato de la historia, el edificio construido sobre esta base es puramente inventivo, para servirnos como un medio para inculcar alguna verdad religiosa; en otros, nada más que una idea a la que la leyenda o mito está en deuda por su existencia y de la cual es, como símbolo, el exponente; y en otros, una vez más, una gran cantidad de narraciones verdaderas, más o menos mezcladas con la ficción, pero predominando la histórica. Así, hay una leyenda, contenida en algunos de nuestros registros anteriores (Manuscrito Regius, Manuscrito Dowland, Manuscrito Cooke, otros), que afirma que Euclides era un masón distinguido, y que introdujo la masonería entre los egipcios. Ahora bien, no es en absoluto necesario para la ortodoxia de un credo de masón que él literalmente crea que Euclides, el gran geométrico, era realmente un masón, y que los antiguos egipcios estaban en deuda con él por el establecimiento de la institución entre ellos. De hecho, el anacronismo palpable en la leyenda que hace a Euclides el contemporáneo de Abraham prohíbe necesariamente cualquier creencia de este tipo, y muestra que toda la historia es un puro invento. El masón inteligente, sin embargo, no rechazará totalmente la leyenda, por ridículo o absurdo; pero, con el debido sentido de la naturaleza 146
y el diseño de nuestro sistema de simbolismo, más bien lo aceptará como lo que, en la clasificación establecida en una página anterior, se llamaría “un mito filosófico”, un ingenioso método de transporte, Simbólicamente, una verdad masónica. Euclides se usa aquí muy apropiadamente como un tipo de geometría, de cuya ciencia era un maestro tan eminente, y el mito o leyenda simboliza entonces el hecho de que había en Egipto una conexión estrecha entre esa ciencia y el gran sistema moral y religioso, que se encontraba entre los egipcios, así como en otras naciones antiguas, en lo que es la masonería en la actualidad: una institución secreta, establecida para inculcar los mismos principios e inculcarlos de la misma manera simbólica. Así interpretada, esta leyenda corresponde a todos los desarrollos de la historia egipcia, que nos enseñan qué tan cerca existía la conexión en ese país entre los sistemas religiosos y científicos. Se encontrará otra ilustración en el mito o leyenda de las escaleras sinuosas, según la cual se dice que los compañeros subieron a la cámara intermedia para recibir su salario. Ahora, este mito, tomado en su sentido literal, es, en todas sus partes, opuesto a la historia y la probabilidad. Como mito, encuentra su origen en el hecho de que había un lugar en el templo llamado la “Cámara Media”, y que había “escaleras sinuosas” por las cuales fue alcanzado; porque leemos, en el Primer Libro de los Reyes (1 Reyes 6: 8.), que “subieron con escaleras sinuosas a la cámara intermedia”. Pero no tenemos evidencia histórica de que las escaleras fueran de la construcción, o que la cámara fuera utilizada para ese propósito, indicado en la narrativa mítica, como se establece en el ritual del segundo grado. Toda la leyenda es, de hecho, un mito histórico, en el que el número místico de los pasos, el proceso de pasar a la cámara y los salarios que allí se reciben, son invenciones agregadas a la historia fundamental contenida en el capítulo sexto de los reyes, para inculcar importantes instrucciones simbólicas relativas a los principios 147
del orden. Estas lecciones podrían, en verdad, haber sido inculcadas en una forma seca y didáctica; pero el método alegórico y mítico adoptado tiende a causar una impresión más fuerte y profunda en la mente y, al mismo tiempo, sirve más para conectar la institución de la Masonería con el antiguo templo. Nuevamente: el mito que remonta el origen de la institución de la Francmasonería hasta el comienzo del mundo, haciendo que su comienzo sea conjunto con la creación, un mito que, incluso en la actualidad, es interpretado ignorantemente por algunos como un hecho histórico, y la referencia a la que aún se conserva en la fecha de “anno lucis”, que se adjunta a todos los documentos masónicos, no es más que un mito filosófico que simboliza la idea que conecta analógicamente la creación