Revista Hermanas de la Cruz Nº 6

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Sumario

SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ

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1. Editorial............................................................................................................................................................ 4 2. El Magisterio de Sor Ángela (XX)..................................................................................... 6 - Dominar el propio carácter 3. Ubi Petrus, ibi Ecclesia ................................................................................................................... 8 4. Iconografía de Santa Ángela...........................................................................................10 - “Recuerdos” 5. Me gusta contarte cosas... ...................................................................................................12 - Hermana Ana, llovida del cielo 6. Sor Ángela de la Cruz, cartas a... Las Familias... ............................................15 La familia, llamada a resucitar 7. Hablamos de ella ............................................................................................................................17 - La fe de Santa Ángela de la Cruz y la fe de Abraham - Un Ángel de María - Día de la Cruz en Zalamea y Santa Ángela 8. Para hacer Oración: Alma de Cristo (de San Ignacio de Loyola)..... 24

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Sumario

BEATA MARÍA DE LA PURÍSIMA Página

1. Espiritualidad de Madre María de la Purísima...............................................26 ............................................... 26 - La Virgen María en la Beata María de la Purísima - La Vitalidad de un Carisma. Beata María de la Purísima 2. Sus escritos «Destellos de Luz»..........................................................................................32 - La Fidelidad 3. Testimonios ..................................................................................................................................................35 - Un silencioso caminar - Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” 4. Gran Intercesora ante el Señor........................................................................................45

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Desde la editorial de nuestra revista damos a nuestro querido Benedicto XVI, un caluroso “gracias”, sentidas en el fondo del alma, por hablarnos sin cansarse de Cristo, con tan radiante claridad y por habernos señalado el camino recto y seguro para encontrarnos con Él. También nos embarga la alegría porque Dios sigue guiando su barca y nos hace un nuevo regalo, en la persona de Francisco I. Después de haber vivido en nuestra Santa Iglesia Católica estos últimos acontecimientos que nos han fortalecido en la fe, también le damos las gracias a Dios por haber creado la institución del Papado que nos ha permitido sobrevivir a cientos de tormentas. “En todo amar y servir”. Este es el retrato de san Ignacio. Esta ha sido la carta de identidad de Francisco I, frase plenamente jesuita como corresponde a quien pertenece a la Compañía de Jesús. Y ahora Santo Padre, los católicos estamos dispuestos, prontos y deseosos, para escuchar su magisterio y obedecer sus decisiones como Vicario de Cristo en la Tierra. Tanto Benedicto XVI como Francisco I han aceptado su pontificado generosamente, con una entrega incondicional de sus vidas a Dios, asumiendo la difícil tarea de ser padre y pastor de todos. En su primer encuentro, después de rezar juntos, Francisco le regaló a Benedicto XVI un icono de la Virgen de la humildad. Se lo entregó con estas palabras: “Cuando lo he visto he pensado en ti, por todos los ejemplos de humildad y ternura que nos ha dado en su pontificado”.Los dos han demostrado que el amor a Dios y a su Madre son los primeros y que la humildad es para ellos fundamental. 4


EDITORIAL

A través de este hecho y a lo largo de la historia, hemos podido comprobar el gran amor que todos los Sumos Pontífices han tenido a la Santísima Virgen. Sintamos nosotros también un gran amor a María Santísima, imitemos la humildad que tuvo Ella y la que han tenido tantos Papas, desde el apóstol Pedro, que siendo pecador pudo dar la vida por su Maestro.

Mayo es un mes importante para la Compañía de la Cruz. El día 4 se cumplen 10 años de la Canonización de nuestra santa, Ángela de la Cruz. Ella fue singularísima en la devoción a la Virgen, a la que siempre llamó nuestra Santísima Madre. No hay escrito ni exhortación en que no vibre entusiasta su amor por ella. A esta devoción dedica un gran número de sus escritos. Es evidente que, en estos tiempos ásperos, y de grandes vientos solanos sobre los sembrados de nuestra fe, lo mismo que se resisten las creencia y prácticas cristianas en general, se disipa y se devalúa también la devoción a María. A la Santísima Virgen todos la necesitamos, nos fue dada como Madre por Jesucristo y es reconocida hoy como Madre de la Iglesia. ¡Cuántos cristianos le contamos nuestros desamparos! La entrega sacerdotal, la virginidad consagrada, la juventud en tentación, la Iglesia en medio de la tempestad y el oleaje, la unión de las familias…, todos la invocamos confiados. ¡Ruega por nosotros pecadores! 5


EL MAGISTERIO DE SOR ÁNGELA (XX) Dominar el propio carácter Es cierto que, como dice el Apóstol Pablo de sí mismo, contó siempre con la Gracia de Dios (1Cor 15,10). Pero no es menos cierto que ella se tomó completamente en serio dominar el propio carácter hasta llegar a reproducir en su vida la mansedumbre y la dulzura de corazón de la que Jesús dio pruebas constantes en su vida y de la que se presentó como Maestro indiscutible y definitivo: “aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29).

No es infrecuente oir decir, o decir nosotros mismos: ¡Qué buen carácter, o qué mal carácter tiene esta persona! Y es verdad: hay que personas con las que es un placer hablar y sobre todo convivir. Con otras, por el contrario, resulta dificultoso no sólo entenderse, sino sobre todo convivir. Una de esas personas con las que verdaderamente era un placer encontrarse y con la que apetecía hablar, era precisamente Santa Ángela de la Cruz. ¿Había nacido ella así de amable? Podría parecer eso, pero la realidad era bien distinta. Nuestra Santa cuando era joven tenía un temperamento un poco endiablado por el que no se aguantaba ni siquiera a sí misma. La “rabia”, como ella llamaba a ese genio endiablado, la invadía de vez en cuando de tal forma, que en determinados momentos no resultaría fácil ni cómodo relacionarse con ella. Y sin embargo se tomó tan en serio el dominio y la domesticación de su carácter que, con el tiempo, se fue convirtiendo en la persona más serena, más suave, más dulce que se pueda pensar.

Hablando de ‘carácter’ es necesario ser conscientes de que existen, efectivamente, diversos tipos de carácter: fuerte o débil, áspero o suave, decidido o inseguro, expansivo o retraído, abierto o cerrado, comunicativo o introvertido, dócil o levantisco, dulce o agresivo, enérgico o persuasivo. Hay que ser conscientes, además, de lo que dice el refrán como fruto de la experiencia: “genio y figura hasta la sepultura”. Esto quiere decir que el fondo del carácter de cada uno es el que es, desde el momento mismo de su nacimiento, y de que lo es, para siempre mientras viva. 6


EL MAGISTERIO DE SOR ÁNGELA (XX)

Dominar el propio carácter Pero esto no tiene que conducir a una visión determinista y pesimista, según la cual la persona tiene que resignarse simplemente a “ser como es” sin remedio alguno. Es cierto que la base del propio carácter, al ser congénita, permanece en el fondo de todas nuestras actuaciones. Pero es preciso estar persuadidos de que, con la gracia de Dios y el esfuerzo continuado y sistemático de la propia persona, es posible dominar y hasta modificar lo negativo del propio carácter. Lo vemos ampliamente confirmado en el ejemplo de Santa Ángela.

sangre”. Lo mismo que contamos con esa misma Gracia si, por el contrario, nuestro carácter es fuerte, impetuoso, áspero, violento, impulsivo: o sea, de esos caracteres que con su violencia destruyen el amor, la concordia, la armonía, la felicidad serena en el seno de la propia familia o del entorno en el que nos movemos. La persona humana (varón o mujer) no está nunca completamente terminada, no es un mueble o un objeto que, como tal, tienen su terminación. El hombre y la mujer se están haciendo siempre; están siempre en proceso de superación de los propios límites, buscando siempre una perfección a la que Dios la ha llamado desde su propio nacimiento.

Una persona altiva, puede llegar a un notable grado de humildad. Una persona de poco espíritu, puede superar la timidez y emprender obras que la superan para bien de los demás.

Siendo la persona humana un ser “social” por propia esencia, el dominio y el mejoramiento constante del propio carácter, es una exigencia fundamental para que se haga más amable la convivencia entre nuestros familiares y amigos.

Cristianamente hablando, no cabe resignarnos lisa y llanamente frente a los límites y defectos del propio carácter. Es decir, no podemos escudarnos en la frase que se oye decir con frecuencia: “Es que yo soy así: este es mi carácter”. En la vida cristiana no cabe ceder al determinismo del propio carácter, sobre todo cuando se trata de un carácter que hace sufrir a los demás. Nosotros, como el apóstol Pablo y como Santa Ángela, contamos con la Gracia de Dios para estimularnos si nuestro carácter es tímido, retraído, pasivo, inseguro: es decir, de esos caracteres que, como se suele decir, “queman la

Desde aquellos arrebatos de “rabia” de los primeros años de Santa Ángela a la suavidad amable de sus años de madurez, hay un serio y sistemático trabajo espiritual confortado por la inquebrantable ayuda de la Gracia de Dios, y la decidida voluntad de una mujer dispuesta a hacer suya la lección del Maestro: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Antonio Mª Calero, SDB

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UBI PETRUS, IBI ECCLESIA Ubi Petrus ibi Ecclesia, dice la vigorosa expresión de San Ambrosio: «Donde está Pedro allí está la Iglesia. Y donde está la Iglesia – continúa el gran Obispo de Milán – no hay muerte sino la vida eterna.»1 Esta es la experiencia de los hijos de la Iglesia, que desde la memoria litúrgica de la Santísima Virgen de Lourdes, con la renuncia al pontificado de Benedicto XVI, hasta el atardecer del 13 de marzo; hemos orado al Señor para que nos conceda un pastor según su Corazón que guíe, en esta hora crucial de la historia, a la Iglesia «mar adentro.» (Lc 5, 4) Estos días hemos contemplado que los planes del mundo y de los medios de comunicación no son los planes de Dios. Con gran alegría los cristianos hemos recibido al Papa Francisco, deseando que al igual que le sucedió a Santa Ángela en su encuentro con León XIII, se produzcan en nosotros «aumento de fe y amor al Vicario de Jesucristo y deseos de perfección solida…»2 Porque toda nuestra existencia se debe dirigir al encuentro con Cristo, a amarlo y a seguirlo. Los primeros pasos del Papa Francisco convergen con nuestra santa «…el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación… ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!»3 Sor Ángela, terciaria franciscana, deseaba que sus hijas lo fueran de san Francisco de Asís, que en Cristo crucificado pusieran su morada y que su camino pasara irremediablemente por la pobreza apostólica: «Hay que hacerse pobre con los pobres para atraerlos a Cristo»4 La misión de la Iglesia, del Papa, del sacerdote, de la hermana de la Cruz, del seglar es llevar a todos el mensaje y la persona de Cristo. ¿Cómo hacer esto posible? Con el servicio, nos dirá el Papa, que tiene su culmen luminoso en la Cruz. El servicio humilde a todos, con especial atención a los pobres, a los enfermos, a los débiles. Y, ¿por qué hacer todo esto? Por amor a Dios, «en verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.» (Mt 25, 40) Esto es posible si el rostro de Jesús es familiar en la escucha de la Palabra y en la Eucaristía. Los santos nos enseñan que es posible llevar a cabo la misión de la Iglesia y, por ello, quisiéramos entrar en su interior «¿Qué les pasaría a los santos en su interior – me decía – para que sus acciones fueran tan agradables a los ojos de Dios? Quería 8


