Sumario
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Página
1. Editorial............................................................................................................................................................ 4 - Miremos la Cruz con amor 2. El Magisterio de Sor Ángela (XXVI)................................................................................ 6 - “En el bajar está el subir” 3. Iconografía de Santa Ángela.............................................................................................. 9 - Un monumento para Madre 4. Me gusta contarte cosas... ...................................................................................................11 - Homenaje a San Juan Pablo II 5. Sor Ángela de la Cruz, cartas a... ................................................................................15 ...Las Familias 6. Hablamos de ella ............................................................................................................................17 - Entrevista a D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla - La alegría según Sor Ángela 7. Testimonios ..............................................................................................................................................24 - A Santa Ángela de la Cruz
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Sumario
BEATA MARÍA DE LA PURÍSIMA Página
1. Espiritualidad de Madre María de la Purísima...............................................28 - Homilía en el IV Aniversario de la Beatificación de Madre María de la Purísima 2. Sus escritos “Destellos de Luz” ............................................................................................32 - Santidad 3. Testimonios ................................................................................................................................................36 - La sonrisa de Madre Purísima - Los Santos no son súper-hombres - “Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” - Por el camino de la santidad
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MIREMOS LA CRUZ CON AMOR Todo suceso, por insignificante que parezca, se convierte en acontecimiento para quien le toca de cerca, para quien lo vive en su propia carne. Muchos 5 de noviembre ha conocido y conocerá la historia. Para la inmensa mayoría de los habitantes de la tierra el 5 de noviembre de 1982 fue un día cualquiera. Sin embargo para la Compañía de las Hermanas de la Cruz solo habrá un 5 de noviembre de 1982. Ese día Ángela de la Cruz, nuestra fundadora, fue proclamada Beata por el Papa San Juan Pablo II, en Sevilla. Santa Ángela no necesitaba ser proclamada Beata porque su santidad no creció con la proclamación oficial de aquel 5 de noviembre. Pero la necesitábamos nosotras, todas las que bebemos en la fuente de su espiritualidad, las que intentamos vivir pisando sus huellas, las que nos sentimos orgullosas y cautivadas de su herencia, las que cultivamos la heredad que ella nos dejó. El distintivo de Santa Ángela fue la Cruz, su Patria, el único pedazo de tierra donde pudo nacer y donde creció su Compañía. Lo intuyó ella antes de la fundación: “Pedía que yo viera escrita esta regla, para que las almas a quien Dios llama a esta vocación puedan ir formándose en este espíritu. Yo sentía una certeza en mi interior que esto se cumpliría, y de esta certeza nació aquella palabra que resonó en mi alma: “Sí, Dios quiere que se escriba, y debe escribirse a los pies de Jesucristo crucificado”1 También en uno de sus pensamientos a sus hijas les dice: “En gustando las dulzuras de la cruz, antes desearéis la muerte que ser la causa de separarse de la cruz bendita, donde está la única felicidad que hay en el mundo y el principio de la vida eterna”2 4
EDITORIAL
Miremos la Cruz con amor Y bien cierta que es esta afirmación de nuestra Santa. Nada hay más positivo y más firme para aumentar nuestro amor al Señor, que tener un crucifijo al lado de nuestra mesa de trabajo y mirarlo con amor la mayor cantidad de veces posibles. Cuanto más miremos la cruz y al señor en ella, más lo amaremos y desearemos compartir sus sufrimientos, porque no olvidemos nunca que no hay ni existe un camino hacia el Señor, más que abrazando su cruz. Nuestra mirada a un crucifijo no puede ser mas que una mirada de amor y agradecimiento al Señor por lo que hizo para salvarnos del pecado. Con una mirada de amor a un crucifijo le estamos diciendo al Señor que le amamos, que somos conscientes de lo que Él nos ama a todos. Y cuando lo miramos de esta manera, Cristo nos está devolviendo la mirada, esa mirada suya que está siempre cargada de gracias divinas para el que le ama. A quienes habitualmente no tienen la costumbre de mirar la cruz, no les es fácil comprender lo que esto significa y las enormes gracias que de ello se obtienen. Y desgraciadamente hoy se lucha por eliminar los crucifijos de todas partes. Hace años, entre los cristianos, nadie ponía en duda que los crucifijos presidiesen las aulas escolares, los tribunales de justicia, en los hospitales, en los Juramentos oficiales… Por eso tenemos que defender los crucifijos, la respuesta es muy sencilla, si se quitan los crucifijos se crea un espacio en blanco susceptible de ser ocupado por cualquier otra cosa - no decimos qué - y eso si que es peligroso. Amemos la cruz del Señor, como Santa Ángela la amó en su vida. Aceptemos y amemos también nuestras cruces particulares. No hay nadie que viva sin cruz, y el que huya de una de hecho encontrará otra mayor. Recordando el aniversario de su Beatificación, le pedimos a nuestra Santa que nos acompañe en nuestro camino y nos enseñe a llevar nuestra cruz personal, para así poder tener el gozo de identificarnos con el Señor.
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E.I. pág. 296 Un Tesoro en Vasija de Barro. Pensamiento núm. 234
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EL MAGISTERIO DE SOR ÁNGELA (XXVI) “En el bajar está el subir” En el mundo actual todos queremos “subir” y nos esforzamos en ello. Subir en economía, en saber, en la escala social, incluso, a veces, en la misma Iglesia. El “subir” se presenta como una fuerza profunda inserta en lo más hondo del corazón humano. Por eso lo buscamos todos de una forma instintiva, impulsiva, espontánea. En consecuencia se buscan todos los medios y recursos posibles, los honestos y lícitos, y también los falsos y engaños, los vericuetos, las estratagemas, la simulación.
mismo y propuesta a sus seguidores, escogió y enseñó un camino seguro para “subir”: el camino de “bajar”. ¡Qué enorme y desconcertante paradoja! ¿Se puede ‘subir’ ‘bajando’? ¿Se puede ‘bajar’ ‘subiendo’? Pues sí: por paradójico y difícil que resulte, ese es el camino propuesto reiteradamente por Jesús a sus seguidores: “el que quiera ser el mayor entre vosotros, que sea el menor; el que quiera ser el primero, que sea el último; el que quiera ser ‘señor’, que se haga el ‘servidor’. Y pone por delante su propia experiencia, su propio ejemplo: “lo mismo que el Hijo del hombre, que no
Sin embargo, Jesús, por una sorprendente paradoja vivida por Él
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EL MAGISTERIO DE SOR ÁNGELA (XXVI)
“En el bajar está el subir” ha venido a ser servido sino a servir”. Efectivamente en la última Cena, después de haberles lavado los pies a los discípulos les aclara: “Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, pues lo soy. Si, pues, os he lavado los pies, yo el Señor y el Maestro, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo para que hagáis también como yo he hecho” (Jn 13,12-14). Ahora bien, resulta enormemente sorprendente el hecho de que, precisamente después de haber oído estas palabras del Maestro y especialmente después de haber comulgado con el Cuerpo y la Sangre del propio Cristo, se originara entre ellos una gran discusión. ¿Objeto de la discusión? “Quién debía ser considerado el más importante” entre ellos, quien estaba ‘por encima’ de todo el grupo (Lc 22,24).
escoge el primer sitio del convite (Lc 14,7-11) y la de los dos hombres que subieron al Templo a orar (Lc 18,9-14). Santa Ángela aprendió bien esta lección de Jesús. Y la aprendió, también aquí, desde su propia experiencia. Sus frecuentes arrebatos de rabia y de soberbia de los que daba cuenta a su Director espiritual, el P. Torres, seguramente tenían como elemento dinamizador no solamente la molestia profunda que sentimos todos cuando vemos que los demás hacen las cosas peor que nosotros. Es también totalmente pensable que esos movimientos de ira y de soberbia, la llevarían en más de una ocasión a querer “subir”, “subiendo”: es decir, siendo más que los demás, encumbrándose y estando por encima de los otros. Y sin embargo el Señor la fue conduciendo por el mismo camino que siguió Cristo: el de la humillación y la Cruz. Es decir, aprendió a “subir” “bajando”. Y así lo enseñó y escribió repetidamente a las Hermanas en sus Cartas y Circulares.
La percepción que de Jesús tuvieron las primeras generaciones cristianas, recogida por el apóstol Pablo en su Carta a los cristianos de Filipos fue esta: “Cristo Jesús, a pesar de su condición divina, no retuvo celosamente el rango que le igualaba a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está sobre todo nombre” (Flp 2,6-9). Como se ve, Jesús “subió” “bajando”. Valió, para Él también, lo que había predicado a sus seguidores. Y les presentó, entre otras enseñanzas, las deliciosas parábolas del invitado que
En nuestra sociedad –mejor diríamos en la sociedad de siemprelas personas hemos querido “subir” a veces por medios y métodos nobles y aceptables; pero, con demasiada frecuencia, a costa de los demás, pisoteando a quien sea, desbancando a los otros, por encima de cualquier cosa, echando por tierra todos los valores humanos y cristianos, sin importarnos gran cosa el cúmulo de cadáveres que a veces van quedando en el camino. Todo, con tal de “subir”, es decir, de “quedar por encima” del otro o de los otros: la propia esposa, el 7
EL MAGISTERIO DE SOR ÁNGELA (XXVI)
“En el bajar está el subir” propio marido, los propios hijos o padres, los compañeros de trabajo. Vivimos en una sociedad altamente competitiva, en la que hay que “subir” a toda costa, caiga quien caiga. Es, en definitiva, una sociedad pagana en la que el ansia de “subir” hace que ‘el hombre llegue a convertirse en un lobo para el propio hombre’. “Pero vosotros, no así”: nos advierte con serena pero enérgica voz el Maestro a sus seguidores (Mt 20,24-28; Mc 10,43-44; Lc 22,24-27). Y una vez más, apela a su propia experiencia y a su propio comportamiento: “que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10,45).