de luz física en el universo con la Nacimiento de la luz masónica o espiritual e intelectual en el candidato. En las leyendas del Maestro y del Arco Real se mezclan el mito histórico y la historia mítica, por lo que a menudo se requiere un juicio profundo para discriminar estos elementos diferentes. Como, por ejemplo, la leyenda del tercer grado es, en algunos de sus detalles, indudablemente mítica, en otros, como indudablemente histórica. La dificultad, sin embargo, de separar una de la otra, y de distinguir el hecho de la ficción, ha producido necesariamente una diferencia de opinión sobre el tema entre los escritores masónicos. Hutchinson y Oliver, piensan que toda la leyenda es una alegoría o un mito filosófico. Anderson y los escritores anteriores, que es una historia mítica. En el grado del Arco Real, la leyenda de la reconstrucción del templo es claramente histórica; pero hay tantas circunstancias que lo acompañan, que no están certificadas, excepto por la tradición oral, que dan a toda la narración la apariencia de una historia mítica. La leyenda particular de Los tres peregrinos cansados son, sin duda, un mito, y tal vez meramente filosófico, o la enunciación de una idea, a saber, la recompensa de la perseverancia exitosa, a través de todos los peligros, en la búsqueda de la verdad 148
divina. “Formar símbolos e interpretar símbolos”, fue la principal ocupación del antiguo sacerdocio. El estudioso Mason, la misma tarea de interpretación lo desarrolla. El que desea apreciar apropiadamente la profunda sabiduría de la institución de la que es discípulo, no debe contentarse, con poca credulidad, de aceptar todas las tradiciones que se le imparten como verdaderas historias; ni tampoco, con incredulidad no filosófica, rechazarlos en masa, como inventos fabulosos. En estos extremos hay error igual. “El mito”, es la representación de una idea, Es por esa idea que el alumno debe buscar en los mitos de la Masonería. Debajo de cada uno de ellos hay algo más rico y más espiritual que la mera narración. Esta esencia espiritual debe aprender a extraerla del mineral en el que, como un metal precioso, se encuentra incrustado. Esto es lo que constituye el verdadero valor de la masonería. Sin sus símbolos, y sus mitos o leyendas, y las ideas y concepciones que se encuentran en el fondo de ellos, el tiempo, el trabajo y el gasto incurrido para perpetuar la institución se tirarían a la basura. Sin ellos, sería un espectáculo vano y vacío, y sus empuñaduras y signos no valdrían nada, excepto para fines sociales, como meros medios de reconocimiento. Su verdadero valor, como ciencia iniciática, consiste en su simbolismo, en las grandes lecciones de la verdad divina que enseña y en la admirable manera en que lleva a cabo esa enseñanza. Por lo tanto, todos los que deseen ser Masón, no deben suponer que la tarea se realiza mediante un conocimiento perfecto de la mera fraseología del ritual, o por una disposición para abrir y cerrar una logia, ni por una capacidad fuera de control para conferir grados. Todos estos son buenos en su lugar, pero sin el significado interno no son más que simples juegos de niños. Se debe estudiar los mitos, las tradiciones y los símbolos de la 149
orden, y aprender su verdadera interpretación, eso constituye la ciencia y la filosofía, el fin, el objetivo y el diseño de la Masonería Especulativa. Por lo tanto, quien desee ser un Masón, no debe suponer que la tarea se realiza mediante un conocimiento perfecto de la mera fraseología del ritual. LA SIMBOLOGIA DEL TEMPLO DE SALOMON. El arte operativo está simbolizado en la ciencia especulativa. Si tenemos en cuenta que la masonería especulativa se origina en la construcción del templo del rey Salomón por artesanos judíos y tirios, el primer hecho importante que llama la atención es que los albañiles operativos en Jerusalén se dedicaron a la construcción de un templo terrenal y material, para dedicarse al servicio y a la adoración de Dios, una casa en la que Jehová debía vivir visiblemente por su Shekinah, y de donde él, por el Urim y Tumim, enviaría sus oráculos para el gobierno y la dirección de su pueblo elegido.
