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El Origen de las Especies, cambio de perspectiva

Fernando Sanfiel

Hoy me acerco un poco más al entorno de la vida: el futuro, alejándome momentáneamente –al menos como objeto de estas líneas– de las personas, que esta vez pasarán a un segundo plano.

En mis propuestas de maridaje elegí siempre un tabaco conocido, y como buena Celestina le busqué una novia. En esa dinámica disfruté del acierto o errata del “enfrentamiento” de sabores y aromas tabaqueros con el trago que había elegido, tratando de alejarme de lo académicamente correcto, lo de siempre.

Fueron cambios y retos que, según cada fumador, tuvieron éxito o no, pero que me abrieron un abanico de posibilidades que antes mantuve bajo un estricto “no marida bien”.

En estos días recuerdo cuando le recriminaba a mi Pedro: “No puedes decirme que esta comida NO TE GUSTA, si ignoras a qué sabe. No la has probado”. Por ello, años atrás me apliqué el cuento y me dispuse a probar de todo antes de proponer un maridaje: vinos tintos, de tea y de mora, licores, vinos blancos afrutados o secos, champán, cervezas de la más variada índole, café, infusiones, rones, coñac, armañac, vermout, agua… y un largo etcétera que me condujo hacia la combinación magistral de bebidas, los Cócteles.

La conclusión es que cada momento tiene su combinación perfecta y eso sólo lo puede definir cada uno de ustedes.

Entonces, centrándome en el necesario cambio de perspectiva, me vino la idea de retomar la elección de un cóctel para un tabaco y cambiar el orden de los factores: un tabaco para un cóctel.

Les ofrezco, pues, que nos transportemos a El Origen de las Especies, cuando el hombre surgió y en ese mismo instante sintió la necesidad de beber –que no de fumar–. Charles Darwin decía en su famoso libro, así titulado, que “las especies que sobreviven no son las más fuertes, si no aquéllas que se adaptan mejor”.

Por ello elegí variar mis criterios, cambiarlo todo y partir de una propuesta de bebida que no necesita acompañante: triunfa sola.

En estos tiempos que nos proponen múltiples cambios, en ocasiones con la opción de aceptarlos o revelarse, te invito a que disfrutes de este mix y luego busques con qué fumártelo. Será una experiencia nueva.

EL CÓCTEL

Mi amiga Valentina, de prisita y corriendo: “el sector de la hostelería está sufriendo los estragos de este tiempo y hay que hacer de tripas corazón... y falta tiempo para todo”, me enviá su propuesta para esta entrega: El Origen de las Especies.

Tiene como base un ron de caña de azúcar producido en Nicaragua, con la experiencia de cinco generaciones de la familia productora, añejado a la sombra de un volcán activo. Está catalogado como el mejor del mundo. Añade un toque de frutas tropicales, piña, coco y fruta de la pasión, con un drop de especias que le dan una chispa de sabor muy personal.

INGREDIENTES

• 4.5 centilitros de ron Flor de Caña 12 años.

• 0.5 centilitros de agua de coco.

• 1 centilitro de Sirope de Maracuyá.

• 3 centilitros de zumo de piña natural.

• 2 drops de Bitter especiado (clavo, canela y cacao).

• 1 centilitro de Sirope Falernum.

PREPARACIÓN

Meter todo en la coctelera, con hielo en roca. Batir y servirlo en un recipiente ancho, pero al gusto del interesado. Beban despacio, buscando en su memoria gustativa y olfativa, haciendo de su Celestina particular, para determinar con qué puro le van a casar.

Si no tienen alguna idea concreta, no se preocupen. Prepárense otro e inténtenlo otra vez; seguro que en alguna repetición les viene a la mente, o no, un tabaco perfecto para esta propuesta.

ENCONTRÉ EL MÍO

Además de que Puros Richard es un tabaquero con más de 50 años de experiencia, también es mi vecino, amigo y casi como un padre en esto del tabaco. Le conozco, o mejor dicho, me conoce, desde cuando aún ni andaba, en la finca de mi padre en San Pedro, Breña Alta, de la Isla Canaria de La Palma.

Es un artista del torcido y un MAESTRO que hace sus tabacos él mismo. Por ello, cada cuanto le hago un encargo y no dejo que sus puros falten en mi humidor. Ya son varias las vitolas con las que me ha enamorado.

Entrado en años, pero se mantiene al pie del cañón. A su zaga esta Rubén, su hijo y compañero de juegos de mi infancia, quien ha tomado el testigo y pinta maneras de buen recambio generacional.

TABACO SUPREMO

Los cepos pequeños son un gran reto para cualquier torcedor; es en ese brete donde se ponen al descubierto sus destrezas.

Hace años me enamoró otra de sus creaciones: Especial Richard (180 mm, cepo 38), o como ellos lo denominan: Especial Stallone, por su creación para el actor estadounidense Silvester Stallone, durante una de sus visitas por estas las islas.

Esta vez le pedí una apuesta más arriesgada. Me propuso un Supremo (170mm, cepo 36, con 8.6 gramos de tabaco); una ligada de casa, pues sabe que me gustan:

Capa: Connecticut. Capote: Breña. Tripa: Breña y Piloto cubano.

Una mezcla muy conocida, tanto por el alto contenido de tabaco de la Breña como por el comportamiento de la capa. El torcido tiene una característica poco habitual que lo hace un poco más exclusivo, pues el encapado cubre la boquilla como un rasgo de su identidad.

Con rico sabor meloso que puede combinar con esta propiedad del ron de caña, así como un toque especiado, muy especiado en el último tercio, me dio la oportunidad de conocer su comportamiento con el Bitter (clavo, canela y cacao) que El Origen de las Especies contiene.

¡Otorguen a este cóctel su toque personal!

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