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Transformarnos para evolucionar
¿Alguien puede poner en duda que la pandemia vino para transformarnos?
En los dos años que llevamos transitando esta gran disrupción que nos enfrentó a la necesidad de adaptarnos para seguir adelante, se abrió -tanto para las personas como para las organizaciones- la oportunidad de gestionar esta crisis como una instancia de superación.
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De un día para otro, nos vimos imposibilitados de hacer nuestras actividades con normalidad en pos de un bien mayor: evitar el contagio masivo que sature los sistemas de salud. Nuestra forma de vivir y todas las rutinas cambiaron de un día para el otro: la adopción del teletrabajo o home office, la educación virtual y todas las interrelaciones sociales a través de una pantalla, entre muchas otras. Ante este contexto, apareció ante nosotros muy claramente la posibilidad de elegir ¿qué hacemos con esto?
A mi modo de ver, tenemos siempre delante nuestro la opción de resistirnos o resignarnos y quedarnos entrampados en la frustración y en la angustia, o por otro lado, la de aceptar, adaptarnos y evolucionar, buscando el camino para crecer y superarnos. La toma de conciencia es el punto de partida de la transformación. Cambiar el enfoque de cómo estamos interpretando cada suceso, nos otorga la libertad de elegir cómo queremos vivirlo.
Transformarnos, nos permite capiPor PATRICIO FEDIO
Conferencista internacional. Socio Rensaissance Executive Forums en Argentina. Fundador UBUNTU Inspire Group y TOP LEADERS EN ESPAÑOL
talizar los aspectos positivos dentro de un contexto negativo y, como líderes, esto podemos transferirlo a las organizaciones para que así puedan evolucionar. Todo momento de crisis es una oportunidad para que emerjan los líderes transformacionales.
Hace un tiempo realicé una encuesta en mi LinkedIn en la que preguntaba ¿qué significa ser un líder transformacional? Más de un 80% opinó que se trata del tipo de líder que apoya a otros en su propia transformación y que se destaca por tener la capacidad de reinterpretar la realidad, lo cual, sin duda alguna, son dos factores clave en todo proceso de evolución y cambio.
Ser un líder transformador consiste en resignificar la pérdida en aprendizaje, la crisis en oportunidad, y ser un facilitador de crecimiento y evolución en todas las direcciones, tanto hacia afuera con los clientes, como hacia adentro con sus colaboradores. Se trata de inspirar cambios positivos que lleven a las personas a convertirse en la mejor versión de sí mismas. Y se trata también de ser capaces de cambiar la mirada sobre las situaciones difíciles, para ver posibles soluciones donde otros se quedan sólo con el problema. Se trata de generar una visión nueva que ayude a los demás a progresar, a superar los desafíos y ser una fuente de inspiración para mejorar.
Y, aunque no existe una única receta para ser un líder transformacional, considero que sí hay una premisa y es liderar a través del propio ejemplo. Porque los individuos no somos definidos por lo que decimos, sino por lo que hacemos y por cómo lo hacemos.
Así como no podemos pedirles a nuestros colaboradores que sean empáticos si no demostramos empatía, tampoco podemos propiciar innovación en nuestra organización si nos negamos a cambiar. Dicho de otra manera, la transformación comienza por uno mismo y luego se contagia al resto. Por eso, aprovechar cada oportunidad que la vida nos brinda para aprender, es clave.
De cara al inicio de este segundo trimestre del año, se nos abre una nueva oportunidad para trazar metas tanto cuantitativas como cualitativas y tenemos una nueva instancia para replantearnos cómo ser mejores personas y mejores líderes.
Desde ese lugar, te invito a pensar: ¿qué transformaciones quiero lograr en mí en este año? ¿qué voy a hacer para lograrlo? ¿cómo puedo convertirme en una influencia positiva para otros? ¿cómo contribuyo a que mi entorno alcance su mejor versión?
Reflexionar sobre esto es el primer paso para ponerte en acción. ¡A por ello!