La península de La Guajira -Jesús Mujica Rojas

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La península de La Guajira Jesús Mujica Rojas ceramonauta

En tiempos inmemoriales los abuelos Arawacos fueron llegando en oleadas sucesivas a las playas de la península de La Guajira, penetrando en ese inmenso territorio que se adentran en el mar 150 kilómetros en el extremo noroccidental de la América del sur. Desalojaron a otras etnias que antes habitaban esa tierra. Primero fueron expulsados algunos de los Arahuacos que los antecedieron... luego siguieron los Kogui y los Taironas del norte y del occidente. En las memorias de los ancianos Wayuu se fijo un tiempo (Weinchi) que abarca veinte generaciones de setenta años cada una lo que es igual a 1.400 años aproximadamente antes del arribo de los hombres de la cruz y la pólvora. Desde la región de Mato Grosso, al sur de la Amazonia, comenzó el largo y tortuoso viaje de los Arawacos que duro más de un milenio, hasta que descendientes de los primogénitos viajeros arribaron a las costas del norte de Suramérica, partiendo de la Península de Paraguaná, «el conuco del mar», en lengua caquetía... navegaron sobre el lago de Coquivacoa (hoy Golfo de Venezuela) y penetraron por las costas de Punta Espada, Puerto Estrellas; Puerto Gallinas; Bahía Honda; El Poretete; El Cavo de la Vela; El Pájaro; y Camarones...

Fue en Pala’aluu, el espejismo, en la parte nororiental donde comenzó la penetración, el asentamiento hacia: La Baja Guajira, al sur, formada por las estriliaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia), con gran cantidad de ríos y con una vegetación variada y abundante, por la abundancia de lluvias, lo que la hace una región apta para la agricultura y la ganadería. La Media Guajira, región Central de la Península donde la vegetación disminuye hasta casi desaparecer. La Alta Guajira, norte, es una región desértica de escasas lluvias y de vegetación xerófila.

Los Wayuu, en su lengua: el Wayuunaiki, señalan estas tres regiones principales como: Wüinpumüin: Hacia el noroeste de la Península; hacia el agua. Wopumüin: Parte meridional de La Guajira; hacia los caminos. Jala’ala: Parte central y montañosa de La Guajira.

En estas regiones los abuelos Wayuu señalan los orígenes, el nacimiento de su cultural en una tierra plana semidesértica rodeada de extensas costas y pequeñas serranías como la de: Cosinas. Jala’ala, el cerro de La Teta. Y la serranía de la Makuira, que es el «oasis» de la Guajira. Los primeros Wayuu poseían los conocimientos de la recolección, la caza, la pesca y la agricultura; Dominaban el fuego que se lo arrebataron al Gran Padre Maleiwa, que en Ttalu’uwayuumanana, modelo con sus prodigiosas manos a los primeros Wayuu... los 1


señaló a cada grupo la pertenencia a su Clan Totémicos; señaló los oficios; distribuyó los rebaños de ganado; y orientó sus leyes para que siempre estuvieran y rigieran la vida de sus descendientes. Todos los sujetos, cuentos, historias y leyendas transmitidas por la palabra de los abuelos Wayuu, en su lengua el Wuayuunaiki, dan fe de sus orígenes en la península de la Guajira1

Península de La Guajira Regiones principales: Wüinpumüin: Hacia el agua, noreste. Wopumüin: Hacia los caminos, parte meridional. Jala´ala: Parte central y montañas.

Direcciones: Amoulimúin: Planicie, partes bajas del noreste. Palaamüin: Hacia el mar, litoral norte y noreste. Jasele´omüin: Hacia las dunas, costas sudeste.

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Desde 1830 dividida entre dos países: La República de Colombia y La República Bolivariana de Venezuela.