UBI PETRUS, IBI ECCLESIA

entrar en el interior de uno para aprender.»5 Entremos en el alma de Madre Angelita para que nos lleve a sus “amos y señores”: los pobres, los enfermos, los marginados... en ellos encuentra el Corazón vivo de Cristo que sigue gritando: «Tengo sed.» (Jn 19, 28) Andemos por su casa y veamos las enseñanzas del calvario que nos piden morir a nosotros mismos. Recorramos su espíritu y ahondemos en el “altar a la voluntad de Dios”, para al caer la noche, dormir en la cruz de la tarima que nos recuerda “no ser, no querer ser; pisotear el yo, enterrarlo si posible fuera...” y que si llevamos nuestro trabajo con paciencia tendremos en nuestras manos las llaves del reino de los cielos.6 Los cristianos estamos llamados a ser ángeles humanos, así escribía Sor Ángela a sus hijas7, a llevar el consuelo a nuestros hermanos en los momentos más amargos de su vida, sin separarse de su Padre celestial; a recorrer las plazas y las calles yendo de un polo a otro de la ciudad derramando consuelo: ya en el pobre enfermo, ya en el ignorante, ora en el que sufre y padece, ora en el que llora la pérdida de personas amadas, ayudándoles a llevar contentos la Cruz con que nuestro Señor los visita. La caridad de las obras, afirmaba Juan Pablo II, corrobora la caridad de las palabras: «Quiero decir que por amor lo hagamos todo… En esto está todo: amor a Dios y aborrecimiento propio.»8 ¡Qué buen programa de vida, perenne e inmortal!, el que nos propone Sor Ángela de la Cruz, nacido de las entrañas más genuinas del evangelio. Ignacio Guillén Montoto

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Enarr. in Ps., 40, 30; ML 14, 1082 Sor Ángela de la Cruz, Escritos íntimos, BAC, Madrid 1992, 614. Discurso del Santo Padre Francisco, sala Pablo VI, 16 de marzo de 2013. Hermana Mª del Salvador, Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz, BAC, Madrid 2012, 70. Sor Ángela de la Cruz, Escritos íntimos, BAC, Madrid 1992, 622 Cfr. Hermana Mª del Salvador, Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz, BAC, Madrid 2012, 448. Cfr. Hermana Mª del Salvador, Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz, BAC, Madrid 2012, 509. Carta a la comunidad de Ayamonte, 6 -3 -1890.

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“RECUERDOS” Me dispongo papel y bolígrafo en “ristre» a, hacer un hueco en mi monotonía diaria, alentado por la agradable sorpresa que, (a través de mi hijo Ricardo, imaginero como yo) me proponen las Hermanas de la Cruz de Sevilla: Escribir una simbiosis y recapitulación de mis obras en la imaginería, dedicadas a la figura de Santa Ángela de la Cruz y mi relación con Ellas. Así con mayúsculas me dirijo a la Congregación, con mi agradecimiento, admiración y respeto y de paso hago alusión a mi libro, escrito en el 2004 y titulado “Ella y Ellas” De aquellas remotas fechas en las que se sucedieron acontecimientos como su Beatificación: el encargo que recibí de la Hermandad de la Macarena para realizar mi primera imagen de Sor Ángela de la Cruz, que se venera a la entrada de la Basílica, en el primer altar de la nave izquierda. Después de su Canonización, hasta hoy, ha pasado mucho tiempo. Acontecimientos felices para todos, pero intercalados por otros de emotivos recuerdos para mi. La enfermedad y posterior muerte de mi madre, todo, en breve espacio de tiempo. Obligado por mi crítica situación económica y de perentoria necesidad, acudía Ellas. Fue atendida

solícitamente desde el primer hasta el último instante de su vida en el que murió, prácticamente en brazos de las Hermanas de la Cruz, aquel veinte de noviembre de 1980. ¿Qué más puedo añadir a todo lo dicho y escrito de mi eterno agradecimiento? Cuando se entra en la última etapa de la vida, se analiza y valora mejor lo bueno y lo malo; viene uno y reemplaza 10


ICONOGRAFÍA DE SANTA ÁNGELA

“Recuerdos” al otro y así hasta el final. Y en esto andamos, me encuentro ahora plácidamente sentado en el sofá de mi sala de estar, “arrinconado” en la Rinconada, mi pueblo actual, haciendo una pausa en mi escritura, con la mirada perdida al frente, ocupado éste casi todo, por un gran armario que alberga en su centro la “tele”, flanqueada por estantes con libros, fotografías y recuerdos, ajeno un poco a la fría y nubosa tarde este invierno del 2013. ¡Casi ná lo cá llovío¡ desde las fechas del principio de mi narrativa hasta hoy. Así pensando, cuando mi vista repara en un tímido rayo de sol que camino de su ocaso, se cuela por la ventana, proyectándose sobre el armario y dividiendo en dos con una luminosa línea inclinada de unos doce centímetros de anchura. Centro más mi atención y mi vista en este curioso fenómeno, observando y contando mentalmente , que cada cuatro o cinco segundos, la linea va perdiendo anchura y luminosidad, estrechándose cada vez más y ya va por cinco centímetros, y cuatro, y tres, y dos, y uno, y cero... ¡Qué bonito! ¡Qué curioso! ¡Qué lástima! ¿Culpable de todo esto? Pués... la azotea de mi vecino de enfrente, mi ventana, mi armario y el sol que se fue. ¡Adiós hermoso! Hasta mañana, no tardes. Y aquí quedamos nosotros en este “valle de lágrimas” (entiéndase, actual “crisis’’). Pidiendo a Santa Ángela, abogue ante Dios por su Congregación, por sus paisanos y todos los andaluces, entre los que se encuentra este imaginero, que en aquellos años dejó constancia en tallas como la referida al principio para la Hermandad de la Macarena; Otra para la Iglesia Parroquial de San Julián, ambas en Sevilla. También las de Carmona, Sanlúcar de Barrameda, Villafranca de los Barros y las de Utrera; una en el Convento de Ellas y otra en una céntrica plaza, realizada en bronce: así como otras que mi memoria no abarca. Y, termino agradeciendo a las Hermanas de la Cruz, su hermosa propuesta, de la que me encuentro orgulloso y a la que espero haber correspondido gratamente a Ellas y a Ella. Ricardo Rivera Martínez

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HERMANA ANA, LLOVIDA DEL CIELO Seguro que alguno de vosotros se preguntará ¿a qué viene esto de la Hermana Ana si en este apartado siempre se nos cuentan cosas referidas a Sor Ángela?, pues muy sencillo, por dos razones: Primero, porque leyendo sobre los comienzos de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, esta hermana me ha caído muy bien y segundo, que hermana Ana y Sor Ángela son inseparables. ¿Enterado?, pues ya está. Me ha encantado su sencillez, su espíritu de entrega, sacrificio y sobretodo su total adhesión a Madre Angelita. Te voy a contar algunos detalles de su vida, aunque hay muchos más, que a lo mejor otro día te los cuento, mira: Las cuatro hermanas que iniciaron la Compañía pedían al Señor en sus oraciones que hubiera más almas buenas que se unieran a ellas para hacer el mayor bien posible a los pobrecitos y resulta que, a una joven llamada Ana, en la que ardía fuertemente esta inquietud, le llegaron noticias de que había un grupo de santas mujeres que, con gran espíritu de penitencia, se preocupaban de hacer el bien y ella se puso rápidamente a localizarlas. Diría: ¡estas son las mías! Se fue a la calle San Luis, de donde tenía indicios que vivían y, por mucho que las buscó no las encontró, pues habían cambiado de vivienda. Pero ella no se desanimó, preguntaba y preguntaba, sobre todo en los lugares en que las hermanas se harían presentes para ayudar, hasta que por fin una pobre mujer que había sido asistida por ellas le dijo que se habían trasladado a la calle Hombre de Piedra. Le faltó tiempo para presentarse allí y… ¡claro que las encontró! Sor Ángela la recibió y, tras escucharla y mirarla con esa mirada profunda que tenía, enseguida comprendió que era un regalo de Dios, vamos que llegaba como “llovida del cielo”, intuyó que había en ella una gran disposición para el sacrificio y una entrega generosa de su persona para ponerse a disposición de la Hermana Mayor (Sor Ángela) en bien de los necesitados. El día 1 de noviembre del año 1875 fue muy importante para la pequeña comunidad que vio como aquella joven de veintinueve años, tan humilde, 12


ME GUSTA CONTARTE COSAS...

Hermana Ana, llovida del cielo abnegada y sacrificada, era la muestra de que Dios escuchaba sus oraciones. Fue la quinta hermana que se unió al grupo y, tras ella, verían como otras muchas personas inteligentes y buenas hacían que sus filas fueran creciendo en generosidad y número. Yo me imagino a hermana Ana, como una joven vivaracha, alegre, con ganas de hacer muchas cosas y a la que alguna vez habría que “frenar” un poco para que no se excediera en su ímpetu, si no juzgad vosotros mismo por lo que os voy a contar. La casa de la calle Hombre de Piedra se quedaba pequeña, las hermanas y, sobre todo Sor Ángela, estaban muy apuradas entonces por este tema y un día que no estaba la Fundadora, ella animó a las Hermanas para darle una sorpresa a Madre. Se trataba de arreglar una habitación que había en la azotea, que sirvió de palomar en su día y que ya os podéis imaginar lo inhabitable y sucia que estaba. Se pusieron manos a la obra y, ¡lo que no consigan las hermanas!, seguro que la dejaron, como solemos decir: “como los chorros del oro”. A continuación trasladaron las tarimitas del dormitorio y allí lo instalaron y en su lugar dejaron un buen espacio para las necesidades de la comunidad. Hermana Ana y todas estaban muy contentas, después de haber trabajado tanto y seguras de que a Sor Ángela le darían una grata sorpresa y le gustaría la transformación y que las felicitaría, así pensaban ellas pero… Yo creo que a Madre sí le gustaría pero, no obstante, reprendió a hermana Ana porque, 13


ME GUSTA CONTARTE COSAS...

Hermana Ana, llovida del cielo como buena religiosa debería haber pedido permiso. Las hermanas lo comprendieron pero hermana Ana incluso se alegró de la pequeña penitencia que se le impuso.

de que tenían que seguir rezando porque allí “na de na” y había que seguir buscando. No había transcurrido mucho tiempo cuando, al pasar otro día por allí, vio la casa cerrada, se sorprendió y preguntó. Una vecina le dijo que la señora había muerto dejando sus bienes a los sobrinos. Aquel día “se le caería el alma a los pies”, pues vería su causa perdida ya que, aquella casa a la que había “echado el ojo” sabría Dios en qué manos estaría ahora pero… os cuento “el milagro de san José”.

Sor Ángela siguió con la preocupación del poco espacio de que disponían dado que las hermanas aumentaban pero, ¿cómo comprar una casa si no tenían dinero ni casi para pagar el alquiler de la que habitaban? Solución: “hermanas recemos a San José para que nos muestre una solución”.

Resulta que D. Joaquín de León Sotelo fue el sobrino que heredó la casa de aquella señora, y era muy amigo del P. Torres al cual dijo que lo mejor que podía hacer con aquella casa era regalársela a las Hermanas a quienes apreciaba mucho. El Padre, contentísimo, se lo comunicó a la Fundadora y seguro que los dos mirarían a san José y se les caerían dos lagrimones de agradecimiento y felicidad. Comunicada la noticia a las Hermanas se alegraron muchísimo y dieron gracias a Dios, pero… hermana Ana, con los ojos brillantes que traslucían su inocencia y confianza no dejaba de asombrarse de la solución “que había buscado san José”. A ella no le dieron la casa pero a san José, sí. Madre y las Hermanas le habían rezado y ya se apañó san José para que sus deseos se hicieran realidad.

