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Antonio Ríos Ramírez

Antonio Ríos Ramírez

Doctor en Administración, profesor universitario, director del Instituto de Emprendimiento Región Norte del Tecnológico de Monterrey.

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Ciudadanía en tiempos de no voto

Se buscan ciudadanos

En las últimas semanas tuve la oportunidad de asistir a un par de sesiones organizadas por el organismo responsable de las elecciones en nuestro país. La información compartida es muy interesante, referente principalmente a la participación ciudadana en las últimas votaciones. Por ejemplo, en nuestro estado hubo una participación de cuarenta y siete por ciento del padrón, donde la ciudad fronteriza estuvo apenas en el treinta y nueve por ciento. Probablemente lo más interesante fueron los comentarios alrededor del tema de educación cívica, de ciudadanía.

El primer punto que comenté fue sobre el nivel de ciudadanos que tenemos, en términos generales, gran porcentaje de los llamados ciudadanos sólo participamos en las elecciones, y a eso se reduce, no sólo los indicadores, sino también la participación real. Qué triste que la gran mayoría de la ciudadanía no se preocupe por los demás o por lo que está sucediendo en la región donde vive. Mucho tiene que ver la formación cívica que traemos desde la niñez, desde tivos debe de ser una prioridad en nuestras comunidades, con esta mentalidad se podrán enfrentar juntos los grandes problemas de las comunidades.

Por eso buscamos ciudadanos que no sólo se dediquen a postear memes y chistes en las redes sociales. Que no sólo se dediquen a criticar el quehacer de los gobernantes en los cafés, reuniones

familiares o reuniones de amigos, a promover y difundir noticias que no sabemos si son ciertas. Buscamos ciudadanos que con su comportamiento diario sean ejemplo para todos, no sólo para las generaciones venideras. Buscamos ciudadanos que participen en acciones para mejorar nuestras ciudades, nuestra colonia, nuestras regiones y no sólo esperar que alguien más lo haga.

Buscamos ciudadanos que no sean manipulados por los partidos políticos, por grupos con intereses particulares y lo que menos les interesa es el bienestar de los ciudadanos. Lamentablemente cuando algún ciudadano de a pie (ciudadano desinteresado que día a día se esfuerza por salir adelante y no anda buscando como obtener ventaja de los demás) escala a un partido político, la gran mayoría de funcionarios o políticos como los que vemos y escuchamos todos los días.

Buscamos ciudadanos que, perteneciendo a organizaciones civiles, sean empresariales o sociales, sean capaces de exigir y participar en acciones de los gobiernos, y no sólo a echar porras o a callar en desayunos, comidas o eventos sociales.

Buscamos ciudadanos jóvenes inquietos por el futuro y participando de alguna forma en mejorar nuestro entorno, que será, dentro de poco, su entorno y el de sus hijos. Es triste ver la gran apatía de los jóvenes (con sus excepciones) por lo que sucede en las regiones, ni siquiera saben lo que está sucediendo.

Buscamos ciudadanos que organizadamente se apoderen de los partidos políticos para mejorar sus comunidades. Desafortunadamente los partidos políticos, hoy en día, son los principales destructores de la llamada democracia.

Debemos de emprender, todos, organizaciones, ciudadanos de a pie, etc. una cruzada de formación ciudadana a través de la participación continua en pro de un futuro hacia una mejor calidad de vida.

Ya no quiero votar

Al ver las decenas de acciones antiéticas que precandidatos de los diferentes partidos realizan, como son: el acarreo de personas, la compra del voto mediante entrega de despensas, el doble voto, la compra de medios, etc. Nos damos cuenta que no es el proceso, no es la actualización de las leyes y reglamentos, no son el voto electrónico, ni mucho menos la ideología de algún partido político, somos nosotros, los ciudadanos, por la desesperación de alcanzar el poder, que corrompemos el sistema.

Los mandatarios de los países “manipulando” los medios para apoyar algún partido político, o más aún, manipulando las votaciones para seguir teniendo el poder. Y realmente vemos que no importa el país, puede ser de los más desarrollados del mundo, hasta los más pobres. Desde los que tienen mayor índice de cultura y educación, hasta los que no han podido tener oportunidades. Todos sufrimos de tener “especímenes” políticos que lo único que les interesa es el poder personal o del grupo al que pertenecen.

Qué triste es ver que el “famoso” avance hacia la democracia, sea sólo un discurso que se comenta en los centros académicos o en los cafés de los intelectuales. Mientras en la realidad, no es otra cosa más que “reglas” que se pueden romper en cualquier momento y en cualquier lugar. Y son sancionadas sólo si la autoridad es contraria al personaje o grupo de personas que buscan dicho poder.

Qué lamentable ver cómo se juega con la manipulación de los ciudadanos con el uso intensivo de los medios, cómo se derrochan cantidades enormes de presupuesto para “concientizar” a los ciudadanos de el “derecho de votar”. Siendo una estrategia elaborada y acciones que lleven al poder a algún “favorito”.

¿Tendrá caso entonces acudir a las urnas a votar? Se dice comúnmente, “si no votas, no te quejes”, como si el quejarme tuviera que ver con emitir mi voto, como si el alzar la voz de los que está

sucediendo en el país fuera porque emití o no emití un voto. Si ya buscan el poder y cuando están en él, buscan retenerlo a toda costa.

Realmente me he cuestionado el hecho de “ir a votar” y es tanto “bombardeo” de acudir al voto, tanta manipulación de medios, que lo que han logrado, por lo menos en mí, es que “ya no quiera ir a votar”, es que “ya no crea en el voto”, que ya no crea en las autoridades electorales, o judiciales electorales que manipulan para

Yo ya no quiero ir a votar, porque creo que lo que estoy haciendo es seguir el “juego” de estos grupos políticos y estas organizaciones adelante, seguirán las mismas acciones de apoyo a ciertos grupos y se olvidarán de los ciudadanos. Yo ya no quiero ir a votar, pero sí seguiré quejándome de autoridades corruptas, de políticos corruptos, de instituciones con personajes corruptos que han logrado en mí sembrar un sentimiento “anti voto” con todo el aparato mediático y todos los sucesos que día a día suceden en el país y en el mundo. Seguirle el juego a la estrategia del voto, de la credencial de elector, de la participación en procesos o de las decisiones de jue porción de la población, es ir en contra de la búsqueda de un mejor país, más justo, más libre, más equilibrado.

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