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Ahora, el arte operativo habiendo cesado, para nosotros, como masones especulativos, simbolizamos las labores de nuestros predecesores al comprometernos en la construcción de un templo espiritual en nuestros corazones, puros y sin mancha, aptos para la morada de Aquel que es el autor de la pureza, donde Dios debe ser adorado en espíritu y en verdad, y de donde todo pensamiento malvado y pasión ingobernable debe ser desterrada, ya que el pecador y el gentil fueron excluidos del santuario del templo judío. La idea de hacer del templo un símbolo del cuerpo, no es exclusivamente masónica; pero el modo de tratar el simbolismo mediante una referencia al templo particular de Salomón, y al arte operativo dedicado a su construcción, es peculiar de la masonería. Esto es lo que lo aísla de todas las otras asociaciones similares. Teniendo muchas cosas en común con las sociedades secretas y los misterios religiosos de la antigüedad, en este “simbolismo del templo” difiere de todos ellos. LA FORMA DE UNA LOGIA. La forma de una logia masónica se dice que es un paralelogramo, o un cuadrado oblongo; su mayor longitud es de este a oeste, su anchura de norte a sur. Un cuadrado, un círculo, un triángulo, o cualquier otra forma que no sea la de un cuadrado oblongo, sería incorrecto y no masónico, porque tal figura no sería una expresión de la idea simbólica que se pretende transmitir. Ahora, como el mundo es un globo terráqueo, o, para hablar con mayor precisión, un esferoide ovalado, el intento de hacer un cuadrado oblongo de su símbolo parece, a primera vista, presentar dificultades insuperables. Pero el sistema de simbolismo masónico ha resistido la prueba de una experiencia demasiado larga como para encontrarla fácilmente en falta; y por lo tanto, este mismo símbolo proporciona una evidencia sorprendente 151
de la antigüedad de la orden. En la era salomónica, la era de la construcción del templo en Jerusalén, el mundo, como debe recordarse, se suponía que tenía esa forma muy alargada, que aquí se ha simbolizado. Una logia masónica es, por lo tanto, un símbolo del mundo. Este símbolo es a veces, por una figura muy común del habla, extendido, en su aplicación, y el mundo y el universo se hacen sinónimos, cuando la logia se convierte, por supuesto, en un símbolo del universo. Pero en este caso, la definición del símbolo se extiende, y a las ideas de largo y ancho se agregan las de altura y profundidad, y se dice que la logia asume la forma de un cubo doble. Los contenidos sólidos de la tierra debajo y la expansión de los cielos arriba darán los contornos del cubo, y todo el universo creado se incluirá dentro de los límites simbólicos de la logia de un albañil. Al recordar siempre que la logia es el símbolo, en su forma y extensión, del mundo, estamos capacitados, rápida y racionalmente, para explicar muchos otros símbolos, vinculados principalmente al primer grado; y estamos capacitados para compaginarlos y compararlos con símbolos similares de otras instituciones afines de la antigüedad, ya que debe observarse que este simbolismo del mundo, representado por un lugar de iniciación, estaba muy extendido por todos los ritos y misterios antiguos. LA LEYENDA DEL TERCER GRADO. El más importante de los símbolos legendarios de la masonería es, sin duda, lo que se relaciona con el destino de Hiram Abif, comúnmente llamado, la Leyenda del Tercer Grado. El primer registro escrito que he podido encontrar de esta leyenda se encuentra en la segunda edición de las Constituciones de Anderson, publicada en 1738. 152
“Fue (el templo) terminado en el corto espacio de siete años y seis meses, para asombro de todo el mundo; cuando la capa de piedra fue celebrada por la fraternidad con gran alegría. Pero su alegría pronto fue interrumpida por la repentina muerte de su querido maestro, Hiram Abif” En la siguiente edición de la misma obra, publicada en 1756, se relacionan algunas circunstancias adicionales, como la participación del rey Salomón en el dolor general y el hecho de que el rey de Israel “ordenó que sus sucesos se realizaran con gran solemnidad. y la decencia”. Con estas excepciones, y las citas de los mismos pasajes, hechas por autores posteriores, la narrativa 153
