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Gobernanza, participación ciudadana y políticas culturales estatales en Querétaro
GOBERNANZA, PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y POLÍTICAS CULTURALES ESTATALES EN QUERÉTARO
Francisco Alejandro Reséndiz Venegas Universidad Autónoma de Querétaro
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Resumen
En este estudio se aborda el tema de política pública y en particular la política cultural de la Administración estatal de Querétaro en relación con la gobernanza y la participación ciudadana en el diseño, implementación y evaluación de la política cultural. Principalmente, se argumenta que en la política cultural de la Administración Pública del Estado de Querétaro no se implementan mecanismos que permitan participar a la sociedad en la creación de política cultural (gestación, diseño, implementación y evaluación), pero que a la ciudadanía si le interesaría ser involucrada. Para demostrar tal aseveración, se realizaron 120 encuestas que arrojaron como resultado el interés de la ciudadanía en que se le involucre en la creación de política pública y, por otro lado, el desconocimiento de mecanismos de participación ciudadana en la Administración Pública.
Palabras Clave: Administración Pública, Cultura, Gobernanza, Participación Ciudadana, Política Pública.
Abstract
This article covers public policies, but particularly the cultural policy of the public administration of the state of Querétaro regarding the governance and the citizen participation in the design, implementation, and assessment of the cultural policy. It argues that in the cultural policy of the public administration of the State of Querétaro mechanisms that allow the society to participate in the creation of it (gestation, design, implementation, and assessment) are not implemented, and that citizens do care to be involved in such process. In order to demonstrate such claim, 120 surveys were carried out which as a result shown the citizen interest to be involved in the creation of the public policy and, on the other hand, the ignorance in the mechanisms of citizen participation in the public administration.
Keywords: Public administration, culture, governance, citizen participation, public policy.
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Las administraciones públicas se han visto rebasadas por las demandas públicas y ha sido necesario la participación ciudadana para llegar a un consenso entre sociedad y gobierno, ya que, debido a la ineficacia de los gobiernos a falta de resultados positivos para resolver problemas públicos, han provocado que dichos gobiernos atraviesen por una crisis que ha generado desconfianza de la población e ingobernabilidad.
En el caso de la presente investigación se indagará en el tema relacionado a las decisiones en materia de política cultural, ello en el plano de la gobernanza como un mecanismo de interacción entre gobierno y sociedad para posibilitar el planteamiento y la solución de los problemas públicos.
Derivado de lo anterior, se considera importante resolver el siguiente cuestionamiento: ¿Es la gobernanza un mecanismo viable para la planeación y evaluación de políticas culturales implementadas en la administración pública estatal de Querétaro?
En este estudio, se abordan algunas nociones de lo que es una política pública: el cómo se diseña, o se debería diseñar, así como la postura que se tendrá de lo que es una política cultural, que desde la propia definición de la palabra cultura ha resultado difícil delimitar lo que debe o debería ser una política cultural, así como su relación con la participación de los sectores sociales a partir de la noción de gobernanza que surge con la intención de hacer posible la gobernabilidad de las administraciones públicas que a lo largo de los años generaron desconfianza hacia el sector público. Posteriormente, se entra al estudio de la política cultural de la administración pública estatal de Querétaro, en donde si bien existieron mecanismos de participación ciudadana en la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 del que derivó el Plan Estatal de Cultura 2016-2021, ya no se retomaron trabajos en conjunto con la sociedad. Los resultados obtenidos en esta investigación arrojan la existencia de un interés por parte de la ciudadanía de estar involucrada en el proceso de elaboración, desarrollo y evaluación de políticas culturales en todas sus etapas y que, a pesar de la existencia institucional de mecanismos de participación para la creación, desarrollo y evaluación de políticas en general, en la práctica, estas etapas no se realizan en materia de cultura.
Política pública y política cultural
La Real Academia de la Lengua Española define la palabra cultura como un “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial en una época, grupo social.” (Real Academia Española, 2019a)
Cultura, es una palabra que en los últimos años ha iniciado a ser tendencia para la agenda de gobierno, sin embargo, se trata de un término del que no existe una definición concreta o esclarecedora que ayude a delimitar qué aspectos deben de considerarse para la ejecución de una política en el sector cultural y ello se debe a que existe una enorme cantidad de conceptos de cultura “tantos, que investigadores estadounidenses afirman haber encontrado no menos de 257 definiciones” (Sánchez de la Barquera, 2011, p. 64).
