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Pablo Polanco
¡S.O.S. Ahora soy líder de jóvenes! escubrir el llamado es un tema muy complejo. Primero vas a entrar
en una crisis existencial entre tus sueños, metas y proyectos, versus los sueños y metas de Dios. Vas a encontrar oposición de amigos y familiares. Y lo más raro es que vas a dudar porque es inusual, pero a la vez te encantará porque es un gran privilegio de Dios. Para identificar tú llamado ten en cuenta:
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Debes estar haciendo muchos planes y proyectos dentro y fuera de la iglesia en beneficio de muchos. Esto afinara tu oído para saber si «amas» lo que haces.
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Procura rodearte de dos o tres personas, incluyendo a tu pastor, que te ayuden a identificar y desarrollar tu pasión.
Brotará de tu corazón un gran anhelo de servir en el Reino y desprenderte de tus planes personales.
Si Dios te llama Él mismo te capacita, te desarrolla, abre puertas, pone a gente que te inspire, te lleva a lugares que nunca imaginaste y, cuando menos lo esperas, serás un instrumento poderoso en sus manos.
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En algún momento vas a encontrar frustración, ¡tranquilo! Esto pasa y es parte del proceso normal de formación. ¿Predicas y no pasa nada? ¿Desarrollas ideas y no pasa nada? ¿Tienes contacto con la gente y no pasa nada? Es un proceso de Dios, no el tuyo. Se el mejor instrumento en manos del Creador. Busca tiempos a solas con Él, deja que sea Dios quien te respalde caminando de la mano del Espíritu Santo.
¿Cuáles son los peligros de la falta de experiencia en el ministerio? Si no te preparas, matas el ministerio y con ello frustras a la gente. Los desafíos ministeriales son grandes, necesitas leer, actualizarte, preguntar, mirar lo que hacen en muchos lugares para tener siempre fresco el ministerio juvenil. No puedes darte el lujo de perder, aburrir, quemar y matar a las nuevas generaciones que emergen de
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una sociedad cambiante, dinámica, global y activa. Usa toda tu imaginación y creatividad, rodéate de gente muy activa que te ayude a desarrollar proyectos y planes innovadores. Capacítate y experimenta en todas las áreas: bíblica, teológica, tecnológica, musical, etc. Recuerda que la buena voluntad no desatará movimientos en tu vida ministerial, pero la falta de experiencia puede llegar a ser una limitante. Yo inicié el ministerio con mucha inexperiencia, frustré muchos planes, pero he aprendido que debo buscar ayuda en los momentos críticos y necesarios. Acudí donde un gran amigo que me ayudó a desarrollar mi capacidad ministerial. Él tenía la experiencia, el conocimiento y yo las ganas de trabajar. Dejé que Dios usara su vida para que me formara y así arrancar un camino donde la inexperiencia me enseñó que es parte del proceso de aprendizaje. Puedes equivocarte y de hecho es saludable, pero no puedes darte el lujo de equivocarte siempre. Recuerda: tienes vidas en tus manos y necesitas darle excelencia a todo lo que haces.
¿Y las ventajas? Consejos para aquellos que desean comenzar bien. ¡Cuando inicias el ministerio lo que más tienes son ganas! Aprovecha ese recurso, sin embargo añade lo siguiente:
1 Busca siempre la excelencia, desde los pequeños detalles hasta los más grandes.
2 Rodéate de personas experimentadas, creativas y recorridas en el ministerio juvenil.
3 Planifica, administra y organiza tu ministerio. 4 Ora, busca, identifica y levanta un equipo fuerte, creativo, dinámico y leal a la visión de trabajo.
5 Está dispuesto a delegar funciones claras y definidas en el equipo. 6 Apoya y cuida a cada persona que llega al grupo. El contacto personal es una clave para desarrollar un ministerio fuerte.
7 Da seguimiento a cada plan, proyecto y planificación. 8 Evalúa siempre lo que se hace. 9 Ten presente tu prioridad: Dios y su obra. Tu serás Su instrumento. Pablo Polanco Pastor de Jóvenes por nueve años en Cumbayá, Ecuador. Consejero juvenil en adicciones y trastornos emocionales. Staff del Equipo Coordinador de la Cumbre Nacional de Líderes de Jóvenes en Ecuador. Esposo de María Fernanda Vaca.
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