siempre ha permanecido sin escribir, y descendió, de edad en edad, a través de la tradición oral. La leyenda cobró tanta importancia que se ha conservado en el simbolismo de todos los ritos masónicos. No importa qué modificaciones o alteraciones haya sufrido el sistema general, no importa cuánto el ingenio o la imaginación de los fundadores de los ritos hayan pervertido o corrompido otros símbolos, aboliendo los antiguos y sustituyendo los nuevos, la leyenda de El Constructor de Templos nunca fue tocado, para presentarse en toda la integridad de su antigua forma mítica. ¿Qué interpretación podemos darle para explicar su adopción universal? ¿Cómo es posible que se haya entretejido tan íntimamente con la masonería como para hacer, a todas las apariencias, una parte de su propia esencia, y que siempre se haya considerado inseparable de ella? Para responder es necesario rastrear, el origen remoto de la institución de la masonería y su conexión con los antiguos sistemas de iniciación. Era, el gran objeto de todos los ritos y misterios que constituían la “masonería espuria” de la antigüedad para enseñar la doctrina consoladora de la inmortalidad del alma. Este dogma, que brilla como una luz de baliza casi solitaria en la penumbra circundante de la oscuridad pagana, sin duda ha sido recibido de ese antiguo pueblo o sacerdocio lo que se ha llamado el sistema de la “masonería pura”, y entre quienes probablemente solo existió en la forma de una proposición abstracta o una tradición simple y sin adornos. Pero en las mentes más sensuales de los filósofos y místicos paganos, la idea, cuando se presentaba a los iniciados en sus Misterios, siempre se transmitía en forma de una representación escénica. La influencia, también, de la temprana adoración del sol y los cuerpos celestes, en la cual se adoraba el orbe solar, en su resurrección, cada mañana, 154
desde la muerte aparente de su puesta de sol, hizo que este sol naciente fuera adoptado en el Misterios más antiguos como símbolo de la regeneración del alma. Así, en los misterios egipcios encontramos una representación de la muerte y posterior regeneración de Osiris; en el médico de Adonis; en el sirio, de Dionisio; en todo lo cual el aparato escénico de iniciación estaba destinado a adoctrinar al candidato en el dogma de una vida futura. Será suficiente aquí para referirse simplemente al hecho de que a través de la instrumentalidad de los obreros tirios en el templo del rey Salomón, las ramas espurias y puras del sistema masónico se unieron en Jerusalén, y que el mismo método de representación escénica era adoptado por el último del anterior, y la narrativa del constructor del templo sustituyó al de Dionisio, que era el mito peculiar de los misterios practicados por los obreros tirios. La idea, por lo tanto, propuesta para ser comunicada en el mito de los Misterios antiguos era la misma que la que ahora se transmite en la leyenda masónica del Tercer Grado. Entonces, Hiram Abif es, en el sistema masónico, el símbolo de la naturaleza humana, tal como se desarrolla en la vida aquí y en la vida venidera; y así, mientras que el templo era, como hasta ahora he mostrado, el símbolo visible del mundo, su constructor se convirtió en el símbolo mítico del hombre, habitante y trabajador de ese mundo. El hombre, que se embarca en el viaje de la vida, con facultades y poderes adecuados para el debido ejercicio de los altos deberes a los que ha sido llamado, sostiene, si es “un obrero curioso y astuto”, hábil en toda moral y propósitos intelectuales (y es solo de tales hombres que el constructor del templo puede ser el símbolo), dentro del alcance de su logro, el conocimiento de toda la verdad divina que le fue impartida como la reliquia 155
