Sumario
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Página
1. Editorial............................................................................................................................................................ 4 - ¡Bienaventurados los misericordiosos! 2. Perfil Espiritual de Santa Ángela ........................................................................................ 7 - Sincero deseo de la Santidad 3. Jubileo de la Misericordia.......................................................................................................10 - Misericordiosos como el Padre. Una gran oportunidad 4. Para dar razón de nuestra fe Comentarios al Catecismo de la Iglesia Católica con Santa Ángela de la Cruz .........13
- La antorcha bendita de la fe «Creo en Dios Padre todopoderoso, con Dios todo lo puedo» 5. Me gusta contarte cosas... ...................................................................................................16 - Feliz “cumple” Santa Ángela 6. Sor Ángela de la Cruz, cartas a... ................................................................................20 - ...Las Familias 7. Hablamos de ella ............................................................................................................................22 - 50 Aniversario Hermanas de la Cruz en Villacarrillo (1965-2015) 8. Testimonios ................................................................................................................................................25
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Sumario
SANTA MARÍA DE LA PURÍSIMA Página
1. Especial Canonización de Madre María de la Purísima - Misa del peregrino en Roma ..........................................................................................27 - “Santa María de la Purísima ya es pareja de Santa Ángela, en el cielo” .................................................................................................31 - Misa de acción de gracias en Santa María la Mayor ...................36 - Llamados a la santidad, sin excusas .................................................................... 38 - Dios en el centro ...........................................................................................................................42 2. Santa María de la Purísima de la Cruz. Gran intercesora ante el Señor - Su intercesión ante Dios me devolvió la vida.............................................44 - ¡¡A mayor gloria de Dios!! Me curó la mañana de su Canonización ........................................................46
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA - Semblanza del Siervo de Dios .................................................................................... 48
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¡BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS! Jesús se ha sentado en la ladera del monte, sus discípulos y una muchedumbre inmensa le rodea. Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
“Bienaventurados los pobres... Bienaventurados los mansos... Bienaventurados los que lloran… Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia… Bienaventurados los misericordiosos…” Y aquí nos paramos, en la quinta obra de misericordia. Elegimos esta quinta bienaventuranza porque estamos en al Año de la Misericordia. Un año muy bonito para contemplar la Divina Misericordia, dirigiendo la mirada a Dios, Padre Misericordioso y a los hermanos necesitados de misericordia. La ley nueva que predica Jesucristo es la ley de la caridad. No hay una página del Evangelio en donde, con obras y con palabras, no se enseñe la doctrina del Mandamiento nuevo, que en el Sermón de la Cena nos dejará en testamento: “Que os améis los unos a los otros como Yo os he amado”. Y como el mandato exige mucho y Dios conoce las barreras egoístas que se le oponen en el corazón del hombre, empieza por animarnos, ofreciéndonos un premio de inestimable precio: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”. 4
EDITORIAL
¡Bienaventurados los misericordiosos! Misericordia: dos raíces entran en el origen de esta palabra. Dos palabras que la definen: miseria y corazón. Porque eso es la misericordia: un corazón que se compadece de la miseria. En el Sermón de la Montaña, Jesucristo lanzará esta exhortación: “Sed misericordioso como lo es vuestro Padre Celestial”. A la luz de estas palabras del Señor podemos examinar nuestra misericordia La misericordia de Dios es universal, como la Redención. A nadie excluye. Durante su vida pública, leemos en los evangelios que nuestro Señor no podía pasar junto a una miseria, sin que se le fuera tras ella el Corazón.”Pasó haciendo el bien”, pudieron decir de Él sus contemporáneos. Y el evangelio también lo describen conmoviéndose a cada paso a la vista de aquellos pobres pueblos abandonados como ovejas sin pastor, ante la gente que no tienen para comer, al contemplar en Naim a una madre que llora desconsolada la muerte de su hijo, y al saber la muerte de su amigo Lázaro… Mirémosle… conmovido, emocionado, lloroso. ¿Un Dios llorando? Sí, y no se avergüenza de ello. Porque hizo suyas las tristezas de todos. “Cargó con nuestras miserias y sobrellevó nuestros dolores”1. La misericordia de Dios no sólo es universal, es también incansable. Eso lo sabemos nosotros mejor que nadie. ¿Cuántas veces nos ha perdonado en el sacramento de la penitencia?, ¿cuántas veces ha escuchado humildemente nuestras promesas, sabiendo que no las íbamos a cumplir? y ¿con qué amor nos ha recibido cuando volvemos avergonzados a prometer lo mismo? Si pudiéramos escuchar sus palabras nos diría: “Mi corazón conoce todas las miserias humanas y tiene gran compasión de ellas. Soy Dios pero Dios de Amor. Soy Padre, pero Padre que ama con ternura, no con severidad”. ¿Y nosotros? ¿Es universal nuestra misericordia? ¿Tenemos entrañas de compasión para todos sin excluir a nadie? ¿Luce el sol de nuestro amor para buenos y malos? ¿Y llueven nuestros beneficios para justos y pecadores como dice nuestro Padre Dios? Escudriñemos nuestro corazón y lo veremos muy blando… para nosotros mismos; algo blando para unos pocos… y ¡qué duro para otros! ¡Ojalá tuviéramos arraigada la verdadera simpatía, la simpatía cristiana, que nos llevara a realizar el sentido de esta palabra, “sentir con otro”, en la persona del pobre, del triste, del desgraciado! ¡Ojalá 1
Isaías.
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EDITORIAL
¡Bienaventurados los misericordiosos! que no pudiéramos ver una lágrima sin enjugarla y sin que asome otra lágrima en nuestros ojos! Y no podemos terminar sin ver un poco lo que nos dice Santa Ángela de esta quinta bienaventuranza. Señalamos un texto breve, por no alargarnos demasiado. Nos dice ella: “Bienaventurados los misericordiosos. Con respecto del prójimo, misericordia es compadecerse de sus miserias, socorrerles en sus necesidades, muy particularmente las espirituales, ayudando a los pecadores a salir de culpa y adoctrinando a la juventud para que conozcan a Dios y le amen”2. Santa Ángela como buena cristiana, tenía un corazón muy sensible a los sufrimientos de los demás y trataba de remediar y prevenir, en lo posible, cualquier dolor del prójimo. Tenía misericordia de las almas de todos, pobres y ricos. Ella no cerraba las puertas a nadie Su amor a Dios se manifestaba a través de sus deseos de misericordia por el bien de los demás. Y terminamos con nuestro querido Papa Francisco que nos dice: “Celebrar un Año Santo de la Misericordia equivale a poner en el Centro de nuestras vidas personal y de nuestras comunidades lo específico de la fe cristiana, es decir, Jesucristo, Dios misericordioso”. Este Año Santo nos es ofrecido para experimentar en nuestra vida el toque dulce y suave del perdón de Dios, su presencia al lado de nosotros y su cercanía, sobre todo en los momentos de mayor necesidad. En resumen, es un momento privilegiado para que la Iglesia aprenda a elegir “aquello que a Dios le gusta más”. Y ¿qué cosa es lo que lo que “a Dios le gusta más”? Perdonar a sus hijos, tener misericordia de ellos, de modo que también ellos puedan perdonar a los hermanos, resplandeciendo como antorchas de la misericordia de Dios en el mundo. Esto es aquello que a Dios le gusta más. He aquí por qué es necesario reconocer el ser pecadores, para reforzar en nosotros la certeza de la misericordia divina. “Señor soy un pecador, Señor, soy una pecadora, ven con tu misericordia”. Y es una oración bellísima, y fácil para decirla todos los días, todos los días”3.
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Epistolario de Sor Ángela de la Cruz. Vol. II. Catequesis del Papa Francisco, del miércoles 9 de diciembre de 2015.
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PERFIL ESPIRITUAL DE SANTA ÁNGELA (II)
Sincero deseo de la Santidad
La Santidad cristiana es una, pero puede realizarse de varias formas, en diversos estados de vida (religioso, casado, soltero, viudo), por caminos bien diversificados y hasta en formulaciones diversas, a veces contrastantes en apariencia. Para Ángela de la Cruz la Santidad fue desde su juventud, un compromiso de vida, una meta indiscutible, profundamente deseada y buscada, trabajada a lo largo de los años de forma perseverante, comenzando ya por lo años en que se dirigía con el venerable P. Torres, su indiscutible Director Espiritual. No fue el de Santa Ángela un camino de santidad fácil, pacífico, serenamente vivido y realizado en el día a día. Fue, por el contrario un camino duro, arduo y áspero hasta la desesperación. Tuvo que luchar denodadamente contra la “rabia”, es decir –como confiesa ella misma en sus Escritos íntimos–, contra el propio carácter que se rebelaba con toda su fuerza ante las metas que le iba marcando su Director Espiritual, para que se fuese configurando con Cristo hasta hacer de ella una copia más que notable de Aquel que dijo:
“Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,29). El que conociera a Santa Ángela en los años de su madurez humana y espiritual, jamás habría sospechado que nuestra Santa había llegado a la
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PERFIL ESPIRITUAL DE SANTA ÁNGELA (II)
Sincero deseo de la Santidad
más que palpable y sorprendente serenidad, dulzura, paciencia y bondad de corazón, precisamente mediante una ardua y perseverante lucha contra el propio carácter. Esta lucha, callada pero implacable y generosa hasta el heroísmo, la llevó con el tiempo a una experiencia espiritual decisiva de la que, por otra parte, fue una constante a partir de unos ciertos años de su vida: la humildad más profunda, que ella expresó de una forma sorprendente y heroica en su famoso “Canto a la nada”, escrito en los Ejercicios Espirituales de 1887. He aquí cómo salió, más de su corazón que de su pluma:
“Dios mío, dame gracia para cumplir el propósito de reducirme a la nada: - la nada calla; - la nada no se disgusta; - la nada no se disculpa; - la nada no se justifica; - la nada todo lo sufre; - la nada del pecado es la vergüenza, la confusión: nada merece, más que el infierno; nada se le debe, sólo el infierno. - la nada no se impone; - la nada no manda con autoridad. - la nada, en fin, en la criatura es la humildad práctica. Como se ve la Santidad, para Santa Ángela, no fue un simple, vago y romántico deseo, o una meta a alcanzar a fuerza de rezos y más rezos. Fue el fruto logrado y maduro de un trabajo espiritual seriamente asumido, de una correspondencia concreta, esforzada, perseverante, diaria, a lo que Dios le iba pidiendo. Hay que tener presente, como recordaba más arriba, que la vocación a la Santidad es una llamada que Dios hace a todos los hombres, y en particular a los cristianos desde el momento de nuestro Bautismo. Lo recuerda con frecuencia el Apóstol Pablo ya en la primera Carta que dirigió a las Comunidad cristiana de Tesalónica:
“Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación, porque Dios no nos ha llamado a la inmoralidad sino a una vida santa”(1Tes 4,3-7).