En la sociedad en que vivimos, deseosos todos de estar por encima de los demás, es preciso tener la ‘fuerza y la valentía del Espíritu’ para dejar que otros suban y suban a costa de lo que sea y de quien sea. Lo cristiano auténtico es buscar y encontrar el lugar exacto que Dios nos asigna para ‘servir’ a los demás al estilo del Maestro. Algunos deberán hacerlo ‘siendo los primeros’, es decir, ocupando puestos de particular responsabilidad en la sociedad, en la familia o en el trabajo; otros, estando en puestos más sencillos, de poco relieve. Lo importante, en todo caso, es estar convencidos de que, a los ojos de Dios, el verdadero ‘subir’ consiste en el ‘bajar’ de un servicio generoso y humilde allí donde nos encontremos. Antonio Mª Calero, SDB 8
UN MONUMENTO PARA MADRE Hace ya muchos años, poco después de terminar mis estudios en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y cuando empezaba a dar mis primeros pasos profesionales, recibía en mi recién estrenado taller, una de esas visitas que te cambian para siempre la vida. Era a un grupo de sencillas mujeres, mujeres rebosantes de alegría e ilusión que nerviosas me invitaban a que formase parte con ellas del más bello de los sueños, me instaban a que les presentase un proyecto para la ejecución de un monumento a Santa Ángela de la Cruz. No lo podía creer, parecía un sueño, hacer un monumento, hacerlo para mi pueblo y además un monumento a Sor Ángela, la más humilde entre los humildes y a la vez la más grande entre los más grandes. Las Hermanas de la Cruz se habían establecido en La Palma del Condado en el año 1962, gracias a la intervención del Vizconde de La Palma D. Ignacio de Cepeda y Soldán. Desde entonces, su callada labor de entrega y sacrificio por los más necesitados ha ido calando en lo más profundo de los corazones de todos los palmerinos, teniéndolas siempre como verdaderos ángeles terrenos. Este fraternal amor hacia las hermanas unido a la estrecha vinculación de la Compañía con mi querida hermandad del Cristo del Perdón, de la que formo parte desde mi niñez, convertían este encargo, sin lugar a dudas, en el más ilusionante y desafiante proyecto al que podía enfrentarme, ya que unía la importancia que en sí mismo tiene hacer un monumento con la profunda devoción que desde niño he sentido hacía “Madre Ángelita”. 9
ICONOGRAFÍA DE SANTA ÁNGELA
Un monumento para Madre El proyecto que comenzaba ilusionante, se tornó poco a poco en la más sublime de las realidades. Primero con la aceptación de mi proyecto que competía con el de otro escultor y amigo, después con la decisión de cambiar el primer material con el que se había proyectado, la piedra artificial, por el bronce como material definitivo, y por último cuando se decidió, tras barajar varias localizaciones, que el enclave final sería los parterres de la ermita de San Sebastián, a los pies mismos de la sede canónica de la hermandad que me había visto crecer como persona y como profesional del arte y junto a mis queridas imágenes del Santísimo Cristo del Perdón, María Santísima de la Soledad y Nuestra Señora de la Amargura. En la soledad de mi taller, fueron muchas las horas que pasaba mientras modelaba, rezando y conversando con Madre, pidiéndole ayuda y destrezas para poder transmitir con aquella humilde imagen toda la grandeza de su inmenso Corazón, y que fuese capaz de conseguir, que todo aquel que al pasear pasase por delante del monumento, se detuviese ante Ella, y removiendo su conciencia y su corazón, meditara, aunque fuese un instante, en los más necesitados y en la magnánima labor de socorro que día a día, y siempre con una sonrisa en la boca, realizan las sucesoras de aquella humilde zapatera sevillana. Fue en una soleada mañana de marzo de 2005, cuando se veía hecho realidad aquel sueño, primero una Eucaristía en la intimidad de ese trocito de cielo que es el convento de Las Hermanas de la Cruz en La Palma, y después y con el mayor de los júbilos, con la bendición del monumento por parte de D. Gregorio Arroyo Mantero (q.e.p.d.) ante la expectación de todo un pueblo rendido siempre a la bondad de las Hermanas. Ahora, cuando ha pasado el tiempo y entregado de nuevo en cuerpo y alma a la realización de otro monumento a Madre, esta vez para el sevillano pueblo de Fuentes de Andalucía, echo la vista atrás para recordar aquellos días y no dejo de emocionarme, y sobre todo de dar gracias a Dios, al pensar en la suerte que tuve de que confiaran en mi persona para materializar aquel bello sueño, aquel sueño que se hizo realidad y que hoy como cada día desde entonces tiene flores frescas a sus pies, flores ofrecidas con el corazón como muestra de gratitud de un pueblo que no deja de recibir gracias a borbotones por la intercesión gloriosa de Santa Ángela de la Cruz, de un pueblo que siempre tiene un instante para detenerse ante Ella y mirando al cielo elevar una sincera oración. Antonio Jesús Bernabé Ávila Escultor, pintor y conservador-restaurador
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HOMENAJE A SAN JUAN PABLO II Cuando murió SS. el Papa Juan Pablo II, en el día de su entierro, se vieron pancartas por la plaza de San Pedro, en el Vaticano, que ponían “SANTO SUBITO” que manifestaban el deseo de que fuera canonizado pronto, “ya”. Y es que el Papa había dejado un rastro de santidad por donde quiera que fue que nos hacía pensar: “¡para qué esperar más si sabemos que es santo!”, algo así como nos pasaba con Sor Ángela, que todos sabíamos que era santa antes de que la iglesia lo proclamara. Bueno pues este Santo de nuestro tiempo, que estuvo con nosotros, que le hemos conocido en persona, que estuvo en España y… más cerca, que estuvo en Sevilla, que fue al Rocío, que subió a un balcón de la Giralda, que durmió en el palacio arzobispal, que se asomó al balcón a escuchar sevillanas, que pudo oír aquello de: “algo se muere en el alma cuando un amigo se va…”, pues resulta, y esto fue lo sorprendente, que también estuvo en la casa de las Hermanas de la Cruz, así como te lo digo, ¡que te lo creas que es verdad! ¡Que fue personalmente a visitar a Sor Ángela y a las Hermanas! ¡Dios mío, quién podía pensarlo! ¡Qué calladito se lo tuvieron!, pienso que ni las Hermanas se lo creían. Nadie soltó prenda, por eso a mí me da “rabia” no haberme enterado, porque si no, yo me planto allí y no me arrancan ni los huracanes del Caribe. Claro que el personal de seguridad es el que dicta las normas a seguir y, por eso… todo el mundo calladito. Lo comprendo. 11
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Homenaje a San Juan Pablo II Fue el 5 de noviembre de 1982 cuando el Papa vino a Beatificar a nuestra querida Madre Angelita. Se juntaron en la pequeña capilla de la casa Madre de las Hermanas de la Cruz nada menos que tres “santos”, (yo creo que más, pero por lo menos tres), nuestra Santa Ángela de la Cruz, incorrupta en su urna y dos en vida: el hoy San Juan Pablo II y la Beata Madre María de la Purísima, que era Madre General de la Compañía. ¿Sabes lo que hizo el Papa? Primero de rodillas rezó ante el Santísimo y “Madre” a quien acababa de Beatificar (y que después canonizaría en Madrid aquel 4 de mayo de 2003.) ¿Qué le encomendaría en su oración? Creo que pediría por toda la Iglesia y, este día, particularmente por las Hermanas de la Compañía de la Cruz, por sus vocaciones y por todos los pobrecitos que reciben su asistencia y, él mismo se pondría en sus manos para que le ayudase en su Pontificado. Fue como querer rubricar con su presencia el camino de santidad y entrega trazado por Sor Ángela para sus Hijas. Y digo yo… Ahora que están los tres reunidos en el cielo, sonreirán y recordarán tantas cosas… alguno de ellos dirá: ¡quién iba a pensar aquel día que estuvimos los tres en aquella pequeña capilla de la Casa Madre que un día estaríamos juntos en el gran “templo” del Paraíso de Dios! A nosotros nos viene muy bien pues, como saben que les queremos, tenemos la suerte de tener quienes nos recomienden en el cielo y, dice la gente (aunque no sea muy justo), que con una buena recomendación las cosas se solucionan mejor y nosotros, seguramente tenemos muchas cosas que arreglar. La cuestión, es que ya están felices con Dios y nosotros aún estamos por aquí así que, esperamos que desde el cielo nos echen “un cable” para que no seamos muy malos y nos parezcamos un poquito a ellos, porque seguro que también nosotros cabemos en el Paraíso ¿no te parece? “Voy a prepararos sitio”, dijo el Señor y, si tenemos el sitio preparado no podemos defraudarle, “payá tenemos que ir de cabeza”. 12
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Homenaje a San Juan Pablo II Después de rezar, el Papa, habló a todas las Hermanas reunidas en la iglesia, yo creo que estarían como viendo visiones, seguro que alguna se pellizcaría por si estaba soñando, pero era verdad, ¡que sí, Hermanita, que el Papa de Roma estaba allí! Cuando vemos en las audiencias que hay en el Vaticano que uno se siente dichoso de estar a veinte o treinta metros de Su Santidad, o mucho más lejos en el aula “Pablo VI”, o en la Plaza de San Pedro, mirando al Papa en la ventana rezando el Ángelus los domingos, y que este día las Hermanas lo tuvieran al alcance de la mano, esto para ellas sería poco menos que pensar en un milagro de Madre. ¿A que sí? ¡Y a ver quién dice que no fue un milagro! En una ocasión, un 9 de abril, allá por el año 1894 Sor Ángela y la Hermana Adelaida fueron a Roma para cumplir los deseos del Cardenal Sanz y Forés, Arzobispo de Sevilla. Te cuento, mira. Se iba a Beatificar a fray Diego José de Cádiz, capuchino, y resulta que el milagro que sirvió para su beatificación se había realizado en la persona de Hermana Adelaida de Jesús. El Sr. Cardenal dijo a las Hermanas que tenía que personarse en Roma la Hermana del milagro y que debía acompañarla Madre Ángela. Las dos emprendieron este viaje del cual habréis oído hablar pues la crónica nos la ha dejado escrita la misma Sor Ángela. Uno de los actos destacados que vivieron fue asistir a la beatificación del Maestro Juan de Ávila y otro la beatificación de fray Diego. Esto propició que pudieran estar en varias celebraciones del Sumo Pontífice, que por aquel entonces era el Papa León XIII. Alguna vez no estuvieron muy cerca, pero el día que el Sr. Cardenal les proporcionó estar en audiencia privada, ese día… bueno, ese día estarían emocionadas, nerviosas y como no creyéndose lo que estaban viviendo. Tuvieron ocasión de besarle el pie, el anillo y de hablar con él. Cuenta Sor Ángela: “estuvo sumamente cariñoso con la Hermana gustándole mucho todo lo del milagro, poniéndole dos o tres veces la mano en la cabeza…” 13
ME GUSTA CONTARTE COSAS...