Sin embargo, este tema se ha abordado desde diversas perspectivas en las que se orientan las políticas culturales a partir de dos nociones de la palabra cultura para la implementación de políticas en este sector, un primer un concepto estricto que con el paso del tiempo se consideró insuficiente para los objetivos de la política pública, limitado a la religión, ciencia y arte; y el segundo: un “concepto amplio dado desde el punto de vista etnológico” (Sánchez de la Barquera, 2011, p. 78), es decir, la cultura vista como una forma de vida. Si bien el concepto de cultura en sentido estricto resulta insuficiente, “el concepto amplio abarca prácticamente todo, pudiendo acabar con cualquier presupuesto
público” (Sánchez de la Barquera, 2011, p. 92). Pero es preciso que antes, se conozca lo que es una política pública y su origen, porque en la retórica política es uno de los términos más utilizados para referirse al quehacer de la administración pública, aunque no necesariamente en la práctica es así. Por un lado, tenemos a la ciencia política, cuyo objeto de estudio en la actualidad se atribuye el acceso y mantenimiento del poder.
Por su parte el objeto de estudio de la disciplina de la administración pública es el Poder Ejecutivo (Guerrero,1980, p. 318), ya que es considerado como el verdadero responsable de materializar el quehacer del Estado a través de las acciones del gobierno, que se traducen como políticas públicas (Franco, 2013, p. 74).
Lo expuesto por estos autores, nos permiten conocer la dirección de estas disciplinas; por una parte,
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la ciencia política está enfocada en las relaciones de poder y la administración pública en el quehacer gubernamental, por lo que las políticas son resultado de las decisiones de gobierno. “Las políticas públicas son la primera disciplina que se planteó la capacidad directiva de los gobiernos y su objetivo es incrementar su capacidad de decisión (Aguilar, 1992 citado en Franco, 2013, p. 74).
Es decir, el que hacer de las administraciones públicas o gobiernos se reflejan a través de políticas públicas que buscan dar solución a problemas públicos y en donde hay una serie de procesos en las que se ven involucrados la sociedad y el gobierno para la definir el problema a atender, determinar su viabilidad y poner en marcha acciones concretas, por eso es que Franco Corzo (2013) define de la siguiente manera a las políticas públicas:
Son acciones de gobierno con objetivos de interés público que surgen de decisiones sustentadas en un proceso de diagnóstico y análisis de factibilidad para la atención efectiva de problemas públicos específicos en donde participa la ciudadanía en la definición de problemas y soluciones (p. 84).
Esta definición es fundamental para la presente investigación, específicamente, la parte relativa a la propuesta de incluir las opiniones de la ciudadanía en la definición de problemas y soluciones, ya que es esta ciudadanía el cliente principal de las administraciones públicas, quienes han utilizado a este cliente para legitimar sus decisiones, afectados o no por el quehacer gubernamental a través de las políticas públicas y cuyo objetivo es mejorar la toma de decisiones hacia los problemas públicos, pero no solo eso, primordialmente se busca dar solución a aquellos problemas públicos que se planteen de manera conjunta.
Las políticas públicas tienen que estar sujetas a una coparticipación entre gobierno y sociedad y no sólo tomarse como un ejercicio de legitimación del gobierno, sino que deben de hacer posible la participación y consenso con la ciudadanía en la definición de problemas y soluciones en los temas de la agenda gubernamental, entendida ésta como un conjunto de prioridades que un gobierno constituido plantea a manera de proyecto y que busca materializar a lo largo de su mandato (Merino, 2010, citado por Franco, 2013, p.85). Se distingue un ciclo de vida de las Políticas Públicas a través de cuatro momentos analíticos, mismos que resultan elementales para el diseño de una política pública viable en donde la participación ciudadana para la evaluación puede darse en la etapa de diseño e implementación y no solamente en la evaluación como es la práctica común en las políticas públicas actuales (Franco, 2013, p. 84). En la siguiente tabla se identificará el ciclo de vida de las políticas públicas:
Tabla 1.
