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VIDRIERAS

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DICIEMBRE 2022 • Pág 18 # 50 •

“El feedback es el desayuno de los campeones”

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Por Ángela Storace

Así es como se refiere al feedback el escritor y experto en management estadounidense, Ken Blanchard. Es muy importante que tengamos objetivos claros y diseñemos planes de acción para conseguirlos. Sin embargo, para poder lograrlos de forma eficiente y mantenerlos en el tiempo, se vuelve imperioso el estar conectados con la realidad. Necesitamos frenar, mirar y reflexionar. Es clave que nos animemos a mirar con objetividad (al menos con toda la que podamos) y a evaluar qué funciona y qué no funciona en aquello que emprendemos, tanto en nuestra vida profesional como también en nuestra vida personal. Por eso es muy importante animarnos a pedir feedback. Muchas veces en la vida cuando nos va bien y los resultados de lo que hacemos son buenos, seguimos adelante y no frenamos ni un segundo a pensar si podemos hacerlo mejor aún, de forma más eficiente, más sustentable o creativa. En muchas ocasiones, cuando nuestros resultados no son buenos, ni lo que esperábamos tampoco, no nos detenemos a reflexionar sobre cómo podemos alcanzar lo que nos proponemos. No nos animamos a preguntarnos: ¿Cuál será la mejor manera de seguir? ¿Quién podrá darme una opinión que me ayude? ¿Qué necesito mejorar o ajustar para que funcione? Es así como no nos animamos a pedir feedback. Si logramos identificar a tiempo aquello que no funciona, podremos evitar muchas quiebras. No solo me refiero a la quiebra de un negocio, sino también a la quiebra de vínculos y hasta de la propia salud. Muchas veces no nos animamos a ver, a encarar y a comunicar lo que nos pasa,

porque en un plano inconsciente hay una parte de nuestra mente que piensa que “si no hablo de esto, entonces no existe”. Pero no es así, más bien es todo lo contrario. Que no lo veamos no significa que no esté sucediendo. Este mecanismo de defensa, que consiste en la negación y que es tan humano, nunca nos conducirá a lograr eso que deseamos, sino que nos alejará cada vez más. Una de las grandes razones por las que nos negamos a ver la realidad es porque creemos que, si no está saliendo bien o como esperábamos o imaginábamos, entonces nos decimos: “yo no valgo”. Lo cual atenta directamente contra nuestra valía como seres humanos. Esto sucede porque estamos confundiendo lo que somos con lo que hacemos. De esta forma es que concluimos que solo valemos si hacemos bien las cosas. Debemos saber que nuestro valor como seres humanos no tiene nada que ver con eso. Nosotros ya valemos por ser, por existir. Nuestra valía no viene de lo que hacemos ni de lo que tenemos. Sería bueno incorporar y afianzar este concepto de valía porque de lo contrario difícilmente podamos conectarnos con el feedback del presente, ni con estar presentes, que es la clave para lograr nuestros objetivos y salir adelante en la vida. Hay que tener valor, coraje y audacia para pedir el feedback y así estar en contacto con la realidad. El primer paso para poder cambiar aquello que no funciona es animándonos a ver “eso” que ya no funciona. Algunas pautas para tener en cuenta a la hora de pedir feedback son: No debemos preguntar qué hicimos bien ni qué hicimos mal, pues la respuesta que nos pueden llegar a dar podría herirnos más de lo que imaginamos. En vez de eso sería bueno preguntar: ¿Qué funcionó y qué no funcionó? ¿Cómo podríamos mejorarlo? Por otro lado, debemos recordar que el feedback es tan solo una opinión y, por lo tanto, no debemos buscar la aprobación del otro. No debemos esperar que nos digan que todo salió estupendo o que fue genial. El feedback que recibimos nos arroja información que, si bien puede sernos muy útil, tampoco consiste en la verdad revelada. Por ello no debemos nunca tomarlo personal. Al ser una opinión es importante elegir bien a quién le vamos a pedir que nos dé su feedback. Es clave pedírselo a personas cuya opinión valoremos y que a su vez sean idóneas en lo que sea que estamos evaluando. Es vital que no nos autosaboteemos eligiendo personas que puedan herirnos adrede con sus comentarios.

La vida misma nos da feedback, ¡estemos atentos! En este sentido hay distintos tipos de feedback que nos puede dar la vida: Por un lado, tenemos un feedback interno donde yo mismo puedo sentirme que voy por buen camino porque, por ejemplo, me siento bien conmigo, en coherencia, en paz, con entusiasmo y energía; o, por otro lado, podemos recibir un feedback interno donde siento que no voy por buen camino porque, por ejemplo, tengo dolores de cabeza al final del día, estoy muy preocupado, sin energía, triste, sin ganas de encarar el día. A su vez, la vida nos puede arrojar un feedback externo en el que otros me indican que voy por buen camino, por ejemplo, porque me felicitan, me valoran, recibo un bono, publican mis investigaciones; o, por el contrario, puedo encontrarme con un feedback externo donde me indican que voy por mal camino, por ejemplo, porque me despiden de mis trabajos una y otra vez, recibo cartas de quejas o tengo conflictos con muchas personas. Es realmente importante que prestemos atención a nuestra vida y a los patrones que se repiten. Para finalizar, me gustaría compartir un poderoso ejercicio para pedir feedback, el cual podría aplicarse tanto en nuestros trabajos, como en nuestra vida personal: • Piensa en aquello que te gustaría evaluar, tal vez sea una relación laboral o tal vez algo en tu vida personal. • Pregúntale a esa persona (o tal vez a tu equipo de trabajo) y dile que quieres evaluar lo siguiente: Del 1 al 10, ¿cómo evalúas, por ejemplo: nuestra relación, nuestro producto, nuestra semana de trabajo? Si la respuesta es 10, pregúntale: ¿Qué es necesario para que siga siendo 10? Que te señale todo lo que a su criterio es bueno que sigas haciendo para mantener ese resultado de excelencia. Si la respuesta es menos de 10, pregúntale: ¿Qué es necesario hacer para que sí puedas calificarlo con un 10? Escucha atentamente la información que recibes, pues puede ser un gran camino para mejorar tu performance. Estamos finalizando el año y sería sumamente útil que nos animemos a evaluar los distintos objetivos en los que nos embarcamos, logrando así definir cómo será la mejor manera de encarar el nuevo año que está por comenzar. Sin embargo, el hábito de pedir feedback y realizar evaluaciones no debería ser algo que hagamos cada tanto tiempo, ya que sus beneficios son sumamente productivos. Recordemos que a través del feedback podemos obtener información, consejos, ayuda, sugerencias, directrices e incluso críticas que nos ayudarán a mejorar nuestro conocimiento, nuestras habilidades, nuestras actitudes e incluso nuestras relaciones. Ahora solo queda preguntarte: ¿Qué esperás para pedir feedback?

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