PERFIL ESPIRITUAL DE SANTA ÁNGELA (II)
Sincero deseo de la Santidad Los devotos de Santa Ángela –y somos muchísimos–, estamos llamados a tomarnos completamente en serio el significado de nuestra devoción a esta Santa: no es una devoción construida desde la fama de ‘milagrera’ que pueda tener Santa Ángela, sino ante todo y sobre todo en la imitación de las líneas de fuerza de su Espiritualidad. Tanto más cuanto que vivimos en una sociedad que parece instalada en la “mediocridad”, es decir, una sociedad en la que sus miembros se conforman, como mucho, con ser “mediocres” en todo: en la realización del trabajo de cada día (hecho con frecuencia ‘para salir del paso’), en la calidad de las relaciones familiares y sociales que tenemos entre nosotros, en la verdadera educación de los hijos, etc. Un verdadero devoto de Santa Ángela tiene que sentir, especialmente en el día de hoy, un sincero y operativo deseo de ‘ser santo’. Antonio Mª Calero, SDB
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MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE
Una gran oportunidad
Hablarle de misericordia al mundo actual, en el que todo es juzgado como bueno o malo según satisfaga mis propios fines sin tener en cuenta, la mayoría de las veces, las consecuencias no sólo prácticas sino morales que nuestras acciones u omisiones llevan consigo, parece cuando menos arriesgado, sino más bien de una osadía que roza el heroísmo. Y es en esta osadía en la que el Papa Francisco parece instalado, repitiendo una y mil veces que el único camino por el cual el hombre y esta sociedad puede llegar a encontrarse consigo misma y con los valores que nos ayuden a convivir en paz y armonía, pasa por el encuentro con Jesucristo, que es el rostro de la misericordia del Padre. Por todo ello, a principios del pasado mes de abril, Su Santidad el Papa Francisco nos convocaba a celebrar con gozo un Jubileo Extraordinario de la Misericordia que comenzó el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción, y se clausurará el 20 de noviembre de 2016, coincidiendo con la solemnidad de Cristo Rey del Universo. Este tiempo extraordinario de gracia y conversión, llama la atención porque parte de uno de los contenidos centrales de nuestra fe: la MISERICORDIA. Es desde la 10
JUBILEO DE LA MISERICORDIA
Misericordiosos como el Padre. Una gran oportunidad certeza que “la Iglesia vive un
deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre”1 que hay que interpretar y
saber entender la convocatoria de este Jubileo extraordinario como momento especialísimo para profundizar y progresar en la insondable hondura del amor de Dios. Y como tiempo propicio para toda la Iglesia de convertirse en fuente que nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. Esta certeza, que experimentar la misericordia de Dios no deja a nadie indiferente y que es la existencia de dicha virtud en nuestras vidas la que se convierte en criterio para discernir nuestra filiación divina, y una vida que busque asemejarse con Aquel que es el espejo en el que mirarnos y el único camino que conduce a la salvación, ha estado siempre presente en la vida de Santa Ángela:
“Este es el secreto: el amor de Dios todo lo endulza, todo lo allana, es el que nos lleva de la mano en la práctica de la virtud haciéndonos saborear las delicias de la felicidad, cuando para practicarla tenemos que hacernos algún esfuerzo”. Santa Ángela de la Cruz Se trata de recuperar la mejor tradición de la Iglesia y volver a situar la misericordia como el centro de toda la revelación cristiana y como la viga maestra que sostiene toda la vida de la Iglesia, como afirma el propio Papa Francisco. Rechazando cualquier mensaje abstracto o melifluo del amor de Dios, nos recuerda que el ser misericordioso de Dios se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación y que la misericordia de Dios no es una idea abstracta, “de
la misma manera que el amor nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es SU RESPONSABILIDAD CON NOSOTROS”2. 1 2
Exhort. Ap. Evangelii gaudium, 24. Misericordiae Vultus, 9.
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JUBILEO DE LA MISERICORDIA
Misericordiosos como el Padre. Una gran oportunidad Nos recuerda que no podemos caer en la tentación de exigir una justicia inmisericorde e implacable que nos haría vivir una existencia infecunda y estéril, y que sólo desde la experiencia del perdón y la misericordia podremos entender las miserias humanas, las heridas de tantas personas que claman el calor de nuestra presencia y amistad sincera. Es tiempo de reflexionar y de vivir este año de gracia, donde las obras de misericordias corporales y espirituales despierten nuestra conciencia adormecida y nos inviten a esa conversión necesaria y profunda que nos hagan llegar hasta las más contradictorias periferias existenciales, donde poder anunciar el perdón, el auxilio y la cercanía de un Dios que cura y venda nuestras heridas y es consuelo y fortaleza en nuestra debilidad. “Es tiempo
de poner en el centro el sacramento de la Reconciliación, porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será para cada penitente fuente de verdadera paz interior”3 En definitiva, este es el tiempo oportuno para cambiar de vida, para dejarnos tocar el corazón por la misericordia de Dios que es capaz de transformar los miedos y contradicciones de esta sociedad en momentos de esperanza y convicción de que es posible construir entre todos un mundo nuevo y diferente, donde los cristianos seamos los primeros testigos veraces de la misericordia, profesándola y viviéndola en nuestras vidas como centro de la revelación de Jesucristo, el rostro misericordioso de Dios. Pidamos a Dios Todopoderoso y Padre de la Misericordia que este Jubileo extraordinario sea para todos los cristianos del mundo un estímulo para seguir creciendo en el seguimiento de Jesucristo y un acicate que nos ayude a entusiasmarnos cada día más en la tarea de esa nueva evangelización a la que estamos llamados. Que nuestras vidas puedan afirmar con la misma fuerza y convicción que Santa Ángela de la Cruz:
“Nada me separará del amor de mi Dios, ni el de mis hermanos, que los amo por Dios, en Dios y para Dios”. Javier Martínez Naranjo, Pbro. 3
Misericordiae Vultus, 17.
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LA ANTORCHA BENDITA DE LA FE «Creo en Dios Padre todopoderoso, con Dios todo lo puedo»1
Un día al entrar la joven Ángela por la puerta del lagarto de la Catedral de Sevilla se encontró con el Padre Torres Padilla y al tomar agua bendita le dijo éste:
«Necesitas tú tener más fe que Abrahán». La fe movía la vida de Angelita. Sólo la fe le movió a no desistir en su vocación religiosa. Tras la decepción por su fracaso al intentar entrar en algunas congregaciones religiosas, motivado por diversas enfermedades, Santa Ángela prosigue aferrándose firmemente a la antorcha de la fe, a pesar de las humillaciones. No cejó, no tiró la toalla, ella confiaba en el buen Dios. Seguramente meditaría la expresión del Padre «Creo en Dios Padre todopoderoso, con Dios todo lo puedo» y le produciría infinita tranquilidad repetirla, pasara lo que pasara sabía donde había puesto su confianza y su única aspiración era responder con fe a lo que el Señor le iba indicando: «Por la fe han sentido el llamamiento y por la fe lo han seguido. Por la fe han renunciado a las riquezas, honores, comodidades y todo bienestar; y por la fe se han separado de sus padres y familia. Por la fe huyen del mundo y renuncian a su propia voluntad»2. ¿Qué le movió a fundar la compañía? La fe en Dios, «la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela»3. Con Dios todo lo puedo. Y, aunque, la murmuración comenzaba a despuntar, prefirió seguir sólo la voz de Dios. Esa misma confianza en Dios le mueve a entregarlo todo a los más pobres, a no hacer cálculos humanos, a vivir el evangelio radicalmente sin pensar en el mañana, confiada en la providencia de Dios:«La fe no es un simple asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que me confío libremente a un Dios que es Padre y me ama; es adhesión a un Tú que me dona esperanza y confianza»4. En tantas ocasiones vivió la santa en la intemperie, sin 1 2 3 4
Santa Ángela de la Cruz. Un programa espiritual para cada año. Roma, 1987. P.363. Ibíd. P.458. Catecismo de la Iglesia Católica nº166. Benedicto XVI.Catequesis del 24 de octubre de 2012.
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PARA DAR RAZÓN DE NUESTRA FE
La antorcha bendita de la fe importarle el futuro. Con gran tranquilidad confiaba en que Dios proveería el porvenir de su vocación, de la compañía y de tantos que a ella se acogen. La Madre María del Salvador se preguntaba, en su magnífica biografía, sobre la virtud de la fe en la Santa y con gran acierto llega a la conclusión de que Madre está convencida de que esta obra, su propia vida y la compañía, no era suya sino de Dios: «¿Qué otra fuerza sobrenatural, sino la fe, le dio vida real, traduciendo a la práctica las inspiraciones y luces que la humilde Angelita recibiera? Esta firmísima creencia en Dios, en la veracidad de sus palabras y en la fidelidad a sus promesas, la hacen superar dificultades de todas clases, allanar obstáculos humanamente insuperables, desafiar peligros, pisotear humanas opiniones y alzar triunfante la obra, bien convencida de que no era suya sino de Dios»5. Sabía Sor Ángela que «la fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios»6, que en la fe lo encontramos todo. «La fe nos enseña a amar a Dios, lo que nos pide y como hemos de servir y agradar»7. Madre Angelita vivía del espíritu de fe, conocía a Dios, un Dios que tiene Corazón, que ama. Escribía a sus hijas que por la fe sabrían que nuestro Señor les ha hecho el beneficio de llamarlas. Sor Ángela ha experimentado lo que expresará el Papa Benedicto XVI en su primera encíclica: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva»8. Ella se encontró con Cristo y no se dejo llevar por los enemigos de la fe. Luchó denodadamente contra el espíritu del mundo, la mundanidad: «Vete de mí, aléjate, dice con energía, que no quiero tus pompas, honores, riquezas. Estoy contenta escondida, oculta y humillada»9. Luchó contra el segundo enemigo, la naturaleza, que quería sorprenderla con sus derechos de cuidados y descansos, con el pensamiento reiterativo de que no 5 6 7 8 9
Cfr. Hermana Mª del Salvador. Bosquejo biográfico de Sor Ángela de la Cruz. BAC. Madrid, 2012. P. 624. Catecismo de la Iglesia Católica nº 150 Santa Ángela de la Cruz. Un programa espiritual para cada año. Roma, 1987. P. 361. Benedicto XVI. Carta encíclica Deus Caritas est, nº1. Santa Ángela de la Cruz. Un programa espiritual para cada año. Roma, 1987. P. 363.
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PARA DAR RAZÓN DE NUESTRA FE
La antorcha bendita de la fe hay fuerza para tanta oración, penitencia, ayuda a los pobres y enfermos, que es necesario un descanso. Con Dios todo lo puedo, la fortaleza de Santa Ángela nace de la visión sobrenatural de la fe, nada es suficiente para el que ama. La propia voluntad, era su tercer enemigo, el considerarse alguna cosa, el que la valorasen, el darse importancia; en definitiva, el amor propio, olvidándose de las lecciones del divino Maestro que nos exhorta a no dejarnos llevar por el temido yo sino a negarnos y tomar la cruz para seguirlo. En medio de esta lucha, ¿quien te librará de tanto mal como te rodea?, se preguntará Madre Angelita. Ella es conocedora del tesoro escondido: «La fe, la antorcha de la fe que nos enseña lo que hemos de creer, los mandamientos que todo cristiano tiene que guardar y los sacramentos que tiene que recibir. ¡Bendita sea la fe que con tanta prontitud viene a ayudar al alma para que no se precipite!»10. Credo, mandamientos, sacramentos y oración son los cuatro pilares del catecismo de Trento, el que había en la época de Sor Ángela, y del catecismo de 1992. Son las bases en las que desea que sus hijas sean alimentadas y sean capaces de vivir. Una de las características más notables de la acción caritativa de la hermanas de la Cruz es unir las necesidades corporales a las espirituales, su apostolado no sólo es asistencial, quieren que aquellas personas que se cruzan por sus vidas conozcan a Dios, que puedan también ellos empuñar la antorcha de la fe con la práctica de los sacramentos. Sor Ángela desea demostrar con el carisma de las hermanas de la Cruz que «si este alma no suelta la antorcha bendita de la fe, encuentra la mayor felicidad que hay en esta vida. Todo lo ve venido de la mano de Dios, se afirma en su santa voluntad; es de Dios, se entrega de lleno a su celestial Esposo…todo lo ve con los ojos de la fe»11. El catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que «la fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida»12. Recorriendo la vida de Santa Ángela de la Cruz, de la Compañía por ella fundada y de tantas personas que forman parte de esa familia espiritual, se puede reconocer que son luz para el misterio del hombre y que en el fondo de estas vidas late un deseo continuo de sed de Dios. Con un fiat confiado, sabiendo como la Santísima Virgen María que todo viene de la mano de Dios, son luz para muchos hermanos. De hecho al verlas algunos reconocen que le entran deseos de ser mejor cristiano. Ignacio Guillén Montoto. Pbro. Párroco de “San Bartolomé”. AGUADULCE
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Ibíd. P.456. Ibíd. P.459. Catecismo de la Iglesia Católica nº 26.