Ciclo de vida de las Políticas Públicas de impacto
1
Gestación 2
Diseño 3
Implementación
-Surgimiento e identificación de problemas públicos. Inclusión en la agenda de gobierno. -Análisis del problema. -Análisis de soluciones. -Análisis de factibilidad. -Recomendaciones de política pública -Plan de acción de política pública.
-Decisión. -Legislación. -Presupuestación. -Ejecución en agencias gubernamentales. 4
Evaluación -Evaluación
-Evaluación de los efectos de la política pública.
Nota: Diseño de Políticas Públicas, (Franco, 2013,p.85).
Ahora bien, una vez que, a grandes rasgos, se ha revisado lo que en términos generales es una política y los procesos por los que debería diseñarse, resulta necesario para los objetivos de esta investigación apegarse a la definición de Sánchez de la Barquera (2011) de lo que es una política cultural, la define basado en el concepto amplio de cultura:
La política cultural, como campo de la política, es la totalidad de las medidas llevadas a cabo o que tienen que llevarse a cabo por todos los órdenes de gobierno, para la promoción, transmisión, desarrollo y formación de la cultura y de la vida cultural. La política cultural apunta a la totalidad de los aspectos de la vida y a la elevación o conservación de la calidad de vida espiritual y material tanto de la persona como de la sociedad. Es un asunto que le atañe a cada cual, a la sociedad y al Estado, puesto que abarca todos los aspectos de la vida nacional (p.100).
Esto resulta útil especialmente porque, en su definición, es claro que para su realización visibiliza la necesaria participación del Estado y la sociedad para dar solución a los problemas públicos en materia de cultura.
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Gobernanza y participación ciudadana
En el pasado se concebía que el desarrollo de un Estado era una actividad únicamente a cargo del gobierno, pero constantes fracasos económicos y fiscales condujeron a que la ciudadanía generara desconfianza de los servidores públicos y dudaran acerca de la capacidad de las administraciones públicas para resolver los problemas de sus sociedades (Aguilar, 2006, p. 60).
En general, han resultaron evidente las incapacidades directivas de las administraciones públicas y aunque en la falta de resultados que dieran soluciones a los problemas públicos se encuentran involucrados otros factores como la designación del personal en cargos importantes y la capacidad de éstos para desempeñar un buen papel en dicho cargo, ocasionó que los gobiernos en sectores de gran importancia social frenaran el progreso y las oportunidades, generándoles una crisis política a causa de las malas decisiones tomadas por el gobierno que llevó a Estados a un estancamiento, recesión o al hundimiento (Aguilar, 2006, p. 61).
La falta de resultados positivos o soluciones reales a los problemas públicos provocan un descenso en la eficacia de los gobiernos que a su vez generan una caída progresiva del consenso social, que se manifiesta en diversos conflictos, inconformidades y cuestionamientos que deterioran a su vez ulteriormente la capacidad de respuesta del gobierno, con lo que se origina un círculo vicioso y una escalada de ingobernabilidad (Aguilar, 2006, p. 61).
Derivado de esta crisis de acción gubernativa, los gobiernos tuvieron que redefinir tanto sus procesos de dirección, estructurado institucional, regulación, objetivos, metas y organización, además de posibilitar la intervención de recursos diversos y ajenos al gobierno como empresas privadas, organizaciones de la sociedad civil y grupos de ciudadanos para generar consensos, que hoy conocemos como mecanismos de participación ciudadana, los cuales han ayudado a resolver los problemas públicos y regenerar la gobernabilidad (Aguilar, 2006, p. 85).
El término de gobernanza está relacionado con las instituciones y los recursos estatales, teniendo dos escenarios posibles. El primero: que las instituciones y recursos posibiliten que el gobierno lleve a cabo acciones de gobierno, es decir, que posibiliten o faciliten lograr objetivos comunes; y el segundo: que los recursos que posee no sean incorrectamente aprovechados o sean mal utilizados, o por el contrario, que los lleven al máximo de su capacidad, es decir, se posibilitan o imposibilitan las acciones y resultados de gobierno, se aprovechan o desaprovechan las capacidades que están a su disposición (Aguilar, 2006, pp. 66-67).
