SALUD PARA TODOS Sexualidad en vacaciones de verano

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Sexualidad en vacaciones de verano

Al aproximarse la temporada muchas parejas piensan en momentos de placer y distención luego de un año de trabajo y obligaciones. Placer que, entre otras actividades, incluye momentos de estar a solas e intimidad sexual.

Por Dr. Santiago Cedrés

El deseo sexual –motor de la intimidad sexual– tiende a descender precisamente con el estrés, la rutina, el exceso de trabajo, y los años de pareja. Planear unas vacaciones, cambiar el escenario, alimentan al frágil deseo sexual que muchas parejas padecen. Además, existen factores ambientales durante el verano que inciden en el organismo motivando al encuentro íntimo. Durante los meses de verano, la mayor cantidad de luz solar y exposición a la misma aumenta la vitamina D y sumado a la relajación que permiten las vacaciones pueden llegar a incidir de forma positiva en las concentraciones de moléculas como la dopamina, la oxitocina o la serotonina, vinculadas al incremento del impulso sexual. La dopamina es responsable de sentimientos como el amor, es un químico mediador del placer. La generamos al tener experiencias agradables, por ello muchas veces la buscamos a través de la comida, el sexo o el consumo de sustancias. A nivel de la respuesta sexual interviene en las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución. Por su parte la oxitocina ayuda a despertar la excitación y junto a la dopamina favorecen las relaciones de larga duración, pues

ayudan a que la pareja se sienta más vinculada entre sí, aumentando el nivel de compromiso luego de un encuentro de intimidad sexual. Específicamente en el hombre actúa favoreciendo las erecciones, mientras que en las mujeres ayuda a alcanzar el orgasmo, provocando más confianza y cercanía con su pareja. Es por esto que muchas veces luego de un encuentro íntimo surge la necesidad de compartir aspectos personales con tu pareja. Los efectos de la oxitocina duran unas tres horas, por lo tanto el sexo en la mañana ayudaría a disfrutar de un buen día. Por otro lado el estrés no es compatible con la distención que se necesita para lograr una sexualidad plena. El estrés lleva a una vivencia displacentera de la sexualidad que actúa generando ansiedad. Dicha ansiedad condiciona la respuesta sexual de hombres y mujeres a través de distintos mecanismos neuroendócrinos, causando inhibición del eje hipotálamo hipofisario gonadal con la subsecuente disminución en los niveles de testosterona sérica y un aumento significativo de la prolactina. Ambas alteraciones son responsables de un impacto negativo sobre la vida sexual de la pareja. Por lo tanto la relajación, el tiempo libre y el impacto de la luz solar son factores que predisponen al encuentro sexual. Pero no todas las parejas viven la intimidad sexual como un lugar anhelado. Por el contrario, son muchas las que, al aproximarse las vacaciones y quedar expuestos el uno con el otro al “obligado” encuentro íntimo, experimentan incomodidad, miedos e incluso pueden llegar a padecer altos montos de angustia. Muchas parejas que durante el año no tienen encuentros sexuales no solo es por falta de tiempo y el estrés de la rutina, sino que la evitación de la intimidad sexual puede deberse a otros problemas, desde dificultades en la comunicación hasta claros problemas de pareja. El tiempo juntos de las vacaciones se convierte en un problema extra que lo único que hace es evidenciar aún más dichas dificultades. Existen factores psicológicos que juegan en contra del deseo y del buen desempeño sexual. Las expectativas en relación a la vida sexual en las vacaciones, junto con el deber de aprovechar el tiempo libre para tener que tener encuentros sexuales, generan mucha presión que evidentemente actúa en contra de la respuesta sexual, la cual no se maneja por imperativos ni mandatos, sino todo lo contrario, necesita de mucha distención. Distención que hoy en día resulta en una habilidad que no todos logran dominar. Las exigencias del día a día dejan a la práctica de la distención un lugar poco valorado y casi inexistente. Entrenamientos en yoga y Midfulness son buenas formas de ejercitar esa habilidad. Por otro lado, muchas personas tienen creencias poco realistas que se basan en formas de procesamiento mental que piensan que el deseo sexual puede aumentar espontáneamente, sin haber un cambio planeado de los hábitos. En la clínica sexológica trabajamos sobre los comportamientos que mantienen el bajo deseo sexual y buscamos aquellos factores que son los responsables de mantener las cosas como están. Exploramos y explicitamos la ganancia secundaria que la pareja consigue manteniendo bajo su deseo sexual. A partir de ahí es que recién se puede trabajar con una mirada realista. Se elabora un plan ajustado a cada pareja a través de ejercicios de relajación, toma de conciencia, redefinición del valor de la sexualidad en base a conquistar una sexualidad plena, redefinición del sentido de la pareja, sumado a indicaciones puntuales que habilitan la intimidad como un lugar seguro para cuidar y compartir en pareja. Los beneficios del Mindfulness en la práctica sexual Una gran recomendación para el desarrollo de una sexualidad plena y consciente en vacaciones es la práctica del Mindfulness, una actividad oriental con más de 2500 años de antigüedad. La traducción al español es atención plena y su práctica consiste en prestar atención a la respiración, a las sensaciones corporales observando cuándo la mente se dispersa, tratando de reconducir la atención al aquí-ahora. Si bien tiene como origen la meditación, en los últimos años se ha extendido hacia otras disciplinas entre las que se encuentra el arte, el caminar, la alimentación, el estudio, cualquier tipo de actividad con la finalidad de obtener el mayor beneficio de la misma. La mente humana tiene la cualidad de divagar, ir de un lado a otro, generar pensamientos y perderse en ellos. Estos pensamientos tienen la cualidad del automatismo, evocando sucesos del pasado o anticipando el futuro. Este hecho genera infelicidad en el ser humano, incluso si los pensamientos que evocamos son acerca de temas alegres o motivantes. El ser humano es más feliz si está en el presente, si su mente y su cuerpo están en el momento presente. Algunos de los beneficios de su práctica incluyen: • Ser cada vez más consciente de la vida. • Aceptar y transitar momentos de sufrimiento, sin más sufrimiento que el necesario. • Estar en paz con lo que ocurre.