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Evolución de las formas de producción Wayuu Algunos antecedentes históricos Desde antes de 1.559, siglo XVI, ya los Wayuu tenían conocimientos del trato con el ganado; habían comenzado a convertirse en pastores. Juan de Castellanos, el soldado y cronista, en las tierras del norte de Sur América, en un viaje efectuado en 1559, por el noreste de la Península de la Guajira escribió en su famosa «Elegía de Varones Ilustres de Indias», lo siguiente:

«...Descubrieron amplísimas Zavanas aunque llenas de cardos y de espina, habitadas por gente inhumanas los cuales por allí llaman Cosinas2, de tan ligeras piernas livianas, que son a los siervos vecinas; ...hay copias de conejos y venados e yá gran muchedumbre de ganados».3 Cuentan los abuelos Wayuu que desde sus orígenes el ganado los ha acompañado en la cotidianidad de sus vidas. En el transcurrir del tiempo los mitos, leyendas y cuentos se han reestructurado según la realidad vivida y los aportes obtenidos por otras culturas; de allí la convicción de lo autóctono en las labores de pastoreo y la ganadería a través del testimonio oral contemporáneo y la creación de la cultura material ampliamente difundida en la Guajira; surgida del proceso social de producción que a partir de 1499 comenzó en la Península de la Guajira con los primeros contactos Europeos.

Alonso de Ojeda explora las costas del Golfo de Coquivacoa (hoy Golfo de Venezuela), esclaviza gran cantidad de Wayuu y funda una ranchería, entre Cojoro y Paraguaipoa, a la que le da el nombre de Santa Cruz, (1.502). El contacto fue a través del engaño, del despojo; la codicia fue su guía; las ansias por enriquecerse no reparó en utilizar todos los medios posibles para logra su fin. A partir de los primeros contactos comenzó la violación de los Derechos Humanos de los amerindios; el exterminio por epidemias, malos tratos y la eliminación física.

A partir de ese momento se produjo la Primera Fractura Cultural. Estos males no han cesado hasta hoy. En los inicios del siglo XXI, los pueblos indígenas claman por justicia, tierra y paz. El hispano introdujo formas de producción diferentes, desconocidas a las existentes en América. Por ejemplo en las costas de la Guajira, en Cabo de la Vela, instalaron muchas rancherías Perleras que sustituyeron la explotación que los hispanos 2

Desde la época de la protoconquista, hasta la de los antropólogos modernos, se ha creído que los cosinas son una tribu afín, Pero distinta de los Guajiros. Se caracterizan por vivir en los sitios retirados, poco accesibles y evitan todo contacto pacifico con los hombres. Los Guajiros al hablar de los cosina, destacan tan solo su carácter salvaje y puramente animal, su marginalidad peligrosa, su delincuencia. Los Cosinas fueron en realidad guajiros expulsados por no haberse sometido voluntariamente a la ley de los hombres». MARC DE CIVRIEUX. Apuntes sobre el mito y la tradición oral. 1.985. Edición especial del Correo Mínimo. Fundación Kuai-Mare del libro Venezolano nº 32 oct-nov-dic. 2.000 año III Caracas, Venezuela. 3 Tomado de: El camino de los Indios Muertos. Michel Perrin. Monte Ávila Editores, pg.245. 1.980. Caracas, Venezuela.