La Real Academia Española define gobernanza como el “arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía” (Real Academia Española, 2019b).
Otra definición es que la gobernanza se refiere al “proceso mediante el cual los actores de una sociedad deciden sus objetivos de convivencia – fundamentales y coyunturales- y las formas de coordinarse para realizarlos: su sentido de dirección y su capacidad de dirección” (Aguilar, 2010, p.100).
Con esta última definición es claro que para que la gobernanza sea posible, es necesario que exista participación de la ciudadanía y que con esa participación se logre un consenso entre sociedad y gobierno para objetivos y fines de interés común, y con ello se pueda hablar al interior y exterior del sector público de gobernabilidad.
La participación ciudadana para ayudar a aminorar los defectos que llevan consigo los representantes políticos, una representación política que supone la democracia, pero también se participa para influir en las decisiones de quienes representan a la población y asegurar que esas decisiones realmente obedezcan a las demandas públicas de los distintos grupos que integran la nación, por lo que no es suficiente el simple hecho de votar en las elecciones, sino que después de este proceso es de gran relevancia tener una participación activa con nuestras representaciones políticas en su toma de decisiones (Merino, 1997, p. 4).
En el Estado de Querétaro la participación ciudadana se ha procurado a través de consejos consultivos y de observatorios ciudadanos de acuerdo con lo que establece la Ley de Participación Ciudadana (LPCEQ), mecanismos de participación que en la práctica están orientados hacia la evaluación de las políticas públicas y no a la planeación de las mismas a pesar de lo que establece la Ley de Planeación del Estado de Querétaro. Dicha ley establece como funciones del Comité de Planeación para el Desarrollo
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del Estado de Querétaro en el artículo 24, fracción IV referente a: “llevar a cabo el seguimiento y evaluación del Plan Estatal de Desarrollo” (Ley de Planeación para el Desarrollo del Estado de Querétaro, 2008, p. 6).
Lo anterior no solo lo mandata la Ley, sino también es parte de la teoría generada de los expertos en materia de administración pública y políticas públicas que han sido mencionados algunos de ellos en la presente investigación.
Los mecanismos de participación ciudadana en Querétaro son el plebiscito, el referéndum, la iniciativa ciudadana, la consulta vecinal y Obra Pública con Participación Ciudadana (Ley de Participación Ciudadana del Estado de Querétaro, 2012).
A pesar de que los mecanismos de participación ciudadana existen y están institucionalizados, en la práctica no son realizados o no se les da la importancia que merecen y a muchos actores políticos les funciona únicamente como un ejercicio de legitimación de su actuar o simplemente como parte de su discurso político, de ahí que a lo largo de los años se tiene un descontento generalizado con los resultados de las administraciones públicas.
Políticas culturales de la Administración Pública Estatal De Querétaro 2016-2021
El gobierno requiere de consensos para el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas, todos los procesos para la creación de una política pública son fundamentales, pero en la actualidad pocas políticas públicas son evaluadas por las administraciones públicas pese a la existencia de herramientas de vigilancia ciudadana para la validación de políticas públicas en general, lo que en consecuencia traería la finalización o rediseño de las mismas.
En relación a las políticas culturales del estado de Querétaro, se parte desde la creación del Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 (PED) en el que la Administración de Francisco Domínguez Servién convocó a la ciudadanía, servidores públicos, académicos y expertos en diversas disciplinas a participar en su elaboración, misma que fue desarrollada con la participación de representantes de los 18 municipios, a través de cinco etapas; diagnóstico y evaluación, mesas temáticas, consulta ciudadana, planteamiento estratégico y concluyó en la presentación del plan, en la que se presentaron cinco ejes rectores; Querétaro humano, Querétaro con infraestructura para el desarrollo, Querétaro seguro y Querétaro con buen gobierno (PED, 2016).
El tema que dio el punto de partida a ésta investigación se encuentra contenida en el primer eje denominado Querétaro humano, que alberga a la estrategia “I.3 impulso a las actividades culturales como parte de la formación integral de los queretanos” (PED, 2016, p. 48), misma que es desarrollada a través de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro. De esta estrategia se desprenden cuatro líneas de acción:
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2.
3.