Homenaje a San Juan Pablo II Y digo yo: ¿pasaría por la mente de Madre que algún día un Papa vendría a Sevilla, ¿a que no? (¡imposible!) Y que vendría porque ella tendría la culpa, ¿a que no? (¡ni soñando!) Y que la visitaría a ella en su casa, ¿a que no? (¡por Dios!) Y que rezaría ante ella, ¿a que no? (¡tan grande y tan pequeña!) Y que todas las Hermanas tendrían la dicha de tener al Papa tan cerca, ¿a que no?, pues, te lo digo: todo esto fue “que sí”. “¡Pa que tenteres!” Aquel día esta casa fue “un pequeño Vaticano”, vamos yo diría mejor, como la “casita de Nazaret”: sin pinturas de Miguel Ángel; sin obelisco y sin una grandiosa Basílica ni la “Gloria” de Bernini; ni la elegante guardia suiza; ni la inmensa columnata de la plaza, pero, eso sí, con la presencia del representante de Jesús (en Nazaret fue el Ángel, aquí fue el Papa) y con la grandiosidad de la predilección de Dios porque puso su mirada en “la humildad de sus esclavas” las hijas de Sor Ángela. Pues, te repito, todo esto sucedió aquí y habría que decir como Madre dijo en una ocasión: “Que Dios se lo pague a Dios”. El Papa (hoy santo) Juan Pablo II volvió a Sevilla el 12 de junio de 1993 con motivo del XLV Congreso Eucarístico Internacional y, una vez más se sintió muy dichoso de haber estado con nosotros y es que a este “polaco santo” le habíamos ganado el corazón, y… él se ganó el nuestro, porque sí… porque el cariño se contagia. Ahora me gusta decir: SAN JUAN PABLO II, ruega por nosotros. “Te queremos”. Luis Cornello Espina, sdb.
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...LAS FAMILIAS
Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo Adaptación de la Carta a la Comunidad de Carmona Junio de 1883 B.A.C. nº 18 Mi querida y amada familia: Deseando saber cómo estáis, vuelvo a escribiros; y también, para saber cómo os va con los esfuerzos que espero habréis hecho en este mes del Sagrado Corazón de Jesús que acaba de terminar (mes de Junio). Si no habéis podido hacer ninguno, no apurarse y seguir pidiendo al Señor, que con la perseverancia todo se alcanza. Sed muy buenos, no me canso de decirlo, y ejercitaros en la fe, en la esperanza, en el amor, alegrándoos de todas las ocasiones que se os presenten para vivir esas tres virtudes, de manera que eso sea vuestra felicidad . Mirad que ser buenos cuando todo va bien no es de mucha virtud, mientras que serlo cuando las circunstancias nos permiten o parece que nos están pidiendo responder con maldad, es de una virtud a “macha martillo”1. Alegraos, aunque Dios permita algunas veces desengaños, hasta en las personas que menos lo esperábamos y menos motivos tenían para darlos; que esto lo permite Dios con sabiduría infinita para nuestro bien, y para que desprendamos nuestro corazón de todo lo terreno y hasta de los goces espirituales. Dios nos quiere libres de todo lo que no sea Él, que no estemos atados más que a su amor. Así es, mi querida familia, no buscar en este mundo otro descanso y alegría más que el Amor de Dios, no buscar otro gozar que el que nos da vernos tan 1
“Macha martillo”: expresión que indica que una cosa está hecha con solidez.
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SOR ÁNGELA DE LA CRUZ, CARTAS A...
...Las Familias
amados por El cuando le contemplamos en la Cruz; no buscar otras lecciones para ponerlas en práctica que las que Él nos da desde ella: pobre y humillado dando la vida por tu amor. La vida pasa con rapidez: ayer éramos niños, mañana somos viejos. Y la hora de la muerte, en algunos, no espera a la vejez y se ven sorprendidos por ella en una edad aún joven. ¡Cuánta será nuestra alegría, si al llegarnos esta hemos seguido estas lecciones. Y cuánta pena si no lo hemos hecho! Pues bien, hacedlo así, procurando crecer cada día en tener un corazón más bueno que ayer. Con más fe, más esperanza, más amor. Vuestra pobre madre que os quiere de corazón y os bendice. Sor Ángela de la Cruz ADAPTACIÓN DE LA CARTA DE STA. ÁNGELA EN CLAVE DE FAMILIA DEL P. JON GARCÍA ESCOBAR. Centro de Espiritualidad del Corazón de Jesús, Valladolid.
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ENTREVISTA A D. SANTIAGO GÓMEZ SIERRA, OBISPO AUXILIAR DE SEVILLA
Sabiendo de la bondad de nuestro Sr. Obispo auxiliar de Sevilla D. Santiago Gómez Sierra, le hemos hecho unas preguntas para que nos ilumine con su saber y experiencia. Le estamos muy agradecidas, porque a pesar de su escaso tiempo ha sido tan amable atendiéndonos. Pedimos al Señor por él y por su acción apostólica.
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HABLAMOS DE ELLA
Entrevista a D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla • ¿Cuándo conoció a la Compañía de las Hermanas de la Cruz? Conocí a las hermanas en Córdoba, siendo seminarista. La presencia de la comunidad de las Hermanas de la Cruz allí es bien elocuente y significativa para toda la diócesis. Tuve la oportunidad de conocer su trabajo y tratar a la comunidad como sacerdote. También asistí a la Beatificación de Sor Ángela de la Cruz, aquí en Sevilla el 5/11/1982; había recibido la ordenación sacerdotal en septiembre, y vine a la beatificación con un grupo de seminaristas de Córdoba. Recuerdo aquel momento con mucha emoción. • Angelita Guerrero fue una joven pobre y trabajadora en un taller de zapatería, ¿por qué se fijaría Dios en ella? Porque Dios siempre tiene predilección por los pequeños. Si recordamos Fátima o Lourdes, lugares donde se ha manifestado la Santísima Virgen en la historia más reciente de la Iglesia, lo ha hecho a unos niños pobres y sencillos, Bernardet y los tres pastorcitos de Fátima. A esas almas sencillas y humildes la Santísima Virgen quiso manifestarse, y que brotara desde esos lugares un río de gracia y de rejuvenecimiento espiritual para toda la Iglesia. Por tanto, esa es siempre la enseñanza de Dios, la preferencia por lo pobres. Así se entiende también su preferencia por Angelita Guerrero. • ¿Qué elementos destacaría de la espiritualidad de Santa Ángela de la Cruz? La verdad es que Santa Ángela era muy ambiciosa para la santidad. Ella quería todo, la penitencia de los padres del desierto, la caridad de San Vicente de Paul, la contemplación y la pobreza propia de la vida contemplativa, la vida de trabajo intensa para los pobre. Sin embargo, destacaría su visión de la Cruz que tuvo, esas dos cruces de las que habla, en una está Jesús y a la otra ella siente que es invitada a subirse, para estar muy cerca de Cristo crucificado. En la historia de las almas, muchas veces, Dios da algunas experiencias que marcan a la persona para siempre. Creo que así le ocurrió a Santa Ángela de la Cruz. Dejándonos una enseñanza imperecedera, no hay amor verdadero sin sacrificio, no hay amor verdadero sin entrega de sí, hasta dar la vida. • ¿Cree que es bien aceptada la figura de Sor Ángela de la Cruz entre el pueblo cristiano? Claro que sí, basta ver y oír a los fieles en toda la Archidiócesis. En mi recorrido por los pueblos y las parroquias de Sevilla he encontrado en muchas iglesias la imagen y las fotografías de Santa Ángela de la Cruz, a personas que llevan su nombre y te dicen “yo me llamo Angelita por Santa Ángela de la Cruz”; en definitiva, manifestaciones inequívocas de la admiración y el amor de Sevilla, como en tantos otros sitios, por Santa Ángela de la Cruz. 18
HABLAMOS DE ELLA
Entrevista a D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla • ¿Qué destacaría de su vida? Me llama profundamente la atención su voluntad decidida de entregase al Señor. Lo intenta de muchas maneras, como Carmelita Descalza, como Hija de la Caridad, consagrándose privadamente al Señor; hasta que le fue mostrando el camino, que era la fundación de esta Compañía de la Cruz. Pero desde el principio está presente su anhelo, su ansia, su búsqueda firme y constante de la voluntad de Dios en su vida. • ¿Cree que el camino de santidad de Santa Ángela sigue vigente entre el pueblo cristiano? La santidad es la vocación de cada persona. Cada uno de nosotros somos imagen y semejanza de Dios, ir restaurando esa imagen y semejanza que el pecado deforma es el camino de plenitud de toda persona y el camino de santidad para todo cristiano. Por tanto, la santidad no pasa de moda. Creo que el camino de Santa Ángela -oración, trabajo y cruz…- es practicable para todo cristiano, aunque tenga distintas concreciones en cada estado de vida. Es el camino de la santidad porque es el seguimiento de Jesús. • Santa Ángela decía:”los pobres son nuestros señores”, ¿no cree que el mundo camina en otra dirección? Sí, por supuesto. El Papa Francisco ha denunciado lo que ha llamado la cultura de la indiferencia, que es actuar y comportarse como si los pobres no existieran, pero los pobres están ahí. Además, los pobres son una exigencia, una llamada, a salir de nosotros mismos, de nuestra propia comodidad, de nuestro egoísmo, y esa salida nos hace libres, nos hace felices.