Y aquí tenemos de nuevo a hermana Ana. Ella tenía el cargo de limosnera y todos los días salía a pedir para los pobrecitos pero, al mismo tiempo, solía preguntar algo que a ninguno de nosotros se nos hubiera ocurrido: ¿“alguien de ustedes nos puede regalar una casa”?, ¿cómo?, ¿hemos oído bien? seguro que algunas personas se sonreirían pensado que sería una broma y otras se extrañarían de tal petición… ¡Regalarles una casa!, cualquier cosa. Pero hermana Ana en su ingenuidad e inocencia no la pedía en broma, era de verdad. Es que si Madre había dicho que san José nos buscaría solución, ella así lo creía a “pies juntillas”.

La hermana Ana murió a los setenta y cinco años, después de haber estado cuarenta y seis haciendo el bien en la Compañía de las Hermanas de la Cruz. ¡Señor, no te pedimos ahora una casa pero sí que nos regales muchas Hermanas como ella para que ocupen su lugar!

Alguien le indicó una casa en la calle Lerena, de una señora muy rica y que no tenía descendencia y allá que se fue. La señora la recibió con educación pero no con mucho agrado y ella sacó la conclusión

Luis Cornello Espina, sdb 14


...LAS FAMILIAS LA FAMILIA, LLAMADA A RESUCITAR En la vida de familia, podemos y debemos imitar a Jesús.

no es “pasar de todo” como decimos hoy, sino, no perder la paz, la serenidad, no entrar en estados de angustia, de tristeza enfermiza, de impresionabilidad fácil y destructiva por las cosas que nos van ocurriendo en el día a día). Nos hace indiferentes ante la salud o la enfermedad, ante lo próspero o lo adverso, conformes con que “nos suban o con que nos bajen”.

En muchos momentos, la vida familiar nos hace “morir” a nosotros mismos: planes, opiniones, gustos, deseos… “caen muertos” a favor de la paz familiar, a favor de ceder ante la opinión o gusto del otro cónyuge o de alguno de los hijos, o de la obediencia a los padres. Imitamos a Jesús en su muerte y sobre todo en la actitud que hay en su Corazón al morir: dar la vida por amor.

El cristiano que trabaja por ir alcanzando esa imitación de Jesús, afianza su vida en la En la vida de familia, paz del corazón, sin Pero, también esque esa paz podemos y debemos dejar tamos llamados a pierda por ejemplo resucitar con Él, ayuimitar a Jesús por la separación de dando a los demás personas amadas, como Jesús después de resucitar hizo siente es un sentir físico, pero no con los apóstoles: hablándoles, ensepierde la paz profunda, firme, que Dios ñándoles, comiendo con ellos hasta pone lo hondo de su ser a quién confía que después subió a los cielos. en Él. Jesús tenía ya en su cuerpo físico, Como imitó a Jesús en su muerte, las cualidades de un cuerpo glorioso: las penas de la vida no logran “tocar” Impasibilidad, claridad, agilidad y su espíritu. Y éste vuela a Dios, ocurra sutileza. lo que ocurra e incluso ayudado por las La impasibilidad de un cristiano en circunstancias por adversas que sean, su vida de familia, es su conformidad sin que nada ni nadie pueda desviarlo; con la voluntad de Dios. Esta porque las humillaciones no le hunden, conformidad nos hace indiferentes tampoco las enfermedades, y las demás ante todo (bien entendido y vivido, cosas que pueden suceder se quedan 15


SOR ÁNGELA DE LA CRUZ, CARTAS A... LAS FAMILIAS

La familia, llamada a resucitar en su naturaleza y no llegan a su alma, que vive la vida de la resurrección y está adornada por Jesús por este Don de la impasibilidad.

¡Qué hermoso es esto, querida familia! Merece la pena acabar de morir a nosotros mismos, a caprichos, gustos y opiniones, por amor a los que viven a nuestro lado. A quién esto hace, el Señor Jesús le regala su vida nueva de Resucitado, que está llena de esa paz y alegría que vienen de Él y que nada ni nadie nos puede arrebatar. Mucho os quiere y bendice en los Sagrados Corazones de Jesús y de María vuestra pobre Madre Sor Ángela Extracto de una “Carta de año” de Sta. Ángela a la Compañía de la Cruz. 15 de Noviembre de 1907. [Sor Ángela de la Cruz, Epistolario personal, B.A.C. 636; cta. Nº107]. Adaptación del P. Jon García Escobar, pbro.

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LA FE DE SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Y LA FE DE ABRAHAM Ofrenda y Alianza- a esa miríada de almas de todos los tiempos guiadas sólo por la Confianza en Aquel que inicia y completa nuestra fe.

“Por la fe, hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida (cfr. Ap 7, 9; 13, 8) han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús allí donde se les llamaba”. Porta Fidei, 13

Ángelita Guerrero llamada a vivir en ese “Lugar” enfrente y muy cerca de la Cruz, es para sus hijas y para todos los que en la Iglesia y en el mundo han aspirado el aroma de su holocausto de “suave olor” una actualización de Abraham, que con su obediencia de fe “crucificada” engendra hijos más numerosos que “las estrellas del firmamento y las arenas de las playas” (Gn 22, 17). Y así la ofrenda de una -unida enfrente y muy cerca a la Alianza nueva y eterna- ha quedado constituida como MADRE de innumerables almas por su fe.

En el corazón de este Año de la Fe, al que hemos sido convocados por el Santo Padre Benedicto XVI, descubrimos en los santos, a aquellos hombres y mujeres de todos los tiempos, que han hecho de la fe la savia vital del recio árbol de toda su existencia. Desde Abraham, padre de los creyentes, el “fiarse de Dios” a constituido un linaje especial sobre la tierra que ha marcado el devenir de los tiempos con el signo de una fe que es “la victoria sobre el mundo” (I Jn 5,4) La bandera enarbolada de la fe ha convocado hacia la cima del Calvario -lugar teológico donde la Fe se ha hecho

“FE BENDITA ERES LA PUERTA POR DONDE ENTRAMOS A LA PARTICIPACIÓN DE LOS TESOROS ESPIRITUALES, endulzas las penas elevándolas a lo más grande que hay sobre la tierra, como es el padecer por Dios” (Santa Ángela de la Cruz) Por esta Puerta de la Fe entremos para comparar como Ángela de la Cruz vive el paralelismo sorprenderte con la fe de Abraham: 1. La Fe de Abraham: fe basada en la primera alianza: “Yo seré tu Dios y 17


HABLAMOS DE ELLA

La fe de Santa Ángela de la Cruz y la fe de Abraham la fe- arranca la plegaria y la confianza, pues de la promesa misma de Dios, nace la esperanza, como nos indica la propia Sor Ángela: “La Fe misma nos enseñará lo que debemos creer, lo que debemos pedir y esperar” 2. La Fe de Abraham está asociada a la posesión de una tierra que hace abandonar el propio terruño: “Sal de tu tierra y tu patria, hacia donde Yo te mostraré” Así, la Fe de Sor Ángela es salida de su propia tierra la tierra del yo, del amor propio: “Pisar el yo, no ser, no querer ser”. “Oh Fe santa, con la que aprendo a dejar todo lo terreno por lo Eterno, por la que aprendo también a despreciar lo que mundo aprecia”... La fe de Sor Ángela nos invita a salir de nuestro egoísmo y aburguesamiento para ir a la Tierra prometida donde ya no seremos forasteros o extranjeros sino moradores del país de la Cruz.

tu serás mi pueblo” le hace vivir una paternidad que estriba en la fidelidad al pacto con el Señor, de cuya obediencia nace la fecundidad espiritual para todos los creyentes.

3. La Fe de Abraham estriba en la obediencia ciega. Fiado en la Palabra de Dios se encamina por la noche y lo desconocido, por la tempestad interior de la incomprensión, consciente siempre de que “Dios proveerá”

La Fe de Sor Ángela, fe basada en la Nueva Alianza: La Sangre de Cristo Crucificado, expresión de la obediencia al Padre, hace fecunda por la participación de su sacrificio con una vocación especial a Santa Ángela, Madre de innumerables vírgenes fecundas que han templado sus almas con el linaje recio de fe de su Santa Fundadora: “Las verdaderas Hermanas de la Cruz tengamos nuestras almas templadas con la fe de los Santos” (Santa Ángela de la Cruz). Y de esa fe -aunque nos sintamos pequeños, débiles o cobardes para “estar a la altura de nuestros progenitores en

Así la obediencia de Fe en sor Ángela encuentra al alma tranquila en medio del cumplimiento de la divina voluntad, aunque la razón y los sentidos bramen en la tempestad de la incomprensión: “La virtud de la obediencia hace que el alma marche tranquila y serena en medio de la tempestad, sin que le tuben los combates” 4. Abraham ofrece desde su fe a Dios la inmolación todo lo que posee, “su hijo, su único hijo” (Gn 22, 16) el garante de su perpetuidad en la historia. 18


HABLAMOS DE ELLA

La fe de Santa Ángela de la Cruz y la fe de Abraham Madre Angelita, ofrece su propia nada, se inmola hasta el punto de querer desaparecer incluso a los ojos del mundo, con su proverbial: “no ser, no querer ser”. Su Nada ofrecida es el Todo de nuestra heredad en la Compañía.

se topan con ellas en su camino diario el rostro de la caridad que nace de la fe de un mujer que desafió al mundo con sagrado celo. Una sevillana que fue a la vez Abraham por su confianza e Isaac por su obediencia.

5. Para Abraham existe un lugar teológico para “su prueba” un monte que la hace subir hasta el lugar donde puede comprender la revelación de Dios sobre él, la tierra de Moira.

Para concluir quisiera que la última mirada de estas líneas fuera hacia María, Mujer de Fe, en la que Santa Ángela hilvano su entrega. Y así como el Santo Doctor Juan de Ávila afirma la superioridad de la ofrenda de Santa María en comparación con la de Abraham, pues dice el Maestro Ávila: “mas, que Abraham bajó del monte con su hijo, pero Nuestra Señora bajó sin Él el Viernes del Calvario”, así Ella nos enseñe en estos tiempos recios y difíciles, con la intercesión de Sor Ángela, que “la plena confianza de Abraham en el Dios fiel a las promesas no disminuye incluso cuando su palabra es misteriosa y difícil, casi imposible de acoger. Así es para María; su fe vive la alegría de la Anunciación, pero pasa también a través de la oscuridad de la crucifixión del Hijo único para poder llegar a la luz de la Resurrección” (Benedicto XVI, audiencia 19.12.2012)

Así en la bendita tierra de Sevilla el Señor lleva a Madre hasta el Ara misma del monte Calvario “enfrente y muy cerca” de la Cruz. Y así el “ascenso” de Ángela hasta su identificación con Cristo Crucificado se convierte en la “lugar” teológico de su gran paradoja vital: “subir es bajar” para ascender al Monte hay que bajar a las profundidades del hombre herido y despojado. 6. El fruto de la obediencia de Fe de Abraham es la descendencia innumerable entre la que aún nos contamos los creyentes. Su descendencia es el garante de la bendición de Dios. Así la Compañía de la Cruz son “Las hijas de la promesa” . La obediencia de fe engendra vida como recuerda la propia Santa Ángela: “Donde se vive el espíritu de fe, hay paz, observancia, perfección y santidad”. Por ello las hermanas de Cruz son para todos los que

Juan Alberto Ramírez Avilés, Sacerdote

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UN ÁNGEL DE MARÍA “No puede ser auténtico cristiano quien no sea verdaderamente mariano” Así se expresaba el papa Pablo VI, para indicamos la importancia de la Virgen María en la vida de quien quiere ser discípulo de Señor. Santa Ángela de la Cruz, como fiel discípula de Cristo, siempre profesó un sincero y tierno amor a la Madre del Señor. Para Sor Ángela de la Cruz, la Virgen María era “su Madre, su Reina y su Maestra”. Su existencia estuvo por entero estrechamente ligada a la Virgen María: Su nombre, María de los Ángeles, es ya una premonición de lo que ella iba a ser a lo largo de toda su existencia: Un ángel de María. El día de su bautismo, el 2 de febrero, fiesta en la que se nos recuerda que la Virgen María presentó a su Hijo en el templo y el anciano Simeón le profetizó que una espada habría de traspasarle el alma, es todo un preludio de la ofrenda sacrificial de toda la vida de Sor Ángela, quien, unida a María, abraza la cruz de Cristo de tal modo, que con razón la conocemos, no como María de los Ángeles Guerrero González, sino como Sor Ángela de la Cruz.