de su raza, esa raza a la cual se le ha concedido mirar, con rostro exaltado, en lo alto; cuya verdad divina está simbolizada por la “Palabra”. Así, provisto de la palabra de vida, ocupa su tiempo en la construcción de un templo espiritual, y avanza en el cumplimiento fiel de todos sus deberes, colocando sus diseños en el tablero del futuro e invocando la asistencia y la dirección de Dios. Pero, ¿está su camino siempre sobre las flores y por las arboledas agradables? ¿No hay ningún enemigo oculto que obstruya su progreso? ¿Está todo ante él claro y tranquilo, con sol alegre y refrescante? “El hombre nace al problema, mientras las chispas vuelan hacia arriba”. En cada “puerta de la vida”, como los orientalistas han llamado bellamente las diferentes edades, está acosado por el peligro. Las tentaciones seducen su juventud, las desgracias oscurecen el camino de su virilidad y su vejez se ve afectada por la enfermedad. Pero vestido con la armadura de la virtud, puede resistir la tentación; puede dejar de lado las desgracias, y elevarse triunfalmente sobre ellas; pero hasta el último, el enemigo más cruel e inexorable de su raza, debe ceder finalmente; y abatido por la muerte, se hunde postrado en la tumba, De su pecado y fragilidad humana. En la Masonería y en los antiguos Misterios, se ha impartido la amarga pero necesaria lección de la muerte. El alma viviente, con el cuerpo sin vida que lo envolvió, ha desaparecido y no se puede encontrar en ninguna parte. Todo es oscuridad, confusión, desesperación. Verdad divina -la Palabra- por un tiempo se pierde, y el Maestro Masón ahora puede decir, “Preparo mi sepulcro. Hago mi tumba en la contaminación de la tierra. Estoy bajo la sombra de la muerte”. Pero si el simbolismo mítico termina aquí, con esta lección de 156
la muerte, entonces la lección esta incompleta. Esa enseñanza sería vana e inactiva; más aún, sería corrupta y perniciosa, lo que debería ser mucho menos que el instinto consciente e innato de otra existencia. Y por lo tanto, las partes sucesivas de la leyenda pretenden transmitir el simbolismo sublime de una resurrección de la tumba y un nuevo nacimiento a una vida futura. El descubrimiento del cuerpo, que, en las iniciaciones de los antiguos Misterios, se llamó euresis, y su traslado, desde la tumba contaminada en la que había sido arrojado, a un lugar honrado y sagrado dentro de los recintos del templo, es profunda y bellamente simbólica de esa gran verdad, cuyo descubrimiento fue el objeto de todos los antiguos Iniciaciones, como es casi todo el diseño de la masonería. Cuando el hombre haya pasado las puertas de la vida y haya cedido al inexorable fiat de la muerte, lo hará entonces (no en el ritual ilustrado de una logia terrenal, sino en las realidades de ese eterno, de las cuales el primero no es más que un anticipo, desde el tiempo hasta la eternidad; de la tumba de la corrupción a las cámaras de la esperanza; de la oscuridad de la muerte a los rayos celestes de la vida;
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Tal concepción es la verdadera interpretación del simbolismo de la leyenda del Tercer Grado. “Morir para Renacer” a una nueva vida, libre de las ataduras de la vida pasada. Sin embargo este mito, leyenda o misterio es de tal antigüedad que los sumerios ya lo mencionan en el poema “El Árbol Huluppu”, donde se dice que Enki fue al inframundo y retorno, sin mayores detalles, pero es maravillosamente descrito en “El descenso de Inanna al Inframundo”, donde Inanna voluntariamente viaja al inframundo para morir y luego resucitar, para retornar al mundo más sabia y con mayores poderes. En masonería, la historia mítica del constructor de templos es universal en todas las naciones y todos los ritos, y que en ningún lugar ni en ningún momento la tuvo, por alteración, disminución o adición, el mito Siempre ha permanecido igual. Pero no siempre es así con su interpretación. Se han hecho otras interpretaciones, muy diferentes en su carácter, aunque siempre están de acuerdo en retener la idea general de una resurrección o regeneración, o una restauración de algo de una esfera o función inferior a una superior. Es cierto que abarca dentro de su esquema las grandes verdades del cristianismo sobre el tema de la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo; pero esto debía presumirse, porque la masonería es verdad, y el cristianismo es verdad, y toda verdad debe ser idéntica. Pero el origen de cada uno es diferente; Sus historias son distintas. La institución de la masonería precedió el advenimiento del cristianismo. Sus símbolos y sus leyendas se derivan del templo de Salomón, y de la gente incluso anterior a eso. Su religión proviene del antiguo sacerdocio. Su fe fue la primitiva de Noé y sus descendientes inmediatos. Si la masonería fuera simplemente una institución cristiana, el judío y el musulmán, el brahmín y el budista, no podrían participar conscientemente de su iluminación; Pero su universalidad 158