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HABLAMOS DE ELLA
Entrevista a D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla • ¿Piensa que la predicación silenciosa de las hermanas de la Cruz en sus distintos apostolados, pueda ser eficaz? El apostolado más eficaz es el testimonio de la vida. Es lo que más convence. Es la predicación que más llega al corazón de cualquier persona. Lo decía el Papa Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, hoy el mundo escucha más a los testigos que a los maestros, y si escucha a los maestros es porque son testigos. • Todos los pastores que han pasado por esta Iglesia de Sevilla, incluido el actual, han tenido un gran afecto y cariño a la obra de Sor Ángela, usted como obispo auxiliar, ¿Qué siente? Pues, humildemente, me siento dentro de esa misma corriente de afecto y cariño a Santa Ángela de la Cruz y a sus hijas, con un santo orgullo de contar con tal fruto de santidad en la Iglesia de Sevilla. • Las flores rodean el altar de Santa Ángela como resultado del constante ofrecimiento de sus devotos, ¿piensa que el Señor bendice de manera particular a los que se acercan a ella? Sin duda alguna. Los santos son ejemplo para nosotros. Sin embargo, a veces, nos podemos sentir muy pequeños si nos comparamos con su generosidad, su entrega, su sacrificio y radicalidad evangélica. Por eso necesitamos, además de mirarlos como ejemplos, tenerlos también como ayuda, como intercesores. Son intercesores que nos ayudan en nuestro camino, y eso lo experimentan los devotos que acuden a Santa Ángela.
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HABLAMOS DE ELLA
Entrevista a D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla • Las grandes devociones de Sor Ángela fueron: Jesús Sacramentado, la Cruz de Cristo y la Santísima Virgen, ¿cree que han sido los pilares donde se ha sustentado la santidad de otros muchos santos? Con cada alma Dios tiene una historia singular y única. Sin embargo, el amor de Dios es el mismo para todos, y está presente en estos pilares a los que ha hecho referencia. Jesús Sacramentado es Jesús entregado, cuerpo y sangre derramada por nosotros, Jesús entregado y Jesús presente realmente entre nosotros en el Sagrario. La Cruz es la imagen del amor hasta el extremo, del amor que no es un amor romántico e idealista, sino real y dado en la crueldad del mundo y del pecado. Y por la Santísima Virgen María hemos conocido a Dios hecho hombre; su cuerpo unido de una manera singular al Hijo eterno de Dios ha sido glorificado en el cielo, siendo para nosotros esperanza en el mirar nuestro futuro; a la vez, la Santísima Virgen es el modelo de obediencia y de todas las virtudes que deben identificar al discípulo de Cristo. • En los lugares donde están las Hermanas de la Cruz las gentes se entusiasman con la figura de Madre Angelita ¿Qué ven en ella? Es verdad que la presencia de las Hermanas despierta en el pueblo cristiano el amor a su santa Madre. Creo que esto ocurre porque la gente sigue viendo en sus hijas un reflejo verdadero del estilo de vida, de la entrega evangélica de su fundadora. El mejor proselitismo y el que resulta más atractivo es el testimonio, el testimonio de sus hijas es el que despierta el amor a la Madre. • ¿Qué aconsejaría a todos los devotos de Santa Ángela? Que aprendamos en ella el camino que para todos nos ha señalado el Señor, “el que quiera seguirme cargue con su cruz cada día y me siga”. Esa es la senda, a veces estrecha, que nos conduce al cielo. Quien huye de la cruz, huye de la vida en plenitud, no conocerá nunca, ni en esta vida ni en la otra, lo que es el amor. Santa Ángela nos muestra el camino cierto, siguiendo sus huellas podemos ir al cielo.
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LA ALEGRÍA SEGÚN SOR ÁNGELA En un mundo con tribulaciones, conflictos internacionales, crisis económicas y otras de índole personal como pueden ser la desestructuración interior, personas rotas por dentro y desajustes de todo color, siempre nos preguntamos si es posible vivir contentos o experimentar la alegría. Casi siempre culpamos a alguien como causante de las desgracias o de nuestros males. Pero rara vez estudiamos las causas verdaderas y las razones de peso que nos alienten a dar respuestas y a vivir con otras categorías más esperanzadas y positivas. Para un cristiano verdadero, después de la mañana de Pascua, la alegría es un distintivo y un traje que debe revestir todas nuestras acciones y empresa. Sor Ángela lo advierte con simplicidad aplastante: la alegría es el distintivo de los que verdaderamente aman a Dios, y en otro lugar: siempre se ve contenta a la persona que ama a Dios. Cuando miramos a nuestro alrededor pensamos que el panorama es más desolador que el de otros tiempos y que con mucha dificultad saldremos de los conflictos que nos afligen y que nos proporcionan decepción y tristeza. Puede ser que sea así, pero cada época ha tenido sus propios desafíos y la nuestra no ha de ser menos. Por eso, la figura de sor Ángela que se da en un época histórica concreta nos ofrece la posibilidad de ser referencia para otras distintas, al mismo tiempo que constatamos que sus enseñanzas son igualmente válidas para estos momentos. Sor Ángela estudia frecuentemente el modo del ser humano o la condición humana, que decimos hoy. Ella observa que podemos ser tentados por la tristeza, la melancolía y por las pruebas de la vida, para expresar con fortaleza que el ánimo, la paz y la alegría no pueden faltar nunca a los seguidores de Cristo. En su manera de articular su propia espiritualidad sor Ángela comprende que la alegría no está alejada ni de la paz ni de la voluntad de Dios. El cristiano íntegro busca en todo tiempo a Dios, busca agradarle y sobre todos identificarse con su voluntad: Exhorto a una santa alegría, y como ésta no se tiene cuando algo nos turba o inquieta, desechad esas cosas y no se ocupen más que del amor a Dios y al prójimo. Y si alguna cosa tenéis en vuestra conciencia que os pueda inquietar, hay que lavarla para que quede limpia, y entonces la alegría tomará posesión de vuestras almas. No la alegría falsa que tienen los mundanos, sino la de la paz y la de la unión: el ver en todos lo bueno que tienen y en nosotros lo malo. Esto da mucha paz, y de la paz de sus almas resultaba en los santos la alegría porque de una conciencia alborotada no se puede esperar alegría. La fuente de la alegría sor Ángela la encuentra en la cruz y en el seguimiento del Señor: llevad la cruz con la alegría que la llevó nuestro Señor. Si fuera 22
HABLAMOS DE ELLA
La alegría según Sor Ángela
del calvario y de la cruz se siente forastera, en la cruz se concentra la causa de su alegría. Del mismo modo enfrenta los sufrimientos y las pruebas. Si San Francisco de Asís compuso aquel pequeño opúsculo que se llama la perfecta alegría, donde expone que después de ser expulsado y rechazado por sus mismos frailes pero que lo acepta como voluntad de Dios sin alterarse, sor Ángela advierte que no habrá prueba sin sufrimiento que pueda arrebatarle la alegría: sepamos también alegrarnos en el tiempo de la prueba, porque esa es la voluntad de Dios, y además: todo para nosotros que sea un motivo de una nueva y santa alegría, así sea la prueba más dolorosa y más costosa a nuestro corazón. En nuestro momento presente seguimos necesitando testigos y discípulos de la alegría que da seguir las huellas del Señor, aun en medio de dificultades y pruebas, de una alegría que se sumerge en la búsqueda permanente de lo que Dios quiere de nosotros y sobre todo que sepamos transmitirla con sencillez y dulzura como sor Ángela. J. Domínguez Serna Franciscano 23
A SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ El Milagro que cambió el concepto de mi vida Tenía yo 25 años cuando nació mi hija Maite, fue la mayor ilusión de mi vida, pero cuando tenía cinco meses le dio su primera crisis, que de momento como éramos jóvenes e inexpertos no sabíamos el alcance que ello tenía. Pero cuando los médicos valoraron la enfermedad de Maite, empezó nuestro peregrinar por todos los especialistas que teníamos conocimiento, y que podrían hacer algo por la curación de mi niña, le pedí a Santa Ángela y a María Auxiliadora que me concediera el milagro y me pusiera buena a Maite, pero esa curación no se produjo. Hasta que un día rezando me di cuenta que el milagro se hizo en mí, aceptando la enfermedad de Maite con una Fe extraordinaria he llegado a pensar y así lo creo que Dios nos puso un ángel para que nos ayudara en nuestra vida cristiana. Nuestra hija ha hecho que superáramos muchas tragedias que sin ella hubiera sido imposible. Maite ya es mayor, y está preciosa, no habla pero sus hermosos ojos iluminaron todo el dormitorio. Todo hay que hacérselo, pero en ningún momento me ha costado sacrificio, porque lo he hecho con todo el amor del mundo. Delia García
Acabo de leer nuestra revista y me ha emocionado los dos podemos llamar “milagro”, que allí se cuentan. Yo quiero añadir mi “milagro” al operarme de cataratas después de haber perdido a pesar del gran número de diotrías. El cirujano me informó que por la misma razón perdería la visión del otro.
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TESTIMONIOS
A Santa Ángela de la Cruz Por aquellos días se publicaba el milagro que llevó a Santa Ángela a los altares: el haber curado instantáneamente a un niño que no veía por una enfermedad. Le encomendé mi caso a Santa Ángela y ha oído mi oración. Por traslado tuve que ver a dos diferentes especialistas. Y tanto uno como otro me dijeron el mismo diagnóstico. Pero la intercesión de Santa Ángela ha sido exitosa; llevo ocho años leyendo escribiendo, dando clases, etc... y mi visión no me ha fallado y estoy seguro que su intercesión continuará hasta el fin. Me considero, gracias a su intercesión, un milagro viviente y animo a todos a confiar en la intercesión de Santa Ángela. Luis Hernández Escribo este testimonio para contar los hechos acaecidos en mi persona, de los cuales me considero humildemente beneficiada por Santa Ángela de la Cruz. Tales hechos son los siguientes: Con fecha 2 de Diciembre de 2010 presento una dolencia en el bajo vientre con fiebre, que después de varias consultas médicas me diagnostican como un carcinoma de células claras en el ovario derecho de 17x12,3 cm. Por ser devota de Santa Ángela de la Cruz, yo y mi familia, nos encomendamos a la Santa para que intercediera por mí ante Dios. El 29 de Diciembre de 2010 me operan y consiguen extraerme la mayor parte del tumor. Pero una parte de 3 cm. queda adherida a la vena cava y no pueden extraerla. El pronóstico para la enfermedad, debido al tipo de cáncer que se trataba, era de los peores. Tras cinco meses de tratamiento de quimioterapia y después de hacer varias novenas y untarme el aceite de la Santa, por el vientre, me realizan pruebas médicas (TAC y análisis) y sale todo normal, habiendo desaparecido los 3 cm. de tumor. Estimando estos hechos como si de un milagro se tratara, los someto al juicio de Dios. Que Dios las bendiga. Ana Mancera Pulido 25
¿Qué es una reliquia? La palabra reliquia viene de “restos”; las reliquias de los Santos son los restos de su cuerpo o de su vestimenta y también los objetos usados por dicho Beato o Santo, es decir, de alguien que comprometió su vida con el evangelio y se entregó de manera heroica por el Señor.