El rezo diario del rosario con su madre y la asistencia al rosario de la aurora con su padre, lo seguirá practicando con profunda devoción con sus compañeras de trabajo en la zapatería y será allí donde tendrá, a los diecisiete años, sus primeras experiencias místicas, quedándose deslumbrada y sonriente. Esta devoción del santo rosario la potenciará entre todos sus allegados y ojalá que quienes lo consideran rutinario y monótono, aprendan de Santa Ángela la riqueza espiritual que dicha devoción encierra.

Su vida de niña, cuando se perdía por el templo mientras su madre arreglaba los altares y se le encontraba a los pies de la imagen de la Virgen, será una actitud que conservará toda su vida y que impulsará en sus Hijas cuando les prescriba “si alguna religiosa se ve atormentada por el cansancio y los sacrificios que halle consuelo a los pies de la Virgen”.

Cuando sueña Sor Ángela con la capilla de su casa religiosa, pensará en 20


HABLAMOS DE ELLA

Un Ángel de María seguida en una imagen de la Virgen, pero que, en vez del Niño, llevará una cruz en la mano derecha, una corona de rosas blancas en su mano izquierda y un rosario entre ambas. Todo un símbolo para las Hermanas de la Cruz: la cruz significando su sacrificio en la tierra, la corona sugiriendo la gloria del cielo y el rosario como un medio para su alivio y recompensa. Ya cuando funda la Congregación dirá a sus hermanas: “María, nuestra amorosa Madre, será desde hoy nuestra Maestra, nuestra Superiora y nuestra Hermana Mayor”, así lo lo fue en todas las Casa por ella fundadas y así lo sigue siendo hasta el día de hoy; y, para que no se olviden nunca, prescribirá que las flores se dediquen a la Virgen, escribiendo el nombre de María en las macetas. Y es que los seres humanos necesitamos señales externas que, a través de los sentidos, nos recuerden aquellas cosas que, por ser muy importantes para nuestra vida, jamás deben desaparecer de nuestra mente, y una de esas cosas es el amor y la devoción del cristiano a la Santísima Virgen María. Sor Ángela, durante su vida, rezaba todas las noches una Salve a la Virgen de los Dolores, y no se olvidaba cada año de consagrar un día de los Ejercicios Espirituales a la Virgen María, de celebrar el Septenario de la Virgen de los Dolores y de dedicar el mes de mayo a la Santísima Virgen. Todo ello, devociones sencillas que siguen poniendo en práctica asiduamente sus Hijas en cada una de las Comunidades y que mantienen vivo en la mente y en el corazón a la Madre del Señor y Madre nuestra. Y como compendio y síntesis de su espiritualidad mariana, Santa Ángela de la Cruz nos dejó una bellísima oración a la Virgen, que las Hermanas de la Compañía de la Santa Cruz meditan y rezan asiduamente y que nos haría a todos mucho bien espiritual si la incorporáramos al elenco de nuestras frecuentes oraciones:

“Madre mía, Señora mía, Reina mía, Maestra de la mansedumbre y de la humildad. Enséñame, que yo no deseo otra cosa que aprender de Vos Purísima, Limpísima, Hermosísima, Blanquísima, Bellísima, Santísima María Mi esperanza, mi consuelo, mi felicidad, mi dicha...” (Papeles 312)

Córdoba, 12 de abril de 2013 Fdo. Antonio F. Murillo Torralbo 21


DÍA DE LA CRUZ EN ZALAMEA Y SANTA ÁNGELA En Septiembre nuestro pueblo se viste de fiesta. Va a dar comienzo la Feria, en honor al Santísimo Cristo de la Quinta Angustia, la “Joya de Zalamea” como reza el Himno. El día catorce, cuando la Iglesia celebra LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, su Real Capilla se prepara para la acogida de cientos de peregrinos. Luces, flores, todo resplandeciente y muy limpio, megafonía al exterior, sillas plegadas para ser utilizadas por las muchas personas que llegan a venerar su imagen desde todos los pueblos de la comarca (imposible caber en los bancos), un gran grupo de voluntarias disponibles para recibirlos y atenderlos en cualquier necesidad… Desde bien temprano van llegando, andando y muchos descalzos, recorriendo bastantes kilómetros. Los que lo necesitan pasan por el salón donde se lavan y curan los pies. Otros utilizan diferentes medios de transportes. Enseguida se disponen a orar, confesar, participar en las Eucaristías y actos de cultos programados, venerar la imagen… en muchos casos, cumplen promesas. Sorprende cómo suben a besar, acariciar los pies, postrarse ante el Crucificado, y ¡aquí es dónde empiezo a pensar en Santa Ángela! Ella que se imaginaba en El Calvario, en otra cruz, “enfrente y muy cerca”, se entrega, da su sí a Dios, a través de la Cruz: “Me ofrecía toda a mi Dios deseando el momento de verme crucificada frente a mi Señor”. Es cierto que todas esas personas tienen sus cruces; todos las tenemos. Se veían reflejadas en las caras, en sus emociones, en la forma de apretar las manos al ayudarles a bajar las escaleras. Esas cruces que el Señor pone en nuestras vidas y que Él sabe por qué nos las da. También en otros peregrinos se nota alegría, mucha alegría; vienen a darle gracias, y siguen haciéndolo cada año; siempre tenemos muchos motivos para ello. En esta fecha, además de recordar la recuperación de la Santa Cruz por el emperador Heraglio en el año 614 a los persas, que la habían robado en Jerusalén, hemos de pensar que la Cruz es fruto del amor de Jesús. La veneramos porque en 22


HABLAMOS DE ELLA

Día de la Cruz en Zalamea y Santa Ángela ella murió el Salvador y con lo que allí padeció pagó nuestras inmensas deudas con Dios y consiguió la salvación. Si a nosotros nos pide algún sufrimiento hemos de ofrecerlo con alegría y paciencia, seguros de que podemos colaborar en la Redención. Como decía S. Juan de la Cruz: “Conviene que no nos falte la cruz, como a nuestro Amado, hasta la muerte de amor”. Quien acepta el dolor se santifica. Santa Ángela entendió eso muy bien. Supo que la Cruz de Jesús no era necesaria. Que Él la quiso voluntariamente para mostrarnos su amor y solidaridad con el dolor humano. Por eso ella se unió a la Cruz. La vivió “haciéndose pobre con los pobres para llevarlos a Cristo”; aceptando siempre su voluntad con alegría, en medio de muchas dificultades; exigiéndose mortificaciones, sacrificios… Hablando del Calvario, en sus “Papeles de conciencia” nos deja escrito: “lo único que debe hacer (un alma) es, en el silencio y en la oración, esperar con humildad que Dios nos dé aquella luz que sea su voluntad, para conocer este beneficio de lo mucho que nuestro Señor padeció por nosotros y después guardarlo en nuestro corazón para que sea nuestro alimento diario.” Quiere que las almas “tengan presente siempre la Pasión y, por esas penitencias y privaciones sufridas por su Dios serán muy privilegiadas y santas”. Siempre quiso abrazarse a la cruz. Vivir al pie de la cruz. Padecía sin quejarse. Cuando tenía tentaciones, las vencía haciendo la Señal de la Cruz. En muchas ocasiones recomendó a sus hijas que rezaran en cruz, ya sea la salve, tres padrenuestros, el credo, una estación. En comidas, ropa, tarima, y muchas cosas más también se veía su interés por la mortificación exterior pero aún era mayor la importancia que daba a la interior. En “Propósitos de 1871” leemos: “hago propósito, a los pies de Jesús crucificado, de vivir conforme a los consejos evangélicos. Y, en particular, en el silencio, en la mortificación interior, en desechar todo deseo que no sea puramente Dios.” En nuestro mundo tan hedonista, en el que sólo queremos suprimir el dolor, ¡cuánto nos queda por aprender de ella! ¿Cómo queremos ser santos sin renuncias? Si la imitáramos entonces sí estaríamos celebrando la EXALTACIÓN DE LA CRUZ, celebraríamos realmente que Jesús padeció, murió y resucitó para salvarnos. Los israelitas en el desierto, al mirar a la serpiente de bronce, que Dios pidió a Moisés poner en alto, quedaban curados. Que nosotros miremos a Jesús en la Cruz para llenarnos de su amor y, como Santa Ángela, la abracemos en nuestros momentos difíciles y en los que más sufren, los que más nos necesiten. Que ellos, recibiendo algún consuelo con nosotros apoyo, puedan experimentar en sus vidas la alegría de que Jesús no se quedó en la Cruz sino que, resucitado, nos acompaña siempre. A. Pérez 23


PARA HACER ORACIÓN: ALMA DE CRISTO

(DE SAN IGNACIO DE LOYOLA) Muchas personas de buena voluntad me preguntan como empezar a hacer oración, Qué es lo que hay que hacer, como rezar. Sobre este tema de la oración, que tan importante es para la vida del cristiano, lo comparo con la cocina. ¿Como hacer unas lentejas? En primer lugar, para querer hacer lentejas, primero tengo que saber que existen las lentejas, y después haberlas probado, y no solo, sino que además es necesario que me gusten, porque, por muy buenas que sean, si no encuentro el gusto, jamás apeteceré trabajar para hacer las lentejas, ¿No? Pues con la oración, igual. Antes de ponerme, he tenido que ver como otros rezan, y al verlo, y ver que es bueno para ellos, habré tenido la necesidad de probarlo, y al probar la oración, y gustar lo bueno que es, entonces, desearé hacerla yo también, aunque no esté en presencia de la persona con la que he gustado y apreciado la oración.

lo que nos ha invitado a poner nuestro ánimo a rezar. Es como el acordarse de aquellas lentejas tan buenas, y decidir ¿Como las hará? y aquí es donde nos encontramos. Lo que pretendo en este artículo es mostrar la grandeza de tradición verdaderamente cristiana. Lo mismo que es un horror determinadas comidas modernas que aparentemente son bonitas, pero que ni alimentan, ni sacian y que además te dejan el bolsillo renqueando, últimamente está de moda, empezar a rezar con “recetas” de otras experiencias religiosas, como el Reiki, las Constelaciones Familiares, el Yoga, y otras de este tipo, que no acercan al Dios verdadero y que al final confunden, y hasta puede que nos dejen también con el bolsillo “tocado”. Por eso, vamos a acercarnos a la experiencia religiosa y orante de uno de los grandes de la espiritualidad cristiana, que ha dado muchos santos a la Iglesia, y que por eso, puede ayudarnos también a nosotros a santificarnos. San Ignacio de Loyola es un enamorado de Jesucristo. Tras su conversión, decidió dejar de ser un guerrero en el espíritu del mundo: la codicia, el poder, el dinero, etc. y comenzar a luchar para ganar almas para Dios. San Ignacio compuso una oración que nos sirve mucho para comenzar a rezar, porque inmediatamente nos pone delante no nuestras ideas e imaginaciones, sino el Rostro de Cristo. El amor de Dios.