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realizaban en la Isla de Cubagua; la codicia agoto las perlas y un maremoto destruyó a Nueva Cádiz (Cubagua). En la Guajira se extraían la materia prima para curtientes de cueros y tintes textiles, de esa manera se explotó el palo de brasil (planta tintórea), el divivive, su semilla produce un tinte negro (tanino). Estas materias primas eran muy cotizadas en Europa, la naciente industria textil se encontraba en desarrollo y necesitaba de ellas. Otros productos explotados fueron: el algodón y la sal. Los Europeos introdujeron en la Guajira, el ganado caballar, vacuno, ovino, caprino, etc., al principio para satisfacer sus necesidades y luego como una mercancía intercambiable. Todas las iniciativas militares que los hispanos implementaron para «pacificar» a los habitantes de estas tierras fueron un rotundo fracaso. Varios factores se combinaron a favor de los Wayuu: 1. Gran destreza y capacidad del Wayuu para hacer la guerra en su hábitat. 2. El medio físico de La Guajira, compuesto por grandes regiones inhóspitas, desérticas y sin agua era contrario a una táctica militar a corto plazo. 3. El Wayuu realizó una acertada política de alianzas con los enemigos internacionales del Imperio Español: los ingles y fundamentalmente con los holandeses. 4. Rechazó todos los intentos de evangelización que emprendieron las diferentes órdenes religiosas católicas. Las campañas militares para reducir al Wayuu no tuvieron el éxito deseado. A partir de 1544 cada campaña que se realizó terminó con pocos saldos positivos para los españoles, quienes no pusieron mucho empeño en invertir grandes sumas de dinero y esfuerzos logísticos para la conquista, por considerar que no era una inversión poblar una tierra agreste y aparentemente pobre. Optaron por poblar la costa septentrional donde estaban las salinas y las perlas, las cuales explotaron con mano de obra Wayuu, desarrollaron métodos inhumanos, el mestizaje comenzó a hacerse presente; los nuevos aportes culturales y tecnológicos fueron penetrando lentamente, las formas de producción de la sociedad Wayuu en su conjunto fueron transformándose. A partir de la llegada de los europeos los Wayuu se convirtieron en pastores; lo que implico una paulatina y radical transformación de su sistema económico‐productivo, de sus formas de organización social y por supuesto de sus preceptos ideológicos: su relación con el medio físico, cosmogónico y humano. Para 1850 la actividad pastoril era plena y generalizada en toda La Guajira. En 300 años, aproximadamente, se produjo este acelerado cambio, si lo comparamos con el milenario proceso que el Wayuu tuvo que transitar para cubrir las etapas: de recolector, cazador y agricultor. Luego de la disolución de la Gran Colombia, esa utopía de la unidad Latinoamericana que Bolívar trato de consolidar apoyado en los soldados pata’e suelo que lo acompañaron desde las playas del Orinoco hasta el cerro del Potosí, rompiendo cadenas, y 4


convirtiéndose en alfareros de libertad, el pueblo en armas derrotó y expulsó de suelo americano al Imperio Español. Las nacientes Repúblicas se disolvieron y comenzaron a disputarse territorios, ensanchando y moviendo fronteras. La Península de la Guajira no fue la excepción, su territorio fue dividido entre dos repúblicas. Colombia y Venezuela. A partir de 1830 es un territorio en disputa. El Wayuu tuvo que hacerles frente a los ejércitos de ambos países, en varias oportunidades. Su idiosincrasia y el aprendizaje acumulado le han permitido realizar una política (que no está escrita en ninguna parte) la cual lo ha capacitado para sobrevivir, crecer y multiplicarse hasta nuestros días. Ha sabido asumir los elementos nuevos de otras culturas para adaptarlos a sus necesidades, preservando su propia identidad. «Desde hace años los Guajiros sostienen un comercio bastante animado por sus costas con barcos que viene de Curazao, Aruba y Jamaica en solicitud de reses vacunas, bestias, quesos y cueros, además del comercio en la ciudad de Rió Hacha y las poblaciones fronterizas de Venezuela. En 1890 se calculaba él número de animales de cría que existían en la Península en cien mil reses vacunas, en más de veinte mil bestias mulares y caballares, como treinta mil asnos, doscientas mil cabras y ovejas, sin contar las innumerables aves domesticas; el cerdo es poco estimado por ellos y en consecuencia, es reducido su número.» «Entre los criollos de Venezuela y Colombia gozan de justa fama los caballos y las mulas procedentes de La Guajira, por ser bestias muy resistentes al trabajo, a la sed y al hambre. Los caballos son pequeños un poco velludos, de crin corta y cola poblada. Las patas son finas y el color predominante es el bayo. Descienden de los caballos andaluces que trajeron los españoles en el siglo XVI».4 Claramente plantea el antropólogo Michel Perrín el papel que jugaron los religiosos católicos a finales del siglo XIX: «En 1888 los capuchinos, dotados de grandes recursos financieros, se instalaron en Río Hacha, luego fundaron la Misión de Nazareth, al noreste de la Península, la única en pleno territorio indígena. A comienzos del siglo, asistidos por el gobierno, dirigieron los trabajos de construcción de una red de caminos carrozables que recorrieron todo el sector colombiano de la Península, para «contribuir a la conquista y civilización del nativo de la selva». La misma acción fue llevada a cabo por el Estado en La Guajira Venezolana... Los «hechos de civilización» se han sucedido así hasta nuestros días, con ritmo acelerado∙.5 En La Guajira una de las consecuencias de los conflictos territoriales entre Colombia y Venezuela, es el contrabando, esta actividad ha transformado las formas productivas Wayuu en un espacio no mayor de 100 años a partir de la Independencia. 4

Los Aborigenes del Occidente de Venezuela, Alfredo Janh, Monte Ávila Editores,, Colección Científica 1973, pg 148. El

Zulia Ilustrado, n° 42, Nov. 10980, pg 19. Idem pg149. 5 El Camino de los Indios Muertos, Michel Perrín, Monta Ávila Editores pg 259, 1.980, Caracas, Venezuela.