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FELIZ “CUMPLE” SANTA ÁNGELA Durante el mes de enero, las personas que queremos a Santa Ángela de la Cruz, pensamos inevitablemente en su nacimiento pues tuvo lugar el 30 enero de 1846. ¿Qué te parece? Como si hubiera querido decir:
“Aquí estoy yo como regalo de Reyes para mi familia” Verdaderamente que fue un regalo, no de los Reyes sino de Dios, para los suyos y para todos nosotros. Tenemos que felicitarla en su 170 aniversario. Cuando nosotros lleguemos a cumplir estos años pocos se acordarán de nosotros, sin embargo hay elegidos de Dios que permanecen en el tiempo, los años no cuentan para ellos y esta preciosa niña sigue viva entre nosotros. Yo sé que las Hermanas suelen hacer ese día una visita a la casita donde ella nació, en la calle Santa Lucía, 5 de Sevilla (por turnos porque allí no caben todas juntas) y, en la intimidad rezan, cantan, celebran la Eucaristía y tienen una fraternal convivencia. Seguramente será un día que marcará un recuerdo de paz y alegría en todas las Hermanas, vamos, como si hubieran venido a ver a la recién nacida, la niña pequeñita en brazos de su mamá Josefa y viéndole la cara de satisfacción al papá Francisco que, como se suele decir, “se le caería la baba mirando a su nueva hijita”. No podía sospechar aquel buen hombre, que trabajaba en el vecino convento de los Trinitarios, lo que Dios tenía destinado para su hija. ¿Cuáles son los caminos de Dios? ¡Ay, amigo mío! Dios nos sorprende con cada sorpresa… A esos padres tan piadosos y buenos les quiso hacer un regalo especial. Pero mira, quiero decirte algo de aquella casita del nacimiento, no hablo de Belén que eso ya quedó atrás en diciembre, sino de la calle Santa Lucía. Porque es que es una “casita”, no un palacio, ni un cortijo, ni una mansión adornada con mármoles caros (ni baratos), es de una planta, con el encanto de que tiene tejado de tejas y suelo de ladrillos pero con un “algo” especial, un no sé qué, pero que entras y en lo primero que piensas es en Dios. ¿Por qué será? Estoy seguro de que a Dios le debe gustar mucho lo sencillo y lo humilde; eso es lo que encontrarás en este lugar bendito: sencillez, limpieza, pobreza y mucha paz. ¿Qué más se puede pedir? Al entrar, a la derecha está la capilla, o mejor: “capillita”. No tiene una torre con campanas que voltean, donde puedan anidar las palomas (menos mal, con lo limpias 16
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Feliz “cumple” Santa Ángela que son las Hermanas no te digo “na” el trabajo que iban a tener); bueno pues al entrar, a la derecha, te encuentras en una habitación en la que hay un altar pequeño, casi como de juguete, que preside, sobre el Sagrario, una preciosa Virgen, que yo llamo de los Ángeles por los muchos angelitos que tiene a sus pies, pero resulta que una Hermana me hizo notar que me fijara bien porque la Madre señala el Corazón de su Hijito que lo tiene descubierto. Entonces ¿cómo la llamamos de los Ángeles o del Sagrado Corazón?, aquí me entró a mí la duda, pienso que los dos nombres le vienen bien. El altarcito reluce, no tanto por el dorado sino por lo limpísimo que está. Allí se encuentra Jesús en su “casita” del Sagrario, pero ¡qué a gusto debe encontrarse en medio de aquella pequeña comunidad tan acogedora y sonriente! que cuida con tanto esmero de aquel lugar, el principal de la casa, donde Jesús es el huésped de honor y Angelita se hace presente en el recuerdo. Pues mira, te digo una cosa: tú te pones allí a rezar y parece que estás viendo a los bienaventurados del cielo, embobaos, sin pestañear, mirando a la Santísima Trinidad, porque esa misma sensación sientes tú y… miras y remiras hasta ver en tu mente a un niñita que nació allí, sí donde está el altar, en aquel lugar, a la que pondrían por nombre Ángela y, después de que estés un buen rato como extasiado, tendrás la sensación de que Sor Ángela se te acerca sin hacer ruido y te dice al oído: “Dios es bueno y te quiere mucho” y te anima a cantar: “Felices son los pobres, los que todo lo han dejado, porque es de ellos el Reino de los cielos. Felices los que lloran al ver a sus hermanos, porque encontrarán consuelos a su tristeza…” y otras cosas bonitas hasta que… abres los ojos y empiezas a fijarte en otras cosas, se ve todo tan pobrecito: techo de madera pintada de marón oscuro, sin una mota de polvo, que soporta el tejado; paredes blancas con los cuadritos, pequeños, de las estaciones del Vía-Crucis. (Si no sabes lo que es un Vía-Crucis pregúntaselo a las Hermanas que saben mucho de esto) Rodea la estancia un zócalo de madera y en dos pedestales lo que nunca falta en una capilla de las Hermanas: San José, San Francisco de Asís y dos 17
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Feliz “cumple” Santa Ángela tesoritos importantes, las reliquias de Santa Ángela de la Cruz y de Santa María de la Purísima de la Cruz. No hay bancos sino algún que otro banquito de madera o alguna silla baja de enea para las Hermanitas que ya han pasado por muchos cumpleaños, a las que se les quejan sus rodillas y les piden que, por favor, no se sienten en el suelo. Detrás hay un hueco de puerta, sin puerta, que da a lo que sería otra habitación y que ahora hace de “Sacristía” donde se reviste el sacerdote que todos los días, muy tempranito, celebra la Santa Misa. Y aquí ¿qué hay? Pues un armario antiguo que contiene todas las casullas, algunas muy antiguas y otras preciosas que, seguramente, serían regaladas por algún devoto de nuestra Madre Ángela. Un pequeño mueblecito y una cómoda que, sabe Dios los años que tendrá porque es calcaíta a una que tenía mi madre y que ahora sigue utilizando mi sobrina, una joya de más de un siglo, con cajones que guardan manteles y ropa de altar; sobre ella le colocan al sacerdote su alba y la casulla correspondiente con el color litúrgico del día para que se revista para la Misa. Preside la sacristía, además del crucifijo y una preciosa imagencita de la Inmaculada, un cuadro que me ha llamado la atención y, permíteme que te diga algo de él, mira: Según mis noticias su autora fue Mª José Álvarez en 2005, utrerana y sobrina de una Hermana de la Cruz. En él se nota su delicada mano femenina y su imaginación. Al contemplarlo parece como que eres elevado al cielo, quieres como acompañar a Sor Ángela que está entrando en la gloria con una luz celestial y una simpatía joven que te envuelve; tras ella hay una Cruz blanca, sin dolor, que arranca de los escalones que representan la vida terrena. De sus manos caen unas florecitas, como “gracias celestiales”. En la parte baja del cuadro vemos dos pobres, uno más joven y otro mayor y, en el rinconcito de la izquierda una Hermanita atendiendo a una niña pobrecita. En cada escalón hay una frase, con letras de oro, propias de nuestra Santa: En el primer escalón dice: “Nuestro país es la Cruz”; le sigue otro en el que se lee: “No ser, no 18
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Feliz “cumple” Santa Ángela querer ser”; en el tercero: “Sólo mi Dios y mi Dios sólo”; y el último: “Levantaría un altar a la voluntad de Dios”. Finalmente algo que no puede faltar: un canasto con pan y un recipiente de barro. No me digas que no es original, la autora no parece haber copiado de nada, ha plasmado la idea que tenía en su mente; en lo que aprecio una pequeña inspiración es en el rostro y toca de aquella fotografía que mandó hacer el Padre Torres a Sor Ángela, joven y arrodillada con el hábito de las Hermanas. En la casa hay otras muchas cosas entrañables que nos hacen recordar a nuestros mayores porque, vamos, no me digas que si vemos la cocina de cuando se cocinaba con carbón, con la manopla y el puchero, el pozo, las piletas de lavar ropa (esas sí que eran buenas lavadoras, no las de ahora, cuyo motor eran los puños y los brazos de las mujeres) ¡qué tiempos! Pues las Hermanas, con mucho acierto, lo conservan todo. Hay otras estancias con “reliquias” de Madre: hábito, utensilios diversos…y hasta la pila bautismal en la que la bautizaron y un patio. ¡Ay, que patio! Cuando lo ves… te da una alegría, a él dan todas las puertas de las primitivas habitaciones. Imagínate: como el de un corral de vecinos, de los antiguos pero a lo pequeño ¡Lo que tienes que hacer es ir a verlo! Yo me hago la idea de que me siento en medio del patio, al anochecer de una tarde de verano, comiendo pipas, con un búcaro al lado y cerrando los ojos ves: A una hacendosa mamá, con una carga de familia grande; a un marido que solía llegar del trabajo muy cansado y a unos niños que juegan, discuten y, seguro, que pelean corriendo por aquel lugar que, hoy se encargan las Hermanas de que esté bien cuidado, con sus macetas y su suelo de ladrillos bien pintado y reluciente; pero seguro que doña Josefa se preocupaba de ocupar a sus hijos, de que le ayudaran, de reunirlos para comer y también para rezar, pues todos los días rezaban el santo rosario en familia. En fin, qué te voy contar amig@ mí@, sólo pensar en lo que hubo por allí le hace a uno caer en la cuenta de que “Dios enaltece a los humildes.”