Así, como venimos de una tradición, hemos podido ver a nuestros padres, a nuestros abuelos, a nuestros amigos, o un sacerdote rezando (¡Qué importante es ver al sacerdote rezar!), y eso es

Siguiendo con la comparación, en la cocina, no es lo mismo hacerse un huevo 24


PARA HACER ORACIÓN: ALMA DE CRISTO (DE SAN IGNACIO DE LOYOLA)

Es la santidad. La santidad es lo que nos hace verdaderamente grandes. y no podemos santificarnos sin el Alma de Cristo, sin la Divinidad de Cristo, sin el Hijo de Dios que entra en nosotros por el Bautismo y nos aferra por completo. Por eso, lo primero que pedimos es precisamente a Cristo es que su Alma nos santifique. No le pedimos que sea con el menor coste para nosotros, no. Simplemente le pedimos que sea como sea, que nos haga santos, que participemos de su divinidad, que no nos quedemos pegados al pecado, sino que nos rebelemos contra Él. Decir “Alma de Cristo, santifícame” significa ponerse en sus manos. Y cuando el hombre le dice eso a Dios, Dios se propone su parte, la va a cumplir. Así que rezar no nos va a dejar indiferente. Si tú le dices: “Alma de Cristo, santifícame , el Señor se lo va a tomar en seria, y va a hacerlo, así que prepárate para la aventura más preciosa de la vida: la santidad.

frito que guisar un bacalao, pues lo mismo en la oración. Hay grados, pero así como el fin de la cocina es alimentarnos adecuadamente, en la oración se trata de encontrarnos con Dios, y alimentarnos de Él. La oración que os propongo rezar conmigo se llama en latín: Anima Christi. Es una oración que nos invita a tener una conversación directa con el Señor Jesucristo. Es un repaso por toda la vida de Jesús y los beneficios que nos puede dar. Es una oración preciosa, muy conocida y que os invito no solo a leerla, sino a rezarla con tranquilidad. Lo primero que vamos a hacer es leerla lentamente: Alma de Cristo, santifícame / Cuerpo de Cristo, sálvame / Sangre de Cristo, embriágame / Agua del costado de Cristo, lávame / Pasión de Cristo, confórtame / Oh buen Jesús, óyeme / Dentro de tus llagas, escóndeme / No me permitas que me separe de ti / Del maligno enemigo, defiéndeme / En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a ti / Para que con tus ángeles te alabe por los siglos de los siglos / Amén. Una vez le da, vamos a intentar comprenderla y profundizar en ella. Además os dejo una pequeña pregunta que pueda ayudar a centrarme en la oración.

¿Quiero yo que me santifique el Alma de Cristo? ¿Me quiero tomar en serio la santidad en mi vida?

Alma de Cristo, santifícame: El orante, San Ignacio, y también nosotros aspiramos a algo grande. Nuestra vida puede ser pequeña, aparentemente insulsa, como decía Santa Ángela a su confesor: “como una negrilla”. Sin embargo, lo que nos hace hombres y mujeres grandes no es el dinero, ni los bienes que pueda tener, ni los Éxitos humanos que la hermana muerte se encargará de devaluar...

Continuará...

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LA VIRGEN MARÍA EN LA BEATA MARÍA DE LA PURÍSIMA abandonaros ni hacer ni decir nada en contra vuestra, ni permitir que ninguno en mi presencia falte al honor que os es debido, os ruego me admitáis como hija vuestra, me asistáis en todas mis acciones y no me abandonéis en la hora de mi muerte. Amén”.

Existe un descubrimiento progresivo de la vida íntima mariana en la Beata María de la Purísima. El ritmo de este descubrimiento depende de la evolución que tiene en ella el misterio de la gracia, de Cristo y de la Santísima Trinidad. En la primera fase de su vida esta relación con la Virgen María se expresa en términos de amor filial, de confianza y de confidencia. Se conservan estampas de su primera comunión, y una consagración a la Virgen María, en ese mismo día, en la que su madre la puso bajo la protección de la Santísima Virgen a la que tanto amaba ya desde niña. El 10 de diciembre de 1943, a los 17 años, se consagró a la Virgen María como hija suya con estas palabras: “Santa María, Madre de Dios y Virgen Inmaculada. Yo María Isabel Salvat Romero, os elijo en este día por mi Reina, Abogada y Madre. Propongo firmemente nunca

Posteriormente, la contempla desde el horizonte de la madurez espiritual, más concretamente desde su vocación de Hermana de la Cruz, y descubre en Ella la Alabanza de la Gloria perfecta. Sus relaciones con la Virgen María transcienden entonces la esfera del pietismo, de lo devocional, y se instala en el área de la imitación, que es siempre más teológica. Todo esto lo descubre la Beata María de la Purísima no a través de teorías teológicas, sino desde el Evangelio y desde la luz de la fe. Para ella la 26


SU ESPIRITUALIDAD

La Virgen María en la Beata María de la Purísima Santísima Virgen era su apoyo y su todo, y así lo transmitía a las Hermanas. Los meses de mayo y la novena de la Inmaculada eran preparados con todo esmero en el Instituto: Circulares y trabajos espirituales especiales que animaban a todas las Hermanas a honrar a la Santísima Virgen y a crecer en su amor. Solía decir que la devoción a la Santísima Virgen es la que más une al Señor.

No podemos olvidar que el Instituto de la Compañía de las Hermanas de la Cruz siempre se ha distinguido por su gran amor a la Santísima Virgen María, pero la Beata María de la Purísima supo mantenerlo y aumentarlo durante su tiempo de gobierno. Cada una de las fiestas litúrgicas dedicadas a la Santísima Virgen María las vivía y las preparaba espiritualmente con amor filial, obsequiaba a la Señora con un regalo hecho a base de sacrificios por su amor. Así lo vivía y lo enseñaba a las Hermanas, estimulándolas para que en el apostolado con las niñas, enfermos, pobres, ancianos o jóvenes, transmitieran el amor a la Virgen, porque siempre decía que Ella las llevaría al Señor, pues nadie recurre a Ella en vano.

Su amor a la Santísima Virgen la llevaba a inventar más de mil formas para obsequiarla. El mes de mayo, sobre todo, hacía disfrutar muchísimo a las Hermanas: Procesiones, encuentros, visitas espirituales a santuarios marianos. Todas las comunidades del Instituto estaban deseando que llegara la carta circular 27

de ese mes para saber en qué consistiría el trabajo espiritual. Lo expresaba de tal manera que, además de ser ameno y atrayente, suponía un lazo fuerte de unión entre todas las comunidades. Y así, poco a poco, fue infundiendo en las vidas de cada una de las Hermanas la devoción y el amor a la Reina del cielo. La devoción a la Santísima Virgen era grandísima. Tenía un gran celo para que la devoción a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Salud, no se perdiera, sino que aumentara, pues dicha devoción había sido muy querida por Santa Ángela de la Cruz. En su fiesta del 31 de mayo organizaba todos los años una procesión por todos los patios de la casa haciendo ella


SU ESPIRITUALIDAD

La Virgen María en la Beata María de la Purísima

“No tenemos mejor escuela, ya que su vida entera, sus pensamientos, sus deseos, sus intenciones... todo iba dirigido únicamente a agradar a Dios, por Él sólo vivía y nada deseaba fuera de Él y su voluntad; su oración era continua y así su fe y su amor iban aumentando cada día. Vivir muy cerca de ella influye benéficamente en nuestra vida, no solo por lo que ella puede conseguirnos del Señor como medianera, sino porque su humildad, amor, pureza, disponibilidad, unión con su Hijo y todas sus virtudes, por una especie de ósmosis transformante, van grabándose a fuego en nuestros corazones”. Para la Beata María de la Purísima la devoción a la Santísima Virgen es camino seguro para llegar a Jesús. Ella no olvida nunca que la Santísima Virgen es la Madre de Jesús y siempre nos conduce a Él. Habla desde su propia experiencia: “He procurado hacerlo todo con Ella y he visto el buen resultado que da”.

misma, en una de las paradas, la consagración a la Virgen de toda la Compañía. A esta procesión se iban asociando cada vez más fieles que querían vivir este último día de mayo con gran devoción a la Santísima Virgen. Amó tierna y filialmente a la Santísima Virgen como medianera de todas las gracias necesarias para nuestra fidelidad en el seguimiento del Señor. Por ello, decía que la Virgen María debía tener un lugar de privilegio en nuestro corazón, pues así nos iniciaría en la imitación de su Hijo. Así lo refiere la Beata María de la Purísima:

Con la mejor tradición cristiana, sintetizada por Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Mater, subraya el nexo indisoluble que existe entre María y la Eucaristía. La devoción a la Santísima Virgen, mujer eucarística, nos lleva a la Eucaristía. Así lo afirma en la carta de mayo de 1993, que lleva por título: “María nos guía a la Eucaristía”. 28


SU ESPIRITUALIDAD

La Virgen María en la Beata María de la Purísima Efectivamente, “Ella nos ayuda a vivir los tres aspectos de la Eucaristía: sacrificio, comunión y presencia”. “Ella va a ser la que nos enseñe a amar y adorar al Señor en este Santísimo Sacramento, la que nos va a ayudar a prepararnos para recibirle, la que nos lleve a reparar tantas ofensas como recibe en este Sacramento de su amor”.

un pequeño papel muy doblado; al desdoblarlo, comprobaron con sorpresa que era la letra de ella, y había escrita una petición a la Virgen: “Madre mía, esperanza mía, en tus manos de Madre nos ponemos; míranos con misericordia”. Esta actitud de abandono y confianza en la Santísima Virgen María la vivió en todos los momentos de su vida.

El día de su santo quería que todo girara en torno a la Santísima Virgen María, nada para ella, ni siquiera mencionarla. Es normal, ella había captado cómo la Santísima Virgen María había sido el motor que impulsó su amor a Dios y a Jesucristo crucificado.

Ella misma refirió, en varias ocasiones, que al rezar la Salve y llegar al “después de este destierro muéstranos a Jesús” y “para que seamos dignos “ se conmovía mucho y que sentía la seguridad de que la Santísima Virgen María la ayudaría a alcanzar el cielo.

Todos los problemas y asuntos que le preocupaban los ponía bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María. Ese mismo abandono y confianza lo enseñó a todo el Instituto. Después de su muerte, cuando un día las Hermanas vestían la imagen de la Virgen de la Salud, entre la ropa interior encontraron

Así, poco a poco, el amor y la entrega a la Santísima Virgen María fue evolucionando en la vida de la Beata María de la Purísima, y de un amor filial, confiado y confidente, a la luz del Evangelio y de la fe, llegó a su plena madurez espiritual encontrando en Ella el camino que nos conduce a Cristo. Teodoro León Vicepostulador de la causa

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LA VITALIDAD DE UN CARISMA BEATA MARÍA DE LA PURÍSIMA Su vida fue sencilla, escondida, transparente. Su figura se presenta humilde, sonriente, infundiendo paz y fortaleza espiritual sólo con su presencia. Silenciosa y recogida, reflejaba la serenidad que reinaba en su alma. No porque no tuviera problemas, sino porque los enfocaba desde la fe.

otros noviciados se reducían a cuatro o cinco miembros o menos. Pocos meses después de su elección a General, la Madre Purísima fue puesta a prueba por un grupo de religiosas que pidieron hacer una experiencia fuera del Instituto, creyéndose llamadas a una vida diferente de la que mostraba el carisma de Sor Ángela. Madre Purísima supo afrontar la prueba, y, en poco tiempo, sanar el desgarrón. Sabía tratar con caridad y con firmeza. Dócil al espíritu de renovación, querido por el Concilio, no se desvió de las exigencias del carisma de su fundadora. Estaba persuadida de que el estilo de vida evangélica que el Señor inspiró a Ángela de la Cruz es el camino seguro para alcanzar la santidad en su Instituto. Y supo transmitir con convicción sus valores, dejándolas unidas y deseosas de vivir según el espíritu de Sor Ángela de la Cruz. Los especialistas que han examinado su vida y gobierno, la ven como un modelo de sabia conducta para el gobierno de los Institutos religiosos femeninos.