4. Fomentar el desarrollo de actividades artísticas con especial enfoque en las artes visuales y escénicas en el estado; Promover espacios de encuentro para la práctica de la lectura, literatura y música al alcance de los municipios; Fortalecer el desarrollo de proyectos artísticos y culturales privilegiando a los artistas locales de la entidad; y, Mejorar las condiciones de la infraestructura y equipamiento de los espacios culturales en el estado
De lo anterior, se aprecia que la orientación de la estrategia de gobierno a través de sus líneas de acción en el plan estatal para la política cultural, se apega más concepto estricto de este término para la elaboración de políticas públicas, es decir al desarrollo de las artes. Sin embargo, como ya se mencionó en la presente investigación, esta visión de la cultura en su sentido estricto, resulta insuficiente para cubrir las demandas ciudadanas en materia de cultura y puede llegar a limitar lo que se ha establecido en el marco jurídico en materia de cultura.
La Secretaría de Cultura de Querétaro desarrolló el Programa Estatal de Cultura 2016-2021 (PEC), que es un documento base que funciona como directriz de las políticas culturales para el Estado en el que encontramos las líneas de acción que se mencionaron con anterioridad para el desarrollo de la estrategia I.3.
De este PEC se desprenden 4 ejes de los que se menciona son las políticas culturales que desarrolla y desarrollará la Secretaría de Cultura en el periodo 2016 al 2021 (PEC, 2016), estas políticas culturales mencionadas son las que se describirán en la siguiente
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tabla y se retomará la información ya referida líneas arriba pero solo respecto de la política cultural. En la siguiente tabla se muestra la estrategia y las líneas de acción del PED y PEC de la administración pública estatal 2015-2021.
Tabla 2.
Desglose de la Estrategia de ejes estrategias en materia de cultura del gobierno estatal de Querétaro.
Plan Estatal de Desarrollo 20162021 Estrategia I.3: Impulso a las actividades culturales como parte de la forma integral de los queretanos. Plan Estatal de Cultura 2016-2021
Eje 1. Querétaro Humano
Objetivo: Mejorar la calidad y condiciones de vida de los queretanos, promoviendo el ejercicio efectivo de los derechos sociales, la equidad de oportunidades, la inclusión y la cohesión social, mediante la promoción de valores y estilos de vida sanos y saludables. Líneas de acción: -Fomentar el desarrollo de actividades artísticas con especial enfoque en las artes visuales y escénicas.
-Promover espacios de encuentro para la práctica de la lectura, literatura y música al alcance de los municipios.
-Fortalecer el desarrollo de proyectos artísticos y culturales privilegiando a los artistas locales de la entidad.
-Mejorar las condiciones de infraestructura y el equipamiento de los espacios culturales en el Estado. Ejes:
-Desarrollo de las artes visuales -Fuerza Cultural -Desarrollo de la literatura -Desarrollo de la música -Desarrollo de las artes escénicas
Nota: Elaboración propia a partir de análisis de información revisada del Programa Estatal de Cultura (Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, 2016). En la tabla anterior se puede observar e inferir que la política cultural por parte de la Administración estatal se limita al sentido estricto de cultura, así mismo se puede decir que presumiblemente el uso de los mecanismos de participación ciudadana se limitó al periodo de elaboración del PED. Lo anterior, explica el por qué la política cultural de la Administración estatal se encuentra desarrollándose en un sentido estrecho de la definición de la palabra cultura para las políticas públicas misma que no ha sufrido algún tipo de modificación, mejora o evaluación desde el 2016. Con todo lo expresado anteriormente, se hace evidente que la Secretaría de Cultura después del PED no ha realizado esquemas de participación ciudadana a fin de fortalecer su política cultural, sabiendo que las necesidades en materia de cultura no se mantienen estáticas y es importante realizar un ejercicio también de evaluación para determinar si se está cumpliendo con los objetivos propuestos o si se están atendiendo los problemas públicos culturales que resultaron de los diagnósticos realizados en la elaboración del PED.
¿Por qué la investigación?
Con la realización de la presente investigación se buscó mostrar que a pesar de que en las aportaciones teóricas el consenso ciudadano en las políticas culturales pudiera suponerse una práctica constante o común en el quehacer del gobierno, en la práctica se encuentra alejado de la realidad. Se ha optado por orientar la política cultural sin la participación y más apegada al concepto estricto de cultura.
