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Sergio Armando López Castillo

Sergio Armando López-Castillo

Licenciado en periodismo y escritor.

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una elección del miedo?

La expectativa por el resultado de la elección estatal del año 2021, particularmente la relativa a gobernador del Estado, siempre fue alta, polémica, intensa, pese a las encuestas, siempre discutibles, que de algún modo dieron ventaja, siempre al Partido Acción Nacional, y su abanderada Maru Campos.

Cierta incertidumbre y duda de los electores en ese momento, se centró en dos factores muy claros: 1.- En si las diferencias públicas y notorias entre el gobernador en funciones Javier Corral Jurado y la candidata María Eugenia Campos, afectarían al partido de ambos, y 2.- Si el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y el impulso del Presidente AMLO, a su candidato Juan Carlos Loera de la Rosa, y su 4T, tendrían eco en el estado grande del norte, como para ganar la gubernatura.

Así, a los días siguientes de esa álgida elección, la pregunta se repitió una y otra vez: ¿Por qué votaste por María Eugenia Campos, si sabes de sus antecedentes de vinculación con un ex gobernador acusado de corrupción?

Y la respuesta casi generalizada siempre fue, que porque no quisieron que el ahora partido Morena llegara a gobernar Chihuahua.

En efecto. Miles de chihuahuenses, particularmente de Chihuahua capital, ponderaron más el miedo que le tienen a Morena,

que su recato a votar por una candidata mencionada una y decenas de veces, por haber formado parte, como otros tantos y tantas, de aquella presunta nómina secreta del ex gobernador César Duarte.

Cuando ahondan en su respuesta, muchas de esas personas aclaran que “por supuesto” están en contra de la corrupción. Incluso alaban la “Operación Justicia para Chihuahua” que ha sostenido el gobernador Javier Corral en contra de personas involucradas en

No hablamos de cualquier cosa. El desvío de recursos públicos involucra a más de cuarenta personas y alcanza cerca de los tres mil millones de pesos. Todo bien documentado por la Fiscalía de la Función Pública.

Nadie en Chihuahua puede decir que ignora la dimensión de la corrupción que promovió César Duarte, detenido en Estados Unidos desde julio del 2020.

Tampoco pueden decir que ignoraban que María Eugenia Campos se convirtió en una pieza importante del grupo político “plural” del ex gobernador priista, César Horacio Duarte Jáquez, preso en un reclusorio de Miami, Florida, hasta octubre del año 2021en que se redactó este capítulo, seguía allá en la misma condición.

En estas condiciones, entonces, vale la pena analizar una y otra por una candidata acusada de corrupción que arriesgarse a que la Cuarta Transformación triunfe en Chihuahua.

personas que votaron por María Eugenia Campos Galván. Nadie argumenta inocencia. No hay manera. Un juez de control la vinculó a proceso penal, pero luego curiosamente, un magistrado revocó ese acto legal tres meses después, a unas horas de rendir protesta de gobernadora constitucional del estado de Chihuahua.

Como nadie puede negar que esos antecedentes de la gobernadora, proliferaron los “argumentos” de tonto consuelo de que todos los políticos roban, mucho, más o menos o poquito, o que fue buena Presidente Municipal; tiene buenas intenciones, ¿vamos a ver qué pasa?; mejor mala por conocida y muchos otros que rayan en el cinismo.

chihuahuenses se tradujo en miedo. Miedo a Morena, temor a la Cuarta Transformación. La pregunta es ¿por qué? ¿Por qué el miedo es tan grande que, antes de permitir que Morena conquiste el candidata cuestionada e indiciada penalmente?

La respuesta puede ser simple, pero no lo es, y vale la pena desenmarañarla

Lo primero que queda claro es que el Frente Nacional Ciudadano (FRENA) ha hecho bien su trabajo. Tiene tres años repitiendo que, si no combatimos a la Cuarta Transformación, México se convertirá en otra Venezuela o en Cuba, y caerá en el comunismo, cosa absurda que revivió la derecha, por cierto, en septiembre del 2021, cuando El Presidente López-Obrador y Marcelo Ebrard, lideraron y mericanos y del Caribe), en la CDMX.

Es obvio que no somos Venezuela, ni Cuba, ni nos hemos convertido en comunistas, pero no importa, la amenaza surte efecto.

No es que en Chihuahua seamos más ignorantes que en el resto del país. Al contrario, el norte de México siempre ha presumido más desarrollo. Quizá esa es una de las explicaciones. Aquí sobra el dinero para frenar a Morena. El sector empresarial no escatimó recursos. Gastó mucho dinero en la elección.

También las iglesias hicieron su parte, la católica y las protestantes: Cadenas de oraciones, sacerdotes haciendo proselitismo desde

el púlpito y la advertencia de que puede llegar un Gobierno ateo que promueve el aborto, el matrimonio homosexual y la “ideología de género”.