No pretendió otra cosa que vivir intensamente y con fidelidad el carisma que Dios concedió a Santa Ángela de la Cruz y transmitirlo íntegro a las Hermanas de la Compañía de la Cruz. Sólo deseó servir a los pobres y a las Hermanas al estilo de Santa Ángela. Escogiendo el último lugar y los trabajos más penosos, como quien desea crucificarse con Cristo por amor. Su talante no lo cambiaron las circunstancias difíciles que le tocaron vivir. Eran los años de la llamada crisis postconciliar. Muchos Institutos se despistaron, atraídos por fuegos fatuos que les llevaron a perder o poner en duda la vitalidad del carisma de sus fundadores. Las Hermanas de la Compañía de la Cruz pasaron a través de esos tiempos, manteniendo en su Casa noviciado unas 40 ó 50 jóvenes aspirantes a seguir la vida de Sor Ángela de la Cruz, mientras

Supo interesarse por las necesidades de todas sus Hermanas personalmente, particularmente por las enfermas. Supo mantener la unidad del Instituto con 30


SU ESPIRITUALIDAD

La Vitalidad de un Carisma. Beata María de la Purísima con alegría y modestia.

vínculos más fuertes que los lazos de la sangre.

En su generalato tuvo la alegría de ver beatificada a la fundadora, y de recibir en su Casa de Sevilla la visita de Juan Pablo II postrado en oración ante su altar. Durante su gobierno, siempre maternal, fundó siete nuevas comunidades, una de ellas en Reggio Calabria (Italia).

La Perseverancia Hasta los 18 años, María Isabel Salvat y Romero había vivido como una muchacha fervorosa, hija de ejemplares padre cristianos de la alta sociedad, en una calle céntrica de Madrid. Formada en el colegio de las Madres Irlandesas, tuvo que trasladarse con su familia a Portugal durante la Guerra Civil, y luego provisionalmente a San Sebastián, donde continuó sus estudios en el colegio de la Compañía de María. Las Hermanas de la Cruz, pasada la guerra, volvieron a abrir su casa en Madrid. La joven María Isabel del contacto diario con la Eucaristía y de su singular devoción a la Virgen Santísima había sacado energías para mantenerse fiel a las enseñanzas recibidas y a la práctica de las virtudes cristianas. A pesar de su posición elevada en la sociedad, mostró siempre preferencia por los pobres, los niños y necesitados de ayuda. Pronto se sintió atraída por las Hermanas de la Cruz, dedicadas a la asistencia de los pobres y enfermos a domicilio, apostolado que respondía a las aspiraciones de su corazón. En 1944 ingresó en la Compañía de la Cruz.

Había gozado siempre de buena salud, pero en 1994 se le descubrió un cáncer. Era maligno y estaba difundido ya. Madre Purísima siguió gobernando con la misma fortaleza y grandeza de ánimo en la fiel observancia de sus obligaciones, serena y llena de paz. No se eximió de visitar las casas. No pensaba en sí misma, sino en las necesidades de los demás. Estando en la Casa madre de Sevilla, practicando los Ejercicios espirituales, le sobrevino el último ataque. Con total sumisión al querer divino y el gozo interior que había caracterizado su vida, se expresó con las palabras del salmo 121: “¡Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor!” Así murió el 31 de octubre de 1998.

Siempre agradecerá a Dios y exhortará a sus Hermanas a agradecer el don inmenso de la vocación. Su vida extraordinaria consistirá en vivir en plenitud su vocación. No en hacer cosas inimitables o fuera del alcance de los demás, sino en la constancia, perseverancia y continua ascensión en la lucha por las virtudes propias de su estado, según el carisma de Sor Ángela de la Cruz. Y todo, actuado

Manuel Ruiz Jurado, sj 31


LA FIDELIDAD “Sea lo que sea, pase lo que pase, cueste lo que cueste, siempre fiel” 1. Señor, que me amas y quieres mi bien, dame la gracia que necesito para serte siempre fiel y cumplir en todo momento tu voluntad. Que yo sepa verte a Ti en mis hermanos, y cuando las cosas me cuesten sepa decir: “Es el Señor” y lo acepte como venido de tu mano. (M.R.)

de alma y el amor que se tiene al Señor. (Cp. 2, p.2086)

7. Piense a lo que se va a comprometer y lo que esto supone. No haga las cosas sin una conciencia plena de lo que supone la profesión perpetua. Piense que le exige una gran fidelidad y entrega, a Él sólo. (Cp. 105, p. 2225)

2. Pida la gracia de serle fiel hasta la muerte. Él la trajo aquí. Su voluntad es que sea religiosa. No se deje engañar por el enemigo. (M.R.)

8. La fidelidad a lo que hoy promete al Señor, tiene que vivirla día a día. Puede ser que, algunas veces, el mantenerse en la brecha le cueste más de lo que puede imaginarse, pero una promesa no se puede romper por nada ni nadie. (Cp. 83. p. 2203)

3. Siga luchando por defender y transmitir el espíritu del instituto. Ahora como en tiempos de MADRE, o quizás más, hacen falta soldados fieles, hijas legítimas siempre dispuestas a sacrificarse por la Compañía. (B)

9. No se apure por esas temporadillas de frialdad, siempre que no sea por falta de esfuerzo y de fidelidad por su parte. (Cp. 87, p. 2207)

4. He de ser fiel a la palabra dada al Señor, a pesar de todo, hasta la muerte. Cristo ha sido fiel conmigo. (B)

10. Sea muy agradecida al Señor y muestre este agradecimiento en una gran fidelidad. (Cp. 113, p. 2233)

5. Sé muy fiel en esas cosas

pequeñitas que el Señor te pide continuamente, sin dejar escapar ninguna ocasión. (M.R.)

11. Procure hacer el resumen del día y ser fiel al Señor en lo que le va pidiendo. El tiempo se pasa que vuela y hay que aprovecharlo. (M.R.)

6. En esa fidelidad en las cosas pequeñas, es donde se ve la grandeza 32


SUS ESCRITOS “DESTELLOS DE LUZ”

La Fidelidad

12. Pida al Señor le dé su gracia para serle siempre fiel. No es extraño que el mundo le atraiga y piense que está perdiendo el tiempo; el demonio le tiene que dar la lata, y cuando nos aflojamos y nos bajamos del terreno sobrenatural, él se aprovecha. (Cp. 52, p. 2167)

No sea blanda consigo misma, exíjase todo lo que s.c. sabe que puede dar. (Cp. 80, p. 2200)

15. Sean muy fieles a pequeñas y procuren auténtica fraternidad en Señor ocupe el Centro de todas. (Cp. 158, P. 2285)

13. Una vida así no es infecunda; está glorificando a Dios, y esto, aun cuando no sienta gusto alguno; basta que la voluntad esté firme. No se deje engañar; Dios la ha llamado y Él no se vuelve atrás. (Cp. 52, p. 2267)

las cosas vivir una la que el todo y de

16. Sed muy constantes en trabajar por ser muy observantes en todos los puntos de la vida diaria: silencio, recogimiento, puntualidad, trato mutuo… Así las Comunidades serán “cielos anticipados” y acercarán muchas almas al Señor. (Cp. 175, P. 2303)

14. Tiene que ser más fiel al Señor; s.c. sabe muy bien lo que Él le pide… 33


SUS ESCRITOS “DESTELLOS DE LUZ”

La Fidelidad

17. Dale muchas gracias a Dios por haberte traído a este Santo Instituto y defiéndelo con tu buen espíritu y observancia. (M.R.)

la ilusión con que se vive lo que se aprecia y se valora como un tesoro. (Cc. 66, p. 1744)

23. Seamos fieles al plan de Dios

18. Viva siempre su vida religiosa

sobre nosotras. ¿Cuál es este plan? Él nos ha llamado para vivir en su plenitud la vocación de Hermana de la Cruz. (Cc. 61, p. 1730)

en toda su plenitud y rigor, con todo el entusiasmo y amor de su joven corazón. (B. 2308)

19. Como Madre soñó a sus hijas, así tenemos que ser; no podemos contentarnos con menos. Es verdad que esto exige lucha y renuncia, pero bien merece la pena. (B. 2311)

24. Seamos muy agradecidas al Señor por el inmenso beneficio de nuestra vocación, y que ese agradecimiento se traduzca en fidelidad; fidelidad a quien nos eligió. (Cc. 66, p. 1744)

20. Acuda mucho al Señor, continuamente, pidiéndole la gracia de serle fiel. (B. 2326)

25. Sólo Él es digno de una fidelidad radical, pues sólo Él es FIEL hasta después de la muerte. (Cc. 66, p. 1744)

21. Para mantenernos en fidelidad necesitamos mucho espíritu sobrenatural. A medida que trato más a las almas, más me convenzo de la necesidad de acrecentar nuestro espíritu de fe, para que cuando nos falle lo humano, que indefectiblemente tiene que fallar porque es mudable, inconsistente, transitorio, no nos encontremos con el vacío, sino que nos apoyemos en Dios y sigamos adelante, sin que se bamboleen nuestras estructuras. (Cc. 62, p. 1733)

26. La fidelidad supone un gran amor y un gran olvido de sí. Proponemos con facilidad, pero... ¿cumplimos con fidelidad? Muchas veces nos engañamos a nosotras mismas buscando motivos que aparentemente son válidos, pero que, en realidad, no convencen. (Cc. 66, p. 1744) 27. Es en la fidelidad y generosidad, con que vivamos cada día, donde practicamos todas las virtudes sin tener que buscar cosas que llamen la atención. (Cc. 52, p. 1685)

22. Nosotras podemos imitar a la Santísima Virgen siendo fieles a nuestra vocación de Hermanas de la Cruz, viviéndola con entusiasmo, con

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UN SILENCIOSO CAMINAR al monje”, entonces las alpargatas “hacen a la Hermana de la Cruz”, porque son un calzado modesto y hecho para el trabajo duro del campo, con lo que parecen significar la constancia en el caminar junto a los más necesitados, y la humildad al hacerlo sin ruido, sin destacar. Y así, humilde y constante, como señala D. Teodoro León, empezó su caminar por los pueblos en 1947 la Hna. María de la Purísima, por entonces todavía de velo blanco.

Cuenta D. Luis Cornello de forma simpática y detallada en la última edición de este mismo boletín, lo que él llama un “pequeño milagro” de Santa Ángela que tiene por protagonistas a dos Hermanas de la cruz y a un hombre muy enfermo necesitado de asistencia urgente. El milagro, que no es tan poca cosa, ocurrió un atardecer oscuro y lluvioso en Sevilla. Las calles estaban encharcadas y la lluvia no cesaba. Las monjas calzaban sus alpargatas de siempre. Caminaron ida y vuelta con ellas porque no tuvieron tiempo de cambiarlas por un zapato más resistente; la lluvia no cesaba y las calles eran puro barro. Sor Ángela esperaba a sus hijas en la portería rezando. Cuando éstas llegaron, se dieron cuenta de que sus pies estaban completamente secos.