Resulta necesario recordar a las instituciones gubernamentales que el consenso ciudadano es parte esencial para lograr gobernabilidad; si bien esta investigación se enfocó en la política cultural del estado de Querétaro por parte de la administración pública estatal, sin duda en un ejercicio hacia toda la administración encontraremos que muchas dependencias se han olvidado del consenso y la participación ciudadana o que sus políticas se han quedado inmóviles en un plan de desarrollo que se mantuvo estático a pesar que ese mismo documento se refiere que en cualquier momento podrá ser actualizado con base en las nuevas necesidades que surjan a partir de que se creó.
Metodología
Se realizó un análisis de estadística inferencial para conocer la percepción en cuanto a la participación ciudadana en la incidencia de las políticas públicas culturales. Se recabó información por medio de encuestas a ciudadanos en general y servidores públicos de la Secretaría de Cultura del Estado. Este ejercicio busca responder a la interrogante de si la gobernanza es viable para el diseño de políticas públicas culturales, y en este sentido la herramienta está orientada a conocer la opinión en cuanto a los esquemas de participación, sobre todo institucionales, para que la ciudadanía sea parte del diseño de políticas públicas o programas gubernamentales, además de conocer la disposición ciudadana a participar en actividades de diseño, implementación o evaluación de intervenciones
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gubernamentales en materia de arte y cultura sin necesidad de incentivos institucionales.
Los encuestados - bajo la hipótesis de que la ciudadanía considera importante que se le involucre en este proceso y que no se realizan esquemas de participación para hacerlo - respondieron a preguntas directas orientadas a la participación ciudadana considerando las etapas del ciclo de las políticas públicas.
Se llevaron a cabo 120 encuestas de las cuales 30 se aplicaron a servidores públicos de la dependencia estatal en materia encargada de la política cultural, y el resto, es decir 90, fueron aplicadas al público en general. De las respuestas obtenidas, el 52% representa a las mujeres mientras que el 48% son hombres. Personas en su mayoría entre 21 y 29 años de edad, que cursan o han concluido la licenciatura. Es importante resaltar que las encuestas se aplicaron de manera presencial y mediante una herramienta digital para ampliar la cobertura del ejercicio.
Resultados
En los resultados se presenta un conocimiento de las acciones gubernamentales culturales, pues el 74% de los encuestados afirman conocerlas, y la calificación que se le da a su ejecución es entre muy buena, con el 25%, y buena, con el 39% de respaldo. Cuando se enfatiza en algunos de los esquemas de participación se puede ver que de manera general sí hay una idea de los mecanismos que existen para promover la participación ciudadana institucional. Sin embargo, hay una constante entre los encuestados que no conocen los mecanismos mencionados y los que sí tienen una ligera noción de ellos, por lo que no sería totalmente acertado asumir que la ciudadanía conoce las formas institucionales en las que puede incidir en el proceso de creación, desarrollo y evaluación de las políticas públicas. A continuación, en la figura 1, se mostrarán los resultados obtenidos de la encuesta realizada.
Figura 1.
Resultados del conocimiento que se tiene sobre mecanismos de participación ciudadana
Nota: Datos de 120 encuestas realizadas del conocimiento que se tiene de mecanismos de participación ciudadana. Elaboración propia.
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Además, lo que más se reconoce como alternativa son las iniciativas ciudadanas, las cuales muchas veces podrían traducirse o tornarse en una participación espontánea; pero esta afirmación depende mucho del contexto y los factores sociopolíticos de la población. Los pocos ciudadanos que mencionaron otros mecanismos hicieron referencia principalmente a marchas, voto, gobierno abierto, mesas de trabajo y organizaciones civiles.
Por otro lado, el 58% de los encuestados afirma que no se toma en cuenta al ciudadano en el diseño de intervenciones gubernamentales, y esto coincide con que el 69% de ellos no ha participado en cuestiones de diseño, implementación y/o evaluación de algún programa, proyecto o acción de gobierno. Los pocos que afirmaron esta participación hicieron el comentario de que fue mediante foros, consejos, comités y otras actividades promovidas por las entidades gubernamentales, lo cual se traduce en participación institucional.
