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u life

Formando excelentes profesionales y mejores personas

N E M E P A R E D E S

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Neme Paredes @nemeparedes

Abogado de profesión, teólogo por formación, líder de nuevas generaciones por convicción y llamado. Conferencista especializado en temas de liderazgo y pastoral a las nuevas generaciones. Cuenta con un Bachillerato en Teología y una maestría en Teología con énfasis en Pastoral Urbana. Actualmente es Director de Adalid. Forma parte del equipo e625 Perú.

Me encontraba estudiando leyes y había estado algunos años deseando ingresar al seminario. Mi papá había fallecido unos meses antes y aún con la tristeza a cuestas, sabía que era Dios quien había estado llamándome a capacitarme, por lo que decidí postular para el seminario. El ingreso en ese momento consistía de tres fases: la primera era la recomendación de tu iglesia local, la segunda era un examen básico de conocimientos de Biblia y la última era la entrevista con una autoridad del seminario. En la última fase, el rector del seminario me dijo: «No puedo negar tu llamado y por eso te dejo ingresar, pero si por mí fuera, te diría que termines la universidad. Prométeme que no abandonarás la univer sidad, porque tu ministerio será más efectivo».

Ya pasaron casi dos décadas y el consejo –que aún recuerdo como si fuese ayer– me ayudó a concluir mis estudios universitarios. La sabiduría de este líder espiritual fue valiosa para mi futuro; sin embargo, debo reconocer que no fue frecuente a lo largo de mi formación profesional escuchar consejos o aliento respecto a mi vocación al interior de la iglesia.

Cuando analizamos nuestros enfoques ministeriales, vemos que nuestro mayor esfuerzo está en ayudar a las nuevas generaciones en alcanzar madurez espiritual, luego enfatizamos la madurez social o física, pero lamentablemente en muchas iglesias hemos descuidado el desarrollo intelectual de nuestros jóvenes. Un ministerio generacional efectivo no solo se ocupa en un área, sino que busca desarrollar un ministerio integral.

Nuestro máximo ejemplo de haber alcanzado su máximo potencial es Jesús. Lucas 2:52 menciona: «Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres». El texto bíblico presenta el desarrollo humano de una manera integral: la sabiduría (conocimiento), el físico, lo espiritual y lo social, por lo que nuestro desafío como eles transmisores del mensaje bíblico es equipar a las nuevas generaciones de manera integral, no solo para que sean buenos cristianos, sino acompañándolos también en la etapa de su formación profesional.

Como líderes espirituales, debemos ayudar a nuestros jóvenes a obtener claridad de lo que Dios quiere para sus vidas, ayudarlos a conectar su fe con sus estudios y trabajo. La iglesia tiene que invertir en las nuevas generaciones, el liderazgo es inuencia y los líderes universitarios tienen el potencial de formar excelentes profesionales y mejores personas.

EXCELENTES PROFESIONALES, MEJORES PERSONAS

Howard Gardner, neurocientíco de Harvard y autor de la teoría de las inteligencias múltiples, en una entrevista publicada en La Vanguar-

dia señala: «Las malas personas no pueden ser profesionales excelentes». Detrás de esta sencilla y profunda declaración, considera el papel vital que cumplen los líderes de universitarios, ya que ellos tienen la posibilidad de armar los valores que van a movilizar a los futuros profesionales. Considerar la importancia de entrenar a los universitarios es una necesidad

estratégica para nuestros países, pues signica la posibilidad de darle una base sólida sobre la cual puedan construir su vida y futuro profesional.

Josh McDowell expresó: «E n cinco años serás los libros que leas y las personas de las que te rodeas». Para bien o para mal, la gente que me rodea impacta mi crecimiento actual y futuro. Los estudiantes adquieren los conocimientos en las aulas, pero los valores que los acompañarán el resto de sus días serán modelados por otros. Las preguntas que surgen son quiénes están rodeándolos y qué tipo de participación tienes en sus vidas.

Retomando a Gardner, él dirá que los mejores profesionales son siempre ECE: Excelentes, Comprometidos y Éticos. No se puede ser excelente como profesional sin darlo todo, si solo se cumple con lo mínimo, si solo se estudia por el título o por el sueldo. Sin interés y sin dedicación solo se obtiene mediocridad. Tampoco podrá ser un excelente profesional si su compromiso se basa solo en sus necesidades o aspiraciones individuales (ego, ambición o avaricia), olvidando la vocación de servir a los demás. Se requiere un compromiso con su propósito de vida, elevando sus intereses al bien común. La excelencia y el compromiso exigen ética. Excelencia, compromiso y ética serán valores a modelar.

N U E S T R A R E S P O N S A B I L I D A D C O M O L Í D E R E S D E U N I V E R S I T A R I O S N O S D E M A N D A :  Cambiar el paradigma Dios se mueve dentro de la iglesia por el que dice Dios está donde quiere estar .  Redescubrir el sentido de vocación y el llamado divino, ayudando a los muchachos a encontrar su visión única y su papel como seguidores de Jesucristo, no solo en la comunidad de fe sino en la comunidad extendida.  Ser mentores comprometidos en alimentar la fe de los más jóvenes, estableciendo amistad genuina que brinde la oportunidad de guiarlos en las decisiones más importantes.  Preparar a los jóvenes con convicciones, asegurándonos de que nuestros ministerios generacionales estén enseñando la verdad de la palabra de Dios con el n de que cada uno conozca al Dios de la palabra.  Modelar valores en la vida de los jóvenes tales como la excelencia, el compromiso y la ética.  Progresar en nuestro propio desarrollo: ser enseñables, buscar adquirir nuevos conocimientos y especializarnos.

La responsabilidad es grande, pero ¡ánimo, que el más grande está de nuestro lado!

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