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La mano de obra barata que utilizaron las haciendas plataneras, cañeras y los hatos ganaderos del Sur del Lago, Perijá, Santa Bárbara, fue básicamente Wayuu; dos modalidades fueron utilizadas. El escritor e historiador Venezolano Arturo Hellmund Tello recoge algunas situaciones verídicas que nos dan un ejemplo del horror de la esclavitud6: «Tales «arijunas»7, traían a sus ranchos mercancías provenientes de Maracaibo. Dado que para los Guajiros, los viajes a esa ciudad, representaban un contrabando, la posible prisión y la pérdida de la libertad, preferían adquirir los tan difíciles artículos en esos nuevos negocios a los cuales se les dio pronto el nombre de «establecimientos». Coincidió esto con la iniciación de empresas nuevas, fundadas en el Zulia, se necesitaron braceros para hacer frente a las necesidades de aquellas siembras, factorías e industrias, y surgió la maligna idea dejada por los conquistadores españoles como una maldición en el continente Americano: la idea de la esclavitud. Para ese comercio repugnante y bárbaro, partía desde las poblaciones de Sinamaica, Paraguaipoa, Castilletes y sobre todo de la guarnición del Castillo de San Carlos, grupos de hombres y bien armados, reuniendo grupos de pacíficos indios, acorralados unos y enlazando como animales los fugitivos, para conducirlos hasta las orillas del lago, donde embarcaciones preparadas de antemano, esperaban los seguros prisioneros, ¡esclavos del siglo veinte! ‐¿Adónde me llevais? ‐¡Pa’Zulia! Centenares, miles de cadáveres guajiros, fueron enterrados en cualquier sitio de las haciendas, pero que importaba ello a los crueles caporales o dueños de fincas, si «solo valían cien Bolívares», y si a la hora de reponerlos, había también vendedores de nueva sangre humana. Igual pasaba con las guarichas. Unas eran compradas como esposas, otras se obtenían en las batidas o cacerías. Se jugaba y negociaban sus honras, sus cuerpos, se alquilaban sus caricias, sus desventuras. Después de treinta años de dolor, aquello terminó ¡¡No volverá!!.» La fuerza de trabajo Wayuu fue la productora de un gran capital basado en la explotación agrícola y pecuaria en forma intensiva desde finales del Siglo XIX y principio del XX. Esto trajo como consecuencia el desarraigo, la dispersión humana y la fractura cultural de los Wayuu; la emigración a los grandes centros poblados, la vergüenza étnica, la prostitución, 6 7

Leyendas Indigenas Guajiras. Arthuro Hellmund Tello. Caracas, Venezuela. 1951. Arijunas: hombres no Wayuu.

