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Manuel Alberto Navarro Weckmann

Manuel Alberto Navarro Weckmann

Doctor en Gerencia Pública y profesor universitario.

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Las enseñanzas del proceso electoral

La construcción de la sociedad que deseamos pasa por la ge pacte de una manera importante a las nuevas generaciones.

Las diferentes aristas que se pueden explorar para lograrlo, es la democracia una de las formas por medio del cual se construye en el cación de instituciones sólidas y con un compromiso social que supere en tiempo a la búsqueda del voto para las próximas elecciones. Además de ello, es preciso generar un proceso de educación de las nuevas generaciones, desde donde se pueda emprender el cambio generacional, que a la vez permita instaurar una visión estadista de sociedad, que busque los equilibrios al interior de las grandes desigualdades que caracterizan a nuestro país.

Para lograr lo anterior, es preciso contar no sólo con un sistema educativo que trascienda en sus aspiraciones a la hora de componer un esquema curricular en los centros educativos, se requiere, mucho más, que el ejemplo que se plantee desde la propia sociedad que educa con el ejemplo, se distancie, en la medida de lo posible, de aquel México que deseamos dejar atrás desde la trinchera de la democracia y la pluralidad política.

Es ahí, en donde emerge el actuar ciudadano, la generación del

día a día, la pedagogía del ejemplo social que educa y la didáctica de la clase política que muestra, con su actuar, no lo que se dice en el discurso político al fragor de la campaña electoral, sino con las acciones que se desprenden desde el asiento del ejercicio diario del poder público, ya sea en la ejecución de una administración pública, o desde la trinchera de los partidos políticos que juegan un papel fundamental en este proceso intensivo de educación cívica extra escolar que se vive desde la comunidad en cada jornada electoral.

Si bien es cierto que aquellas jornadas cuestionadas con las operaciones de “ingeniería electoral” del pasado llamadas en el bajo mundo como “mapacherías” cada vez se alejan más en el tiempo, como aquellas del “ratón loco”, la “urna embarazada”, el “carrusel” entre muchos otros, lo cierto es que aparecen nuevos elementos luz de las aspiraciones del poder en las campañas electorales, que ma existen elementos no sólo para desincentivar la intención del voto por determinado candidato o candidata, sino que se señalan de sus contrincantes y sin mediar mayores pruebas que realmente demuestren lo dicho.

En otro orden de ideas, más que señalamientos, se aprecian elementos que sí, efectivamente se encuentran muy por fuera de la legalidad y que contribuyeron a la generación de una serie de infracciones económicas por parte de la autoridad electoral que superaron los 1,200 millones de pesos y cuyos orígenes no están ligados a una determinada fuerza electoral, sino a prácticamente todas, que resulta preocupante por la señal que se manda a la ciudadanía: No importa lo que hagas para ganar, es mejor pedir perdón que permiso… Como resultado de la revisión que realizó la autoridad electoral, se aprobaron sanciones por más de 1,203 millones de pesos ante las diversas irregularidades detectadas de acuerdo con la siguiente tabla:

Por supuesto que lo más grave y de ahí que el mensaje para la ciudadanía sea muy fuerte en términos de educación cívica, tiene que ver con los motivos que dieron origen a dichas sanciones económicas. Durante la revisión contable se advirtieron 60 tipos de irregularidades que cometieron los partidos políticos, coaliciones y candidaturas independientes. En ocho de estas conductas se concentra el 73.10% de las sanciones impuestas, entre las cuales destacan los egresos no reportados.

Las conductas sancionadas tienen que ver con egreso no reportado (29%), egreso no comprobado (9%), eventos registrados extemporáneamente, de manera posterior o el mismo día de su celebración (8%), omisión de reportar operaciones en tiempo real (7%) entre otras, cuyo origen podría estar vinculado a operaciones extralegales.

Es en este sentido, se habla de circunstancias por demás preocupantes pues ante un marco que se puede denominar democrático, se sigue con prácticas en el ejercicio común de los partidos políticos que a la postre habrán de convertirse, en donde se obtenga el triunfo electoral, en autoridad política, en donde dichas prácticas estarían en peligro de convertirse en la práctica cotidiana de un gobierno, constitucionalmente investido.

Es por ello, que a nivel de “banqueta”, el ciudadano común y corriente advierte que las problemáticas de legalidad, de costumbres y “mañas” de los actores políticos que se encuentran insertos en la administración pública, no sólo no han terminado de cambiar de aquel pasado que parece tan lejano en nuestro pasado autoritario, sino que sólo se han transformado en nuevas prácticas para responder a una democracia cada vez más cara.

Sin embargo, no es eso el centro de lo que más debe de preocuparnos, lo es que en la mesa en que se discuten este tipo de noticias, están las futuras generaciones, niñas, niños y adolescentes que perciben a través de los ojos, boca y sentimientos de sus padres y seres cercanos, una realidad que permea las más cruda de las realidades que se vive en el México que no se ve.

Es por ello que debemos de preocuparnos, pero sobre todo de ocuparnos para erradicar este tipo de prácticas que no sólo son daños o multas en lo económico, trascienden hasta la misma médula de nuestra sociedad, en donde se están formando los valores más íntimos de cada una de las familias y que el día de mañana habrán de convertirse en los electores que habrán de dar vida a nuestra ya de por sí, joven democracia.

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