¿Por qué se veneran las reliquias de los Santos o Beatos? Las reliquias representan a la persona con la que está asociada. Recordemos la mujer enferma que acudió a Jesús y tocó su manto: “habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.» Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.” Marcos 5, 27-29. Ella no tocó el manto por el valor intrínseco del manto sino por tocar a Jesús. De la misma forma, tocamos las reliquias y las veneramos no por ellas mismas sino por el santo al que representan. Dios puede concedernos milagros por intercesión de los santos, pero más importante es acercarnos a los santos para inspirarnos en sus vidas e imitarlos con el deseo de también nosotros vivir en santidad y llegar al cielo.
HOMILÍA EN EL IV ANIVERSARIO DE LA BEATIFICACIÓN DE MADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA 18 DE SEPTIEMBRE DE 2014 La santidad, única vocación de nuestra vida Cuando la Iglesia proclama a una persona Beata nos está diciendo a todos que la santidad es posible, más aún, nos está diciendo a todos que la santidad está al alcance de nuestra mano, no como una conquista de nuestras fuerzas, sino como la acogida de un don que Dios quiere ofrecernos y en el que cuenta nuestra colaboración. Podríamos decir que la santidad es nuestra única vocación y todo lo demás en tanto en cuanto nos conduce hacer realidad esa vocación. Plantear nuestra vida de otra manera sería traicionar la verdad más profunda de nuestro ser. Dios nos ha creado para Él. Para Él en el gozo de compartir su vida ya en la tierra, para Él por el camino que ha recorrido Jesucristo de humillación y despojamiento y para Él en la entrega a los hermanos en una caridad heroica, que hace de la vida una total donación de amor. La santidad, por tanto, es la única vocación de nuestra vida. La Iglesia nos va presentando éste y otros muchos casos de santos contemporáneos, cercanos, personas con las que hemos podido casi convivir. Dios nos está diciendo en ellos: tú también estás llamado a la santidad y no te conformes con menos. Desde el bautismo, Cristo nos ha escogido a todos uno por uno, nos ha incorporado a esa vida en Él y nos dice: “Ya no eres Antonio, Juan, María, no, ya eres hijo de Dios en Cristo”. Y empieza esa tarea de ser santos a la que todos estamos llamados, en el trabajo, en la familia y en el día a día. 28
SU ESPIRITUALIDAD
Homilía en el IV Aniversario de la Beatificación de Madre María de la Purísima
Unidos a la vida de la Beata María de la Purísima, con el fin de que su vida sea un ejemplo y estímulo para nuestra santidad, hoy quiero fijarme especialmente en su humildad y en su amor a la Eucaristía. La Beata María de la Purísima fue una mujer humilde, nunca se creyó ser persona importante, aún teniendo cualidades muy abundantes, estaba bien dotada en la naturaleza y en la gracia, en la educación por su familia y en otros muchos aspectos de su vida como se ha demostrado al ser elegida Madre General de la Congregación de las Hermanas de la Cruz. Pero nunca se creyó nada. Más bien buscaba el último puesto continuamente. La persona que es humilde no busca ser el centro ni busca su propia gloria, sino que instintivamente remite al autor de la gracia que es Dios. La Beata María de la Purísima tenía esta virtud muy destacada que se traducía después en tantos gestos de servicio, de caridad, de pasar inadvertida, de no excusarse. La caridad hecha vida. Leyendo su biografía este aspecto aparece continuamente. 29
SU ESPIRITUALIDAD
Homilía en el IV Aniversario de la Beatificación de Madre María de la Purísima Podíamos pedirle al Señor, por intercesión de la Beata María de la Purísima que a todos nos haga crecer en la humildad. Que el Señor brille en nuestras vidas y no nosotros. Su amor al Señor en la Eucaristía era muy grande. Deseaba ardientemente recibir todos los días al Señor. Este deseo de recibir al Señor lo mantuvo durante toda su vida y no hubo ni un solo día, desde que hizo su primera comunión a los seis años, que no comulgara. Así lo recordaba ella con un agradecimiento inmenso al Señor, como una predilección que el Señor había tenido con ella.
Su amor a la Eucaristía lo manifestaba solemnizando la vida litúrgica, horas de adoración al Santísimo, comuniones espirituales durante el día, preparando las fiestas del Señor con un ardor siempre nuevo, que revelaba que su alma vivía exclusivamente de Él y para Él. Tenía detalles de exquisita delicadeza con el Señor porque la Eucaristía era el centro de su vida. Asimismo, enseñaba a las niñas pequeñas a saber estar en la Iglesia y hacer la visita a Jesús ante el Sagrario; a las jóvenes las preparaba para que participaran con frecuencia en la Santa Misa y recibieran a Jesús diariamente. Hoy que estamos siempre sin tiempo, debemos preguntarnos, ¿cómo sería nuestra vida si le dedicáramos unos minutos a estar delante del Santísimo, adorando, escuchando, pidiendo amor a la Eucaristía y confesándonos frecuentemente? Los caminos y los pensamientos de Dios son diferentes y diversos de los nuestros. Por eso es necesario que abandonemos y dejemos para siempre los criterios y formas 30
SU ESPIRITUALIDAD
Homilía en el IV Aniversario de la Beatificación de Madre María de la Purísima de pensar, de amar, de actuar y aceptar que son contrarios a Dios. Busquemos al Señor. Él está cerca de nosotros. Hagamos un alto en el camino de nuestra vida. Hagamos silencio interior. Entremos en nuestra conciencia. Escuchemos la voz de Dios que nos habla como un amigo. Conozcamos los caminos del Señor: los diez mandamientos y las ocho bienaventuranzas. Recordemos y meditemos estas palabras del Señor: “Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos”; “Si quieres ser perfecto, ve, vende lo que tienes, dáselo a los pobres; ven y sígueme”. San Agustín, gran buscador de Dios, desde lo más profundo de su corazón escribió: “Señor nos has hecho para ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en ti”. Jesús sale a nuestro encuentro. Ha descendido desde el seno del Padre hasta el seno de la Virgen María. Se ha hecho hombre y ha puesto su casa entre nosotros (cf. Jn 1, 1.14). Más aún, “el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre” (GS 22). Ya nadie está solo en el mundo. Por eso, como hizo la Beata María de la Purísima, descubramos al Señor que está dentro de nosotros y sale a nuestro encuentro en los demás, especialmente en el pobre, sediento y enfermo. Demos gracias al Señor que sale a nuestro encuentro y nos llama para que trabajemos en su viña, en la Iglesia y en el mundo. Cada uno debemos descubrir el don o carisma que Dios nos ha dado para “común utilidad”, para “edificación de la Iglesia”, para “anunciar el Evangelio”, para “ayudar a los necesitados”. El Señor nos llama a todos los bautizados a colaborar con el don o carisma que hemos recibido del Espíritu Santo en la vida y misión de la Iglesia. Suplicamos a la Virgen María que nos acompañe en los momentos de desaliento y fatiga en el camino hacia la santidad, única vocación de nuestra vida, para renovar nuestras fuerzas y volver a sentir la ilusión de ser hijos de Dios.
Que así sea. Teodoro León, Pbro.
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SANTIDAD Las caídas no son obstáculos para la santidad si sabemos levantarnos con nuevos bríos y más confianza en el Señor. 1. Nunca olvide que para ser santa
2. ¿Queremos ser santas? ¿A cualquier
tiene que ser alma de oración, por lo tanto no le parezcan demasiados los esfuerzos que hace para conseguirlo ni se desanime por no alcanzarlo tan pronto como desea. Lo que mucho vale, mucho cuesta, y nada vale tanto como la santidad. (B. 2306).
precio? Pidámosle al Señor no escatime cuanto pueda servirnos para conseguir la santidad, meta de nuestros ideales. (B. 2308).
3. Tome muy en serio el asunto de su santificación. La vida religiosa no tiene
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SUS ESCRITOS “DESTELLOS DE LUZ”
Santidad sentido si no la tomamos en serio; no hemos venido a pasarlo bien ni a que nos vayan las cosas bien, sino a dar gloria a Dios cumpliendo su Voluntad. Por lo tanto, a la luz de este ideal hemos de mirar las cosas, y no a la luz humana. (Cp. 58, p. 2176).
un día. Dios se contenta con nuestra buena voluntad, con nuestro sincero deseo de agradarle. (B. 2308).
11. No se canse de empezar continuamente, pues sólo ése es el camino por el que el Señor quiere que llegue a la santidad. ¿Le parece duro? (B. 2308).
4. Que el Señor le conceda todo lo que para s.c. pido de grados de santidad; que cada día se dé más de lleno; ya sabe que en el sacrificio siempre se le encuentra (Cp. 14, P. 2104).
12. Tengo cada día más ilusión por santificarme. (Cp. 28, P. 2125). 13. ¡Qué bueno es el Señor! Me supongo estará trabajando en su plan de santificación. Tenemos que dejarle libre y nunca ponerle barreras. Pida esto también para mí. ¡Es tan fácil que el amor propio nos estorbe! (Cp. 36, p. 2138).