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el alcoholismo, el tráfico y consumo de drogas, en la actualidad han influido de manera determinante en los violentos cambios que ha experimentado la sociedad Wayuu... Segunda Fractura Cultural: llamamos así a la etapa que comienza con la explotación petrolera en el occidente venezolano (estado Zulia), a partir de 1914, fecha en que revienta el pozo petrolero El Zumaque; el profesor Rodolfo Quintero∙, analiza el profundo cambio que le petróleo ha significado en la vida económico‐social de Venezuela, el violento cambio de una economía agro‐pecuaria, a una economía minera y como esta ha generado «La Cultura del Petróleo», al respecto Quintero nos dice: «Campesinos pobres del estado Zulia, peones de haciendas e indígenas de La Guajira fueron los primeros pobladores de los campos petroleros de Venezuela, participación en forma violenta en un proceso de cambio de mayor complejidad que la adaptación de los hombres rurales a las condiciones de la vida humana»8. La cultura que genera la explotación petrolera se basa sobre la dependencia, propicia la marginalidad y crea códigos de comunicación entre los más transculturizados, que rechaza y subestima a su país; piensan y actúan como los «hombres de las compañías petroleras». La cultura petrolera, al principio es impuesta, luego se aprende. Su impacto sobre el medio ambiente y la sociedad la ubica como la cultura de la nueva conquista que crea mecanismos y necesidades artificiales para que los hombres desarrollen un egoísta individualismo contrapuesto al colectivismo de nuestras sociedades ancestrales. Los hombres del petróleo crean la sociedad del «éxito», basado en la destrucción desmedida de la naturaleza, de la fauna y la flora, que están ubicados dentro de su área de influencia. El hombre paulatinamente va «olvidando» que él es uno más dentro del mundo, destruye y arremete la vida, va socavando la desaparición de su propia especie. «Toda cultura material forma parte de las fuerzas productivas de una sociedad... Ambas cambian al destruirse su vieja base y la correspondiente superestructura... Los cambios de la producción tienen su origen en los cambios de las fuerzas productivas. En función de estos se modifican las relaciones de producción entre los hombres, es decir, sus relaciones económicas. Esto significa que las relaciones de producción dejan de influir sobre el desarrollo de las fuerzas productivas. Por el contrario, una vez creadas, actúan sobre estos y aceleran o retardan su desarrollo»9. La historia moderna de Venezuela se divide en dos grandes épocas. 1‐. La Época Pre‐Petrolera: que se caracteriza por un pausado progreso tecnológico; ausencia de cambios económicos, sociales y culturales de importancia, así como ningún proceso social que genere cambios políticos y de vida. 2‐. La Época Petrolera: propicia un acelerado cambio tecnológico, introduciendo tecnologías sofisticadas que propician la dependencia con los países industrializados, en 8 9

La cultura del Petróleo Rodolfo Quintero, UCV, FACES, pg 33, 1985, Caracas, Venezuela. ídem pg 26. ídem pg 26.

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nuestro caso primordialmente con USA e Inglaterra. Los violentos cambios que se producen en la sociedad aceleran la desintegración de las culturas indígenas y criollas; el «progreso» es pausado en cuanto a favorecer a las grandes mayorías; y generoso en beneficiar a pequeños grupos sociales ligados íntimamente a los intereses de las grandes compañías petroleras. Los conflictos y las tensiones entre los grupos que producen la riqueza, (que son mayoría) y los grupitos que «administran» la riqueza proveniente de la explotación del petróleo, son frecuentes. La desigualdad en el repartimiento de las riquezas, plantea la desigualdad social, hasta el punto de producir situaciones de extrema pobreza. Cuando denominamos la crisis que se genera a partir de la explotación petrolera (1914), como segunda fractura cultural, lo hacemos con la intención de graficar como ha influido en la sociedad Venezolana y las formas en que esta crisis ha afectado la estructura económico‐social de la cultura Wayuu; que no escapa de sufrir las consecuencias de esta Fractura. Cada cambio económico de infraestructura que se produce en el seno de cualquier sociedad, transforma sus formas productivas, sus maneras de relación con el trabajo y los componentes de esa sociedad. La superestructura: ideología, educación, manifestaciones culturales, formas de organización, de ocio... y la creación de la cultura material de esa sociedad, en proceso de transformación económicas, sufre grandes cambios, se adapta y es reflejo de las formas de producción predominantes. Se da el caso de que sociedades que están envueltas en estos cambios, conviven formas de producción y remanentes de cultura material reflejo de los antiguos modos de producción. Como dijimos al principio, las formas de producción en la cultura Wayuu sufrieron un violento cambio a raíz de la llegada de los europeos; a partir de los Siglos XIV y XVI, su historia, mitos y cuentos fueron reinterpretados, quedando las partes esenciales de sus orígenes ancestrales. Las actividades ganaderas‐pastoril y el comercio‐contrabando se insertaron en su cotidianidad y la creación de sus culturas espiritual y material reflejan la asimilación del aporte de otras culturas. Igual sucede con el cambio, más violento aún, que propicia la explotación petrolera en el seno de la sociedad venezolana. Por su cercanía a la zona petrolera de occidente, la cultura Wayuu no escapo de esta realidad. 8