es innegable. Cada uno en su idioma y en su fe, los ciudadanos de cada nación pueden conversar libremente en sus logias; en sus altares o aras pueden arrodillarse hombres de todas las religiones; a su credo los discípulos de distintas formas de fe, pueden suscribirse. Sin embargo, no se puede negar que, desde el advenimiento del cristianismo, un elemento cristiano ha sido casi imperceptiblemente infundido en el sistema masónico, al menos entre los masones de occidente. Esto ha sido una necesidad; ya que es la tendencia de cada religión predominante a penetrar con sus influencias todo lo que la rodea, o se trata de ella, ya sea religiosa, política o social. Para el hombre profundamente imbuido del espíritu de su religión, existe un deseo casi inconsciente de acomodar y adaptar todos los negocios y las diversiones de la vida, las labores y los empleos de su existencia cotidiana, a la fe que reside en su alma. El masón occidental cristiano, por lo tanto, al reconocer y apreciar con justicia las grandes doctrinas que se enseñan en la masonería, y al mismo tiempo que está agradecido de que estas doctrinas fueron preservadas en el seno de su orden antigua en un momento en que eran desconocidas para las multitudes de las naciones circundantes, sigue siendo motivo para darle un carácter cristiano en cierta medida, con las peculiaridades de su propio credo, y llevar la interpretación de su simbolismo más cerca de sus propios sentimientos religiosos. El sentimiento es instintivo, perteneciendo a las más nobles aspiraciones de nuestra naturaleza humana; y, por lo tanto, encontramos escritores masónicos cristianos que se entregan casi en un exceso injustificable, y por el alcance de sus interpretaciones sectarias que afectan materialmente el carácter cosmopolita de la institución. Esta tendencia a la cristianización ha sido, en algunos casos, tan universal, y ha prevalecido durante tanto tiempo, que ciertos símbolos y mitos han sido, de esta manera, 159
tan profundamente y completamente imbuidos con el elemento cristiano como para dejar a los que no tienen. Como una ilustración de la idea, de una interpretación gradualmente cristianizada de un símbolo masónico, me referiré al mito subordinado (subordinado, quiero decir, a la gran leyenda del Constructor), que relata las circunstancias relacionadas con la tumba sobre “la ceja de una pequeña colina cerca del Monte Moriah” un elemento eminentemente cristiano. El mito o leyenda de una tumba es una deducción legítima del simbolismo de la antigua Masonería Espuria. Es el análogo de los Pastos, el Sofá o el Ataúd, que se encontraba en el ritual de todos los Misterios paganos. En todas estas iniciaciones, el aspirante fue colocado en una celda o en un sofá, en la oscuridad, y durante un período que varió, en los diferentes ritos, desde los tres días de los Misterios Griegos hasta los cincuenta de los Persas. Esta celda o sofá, técnicamente llamado “pastos”, fue adoptada como un símbolo del ser cuya muerte y resurrección o apoteosis, estaba representada en la leyenda. Esta ceremonia ritual, fue sin duda la misma que el descenso al hades de Enki, Inanna, Osiris y otros, que cuando el aspirante entra en la celda mística, y se le ordenó acostarse en la cama que daba sombra a la tumba del Gran Padre o Noah (Noé), a quien, se recordará, en todos los ritos antiguos. “Mientras está tendido en el sofá sagrado, en imitación de su prototipo figurativo fallecido, se dijo que estaba envuelto en el sueño profundo de la muerte. Su resurrección de la cama fue su restauración a la vida o su regeneración en un nuevo mundo”. Ahora, es fácil ver con qué facilidad los simpatizantes del Templo tomarían semejante simbolismo y se apropiarían de inmediato de la tumba en la cima de la colina. Al principio, la interpretación, como aquella de la que se derivó, sería cosmopolita; Se ajustaría exactamente a los dogmas generales de la 160
resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alma. Con el advenimiento del cristianismo, el espíritu de la nueva religión se infundió en el antiguo sistema masónico, todo el simbolismo de la tumba se vio afectado por él. La misma interpretación de una resurrección o restauración a la vida, derivada de los antiguos “pastos”, fue en verdad preservada. Pero los hechos que Cristo había venido a promulgar a las multitudes, el mismo dogma consolador del Monte Calvario, “el lugar de un cráneo”, era el lugar donde el Redentor, con su propia muerte y resurrección, había testificado la verdad de La doctrina, a la vez sugirió a los viejos masones cristianos la idea de cristianizar el símbolo antiguo. Sin embargo es menester recordar que Abraham el primer hebreo con el que Jehová hizo un pacto y los eligió como su pueblo, era un hombre nacido en Ur, una ciudad sumeria, lugar donde se asentaros los primeros noaquitas que construyeron la torre de Babel y luego se diseminaron por el mundo. Por ello la cristianización de los viejos masones, no era otra cosa que el retorno a la antigua verdadera fe, cuyos mitos y tradiciones más antiguos forman parte del Antiguo Testamento o Biblia Hebrea (Tanaj). El Monte Calvario siempre ha conservado un lugar importante en la historia legendaria de la masonería, y hay muchas tradiciones relacionadas con él que son muy interesantes en su importancia. Una de estas tradiciones es que fue el lugar de entierro de Adán, en la orden, dice la vieja leyenda, que donde yacía, quien efectuó la ruina de la humanidad, también podría sufrir, morir y ser salvado el Salvador del mundo enterrado. “Debajo del Monte del Calvario hay otra capilla de nuestra Santísima Señora y San Juan Evangelista, que se llamaba Gólgota; y allí, justo debajo de la mortaja de la Cruz, fue encontrado el jefe de nuestro antepasado, Adán”. Gólgota, significa, en hebreo, “el lugar de un cráneo”; y puede haber alguna conexión entre esta tradición y el nombre de Gólgota, según la cual los evangelistas 161
informan, que en la época de Cristo el Calvario era conocido como Calvario o Calvaria. Otra tradición afirma que fue en las entrañas del Monte Calvario que Enoc erigió su bóveda de nueve arcos, y depositó en la piedra fundamental de la Masonería ese Nombre Inefable, cuya investigación, como símbolo de la verdad divina, es el gran objeto de Albañilería especulativa. La tradición detalla el posterior descubrimiento del depósito de Enoc por parte del rey Salomón, mientras realizaba excavaciones en el Monte Calvario, durante la construcción del templo.
En este lugar sagrado fue Cristo Redentor asesinado y enterrado. Fue allí donde, al salir el tercer día de su sepulcro, dio, mediante ese acto, la evidencia demostrativa de la resurrección del cuerpo y la inmortalidad del alma. Y fue en este lugar donde se enseñó la misma gran lección en la Masonería, la misma verdad sublime, cuyo desarrollo evidentemente constituye el diseño del Tercer grado o Maestro Mason 162
Hay en estas analogías una belleza sublime, así como una maravillosa coincidencia entre los dos sistemas de masonería y cristianismo, que deben, en un período temprano, haber atraído la atención de los masones cristianos. El Monte Calvario está consagrado al cristiano como el lugar donde su Señor crucificado dio la última gran prueba de la segunda vida y estableció plenamente la doctrina de la resurrección que había venido a enseñar. Fue el sepulcro de él, “Quien cautivo guio la cautividad, robó la tumba de la victoria y quitó el aguijón de la muerte”. Estas verdades del cristianismo primitivo, constituyen la esencia misma del cristianismo, en el cual difiere y sobresale de todos los sistemas religiosos que lo precedieron; constituyen, también, el fin, el objetivo y el