5. Que empiece el Nuevo Año con ansias de santidad, estando dispuesta a todo, “cueste lo que cueste”… La vida es muy breve… (Cp. 166, P. 2293). 6. Haz cuanto te ayude para tu santificación sin dejarte llevar de respetos humanos. (M. R.).
14. Ya sabe que pido mucho por s.c. para que sea santa, y para que sea muy agradable al Señor; que lo busque en todo, y sólo a Él. (Cp. 70, p. 2189).
7. Procura ver todas las cosas de este mundo a través de la mirada de Cristo y así no darás importancia a las pequeñeces del destierro. (M.R.).
15. Pida un poquitín por mí. La santificación es difícil y las ocasiones nos dan a conocer lo que somos y qué lejos estamos de la meta. Necesitamos mucho del Señor. (Cp. 82, p. 2202).
8. No te desanimen jamás tus faltas pasadas. Mira que a tu Rabboni le desagrada que te inquietes tanto. Él vino a traer la paz a los hombres de buena voluntad, y esto es lo que busca, una voluntad como la tuya ¿entiendes? Deseosa de entregarse por completo a Él. (M.R.)
16. Aproveche estos años, que son los mejores de su vida, para santificarse y forjarse. Sea exigente y no se contemple. (Cp. 101, p. 2221).
el camino de la santidad, tanto como quisiera, no por eso se desanime ni afloje en el trabajo por alcanzarlo. Acuérdese de que nuestro buenísimo Señor se fija más en los esfuerzos que en las realidades. (B. 2307).
17. Ya veo tienes grandes deseos de santificarte; esto es para mí una gran alegría pues mi mayor ilusión es que ames mucho al Señor y le des mucha gloria. No te desanimes si cometes algunas faltas, antes al contrario te sirvan para querer más al Señor viendo su inmensa bondad. (M. R.)
10. Recuerde esto en las horas de desaliento. No se santifica una en
18. No olvides que lo único importante es santificarte y así sabrás dar a las
9. Aunque vea que no adelanta en
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SUS ESCRITOS “DESTELLOS DE LUZ”
Santidad cosas del destierro su verdadero valor. Son escalones para llegar al cielo y en los escalones no se para una ¿me entiendes? Creo que sí pues eres “listilla”. (M. R.).
ni desalientes, aprovecha todas las ocasiones para perder en lo humano a fin de ganar en el amor del Señor. (M.R.).
22. Ingéniate buscando cosas que te animen y no te acostumbres a llevar una vida rutinaria. (M.R.). 23. Procura vencer el desaliento y la tristeza, enemigos de tu santificación – piensa poco en ti y en tus gustos, mucho en Él y los suyos. (M.R.). 24. Recuerde que todo coopera al bien de los que quieren santificarse; que si s.c. quiere, todo le servirá de provecho. (B. 2322). 25. La santidad no está en hacer muchas cosas sino en hacer la voluntad de Dios; recibida, no directamente de É1 sino a través de realidades humanas, “Yo hago siempre lo que a Él le agrada” (Jn 8, 29) ¿podríamos decir eso nosotras? (Cc. 44, p. 1644). 26. Da pena ver almas llamadas a volar como águilas por el cielo de la santidad, que no acaben de levantar el vuelo por estar tan atadas a sí mismas. (Cc. 88, p. 1845).
19. Ya sabes que esta es mi mayor ilusión y por lo que doy por bien empleado cualquier sacrificio, que seas muy santa y ames cada día más a Nuestro Señor. (M.R.).
27. La santidad es una entrega total en manos del Señor de todo nuestro ser, sobre todo de nuestro “yo” y esto ¡qué difícil se nos hace! (Cc. 88, p. 1845)
20. El Señor está contento porque ve tus esfuerzos y vencimientos por lograr el gran ideal de tu santificación. Este es el único ideal que merece llevar ese nombre. (M.R.).
28. La santidad está en unir nuestra voluntad a la del Señor en todo momento, y esto requiere mucha humildad, un gran convencimiento de que el Señor puede hacer de nosotras lo que quiera, y a nosotras nos corresponde aceptarlo agradecidas. (Cc. 88, p. 1846).
21. Ya sabes cuánto me interesa que seas una santa, y la alegría que me da cuando te veo entusiasmada luchando por conseguirlo. No te canses 34
SUS ESCRITOS “DESTELLOS DE LUZ”
Santidad
29. La propia voluntad es otra de las cosas que más nos interrumpe en el camino hacia la santidad; el Espíritu Santo trabaja continuamente en nosotros, pero necesita le dejemos hacer, guiándonos por sus inspiraciones y mociones. (Cc. 81, p. 1825).
nosotras, entonces es cuando empezamos a darnos cuenta de todas las gracias espirituales que Dios nos ha dado, lo que espera de nosotras, y cómo tenemos que corresponder con nuestra fidelidad a que nuestra vida espiritual crezca y con ella nuestra unión con el Señor. (Cc. 78, p. 1806).
30. A veces, ciframos la santidad en hacer cosas raras que llamen la atención, y precisamente en esto es donde no está la santidad. Es en el quehacer diario, en la fidelidad al cumplimiento del deber, en la observancia, donde radica la perfección. (Cc. 65, p. 1741).
32. ¿No les parece que tenemos que renovar y revalorizar nuestra vida tan llena de menudencias que tanto santifican? Las invito, mejor dicho les urjo a ello, con el deseo inmenso de su mayor bien, y la necesidad tan grande que hay en la Iglesia y en España de santos, que con la fuerza de su oración y sacrificio, alcancen del Señor las gracias de que tan necesitado está todo el mundo. (Cc. 101, p. 1904).
31. Cuando de verdad, empezamos
a tomarnos en serio nuestra santificación, impulsadas por la gracia y la presencia de la Santísima Trinidad en
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LA SONRISA DE MADRE PURÍSIMA La sonrisa... tan risueña y tan valorada. Si todos hiciésemos el esfuerzo cada día, de tenerla en nuestro rostro, el mundo iría mejor. Empezando por nosotros mismos, y extendiéndose a todos los demás. Sembrar sonrisas parece imposible, y habrá quienes piensen que tenerla en el rostro todos los días es una tarea fuera del alcance humano, que nadie podría hacerlo. Pero se equivocan. No es así. Tenemos un ejemplo cercano, reciente y maternal de sonrisa en el rostro el día entero. Podría decirse que su sonrisa se extiende hasta nuestros días. Y a estas alturas no puedo dejar de referirme, como no puede ser de otra forma a la Beata Madre María de la Purísima. Sus imágenes en vida esconden un rictus de alegría, de felicidad... de sonrisa constante. Basta con mirar sus estampas. Todas, sin peros. Y nos daremos suficiente cuenta de que ella estaba siempre alegre. La Cruz, su Cruz, era su alegría. Sabía lo que se traía entre manos. Así se ve, y así me lo cuentan las personas, que poco a poco, y día a día me voy encontrando. Me cuentan que conocieron a Madre Purísima. Y a mí me sigue impresionando (¡¡conocer a una beata... pronto santa!! es increíble). Todos subrayan y coinciden en la esplendorosa sonrisa que siempre desprendía. Y hay incluso quien va más allá. Y me confiesan que tenía un gran sentido del humor. De Madre Purísima, a estas alturas no me extraña nada. Estoy seguro de que era una persona divertida, porque escondía tras su semblante alegre las grandes virtudes del católico. Y con eso, basta. Esa sonrisa iba acompañada de buen humor, de carcajadas y risas graciosas que eran el aire de la penitencia diaria. De la Cruz diaria. Ella sabía como hacerlo, y poco a poco fue captando lo mejor del humor sevillano para trasladarlo a su carácter castellano. Madre Purísima tenía un gran sentido del humor y hay quienes recuerdan algunas anécdotas que reflejan esta dulce personalidad, que venía de lo divino pero a la vez era tan humana... Madre Purísima utilizó el sentido del humor para comunicar alguna vez alguna cosa que con otro carácter hubiese sido percibido como un mensaje negativo. Incluso lo utilizaría para sí misma 36
TESTIMONIOS
La sonrisa de Madre Purísima ante determinadas contrariedades. La sonrisa lleva al buen humor, y es una medicina que todo lo cura. Incluso ver una foto de ella, en una estampa es una forma de sentir su sonrisa enclavada en el tiempo. Un reflejo de la eternidad que ya vive, y de como debe estar ahora, mirando a Dios cara a cara, gozando de su presencia... ella misma lo dijo momentos antes de morir: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor!. De nuevo el buen humor, de nuevo el sentido sobrenatural. Un momento tan angustioso para muchas personas, y Madre Purísima, encantada, sonriente, feliz... y con buen humor.
ella misma: por su sonrisa, y de ahí, no estando triste, a los demás. Y de los demás, al mundo entero. Por los siglos de los siglos. Porque su estampa ya no pasará. Como su sonrisa, inmortalizada en cada foto que se le hizo en vida. No era una pose, era una realidad. Tan realidad como que alguien, no hace mucho tiempo, en estas mismas calles que ahora pisamos, y respirando el mismo aire que ahora respiramos, vivió con una sonrisa el día entero... la vida entera. Y perdura en nuestros días. Nos mira, nos sonríe... Es su forma de decirnos ¡adelante! ¡pide! ¡reza! ¡trabaja!... porque la recompensa es eterna. Ella ya vive en esa eternidad, ahora, en este momento. Y nos escucha, nos mira y por supuesto, nos sonríe. Por eso, ante la adversidad: la estampa de la Beata Madre María de la Purísima. Ella nos espera siempre ahí, sin peros, sin porqués. Con confianza, para que ella sea pronto canonizada, y su sonrisa se extienda más por los rincones de este planeta tan falto de sonrisa.