Luis Cornello Espina, sdb. 19
...LAS FAMILIAS
Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo Muy querida y amada familia en Dios nuestro Señor: ¿Cómo os encontráis cada uno? En ésta no hay otra cosa particular más que lo que ya sabéis. Os escribo sólo para repetiros lo que siempre os estoy diciendo, que procuréis, especialmente en el trato entre vosotros, trabajar el carácter, modificarlo. Cada uno en el hogar, deje su manera de ser y no tenga otra más que la de Jesús, que para eso sois familia, para que en el matrimonio os olvidéis de lo que fuisteis antes de casaros, y no ser más que un pobre servidor enamorado el uno para el otro; y así también los demás. Fieles imitadores de lo que aprendemos de Nuestro Señor Jesucristo al verle hablar, tratar, actuar, estar, en los Santos Evangelios. Esto os puede servir de punto de mira y examen en un día de retiro o en algún rato de oración: ¿Cómo imito a nuestro Señor en mi vida de matrimonio, de familia? Y encontraremos una inmensa diferencia. No trabajamos para ser mansos y humildes de corazón como Él nos enseña y nos lo dice: “Aprended de mí” (Evangelio de S. Mateo 11, 29). Pues no lo somos porque está nuestro corazón lleno de afectos y caprichos desordenados; y como la vida y la convivencia de familia, nos dificulta que podamos entregarnos a esos afectos y caprichos en muchos momentos, por eso no podemos ser tan mansos y humildes de corazón como debíamos. Vaciemos el corazón de todo; no amemos por encima de todo ningún capricho nuestro. Primero Dios, y después el otro, el que vive conmigo, junto a mí. No amarse por encima de los demás, no pensar uno solo en sí mismo, o “primero yo”, y veremos cómo entonces nada nos turba, ni nos inquieta ni nos
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SOR ÁNGELA DE LA CRUZ, CARTAS A...
...Las Familias pone raros en casa. Pues todo nace de alguna de estas cosas que nos arrancan de nuestro corazón o que no conseguimos, y no podemos sobrellevar la mala impresión que nos hace y lo manifestamos con esos enfados y disgustos. No amemos nada ni a nadie por encima de Dios, y entonces si nos privan de las cosas, de gustillos y caprichos, nos alegraremos; porque si es una cosa que nos gusta, con la poquita de mortificación sentida por su privación nos acercaremos más a Dios y todo se convertirá en una alegría tan honda, que no encuentra comparación con ninguna otra. Y lo mismo digo cuando nos separen de las personas, si amamos por encima de todos a Dios, hasta la separación de los más amados, la iremos viviendo con la ayuda de su Gracia, con dulzura y mansedumbre. Y si el amor a nosotros mismos lo convertimos en amor a Dios y en tomar conciencia de lo “poquita cosa” que somos, aunque para Él somos ¡tan grandes!; entonces ni que nos humillen, ni que nos abochornen, ni que nos arrinconen ni que nos trastornen nuestros planes, ni nada de lo que nos pueda suceder contrario a nuestra propia voluntad y manera de ser nos pondrá de mal humor, sino que nos llenará de alegría al ver que con esos actos de mortificación nos acercamos más a Dios, que es el gran objeto de nuestro amor. Y saliendo de nosotros mimos, sentiremos también la felicidad que produce el darnos a los demás al olvidarnos un poco de nosotros. Hacedlo así, querida familia, para que nuestro Dios, Padre tan bueno, os bendiga en esta y en la otra vida, y le amemos sin cesar por toda la eternidad. Y vuestra pobre Madre lo hace en nombre de Dios. Sor Ángela de la Cruz ADAPTACIÓN DE LA CARTA A LA COMUNIDAD DE VILLAFRANCA 16 DE SEPTIEMBRE DE 1890. SOR ÁNGELA DE LA CRUZ. EPISTOLARIO PERSONAL. Edit. BAC Cta. Nº 60 ADAPTACIÓN REALIZADA POR EL P. JON GARCÍA ESCOBAR PBRO.
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50 ANIVERSARIO HERMANAS DE LA CRUZ EN VILLACARRILLO (1965-2015) Mediada la década de los 60, D. Cristóbal Millán Poblaciones, ilustre villacarrillense, se convierte en benefactor de las Hermanas de la Cruz al facilitarle el terreno y la construcción de su casa en Villacarrillo. Miembro de una de las familias más pudientes de nuestro entorno, D. Cristóbal, hizo aquí su mejor obra entre sus muchas otras acciones de caridad hacia sus convecinos. Comienza pues, la andadura de una de las congregaciones religiosas de nuestro pueblo, que para mí, y para innumerables personas más, tanto bueno nos han reportado. Santa Ángela de la Cruz tiene a partir de entonces el terreno físico y espiritual necesario para que su obra llegue a todos los villacarrillenses y a aquellos que se acercan a la puerta del convento situado en la calle que hoy, lleva su mismo nombre. El espíritu de la Santa invade las calles de Villacarrillo portado por las Hermanas, y se las puede ver, vistiendo unos hábitos austeros, llevando consuelo, y prestando ayuda principalmente a pobres y ancianos desatendidos.
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HABLAMOS DE ELLA
50 Aniversario Hermanas de la Cruz en Villacarrillo (1965-2015) La misión de estas religiosas en Villacarrillo, va más allá de la atención a pobres, enfermos y ancianos. En su modesta casa, exenta de comodidades superfluas, se habilita también las instalaciones necesarias para acoger a muchachas y niñas que van a ver complementada su formación en otros aspectos mundanos y principalmente en el aspecto religioso. Formación básica escolar, formación complementaria en una aula de mecanografía, corte y confección, labores de bordados u otras tareas primorosas, son junto con la enseñanza cristiana, las tareas que acometen estas hermanas dentro de su propia casa. A finales de la década de los 70, con una trayectoria ya consolidada en nuestra localidad es cuando yo, por necesidad de una formación específica, entro a formar parte como alumna de las Hermanas de la Cruz. En el convento de las Hermanas de la Cruz había una misteriosa alegría, y eso a pesar de que sus moradoras, a ejemplo de Santa Ángela, viven una vida de cruz, de constante penitencia. Ellas, como la fundadora, están clavadas en la Cruz “enfrente y muy cerca de la de Jesús, porque fuera de la Cruz, que han elegido voluntariamente, se sienten forasteras. Tres aulas que albergaban a las alumnas que diariamente, en clases vespertinas, recibían su formación finalizando cada día con la visita a la Capilla. La primera hermana con la que tuve contacto, y creo que todas las mujeres que por aquí hemos pasado, fue Hermana María Rosa. Su espíritu austero, su carácter firme, la hacía la Hermana ideal para dirigir a aquellos grupos de mujeres y muchachas que pasaban por la casa para instruirse y orar. Subir a la segunda planta significaba que ibas a aprender corte y confección. Chicas más adultas formaban el alumnado de aquella aula que dirigía con maestría hermana Santa Marta. Su carácter tranquilo, amable, su vida dedicada a su vocación 23
HABLAMOS DE ELLA
50 Aniversario Hermanas de la Cruz en Villacarrillo (1965-2015) de religiosa y su bagaje como Hermana de la Cruz, hacían que la tarde con ella pasara amenamente entre patrones, hilvanes e historias de la propia Santa Ángela, que ella conoció en persona. Hermana Custodia era por aquel entonces la más joven de las tres hermanas que nos dirigían como alumnas en cualquiera de las disciplinas que ellas regentaban, un carácter abierto, jovial, la ternura de su mirada, la amplitud de su sonrisa, hacían que empatizaras rápidamente con ella. El día finalizaba con la visita a la Capilla, unos minutos de recogimiento y oración para dar gracias por lo recibido y que de algún modo, a todas nos ayudaba a encontrarnos un poco más con nosotras mismas y con Dios. No hay que olvidar que de vez en cuando se asomaba a las aulas Hermana Joaquina. Su presencia imponía autoridad, pero, su mirada sonriente detrás de sus lentes correctoras, hacía entrever una persona humilde, de inmenso corazón y de abnegada entrega a su misión de superiora que ejercía por aquellos años en el convento. En la actualidad las hermanas siguen con su mismo trabajo de oración y de dedicación hacia los demás. El auxilio de los enfermos, la caridad con los más pobres y desfavorecidos en esta vorágine de vida consumista que llevamos, la formación personal y religiosa en grupos de catequesis, la atención personalizada de ancianas que conviven con ellas en la residencia destinada a su estancia diurna y nocturna, todo realizado sin apartar los ojos nunca de Dios, y sin olvidar ni uno sólo de los preceptos de Santa Ángela de la Cruz. Todo esto supone la flor espiritual más hermosa que cada día, y sin hacer ninguna ostentación, ellas depositan a los pies de su Santa que desde el pasado mes de Febrero está fuera vigilante, guardando esta casa y sus moradoras y dejando su bendición a todos los que por allí pasamos y disfrutamos de lo que representa la escultura. Como cierre a esta intervención, quiero en nombre de todas las antiguas y actuales alumnas, mostrar nuestra admiración hacia toda la congregación y su labor diaria no como mero cumplimiento, sino agradecimiento de lo que en nuestras almas, nos llevamos de ella. Gracias. Juana Garvín Bustos Villacarrillo, Junio 2015
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Queridas hermanas en Cristo: Esta es mi experiencia de vida antes, durante y después de la intervención quirúrgica en el cerebelo. Recibo la noticia de tener un tumor y a partir de ese momento todo es confusión, desasosiego, sin sentido….. Pero lo importante se pone en marcha. La oración de hijos, nietos, familiares, hermanos de comunidad, amigos, compañeros de trabajo, todos aquellos que me conocen y hasta los que no me conocen. Y entonces aparece la paz y la tranquilidad, a pesar del sufrimiento y la cruz. He visto y vivido la fuerza de la oración, con la que poder abrazar esta cruz, a la que no quería subir. Días antes de la intervención me dejan dos reliquias de Juan Pablo II y posteriormente, la reliquia de Santa Ángela que, como me explica mi hijo mayor, quien me la entrega, debo poner bajo la almohada hasta el día de la intervención. Todos los días rezo la oración de Santa Ángela y ésta me produce una tranquilidad extraordinaria, a pesar de no aceptar este momento de mi vida. Llega el día de la operación y pido a Santa Ángela que, una vez más, interceda por mí ante Cristo, lo que me produce paz y sosiego. Estoy en sus manos. Abro los ojos en la UVI y lo primero que hago es dar gracias a Santa Ángela y a Dios por seguir aquí. Hasta que Él quiera, pues sus motivos tendrá para mantenerme con vida. Todo esto ha servido para que mi mujer y yo estemos más unidos y se arreglen diversas situaciones en la familia. Doy gracias a Dios porque de este estado de muerte y desesperanza ha salido vida para mí y para los que me rodean. Tanto la operación como el postoperatorio han sido algo extraordinario, un milagro, pues según la neurocirujana: “Ha pasado lo mejor que podía haber pasado”. Tengo que dar muchas gracias a todos aquellos que han rezado por mí, que han sido muchos, pero de una manera especial a vosotras, hermanas, que sin conocerme habéis orado durante las doce horas que ha durado la intervención, sosteniéndome en la fe y la esperanza. Según me dijo mi hijo mayor, que habló con vosotras para deciros que la intervención había terminado, le comentasteis que había pasado lo que esperabais, que todo iba a salir bien, que abrirían, cerrarían y como si nada. Seguramente habré dejado muchas cosas sin escribir, aunque creo que con estos retazos sea suficiente para dar gracias a Dios. Puedo deciros que, a pesar del sufrimiento, ha sido una experiencia maravillosa. Muchas gracias. Ángel 25
ESPECIAL CANONIZACIÓN
MISA DEL PEREGRINO EN ROMA
Procesión de entrada en la Misa de acogida del peregrino. Chiesa Nuova, Roma. -La Misa de acogida a los peregrinos antes de la canonización se convirtió en un homenaje improvisado a las Hermanas de la Cruz. -El cardenal Blázquez agradeció a las religiosas su misión: “Nos transparentáis el rostro de Dios”. El sábado, Roma era una marea de mochilas celestes con el retrato de la nueva santa del Instituto de la Cruz. Peregrinos de las 53 casas que tienen por el mundo las Hermanas, en España, Italia y Argentina, deambulaban por el centro de la Ciudad Eterna con el afán de conocer sus más bellos rincones. De Sevilla, donde está la Casa Madre y donde fundara la Compañía Sor Ángela hace 140 años había muchísimos, en su mayoría mujeres. La representación de Argentina era muy numerosa. Era un grupo compacto que se alineaba en torno a su bandera blanquiceleste. En la Plaza Venezia, en los escalones del monumento al 27
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Celebraciones. Misa del peregrino en Roma soldado desconocido mostraron su poderío. También había grupos más pequeños de las ciudades donde veneran a las Hermanas de la Cruz. Era el caso de Jerez de los Caballeros, capitaneados por Gervasio Rodríguez Pérez, presidente de la Confraternidad de Hermandades de la Vera Cruz, dejaron patente su cariño a la nueva santa y a las Hermanas de la Cruz. Todos, los que iban individualmente o en grupo, se dieron cita de forma masiva en la Iglesia de la Chiesa Nuova, en el Corso Vittorio Emanuele, el día antes de la Canonización para asistir a la Misa de los peregrinos cuya concelebración presidió el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Ricardo Blázquez. La cita era a las seis y media de la tarde pero desde las tres los peregrinos se agolpaban a sus puertas. Una hora antes era imposible encontrar asiento en el templo. Los fieles ocuparon los confesionarios y hasta los pequeños escalones de acceso a las capillas. Un cuadro de Madre María de la Purísima, que al día siguiente sería Santa María de la Purísima de la Cruz, estaba situado junto al altar, adornado con flores rojas y amarillas, los colores de la bandera de España. La llegada del cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, puso, de manera espontánea, literalmente a la Iglesia de pie mientras los asistentes iniciaron un largo y cálido aplauso que acompañó al prelado tan querido en Sevilla hasta que llegó a la sacristía. También fue recibido con aplausos el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo. Numerosos obispos y sacerdotes concelebraron con el cardenal Blázquez esta Misa de vísperas de un acontecimiento tan solemne e importante para el Instituto de la Cruz, entre ellos Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, la ciudad donde nació Madre María de la Purísima; el obispo auxiliar de Sevilla monseñor Santiago Gómez Sierra; el castrense Juan del Río y José Mazuelos, de Jerez-Asidonia.