Se demostró que los encuestados reconocen la importancia de incluir a los ciudadanos en el proceso de las políticas públicas sin discriminar ninguna de las etapas, ya que, del 96% de respuestas afirmativas ante la relevancia de la participación, el 69% respondió que debe estar presente la visión ciudadana en el diseño, ejecución y evaluación de intervenciones gubernamentales, seguido por el 18% que considera que al ciudadano se le debe tomar en cuenta sobre todo en la etapa de la planeación.
Esto último respalda que hay un interés público por participar en el diseño de las líneas de acción, principalmente promovida por las instituciones gubernamentales, como la Secretaría de Cultura del Estado en este escenario. Una gran mayoría mostró disposición a participar en caso de que la dependencia los convocara o invitara, resaltando que el 11% lo haría en caso de la existencia de incentivos como reconocimiento, trascendencia en los acuerdos, o que no haya interferencia con sus horarios, lo que podría ser otro argumento a favor de la participación institucional.
Sin embargo, hay un alto porcentaje de encuestados que opina que la participación debe ser promovida tanto por las dependencias como por los ciudadanos; el 84% para ser exactos, reconoce su responsabilidad en el ejercicio de participar en la incidencia de políticas públicas culturales, aunque dentro de las propuestas para el fomento a esta participación tienen que ver en su mayoría con actividades con una visión institucional. Por último, un aspecto interesante del ejercicio fue el hecho de que, aunque el 100% de los servidores públicos entrevistados afirman que es importante consultar al ciudadano, el 47% coincide en que no existen mecanismos para ello en la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, a pesar de que se cuenta con un Consejo Consultivo de Teatro.
Conclusiones
El análisis presentado permite concluir que no sólo la gobernanza es un mecanismo viable, sino necesario para atender las necesidades culturales desde y para la administración pública estatal; es necesario el involucramiento de la sociedad ya que sí existe interés en que se llegue a consensos con el gobierno. Además, los encuestados reconocen la importancia que tiene el fomentar la participación ciudadana en la planeación de las políticas públicas en materia de arte y cultura bajo esquemas institucionales existentes para mejorar la ejecución e impacto de las mismas.
Las administraciones públicas no dejan de enfrentar grandes retos ante las crecientes demandas de los ciudadanos, por eso los estudiosos de la administración pública y de las políticas públicas han insistido que es necesaria la participación de todos los sectores a quienes afectan las políticas públicas y las decisiones de los gobiernos. Sin embargo, la participación ciudadana es más forma parte de la retórica política que de la creación y definición de acciones concretas y reales para resolver los problemas públicos.
El Estado ha buscado garantizar el acceso a la cultura y el ejercicio de los derechos culturales a través de instituciones que a su vez contemplan mecanismos y acciones para la planeación, ejecución y evaluación de las políticas culturales, pero no ha sido una tarea sencilla ya que a lo largo de los años ha resultado complejo poder delimitar el ámbito de actuación de las instituciones culturales, no ha sido fácil ni para estudiosos de la política pública ni para estudiosos de los temas culturales, ya que la palabra cultura abarca un amplio margen de posibilidades que van desde la religión, ciencia, arte, formas de vida y un largo etcétera. Esta complejidad para encontrar una definición suficiente para el quehacer de las administraciones públicas en materia de cultura, ha generado ineficacia en el actuar de las instituciones, pero cada día hay más interés de la ciudadanía en involucrarse en la toma de decisiones en materia de política cultural. En el pasado, los grandes
fracasos de los gobiernos generaron ingobernabilidad, y ello se aminoró gracias a la disposición del gobierno en permitir el involucramiento de la sociedad en la toma de decisiones, pero también fue posible gracias a la disposición de la sociedad en participar de manera activa en la solución y definición de problemas públicos, y de es ahí donde nace la gobernanza.
Es por ello que, resulta necesario que se apliquen los mecanismos que ya están institucionalizados para hacer posible la participación de la ciudadanía, esta participación e involucramiento entre gobierno a través de sus instituciones de cultura y la sociedad, haría posible la gobernanza cultural.
Referencias
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