Revista Ikaro 01

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Adrián Montenegro (Editor) - Arturo Jímenez (corrector) Esteban Montenegro (psicologo) - Steven Ramírez (crítico insolente). Para ver más de esta revista en www.revistaikaro.com Esta es la Edición reeditada del número 01 de Ikaro, para su 15 aniversario en el 2011.Su primera salidad fue en 1996. Luego en 1999 se volvio a reeditar. Esta es la segunda reedición de aquel primer número.

Página UNO

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in afán de insultar y con ganas de fastidiar, inauguro esta faena, de lengua suelta en este país mío y tuyo, no sé cuánto tiempo se mantenga, pero no importa que a la larga esto se acabe rápido y sin dolor. Pero ante tal blasfemia seudo cultural, me hago esta pregunta inquisitoria: ¿Qué hay en nuestros adentros, en la parte subliminal de nuestra conciencia?- Una mera forma de ver y romper los esquemas. La esquelética profundidad de los deseos reprimidos. No hablo aquí de las inquietudes metafísicas del ser humano, ni del ocaso de algún ser común; son historias y versos, plagados de impresiones encontradas. ¿Pero no es esa nuestra idea, no es esa nuestra vida? Un sin fin de alucinaciones llamados “Sueños”, o eso que llaman “amor” o “Dios”.

EN LA LENGUA DE ÍKARO

SUMARIO

Mamado Palabras (sección de poesía)..........04 Amores Suicidas Televisivamente................06 El Afiche........................................................08 Con alas de cera.............................................10 Clan Editorial:

“La conducta de la memoria onírica es seguramente de altísima importancia para toda teoría general de la memoria. Nos enseña, en efecto, que «nada de aquello que hemos poseído una vez espiritualmente puede ya perderse por completo”. Sigmund Freud, “La Interpretación de los sueños”

En cada segmento, expuesto aquí, hay mil ideas apuradas, interacción de personajes incompletos, que de cierta forma desean provocarte un choque en tu cosmos interno. Quizás soy sincero en decir que talvez no sean los mejores cuentos, ni los mejores poemas, pero son la mitad de alguna historia,…la otra mitad la pones vos. No hay mucho que decir, ya que las páginas siguientes lo dirán en su momento; el entendimiento dependerá de la forma como lo mires y del estado de ánimo que te envuelva. Sin más que decir, te dejo aquí cierto aire para el descanso. Cierta crítica que anhelas, y mucho desencanto.

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HACE TANTO Por Iván Méndez Hace ya tanto tiempo que tu corazón me quiso. Hace tanto que tu boca, amor mío no siento un beso, que siento como si mis labios de esperar hubiesen muerto. Hay pasión de mi alma, es tan cruel el olvido, pero es peor tu ausencia cuando todo por un amor se ha perdido. Aunque sé bien que no tendría caso alguno decirte que te sigo amando, que sencillamente no puedo evitarlo, que aunque tal vez no quisiera, de tus caricias continúo preso, que es tu recuerdo mi máximo martirio, mi amargo beso… SIN TÍTULO Por Iván Méndez Y te miro con un dolor inconcluso que parece no terminar, te miro con un dolor inconcluso que parece no terminar, te miro con esta mirada que apesta a soledad, que casi no me deja respirar y así simplemente sin poderla evitar. Toda la angustia de una lágrima se me coagula Es la mitad del alama con una inmensa tempestad… Y pienso: -¡Tu con tu amor y yo tan lejos de ti más lejos que nadie! Tú con todos tus besos y yo con unos labios que esperan que mueras de soledad. Tu con todas tus caricias y yo con unas manos mudas pero con ansias de palabras. Entonces el olvido toca a mi puerta sin saber que esté aquí dentro, Y tu tan lejos de mí, pero yo tan cerca de ti que casi puedes sentirme, pero insisto corazón, tú con tu amor y yo tan lejos de ti, más lejos que nadie y yo tan sólo y triste aquí pensando inconscientemente. 4