Lopera es una perla blanca entre un mar de olivos. En este acogedor pueblo jienense, hubo un colegio y un convento de las Hermanas de la Cruz. Es un edificio grande con patios y jardín y una iglesia en el centro donde hoy sigue venerándose una impresionante imagen de Cristo yacente. Los pasillos desnudos, las ventanas pintadas de marrón, las sencillas cruces de madera colgadas de algunas paredes, la disposición de la capilla, recuerdan a las casas de las Hermanas. Todo está igual, incluso las plantas y los árboles que siguen creciendo y dando flores y frutos a pesar de estar algo menos cuidados que cuando estaban por allí las religiosas de Santa Ángela.

Santa Ángela quería que las Hermanas de la Cruz se olvidasen de sí mismas y se hiciesen pobres con los pobres para acercarlos a Cristo y para ese caminar, siempre junto a la cruz del Señor, la fundadora, no por casualidad, escogió junto a un hábito sobrio al estilo franciscano, unas simples alpargatas negras. Ya estamos acostumbrados a ver así calzadas a las Hermanas, parece lo natural. Un detalle sin importancia. Pero a veces en esos pequeños detalles está precisamente la importancia. Casi podría decirse que, si es verdad que “el hábito hace 35


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Un silencioso caminar

A Lopera llegó en septiembre de 1947 la Hna. María de la Purísima. Era su primer destino. La primera vez que salía de Sevilla como Hermana de la Cruz. Las niñas que fueron entonces sus alumnas recuerdan el cariño y atención que les demostraba, su alegría contagiosa, su trabajo incansable, su profunda espiritualidad de la que surgieron muchas vocaciones, algunas muy santas y, aunque a su pesar, muy destacadas en el Instituto. Los testimonios de las Hermanas que estuvieron con ella en Lopera destacan la humildad con la que realizaba cualquier trabajo, su entrega a los pobres y a las niñas, especialmente a las más necesitadas, su fidelidad y obediencia a las reglas. Años más tarde les diría a las Hermanas: “Hemos de ser fieles a nuestro Carisma, a los apostolados propios de

nuestra Compañía, y a la manera peculiar de hacerlos. ¿Y cuál es esta manera peculiar? Hacerlo todo muy dentro de la obediencia, sin perdonar sacrificio alguno por el bien de los demás, y sin ruido, trabajando debajo de tierra”. De aquella época quedan muchos recuerdos. Uno es el pozo que daba agua al convento aunque era necesario un gran esfuerzo para llenar cada cubo. Cuentan que la joven Hna. María de la Purísima procuraba ser siempre la primera en esta tarea bastante “pesada”. Otro es más reciente, pero demuestra el agradecimiento de Lopera a las Hermanas de la cruz: es un azulejo con la imagen de Madre María de la Purísima que recuerda, con motivo de su beatificación, los años que pasó en este pueblo. Y el más importante 36


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Un silencioso caminar es la memoria de los que, con gran pesar, acompañaron a las hermanas en su último caminar por las calles cuando las circunstancias hicieron que tuvieran que marcharse, una imagen que todavía hoy al rememorarla entristece a muchos loperanos. Señalaba la Vicaria General, Hna. María Sofía, lo difícil que le resultó a Madre María de la Purísima, siendo ya Madre General, la marcha de las Hermanas de Lopera, una casa tan especial para ella, y el ejemplo que fue al aceptar por encima de todo la voluntad de Dios con fidelidad y alegría. En carta a las Hermanas diría: “en la vida no tenemos otro camino para ser felices y realizar nuestro ideal, que el de vencerse y buscar en todo momento la voluntad del Señor, aunque nos cueste mucho”. Y en otro escrito:

“Nos identificaremos con Cristo si nos entusiasmamos cada día más con la voluntad de Dios de cualquier manera que ésta se manifieste” Queda mucho de las Hermanas de la Cruz en Lopera. Cualquiera que se acerque por allí, verá que están en las conversaciones, en las Misas que sigue habiendo con motivo de alguna celebración del Instituto de la Compañía de la Cruz, en el corazón de muchas personas que las trataron, en el de tantas niñas que se educaron con ellas y en el de miles de loperanos devotos y agradecidos a Santa Ángela y a Madre María de la Purísima, la nueva beata que hace ya algunos años, comenzó su silencioso caminar por las calles de Lopera. Como quería Santa Ángela, caminó sin hacer ruido, con las alpargatas puestas y junto a la Cruz del Señor, un caminar constante que la llevó hasta el cielo. Olga Salvat Madrid. Marzo de 2013

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TUS “REDES SOCIALES” siguen siendo HOY, “PRESENCIA VIVA DE DIOS” Recuerdo que cuando la UNESCO, a finales del siglo XX, con una buena visión de futuro, bautizó al mundo con el acertado nombre de “Aldea Global”, me pareció, que ese mundo globalizado todavía, estaba muy lejos… pero no.

prisa, el AMOR incondicional de Cristo, entregando su vida por Amor a todos los hombres de cualquier clase y condición social, para con su MUERTE, darles ¡VIDA…! Y al mismo tiempo escuchar el “silencio” de la Virgen bajo Palio, que también por Amor, acompaña a su HIJO JESÚS, para serena y firme, quedarse al pie de la Cruz, donde en el silencio de la

Hoy en nuestro siglo XXI, el mundo, no solamente está “globalizado”, sino que además se mueve a todos los niveles, en las “REDES SOCIALES” que expertos en el mundo digital, han sabido montar en Internet. Noticias buenas, malas, regulares, verdaderas o falsas, ciertas o inciertas se van dando y moviendo en ese mundo digital que ha llegado a conseguir que estemos viviendo en una sociedad que ya tiene nombre, y llamamos, “enredada”. Y ante esa sociedad globalizada y “enredada”, ¿Qué hacer…” Yo, con mi imaginación, prefiero “acercarme” a mi querida Andalucía y pasar unos días en Sevilla, donde la Semana Santa, no sólo es arte enmarcado, en elegantes y vistosos Pasos de Palio y de Canastilla, para que en calles, plazas, avenidas, “esquinas y rincones”, se pueda “saborear” sin 38


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” “tarde-noche”, podamos dar gracias a Dios, al recordar esas palabras de JESÚS, en la Cruz, que antes de expirar, viendo a su Madre, y a su lado al discípulo preferido, nos dejó como, ¡Regalo Magnífico!, cuando dijo a María, y luego, al discípulo amado:

“Mujer, ahí tienes a tu Hijo…” “Ahí tienes a tu Madre…” (Jn. 19, 26-27) No sólo es arte la Semana Santa de Sevilla. Es también oración, seriedad, y profundidad, para saber acompañar a Cristo en sus Pasos de Canastilla y a su Madre, en los Pasos de Palio, camino del Calvario… Y al recordar al Cristo de los Estudiantes, y a la Amargura, con estación en las Hermanas de la Cruz, y al “Cachorro” y a la Esperanzas de Triana, pasando por el puente, y a Jesús de Pasión, entrando silencioso en el Salvador, y al Gran Poder, y la Macarena, también con estación en las Hermanas de la Cruz a las 7,00 de la mañana del Viernes, Santo, no puedo dejar de acordarme de Hermana María de la Purísima, fiel seguidora de Sor Ángela de la Cruz, que no supo de “Redes Sociales”, pero sí supo fundar un Instituto, presidido y dirigido por el CRISTO DE LA CRUZ, para atender a los “más pobres y necesitados de la sociedad de 1875, que por hablar en los cafés de cultura, política y filosofía, no tenían tiempo de acordarse de los “rincones” más alejados de esa Sevilla oculta, donde había mucha gente, no sólo sin poder comer, sino también sin saber leer y escribir, porque no había escuelas para ellos. Sor Ángela de la Cruz, funda su Instituto el 2 de Agosto de 1875, con pilares y cimientos de CALIDAD. Por eso fueron los “más necesitados” de aquella sociedad, los que la volvieron a bautizar con un precioso nombre: “MADRE DE LOS POBRES”. Y muere, también, Sor Ángela, en Sevilla, el 2 de Marzo de 1932, sin saber, que su Instituto, desde 1977, en el que HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA, fue elegida Madre General, sería el centro mejor organizado y más visitado por su transparencia, su sencillez, su luminosidad y su verdad… ese Centro de

“REDES SOCIALES…” SEDE: SEVILLA. HERMANAS DE LA CRUZ. C/ SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ, nº 4 Y como creo, que nadie me va a saber contar, como funcionan estas “REDES SOCIALES”, que existen desde 1875, y que organizó durante 22 años HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA, es a ella a quien le pregunto, porque estoy segura que me lo va a contar muy bien. Dime, Hermana María de la Purísima… ¿Cómo supiste organizar en el interior de tu convento sevillano, unas “REDES SOCIALES”, que hoy siguen poniendo color y sabor, Alegría y ¡Fiesta!, en nuestra 39


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” sociedad “enredada” y que además siguen siendo Presencia viva de Dios, y por eso ¡BUENA NOTICIA! Y mientras vuelvo a recordar, esa sonrisa alegre, abierta y sincera de MADRE, voy escuchando lo que dice “bajito” para no molestar. He querido y sigo queriendo que nuestro Instituto sea muy fiel a lo que Sor Ángela dejó escrito. Por eso los pilares de CALIDAD del Instituto siguen siendo…

El CRISTO DE LA CRUZ, Y LA VIRGEN, MUJER DEL SILENCIO… Ellos, son los que van dirigiendo nuestra Vida de Hermanas de la Cruz, y la Misión de atender a los “más pobres y necesitados” de la sociedad de cualquier nivel social y cualquier momento histórico. La oración, la humildad, el silencio, la pobreza, la obediencia, el AMOR, la disponibilidad, y el servicio incondicional al… CRISTO DE LA CRUZ… es la CALIDAD de unos buenos cimientos, para el trabajo diario de mañana, tarde y noche… Sí, pero dime, Hermana María de la Purísima… ¿Cómo supiste organizar las “REDES SOCIALES” de CALIDAD, con SEDE en Sevilla, y las extendiste por pueblos y ciudades de nuestra geografía española, y además haberlas sabido llevar hasta América Latina, donde funcionan poniendo sabor y color, alegría y ¡fiesta! , porque son, también en Quimili y Monte Quemado (Argentina), “Presencia de Dios…” y ¡BUENAS NOTICIAS…!?. Y MADRE sigue hablando “bajito, para decirme: Las Hermanas de la Cruz, dialogan cada día y varias veces al día con el CRISTO DE LA CRUZ, y en LA ESCUELA DEL SILENCIO, que LA VIRGEN, tiene ABIERTA cada día, las Hermanas de todas las edades, van descubriendo que el silencio, es la riqueza que les regala Dios al estrenar un nuevo día, para ayudar a las personas 40


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios”

de cualquier edad y nivel social, cuando pasan momentos de dificultad, o cuando tienen que saber pedir dinero a quien tiene mucho, y les tienen que saber explicar, que… LA MAYOR RIQUEZA… ES SABER COMPARTIR SU DINERO, PARA QUE OTROS PUEDAN ¡VIVIR…! Las Hermanas de la Cruz, además saben, que desde que entran en el Noviciado cada día, trabajarán en jornada de mañana, tarde y noche… Unas irán a las “asistencias” generalmente en barrios extremos y lugares desconocidos, donde cuidan a una madre enferma, y “con detalle”, arreglan la casa donde viven con ella, su marido que ha salido a la “venta ambulante”, y hacen la comida para toda la familia, que tiene 7 hijos en edad escolar y todos, padre e hijos necesitan encontrarse una casa limpia, la ropa lavada y una comida sabrosa, que les ayude a crecer… Otras Hermanas van a pedir limosna a bloques magníficos, zonas residenciales, o casas-palacio antiguas, que en Andalucía, todavía quedan. Suben y bajan escaleras tocando en todas las puertas y saben, porque el Cristo de la Cruz, se lo ha explicado en la oración, como llegar al corazón de esas personas con dinero, que se les va iluminando con la LUZ de DIOS, cuando escuchan a las Hermanas de la Cruz, las necesidades más urgentes de familias con muchos hijos, 41


