Pág. 1
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO V. NO
212 / 04-11-2018
PÍO TAMAYO. ESCUELA DE IDEALIDAD AVANZADA. 1930-1934. ESCUELA "CIPRIANO MARTÍNEZ". 1930. La referencia documental más remota que manejamos data del 22 de diciembre de 1930, a través de una carta que Jóvito Villalba, desde el Castillo de Puerto Cabello remite a Joaquín Gabaldón Márquez, preso en la cárcel "Las Tres Torres" en Barquisimeto, donde se hace portavoz de los Herrera, Pío, Mármol y demás compañeros, informándole lo siguiente: "Aquí la prisión es más o menos cordial y algo se hace en pro de la Revolución: una escuela para analfabetas, estudios de ciencias sociales, derecho, etc. Esto mezclado con altas dosis de ‘tomadera’ (humor) venezolana". (Gabaldón Marquez,p.274). Ese mismo año Pío le escribe a sus hermanos pidiéndoles que les compren libros, muchos libros, con el dinero que le envían para la comida y otros gastos carcelarios sus familiares, y los del poeta Alcides Losada. "Deseamos vencer de alguna manera el atraso del tiempo en que la prisión nos coloca". Ahora bien, el propio poeta preso, pero irreductible (10-08-1932), narra aspectos importantes de la vida carcelaria de los revolucionarios secuestrados en las mazmorras del Castillo: "Bueno oye: somos aquí 104. El departamento donde me encuentro se nombra El Rastrillo (...) El grupo esta dividido en varios grupos menores, para la cuestión de las cocinas: las llamamos “Peñas”. Hay una, sobre todo, que significa un bello propósito: “La Peña Beatriz”. Ella agrupa a casi todos los que no reciben fondos y que estarían condenados a la mala comida del rancho: plátanos crudos, y
Jesús Mujica Rojas Ceramonauta chícharos sancochados que nos dan. (...) Con la Peña se ha logrado pues, una doble victoria: vencer el hambre y la de vencer el egoísmo de los que teniendo, no saben ser compañeros ni resignar sus satisfacciones máximas a favor de un bienestar medio para todos. (...) El estudio implica, para muchos, dos funciones: una la de conseguir conocimientos, otra la de proporcionarlos. Porque tenemos una Escuela, la “CIPRIANO MÁRTINEZ”, nombre de un compañero que murió, donde se dan clases diarias en varios grados: Primaria, Secundaria y Especial. Ya en este grupo no hay analfabetos... La Escuela tiene un propósito altamente civilizador: dar enseñanza ciudadana a más de la lectiva. Ir preparando al venezolano del porvenir, capaz de comprender el moderno espíritu de libertad y justicia. La secundaria o superior o especial tienen, pues, Cátedras de Historia, Geografía Social, Economía Política y Social, Literatura y Arte, Contabilidad e Idiomas. Compañeros a quienes me unen sentimientos de afecto y compresión, paridad de ideas e ideales, son los profesores y discípulos a la vez en nuestra Escuela: Andrés Eloy Blanco, Jóvito Villalba, Alberto Ravell, J. M. Ponce, Francisco Ramos, Luis M. Carrasquero, Luis E. Monsantos, Nass y yo. (...) Estas cartas que burlan vigilancias, se hacen en dichas tardes. Ahora escrita la presente voy a dictar conferencia: “La condición del jornalera del campo venezolano y las posibilidades de mejorarla”. Porque cada domingo a uno de nosotros corresponde una tesis a desarrollar durante la noche. Así pensamos que, pese a las rejas, a los grillos, a los carceleros y a las penalidades, vamos moldeando, con palabras que prometen obras, la realidad futura".