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SONETO Luis Gustavo Lobo Si. Mi vida y la tuya son dos sueños de un día: Son dos mares ignotos, son dos monstruos de amor, El camino indolente ve una flor de alegría Y las almas unidas nos transmiten calor. Y tramonta mi vida con feraz poesía, Y se nublan mis sueños con eterno fulgor, Mi alma, solitaria, piensa en la melancolía Y mis labios te anhelan con supremo dulzor. Yo he deseado-mi vida- ser tu dueño, tu aliento, ser dulzura de nieve, o amargura de miel ser de ti la poesía, ser tu luz y tu viento, ser tu sombra… y mi sombra es tu eterno batel. Hoy te busco, te quiero y en el alma yo siento que tu boca es la mía, como hermoso laurel. SONETO (II) Luis Gustavo Lobo Necesito decirte, dulce luz de mi vida, Que eres mi cielo, mi eterno amor, Y que con la senda ya florecida Busco tu seno y tu calor. Dulce bien mío, si tu partida me trae tortura, odio, dolor, no te vayas, pues extinguida Queda mi alma sin tu fulgor, Amor sincero, hoy yo te quiero. Busco en tu seno el cariño que mi alma ofrece sólo por ti. Y ahora te encuentro en el pebetero luz de ternura, amor de niño y te lo pido: Regresa a mí.


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Amores suicidas televisivamente Por AdriĂĄn Montenegro

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el negro. Desde que el técnico firmó tu acta de defunción. Nunca pensé en reemplazos de última tecnología, los sistemas complejos del sonido y la nitidez no se comparan con los tubos análogos y los circuitos hechos a mano. Como en toda vida amé. Con pasión, locura, Nunca. para luego odiar. Tuve dolor por lo que quise. O al menos, lo que ella me dio y yo supe Debo irme. aprovechar. Los buenos tiempos se perdieron. “Frente a la tele he pasado mis mejores momentos. Alegres y tristes. Viajé por medio de su luz artificial a lo más recóndito del quehacer humano.

¿Encontrarte? Tal vez. Si en algún lado de un Ella me transportó hacia el ayer y hoy. Pero mundo lejano estás, sé que te voy a hallar.” no sé decir más cosas, de las que dirán en este momento. Soy simplemente en este instante Dobló con mucho cuidado la hoja de papel. una opaca vida, en donde La introdujo en un tu tubo apagado me mira sobre azul. Escribió el con miedo y pasión. nombre del destinatario Pasión de no existir. y la colocó sobre el De no existir por haber viejo aparato de T.V. dejado de ser. Tus partes, Se abrazó a él. Puede o sólo una, no pudieron ser que lo haya besado. continuar. Igual que una madre

“Como en toda vida amé. Con pasión, locura, para luego odiar. Tuve dolor por lo que quise. O al menos, lo que ella me dio y yo supe aprovechar. Los buenos tiempos se perdieron.”

En fin, para mí no hay otro camino que seguirte como siempre lo hice en las largas transmisiones que me brindaste. Me he puesto el traje que me viste lucir para cada estreno. Hoy es un estreno. Uno muy importante. Además sabemos que no habrá repeticiones. He apagado todas las luces.

cuando despide a su hijo. Fue hasta un aparador que se encontraba al lado. Se miró en el espejo.

De un cajón, sacó un arma - un revolver viejo, como todo lo de la casa. Pero muy bien cuidado. Brillaba su caño y el tambor. Tomó varias balas, las puso minuciosamente en el arma. Se sentó en el sillón gastado frente al Extraño tu iluminación cambiante, en esta televisor. Abrió su boca para meter el revólver. rutina. Sabes me encantaba observar el espejo, Disparó. éste que ahora tengo frente a mí, y ver cómo tu luz se reflejaba en mi rostro. Absorto por ti. La sangre llegó hasta el cable de la antena, Vaya que hay vida. corriendo lentamente por los botones del cambio de canal y el volumen, redecorándolos.

Tu existencia se perdió en una señal que se debilitó hasta volverse un punto blanco en el Otro romance que termina en tragedia. centro y disminuir su intensidad perdiéndose en Amores suicidas televisivamente

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EL AFICHE

Por Adrián Montenegro.