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El ganado en la cultura Wayuu cultura pastoril Con la introducción del ganado por parte de los europeos, los patrones productivos de los Wayuu cambiaron radicalmente. De un estado de recolectores, pescadores, cazadores e incipientes agricultores, se convirtieron en pastores trahumando las regiones desérticas de la Península en busca de pasturas y agua. El hombre Wayuu permanece largas temporadas fuera de sus rancherías, en ellas aguardan las mujeres y niños pequeños junto a los abuelos y tías. En la mitología Wayuu los rebaños de ganado equino, ovino y caprino, constituyen las riquezas y bienes de algunas deidades, por ejemplo: 1‐Maleiwa creó a los seres humanos modelándolos con barro que Juyá (lluvia) había fecundado en el vientre de Mma (la tierra) y de esa misma tierra creó los rebaños de ganado repartiéndolos entre los clanes Wayuu. 2‐Juyá el lluvia, viaja más allá de las constelaciones para contar sus ganados en los corrales del infinito. Los mortales, des‐ de la tierra, solos perciben la brillantez de los ojos del ganado en las noches despejadas de verano. Los Wayuu luego de darle al ganado una importancia en la producción económica fueron transformando su vida, su sociedad, su mitología, su cultura y su relación con el medio geo‐cultural, produciendo un cambio en el mejoramiento del nivel de vida adoptando patrones transculturales que lo señalan, a partir del siglo XVI. Como una cultura indígena pastoril, la influencia de ganado se perfila como: 1 – La fuente económica de mayor importancia. 2 – Como un importante bien que a nivel espiritual, dentro de sus creencias, los acompañan después de su muerte a la otra vida (Ekiiraa) y es una manera de justificar la existencia y la acumulación de riquezas a través del ganado. El Ekiiraa es un tributo u ofrenda póstuma que consiste en sacrificar y obsequiar en honor del difunto una parte sustancial de sus bienes pecuarios, para dar solemnidad a las exequias y realzar su memoria. El concepto de propiedad del ganado no acaba con la muerte, el espíritu de los animales marcha delante de su dueño hacia la región de JeePira, la mansión de los espíritus, donde parientes, amigos y antepasados, ya difuntos, aguardan la llegada del espíritu del Wayuu recién fallecido. El ganado, también es una medida 10


tributaria: Cuando un hombre desea unirse a una mujer, El jefe de la familia, el tío mayor por vía materna, por lo general fija la dote que el aspirante a marido debe pagar al clan al cual pertenece la mujer. En la fijación de esta dote el ganado tiene un valor predominante. Cuando existe una «deuda de sangre» (cualquier incidente intencional o no, donde se derrama la sangre de un Wayuu) se debe pagar con la entrega (prefijada ante el clan al cual pertenece el agredido) en ganado caballar, bovino, ovino o caprino, además de dinero y especies. La cultura Wayuu ha tenido la capacidad de adoptar, redimensionar y multiplicar positivamente un elemento transculturizador introducido por los europeos en la Península de La Guajira, como lo es el ganado, incorporándolo a su mitología, idiosincrasia, cultura material y espiritual, convirtiéndolo, en el hecho económico predominante para la acumulación de riquezas; relaciones interclanicas; transformación y uso del medio geográfico desértico y agreste, reafirmando su sentido de pertenencia a la tierra ancestral a través del ganado como actividad económica y elemento espiritual en ésta y la otra vida en la «Mansión de los Espíritus» y en los «Corrales del infinito Celeste». La adopción del ganado por los Wayuu marca el cambio de los parámetros y paradigmas económicos y culturales entre una sociedad de recolectores, cazadores, pescadores e incipientes agricultores, en una sociedad pastoril trashumante: semi‐sedentaria, semi‐ nómada. El ganado introducido por los hispanos en tierras Wayuu represento la fuente más inmediata, segura y productiva de subsistencia, reunía condiciones positivas para adaptarse y aclimatarse al medio geográfico de La Guajira caracterizado por: 1. Llanuras semidesérticas con abundante pastos. 2. Colinas escarpadas y montes arbustivos con forrajes naturales en cantidad. Para la alimentación del ganado caprino (cuji, dividive, breva, etc). 3. Ausencia de enfermedades y parásitos que pudieran mermar su reproducción y degenerar su especie. 4. Mucha resistencia a la sequía y a los agentes naturales negativos del medio. (Vientos, cambios de temperatura, sequías prolongadas). 5. Escasez de población consumidora frente a la reproducción intensiva del ganado, que afortunadamente llego a pasar de domestico a cimarrón montañero. 6. Al principio no hubo selección cualitativa de animales, los cuales se reproducían en forma espontánea. Un propietario podía tener al mismo tiempo todas las especies (vacuno, ovinos, caprinos, equinos) en un sitio determinado. Pero con el transcurso del tiempo y con el aumento progresivo de animales se tuvieron los cuidados y se desplazaron hacia otros sitios de mejores condiciones para cada especie... las sabanas para las ovejas y los burros, caballos y mulas. Las colinas, montes bajos y tupidos. Para los caprinos; las zonas semiboscosas y sabanas para los vacunos... siempre atendiendo al máximo el movimiento del agua, sobre todo en las sequías y las épocas de lluvia. 11