Tener sentido del humor puede parecer frívolo a primera vista. Pero no lo es, ya que hay que tener una gran vida interior, confianza en Dios y en la Virgen para poder soltar una frase divertida e ingeniosa para provocar la risa de los demás, o el buen humor. Cuando aún ella estaba triste o dolorida por alguna cosa seguramente lo puso en práctica. Así ocurrió cuando le comunicaron el fallecimiento de su hermana. Y ella, seguramente muy dolorida en su corazón de hermana, siguió haciendo penitencia con su sonrisa, con su rostro alegre y lleno de paz. Contagiando a los demás. Y es que a veces, una sonrisa es la mejor mortificación, ya que no se queda en nosotros mismos. ¡Bendita penitencia la sonrisa! Porque además de ser algo exterior, al final acaba repercutiendo al interior. No tiene escapatoria, al final, la sonrisa siempre siembra buenas palabras, buenas acciones... caridad. Y en eso trabajaba precisamente nuestra querida Madre Purísima. En la caridad, empezando por
Alberto Espinosa Grau Madrid, octubre 2014
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LOS SANTOS NO SON SÚPER-HOMBRES “No nacieron perfectos, son personas normales que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Son hombres y mujeres que tienen la felicidad en el corazón y la transmiten a los demás”. (Papa Francisco).
Es extraño haber conocido a una persona santa, es raro el poder decir: “Yo hablé con Ella” La conocí en vida, durante sus 22 años como Madre General de la Compañía de la Cruz, tuve el privilegio de acercarme a la sucesora de Sor Ángela y poder compartir algunos momentos de mi vida con Ella. Un día leí que “Madre María de la Purísima era una persona completamente enamorada de Dios” y es cierto. El amor te da seguridad, te da vida; el amor es un cariño inmenso, es ternura, es paz, es fe; esperanzas, ilusiones, deseos, dulzura... y Madre lo reunía todo.
“La meta de nuestra existencia no es la muerte, sino el Paraíso”. Nuestro Santo Padre dice que los Santos son los amigos del Altísimo, que han transcurrido su existencia terrena en comunión profunda con Dios, hasta el punto de llegar a ser semejantes a Él. María Isabel estaba, desde su cuna, llamada a caminar por la vía de la santidad, pero seguir los pasos de Santa Ángela no 38
TESTIMONIOS
Los Santos no son súper-hombres debe ser nada fácil. De un modo magistral, supo pisar sobre las mismas huellas que su fundadora había dejado y de esta forma, perpetuar y orientar con mano certera, el gobierno de la Compañía de las Hermanas de la Cruz. Ella era discreta, llana, con frescura; la sencillez como bandera. Su finalidad siempre fue pasar desapercibida, tener una vida aparentemente normal, pero había un “algo” que la hacía especial. No sé como definirlo, no sé como explicar esa “santidad” con palabras; creo que no existen.
“La responsabilidad de llevar las riendas del Instituto la hizo aún más grande” Era una mujer fuerte, humilde, sencilla, serena, bendita. Estaba presente pero no se dejaba ver, era la Superiora General pero igual la veías con el delantal remangado y ayudando a organizar las cajas de alimento que en ese momento habían entrado al Convento. Yo he presenciado este hecho y me emocionó, ese acto de modestia que quienes la conocíamos, aunque fuera un poco, tuvimos la posibilidad de intentar aprender algo de Ella. Vivía con plenitud la presencia del Señor, Jesús era tan real para Ella que no le rezaba a Él, si no oraba con Él. Era su mejor amigo, su aliado y siempre tenía tantas cosas que contarle... Conocía sus pasos, su vida, le ilusionaba hacerle partícipe de todo; compartir con Él sus hazañas, sus responsabilidades, sus preocupaciones, sus deseos.
“Te quiero Señor, lo eres todo para mi”
El amor al Señor era una voz interior que la llamaba por su nombre, sabía que estaba cerca, tan cerca que le inundaba el alma de dicha y que le colmaba el corazón de amor. Y le doy las gracias tal como reza en su oración, a Madre María Purísima de la Cruz, que durante su vida siguió con fidelidad el camino de la humildad y pobreza de Santa Ángela de la Cruz. Me llena de felicidad el pensar que... “Yo hablé con Ella” Mª Pilar Ruiz Hurtado
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“HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA MUJER DE TRES TIEMPOS” Al terminar las tan esperadas y necesarias vacaciones de verano, en las que sigues con un poco más de tiempo las noticias de un mundo “endiosado” y “acaparador”, que busca el poder y el protagonismo, y que trata además, de conseguir los mejores puestos en la sociedad en la que vivimos, yo he tenido la suerte de estar en Sevilla. Mi querida Sevilla, y encontrarme ya, en la Estación de Santa Justa, con los taxistas, que estar a 38º les parece una temperatura agradable para ser verano… y al joven de la Lotería, también de la Estación, al que compré unos décimos de Navidad, que me habían encargado, que te saluda con un ¡Buenos días, y una sonrisa simpática…! mientras te pregunta: ¿Quiere algún número concreto? ¡No!, el que tú me des. ¡Pues que haya suerte…! Y por fin llegar a la casa de las Hermanas de la Cruz, donde te esperan con verdadera ilusión, para compartir, como siempre ¡BUENAS NOTICIAS!, en un ambiente sereno y tranquilo, aunque la campana de la puerta no deje de sonar, y haya mucho trabajo. Y en Jerez de la Frontera, mi familia sonríe en la estación, porque ya estamos todos para pasar unos días de vacaciones en la “BARROSA”, donde el mar inmenso, las puestas de sol magníficas, y los niños jugando felices, son presencia de Dios, en ese bonito conjunto de tiempo, sin horarios, de amigos y conocidos para disfrutar, y mañanas silenciosas, para hacer Oración, con la “Orquesta de pájaros” como música de fondo, para que Dios, pueda hacerse “cercano” y “presente”. Y fue en una de esas mañanas, cuando me encontré al empezar la Oración, con este título tan atrayente para mí…
JESÚS UN HOMBRE DE TRES TIEMPOS 40
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“Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” Así, dice el texto, que definía el Cardenal Martini, a JESÚS. El primer tiempo de JESÚS, es el de la ACCIÓN: JESÚS, cura, defiende a los pobres, da de comer a las multitudes, llama y envía a los discípulos, mientras anuncia el Evangelio del Reino. A JESÚS, no le podemos quitar este tiempo, porque sin recorrer los caminos polvorientos de pueblos y ciudades, quedaría “irreconocible…” Pero este primer tiempo, no lo dice todo de JESÚS, porque los Evangelios, nos hablan de… Un segundo tiempo: el de la ORACIÓN: Es el tiempo de JESÚS, para encontrarse “cara a cara” con su Padre, fuera del bullicio de la gente…Por eso dice un autor, que… “JESÚS, que encuentra a Dios cuando va de camino..., a veces se sale del camino…, para encontrar a Dios. Es el mismo Dios, “buscado y encontrado de otra manera”.. Es el tiempo del discernimiento, de la pregunta hecha directamente a Dios, para llenarse de Él y dedicarse solo, a su Reino. Sin este segundo tiempo, JESÚS, queda igualmente mutilado, ideologizado, sin raíces en su Padre Dios. Por eso JESÚS, vive… Un tercer tiempo: El de los discípulos, a quienes dedica muchos esfuerzo de formación… Es el tiempo de los amigos y amigas, en los que busca el apoyo, el descanso, el gozo, y ratos agradables… (José Antonio García, S.J. Revista Homilética 2014/4. Pág. 53)
Tres tiempos ¡preciosos, los de JESÚS…! Tres tiempos ¡necesarios, los de JESÚS…! Tres tiempos vividos, en unidad, y armonía los de JESÚS...! Esos tres tiempos, que casi, sin darme cuenta, me llevaron este verano, al interior del Convento de las Hermanas de la Cruz de Sevilla, tan conocido y familiar para mí, donde HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA, vivió 22 años siendo Madre General del Instituto y a la que por “su estilo de vida”, yo la reconocía…., identificada…, con estos tres tiempos de JESÚS. 41
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“Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” Por eso, al celebrar, el 4º Aniversario de su Beatificación, sin pedirle permiso a ella, que estoy segura que me lo daría, quiero hablar de…“ESTA GRAN MUJER…!
“HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA… TAMBIÉN, MUJER DE TRES TIEMPOS” El tiempo de la ACCIÓN… Que HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA, tanto cuidaba, y que le llevaba a saber escuchar “atenta” a cada Hermana de la Cruz que había estado en las “asistencias…”, en las velas de noche… y a las Hermanas Porteras, que a lo largo de la mañana y tarde habían recibido, necesidades urgentes… • Felisa, esa viuda joven, con niños que tienen que ir al colegio arreglados, con mochilas y libros para trabajar y estudiar…, el médico al que ha ido esta mañana , le ha mandado reposo y una buena alimentación… • La empresa donde trabajaba Juan, ha cerrado. Y… ¿qué hacemos con nuestros gemelos, Juan y María de 3 meses, que su madre, también sin trabajo, tiene que cuidar? ¿Cómo y con que dinero, podremos comprar pañales, potitos, ropa, porque los niños van creciendo…? • La vecina de María, esa anciana que durante el día, la atendía y cuidaba Luisa, se ha tenido que ir a Málaga, porque su madre ya muy mayor, no puede vivir sola.
HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA… Recibe las “urgencias”, repasa las asistencias, las velas de noche, que no se pueden dejar, y las Hermanas, que salen cada mañana, y cada tarde, si hiciera falta, de “limosneras…” Se las presenta sencillamente y con confianza al Cristo de la Cruz, su ¡MEJOR AMIGO!