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arlos vivía a dos cuadras de su trabajo. Regordete, de cabello castaño, era a sus diecisiete años la viva imagen de su padre. Aburrido un día, el muchacho escogió caminar por una ruta más larga y desde entonces siguió ese camino. Carlos por las noches se masturbaba, cosa que era evidente ante la mancha indeleble que poco a poco se fue apoderando de la sabana. El sólo pensaba en ella, en sus labios rojos, su cabellera castaña, en el lunar que le surcaba la cara. Toda una experiencia era imaginarla, con su delicada y sensual ropa interior; ella era tan fina, tan femenina. En esos momentos de libido sin control Carlos era feliz. Su amor por aquella mujer crecía a medida que la miraba, mas a ella no le importaba que el adolescente le viera en ropa interior. Él tenía claro que jamás podría siquiera dirigirle una palabra, era evidente su conformismo. Una tarde su madre se preocupo un poco, pues Carlos llego cabizbajo, rechazo su platillo favorito y entro directo a su habitación sin decir palabra alguna. Pobre de Carlos, pues aquel día, después de salir de su trabajo y desviarse como era su santa rutina, del trayecto corto hasta su casa, para mirar a su amor imposible, se dio cuenta con todo su dolor que aquella mujer de la cual estaba enamorado ya no estaba, en su lugar había un afiche de calzoncillos Calvin Klein. 8

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P u e s que significa una publicación tan mordaz como esta que alzan tus manos; para ello te doy un cursillo rápido de mitología. Dédalo era un arquitecto de gran renombre en Grecia, el cual con la esclava Naucrates, tuvo un hijo: Ícaro. A él le enseño todo. La escultura, la arquitectura y el ansia de libertad. El rey de Creta, Minos, le llamó a su palacio y le encargó la construcción de un edificio que sirviera a la vez de residencia y de prisión a su hijo el Minotauro, nacido de la unión de su hija Pasifae con un toro. Este monstruo tenía la cabeza de toro y se alimentaba de carne humana. La construcción fue llamada El Laberinto de Creta, y era un lugar de donde resultaba imposible escapar. Al terminar la obra, el rey Minos prohibió a Dédalo y a su hijo salir de la isla, para que no se divulgase el secreto de cómo escapar de aquella fortaleza. Pero Dédalo no se dio por vencido, e ideó un medio de escapar a la prohibición del rey. “Los hombres no tienen alas. Pero nosotros las construiremos, y entonces podremos volar”. Al principio, Ícaro encontró osado el plan de ese genial arquitecto que era su padre. Pero luego, a su 10

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lado, pronto empezó a buscar un medio de construir las alas que los salvarían. El primer paso consistió en coleccionar plumas de aves, separándolas según los tamaños. A continuación, las ataron con hilos de lino, colocando cera debajo de ellas, para que quedasen adheridas. Finalmente dos enormes pares de alas blancas esperan a Dédalo e Ícaro, para llevarlos en un largo viaje, por los cielos de Grecia. Con tiras de cuero, el Arquitecto amarra a su cuerpo el ingenioso aparejo. Ícaro sigue su ejemplo. Y ambos saltan al infinito. Los primeros momentos del vuelo son penosos. Los cuerpos no encuentran equilibrio exacto, y el viento los estremece. Preocupado, el padre recomienda cariñosamente a su hijo que vuele siempre a una altura media: ni demasiado bajo, para no hundirse en el mar, ni demasiado alto, no fuera el sol a fuera a quemar sus frágiles plumas. Dédalo lleva la delantera, mostrando al hijo el camino. El viento favorable los ayuda en la difícil empresa. Pero Ícaro, deslumbrado por la belleza del firmamento y con la música de los pájaros, no repara y cobra altura poco a poco. Hasta que llega un momento en que los rayos ardientes del sol, ablandan la cera con que las plumas estaban pegadas. Las alas empiezan a deshacerse. Ícaro cae al mar. Cuando Dédalo mira hacia atrás, no encuentra a su hijo. En la mansa superficie de las aguas, dos alas blancas flotan perdidas, tan perdidas como el sueño de vivir la libertad. Su padre conteniendo su infinita desesperación, busca el cadáver de su hijo, sobrevolando mil veces el lugar donde cayera, pero sólo las alas blancas, flotan deshechas. (Una variante de la leyenda dice que encontró el cuerpo del hijo y le dio sepultura en el mediterráneo.) Este mito antiguo, dio forma a este cuerpo exquisito, para que de una forma u otro dar a entender que la libertad es un anhelo de todos, los que de una u otra manera, por medio de sus artes y humanidades, buscan alcanzar.


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