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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA AÑO V. NO
208 / 07-10-2018
HUELGA DE INQUILINOS EN PANAMÁ. 1925. Jesús Mujica Rojas Ceramonauta Todo comenzó con la publicación en Gaceta Oficial No 4.580, de la República de Panamá, 25 de febrero de 1925. La Ley No 29 referente a la Propiedad Inmueble. "La Ley exceptuaba -nos refiere Agudo Freitesdel impuesto a los inmuebles pertenecientes a la nación, al municipio, los destinados al ejercicio de cultos religiosos, a la beneficencia y obras caritativas (...) Por Decreto Ejecutivo , No 24 del 20 de abril del mismo año, el impuesto tendría como causado del "01 de enero del presente año y principiará a hacerse efectivo en la forma y términos establecidos en este decreto". El 30 de junio, por medio de otro decreto, el Gobierno ordenó hacer efectiva su recaudación". El Presidente de Panamá era Roberto Chiari, de tendencia conservadora pro norteamericana. Los propietarios de los bienes raíces, inmuebles, decidieron trasladar el impuesto a los inquilinos y aumentaron el pago de los alquileres desproporcionadamente, la impopular e injusta medida afecto directamente a los habitantes de los barrios pobres: Chorrillos, Miraflores, Caledonia y Catedral. Los obreros, los afro descendientes, taxista, transportistas, quienes ganaban salarios míseros comenzaron las protestas. El Sindicato General de Trabajadores se opuso al aumento de los alquileres, afirmando que: "...los alquileres fueron elevados antes de pagar los impuestos y que antes de subir los alquileres debían bajarlos para compensar la baja sufrida por el salario real de un 20 por ciento en el último año en comparación con el salario nominal". (periódico "Estrella de Panamá". 22-09-1925). El Gobierno creo una Junta para que estudiara la problemática del inquilinato, donde estaban representados los propietarios de los inmuebles, luego incorporo a la Federación Obrera de la República (controlada por el gobierno), excluyendo a los trabajadores afiliados al Sindicato General de Trabajadores, que habían organizado el
Movimiento Inquilinario, que agrupaba más de 3.000 afiliados en la ciudad de Panamá y estaban organizando el movimiento en Colón. La dirigencia obrera revolucionaria argumentaba que esta política gubernamental era: "...para aumentar las ganancias del arrendador, ya que el negocio de casas es el único que junto con el préstamo a mutuo constituyen las inversiones del capital en Panamá". El Gobierno de Chiari dio como respuesta a los planteamientos del Sindicato General, la expulsión del país del dirigente obrero español Blázquez de Pedro por ser "un extranjero no grato a Panamá". El Sindicato General de Trabajadores realizo el llamado al movimiento inquilinario y sus 3.000 afiliados se lanzaron a la HUELGA del ¡NO PAGO! como respuesta a los usureros inmobiliarios y al Gobierno. Pío Tamayo junto a los estudiantes, intelectuales y obreros revolucionarios de diferentes países se incorporan al movimiento que clama por justicia. Pío, escribe manifiestos, participa con su verbo encendido arengando multitudes, hasta que es hecho prisionero junto a otros dirigentes y es expulsado de Panamá. En carta sin destinatario, ni fecha, hace un balance de los sucesos de Panamá. "...Yo, violentamente arrancado de Venezuela, soy como la planta acuática: un afán de raíces sin tierra. He querido hacer mía cada tierra arribada, pero como a la planta del símbolo, siempre me arrastra la turbonada. Así en Puerto Rico, así en Panamá... ¿La causa de los sucesos de Panamá? Una grotesca tiranía de fantoches, ferozmente egoísta, ametrallando a un pueblo que pedía pan y albergue, representa la lucha de una cultura que perece contra una cultura que avanza. La Revolución Social ha comenzado su proceso en Panamá. El balazo con que un comandante de la policía, ebrio de odio y de aguardiente, rompió la vida de un chicuelo al pretender matar a uno de los oradores del 10 de octubre en la noche durante un