objeto de toda la masonería, pero más especialmente la del tercer grado, cuya peculiar leyenda, simbólicamente considera, enseña nada más y nada menos que hay una parte inmortal y mejor dentro de nosotros, que como emanación de ese espíritu divino que impregna toda la naturaleza, nunca puede morir. La identificación del lugar en el que se promulgó esta verdad divina en ambos sistemas, el cristiano y el masónico, proporciona una ilustración admirable de la disposición con que el espíritu religioso del primero puede infundirse en el simbolismo del segundo. Y, por lo tanto, la masonería, ha llamado al grado de Maestro Masón, un grado cristiano, y así cristianiza todo el simbolismo de su historia mítica. El Gran Padre de todos, que se compadece de las miserias del mundo, envió a su único Hijo, que era la inocencia misma, para enseñar la doctrina de la salvación, por la cual el hombre fue resucitado de la muerte del pecado a la vida de justicia, de la tumba de la corrupción hacia la cámara de la esperanza, desde la oscuridad de la desesperación hasta los rayos celestes de la fe, y no trabajamos solo para nosotros en esta redención; hacemos con nosotros el pacto de regeneración, para convertimos 163
en los hijos de la Divinidad, y herederos de los reinos del cielo. Nosotros, los masones, al ver el estado deplorable de la religión según la ley judía, hablamos de la Acacia, que tejía sus ramas sobre sus monumentos; akakia es la palabra griega para decir inocencia o estar libre de pecado, lo que implica que los pecados y las corrupciones de la antigua ley, que los devotos del altar judío, habían ocultado la religión a quienes la buscaban, y solo se podía encontrar, donde sobrevivió la inocencia bajo la bandera del Cordero Divino. Y en lo que respecta a nosotros, profesando seríamos distinguidos por la Acacia, en nuestras creencias religiosas.
Así, el Maestro Masón representa a un hombre, bajo la doctrina cristiana, salvado de la tumba de la iniquidad y elevado a la fe de la salvación. De esta manera, la masonería, por una especie de proceso inevitable cuando observamos el sentimiento religioso de los intérpretes, ha sido cristianizada por algunos de los escritores más ilustres y eruditos de la ciencia masónica, por 164
hombres libres y hábiles de sana moral. Pero la interpretación masónica universal antigua de la leyenda, para todos los países y todas las edades, sin duda fue, que el destino del constructor de templos es figurativo de la peregrinación del hombre en la tierra, a través de pruebas y tentaciones, a través del pecado y la tristeza, hasta su eventual caída bajo el golpe de la muerte y su resurrección final y gloriosa a otra y una vida eterna. REFLEXION FINAL Los antiguos misterios, tienen conexión por los símbolos, mitos y leyendas, que permiten transmitir enseñanzas conservando la riqueza del acervo heredado pero son susceptibles de ser enriquecidas, como ha sucedido históricamente y hoy debe ser una obligación masónica, la práctica de la libre especulación. Seguir haciéndolo, es nuestro legado a futuras generaciones. El masón consiente de su herencia del acervo iniciático, no puede detenerse, pero tampoco debe jamás alejarse del mito primigenio, del símbolo y la leyenda; debe encontrar el camino para que estos se adapten al mundo actual, debe retomar la antigua practica sabia de equilibrar el mito y la ciencia, la leyenda y la verdad, lo humano y lo divino, lo esotérico y lo exotérico. Lo que se puede comunicar y lo que aún no se debe comunicar, lo que se debe mantener velado y lo que se debe develar; porque lo contrario es condenarlos a morir dentro de la masonería, que vive a través de ellos, realizando su tarea benefactora en la humanidad, haciéndonos mejores hombres, que buscan la libertad, igualdad y fraternidad, entre todos los hombres, sin importar la raza ni credo religioso. Ahora permítame hermano, formularle una pregunta. ¿Vos sois un verdadero masón? La respuesta guárdela en su templo interior, y siga labrando vuestra piedra bruta, porque a cada golpe que da el mazo, el cincel dará la forma deseada. 165
A:.L:.G:.D:.G:A:.D:.U:. Enero 2019 166