Así adornaron sus hijas el cuadro de la Futura Santa, expuesto a la veneración de los fieles en la Chiesa Nuova, la tarde del 17 de octubre. 28
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Celebraciones. Misa del peregrino en Roma
Una de las calurosas interpretaciones del coro de las Hermanas durante la Misa del Peregrino, en Roma. La capilla musical corrió a cargo de las Hermanas que parecían un coro de ángeles. En el inicio de la Eucaristía el postulador de la Causa de Canonización de Madre María de la Purísima, el capuchino Alfonso Ramírez Peralbo resaltó que la nueva santa, a la que se refirió como un “calco de Santa Ángela”, es el resumen y la mejor herencia del Sínodo de la Familia que en esos días se celebraba en Roma, ya que “aprendió las bienaventuranzas en la escuela de su familia”. Destacó que “fue pobre, humilde y misericordiosa” y es un reclamo a los consagrados “para vivir con la misma fidelidad en el día a día”. A las Hermanas de la Cruz les dijo que eran el fiel testigo de Madre María de la Purísima porque “en su nombre seguís portando el estandarte de la fidelidad en un mundo en el que todo se usa y se tira”. En la homilía el cardenal Ricardo Blázquez señaló dos detalles personales que lo unían a Madre Purísima y a las Hermanas. Señaló su gratitud personal por las visitas que Madre María de la Purísima hizo a Valladolid cuando él era allí pastor, y también el hecho de que la Casa de las Hermanas en Roma forma parte de la parroquia de la Chiesa Nuova, la que le asignó el Papa. Esa iglesia está ligada a San Felipe Neri, enterrado en ella, y que fue el evangelizador de la Alegría. Monseñor Blázquez se unió a las Hermanas en su acción de gracias por el regalo de su hija Madre Purísima, por el milagro de Santa Ángela y el milagro entre Madrid y Sevilla de la nueva santa: “Quiero agradeceros vuestra vocación, vuestra misión porque nos transparentáis el rostro de Dios”. Explicó que los santos son una ventana abierta a un horizonte de fe “una ventana que muestra a Dios”. Refiriéndose al 29
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Celebraciones. Misa del peregrino en Roma Evangelio del día en el que Jesús dice a sus discípulos que el que quiera ser el más grande es el que debe servir más a los demás, señaló que Madre Purísima eligió ser pobre viviendo entre los pobres y seguir a Jesús pobre “para llevar una sonrisa a casa de los pobres, decía, y es que ella veía a Jesús en los pobres”. Señaló que su vida tuvo “consecuencias evangélicas”, y afirmó que la talla de las personas es su capacidad de entrega a los demás. Se dirigió a las religiosas de la Cruz para decirles: “Hermanas necesitamos rostros que nos remitan a Dios. Necesitamos vuestra presencia, vuestra mirada. Vuestra coherencia ante el Señor, la pobreza evangélica, la Cruz y la entrega a los demás sin beneficio. A los pies de Cristo habéis aprendido a seguirlo. Nos mostráis el rostro transparente de Dios. Que Dios continúa estando entre nosotros. Que Dios existe y es bueno”. A los elogios del presidente de la Conferencia Episcopal a Madre Purísima y a las Hermanas se sumó luego el de los fieles al final de la Misa. En la puerta conforme iba saliendo el público se agolpaba y esperaba. Querían ver salir a las Hermanas. Los grupos mostraban pancartas de su procedencia. Montellano y Tucumán fueron muy activos y coreaban frases. Cuando empezaron a salir las Hermanas los peregrinos comenzaron a aplaudir y a gritar “Vivan las Hermanas de la Cruz”. Las religiosas apenas Peregrinos, en la Plaza del Santo Oficio, podían pasar por el estrecho pasillo esperando impacientes el acceso a la Plaza. que se había formado. Muchas bajaban la cabeza, azoradas y tímidas. Otras sonreían y saludaban a los fieles. Y es que la víspera de un día tan gozoso trajo también la alegría del reencuentro de personas con monjas que habían estado en sus ciudades durante años y luego fueron trasladadas o simplemente la ilusión de ver en Roma a las Hermanitas cercanas, referentes de la misión tan grande de un Instituto tan humilde. Tampoco faltó el recuerdo de los peregrinos a las Hermanas ausentes que permanecieron en sus puestos cuidando a las niñas, las ancianas, los pobres y los enfermos en las 53 casas de la Compañía. Las recordaban y también todo su trabajo para que los viajes se hubieran llevado a cabo. La noche del sábado 17 de octubre de 2015 como preludio de la canonización de Santa María de la Purísima, el corazón de Roma sintió, aplaudió y vitoreó en español a unas santas cotidianas que siguen a Cristo con alegría en una vida de Cruz, humildes y pobres con los pobres. Gloria Gamito 30
“SANTA MARÍA DE LA PURÍSIMA YA ES PAREJA DE SANTA ÁNGELA, EN EL CIELO” Las Hermanas de la Cruz siempre van en pareja. Una habla y otra sólo sonríe. En el cielo hay ya una pareja santa: Ángela de la Cruz y Madre María de la Purísima. Las dos sonríen y las dos hablan con su vida de entrega a los demás, con sus favores y milagros. Diferentes circunstancias, el mismo camino de santidad, la entrega a los pobres y necesitados. Roma se tiñó de celeste el 18 de octubre con los miles de españoles que acudieron a la canonización de Madre María de la Purísima, entre ellos más de 6.000 sevillanos. - Hubo aplausos cuando fue proclamada la nueva santa aunque el Vaticano pidió que en el acto no se agitasen pancartas, carteles ni banderas. - Cuando el Papa Francisco recorrió la Plaza de San Pedro en el “papamóvil”, Enrique Ayarra, el organista de la Catedral de Sevilla, tocó “Coronación de la Macarena” y las sevillanas del adiós. - La imagen de Santa María de la Purísima que eligieron las Hermanas de la Cruz para presidir la ceremonia es una fotografía de Juan Haretón. La Plaza de San Pedro era una marea de pancartas y mochilas celestes y de banderas rojas y gualdas. Miles de españoles, entre ellos más de 6.000 sevillanos, y un numeroso grupo de argentinos, representantes de las 53 ciudades donde el Instituto tiene casa, en España, Italia y Argentina, arroparon a las Hermanas de la Cruz en la canonización de la segunda santa del Instituto. En la ceremonia fueron canonizados también el sacerdote Vicenzo Grossi, italiano, fundador de Las Hijas del Oratorio, y los franceses Luis Martin y Zélie Guérin, padres de Santa Teresita del Niño Jesús, también llamada de Lisieux. A las 8 de la mañana estaba previsto que se abrieran las puertas del Vaticano para dejar entrar al público asistente a la canonización, pero desde antes de la siete los accesos a los escáneres eran un hormiguero de personas. Casi todas llevaban distintivos de los nuevos santos que el Papa iba a canonizar. Esas banderas o 31
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Noticias Publicadas. “Santa María de la Purísima ya es pareja de Santa Ángela, en el cielo” medallas eran, en la masa, el carnet que avalaba la procedencia y la fe. La razón de la peregrinación en el amor a Jesús y a María. Los reposteros con las imágenes de los nuevos santos estaban situados tras el altar. El estandarte de Madre María de la Purísima, situado a la derecha, era una fotografía de Juan Haretón, que las Hermanas de la Cruz habían elegido para el acto. Así aparecía la Plaza de San Pedro la mañana del 18 de octubre.
Antes de la ceremonia se rezó el santo rosario y se cantó la Salve. El cardenal Angelo Amato, S.D.B., prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, que actuó como representante del Papa Benedicto XVI en la Beatificación en Sevilla de Madre María de la Purísima, fue el encargado de realizar con el Papa el rito de la canonización. Él leyó las breves biografías de los nuevos canonizados y el Papa rubricó su inclusión en el Libro de los Santos con su “Decernimus”.
Peregrinos en la Plaza del Santo Oficio impacientes por participar a la ceremonia de Canonización.
Como antes de la ceremonia, por megafonía y en varios idiomas se rogó a los asistentes que vivieran el acto con fe y esperanza y sin agitar carteles, pancartas ni banderas, los asistentes que llenaban a rebosar la Plaza de San Pedro, se mostraron muy cuidadosos en sus manifestaciones mientras se desarrollaba la ceremonia. Pero al tener lugar la proclamación los aplausos fueron rotundos.