“Dime TÚ, como quieres que lo haga” Después “MADRE”, escucha…, reflexiona…, y… Organiza a las Hermanas: “Algunas Postulantes y Novicias de segundo año, pueden salir ya a la calle.” Y al día siguiente, Hermanas mayores, jóvenes, y de mediana edad, obedientes, humildes, silenciosas y alegres, van saliendo mañana, tarde, si hiciera falta, y noche, a los barrios, casi desconocidos para muchos sevillanos. A zonas residenciales, 42
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“Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” a buscar personas con corazones muy generosos, y a “casuchas” oscuras, casi sin ventilación, donde personas “muy necesitadas”, las esperan con ilusión, porque saben que la presencia de las Hermanas de la Cruz, son, para cada niño, cada familia, cada persona, y para las ancianas, que viven solas, pero ya no pueden dormir, sin que las cuiden durante la noche, son: Seguridad, Paz, Confianza y… “Bendición de Dios…”
En el tiempo de la ORACIÓN… HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA, era una MAGNÍFICA ¡EXPERTA…! “MADRE”, “Sabía encontrarse muy bien con Dios cuando iba de camino… y como JESÚS, a veces se salía del camino, para encontrar a Dios”. Si yo te preguntara, Hermana María de la Purísima…, Cuantas veces necesitabas “salirte del camino”, el de tu trabajo de todos los días dentro del convento, seguramente, me dirías que muchas… Esos ratitos, a veces cortos, pero necesarios para hablar con Dios, a solas con Él, porque…
“DIME SEÑOR, ¿Cómo tengo que resolver este asunto…? ¿Cómo quieres que lo haga…? Ayúdame a buscar el bien de cada Hermana, de los “más pobres y necesitados”, de las personas de niveles sociales más altos para que sigan teniendo corazones generosos, porque, para TI, ¿Verdad que toda persona de cualquier nivel social, cualquier carácter, y manera de ser, es igual de importante…? (Hermana, María de la Purísima) Y se, que entre muchas personas importantes, sabías “Salirte del camino…” con mucha naturalidad y “finura espiritual”. Por eso, cuando los Reyes de Bélgica, Balduino y Fabiola, a quienes acompañaba el entonces Príncipe 43
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“Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” Alberto, estuvieron en tu Convento en los Oficios de Jueves Santo del año 1989, y al salir de la Capilla, preguntaron por la Madre General, porque te querían saludar, sencilla y claramente, supiste… “Salirte del camino. Hoy no. Hacemos Retiro” Los Reyes Belgas, dijeron que volverían el Viernes y el Sábado Santo. Los Oficios les habían gustado mucho. Y que bonita, aquella noche de VIGILIA PASCUAL 1989, en la que los Reyes de Bélgica quisieron celebrar en la capilla de vuestro convento, con vosotras, y con los “más pobres” y los más ricos de Sevilla, la ¡RESURRECCIÓN DE JESÚS! Esa noche de ¡ALELUYA…! Esa noche de ¡FIESTA…” Esa noche de ¡VIDA, y de ALEGRÍA…! Esa Noche de ¡ANUNCIO…! JESÚS, HA RESUCITADO Y ¡VIVE…! Esa Noche, HERMANA MARÍA DE LA PURÍSIMA… No tuvo que “salirse del camino… “Se encontró con JESÚS ¡VIVO!, cuando iba de camino…” Y entonces ¡SÍ…! El saludo a los Reyes de Bélgica, y el interés del Rey Balduino por la vida y la obra de vuestro Instituto, le llevó a Balduino de Bélgica, en un bonito diálogo contigo, Hermana María de la Purísima a decir con sencillez y profundidad…
Donde hay “SANTIDAD”, hay respuesta.
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“Hermana María de la Purísima mujer de tres tiempos” Me hubiera gustado ver tu sonrisa limpia y transparente… mientras dabas ¡Gracias a Dios…! porque seguías con Él, en aquella noche de ¡Gran Fiesta..! y Reyes Europeos, por los Patios, “encalados”, sencillos, silenciosos y humildes de tu Convento sevillano, lleno de flores primaverales y con olor a “cera”, característica de la Semana Santa de Sevilla.
Hermana María de la Purísima… ¡Cuantos esfuerzos…!, como los de JESÚS, para, “estar atenta…” y saber descubrir esas vocaciones que iban naciendo en corazones todavía adolescentes y frágiles, y que sabías “cuidar” con una exigente “poda”. Poda, que regabas con el “agua fresca de Dios”, para que llegara limpia, cuidada y transparente hasta el Dios, que las había hecho brotar. Esa “escucha personalizada” y reposada a postulantes, novicias y junioras… Esa Formación, que cada año preparabas con tanto cariño y profundidad, para las Hermanas que llevaban muchos años en el Instituto… El tiempo de los Amigos y Amigas… Lo vive también Hermana María de la Purísima… como JESÚS. Buscando en todas esas buenas amistades, lo que es “regalo de Dios”, para quien tiene la ¡suerte…! de recibirlo gratuitamente… Sabiendo buscar en los amigos incondicionales, apoyo necesario en las dificultades, consejo en las dudas, y descanso compartido... para poder seguir siendo, en el día a día, de la ACCIÓN… ¡BUENA NOTICIA! En este 4º Año de tu Beatificación, y en nombre de tantos y tan buenos amigos, en los que confiabas… quiero decirte: Hermana María de la Purísima… ¡Gracias…! SÍ, ¡MUCHAS GRACIAS…! Porque “identificaste!”, tus Tres Tiempos, con los tres Tiempos de JESÚS. “Este es el mandamiento Mío, que os améis unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Seréis amigos míos, si hacéis lo que os mando. (…) “Os llamo amigos porque os he comunicado todo lo que le he oído a mi Padre” (Jn. 15, 14-15) Y, TU VIDA HA SIDO, COMO, LA DE JESÚS…ORACIÓN…, AMOR…, Y SERVICIO… Gloria Neve, R.J.M. Burgos, 28 Septiembre 2014. 4º Aniversario Beatificación. 45
POR EL CAMINO DE LA SANTIDAD Algunas circunstancias providenciales y familiares hicieron que a lo largo de los años 1997 y 1998 pudiéramos encontrarnos en varias ocasiones los hermanos y sobrinos de Madre María de la Purísima con ella en Madrid. Coincidieron aquellos meses con los previos a la apertura de la casa filial de las Hermanas de la Cruz en Alcázar de San Juan y a pesar de la serenidad y carácter reservado que distinguía siempre a la Beata, se podía percibir en ella, al tiempo que el interés porque todo estuviera dispuesto en la nueva casa, la alegría por continuar y extender la obra de Santa Ángela. No fue fácil el camino. En aquella, que fue su última fundación, surgieron obstáculos, retrasos y dificultades pero Madre María de la Purísima no parecía tener tiempo ni espacio para el desaliento. “¿Qué es tener paz consigo misma?”, escribió en una ocasión: “es aceptar ese cúmulo de miserias, deficiencias, debilidades, enfermedades, limitaciones, fracasos etc... de los que siempre podemos sacar provecho y de los que nos hemos de servir para vivir más cerca de Dios y no consentir que nos hundan en el desánimo o nos lleven a la amargura”. Primero llegó la capilla y el convento. El 11 de octubre de 1997, siete hermanas de la Cruz pusieron un pie en Alcázar para quedarse a velar y cuidar enfermos y necesitados y con el empeño de poner en marcha una residencia para ancianas enfermas o con dificultades. Con la colaboración de todo el pueblo, que se volcó en ayudar cada uno como pudo, un año después se terminaron las obras y la entonces Hermana Superiora consiguió de Madre María de la Purísima la promesa de acudir ella misma a bendecir la nueva residencia. Habían transcurrido muchos meses desde que D. Vicente, entonces Párroco de Santa María la Mayor de Alcázar, pidiera a Madre María de la Purísima una fundación en esta localidad. Muchos meses y muchas dificultades, pero D. Vicente no paró hasta conseguirlo. Cada mes acudía a decir misa a la Casa Madre de las Hermanas en Sevilla 46
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Por el camino de la santidad y en cada una de esas ocasiones repetía incansable su petición a la hoy Beata. Su constante dialogo con Madre María de la Purísima y con Sor Ángela, a la que había encomendado en sus oraciones esta nueva casa, dio finalmente su fruto. Acababa de regresar Madre María de la Purísima a Madrid de su visita anual a las casas de Argentina. A pesar del cansancio y del empeoramiento de la enfermedad que padecía, quiso cumplir su promesa. Cuentan las Hermanas que recorrió cada rincón de la nueva residencia. Habitaciones sencillas, sin que nada falte ni nada sobre, acogedoras y prácticas. Madre María de la Purísima se sentaba a cada rato, “para probarlo todo -decía- y comprobar que allí las ancianas estarían cómodas”. Llegó a la lavandería en la planta alta casi sin fuerzas, pero lo dejó todo lleno de luz, esa luz que irradiaba a pesar del agotamiento y la enfermedad que llevaba en silencio y que muy pocos conocían. Aquellos días en Alcázar se tomó un tiempo para hablar con cada una de las Hermanas, como solía hacer en las visitas pastorales a las casas, aunque aquella visita no lo fuera. La vida de Madre María de la Purísima, fue un constante caminar tras los pasos de Santa Ángela. La fundación de Alcázar parece significar un paso más. Sin desviarse, ni distraerse. Porque Santa Ángela ya había puesto su mirada y su luz en Alcázar unos cuantos años antes. Ya era la fundadora querida por los alcazareños y ya era Alcázar conocida por los devotos de otros lugares por ser el pueblo del milagro que sirvió para que la entonces Beata Ángela de la Cruz fuese proclamada Santa por La Iglesia. El niño alcazareño Teodoro Molina había recuperado inexplicablemente la visión perdida en su ojo derecho como consecuencia de una embolia irreversible. Tenía el niño trece años cuando el milagro tuvo lugar. Pidió su abuela entonces oraciones a las monjas de Santa Ángela por haberles dicho varios médicos y en varios hospitales que su nieto no tenía curación. Justo un día antes de viajar la familia a Madrid a una revisión, llegó una reliquia de Sevilla y todos rezaron juntos la novena. En el autobús a Madrid, el niño recuperó la visión y los médicos dijeron que el ojo estaba perfecto y no había rastro de haber sufrido embolia ni otro proceso parecido en él. En aquella ocasión fueron todas las Hermanas de Alcázar a despedir a Madre María de la Purísima a la estación de Ciudad Real. De vuelta a Sevilla después de semanas de viaje. Cansada y con fiebre, ya le iba pesando la enfermedad. Madre tiene un catarro fuerte, pensaban las Hermanas. Le quedaba muy poquito, así se lo dijo el médico unos días después en Sevilla, pero transmitía paz y serenidad. Irradiaba la luz del amor de Dios. De la Cruz a la luz, como escribió el Santo místico Juan de la Cruz y como ella misma dijera: “si nos abandonamos plenamente en Dios y nos fiamos del todo de él, gozaremos de una paz inmensa y avanzaremos rápidamente por el camino de la santidad”. Olga Salvat. Madrid, Octubre de 2014 47