Muchos medios de comunicación no se quedaron atrás. Es cierto que están molestos porque el gobernador Javier Corral Jurado no les pagó la publicidad solicitada y, en cambio, Campos Galván les dio recursos a placer en ese rubro, desde la alcaldía, por casi seis años, y en la campaña a gobernador también, con suma discrecionalidad; sin embargo, parte de la motivación que los movió a respaldar a la hoy gobernadora, no sólo fue o es el dinero. Muchos de sus propietarios realmente son conservadores, y hasta ultraderechistas medievales, siempre lo han sido. Ellos también están en contra de lo que representa Morena, la llamada Cuarta Transformación y las políticas e ideas del Presidente Andrés Manuel López-Obrador.

La triada sector empresarial-Iglesias-varios medios de comunicación y desde luego la suma del PAN, PRD y PRI, fue efectiva en el proceso electoral 2021 en Chihuahua.

Lo paradójico e increíble es que Morena está a años luz de promover el comunismo. Ni siquiera el socialismo. No tiene posibilidades. Como no la tiene ningún país del mundo, particularmente de Latinoamérica. Cuando mucho, intenta restarle fuerza al capitalismo, o neoliberalismo como mejor se le conoce.

La mayoría de las personas que hacen proselitismo con el petate del muerto no tienen idea de qué es el comunismo, ni el socialismo. Asustan a la gente con advertencias tan ilusas que sólo el miedo las hace creíbles.

Promulgan ridículamente que si tienes dos viviendas te van quitan una, que si tienes dos autos te incautarán alguno. Como si el reparto de la riqueza fuera tan fácil.

Todos los sistemas socioeconómicos tienen que ver con el repar-

el socialismo aspira a un reparto de la riqueza más igualitario.

Pero no quitándole una vivienda a quien tiene dos. La mejor manera de caminar a un buen reparto de la riqueza es con políticas públicas que saquen de la pobreza a las personas.

Con educación gratuita de manera universal, desde el jardín de niños a la universidad, por ejemplo. Ni en sueños tenemos esta política pública en México, así que la aspiración al socialismo, quienes la sostienen, tendrá que esperar mucho tiempo. Del servicio médico universal ni se diga.

Dichas políticas públicas son posibles. En algunos países de Europa están avanzando con buenos resultados. Están logrando que el reparto de la riqueza sea menos desigual. El ingreso per-cápita aumenta de manera natural conforme se eleva el número de profesionistas en un país. Y también se incrementa la auditoría social a los gobiernos. Por lo tanto, disminuye la corrupción. Esto no puede ser obra de la casualidad, sino esquemas socioeconómicos probados.

En cuanto a la amenaza de que se fortalezca la “ideología de género”, lo único que demuestran es ignorancia. No es “ideología”. Se llama perspectiva de género y es la preparación multidisciplinaria que nos permite entender de manera metodológica el sistema político, económico, religioso, gubernamental, familiar y social que genera desigualdad y discriminación en contra de las mujeres.

Y no sólo eso, tener perspectiva de género implica impulsar leyes y políticas públicas que cambien este sistema por otro más tera razón, la colega Dora Villalobos Mendoza, en una aportación puntual sobre este tema, luego de las votaciones de julio del 2021, cuando resultó María Eugenia Campos, electa gobernadora.

La perspectiva de género, agregaba en su momento Villalobos

Mendoza, ha implicado un proceso lento, difícil y tortuoso, pero tunidad de prepararnos de manera multidisciplinaria para tener una visión que nos motive a luchar para garantizar nuestros derechos, incluido el derecho a la no violencia.

Y coincido con ella, ese movimiento, conocido coloquialmente los hombres, pero la sociedad tardará en entenderlo, así que tergiversar esta visión todavía surte efecto porque genera miedo.

La estrategia de promover y sembrar el miedo, invariablemente surte efecto. Lo grave en esta ocasión de la elección en la entidad mente en contra de los derechos humanos, particularmente de las mujeres, y de las personas de la diversidad sexual.

Alarma escuchar a una candidata que se convirtió en gobernadora, advertir que no atenderá los derechos humanos de las personas de la diversidad sexual porque esa población “no llega ni al uno por ciento”. Por donde la veamos, es un mensaje que discrimina. Ya no deberíamos tener gobernantes con estas posturas conservadoras e intransigentes.

También preocupa que María Eugenia Campos pretenda crear una Secretaría de la Familia que contravenga las políticas públicas con perspectiva de género que se han impulsado por parte de muchas mujeres chihuahuenses, desde el activismo feminista.

qué avanzar sobre este tema toral en el siglo XXI, en el que las libertades, a través de múltiples expresiones y voces, mediante las “benditas redes sociales” y otras plataformas tecnológicas de hoy, vuelven a cobrar plena vigencia.

Si el Movimiento de Regeneración Nacional, quiere ganar en

próximas elecciones en Chihuahua, además de fortalecer su estructura partidista, tiene que encontrar los medios para contrarrestar los mensajes del miedo que promovió la ultraderecha chihuahuense, y la de otras partes del país en el 2021.

Desde la sociedad, quienes le apostaron a los derechos humanos sin ninguna discriminación, ni por raza, género, orientación sexual, edad, religión, discapacidad y cualquier otra diferencia que se pueda tener entre las personas, sin duda que tienen mucho trabajo por delante.

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