Tapiz de la Nueva Santa en la monumental fachada de la Basílica de San Pedro. 32
A la vez, a las 10 y 32 minutos. Una vez proclamada la santidad de Madre Purísima, las campanas de la Giralda y de la Basílica de la Macarena repicaron a gloria en el cielo de
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Noticias Publicadas. “Santa María de la Purísima ya es pareja de Santa Ángela, en el cielo” Sevilla. Otra Hermana de la Cruz, madrileña de nacimiento y sevillana de elección, entraba en el Libro de los Santos por su humildad, pobreza y fidelidad, ataviada con la estameña que abriga a los pobres y a los enfermos, que sabe de velas y de renuncias, de dolor humano, y sobre todo de la alegría del amor. En la homilía, el Papa Francisco señaló que Jesús nos invita a pasar del afán del poder al gozo de servir “ya que el más importante es el que más sirve, es el que se desvive por sus hermanos”, afirmando que “ejerce la verdadera autoridad de la Iglesia el que sirve a los demás y vive sin honores”. Dijo que los nuevos santos “que ahora velan por nosotros y nos sostienen con su poderosa intercesión” habían dado “un testimonio luminoso” que nos estimula a perseverar en el camino del servicio alegre a los hermanos. Refiriéndose a Madre María de la Purísima destacó “su servicio a los pobres y enfermos”. Con el Papa concelebraron el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, el arzobispo emérito de Sevilla, cardenal Carlos Amigo Vallejo, y el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, entre otros prelados. Un lugar destacado ocuparon la Madre General de
A pesar de la aglomeración de peregrinos la celebración se destacó por el silencio y fervor. 33
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Noticias Publicadas. “Santa María de la Purísima ya es pareja de Santa Ángela, en el cielo” las Hermanas de la Cruz, Sor Reyes de María de la Cruz, acompañada por la Hermana Ana de Jesús, encargada de la documentación de la Causa; el postulador de la Causa de Madre Purísima, el capuchino fray Alfonso Ramírez Peralbo y el vicepostulador y vicario general de la Archidiócesis de Sevilla y deán de la Catedral, Teodoro León, así como Francisco José Carretero, “el Carre” armao de la Macarena beneficiario del milagro de la Canonización. Varias Hermanas de la Cruz participaron en la procesión. Una llevaba las reliquias de Santa María de la Purísima que se guardan en el Vaticano, y las otras llevaron velas y flores. Fueron las encargadas de la lectura y de la petición la Hermana María del Redentor, de la casa de Roma, y la Hermana Ana Beatriz de la Cruz.
El Santo Padre Francisco, recibe los dones de pan y vino para la celebración Eucarística de manos de los sobrinos de Madre María de la Purísima, Olga y Guillermo Salvat Ojembarrena, y sus cónyuges Mario Cervigón Fernández y Arancha Prados. Los sobrinos de Madre María de la Purísima Olga y Guillermo Salvat Ojembarrena, y sus cónyuges Mario Cervigón Fernández y Arancha Prados portaron las ofrendas. A la ceremonia asistieron el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril; la secretaria de Estado de Justicia, Carmen Sánchez-Cortés; el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, y el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste. El alcalde de Sevilla, Juan Espadas encabezaba la representación de la ciudad de la que formaban parte; el exalcalde Juan Ignacio Zoido; el presidente del Consejo General de Cofradías Carlos Bourrellier, junto al vicepresidente, Manuel Nieto, el tesorero, Tomás Vega y el secretario, Carlos López Bravo. También acudió el presidente 34
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Noticias Publicadas. “Santa María de la Purísima ya es pareja de Santa Ángela, en el cielo”
Uno de los innumerables gestos de cercanía del Papa Francisco saludando a los peregrinos al final de la ceremonia. de Manos Unidas en Sevilla, Joaquín Sainz de la Maza y su mujer, Marta; el teniente de hermano mayor de la Macarena, Santiago Álvarez, y el hermano mayor de la Amargura, José María Pedernal. Tras el acto de la Canonización el Papa rezó el Ángelus. Luego, subido en el “papamóvil” recorrió la Plaza de San Pedro, bendiciendo a los asistentes que lo aclamaban. El organista de la Catedral de Sevilla, Enrique Ayarra, fue el artífice del delirio cuando interpretó la marcha “Coronación de la Macarena” y las sevillanas del Adiós que se le cantaron al Papa Juan Pablo II en su primera visita a España cuando beatificó a Sor Ángela de la Cruz. El Papa Francisco saludaba a los fieles mientras la megafonía irradiaba sones muy sevillanos. Si Sevilla fue Roma para las beatificaciones de Sor Ángela y Madre Purísima, Roma se sevillanizó el día que Madre Purísima fue santa. Qué bonito y entrañable fue el guiño del padre Ayarra a las Hermanas y a los sevillanos. Desde el 18 de octubre en el cielo hay una pareja santa de Hermanas de la Cruz, Sor Ángela y Madre Purísima. En la tierra, sus hijas siguen haciendo el bien tal y como ellas les enseñaron. Y en Sevilla hay una capillita blanca y sencilla donde no cabe más verdad y más santidad. Gloria Gamito
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MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS EN SANTA MARÍA LA MAYOR Después del día grande de la Canonización, los peregrinos permanecieron en Roma. No podían dejar la Ciudad eterna sin unirse en racimo apretado alrededor del altar para dar gracias a Dios por tantos beneficios recibidos, y lo hicieron de la mano de la Santísima Virgen a la que Santa María de la Purísima tenía tanto amor y devoción.
Así aparecía la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro Basílicas Mayores de Roma, engalanada para la Misa de Acción de gracias por la Canonización. El día 19 a las 4 de la tarde La Basílica de Santa María la Mayor se llenó de peregrinos agradecidos con una vivencia en el alma, de gozo, gratitud, de amor a la Santa Iglesia y deseos de aspirar a la santidad. Al igual que en la Chiesa Nuova el cuadro de Santa María de la Purísima estaba delante del hermoso presbiterio, a la derecha del tesoro de tanto valor espiritual como es el pesebre de la cueva de Belén que allí se encuentra. Detrás del cuadro, junto al presbiterio estaba situado el coro que cantó preciosamente la Santa Misa estrenando al final el himno a Santa María de la Purísima. Comenzó la Eucaristía con las palabras del Postulador, dando gracias a Dios y ensalzando las virtudes de la nueva Santa. Presidió el Cardenal Santos Abril concelebrando con él numerosos Cardenales, obispos y sacerdotes. En su homilía habló con admiración de la nueva Santa. Dijo 36
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Celebraciones en acción de gracias. Misa de acción de gracias en Santa María la Mayor que su vida es una luz que brilla como un fuerte reclamo para nosotros; es la predicación sin cátedra, sin mérito humano, es el reclamo del ejemplo curando heridas con el óleo de su caridad. Ella en su sencillez escogió la mística de la encarnación de Dios en el hermano, pasando a su lado sin hacer ruido, con humildad, realizando las obras de misericordia transparentó la Misericordia de Dios y vivió las Bienaventuranzas. Con esta Eucaristía terminaron en Roma los actos del gran acontecimiento en la Iglesia de la Canonización de Madre María de la Purísima de la Cruz.
Los peregrinos regresaron llenos de gozo espiritual que según ellos no habían sentido antes. Habían palpado la grandeza de la fe en la Iglesia y sobre todo la fe hecha vida en las obras de un alma grande a la que muchos habían conocido, en la que brillaba como una antorcha gigante la sencillez y la alegría.
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LLAMADOS A LA SANTIDAD, SIN EXCUSAS “En honor a la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de una profunda reflexión, invocando muchas veces la ayuda divina, y oído el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos santos a los beatos Vicente Grossi, María de la Purísima, Ludovico Martín y María Azelia Guérin, cónyuges, y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
El Santo Padre da comienzo a la ceremonia de Canonización de Madre María de la Purísima. Con estas palabras, que han quedado grabadas en nuestro corazón, el Papa Francisco declaraba, definía e inscribía en el Catálogo de los Santos a María de la Purísima, séptima Madre General de las Hermanas de la Cruz. Así, el itinerario iniciado en el Estadio Olímpico de la Cartuja de Sevilla el 18 de septiembre de 2010 con su beatificación, quedaba culminado en la Plaza de San Pedro de Roma el 18 de octubre de 2015 con la declaración y definición solemne de su santidad. Se trata de una santa de nuestro tiempo, que vivió junto a nosotros, que muchos la conocimos y hablamos con ella. La sencillez, humildad y vida virtuosa que la caracterizó se hacía notar en su vida. Fue fiel a la observancia de las Reglas. Ha dejado entre todos ejemplos vivos del espíritu de su Santa fundadora, Santa Ángela de la Cruz. Pero este acontecimiento no puede quedar solo en una declaración y definición solemne, sino que debemos captar el mensaje de Dios a cada uno de nosotros: la 38
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Llamados a la santidad, sin excusas santidad es posible en la Iglesia universal. Y es posible porque todos los cristianos estamos llamados a ser santos. Nuestro corazón tiene que vibrar en deseos de santidad. Todos los bautizados, cada uno según su propia vocación, estamos llamados a ser santos, a identificarnos con Cristo. Esa identificación nos obliga a tener presente en nuestra vida las palabras de San Pablo:
“No soy yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20). Hemos de comenzar por fomentar en nuestra alma el deseo de ser santos, diciendo al Señor: “Quiero ser santo”; o al menos, si me encuentro flojo o débil, “quiero tener deseos de ser santo”. Y para que la santidad no se quede en sonido vacío, tenemos que mirar a Cristo. Él es el Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es el iniciador y consumador:
“Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48). Él es el iniciador. Si no fuera así, nunca se nos habría ocurrido la posibilidad de aspirar a la santidad, de identificarnos con Jesucristo para que nuestra vida sea la prolongación de la suya. Ésta es la condición de la santidad para todos, aunque seamos tan distintos: parecernos a Cristo. De ahí, que debemos evitar las excusas que nos impidan ver la santidad como una meta inalcanzable o demasiado lejana. La primera excusa que se debe evitar es sentirnos excluidos de la llamada a la santidad porque nos veamos llenos de miserias. No podemos renunciar a lo que Dios quiere, decía Santa María de la Purísima. No podemos perder de vista que el santo no nace, sino que se hace, y para eso hay que iniciar el camino contando con todas nuestras miserias humanas. Santa María de la Purísima nos dice que debemos mirar nuestras miserias que nos hacen caer con humildad y levantarnos con presteza para seguir caminando. 39
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Llamados a la santidad, sin excusas No podemos engañarnos creyendo que el camino hacia la santidad es fácil, sobre todo porque las mayores dificultades las tenemos dentro de nosotros mismos, son esos monstruos del amor propio y de la soberbia que, como nos decía Santa María de la Purísima, los tenemos dormidos, pero cuando se despiertan son capaces de hacer en nosotros los mayores estragos.
Para ser grande primero tienes que aprender a ser pequeño... la humildad es la base de toda verdadera grandeza.
Por eso, esta excusa sólo se puede vencer con la humildad, para ver nuestra nada y apoyarnos en la fortaleza de Dios. Con Dios y la vida de la gracia es posible ser santos. Sin Dios y sin la vida de la gracia es imposible ser santos. Quizás, al llegar la noche, en el examen de conciencia, tendremos que decirle al Señor: hoy no te ofrezco virtudes, sólo puedo ofrecerte mis miserias humanas, pero con tu gracia seguiré hacia delante.