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” que tienen que comer, crecer, ir a la escuela, y muchas veces no pueden… En silencio generoso, el señor de la casa ha firmado un cheque que pone en manos de las Hermanas, que una vez más, han sido “Presencia viva de Dios, que como ¡BUENA NOTICIA!, ha sabido poner color y sabor. “Alegría y ¡Fiesta! en el corazón de las personas que COMPARTEN SU DINERO. En las Porterías de nuestras casas, sigue diciendo Hna. María de la Purísima, largas colas de mendigos jóvenes, y ancianos, madres de familia con maridos “parados” o enfermos, y padres viudos con hijos de 2, 5 y 7 años esperan con ilusión con bocadillos exquisitos para los que la Hermana abra la puerta jóvenes, cartones de leche para los ancianos; asistencia domiciliaria para la mujer con 7 hijos, todos menores de 18 años, y el padre viudo, al que hablan de un Colegio para “sus tres pequeños”, son esas notas de color y “sabor, “Alegría” y ¡Fiesta! ¡Fiesta!, que ilumina los corazones de la gente del “zaguán”, que se llena cada día de muy ¡BUENAS NOTICIAS! porque para buena “gente” toda esta pobre,, pero “gente”, se han viva de Dios… convertido, en Presencia Otras Hermanas quedan en las Residencias de Ancianas, que hay que atender en jornada de mañana, tarde y noche, y que llenan de Alegría de personas, que ya no se y ¡Fiesta los corazones sienten solas, sino muy bien cuidadas y acompañadas, porque en todas las ¡BUENAS NOTICIAS!, las ancianas van descubriendo, que por la Residencia, debe estar entre, las Hermanas, “revoloteando”, Dios… Hay Hermanas, que salen a las 10,30 de la noche a velar ancianas enfermas que viven en soledad y necesitan cuidados especiales por las noches. Este grupo de Hermanas, unidas por el AMOR al Cristo de la Cruz, y esa disponibilidad generosa aprendida en la Escuela, que la Virgen tiene abierta todos los días, es donde aprenden, que el silencio, es importante, para reflexionar, pensar, saber escuchar, y así, después poder actuar, y es lo que hace posible las “REDES SOCIALES” que hoy siguen siendo Presencia viva de Dios… y son ¡BUENAS NOTICIAS!, en nuestra sociedad “enredada” y muy confusa. PORQUE CUANDO… Las Hermanas limosneras, cuentan la generosidad de los más ricos, de las personas que no tienen tanto dinero y de los que tienen poco, pero TODOS lo COMPARTEN… Las Hermanas que han estado en las Asistencias, saben que el próximo día, en casa de Antonio y de María habrá ¡BUENAS NOTICIAS!, que iluminarán los corazones 42


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” de unos padres que podrán dar bien de comer a sus hijos, y que los mayores, tendrán deportivos nuevos, para ir al Colegio, porque el dinero compartido, pone color y sabor. Alegría y ¡Fiesta!, en las casas de barrios marginales, donde las Hermanas de la Cruz, son presencia viva de Dios… Y las Hermanas que velaron hace dos noches a una anciana de 95 años, sola y enferma, saben que mañana, la pequeña nevera de casa de Martina, será una ¡BUENA NOTICIA!, cuando las Hermanas llenen con cartones de leche y de zumos, de “papas” y buena fruta y verdura, para que antes de dormir, Martina, tome una sopita, y a media noche pueda beber un vaso de leche o de zumo. Las Hermanas habrán puesto color y sabor, Alegría y ¡Fiesta!, en la nevera, antes vacía y ahora llena, y Martina dormirá muy tranquila toda la noche.

¡GRACIAS, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA! Ahora ya sabemos como las “REDES SOCIALES” que tu organizaste con sede en SEVILLA, siguen siendo hoy… Presencia viva de Dios, y que en nuestra sociedad “enredada” Siguen dando ¡BUENAS NOTICIAS...

¡GRACIAS, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA! Ahora ya sabemos que tu diálogo continuo con el CRISTO DE LA CRUZ, y en la “ESCUELA” del silencio, que la Virgen tiene abierta todo el año, a la que ibas todos los días, aprendiste a escuchar muchas veces lo que MARÍA, dijo a los sirvientes:

“Haced lo que él os diga” (Jn. 2,5) ¡GRACIAS, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA! Ahora ya sabemos lo que el CRISTO DE LA CRUZ, te dijo: “CONFÍO EN TI, Y NECESITO, QUE ORGANICES UNA BUENAS Y EFICACES…” “REDES SOCIALES”

¡GRACIAS, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA! Porque siendo FIEL al CRISTO DE LA CRUZ… Fuiste Presencia de DIOS, entre los más ricos. Sus corazones iluminados por tu “presencia”, iban compartiendo su dinero que ponían silenciosa y generosamente en manos de Hermanas limosneras que llegaban a casa con muy ¡BUENAS NOTICIAS!. Supiste gestionar muy bien, el dinero de muchas personas generosas, que en reuniones familiares y de amigos, iban poniendo color y sabor. Alegría y ¡Fiesta!, porque era su experiencia de DIOS, y la descubrieron, al compartir su dinero con los “mas necesitados” de la sociedad… 43


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Tus “Redes Sociales” siguen siendo hoy, “Presencia viva de Dios” Ese dinero, que generosamente y compartido, iba cubriendo las necesidades más urgentes de los “más pobres…”, que en zonas marginales, recibían alimentos, había mejoras en sus casa, formación y educación para sus hijos. ¡BUENAS NOTICIAS…! que empezaban a “saborear… y a agradecer… a quienes sin conocerlos, por medio de las Hermanas, habían sido Presencia viva Dios…

¡GRACIAS, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA! Supiste poner en manos de las Hermanas de la Cruz, unas BUENAS Y EFICACES “REDES SOCIALES” Que ellas cuidan “silenciosamente” y que son conocidas en nuestra sociedad confusa y “enredada”, por su transparencia, su luminosidad, su sencillez, su verdad y…

SU GENEROSIDAD COMPARTIDA Y… MUY BIEN REPARTIDA… Porque seguís dejando a DIOS, “escondido…” y “activo”, entre el barro de las zonas marginales, el lujo de las zonas residenciales, la soledad de ancianas en “casuchas” pequeñas, frías en invierno y muy calurosas en verano, y en los ambientes de adolescentes y jóvenes con dinero, en “movidas” nocturnas peligrosas…, en las que, DIOS, va día a día, iluminando corazones porque vuestra oración sigue siendo, ese “candil” siempre encendido, y NECESARIO, para que DIOS, siga poniendo LUZ, en nuestra sociedad, que necesita unas bonitas y creativas, “pinceladas “ Sabor y Color. Alegría y ¡Fiesta!

¡GRACIAS HERMANAS DE LA CRUZ…! Vuestras ¡magníficas! “REDES SOCIALES…” SIGUEN SIENDO HOY, PRESENCIA VIVA DE DIOS…”

Gloria Neve R.J.M. Burgos, 24 Marzo 2013. Domingo de Ramos. 44


Quiero expresar mi agradecimiento por varios favores recibidos por mediación de Madre María de la Purísima. Siempre acudo a ella y confío plenamente que mis peticiones serán oídas. Uno de estos favores lo considero milagroso, pues tenía un sobrino en lista de espera para ser transplantado de corazón; la donación no llegaba y cada vez se presentaban más problemas y poco a poco se temía por su vida. Por fin llegó una donación a tiempo y mi sobrino está recuperado. Durante el tiempo que mi sobrino estaba ingresado, no dejé de encomendarlo a Madre María de la Purísima. Le doy mil gracias a la vez que quiero dejar constancia del favor tan grande que me ha concedido. Al mismo tiempo mi agradecimiento a la persona donante y su familia, que con su generosidad han dado vida a otro ser. Todas las personas que puedan hacerse donantes que no lo duden, Dios se lo premiará con creces cuando lleguen al Cielo. Gracias Madre María de la Purísima, mil gracias. Catalina Banderas

Mi hija y yo queremos agradecer a Madre María de la Purísima el milagro que nos ha alcanzado del Señor. A mi hija le habían detectado un CIN de grado III y nos citaron urgentemente para hacerle una biopsia para confirmar el diagnóstico. Si le volvía a salir positivo habría que hacerle una intervención para quitarle esas células que podrían hacerse cancerígenas. Para nosotras fue un trago durísimo y lo primero que hice fue encomendarme a Madre María de la Purísima, con quien estuve en el colegio de niña. Le hice la novena con todas las fuerzas de mi alma y cuando fuimos a recoger los resultados de la biopsia nos dieron la gran noticia de que todo había dado negativo. Tal fue mi emoción que le saqué la revista de Madre al médico y le dije llorando: “Esta hermana es la que me la ha curado; esto es un milagro”. Por eso te digo, Madre, de corazón: Gracias, muchas gracias. Isabel Casado Moreno

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GRAN INTERCESORA ANTE EL SEÑOR Beata María de la Purísima

Querida Madre María de la Purísima: Llegado hasta aquí, ya puedo cumplir la promesa que te hice cuando atravesaba por momentos muy duros, como es el que te informen, médicamente, de estar afectada de una enfermedad, todavía hoy, considerada grave. Comencé este camino tortuoso el pasado mes de marzo, en una revisión rutinaria de la Seguridad Social, en la que me detectaron algo fuera de lo normal. Me hicieron una biopsia y el resultado fue positivo. La operación debía de hacerse lo antes posible. En ese momento acudí a ti con mi gran devoción, ya demostrada y aumentada tras las operaciones graves a las que fui sometida en el año 2004, en la seguridad de que, como entonces, escucharías mis súplicas. El resultado de la operación fue bueno, sin complicaciones. Por eso Madre María de la Purísima, con mi fe aún más aumentada y en este AÑO DE LA FE

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GRAN INTERCESORA ANTE EL SEÑOR Beata María de la Purísima

que acaba de comenzar, me siento en la obligación de hacer pública esta vivencia, y cumplir la promesa que te hice en momentos vividos con gran angustia. Deseo que este testimonio incremente los numerosos que llegan a tu casa de Sevilla para que, muy pronto, te veamos en los altares, junto a Santa Ángela, ejemplo de humildad y pobreza y que seguiste con gran fidelidad. Milagrosa

Quisiera expresar mi profundo agradecimiento a la Beata María de la Purísima de la Cruz, a la cual me encomendé por la enfermedad de mi hermana y en la que yo había perdido mis fuerzas físicas, mentales e incluso espirituales, al ver que no podía mejorar, para poder seguir con su vida normal y volver a su trabajo. Ella es una persona muy fuerte y con mucha fe, por lo cual yo cada vez sufría más y mi espíritu era cada vez más pobre, que es una de las pobrezas más grandes de la vida. Doy testimonio de la mejoría de mi hermana y de la incorporación de nuevo a su trabajo de lo cual yo no creía que fuera posible. Mi fe con ello se vio renovada gracias a la Beata Madre María de la Purísima de la Cruz y a su intercesión ante nuestro Padre, Señor y Dios nuestro. Muchas gracias de corazón. Una devota

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