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• Ayuda a controlar el estrés y la ansiedad. • Acaba con los problemas de insomnio. • Protege el cerebro. • Acrecienta la capacidad de concentración. • Desarrolla la inteligencia emocional. • Mejora las relaciones interpersonales. • Favorece la creatividad. • Mejora la memoria de trabajo. ¿Cómo sucede esto en nuestro cerebro? Existe a nivel cerebral una red llamada Red Neuronal por Defecto que se asocia a la mente que divaga. Cuando se practica Mindulness hay más oportunidades de desactivar esta red y activar como contrapartida la Task Positiv Network, que implica el pasaje del modo hacer al modo ser. La atención plena se genera tomando una postura de espectador de la experiencia en curso. Ello implica ser observador atento y compasivo consigo mismo, de los procesos tanto mentales como corporales. Cuando me doy cuenta de que apareció un pensamiento, un juicio, una emoción, lo dejo pasar sin apegarme, volviendo a la atención de la experiencia sin juicio. En cuanto a las regiones cerebrales, cuando pensamos, se activa el giro cingulado posterior, el precúneo y otras áreas que forman parte de la red neuronal por defecto. Al darnos cuenta de la actividad mental de divagar se activa la red de asignación de relevancia, comprendida por la ínsula anterior y el giro cingulado anterior. La corteza prefrontal dorsolateral y el lóbulo parietal inferior ayudan a retirar la atención de la distracción y a redirigirla al ritmo de la respiración. Al estar en estado meditativo se mantiene activa la corteza prefrontal dorsolateral. Ahora bien, ¿cómo utilizar los beneficios del Mindfulness en la práctica sexual? Es frecuente duLa relajación, el tiempo libre y el impacto de la luz solar son factores que predisponen al encuentro íntimo de pareja.

rante el encuentro sexual tener pensamientos que nos dispersan de la experiencia, disminuyendo la calidad de la misma. Muchas de las consultas en la clínica sexológica tienen que ver con el mal manejo de los pensamientos. Sea estrés, ansiedad, preocupaciones relacionadas con el trabajo, los hijos, la economía, todas las disfunciones sexuales de origen psicógeno encuentran grandes beneficios del Mindfulness, así como para los efectos psicógenos de toda disfunción de base orgánica. Debido a dos componentes centrales que presenta que son la autorregulación de la atención hacia el momento presente y la actitud de curiosidad, apertura y aceptación, es que esta práctica es fundamental para la vida sexual satisfactoria y saludable. Jon Kabat Zinn agrega una lista de actitudes que son favorables para la práctica y fundamentales para la terapia sexual, muy beneficiosa para la terapia de pareja. Alguna de las actitudes a trabajar en Mindfulness propuestas por el autor son la paciencia, la confianza, no esforzarse, la aceptación, el desapego y la mente de principiante. Es fundamental trabajarlas en la consulta de terapia sexual y terapia sexual de pareja ya que la misma es un laboratorio de lo que sucede en la cotidianeidad de su hogar. Al trasladar estos principios a la práctica sexual amplificamos las sensaciones placenteras, nuestros cinco sentidos se disponen a funcionar minimizando las posibilidades de interferencias, dando como resultado un encuentro único. Como beneficios directos se describen el aumento de la carga erótica, excitaciones más profundas, orgasmos más intensos y duraderos, mejora de la comunicación corporal, sexualidad fluida. Todo esto se amplifica en el contexto de distención propio de las vacaciones. El tiempo que disponemos para el encuentro íntimo es uno de los grandes factores que potencia nuestra sexualidad. Si la sexualidad se cuida durante todo el año, las vacaciones son un escenario donde a partir de los factores expuestos es lógico que aumente y se refuerce la cercanía, la intimidad y la confianza de la pareja. Pero, por el contrario, si es evitada durante el año por diferentes factores, las condiciones que lo favorecen durante las vacaciones, únicamente enfrentarán a la pareja a una problemática que con el paso del tiempo empobrecerá la vida sexual y de relación. El tratamiento oportuno de dichas dificultades devuelve a la pareja el sentido de una vida juntos.