La segunda excusa que debemos evitar es considerar que la santidad es un ideal “a largo plazo”, un proyecto futuro. Y así se nos puede ir la vida sin darnos cuenta. Cuando tenemos 15 años de edad, decimos que comenzaremos nuestro proyecto de santidad a los 20, cuando tenemos 20 decimos que a los 30, cuando tenemos 30 a los 40, cuando tenemos 40 a los 50. Y así sucesivamente, como si nosotros fuéramos dueños de nuestra propia vida y supiéramos cuánto tiempo vamos a estar en este mundo. Dios no nos ha dicho que debemos comenzar nuestro camino hacia la santidad a una edad determinada, entre otras cosas porque nunca sabemos si llegaremos a esa edad. La santidad debe ser un proyecto diario en nuestra vida. Santa María de la Purísima fue incansable en esa conquista por la santidad durante toda su vida. Ella, siendo niña, quería ser buena porque amaba mucho a Jesús; siendo adolescente quería ser santa y se desvivía practicando las obras de misericordia con los necesitados. Ella hizo su ingreso en la vida religiosa para ser santa. Cuando hizo su profesión temporal el día 27 de junio de 1947, le escribió una frase a su madre, doña Margarita, en una estampa, que dice: “Los santos han sido santos porque han sabido empezar todos los días”. Y así lo demostró ella. Les decía a las Hermanas que en la santidad cada día había que partir de cero. Cada día se veía con la misma ilusión y alegría para vivir la Santa Regla. Era para las Hermanas un ejemplo vivo verla con esa constancia en el trabajo espiritual y a la vez con esa humildad, convencida de que todas sus fuerzas las recibía de Dios mismo. La tercera excusa que debemos evitar es considerar que la santidad es para personas raras, extravagantes, como si no vivieran en este mundo. Nada más alejado de la 40
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Llamados a la santidad, sin excusas realidad, porque el lugar y el modo en los que hemos de alcanzar esa santidad es en nuestro lugar ordinario de vida: en nuestro trabajo y en nuestra familia. Es decir, como nos dice Santa María de la Purísima, en lo cotidiano, en lo diario, siendo fiel en las cosas pequeñas: dedicar sin regateo el tiempo necesario a la oración, sonreír a quien lo necesite, aunque tengamos el alma dolorida, siendo puntuales en el trabajo, amables en el trato, orden y cuidado en los instrumentos de trabajo, no criticar, no murmurar, pedir por quien lo necesite. La santidad grande está en cumplir los deberes pequeños de cada instante, sin hacer cosas raras o extravagantes. El amor a Nuestra Madre Santísima María será siempre la mayor garantía para vencer todos los obstáculos que se presenten en nuestro camino hacia la santidad. Ella, la llena de gracia, intercede siempre por nosotros. Hemos de ser perseverantes en el camino de la santidad hasta el final. Dios que ha comenzado la tarea de nuestra santificación, la llevará a término. Vivamos alegres con esa confianza en Él. Teodoro León, Pbro.
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DIOS EN EL CENTRO Se dice que la primera impresión es la que cuenta queriendo expresar con ello que lo que uno es, lo que uno piensa, lo que uno vive se manifiesta externa e inconscientemente la primera vez que estamos frente a alguien hasta entonces desconocido que lo percibe como el rasgo más distintivo de nuestro carácter. Todos los que hemos conocido y tratado a Santa María de la Purísima en vida, tratamos ahora de exprimir nuestra memoria y sacar todo el jugo posible a los momentos y vivencias con ella. Son momentos con una Santa, una Santa de lo cotidiano y cualquier detalle por insignificante que nos pareciera cuando sucedió, cobra ahora una gran trascendencia. No me resulta difícil revivir mis primeros encuentros con María Isabel, mis primeras impreSanta siones; aquellos en los que empecé a discernir que entre aquellas monjas que frecuentemente Madre María visitaban a mi abuela, había una que era nuesde la Purísima tra tía. Tendría unos cuatro o cinco años y la imagen que recuerdo es la de una Hermana de la Cruz con rasgos familiares que de pie frente a mí agachándose levemente, acercaba su Cruz y me decía con una voz muy dulce: “Olga, dale un beso al Señor”. Probablemente esta primera impresión la compartirán muchos conmigo, porque para Santa María de la Purísima, Dios es siempre el centro. El centro de su pensamiento, el centro de su vida y el centro de la de los demás a través de su apostolado. Es conocida, por repetida, la imagen de Madre María de la Purísima haciendo una genuflexión ante el Santísimo con una niña de la mano que iba copiando sus mismos movimientos. Pequeños detalles, gestos e impresiones de una realidad que ella misma plasmaría también en sus cartas: “desde ahora y más que nunca nuestra única ilusión: Dios. Vivir sólo para Él” y en otro momento escribe: “avivemos nuestro amor al Señor; que sea Él el centro y Rey de nuestro corazón” Coinciden estas primeras impresiones sobre Santa María de la Purísima con tantos testimonios, vivencias, pensamientos y escritos de la Santa que sería imposible recogerlos todos. La casa de las Hermanas en Roma es un piso no muy grande situado junto al Campo de Fiori. Un pedacito de Andalucía cerca del Vaticano, dicen cuántos van allí de visita desde España, con sus macetas de flores y paredes blancas. Allí no falta nada de lo que hay en cualquier otro convento de la Compañía de la Cruz. Lo ocupan las Hijas de Sor Ángela, como los demás y el espíritu de Hermana de la Cruz invade 42
ESPECIAL CANONIZACIÓN
Dios en el centro cada uno de sus rincones. Al contrario que en la casa Madre de Sevilla o la mayoría de las casas de otros pueblos y ciudades, con grandes pasillos y patios, en la casa de Roma todo está a dos pasos. Cuando Madre María de la Purísima lo visitaba, les repetía a las Hermanas lo afortunadas que eran al ocupar aquella casa donde, al ser tan pequeña, tenían siempre al Señor tan cerca. Ejemplo vivo de lo que luego escribiría: “¡Cuantas gracias tenemos que darle al Señor por habernos llamado a la vida religiosa, donde podemos vivir tan cerca de Él y gozar de su intimidad!”.
Corredor de acceso al interior de la casa de Roma, en la cuarta planta, estrenando una ampliación de la pintura de Raúl Berzosa, con Santa Ángela y nuestra futura Santa.
Dios en el centro y rey de su corazón. Recuerda una Hermana que una vez encontró a Madre María de la Purísima ante una imagen de Cristo de las conocidas como Ecce Homo o Cristo doliente. Destacan estas Capilla de la Casa de las Hermanas en Roma. imágenes por representar a Dios hecho hombre reflejando de forma extremadamente realista los signos de la pasión. ¡Cuánto sufrió por nosotros! dijo conmovida, y según recuerda emocionada la Hermana, no podía Madre disimular en su rostro el dolor. Su única ilusión: Dios. Vivir sólo para Él. Se admira el médico de Madre María de la Purísima de su actitud ante la enfermedad y de sus palabras al saber que le quedaba poco, “que alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor”, palabras que surgen de forma natural en alguien para quien Dios ha sido siempre el centro.
“Vale la pena vivir sólo para Dios. Él nos da lo que nadie podrá darnos jamás”. Olga Salvat. Madrid, enero de 2016. 43
SU INTERCESIÓN ANTE DIOS ME DEVOLVIÓ LA VIDA Nunca me decidí a escribir de Ella, la verdad, pero hoy lo hago porque no sólo me levantó cuando caí, sino porque sigue estando ahí para los que la necesitamos. La conocí cuando era Beata, aunque yo no la busqué fue ella la que me encontró, justo, cuando más la necesitaba. Había oído hablar de ella muchas veces al igual que de las santas mujeres que forman el legado vivo de Santa Ángela, despertando en mí la admiración lógica por las obras que realizan, tanto aquí en Sevilla como en gran parte de Andalucía, España y el mundo. El silencio y la tristeza que me rodeaban cuando ella apareció en mi maltrecha vida, presagiaban lo peor para mis familiares y amigos, no siendo así para mí que ni sentía ni padecía. Alguien un día pensó en Ella, para que me rescatase de la prematura oscuridad en la que me hallaba, y junto a un grupo de amigos y familiares comenzaron a pedirle mi curación durante nueve días seguidos, uno tras otro, hasta que una mañana de octubre la luz volvió a mis ojos de la mano de ella, la misma que un día no se conformó con la posición cómoda que le brindaba la vida en el seno de una familia de clase alta, y lo dejó todo para continuar la labor de Madre Angelita. Ella que lo dejó todo para velar las noches de los que no tienen, para asear y sanar cuerpos llenos de llagas y para limpiar y adecentar humildes hogares, que a veces resulta más fácil llamarlos de cualquier otra forma que calificarlos como tales, ella misma fue la que acudió a mí. Los que saben de medicina no daban crédito, repasando una y otra vez los datos e informes de los que disponían, intentaban encontrar una lógica a algo que a ellos se les escapaba de sus conocimientos, y que la ciencia no acertaba a explicar, pero que era evidente para los que tenemos puesta nuestra Esperanza y Fe en Cristo. Cuando “regresé”, por así llamarlo, al mundo de los vivos, me informaron de todo y me pusieron al día: Había sufrido una parada cardiorrespiratoria y mi cuerpo 44
GRAN INTERCESORA ANTE EL SEÑOR
Su intercesión ante Dios me devolvió la vida estuvo 25 minutos sin oxígeno, después quedé “en coma profundo” durante 12 días y cuando pensaban que ya no despertaría más, incluso prepararon los documentos pertinentes para la donación de mis órganos,
Madre María de la Purísima de la Cruz me agarró fuerte de la mano, se convirtió en mi salvavidas y aquí estoy hoy dando testimonio de la grandeza de Dios y dándole gracias. Es increíble, pero nos creemos intocables, inmortales, y siempre miramos a los demás con la seguridad de que no nos puede pasar a nosotros, y el día menos pensado todo se viene abajo y debemos estar preparados. Yo disfruto hoy de una segunda oportunidad gracias a Dios.