Este trabajo arduo pero seguro, como criador y pastor de ganado fue uno de las grandes adquisiciones culturales logradas por el Wayuu en pro de su futuro provisor. De allí su condición de vida pastoril e itinerante que lo caracteriza.10 10

Ramón Paz Ipuana. Conversación personal. Paraguaipoa 1990.

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Amuchi:

El diseño significa: 1.‐ las marcas dejadas por el Juyá (la lluvia) sobre el vientre de Mma (la tierra), 2.‐ Las huellas de los Wayuu buscando los buenos caminos y evitando los intransitables, 3.‐ Caminos y cerros.

Jhoin Amuchichon: El diseño significa: 1.‐ Juya (la lluvia) entre las nubes, 2.‐ Las estrellas Jhiliwala y Patacan aparecen juntas en el firmamento, son los ojos de Palawaipon y los de Ajutuy, dos enamorados que murieron de amor incomprendido y al morir, en el más allá, se juntaron eternamente. Amuchi: El diseño significa las almas de los Wayuu muertos que desandan sus huellas en el camino hacia Jeripaa.

La quema de las Amuchi: Sobre el “cielo abierto” se coloca

Julaa: El diseño significa las nubes con las almas que nunca se dan alcance unas con otras.

una camada de bosta de res... luego se comienza a colocar las piezas, con consistencia de “cuero seco” y decoradas.

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La cerámica – Amüchi «... creó a los hombres durante la noche, en el cerro de Wouupahalu’u. De muchas sustancias los hizo, y les dio consistencia dentro de un gran caldero de barro cocido. Después ese mismo caldero lo transformo en el cerro (A’t’t’) y lo identifico con el vientre de las hembras, donde se cuaja y se forma la vida...» Ramón Paz Ipuana Mitos, leyendas y cuentos Guajiros»

Julaa: El diseño significa: 1.‐ Cachos de los ovejos (formas de espiral), 2.‐ Las incisiones en forma de X significan el collar de la cerámica. Para los ceramistas Wayuu, todas las piezas cerámicas deben tener su collar por considerar a las piezas personas mayores de edad, a los cuales se le debe respeto; al colocar el collar sobre el cuello de la pieza se le dice a ésta: “Abuelita aquí está tu collar, machón”

Wushu: El diseño significa: 1.‐ Las cercas del cardón de los corrales en donde se encierra el ganado; a los cardones se le insertan cabezas de ganado muerto para que se reproduzcan y multipliquen los ganados. 2.‐ Estos diseños se colocan junto al collar de la Wayuu (incisión en forma de X) para que los alimentos que el Wayuu consume sean abundantes en todas las épocas.

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UuchiirĂşwa Cerros


Wunu’uulia Oulaka Süsiiruwa Plantas y Flores de Sábila


Wopüiruwa Suchikujee Shi’ìtüin Juya Caminos después de la lluvia


Epits眉 Cerr贸 epicse, la teta


Uuchi Litojo眉 Cerr贸 Itorjoaa


Wop端iruwa Caminos


Wopüiruwa Suchikujee Shi’ìtüin Juya Caminos después de la lluvia


Niipou’u Oulaka Ru’uwairuwa Kaa’ula Frente y Cachos de Chivo


Jokomaiuwa Gusano


Wopüiruwa Warattuuisü Sutura Shiyaa Juya Caminos iluminados por los relámpagos


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


Mujer Way端u (Guajira)


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