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María Soledad Limas Frescas
Soledad Limas Frescas
Abogada con Maestría en Derecho Electoral.
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clase media aspiracionista
El voto útil
Ete a otros, el escenario es distinto al de hace tres años. Dos semanas antes de las elecciones de 2018, analistas políticos y encuestadoras daban por sentado el triunfo de Morena con López Obrador a la cabeza, treinta millones de ciudadanos le dieron el décadas, pero se olvidó de que no le dieron un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo, de tal suerte que el mal gobierno que ha ejercido, las erráticas acciones aplicadas en materia de salud, economía, y seguridad, entre otras, han demostrado su incompetencia para gobernar, aunadas a la obstinación de sentirse el todopoderoso y gobernar a su capricho, son errores y faltas que se pagan caro.
La carrera política del actual presidente inició en el PRI, del que fue dirigente estatal y funcionario público en su natal Tabasco; en 1989 se unió al PRD a invitación de Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por este partido llegó a jefe de Gobierno del D.F., ahora CDMX; después de dos décadas salió del PRD y formó Morena. En su tercera postulación como candidato, se convirtió en presidente, no obstante, ha demostrado que le quedó la silla muy grande. Hoy México ha perdido liderazgo en América Latina; lamentablemente lo que tanto trabajo nos costó a los mexicanos construir se está derrumbando con este gobierno, lo que coloca a la democracia en grave peligro, por eso la participación de toda la
ciudadanía responsable en este proceso electoral es de fundamen las y los candidatos, conocer la capacidad, el trabajo y el prestigio con el que se desenvuelven tanto en la vida privada como en la pública, razonemos el voto y démoslo a las y los mejores, los que dignidad de la persona, los que se comprometan a ser solidarios y subsidiarios en estos tiempos tan difíciles de pandemia y de carencias económicas, en una frase, los que se comprometan a trabajar por brindar las mejores condiciones y oportunidades que propicien una buena calidad de vida.
se emite a favor de una opción que, aun no siendo la preferida, tiene mayores posibilidades de derrotar a otra que no se desea”.
Ejercer el voto es un derecho y una obligación constitucional, así como también es responsabilidad ciudadana vigilar el respeto a las leyes y al ejercicio de la democracia; el próximo 6 de junio todos los votos deben ser útiles para juntos, enderezar el rumbo del país que va en picada, y mantener las instituciones y demás contrapesos que son saludables para el equilibrio y la armonía que debe existir en los poderes del Estado.
El voto y la democracia
Winston Churchill, refería que la democracia tiene defectos como sistema de gobierno, pero con todas sus imperfecciones no se ha inventado un mecanismo mejor. La democracia debe cuidarse por su gran valor, así lo han reconocido estadistas, políticos y gobernantes; el cuidado de la democracia y su ejercicio, corresponde a los ciudadanos fundamentalmente. Quienes vivimos en regímenes democráticos, reconocemos el valor que tiene el ejercicio de derechos, como la libertad, igualdad, propiedad y la seguri no obstante, al hablar de derechos como ciudadanos responsables, debemos ser conscientes de que cada derecho trae aparejada una
obligación, que en el lenguaje Kantiano sería el equivalente a un deber. En el escenario que hoy nos ocupa, me referiré al derecho invaluable de ejercer nuestro voto que es libre y secreto, y por lo mismo debe ser un voto responsable.
En estos tres días previos a la elección, nos toca como buenos didatos, de su actuación en la vida pública y privada, sus valores y principios, su empatía con todos, pero especialmente con los más necesitados, los resultados en los cargos públicos o privados desempeñados, y algo muy importante las propuestas y compromisos de campaña, porque como ciudadanos debemos monitorear, que dichas propuestas y compromisos de los hoy candidatos y candidatas, sean cumplidas cuando protesten su encargo.
Votar es un derecho, pero también una obligación imperfecta, porque si no se cumple no tiene sanción, según mi opinión debería haberla, podría consistir en trabajo comunitario, como limpiar parques y jardines, pintar escuelas, etc. De esta manera, si no es por amor a México lo que inspire votar, que sea por evitar una sanción, y se haga costumbre el ejercicio del voto.
Desgraciadamente en México en todas las votaciones y más en las intermedias el abstencionismo es preocupante, muchos mexicanos se quejan constantemente de los gobernantes y de sus malas condiciones de vida, pero no acuden a votar, resulta una incongruencia culpar a otros de su irresponsabilidad, de ahí el famoso lema de “si no votas no te quejes”, aunque los que no votan se sigan quejando.
Actualmente sólo 22 países viven en democracia plena y obvio son los países desarrollados, casi la mitad de la población mundial vive en algún tipo de democracia, en algunos países con mayores o menores defectos, frente al 51.6 por ciento de la población que vive en regímenes híbridos o autoritarios.
Cuidemos la democracia, por ser el sistema de gobierno que nos permite elegir a nuestros gobernantes y representantes. No echemos en saco roto la alerta del latinobarómetro, que, al medir el nivel de satisfacción con la democracia en América Latina, el 71.4 por ciento de los ciudadanos expresaron estar insatisfechos con la democracia y en México el 80 por ciento. Cuidemos la democracia y Votemos con responsabilidad, para poder seguir votando.
La clase media aspiracionista
De acuerdo a la medición de la OCDE, para pertenecer a la clase media una persona debe contar con un sueldo mensual de 20 mil pesos, y con cuatro personas viviendo en casa; según el Inegi, sólo el 42 por ciento de los hogares mexicanos corresponden a la car como clasemedieros, no obstante el Índice de Desarrollo Social las necesidades de salud, educación, alimentos, servicios de agua, drenaje, electricidad y teléfono; también tener acceso a la seguridad social, entre otros satisfactores.
A mediados del siglo pasado, Octavio Paz, nuestro premio Nobel de Literatura en 1990, consideraba que la “clase media era un grupo pequeño, constituido por pequeños comerciantes y las tradicionales profesiones liberales (abogados, médicos, profesores, etc.)”, y que, con el desarrollo industrial, comercial y el crecimiento de la administración pública se generó una numerosa clase media, llena de vitalidad.
En esta clase media encuadran comerciantes, profesionistas, intelectuales, burócratas, supervisores, artistas, etc.
Según el Banco Mundial, la clase media creció en un 50% en Latinoamérica entre 2003 y 2009; sin embargo, los malos e incompetentes gobiernos la están adelgazando y han incorporado a
Así las cosas, pertenecer a la clase media es un honor, por ser la clase que ha hecho posible los cambios sociales, políticos y culturales de relevancia en los países.
Tras las recientes elecciones y la derrota de Morena en diez delegaciones en su más preciado bastión, el presidente López ha señalado a la clase media como la responsable de tal suceso, acusándola de aliarse con los conservadores, tildándola de hipócrita, porque las personas de la clase media cuentan con estudios, licenciaturas, maestrías y doctorados, y porque son aspiracionistas.
Qué equivocado está AMLO, porque es motivo de orgullo pertenecer a la clase media aspiracionista, y se deben compartir y multiplicar las ganas de salir adelante, los deseos de superación para ser mejores, respetuosos con las personas y responsables con se media, pertenecer al grupo de las y los mexicanos de la cultura del esfuerzo, quienes día con día trabajan, conscientes de que sólo el trabajo, la preparación y el esfuerzo generan recursos para elevar los niveles de vida a los que todos aspiramos, qué satisfactorio ser parte de los que entienden que no hay otra forma para salir adelante, y que la única manera de combatir la pobreza es a través castiga a los malos gobiernos y que se cuiden éstos, porque somos muchos y no estamos dispuestos a que se nos desaparezca.