Gracias a este milagro, el día 18 de octubre la iglesia católica la reconocía como Santa y así fue proclamada en Roma por el Santo Padre. Pero mi gratitud hacia ella no termina con las gracias que le doy todos los días por lo que hizo en mí, va aún más allá. Macarena, la hermana de un íntimo amigo mío, viene sufriendo una serie de problemas de salud bastante serios a los que los médicos no dan solución, mermando cada día su ánimo junto al de sus familiares, y que la obligaban a quedar ingresada en el Hospital. Después de varios tratamientos fallidos y cuando la desesperación empezaba a hacer mella, en ella principalmente y en su entorno más directo, otra vez viene en nuestro auxilio Santa María de la Purísima; aunque esta vez no era yo el destinatario de su gracia, era Macarena la hermana de mi amigo que la necesitaba como yo un día también la necesité. El día que comencé, junto a su madre, a rezar la novena a Santa María de la Purísima, los médicos iniciaron un último intento, con antibióticos, estaban desesperados ya por la falta de resultados positivos. Al comenzar la novena la enferma comenzó a mejorar y siguió mejorando durante los nueve días consecutivos coincidiendo el último día de la novena con el alta hospitalaria. Hoy Macarena se recupera en su casa por la intercesión de Santa María de la Purísima y está deseando de recobrar fuerzas para ir al convento a dar gracias por todo. Esta es, a grandes rasgos, mi historia con Santa María de la Purísima por lo que le tengo tanta fe y por qué está tan presente en mi vida. Gracias de corazón, una vez más, a todas las Hermanas de la Cruz por todo el cariño y la dedicación que empleáis en daros a los más pobres y necesitados, por el cariño que me dais, tanto a mi madre como a mí, y en especial gracias a Santa María de la Purísima porque un día me levanté gracias a ella, y porque otro día le pedí que levantara a Macarena y también lo hizo. Francisco José Carretero Díez 45
¡¡A MAYOR GLORIA DE DIOS!! Me curó la mañana de su Canonización
El día 8 de junio, me levanté viendo todo doble (a este síntoma se le llama diplopía) y fui al oftalmólogo, el cual me dijo que no era de su especialidad, y que me viera un neurólogo. Así lo hice. El neurólogo me hizo toda clase de resonancias, analíticas y punción lumbar, no encontrando nada patológico en los resultados de estas pruebas. Me tuve que poner un parche en el ojo izquierdo, pues lo tenía muy inflamado. Después de tantas pruebas me aconsejaron otro oftalmólogo, y éste acertó, diciéndome que parecía una fisura carotidea cavernosa. El ojo lo tenía cada vez más inflamado y hemorrágico, hasta tal punto que se puso como una pelota de golf. Fui al neurólogo de nuevo, que al verme me mando urgentemente al sanatorio. Desde allí me trasladaron, en ambulancia, a otro centro que hay en la costa de Benalmádena para ingresar en la UVI. Al día siguiente me visitó un médico neuro-intervencionista y me hizo una arteriografía, certificando que se trataba de una fisura carotidea cavernosa. Me comunicaron que tenían que intervenirme quirúrgicamente para hacerme un embolismo, que ya me avisarían para el ingreso. Llegó el día tan deseado: La Canonización de Madre María de la Purísima. Yo la conocía y le tenía un gran cariño, la había tratado varias veces, pues entré en el Instituto de Hermanas de la Cruz siendo ella Madre General, aunque tuve que salir por motivos de salud. En el momento de la Ceremonia de la Canonización, me puse delante de su fotografía, y le dije con toda la fe que el Señor en esos momentos me daba: “Madre María de la Purísima, tú me conoces, y sabes lo que estoy pasando con la vista, tú sabes que la necesito para el servicio de los pobres, intercede por mí al Señor, hoy no te lo va a negar, es tu gran día; hazlo Madre en este día de tu Canonización”. Inmediatamente después de que el Papa Francisco pronunció la fórmula de Canonización, con mayor fe y confianza que al principio me retiré el parche del ojo izquierdo y empecé a ver completamente normal. 46
GRAN INTERCESORA ANTE EL SEÑOR
¡¡A mayor gloria de Dios!! Transcurridos los días el ojo se fue normalizando, es decir, la hinchazón iba desapareciendo y la hemorragia se retiraba. Fui al neurólogo, y al verme el ojo quedó asombrado; me hizo varias pruebas y comprobó que realmente mi visión era del todo normal, pero había que esperar a que me viera de nuevo el intervencionista. Llegó el día de la cita e ingresé de nuevo en Benalmádena. Me bajaron a quirófano unas horas antes de la que me habían citado. El anestesista me pidió que firmara para ponerme la anestesia general y así poderme realizar el embolismo. Cuando entró el Dr. y me vio el ojo normal, sin parche y sin inflamación ninguna me dijo asombrado: este ojo está normal, ¿qué hacemos? Decidieron hacerme de nuevo otra arteriografía y si la fístula seguía abierta me harían el embolismo. Como los vi un poco admirados, les conté lo de Madre María de la Purísima, aunque con un poco de duda de que se lo creyeran. Cuando vieron los resultados de la arteriografía llegó el anestesista y me dijo: “Tu monja te ha curado, no hay fístula, así que no hay que hacerte nada más, que te suban a planta y mañana el alta”. Esto era un sábado, el lunes siguiente tenía cita con el oftalmólogo que me había diagnosticado la fístula. Cuando me vio el fondo de ojo me dijo: las manchas negras también han desaparecido, tienes la vista perfecta; no hay nada, incluso la tensión ocular que antes estaba en 26, ahora la tienes en 16. Asombrada le conté todo lo que me estaba pasando después de la Canonización y me dijo: “Esto hay que publicarlo” y aquí me tenéis, haciendo el relato y dando continuamente gracias al Señor que por medio de esta gran Santa pude recobrar la vista sin necesidad de intervención quirúrgica ni nada. Estoy muy agradecida a Madre María de la Purísima, porque se acordó de aquella postulante que tanto habló con ella, vaticinando que ella era una Santa, y así ha sido.
¡¡¡Gracias Madre María de la Purísima!!! Siempre estarás en mi recuerdo y cariño. María Teresa Fernández Calvo
Grupo de Peregrinos en Roma de El Cuervo (Sevilla).
Grupo de Peregrinos en Roma de La Palma del Condado (Huelva). 47
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE José Torres Padilla Sacerdote Diocesano, Director Espiritual de Santa Ángela de la Cruz y Cofundador del Instituto de las Hermanas de la Cruz DON JOSÉ TORRES PADILLA
N O TA D E L A R E D A C C I Ó N A través de la publicación del boletín Hermanas de la Cruz damos a conocer la vida de santidad y los favores que reciben los devotos de Santa Ángela de la Cruz y Santa María de la Purísima. A partir de ahora se ampliará con las referencias biográficas y los favores recibidos por los devotos del Siervo de Dios Padre José Torres Padilla, cofundador del Instituto Religioso de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, cuyo proceso diocesano de canonización se abrió el 5 de mayo de 2014 en Sevilla. Con motivo de la apertura del referido proceso diocesano comenzamos a publicar, en ediciones muy reducidas, un boletín dedicado exclusivamente al Siervo de Dios, en el que se daba a conocer su vida y los favores que reciben sus devotos. Al incorporarlo a este boletín, con el fin de que el amplio número de lectores que lo reciben puedan conocer su vida, hemos decido comenzar publicando nuevamente la biografía que ya ha sido editada en los mencionados boletines.
SEMBLANZA DEL SIERVO DE DIOS
Primeros años Nació en la villa de San Sebastián de la Gomera (isla del mismo nombre), en Canarias, el 25 de agosto de 1811; y fue bautizado en la Parroquia de la Asunción de la expresada villa el 31 del mismo mes y año, recibiendo el nombre de José Francisco Luís de los Dolores. La Gomera es una de las siete islas principales de las islas Canarias (España). Está situada en el océano Atlántico, en la parte occidental del archipiélago. Pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Su capital es San Sebastián de La Gomera. La isla tiene unos 12 millones de años de antigüedad. También es conocida como la isla colombina, porque fue el lugar donde Cristóbal Colón se proveyó de víveres y de elementos necesarios antes de partir al Nuevo Mundo en 1492. 48
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA
Semblanza del siervo de Dios
Vista de la Isla de “La Gomera” tomada desde el barco que nos llevaba hasta allí para tomar declaraciones sobre el Siervo de Dios en su lugar de nacimiento: San Sebastián de la Gomera.
Fue creciendo y educado en un ambiente familiar de profundas raíces cristianas, cultivando las principales virtudes que deben adornar a todo buen cristiano. Acompañaba gustoso muchas veces a su padre cuando iba a una hacienda, propiedad suya, en donde tenía su labranza. Uno de esos días observando que su padre hacía tres cruces separando los sembrados, le preguntó para qué lo hacía y su buen padre le explicó que los frutos de cada parte serían destinados unos para la Iglesia, otros para los pobres y la tercera para el sustento de la familia. Esto se le quedó muy grabado al pequeño José, que nunca olvidaría esta enseñanza a lo largo de su vida, compartiendo siempre lo poco que tenía con aquellos que tenían menos. Sus padres, al anochecer, antes de retirarse a dormir, tenían la buena y sana costumbre de sentarse con sus hijos para darles sabias y saludables lecciones que les ayudarían a saber conducirse bien en la vida. Uno de los días en que estaban reunidos en estas charlas formativas, preguntaron a sus hijos qué les gustaría ser de mayor, al llegar el turno al pequeño José dijo que 49
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA
Semblanza del siervo de Dios quería estudiar el oficio de los que no se condenan, y añadió: -mamá, ¿los sacerdotes se condenan?- no hijo, los sacerdotes santos no se condenanpues entonces seré sacerdote. No fue una ilusión infantil, este deseo marcaría toda su infancia y juventud, empeñándose en los estudios de forma tenaz y con una voluntad férrea como veremos más adelante. El ambiente de cariño y alegría en el que creció se vio pronto marcado por un terrible dolor. Tan solo tenía 10 años cuando su madre murió repentinamente y pasada unas horas también abandonó este mundo su querido padre, dejando a los cuatro niños en la más completa orfandad. Al morir sus padres, la casa de sus tíos fue su nuevo hogar, hasta que cumplido los 17 años decidió marchar a la Laguna, donde realizó los primeros estudios de Filosofía, lógica, matemáticas, latín y humanidades en la Universidad de San Fernando. Con la ayuda del Obispo de esta Diócesis se pudo hospedar en el colegio de los Frailes de la Orden de Santo Domingo, según consta en un certificado de buena conducta expedido el catorce de agosto de mil ochocientos treinta y tres por el Superior de dicho colegio. En 1833 se embarcó con dirección a Sevilla para continuar sus estudios; pero los estragos del cólera en esta ciudad le obligaron seguir hasta Valencia donde se matriculó en el segundo año de Filosofía, que aprobó en mayo de 1834. Por fin llegó a Sevilla, y en junio de 1835 se matriculó y aprobó el tercer año de Filosofía. Pudo continuar sus estudios gracias a que fue favorecido con un beneficio eclesiástico fundado por su paisano el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Cristóbal Bencomo, Arzobispo de Heráclea. Dicho beneficio tenía la finalidad de ayudar a los jóvenes aspirantes al sacerdocio.
Vida ejemplar Desde muy joven destacaba por su saber y virtud, y el Cardenal Cienfuegos y Jovellanos amenazado de destierro por los revolucionarios del momento, le concedió dimisorias para el Obispo de Cádiz, Fray Domingo de Silos Moreno, que le confirió las cuatro Órdenes menores y el Subdiaconado en Septiembre de 1835. El Cardenal le ordenaba de Diácono en Diciembre, y el 27 de febrero de 1836, Don José de Torres alcazaba la cumbre de sus anhelos con la ordenación sacerdotal. 50
CAUSA DE CANONIZACIÓN DE JOSÉ TORRES PADILLA
Semblanza del siervo de Dios Amplió notablemente sus estudios, cursando tres años de hebreo, pero principalmente los de Teología, que estudió seis años con nota de sobresaliente en todas las asignaturas, obteniendo el grado de Bachiller en Sagrada Teología el 22 de junio de 1841. Aún estudió un séptimo curso de Teología, que con la misma nota que los anteriores, aprobó en junio de 1842. El 19 de octubre fue nombrado catedrático, en propiedad, de Sagrada Teología del Seminario Conciliar de Sanlúcar de Barrameda, cargo que desempeñó varios años. Se estableció nuevamente en Sevilla, en la calle Hiniesta, haciendo de la Iglesia de Santa Paula el Tabernáculo de sus preferencias. Monasterio de Santa Paula en Sevilla, El 15 de septiembre de 1857 en el corazón del barrio de San Julián. lo nombró el Prelado Hispalense, Catedrático de Patrología, Disciplina e Historia eclesiástica, las que explicó hasta su muerte con el aplauso, admiración y afecto de sus numerosos discípulos. Sus alumnos le amaban entrañablemente. Desde que oían sus primeras explicaciones eran arrastrados por la afabilidad de su trato, por la forma clara y persuasiva de su enseñanza, y por algo que vale mucho más; porque aquel hombre que poseía, como pocos, el don de comunicar a los demás el santo entusiasmo que sentía su alma por la defensa de los derechos de la Iglesia y su celo por la pureza de la doctrina.
(Continuará)
Si recibe algún favor comuníquelo a: PROCESO DE CANONIZACIÓN DEL PADRE JOSÉ TORRES C/ Santa Ángela de la Cruz, 4 - 41003 Sevilla 51